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CULTURA SALINAR

Salinar es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló en la zona costera de
los actuales departamentos peruanos de Áncash y La Libertad.

Historia[editar]

Cerámica salinar en forma de botella


Al decaer la cultura chavín, en la costa norte, pequeños señoríos que estaban en contacto se
unieron y conformaron la cultura salinar, que comenzó entre el 500 y el 200 a. C. y terminó
hacia el 300 d. C. La cultura salinar es la que marcó la transición entre la cultura chavín y el
advenimiento de la cultura mochica. Durante esta época se ampliaron los sistemas de
irrigación aumentando significativamente el área agrícola. Los asentamientos fueron
generalmente pequeños y aislados, pero hay sitios de proporciones urbanas, como Cerro
Arena en el valle del río Moche, un extenso sitio con cerca de 2000 estructuras de piedra
distribuidas sobre una superficie de 2 km², donde existen zonas de habitación, centros
ceremoniales y administrativos.
Esta cultura empieza a utilizar el fenómeno ceremonial en los centros urbanos y al mismo
tiempo construyen en la parte más alta de los cerros fortificaciones para proteger los
poblados, esto indicaría que en esta época la guerra fue de tipo generalizado donde intervenía
todo el pueblo.
En sus construcciones utilizaron adobes odontiformes modelados a mano, las viviendas
fueron generalmente de planta cuadrangular con muros bajos y soportes de madera a modo
de columnas.
Las tumbas eran de forma elipsoide alargadas; los cadáveres eran extendidos con las piernas
cruzadas y el cuerpo reclinado a la derecha, envuelto con telas y cubiertos con alhajas y
ofrendas de cerámica, y casi siempre con una lámina de oro en la boca.

Economía[editar]
La base de la economía era la agricultura, los salinar
cultivaron maíz, calabazas, pepino, lúcuma, frijoles, quinua, coca, etc. El área de tierras
agrícolas se incrementó significativamente en comparación con el área de cultivo Cuspinique.
Sabían cómo construir terrazas de regadío para un mejor aprovechamiento de pequeñas
áreas de cultuvo, almacenaban el grano en graneros y sabían fermentarlo para
obtener chicha.
También se desarrolló la ganadería, se criaron llamas para carne, piel y huesos.
La avicultura también se generalizó, de manera auxiliar se desarrolló la recolección,
especialmente de moluscos.

Cerámica[editar]

Alfarería estilo salinar. En poder del Museo de La


Plata (Argentina).
La cerámica salinar presenta un cambio de la cerámica negra a una cerámica roja y con
pintura blanca. Se continúa con la decoración incisa. Se hallan botellas con asa estribo junto
las innovadoras botellas con figura y asa puente. Aparecen entre las vasijas modeladas las
primera representaciones eróticas, además de representaciones de diversos animales como
búhos, lechuzas, felinos, palomas y monos1. Los salinares conocieron además el cobre y
fueron los primeros en utilizar la aleación de este metal con el oro.

Salinar
CULTURA WARI
La cultura wari o huari fue una civilización andina que floreció en el centro de
los Andes aproximadamente desde el siglo VII hasta el XIII d. C., llegando a expandirse desde
las actuales regiones peruanas de Lambayeque por el norte, Moquegua por el sur y hasta la
selva del departamento del Cuzco por el este.
La ciudad más grande asociada con esta cultura es Wari, que se encuentra ubicada unos
20 kilómetros al noroeste de la actual ciudad de Ayacucho. Esta ciudad fue centro de un
imperio que cubría la mayor parte de la sierra y la costa del Perú actual. El Imperio
wari estableció centros arquitectónicos distintivos en muchas de sus provincias, tales
como Cajamarquilla o Piquillacta. Es, junto al Imperio incaico, una de las dos únicas culturas
consideradas «imperiales» aparecidas en el hemisferio sur.
Su principal actividad era de carácter militar. Combatieron a lo largo y ancho del territorio
peruano, conquistando los diversos señoríos de su tiempo. También tuvieron grandes centros
religiosos como Pachacámac en Lima.

Historia[editar]

Vasija wari pintada con forma de cabeza (Museo Walters de


Arte).
La evidencia arqueológica apunta que los waris tomaron el control de una serie de pequeños
pueblos en el valle de Ccarahuarazo en Ayacucho aproximadamente en el año 600 dC,
durante la expansión inicial del imperio. La incursión provocó el abandono de varias de las
aldeas existentes en el valle, y una fue parcialmente destruida para dar cabida a un centro
administrativo wari conocido como Jincamocco. Los wari introdujeron la agricultura en terrazas
en el área (andenes), cambiando los cultivos básicos del valle de tubérculos y maíz. Se han
encontrado estructuras de almacenamiento wari en el área, aparentemente "emparejadas" con
algunos de los sitios agrícolas de las aldeas restantes; probablemente se usaron para
almacenar ambos cultivos básicos. La ocupación wari del valle de Ccarahuarazo duró hasta
aproximadamente el año 800 dC, lo que provocó el abandono de la mayoría de los sitios del
valle después de esa época.1
Desde un inicio, los wari expandieron su territorio para incluir el antiguo oráculo
de Pachacámac, aunque parece haber permanecido en gran parte autónomo. Más tarde, los
wari se convirtieron dominantes en gran parte del territorio de las
culturas Moche, Recuay, Lima y Nazca. Se ha debatido el motivo de esta expansión; se cree
que fue impulsado por la conversión religiosa, la difusión del conocimiento agrícola
(específicamente la agricultura en terrazas), o conquista militar. El militarismo y la
amenaza/violencia asociada que lo acompaña han desempeñado un papel constante en la
expansión y el mantenimiento de los imperios antiguos, y wari no es una excepción. La
evidencia de la violencia presente en la cultura wari es más visible en la ciudad
de Conchopata.2
Como resultado de siglos de sequía, la cultura wari comenzó a deteriorarse alrededor del año
800 d. C. Los arqueólogos han determinado que la ciudad de Wari se despobló
dramáticamente hacia el año 1000 d. C., aunque continuó ocupada por un pequeño número
de grupos descendientes. Los edificios en Wari y en otros centros gubernamentales tenían
puertas que fueron bloqueadas deliberadamente, como si los wari tuvieran la intención de
regresar, algún día cuando regresaron las lluvias.3 Sin embargo, cuando esto sucedió, los wari
se habían desvanecido de la historia. Mientras tanto, los menguantes residentes de las
ciudades wari cesaron todas las construcciones importantes. La evidencia arqueológica
muestra niveles significativos de violencia interpersonal, lo que sugiere que las guerras y las
incursiones aumentaron entre grupos rivales tras el colapso de la estructura del estado Wari.4

Periodificación de la cultura wari[editar]


La cultura wari fue una cultura política y social estatal que surge entre el 550 d. C. y el
900 d. C. (aunque existen discrepancias sobre los fechados entre algunos investigadores).
Dorothy Menzel dividió a la cultura wari en seis etapas: 1A, 1B, 2A, 2B, 3 y 4.5
La etapa 1A[editar]

Huaco wari.
En la etapa 1A surge la ciudad capital denominada Wari, que dio el nombre a esta cultura. En
este periodo se nota una elevada influencia de la mitología tiahuanacota deducida de las
vasijas halladas en Conchopata (Ayacucho), en donde se representa repetitivamente el tema
plasmado en la Portada del Sol de Tiahuanaco.5
Existen dos estilos alfareros waris representativos de este periodo, denominados
«qonchopata» y «chakipampa A». La influencia tiahuanacota se evidencia también en el
templete semisubterráneo encontrado en la ciudad de Wari. También durante este periodo
destacan enclaves en la costa de Ica y Moquegua.
La etapa 1B[editar]
En esta etapa la característica principal son los grandes cambios en la estructura sociopolítica
wari. La ciudad de Wari crece debido a la migración procedente de las zonas rurales. En el
campo político, el Estado wari se fortalece y se expande; se desarrollan los centros
provinciales de Honcopampa y Huilcahuaín, en el callejón de
Huaylas; Huiracochapampa y Marcahuamachuco en La Libertad y Piquillacta en el Cuzco.
Evidencias arqueológicas afirman el posicionamiento wari en la costa central y sur; y algunas
evidencias arqueológicas en el valle del Santa.5
Asimismo se fundan sitios como Huarihuilca, Jincamoco y Waywaka, todos estos sitios
estuvieron interconectados por redes viales.
Los sitios al norte de Wari evidencian la adaptación de los estilos arquitectónicos de los waris
a los estilos locales, alterando algunos conceptos y asimilando otros.
En la alfarería destacan los estilos denominados «Robles moqo», «Chakipampa B» y
«Pacheco», este último asociado a un sitio arqueológico de importancia en la zona de Nazca.5
Las etapas 2A y 2B[editar]
Durante la etapa 2A y 2B existen evidencias de una reestructuración política y una última
expansión; destacando por centralizar aún más el poder en la ciudad de Wari. Esto origina
que la ciudad alcance su máxima extensión y su mayor índice demográfico, naciendo nuevas
urbes periféricas como Jargampata y Azángaro en San Miguel y Huanta respectivamente.5
Los estilos alfareros predominantes durante el periodo 2A fueron «viñaque», «atarque» y
«pachacamac». Surgen además los sitios costeños de Socos (en el valle del río Chillón) y
Conoche (en Topará).
En la época 2B, la cultura wari se expande hasta la ciudad de Cajamarca, se consolida en la
serranía de La Libertad y Moquegua, y avanza hasta Sicuani.5
En cuanto a religión, el sitio de Pachacámac gana prestigio durante el periodo 2A, y para el
periodo 2B propaga su influencia estilística hacia la zona de Ica y Huancayo.5
Etapas 3 y 4[editar]
Estas son las etapas de la decadencia de la cultura wari. En la etapa 3 se inicia la decadencia
de la ciudad de Wari; sin embargo el sitio de Pachacámac mantiene su prestigio religioso,
además de surgir en Huarmey un sitio influenciado en la arquitectura por los waris.5
En la etapa 4 se inicia un periodo de desecamiento de la sierra, un cambio climático que
perduraría por un largo espacio de tiempo y que posiblemente sea la causa del colapso del
Estado panandino wari.5

