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El modelo Consumo-Ahorro, sienta sus bases, en relación a una cuestión básica, la cual
nace de conocer en términos específicos el diario vivir de una familia, un conjunto de ellas,
una región y/o país.
En la medida que se obtienen ingresos (Y), la persona, familia, región o país, busca usarlos
adecuadamente, tanto en consumo (C), como en Inversión (I), o en ahorro (S), de tal
manera que la economía, dado que es un conjunto de familias pensará en cómo usar bien
sus ingresos (Y), por lo que es posible plantear la siguiente ecuación (Ec.1), en que Yd es el
ingreso disponible, esto es el equivalente al ingreso líquido, descontado los impuestos,
transferencias (o subsidios Tr.) y seguridad social, pues de lo que queda del Y luego de
descuentos es lo que permite consumir, ahorrar y/o invertir.
Tal Que:
T: son los impuestos. En que T = txY, tal que t es la tasa de impuestos. / Tr: son la
transferencias o subsidios. / S.S: Seguridad Social.
Y d =Y −T +Tr−S . S .
Y d =Y −txY +Tr −S . S .
Yd=Yd
Así entonces:
C+ I =C+ S
Por lo tanto:
I =S ó S=I
Lo anterior, significa que I = f (S) o bien S = f (I), lo cual expresa conceptualmente que el
nivel de inversión es función (depende) del ahorro, o bien que el ahorro es función
(depende) de la inversión, esto lleva a pensar entonces que en el mediano y largo plazo la
inversión se transforma en el largo plazo en ahorro o que el ahorro se transforma en
inversión, así entonces, es posible concluir que son variables dependientes entre sí, por lo
tanto en el largo plazo ahorro = inversión, o inversión = ahorro, así entonces, si es necesario
generar crecimiento en la economía se requiere tener claro que el proceso ahorro-inversión
es fundamental, de lo que se deduce que para lograr ahorro y/o inversión es necesario
sacrificar consumo, para ahorrar y/o invertir. Es a partir de esto entonces que se
comienza el estudio del consumo, y el ahorro, pues precisamente, para lograr que el ahorro
(que se transforma en inversión en el largo plazo) crezca, es necesario consumir menos, así
es que nace el modelo consumo-ahorro, el cual se verá a continuación.
Es lógico suponer que el ingreso (Yd) se pueda escribir matemáticamente como sigue:
C=c Y d+ C , (Ec.4)
Tal que c es la parte del Yd destinado a consumo, por lo tanto, es una parte del total del Yd,
así por ejemplo si es 0.7, significa que el 70% del Yd se destina a consumo (C), por lo tanto
ΔC
c= es una variación en el consumo si varía el ingreso, y se denomina propensión
ΔYd
marginal a consumir.
Por otro lado, como el consumo no puede ser superior al Yd, entonces: 0 ≤ c ≤ 1, así también
C será lo que se conoce como el consumo autónomo, esto es autónomo del Yd, toda vez
que es el consumo que no puede faltar para subsistir, entonces es una constante, no importa
cuánto gane una persona, si no logra consumir C no puede desarrollarse, lo mismo sucede
al nivel de una economía cualquiera. Así la función consumo queda expresada en función
del Yd, o líquido, así como de la parte del Yd que puede destinarse a consumo (C) y de C ,
o consumo autónomo, conocida también como canasta básica o subsistencia.
Importante es observar que cuenta (1−c) corresponde a la diferencia de lo que falta del Yd
para dedicar al ahorro, entonces significa que si c = 0.7, que significa que el 70% se destina
a consumo, entonces (1−c) será: 0.3, lo cual significa que el 30% se destina al ahorro, por
lo tanto (1−c) se conoce como propensión marginal a ahorrar, lógico la parte del Yd que
ΔS
no se consume se destina al ahorro, y matemáticamente sería (1−c)= , nuevamente
ΔYd
como no se puede ahorrar más de lo que el Yd le puede dar, entonces 0 ≤(1−c)≤1 se
mueve entre cero y uno, al igual que el caso de c que es la propensión marginal a consumir.
De lo anterior se deduce que ambas funciones poseen pendiente positiva pues se mueven
entre 0 y 1, c será la pendiente de la función consumo, (1−c) será la pendiente de la
función ahorro, C será el coeficiente de posición de la función consumo, y −C será el
coeficiente de posición de la función ahorro, así entonces ambas funciones se pueden
graficar como sigue:
C, S S=(1−c)Y d−C
C=c Y d+ C
C=S Z
C=S, luego
c Y d+ C=(1−c)Y d−C
c Y d+ C=Y d−c Y d −C
c Y d=Y d−c Y d−C−C
c Y d−Y d +c Y d =−2C
2 c Y d −Y d=−2 C
2 c Y d −Y d=−2 C/ x (−1)
−2 c Y d +Y d=+ 2C
Y d−2 c Y d=+2 C
Y d (1−2 c )=+Y d−2 c Y d=+2 C
¿ 2C
Yd =
(1−2c )
Si c = 0, entonces Yd ¿= +2 C
¿
Si c = 1, entonces Yd = −2 C
Lo anterior significa que, ante aumentos en el consumo, el Yd se comprometió
negativamente, y ante disminuciones en el consumo se ve comprometido
positivamente.
Lo cual lleva a concluir que para que exista inversión y ahorro, debo sacrificar
consumo.
Entonces Yd, es el nivel de ingreso disponible necesario, que hace la diferencia entre una
economía que inicia su crecimiento para Yd mayor que Yd *, pues el ahorro es superior al
consumo, por lo que seguramente en una economía normal habrá inversión, respecto de
otra economía en que no existe crecimiento pues el consumo será mayor que el ahorro
cuando Yd es menor que Yd*.
Así entonces, Yd*, es un equilibrio matemático, toda vez que en ese punto el consumo es
igual a la inversión, pero esto no significa en términos económicos que una economía se
deba ubicar allí, el ideal es que sea como se vio antes que Yd * < Yd, como el caso de Yd 2,
en que el ahorro es superior al consumo, permitiendo generar inversión.
Ejemplo:
C, S
C=c Y d+ C
S=(1−c)Y d−C
C
Yd Yd
Ejemplo:
A B
C, S S=(1−c)Y d−C B
Z´
A
C=c Y d+ C
C=S Z
C
Yd1 Yd* Yd2 Yd** Yd