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Colón había llegado a las islas de los actuales territorios de Cuba, Haití y República Dominicana,
pero pensaba que había desembarcado en la India del Viejo Mundo. Por eso, cuando se encontró
con los nativos los llamó “indios”.
Fueron varias las culturas que habitaron en la América precolombina y las más destacadas fueron
las que lograron convertirse en civilizaciones, como la azteca, la maya y la inca. La mayoría, se
extendieron en la región de Mesoamérica que comprende los actuales territorios de México y
Centroamérica.
El término “precolombino” resulta ambiguo: por un lado, se refiere a los pueblos indígenas de
América sin hacer referencia a la diversidad de culturas sofisticadas y, por otro lado, invoca a un
solo explorador europeo en particular.
Este tipo de economías fueron implantadas en numerosas ocasiones durante la historia humana,
pero quizá el ejemplo más tangible sea el de las colonias europeas en América, Asia y África, entre
los siglos XV y XIX, que eran controladas política, económica y socialmente por los grandes
Imperios del viejo continente.
terceros, de modo que las riquezas estén siempre puestas en función del bienestar de los
colonizadores.
• Balanza comercial favorable a la metrópoli: La economía colonial está pensada,
simplemente, para beneficiar más a la metrópoli que a las colonias, y ello se refleja también en
la aplicación de tasas, gravámenes, impuestos y otros métodos de control económico que se
imponen desde el centro colonial.
Dicho contrato suponía una especie de intercambio: la colonia debía suministrar a la metrópoli los
suficientes recursos para pagar la “inversión” en su administración, establecimiento y desarrollo,
junto con un excedente o beneficio. A cambio, la metrópoli debía administrar el sistema de manera
justa y adecuada, a fin de que la relación fuese mutuamente beneficiosa.
España hizo todo lo posible por acumular el oro de las Américas, mientras entregaba los suelos
americanos en encomiendas y otros sistemas administrativos de exploración y explotación de
recursos.
Por ende, la economía colonial latinoamericana consistió en el empleo de la mano de obra indígena
en condiciones de semi esclavitud (o franca esclavitud). Posteriormente se sumó la mano de obra
africana. Ambas fueron utilizadas para la explotación minera, agropecuaria y pesquera de insumos
altamente codiciados en Europa, como el oro, la plata, las perlas, el tabaco, el café, el cacao, el
azúcar y otros productos.
Por otra parte, los europeos del siglo XVI provenían de un continente en el cual predominaba una
sociedad estamental caracterizada fundamentalmente por la existencia de tres grandes cuerpos
sociales: nobleza, clero y estado llano. La movilidad social era muy escasa y la pertenencia a cada
estamento dependía de la pureza de la sangre. Es decir, quien nacía en cuna noble moría noble y
quien nacía campesino terminaba sus días de igual manera.
En el siglo XVI indiano no hubo una sociedad única sino varias coexistentes y coincidentes en
diversos grados de relación y dependencia. A grandes rasgos se pueden identificar dos universos
sociales: las llamadas "república de los españoles" y "república de los indios". Los españoles se
concentraron esencialmente en torno a las ciudades, en tanto los nativos permanecieron en el
Materia: Seminario Básico Lic. Jesús Guzmán Rodríguez
Carrera: Contaduría Pública Página 4 de 4
ámbito rural. Esto implicó la aparición de una dicotomía campo-ciudad muy significativa en la
historia de la América española.
El panorama descrito varió sustancialmente a lo largo del segundo siglo colonial. La inevitable
mezcla biológica entre indígenas, españoles y negros configuró un mundo multirracial, donde
mestizos, mulatos y zambos experimentaron un crecimiento continuo. La sociedad americana,
constituida por una serie de grupos con diferentes derechos, privilegios, ocupaciones laborales y
posición económica, tomó un marcado carácter estamental.
Para el siglo XVIII, en palabras de María Ángeles Eugenio, "nos encontramos ya con una estructura
social perfectamente estratificada, pero no sólo en función de la riqueza de sus individuos, sino en
función de lo que mayor trascendencia tuvo en la sociedad hispanoamericana: el color y la
fisonomía de tales individuos; o sea, una élite de blancos o casi blancos y una masa de gente de
color que, en términos generales, se denominó oficialmente castas ".