El Imperio wari (600 a 1200 d. C.)[editar]


Artículo principal: Imperio Wari
La expansión aproximada del Imperio Wari en América

Latina ca. 800 dC Jarrón antropomorfo. El jarrón representa a


un guerrero con pinturas faciales, un tocado semiesférico y una túnica elaborada.
La presencia del dios de los báculos en las vasijas rotas wari, que se asemeja a una divinidad
que aparece grabada en la «Puerta del Sol» de Tiahuanaco, indicaría influencia cultural
tihuanaquense. Esta imagen aparece dibujada en unas grandes urnas ayacuchanas que se
conocen como estilo conchopata, pues este es el sitio donde se les encontró por primera vez.
La influencia de Tiahuanaco, así como la de Nazca sería crucial en la formación cultural y
religiosa de esta cultura.
En Ayacucho existió la cultura huarpa, que desarrolló importantes contactos económicos con
los nazcas, permitiendo que en Ayacucho se produjera un notable desarrollo de la producción
artesanal y cultural. Los huarpas abandonaron sus pueblos para reunirse en la ciudad de Wari
y otras cercanas. Estos pobladores tenían una larga tradición militar debido a las constantes
luchas por los recursos en las montañas.
Estas son las condiciones que permiten el tránsito de huarpa a wari, entre los años 560 a 600;
se desarrolló una cerámica ceremonial conocida como «robles moqo» que tiene un área
mayor, que involucra al menos las regiones de Ayacucho, Ica, Nazca, el valle del Santa y por
la sierra hasta el Callejón de Huaylas.
En la ciudad de Wari se pueden observar edificaciones monumentales como edificios públicos
de varios tipos, mausoleos, templos y residencias, siendo las más conocidas las del sector
denominado Uspa Qoto, Capillayoq, en el sector llamado Cheqowasi hay unas cajas de piedra
muy bien labradas, son una especie de mausoleos con varias cámaras; son subterráneos.
Debieron servir para la preservación de cadáveres de importantes dignatarios de la ciudad. Al
pie de los muros que delimitan los edificios hay una gran red de canales para el
abastecimiento del agua.
Cubre una extensión aproximada de 120 hectáreas en su parte más densa, donde vivieron
algunos miles de familias. La ciudad está construida con piedras rústicas, con murallas muy
altas hechas de piedra y barro, con terrazas y plataformas hechas también con ese material.
En la ciudad de Wari se producía fina cerámica policroma, bellos tejidos también polícromos,
pequeñas esculturas de turquesa, joyas y otras artesanías.

Influencia tiahuanaco[editar]

Monolitos waris, en Ayacucho (Perú).


La cultura tiahuanaco se desarrolló en el altiplano andino entre los años 1580 a. C.6
Influenció en los waris sobre todo en el aspecto religioso y cultural. En algunas de sus
cerámicas se aprecia la representación de divinidades con rasgos antropomorfos y zoomorfos,
similar a Wiracocha (dios de los báculos) de los tiahuanacos. Esta divinidad se ve en las
culturas posteriores tiahuanacas, que aparece representado en la conocida Puerta del Sol,
ubicada en el complejo de Kalasasaya (en Bolivia).
Monolitos[editar]
Los monolitos waris tienen influencia tiahuanacota, sin embargo sus personajes no muestran
las posiciones severas que caracterizan a los monolitos de la civilización del collao.7
A diferencia de los monolitos de Tiahuanaco, no portan cetros ni armas, y además son
robustos. La similitud con Tiahuanaco son los lagrimones en los ojos (presentes también en
los monolitos de Ponce y Bennet).7
Los monolitos waris descansan sobre un pedestal y se guardaban en una antigua hacienda en
Huacaurara hasta su traslado a la ciudad de Ayacucho, en donde se conservan en la
actualidad.7
Expansión wari[editar]

Arquero wari.
Dentro de las tres grandes épocas de los waris, la segunda época (siglo VII a X) es de máximo
apogeo y está representado por el estilo de cerámica llamado propiamente wari, con sus
variedades regionales:

 Viñaque,
 Atarco,
 Pachacámac,
 Qosqopo, y otros.
Esta es la época imperial wari, cuando su expansión alcanza Lambayeque y Cajamarca (por
el Norte) y llega hasta Moquegua y Cuzco (por el Sur). Desde Cuzco hasta Chile y este de
Bolivia se extendía Tiahuanaco.
Los waris lucharon y conquistaron los pueblos cercanos mediante un ejército cuyas principales
armas fueron las hachas de piedra, porras de metal, arcos y flechas. Los waris introducen una
concepción nueva de la vida urbana, implantando el modelo de gran centro urbano
amurallado.
Las ciudades wari más conocidas son Piquillacta (en el Cuzco)
y Huiracochapampa (en Huamachuco), que a su vez son los territorios extremos del imperio.
La ciudad de Wari basó principalmente su economía en la explotación imperial, es decir en la
explotación de las colonias que fue conquistando mediante la guerra, tanto los tributos de las
colonias como otros factores de dominación, permitieron el mantenimiento de esta gran
ciudad.
La tercera época es de declinación y descomposición política económica de los waris, con el
abandono de la ciudad y la pérdida de su control sobre las antiguas colonias.
Después del siglo XI, los pueblos sometidos al Imperio wari retoman su camino independiente
de desarrollo, y Ayacucho ingresa a una etapa de franco subdesarrollo con abandono del
patrón de vida urbano y retorno a una reducida población rural aldeana, similar a las
tempranas fases de Huarpa.
Las diferentes regiones del imperio se fueron independizando del poder de la capital y
finalmente esta quedó abandonada y acabó siendo saqueada. Luego de desaparecer el poder
imperial las grandes ciudades fueron abandonadas y en muchas regiones se regresó a la vida
basada en aldeas poco desarrolladas. Otras regiones, sin embargo se embarcaron en un
nuevo florecimiento regional fundándose de esta manera los reinos y señoríos del
período Intermedio Tardío tales como Lambayeque, Chimú, Chancay, Ichsma, Chincha o
el señorío inca, etc.
Sin embargo, los enfrentamientos entre estos grupos no acabaron y la formación de ejércitos,
batallas e intentos de conquista continuaron hasta el fin del Imperio incaico.
Presencia wari en el litoral[editar]

Petroglifos wari en Toro Muerto (Arequipa).

Gato andino en los Petroglifos de Toro Muerto.


