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Anexo CLA-7
Anexo CLA-7
CONTRATOS
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BANCARIOS
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[ Sergio Rodrí guez Azuero
Ex‘-©eí'ente de la Asociación Banaarla de Colombia
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BIBLIOTECA FELABAN
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Notas al Pí e del texto:
i Derecho Bancario- América Latina :
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Bancos - América Latina 3 Contratos Bancarios
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CDD 332/1
332.17
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Biblioteca FELABAN
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CONTRATOS BANCAKIOS
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2 Responde por los da ñ os que sufran los clientes a causa de violencia o
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por la apertura indebida de ellas (art. 1064 G . Co.) .
3. En caso de falta de pago de la pensión estipulada o al vencer el término
establecido podr á requerir al tomador de la caja por escrito. Si en el
f- término de 15 d ías ele hecho el requerimiento éste no paga las pensiones
que adeuda, ni desocupa la caja, la institución proceder á a la apertura
y desocupación de la caja, ante notario, levant á ndose inventario del
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contenido (art. 1065 C. Co.) .
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b) Cliente .
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No debe conservar objetos que produzcan da ño, ni los prohibidos por
pacto expreso. Los da ños que cause por violar este precepto y el anterior
(no pagar las pensiones) dan derecho a la institución para vender los ob-
jetos depositados en la caja, quedando cualquier remanente bajo custodia
.
del banco y a favor del tomador (art 1066 C Co.) .. Capitulo XXII
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! FIDEICOMISO
MEXICO
Caracter
í sticas
a) Obligaciones de la institución que presta el servicio:
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í 1 . Deberá responder por la integridad de las cajas y mantener el libre I. ANTECEDENTES
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acceso a ellas en los d ías y horas que se ñ alen en el contrato (art. 59: El estudio del cap í tulo final del libro sobre el fideicomiso o fiducia mer-
! LRSPBC) . cantil, nos ha sugerido la conveniencia de hacer algunas acotaciones prelimi-
! i 2 . Las condiciones generales y el contrato deber á n estipular las causas, i nares en orden a precisar el contenido y alcance de este contrato que quiere
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formalidades y requisitos que se observar án para que la institución ser una adecuada traducción de la figura anglosajona conocida con el nombre
í pueda proceder, ante notario pú blico, a la apertura y desocupación de de “ trust ”. Por ello, queremos distinguir desde un comienzo varias figuras
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la caja , así como lo relativo a la custodia de los bienes extra ídos (art . más o menos ligadas entre sí y denominadas en forma similar. Y estudiar los
59 LRSPBC) . or ígenes históricos tanto en el Derecho Romano corno en el Anglosajón, así
b) Obligaciones y Derechos del Cliente. como el concepto del negocio fiduciario inspirado en el derecho continental
europeo, para que pueda ubicarse mejor el tema objeto de nuestro estudio
1 . Es responsable por los gastos, da ñ os y perjuicios que origine a la ins
titución (art. 59 LRSPBC) .
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con este conjunto de referencias.
604 605
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liberalidad, primero al fiduciario quien recibe la propiedad limitada y, lúe-
ir go, al fideicomisario, persona o personas llamadas o adquirirla al sobrevenir 1.1.3 Negocios fiduciarios
la condició n .
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Para no detenernos en la compleja reglamentación de la figura, bástenos
Bajo este acá pite estudiaremos el negocio fiduciario, que si bien corres -
destacar algunas notas caracter ísticas que nos permitirán afirmar que se trata
ponde a la estructura lógica que pudo explicar las manifestaciones del Dere
cho Romano, puede tambié n convenir a todas aquellas hipó tesis en las cuales
-
de una institución cuyos elementos esenciales no corresponden al fideicomi
so o fiducia mercantil que vamos a estudiar. En efecto, el fiduciario adquiere A
- ’
existe una finalidad seriamente querida por las partes para la cual se utiliza
un medio jur ídico excesivo, en el sentido de que produce mayores efectos
la propiedad de manera que esta forma parte de su patrimonio, puede ser j de aquellos que ser ían necesarios para obtener tal finalidad. Si se quiere, se
K enajenada con el gravamen al cual est á sujeta y los frutos o productos de ¡ trata del contexto jur ídico que explica la desproporción entre medio y fin y
la cosa le benefician en forma directa, salvo casos excepcionales. Puede lle
gar a hacerse propietario pleno de los bienes recibidos en el supuesto de que j
- permite precisar que el fideicomiso no es un negocios fiduciario puro con el
contenido y alcance propios de esta figura.
la condició n se haga imposible o no se realice dentro del término se ñalado
.
en el contrato o en la ley Esta posibilidad de hacerse propietario que, en el }\ 1.1.4 Encargos fiduciarios o de confianza
i
[ caso de lq, propiedad fiduciaria del Derecho Civil es perfectamente lógica, se i
encuentra descartada en t é rminos categóricos por la mayor parte de las legis - Decíamos al hablar del contrato de mandato que él puede explicar buen
.
laciones mercantiles a las cuales nos referiremos m ás adelante En ellas, ni el í n ú mero de los llamados encargos de confianza , introducidos en algunas de
fiduciario puede hacerse propietario ni los frutos lo benefician porque está n ií nuestras legislaciones bancarias hacia los a ños veintes, como resultado de la
destinados a cumplir una determinada finalidad. Por último, para hacer una visita hecha a varios pa íses por la misión de expertos norteamericanos dirigi-
distinción respecto al negocio fiduciario, no existe desproporci ón alguna en- da por el se ñ or Kemmerer 014. Tales encargos comprenden para el banco,
tre medio y fin, pues se trata de un instrumento destinado a producir los —
entre otros, actuar como fideicomisario con más precisión debería decirse
efectos que le son propios, esto es, a beneficiar a dos o más personas en don - —
fiduciario en virtud de cualquier hipoteca o bonos emitidos por una enti-
de no solo no Hay desproporción alguna sino que los efectos producidos son
los buscados por las partes mediante el empleo de los instrumentos id óneos
dad, tema ya estudiado en el capí tulo sobre la emisión de bonos y otras obli
.
gaciones Actuar como fiduciario de bienes de incapaces, como fiduciario tes-
-
para conseguirlo. En otras palabras, si bien la propiedad fiduciaria que apa - tamentario, ser albacea, administrador, registrador de acciones y bonos, man -
rece en algunos códigos civiles se inspira en alguna forma en los negocios de
confianza del Derecho Romano, no corresponde a la figura que en las actua-
datario con las ampl ísimas posibilidades que esto significa , depositario, s í ndi
co, agente de seguros, etc. Enumeració n de éstas y otras facultades que quiso
- - i *
les instituciones jur ídicas se conoce como “ trust ” en el Derecho Anglosajón introducir en nuestros sistemas bancarios las amplias posibilidades que existen
y en nuestros sistemas como fideicomiso o fiducia mercantil 618 . en los pa íses anglosajones en relación con la figura del trust y las facultades !.
del trustee. Lo malo, como lo dijimos en otra ocasión, es que estas leyes tu-
1.1 .2 Trust vieron el defecto de consagrar la función,, estableciendo por vía ilustrativa el
nú mero de servicios o contratos que pod í an llevarse a cabo y determinar el
Veremos, en dos puntos distintos de este capí tulo, cómo el trust correspon- órgano competente, o sea , las secciones fiduciarias o de mandato de los bancos
de a una peculiar evolución histó rica del Derecho Inglés y se explica y opera comerciales, sin introducir al mismo tiempo, como hubiese sido lo lógico, la i;
dentro de una estructura peculiar no existente en los sistemas latinos, segú n estructura conceptual de los “encargos de confianza ” eiB. La simple menció n
de unas facultades no era suficiente para que ellas pudieran ejercitarse, si la
innovació n t écnica buscada .suponía una estructura jur ídica inexistente en
Colombia. Dos art ículos del C. C. indicarían, sin embargo, lo contrario. El 807 que
813
dice que "cuando en la constitución de fideicomiso no se designe expresamente al Fiducia -
nuestros países y explicable, en lo fundamental, a la luz de la peculiar orga
.
nizaci ón jurídica anglosajona Por ello, como lo veremos, solo hasta que los
-
rio, o cuando falte por cualquiera causa el fiduciario designado, estando todavía pendiente i
la condició n , gozará fiduciariamente de la propiedad el mismo constituyente, si viviere, o
pa íses latinoamericanos fueron introduciendo el concepto de fiducia, acercá n - ¡!
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sus herederos" V. infra, Cap XXII, 3.2 1.2. Y el 808 que establece que “si se dispusiere
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que mientras pende la condición se reserven los frutos para la persona que en virtud de , ,
614 Chile, art, 48 LGB; Ecuador art. 196 LGB ; Perú arts. 39 y . .
94 L de B (7159) ;
cumplirse o de faltar la condición, adquiera la propiedad absoluta, el que haya de ad - , . .
Colombia arts 105 y ss L, 45/23.
ministrar los bienes será un tenedor fiduciario, que solo tendrá las facultades de los cura- 615 RODRIGUEZ AZUERO, Sergio. “ El Negocio Fiduciario en la legislación Bancaria .
Tesis de grado. Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Bogot á , 1968.
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dores de bienes". !
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606 607 !;
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CONTRATOS BANCARI ÓS FIDEICOMISO
608 609 .
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CONTRATOS BANCARIOS
í: FIDEICOMISO
en un primer momento, que el acreedor figurara como propietario pleno En cuanto a inconvenientes, valga en lo pertinente lo dicho respecto al
sin que el deudor gozara de acción alguna en caso de incumplimiento por pactum fiduciae cum creditore, por la clara posibilidad de abuso del ad-
parte de aqu é l, lo que contrastaba con las ventajas obtenidas por el acreedor . quirente.
Sin embargo, y como en el caso anterior, pronto fueron apareciendo ins-
-i V
trumentos destinados a proteger la posici ó n de las partes y, en especial, la 1.2.2 Derecho Inglés
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del fiduciante o transmisor. La primera defensa consistió é n el reconocimiento
de la actio fiduciae, directa en favor del fiduciante y contraria en favor del Gomo antecedentes mencionemos tan solo la vinculación de la figura del
.
fiduciario Dos hipó tesis sirvieron de presupuesto principal al ejercicio de la .
trust al sistema peculiar inglés de la doble jurisdicció n y, de otra parte, algu-
acción directa. La enajenació n por parte dél acreedor del bien o bienes reci-
• / nas notas destacadas sobre el proceso evolutivo de esta figura .
bidos, antes del vencimiento del plazo previsto para la satisfacción de la obli-
gación principal , en cuyo caso la actio fiduciae estaba enderezada a lograr la 1.2 . 2.1 Las dos jurisdicciones
.
indemnización o devoluci ón de los valores recibidos por el fiduciario La otra,
fue la enajenació n hecha por el fiduciario una vez vencido el plazo sin haberse A partir de la conquista normanda prod ú cese en Inglaterra un proceso
incumplido la obligaci ón . En un primer momento parece claro que el deudor de unificación de leyes locales, conocido con el nombre de Common Law. La
careció de acción alguna, pues su incumplimiento generaba para el fiduciario intervención del Canciller condujo, sin embargo, a que, ante la presencia de
el derecfio de disponer a su arbitrio de los bienes recibidos. No obstante, con
injusticias, dejara en un momento de aplicar las normas del Common Law
el transcurso del tiempo se tuvo en cuenta la eventual diferencia, a veces im-
para aplicar otras fundadas en la equidad y conocidas como Equity Law .
portante , entre el valor del bien recibido y el de la deuda y, entonces , y para A fines del reinado de Enrique V (1413-1422) fue reconocido el tribunal
proteger al deudor, se le concedió acci ó n enderazada a lograr la devolució n de canciller ía (Equity Jurisdiction) y bajo el reinado de Enrique VIII y, a
de tal diferencia, luego de satisfacerse la obligación a favor del acreedor. . partir de ese momento, logró el máximo desarrollo.
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Si bien puede reconocerse que el pactum fiduciae cum cteditore cumplió Se distinguió entre acciones legales ((Action in Law) y procedimiento de
un destacado papel antes de conocerse las formas modernas de contratos de equidad (Proceeding in Equity) , segú n se apoyara el interesado en el Com-
garant í a , present ó en lo esencial dos serias desventajas: cuando el acreedor mom Law o en el Equity Law 017. Las dos jurisdicciones continuaron parale-
abusando de su posici ó n enajenaba el bien , el deudor quedaba colocado en
una dif ícil situació n, pues, careciendo de acción real, no podía perseguir el
lamente a través del tiempo, hasta fusionarse en 1873, aunque la parte sus
tantiva continuó formada por principios autó nomos, inspirados cada uno en
-
bien en manos de terceros y ten ía que limitarse a ejercitar una acció n personal su fuente respectiva .
contra su acreedor, quien pod í a insolventarse o caer en mala situación de ne- Por lo que dice con los antecedentes del trust parece incuestionable, al
gocios. De otra parte, el deudor no ten ía la posibilidad de conservar el bien decir de los autores , que él comienza con el ‘'use ’' entendiendo por tal la
a tí tulo precario, pues si con el tiempo tal posibilidad fue consagrada, el transmisi ón hecha a un tercero con obligació n de conciencia en favor del
acreedor siempre pod ía demandar la entrega del bien respectivo C16. transmisor u otro beneficiario. Su utilizació n parece haberse popularizado
El pactum fiduciae cum amico, por su parte, se celebraba en interé s del con motivo de la expedición del estatuto de manos muertas (statute of mort-
fiduciante y no del fiduciario, corno en el caso anterior, y buscaba transferir
los bienes para que éste pudiese disponer de los mismos y ejercitar las facul-
main) que imped ía a las comunidades religiosas poseer bienes inmuebles. Pa
ra obviar el inconveniente, los monjes transfer ían o adquir ían a través de un
-
tades inherentes al due ñ o como administrar los bienes, celebrar contratos en tercero (feoffe to use) la propiedad de un inmueble destinado a beneficiar a
torno a ellos, defenderlos contra el ataque de terceros, etc. Se utilizaba, enton- la comunidad (cestui to use). El constituyente del “ use” se denominaba “ feoffor
ces, cuando alguien , contando con una persona de su entera confianza tenía,
*
* to use ” o “settlor”. Es preciso anotar, sin embargo, que el "use” también se
por ejemplo, que ausentarse durante un largo tiempo y en vez de dejar el utilizó para llevar a cabo transmisiones testamentarias prohibidas por la ley
bien en manos de su amigo a través de un contrato que le confiriera la sim - o en fraude de acreedores.
ple tenencia, empleaba este expediente para que gozara de las m á s amplias En relación con los or ígenes hay distintas teor ías acogidas por los autores
facultades, con lo cual su protecci ó n resultaba m ás eficaz. i que lo toman del Derecho Romano, del Germ á nico o de movimientos autóc-
610 . .
NAVARRO MARTORELL , Mariano. “ La propiedad fiduciaria'’ Ed Bosch, Bar - BERNATE, Alejandro. “ El Trust en los Estados Unidos", Revista de la Universi
-
celona, 1950, p 36. . dad Nacional, N? 27, 1968, p. 55.
610
611
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CONTRATOS BANCARIOS
f FIDEICOMISO
tonos 018. Cualquiera que sea la tesis acogida, lo más importante es destacar que abarca y la madurez alcanzada por la figura, constituye imprescindible
como en todos los sistemas la inexistencia de figuras contractuales que se fuente de consulta para quienes deseen profundizar en esta materia .
acomoden a una determinada necesidad o el deseo de buscar soluciones a al-
gunas restricciones existentes en un momento dado, conducen a la estructu - 2. NEGOCIO FIDUCIARIO
.
V
>
1
•
b ) De principios del Siglo XV a la promulgación de la Ley de Uses. Los
“ uses” dejaron de ser un mero compromiso de conciencia para convertir-
- gidos de la autonomía de la voluntad privada y basados en la exclusiva con
fianza entre las partes, dejan de serlo y pasan a calificarse como impuros, en
cuanto la regulación legislativa los reconozca y confiera derechos y defensas
-
se en derecho indiscutible, recibiendo la protección de la Canciller ía co
mo el derecho de equidad transmisible por cesi ó n o causa de muerte. Por
- en torno a su celebración. Proceso que resulta ser una constante dentro de
la evolución, explicable cuando la especial posición del fiduciario conduzca
lo tanto aun cuando los tribunales del Common Law no reconocían de
recho alguno al “ cestui que use ”, el Canciller basado en los principios
- a la comisi ó n de abusos respecto al fiduciante, al beneficiario o a terceros 02° .
de la “equity ”, que ya vimos, protegió su posició n en forma eficaz. Así las cosas, tenemos que los autores polarizan sus simpatías en las defi -
niciones dadas por Regelsberger y Grassetti, respectivamente. El primero sos-
c ) De la Ley de Usos ( Siglo XVI ) a fines del Siglo XVIII . El “Statú te oí tiene que es negocio fiduciario aquel “seriamente querido, cuya caracter ísti-
Uses” de 1535 resultante del rechazo de quienes justa o injustamente se ca consiste en la incongruencia o heterogeneidad entre el fin contemplado
/
sent í an lesionados con la situación, reput ó al “ cesui que use” en adelante V por las partes y el medio jur ídico empleado para lograrlo ”. De tal manera
como verdadero due ño sin privarlo sin. embargo, de la protección de la que el expediente jur ídico utilizado permitiría alcanzar mayores resultados
“equity". Con el correr del tiempo se hicieron sutiles distinciones que que los realmente obtenidos o, dicho en otra forma, la finalidad perseguida
sustrajeron parte de los “ uses” al control de la ley, siendo reconocidos podría alcanzarse sin recurrir al medio empleado por las partes. El segundo-1 '
por el Tribunal de Canciller ía y recibiendo el nombre de trust. por su lado afirma que “ por negocio fiduciario entendemos una manifestaci ón
d ) De fines del Siglo XVIII a la é poca contemporá nea . La institución se de voluntad con la cual se atribuye a otro una titularidad de derecho en 1 . v
í
desarrolló rá pidamente. La Ley sobre Organizació n Judicial de 1873 es- nombre propio pero en interés , o también en interés del transfirente o un
tableció que en caso de conflicto entre las normas del Derecho Comú n .
tercero” La atribución al adquirente es plena, pero éste asume un v í nculo
y las de Equidad, prevalecían éstas y aun cuando en la actualidad los dos obligatorio en orden al destino o empleo de los bienes de la entidad patri -
¥ sistemas se han fusionado, los problemas de trust son conocidos por una monial 621.
