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INTRODUCCIÓN A LA

PROTECCIÓN CIVIL

ESCUELA NACIONAL DE PROTECIÓN CIVIL

TÉCNICO BÁSICO EN GESTIÓN INTEGRAL DE RIESGOS

2023
INDICE
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PROPÓSITO DE LA ASIGNATURA ......................................................................................................... 3
COMPETENCIAS ................................................................................................................................... 4
PREGUNTAS FRECUENTES ................................................................................................................... 5
ANTECEDENTES DE LA PROTECCIÓN CIVIL .......................................................................................... 8
ANTECEDENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO ............................ 19
INSTRUMENTOS INTERNACIONALES EN MATERIA DE PROTECCIÓN CIVIL Y
GESTIÓN INTEGRAL DE RIESGOS ......................................................................................... 21
FACTORES QUE COMPONEN LA PROTECCIÓN CIVIL ......................................................................... 32
DESASTRE................................................................................................................................... 32
RIESGO ........................................................................................................................................ 36
AMENAZA ................................................................................................................................... 37
VULNERABILIDAD ................................................................................................................... 40
PELIGRO ...................................................................................................................................... 46
FENÓMENOS NATURALES Y ANTRÓPICOS QUE PUDIERAN OCASIONAR
DESASTRES ................................................................................................................................ 47
LA PROTECCIÓN CIVIL EN MÉXICO .................................................................................................... 48
ÉPOCA PREHISPÁNICA ............................................................................................................ 48
PERIODO POST - INDEPENDENCIA ....................................................................................... 51
PERIODO POST - REVOLUCIÓN ............................................................................................. 55
PLAN DN-III-E Y PLAN MARINA ............................................................................................ 56
BASES PARA EL ESTABLECIMIENTO DEL SISTEMA NACIONAL DE PROTECCIÓN
CIVIL ............................................................................................................................................ 58
PRIMERA LEY GENERAL DE PROTECCIÓN CIVIL ............................................................. 65
LEY GENERAL DE PROTECCIÓN CIVIL DEL 6 DE JUNIO DE 2012 .................................. 67
QUÉ ES LA PROTECCIÓN CIVIL ........................................................................................................... 68
CAMPO DE ACCIÓN ....................................................................................................................... 69
CARACTERÍSTICAS DEL PERSONAL QUE TRABAJE EN PROTECCIÓN CIVIL ............ 71
GLOSARIO .......................................................................................................................................... 73
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................................... 74
PROPÓSITO DE LA ASIGNATURA 3

Para realizar un trabajo pleno de gestión de riesgos es necesario conocer los antecedentes de
la protección civil, porque en ellos están implícitos los modelos y los cambios que se han
realizado al paso del tiempo para mejorar el servicio a la sociedad. Sin embargo, también las
condiciones naturales de nuestro entorno y las dinámicas que resultan riesgosas para los
humanos han influido en la organización social para enfrentar ciertas amenazas. De manera
similar, algunos eventos sociales, como los conflictos bélicos, han propiciado el surgimiento
de instituciones para asegurar la paz, proteger inocentes y respetar ciertos acuerdos en
beneficio de la humanidad y sus expresiones culturales.

Los antecedentes de la protección civil son observables en las antiguas acciones de auxilio,
en las organizaciones de beneficencia y en las juntas de socorros que recolectaban y
distribuían beneficios para los damnificados y desvalidos tras un desastre. Posteriormente,
las consecuencias de las guerras impulsaron el reconocimiento universal de las instituciones
que hasta nuestros días han velado por los más afectados en conflictos bélicos y desastres
debidos a un agente de origen natural o antrópico.

Por lo anterior, es necesario distinguir las características más básicas que conforman un
desastre, el riesgo, una amenaza, los factores de vulnerabilidad y lo que se denomina como
agentes naturales y antrópicos que pueden detonar desastres.

Con ese marco general y conceptual se observan en esta materia las etapas históricas de
nuestra nación y la manera en que ha evolucionado el altruismo, la atención de emergencias,
la protección civil y la gestión integral de riesgo de desastres; que se han traducido en un
marco que legitima las acciones de los diferentes actores involucrados en la labor de auxiliar
a las víctimas y prevenir catástrofes.

