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Otro posible factor está relacionado con el hecho de que Ronda 0 ha sido asignado
a PEMEX a más del 80% de las posibles reservas. México va disminuyendo. Por
otro lado, el tiempo para explorar en el mar profundo antes de comenzar la
extracción puede llevar varios años sin mencionar el tamaño de la inversión
necesaria y no referirse a la tecnología de vanguardia requerida. Debido a la
disminución de los precios del petróleo, PEMEX debe centrarse solo en los campos
con costos de producción altamente rentables, especialmente en el mar profundo,
algunos proyectos relacionados que requieren capital privado, humanos y
tecnologías avanzadas.
Sin embargo, es necesario mencionar que en la última subasta el precio por MWh
fue de 19.9 dólares, de acuerdo con CENACE, uno de los precios más competitivos
a nivel mundial, y 70 por ciento más barato que el costo de generación de CFE.
Además de lo competitivo de este precio, es importante hacer alusión a la inversión
que esto representó en proyectos de generación, además de que la mayor parte de
la energía eléctrica será generada a partir de fuentes limpias.
Esto es relevante ya que sabemos que los objetivos de la Reforma tienen que ver
con el hecho de disminuir los costos de los energéticos y contribuir con el desarrollo
económico, social y medio ambiental que México requiere. En virtud de lo anterior,
creo que es urgente evaluar la posibilidad de restablecer las subastas de energía
eléctrica por la inversión que este mecanismo detonará y a través del cual se
propiciará la generación de energía eléctrica a partir de fuentes limpias, lo que nos
permitiría cumplir con los compromisos medioambientales que México ha
establecido en la Ley de Transición Energética, la cual tiene como meta que el 35
por ciento de la generación en 2024 provenga de fuentes limpias y el 60 por ciento
en 2050.
Una de las principales razones por las que la reforma energética ha sido
fuertemente cuestionada, tiene que ver con el hecho de que los niveles de
producción de petróleo que México tuvo a finales del sexenio anterior estuvieron por
debajo de los niveles que el país tenía en 2013, sin dejar de mencionar que más del
73 por ciento de las gasolinas y cerca del 80 por ciento del gas natural, consumidos
en México, fueron importados.
Creo que la caída en la producción de petróleo no tiene que ver con el hecho de que
la reforma energética no haya funcionado, sino que se puede explicar, en parte, en
términos de la disminución en el precio de este hidrocarburo ya que entre mediados
del 2014 e inicios del 2016 el precio cayó en casi 79 por ciento. Otro factor que,
posiblemente, influyó en la baja de la producción fue el proceso de asignación de
reservas probables a Pemex en la Ronda 0, lo cual redujo la participación de los
privados en los procesos de exploración con más probabilidad de extracción, lo que
ocasionó que la producción en México disminuyera. También es importante
mencionar que el tiempo que toma el proceso de exploración en aguas profundas,
antes de comenzar con la extracción, puede tomar varios años, sin dejar de
mencionar la magnitud de la inversión que se requiere, así como la tecnología de
punta necesaria para llevar a cabo estos procesos.
Debemos aprovechar el gran potencial que México representa para generar energía
a partir del viento y del sol, sin dejar de lado otras fuentes limpias, ya que además
de la inversión que esto podría representar nos permitiría cumplir con los
compromisos medioambientales que México ha establecido en la Ley de Transición
Energética, la cual tiene como meta que el 35 por ciento de la generación en 2024
provenga de fuentes limpias y el 60 por ciento en 2050.
Del mismo modo, los inversionistas y operadores podrían empezar a considerar las
estrategias de protección y defensa de inversiones locales e internacionales
disponibles tras la aprobación de la Reforma y de cualquier legislación secundaria.
Dada la naturaleza constitucional de la Reforma, las estrategias de defensa locales
para inversionistas y operadores pueden estar algo limitadas a actos administrativos
o normas de aplicación específicas. Sin embargo, los recursos pueden estar más
fácilmente disponibles a través de uno de los múltiples tratados de libre comercio o
de protección de inversiones suscritos por México. En particular, la Reforma podría
resultar en incumplimientos por parte de México de sus obligaciones en virtud del
Capítulo 14 (Inversión), el Capítulo 15 (Comercio Transfronterizo de Servicios) y/o el
Capítulo 22 (Empresas Propiedad del Estado y Monopolios Designados) del Tratado
entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Como con cualquier otra propuesta de reforma constitucional, dos tercios del
Congreso mexicano (tanto del Congreso como del Senado) y la mayoría de los
congresos estatales deben aprobar la reforma para que se convierta en ley.
Además, los cambios constitucionales deben ser regulados e implementados por
numerosas leyes secundarias y normas de aplicación. Aunque el partido
gobernante, Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), y otros partidos aliados
tienen mayoría tanto en el Congreso como en el Senado, necesitarán votos
adicionales en partidos opositores como el Partido Revolucionario Institucional
(PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática
(PRD) para cumplir con el criterio de mayoría calificada. El proceso legislativo para
discutir la Reforma está programado para comenzar este mes y se estima que se
votará en diciembre de 2021. Si la Reforma es aprobada, la fase de aprobación e
implementación por parte de la legislatura estatal sería lo siguiente, lo más probable
es que esto se lleve a cabo durante 2022.