La costa de las actuales regiones Ica y Arequipa muestran contactos con las culturas de las
serranías contiguas desde tiempos anteriores a los waris, y durante el apogeo de los waris la
presencia en esta zona es innegable, aunque las evidencias manifiestan que luego del ocaso
de los waris las sociedades de esta zona cambiaron patrones culturales y reorientaron sus
contactos hacia otros centros costeros. En esta zona surge el estilo alfarero «atarco» de gran
influencia tiahuanacota y que es uno de los estilos característicos del periodo «2A» de Wari.5
Pero si bien en la costa sur no se discute la presencia wari, el problema surge al tratar de
vincular la cultura wari con las sociedades de la costa central y norte, correspondiente a los
departamentos de Lima, Áncash, La Libertad y Lambayeque. En esto existen desacuerdos
entre los que investigan estas zonas aunque entre los años 90s e inicios del primer decenio
del siglo XXI se han descubierto nuevas evidencias de la incursión wari en la costa de la
actual región Lima.
En la costa central del actual Perú floreció la cultura Lima y en la costa norte la cultura Moche,
que durante el periodo 1B, 2A y 2B de Wari se evidencian cambios que probarían la injerencia
wari a pesar de no encontrarse centros urbanos con características arquitectónicas waris.
En la costa norte los estilos alfareros clásicos de wari están ausentes, aunque se han
encontrado cerámicas wari en tumbas moche, pero a manera de ofrendas. Federico
Kauffmann Doig sostiene que la presencia de los waris en el territorio mochica aceleró el
proceso de decadencia de esta última en tanto que los mochicas ya se encontraban en un
proceso de declive. Esto se evidenciaría a partir de la cerámica moche correspondiente a esta
época que deja de ser bicolor y adopta patrones rojo-negro-blanco de wari. Además el rostro
del dios del agua moche tomó características tiahuanacoides traídas al norte por wari. Y si
bien es cierto que no se construyeron centros administrativos, bien pudieron ser administrados
desde el centro provincial de Huiracochapampa en la provincia de Sánchez Carrión en las
serranías de La Libertad.7 Aunque la arquitectura wari no se impuso en el territorio moche,
existen evidencias que durante el periodo V de Moche (periodo que coincide con la expansión
wari) los patrones arquitectónicos de los moches cambiaron, como lo evidencian los restos
arqueológicos de «Pampa Grande» y «Galindo».
En el caso de la región Lambayeque, además de la influencia moche y wari, convergen
la cultura Cajamarca y otras formas locales, pero existen evidencias de la presencia wari
hasta el 850 d. C. aproximadamente, cuando florece en esa zona la denominada cultura
Lambayeque, a la que Shimada denomina «Sicán». Esta cultura basa su religión en un dios
denominado «Naylamp», que no presenta rasgos ni influencias tiahuanacoides.

Fardo funerario wari.


Más al sur, en Pachacámac, su oráculo tomó importancia durante el periodo 2 de Wari.
Según John Rowe, Pachacámac pudo haber nacido como una colonia que mantuvo vínculos
con Wari. Sin embargo no se ha encontrado en Pachacámac la clásica arquitectura wari.
Según algunos autores Pachacámac toma independencia de Wari aunque otros asocian la
presencia wari en la representación de un ser mitológico denominado «El grifo de
Pachacámac» de características ornitomorfas; según las investigaciones de Menzel, los
orígenes de este personaje están en Conchopata, otros autores argumentan sus vínculos
iconográficos con Tiahuanaco. Luego del ocaso wari, el oráculo de Pachacámac continúa
vigente prevaleciendo incluso hasta el tiempo de los incas, de la cual quedan los más
evidentes restos arqueológicos en el sitio.5
Otro caso de incursión podría representar el sitio de Cajamarquilla, el cual presenta evidencias
de haber sido ocupado anteriormente por lo cual algunos autores afirman que fue desocupado
antes de los waris y reutilizado por estos; otros autores niegan la incursión wari en
Cajamarquilla.5
En agosto de 2008 se encontró un fardo funerario wari en la huaca Pucllana al cual se le
denominó «La Dama de la Máscara», lo que demostraría que conquistaron a la cultura Lima
en sus años de decadencia.[cita requerida]
Incursión wari en la selva[editar]
El interés de los waris por la selva está ligado al consumo y producción de la hoja de coca.
Existen evidencias del ingreso de la cultura wari por la cuenca del río Apurímac; esta incursión
se dio para el manejo de áreas de cultivo de cocales, estos cultivos fueron manejados desde
los sitios de «Vista Alegre» y «Palestina», ambos investigados por S. Raymond.5
«Vista Alegre» y «Palestina» fueron dos centros construidos bajo los patrones arquitectónicos
clásicos de wari, que tuvieron una extensión entre 15 y 30 hectáreas y que a su vez
articularon otros centros administrativos más pequeños en la cuenca del río Apurímac. Estos
dos centros distan 20 km el uno del otro; «Vista Alegre» a la margen izquierda río abajo y
«Palestina» en la margen contraria; sus restos arqueológicos no se encuentran bien
conservados pero la cerámica hallada tiene similitud con la hallada en Jargampata y Wari; por
otra parte sus construcciones cuadrangulares y sus edificios ortogonales son clásicos de la
arquitectura wari.5
La colonización de la selva por parte de los waris fue una labor costosa por tratarse de un
territorio de difícil acceso, lo que manifiesta una administración eficiente y un poder muy
centralizado.5
Además de la hoja de coca, también se cree que los waris pudieron estar interesados en los
cultivos de algodón, plumas y aves exóticas, monos, plantas alucinógenas y patas de tapir;
esto se deduce debido a que estos elementos estuvieron asociados al arte y la cultura en la
ciudad de Wari.5

Política y economía[editar]

Máscaras funerarias wari en exposición en el Museo de Sitio


Pachacámac.
Poco se sabe sobre los detalles de la estructura administrativa wari, ya que no parecían
utilizar una forma de registro escrito. En cambio, usaron una herramienta llamada Quipu o
"registro de nudos". A pesar de ser más conocido por su uso en la contabilidad inca, muchos
estudiosos creen que el primer uso como herramienta de registro ocurrió en Wari.8 Los
arqueólogos, sin embargo, aún confían en una arquitectura administrativa homogénea y
evidencia de una estratificación social significativa para ayudar a comprender mejor la
compleja jerarquía sociopolítica de Wari.
El descubrimiento a principios de 2013 de una tumba real intacta, en el Castillo de Huarmey,
ofrece una nueva perspectiva de la influencia social y política de los wari durante este período.
La variedad y extensión de los artículos funerarios que acompañan a las tres mujeres reales
indican una cultura con una riqueza material significativa y el poder de dominar una parte
significativa de la costa norte del Perú durante muchas décadas.9
Otro ejemplo de entierros que ayudan a establecer la estratificación social es en la ciudad
de Conchopata donde se han encontrado los restos de más de 200 individuos. Esta ciudad se
encuentra a unos 10 km de la ciudad capital. Antes de su excavación, se creía que la ciudad
era de alfareros, pero los entierros estudiados mostraron que había sirvientes, clase media,
élite e incluso quizás reyes o gobernadores bajos ocupando la ciudad.10 Investigaciones
posteriores sobre una selección aleatoria de los entierros del sitio han demostrado que el 26
por ciento de los cráneos adultos masculinos y femeninos estudiados tenían al menos una
herida posterior, mientras que solo las mujeres habían sufrido heridas anteriores. Los
diferentes niveles de violencia basados en el sexo son evidencia de algún tipo de jerarquía
sistemática.
En el manejo económico la sociedad wari no tuvo posesión de la moneda ni el mercado, el
estado monopolizó el abastecimiento, producción y distribución de los principales recursos.
Además los waris utilizaron varias modalidades de producción, tributación e intercambio, el
control de la economía se logró a través del establecimiento de centros administrativos
provinciales.
Los waris implementaron el sistema de adjudicación de trabajo. Se piensa que dio origen a
la mita. Exigía tributos en trabajo (días de trabajo para el Estado), en donde se repartían las
horas y el trabajo a desarrollar, y se lo retribuía con alimento y alojamiento. Esta forma de
organización de trabajo luego fue adoptada por los incas.11

Arte[editar]
Arquitectura[editar]

Centro administrativo de Piquillacta, construido por la cultura


wari en el Cuzco.
Durante su período de expansión, el estado Wari estableció centros administrativos
arquitectónicamente distintivos en muchas de sus provincias, pero a menudo no tenían una
planificación formal como muchas otras ciudades andinas. Estos centros son claramente
diferentes a la arquitectura de Tiahuanaco, que algunos académicos (como John W. Janusek)
creen que fue un estado más federalizado. La arquitectura wari estaba hecha con mayor
frecuencia de piedras de campo en bruto que habían sido recubiertas con yeso blanco. Los
recintos solían ser rectangulares sin ventanas, con solo unas pocas entradas, y los sitios no
tenían un lugar central para que la gente se reuniera para los rituales o las ceremonias. Esto
contrasta casi directamente con Tiahuanaco, donde había un plan arquitectónico más abierto
que fácilmente podía acomodar a varias personas a la vez.
Una forma de arquitectura distintiva de los wari fue el uso de estructuras en forma de D. Estas
estructuras se usaban comúnmente para templos y eran relativamente pequeñas con solo 10
metros.12 Usando centros administrativos como sus templos, los wari influyeron mucho en el
campo circundante.
A lo largo del Qhapaq Ñan, se encontraron varios sitios provinciales wari, lo que sugiere que
estos usaron una red vial similar. También crearon nuevos campos con tecnología de campo
en terrazas, en la que los incas también se inspiraron.13
Textilería[editar]

Sombrero wari de cuatro puntas (Museo de Arte de


Cleveland).
Los wari son particularmente conocidos por sus textiles, que estaban bien conservados en los
entierros del desierto. La estandarización de los motivos textiles sirve como evidencia artística
del control estatal sobre la producción de arte de élite en el estado Wari.14 Los textiles
sobrevivientes incluyen tapices, sombreros y túnicas para funcionarios de alto rango. Hay
entre seis y nueve millas de hilo en cada túnica y, a menudo, presentan versiones muy
abstractas de motivos artísticos andinos típicos, como el dios de los báculos. Es posible que
estos diseños abstractos sirvieran de "un código misterioso o esotérico para mantener
alejados a los sujetos extranjeros no iniciados" y que las distorsiones geométricas hicieran que
el pecho del usuario pareciera más grande para reflejar su alto rango.

