Está en la página 1de 13

31/08/2022 – PENAL

1787-2021

DOCTRINA

Motivo de forma. Viola el principio de intangibilidad de la prueba, y por


consiguiente, incurre en falta de fundamentación del fallo, la Sala de Apelaciones
que anula la decisión de condena por el delito de Violación con el argumento que,
la prueba no demostró el hecho, pues mediante ese razonamiento soslaya que al
conocer un recurso de apelación por motivo de forma, su función encuentra límite
en establecer si los razonamientos de la sentenciante al valorar la prueba fueron o
no lógicos.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL.

Guatemala, treinta y uno de agosto de dos mil veintidós.

I) Se integra con los magistrados suscritos, de conformidad con el acta número


cincuenta guion dos mil veintiuno, de fecha doce de octubre de dos mil veintiuno,
correspondiente a la sesión extraordinaria de la Corte Suprema de Justicia, con
fundamento en el artículo 2 de la Constitución Política de la República de
Guatemala, el artículo 71 de la Ley del Organismo Judicial y la opinión consultiva
de la Corte de Constitucionalidad del ocho de octubre de dos mil diecinueve,
emitida dentro expediente cinco mil cuatrocientos setenta y siete guion dos mil
diecinueve. II) Se dicta sentencia en el recurso de casación por motivo de
forma, interpuesto por el Ministerio Público, a través del agente fiscal, Vicente
Raúl Pérez Bámaca, contra la sentencia dictada por la Sala Regional Mixta de la
Corte de Apelaciones de Antigua Guatemala, el veinticuatro de agosto de dos mil
veintiuno, en el proceso seguido contra Óscar Rafael Yax Chiroy, por los delitos de
Violación y Violación con agravación de la pena.

El procesado es auxiliado por el abogado, Juan Pablo Antonio Winac Hernández.

Querellantes adhesivos: Andrea María Canastuj Tzoc y María Marta Batz Morales
de Saquic, quienes actúan bajo la dirección y procuración del abogado, William
Ezequiel Pérez Ajquí.

I. ANTECEDENTES

A. HECHOS ACREDITADOS. “I. Que Oscar Rafael Yax Chiroy, el siete de julio
del año dos mil dieciocho, invitó al menor (...) a una actividad de la iglesia y por la
noche con intenciones de satisfacer sus deseos sexuales y/o eróticos, llevó al
adolescente a un Hotel denominado Pelico, ubicado en (...), departamento de (...),
donde el adolescente se acostó en una cama, recostándose el acusado a lado del
mismo, y con sus manos comenzó a acariciarle el estómago, se bajó el pantalón,
y tuvo acceso carnal vía anal con el adolescente, a quien le introdujo su pene en
el ano sin su consentimiento. II. Que Oscar Rafael Yax Chiroy, el ocho de marzo
del año dos mil veinte, aproximadamente a las dieciocho horas, se encontraba en
la residencia en (...) del municipio y departamento de (...), a donde llegó el
agraviado, (...) y después de cenar, sin el consentimiento del menor comenzó a
tocarle todo el cuerpo, teniendo acceso carnal vía anal con el adolescente, a quien
le introdujo su pene en el ano. III) Que Oscar Rafael Yax Chiroy, el doce de
marzo del año dos mil veinte, aproximadamente a las seis de Ia mañana, se
encontraba en la residencia ubicada en (...) municipio y departamento (...), a
donde Ilegó (...); y sin su consentimiento, tuvo acceso carnal vía anal con él,
introduciéndole el pene en el ano. IV) Que Oscar Rafael Yax Chiroy, entre el
catorce y veinte del mes de abril del año dos mil diecinueve, aproximadamente a
las dieciocho horas, se encontraba en la residencia ubicada en (...) municipio y
departamento de (...), lugar a donde llegó el menor de edad, (...), con el objeto que
le mostrara el lugar donde enseñaba, sin embargo, cuando el adolescente
ingresó a la sala de estudio, el acusado, utilizando violencia física, lo llevó a su
habitación, estando adentro, cerró la puerta y con intenciones de satisfacer sus
deseos sexuales y sin el consentimiento del adolescente, lo tiró sobre la cama y
comenzó a besarlo, luego le quitó la playera, indicándole que no gritara, porque
estaba su familia, por miedo y vergüenza no gritó, el acusado continuó quitándole
los zapatos, el pantalón y el calzoncillo, le dio vuelta sobre la cama, se quitó la
ropa, le hecho saliva en el ano y le introdujo su pene varias veces, después de un
rato se levantó y le indicó al adolescente le mentira el pene en su ano, como éste
no accedió, le introdujo su pene en la boca indicándole que se lo chupara,
posteriormente el acusado se vistió y el adolescente menor de edad, se retiró del
lugar sin decir ninguna palabra, acciones que le provocaron papilomatosis anal,
daño psicológico, así como daño a su proyecto de vida”.

