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FACULTAD DE

INGENIERÍA

MONOGRAFÍA

AUTORES:

 Ramos Orizano Joseph Nils

Orientador: Teofilo Lucio Valdivieso Echevarria

Área de investigación: Ingeniería Civil

Huánuco – Perú
2023

1
ÍNDIC

INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................3
CAPITULOS I................................................................................................................................4
NICOLÁS COPÉRNICO……………………………………………………………………………………………………….4

PROLOGO………………………………………………………………………………………………………………………..4

ORIGEN……………………………………………………………………………………………………………………………6

CAPITULO II..................................................................................................................................8
GALILEO GALILEI……………………………………………………………………………………………………………..8

CAPITULO III................................................................................................................................14

ALBERT EINSTEIN………………………………………………………………………………………………………….14

CAPITULO IV…………………………………………………………………………………………………………………………..17

EUCLIDES………………………………………………………………………………….....................................17

Los Elementos de Euclides………………………………………..………………………………………...........18

Dos mil años de vigencia………………………………………..……………………………………………………19

CAPITULO V ………………………………………..………………………………………..……………………………………21

Nikolai Ivánovich Lobachevski………………………………………..……………………………………………21

Sus estudios ………………………………………..………………………………………..……………………………22

Su geometría ………………………………………..………………………………………..………………………….25

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ………………………………………..………………………………………………..27

2
INTRODUCCIÓN

La contribución de figuras emblemáticas en el campo de la


matemática ha dejado un impacto perdurable en el curso del
conocimiento humano. Entre estos titanes, Albert Einstein emerge
como uno de los exponentes más influyentes, cuya genialidad no
solo revolucionó la física, sino que también iluminó la importancia
crucial de la matemática en la comprensión del universo. Esta
monografía busca adentrarse en la vida, obra y legado matemático
de Einstein, explorando cómo sus ideas transformaron nuestra
comprensión del mundo que habitamos.

3
CAPITULOS I

NICOLÁS COPÉRNICO

Nicolás Copérnico nació el 19 de febrero de 1473 en thorn, Prusia


real, sus padres fueron Niklas Koppernigk y Bárbara Koppernigk
(nacida como Bárbara Watzenrode). Nicolás Copérnico (1473-
1543), astrónomo polaco, es conocido por su teoría Heliocéntrica
que había sido descrita ya por Aristarco de Samos, según la cual el
Sol se encontraba en el centro del Universo y la Tierra, que giraba
una vez al día sobre su eje, completaba cada año una vuelta
alrededor de él. Fue un gran estudioso de los autores clásicos y
además se confesó como gran admirador de Ptolomeo cuyo
Almagesto estudió concienzudamente. Después de muchos años
finalizó su gran trabajo sobre la teoría heliocéntrica en donde
explica que no es el Sol el que gira alrededor de la Tierra sino al
contrario.

Prólogo

Cuando se habla del origen de la ciencia moderna se alude


generalmente a la “revolución científica” del siglo XVII, aunque en
verdad aquel proceso excede los límites del siglo en ambos
sentidos, ya en lo que se refiere a los forjadores de la nueva
ciencia, ya en lo que atañe a las obras que introdujeron las nuevas
ideas. Así, entre los sobresalientes científicos del periodo, el más
próximo a nosotros o, si se quiere, el más joven es Newton que
fallece en 1727, mientras que el más alejado, o el más viejo, es
Copérnico, que nace en 1473; con un lapso entre ambas fechas de
un cuarto de milenio; mientras que entre las obras cumbres, la
primera, cronológicamente, es De revolutionibus de Copérnico de
1543 y la última: los Principia de Newton de 1687, a un siglo y
medio de distancia de la anterior. Hoy, a otro cuarto de milenio de la
muerte de Newton, los esfuerzos de aquellos pioneros adquieren su
cabal valor ante el extraordinario progreso de la ciencia actual: sin
la concepción heliocéntrica de Copérnico y la ley de la gravitación

