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1.1.

El arrebatamiento de la Iglesia y la Segunda Venida de


Cristo son dos eventos distintos
¡FALSO!
Los pretribulacionistas hacen una división temporal entre el rapto de la Iglesia y la Segunda
Venida de Cristo. Para ellos, estos dos acontecimientos son dos eventos distintos,
separados por los siete años de Gran Tribulación. Afirman que el rapto de la Iglesia
ocurrirá al principio de la Gran Tribulación, porque Dios ha prometido que “seremos
salvos de la ira” (Romanos 5:9) y que nos guardará “de la hora de la prueba” (Apocalipsis
3:10). Después de los siete años de Gran Tribulación, en su Segunda Venida, Cristo volverá
a la tierra con su Iglesia, para castigar a los impíos y establecer el reino milenial.

“Los creadores de la enseñanza del rapto


secreto necesitaban una justificación bíblica para su innovación, así que esos hermanos
dijeron que mientras que Mateo 24 se refería a la venida postribulacional de Cristo, todos
los pasajes de las cartas de los apóstoles que hablaban de la glorificación o arrebatamiento
de la Iglesia debían tomarse como referidos a algo anterior a la Gran Tribulación. Y como la
venida postribulacional de Cristo en Mateo 24 que sería visible a todos como un relámpago
que atraviesa el cielo de un extremo a otro ya no era, para ellos, la venida de Cristo por su
Iglesia, entonces imaginaron que la venida de Cristo por su Iglesia sería invisible al mundo,
y así comenzó la doctrina del «rapto secreto». Según estos hermanos Cristo vendría en
forma invisible, recogería a su Iglesia en forma invisible, su Iglesia «desaparecería» dejando
un vacío en el mundo”. (A. R. Ybarra. Las bases de la fe postribulacional)
Los textos de base que los pretribulacionistas utilizan para justificar el rapto de la
Iglesia antes del inicio de la Gran Tribulación son: 1ª Tesalonicenses 4:13-17 y 1ª
Corintios 15:51-54. Según ellos, este rapto pretribulacional no tiene nada que ver con la
Segunda Venida de Cristo descrita en Mateo 24 y Marcos 13, porque son dos eventos
distintos.
En los puntos siguientes intentaremos descubrir qué dice la Biblia respecto a esto realmente:

1.1.A. La continuidad dentro del capítulo 24 de Mateo


Todo estudiante de la Biblia sabe que Mateo 24 describe una serie de eventos finales que
culminan con la Segunda Venida de Cristo. Incluso los pretribulacionistas reconocen que la
enseñanza de Mateo 24 hace referencia al retorno público y visible de Cristo a la tierra, en
su Segunda Venida. Pero, si leemos Mateo 24 entero, nos damos cuenta que existen
elementos dentro de este capítulo que son utilizados por los pretribulacionistas para
defender su nueva doctrina del rapto pretribulacional, aunque, en realidad, estos elementos
hablan de la Segunda Venida de Cristo. Así se explica porque los pretribulacionistas
enseñan que:

 El rapto tiene que ser inminente, en cualquier momento: “Pero del día y la hora nadie
sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre” (Mateo 24:36)
 El rapto tiene que ser secreto, invisible, sin aviso previo, como “ladrón en la
noche” (Mateo 24:42-44)
 El rapto tiene que ser “como en los días de Noé” (Mateo 24:37)
 En el rapto, “uno será tomado y otro será dejado” (Mateo 24:40-41)

¿No habla Mateo 24 de la Segunda Venida de Cristo? ¿Entonces por qué estos elementos
de Mateo 24 son utilizados para justificar el rapto pretribulacional de la Iglesia?
En realidad, los que enseñan el rapto pretribulacional han llegado a dividir el capítulo 24 de
Mateo en dos: haciendo una separación entre los primeros 35 versículos, que hablan
claramente de la Segunda Venida de Cristo y los versículos 36-51, del mismo capítulo, que
a los pretribulacionistas les parece más definidores de un “rapto secreto” que de una venida
visible. De esta manera, afirman que no existe una continuidad entre Mateo 24:3-35 y Mateo
24:36-51.

Si leemos con atención todo el capítulo, observamos que no hay ningún motivo para creer
que no existe dicha continuidad. En su totalidad, el capítulo 24 de Mateo habla de la Segunda
Venida de Cristo (la Segunda Venida del Hijo del Hombre) que es mencionada en múltiples
ocasiones.

 Mateo 24:27: “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el
occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”.
 Mateo 24:30:“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre
las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.
 Mateo 24:37-39: “Más como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del
Hombre”. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no
entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida
del Hijo del Hombre”.
 Mateo 24:42-44: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro
Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría
de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad
preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”.