B. FALLO DEL TRIBUNAL DE SENTENCIA. El Tribunal de Sentencia Penal, de


Delitos de Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer y Violencia
Sexual del departamento de Sololá, mediante sentencia de fecha siete de enero
de dos mil veintiuno, condenó al procesado Óscar Rafael Yax Chiroy, como autor
responsable del delito de Violación en agravio de menor (...), y del ilícito
de Violación con agravación de la pena, en perjuicio del menor (...)., por la
comisión del primero, le impuso la pena de veinticuatro años de prisión y por el
segundo, trece años con dos meses, lo que suma un total de treinta y siete
años con dos meses de prisión inconmutables.

Consideró que, con la prueba aportada al juicio la cual fue valorada de


conformidad con la ley, se acreditó que el procesado Oscar Rafael Yax
Chiroy, realizó acciones idóneas que configuró la comisión del delito de Violación
en agravio del menor (...) y Violación con Agravación de la Pena, en perjuicio del
también menor (...)., al haber tenido acceso carnal vía anal con cada uno, al
introducirles su pene en el ano, cuando el primero de los agraviados tenía quince
años de edad, por primera vez, subsiguiendo sus acciones, hasta marzo del año
dos mil veinte, y el segundo, cuando tenía catorce años y once meses de edad, tal
como quedó demostrado con el dictamen pericial que contiene el reconocimiento
médico legal de cada uno, los cuales fueron valorados positivamente, fortalecido
por otros medios tales como las declaraciones de los mismos agraviados, los
dictámenes psicológicos de ambos adolescentes, que acreditaron circunstancias
de tiempo, modo y lugar de los hechos referidos. De tal cuenta que, del análisis y
valoración positiva de la prueba relacionada, se arribó a la conclusión de certeza
jurídica que el incoado es a título personal, autor responsable de los hechos
atribuidos, y que fueron debidamente acreditados, ya que tomó parte directa en la
ejecución de los actos propios del delito de Violación y Violación con
Agravación de la Pena; porque con la prueba pericial, testimonial y documental
se corroboró la hipótesis acusatoria del Ministerio Público y se destruyó el Estado
de inocencia del acusado.

Respecto de la prueba científica rendida por el perito del INACIF, Leonidas


Bladimiro Loayes López, que contiene reconocimiento médico legal del menor de
edad (...) la juzgadora refirió: “Se otorga valor probatorio a la declaración y
dictamen de fecha: veinticinco de marzo del año dos mil veinte, que contiene el
reconocimiento médico legal de: (...) en virtud que acredita, que el menor de edad
efectivamente presenta signos clínicos de sobredistinción anal, con presencia de
cicatrices antiguas por rasgaduras, sin que pueda determinarse la fecha, en que
fueron ocasionadas. Se localizan según la caratula del reloj a las seis horas. Tono
disminuido y laxitud anal aumentada, de tal cuenta que se genera certeza jurídica
en el intelecto de quien juzga sobre vulneración a la indemnidad sexual de: (...) En
cuanto a la temporalidad de la rasgadura, es de tomar en consideración que las
mismas una vez transcurridos diez días de provocada es difícil determinar la fecha
exacta de su provocación, como lo indica el perito, esto guarda relación, con la
fecha que se argumenta en la plataforma fáctica y la declaración el menor de
edad, en cuanto a la fecha que sucedió el primer hecho, el cual sucedió en el año
dos mil dieciocho. En ese mismo sentido se le otorga valor probatorio, al segundo
dictamen identificado, correspondiente a: (...)., toda vez que en el mismo se
consigna que el menor de edad efectivamente presenta signos clínicos de
sobredistinción anal, con presencia de cicatrices antiguas por rasgaduras, sin que
pueda determinarse la fecha, en que fueron ocasionadas. Se localizan según la
caratula del reloj a las seis horas. Tono disminuido y laxitud anal aumentada, de
tal cuenta que se genera certeza jurídica en el intelecto de quien juzga sobre
vulneración a la indemnidad sexual de: (...)., constituyendo esta prueba científica,
la credibilidad, del testimonio de la víctima y su progenitora, aunado a ello, es de
tener en consideración la fecha en que sucedieron los hechos, lo que concatena
con lo indicado por el perito en su dictamen y declaración, al indicar que la
rasgadura es antigua, ya que luego de diez días de sucedido el hecho, esta es
considerada antigua”.

