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net/publication/235573068
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Rosa Bersabe
University of Malaga
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Estrés
ISSN: 1134-7937
Carmen Bragado*, Inés Carrasco*, Mª L. Sánchez * y Rosa Mª Bersabé**
*Universidad Complutense, **Universidad de Málaga
1996, 2(2-3), 97-111
Resumen: En este estudio se investiga la prevalencia, Abstract: This paper examines the prevalence,
comorbilidad y pautas evolutivas de los trastornos de comorbidity and developmental patterns of anxiety
ansiedad en una muestra de 243 escolares con edades disorders in a sample of 243 elementary and high school
comprendidas entre los 6 y 17 años. Los sujetos fueron students, aged 6 to 17 years. Subjects were diagnosed
diagnosticados a través de un cuestionario (con formato with a questionnaire (parent, child and adolescent form)
para padres, niños y adolescentes) adaptado de la versión adapted from the Spanish version of the DICA-R. The
española de la DICA-R. La prevalencia total fue del overall prevalence rate was 13.6%-18.5% (based on
13.6%-18.5% (según la información de padres y niños, parents and children reports). Children informed about
respectivamente). Los niños informaron de más more disorders than their parents. A low degree of
trastornos que sus padres. Se observó un grado de agreement at the diagnostic level was observed between
acuerdo muy bajo en los diagnósticos asignados entre each other. The most prevalent disorder was simple
ambos informantes. El trastorno más prevalente fue la phobia and the lowest one the avoidant disorder.
fobia simple y el menos el trastorno por evitación. El Separation anxiety disorder was more frequently
trastorno de ansiedad de separación se diagnosticó con diagnosed in prepuberal children (mean age: 10) in
más frecuencia en los más pequeños (edad media: 10 contrast to overanxious disorder which was more
años) mientras que el trastorno de ansiedad excesiva prevalent between puberal children and adolescents
resultó más prevalente entre púberes y adolescentes (mean age: 14.1). The compulsive acts and posttraumatic
(edad media: 14.1 años). No se detectó ningún caso con stress disorder are not reported by any source of
compulsiones o estrés postraumático. Se observó un information. Comorbidity patterns were found among
cierto solapamiento entre los trastornos de ansiedad y anxiety disorders and among anxiety-depressive, anxiety-
entre los trastornos de ansiedad-depresión, ansiedad- behavioral and anxiety-elimination disorders.
conducta y ansiedad-eliminación. Key words: Anxiety disorders, Children-Adolescents,
Palabras Clave: Trastornos de ansiedad, Niños- Prevalence, Comorbidity, Comunity Sample
Adolescentes, Prevalencia, Comorbilidad, Muestra de la
Title: Anxiety disorders in 6 to 17 years
Comunidad.
old scholars
Introducción
Los trastornos de ansiedad suelen ser los Orvaschel, 1988; Macgee et al. 1990; Cohen
más prevalentes en muestras comunitarias de et al. 1993). El índice de prevalencia general
niños-adolescentes. Varios estudios epidemio- de estos trastornos parece situarse alrededor
lógicos realizados con estos rangos de edad del 18% (Kashani y Orvaschel, 1988, 1990).
coinciden al encontrar que cerca de la mitad Sin embargo, se observa una gran variabilidad
de los sujetos diagnosticados con algún tras- tanto en los índices generales como en los
torno psicopatológico presentan trastornos de específicos de cada trastorno en función de
ansiedad (Costello et al., 1988; Kashani y una serie de factores: la edad de la población
estudiada, la fuente de información utilizada
* Dirigir la correspondencia a: Dra. Carmen Bragado, Dpto.