Metalurgia[editar]
Existen vestigios de trabajos metalúrgicos wari en oro, cobre y bronce, utilizando las técnicas
del vaciado, forjado, laminado, martillado y repujado.
Algunos autores sostienen que el trabajo metalúrgico en Wari tuvo antecedentes
tiahuanacotas, en cuanto a las técnicas utilizadas; otros sostienen que la metalurgia en Wari
tiene sus orígenes en Waywaka, un sitio arqueológico ubicado en Andahuaylas e investigado
por Grossman, en donde se encontraron piezas de metal de mucha antigüedad.5
Algunos de los trabajos metalúrgicos más complejos de la cultura wari fueron hallados en el
sitio de Conchopata por Denise Pozzi-Escot15y analizados por Ríos. Se trataría de un taller
metalúrgico dedicado al trabajo del oro y el cobre, cuyo principal producto fueron los «tupus» o
«topos», la cantidad de estos «tupus» es abundante en el sitio de Conchopata, pero estos
tupus de similares características también fueron encontrados en Huamachuco, Jargampata y
Azángaro, por lo cual se piensa que Conchopata fue un centro de producción a gran escala de
estos artefactos.5

La ciudad de Wari[editar]
Artículo principal: Complejo arqueológico Wari
Parte del complejo arqueológico Wari.

Losa de piedra wari que pudo haber sido utilizada como un

lugar para sacrificar llamas o un espejo de agua. Momia wari


en el Museo Antropológico.
La ciudad de Wari fue la capital del estado del mismo nombre. Se encuentra a unos 15 km de
la actual ciudad de Ayacucho. El núcleo urbano de Wari alcanzó durante la «época 2» un área
de ocupación de unas 2000 hectáreas (su mayor expansión) de la cual quedan como vestigios
arqueológicos varias callejuelas con templos amurallados, patios ocultos, tumbas reales y
edificios de viviendas de varios pisos5 que forman actualmente el complejo arqueológico Wari.
La mayoría de los edificios estaban cubiertos de yeso, con lo cual la ciudad resplandecía al sol
de las montañas.
A medida que su población fue creciendo (algunos arqueólogos creen que llegó a tener unos
70 000 habitantes),[cita requerida] también creció en importancia como ciudad sede del poder
político.
Inicialmente la ciudad debió reducirse a un centro administrativo con funciones políticas y
religiosas. Según la evidencia arqueología, la cultura wari declinó en importancia hacia el
1000 d. C., desconociéndose a ciencia cierta cómo y por qué fue finalmente abandonada.
Ante la baja productividad de la tierra se realizaron importantes obras
de canalización y drenaje y sobre todo se crearon terrazas agrícolas que ampliaron
notablemente la superficie cultivable. Estos andenes, construidos en las laderas de los cerros,
suelen ubicarse cerca de los complejos urbanos, principales y secundarios, ya que satisfacían
las necesidades de consumo de estos.
Sectores de la ciudad[editar]
Varios de los investigadores que han estudiado la cultura wari han dividido la zona central del
asentamiento (que abarca 18 kilómetros cuadrados) en 12 diferentes sectores:
Monqachayoc[editar]
En este sector se encuentran las galerías subterráneas con techos formados por grandes
bloques de piedra de una sola pieza y paredes recubiertas con lajas alargadas a manera de
enchape, además de unos tubos labrados en piedras que se sospecha fueron usados para el
transporte de agua a la ciudad. Era utilizado con fines funerarios ya que presenta mausoleos,
galerías subterráneas, un patio hundido y fosas. El principal hallazgo de este sector fue un
mausoleo construido con piedras finamente labradas que constituyen compartimientos
orientados hacia un espacio central a una profundidad de 8 metros dentro una estructura
arquitectónica en forma de “D”. Lamentablemente, ninguna de las tumbas develadas hasta el
momento ha sido encontrada intacta.16
Vegachayuq Mogo
Es una de las áreas ceremoniales más importantes de Wari. El hallazgo de una arquitectura
especial, sin precedentes en la zona a mediados de marzo de 2015, lleva a pensar en una
probable capital de la cultura huarpa.16
Capillapata[editar]
Sector formado por grandes muros dobles de entre 8 y 12 metros de altura. En la base tiene
un ancho de 3 metros y en la cima entre 0,80 y 1,20 m, alcanzando 400 m de largo. Estos
muros forman grandes cercados o 'canchones'.
Turquesayoc[editar]
Llamado así por la presencia de restos de turquesa, sea en cuentas de collar o
pequeñas esculturas. Debido a la alta concentración de este material se cree que en este
sector estuvieron los talleres dedicados al trabajo de este material.
La Casa de Blas[editar]
Por toda el área se encuentran desperdigados abundantes restos de artefactos líticos, como
puntas de proyectil, punzones y pedernales. La principal materia prima era la obsidiana,
el pedernal y la pelvis de cuy.
Canterón[editar]
Llamado así porque se presume que este sector fue usado como cantera.
Ushpa Qoto[editar]
Edificios diversos cercanos a una plaza. Tres murallas grandes corren de forma paralela,
estructuras semicirculares y ambientes subterráneos.
Robles Moqo[editar]
Esta área presenta tiestos de cerámica y artefactos líticos fragmentados. Un estilo de
cerámica característico de wari toma el nombre de Robles Moqo, ya que fue aislado tomando
en cuenta los fragmentos hallados en este sector por un guía local de apellido Robles.
Campanayoq[editar]
Recintos circulares y trapezoidales. Están en mal estado de conservación, totalmente
derruidos, solo se pueden identificar los cimientos.
Trankaqasa[editar]
16 petroglifos grabados en piedra. Se labraron surcos sobre superficies planas que luego
fueron ligeramente pulimentadas. Se representan líneas concéntricas, volutas, serpientes,
círculos y figuras geométricas.
Ushpa[editar]
En ese lugar se han encontrado figuras humanas moldeadas que delatarían áreas específicas
de servicios, talleres y almacenes.
Gálvezchayoq[editar]
Cavidad circular de 11 metros de diámetro y 10 de profundidad, excavada intencionalmente.
En el interior dos túneles cuidadosamente excavados tienen orientación norte y sur
respectivamente.
Churucana[editar]
Muros similares a los de Capillapata forman recintos trapezoidales y rectangulares.