Con relación al dictamen rendido por la profesional de la psicología forense del


INACIF, Ruth Madahí Juracán Rosales, la a quo indicó: “(…) al reconocimiento y
evaluación psicológica, realizada a: (...). A la declaración que antecede y
dictámenes emitidos, se les otorga valor probatorio, toda vez que los mismos
han sido emitido por profesional de la psicología facultada para el efecto, no
redargüido de nulidad o falsedad, así mismo, porque los dictámenes emitidos
correspondientes a cada una de las víctimas, determinar que al momento de la
entrevista cada uno de los evaluados, se encuentran en pleno uso de sus
facultades mentales y volitivas, de acuerdo a su edad, desarrollo y situación
sociocultural, que lo referido por cada una de las víctimas, en el caso de (...)
Presenta daño psicológico, que ante la situación vivida, presenta cambios
importantes en su identidad, al no saber si es hombre o mujer, declarando la
perito, la credibilidad del relato de la víctima con las conclusiones emitidas;
situación que es coherente con lo plasmado en la plataforma fáctica del Ministerio
Público, al indicar que la acusación se centra en un abuso sexual, contra la
voluntad de la víctima. En cuanto a (...), presenta el entrevistado miedo hacia su
seguridad personal, pensamiento recurrente derivado de la vulneración a su
sexualidad, así misma culpabilidad que es un síntoma que puede presentar
personas que han sido vulneradas en la sexualidad, siendo el testimonio de la
víctima de crédito. Lo que resulta congruente con la plataforma fáctica, al indicar
que la acusación se centra en abuso sexual contra la voluntad del agraviado.
Cada uno de los dictámenes psicológicos, guardan relación con lo declarado por
las víctimas”.

Respecto de la declaración brindada por el médico y cirujano José Gabriel


Herrera Castillo, quien emitió certificado médico por haber evaluado al menor (...).,
el veintiuno de agosto de dos mil diecinueve, la sentenciante arguyó: “(…) A esta
declaración y certificado emitido, se le otorga valor probatorio, toda vez que
ha sido expedido por medico facultado para el efecto, no redargüido de nulidad o
falsedad, ni refutada la idoneidad del testigo, con el que se acredita la enfermedad
de transmisión sexual, que padece (...)., así como el tratamiento al cual fue
sometido, lo que es concatenado con la prueba testimonial del agraviado (...).
quien refirió que luego de lo que sucedió, se le desarrolló la enfermedad, y lo
referido por la progenitora, al indicar que su hijo, padece una enfermedad sexual y
que fue ella quien lo llevó a consulta con el médico testigo. Lo que tiene una
secuencia lógica y creíble en los hechos vertidos”.

Refirió la a quo que le otorgó valor probatorio al testimonio rendido por el


menor (...), porque: “(…) es prueba idónea ya que como víctima directa le constan
las circunstancias de tiempo, modo y lugar del hecho que atenta contra su
indemnidad sexual. (…) El adolescente de forma gráfica, utilizando los muñecos
anatómicos, describe como fue la acción del acusado a su persona, las otras
fechas de agosto, septiembre, octubre, ocurrieron de la misma forma (…) El
adolescente en su declaración, confirma que el acusado, abuso de él en
aproximadamente seis ocasiones, que el primero hecho sucedió cuando,
instalados en la habitación, luego de una actividad de la iglesia, cuando se
encontraba recostado en una de las camas, el sindicado inicio a tocarle el
estómago, a lo que el agraviado dijo que no, pasándose a otra cama, y
siguiéndolo el acusado, a la otra cama, acariciándole nuevamente el estómago,
para evitar eso se fue al baño, cuando regreso se recostó en la cama el acusado y
nuevamente estaba con él, en esta oportunidad, relata, le bajo el pantalón y le
metió el pene, explicando a través de los muñecos anatómicos, como sucedieron
los hechos, describiendo el modo, manifestado las veces que sucedió
nuevamente de la misma forma. Esta declaración es soportada, con la declaración
y dictamen pericial emitido, por el doctor Leónidas Bladimiro Loayes López. En el
cual se determina, que (...) presenta signos clínicos de sobredistensión anal y la
declaración y dictamen emitido por la psicóloga Ruth Madahí Juracán Rosales,
quien determina que al momento de la evaluación el agraviado, presenta daño
psicológico, y en su testimonio es de crédito”.