. Sala Especial de la Corte de Justicia. De la transcripció n de ambas definiciones surgen como elementos pro-
pios de cada una de ellas la incongruencia entre medio y fin, de una parte, y
Como aspecto muy importante debe destacarse “The Trust Act” de 1893, n
compilació n de la jurisprudencia sobre la materia que por el largo per íodo
la confianza, de la otra, frente a la posibilidad de abuso por parte del fiducia
rio. De la aceptació n de ambas tesis surge una explicació n razonable del ne
-
gocio fiduciario, en el cual aparece como caracter ística, en primer plano, la
-
. . .
018 BATIZA , Rodolfo. “ El Fideicomiso" Teor ía y práctica Ed Porr ú a, México, 1959,
confianza depositada en el fiduciario que, a diferencia de la que existe en
. .
ps. 29 y ss COPETE, Ignacio “ La Fiducia ” Ed . ABC, Bogotá, 1940, p. 53
. . casi todos los negocios jurídicos es especialísima y reviste un grado superior
6it) BATIZA, Rodolfo y BERNATE, Alejandro, ops. cits. ps. 30 y 57 respectivamente
i -
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coinciden en todas, salvo en la tercera que el segundo concluye a fines del Siglo XVII y
.
el primero prolonga hasta fines del S XVIII . RABASA, Oscar. “ El Derecho Angloamerica- 021 Citados .
por NAVARRO, Mariano, op. cit. p G0.
.
no” Ed. Fondo de Cultura Económica , México, 1944, p. 270 distingue las siguientes: a) 020 RODRIGUEZ AZUERO, Sergio. "El Negocio Fiduciario en la legislación bancaria ”,
Antes de la ley de usos, b) La ley de usos, c) Los efectos de la ley y d) El trust. ps. 39 y ss. NAVAP^ RO, Mariano, op. cit., ps. 121 y ss.
612 613
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al normal, precisamente por que el fiduciario tiene la posibilidad de abusar llamados impuros, por cuanto sólo a través de su reconocimiento legislativo
de su posici ón como si no existiera la carga obligatoria que es inoponible por y de la reglamentación de derechos y deberes de las partes, pueden aparecer
I o frente a terceros , Pero es obvio que la eventualidad del abuso, impl ícita en las caracter ísticas que justifiquen la distinció n y que permitan reconocer una
)
todo negocio de gestió n , se incrementa porque las facultades jurídicas que el nueva modalidad cíe derecho real .
? : fiduciario tiene exceden en sus posibilidades a la finalidad económica buscada
\ íi al celebrar el negocio y , desde este punto de vista,, es admisible la despropor - Todo lo anterior, desde luego, en el an álisis te ó rico del concepto de ne-
*
ció n entre aquellas y ésta como característica del mismo. gocio fiduciario pues , como lo veremos, dado que el fideicomiso o fiducia
:• . mercantil constituye manifestaci ó n de negocio jur ídico regulado, las limita-
l í-'
2 . 2 ELEMENTOS ciones que en el se consagren o las que surjan de la precisión sobre la fina-
lidad establecida, será n de ordinario conocidas por los terceros y oponibles a
• De lo expuesto tenemos que en el negocio fiduciario se presentan, como ellos. Usualmente, adem ás, se establecer á n mecanismos de control a disposi-
elementos estructurales, una transmisi ó n plena de derechos (elemento real) ción de los distintos intervinientes para velar por el cumplimiento de la fina-
limitada, en la práctica, por las obligaciones consagradas a cargo del fiducia- lidad y evitar los abusos u obtener los resarcimientos que se impongan, si ellos
rio (elemento personal) . se cometen .
:
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El elemento real radica en la transmisió n plena de derechos, ya reales,
como la propiedad, o personales, como la titularidad de un crédito por parte
Este elemento consiste en el acuerdo mediante el cual el fiduciario limita X .
SU protestad de propietario, en orden al cumplimiento de la finalidad prevista \ : '
: del fiduciante al fiduciario, en forma de constituirlo frente a terceros como .
por el fiduciante Generalmente son varias las obligaciones a cargo del fiducia-
due ño o titular sin limitació n alguna y frente a sí mismo , apenas con las que rio y dicen tanto con sus facultades como con el destino de los bienes y la
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surgen del pacto obligatorio a que nos referiremos m ás adelante. M
.
V
forma de restituirlos cuando a ello haya lugar.
Sobre el particular no parece existir posició n un á nime por parte de la
doctrina y hay quienes sostienen que la transmisión est á limitada desde un 2.2.3 Relaciones
comienzo por el cumplimiento de la finalidad propuesta por el fiduciante y Se han dado diversas explicaciones sobre el particular, cuyos extremos
i
que, por consiguiente , no modifica la esencia del derecho de propiedad, cons- i, son: se trata de dos negocios aut ónomos, subordinado el obligatorio al real,
tituyendo apenas una modalidad del mismo. No admiten, en este orden de por una parte, y se trata de un solo negocio, por la otra.
ideas, el concepto de la llamada " propiedad fiduciaria ”. Otros piensan , de su
í
,7* parte, que existe una transmisió n plena y que la propiedad adquirida es ab- La primera sostiene que pudi é ndose distinguir como partes constitutivas
; soluta, pudié ndose , adem ás, denominar "fiduciaria ” 622. í y autónomas la relació n real y la personal, existe una contraposición entre
i ambas, predominando el negocio real positivo que es tan solo limitado por
En lo que toca con el primer problema nos inclinamos por aceptar que • el obligatorio negativo. El negocio obligatorio aparece, entonces, subordinado
i
v. el derecho real adquirido por el fiduciario no tiene limitació n alguna y que por el real.
las que podr í an predicarse de su ejercicio, resultan clel pacto obligatorio cu-
yos efectos se producen apenas "interpartes ” y que al ser incumplido solo No compartimos plenamente la explicación pues estimamos que, dada la
mecá nica de la influencia prevista por el fiduciante , es precisamente el real
> genera para el fiduciante acciones personales en contra de aquél, sin que pue
da incoar acciones dominicales. En otra forma, siendo obvio que el derecho
- el que se encuentra limitado en sus posibilidades por los términos constitu -
de dominio solo puede ser objeto de limitaciones reales con efectos frente a yentes del obligatorio, de tal manera que ser ía aqu él subordinado a éste y
terceros, las personales que en su ejercicio soporta el titular no afectan el .
no al contrario Lo anterior sin perjuicio de la posibilidad de abuso por parte
derecho ni son oponibles a personas ajenas al contrato del cual se derivan . del fiduciario, que asume como riesgo el fiduciante, al no producir la rela-
ción obligatoria sino efectos personales. Pero n ó tese que, en cuanto se pueda
Por lo que dice con el reconocimiento de una " propiedad fiduciaria ” nosotros
consideramos que ella deber ía restringirse a los negocios de tal naturaleza hablar de abuso en el ejercicio de un derecho real, respecto a una facultad
r que naturalmente correspondería al propietario, se est á admitiendo que dicho
ejercicio se encontraba limitado, funcionalmente subordinado a los términos
«22 VILLAGORDA LOZANO, José Manuel, "Breve estudio sobre el fideicomiso", Se -
minario de Derecho Mercantil y Bancario. Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de la obligación adquirida con el fiduciante, así pueda ser incumplida.
!
Autónoma de México, se inclina por la primera posició n ; NAVARRO, Mariano, op. cit., La segunda defiende la existencia de un solo negocio formando sustan -
p. 248, cialmente una unidad , en que si bien hay un lado real y otro obligatorio, sus
614 615
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í
CONTRATOS BANCARIOS
FIDEICOMISO
efectos se influyen recí procamente. Es decir, no só lo hay una influencia uni- inversión, la conveniencia de una forma determinada de garantía, la libera-
; í lateral del obligatorio en el real, al limitar sus efectos, sino que éste act ú a ción de la responsabilidad inherente a una gestión enojosa o poco atractiva,
¡i sobre aqu él al imponerse como tal frente a terceros. Nosotros creemos que
Í i la obtenció n de una finalidad dif ícilmente conseguible por otros medios, etc.
esta tesis solo es válida en tratá ndose de legislaciones en las cuales esté con
En otras palabras, no es en la obligación que aclcjuiere el fiduciario donde
i ;
• • sagrado el negocio como tal, con caracter ísticas y efectos propios perfectamen
te definidos, como ya lo expresamos . - > debe buscarse la causa del negocio para el fiduciante, sino en la razó n por la
* * cual para obtener la finalidad propuesta, utiliza un medio que excede por
h
k
2.3 UBICACION mucho en sus posibilidades las dimensiones de ésta . Pero ni siquiera la con
fianza, que juega papel definitivo, justifica o explica por su sola presencia la
-
Ií causa. Es decir, tampoco es la confianza en el cumplimiento de la obligació n
Para tratar de ubicar el negocio fiduciario se ha estudiado por los autores
su relació n con algunas otras modalidades. la causa de aqu él, es algo má s profundo y vá lido, es la razón por la cual el
constituyente tiene que adoptar una f órmula altamente peligrosa y confiar
2.3.1 Causal o abstracto en el recto comportamiento de quien se compromete a no utilizar las facul-
tades que normalmente conlleve el derecho que se le transfiere, m ás que en
En forma simple digamos que la doctrina lia entendido por “ negocios cau- lo que resulte preciso para conseguir la finalidad perseguida por el fiduciario.
sales” aquellos que en su propio enunciado o en la forma jur ídica adoptada All í, creemos, se descubre la “causa fiduciae ”, motivo determinante que lleva
para concretarlos llevan íncitos la causa de los mismos y como “ negocios abs- al acto o contrato.
tractos” aquellos que se manifiestan y realizan sin dejar entrever la función ¡
particular que prestan y los justifica. En estos ú ltimos cabe distinguir entre 2.3.2 Indirecto
aquellos en los cuales no existe causa expresa en ninguna otra relación de los
contratantes sino apenas en su fuero interno, es decir , que habr í a una abs Tambié n resulta interesante estudiar los negocios indirectos en relación
i
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i CONTRATOS RANCARIOS
I FIDEICOMISO
del negocio . . . El negocio simulado no quiere lograr ni un resultado econ ómi- comisionista act úa como propietario de los bienes frente a los terceros, tanto
co ni jur ídico. El fiduciario quiere el resultado jur ídico pero no el corres-
1.
I
pondiente resultado económico ; ah í reside la divergencia entre el fin econó- ! para su manejo como para su enajenación. Ahora bien, esta similitud cabe
dentro del estudio del negocio fiduciario puro, porque es obvio que en el ne-
mico y el medio jur í dico empleado". Otros sintetizando el concepto anterior gocio fiduciario impuro , esto es, reglamentado por la ley, son numerosas las
»í expresan que "mientras en la simulación absoluta las partes no tienen en cuen- diferencias que se establecen para distinguir la posición del fiduciario de la
ta ningú n propósito negocial, en el negocio fiduciario se intenta, por el con- * del simple comisionista o mandatario sin representación . Entre otras, baste
trario, xograr un fin pr á ctico de autonom ía privada , extray é ndolo del elemen -
í .
to de hecho realizado por las partes" 025.
anotar aquella seg ú n la cual para los negocios fiduciarios se exige alguna for
ma de publicidad que noticie a los terceros o les permita conocer el contenido
-
Menos clara es la distinció n entre el negocio fiduciario y el relativamente y alcance de la relaci ó n jurídica.
simulado , De nuevo prohijando las tesis de Grassetti podemos decir que el
criterio de distinción consiste "con m á s precisión, en lo siguiente: que a tra-
2.4 RAZON DE SER
vés de la simulació n relativa las partes persiguen un objeto t í pico que en todo Para terminar recordemos tan solo que los negocios fiduciarios encuen
o en parte, es propio de un negocio diferente del aparentemente realizado; tran su posibilidad de desarrollo en la autonomía de la voluntad privada y su
-
mientras que en el negocio fiduciario se persigue un fin at í pico que no es razón de ser en la insuficiencia legislativa para solucionar todos los problemas
propio de ningú n tipo negocial reconocido legislativamente de forma especí- o finalidades buscadas por las partes dentro de arque tipos legislativamente
fica y que, sin embargo, en tanto es perseguible por la autonom ía privada en reconocidos. Y en la medida en que el derecho se haga más amplio y más flexi -
cuanto puede admitirse —
sobre la base de una valoración económico social
de la relació n , y atendiendo a los principios generales de nuestro derecho y
ble abandonando f órmulas casuistas, tal posibilidad ser á más clara . Esta es la
razó n de ser, por lo menos en las legislaciones inspiradas en el Derecho Ro-
en particular a los del contrato que dicho fin responde a una necesidad legis- mano. En las anglosajonas se llega a igual conclusión, pero ya no como resul-
lativamente reconocida . . 020 . tado de la autonomía de la voluntad privada propiamente, sino como conse -
cuencia de la integraci ó n jur ídica efectuada por medio de la costumbre y de
2.3.4 Interposición de personas .
la jurisprudencia 028
Esta debe descartarse en todos los negocios fiduciarios en que no haya Desde luego que en la medida en que las nuevas formulaciones se decan -
obligaci ón de realizar una gestió n en favor de un tercero, por cuanto si la tan, suelen ser recogidas por el legislador , reglamentadas y tuteladas las po-
/
t finalidad dice tan solo con el fiduciante, la existencia de s ólo dos personas siciones de las partes. A partir de ese momento ser á la ley la que determine
ü
descarta por definici ó n la interposició n. Así mismo, parece poder descartarse el alcance y las posibilidades concretas de los contratantes. Pero recu é rdese ,
la representación directa, ya que como lo hemos visto el fiduciario ejerce de- para volver al origen , como el “ use’’ y el “pactum fiduciae" surgieron para
\
rechos propios en nombre propio, mientras el representante en este caso lleva conseguir resultados inalcanzables por otros medios reconocidos en su mo-
a cabo negocios ajenos y en nombre de otro 627 . mento, sólo que mientras éste desapareció al surgir nuevas formas que lo rem-
plazaron con ventaja, habida cuenta las finalidades para las cuales se utili
Cuando en cambio se trata de representació n indirecta o del llamado zaba, aqu él evolucion ó, se conformó como trust, con características propias,
-
mandato sin representació n , propios de la comisi ó n mercantil, en donde, co- y constituye en la actualidad una forma perfectamente estructurada.
mo lo hemos visto, el mandatario actú a por cuenta ajena pero en nombre
propio, las diferencias son m á s dif í ciles de precisar , por lo menos en algunos Finalmente, advertimos, desde luego, que en veces los particulares han
* casos. En efecto, no nos parece dif í cil cuando se trata, por ejemplo, de un recurrido a la utilizaci ó n de negocios fiduciarios para tratar de eludir normas
mandato para adquirir un bien, por cuanto aun dentro de la tesis sostenida prohibitivas, cargas fiscales, etc., expediente que jam ás podr á ser reconocido
por algunos seg ú n la cual el mandatario adquiere en su propia cabeza con por los jueces porque seguramente ser á contrario a la moral o a las buenas
la obligació n subsiguiente de transferir al mandante, es claro que en el ne- costumbres, o permitirá la anulació n del negocio por objeto o causa ilícita.
gocio fiduciario el transmisor es el constituyente, mientras que en este caso
el transmisor del bien ser ía el mandatario , Cuando en cambio, se trata de 3. EL TRUST
comisió n para administrar o vender la similitud es evidente, por cuanto el 3.1 CONCEPTO Y DEFINICION
1
626
.
FERRARA y GRASSETTI , en su orden , citados por NAVARRO, op cit ., p . 141. Luego de la breve rese ñ a histórica sobre el trust en Inglaterra, nos limi-
626
. .
Citado por NAVARRO, op cit . , p 150.
taremos ahora a explicar con m á s detalle su estructura y funcionamiento .
627 .
V supra, Gap. XIX . cns VILLAGORDA, op. cit ., p. 60.
618
619
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CONTRATOS BANGARIOS FIDEICOMISO
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Conviene transcribir ante todo la definici ón dada por el “ Rjestatement of 3.2 . 1 1 Constituyente o settlor
*
i.
the law of trust ”, tra ída por Serrano, de acuerdo con la cual “es una rela-
ción fiduciaria con respecto a determinados bienes por la cual la persona que El settlor es el creador del trust expreso y su función es generalmente
\
los posee ( trustee) est á obligada en derecho equidad a manejarlos en benefi- transí toria, pues una vez que se separa de un derecho que forma parte de su
Ü cio de un tercero (cestui que trust ) . Este negocio surge como resultado de patrimonio y lo destina a una determinada finalidad, su razón de ser desapa -
* un acto volitivo expreso de la persona que crea el trust (settlor ) ” 629. Veremos * rece. Puede serlo toda persona capaz de disponer de un derecho legal o de
r cómo el trust puede nacer también sin intervención de la voluntad de un equidcid no intransferible.
constituyente, como cuando surge por ministerio de la ley.
Anotemos que el t érmino trust, en lo que tiene de relación fiduciaria, se 3 . 2 ‘ 1 2 Trustee
emplea en una variedad de acepciones que se extienden a casos de mandato,
albaceazgo, depósito, tutela, etc., figuras todas las cuales escapan al concepto Es de los tres el m á s importante. Es el fiduciario que en virtud del tras-
de negocio fiduciario y se encuentran í ntegramente reglamentadas entre no
sotros correspondiendo m ás bien a las relaciones “intuitu personae”. La anota
-- paso adquiere sobre los derechos que recibe el tí tulo legal. Para hacerlo debe
tener capacidad de “adquirir y retener el t ítulo legal sobre los bienes, estar
dotado de capacidad natural y jurídica para desempe ñ ar el trust y tener su
ción es pertinente porque en los ensayos de introducir la figura en los siste
mas de origen latino su funcionamiento puede resultar excesivo al abar-
- domicilio dentro de la jurisdicció n del tribunal competente” 632. Su capaci-
car másiposibilidades de las requeridas, creando aparente duplicidad de figu - dad debe ser especial y variar á las necesidades y requerimientos del trust De .
ras e introduciendo serias dificultades en su estudio. En efecto, existen legis- no tenerla, el tribunal podr á removerlo en defensa de los intereses de los be-
laciones que han definido y desarrollado el concepto, precisando sus elemen- neficiarios.
tos estructurales, las partes que intervienen y sus obligaciones, la forma como Es posible que coincidan las funciones de settlor y trustee cuando aquel
el fideicomiso nace y se extingue, etc., mientras otras han pretendido intro- se declara así mismo trustee, en cuyo caso no existe en verdad una transmisión
ducir la figura autorizando simplemente a los bancos para desempe ñ ar en
cargos de confianza enumerados en forma no taxativa 630.