(padres, niños o profesores) y los criterios
Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica, Facultad seguidos para asignar el diagnóstico o deter-
de Psicología, Universidad Complutense de Madrid, minar los "casos" con patología. Las tasas de
Campus de Somosaguas, 28223, Madrid prevalencia descienden considerablemente
© Copyright 1996: de los Editores de Ansiedad y Estrés cuando se incluye algún criterio de gravedad
Artículo recibido: 12-07-96, aceptado: 8-9-96
98 C. Bragado, I. Carrasco, Mª L. Sánchez y R. Mª Bersabé
para medir la significación clínica de los sín- de ansiedad excesiva. En una reciente revi-
tomas o el grado de deterioro que generan en sión sobre la epidemiología infantil de la
el funcionamiento del niño (Anderson, 1987; ansiedad, Anderson (1994) llama la atención
Kashani y Orvaschel, 1988; Bowen et al., acerca de que la presencia de ciertos trastor-
1990). Prácticamente todos los trabajos con- nos como el trastorno obsesivo-compulsivo,
sultados concuerdan al señalar que los padres el estrés postraumático o el trastorno por
informan de menos trastornos emocionales evitación no suele ser detectada en la pobla-
(ansiedad-depresión) que sus hijos. No obs- ción general, sin embargo las autoras de este
tante y de acuerdo con Clark et al. (1994), es artículo han podido constatar que en varias
preciso tener en cuenta que ninguno de los publicaciones es difícil dilucidar si efectiva-
estudios realizados hasta el momento evalúa mente estos problemas no se han diagnostica-
todos los trastornos de ansiedad. do o si simplemente no se han investigado y
Pese a todo, es posible encontrar patrones por ello no se ofrecen datos acerca de su pre-
de riesgo bastante consistentes entre diversos valencia.
estudios epidemiológicos llevados a cabo en Haciéndose eco de los datos que se han
países diferentes, incluso cuando sus resulta- ido acumulando desde la anterior edición, el
dos difieren considerablemente en las tasas de DSM-IV (APA, 1994) ha modificado sustan-
prevalencia de un determinado trastorno. Por cialmente el panorama de los trastornos de
ejemplo, la distribución por sexo, edad y clase ansiedad infantiles. El trastorno de evitación
social en ciertos trastornos como la ansiedad ha desaparecido para ser incluido dentro de la
de separación, ansiedad excesiva, depresión fobia social y el trastorno de ansiedad excesi-
mayor o enuresis es bastante parecida en la va pasa a encuadrarse en el marco del de
mayoría de los estudios que investigan estos ansiedad generalizada, solamente el trastorno
datos. Similarmente, la mayoría de los traba- de ansiedad de separación sigue ubicado entre
jos informan de altos índices de comorbilidad los trastornos con inicio en la infancia, la
entre los trastornos de ansiedad y los trastor- niñez o la adolescencia. En general, los cam-
nos depresivos o conductuales. Tales consis- bios incluyen criterios más estrictos respecto a
tencias llevan a Costello y Benjamin (1989) a la gravedad de los síntomas, duraciones más
recomendar que los investigadores deberían ajustadas a lo que sucede en el ámbito clínico
centrar sus esfuerzos en identificar factores de y consideraciones o especificaciones acerca
riesgo que permitan sugerir mecanismos cau- del uso de los criterios diagnósticos en niños y
sales más que en "obsesionarse" por el hecho adolescentes. Cabe esperar que tales modifi-
de encontrar un diagnóstico "perfectamente caciones den lugar a un intenso trabajo en los
válido". próximos años, dado que habrá que adecuar los
Además de la fobia específica, los trastor- instrumentos de evaluación disponibles a los
nos de ansiedad infantiles más investigados nuevos requisitos impuestos, modificando
en la comunidad han sido los incluidos en el seguramente las tasas de prevalencia existentes.
DSM-III-R bajo el rótulo de trastornos de En este artículo se ofrecen los resultados
ansiedad con inicio en la infancia-adoles- obtenidos sobre la prevalencia de los trastor-
cencia: ansiedad de separación, ansiedad nos de ansiedad (DSM-III-R) detectados en
excesiva y trastorno por evitación, aunque un grupo de escolares madrileños, así como
este último ha recibido menos atención que sobre la comorbilidad de dichos trastornos
los dos primeros (Berstein y Brochardt,1991). entre si y con trastornos de conducta (déficit
De ellos, los más frecuentemente diagnostica- de atención con hiperactividad, negativismo
dos han sido la fobia específica y el trastorno desafiante y trastorno de conducta) depresivos
Trastornos de ansiedad en escolares de 6 a 17 años 99
Instrumentos de Medida
Los niños fueron diagnosticados a través 1991) en sus tres versiones: para padres, niños
de un cuestionario, elaborado a partir de la de 6-12 años y adolescentes (entre los 13 y 17
adaptación española (Ezpeleta, 1992) de la años). El cuestionario recogía fielmente todas
DICA-R (Diagnostic Interview for Children las preguntas contenidas en la DICA en rela-
and Adolescents; Reich, Shayka y Taibleson, ción a los trastornos investigados, respetando
100 C. Bragado, I. Carrasco, Mª L. Sánchez y R. Mª Bersabé
las tres formas mencionadas, de manera que, alta, respectivamente. Cada bloque de pregun-
por lo que respecta al contenido, los cambios tas iba precedido de una leyenda en la que se
introducidos fueron mínimos. La modifica- recordaba la escala, por ejemplo, en el caso
ción más importante consistió en graduar la del trastorno por ansiedad excesiva del cues-
severidad (entendida como frecuencia o in- tionario para padres se decía: 0: no le pasa
tensidad, según el contenido del item) de los (nada, nunca), 1: le preocupa o le pasa muy
síntomas en una escala de 0 a 3 puntos, donde poco (ocasionalmente), 2: le preocupa o le pasa
el cero indicaba la ausencia de síntomas y los algo (con cierta frecuencia, varias veces) y 3:
otros valores una severidad baja, moderada y le preocupa o le pasa mucho (casi siempre).