En ese sentido, esta asignatura te permitirá conocer:

• Antecedentes de la protección civil internacional


• Factores que componen la protección civil
• Las etapas de origen de la protección civil en México
• El contenido de la protección civil en nuestro país
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Al finalizar la asignatura contarás con un amplio panorama para contextualizar los temas que
serán abordados en distintas asignaturas consecutivas. Además, comprenderás que en la
razón de ser de la protección civil se encuentra el servicio a la nación para proteger la vida
de los ciudadanos, preservar el Estado y apoyar el bienestar de la sociedad.

COMPETENCIAS

Competencia de la asignatura
Al término de la asignatura el estudiante logrará:
• Reconocer el origen y desarrollo de la protección civil a lo largo de la historia para
contextualizar su campo de acción, entender su significado actual y retos a futuro
atendiendo los principios de la protección civil en su localidad.
Elementos de competencia:
• Reconocer las características generales de la Tierra y el territorio
• Identificar la necesidad de interacción entre individuos y sociedades
• Conocer los orígenes e instrumentos del Derecho Internacional Humanitario
• Identificar los instrumentos internacionales, así como sus antecedentes, en materia de
gestión integral de riesgos
• Caracterizar los fenómenos naturales y antrópicos que pudieran ocasionar desastres
• Conocer los conceptos básicos de protección civil y gestión integral de riesgos
• Identificar acciones de protección civil de la época prehispánica, independencia,
revolución y siglo XX
• Reconocer el impacto de los principales desastres del siglo XX
• Identificar los valores y principios de la protección civil
PREGUNTAS FRECUENTES
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¿Por qué existe protección civil?

Porque los estados asumieron la responsabilidad de auxiliar a la población afectada por


desastres, ya sea detonados por un agente natural o un agente antropogénico. Los desastres
representan enormes cifras económicas que repercuten en los recursos disponibles por el
Estado para diversas acciones. Prevenirlos se ha convertido en una prioridad nacional y
garantizar la seguridad de los ciudadanos es una función sustancial del Estado. El sistema
oficial para administrar los recursos, acciones y atenciones, es el Sistema Nacional de
Protección Civil, constituido en sus diferentes niveles: Federal, Estatal y Municipal.

¿En qué situaciones participa Protección Civil?

Cuando:

• Se presenta una emergencia


• Se requiere evaluar un riesgo
• Se manifiesta una amenaza para la población
• Se debe alertar a la población sobre un peligro
• Se pretende prevenir un daño para la población o el patrimonio público
• La sociedad requiere de auxilio, información o apoyo para enfrentar un peligro
• Se participa coordinadamente entre instituciones en beneficio de la sociedad

¿Qué es sociedad civil?

Para Cohen y Arato la Sociedad Civil es la “esfera de interacción social entre la economía y
el estado compuesta ante todo de la esfera íntima (en especial la familia), la esfera de las
asociaciones (en especial las asociaciones voluntarias, los movimientos sociales y las formas
de comunicación pública” (Cohen y Arato, 2000, p. 8).
Para la RAE (Real Academia Española), la sociedad es la “agrupación natural o pactada de
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personas, que constituyen unidad distinta de cada uno de sus individuos, con el fin de
cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o alguno de los fines de la vida”.

Específicamente civil, para la RAE es el “ciudadano (perteneciente a la ciudad) o a los


ciudadanos: sociable, urbano, atento. No es militar, eclesiástico o religioso”. Y la sociedad
civil se encuentra en el “ámbito no público, es la sociedad de los ciudadanos y sus relaciones
y actividades privadas”. Por ejemplo, las ONG organizaciones no lucrativas, sindicatos,
clubes, grupos profesionales, comités de barrio, incluso medios de comunicación. También
podemos incluir a los bomberos, la Cruz Roja y por supuesto a las Organizaciones de la
Sociedad Civil. .

Estos conceptos sirven para comprender que la Sociedad Civil incide en su ejercicio en el
poder del estado y en el poder económico, pero no es el estado, aunque forma parte de él; y
tampoco es el sector económico, aunque algunos sectores se vinculan.

¿Qué recursos utiliza protección civil para realizar su labor?

• Equipamiento para atender emergencias


• Sistemas de monitoreo de emergencias
• Comunicación con diversos sectores
• Recursos federales, estatales y municipales
• Guías y manuales para distintas necesidades
• Trabajo coordinado entre académicos, funcionarios públicos y sociedad civil

¿Cuáles son los ajustes más recientes a la institucionalización de la protección civil?