huari
CULTURA TIAHUANACO
Cultura tiahuanaco (en aimara: Tiwanaku) es la denominación de una cultura
arqueológica que se expandió en los actuales países de Bolivia, Perú y el norte de Chile entre
los años 1500 a. C. y 1187 a. C. Su área de influencia, visible en objetos con una peculiar
iconografía, comprende la cuenca del lago Titicaca como región nuclear, desde donde se
distribuye hacia los valles y costa del océano Pacífico por el oeste, la región del Chapare por
el este y el oasis de San Pedro de Atacama por el sur. Su capital y principal centro religioso
fue la ciudad de Tiwanaku, ubicada en las riberas del río homónimo, pocos kilómetros al sur
del lago Titicaca, en el actual departamento boliviano de La Paz. Se cree que Tiahuanaco
obtuvo una serie de bienes y recursos de ecosistemas diferentes al del Titicaca a través del
intercambio con diversas sociedades locales de regiones altiplánicas y vallunas, aunque
también manejaron enclaves poblacionales en zonas como el departamento de
Cochabamba en los valles orientales bolivianos. El sitio de Tiwanaku se caracteriza por una
amplia infraestructura ceremonial que atestigua pensamiento, difundidos a través de objetos
más ligeros como cerámica y textiles.
Kero tiahuanacota, 400 - 1000.
Precisamente estas dos formas de expresión material son las que encuentran mayor
perfección técnica, siempre sujeta a cambios cronológicos y sobre todo a variación espacial.
SI bien inicialmente se pensó que la cerámica más tosca de Tiwanaku sería la más tardía o
"decadente", el hallazgo en el año 2006 de más de cuatro centenas de piezas cerámicas de
gran perfección y colorido en la isla de Pariti, en la porción menor del Titicaca, datadas por
radiocarbono en el 1000 d. C., permite discutir esta idea. Así, todavía se discute el significado
de la variedad cerámica de Tiwanaku. Existe una notable variedad entre zonas de la propia
cuenca del Titicaca, por no mencionar los estilos derivados de Tiwanaku en zonas como
Azapa (Chile) o Cochabamba (Bolivia). Tiwanaku también destacó en el arte textil, con
predominio del uso de lana de camélidos andinos, generando tapices polícromos y estilos
propios y originarios como el gorro de cuatro puntas (ch'uku),12 utilizado por la clase social
alta, a principios del 500 d. C, posteriormente, debido a la influencia tiahuanacota, aparece
en 700 d. C. en el estado wari, estos textiles fueron sumamente complejos observables en
zonas secas como el norte de Chile o el altiplano boliviano meridional. Usaron ampliamente la
tecnología del bronce, destacando su uso en la arquitectura ceremonial de piedra en forma de
grapas de sujeción. Otros materiales trabajados por Tiwanaku o por regiones sujetas a su
influencia ideológica fueron ornamentos de oro laminado y plata, tallas de madera, objetos de
hueso pirograbado, cestería y cuentas de collar en piedras semipreciosas, hueso y concha.
El primer europeo en encontrar los restos arqueológicos de Tiwanaku fue el cronista
español Pedro Cieza de León en el siglo XVI. Sin embargo, las visitas de estudiosos al sitio se
dieron mayormente desde el siglo XIX, con personajes como Alcide D'Orbigny, Ephraim
Squier, Charles Weiner, y posteriormente arqueólogos más formales como Alphonse Bandelier
o Max Uhle, ya a comienzos del siglo XX. Posteriormente, el arqueólogo aficionado Arthur
Posnansky estudió la zona planteando diversas teorías, sumamente especulativas, sobre los
orígenes y desarrollo de Tiwanaku. Durante el siglo XX destacaron los estudios del
estadounidense Wendell Bennett en la década de 1930; el boliviano Carlos Ponce
Sanginés entre los años '60 y '80; y los estadounidenses Alan Kolata, David Broman y Marc
Bermann, así como los bolivianos Juan Albarracín-Jordán y Sonia Alconini, en los años 1990.
En el presente siglo destacan los aportes de los estadounidenses John Janusek, Charles
Stanish, Nicole Couture, Deborah Blom y Alexei Vranich; el finlandés Antti Korpisaari; y los
bolivianos Javier Escalante, Claudia Rivera, Jédu Sagárnaga y Juan Villanueva.
Ubicación geográfica[editar]
La cultura tiahuanaco, de origen Uru-Puquina,3 se desarrolló a orillas del lago Titicaca. Según
el arqueólogo Carlos Ponce Sanginés, surgió entre el año 1580 a. C. y se prolongó hasta el
año 1187 d. C. El centro principal de esta cultura estuvo ubicado a una altitud de 3842 m s. n.
m.. Por su carácter expansivo, Tiahuanaco abarcó parte de los territorios actuales
de Bolivia y Perú.

Cronología[editar]

Zona arqueológica de Tiwanaku. Cronología.


Tiahuanaco fue la cultura más longeva del área sur andina del Lago Titicaca; por tanto, la
periodización evolutiva tuvo distintas teorías y postulados que han ido variando a través de la
historia. En un principio Wendell Bennett dividió Tiahuanaco en tres periodos: temprano,
clásico y decadente. Esta división cronológica fue replanteada con estudios posteriores.
Basándose en la división de Benett, Wallace definió al periodo tiahuanacota temprano como
cultura Keya o Qeya.4
Posteriormente Ponce Sanginés propuso una cronología en cinco fases; las dos primeras
anteceden al periodo temprano que había planteado Benett y corresponden al periodo
formativo tardío de América, posteriormente denominado periodo aldeano.4 Aunque, según
algunos estudios, sugieren que el inicio de la ciudad tiahuanacota fue más tardío: entre 400
a. C. y colapsó alrededor del año 900 o 1200 d. C.5678
La forma en la que Carlos Ponce Sanginés relata los períodos tiahuanacotas, está basada en
estudios tipográficos, radiocarbónicos y estilísticos, de unas 33 piezas cerámicas y
expresiones artísticas tiahuanacotas, piezas extraídas de los pozos en los que trabajó
(principalmente Kalasasaya y alrededores), piezas que según la datación mediante la técnica
del carbono 14, dan una variabilidad de entre 1600-1500 a. C.9
En el año 1967, la CIAT (Centro de Investigaciones Arqueológicas de Tiwanaku) realizó un
proyecto de colección de especímenes de flechas de obsidiana de la cultura tiahuanaco, en
las cuales se recolectaron 414 muestras, (64 perdidas), de las cuales, según la datación de
artefactos de obsidiana, presentaban una cronología similar a la de los fechados
radiocarbónicos, siendo el ejemplar 179 concerniente al año 1250 a. C.10
La cultura tiahuanaco fue iniciada aproximadamente en 1500 a. C. (época aldeana), como una
pequeña área con vestigios de arte en cerámica y técnicas agrícolas, las primeras
construcciones de piedra y tallados se forjaron cuando la aldea creció a proporciones grandes
entre el 374 y el 900 d. C, consiguiendo un importante poder regional en el Altiplano o Meseta
del Collao. En su máxima extensión (900-1200) d. C., ya convertido en ciudad cubría
aproximadamente 6 km², y tuvo un máximo de 40 000 habitantes.
Colapsó repentinamente aproximadamente en el año 1200. La ciudad fue abandonada y su
estilo artístico se desvaneció (se perdió o desapareció).
Antecedentes[editar]

Monolito Ponce, denominado así en homenaje al arqueólogo


boliviano Carlos Ponce Sanginés, uno de los principales estudiosos de la cultura tiahuanacota.
Los comienzos tiahuanacotas (horizonte formativo entre 1500 a. C. 100 d. C.), corresponden a
un periodo aldeano en el que comparte el altiplano con otras dos culturas geográficamente
cercanas: Wankarani (1.100 a. C.) y Chiripa (1500 a. C. - 100 a. C.). Entre ambas, destaca la
cultura Chiripa, por haber mantenido una fuerza creativa importante y de acuerdo a las
investigaciones arqueológicas, fue la precursora directa de Tiahuanaco.
Chiripa, es una de las culturas más antiguas de la región andina, cuyos restos aparecen
desde la península de Taraco por el sur, hasta Santiago de Huata por el norte, incluso en la
Península de Copacabana, en las riberas del Lago Titicaca, Bolivia. Según los últimos
estudios que se han realizado en la península de Taraco, se le ha asignado a la cultura
Chiripa tres fases:

 Chiripa Temprano: 1500 a. C. – 1000 a. C.


 Chiripa Medio: 1000 a. C. – 800 a. C.
 Chiripa Tardío: 800 a. C. – 100 a. C.
El Periodo principal de esta cultura se puede situar, según las muestras radio carbónicas entre
los años 591-116 a. C. y 31 d. C. Según esta cronología la cultura Chiripa en su fase más
importante (tardía), es contemporánea a la época I de Tiahuanaco y Fomativo tardío de
Pukará.
Chiripa originó lineamientos en arquitectura (templetes semisubterráneos), diseños
iconográficos (tradición Yaya-mama), posteriormente replicados y reconocibles en Tiahuanaco
y en Pukará, lo que indica que las principales realizaciones de Tiahuanaco fueron iniciadas
por los chiripenses.
Extensión Norte a Sur de la Cultura
Pukara y Tiwanaku.
La cultura Pukará se desarrolló en el sector nor-occidental de la cuenca del Lago Titicaca, y
tuvo como centro al sitio de Pukará de donde justamente deriva el nombre dado a la cultura
que, según los especialistas de la región (Tantaleán, etc.) tuvo dos fases de desarrollo dentro
del período llamado Formativo: Formativo Medio (1400 a 550 a. C.), y Formativo Tardío (550
a. C. a 400 d. C.) Desarrollaron, especialmente en la segunda fase, una escultura y una
cerámica vigorosas muy particulares (esta última posee excelente cocción, gran acabado
superficial, y bellas formas y decoraciones), sobre todo con propósitos religiosos según se
puede notar.11
Durante el período conocido como Formativo Tardío, Pukará –formación social de la cuenca
norte del Titikaka– produjo una estatuaria lítica cualitativa y cuantitativamente importante.
Siempre se ha dicho que cuando los incas llegaron a Tiwanaku, ya en ruinas para entonces,
quedaron maravillados y lo tomaron como un lugar sagrado. Parece que similar cosa ocurrió
siglos antes cuando fueron los tiahuanacotas los que posiblemente se maravillaron ante
Pukará. Por eso, una vez ocupados los asentamientos pukará por gente de Tiwanaku, es
probable que los mandatarios de esta formación social hubiesen tomado al sitio de Pukará
como un lugar sagrado, y hasta tal vez lo asumieron como su paqarina o lugar de origen,
como un imaginario. Copiaron su modelo arquitectónico y lo trasladaron a su capital en el valle
de Tiwanaku, en la cuenca Sur. Es posible que en ese momento, las esculturas de Pukará se
hubiesen convertido en objetos de gran valor religioso y ritual, siendo su posesión símbolo de
poder y prestigio.12
Este masivo traslado de esculturas desde la cuenca Norte del lago, hacia la capital estatal de
Tiwanaku, hay que entenderlo –por tanto– como un gran Proyecto de Estado promovido por
las élites dirigentes y ejecutado por contingentes humanos dirigidos por los sabios de la época
que bien podrían llamarse ingenieros. Hay que añadir, que no solo las esculturas de Pukará
fueron objeto de veneración y apetencia durante la época clásica de Tiwanaku. También lo
fueron esculturas del Formativo Medio que han sido encontradas entre sus ruinas. El caso
más claro y mejor documentado se refiere al llamado “monolito barbado” o estela 15 que en
las excavaciones que Bennett practicó en el templete semisubterráneo en 1932, apareció
junto al gigante monolito llamado precisamente “Bennett” o estela 10.
La colección que se posee de esculturas pukará en Tiwanaku, debe proceder de distintos
asentamientos de la esfera Pukará, procedente de una época anterior al desarrollo de
Tiwanaku.13 Siglos después Tiwanaku, al parecer, también incorporó en su culto, y para el
mantenimiento de su hegemonía, estrategias similares a las de Pukará. Un ejemplo notable de
ello serían los llamados “chachapumas”, aparentemente sacerdotes con el rostro cubierto por
una máscara felínica que sacrificaban individuos cortándoles la cabeza. Un singular estilo
escultórico de esta cultura nos sirve hoy de testigo de aquello.

