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En el país, apenas 43 por ciento de las escuelas cuenta con una biblioteca escolar; las

principales carencias se dan en sitios de enseñanza indígena. En contraste, siete de cada


10 instituciones privadas cuentan con una.

Según el reporte La Educación Obligatoria en México Informe 2016 del Instituto Nacional
para la Evaluación de la Educación (INEE), apenas cuatro de cada 10 escuelas tiene su
biblioteca, mientras que una de cada cuatro tiene aula de medios, y 9.3 por ciento cuenta
con sala para que los maestros se reúnan.

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), la biblioteca escolar ofrece la


posibilidad de incrementar las fuentes de información, fomentar el desarrollo de habilidades
de investigación, atiende necesidades lectoras de la comunidad y favorece la articulación de
la actividad escolar.

Sin embargo, como apoyo, los maestros cuentan con bibliotecas de aula: ocho de cada 10
docentes reportaron que cuentan con ella, se lee en el reporte del INEE.

La SEP aclara que el acervo para el aula acorta la distancia entre el libro y sus posibles
usuarios. Alumnos y profesores comparten la experiencia de manejar, conservar y organizar
el funcionamiento de un acervo.

“Los mexicanos a veces, así lo dicen las estadísticas, no leemos lo que debemos leer; creo
que andamos en 2.8 libros que leemos por año cuando, por ejemplo, Nueva Zelanda lee 17
libros al año; Japón por ahí anda. Nosotros queremos no sólo igualarlos, sino superarlos en
ese objetivo”, expuso Juan Manuel Armendáriz Rangel, delegado especial del Sindicato
Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) en Jalisco.

“No estamos satisfechos con el resultado en cuanto a la lectura de los mexicanos. Si


analizamos las estadísticas, México ocupa uno de los últimos lugares en cuanto a libros que
leemos en promedio los mexicanos por año y, desde luego, es responsabilidad también de
los maestros el fomentar la lectura, primero en nuestros alumnos y, por consecuencia, en
nuestra sociedad”.

Maestros y padres de familia pueden complementar el trabajo para fomentar la lectura.

“Desde luego que los papás los deben ayudar en cuanto a que su hijo no sólo lea, sino que
también nos deben de ayudar los papás en cuanto a que su hijo haga el análisis, la reflexión
respecto de lo que vio la semana en la escuela”, mencionó el sindicalista.

Añadió que los profesores no son los únicos responsables del tema educativo.

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