En 1988 se creó el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) y en 1989 se


constituyeron la Subsecretaría de Protección Civil y de Prevención y de Readaptación Social,
así como de la Dirección General de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación. En
1990 se decretó la creación del Consejo Nacional de Protección Civil. Y en 1998 se incorporó
la Coordinación General de Protección Civil, en sustitución de la Subsecretaría de Protección
Civil y de Prevención y de Readaptación Social en la Secretaría de Gobernación. En el 2018
se creó a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana como Dependencia federal
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encargada de la coordinación del SINAPROC, lo cual implica que al momento la SEGOB ya
no cuenta con atribución alguna en materia de protección civil. La Coordinación Nacional de
Protección Civil, con sus Direcciones Generales adscritas (Dirección General de Protección
Civil, Dirección General para la Gestión de Riesgos y Dirección General de Vinculación,
Innovación y Normatividad en materia de Protección Civil), así como el órgano
desconcentrado Centro Nacional de Prevención de Desastres fueron transferidos a la SSPC a
partir de dicho año. El 12 de mayo del año 2000, se publicó en el Diario Oficial de la
Federación la primera Ley General de Protección Civil. Y el 6 de junio del año 2012 fue
publicada la nueva Ley General de Protección Civil, aprobada por la Comisión de
Gobernación de la Cámara de Diputados, la cual derogó la del 12 de mayo de 2000 y a sus 4
reformas anteriores.

¿Cómo puede la sociedad ser parte de protección civil?

Toda la sociedad mexicana ya es parte de la protección civil porque la protección civil somos
todos. Pero pueden participar de manera activa incorporándose a las distintas unidades
estatales o municipales, o bien, colaborando como voluntarios con múltiples actividades de
respuesta, divulgación y prevención o formando parte de los Comités Comunitarios de
Protección Civil.

¿Cuáles han sido los desastres más importantes en México en el siglo XX?

El CENAPRED cuenta con amplia cantidad de publicaciones en las que se relatan los eventos
más destructivos en la historia de México y el mundo con base en cada uno de los fenómenos
naturales más peligrosos. Véase: http://www.cenapred.unam.mx/es/Publicaciones/

¿Cuáles son las propuestas para mejorar el modelo preventivo de protección civil?

La RED de estudios sociales en Prevención de desastre en América Latina cuenta con una
amplia serie de publicaciones que ofrecen un modelo alternativo de atención a emergencias,
preparación y prevención de desastres, haciendo énfasis en el modelo de la construcción
social del riesgo y los desastres. Véase: http://www.desenredando.org/public/
¿Cuál es la situación del modelo actual de protección civil mexicano ante los organismos
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internacionales?

Recientemente la OCDE ha publicado los resultados de un análisis realizado al modelo de


protección civil mexicano, el cual expone que, aunque se ha avanzado mucho, aún falta
fortalecer más el modelo preventivo y equilibrar los recursos destinados al modelo reactivo
de la rehabilitación y reconstrucción. Véase:
http://www.cires.org.mx/docs_info_n/CIRES_035.pdf

¿Qué acciones nacionales se realizan en materia de protección civil?

El gobierno actual desarrolla una serie de acciones que están contenidas en el Programa
Sectorial de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana 2020-2024

https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5596028&fecha=02/07/2020#:~:text=todas%2
0las%20personas.
,El%20Programa%20Sectorial%20de%20Seguridad%20y%20Protecci%C3%B3n%20Ciud
adana%202020%2D2024,el%20respeto%20a%20los%20derechos

ANTECEDENTES DE LA PROTECCIÓN CIVIL

La ciencia ha logrado establecer que la edad de la Tierra es cercana a los 4 mil 600 millones
de años. Y que a lo largo de ese tiempo ha pasado por distintos periodos de enfriamiento y
de calentamiento global. La primera era glacial ocurrió hace 2 mil 300 millones de años y se
perpetuó por mil 150 millones de años. Se calcula que el agua apareció hace 3 millones 800
mil años y 200 millones de años después surgieron las primeras formas de vida.
Según investigaciones recientes, el oxígeno se produjo hace 2 mil millones de años. La
segunda era de la Tierra como bola de nieve ocurrió hace mil 200 millones de años, luego
ocurrió un periodo templado y enseguida se produjo una nueva glaciación hace 700 millones
de años. Uno de los periodos más enigmáticos es el Precámbrico, el cual inició hace 550
millones de años. Posteriormente se desarrolló una era conocida como Paleozoica, hace 540
millones de años. Y ese periodo finalizó con una quinta era glacial que comenzó hace cerca
de 430 millones de años.
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Hace 300 millones de años la Tierra tenía la forma conocida como Pangea, inferida como un
segmento de tierra que unía los bloques que hoy denominamos continentes. En ellos había
lagos, y grandes extensiones de flora con pequeños reptiles, y peces de agua salada sin alta
concentración de salinidad. Durante 100 millones de años evolucionaron las especies y los
grandes mamíferos han sido ubicados en el periodo conocido como era Mesozoica, hace
cerca de 245 millones de años, la cual abarcó un periodo de 180 millones de años, hasta que
se produjo una extinción masiva hace cerca de 65 millones de años (Viñas, 2013)