- de bienes sino más bien una separació n de los mismos del patrimonio.
De no hacerse la designació n del trustee por el constituyente o de no
Aun cuando existen numerosas definiciones agreguemos a manera ele ilus- aceptar aqu é l no se produce por ello la invalidez del trust» ya que de acuerdo
tración la de Powell, quien sostiene “que la idea fundamental que sustenta con el principio de equidad que no permite la frustración de un trust por omi-
el concepto de trust descansa sobre una base esencialmente simple, que con- sión o negativa, el trustee será designado por el tribunal .
siste en la escisión de un derecho de propiedad por lo que hace a su adminis-
tración y a su provecho econ ómico; de acuerdo con ella , una o varias personas La aceptación del trustee puede ser expresa o t ácita , pero pronunciada
J tienen la propiedad de ciertos bienes, los mismos que administran en benefi- tiene efectos retroactivos y la renuncia que intente debe presentarla ante el
cio de otras o para un fin determinado °31. tribunal competente o en la forma prevista en la constitución del negocio.
La posición del trustee dista mucho de la del propietario en el Derecho
3.2 ELEMENTOS Civil y aun de la del propietario fiduciario dentro del negocio que estudia-
mos, ya que no existe para él en rigor una posibilidad de abusar. No existe,
Como en todos los negocios fiduciarios, en general , existen elementos per - en efecto, desproporción entre medio y fin pues se trata de un negocio t ípi-
sonales y patrimoniales. co, en donde las obligaciones a cargo del trustee est án se ñaladas por la ley y
el beneficiario se convierte en propietario segú n la equidad con el conjunto
3,2.1 Personales de facultades que tal hecho implica . Para el jurista latino resulta válida la
Las tres personas que corresponden a la figura cl ásica de un trust son el
similitud, segú n la cual el trustee se presenta al mismo tiempo como propieta
rio de los bienes para algunos efectos y administrador de los mismos en favor
-
constituyente o settlor, el trustee y el cestui que trust o beneficiario. de un tercero, para los dem ás 038.
.
Citado por VILLAGORDA, op. cit., p 18.
629
Entre los primeros podemos citar Venezuela, Nicaragua, Guatemala, El Salvador,
639 032 .
LEWIN, citado por BATIZA , op. cit., p. 49
M éxico, Panamá, Ecuador y Colombia en su actual Código de Comercio. Entre los segun
.
dos a Chile, Bolivia, Perú, Costa Rica y Colombia en la ley 45 de 1923
- 683 GUISAN , citado por COPETE, Ignacio, op. cit., p. G 8. En el mismo sentido CLA
.
RET y MARTI, Pompeyo . ‘‘De la Fiducia y del trust ” Estudio de Derecho Comparado, Ed
-
.
. .
031 Citado por BATIZA, op. cit , p 45. Bosch, Barcelona, 1946, p . 51,
620 621
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< CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
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No se le permite alegar ninguna nulidad para eludir el cumplimiento determinada. En los de carácter pú blico el o lo; beneficiarios pueden ser in-
de sus obligaciones, pues en tal caso se origina un “ resulting trust" hasta que determinados y ser á n designados por la Corte de ser necesario 635. Cuando el
-
se lleve a cabo la restitución de los bienes correspondientes. cestui que trust es el mismo settlor o cuando el trust se constituye para que a
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Debe velar por la conservació n de los bienes ordenando las reparaciones su muerte los bienes pasen a un tercero, recibe el nombre de “living trust" <J3C.
y tomando las medidas que resulten oportunas para evitar su deterioro, man- Los bienes que constituyen el trust no entran a formar parte de su patri-
i/ tenié ndolos libres de grav á menes, pagando los impuestos y asegurando los in- monio, aun cuando si ingresa el inter és o derecho que éste genera respecto a
muebles. De ser insuficiente el dinero para el pago de los gastos originados los rendimientos y a la posterior entrega de los bienes, derecho que es por
en medidas conservativas puede vender parte de los bienes., con el fin de su- lo tanto negociable, salvo excepciones.
fragarlos o solicitar créditos con la misma finalidad, previa notificación a los
beneficiarios, quienes pueden oponerse mediante el aporte de los dineros ne- En consonancia con sus derechos el beneficiario puede ejercitar un con-
cesarios para el efecto. junto de acciones encaminadas a que el trustee lleve a cabo una operación o
celebre un contrato o a que se abstenga de hacerlo; unas para obtener su
No sólo está obligado a conservar el patrimonio sino a incrementarlo y remoció n y otras para invocar la subrogación real, es decir, reclamar como
obtener las mejores utilidades, pero sin hacer inversiones especulativas ni bienes del trust los que han sido adquiridos con su dinero. Tambié n puede
arriesgadas por ningú n concepto. Es decir, que el incremento debe resultar perseguir los bienes del trust en poder de terceros, mientras la venta no co -
, .
de la dedicaci ó n y habilidad que ponga en el manejo de los bienes Puede rresponda a las facultades del trustee, salvo que aquellos hayan dado una
enajenadlos ¡Dara remplazarlos por otros de mayor rendimiento o seguridad, contraprestación y no conociesen la violación de los términos del trust.
siempre que no se le prohí ba, sobre la base de observar en la forma más celo-
sa las reglas sobre inversi ó n de fondos, 3.2.2 Patrimoniales
Tiene obligació n de llevar una rigurosa cuenta de su gestió n para pre
sentar a los beneficiarios y someterla a su consideración, a la terminación del
- El trust est á formado por un conjunto de bienes que constituyen una uni
dad independiente y se afectan a un fin determinado de conformidad con el
- i
trust. Si requiere acudir a la v ía judicial para defender la existencia y reali- “trust deecl”.
zació n del negocio tiene que seguir el juicio a trav és de todas las instancias
hasta su terminaci ón. Todo bien patrimonialmente a preciable puede formar parte del trust si
existe en el momento de la constitución y no es intransferible de acuerdo
.1
Puede ser una persona natural o jur ídica, posibilidad ésta que lo dife-
rencia del fiduciario, en nuestras legislaciones, en donde de ordinario es una
con la ley. Adem á s, para que el conjunto de bienes integren el trust es nece
sario que el settlor se desprenda de ellos y los constituya en unidad separada,
-
\ persona jurídica y con m ás precisi ón , una entidad bancaria o especializada, no sólo de su patrimonio sino del patrimonio del trustee y de los bienes que
í específicamente autorizada para tal efecto. éste tenga en el mismo cará cter, as í como del patrimonio del cestui que trust
í>
Por ú ltimo, y en caso de duda sobre cualquier aspecto del encargo puede o beneficiario. De ordinario los derechos est á n se ñalados al momento de su
pedir consejo a un “ judge in chamber ” y la aprobación de sus actuaciones .
constitución En caso contrario, se entenderá n incluidos todos los necesarios i
cuando lo estime necesario. “ La vigilancia del juez es una rueda esencial en para conseguir la finalidad propuesta por el constituyente 637. í
el funcionamiento del trust" 034. r
El grado de ingerencia del settlor en la gestión del trustee permite que la i
jurisprudencia determine si se ha constituido el trust o no. De ser muy alto, r
3.2 . 1.3 Cestui que trust o beneficiario estar constituido a favor del settlor y ser revocable, se entiende que los bienes
622 623
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CONTRATOS BANCARIOS
¡J; FIDEICOMISO
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* - Ib ciencia lia considerado que si la posició n del trustee es tan amplia que los Tri
bunales de Equidad no estar ían en capacidad de establecer si existe un abuso - 3.3.2 Por ministerio de la ley
í de su parte, el trust no se entiende creado válidamente *38. Este puede ser interpretativo (constructive trust) que. se impone a quien
Si la destinació n se hace imposible de cumplir y el hecho no constituye teniendo una posició n fiduciaria obtiene ventajas personales de la misma o
>
por sí mismo una causal de extinció n del trust, los tribunales ingleses pueden resultante (resulting) que es aquel con el cual se grava a quien tiene unos
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establecer una similar con lo cual se entiende debidamente cumplida la inten bienes destinados a formar un trust que no puede existir como tal, durante
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ci ó n del constituyente Esta posibilidad resulta muy importante trat á ndose
- ¡
* el tiempo que permanecen en su poder .
!
de trust caritativos en los cuales las circunstancias tienden a modificarse con
el paso del tiempo y que de no contar con un recurso de esta naturaleza po 33.3 Simple o especial
dr í an resultar frustrados . -
; El primero equivale al antiguo “ uso pasivo" consistente en hacer pasar
Por último, y para destacar el valor de la afectación del patrimonio como 1
los bienes del settlor al cestui que trust, desempe ñ ando el trustee la funció n
elemento cardinal de la figura , “ puede afirmarse que la afectación domina de simple intermediario. Fue prohibido por la ley de usos, abrogada por la
el desarrollo del trust ; que su existencia es condició n 'sine qua non’ de la Law Property Act de 1925 640. El especial impone al trustee su conjunto de
vida del mismo; que las facultades del trustee está n en gran parte determi
nadas por ella ; que los tribunales ingleses controlan celosamente su estricto - obligaciones definidas y complejas encaminadas a cumplir la voluntad del
settlor. Algunos autores los dividen en “instrumental ” y “discretionary" .
cumplimiento, y que en los casos en que ello es necesario, para satisfacer
r i
mejor el fin que guió al constituyente, puede se ñalar una afectación análoga, 33.4 Público o privado
cuando la primitiva resulta inalcanzable o demasiado gravosa 63í).
El primero se conoce tambié n como de caridad o beneficencia (charita-
3.3 CLASES ble) mira al interés general y es exigible por el agente del Ministerio P ú bli-
co. El segundo dice con el interés de una o varias personas, pero no con el
de la comunidad , en cuanto no resulta directamente benéfico para ciertos
. Aun cuando existen numerosas clasificaciones, presentamos aquella que grupos sociales.
parece más -sencilla y aceptada por numerosos autores. Segú n ella, y por la
!'
forma de nacer a la vida jur ídica , el trust puede ser voluntario o por minis-
terio de la ley. Por la actuació n del trustee se divide en simple y especial. Por 3.4 RELACIONES ENTRE EL TRUST Y EL NEGOCIO FIDUCIARIO
i
el interés tutelado, en pú blico o privado.
i ; Parece interesante, para concluir, se ñalar las diferencias m ás destacadas
\ entre el negocio fiduciario y el trust. Una de ellas radica en que mientras en
h
0 3.3.1 Voluntario el negocio fiduciario pueden reconocerse dos relaciones, así sean ellas interde-
i • pendientes y busquen una sola finalidad, la estructura del trust implica la
Puede ser expreso o impl ícito. E1 primero (express trust ) como lo indica
. existencia de un negocio ú nico en el cual los elementos conforman un todo
su nombre es aquel que se constituye de una forma manifiesta por el settlor
El implícito (implied trust) es aquel que se infiere de la voluntad de las par-
. ;
oponible corno tal a terceros, tanto en lo que toca con la propiedad del trustee
como en lo que dice con sus obligaciones. Por ello en el trust existen garan-
tes, es decir, resulta t á citamente de ella . tías amplias para las partes, especialmente para el settlor, sin que se presente
?
El expreso puede ser ejecutado (executed trust) el cual una vez consti- la posibilidad de abuso, por lo menos frente a la ley.
tuido no requiere para producir sus efectos ningú n acto ulterior o por ejecu
tarse (executory trust ) cuando la constituci ón solo es el primer paso para - >.
Tambi én puede distinguirse en que en el trust existe una doble titula
ridad en relació n con un mismo bien o grupo de bienes, mientras en el ne
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CONTRATOS BANCARIOS
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fe! FIDEICOMISO
í Por ú ltimo, para comparar al trust con alguna forma de negocios fidu-
ciarios del derecho Romano, podríamos decir que el negocio fiduciario “cum del adquirente (fiduciario) se encuentra limitada por las obligaciones que
!.
creditore ” ser í a contrario a la regla inglesa de que el trustee no puede apro- adquiere. Y estas no son otras que las que se relacionan con el cumplimiento
de la finalidad.
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vecharse de los bienes del trust.
Podemos afirmar, sin embargo, que existiendo la influencia de estas dis-
v
i 4. FIDEICOMISO O FIDUCIA MERCANTIL tintas teor ías y present ándose diferentes definiciones, la noción m ás general ,
aquella que gana terreno y que corresponde en lo esencial a la ú ltima de las
r ’ i. Nos corresponde ahora entrar a estudiar el objeto propio del capí tulo, o i tres, nos permitir í a definir el fideicomiso como el negocio jurídico en virtud
i
i
sea aquella forma de negocio fiduciario impuro que pretende traducir el trust | i del cual se transfieren uno o m ás bienes a una persona, con el encargo de que
dentro de esquemas inspirados en el Derecho continental europeo. Y limit án- | los administre o enajene y con el producto de su actividad cumpla una fina-
donos, en este caso, a la transmisión de la propiedad para una finalidad es-
pec ífica , lo que supone dejar de lado todos aquellos encargos de confianza
; i lidad establecida por el constituyente, en su favor o en beneficio de un ter
-
que hemos mencionado en otros sitios, especialmente en el capí tulo sobre el
mandato y que fueron introducidos en varios de nuestros pa íses como fun-
í cero C43.
El problema fundamental que ha buscado resolverse es el de conciliar los
ciones propias de los bancos comerciales a través de sus secciones fiduciarias % derechos del fiduciario con los del constituyente y beneficiario, ante la impo-
o de mandato G 41. sibilidad de estructurar en forma conceptual una doble titularidad como la
r existente en el Derecho Inglés. Por ello se ha acudido en las definiciones y
Tales posibilidades son de la m á s diversa í ndole y comprenden , entre i en las normas que las desarrollan a establecer un conjunto de limitaciones
otras, la posibilidad de intervenir en la emisi ó n de t í tulos de crédito, espe - V al fiduciario precisando que, si bien es propietario frente a terceros, carece
cialmente bonos o debentures; desempe ñar el papel de sí ndicos, albaceas, guar- de facultades dispositivas, salvo aquellas que le haya conferido el acto cons-
dadores, depositarios judiciales, representantes de ausentes, etc., todo ello den- titutivo o le conceda la ley, O se ha optado por introducir la noció n de que
j tro de las posibilidades que les confiere el derecho civil; administrar toda los bienes transferidos al fiduciario constituyen un patrimonio autó nomo, con
\ clase de bienes; emitir certificados de participación respecto a la copropiedad { ’ notas que lo individualizan del general del fiduciario y del beneficiario y
!
de quienes hayan aportado ciertas sumas a la entidad para su inversió n y, en traducen una serie de ventajas desde el punto de vista fiscal, de posibles
general, llevar a cabo toda clase de encargos de confianza que se desarrollan embargos por parte de terceros, etc.
en buena parte a través de la celebraci ó n de un contrato de mandato Por . Los avances han sido notorios y podríamos sostener que en la actualidad
3
ello, aun si en buena parte de nuestros pa íses estos llamados encargos de con - existen en Am érica Latina instituciones legislativas suficientemente elabora -
a fianza coexisten con la facultad de celebrar el negocio de fiducia o fideicomi
so, nos limitaremos en este cap í tulo a estudiar el ú ltimo, en el entendido de
- das, como para permitir el desarrollo de este negocio jurídico que en su for-
que las funciones y notas más destacadas de los primeros han sido vistas en ma original tan alta importancia ha alcanzado en los pa íses anglosajones.
capí tulos anteriores G42.
4.1.1 Clasificación desde el punto de vista bancario
4.1 CONCEPTO Y DEFINICION
Hechas las anteriores acotaciones podría preguntarse por qu é razó n el
No es f á cil dar un concepto universal sobre la fiducia o fideicomiso por fideicomiso o fiducia mercantil se ha estudiado en la ú ltima parte del libro
cuanto en Latinoamérica se han adoptado distintas nociones que obedecen si, como hemos visto, la tendencia parece ser la de transferir los bienes en
a diferentes teor ías sobre la naturaleza jur í dica del negocio. Ellas han incor- propiedad al fiduciario con caigo para este ú ltimo de devolvérselos al fidei-
porado la teor ía del mandato irrevocable en algunos casos, la del patrimonio comiso o transferirlos a un tercero despu és de cierto tiempo. Esto es, por qué
de afectació n en otros, y la de la transmisió n de la propiedad u otros dere :
chos con el objeto de cumplir con ellos una determinada finalidad señalada
- si pareciera llenar los requisitos conceptuales de los negocios de crédito no
aparece como antecedente de una operaci ón pasiva mediante la cual el banco
por el constituyente, fideicomitente o fiduciante. En el ú ltimo caso, el esque- ¡ obtiene recursos.
ma se presenta a través de la transmisió n de los derechos para el logro de la
finalidad determinada, pero con la advertencia de que la posición dominical
i
. . .
19 Ley de Fideicomisos; Honduras, art. 1053 C Co.; Costa Rica, art 633 C
.
Coinciden en lo fundamental con esta definición Colombia, art. 1226 C, Co ; Ve
043
není ela, art. -.
.
Ecuador , art . 198 LGB ; Chile , art 48 LGB; Perú, art 94. L. 7159/31; Argentina, L.
041
, . .
Co,; El Salvador art 1233 C. Co Consagran la teoría del patrimonio de afectación: M éxico ,
8875/12; Bolivia, L , 608 / 28; Costa Rica, L. 15 36; Colombia, art 105 L., 45 23
. .
.
042 V . Supra Cap . XIX , 9.3.
/ / . .
art 346 LGTOC y Guatemala, art 766 C. Co, Y consagra la del mandato irrevocable: Pana -
má, arts. 1 y 16 L. 17/ 41.