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de Newton, no hubiera sido factible el descenso del hombre en la
Luna, y digamos de paso que fue precisamente Copérnico quien
destronó a la Luna de su elevada y errónea categoría de planeta
que gozó hasta sus tiempos para convertirla en la eterna
acompañante de la Tierra; y que fue Kepler quien dejó inconcluso
un Sueño con detalles, algunos hoy impresionantes, de un viaje
espacial a la Luna. Pero volvamos a Copérnico, de quien se cumple
este año el quinto centenario de su nacimiento. Sin duda, en este
caso, más relevante es la fecha de la muerte que coincidió con la
publicación de su obra magna, pero hace treinta años, en el cuarto
centenario de esos acontecimientos, el mundo no estaba en
condiciones de brindar el debido homenaje: Occidente en guerra y
Polonia ocupada por los alemanes que, a su vez, habían anexado a
Copérnico convirtiéndolo en una gloria alemana. Circunstancias
tanto más lamentables por el hecho de cumplirse en el 43 el
centenario de otra obra famosa: De humani corporis fabrica del
anatomista Vesalio, publicada en 1543 a pocos meses de distancia
de la obra de Copérnico, con la cual no deja de Tener ciertas
connotaciones comunes, que Voisé pone de relieve en el trabajo
que aparece en este libro y que entre nosotros merecieron un
artículo de Aldo Mieli (1879-1950): Rivoluzione nelle rapresentazioni
del macrocosmo e microcosmo nell anno fatidico 1543 escrito en
1943 v publicado en el libro colectivo: Homenaje a Julio Rey Pastor.
Tomo I, pp. 117-127, Rosario (Argentina), 1945. Si en 1943 las
circunstancias impidieron a los polacos rendir homenaje a
Copérnico en el cuarto centenario de su muerte y de la publicación
de su obra astronómica, trataron de salvar esa omisión diez años
después cuando la Academia polaca de ciencias consagró una
solemne sesión “a la vida y a la obra del más grande de los hijos de
la nación polaca: Nicolás Copérnico”. Los resultados de esa sesión
aparecieron en Sesja Kopernikowaka. 15-16-IX-1953, Varsovia,
1955, lujoso volumen en el cual las comunicaciones presentadas y
las alocuciones pronunciadas por los numerosos representantes
extranjeros se publicaron en cuatro idiomas: polaco, ruso, francés e
inglés, amén del idioma original si es diferente de los anteriores.
Dado el carácter, ambiente y participantes de esa sesión, no ha de
extrañar cierta atmósfera política imperante en ella; con todo sus
comunicaciones son de interés; por su originalidad destacamos una
breve nota sobre Copérnico y la botánica, en la que se da cuenta de
la existencia de varias especies del género Copernicia de palmeras

5
sudamericanas a las que desde comienzos del siglo pasado se ha
dado el nombre del astrónomo en su recuerdo y homenaje. A este
respecto, aunque más vinculado con la botánica médica, cabe
agregar una información del
historiador Rosen acerca de
un detalle más bien curioso
de la iconografia copernicana.
En efecto, uno de los retratos
de Copérnico, bastante
difundido, muestra a un
hombre joven, con ropa civil y
un ramillete de lirios del valle
en la mano. Según Rosen
ese retrato, aún existente,
sería la copia de un
autorretrato, perdido, que
Copérnico habría pintado, “aún viva en su memoria la impresión de
las inimitables realizaciones en bellas artes del Renacimiento
italiano”, durante su permanencia en el palacio episcopal de Warmia
atando, entre otras tareas, practicaba medicina; práctica que
Copérnico simboliza en los lirios, en virtud de las propiedades
curativas de muchas liliáceas.

ORIGEN:

El Reino de Polonia, unido desde 1386 al Gran Ducado de Lituania


y gobernado por la dinastía de los Jagellones, era el país más
extenso de Europa en la segunda mitad del siglo XV, La declinación
del comercio mediterráneo después de la toma de Constantinopla
por los turcos, en 1453, hizo que el centro de gravedad de la
economia europea se trasladase a las ciudades del báltico, a las
cuales afluian los productos naturales de las llanuras de Polonia y
Lituania, atravesadas además por grandes rutas mercantiles que
unian Rusia con el Occidente. El desarrollo demográfico y la
creciente producción de Europa Occidental originaba una demanda
cada vez mayor de cereales, fibras textiles y maderas. Alrededor del
año 1480, se produce un importante cambio en el comercio baltico.
Los comerciantes de Europa occidental, sobre todo los holandeses,
6
rompen el monopolio comercial de las ciudades hanseáticas en el
Báltico y establecen relaciones directas con los puertos del Báltico
oriental, especialmente con los
puertos polacos de Gdansk, Elblag y
Braniewo. El precio de los cereales
aumenta continuamente, estimulando
así su producción, lo que dará origen
al desarrollo de la gran propiedad
rural, capaz de obtener excedentes
exportables. Al este del Elba, el
latifundio fundado en la servidumbre
logra que los precios de los productos
agrícolas se eleven a un ritmo
incomparablemente más rápido que el
de los precios y los salarios en el
sector artesanal. En la segunda década del siglo XVI esta tendencia
se vuelve constante, sobre todo porque la artesania tradicional de
esta parte de Europa queda al margen del progreso de organización
de la producción, que en Occidente se encamina hacia la
manufactura. Ello es natural, pues las manufacturas exigen
inversiones que sólo pueden ser proporcionadas por el capital
mercantil o por la gran propiedad rural. El extenso Estado polaco-
lituano constituia un organismo en lento proceso de fusión, muy
diferenciado desde el punto de vista geográfico, económico,
nacional y religioso Junto a polacos, el sector mayoritario, vivían alli
importantes grupos de rutenos ortodoxos y lituanos, y grupos
menores de armenios, tártaros mahometanos, judios, caraitas, etc.
La burguesia de las más grandes ciudades estaba constituida en
buena parte por alemanes asimilados a la cultura polaca. En las
ciudades pequeñas la población era casi exclusivamente polaca. En
todo el ámbito del dominio de los Jagellones, la situación de las
tierras boruscas y pomeranas era muy particular. Conquistadas en
el siglo XIII por la Orden Teutónica y parcialmente colonizadas por
los alemanes, en buena parte sus habitantes eran esclavos y
boruscos bálticos.