Período Aldeano: épocas I y II 1580 a. C. - 45 d. C.[editar]

Restos de edificios de la primera época.


En este periodo el sitio de Tiwanaku estaba ocupado por una pequeña aldea con casas
rectangulares techadas a dos aguas a las que se adosaba un recinto circular, posiblemente
destinado a la cocina. Los cimientos eran de piedra y los muros de adobe; pequeñas calzadas
unían las viviendas. No se han encontrado vestigios de arquitectura religiosa o monumental, ni
tampoco hay indicios de que existieran clases sociales. Los enterramientos se realizaban
directamente en cestas de piedra. Los cuerpos hallados indican que se practicaba la
deformación craneana. Su economía se basaba en el cultivo de papa, que para su almacenaje
era deshidratada en la forma que hoy se conoce como chuño; así mismo se cultivaba la oca.
Uno de los elementos decisivos fue la domesticación de la llama, lo que permitió el pastoreo;
formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La lana fue necesaria
para la textilería y su carne servía de alimento.
Mantenían un comercio suplementario a través del intercambio de flechas de obsidiana, tan
características de la cultura Wankarani. Se traía la sodalita para la manufactura de cuentas
que utilizaban como ornamento; también se traía helio basalto de las canteras de Querimita.
Se conocía el cinabrio, cuyo color rojo se utilizaba en los enterramientos. Se trabajaba el
cobre incluyendo el vaciado. Asimismo se trabajaban el oro y la plata. En el periodo aldeano
hay dos tipos de cerámica; uno de ellos —que tiene similitud con la Pucara— es incisa y
pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo castaño claro. Son notables las vasijas
globulares decoradas con esta técnica; algunas presentan un felino con el cuerpo de perfil y el
rostro humanoide de frente. Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de
pintura y algunas de sus piezas están modeladas en forma antropomórfica (figura humana).

Periodo Urbano: Épocas III y IV 45 d. C. - 700 d. C.[editar]


En el siglo II, Tiahuanaco dejó de ser la aldea concentrada de los primeros tiempos para
convertirse en una gran urbe ceremonial que tiene dos centros dominantes: el conjunto de
Akapana con los edificios que la rodean y el Puma Punko situado al suroeste de Akapana.
Ambos muestran la estructura doble de Tiwanaku, que evidencia la visión propia de la
sociedad andina, división que pervive hasta la llegada de los españoles y aun después. Todas
las urbes andinas, incluyendo Cuzco, se dividían en dos: Anan (los de arriba) y Urin (los de
abajo).
Se desarrolla un estilo alfarero realista y único, que influenciaría a otras culturas como la wari.
Este estilo se caracteriza por el uso del zig-zag y las formas geométricas, se emplea las
formas antropomorfas y la representación de la fauna nativa al estilo tiahuanaco, se plasma la
creencia y religión de tiahuanaco en sus esculturas y cerámicas.

Alfarería estilos Tiawanaku. Museo de La Plata

Periodo Imperial: Época V 700 d. C. - 1187 d. C.[editar]


En el siglo VIII, Tiahuanaco se expande sobre la base de los enclaves preexistentes, tanto en
la costa como en los valles interandinos; así mismo, extiende su influencia sobre el altiplano y
la sierra. Esta expansión territorial se argumenta que fue posible gracias a diversas
estrategias como la «verticalidad»,nota 1 el control directo de la actividad agrícola y una
economía basada en la producción e intercambio de bienes de prestigio de corte religioso.15
La expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y elementos tiahuanacotas, que
aparece en la cerámica y los textiles de todo el ámbito conquistado. Esta expansión llegaría
hasta el norte de Chile (San Pedro de Atacama), deja su huella en los valles de Cochabamba
y avanza por el oeste hasta Cerro Baúl, en la moderna Moquegua, donde entran en contacto
con el imperio huari, con el que se relaciona económicamente e ideológicamente. Ante la
caída del imperio huari en el siglo X, Tiahuanaco también entra en decadencia, sucede una
grave crisis política y social, debido a las malas cosechas realizadas acarreadas por las
sequías del lago titicaca.16 En el siglo XII se da una cruenta guerra civil,1716 debido a esto el
colapso es inevitable y la región del imperio de tiahuanaco queda fragmentada en estados
regionales aimaras entre los que se destacan el reino colla, el reino lupaca y el reino pacajes.

Cultura tiahuanaco
Tiwanaku
Localización geográfica aproximada

Datos

Cronología 1580 a. C. — 1187 d. C.

Localización Centro y sur de los Andes centrales. Partes de


los actuales países de Bolivia, Perú y Chile.

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CULTURA MOCHE
La cultura moche o mochica es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló
entre los siglos II y VII d. C. en el valle del río Moche (actual provincia de Trujillo, en
el departamento de La Libertad). Esta cultura se extendió hacia los valles de la costa norte del
actual Perú. Esta hizo grandes obras como canales de riego y presas, lo que les permitió
ampliar su frontera agrícola.
Para la cultura mochica la materia prima fue el adobe. Construyeron complejos religiosos-
administrativos conformados por palacios y templos o huacas de carácter monumental, las
cuales los recubrían de grandes murales en alto y bajo relieve, pintados con colores extraídos
de la naturaleza, donde plasmaron sus dioses, mitos, leyendas y toda su cosmovisión cultural.
Las más notables de estas construcciones son las llamadas Huacas del Sol y de la Luna, en
el valle de Moche.
Conocieron muchas técnicas para trabajar el oro (laminado, martillado, alambrado, etc.), lo
que les permitió fabricar , atuendos, emblemas, ornamentos y toda su parafernalia ritual.
Son considerados los ceramistas del antiguo Perú, gracias a su trabajo que realizaron en sus
ceramios. En ellas representaron, tanto de manera escultórica como pictórica, a divinidades,
hombres, animales y escenas significativas referidas a temas ceremoniales y mitos que
reflejaban su concepción del mundo. De este arte sobresalen los huacos retratos y los huacos
eróticos.
Fueron navegantes: construyeron caballitos de totora, los que hacían más pequeños para la
pesca y más grandes para sus viajes hasta las costas ecuatoriales, desde donde traían
conchas de Spondylus, sagrada para los moches, y en general, para el resto de las culturas
costeñas del Antiguo Perú.
Políticamente, las sociedades moches ―de fuerte segmentación en clases sociales― se
organizaban en reinos o señoríos confederados. Se ha podido conocer más sobre esta cultura
gracias al descubrimiento de algunas tumbas intactas de sus gobernantes o señores, como la
del Señor de Sipán y la Dama de Cao.

Ubicación geográfica[editar]

La Huaca del Sol, en Moche, centro religioso moche.


