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Si conocieras quien es el que te llama a su

encuentro

1. Oración inicial
«Padre quiero conocerte más en intimidad, pues a
medida que te conozco aprendo a depender más de ti y
menos de mí. Gracias por tu palabra porque en ella
está tu verdad revelada; pero también gracias por tu
Espíritu Santo, pues Él es quien me recuerda todas las
enseñanzas que provienen de ti, e impulsan mi alma
para ir a tu encuentro, amén.»

2. Lee la palabra de Dios


“Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de
Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le
pedirías, y él te daría agua viva.” Juan 4:10

3. Reflexiona
Qué revelación tan extraordinaria la que Jesús le
manifiesta a esta mujer Samaritana: “si conocieras”,
pues si conociéramos a Dios recurriríamos sin vacilar
por su ayuda, su dirección, le seguiríamos a donde Él
quisiera, incluso (sin pensarlo 2 veces) le serviríamos
en cualquier cosa que nos pidiera.

En este meditar de este pasaje, el Señor me recordaba


otros personajes que al conocer quién era el que les
estaba hablando decidieron cumplir con lo que se les
estaba encomendando.

Abraham, por ejemplo, fue uno de ellos, y al escuchar


la petición de Dios (sacrificar a su único hijo Isaac)
decide obedecer; pero ¿por qué?, porque conocía quién
era el que le hacía dicha petición, por eso le vemos
manifestar: “Dios se proveerá de cordero para el
holocausto, hijo mío” (Génesis 22:8b).

Por medio de su relación con el Señor, Abraham había


conocido que Dios era Soberano para pedir lo que Él
quisiera, pero en medio de su soberanía nunca se
violaría su justicia, y sobretodo comprendía que Dios
era Todopoderoso para proveer, ya fuera el cordero
para el sacrificio o para resucitar a su hijo (Hebreos
11:19).

Otro ejemplo que podemos mencionar es el de aquellos


4 discípulos de Jesús (Pedro, Andrés, Juan y Jacobo),
quienes al tener su encuentro con el Señor y
escucharle decir: “Venid en pos de mí”, que traducido
es: “sígueme”, decidieron dejar todo atrás, aunque no
entendían a profundidad el llamado al que se estaban
enfrentando, ni mucho menos las circunstancias que
llegarían a atravesar con esta responsabilidad; pero
con tan solo haber sido testigos de la grandeza del
Señor, sabían que aquel hombre llamado Jesús les
llevaría a conocer el sentido y propósito de sus vidas:
ser pescadores de hombres (Mateo 4:18-22, Lucas 5:1-
11)

Ese mensaje de: “Si conocieras” no solo fue dado para


aquellas personas, sino también para ti y para mí, pues
cuán importante es conocerle, porque solo a través del
conocimiento de Dios, que se da por medio de la
intimidad con Él y su palabra (revelada por el Espíritu
Santo), aprenderemos a seguirle donde Él nos llame y a
obedecerle sin vacilar, pues su mayor anhelo es
manifestarse a nosotros para enseñarnos y así poder
ser partícipes de aquellas cosas grandes y ocultas que
nosotros no conocemos (Jeremías 33:3).

MINISTRACION:

Mientras se escucha la alabanza sugerida, se invita a los candidatos al encuentro, para que les
permitan orar por ellos y pedir a Dios que ellos sean capaces de responder al llamado de Dios,
para asistir al encuentro, que puedan darse cuenta por la presencia del Espíritu Santo, quien los
está llamando, y que es poderoso para ayudarles en todo para que logren lo mejor en el
encuentro.

Al final: establezca compromisos, en los padres espirituales, para que pasen en tiempo y forma
por los amigos y llevarlos al encuentro

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