626
627
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CONTRATOS BANCARIOS n
1
FIDEICOMISO
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í! Y en verdad la respuesta no es f á cil ¡x> rque parece claro que los recursos
obtenidos por los encargos fiduciarios, por lo menos en buen nú mero de su- La teor ía , se ha criticado no solo por la aparente inconaistencia entre la
i puestos, permiten al banco cumplir sus funciones de intermediación como irrevocabilidacl y el mandato como contrato de naturaleza revocable, sino
- porque también, en principio, el mandatario obra en nombre y representa-
ocurre en el caso de los fideicomisos de inversió n en donde su tarea consiste
i en colocar las sumas recibidas de su cliente. Sin embargo, ello no siempre es ción de su mandante y aun cuando no tenga esta última, los negocios jur ídi -
M:
! así. Existen numerosas modalidades de encargos fiduciarios o negocios fidu - cos que celebra est án destinados a radicarse en cabeza de su comitente. Nada
de esto ocurre dentro de la estructura contempor á nea del fideicomiso, en la
'
i'
L 044
. .
COPETE, Ignacio, op cit., p 121 y ss.; BATIZA, op. cit ., p . 66; GOLDSCHMIDT,
. .
Roberto y EDER Phanor , “ El Fideicomiso (Trust) en el Derecho Comparado '1 Ed Arayu,
i
7
—. —
no compartimos, la tesis segú n la cual “ puede decirse que en el negocio fiduciario traslaticio
o fiducia mercantil, se dá un verdadero mandato calificado comisión precedido de una
-
enajenación formal de la titularidad de los bienes fideicomitidos” Concepto DB 777 de 1987
.
640 LEPAULLE, citado por BATIZA, op cit,, p 76 . .
.
Buenos Aires 1954, ps. 111 y ss. . .
047 QUINTERO , Carlos “El Fideicomiso en M éxico Aspectos Econó micos y legales de
.
su desarrollo” Revista FELABAN, . .
22, Ed Kelly, Bogotá , 1975, p 295 .
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ib CONTRATOS BANCARIOS
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FIDEICOMISO
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patrimonial separado del resto de los bienes de la institución y, lo que es m ás de manera que no se produzca respecto a aquel ninguno de los efectos que ?
1 importante, libre por tal motivo de las visicitudes econ ómicas que pudiesen podrían predicarse en relación con éste. Los bienes recibidos en fiduda no se
í afectar a fideicomitente, fiduciario y fideicomisario, como lo veremos. Este acrecientan o disminuyen porque tal les ocurra a los bienes del fiduciario, I
el gran valor del aporte hecho por la teor ía, al permitir reconocer la autonom í a $
sino como consecuencia exclusiva del buen suceso en su administración o de
jurídico-económica de los bienes transferidos 648.
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3-
f las dificultades y pérdidas que en ella se soporten.
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4*2.3 Teoría del negocio fiduciario Se trata, pues, de una transmisión de propiedad para la consecució n de
! J! un fin determinado que explica por ello el que las facultades normales del
5 que la fiducia mercantil es una especie de negocio fi-
Esta teor í a acepta I propietario se subordinen a los t é rminos obligatorios previstos en el contra -
*
duciario por concurrir en ella los dos elementos: real, de una parte, consti- to , todo lo cual constituye una especie de negocio fiduciario impuro.
i
tuido por la transmisi ó n de los bienes o derechos y personal, de la otra, cons-
tituido por las limitaciones obligatorias resultantes del acuerdo entre las 4.3 CARACTERES JURIDICOS
.
partes No puede afirmarse, sin embargo, que exista una desproporci ón entre \
El fideicomiso o fiducia mercantil es un contrato principal, oneroso y
el medio utilizado y la finalidad que se busca porque en cuanto se trate de
figuras tipificadas, como sucede en nuestro caso, la finalidad que se busca debe conmutativo, de ejecución instant á nea o de tracto sucesivo, segú n el caso, tipi -
conseguirse precisamente a través del expediente de la transmisión Adem ás, . ficado en algunas legislaciones, como ya lo indicamos y at í pico o innominado
debe ¡observarse que no se tratar ía, por ello, de un negocio fiduciario puro en el resto. Dos caracteres hay, sin embargo, en los cuales debemos detenernos
r
por cuanto él no radica en forma exclusiva en la confianza, sino que los de- un poco más para hacer las explicaciones pertinentes. Nos referimos a que
* lechos y obligaciones de las partes est á n cuidadosamente regulados por la ley í
adem ás es bilateral y solemne .
!
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sin que quepa entonces posibilidad de abuso, en el sentido de traici ón a la Aun cuando el fideicomiso se explica a la luz de una relación tripartita,
i
voluntad del constituyente que quedase impune por no existir control distinto lo cierto es que como negocio jur ídico puede ser unilateral o bilateral, se-»
sobre el cumplimiento de la misma que la propia conciencia del fiduciario, :i gú n se trate de un fideicomiso constituido por testamento o de un acto
i como suced ía en las manifestaciones primitivas de estos negocios. Por ello, y entre vivos. Y aun el punto es discutible porque dentro de las legislaciones
por este aspecto, tendr ía que decirse que es una especie de negocio fiduciario i- en las cuales la no designaci ón de fiduciario o su no aceptación no invalidan
impuro.
;
el fideicomiso sino que es posible al juez proceder a nombrarlo, en el primer
s Nosotros nos inclinamos por esta teor ía por estimar que, a través de la caso, o designar un sustituto, en el segundo, podrí a afirmarse que el fideico-
J
i relación obligatoria consagrada en la ley, se explica sin dificultad que el fi- miso ser ía un acto jur ídico unilateral, esto es, productor de efectos jur ídicos
dudado tenga un derecho de propiedad restringido y enderezado en forma por la sola manifestación de voluntad del fiduciario.
\ exclusiva a cumplir la finalidad prevista en el contrato. Y por este aspecto, Sin embargo de lo anterior, lo cierto es que en nuestras legislaciones pare-
'
É>
cabe agregar que una de las notas m ás destacadas de los bienes adquiridos ce clara la propensión mayoritaria a regularlo como un negocio jur í dico bila-
en propiedad fiduciaria es la de constituirlos, como lo dijimos, en un patri- teral, perfeccionaba por el acuerdo de voluntades entre fideicomitente y fidu-
monio aut ó nomo o especial, con consecuencias tanto m ás definidas en cuanto ciario, cuando se trata de un fideicomiso constituido por acto entre vivos 049..
\.
se trate de pa íses en los cuales se reconozca la figura , pero que en todo caso
busca desvincular el conjunto de bienes recibidos del patrimonio del fiduciario,
! . .
049 Venezuela, art 3 L. de F.; Guatemala, art, 770 C. Co.; Costa Rica, art 635 C Co ;
^ . .
!
. . . . . .
Panamá, art 16 L. 17/41; El Salvador, art 1234 - C Co. En M é xico, art 352 l GTOC , la
648 GIRALDO ARISTIZABAL, Mar ía Helena SANIN DE SAFON , Nohora Lucía. El
.
Patrimonio Especial de la Fiducia Mercantil”, Ed. Excelsior, Bogotá, 1982 Se inclinan por
“ . . . .
doctrina es encontrada RODRIGUEZ, J “Derecho Mercantil”, T II, p 120 sostiene que
“ normalmente, el fideicomitente establece su voluntad en un acto ínter vivos o en su tes -
esta solució n intermedia , frente a las posiciones opuestas y extremas consagradas por las
teor ías subjetivas y objetivas sobre el patrimonio. En efecto , entienden que es posible la
tamento... -
todo ello independientemente de las aceptaciones del fiduciario y del fideicomi
.
sario, que por lo mismo no son manifestaciones de voluntad esenciales” BATIZA , op. cit.,
existencia de varios patrimonios , pero siempre en cabeza de una persona , esto es, con
un sujeto de derecho y admiten que la finalidad permite reconocer la independencia de -
ps. 109 y ss. y 155 y ss. sostiene la opinió n contraria diciendo que “la pretendida obligato
riedad legal para las instituciones fiduciarias de aceptar los fideicomisos que se les enco-
estos patrimonios separados. Estiman que sería más técnico, entonces, hablar de patrimonios mienden , aparte de ser contraria a principios consagrados de nuestro derecho constitucional
especíales y no autónomos, porque éstos sugieren la inexistencia de un sujeto, posibilidad no impide la posibilidad de excusa , de ahí que auncuando la ley se incline por la situación
i 'i
! .
que ellas rechazan Defini éndolo afirman que “el Patrimonio Especial , es un conjunto de í;
opuesta, se imponga la naturaleza contractual del fideicomiso, haciendo que la aceptación
relaciones jur ídicas activas y pasivas de contenido econ ó mico, que constituyen una universa -
del fiduciario sea un elemento esencial para su existencia ”. Honduras consagra ambas po -
lidad jurídica que a su vez forma parte de otra universalidad jurídica, el patrimonio
—
personal que corresponde a una misma persona y tiende a un fin específico y exclusivo
— sibilidades, pues estatuye que “el fideicomiso podrá constituirse por acto entre vivos o por
testamento, segú n las circunstancias, y como acto unilateral o como contrato, entre dos o
en razón del cual se produce una limitación de la responsabilidad”, p . 48 . .
m ás personas”, art. 1034 C. Co
j
630 631
i
J
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T
3
cada pa ís a las solemnidades propias de este acto de ú ltima voluntad. Res-
pecto al primero puede afirmarse que la tendencia es que el negocio se cele-
. V
;
-
constituir un fideicomiso. Lo que no excluye a un incapaz que act ú e a
través de su representante legal, en cuanto éste llene los requisitos estable-
bre por escrito, dotado de autenticidad 6 B1 . :i
cidos por la ley para hacer la mentada transferencia. A m ás de las personas
Gomo el fideicomiso importa la tradició n o transferencia de bienes y dere f ísicas o naturales, las legislaciones aceptan la posibilidad de que las personas
chos, debe someterse a las formalidades establecidas en cada legislación , que - V jurídicas sean fiduciantes, incluidas algunas de derecho p úblico y aun ciertas
i en la mayor parte de los casos impondr á n el registro en la oficina competente i! .
autoridades judiciales o administrativas En las legislaciones que consagran
para aquellos negocios que versen sobre inmuebles; la notificación al deudor
};•
esta ú ltima posibilidad se ha criticado con razón la circunstancia de que se les
cuando se trate de ceder cr éditos personales, la simple entrega o el endoso faculte para transferir bienes que tendr ían en su poder para la "‘guarda, con-
y entrega o ambos, más la inscripción en los libros que lleve la sociedad servaci ón, administración, liquidación , reparto o enajenación ” por cuanto
emitente, cuando verse sobre t í tulos valores, segú n que éstos sean al portador, no en todas las hipótesis los derechos de las autoridades les jpermitir ían trans-
a la orden o nominativos, respectivamente; y por ú ltimo, la simple entrega ferirlos en propiedad <íB3.
El fiduciante puede ser al mismo tiempo fideicomisario, cuando consti
tuye el fideicomiso a su favor.
-
850 BATIZA, op, cit., ps . 122 /3 señala las diferencias, entre las cuales, la m á s importan
:
i ; te, en nuestra opinión, que "en el fideicomiso, a diferencia de la estipulación a favor de
-
tercero, la revocación del fideicomitente no está condicionada a la aceptación del beneficia
..
rio . ". Sobre las partes que intervienen dice RODRIGUEZ,
- .
4.4 2 Fiduciario
J."Derecho Mercantil”, T.
i . .
II, op cit , p. 121 que "en la constitució n pueden concurrir no dos, sino tres partes: el El fiduciario es quien adquiere los bienes y se compromete a adminis-
.
i
.
fideicomitente . . , el fiduciario . . y el fideicomisario que los contrae (derechos y obligacio- trarlos o enajenarlos para la consecución de la finalidad se ñ alada en el acto
nes) frente al fideicomitente y frente al fiduciario. Dada la unidad jur ídica del negocio,
podemos decir que nos encontramos frente a un caso de contrato o negocio plurilateral’'.
.
constitutivo Es pues, no solo un propietario frente a terceros, sino el ejecu -
tor de la voluntad del constituyente expresada por acto entre vivos o por
í , .
651 Panamá art 19 L. 17 41 "... por escritura
/ p ú blica, documento privado o a ú n ver - testamento.
.. , . .
balmente . "; El Salvador art 1234 C Co .; Colombia, art 1228 C, Co y Guatemala, art.
. .
(i .
77l C Co.; por escritura pública. En el primero se ha precisado que la escritura pú blica
1 Las legislaciones latinoamericanas han introducido en su mayoría una res -
.
deberá registrarse "seg ú n la naturaleza de los bienes" Ello ha llevado a sostener por algunos
autores e, incluso, por el Consejo de Estado que, en tratá ndose de negocios sobre bienes
tricción respecto a la persona del fiduciario se ñalando que solo pueden ac-
Ü
tuar como tales los bancos autorizados para ello o las sociedades fiduciarias
3
muebles, solo se requeriría documento privado. Adicionalmente , la Cá mara de Comercio de
. .
Bogot á , certificó en 1989 que esa era la costumbre mercantil Venezuela, art 3<? L de F. G5 . /
. .
por documento auté ntico. Costa Rica, art 635 C. Co.; Honduras , art 1052 C. Co.; y M é xico
art. 352 C. Co,; por escrito . RODRIGUEZ, J „ op cit., p 125 advierte, para el último país
,
.
Venezuela, art. 5^ L de F.
. . ®52
que "la redacción por escrito no es un elemento esencial, sino un requisito de prueba" . 658 . . . . .
Honduras, art 1039 C Co ; M é xico, art 349 LGTOC ; BATIZA, op. cit ,, p, 139
*.
632 F
633
i.
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í. ti
CONTRATOS BANCARIOS
FIDEICOMISO
que hayan recibido, así mismo, una autorizaci ón expresa 054. La excepción . a El fiduciario no podr á ser jam ás fideicomisario, esto es, no podr á benefi-
est á constituida por algunos paises en los cuales todav ía se permite que el ciarse como tal ni de los frutos o productos de los bienes recibidos ni de la
fiduciario pueda ser una persona natural o jur ídica sin especial calificació n transmisión ulterior o mejor, la consolidación en su cabeza, de los bienes
ni autorizació n estatal e5G, respecto a los cuales es propietario fiduciario 65t>.
Pueden designarse varios fiduciarios para el ejercicio del encargo conjunta
o separadamente o de manera que unos se sucedan a otros en caso de no 4.4.3 Fideicomisario
aceptació n o de falta G5 ft. Si el encargo se cumple conjuntamente existen nu -
merosas disposiciones en las leyes que, en términos generales, establecen que Es la persona que en virtud del negocio jurídico debe recibir los benefi
cios derivados del cumplimiento del encargo y, eventualmente, los mismos
- i
.
, . . , .
656 Honduras art 1042 C Co.; Costa Rica art 640 C. Co.; Guatemala, art
. 774 C,
Co En Venezuela cabe la designació n de sustitutos, pero se establece que habr á un solo
fiduciario para cada fideicomiso”, art. 13 L. de F.
“ 050 . .
Panamá constituye lina excepci ó n, art 36, 7 I 17 41.
/
000 .
V supra, Cap. I, 5.2.
, .
. / .
057 Costa Rica, art 638 C. Co.; Panamá , art . 15 L. 17 41; Honduras, art. 1041 C Co.; 601 o
/ .
Panamá , art. 7 L. 17 41; Honduras, art , 1043 C. Co.; Colombia, art . 110 L 45 23.
/
M éxico art 350 LGTOC ; Venezuela, art , 13 L de F . . 692 .
Tiene que existir, salvo que esté concebido: Panamá, art . 13, L 17 41. Debe llegar
058 Est á obligado a aceptar el cargo y sólo puede excusarse por causa grave : Honduras, /
. .
art 1047 C. Co.; Panamá, art 25 L. 17 41. Sólo puede renunciar por justa causa: Colombia,
. .
a existir dentro del término del fideicomiso: Colombia , art. 1229 C Co Puede no existir
. /
art, 1232 C Co.; Costa Rica, art. 646 C. Co .; Venezuela , art . 20 L. de F.; M é xico, art 356
. .
si el fin es lícito y determinado: M éxico, art. 347 LGTOC; Honduras, art 1045 C Co. Si no
4
Existe una tendencia clara a prohibir las sustituciones fideicomisarias, si 4.5 OBJETO DEL CONTRATO
.
bien algunas legislaciones las permiten con ciertas limitaciones Estas pueden
consistir en que el sustituto exista cuando nace el derecho del primer bene- 4.5 .1 Uno o más bienes
ficiario o que est é vivo o concebido a la muerte del fideicomitente o, por ú l-
timo, que las sustituciones se produzcan dentro del t é rmino m á ximo previsto En t é rminos generales toda clase de bienes y derechos son susceptibles de
para el negocio °63. constituirse en fideicomiso, salvo aquellos personalismos del fideicomitente
que, en general , no son nunca susceptibles de enajenación. Al hablar de las
Cabe afirmar que el fideicomisario puede ser el mismo fiduciante y que solemnidades vimos que la naturaleza de los bienes transferidos puede impli- ,
pueden ser varios, caso en el cual para el ejercicio de sus derechos se estable- car el lleno de ciertas formalidades, como el registro cuando se trata de in ?
cen por las legislaciones, mecanismos como el de la mayor í a, la intervenci ó n muebles, la notificaci ó n cuando se trata de créditos personales, etc. Algunas
del juez, etc . legislaciones preven espec íficamente que puedan transmitirse bienes o dere-
Existe un aspecto complejo, derivado de la circunstancia de que en los chos en propiedad al fiduciario lo que siempre ocurre, pero estableciendo al
negocios fiduciarios celebrados por causas onerosas, podr ía afirmarse, por al- mismo tiempo derechos de usufructo, uso o habitación a favor del fideicomi-
gunos, que ambas partes obtienen beneficio del cumplimiento del encargo. sario. En este supuesto, a m ás de las limitaciones ordinarias que ponen coto
En efecto, la inquietud no existe en los negocios en los cuales la causa es a las facultades naturales del propietario fiduciario, éste no ser ía en verdad
eminentemente gratuita , porque all í la nitidez sobre la persona del beneficia- m ás que un nudo propietario, siendo los beneficiarios usufructuarios o titu -
rio no *deja duda alguna. Pero, en cambio, cuando se trata de la transmisió n lares de los derechos de uso o habitación 064
de un bien para que, a su turno, se transfiera m ás adelante a un beneficiario
que ha pagado ya el precio del mismo o que deber á haberlo pagado antes 4.5 . 2 Patrimonio autónomo
de ese momento, podr ía preguntarse si, en sentido lato, el constituyente no
se beneficiar í a, así mismo, con el resultado del cumplimiento del encargo, al A partir de la teor í a de la afectación, considera los bienes recibidos en
.
quedar liberado de su obligación de transferir E igual cosa podr ía decirse en fideicomiso como formando un patrimonio autónomo o afectado a una fina-
las modalidades de fideicomiso de garant í a en cuanto el empleo del bien o lidad, en términos que no pueda confundirse con los bienes del fiducia-
de su enajenación para cancelar derechos de terceros supone, correlativamente, rio <J 0{5. Este principio se traduce en varias notas caracter ísticas:
la liberació n del constituyente-deudor de las obligaciones respectivas.