Esta cultura deriva su nombre del valle homónimo de Moche, actualmente también
llamado Valle de Santa Catalina, sede de las más conocidas e imponentes construcciones
moches, las huacas del Sol y de la Luna.
Los mochicas se expandieron por el sur hasta el valle de Nepeña (Áncash) y por el norte
hasta el valle de Piura (Piura).
Ocuparon los siguientes valles de la costa norte peruana:

 Piura (Piura)
 La Leche (Lambayeque)
 Lambayeque (Lambayeque)
 Zaña (Lambayeque)
 Jequetepeque (La Libertad)
 Chicama (La Libertad)
 Moche (La Libertad)
 Virú (La Libertad)
 Chao (La Libertad)
 Santa (Áncash)
 Nepeña (Áncash)
Inicialmente fue conocida como cultura protochimú o Chimú temprano, pero recibió el nombre
de «cultura moche» tras los descubrimientos en el valle de Moche. También se la denomina
«cultura mochica» en razón del nombre de la lengua, el muchik, que hablaban sus pobladores.
Tradicionalmente se ha considerado a la cultura moche como un estado centralizado, con su
núcleo en las huacas del Sol y de la Luna. Sin embargo, modernos estudios demuestran que
hubo dos regiones mochicas bien diferenciadas, una al norte y otra al sur, geográficamente
separadas por la Pampa de Paiján.1

Mochica norte[editar]
 En el valle de Lambayeque: Huaca Rajada, Pampa Grande.
 En el valle de Jequetepeque: Complejo San José de Moro, Huaca Dos
Cabezas, Complejo Pacatnamú, Casa de la Luna o Sián, el Hornito (entre San Pedro y
Pacasmayo), Sincapecerce de Poémape y la Tumba de la Mina.
Mochica sur[editar]
 En el valle de Chicama: Sonolipe, Urricape, Mocollope, La Campana, Huaca Cartavio,
Huaca Colomessi
, Huaca Cortada y Huaca Cao Viejo (estas dos últimas forman parte del Complejo
Arqueológico El Brujo).

 En el valle de Moche: las Huacas del Sol y de la Luna, Huanchaco y Galindo.


Más al sur están los sitios de Huancaco y Huaca de la Cruz (valle de Virú), Pampa de los
Incas (valle de Santa) y Pañamarca (valle de Nepeña).

Descubrimiento[editar]

El arqueólogo alemán Max Uhle, descubridor científico de la


cultura mochica, a la que denominó como proto-chimú.
La civilización mochica fue identificada por Max Uhle en 1901, quien la clasificó como proto-
chimú (es decir, antecesora del Reino Chimú). Uno de sus principales investigadores fue el
alemán Hans Hinrich Brüning, ingeniero de profesión que llegó a trabajar en las azucareras de
Lambayeque y La Libertad. En 1899, con el patrocinio de Phoebe Apperson Hearst, madre del
editor de periódicos William Randolph Hearst, Brüning excavó 31 yacimientos funerarios en las
inmediaciones de la Huaca del Sol y de la Huaca de la Luna (cercanos a Moche, el pueblo
actual que dio su nombre a la antigua cultura).
Esta cultura también fue estudiada por los arqueólogos peruanos Julio C. Tello y Rafael Larco
Hoyle (1901-1966).2 En particular, destaca la labor de Larco Hoyle, quien identificó de manera
científica los diversos períodos de esta cultura, a base de los estilos y la técnica de su
cerámica.
No obstante, el constante saqueo de yacimientos arqueológicos hace difícil estudiar la
civilización hoy en día. Por ello, el descubrimiento de tumbas intactas de dos gobernantes
mochicas en 1987 y 2006 (el Señor de Sipán y la Dama de Cao, respectivamente) fue clave
para relanzar el estudio científico de la cultura.3

Historia[editar]
La historia moche se desenvuelve en el llamado Intermedio Temprano, periodo de la
civilización andina caracterizado por el desarrollo de culturas regionales, tras la decadencia
del Formativo Andino. Contemporáneas con la cultura moche fueron la cultura vicús, la cultura
nazca, la cultura recuay, la cultura lima, la cultura cajamarca y la cultura tiahuanaco.

El arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle, gran estudioso de la


cultura mochica.
Teniendo como base las periodizaciones de Rafael Larco Hoyle, de Luis Castillo Butters y de
Christopher Donnan, se puede dividir la historia moche de la siguiente manera:4

 El período del Comienzo, que abarcaría entre 150 y 300 d. C. Durante esta época los
mochicas se imponen sobre la cultura Virú-Gallinazo, tanto en el plano militar como en el
ideológico, es decir, imponen sus creencias. De fines de esta época data el llamado Señor
de Sipán.
 El periodo de la Expansión, aproximadamente de 300 a 600 d. C. Constituye el periodo de
apogeo de la cultura moche, con sus máximos logros, en lo político, militar, económico y
cultural. Se forma el Estado Mochica del Norte (en el valle de Jequetepeque y otros del
actual departamento de Lambayeque) y el Estado Mochica del Sur (en los valles de
Moche y Chicama, y otros más al sur). Sipán (Huaca Rajada) fue indudablemente uno de
los principales centros del Estado norteño, mientras que las huacas del Sol y de la
Luna (en el valle de Moche) y las del Complejo El Brujo (en el valle de Chicama), lo fueron
del Estado sureño. De esta época es la gobernante moche conocida como la Señora de
Cao. La ideología moche se hace más guerrera, como se deduce de sus representaciones
artísticas.
 El periodo del Ocaso, es un periodo de decadencia que empieza entre el 650 y 700 d. C.,
aparentemente debido a la devastación climatológica ocasionada por un
fortísimo fenómeno del Niño. La alta jerarquía moche debió perder de manera creciente su
poder sobre la población, la cual se hallaría muy revoltosa ante las secuelas dejadas por
la furia de los elementos (pérdida de cosechas, hambrunas, colapso de los santuarios).
Esta decadencia afectó principalmente a los mochicas del Sur, quizás por la pérdida de la
huaca de la Luna. Mientras que los mochicas del Norte resistieron por más tiempo,
teniendo como nueva capital a Pampa Grande, hacia donde, según una hipótesis del
arqueólogo Luis Chero Zurita, se habría trasladado la élite de Sipán.5

CULTURA ( REINO ) CHIMU


El reino Chimú 1 o Chimor2, posteriormente el Imperio Chimú (a partir de las conquistas
de Minchancaman), fue un estado andino que se estableció en las costas del actual Perú, tras
el decaimiento del Imperio Wari, entre los departamentos de Tumbes y Lima, siendo su
capital Chan Chan. El reino se desarrolló entre los años 1000 y 1470 d. C., periodo
denominado Intermedio Tardío. Fue el reino costeño más próspero y poderoso de la América
precolombina.
Los chimúes se destacaron en el plano urbanístico gracias a sus formidables construcciones.
Muestra de ello son Chan Chan y la fortaleza de Paramonga, entre otras. Así también se
destacaron en metalurgia, en los que utilizaron una diversidad de técnicas y metales para su
elaboración; y en textilería (tejidos de algodón, lana de llama, alpaca y vicuña).

Historia[editar]
Origen[editar]
El reino chimú comenzó siendo uno más de los estados que surgieron tras la caída
del Imperio Wari, según la leyenda de Tacaynamo (fundador mítico de los chimúes) arribó a la
costa del valle de Moche con su séquito en flota de balsas, su procedencia es desconocida, y
adoptó el nombre de “Gran Chimú”.

Expansión[editar]
Los sucesores del mítico fundador chimú, Tacaynamo se apoderaron los valles adyacentes
a Chan Chan, posteriormente fueron controlando paulatinamente a los demás señoríos y
curacazgos tanto del norte y del sur de sus fronteras. En su avance hacia el norte conquistó
al reino sicán y por sur fue anexando diversos señoríos de la costa ancashina y parte de la
costa norte limeña en los que figuraba la cultura chancay. A mediados de la segunda mitad del
siglo XV, cuando gobernaba el Ciquic Minchancaman y cuando el reino se expandía hacía el
sur, chocaron con los incas al mando de Túpac Yupanqui que avanzaban hacia el norte.
Minchancaman había engrandecido al estado chimú al punto de convertirlo en un auténtico
imperio, por lo que según muchas fuentes presentaría una feroz resistencia (vale la pena
mencionar que otras fuentes hablan de una conquista pacífica). Sea cual sea el caso, el
territorio chimú quedaría sometido al naciente Imperio incaico y Minchancaman fue trasladado
a la capital incaica, Cuzco, hecho que puso fin al periodo autónomo de los señores chimúes.
Vista de uno de los muros de Chan Chan, la capital del reino
chimú.
Hay distintas teorías concernientes a la expansión del Imperio chimú, propuestas por distintos
investigadores a lo largo del tiempo. Algunas de las propuestas más destacadas son:

 Cronología de J. Topic
1. Consolidación del control Chimú sobre el valle de Moche interior y central (900-
1000/1050 d. C.)
2. Expansión norte al valle Jequetepeque y sur hasta el valle del Santa (1130-1200
d. C.)
3. Expansión Norte desde Jequetepeque hasta Tumbes y sur desde Santa Al Chillón
(1300-1400 d. C.)
 Cronología de J. Rowe
1. Desde el norte del Valle de Moche al valle de Jequetepeque y por el sur hasta el
valle del Santa
2. Expansión norte desde Jequetepeque a Tumbes y expansión sur desde el Santa
al Chillón