Asimismo indicó la sentenciante que le concedió valor a lo declarado por el


menor (...)., por cuanto que, “(…) es prueba idónea, ya que como víctima directa
le constan las circunstancias de tiempo, modo y lugar del hecho que atenta contra
su indemnidad sexual. (…) Su declaración es coherente, espontanea, clara,
sencilla y contiene una ilación lógica en cuanto al relato de los hechos, lo que la
hace útil y pertinente, para esclarecer el fondo del asunto y la verdad histórica,
pues indicó que (…) conoce a Oscar Rafael Yax Chiroy (acusado) porque era su
amigo (…) abuso de su confianza cambiando su vida por completo, pues él lo
violó, la primera escena fue entre el catorce de enero o veinte de enero de dos
mil diecinueve (…). La segunda escena fue en el mes de febrero,
aproximadamente a las seis de la tarde (…). La tercera escena o evento fue el
diecinueve de abril como a las cinco y media o seis de la tarde. (…) La cuarta
escena, en el mes de noviembre de dos mil diecinueve como a las seis de la
tarde (…) que le contó a su mamá (…) no le conto al acusado que se había
contraído enfermedad de transmisión sexual, esa enfermedad se dio después que
el acusado abusó de él, se infectó, en el mes de mayo, se fueron formando llagas,
no recuerda el nombre de la enfermedad (…) El adolescente, confirma que el
acusado, le quitó la ropa, lo beso, lo desnudo, ejerció fuerza sobre él, lo voltio y lo
penetro en el ano, con su pene, indicando en su declaración, que el en todo
momento le decía al acusado que no, que él no era ese tipo de persona, que no le
gustaban los hombres. Que, a raíz de este evento, se adquirió una enfermedad de
transmisión sexual, y ha provocado sufrimiento, que ha cambiado su vida. Esta
declaración es soportada, con la declaración y dictamen pericial emitido, por el
Doctor Leónidas Bladimiro Loayes López. En el cual se determina, que (...).,
presenta signos clínicos de sobresdistención anal y la declaración y dictamen
emitido por la psicóloga Ruth Madahí, al establecer que, al momento de la
evaluación psicológica, el agraviado, presenta daño psicológico y que su
testimonio es de crédito. Aunado a ello, con lo declarado por la progenitora del
agraviado, señora: María Marta Batz Morales de Saquic, quien manifestó que su
hijo le confesó, lo sucedido, confesado que el acusado había abusado de él”.

C. DEL RECURSO DE APELACIÓN ESPECIAL. El procesado planteó recurso de


apelación especial por motivo de forma y fondo, sin embargo, para efectos de
resolver el presente recurso, se entra a conocer únicamente el motivo de forma,
en el que el incoado denunció inobservancia del artículo 389 numeral 4) del
Código Procesal Penal, en relación con los artículos 11 Bis, 186, 385 y 394
numeral 3) de la ley ibíd.
Refirió que la juzgadora violó la sana crítica razonada, especialmente la lógica
en su regla de la derivación y los principios de razón suficiente, de tercero
excluido, así como la coherencia y la experiencia, por cuanto que, lo condenó por
los delitos de Violación y Violación con agravación de la pena, sin que se haya
demostrado su responsabilidad, pues no existió ningún medio de prueba que
demostrara la supuesta violación contra la integridad de los menores (...) y (...).

La sentenciante se basó en apreciaciones subjetivas sin fundamento, por


cuanto que, la prueba testimonial fue contradictoria, no obstante se le confirió valor
positivo, y con el resto de la prueba aportada al juicio, la entidad fiscal no logró
probar los hechos endilgados a su persona, de ahí que no se hayan acreditado las
relaciones sexuales con las víctimas, pues no existió prueba pericial, testimonial o
científica que estableciera su responsabilidad en los ilícitos imputados. Las
declaraciones de los ofendidos fueron contradictorias porque su dicho inicial fue
diferente al manifestado ante el “INACIF”.

La entidad fiscal fue deficiente en su investigación, y dicho extremo se evidenció


en el hecho que, en primera instancia refirió que él contagió a uno de los menores,
sin embargo, en el debate no se probó que padecieran de ninguna enfermedad
sexual, circunstancias que fueron inobservadas por la juzgadora. Además, con la
declaración de la madre de una de las víctimas, el ente acusador descartó el relato
de uno de los agraviados, de donde se advierte que no existieron elementos
racionales suficientes para condenarlo, por lo que el razonamiento de la juez de
primer grado no fue de contenido crítico, valorativo ni lógico, pues lo condenó, sin
haber aplicado la sana crítica razonada, en específico la lógica en su regla de la
derivación, el principio de razón suficiente y de no contradicción, al valorar la
prueba aportada al juicio, pues es claro que la misma no fue de relevancia en la
demostración de los hechos imputados.

No se recibió como prueba ningún expertaje científico sobre este tema. El


Ministerio Público no aportó ningún medio para fundamentar su participación en
los ilícitos, de donde se advierte, no se produjeron medios probatorios idóneos
para llegar a la conclusión de condena.