Es más que evidente que durante todo el capítulo no se cambia de tema en ningún momento.
Por tanto, vemos que los conceptos “como en los días de Noé” o “como ladrón en la noche”
hacen referencia a la “venida del Hijo del Hombre” (Segunda Venida de Cristo) y no a
un rapto pretribulacional.
Ahora, leamos Mateo 24:36: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los
cielos, sino sólo mi Padre”. ¿De qué evento se está hablando? Del mismo evento descrito
antes en Mateo 24:30. ¿Ha habido un cambio de tema en algún momento? ¡NO! Jesús habla
del mismo tema, de su Segunda Venida. Marcos 13:32 afirma: “Pero de aquel día y de la
hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”. Cuando
se dice “aquel día” y “aquella hora”, se hace referencia a la Segunda Venida de Cristo (la
venida del Hijo del Hombre).
Es absurdo pensar que en Mateo 24 Jesús cambie tan bruscamente de tema, sin previo
aviso, hablando primero de su Segunda Venida y luego del rapto pretribulacional de la
Iglesia. De hecho, en este capítulo no se describe en ningún momento un rapto
pretribulacional. Jesús no habla de dos venidas suyas, una secreta y una visible. Todo el
capítulo 24 contiene la respuesta de Jesús a la pregunta de los discípulos: “Dinos (…) ¿qué
señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”.

1.1.B. El orden de los eventos finales descritos en Mateo 24


La fecha exacta de la Segunda Venida de Cristo le fue privada a la Iglesia por soberanía
divina. Aun así, Jesús explicó el orden exacto de los eventos que van a suceder en el futuro
y que culminarán con su retorno a la tierra. Esta presentación de la secuencia completa de
los eventos nos sirve para podernos guiar y para saber cuándo el retorno de Cristo está por
venir. Por esto, él nos dice: “… cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a
las puertas” (Mateo 24:33). Todo tiene sentido porque siempre se nos pide que velemos,
que estemos atentos para que no seamos sorprendidos.
Si leemos con mucha atención Mateo capítulo 24, vemos que los eventos descritos
sucederán en 3 fases:
Fase I: El principio de dolores:

 Falsos Cristos, guerras, pestes, hambres, terremotos (v. 4-8)

Fase II: La ira de Satanás hacía la Iglesia:

 Tribulaciones, persecuciones por causa del nombre de Cristo (v. 9)


 Falsos Cristos, apostasía (v. 10-12, 23-24)
 Venida del Anticristo (v. 15)
 Gran Tribulación (v. 21)
 Persecución de la Iglesia (por causa de los escogidos, la persecución será acortada)
(v. 22)

Fase III: La Segunda Venida de Cristo para arrebatar a su Iglesia (momento en el cual se
desatará la ira de Dios, como veremos más adelante):

 Cambios climáticos drásticos inmediatamente después de la Gran Tribulación (sol,


luna, estrellas) (v. 29)
 Segunda Venida de Cristo (v. 30-31)
 Arrebatamiento de la Iglesia (v. 31)

Pablo expone exactamente el mismo orden (que utilizó Jesús en Mateo 24) en 2ª
Tesalonicenses 2:1-3. Él menciona que la venida del Señor y el arrebatamiento de la
Iglesia “no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el
hijo de perdición”. Esto significa que el momento en el cual el Señor vendrá para arrebatar
a su Iglesia será después de que venga la apostasía y el Anticristo. Además, en estos
versículos, Pablo menciona la venida del Señor y el arrebatamiento de la Iglesia como dos
acontecimientos que forman parte de un único evento (“la venida de nuestro Señor
Jesucristo y nuestra reunión con él” – 2ª Tesalonicenses 2:1).
Juan también describe el mismo orden que Jesús y Pablo, en Apocalipsis 6 [1er sello:
falso(s) Cristo(s); 2o sello: guerras; 3er sello: hambrunas; 4o sello: muertes; 5o sello:
persecución de la Iglesia; 6o sello: cambios celestes que anuncian la Segunda Venida de
Cristo y el inicio del «día de la ira»] y Apocalipsis 14 [Anticristo (v. 9-11); persecución de la
Iglesia (v. 12-13); Segunda Venida de Cristo en las nubes (v. 14); arrebatamiento de la
Iglesia (v. 15-16); la ira de Dios sobre los que se quedaron en la tierra (v. 17-20)].
Todos estos textos (Mateo 24, 2ª Tesalonicenses 2, Apocalipsis 6, Apocalipsis 14) describen
los eventos en un mismo orden. Observamos que la secuencia de todos estos
acontecimientos está bien clara: 1) apostasía; 2) Anticristo; 3) Gran Tribulación con la
persecución de la Iglesia; 4) fin de la persecución (aquellos días son acortados); 5) cambios
celestes; 6) Segunda Venida de Cristo y arrebatamiento de la Iglesia; 7) inicio de la ira de
Dios.