Los estudios llevados a cabo sobre las 1996) y un acuerdo moderado con el diagnós-
propiedades psicométricas de la versión espa- tico clínico (Ezpeleta et al., 1995). En el pri-
ñola de la DICA-R han informado de una mer caso, se obtuvieron unos valores kappa
muy buena fiabilidad entre entrevistadores que superaban el 0.75 en todos los diagnósti-
(De la Osa, Ezpeleta, Navarro y Losilla, cos investigados, a excepción del de anorexia,
Trastornos de ansiedad en escolares de 6 a 17 años 101
depresión mayor y ansiedad excesiva cuyos el aula y los entrevistadores que debían actuar
valores fueron de 0.65 en anorexia y 0.73 en en cada caso. Cada niño era conducido desde
los otros dos trastornos. El estadístico kappa el aula al lugar indicado por la dirección para
suele ser el preferido por los investigadores realizar la entrevista. Para ganar su confianza,
para determinar la concordancia entre entre- se instruyó a los evaluadores para que durante
vistadores o informantes, dado que corrige el este trayecto fueran charlando con él, debían
acuerdo por azar. En general se admite que presentarse diciendo su nombre, comentar
los valores situados por debajo de 0.40 son alguna anécdota o pedir la ayuda del pequeño
bajos, hasta 0.60 moderados y por encima de para que actuara de guía, de modo que al
0.60 altos (Silverman y Nelles, 1988). iniciar el proceso de evaluación el niño se
Los datos sociodemográficos se obtuvie- encontrara cómodo con el entrevistador. Para
ron, añadiendo al cuestionario de los padres facilitar la tarea de evaluar la severidad de los
una serie de preguntas relacionadas con los síntomas se emplearon análogos visuales
descriptores enumerados en la Tabla 2. (diagramas de barras) que permitían que el
niño tuviera un referente cuantitativo de la
escala. En caso de duda y antes de dar por
Asignación del diagnóstico
válida una respuesta concreta, el entrevistador
Para asignar el diagnóstico se siguieron debía asegurarse de que el valor asignado al
también con absoluta fidelidad todas las pau- síntoma era el adecuado mediante preguntas
tas de corrección de la DICA-R que a su vez de comparación por pares. Si el niño se fati-
se basa en los criterios diagnósticos del DSM- gaba durante el proceso de evaluación había
III-R. No obstante, para determinar el número que interrumpir las preguntas y charlar sobre
de síntomas y con el propósito de aproximar- otras cosas, juegos favoritos, programas de
nos lo más posible a un diagnóstico clínico, se TV, etc.; si aún así el entrevistador observaba
consideró que un síntoma determinado estaba que estaba contestando al azar tenía que con-
presente solamente cuando se le había asig- cluir la entrevista y retomarla al día siguiente.
nado un valor de 3, indicativo de una severi- A partir de los 11 años, el cuestionario fue
dad elevada. respondido durante una aplicación colectiva
que se realizaba en el mismo aula donde se
Procedimiento impartían las clases. Igual que con los peque-
ños se programó con cuidado el día y momen-
La recogida de datos se llevó a cabo por to de la aplicación, buscando las primeras
10 licenciados en Psicología entrenados en la horas de la mañana para controlar que el niño
utilización de los instrumentos de medida. no estuviera demasiado cansado o poco moti-
La evaluación de los niños se realizó en el vado para responder un cuestionario bastante
centro escolar, mientras que a los padres se largo. En caso necesario se dejaba un descan-
les envió el cuestionario por correo a su do- so que coincidía con el tiempo de recreo.