7
CAPITULO ll

GALILEO GALILEI

Físico y astrónomo italiano. Nació en


la ciudad italiana de Pisa, el 15 de
febrero de 1564. Su contribución más
famosa a la ciencia fue su
descubrimiento sobre las mediciones
precisas. En el campo de la física,
descubrió las leyes que rigen la caída
de los cuerpos y el movimiento de los
proyectiles. A los diecisiete años, se
inscribió en la universidad para
realizar estudios de medicina, pero no logró terminar la carrera,
pues su interés estaba puesto en las ciencias exactas. Estudió a
Euclides y Arquímedes, y además de observar la naturaleza, se
ocupó de los asuntos relacionados con la mecánica. Su curiosa
mirada atrapaba cuanto ocurria a su alrededor, y así fue como las
oscilaciones regulares de una lámpara colgada en la bóveda de la
catedral llamaron poderosamente su atención. Esto lo llevó a
pensar en aplicar el movimiento constante a la medición del tiempo.
Junto con el astrónomo alemán Johannes Kepler, comenzó la
revolución científica que culminó con la obra del físico inglés Isaac
Newton. Su principal contribución a la astronomia fue el uso del
telescopio para la observación y el descubrimiento de las manchas
solares, los valles y las montañas lunares, los cuatro satélites
mayores de Júpiter y las fases de Venus. En 1595, Galileo se

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inclinó por la teoría de Copérnico, que sostenía que la Tierra giraba
alrededor del Sol desechando el modelo de Aristóteles y Tolomeo
en el que los planetas giraban alrededor de una Tierra estacionaria.

Es, sin duda, uno de los mayores talentos y creadores de nuestra


cultura y uno de los cientificos más famosos de todos los tiempos.
Sus palabras:

“La filosofia está escrita en ese grandisimo libro me refiero al


Universo que tenemos abierto ante los ojos, pero no se puede
comprender si antes no se aprende el idioma y a interpretar los
caracteres en que está escrito. Está escrito en el lenguaje de las
matemáticas y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras
geométricas, sin las cuales es imposible entender una sola palabra.
Sin ese lenguaje, navegamos en un oscuro laberinto”, incluidas en
su obra II Saggiatore (El Ensayador, 1623; una polémica dirigida
contra la dialéctica de los jesuitas) se consideran como la
declaración fundacional del método científico. La defensa a ultranza
de sus ideas sobre el diseño racional de la Naturaleza, le hizo
enfrentarse al oscurantismo de su tiempo y le han convertido en el
paradigma de la libertad de pensamiento.

En Europa la visión medieval del mundo, bajo el férreo control de la


Iglesia Católica. Por supuesto, en todo lo concerniente al mundo
sobrenatural, la autoridad última recaía en la Revelación divina,
plasmada en las Sagradas Escrituras y en sus intérpretes. En el
caso del conocimiento de la Naturaleza, a partir de Tomás de
Aquino (1225-1274), el poderoso pensamiento de Aristóteles (384-
322 a. C.) se había constituido en la autoridad suprema. Las

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ciencias naturales y la medicina que se enseñaban en las
Universidades consistian fundamentalmente en la exposición de la
concepción de la Naturaleza por parte de Aristóteles, es decir, su
Fisica, Los estudiantes de medicina, además, debían aprender los
escritos de Hipócrates (460-377 a.C.) y, sobre todo Galeno (129-
199), sin tener apenas la oportunidad de contemplar directamente
un cuerpo humano. Los estudios de Filosofia ocupaban un lugar
destacado frente a los demás, y consistían en una mezcla de la
teologia cristiana y la filosofía aristotélica. La concepción aristotélica
del cosmos y la naturaleza está recogida en los cuatro libros Sobre
el Cielo y en los ocho libros de la Fisica. Para Aristóteles el
Universo, que es finito y eterno, está dividido en dos mundos: el
sublunar y el supra lunar, cada uno con caracteristicas bien
distintas: El mundo sublunar, (donde tienen lugar todos los
fenómenos mutables que podemos observar, sometido al cambio y
al movimiento), está formado por una mezcla de cuatro sustancias
elementales: tierra, agua, aire y fuego. Estas sustancias tienen en
distinto grado las cualidades de pesantez (tierra y agua) y ligereza
(aire y fuego). Según la proporción en que se encuentren esos
cuatro elementos, un cuerpo será más pesado o más ligero Por
naturaleza, los cuerpos pesados tienden a situarse abajo (tanto más
rápido cuanto más pesan), mientras que los ligeros tienden a
dirigirse arriba. Estos son conceptos estos absolutos, y no relativos.
En consecuencia, la Tierra, por ser pesada, sólo podía ocupar la
posición central del Universo (si no estuviera en el centro.
Inmediatamente se desplazaria con un movimiento rectilineo hasta
el centro). Cuando un cuerpo alcanza el lugar que le corresponde
por su naturaleza, permanece en él en reposo. Sólo por violencia
puede cambiar de lugar. Así, el movimiento es un proceso de