Ahora bien, muchos pretribulacionistas dicen que en Mateo 24:30-31 no aparece el concepto
del arrebatamiento de la Iglesia. Pero yo creo que sí aparece, por varios motivos:
a) El momento de la reunión de los redimidos encaja perfectamente con las condiciones
bíblicamente defendibles para el arrebatamiento (después de la persecución del Anticristo,
pero antes de que la ira de Dios caiga sobre los impíos).
b) Las etapas en las que se lleva a cabo la reunión de los redimidos encajan perfectamente
con las condiciones bíblicamente defendibles para el arrebatamiento: 1. la venida del Señor
en las nubes, con autoridad y poder; 2. acompañado por los ángeles; 3. el sonido de la
trompeta que anuncia la reunión de los redimidos. Es el mismo evento que Pablo describe
en 1ª Tesalonicenses 4:16-17 y 1ª Corintios 15:51-52.
c) En la descripción de este acontecimiento que encontramos en Lucas 21:28 se utiliza un
lenguaje de arrebatamiento: “cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad
vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.
d) En ningún texto o descripción vemos dos venidas de Cristo o dos arrebatamientos, antes
y después de la Gran Tribulación respectivamente. Vemos que la única venida de Cristo y
el único arrebatamiento descritos en la Biblia son posteriores a la Gran Tribulación.
e) El término “escogidos” se refiere a la Iglesia, a los creyentes que estarán vivos en la
Segunda Venida de Cristo (ver punto siguiente).
Mateo 24:29-31 nos ofrece la mejor pista
en cuanto al momento del arrebatamiento: en el momento de la Segunda Venida de
Cristo (“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se
oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias
de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo;
y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre
las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta,
y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”).
Ahora bien: si el arrebatamiento de la Iglesia y la Segunda Venida de Cristo fueran dos
eventos distintos, ¿Por qué Jesús no menciona una venida suya invisible y un rapto de la
Iglesia antes de la Gran Tribulación en Mateo 24? O ¿por qué Jesús no menciona, al menos,
el caos que se producirá en el mundo por este evento tan asombroso? ¿A Jesús no le
parecía importante que los cristianos de hoy en día, que leemos la Biblia, supiéramos que
él vendría a buscar a su Iglesia antes de la Gran Tribulación? ¿Por qué avisa a los cristianos,
a través de las palabras dirigidas a sus discípulos, sobre su Segunda Venida, si los cristianos
ya no estarán en la tierra para presenciarla?
Jesús no menciona una venida invisible o un arrebatamiento de la Iglesia anterior a la Gran
Tribulación en Mateo 24 porque no existe. Según Jesús, el arrebatamiento de la Iglesia es
claramente un acontecimiento postribulacional. Yo pienso que si hubiera ocurrido un rapto
de la Iglesia antes de la Gran Tribulación, los escogidos ya estarían juntos y no habría
necesidad de juntarlos para el momento de la Segunda Venida. ¿Qué ha pasado con ellos?
¿Se han perdido y ahora es necesario juntarlos otra vez?
Estos argumentos incomodan a los pretribulacionistas y para rebatirlos, tienen que recurrir
a varias improvisaciones. Eligen interpretar que los “escogidos” de Mateo 24 no pueden
formar parte de la Iglesia, ya que la Iglesia se había ido. Entonces serían “otra categoría de
escogidos”. Y el arrebatamiento descrito en Mateo 24:31 no es el rapto de la Iglesia descrito
en 1ª Tesalonicenses 4:15-17, sino otro arrebatamiento. Curioso es que este arrebatamiento
también es anunciado por una trompeta, que entonces, según los pretribulacionistas, tendría
que ser otra final trompeta. Por lo tanto, se inventan una segunda categoría de escogidos,
un segundo arrebatamiento y una segunda final trompeta.