micilio particular. Ambos aspectos facilitaron Respecto al día se tuvo en cuenta que no estu-
enormemente la recogida de información. viera próximo ningún examen, de manera que
Los más pequeños (6-10 años) contestaron las respuestas no se vieran contaminadas con el
las preguntas del cuestionario mediante una estrés característico de estos eventos.
entrevista individualizada. Con el fin de no En cada aula participaron dos evaluadores.
perturbar la marcha de las clases se programó La aplicación se iniciaba con una breve pre-
cuidadosamente un calendario de aplicación sentación en la que se explicaba que estába-
en el que se especificaba la fecha, el horario, mos interesados en conocer los problemas de
102 C. Bragado, I. Carrasco, Mª L. Sánchez y R. Mª Bersabé
los chicos de su edad y que ellos habían sido dencial, de aproximadamente un mes, no
elegidos como si fueran sus representantes, habían devuelto el material se les volvía a
por tanto debían intentar responder de forma llamar por teléfono para recordárselo. Cabe
sincera. Dicho esto, se leían en voz alta las mencionar, que en algunos casos a pesar de
instrucciones y un bloque de preguntas a las múltiples llamadas no se consiguió el
modo de ejemplo, advirtiendo que el cuestio- objetivo. Básicamente por este motivo hemos
nario recogía casi todos los problemas posi- tenido que restringir los datos que presenta-
bles pero que eso no implicaba que ellos mos a 243 sujetos en vez de ofrecer los de los
tuvieran que tener todos los que se listaban. El 298 inicialmente evaluados.
entrevistador supervisaba cada nuevo bloque, El análisis estadístico de los datos corrió a
leyendo en voz alta la primera pregunta, a fin cargo de la cuarta autora y se llevó a cabo con
de marcar un ritmo de respuesta, de manera el SPSS 6.1 para windows.
que todos los sujetos pudieran finalizar el
cuestionario aproximadamente al mismo
tiempo. Esta supervisión fue más extensa en Resultados
los cursos inferiores (6º a 8º de EGB). En estos
cursos también se emplearon los diagramas de Prevalencia de los trastornos de ansiedad
barras como referente visual de cantidad, tal
como se mencionó más arriba, solo que aquí se Un total de 33 sujetos (13.6%) según los
dibujaban en la pizarra. En suma, podría de- padres y de 45 (18.5%) según los niños fue-
cirse que el procedimiento seguido se aseme- ron diagnosticados con algún trastorno de
jaba a una "entrevista colectiva". ansiedad. En todos ellos los niños ofrecieron
tasas de prevalencia mayores que sus padres.
Por lo que respecta a los padres se proce-
Aunque pueda parecer a simple vista que la
dió del siguiente modo: aproximadamente una
diferencia entre ambos porcentajes no resulta
semana después de haber enviado los instru-
excesiva, es importante destacar que existe
mentos por correo, se les llamaba por teléfono
una gran discrepancia entre ellos, dado que
para confirmar si los habían recibido y solu-
padres y niños solo coincidieron en un escaso
cionar las posibles dudas que hubieran surgi-
7% de los diagnósticos asignados. Al compu-
do durante su lectura. Como en muchos casos
tar también el acuerdo alcanzado cuando no
todavía no lo habían leído se concertaba una
se asigna ningún diagnóstico, el porcentaje de
nueva cita telefónica. Los padres tenían la
acuerdo se eleva hasta un 72%, pero hay que
opción de remitir los cuestionarios directa-
tener en cuenta que este resultado puede ser
mente al centro de ejecución del proyecto de
azaroso ya que es más fácil coincidir en la
investigación o entregarlos en la secretaría del
ausencia de un trastorno que en su presencia.
centro escolar si les resultaba más cómodo.