La a quo en cuanto a la valoración de cada medio diligenciado en juicio, se


limitó a señalar: “a éste informe y declaración se le otorga valor
probatorio…”, refiriendo en todos los casos circunstancias y situaciones
mencionadas por el perito, testigos o documentos, sin especificar cuál o cuáles de
las reglas de la sana crítica razonada utilizó en su valoración. De donde se estima,
que la Juzgadora emitió una sentencia arbitraria revestida de defectos absolutos,
como lo establece el artículo 283 del Código Procesal Penal, por consiguiente,
dicho fallo no cumplió con los requisitos exigidos por el artículo 11 Bis de la misma
ley.

Solicitó: se declare con lugar el recurso planteado, se anule el fallo impugnado, y


se ordene la realización de un nuevo debate.
D. SENTENCIA DE LA SALA DE APELACIONES. La Sala Regional Mixta de la
Corte de Apelaciones de Antigua Guatemala, mediante sentencia de fecha el
veinticuatro de agosto de dos mil veintiuno, declaró procedente el recurso de
apelación especial interpuesto por el procesado, y en consecuencia, anuló la
sentencia apelada y ordenó el reenvío del proceso para que con juez distinto se
lleve a cabo nuevo debate.

Indicó que, “(…) de los argumentos con los que el apelante fundamenta su
apelación, confrontados con la sentencia impugnada para examinar su logicidad,
motivación, fundamentación y argumentación que la hagan válida y establecer si
al dictarse el fallo apelado se aplicaron las reglas de la sana crítica para
fundamentar la decisión final, encuentra que la juez sentenciadora, al llegar a la
conclusión a la que arribó y decidir la responsabilidad del sindicado en los delitos
endilgados, dejó de apreciar las reglas de la Lógica y la Derivación, el principio
lógico de razón suficiente así como dejó de aplicar la psicología y la experiencia
sin expresar qué comportamientos humanos la indujeron a dar credibilidad a los
hechos únicamente referidos por los ofendidos sin sustento técnico-científico, no
existiendo prueba pericial contundente que pudiera determinar la participación del
sindicado en los hechos imputados que pudiera ser concluyente, tal aseveración
no como revaloración de la prueba producida, sino como resultado de la lectura e
interpretación de lo asentado en el fallo apelado y examen de la inobservancia de
las reglas y principios del método de valoración de la Sana Crítica Razonada que
de la lectura se establece, estimando que existe violación a las reglas que
conforman el método de valoración ya referido en la ponderación de la prueba
producida en el debate, especialmente en medios determinantes para establecer
la culpabilidad del apelante, lo que determina vicio de la sentencia que conforme
al artículo 394 del Código Procesal Penal constituye defecto de procedimiento que
obliga su anulación debiéndose renovar el trámite como corresponde, lo que
provoca acoger el recurso de apelación hecho valer por el motivo de Forma
interpuesto y así deberá declararse con los efectos legales
correspondientes. Habiéndose acogido el recurso por el Motivo de Forma y
por los efectos que esto produce, no se entra a conocer del mismo por el
Motivo de Fondo”.

II. DEL RECURSO DE CASACIÓN

El Ministerio Público interpone recurso de casación por motivo de


forma. Invoca el caso de procedencia regulado en el artículo 440 numeral 6) del
Código Procesal Penal. Estima violados los artículos 11 Bis del Código Procesal
Penal y 12 de la Constitución Política de la República de Guatemala.

Denuncia que la Sala faltó al deber de fundamentar de hecho y de derecho el


fallo impugnado, pues se limitó a transcribir los argumentos del apelante y no
explicó el motivo por el cual consideró ordenar el reenvío del proceso para la
realización de un nuevo debate.
La sentencia del ad quem fue contradictoria porque refirió que, en el juicio no se
produjo prueba científica que determinara la responsabilidad del procesado,
y que por ello se violentó la lógica en su regla de la derivación y el principio de
razón suficiente; pero luego señaló que dicha violación ocurrió en la ponderación
de la prueba producida en el desarrollo del debate, en especial con relación a
medios determinantes, sin explicar a qué medios se refiere.

Los razonamientos del tribunal de alzada carecen de razonamiento fáctico y


jurídico, ya que el fallo de primer grado no contiene los vicios que señala dicha
autoridad, pues refiere ausencia de prueba científica, cuando consta que en el
debate oral y público sí se produjo la misma. La a quo al valorar la prueba sí aplicó
la sana crítica razonada, por lo que fue infundado el argumento de la Sala al
indicar que, se violó el sistema legal de valoración, especialmente la lógica y el
principio de razón suficiente. Además, el ad quem violó el artículo 430 del Código
Procesal Penal, ya que se aventuró a revalorar prueba, lo que realizó
equivocadamente, pues la conducta atribuida al incoado fue acreditada no solo
con prueba testimonial, sino que con prueba científica; por lo que el fallo de
primera instancia no fue viciado y por consiguiente, no tuvo sustento legal su
anulación para la realización de un nuevo juicio.