 Cronología de Mackey y Klymyshyn


1. Expansión norte desde el valle de Moche al valle de Jequetepeque y sur hasta el
valle del Santa
2. Expansión norte desde Jequetepeque a Tumbes
3. Expansión sur del Santa al Chillón
 Cronología de Jerry D. Moore con C.J Mackey
1. Consolidación del control sobre los valles de Moche-Chicama-Virú (900-1200
d. C.)
2. Expansión norte al valle de Jequetepeque (1320 d. C.)
3. Expansión al valle de Casma (1350 d. C.)
4. Expansión norte desde Jequetepeque al valle de La Leche (1360-1400 d. C.)
5. Influencia a Tumbes (algún tiempo antes de 1450 d.c)
6. Expansión sur de Casma a Chillón incierta
Conquista incaica[editar]
Véase también: Guerra chimú-inca
Humedal en Chan Chan, el cual sirvió a manera de jardín
ceremonial.
En el libro VI de los Comentarios reales de los incas, del Inca Garcilaso de la Vega, se narra la
conquista incaica del reino Chimú (Capítulo XXXII: «Van a conquistar al rey Chimú, y la guerra
cruel que se hacen» y Capítulo XXXIII: «Penitencia y aflicciones del Gran Chimú, y como se
rinde este».)
Garcilaso sitúa esta conquista bajo el reinado del Inca Pachacútec, con quien empezó la
expansión imperial incaica. Las fuerzas incas estuvieron comandadas por el príncipe Inca
Yupanqui y contaron con el apoyo de los yungas de Chuquimancu y Cuismancu (reyezuelos
de los valles del actual departamento de Lima), antiguos enemigos de los chimúes. La guerra
fue larga y sangrienta. Con grandes esfuerzos los incas avanzaron por Parmunca
(Paramonga) y Santa, y no pudiendo doblegar la resistencia del enemigo, el príncipe inca pidió
más refuerzos, que le llegaron en número de 20.000 soldados. El Gran Chimú
(Minchancaman), viendo que era imposible resistir más y presionado por sus propios súbditos,
se rindió, sometiéndose en vasallaje a los incas. Cuenta Garcilaso que en memoria de esta
conquista, los incas elevaron la fortaleza de Paramonga (aunque esta es en realidad pre-inca).
La conquista inca debió ocurrir hacia 1470. Los incas trasladaron al Cuzco los tesoros del
Gran Chimú así como a los reputados orfebres chimúes, para que adornaran el Coricancha o
Templo del Sol.

Durante el incanato[editar]
La sucesión del territorio gobernado por Minchancaman durante la época del Tahuantinsuyo,
lo tuvo el hijo de Minchancaman y Chanquirguanguan, señora del valle de Huaura,3 Chumun
Caur, fue puesto en su lugar4 y se casó con una hija de Pachacútec.5 El nuevo gobernante
chimú gobernó con apoyo de Querrotumi, lugarteniente de su padre durante la guerra, quien
se sublevaría en 1475 pero sería vencido y se suicidaría en el cerro Campana.6
Chumun Caur tuvo un hijo llamado Huamán Chumo, quien le sucedió en el cargo. A su vez,
este sería sucedido por su propio hijo, Ancocoyuch. Durante su mandato, los territorios
antiguamente sujetos al Reino chimú entrarían en un proceso de divisionismos e
independencias regionales, hecho que los incas consintieron al suponer una total
desarticulación política que imposibilitaría eventuales rebeliones de gran calibre.
De esta forma, los nuevos mandatarios "chimúes" gobernarían sobre poco más que el propio
valle de Chimor (valle de Moche).
Tras la muerte Ancocoyuch por las tropas de Atahualpa, por ser partidario de Huáscar en el
contexto de la guerra civil incaica, fue puesto en su lugar Chequen, por órdenes de Atahualpa,
pero este perece en la captura del Inca en Cajamarca (1532).

Llegada de los españoles[editar]


Véase también: Fundación de Trujillo (Perú)
A la llegada de los conquistadores españoles, el gobernante chimú era Caja Cimcim, hermano
de Ancocoyuch. Este se convirtió al cristianismo y tomó por nombre "Martín". Tras su muerte,
fue enterrado en la iglesia Santa Ana de Trujillo. Sin embargo, los nativos raptaron su cuerpo
para proceder a sepultarlo según sus propias tradiciones fúnebres ancestrales. Se desconoce
el punto exacto de este evento.
El último curaca del valle de Moche documentado, descendiente de los antiguos chimúes,
sería don Antonio Chayguar (quien gobernaría durante los inicios del siglo XVII).

Organización territorial[editar]

Expansión del reino chimú (morado) durante el Intermedio


Tardío.
El Reino Chimú se desarrolló en la franja costeña norte del actual Perú, entre el Océano
Pacífico y las estribaciones occidentales de los Andes, en territorios donde siglos atrás
existieron los mochicas y los lambayeques. Al igual que los mochicas, los chimú se
desarrollaron en el valle del río Moche (al norte de Lima), al noreste de Huarmey acabando
en Trujillo central, en el departamento de La Libertad. Limitaba por el sur con Carabayllo
(Lima) y por el norte con el río Tumbes, esta región posee un conjunto de valles y tierras
fértiles irrigados por los ríos que descienden desde las altas cumbres andinas. Aunque las
condiciones climáticas en ciertas temporadas son muy drásticas, especialmente con la llegada
del fenómeno de El Niño. La capital del reino, Chan Chan, contó con una extensión de 22
kilómetros cuadrados, ubicada próxima al mar, a una altitud media de 34 m s. n. m., en el valle
del río Moche antiguamente denominado valle de “Chimo” hoy valle de Moche,7 cerca de la
actual ciudad de Trujillo, a 550 km al norte de Lima. Fue la capital, centro del poder político,
económico, religioso y cultural está considerada como una de las urbes de adobe más
grandes del mundo.
Entre las principales ciudadelas tenemos:
 Farfán. Palacio provincial norteño, en el valle de Zaña, Lambayeque.
 Manchan. Centro provincial sureño, en el valle de Casma, Ancash, que muestra una
fusión e interacción estilística y arquitectónica con el estilo Casma, antecesor del estado
Chimú en este valle.
 Pakatnamú. De origen moche que se levanta en el valle de Jequetepeque, en Pacasmayo,
en el departamento de La Libertad
 Apurlec. Edificada entre los valles de Motupe y La Leche en el departamento
de Lambayeque.
 Paramonga En el valle del río Fortaleza, cerca de Pativilca en el departamento de Lima.

Organización política[editar]
Véase también: Lista de gobernantes Chimúes

Reconstrucción de un gobernante chimú en su litera.


El reino estuvo gobernado por el Cie-quich, también conocido - por los incas - como Chimor
Kápaq,1 quien era tratado como divinidad, fue la máxima autoridad política, militar y religiosa,
residía en Chan Chan rodeado de una numerosa corte y ostentoso palacio. Se cree que el
“Reino Chimú” tuvo diez gobernantes, pero solo se conocen los nombres de cuatro de
ellos: Tacaynamo, Guacricur, Ñancempinco y Minchancaman. Este último fue un gran
conquistador, llegando al sur hasta las cercanías del triple valle de Chillón-Rímac-Lurín; sin
embargo, acabó siendo arrollado por el expansionismo incaico.
Desde el punto de vista político, el Reino Chimú puede ser definido como un Estado
aristocrático clasista. Contaba con una burocracia de administradores que tenía bajo su
control todo el sistema productivo sostenido por los artesanos y los campesinos. El Estado se
hizo fuertemente centralizado y se orientó hacia la expansión imperial.
Existieron clases sociales regidas por un estado imperial que había conquistado al reino
Sicán de Lambayeque. Justamente las leyendas de Naylamp en Sicán y Tacaynamo en
Chimú transmitían fantásticamente las guerras iniciales por esas tierras. El pueblo pagaba
tributo a los gobernantes (en productos o en trabajo). Los señoríos eran controlados por los
grandes curacas, generalmente nobles, dueño de tierras y ganados. Los curacazgos estaban
en manos de los curacas locales es decir en manos de los líderes de los valles y pueblos
sometidos.
Organización social[editar]

Atuendo ceremonial de oro de un personaje chimú; Museo


Larco (Lima).
Era una sociedad teocrática, con profundas diferencias entre sus grupos sociales.

1. Chimú Capac: Gran señor suprema autoridad política, religiosa y militar. Residía en la
capital Chan Chan, en medio de espléndidos palacios y rodeado de una numerosa
corte.
2. Curacas, miembros de la nobleza, propietarios de tierras, fungían como jefes locales y
de pueblos sometidos.
3. Clase alta media, se beneficiaban de la tierra, poseedores de priviliegios y
comodidades.
4. Campesinos, dedicados a la pesca, a la agricultura, a la artesanía y al comercio;
5. Sirvientes, consagrados al servicio del Chimú Capac y Curacas.

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