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Pautas
Crear un ambiente de oración, guardando silencio y buena postura para realizar la
misma.
Realizar la señal de la Cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Hacer referencia a la intención del día.
Recitar la oración, palabras o salmo alusivo a la intención del día.
Rezar el Padre, el Ave María o el Gloria al Padre dependiendo del momento o de la
oración.
Finalizar la oración haciendo todos juntos la señal de la cruz.
Padre Bueno, muestra tu ternura y tu misericordia a todos los niños abandonados que
caminan por las calles, sin cariño, sin cuidado y protección, muchos de ellos carecen de pan,
de vestido y de amor, protégelos, Señor, para que sientan que tú eres Padre y siempre estás
con ellos, que encuentren, Señor, personas generosas que los acojan y les ofrezcan lo
necesario, para que vivan con dignidad y como merecen todos los niños de nuestra patria
Venezuela.
Jesús amigo, te suplicamos por todos los niños y las niñas abandonados, bendícelos y
acompáñalos en su soledad. Amén.
Oración:
Señor Jesús: Mira con amor a los abuelos de todo el mundo. ¡Protégelos! ¡Sosténlos! Que,
cuando envejezcan, sigan siendo para sus familias pilares fuertes de la fe. Haz que sean
maestros de sabiduría y valentía; que transmitan a las generaciones futuras los frutos de su
madura experiencia humana y espiritual.
Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad a valorar la presencia y el papel de los
abuelos. Que jamás sean ignorados o excluidos, sino que siempre
encuentren respeto y amor. Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos durante
todos los años de vida que les concedas. María, Madre nuestra, cuida constantemente a
nuestros abuelos. Amén.
Oración:
Querido Dios, tu eres el dueño de nuestra vida y de nuestra historia, hoy queremos darte
gracias por los 75 años de la Congregación de las Misioneras Agustinas Recoletas.
Gracias por todas las hermanas que entregan lo mejor de sí mismas en el trabajo de cada
día, especialmente por las que nos acompañan y guían en nuestro colegio.
Te pedimos, que nosotros también seamos Misioneros, fortalece nuestras manos para
ayudar a los que necesiten, aumenta nuestro amor, para amar sin reservas y ayúdanos a
comunicarnos contigo en todo momento y en todo lo que hacemos.
Te pedimos, Jesús, que como ellas podamos cultivar la alegría, la sencillez, la humildad y la
caridad, amén.