1.1.C. Los “escogidos” de Mateo 24


Los “escogidos” aparecen tres veces en la descripción de los eventos de Mateo 24:
1) La persecución por parte del Anticristo durante la Gran Tribulación será acortada por
causa de los “escogidos” (Mateo 24:21-22: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no
la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no
fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán
acortados”).
2) Las señales de los falsos Cristos y falsos profetas durante la Gran Tribulación tratarán de
engañar a los “escogidos” (Mateo 24:24: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos
profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere
posible, aun a los escogidos”).
3) Los “escogidos” serán reunidos con el Señor en las nubes, en su Segunda Venida (Mateo
24:31: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los
cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”).
Para los pretribulacionistas, estos “escogidos” no son la Iglesia sino “otra categoría de
escogidos”, probablemente los judíos (Israel físico, descendencia biológica/terrenal de
Abraham). El motivo principal por el cual los pretribulacionistas suponen que estos
“escogidos” son los judíos es el hecho de que Jesús, en Mateo 24, enseñaba tan sólo a
judíos (discípulos), en un contexto judío. Por lo tanto, concluyen que este texto se aplica
solamente a los judíos y no a la Iglesia. Y como, según el dispensacionalismo, el rapto
pretribulacional es para la Iglesia y no para los judíos, de allí que los judíos no necesitan
saber de un rapto pretribulacional. Por este motivo, dicen que Mateo 24 describe solamente
la Segunda Venida de Cristo y no un rapto antes de la Gran Tribulación.
Este argumento es muy absurdo porque a partir del versículo 36 de Mateo 24, Jesús
continúa hablando a los judíos (discípulos), en cambio, estos versículos (36-51) son
utilizados por los pretribulacionistas para apoyar la doctrina del rapto pretribulacional (p.ej.
“uno será tomado, otro será dejado”, “ladrón en la noche”, etc), tal como lo hemos visto en
el punto 1.1.A.
Y además, recordemos que en Juan 14:1-3, Jesús hablaba al mismo auditorio judío
(discípulos) por lo que debería estar describiendo su Segunda Venida. Pero aquí vemos que
las palabras de Jesús son utilizadas por los pretribulacionistas para defender el rapto
pretribulacional de la Iglesia y no la Segunda Venida: “No se turbe vuestro corazón; creéis
en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera,
yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare
lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también
estéis” (Juan 14:1-3). Ya no cuenta el argumento de que el auditorio era judío, como en
Mateo 24. No es correcto manipular las Escrituran deliberadamente, causando tanta
confusión. Este argumento que usan los pretribulacionistas para interpretar los textos de la
Biblia no es válido, ya que se contradicen al no ser consecuentes.
Sabemos que en los últimos tiempos aparecerán falsos Cristos, falsos profetas y muchos
apostatarán de la fe. En 2ª Tesalonicenses 2:3 y 1ª Timoteo 4:1, Pablo avisa a la Iglesia
sobre la apostasía (“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” 1ª
Timoteo 4:1). Jesús, en Mateo 24:24, indica que las señales y los prodigios de los falsos
Cristos y falsos profetas parecerán tan auténticos que los elegidos podrían ser engañados
si no están alerta: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes
señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos».
En mi opinión, este versículo se refiere a la Iglesia, porque los judíos físicos, la nación de
Israel será engañada y hará un pacto con el Anticristo (Daniel 9:27). En el punto medio de
la semana septuagésima de Daniel, el Anticristo romperá el pacto y se proclamará a sí
mismo «Dios todopoderoso» (2ª Tesalonicenses 2:4). Muchos judíos creerán en él, le
adorarán y lo apoyarán. Apocalipsis 13:8 dice: “Y la adoraron todos los moradores de la
tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado
desde el principio del mundo”. El objeto de este versículo se refiere específicamente a
aquellos que no son parte de los “escogidos”, incluyendo al Israel físico (judíos).
Vamos a mirar la identidad de los
“escogidos” o “elegidos”. Marcos 13:20 indica que los elegidos son aquellos que Dios eligió.
El verbo “elegir» en el Nuevo Testamento hace referencia a la elección para salvación
(Efesios 1:4). Los términos “escogidos” y “elegidos” son utilizados en la Biblia para referirse
a Israel como nación (Isaías 44:1) [en el Antiguo Testamento] y a la Iglesia (Efesios 1:4)
o apóstoles (Juan 6:70) [en el Nuevo Testamento].
Israel es elegido en un sentido físico, natural (en el Antiguo Testamento) y en un sentido
espiritual (en el Nuevo Testamento). Este grupo, Israel espiritual, incluye sólo aquellos judíos
que son elegidos para salvación (Romanos 11:5) junto con los gentiles que, también son
elegidos para salvación (Efesios 1:4). Ambos componen la Iglesia. Veamos algunos pasajes
bíblicos que hablan acerca de los “escogidos”:

 Juan 15:16: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he
puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo
que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”.
 Romanos 11:7: “¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los
escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos;”
 Colosenses 3:12: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de
entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”.
 2ª Tesalonicenses 2:13: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios
respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os
haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el
Espíritu y la fe en la verdad”.
 2ª Timoteo 2:10: “Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que
ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna”.
 Tito 1:1: “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de
los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad;”
 1ª Pedro 2:9: “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable;”