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cambio e interacción del objeto que se desplaza y el medio a través
del cual se mueve. El agente que ocasiona el movimiento “forzado”
a un móvil (por ejemplo, el arco a una flecha o la mano a una
piedra) debe transferir una cierta cualidad al aire en contacto con él,
que a su vez transmite ese poder de ser un moviente al siguiente
estrato del aire, y así sucesivamente, conservando el móvil en
movimiento hasta que la resistencia del medio la hace decaer
progresivamente. Por el contrario, el mundo supra lunar o celeste
está constituido por una sola sustancia: el éter o quintaesencia,
incorruptible, inmutable y eterna. La Tierra, que es una esfera
inmóvil, se encuentra en el centro del universo y, alrededor de ella,
incrustados en esferas concéntricas transparentes, giran los demás
astros y planetas, arrastrados por el giro de las esferas en que se
encuentran. Los cuerpos celestes no son graves, no pesan y, por
naturaleza se desplazan con un movimiento circular, uniforme y
eterno. Tras la última de las esferas, la de las estrellas fijas, no hay
nada, ni siquiera espacio vacío, cuya realidad física niega
Aristóteles. Esta interpretación cosmológica del Universo debe
conciliarse con los problemas astronómicos derivados de las
observaciones y de las necesidades de medir el tiempo y
confeccionar calendarios por razones prácticas, ligadas a la
agricultura (determinación de las épocas de siembra y recolección,
etc.), ganaderia, navegación y, por supuesto, la religión (cálculo de
las fechas de las festividades religiosas). Los griegos también
fueron los primeros en imponer un orden racional a los datos
empíricos, creando la astronomía geométrica, como una parte de
las matemáticas (¡Y no de la Fisica!), construyendo modelos
matemáticos que permitieran explicar los movimientos aparentes
observados en el cielo en términos de movimientos circulares

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uniformes1 y sobre los que se pudiera calcular y predecir. De esta
forma, la Astronomía se convierte en la primera disciplina
matematizada de la ciencia natural, aunque por supuesto su razón
de ser era construir herramientas para conseguir los objetivos
previstos, y no explicar la naturaleza del Universo. Se trataba,
simplemente, de salvar las apariencias. Pero la enorme influencia
de Aristóteles en los pensadores posteriores hizo que en muchos
casos desdeñaran comprobar Sus deducciones por la
experimentación. Sólo así se puede explicar la gran cantidad de
teorías absurdas sobre distintos aspectos de la realidad, discutidas
y aceptadas en los siglos posteriores que, con una simple
observación, con más información e instrumentos de medición más
precisos que los que disponía Aristóteles, hubieran quedado
desechadas.

La teoría del movimiento de Aristóteles es, posiblemente, la que


suscitó más dudas. Uno de los primeros críticos durante la Edad
Media fue el teólogo bizantino Juan Filópono (490-566). Distintos
pensadores árabes se unieron también a estas las críticas, entre
ellos al Biruni (973-1048) y, sobre todo, al Baghdaadi (1080-1165)
quien rechazó (a partir de datos observables) la afirmación
aristotélica de que una fuerza constante produciria un movimiento
uniforme. Ya en el siglo XIV, el filósofo escolástico francés Jean
Buridan (1300-1358), desarrolló la teoría del impetus como
alternativa a la de Aristóteles, que
sostiene que el agente transfiere al
móvil (y no al aire) una fuerza motriz o
ímpetus que le hace moverse, hasta
que la resistencia del medio la agota.

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Por supuesto, según esta descripción, el movimiento forzado no
puede tener lugar en el vacío. Mucho más difícil de aceptar son las
alternativas al modelo geocéntrico del cosmos de Ptolomeo, con
una Tierra inmóvil en su centro, fundamentado en la cosmología
aristotélica por un lado, y en la interpretación cristiana del Hombre
como centro del Universo creado por Dios, y avalado por
numerosas citas literales de las Sagradas Escrituras2. De ahí que
cuando el iniciador de la nueva Astronomía, Nicolás Copérnico
(1474-1543) publica su obra De Revolutionibus orbium caelestium,
en el que propone un nuevo modelo del cosmos, lo hace
prácticamente a título póstumo (la obra apareció sólo unos dias
antes de la muerte de su autor, quien parece fue cautamente
retrasando su publicación por las posibles repercusiones) y,
además, acompañada de un prólogo (parece ser que añadido sin
permiso explicito del autor) del pastor luterano Andreas Osiender en
el que se explicita que las hipótesis que aparecen en el libro para
explicar las observacionestienen por qué ser verdaderas, ni siquiera
verosimiles, sino simplemente sencillas y convenientes para el
cálculo.