4.5 . 2.1 Bienes separados del resto del activo
Empero, nos parece que la duda es m ás aparente que real, porque en el
sentido en que la ley lo establece, es beneficiario aquél a cuyo favor se ha La separación exigida es sobre todo contable y busca que los bienes cons -
establecido la prestación o prestaciones impl ícitas en el cumplimiento de la tituidos en fideicomiso no se confundan con los propios del fiduciario ni
finalidad, sin que el solo reconocimiento de que tal circunstancia libere a con aquellos correspondientes a otros fideicomisos en cabeza de la entidad .
unos deudores obligados a actuar en ese sentido y, por este aspecto, los bene- Supone la existencia de cuentas separadas para cada uno de los fideicomisos
ficie, pueda introducir una confusión sobre el particular. Es evidente que con indicaciones precisas sobre el constituyente, el beneficiario, etc., en forma
todo deudor que paga se siente liberado de una carga que podr í a exigfrsele que no quede ninguna duda sobre la manera como est á n constituidos los in-
coercitivamente y, desde ese punto de vista, su satisfacci ón lo beneficia. Pero crementos recibidos, los cargos hechos, etc.
se trata all í de un concepto m á s é tico que jur ídico. Es claro que si hay un Esta es una caracter ística com ú n pues se extiende a los meros encargos
acreedor y se crea un mecanismo enderezado a que sus derechos se satisfagan , fiduciarios, en relación con los cuales tambié n se exige la separación contable.
él es, jur ídicamente, el beneficiario del negocio, así desde el punto cíe vista En general, corresponde a la forma como los registros contables deben refle-
moral el resultado que se obtenga beneficie tambié n al deudor que cumple
jar, claramente, la diferencia entre bienes propios y aquellos que se tienen por
.
por esta v í a
atenta de terceros, en el caso de los encargos o de los que se es titular, en
Y el tema ser í a meramente retórico de no mediar en muchas legislacio-
nes, como lo veremos, la consagración de facultades precisas a favor del bene-
ficiario, que incluyen un conjunto de acciones tanto frente al fiduciario como 664 . . .
El Salvador, art. 1233 C. Co .; Panamá, art 90 L 17 /41
a las entidades de control y a los jueces. 665
.
.
Patrimonio autónomo: Colombia, art. 1233 C Co.; Costa Rica, art 634 C. Co Pa
.
.
trimonio de afectación: Mé xico, art 351 LGTOC ; Honduras, art. 1048 C Co. BERMAN,
. -
683 persona que exista cuando nace el derecho del primer beneficiario: Venezuela , art. op. cit., p. 19. GIRALDO, María Helena ; SANIN, Nora , consideran que los bienes constitu -
8 L. de F./65, Personas que estén vivas o concebidas a la muerte del fideicomitente: Costa yen un patrimonio especial o reservado, y no un patrimonio autó nomo como lo establece el
.
Rica, art, 66 C, Co.; M éxico, art. 359 LGTOC Dentro del término m á ximo del negocio: . . .
C Co , pues al hacerlo '‘incurrió en una imprecisión terminológica y conceptuar1, op cit.,
. /
Honduras, art. 1043 C . Co. Se prohí ben: Panamá , art, 8*? L 17 41* .
p. 117. V supra , Cap. XXII, nota 648 .
636 637
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CONTRATOS BANCARIOS P FIDEICOMISO
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el evento de la fiducia mercantil, pero conformando un patrimonio g
r jr Ii especial &C. por ellos que le esté n destinados. En este ú ltimo supuesto porque se trata de
/ en cabeza del fiduciario 668.
1
,
-
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derechos patrimoniales en su cabeza que, por tal razó n, responden por las acre 1'
r
4.5 . 2.2 Excluidos de la garant ía general de los acreedores del i-
encías a favor de terceros. i
fiduciario i
: sobre los bienes Esta restricció n constituye una de las pruebas m ás evidentes sobre la na
en fideicomiso aunque, desde luego, s í les cabe embargar los frutos i-
i;
i
producidos turaleza jurídica del fideicomiso como negocio fiduciario impuro, en el cual
los derechos y obligaciones que regulan las relaciones entre las partes est á n
l! • «08 Colombia, L. 45 23, art. 109.
/
««7 Colombia, art. 1238 K
t - , C, Co. • I- 689 Costa Rica, art. 660 C, Co.; Colombia, art. 1242 C. Co.
668 Venezuela, art. 4? L. de F. i.
.
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M éxico , art 358 C. Co
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CONTRATOS BANCARIOS
> FIDEICOMISO
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perfectamente definidos y tutelados en la ley 671. Porque dentro de la teoría i
de los negocios fiduciarios puros es precisamente en los encargos y convenios 1 4.6. 3 Los celebrados a más de cierto tiempo
LV secretos, no exteriorizados, en donde radica su extraordinaria fuerza y en •f ‘.
! ;r
1;í
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Puede afirmarse que las legislasciones latinoamericanas se clasifican en dos
donde la parte que transfiere se libra en forma exclusiva a la confianza que le grandes grupos por lo que respecta a esa clase de negocios prohibidos: las
merece el adquirente fiduciario. Sin embargo, la mayor í a de las legislaciones
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constitució n del fideicomiso una forma escrita y auténtica, cuando no nota - !
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pia vida o por la de sus sucesores en el beneficio, dentro de las normas que
rial, resulta por definición inconcebible la constitución de un fideicomiso
secreto porque, aun si no fuese elemento esencial, tendr ía que considerarse el i- ‘
regulan los fideicomisos sucesivos; y para ciertas personas jur ídicas, estatales
escrito como solemnidad probatoria . o dedicadas a obras de alto contenido social o cultural no existe restricción,
• I
i
..
i
: o sea, el fideicomiso puede constituirse en forma indefinida, mientras subsis-
4.6 .2 Fideicomisos sucesivos tan las personas jur ídicas y se cumplan las finalidades previstas por la ley.
i
:• Esta prohibición, que comentamos al hablar de los fideicomisarios, quiere El segundo grupo, en cambio, se ñala como principio general la existencia
de un l ímite en el tiempo , pero exceptuando, en general, de este principio, los
í
; impedir las viejas sustituciones fideicomisarias a través de las cuales preten
d í a perpetuarse en una sola familia la propiedad sobre unos bienes. Existen,
- fideicomisos a favor de incapaces, mientras subsista tal incapacidad o aque -
1
sin embargo, excepciones vinculadas, como lo dijimos, a que el sustituto llos constituidos a favor de entidades estatales o de beneficencia p ú blica o
I
exista en el momento de la muerte del ficleicomitente o al nacer el derecho utilidad com ú n . De donde se concluye que la diferencia fundamental con los
-
i i
;
del primer beneficiario o que se presente, en todo caso, dentro del término paises que adoptan el primer sistema se relaciona con el caso en que los fidei :
m á ximo consagrado por la ley o el negocio para su duració n. Las excepcio- comisos sean a favor de personas naturales, pues para éstas rige tambi é n la
nes no son universales y existen paises en los cuales se proh í be simple y llana- limitaci ó n temporal 674 .
v mente el fideicomiso sucesivo, mientras en otros se precisa que el prohibido*
j •
es aquel en el cual la sustitución se produce por la muerte del primer bene- La razón de ser de este tipo de restricciones radica en la voluntad del legis -
ficiario. Esto es, que si la sustitución debe llevarse a cabo por cualquier otra lador de no permitir una indefinida congelaci ón de la riqueza o estimar que
raz ó n , no podr ía hablarse en rigor de fideicomiso sucesivo, pues lo que la dentro de los té rminos se ñ alados pueden cumplirse de ordinario y en forma
í
ley encuentra de reprobable en estos paises, es el establecimiento de órdenes satisfactoria, las finalidades para las cuales pueden constituirse los fideicomisos.
s
de sucesió n que impiden al primer beneficiario, en la pr á ctica , disponer libre
mente de sus bienes por causa de muerte G7S.
-
r
¡
674 Son ejemplos clel primer grupo: Venezuela, art . 9 <? L. de F., l ímite para las personas
H :; , art. 359 LGTOC ; Honduras, art. 1050 C. Co.; Guatemala, art , 789 C. Co.;
671 M éxico .
jur ídicas: 30 afios; M éxico, art . 359 LGTOC; Costa Rica, art. 661 C. Co ; Honduras, art .
t - Costa Rica, art. 661 C . Co.; Panamá, arte 69 L. 17 /41; Colombia, art , 12’30 C . Co. .
1050 C Co.; lí mite para las personas jur í dicas no exceptuadas: 30 afios. Panamá , art. 37
672 BATIZA, op. cit , , p. 301. Colombia, art. 1368 C . Civil.
673 BATIZA , op. cit ,, ps. 303 3. Colombia, proh í be '‘el beneficio concedido
i Ley 17/41; límite para personas jur í dicas: 20 a ñ os. Son ejemplos del segundo grupo: Gua
temala, art. 790 C. Co , los que se constituyan por má s de 25 a ños son válidos, pero se
-
/ a diversas
.
#
personas sucesivamente", art. 1230 C. Co. Panam , á proh í be los fideicomisos cuando "se con - reducirán en ese plazo, salvo excepción; El Salvador; art 1236 C. Co., plazo m áximo: 25
i1
cede el beneficio a dos personas distintas y la segunda debe recibir por muerte de la primera" . a ños, salvo excepciones; Colombia, art. 1230 C. Co., plazo má ximo: 20 afios , salvo excepciones.
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’J CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
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* 8 4.6.4 Los que conceden ganancias al fiduciario distintas de los : •
Reflexión que condena la utilización de los negocios fiduciarios como me-
honorarios ra mampara, para disimular los vicios o censuras que merecer ía una actuación
I directa 670.
1 Algunas legislaciones se ñ alan también entre los negocios prohibidos aque -
llos que concedan al fiduciario, a más de su remuneración o a cambio de ella,
ganancias como premios, comisiones, diferencias entre precios de enajena- i 4.7 OBLIGACIONES DEL FIDUCIARIO
ción , etc., por estimar de seguro que el fiduciario no debe tener ningú n inte-
rés económico en las resultas mismas del cumplimiento de su encargo, dis- Para estudiar las obligaciones del fiduciario, que al mismo tiempo permi
ten analizar sus derechos, debe partirse del principio segú n el cual éste tiene
-
tinto a la obtenció n de su remuneració n, previamente convenida o se ñ alada
en la forma prevista por la ley . En otras palabras, si el fiduciario no puede ser todas las facultades necesarias para cumplir la finalidad se ñalada por el fidei-
jam ás fideicomisario se estima que por esta ví a el principio podr ía verse vul- comiso, con las limitaciones que se deriven de los t é rminos del encargo, de su i
nerado porque si, por ejemplo, se establece que recibir á la diferencia que 'í incompatibilidad con el logro de la misma finalidad o de las reservas hechas
obtenga entre determinada tasa m í nima de inter és esperada por el constitu- i
i por el fiduciante en el momento de la constitución . En otras palabras, si i
yente y aquella que realmente resulte de la colocaci ón va a comlenzar a correr el fiduciario como propietario tendr í a todos los derechos inherentes a su
la suerte del fideicomiso, volvi é ndose, desde este punto de vista, un fideico- * condición, la relación obligatoria característica del fideicomiso los circuns-
cribe a aquellos necesarios para llevar a cabo la finalidad del encargo. No se
?•
misario. A este respecto no sobra recordar que en algunos pa íses se proh íbe en V
forma) expresa que el fiduciario garantice los rendimientos del encargo °75, 7 trata pues, de recordar cu áles son los derechos del propietario, porque ellos
lo que, por lo dem ás, pareoe obvio si se recuerda que las obligaciones clel fi- • > est á n recortados y son función de la voluntad constitutiva. El propietario
.y
v duciario son de medio y no de resultado. puede gozar, usar y disponer de los bienes bajo su dominio y cabe entonces
í preguntar en qu é medida tiene el fiduciario id é nticas facultades. Sabemos
! •
4.6.5 Los realizados en fraude a la ley i que la de goce debe descartarse pues los beneficios obtenidos por los bienes i
No suele consagrarse como prohibici ó n específica, pero fluye del an álisis V puesta, obra cultural, cient ífica o educativa o entrega a los beneficiarios de-
:
de los negocios fiduciarios regulados como tales y de los principios generales •
i signados para tal efecto. Restan entonces las facultades de uso o adminis-
del Derecho . En efecto, dado que el negocio fiduciario ha de buscar un fin -? tració n de los bienes y de disposición. La administració n es facultad y carga
seriamente querido y que, simplemente, se utiliza un instrumento que otorga } al mismo tiempo, porque del manejo, conservación y natural explotación
i
mayores facultades de las que se requerir ían para lograr el encargo, así la ti- económica del bien depende, en buena parte, el adecuado cumplimiento de
i
pificación de la figura aten úe la desproporción, es obvio que la fiducia, como la voluntad del fiduciario. Claro está que, en la práctica, se presentan algunas
cualquier otro negocio jur ídico, no puede utilizarse para obtener con ello re- dificultades como las relacionadas con saber si la administración comprende
sultados que estar ían prohibidos, de contratar el constituyente en forma directa.
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CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
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» Lo que tal vez deba destacarse frente a estas situaciones dubitativas es que asimismo, contratar los seguros que se acostumbre tomar para cubrir los ries-
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en la mayor í a de legislaciones se ha consagrado la posibilidad y obligació n, gos de los bienes en su poder, como ser í a el caso de un seguro de incendio
a veces, de consultar las decisiones con una autoridad judicial o administra - para una propiedad inmueble.
tiva competente para absolver las dudas, interpretar las disposiciones vagas
í
y aun cambiar la voluntad del fiduciante o modificarla en algo, cuando las Algunas legislaciones exigen autorización expresa en el acto constitutivo
fí
i
t
circunstancias parezcan imponerlo y no se traicione, por lo derruís, la inten -
ción de quien constituyó el fideicomiso. Por ello, porque se trata en ú ltimas
o, en su defecto, impartida por el juez del fideicomiso o la entidad encar
gada de su control para ciertas hipótesis, unas de tipo administrativo y otras
-
de aplicar las disposiciones generales vigentes en cada pa ís para la interpreta - dispositivas tales como imponer grav á menes a los bienes fideicomitidos, ena -
i * ción de los contratos y la ley y porque, de otra parte, en buen n ú mero de jenarlos, y transigir o someter a compromisos arbitrales los conflictos suscita -
casos la solución vendr á por v ía ele consulta , consideramos suficiente plan- í
.
dos en torno a los bienes o derechos a su cargo G78 De lo cual se reitera que
tear el interrogante. \ el fiduciario puede realizar todos los actos y contratos necesarios para llevar
í
i a cabo la finalidad que no le est é n prohibidos por la ley o el acto constitutivo
3 o para los cuales no se exija una autorización expresa en aqu élla o ésta.
4.7.1 Administrar los bienes en la forma establecida £
i
i. -i 4.7 .1.2 Invertirlos
Esta obligaci ó n del fiduciario no requiere mayores explicaciones, luego :i
de lo que va corrido de la exposició n y consiste en el manejo de los bienes *. Otro principio que fluye sin dificultad respecto a la administración de los
Í -
i segú fi su naturaleza, con los especiales cuidados y precauciones que pueden ;
i bienes es que éstos deben producir frutos o rendimientos, pues de ordinario
exigírsele al fiduciario y buscando obtener, al mismo tiempo, las m ás seguras el simple mantenimiento del “statu quo” no ser í a suficiente para atender la
I y mejores condiciones de inversión y remuneraci ón de los recursos o productos . *
v
voluntad del constituyente. El rendimiento corresponderá a la normal utili -
Por cuanto en buena parte de nuestros paises el fiduciario debe ser una *
í
zación de los bienes sin disponer de ellos, como ser ía el arrendamiento a un
entidad crediticia o una persona jur ídica facultada para tal efecto y teniendo
$ tercero de las propiedades inmuebles o de otros activos similares, la explota-
* ción directa de los negocios comerciales, si el banco est á capacitado para asu-
en cuenta que no cabe en ninguna actuar en forma directa sino que tiene que
hacerlo a través de representantes o agentes, en algunos paises se establece ? mir la carga o su alquiler a un tercero y la inversión de los recursos l íquidos
en poder del fiduciario en operaciones que al mismo tiempo tienen que ser
que si bien el fiduciario no puede delegar el cumplimiento de sus funciones, • í
!
i
í
. . .
Costa Rica, art , 643 C , Co .; M é xico, art 356 LGTOG; El Salvador, art 1253 C Co, 678 El . . . .
Salvador , art. 1252 C, Co.; Panamá , art . 27 L 17 / 41; Costa Rica , art 652 C Co
v i
644 645
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Si
CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
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la inversió n . En este caso algunas legislaciones insisten en que la inversión
i j í
I V i :' Además de la responsabilidad que pueda deducirse al fiduciario como
debe hacerse en papeles y bonos de entidades nacionales y que no cabe, desde consecuencia de no haber actuado con la prudencia necesaria en el manejo
luego, hacerla en los propios bonos o acciones de la entidad fiduciaria , salvo . de los bienes que le han sido transmitidos, puede suceder que, incluso, se
i I.
en este caso que se trate de t í tulos cotizados en bolsa y que la operación se prevea en la ley el establecimiento de sanciones penales para los administra-
í ¡:
*
haga por los precios de mercado 6T0 . ! :
dores de las entidades a los cuales se les ha encomendado el cuidado de uno
\ De todas formas, debe insistirse en el principio de que el manejo de los
V
i o más negocios 682, por cuyo manejo puede deducí rseles responsabilidad .
V
!