Como podemos ver, cada vez que se presenta el término “escogidos” en el Nuevo
Testamento, hace referencia a la Iglesia. ¿Será Mateo 24 una excepción? No. Los
“escogidos” de Mateo 24 son la Iglesia, son los creyentes que aún estarán con vida en la
tierra al comienzo de la Segunda Venida. Por lo tanto, tenemos que tener en cuenta que en
Mateo 24, Jesús enseña a sus discípulos y a su Iglesia. Aunque sus discípulos eran judíos,
tras la resurrección de Cristo y el derramamiento del Espíritu Santo, ellos se convertirían en
los padres y fundadores de la Iglesia de hoy en día.
Además, en Mateo 28:20, Jesús menciona claramente que la Iglesia tiene que
guardar todas las cosas que él había enseñado a sus discípulos (“enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado…”). Entonces ¿Cómo es posible decir que
Jesús, enseñando a sus discípulos, no se refería a su Iglesia?
Los apóstoles forman parte de la Iglesia porque la era del Antiguo Testamento alcanza hasta
Juan el Bautista: “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es
anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él» (Lucas 16:16). Todos los mandamientos,
todas las enseñanzas y bienaventuranzas dirigidas a los judíos en el Nuevo Testamento se
pueden atribuir a la Iglesia. Jesús sabía que después de su sacrificio en la cruz y tras su
resurrección, no habría “diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de
todos, es rico para con todos los que le invocan” (Romanos 10:12).
Si todavía no queda claro, leamos el último versículo de Marcos 13: “Y lo que a vosotros
digo, a todos lo digo: Velad”. En este capítulo se habla de la Segunda Venida de Cristo a la
tierra, igual que en Mateo 24. ¿No es evidente que Jesús hace hincapié en el hecho de que
nos está hablando a todos nosotros, su Iglesia, no solamente a los discípulos judíos? Toda
su Iglesia tiene que velar, no solamente los judíos. Jesús no hacía diferencia entre la Iglesia
y sus discípulos, que eran judíos. Cuando se refería a los “escogidos” en Mateo 24, Jesús
se refería a su Iglesia.
En base a esta pretendida distinción entre los judíos y la Iglesia, los pretribulacionistas
excluyen a los cristianos de la mayor parte de las Escrituras, que entienden que van dirigidas
únicamente a los judíos. Esta es una doctrina muy peligrosa, porque ya han salido muchos
que enseñan que el bautismo, la santa cena y las pascuas son para los judíos, no para los
cristianos. Totalmente anti bíblico.

1.1.D. “Parousia”
Otro aspecto muy importante para mencionar es que la palabra griega que describe la
Segunda Venida del Señor en Mateo 24:27, “parousia”, es la misma palabra utilizada en 1ª
Tesalonicenses 4:15 cuando el Señor viene por la Iglesia.
Esto quiere decir que las dos venidas son idénticas, como lo demostraremos a
continuación:

En el pasado, los que enseñaban el rapto


pretribulacional aseguraban que cuando Pablo escribió 1ª de Tesalonicenses, utilizó la
palabra “parousia” (venida) para describir el rapto secreto de la Iglesia. Pero en 1ª
Tesalonicenses 3:13, Pablo empleó la misma palabra para describir la venida visible de
nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos: “para que sean afirmados vuestros
corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida
(“parousia”) de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos”. Nuevamente, en 2ª
Tesalonicenses 2:8; el apóstol Pablo empleó el mismo término “parousia” para referirse a
la venida de Cristo que causará la destrucción del Anticristo: “Y entonces se manifestará
aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor
de su venida (“parousia”)”. Y además, si leemos los primeros versículos de 2ª
Tesalonicenses 2, observamos que Pablo utiliza la palabra “parousia” para describir la
venida de Jesús seguida del arrebatamiento de la Iglesia: “la venida (“parousia”) de nuestro
Señor Jesucristo y nuestra reunión con él”.
Observamos que la palabra “parousia” describe la Segunda Venida, visible del Señor, que
está relacionada con: 1) nuestra reunión con él (arrebatamiento) y 2) la destrucción del
Anticristo. No describe un rapto secreto.
Vamos a mirar ahora varios versículos del Nuevo Testamento que tratan el tema de la
venida “parousia” del Señor:

 Santiago 5:7-8: “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor.
Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia
hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía”.
 1ª Juan 2:28: “Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste,
tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él
avergonzados”. Este versículo, en sí mismo, niega la posibilidad de un rapto
pretribulacional.
 1ª Tesalonicenses 3:12-13: “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para
con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros,
para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de
Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos”.
 1ª Tesalonicenses 5:23: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo
vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo”.
 2ª Pedro 3:11-12: “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no
debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos
para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos,
y los elementos, siendo quemados, se fundirán!”