Posteriormente ha sido registrado un nuevo periodo de glaciación global y se deduce que


hace 50 millones de años los continentes adquirieron la forma que caracteriza al planeta
Tierra hasta nuestros días. Se estima que desde entonces se han producido en el planeta los
fenómenos geológicos e hidrometeorológicos que son parte de nuestro tiempo, aunque con
características particulares.

Recientemente, un estudio de investigadores de la Universidad de Yale y el Instituto


Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) reconstruyó las condiciones
climáticas asociadas a la presencia del fenómeno El Niño e ilustró, por medio de un modelo,
las zonas de presencia y la tendencia en la dirección de las trayectorias de los huracanes,
deducidas durante el Plioceno (Fedorov et ál., 2010).
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El Plioceno inició hace 5, 332, 000 años y terminó hace 2, 588, 000 años. Descubrieron que
la recurrencia de huracanes era muy superior a las cifras que se tienen en el siglo XX. Y que
las condiciones existentes en el Plioceno son similares a las que se esperan tener con el
cambio climático, que será percibido con el aumento en la temperatura global. En el Plioceno,
la temperatura global era 4ºC superior a la actual. Como ha sido comprobado que la
temperatura superficial del mar no es el único factor que incide en la presencia de los
huracanes, el estudio incorporó más variables que sustentaron una representación
iconográfica. La siguiente imagen ilustra lo anterior.

El Sol es el astro que produce la mayoría de los fenómenos que ocurren en la Tierra. La
fuerza de atracción le permite circular en una trayectoria astronómica. El viento en la Tierra
surge de la evaporación del agua debido al calor de los rayos solares. El sol transmite energía
a los seres vivos por medio de distintos procesos como la fotosíntesis de las plantas. Y sin el
Sol, ningún tipo de vida existiría en el planeta llamado Tierra.
En el interior del tercer planeta del sistema solar también se producen procesos que han sido
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deducidos. Al parecer el planeta Tierra está constituido por cuatro capas, un núcleo duro, un
núcleo externo líquido, un gran manto y la corteza.

La corteza terrestre es la capa rocosa externa de la Tierra, tiene un espesor que va de 7 km


en el fondo del océano a 70 km en las zonas montañosas de los continentes, está dividida en
dos partes, la corteza continental; y la corteza oceánica, que cubre aproximadamente el 75 %
de la superficie planetaria…

Estos enormes bloques, al moverse, dan estabilidad a la gran masa terrestre. Además, se
realizan desplazamientos de enormes placas continentales, han sido identificados tres: a)
divergentes, son aquellos en los que las capas se van separando; b) transformers, son en
los que se deslizan una con respecto a otra; y c) convergentes, son en los que las capas chocan
y producen fenómenos como la subducción, que contribuye con el surgimiento de cordilleras
montañosas y volcanes.

La mayoría de los volcanes están ubicados en el denominado Anillo de Fuego del Pacífico,
que es identificado en el contorno del Océano Pacífico. En el planeta existen súper volcanes
cuya actividad explosiva es capaz de afectar la vida en todo el globo terrestre, como ocurrió
hace aproximadamente 642 mil años cuando se presentó la última erupción del volcán
ubicado en el parque Yellowstone.

Además, el desplazamiento de las placas tectónicas produce sismos propios de su


movimiento natural y algunas zonas son extremadamente activas.
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Los primeros humanos surgieron hace 200 mil años, mientras que los vestigios más antiguos
de civilizaciones se remontan a los 5 mil y hasta 20 mil años antes de Cristo (Göbekli Tepe,
Tell Qaramel, Tell Hamoukar, etcétera). Desde entonces han ocurrido diversos sucesos
catastróficos que han producido la extinción de civilizaciones que aún son enigmáticas para
la ciencia actual.