Lo cierto es que al controlar el azar con el
En todos los casos los instrumentos iban
estadístico kappa, todos los valores fueron
acompañados de una carta explicativa y de
inferiores al 0.10, a excepción del obtenido en
agradecimiento por parte del equipo investi-
el trastorno de ansiedad excesiva que superó
gador así como de un sobre impreso y con los
ligeramente este tope con un 0.15.
sellos correspondientes para que pudieran
remitirlos con la mínima molestia. Además, Debido a esta fuerte divergencia se deci-
en dicha carta se ofrecía la posibilidad de dió calcular también los índices de prevalen-
ponerse en contacto con la investigadora cia considerando ambas fuentes de informa-
principal si necesitaban realizar alguna con- ción (padres o niños), generando lo que po-
sulta personal. Si transcurrido un plazo pru- dríamos denominar "un diagnóstico combina-
do", categoría que incluye aquellos diagnósti-
Trastornos de ansiedad en escolares de 6 a 17 años 103
cos obtenidos a partir de cada informante por Pues bien, adoptando este último criterio, el
separado, excluyendo los redundantes. En número de niños diagnosticados con algún
este punto seguimos la pauta marcada por trastorno de ansiedad se incrementa hasta 73
algunos autores (Costello, Costello, Edel- (30%), siendo la fobia específica (FE) el tras-
brock, Burns et al., 1988; Costello, 1989). torno de ansiedad más frecuente (24.3%).
Por el contrario, la ansiedad excesiva presenta los 14-17 (10%). También la fobia a hablar en
un patrón inverso, con un aumento progresivo público se incrementa con la edad, alcanzado
en su frecuencia a medida que avanza la edad; la tasa más elevada en la adolescencia (6.3%)
no se detectó ningún caso en el primer rango en claro contraste con el 1.3% observado
(6- 9 años), pero la prevalencia se elevaba al entre los más pequeños, aunque en este caso
3.6% entre 10-13 años, para casi triplicarse en no se obtuvo una asociación significativa.
de las que no los son, no parece suficiente con desconoce la proporción exacta de sujetos que
aplicar el criterio de que "el miedo o la con- tenían obsesiones.
ducta de evitación provoque un intenso ma- El desacuerdo existente entre padres y
lestar" como un requisito alternativo al de que niños sigue siendo un punto controvertido
"interfieran acusadamente en la rutina habi- para el investigador a la hora de decidir qué
tual del sujeto", tal como propone el DSM- diagnóstico es más apropiado o qué grupo de
III-R y mantiene el DSM-IV. Por lo menos en sujetos va a tomar como referencia para anali-
el caso de la fobia infantil, el segundo nos zar los factores de riesgo. Como en otros
parece más apropiado que el primero, sobre muchos trabajos (Costello et al. 1988, Coste-
todo teniendo en cuenta la estrecha relación llo, 1989; Kashani y Orvaschel, 1990; Ezpele-
existente entre el nivel de desarrollo del niño ta et al., 1995) nuestros datos señalan un gra-
y la presencia de múltiples miedos, conside- do de acuerdo extremadamente bajo entre
rados "evolu-tivamente normales", aspecto ambos. Por ejemplo, Kashani y Orvaschel
éste que diferencia a los niños de los adultos. (1990) encontraron que padres y niños solo
Resulta obvio que el hecho de padecer una concordaban en un 4.8% de los diagnósticos
fobia a los bichos, arañas o serpientes no va a de ansiedad asignados (kappa:0.16), resultado
generar demasiados problemas en el funcio- muy parecido al hallado en este trabajo (7%).
namiento general de niños que viven en un Existe bastante consenso entre las investiga-
medio urbano. ciones sobre ansiedad acerca de que los niños
No encontramos un argumento pertinente informan de más trastornos de esta índole que
que nos permita explicar por qué en nuestra los padres, por lo que se les considera los
muestra un importante porcentaje de niños mejores informadores sobre su experiencia
(4.1%) aseguran tener obsesiones, en marca- privada (Klein, 1991, Ezpeleta et al., 1995).