Todos estos versículos describen la Segunda Venida como la “parousia” del Señor.
Entonces surgen varias preguntas: ¿Por qué debemos tener paciencia y permanecer en él
hasta su Segunda Venida “parousia”, si nosotros nos vamos con él en el rapto
pretribulacional? ¿Y por qué tenemos que ser irreprensibles en santidad y andar en “santa
y piadosa manera de vivir” hasta la Segunda Venida “parousia” de Cristo, si nosotros nos
vamos con él en el rapto pretribulacional?
Claramente, los apóstoles no esperaban un rapto pretribulacional de la Iglesia. Sin
duda, todos ellos creían en un sólo evento, grande y glorioso: la Segunda Venida de
Cristo. Actualmente, los pretribulacionistas ya no enseñan que “parousia” se refiera a un
rapto pretribulacional, sino que es la Segunda Venida de Cristo y que ésta se compone de
dos etapas: “primera” Segunda Venida y “segunda” Segunda Venida. Este aspecto lo
trataremos en el apartado 2 («Dos etapas distintas»).

1.1.E. 1ª Tesalonicenses 4:15-17 y el arrebatamiento de la Iglesia


Es cierto que en 1ª Tesalonicenses 4:15-17 se describe el arrebatamiento de la Iglesia. Pero
¿Será esto antes de la Gran Tribulación?
1ª Tesalonicenses capítulo 4 no hace referencia al marco temporal en el cual sucederá el
arrebatamiento de la Iglesia. Citando solamente los versículos de 1ª Tesalonicenses 4:15-
17, nunca podríamos referirnos al momento del arrebatamiento, porque el texto no lo
menciona. Aquí, Pablo describe que habrá un arrebatamiento y describe la forma en cómo
va a suceder: primero los muertos en Cristo resucitados, luego los vivos en Cristo. Pero no
el momento. Entonces, decir que el arrebatamiento descrito en 1ª Tesalonicenses 4:15-17 se
producirá antes de la Gran Tribulación tiene el mismo peso que decir que será al final de la
Gran Tribulación, porque no tenemos ninguna información respecto al tiempo en que va a
ocurrir.
Incluso algunos pretribulacionistas reconocen este aspecto. R. Mayhue dice: “por lo tanto,
se puede concluir seguramente que la Escritura señala a la realidad de un rapto
escatológico, aunque ninguno de estos textos fundamentales contiene un indicador de
tiempo explícito”. (R. Mayhue. ¿Por Qué Un Rapto Pretribulacional?)
A diferencia de 1ª Tesalonicenses 4:13-18 que trata sobre información que Pablo sabía (la
forma del arrebatamiento y el hecho que los vivos no tendrán ninguna ventaja sobre los
muertos en Cristo), 1ª Tesalonicenses 5:1-11 trata con información que Pablo no sabía
porque no se le había revelado (el momento exacto del arrebatamiento). Por eso, en el
capítulo 5, Pablo empieza: “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones…”. Solamente
aquí, el apóstol se refiere al tiempo del arrebatamiento, del cual hablaba en los versículos
anteriores, y dice: “no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba”, considerando que
los tesalonicenses sabían que la venida del Señor para arrebatar a la Iglesia sería tal y como
Jesús lo había explicado.
En 1ª Tesalonicenses 5:2 Pablo continúa diciendo: “Porque vosotros sabéis perfectamente
que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”. Es más que evidente que Pablo
quiere decir que la venida del Señor para arrebatar a su Iglesia (de 1ª Tesalonicenses 4:16-
17) ocurrirá en el “día del Señor” (de 1ª Tesalonicenses 5:2) y será como “ladrón en la
noche”. Dice exactamente lo mismo en 2ª Tesalonicenses 2:1-2, que la venida del Señor y
el arrebatamiento de la Iglesia ocurrirá en el día del Señor: “Pero con respecto a la venida
de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no
os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni
por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está
cerca”.
Por lo tanto, vemos que Pablo nos ayuda a poder deducir cuando será la venida del Señor
y el arrebatamiento de la Iglesia: en el “día del Señor”.
Vamos a ver bíblicamente que día es el “día del Señor”.

 Hechos 2:20: “El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga
el día del Señor, grande y manifiesto;”
 Joel 2:31: “El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga
el día grande y espantoso de Jehová”.