13
CAPITULO lll

ALBERT EINSTEN

Figura mítica de la historia, genio cientifico, músico y político, Albert


Einstein es famoso por sus méritos con la fisica pero también es
conocido como icono del caracteristico “cientifico loco”. La fotografia
en la que se muestra al fisico sacando la lengua ha dado la vuelta al
mundo al igual que aquellas de las estrellas de la gran pantalla. Al
adentrarnos en su biografia descubrimos que nació en la ciudad de
Ulm, Alemania, en 1879. Sus padres, Hermann Einstein y Pauline
Koch eran judíos. Albert era un niño quieto y ensimismado, cuyo
desarrollo intelectual fue bastante lento, lo
que determinó, según él, la genialidad en
su madurez, porque los fenómenos que
no se habia cuestionado de pequeño le
vinieron a la mente cuando ya era mayor y
le fueron más fáciles de explicar. En 1894,
su familia se trasladó a Milán por
dificultades económicas pero él
permaneció en Munich para terminar sus estudios secundarios. Se
reunió con sus padres y su hermana al año siguiente. Realizó sus
estudios superiores en la Eidgenossische Technische Hochsule de
Zurich, donde fue alumno del matemático Hermann Minkowski

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Trabajando entre 1902 y 1909 en la Oficina Confederal de la
Propiedad Intelectual de Berna, contrajo matrimonio con Mileva
Maric, antigua compañera de estudios en Zurich. En 1904 y 1910
tuvieron dos hijos, en 1919 se divorciaron y Einstein se volvió a
casar, esta vez con su prima Elsa. Durante 1905 publicó cinco
trabajos en los Annalen der Physik: con el primero alcanzó el grado
de doctor en la Universidad de Zurich; el segundo y el tercero
fueron sobre la explicación teórica del movimiento browniano, y
sobre el efecto fotoeléctrico y la cuantización de la energía en
fotones, los cuales le llevaron a la obtención del Premio Nóbel de
Física en 1921; el cuarto y el quinto se versaron sobre la teoría de
la relatividad. Entre 1909 y 1914 se encaminó en su carrera de
profesor universitario en Zurich y Praga.

En 1914 pasó a formar parte de la Academia de Ciencias Prusiana


y hasta 1916 se centró en el perfeccionamiento de la teoría de la
relatividad, que fue confirmada el 29 de mayo de 1919 al
fotografiarse el eclipse solar. El diario The Times lo publicó dándole
una fama que le obligo a dar conferencias por todo el mundo
convirtiéndose en “el viajero de tercera clase de ferrocarril con un
violin bajo el brazo”. Sus últimas investigaciones fisicas se volcaron
sobre la unidad del universo, sin embargo no obtuvo fruto de ellas,
lo que le causó una gran frustración y lo llevó a unirse a los
alemanes que investigaban
la bomba atómica. A través
de la ONU, una política que
unia religión, ciencia y
socialismo. Estas ideas no
tuvieron cabida en la mente

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de los políticos de la época. A partir de 1933, con Hitler al poder,
renunció a la ciudadanía alemana y se trasladó a Princeton,
Estados Unidos, donde pasó sus últimos veinticinco años, hasta su
muerte en 1955. Dejando a un lado su
biografia se puede decir que era
admirable la simplicidad y gracia con la
que salia de los compromisos con
científicos y políticos que estuvieran en
su contra. De ello se recogen en
diversas fuentes las anecdóticas frases
del científico, al igual que sus gestos,
como el anteriormente mencionado de
la lengua. Sus frases más destacables
serían las siguientes: “Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre
es que no todos ignoramos las mismas cosas” “Al principio todos los
pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor
pertenece a los pensamientos” “En los momentos de crisis, sólo la
imaginación es más importante que el conocimiento” “Cuando me
preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la
bomba atómica yo sugeri la mejor de todas: La paz Por último, al
final de su vida, habiendo tenido tres nacionalidades (alemana,
suiza y estadounidense)

16
CAPITULO IV

Euclides

Poco se conoce a ciencia cierta de la biografia de Euclides, pese a


ser el matemático más famoso de la Antigüedad. Euclides enseñó
en Alejandria, donde abrió una
escuela que acabaria siendo la más
importante del mundo helénico, y
alcanzó un gran prestigio en el
ejercicio de su magisterio durante el
reinado de Ptolomeo | Sóter, fundador
de la dinastia ptolemaica que
gobernaria Egipto desde la muerte de
Alejandro Magno hasta la ocupación
romana. Se cuenta que el rey lo
requirió para que le mostrara un procedimiento abreviado para
acceder al conocimiento de las matemáticas, a lo que Euclides
repuso que no existia una vía regia para llegar a la geometría. Este
epigrama, sin embargo, se atribuye también al matemático
Menecmo, como réplica a una demanda similar por parte de
Alejandro Magno.