Solicita: se declare procedente el presente recurso, se anule la sentencia


impugnada y en consecuencia, se ordene el reenvío a la Sala recurrida para que
emita nuevo fallo sin los vicios señalados.

III. DEL DÍA DE LA VISTA

El veintiséis de agosto dos mil veintidós, a las trece horas, fecha y hora señalada
para la realización de la vista, las partes reemplazaron su participación por escrito
y realizaron las consideraciones que a su interés concernió.

CONSIDERANDO

-I-

El recurso de casación está dado en interés de la ley y la justicia, constituye un


medio de control para la corrección jurídica de los fallos de las Salas de
Apelaciones, en cuanto a la aplicación de la ley sustantiva y la observancia de las
formas esenciales del proceso. El Tribunal de Casación se encuentra limitado de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 442 del Código Procesal Penal, a
conocer únicamente de los errores jurídicos de la resolución impugnada, debiendo
sujetarse a los hechos que se hayan tenido como probados por el sentenciante y
solamente en los casos en que advierta violación de una norma constitucional o
legal, podrá disponer la anulación y el reenvío para la corrección debida.

-II-
El artículo 11 Bis del Código Procesal Penal, establece la obligación de
sustentar en forma clara y precisa los autos y las sentencias judiciales, los cuales
deben contener los motivos de hecho y de derecho en que se base la decisión y
que toda resolución carente de asidero legal viola el derecho Constitucional de
defensa.

Ello significa que, en el ámbito judicial, la fundamentación exige la exposición de


razones que deben ser suficientes para explicar y convencer sobre los motivos
que el juez tiene para decidir un caso. En ese sentido, no cualquier argumento
puede servir de sustento legal y referido específicamente a los fallos que
resuelven recursos de apelación, éstos deben tener, al menos, dos requisitos: el
primero se refiere a la necesidad de abordar de manera puntual los reclamos
específicos que han sido denunciados, y el segundo, se relaciona con la exigencia
de sustancialidad y no de mera formalidad de la respuesta.

El autor Fernando De La Rúa, en su libro El Recurso de Casación Penal


expresa que: «La motivación de la sentencia constituye el conjunto de
razonamientos de hecho y de derecho en los cuales el Juez apoya su decisión (...)
La sentencia, para ser válida, debe ser motivada. Esta exigencia constituye una
garantía constitucional, no sólo para el acusado sino también para el Estado, en
cuanto tiende a asegurar la recta administración de justicia» (Páginas 149 y 150).
Lo anteriormente expuesto es congruente con lo regulado en el artículo 11 Bis
del Código Procesal Penal, al referir: «… Toda resolución judicial carente de
fundamentación viola el derecho constitucional de defensa y de la acción penal».
Por ello, cuando en una sentencia falta este requisito esencial, se está ante una
evidente violación de la garantía constitucional del derecho de defensa, contenida
en el artículo 12 de la Constitución Política de la República de Guatemala.

-III-

El agravio de la entidad recurrente estriba en que, los argumentos de la Sala


para ordenar el reenvío del proceso fueron carentes de asidero legal, pues
consideró que el a quo no aplicó la sana crítica razonada en la valoración de la
prueba aportada al juicio, sin dar explicación lógica de ese vicio. Además, estimó
que no hubo prueba científica que determinara la responsabilidad del procesado
cuando consta que en el debate se produjo la misma, de ahí que se extralimitó en
sus funciones legales, ya que se aventuró a revalorar prueba sin fundamentar su
decisión.

Consta que la Sala de apelaciones para dar respuesta al agravio hecho de su


conocimiento, refirió: “(…) la juez sentenciadora, al llegar a la conclusión a la que
arribó y decidir la responsabilidad del sindicado en los delitos endilgados, dejó de
apreciar las reglas de la Lógica y la Derivación, el principio lógico de razón
suficiente así como dejó de aplicar la psicología y la experiencia sin expresar qué
comportamientos humanos la indujeron a dar credibilidad a los hechos
únicamente referidos por los ofendidos sin sustento técnico-científico, no
existiendo prueba pericial contundente que pudiera determinar la participación del
sindicado en los hechos imputados que pudiera ser concluyente, tal aseveración
no como revaloración de la prueba producida, sino como resultado de la lectura e
interpretación de lo asentado en el fallo apelado y examen de la inobservancia de
las reglas y principios del método de valoración de la Sana Crítica Razonada que
de la lectura se establece, estimando que existe violación a las reglas que
conforman el método de valoración ya referido en la ponderación de la prueba
producida en el debate, especialmente en medios determinantes para establecer
la culpabilidad del apelante, lo que determina vicio de la sentencia que conforme
al artículo 394 del Código Procesal Penal constituye defecto de procedimiento que
obliga su anulación debiéndose renovar el trámite como corresponde (…)”.