Pedro afirma que el “día del Señor” es el mismo que el “día de Jehová”. Y observamos que
el “día del Señor” ocurrirá después de la aparición de ciertas señales en los cielos imposibles
de confundir, las cuales Jesús también describió en Mateo 24:29-30. Y estas señales
ocurrirán después de la Gran Tribulación: “E inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán
del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del
Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al
Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.
Todos estos versículos sugieren que primero habrá una Gran Tribulación, luego unas
alteraciones cataclísmicas inconfundibles y luego vendrá el “día del Señor”. Por lo
tanto, el Señor arrebatará a su Iglesia en el “día del Señor” y este día es totalmente
postribulacional, es decir, posterior a la Gran Tribulación.
¿Es posible que Pablo entienda el “día del Señor” como un momento pretribulacional y Pedro
un momento postribulacional? ¿Es posible que los dos apóstoles se contradigan en este
aspecto? ¡NO! Ambos tienen razón y ambos describen el arrebatamiento como un evento
postribulacional. Aquí, quienes se equivocan no son Pablo y Pedro, sino los que defienden
la nueva doctrina del rapto pretribulacional. Algunos, además, se atreven a decir que los
apóstoles eran pretribulacionistas o que la doctrina del rapto pretribulacional proviene de la
Iglesia primitiva.
Miremos más versículos con respecto al “día del Señor”.

 2ª Pedro 3:10: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los
cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la
tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”.
 Isaías 13:9-10: “He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de
ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las
estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y
la luna no dará su resplandor”.
 Sofonías 1:18: “Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová,
pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente
destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra”.
 Ezequiel 7:19: «Arrojarán su plata en las calles, y su oro será desechado; ni su plata
ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; no saciarán su alma, ni llenarán
sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad”.
 Romanos 2:5: “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti
mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios».
 Zacarías 14:1-9: “He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos
tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén;
y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la
mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la
ciudad. Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día
de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que
está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio,
hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del
monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de los
montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que
huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi
Dios, y con él todos los santos. Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni
oscura. Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche;
pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. Acontecerá también en aquel día, que
saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad
hacia el mar occidental, en verano y en invierno. Y Jehová será rey sobre toda la
tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”.

Vemos que Isaías, Joel y Sofonías también predijeron que estas mismas señales
celestiales indicarían el comienzo de la ira de Dios contra los impíos, durante el “día del
Señor”. Joel dice que las alteraciones cataclísmicas en el cielo vendrían antes de desatarse
el verdadero “día del Señor” (Joel 2:31). Con este hecho, se descarta cualquier posible
interpretación de que el período completo de siete años, conocido como la semana
septuagésima de Daniel, es la ira de Dios.
Todos estos versículos colocan el arrebatamiento de la Iglesia al inicio del “día del Señor” o
“día de Jehová”. Este día es conocido como la Segunda Venida de Cristo, un evento
totalmente posterior a la Gran Tribulación (será después de ciertos cambios astronómicos
que afectarán al sol, la luna y las estrellas, y que sucederán inmediatamente después de la
Gran Tribulación). Durante este día se desatará la ira de Dios sobre los impíos.

1.1.F. La continuidad entre 1ª Tesalonicenses 4 y 1ª


Tesalonicenses 5
Teniendo en cuenta que el “día del Señor” es la Segunda Venida de Cristo, muchos
pretribulacionistas se equivocan al afirmar que no existe una continuidad entre el capítulo 4
y el capítulo 5 de 1ª Tesalonicenses, intentando justificar de esta manera el hecho de que,
según ellos, Pablo habla de dos eventos distintos en cada capítulo: mientras en el capítulo
4 se habla del rapto pretribulacional de la Iglesia, en el capítulo 5 se habla de la Segunda
Venida de Cristo.
Si miramos en 1ª Tesalonicenses 5:2, vemos que Pablo habla sobre el “día del Señor”
(Segunda Venida de Cristo) que vendrá como “ladrón en la noche” y sobre la necesidad de
velar (v. 2, 6). Pero según los pretribulacionistas, Cristo vendrá como ladrón en la noche
para raptar a su Iglesia en un momento pretribulacional, no en su Segunda Venida. Por lo
tanto, vuelven a caer en una contradicción:

 1) Por una parte, los capítulos 4 y 5 no tienen continuidad. Los pretribulacionistas


desconectan el capítulo 4 del 5 porque en el capítulo 4 se habla del rapto
pretribulacional de la Iglesia y en el capítulo 5 se habla la Segunda Venida de Cristo
(“día del Señor”);
 2) Y por otra parte, los capítulos 4 y 5 sí que tienen continuidad. Los
pretribulacionistas mismos reconectan los dos capítulos como si hablaran del mismo
rapto pretribulacional cuando se refieren al aspecto de “ladrón en la noche” y la
necesidad de velar.