1 bienes debe buscar su mayor rendimiento, lo que significa que todo acto
: • en relación con ellos debe ser a t í tulo oneroso, pues no se concebir ían actosi
i
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•
646 647
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i ;.v
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CONTRATOS RANCARIOS FIDEICOMISO
deben figurar en las llamadas en algunos pa íses “cuentas de orden” que re-
gistran obligaciones contingentes o, como en este caso, bienes radicados en
.
4.7 5 Rendir cuenta de su gestión
cabeza del fiduciario, pero extra ños a su patrimonio general .
-
El fiduciario es titular jur ídico de los bienes, es cierto, pero por virtud
Algunas legislaciones establecen que cuando todo o parte de los bienes de la estructura misma del fideicomiso cumple, en últimas, una gestión ende-
constituidos en fideicomiso o de sus productos esté constituido por dinero, rezada a obtener la finalidad prevista por el constituyente. Por esa circuns-
el mismo deber á mantenerse en caja o en cuenta especial del banco central tancia, porque todo el negocio se organiza en torno a la realización de los
mientras se procede a invertirlo, si tal decisión corresponde a la finalidad fines, el fiduciario tiene que rendir cumplida y oportuna cuenta sobre las
prevista o se le d á la destinación que corresponda a los términos del fideico- gestiones que realiza. Dicho informe comprende distintas manifestaciones par-
miso o a las instrucciones del juez 685. ticulares, ya comentadas, como la de avisar dentro de un corto término la
celebración de ciertas operaciones de inversión o el recibo de frutos derivados
4.7,4 Llevar la personería para la protección de los bienes de las mismas, pero en forma m ás concreta se refiere a la necesidad de presen-
tar informaciones completas y fidedignas sobre el movimiento contable de los
Aun cuando visto en cierta manera al comienzo del punto, no sobra insis- bienes en su poder ; los ingresos y egresos producidos durante el lapso correspon-
tir en que las obligaciones del fiduciario más all á de la simple conservación y diente y la suma o bienes con que cuenta el fideicomiso, así como sus pasivos. Si
custodia de los bienes recibidos de los cuales es titular, se traducen en la ne- se quiere, y analizando por este aspecto el fideicomiso como un patrimonio
cesidad de ejercitar las acciones judiciales y proponer las defensas que re- autónomo o especial, la rendición de cuentas supone la presentación de un
sulten B pertinentes para conservarlos en su integridad jurídica, no solo ante balance del fideicomiso acompa ñado de un estado de pérdidas y ganancias
perturbaciones de hecho o de derecho que puedan resultar de las pretensio- que registre ingresos y egresos y muestren la existencia o no de un super ávit
nes de un tercero, sino de cualquier circunstancia que pueda afectar el patri- .
obtenido por la gestión Este último aspecto tiene interés porque, como anota-
monio recibido en fideicomiso. Tendr á pues que defenderlos contra ocupa
ciones de hecho, cuando inmuebles constitutivos del mismo sean invadidos
- mos ai hablar del fiduciario, una de las justas causas para renunciar en algunos
pa íses está constituida por la circunstancia de que los bienes en fideicomiso
por terceros o proponer las defensas necesarias contra demandas reivindica- no produzcan rendimientos suficientes siquiera para pagar su remuneración y
ías o juicios de cualquier naturaleza respecto a los bienes. Deber á propo
tor - los interesados no esté n dispuestos a sufragarlos.
ner las acciones tendientes a desliauciar a inquilinos morosos, obtener la re-
cuperación de deudas vencidas, cobrar intereses pactados a su favor, etc., y La rendición de cuentas puede hacerse en distintos momentos seg ú n lo
adem ás, protegerlos en forma global aun de riesgos indirectos. Si una liquida - establezcan la ley o el acto constitutivo . Las posibilidades son amplias y van
ción de impuestos deduce a cargo de los bienes sumas que excedan las que desde la rendición de cuentas a la finalización del encargo hasta aquella que
en opinió n de un asesor jur ídico puedan corresponderle, es obligación del debe realizarse con una periodicidad predeterminada como tres, seis meses, un
fiduciario llevar hasta sus ú ltimas consecuencias las acciones judiciales o admi- a ño, o por último, la que tenga que llevarse a efecto a requerimiento de parte
nistrativas tendientes a impugnar la mentada liquidación. Esta obligación su - interesada . En algunos pa íses la no rendición de cuentas dentro del plazo
previsto por la ley constituye justa causa para solicitar la remoción del fidu-
i
pone, como es obvio, que cuente con amplias facultades para nombrar apode
rados judiciales o extrajudiciales. Tiene algunas limitaciones en ciertos pa íses,
- ciario, En otros, si bien tal disposición no se consagra en forma expresa, pen -
como aquella seg ú n la cual no le es posible transigir sin una autorización ex- samos que debe llegarse a idé ntica conclusión , pues si una de las obligaciones
presa del juez. del fiduciario es rendir cuentas, el incumplimiento de la misma implica un
La obligación del fiduciario es de tal alcance que comprende las defensas incumplimiento del encargo y, por consiguiente, una razonable causal para
contra actos del beneficiario y aun del mismo constituyente, pues salvo que pedir su remoción cs7.
éste ú ltimo se haya reservado derechos espec íficos en el acto constitutivo y que
la disputa gire en torno a ellos, lo cierto es que el fiduciario como titular ju-
.
4.7 6 Transferir los bienes a quien corresponda
r ídico de los bienes o derechos transmitidos tiene la obligación de protegerlos Del contenido del negocio constitutivo podr á deducirse a quién han de
contra cualquier pretensi ón extrañ a cso . trata de aquellas hip ótesis en las
pasar los bienes al terminar el encargo si se
cuales el fideicomiso ha de tener una limitación temporal.
.
685 Venezuela, art. 14 L. de F„ art 138 LGBOIC . Colombia, establece que, en estos
supuestos, las sumas respectivas deber á n invertirse en el fondo comú n ordinario que admi- Las reglas generales, sin embargo, son dos : jamás el fiduciario puede con -
nistre la institución respectiva y que se caracteriza por recibir recursos de distintos clientes, vertirse en fideicomisario, de acuerdo con lo previsto por la inmensa mayo-
los cuales se manejan en una sola caja e invierten en un portafolio de documentos consti-
¡!
tutivos del mercado de dinero, se ñalados por la Superintendencia Bancaria , otorgá ndose a . .
687 Al finalizar el encargo: El Salvador, art 1262' C Co. Semestralmente: Venezuela,
.
los dientes un derecho o parte alícuota sobre la masa. D. 938 88, art. I 1?, p % ,
/ . .
art. 14 L. de F y art. 141 LGBOIC ; Colombia, art 1234, 8, Dentro de los 15 d ías siguientes
tfsc Colombia, art. 1234, 4, .
a aquel en que se le requiera : Honduras, art , 10G0 C Co.; M é xico, art, 05 LRSPBC .
\
64« 64-9
L ik
n 1 *5
.'íi?
r ía de las legislaciones, y salvo que otra cosa se prevea, los bienes deber án 4.8 DERECHOS DEL FIDUCIANTE O FIDEICOMITENTE
pasar al fideicomitente o sus herederos 68S.
A m ás de los derechos que suele tener en todos los sistemas de designar
I;
4.7.7 Consultar a la autoridad jurisdiccional o administrativa y
- uno o varios fiduciarios o fideicomisarios, el fiduciante puede mantener du -
rante la vida del fideicomiso otros que resulten de la expresa reserva que
Para curarse en salud y cumplir en forma cabal con la cuidadosa adminis- haya hecho a su favor en el acto constitutivo o que le sean conferidos en
'
tración de los bienes, buen n ú mero de legislaciones preven que el fiduciario I
I *% forma directa por la ley. Algunos autores piensan , inclusive, que la vocación
fe i pueda o deba obtener la opinión de una autoridad judicial o administrativa .Y
natural del fideicomitente es desaparecer una vez que el fideicomiso se ha
en caso de dudas sobre el alcance de las facultades otorgadas por el acto cons
titutivo o que se consagran en la ley o en el supuesto de que, pese a la claridad
- 5 .
constituido Dentro de esta teoría todas las facultades deber í an resultar de
una expresa reserva sobre el particular 695s.
•
i
V
I de las instrucciones, circunstancias no previsibles al momento de la constitu -
ción impongan, en un momento dado, la necesidad de separarse de ellas. En Mencionaremos esta facultad como una primera y gené rica y luego hare -
ambos casos, mirada la estructura finalista del contrato, es indispensable uti - mos lo propio con otras de frecuente consagración legislativa,
lizar mecanismos tendientes a impedir que la existencia de una instrucción
i
confusa o la imposibilidad de seguirla , conspiren contra la realización de los 4.8.1 Los que se hubiere reservado
.
fines del fideicomiso Por ello, decidido el punto por una autoridad, el fidu -
ciario 3 podr á actuar de conformidad con lo establecido por ésta C8e. La misma amplitud de la posibilidad la hace imprecisa. Puede concebirse,
en primer t érmino, que se reserven todos los derechos que veremos en seguida
i
4.7.8 Guardar secreto si ello fuere necesario por no consagrarse como facultad directa a su favor en
el respectivo pa ís. Así mismo, podría pensarse en la transferencia de algunos
i
Constituye una obligación gené rica aplicable a todos los informes que el de los derechos derivados de la propiedad como el usufructo, pero conservan -
banco conoce en desarrollo de los contratos celebrados con su clientela, que do la nuda propiedad en su cabeza , lo cual cabr ía en algunas definiciones.
algunas legislaciones consagran en forma expresa para registrar las operaciones Pero más que éstos, los autores parecen sugerir que la reserva de derechos se
de inversión, adquisición o sustitución de bienes cuando sea imposible notifi - relaciona con aquellos que corresponden a la genérica posibilidad de vigilar
car al beneficiario dentro del plazo previsto en ella . En este supuesto los re- el desarrollo del fideicomiso para verificar que sus disposiciones se cumplen
gistros que reflejan los detalles de las mencionadas operaciones deber án man- en un todo de acuerdo con lo previsto. Un ejemplo de esta intervención en la
tenerse con absoluto secreto aun “ ante las autoridades o tribunales en juicios estar constituido por la posibilidad de nombrar un comité técnico del cual
o reclamaciones que no sean aquellos entablados por el fideicomitente o
fideicomisario contra la institución, o v i c e v e r s a . . L a violación de este Se-
-
vigilancia y aun en la toma de decisiones por parte del fiduciario, puede
eventualmente él puede formar parte, para tomar algunas decisiones relacio -
f creto origina responsabilidad civil por los da ñ os y perjuicios causados, sin nadas con la inversión de los bienes recibidos, la posible sustitución de unos
perjuicio de las sanciones penales o que haya lugar 09°. por otros, etc. 69S.
i 1
Dada la especial confidencialidad que se predica de los negocios de fidu-
cia, la doctrina censura la utilización de la escritura p ública como requisito 4.8,2 Revocar el fideicomiso
para su constitución, en aquellos pa íses en que se exija , pues en esta forma
i
\
y ab initio, motivos particulares y privados que constituyen la causa del contra - En esta materia puede sostenerse que el fideicomiso en principio es irrevo -
to y que, no pocas veces, se reflejan como antecedente suyo, quedan sometidos
cable, tal como lo estableci ó en su momento la ley paname ña, pero que al fi -
deicomitente cabe reservarse en el acto constitutivo la posibilidad contraria
a la natural publicidad de un documento cuya copia puede ser obtenida por con el objeto de poner fin al encargo. En algunas legislaciones la revocabili-
!'
cualquier persona 691. dad es, en todo caso, restringida, pues solo puede reservarse en los fideico-
f
misos constituidos para fines de inter és particular, pero no en aquellos en
, .
«88 M éxico art , 358 LGTOC ; Venezuela , art. 27 L, de F,; Guatemala, art. 788 C. Co ; que esté vinculado el interés colectivo .
.
Colombia, arts, 1242 /4 C. Co .; Honduras, arts, 1038 y 1060,, 4 C . Co ; El Salvador, arts.
La facultad de revocar parece razonable en buena parte de los casos por -
i
1237 y 1262 C , Co . que, salvo aquellas modalidades en las cuales se quieren conseguir resultados
. .
680 Consulta al juez: Costa Rica, art. 653 C Co Consulta al juez con citación del fidei
- a largo plazo o para fines científicos o culturales o a favor de entidades esta -
, .
comisario: Venezuela art. 16 L de F. Consulta al Superintendente Ranearlo , quien citará
.
previamente al fiduciante y al fideicomisario ; Colombia, art 1234, 5.
:
/ .
600 Honduras, arts 1057 8 C. Co, La transcripción corresponde al ú ltimo. eos RODRIGUEZ, J. “Derecho Mercantil , T. II, p. 128.
0
i
.
601 V. N . p p. 651 603 . .
Honduras, art 1055 C. Co
1
650 651
f
I
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í
1
f.
CONTRATOS BANCARIOS *
" í FIDEICOMISO
y
- tales, que como vimos pueden hacerse por t é rmino indefinido , lo cierto es
* que dentro de la mutabilidad de las circunstancias en que discurren las rela -
ciones entre las personas es posible que el constituido, por ejemplo, para
n: ¡B ridad administrativa esté en condiciones de remover al fiduciario a petició n
de parte interesada, designando un administrador interino mientras se de-
signa fiduciario en propiedad. Si los argumentos invocados por el fideico-
* i.
beneficiar a un pariente, quien se haya hecho acreedor a la ayuda por sus
condiciones de pobreza y lealtad, resulte ma ñana innecesario porque adquie
ra bienes de fortuna o adopte una conducta con el fiduciante que no se com -
t
?; !;
}
i
••
mitente resultan probados ante el juez y éste ordena la remoció n del fidu
ciario, lo normal ser á que el fideicomitente esté en condiciones de designar
-
padezca de la colaboración ofrecida por éste GM, - •
i
j
un remplazo. De no existir para entonces y no preverse por la ley un sistema
1
de designación de fiduciario hecho por el juez, la remoción del fiduciario no
•
i-
Pero así mismo, hay casos en los cuales y por la propia naturaleza del i. .
i
sustituido daría lugar a la terminación del contrato °95.
negocio no puede concebirse la revocació n. Tal ocurriría con todos aquellos
fideicomisos traslaticios del dominio en relaci ó n con los cuales existen terceros 4.8.6
>
de buena fe que han dado una contraprestación onerosa, como pasar ía en
buena parte de los fideicomisos de desarrollo inmobiliario o en los fideicomi
- Un tanto repitiendo lo ya visto sabemos que, salvo que cosa distinta se ha-
sos de garant ía en los cuales existe de por medio el inter és patrimonial de !
'
i
ción, se hayan producido perjuicios para el patrimonio fideicom actua- obtener los rendimientos suficientes en el manejo del fideicomiso para aten -
itido o los der siquiera la remuneración del fiduciario, debe entenderse que el íideico-
¡
intereses del fideicomitente o el fideicomisario, exigirle la .
mitente asumir á el costo de la gesti ón desempeñ ada por el fiduciario como
responsabilidad
!
correspondiente y la indemnizaci ó n de da ños y perjuicios a que haya lugar : consecuencia de su decisión de crear el fideicomiso. Como, incluso, veremos
Acción de responsabilidad que, de ordinario, se confiere tambié *
n al fidei- m ás adelante, el no pago de la remuneració n es justa causa en buen n ú mero
?. <7*
* comisario. de pa íses para que el fiduciario pueda renunciar y, por ende, para que ter-
mine el fideicomiso, si no se procede o no se puede designar un remplazo.
4.8 .5 Pedir la remoción del fiduciario y designar uno nuevo
»
I
i: I!
4.9.2 Rembolsar los gastos
\
Facultad que también corresponde al fideicomisario y que veremos
má
'
! i adelante, precisando que para su ejercicio cabe imaginar dos hip ó tesis s Si el fiduciario tuvo que realizar gastos en el desempeño de su encargo,
reserva hecha en el acto constitutivo, caso en el cual se trata de una : la es lógico que el fiduciante, por cuya iniciativa se encuentra precisamente
b facultad
discrecional , o la incapacidad o mala conducta del fiduciario, supuesto haciéndolo, se obligue a rembolsá rselos. Es lo que ocurre de ordinario en to-
no requiere reserva alguna para demandar la remoción pero que que das las actividades de gestión en las cuales quien las encomienda debe soportar
* tentar la demanda en razones justificativas, sobre las cuales el
implica sus
juez pueda
- el peso econ ó mico que demande llevarlas a cabo.
tomar la decisi ó n correspondiente . Es posible que, en algunos pa íses,
una auto - Ambas obligaciones, remunerar al fiduciario y rembolsarle los gastos se
atienden por lo general con cargo al mismo producido del fideicomiso, pues
* :
691 Se proh í be: Panamá , art . 16 L.
*
.
17 41 Se proh í be, salvo que se trate de fideicomisos
se supone que si se trata de bienes razonablemente explotados deben produ -
para fines de interés particular y siempre /que se haya hecho reserva 'expresa: El Salvado , cir, al menos, para atender los costos de administració n - que, en ú ltimas ,
. .
art 1247 C. Co Se permite si el fideicomitente se reserva tal facultad M xico ,
*
art. 357
-
eso significan ambos renglones y poder destinar el sobrante al cumplimiento
LGTOQ; Venezuela, art. 26, 4 L. de F.; Colombia, art . 1236 C. Co,; Guatemala,
: é de la finalidad prevista.
art. 7S7
C , Co . Como los anteriores, pero advirtiendo que deben quedar i
garantizados los derechos i
de terceros: Costa Rica, art . 659 C. Co.
*
:
6 t>5 .
Colombia, C, Co , art , 1235, 4.