do contraste con lo que informan sus padres No obstante, el aspecto fundamental estriba
(O.4%), dado que en este caso los criterios en determinar cuál de las dos fuentes propor-
recogidos por la de la DICA-R incluyen un ciona una información más fiable, puesto que,
criterio de gravedad bastante estricto. El tras- como hacen notar Achenbach, McConaughy
torno obsesivo- compulsivo (TOC) es poco y Howell (1987), un nivel de consistencia
frecuente tanto en muestras clínicas como bajo parece indicar que no se puede prescindir
comunitarias; considerando ambos tipos de de ninguna de ellas. Al respecto, Costello
población, la prevalencia oscila entre un (1989) comentaba que, en base a la informa-
0.2%-2.5% (Bragado, Solano y Crespo, 1990; ción paterna, en su muestra solo se hubiera
Bragado, 1994; Bragado et al, 1995). De los identificado a la mitad de los niños con tras-
estudios comunitarios consultados por las tornos del DSM-III-R y lo mismo hubiera
autoras, muy pocos ofrecen información acer- sucedido considerando únicamente la infor-
ca de su prevalencia a excepción del ya men- mación infantil. Por su parte, Ezpeleta y cole-
cionado de Cooper y Goodyer (1993a y gas (1995) concluían su trabajo sobre el
1993b) y los de Costello et. al (1988) y Kas- acuerdo diagnóstico de padres y niños en la
hani y Orvaschel (1988) que no detectaron DICA-R afirmando que en los trastornos
ningún caso con este diagnóstico. Solamente internalizantes (ansiedad-depresión) es preci-
Silverman y Nelles (1988) obtienen un índice so consultar ambas fuentes.
de prevalencia del TOC similar al nuestro Por lo que respecta a la edad, nuestros
(4%), confirmado además por padres y niños, resultados son plenamente consistentes con la
pero hay que advertir que se trata de un estu- mayoría de los estudios respecto a que la
dio realizado con población clínica y que se ansiedad de separación es más prevalente
109 Trastornos de ansiedad en escolares de 6 a 17 años
entre los menores de 13 años y la ansiedad encontrado una asociación más estable entre
excesiva en la pubertad y adolescencia (Cos- clase social y los trastornos de tipo observable
tello et al., 1988; Velez et al. 1989; Bernstein o externalizantes que entre los trastornos de
y Brochardt, 1991; Kashani y Orvaschel, tipo interno (Velez et al. 1989). Por ahora,
1988, 1990 o Cohen et al. 1993). La ausencia parece que otros factores como la presencia
de diferencias sexuales en este trabajo tampo- de estrés ambiental y un patrón familiar de
co es algo nuevo, otros investigadores han ansiedad son mejores predictores del riesgo
informado también de resultados similares para padecer trastornos de ansiedad que la
(Anderson, 1994). A título ilustrativo, Bell- pertenencia a una clase social determinada
Dolan, Last y Straus (1990) no obtuvieron (Bernstein y Brochardt, 1991). Costello
diferencias significativas en esta variable (1989) encontró que el único factor que mos-
aunque, como en nuestro estudio, los datos traba una asociación mayor con ansiedad,
iban en la dirección señalada, en el sentido de comparada con trastornos de conducta, era la
que las mujeres tienden a manifestar más presencia de estrés en la vida de los padres.
síntomas de ansiedad que los varones. Estos Respecto a la comorbilidad, nuestros datos
autores concluían que probablemente esta vienen a corroborar los altos niveles de sola-
asociación resulte menos consistente en mues- pamiento existentes entre los distintos trastor-
tras procedentes de la comunidad que en las nos infantiles. Prácticamente todos los estu-
clínicas. Por otro lado, se ha comprobado que dios consultados sobre este aspecto propor-
la proporción de un sexo u otro puede variar cionan índices de comorbilidad bastante ele-
en función de al menos dos factores: la fuente vados entre los trastornos de ansiedad entre sí
de información que se tome como referencia a (Kashani y Orvaschel, 1990), así como entre
la hora de analizar los datos (Costello y cole- ansiedad- depresión y ansiedad-trastornos de
gas, 1988; Costello 1989) y los rangos de conducta (Anderson et al. 1987; Costello et
edad de la muestra (Cohen et al. 1993) al. 1988; Bird et al. 1988; Mcgee et al.,1990).
Algo parecido ocurre con las variables Para finalizar, mencionar al menos que,
sociodemográficas. Los datos obtenidos en aunque los resultados obtenidos en este estu-
los estudios comunitarios son inconsistentes. dio concuerdan en lo fundamental con los
Por lo general juegan un papel poco relevante trabajos que venimos comentando, tienen una
en relación con los trastornos de ansiedad importante limitación ya que la investigación
(Kashani y Orvaschel 1990; Bragado et. al. se ha efectuado con una muestra incidental y,
1995; Rivas, Vázquez y Pérez, 1995) y varían por lo tanto, desconocemos en qué medida
en función de la fuente de información selec- representa a la población general de escolares.
cionada (Costello et al. 1988; 1989). Se ha
C. Bragado, I. Carrasco, Mª L. Sánchez y R. Mª Bersabé 110
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