Esos antecedentes muestran que las catástrofes se han presentado en diversas ocasiones
y que los desastres en los que interviene un fenómeno natural no son un invento de la
modernidad, sino una posibilidad cuando se convive entre manifestaciones extremas de
la naturaleza. Los desastres en la antigüedad guardan características con los actuales,
puesto que resultan de la combinación de varios factores: la exposición, la presencia de
una amenaza natural y las condiciones vulnerables que hacen mayores o menores los
impactos. Desde que el humano habita la Tierra, la sobrevivencia ha representado un
problema, pues depende de la naturaleza y de sus múltiples manifestaciones, ante las
cuales ha tenido que adaptarse

En el territorio que denominamos Estados Unidos Mexicanos (México) se desarrollan


procesos hidrometeorológicos, climáticos y geológicos considerados extremos, a los cuales
está expuesta la mayor parte de su población.
México es el único país afectado por huracanes desde dos océanos: el Atlántico y el Pacífico.
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Este último es más activo y donde se han producido más impactos de ciclones tropicales.
México cuenta con un litoral de cerca de 11,593 kilómetros y dos terceras partes están frente
al Océano Pacífico. El país está dividido en 32 estados, y 17 de ellos se ubican en zona
costera, expuestos a los efectos e impactos de los ciclones tropicales. La mayor cantidad de
muertos en un desastre asociado a un huracán ocurrió en 1976, durante el paso del huracán
Liza, en La Paz, Baja California Sur, donde una presa se desbordó y el agua impactó las casas
que se encontraban a su paso.

En promedio se forman 27 ciclones tropicales con nombre anualmente en ambas cuencas, de


los cuales son 12 en el Atlántico y 15 en el Pacífico mexicano, conforme a los registros entre
1970 y 2019. El año 2005 ha sido la temporada más numerosa de ciclones tropicales, se
formaron 28 en la cuenca Golfo-Atlántico y 15 en la del Pacífico. La frecuencia decadal es
opuesta en las cuencas, cuando incrementan los ciclones en una, disminuyen en otra. El
fenómeno de El Niño influye en la formación de huracanes con mayor número en el Pacífico
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y menos en el Atlántico…

En el siglo XX son considerados Niños fuertes, los registrados entre 1982 y 1983 y entre
1997 y 1998. A continuación, se enlistan dichos fenómenos:

1982: El huracán Paul, Cat 2 impactó en Baja California Sur.


1983: El huracán Tico, Cat 4 impactó en Sinaloa. El huracán Adolfo también impactó en ese
estado.

1997: El huracán Rick, Cat 2 impactó Oaxaca y Chiapas. El huracán Paulina, Cat 4 impactó
Oaxaca y Guerrero. La tormenta tropical Olaf afectó Chiapas y Colima. Y el huracán Nora,
Cat 4 impactó Baja California.

1998: La tormenta tropical Javier impactó Colima. El huracán Isis, Cat 1 impactó BCS y
Sonora.

Debes considerar que, aunque varios de esos ciclones alcanzaron categoría 4, la mayoría
impactaron tierra ya degradados.

Además de los ciclones tropicales, nuestro país está expuesto a múltiples fenómenos
hidrometeorológicos y climáticos, tales como la sequía, la ausencia de lluvias, fenómenos
como El Niño y la Niña, granizadas, inundaciones, marejadas, mareas de tormenta, monzón,
tornados, frentes fríos, ondas de calor, etcétera.
¿Quieres saber más?

Observa las trayectorias de los huracanes producidos en 1982 y 1983, y 1997 y 1998 en:

https://coast.noaa.gov/hurricanes/#map=4/32/-80

El sismo más mortal de nuestro tiempo ocurrió en septiembre de 1985, que destruyó una
porción muy poblada de la Ciudad de México, en el que se estima alcanzó la cifra de 6 mil
muertos. Seguido por los sismos de septiembre de 2017.
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El primero de ellos, ocurrió el 7 de septiembre, de magnitud 8.2 con epicentro al suroeste de


Pijijiapan, Chiapas, el cual fue catalogado por el Servicio Sismológico Nacional como el más
fuerte de los últimos cien años. Afectó en mayor medida a Oaxaca y Chiapas, y ocasionó 99
decesos: 79 de ellos en la primera entidad y 16 en la segunda, mientras que otros cuatro se
registraron en Tabasco. En términos del impacto, tanto en pérdida de vidas humanas como
en el nivel de la infraestructura dañada, el municipio de Juchitán, Oaxaca, resultó ser el más
dañado.