Respecto del reclamo se advierte que, el artículo 430 del Código Procesal Penal
regula: “La sentencia no podrá en ningún caso hacer mérito de la prueba o de los
hechos que se declaren probados conforme a las reglas de la sana critica
razonada. Únicamente podrá referirse a ellos para la aplicación de la ley
sustantiva o cuando exista manifiesta contradicción en la sentencia
recurrida”. Dicha norma jurídica en concreto refiere que, las Salas de la Corte de
Apelaciones cuando conocen un recurso por motivo de forma, deben advertir la
existencia de errores en el procedimiento, y por consiguiente, su labor jurídica se
limita a considerar si el Tribunal Sentenciador, cumplió o no con la exigencia de
razonar de conformidad con la sana crítica razonada, e indicar las partes del fallo
que, a su juicio, fueron contradictorias, o que produjeron error de apreciación de la
prueba en violación de la lógica, la experiencia o la psicología; además, al tribunal
de apelación le está limitado realizar apreciaciones propias de la prueba, por lo
que de esa cuenta, no puede considerarse fundamentada su conclusión respecto
del por qué un elemento probatorio debió valorarse en determinado sentido, o
aducir ausencia de prueba ya sea para condenar o absolver, pues ello se reitera
viola el principio de intangibilidad de la prueba contenido en el artículo relacionado.

En ese sentido, se determina que el ad quem al resolver conforme al reclamo


del interponente, realizó un análisis logístico más allá de la limitación del
conocimiento permitida por la ley adjetiva penal. Al respecto cabe indicar que, con
relación a la ilación lógica permisible sobre la labor de las Salas jurisdiccionales, la
Corte de Constitucionalidad ha reiterado en diversos fallos la limitación logística
del mismo. “En su labor jurisdiccional y en respeto del principio de intangibilidad
de la prueba la Sala se encuentra en posibilidad de determinar los vicios de
logicidad implícitos en la resolución de primer grado, específicamente la lesión a
las reglas de la sana crítica razonada cuando se invoca motivo de forma, extremo
que le excluye hacer apreciaciones subjetivas relacionadas con la valoración de la
prueba y por consiguiente tampoco puede señalar errores procedimentales en la
admisión de la misma, pues conforme la ley adjetiva penal todo lo concerniente a
su diligenciamiento, se encuentra regulada en determinada etapa procesal y es
allí donde puede cuestionarse.” (Expediente número cuatro mil doscientos
sesenta y tres guión dos mil nueve (4263-2009) de la Corte de
Constitucionalidad).
El autor Fernando de la Rúa, en su obra La Casación Penal, indica: “(…) Falta
de motivación significa ausencia de motivación (…) puede verificarse totalmente,
como carencia formal de un elemento estructural del fallo, pero (…) no se concibe
una sentencia en que la motivación esté totalmente omitida. (…) Pero habrá
también falta de motivación cuando esa exposición de motivos exista, y no
obstante sea ilegítima por estar constituida por pruebas inadmisibles, o nulas, o
cuando no consista en una exposición lógicamente razonada de los fundamentos,
o cuando de otra manera viole las reglas jurídicas que determinan su forma y
contenido (…)”. Al respecto cabe indicar que las conclusiones emitidas y derivadas
de dichos fallos, son potestad exclusiva del tribunal, emitida sobre una base
controlable habilitada a través de las vías recursivas.

Se estima como obligación legal de las Salas Jurisdiccionales, establecer la


existencia de un agravio real y latente, o si por el contrario, fue solo inconformidad
por lo desfavorable que a los intereses del procesado significó el sentido de la
resolución, lo anterior en observancia del principio de intangibilidad de la prueba.