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La tradición ha conservado una imagen de Euclides como hombre
de notable amabilidad y modestia, y ha transmitido asimismo una
anécdota relativa a su enseñanza, recogida por Juan Estobeo: un
joven principiante en el estudio de la geometría le preguntó qué
ganaría con su aprendizaje. Euclides le explicó que la adquisición
de un conocimiento es siempre valiosa en sí misma; y dado que el
muchacho tenía la pretensión de obtener algún provecho de sus
estudios, ordenó a un sirviente que le diera unas monedas.

Los Elementos de Euclides

Euclides fue autor de diversos tratados,


pero su nombre se asocia principalmente
a uno de ellos, los Elementos, que rivaliza
por su difusión con las obras más
famosas de la literatura universal, como
la Biblia o el Quijote. Se trata, en esencia,
de una compilación de obras de autores
anteriores (entre los que destaca Hipócrates de Quíos), a las que
superó de inmediato por su plan general y la magnitud de su
propósito de los trece libros que la componen, los seis primeros
corresponden a lo que se entiende todavía como geometría plana o
elemental. En ellos Euclides recoge las técnicas geométricas
utilizadas en la escuela de Pitágoras para resolver lo que hoy se
consideran ejemplos de ecuaciones lineales y cuadráticas; se

18
incluye también la teoría general de la proporción, atribuida
tradicionalmente a Eudoxo

Los libros del séptimo al décimo tratan de cuestiones numéricas: las


principales propiedades de la teoria de los números (divisibilidad,
números primos), los conceptos de conmensurabilidad de
segmentos a sus cuadrados y las cuestiones relacionadas con las
transformaciones de los radicales dobles, Los tres restantes se
ocupan de la geometria de los sólidos, hasta culminar en la
construcción de los cinco poliedros regulares y sus esferas
circunscritas, que habían sido ya objeto de estudio por parte de
Teeteto.

De las restantes obras de Euclides sólo poseemos referencias o


breves resúmenes de comentaristas posteriores. Los tratados sobre
los Lugares superficiales y las Cónicas ya contenian, al parecer,
algunos de los resultados expuestos posteriormente por Apolonio
de Perga. En los Porismas se desarrollan los teoremas geométricos
denominados actualmente de tipo proyectivo; de esta obra sólo
conservamos el resumen trazado por Pappo de Alejandria. En
Óptica y Catóptrica se estudiaban las leyes de la perspectiva, la
propagación de la luz y los fenómenos de reflexión y refracción.

Dos mil años de vigencia

La influencia posterior de los Elementos de Euclides fue decisiva;


tras su aparición, se adoptó de inmediato como libro de texto
ejemplar en la enseñanza inicial de la matemática, con lo cual se
cumplió el propósito que debió de inspirar a Euclides. Tras la caída
del Imperio Romano, su obra fue preservada por los árabes y de
nuevo ampliamente divulgada a partir del Renacimiento.

19
Más allá incluso del ámbito estrictamente matemático, Euclides fue
tomado como modelo, en su método y exposición, por autores como
Galeno, para la medicina, o Spinoza, para la ética. Ello sin contar la
multitud de filósofos y científicos de todas las épocas que, en su
búsqueda de sistemas explicativos de validez universal, tuvieron en
mente el admirable rigor lógico de la geometria de Euclides.

De hecho, Euclides estableció lo que, a partir de su contribución,


había de ser la forma clásica de una proposición matemática: un
enunciado deducido lógicamente a partir de unos principios
previamente aceptados. En el caso de los Elementos, los principios
que se toman como punto de partida son veintitrés definiciones,
cinco postulados y cinco axiomas o nociones comunes.

La naturaleza y el alcance de dichos principios han sido objeto de


frecuente discusión a lo largo de la historia, en especial por lo que
se refiere a los postulados y, en particular, al quinto postulado,
llamado de las paralelas. Según este postulado, por un punto
exterior a una recta sólo puede trazarse una paralela a dicha recta.
Su condición distinta respecto de los restantes
postulados fue ya percibida desde la misma
Antigüedad, y hubo diversas tentativas de
demostrar el quinto postulado como teorema.

Los esfuerzos por hallar una demostración


resultaron infructuosos y prosiguieron hasta el
siglo XIX, cuando algunos trabajos inéditos de
Carl Friedrich Gauss (1777-1855) y las
investigaciones del matemático ruso Nikolai
Lobachevski (1792-1856) evidenciaron que era

20
posible definir una geometría perfectamente consistente (la
geometría hiperbólica) en la que no se cumplia el quinto postulado.
Se iniciaba así el desarrollo de las geometrías no euclidianas, de
entre las que destaca la geometria eliptica del matemático alemán
Bernhard Riemann (1826-1866), juzgada por Albert Einstein como
la que mejor representa el modelo de espacio-tiempo relativista.