O sea, dependiendo del ángulo en que se mira el tema, los pretribulacionistas dicen que los
dos capítulos tienen continuidad o no. ¡Esto es absurdo! Vamos a aclarar esto.
Observamos que en el capítulo 4, Pablo abre el tema del arrebatamiento de la Iglesia
intentando responder a una preocupación de los cristianos de Tesalónica: ¿Qué pasará con
los creyentes que hayan muerto si todavía Cristo no ha vuelto? Pablo les explica que no
tienen que estar preocupados y tristes, porque cuando Jesús venga, los muertos en Cristo
resucitarán primero y luego los que viven serán arrebatados juntamente con ellos (v: 16-17).
En otras palabras, él afirma que los vivos no tendrán ninguna ventaja sobre los muertos en
la “parousia” de Cristo y les aconseja que se consuelen porque sus seres queridos, que han
muerto, van a resucitar. Vemos que Pablo se enfoca en la idea de que no importa si uno
ha muerto o no porque cuando Cristo venga, todos estarán vivos con el Señor.
En el capítulo 5, vemos que Pablo no había abandonado el tema anterior. En 1ª
Tesalonicenses 5:10b, él concluye: “ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos
juntamente con él”. Sin duda, es la misma conclusión de 1ª Tesalonicenses 4.

1.1.G. Una comparación entre los textos de 1ª Tesalonicenses 4, 5


y Mateo 24
En 1ª Tesalonicenses 4:13-18, Pablo no da ninguna indicación temporal sobre la
“parousia” de Cristo y el arrebatamiento de la Iglesia. Sabemos qué sucederá, pero no
cuándo sucederá. No obstante, una vez que se reconoce la unidad de 1ª Tesalonicenses
4:13-5:11, el lector es capaz de discernir una conexión muy importante. La enseñanza de
Pablo y la enseñanza del Señor son paralelas.
En la siguiente tabla vamos a hacer una comparación entre 1ª Tesalonicenses 4 y
5 y Mateo 24 para concluir que se trata del mismo evento:

El arrebatamiento de la Iglesia descrito en 1ª Tesalonicenses 4 y la Segunda Venida de


Cristo de Mateo 24 sucederán en el mismo evento. Lo mismo afirma Pablo en 2ª
Tesalonicenses 2:1: “…la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con
él…”. No son dos eventos distintos, ni separados en tiempo por la Gran Tribulación. El
arrebatamiento inicia el “día del Señor”, el cual es la ira de Dios sobre los impíos.

1.1.H. Otros aspectos relevantes


En la Biblia, abundan los textos que describen el arrebatamiento de la Iglesia y la Segunda
Venida de Cristo como parte de un mismo evento.
El texto de 2ª Tesalonicenses 1:6-10 dice: “Porque es justo delante de Dios pagar con
tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con
nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,
en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al
evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición,
excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel
día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto
nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)”. Aquí vemos que la glorificación de la
Iglesia sucede en el mismo momento que el castigo eterno de los impíos, en el día de la
Segunda Venida de Cristo (“parousia”): “cuando venga en aquel día». No en dos eventos
distintos.

Leamos la parábola de Jesús sobre el trigo


y la cizaña (Mateo 13:24-30): “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es
semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los
hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba
y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de
familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues,
tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues,
que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis
también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo
de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para
quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Jesús mismo revela el significado de la
parábola en Mateo 13:37-43: los hijos del reino (los creyentes) y los hijos del malo (los no
creyentes) conviven juntos hasta el fin del siglo, cuando Cristo viene en su Segunda Venida,
no son arrebatados siete años antes. No cabe duda de que el arrebatamiento de la Iglesia
y el castigo de los impíos en la Segunda Venida de Cristo acontecerán en el mismo evento.

1.1.I. Conclusión final


Hemos visto que sí existe una continuidad dentro del capítulo 24 de Mateo y que en todo el
capítulo, Jesús habla de su próxima y única Segunda Venida. Consideramos que dentro de
este capítulo, se describe un arrebatamiento de la Iglesia en un momento postribulacional y
que los “escogidos” que estarán en el arrebatamiento son la Iglesia. Además, la palabra
griega “parousía”, utilizada para describir la Segunda Venida de Cristo en Mateo 24:27, es
empleada también en 1ª Tesalonicenses 4:15, cuando Pablo describe el arrebatamiento de
la Iglesia. Hemos constatado que el arrebatamiento de ese capítulo (1ª Tesalonicenses 4:15-
17) ocurrirá al inicio del “día del Señor”, que es un evento postribulacional según Jesús,
Pablo, Pedro y durante el cual se desatará la ira de Dios sobre los impíos, según Joel,
Isaías y Sofonías.

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