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652 t 653
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CONTRATOS BANCARIOS »
FIDEICOMISO
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4.9. 3 Saneamiento por evicción sistemas no pueden aceptar conceptualmente la figura del propietario benefi- -
i
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.'
ciario en equidad , sí han establecido, en cambio, algunos privilegios o facul-
Sostienen algunos autores con razón, que siendo el fideicomiso un acto tades excepcionales, por así llamarlas, a favor del beneficiario, con lo cual lo
• í
traslaticio, el fideicomitente debe salir al saneamiento por evicción, pero dis- califican ventajosamente en relaci ón con un acreedor corriente m.
tinguiendo entre el fideicomiso gratuito en que tal cosa no se presume de i
ordinario, sino debe resultar de un pacto expreso por aplicación analógica Ahora bien, si el fide¡comitente puede ser el mismo fideicomisario y no
de las normas sobre donación, del fideicomiso oneroso en donde tal obli existen terceros interesados, el esquema resulta simple en su análisis Pero .
gació n se instituye siempre para el fidudante Serí a el caso del fideicomiso-
. puede ocurrir que el beneficiario sea un tercero y que, como tal lo sea de los
rendimientos y de los bienes o solo de los primeros o los ú ltimos. Esto es, que
;
.í
de garant ía que estudiaremos al final del capí tulo, en el cual la transferencia
de los bienes para cumplir el encargo resulta contraprestación obligada la finalidad prevista, por lo que a él respecta, se satisfaga plenamente con el {
: cuando le corresponden. Tiene, en cambio, algunos derechos excepcionales neficiario extra ño frente a la del beneficiario-fideicomitente, porque no resul -
! que veremos m ás adelante. tar ía entendible que los derechos de aqu él se pusieran en entredicho por vir-
f i r
tud de disposiciones establecidas por éste, que pudiera , a través de su ejercicio,
También conviene anotar que en muchos paises, ante la inexistencia del
fideicomisario, que como sabemos es posible en determinadas circunstancias,
frustrar la finalidad con cuya realización contaba el primero .
i i « ‘
sus derechos se ejercen por el Ministerio P ú blico. Así mismo, que las faculta- La situació n m á s gravosa para el fideicomi tente no se plasma de manera
des que veremos como propias del fideicomisario son concedidas en algunas específica en las legislaciones pero algunos ejemplos sugieren criterios que
legislaciones al fiduciante, cuando éste se ha reservado la facultad de revocar apuntarían a la conclusión que acabamos de mencionar. Por ejemplo, en al -
o a quien deben entregarse los bienes al final del fideicomiso, as í se trate de gún caso se establece que el fideicomiso constituido en fraude de terceros
persona distinta de aquella que recibe inicialmente sus frutos. puede ser impugnado y que se presumir á tal cosa cuando el fideicomitente
sea fideicomisario ú nico o principal, si hubiere varios. Solución que prefiere
Sobra decir que los derechos propios del beneficiario son aquellos que a los terceros, frente a la protección formal de la cual gozar ía un beneficiario,
derivan de su condición de acreedor y que comprender á n la demanda de los distinto del fideicomitente 698.
frutos en los términos y condiciones se ñ alados por el encargo y la ulterior As í mismo, en alguna legislaci ón se prevé que, en caso de fideicomisarios
i
* entrega de los bienes, si es también destinatario de los mismos. Por ello, plurales, deberá consultá rseles para tomar una decisión y, en caso de diver-
más que analizar estos derechos naturales, estudiamos en seguida algunas
".
i
gencia, se aplicará el principio de la mayoría 6
facultades que de ordinario les conceden las leyes con el objeto de destacar
, . . . .
es>7 M éxico art 355 LGTOC; Honduras, art 1059 G Co ; Costa Rica, art. 654 C Co ; . .
i i su posici ón de acreedor pero en condiciones que van un poco más allá de
temala, art. 778 C Co . „
. . . . .
El Salvador, art. 1255 C. Co ; Colombia, art 1235 C Co.; Venezuela, art 24 L. de F ; Gua -
lasque de ordinario se le reconocen a aquél. En otras palabras, si nuestros
698 Costa Rica, art. 658 C . Co.
696 BATIZA , op, cit., ps. 261 2.
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69« Honduras, art 1044 C. Co.
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CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
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El problema es complejo y es obvio que ser á el juez del conflicto quien ras personas que por conocer los t é rminos del fideicomiso puedan presumirse i
i
deba decidir la prevalencia, atendiendo al criterio fundamental segú n el cual de mala fe, cuando han actuado contra la evidencia surgida de aqu éllos .
si el fideicomitente tiene la iniciativa para constituir el negocio, el beneficiario En opinión de algunos autores esta facultad no es diferente de la genérica
tiene la legí tima esperanza de que con su desarrollo se cumplir á una finalidad consagrada a favor de los acreedores que con el nombre de “ acción pauliana ” ¡
en su interés y/o eventualmente el de un tercero, así sea el mismo constitu- i les permite impugnar los actos llevados a cabo en fraude o perjuicio de los
yente. En ese orden de ideas es necesario establecer una precedencia gradual, acreedores, de manera que las cosas vuelvan al estado anterior y los bienes
i en virtud de la cual solo satisfecho el inter és legí timo del tercero beneficiario se reintegren, si se quiere, al patrimonio del deudor 701.
puede satisfacerse al fideicomitente, en caso de que tal circunstancia haya sus-
citado un conflicto, cuya solución no est é prevista en el contrato. A más ele esta genérica facultad de anulació n varias legislaciones consagran
también y en forma independiente, la posibilidad para el beneficiario de rei-
.
4.10 1 Exigir al fiduciario el cumplimiento y ejercer las acciones vindicar los bienes que se encuentren en manos de un tercero. Disposici ón » /
de responsabilidad que ha sido criticada con justicia porque la acción reivindicatoría o acci ón
cíe dominio es propia del due ño, quien despojado de la posesión de uno de
Es el derecho que fluye en forma obvia de la estructura del contrato y sus bienes se dirige contra el poseedor para que judicialmente se ordene
que est á aparejado con la posibilidad de ejercitar las acciones de responsa - su restitución. Teniendo en cuenta que, como lo hemos afirmado, el bene-
bilidad derivadas de un eventual incumplimiento. Podr í a incluirse, tambié n, ficiario no es due ño, es un simple acreedor y que en todo caso el reintegro
dentro de esta facultad , la de pedir algunas acciones conservatorias para evitar de los bienes no va a hacerse a su patrimonio, de donde nunca ha salido,
que los bienes sufran pérdidas o menoscabo en poder del fiduciario, cuando sino al patrimonio del fiduciario, parece m ás técnico prescindir de dicha fa-
hubiese razonables motivos para temerlo 70 D. Entre tales medidas solicitadas cultad específica y m á s bien reiterar el principio de que pudiendo pedir la
i al juez y decretadas por éste estaría la de prestar caución, que como vimos es anulación de ciertos actos el resultado será, en la mayorí a de las veces, que
obligación a cargo del fiduciario en determinadas circunstancias, los bienes regresen al patrimonio del fideicomiso. En este sentido, en - todo
caso, debe entenderse en los pa íses en los cuales se hable de reivindicación .
4.10.2 Oponerse a medidas preventivas contra los bienes Por ultimo, algunas leyes establecen términos precisos dentro de los cuales
i - es posible ejercitar la acci ón de anulación, lo que parece lógico para evitar
í: ’ Se trata de una actuación que, por lo regular, se permite al fideicomisario
por vía supletiva, cuando el fiduciario no cumple con su obligación de pro - una indebida situación de indefinición para los terceros que en un momento
dado negocien con el fiduciario 702. Agr éguese, por su curiosidad, la facultad
* teger los bienes tanto f ísica como jur ídicamente. En efecto , en su condición
de titular de los derechos respectivos a él competen, en primer t érmino, pre- consagrada en algún país a favor del fiduciario que lo autoriza para intentar í
. sentar las defensas, interponer los recursos y ejercitar las acciones tendien - la misma anulación, pese a que de seguro tendrá que invocar su propia culpa ,
lo cual en general es rechazado en el mundo del derecho. Sin embargo, se
r
son, en general, los celebrados por el fiduciario contra las instrucciones ex-
puede deducirse de resultados negativos presentados en su gestión o de glosas
presas del fideicomitente o en exceso de sus atribuciones, en desmedro evi-
producidas respecto a otros encargos que hayan prosperado y como conse
cuencia de las cuales se le haya separado del manejo de otros fideicomisos o
-
dente del patrimonio fideicomitido o de los derechos de los interesados Su- .
puestos estos últimos que podr ían presentarse cuando el fiduciario disponga
i
de todo o parte ele los bienes a t í tulo gratuito o realice negocios con terce - 701 . . . . . .
BERMAN, op. cit , p 18; BATIZA, op cit , p SUS
702 . .
Cinco a ños: Colombia, art. . 1235, 2; Venezuela, art. 18, L de F
700 PananU , art. 33 L. 17 /41,
703 Guatemala, art. 778.
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656 657
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CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
ponder hasta de culpa leve y se trata de un comerciante profesional, etc. Vimos que hay una tendencia a hacer obligatoria la aceptación, cuando es
potestativa, sin embargo, lo ordinario es que se proh íba renunciar al encar-
.
La remoción puede solicitarse cuando quiera que no cumpla con sus obliga - go sin una razón plenamente justificada en términos de la ley. Pues bien, di-
ciones pero, en particular, con aquellas que dicen con hacer inventario o cha causal debe acreditarse en forma eficiente ante la autoridad de manera
prestar caució n , o cualesquiera otras se ñaladas en forma especí fica en el acto que el fiduciario no puede separarse de su cargo, hasta no producirse la ex -
constitutivo u ordenadas por el juez, Tal ser ía el caso de la no rendició n de presa autorización que lo faculte para ello 706.
cuentas cuando ellas sean demandadas por el fiduciante o exigidas por la ley
dentro de ciertos plazos. 4.11.3 Absolución de consultas
La solicitud de remoción puede estar precedida, a t ítulo de medida cau -
telar, de la designación de un administrador interino, cuando las circunstan - Lina de las funciones más din á micas que puede asign ársele a la autoridad
cias indiquen que la permanencia del fiduciario al frente de los negocios judicial o administrativa es la de absolver las consultas planteadas por el fidu -
s
1
:
resultar ía muy grave, aun durante el simple lapso del proceso . !
r*
í ciario, cuando las autorizaciones recibidas resulten vagas y sea necesario acla-
rarlas, en un caso concreto; por vía general, cuando ellas sean insuficientes
íi en la pr áctica para cumplir con la finalidad impuesta en el acto constitutivo y
3 4,10.5 Revisar los estados contables ! cuando, por circunstancias de hecho, el fiduciario se vea constre ñido a tener
f
En algunos países y como complemento de las facultades anteriores, se que actuar, incluso contra la expresa voluntad del fideicomitente. En todos
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ellos y en otros similares el funcionamiento del fideicomiso ser ía imposible de
autoriza al fideicomisario para verificar, por s í o por interpuesta persona,
i visitas o inspecciones a los libros de contabilidad y demás estados contables no contarse con la posibilidad de obtener una opinión de autoridad que como
del fiduciario, de manera que pueda constatar la forma eficiente en que ma- tal, legitime y sustente a partir de ese momento las actuaciones que lleve a
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neja los bienes objeto del encargo 704 . i cabo el fiduciario 107 .
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4.11.4 Imposición de ciertas obligaciones
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í 4.11 INTERVENCION DE AUTORIDAD :
i-
De lo expuesto a lo largo del capí tulo puede colegirse sin dificultad que
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Corresponde tambi én a la autoridad imponer al fiduciario ciertas obliga
ciones que no fluyen en forma natural de su designación pero que resultan
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en el desarrollo del fideicomiso juega papel importante la intervención de la i convenientes en ciertas circunstancias como la elaboración de un inventario
autoridad judicial y, por excepción , de la administrativa que la sustituya • I o la prestación de caución . Asimismo, como facultad discrecional u obliga -
o colabore con ella en el cumplimiento de ciertas tareas. Se trata de una fun-
i
)
ción impuesta desde un comienzo al fiduciario, cabe a la autoridad demandar
i i ció n de vigilancia y estricto control sobre la debida ejecuci ón del encargo la presentación de informes periódicos sobre el desempe ño de los encargos,
como respaldo a la confianza especial depositada por los constituyentes. Ha - sin perjuicio de llevar a cabo las visitas que corresponden de ordinario a sus
gamos un breve recuento para agruparlas. funciones como autoridad general de control, cuando estas coinciden en su
cabeza .
708
4.11.1 Autorización del banco o sociedad 4.11.5 Remoción del fiduciario y nombramiento de administrador
i interino
La actividad de fiduciario se limita, por regla general, a determinadas
sociedades se ñaladas por la ley y autorizadas, en cada caso especí fico, por una
entidad de control. Estas sociedades son los bancos, a través de sus secciones
Sabemos que el fiduciario puede ser removido a petición de parte intere
sada frente a ciertos supuestos previstos por la ley y que dicen en general con
-
! fiduciarias o de mandato y, por excepción, en algunos pa íses, las personas su incompetencia para manejar los negocios o la forma dolosa o perjudicial
jur ídicas constituidas con esta finalidad. La necesidad de obtener una autori- .
como lo hace En todos los supuestos de manejo indebido la remoción tiene
zación previa del Superintendente para comenzar a operar, o de la autoridad
! •! que haga sus veces, segú n el pais, es ya una primera garantía para todas las
que decretarse por una autoridad competente que califique los cargos y eva
.
l ú e los descargos de la entidad fiduciaria Como vimos, en algunos pa íses la
-
partes í ntervinientes 70íf .
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.
roo Colombia, art 1232 C. Co.
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704 El , . . .
Salvador art 1255 C Co.; Guatemala , art 778 C. Co. 707 Colombia art, . 1234, 5, V. supra, .
3.2,2
706 , . .
Colombia art 1226 C Co . :•
708 Colombia art, . 1231 C. Co.
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CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
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FIDEICOMISO
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pero en alguna deben servir para responder frente a los acreedores de obliga- |
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mino al contrato.
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4.12.10 Revocación del fiduciante 4.12.14 Confusión de la calidad de único fideicomisario
con la de único fiduciario
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Causal que como hemos visto corresponde al derecho que la inmensa ma - Contra la tendencia inmensamente mayoritaria algunas legislaciones con -
yoría de las legislaciones consagra a favor del fiduciante, de reservarse esta sagran la posibilidad excepcional de que el fiduciario pueda convertirse en
intere-
í
í
facultad en el acto constitutivo poniendo fin al negocio jur ídico. Es fideicomisario, de manera que en esa circunstancia termine el encargo 720.
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i sante anotar que algunas legislaciones prevé n que en este supuesto deban
garantizarse los derechos de terceros que han contratado con el fiduciario 4.13 MODALIDADES DEL FIDEICOMISO EN LAS OPERACIONES
!.
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dentro de los términos del fideicomiso 717 . BANCARIAS
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La conclusión anterior parece obvia , aun si no existe disposición expresa
i sobre el particular. En efecto, y en especial trat á ndose de los fideicomisos Es indispensable observar que las posibilidades de los bancos resultan tan -
f
i onerosos, no puede concebirse que el constituyente que ha recibido o recibir á to del desarrollo de las facultades consagradas en numerosas legislaciones con
una contrasprestaci ón por los derechos que transfiere, pueda, unilateralmente, el nombre de encargos fiduciarios, como de los negocios de fideicomiso o
{ .
fiducia mercantil propiamente dichos Ya advertíamos en el cap í tulo XIX que
718 Colombia, consagra una disposici ó n frecuentemente criticada a cuyo tenor “ los bie - buen n ú mero de encargos pueden llevarse a cabo con el sustento de un sim -
ple contrato, generalmente de mandato, en donde el fiduciario (banco) se
:
nes objeto del negocio fiduciario no podrán ser perseguidos por los acreedores del fiduciante,
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i . .
a menos que sus acreencias sean anteriores a la constituci ón del mismo. . , art . 1288 C Go.
0
obliga con el fiduciante (cliente) a realizar por cuenta suya y en su nombre
-
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Algunos doctrinantes han sostenido que tal posibilidad no es autónoma sino tiene que vincu un determinado negocio jur ídico u otra gestión en su interés , No existe all í
:! larse al proceso de anulación que el mismo art ículo consagrarla, en la parte final, al decir una transferencia de propiedad, que constituya al fiduciario en titular de los
.- -
. í que “el negocio fiduciario celebrado en fraude de terceros podrá ser impugnado por los in bienes frente a terceros sino simplemente una puesta a su disposición de re
*•
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teresados", Posibilidad que correspondería a la gené rica acción pauliana del Derecho Civil
II
Pero es evidente que el solo riesgo de que un juez pueda ordenar el embargo de bienes del
patrimonio autónomo, por la sola presentación de un título ejecutivo con fecha ci-erta an - 718 .
y, supra , Cap. XXII, 4.10
*
i i .
terior a la de la celebració n del negocio , constituye una debilidad estructural muy inquietante. 719 . .
Venezuela, art 26 L, de F
.
717 Costa Rica, art. 659 C Co. 720 Panamá, art, 36 L. 17 41.
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cursos para poder cumplir la finalidad prevista por el fideicomitentc 721. En 4.13.1 Fideicomiso de administración
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otras palabras, puede afirmarse que las secciones fiduciarias de los bancos y
las sociedades fiduciarias, en los pa íses en los cuales existen facultades de lle- Distintas razones pueden llevar a una persona a querer relevarse en un mo -
var a cabo encargos fiduciarios y realizar, de otra parte, negocios fiduciarios, mento dado de la administración y manejo directo de sus bienes: su edad que
est á n posibilitadas para realizar por cuenta de sus clientes pr á cticamente toda no le permite dedicar las mismas energías a sus negocios, su dedicación a acti -
clase de negocios lícitos y la modalidad empleada dependerá de las distintas vidades de tipo filantrópico o político o sus frecuentes viajes, etc. Por consi-
circunstancias que tenga en cuenta el constituyente en el momento de celebrar guiente, una forma muy interesante de utilizar los servicios fiduciarios con-
siste en transferir sus bienes a la entidad crediticia que le brinda no solo la
f
el acuerdo. Por lo tanto, al estudiar en seguida algunas de las modalidades i
m ás representativas de los negocios de fideicomiso debe advertirse que, en es- i seguridad de ser una institución seria y especializada sino estar sometida a
rigurosos controles por parte del Estado. Su conocimiento del mundo finan-
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tricto rigor su celebración no siempre supone la existencia de un fideicomiso i
i
o negocio de fiducia mercantil sino que, en muchas oportunidades, puede cons- í Contra la tendencia inmensamente mayoritaria, algunas legislaciones, con -
tituir, apenas, un simple encargo fiduciario sustentado en un contrato de man - i ¿
calificados y sus vinculaciones con distintos sectores de la vida econ ómica, 1 :
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dato o, gen é ricamente, de gesti ó n. Haremos é nfasis, en todo caso, pues este I i>
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permiten administrarlos en condiciones inmejorables Con las ventajas y pre-
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es el objeto del capí tulo, en aquellos fideicomisos que de suyo puedan revestir rrogativas que ya mencionamos al hablar del patrimonio autónomo, en el
-
.1
la forma típica que hemos estudiado. 1 sentido de que se sustrae a una serie de vicisitudes relacionadas con la acti
vidad del constituyente.