CAPITULO V

Nikolai Ivánovich Lobachevski

Generalmente se acepta que Nikolai Ivánovich Lobachevskii nació


el dia primero de diciembre de 1792 en Nizhny Novgorod, Rusia,
aunque P.P. Pertsov, considera que
nació en Viazovuie, pueblo del Volga a
unos 35 kilómetros de Kazán. El apellido
de Lobachevskii proviene de su padre, el
registrador Iván Marksimov. Cabe pensar
que el padre de Lobachevskii contrajo
matrimonio con su madre, Praskovia
Aleksandrovna, en 1789 o en 1790. La
vida de Lobachevski está intimamente
unida a los primeros 50 años de la Universidad de Kazán. La
historia de ese centro contiene muchos datos valiosos sobre
Lobachevskii. Zagoskin, profesor de la Universidad de Kazán,
escribió tal historia a petición del Consejo de la Universidad de
Kazán con motivo del centenario de ese establecimiento, hecho que
se festejaba en 1904. Es una obra muy ambiciosa que consta de
cuatro grandes volúmenes. Los cuatro volúmenes contienen

21
numerosas informaciones sobre la primera mitad de la vida de N. I.
Lobachevskii. La herencia manuscrita de Lobachevskii comprende
dos manuales o libros de texto: de geometría y de algebra; una
libreta o cuaderno de gran formato y varias hojas de notas
matemáticas, asi como también algunas cartas de Lobachevskii a I.
E. Velikopolski y al conde M. N. Musin Pushkin, protector de los
centros docentes de Kazán Kazán era en esa época un gran centro
administrativo y comercial del Este de Rusia, cabecera del territorio
del Volga y del Kama, así como el único camino a través del cual se
efectuaba el comercio con toda Rusia del Nordeste, Siberia y los
países orientales. Era el principal centro intelectual. Hasta mediados
del siglo XVIII, los centros docentes de Kazán eran casi
exclusivamente religiosos. Era una ciudad grande para su época,
muy animada y, según la opinión de sus contemporáneos,
extraordinariamente pintoresca. Al iniciar el siglo XIX, Kazán tenía
entre 20,000 y 25,000 habitantes.

SUS ESTUDIOS

Por decreto del Senado, con el fin de prepararar estudiantes para


que ingresaran a las Universidades de Moscú y San Petersburgo,
se impulsó la fundación de gimnasios, y el primero de la región fue
el gimnasio de Kazán, centro de enseñanza general de nuevo tipo y
de Gestor del sistema Categoría superior, inaugurado en 1759,
donde más tarde recibió enseñanza media N. I. Lobachevskii.
Además de las materias elementales y generales, se enseñaban en
el gimnasio las lenguas, como latín, francés y alemán; lógica y

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filosofia práctica, geometría y
trigonometria; mecánica, hidráulica,
física, química, historia natural,
agrimensura y arquitectura civil;
derecho práctico, artilleria, arte de las
fortificaciones y táctica, a las cuales
se agregaban dibujo, música, esgrima
y danza. “El gimnasio de Kazán ama
tanto la memoria de Lobachevskii
porque ve en él una gran fuerza rusa
que, después de haber conocido en primer lugar la pobreza, logró
desarrollarse para el bien de la sociedad rusa y de la ciencia
universal". Por otra parte, el 5 de noviembre (o el 17 de noviembre
con el calendario actual) de 1804, el zar Alejandro I aprobó la Carta
de creación de la Universidad de Kazán. La sociedad de Kazán
acogió este acontecimiento con poco entusiasmo, de modo que, en
sus primeros años, el destino de la universidad dependía
particularmente del protector de los centros docentes de Kazán y
del rector de la universidad. Los estatutos de la Universidad de
Kazán eran los mejores que hubieran podido tener las
universidades rusas en esa época. Se logró atraer un número
considerable de profesores del extranjero, sobre todo de Alemania;
de entre ellos, Bartels jugó un papel importante tanto en la
instrucción de Lobachevskii como en toda su actividad cientifica.
F.K. Bronner e I. A. Littrow también ejercieron influencia en su
formación y en su concepción del mundo. Aksákov describe el
entusiasmo que reinaba entonces, tanto en el gimnasio como en la
Universidad de Kazán: “Una alegria bulliciosa animaba a todo el
mundo. Nos abrazábamos, nos felicitábamos mutuamente,