El segundo sismo, de magnitud 7.1, ocurrió el 19 de septiembre, el mismo día que se


conmemoraba el terremoto que devastó a Ciudad de México 32 años antes. El epicentro,
ubicado al sureste de Axochiapan, Morelos, en el límite con Puebla, a 120 kilómetros de la
capital del país, produjo consecuencias devastadoras en la llamada zona de transición en la
antigua zona del lago. Se calcula que el sismo fue percibido por cerca de 40 millones de
personas, y si bien el mayor número de decesos se registró en Ciudad de México con 228,
los efectos se resintieron en las entidades de Morelos, Puebla, estado de México, Guerrero,
Oaxaca y Tlaxcala. La Ciudad de México registró los mayores daños y pérdidas con más de
43 000 millones de pesos.

La actividad sísmica se concentra en algunas regiones de México, principalmente en los


estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco y Nayarit; aunque
también en la zona norte de los estados de Baja California y Sonora se han reportado sismos
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intensos.

México está considerado como uno de los países con más alta sismicidad en el mundo, ya
que en él se concentra alrededor del 6% de la actividad mundial. Esto se debe a que su
territorio se localiza en una región donde interactúan cinco importantes placas tectónicas:
Cocos, Pacifico, Norteamérica, Caribe y Rivera, además de algunas otras fallas regionales o
locales con distintos grados de actividad sísmica, entre las que destacan la de Acambay,
localizada en la zona central, y el sistema de fallas de Ocosingo, en Chiapas, al sur del país.

Las zonas afectadas por sismos comprenden todo el territorio de 11 estados y parte del
territorio de otros 14, abarcando en conjunto más del 50% del total nacional. Por las
características del subsuelo, la Ciudad de México es una de las zonas que presentan mayor
riesgo frente a la ocurrencia de sismos de gran magnitud, como el que se espera se origine en
la brecha sísmica de Guerrero (Mansilla, 1996).
La explosión volcánica más mortal ha sido la del volcán Chichón, en Chiapas, ocurrida en
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1982. Pero el incremento de población en torno a los volcanes más activos de México podría
causar un desastre, ya que la exposición a estas amenazas se ha incrementado notablemente.

Cerca del volcán Ceboruco viven cerca de 97,486 personas. Entorno al Chichón 182,000,
cerca del Paricutín 326,000. Junto al Colima 349,000. Entorno al Popocatépetl 422,000. Y
junto al Tacaná, 511,000. La zona de mayor actividad volcánica la compone el cinturón que
abarca los estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Hidalgo, estado de México,
Ciudad de México, Puebla, Morelos y Veracruz. Sin embargo, el volcán más activo de
México es el de Colima, también llamado Volcán de Fuego.

El volcán que representa el mayor riesgo poblacional es el Popocatépetl. De acuerdo con la


Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI) se
consideran activos los volcanes que se han manifestado en menos de 10,000 años. México
cuenta sólo con 12 volcanes muy activos (Macías y Capra, 2005, p. 10).
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Sabías que...
Los fenómenos geológicos más peligrosos que afectan a México son los sismos y las
erupciones volcánicas.

En la cultura occidental se ha escrito una historia sustentada con diversas fuentes escritas y
tangibles que han mejorado las interpretaciones del pasado. En ella se ubican grandes eventos
como el contacto de la cultura hispana con la mesoamericana, el cual ha dado origen a la
mezcla cultural que caracteriza a los mexicanos. En los últimos 522 años se transformó la
cotidianidad nativa prehispánica y, después de las conquistas y el colonialismo, los procesos
sincréticos culturales han dado lugar a grandes transformaciones productivas,
administrativas, institucionales, territoriales y religiosas.

En el siglo XX se han producido cambios vertiginosos en sintonía con algunos procesos


mundiales, como las dos guerras mundiales, la evolución del sistema mercantil, el libre
comercio y el capitalismo. Los conflictos bélicos históricos mostraron el horror de la
destrucción e hicieron evidente la necesidad de contar con acuerdos internacionales que
protegieran la vida de quienes no participan en las guerras o son víctimas colaterales.
ANTECEDENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO
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Antecedentes del Derecho Internacional Humanitario (guerras, consecuencias de las


guerras, surgimiento de organismos internacionales)

El Derecho Internacional Humanitario proviene de las antiguas culturas, quienes sujetaron


las guerras a ciertas leyes y costumbres. Actualmente es un conjunto de normas que por
razones humanitarias trata de limitar los efectos de los conflictos armados, protegiendo a las
personas que no participan en los combates, además, limita ciertos usos de armas y métodos
de hacer guerra. Está integrado por acuerdos o tratados que son firmados por los Estados que
los reconocen como obligatorios.