En ese contexto, de la logicidad del fallo recurrido se advierte que, el tribunal de


alzada al acoger el recurso de apelación especial, realizó apreciaciones de la
prueba que conforme la ley, no le competían, pues el hecho de considerar que
la a quo no utilizó las reglas de la sana crítica razonada, en específico “la Lógica y
la Derivación, el principio lógico de razón suficiente así como dejó de aplicar la
psicología y la experiencia, sin expresar qué comportamientos humanos la
indujeron a dar credibilidad a los hechos únicamente referidos por los ofendidos
sin sustento técnico-científico, no existiendo prueba pericial contundente que
pudiera determinar la participación del sindicado en los hechos imputados que
pudiera ser concluyente”, actuó en exceso de sus facultades legales y en violación
de derechos que le asisten a la entidad recurrente, ya que rebasó los límites que
la ley le imponía al conocer el recurso hecho de su conocimiento. Mediante ese
actuar, la autoridad recurrida violó lo establecido en el artículo 430 del Código
Procesal Penal y desacreditó los hechos del juicio.

De esa cuenta, se estima que el ad quem solo podía referirse a los medios de
prueba cuestionados, pero sin hacer mérito de éstos; razón por la cual, al resolver
de la forma en que lo hizo, varió las formas del proceso y el principio de
intangibilidad de la prueba, ya que mediante su actuar, dicha autoridad soslayó
que el límite de su conocimiento estribó en el hecho que, podía advertir ilogicidad
en el intelecto del sentenciante al valorar la prueba, extremo que le impedía
apreciar nuevamente la misma, pues la información y las conclusiones que de la
prueba deriven, son facultad exclusiva del sentenciante. De esa cuenta, su
razonamiento fue ineficaz, en virtud que no pueden comprenderse las razones
lógicas que tuvo para anular el fallo de primer grado.

Para resolver con fundamento, en el presente caso, el tribunal de apelación


especial, debe limitarse a revisar la sentencia del a quo con el objeto de advertir la
existencia de los vicios que le fueron denunciados, sin hacer apreciación propia de
la prueba, porque ésta fue hecha por el Tribunal Sentenciador, que de forma
directa valoró la misma y en aplicación del principio de inmediación procesal.
Además, para cumplir con dicho mandato legal, su actuar debe concretarse a
establecer conforme los argumentos del accionante, la existencia de un agravio
real y latente; o si por el contrario, conforme los mismos, su pretensión fue
revaloración de la prueba, algo que se reitera al tribunal de segundo grado le está
impedido realizar, y ello únicamente demuestra inconformidad con lo desfavorable
que a los intereses del recurrente significó el sentido de lo resuelto, y conforme la
ley, la incomodidad no funda la procedencia de los reclamos deducidos mediante
el recurso de apelación especial.

De ahí que, se estima que el ad quem incurrió en el vicio de forma contenido en


el numeral 6) del artículo 440 Código Procesal Penal, y por consiguiente, el
recurso es procedente, lo que así deberá declararse en la parte resolutiva del
presente fallo y ordenar el REENVIO de las actuaciones, para que dicha autoridad
emita nueva sentencia sin los vicios antes considerados.

Cabe agregar que el presente fallo no prejuzga acerca de la procedencia o


improcedencia de los reclamos del apelante, sino que únicamente tiene como
objeto sanear el procedimiento respecto al cumplimiento del debido proceso.

LEYES APLICABLES

Artículos: los citados y, 1, 2, 4, 5, 12, 17, 203 y 204 de la Constitución Política de


la República de Guatemala; 3, 4, 5, 11 Bis, 12, 14, 16, 20, 24 Bis, 37, 43 inciso 8,
50, 160, 437, 438, 439, 440, 442, 446 y 448 del Código Procesal Penal, Decreto
número 51-92 del Congreso de la República y sus reformas; 1, 9, 16, 57, 58, 74,
76, 77, 79 inciso a), 141, 142, 143, 149, 177 y 207 de la Ley del Organismo
Judicial, Decreto número 2-89 del Congreso de la República y sus reformas

POR TANTO

LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL con base en lo


considerado y leyes aplicadas, al resolver DECLARA: I) PROCEDENTE el recurso
de casación por motivo de forma, interpuesto por el Ministerio Público, contra
la sentencia de fecha veinticuatro de agosto de dos mil veintiuno, dictada por la
Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de Antigua Guatemala. II) Ordena
el reenvío de las actuaciones a la Sala impugnada para que cumpla con dictar
nuevo fallo sin los vicios señalados. NOTIFÍQUESE y con certificación de lo
resuelto devuélvase los antecedentes a donde corresponda.

Josué Felipe Baquiax, Magistrado Vocal Quinto, Presidente de Cámara Penal;


Delia Marina Dávila Salazar, Magistrada Vocal Cuarta; Silvia Verónica García
Molina, Magistrada Vocal Octava; José Antonio Pineda Barales, Magistrado Vocal
Undécimo. Dora Lizett Nájera Flores, Secretaria de la Corte Suprema de Justicia

También podría gustarte