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prometiendo aprender, con un celo infatigable, todo lo que
ignorásemos, para que algunos meses más tarde pudiéramos
considerarnos verdaderos estudiantes. No podemos evocar sin
placer y respeto el extraordinario amor por la instrucción y las
ciencias que animaba entonces a los alumnos de las clases finales
del gimnasio. Los estudios se proseguían tanto de día como de
noche. Todos los alumnos adelgazaban. Todos tenían mal aspecto
y la dirección se vio obligada a tomar medidas resueltas para enfriar
un poco ese celo excesivo. El vigilante de servicio recorria los
dormitorios toda la noche apagando las velas y deteniendo las
conversaciones, porque en la penumbra los estudiantes recitaban
de memoria las respuestas a las preguntas estudiadas. Los propios
profesores también fueron ganados por el ardor de sus alumnos y el
aprendizaje se hacía no sólo en las clases, sino también en las
horas de recreo y los días festivos. Grigori Ivanovich daba un curso
de matemáticas aplicadas a los mejores estudiantes y su ejemplo
fue seguido por los otros profesores. Todo ello continuó durante el
año que siguió a la apertura de la universidad. Época maravillosa de
un puro amor por los conocimientos, de un noble entusiasmo!
Ingresó Lobachevskii en la Universidad a la edad de quince años y
ya era capaz de leer las memorias científicas latinas, alemanas y
francesas; terminó cuatro años más tarde. Estudió en la Universidad
materias muy diversas: filosofia, historia, geografia, estadística
general, historia antigua, griego y latín, literatura rusa, aritmética,
álgebra, geometría, secciones cónicas, cálculo diferencial, cálculo
integral y cálculo de las variaciones, geometria analítica, mecánica,
estática, aerostática, hidrostática, hidráulica, fisica, química, historia
natural, tecnología, derecho (natural, político y ruso). Los profesores
Hermann, Bartels, Bronner y Renner solicitaron y obtuvieron del

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Consejo el grado de maestro para Lobachevski. El 3 de agosto de
1811, Lobachevski y su hermano Aleksei fueron confirmados en ese
grado. De este modo terminaron los años de estudio de
Lobachevski. Habia adquirido vastos conocimientos, tanto en
matemáticas como en física y astronomía; había adquirido amigos y
mentores entre los profesores llenos de amor por la ciencia y que
aspiraban a crear en Kazán una sólida escuela de matemáticas.

SU GEOMETRÍA

En la Universidad de Kazán,
se propuso a los profesores
que presentaran sus libros
de texto, e incluso los
resúmenes que ellos habían
compuesto, con el fin de
publicarlos en calidad de
manuales modelo,
“clásicos”. Lobachevskii pertenecia al pequeño número de los que
respondieron a esa llamada. En el verano de 1823 presentó un
curso de geometría del que era autor, lo cual incita a pensar que
eran sus “Fundamentos de Geometría”. Les fue extraño que tomara
el metro francés por unidad de medida de las lineas rectas y la
centésima parte del cuadrante, bajo el nombre de grado, como
unidad de medida de los arcos del círculo. La noción de
infinitamente pequeño introducida les parecía confusa; su geometría
contiene los infinitésimos, pero bajo otro nombre y otra forma. En

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virtud de estas severas críticas, se le notificó a Lobachevskii, que no
se podia publicar su geometria. Magnitski quería que el señor
Lobachevskii rectificara la obra, cuyo manuscrito se consideró
perdido hasta comienzos de 1898, año en que Zagoskin tuvo la
suerte de encontrarlo en los archivos de la oficina del protector de la
Universidad. Es necesario reconocer que el libro de Lobachevskii
contenia errores en el capítulo acerca de la medida de los prismas.
Las condiciones de igualdad de los prismas son falsas, donde surge
la afirmación errónea de que todo paralepipedo puede ser dividido
por un plano diagonal en prismas triangulares “idénticos” (es decir
congruentes). Ese error remonta aún hasta Euclides. Cuando
Lobachevski se convirtió en rector de la Universidad de Kazán y
adquirió una influencia considerable, hubiera podido publicar su
“Geometria”, pero se dijo que “si no lo ha hecho, es, con toda
probabilidad, porque se dio cuenta de sus defectos al respecto”. “La
Geometria” de Lobachevskii es una obra didáctica y, aunque haya
sido desaprobada, no dejó de servir de manual a los estudiantes de
la Universidad de Kazán. En el siglo XVIII, el manual de geometria
eran los “Elementos de Euclides”, obra capital hasta el primer cuarto
del siglo XX. Los artículos de D'Alembert consagrados a la
Geometría, publicados en la “Enciclopedia”, se difundieron con
amplitud, desde 1751, y en ellos no estimaba que los elementos de
la geometría debiesen tratarse según el plan de Euclides; los
autores los tomaban en consideración al componer nuevos
“Elementos” de geometría. Citemos tres obras importantes
aparecidas a finales del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX: el
“Curso” de Bézout, los “Elementos” de Legendre y los “Elementos”
de Lacroix. Estas obras se adaptan más o menos a la obra de
D’Alembert. No existe la menor duda de que Lobachevskii conocía

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bien esas obras destacadas de geometría elemental, ya que se
habían traducido al ruso.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/nicolas-copernico-y-
revolucion-cosmos_13321

https://www.kids.csic.es/cientificos/einstein.html

https://museovirtual.csic.es/salas/magnetismo/biografias/galileo.htm

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/euclides.htm

https://www.filosofia.org/enc/ros/lob.htm

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