¿Quieres saber más?

Consulta la Convención de Viena en:


http://www.ordenjuridico.gob.mx/TratInt/I2.pdf

La Segunda Guerra Mundial influyó en la firma de estos acuerdos internacionales para


proteger los derechos humanos, mayoritariamente aceptados por los Estados y que han dado
forma a documentos como los Convenios de Ginebra de 1949, que son la base del derecho
internacional humanitario, entre ellos el de la Protección Civil.

Estos convenios, después de la Segunda Guerra Mundial, contemplaron la protección de las


víctimas de los conflictos armados, limitaron el uso de ciertas armas de destrucción masiva
y dieron pie a la Convención de la Haya de 1954, donde también se protegieron los bienes
culturales. Ha sido particularmente delicado el tema del uso de armas biológicas, debatido
ampliamente desde la convención de 1972. De igual manera se han firmado acuerdos para
limitar el uso de ciertas armas convencionales, en 1980; se restringieron ciertas armas
químicas, en 1993; se evitaron las minas antipersonales desde 1997 y se ha buscado proteger
la vida de los niños involucrados en los conflictos armados.
La Segunda Guerra Mundial dejó una cifra de 14 millones de combatientes muertos en el
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campo de batalla. Pero, sobre todo, mostró al mundo el poder de la destrucción masiva tanto
de militares e inocentes como de infraestructura arquitectónica y entorno ecológico. Fue
dramático el impacto de las bombas nucleares arrojadas por los Estados Unidos de América
(EUA) en territorio japones en 1945, porque hicieron evidente que era posible la extinción
de la raza humana por medio del poder tecnológico al servicio de las fuerzas bélicas. Y a
pesar de que se firmó el fin de conflicto, la amenaza de la destrucción masiva nuclear
continuó durante la denominada Guerra Fría, protagonizada por los antagónicos Estados
Unidos de América y la Unión Soviética.

Al terminar la Guerra Fría, el medio ambiente se convirtió en un tema fundamental por su


importancia en la preservación de la vida. A la par, nuevas investigaciones mostraron que
existían otros peligros para el humano, en los cuales estaba influyendo él mismo de manera
inconsciente. Sin embargo, en 1985 se logró la firma del Convenio de Viena para la
Protección de la Capa de Ozono que entró en vigor el 22 de septiembre de 1988. Fue
ratificado universalmente, pues el problema de la destrucción de la capa de ozono demostró,
por medio de la opinión pública, su peligrosidad para la raza humana.

El Convenio de Viena ha promovido la cooperación internacional para la investigación


acerca de los impactos que la actividad humana causa en la capa de ozono, así como adoptar
medidas legislativas en contra de actividades que puedan producir efectos adversos en la capa
de ozono.

¿Quieres saber más?


Consulta La Guerra Fría en:
https://www.youtube.com/watch?v=IXeNFCTfbU0
Consulta El Manual del Convenio de Viena. 10ª ed.:
https://observatoriop10.cepal.org/sites/default/files/documents/treaties/vc-handbook-2016-
spanish.pdf
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INSTRUMENTOS INTERNACIONALES EN MATERIA DE PROTECCIÓN CIVIL
Y GESTIÓN INTEGRAL DE RIESGOS

Entre los años 70 y 80 las diversas catástrofes tecnológicas causaron el cuestionamiento


acerca de los riesgos que estaban implícitos en los desarrollos tecnológicos. Con base en
observaciones directas, la antropóloga Mary Douglas identificó que algunas comunidades e
individuos están dispuestos a aceptar ciertos riesgos, mientras que rechazan otros (Douglas,
1985); y que la comodidad permite aceptar la contaminación ambiental, a pesar de sus
consecuencias para la salud; en parte por un fenómeno social conocido como inmunidad
subjetiva, el cual se manifiesta cuando los individuos piensan que están exentos de padecer
un desastre o un accidente.

Lo que caracteriza la época contemporánea es el establecimiento de instancias y de políticas


internacionales para hacer frente a diversas situaciones riesgosas. Esta dinámica es
particularmente notable en las áreas de sanidad y del medio ambiente (Revet, 2011).