?
De otro lado, conviene destacar que la creciente importancia del fideicomiso ;
i
o la fiducia mercantil, es función , en sí ntesis, de la situación económica de
h •
los últimos a ños, las características fundamentales del negocio y las realizacio- ;
4.13.2 Fideicomiso de inversión
nes desarrolladas, verdaderos term ó metros sobre la actividad alcanzada por la -
i
figura 722. '
Es, si se quiere, una modalidad del anterior pero en el cual, a m ás de la
simple administración y manejo de sus bienes, el fiduciante busca destinar-
(
•. v
Por lo que dice con el primer aspecto , debe anotarse que en los países
i
en los cuales rige el principio de la banca especializada, los establecimientos los a ciertas actividades de las cuales pueda derivar rendimientos interesan-
de crédito deben circunscribir sus actividades a aquellas espec íficas que les .
tes Quizás, para verlo por otro aspecto, se administran bienes y negocios que
!
.
permite la ley Adicionalmente el alto costo del dinero ha conducido a una van a permanecer inalterables como tales (se explota un comercio, se arrienda
:
reducción progresiva de los m á rgenes de beneficio y ha obligado a los bancos a un inmueble, etc,), mientras se invierten los recursos líquidos que se reciban
incentivar los ingresos derivados de la prestació n de servicios. Ante ambas o los mismos activos mediante su transformación, enajenació n y remplazo (se
circunstancias, los bancos encuentran en este negocio la posibilidad de am - vende el establecimiento de comercio y se compra un hotel o las acciones de
una compa ñía de textiles) . Tiene importancia para el manejo de ciertos re-
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1
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cursos” Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario , N 518, Bogotá, 1982 , rios, cuando se trata de los fondos que acabamos de mencionar .
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i CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
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* i En relación con los fideicomisos de inversión caben todas las posibilidades prenda y la hipoteca, por cuanto el acreedor no tiene que someterse a los
imaginables sobre la forma de colocar los recursos que van desde aquella en
la cual se le se ñala al fiduciario una destinación específica e invariable, hasta procedimientos judiciales enderezados a rematar los bienes, sino que en cum-
>
f : plimiento de la orden recibida de su cliente el banco procede a venderlos o
í
la m ás amplia en la cual se deja a su absoluta discreción el manejo de los re
cursos recibidos Los bancos de ordinario parecer ían estar interesados en
- í; liquidarlos y a satisfacer la obligación. Con ventajas no solo para el acreedor,
como podría pensarse, sino incluso para el deudor, pues lo que sucede en la
contar con algunas directrices respecto a la forma como deben emplearlos, i práctica cuando debe rematarse una garant ía es que las condiciones m í nimas de
i
pues de su existencia se deriva, en últimas, el grado de su responsabilidad No
es lo mismo, en efecto, cumplir con un encargo preciso y determinado, f ácil-
. ¡ la almoneda producen, con no poca frecuencia, que el bien sea rematado por
valores muy inferiores a los comerciales, con lo cual se perjudican ambas partes
mente comprobable, que comprometerse a colocar recursos en actividades de-
y el deudor ve desaparecer la posibilidad de recibir el saldo. Por consiguiente,
• !
i
jadas a su libre escogencia, pero en donde la evaluación de los riesgos se con - i la intervención de una entidad fiduciaria es una garantía para ambas partes
vierte en una responsabilidad propia que hace m ás dif ícil conciliar el deseo 1
3
:
porque utilizando un sistema ágil y expedito asegura la obtenció n de las me -
jores condiciones de precio y pago para los bienes en su poder.
•
posibilidades similares parece reprobable, como en efecto lo establecen las de la deuda en t í tulos valores aceptados a favor del deudor y que deben
\ .
endosarse en prenda al acreedor En este caso la entidad otorgante del crédito
legislaciones de algunos paises, que el fiduciario pueda garantizar un resultado,
I asumiendo el riesgo financiero de la operación . puede no tener interés en manejar la cartera en garantía, que en la pr áctica
fe 4' \
I constituir á un fondo rotatorio, y prefiere que se designe a una tercera entidad
fiduci&ria, para que ésta reciba del deudor los t í tulos endosados en prenda,
4.13.3 Fideicomiso de garantía
•í
los devuelva a medida que se aproxime su vencimiento y exija, a cambio, los
necesarios para remplazados y, en un momento dado, ante el hecho del in-
f
fideicomiso. Se presenta en todos aquellos supuestos en los cuales el deudor cumplimiento, proceda a cobrados de los aceptantes y destine los recursos al
pago de las costas, los intereses y la deuda principal 725.
b i * transfiere bienes a la entidad fiduciaria con el objeto de respaldar el cumpli
miento de una obligación principal a favor de un tercero para que, en el*
- Esta modalidad del fideicomiso ha merecido algunos reparos por estimarse
i i
evento de que no se satisfaga oportunamente, proceda a venderlos y destinar su que se convierte en un mecanismo para que el acreedor se apodere clel bien
producido a la cancelación de la deuda. Por este aspecto presenta ventajas
i
;
i recibido en garantía; se coloca al fiduciario en trance de ejercitar funciones
indudables en relación con las modalidades tradicionales de garantía, como la jurisdiccionales y, por ú ltimo, se priva al deudor del ejercicio legítimo del
¡; derecho ele defensa. Sin embargo, tanto en la doctrina como en la jurispru-
724 Colombia. Se ha previsto como deber indelegable del fiduciario dencia mexicanas se encuentran argumentos que, en t érminos generales, se-
> el de “ invertir los
; bienes provenientes del negocio fiduciario en la forma y con los requisitos previstos en el
¡-
acto constitutivo, salvo que se le haya permitido obrar del modo que más conveniente le . .
725 CARREGAL, Mario “El Fideicomiso Regulación jurídica y posibilidades prá cticas" .
i
.
parezca’', art 1234, 3. Sin embargo, la Superintendencia Ranear ía ha establecido que los Ed Universidad, Buenos Aires, 1982¡ cree que, a diferencia de M é xico y Colombia, en Ar
. -
fideicomisos de inversión deberá n tener forzosamente una destinación específica lo cual con - gentina no existen “impedimentos legales ni conflictos de intereses que impidan la cons -
i
tradice, sin duda, la disposición transcrita, aunque constituya una forma de protección del titución de fideicomisos de garantía en los que el fiduciario designado sea al mismo tiempo
i
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.
fiduciario, por las razones expuestas. D 938 89
/. fl acreedor garantizado", p. 142.
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666 667
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CONTRATOS BANCARIOS FIDEICOMISO
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se trata de personas enfermas, etc., siempre con la posibilidad de que les sean
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r ían aplicables en otras latitudes, porque se ha hecho notar que no es una
situación de controversia la que debe ser juzgada por el fiduciario, sino la transferidos m ás adelante, cuando cesen las causas de indefensión o incapaci-
i S
simple circunstancia de hecho de que, en una cierta fecha , no se haya pro- i; dad, si estas son las hipó tesis que justificaron el encargo.
ducido un pago. No hay pues en la gestió n que debe cumplir el fiduciario
ningú n campo para la calificació n subjetiva sobre la conducta de las partes 4.13.5 Fideicomiso de seguros
sino simple y llanamente, sobre la circunstancia de no haberse realizado el
pago. Pero, además , no se trata de que el acreedor disponga por sí y ante sí Puede estar vinculado con el anterior , en cierta manera , y constituirse
del bien recibido en garant í a sino que tal bien ha sido transferido previamen - designando a la entidad fiduciaria como beneficiarí a de un seguro de vida
te por parte del deudor al fiduciario, en forma deliberada y consciente, enco- por ejemplo, para que al fallecimiento del cliente la suma pagada se destine
mend ándole una determinada gestión que puede traducirse, seguramente, en a finalidades que, de ordinario, ser á n similares a las que acabamos de men -
Ja venta del bien y en el pago al acreedor, pero incluso, al cumplimiento cionar.
.
de otras finalidades, si la suma lo permite Y por ú ltimo, no parece que haya
Otra hipótesis que cabr ía imaginar ser ía la ele designar al fiduciario como
propiamente una privación del derecho de defensa si se advierte que la re- beneficiario de un seguro de daño, de manera que se garantice, por este me-
nuncia anticipada a controvertir cualquier circunstancia accesoria tiene un
dio, que ante la eventual pérdida de un bien, lavs sumas recibidas como indem-
contenido eminentemente patrimonial. nización, se destinen efectiva y oportunamente a su reposici ón, de suerte que,
j ero, naturalmente, aun cuando compartimos los argumentos a favor, hay por ejemplo, el proceso industrial o comercial del cual haga parte, no se inte-
i!
^
que admitir que los interrogantes surgidos han comprometido, en alguna me
dida, el mejor y más amplio desarrollo de esta figura, en algunos países m.
- rrumpa o lo sea, apenas, por el m ínimo tiempo requerido.
4.13.6 Fideicomisos de desarrollo
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4.13.4 Fideicomiso testamentario
Caracterizados por la presencia de entidades internacionales o gubernati -
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En los fideicomisos testamentarios se presenta la posibilidad de designar vas de crédito y por la aplicación de los recursos a finalidades de interés co -
por esta v í a al fiduciario para que, a la muerte del causante, reciba todo o par- munitario o de desarrollo, vinculadas con programas especialmente interesantes
. <
í
te de sus bienes con el objeto de destinarlos a cumplir ciertas finalidades, para los pa íses del llamado tercer mundo, tanto si los recursos provienen ex -
bien de í ndole cultural, ya en beneficio de algunas personas, parientes o no clusivamente de aportes estatales, como cuando se trata de fondos mixtos en
del causante. Y decimos que todo o parte de sus bienes porque hay de tener los llamados programas de cofinanciamiento, en los cuales participan los re-
cursos estatales o de entidades internacionales, y los del sector privado.
?
en cuenta que de conformidad con las normas sobre sucesiones, no siempre
: es posible al ca ígante disponer de todo su patrimonio a favor de un tercero, En desarrollo de estas posibilidades existen fondos administrados por el
: .
i sino que debe respetar los derechos correspondientes a sus herederos forzo- Banco Interamericano de Desarrollo , el Banco Mundial, y los bancos centrales
sos, de manera que, en el caso de haberlos, el fideicomiso testamentario ten - de distintos pa íses 7 Z8.
r
dría que reducirse a la parte de la cual le cupiese disponer libremente 727. Son i
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numerosas las posibilidades que en la pr áctica se presentan con la destinación 4.13.7 Fideicomisos inmobiliarios
misma de los bienes, como sucede desde luego en los fideicomisos de admi-
nistración e inversió n, pero en esta clase ellas suelen estar vinculadas a la Aun cuando pueden participar de las caracter ísticas gen é ricas de los fi-
manutención de unos parientes, su educación, los gastos de hospitalización, si l
¡
deicomisos de administración y /o de inversión lo cierto es que, uno de los
terrenos en el cual el fideicomiso se ha mostrado m ás atractivo , es en el des -
!
:
726 Colombia ha registrado un avance notable en esta materia, gracias a los aportes
arrollo de proyectos inmobiliarios en los cuales la presencia de numerosas
í
! partes, con intereses no pocas veces contrapuestos y la necesidad de brindar
hechos por la misma Superintendencia Bancaria que, luego de expresar reservas iniciales
una garant ía suficiente a todos los intervinientes, explica su enorme suceso .
i
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sobre la viabilidad jurídica de la figura, ha pasado a aceptarla, con argumentos que en
mucho coinciden con los de la doctrina mexicana a favor . Como un paso significativo debe
registrarse la circunstancia de que, en punto a calificación de cartera, ha establecido como
Piénsese, simplemente, en el desarrollo de un terreno urbano sobre el cual pien -
li
* asimilables a los créditos otorgados con garantía real, aquellos que gocen como protección .
728 El mecanismo es importante en países como M é xico En Colombia, por ejemplo,
r •
. .
de un fideicomiso irrevocable de garant ía R. 2053 de 1989, art 17. Restar í a, tan solo, darle es cada vez m ás frecuente su empleo para el manejo de recursos destinados a ciertas finali -
igual calificación para efectos del cupo individual de crédito y, entonces, el fideicomiso de dadas prioritarias, como sería, por ejemplo, su inclu8Íón como instrumento de apoyo a las
i garant ía conocería un gran desarrollo. :
.
leyes de descentralización, L 11/86 o al manejo de fondos para investigación petrolera o
I 727 CARRILLO, Oswaldo , "El Fideicomiso y su aplicaci ó n en Venezuela", Revista PE
- .
carbon ífera en la reciente transformació n de la Financiera Energé tica, L 25/90 o en la
i .
LABAN, N 1? 18 , Ed . Kelly, Bogot á, 1974, p 28. . .
creación de la Financiera de Desarrollo Territorial, L 57 /89
; 668 669
i 1
*
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sa construirse un n ú mero plural de edificaciones y en relació n con el cual se como acreedores frente a la eventual masa de una quiebra, no es menos cierto
necesita hacer contactos, tanto con las entidades especializadas de crédito que i que el derecho se vuelve nominal o dif ícilmente realizable cuando los activos
i provean los recursos a largo plazo, como con los interesados en la construc- son escasos, inmovilizados o de poca demanda en el mercado 73° .
ción que, incluso, estar ían dispuestos a avanzar fondos para pagar parte del
precio, contratando en planos; con los ingenieros constructores y los calculistas; Pero el mecanismo no solo tiene importancia por las razones anteriormen -
con las entidades municipales que deben otorgar los permisos; con las entida -
i
.
te expuestas Las dificultades crecientes que afrontan muchos paises para el
des de control gubernativo; con el propietario del terreno desde luego, etc. manejo de sus programas de seguridad social administrados por el Estado o
Pues bien, la presencia de todos estos interesados logra concillarse con ventaja por entidades de derecho p ú blico, han hecho volver los ojos hacia mecanismos
cuando una entidad especializada soporta en su cabeza la titularidad del in- privados o mixtos a través de los cuales pueda garantizarse a los destinatarios
i
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mueble y ofrece, por consiguiente, plena seguridad de que el contrato se des- la cobertura ofrecida, tanto en el campo de las pensiones, como en el de cr é -
arrollar á en la forma y t érminos que se hayan convenido 729. ditos para ciertas finalidades o programas de salud. Y para tal efecto, ningú n
instrumento más ú til que el de constituir fondos fiduciarios con esa finalidad.
El desarrollo de esta figura ha permitido reconocer distintas modalidades '
i
'
:
que partir de la base de que una adecuada distribución de un portafolio,
manejado por un inversionista institucional, resultar ía de interés para los
i
la capacidad patrimonial requerida , como desarrollar proyectos de costo va - eventuales ahorradores y es una de las funciones que, desde siempre, han te-
riable, en los cuales los intervinientes asociados en la suerte del proyecto as - .
nido los fiduciarios en el mundo Administrar portafolios, es en efecto, hacer
1
piran a beneficiarse de una reducción de costos, frente a los precios que obten
dr ían en el mercado, pero deben soportar en su cabeza el riesgo de que ocurra
- una permanente selección del riesgo, lo que constituye la primera y principal
carga profesional de un banquero.
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.
lo contrario La modalidad a precio fijo se ha utilizado, fundamentalmente,
El crecimiento reciente ha sido significativo, comenzando por los paises
: para la realizació n de planes a nivel popular mientras los segundos se reservan <
desarrollados, que han encontrado en la constitución de fondos mobiliarios
a programas para intervinientes de apreciables ingresos, que puedan medir,
-
:
i í
una excelente alternativa de inversi ón para los ahorradores y para las tesore
• i justamente, los riesgos inherentes a un programa de costo variable. rías de las grandes empresas y de los individuos, permitiendo contar con ren-
I
! ;
dimientos a corto plazo normalmente mejores que los provenientes de otras
' * 4,13.8 Fideicomisos prestacionales o de fondos de pensión inversiones. Entre otras razones, los procesos de desregulación , que han intro
ducido, a veces, en forma desordenada, mecanismos novedosos frente a esque-
-
i El incremento en estos paises, bien por v ía legal ya por acuerdos colectivos,
• V!
; de las llamadas prestaciones sociales o cargas prestacionales que soportan los mas inel ásticos de operación bancaria, han permitido la diversificación de los
empleadores, aun cuando conduce, en la pr áctica, a que las empresas utilicen fondos que en Estados Unidos, Europa y el Japón han llegado a n ú meros muy
.
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sus reservas como capital de trabajo, hace aconsejable, en el futuro, el manejo
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apreciables 731
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de los dineros respectivos por parte de entidades que, en virtud de su cono-
cimiento profundo del mercado y las posibilidades de inversi ón, los adminis-
i
730 Colombia ha autorizado el manejo de fondos de pensiones a las aseguradoras y a
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tren con enormes ventajas, tanto para la empresa como para los ti abajadores. las sociedades fiduciarias y secciones fiduciarias de los bancos, previa autorización de la
Y no solo por los rendimientos eventuales que pudieran obtenerse y que ser ían, Superintendencia Sanear ía para tal efecto. D. 2513 de 1987.
-
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i y sin duda alguna, muy superiores a los obtenidos por la misma empresa , sino 731 MITCHELL, Jo Daré, Vicepresidente Citibank Nueva York, “ Mercado de los Ser
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CONTRATOS BANCARIOS
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por las entidades financieras con una determinada finalidad. Asimismo, cabe
la destinación de recursos para constituir un fideicomiso destinado a la reali -
zación ele una obra específica de aquellas que por su largo alcance y su ele-
vado costo presentan aspectos complejos que pueden controlarse y adminis -
trarse ventajosamente por una entidad especializada como un banco 78a.
Caracter
ísticas
782 . .
QUINTERO, GARLOS Revista PELABAN, W 22, ps 301/3. Colombia Se ha ve . - a) La constituida entre vivos debe contar por escritura pú blica registrada.
n•
.
nido. utilizando tambié n en muchas hipó tesis como la de colombianización de la banca . L
55 de 1975, y la creación del Fondo de emergencia o de grandes calamidades, O. 1547/84. i La constituida por causa de muerte deberá serlo por testamento (art.
.
1228 C Go.) .
738 QUINTERO , Carlos. Revista FELABAN , W 22 ,. p 315. .
672 673
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