La contaminación por una nube nuclear, las epidemias y algunos huracanes como Mitch,
afectan a varios países a la vez, lo cual hace evidente que se requiere una amplia intervención
para ciertas amenazas. Sin embargo, en algunas naciones el tema de la protección civil es
prioritario, mientras que para otras ha sido una imposición del modelo hegemónico
norteamericano. En Latinoamérica, hasta nuestros días se realizan acciones para actualizar
los protocolos de protección civil.

¿Quieres saber más?

Consulta El Desastre nuclear de Chernobyl:


https://www.youtube.com/watch?v=tShaE0d-tWA
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La cooperación internacional ha sido fundamental para enfrentar desastres.

En 1927, un tratado firmado por 19 países, 16 en el marco de la Sociedad de las Naciones,


implementa la Unión Internacional de Socorros, estableciendo así las bases de una asistencia
común entre los países firmantes. Sin embargo, en 1932 esta disposición caducó casi
inmediatamente debido a la Segunda Guerra Mundial (Revet, 2011).

Durante la Guerra Fría, distintas organizaciones enfocaron ciertos esfuerzos en la atención a


las víctimas y el socorro en el seno de las Naciones Unidas, cada agencia operaba según su
mandato: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(Food and Agriculture Organization, FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (World
Food Programme, WFP) para el suministro de la ayuda alimenticia, la Organización Mundial
de la Salud (World Health Organization, WHO) para la vigilancia de las epidemias y la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Office of the
United Nations High Commissioner for Refugees, UNHCR) para la puesta en práctica de
eventuales desplazamientos de población.

En noviembre de 1970, el ciclón tropical Bhola detonó un desastre en Bangladesh (antiguo


Pakistán), que causó la mayor cantidad de muertos registrados en la historia alrededor de
500,000, se considera el huracán más mortal que ha ocurrido.

A raíz de este evento, se constituyó un movimiento de internacionalización de socorros a través


de la Organización de las Naciones Unidas para Ayuda de Desastres (United Nations Disaster
Relief Organization, UNDRO).
En diciembre de 1971 se fundó la UNDRO con la finalidad de movilizar, dirigir y coordinar
23
actividades de ayuda de las diferentes organizaciones del Sistema de las Naciones Unidas
para responder a la solicitud de ayuda de un país impactado por un fenómeno que ocasionara
un desastre. Esta organización dejó de existir en 1992, cuando se incorporó al Departamento
de Asuntos Humanitarios, que actualmente es la Oficina de Naciones Unidas para la
Coordinación de Asuntos Humanitarios, conocida como OCHA (Office for the Coordination
of Humanitarian Affairs).

Uno de los instrumentos internacionales en materia de protección civil es el Manual para la


Evaluación de Desastres, que consiste en una metodología para la evaluación de desatres
desarrollada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 1991.

Surgió después del terremoto de Managua que azotó la capital nicaragüense en diciembre de
1972. tras participar en más de 90 estimaciones de los efectos e impactos sociales,
ambientales y económicos de desastres en 28 países de la región (entre ellos, 15 de los 20
desastres más letales acaecidos en América Latina y el Caribe en los últimos 40 años). En los
más de 90 desastres evaluados por la CEPAL de 1972 a 2014 se han registrado
aproximadamente 310, 000 fallecimientos y 34 millones de personas afectadas con un costo
de 213, 000 millones de dólares a precios del año 2000.

Por lo anterior, en 1991 la experiencia acumulada por la CEPAL en esta materia fue plasmada
en la primera edición del Manual para la Evaluación de Desastres, a cargo de Roberto Jovel.
Tras esta publicación, el Banco Mundial comenzó́ a usar esa metodología en países fuera de
la región. A la fecha, se ha empleado en 40 países de otros continentes, fundamentalmente
África y Asia.

Surgió después del terremoto de Managua que azotó la capital nicaragüense en diciembre de
1972. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) lo propuso en 1991
tras participar en más de 90 estimaciones de los efectos e impactos sociales, ambientales y
económicos de desastres en 28 países de la región (entre ellos, 15 de los 20 desastres más
letales acaecidos en América Latina y el Caribe en los últimos 40 años). En los desastres
evaluados por esa entidad se han registrado aproximadamente 310, 000 fallecimientos y 30
24
millones de personas afectadas con un costo de 213, 000 millones de dólares a precios del
año 2000.

En 2003 se publicó́ una segunda edición bajo la dirección de Ricardo Zapata, un esfuerzo
que contribuyó a la difusión de esta metodología y a la “transferencia de conocimiento sobre
la materia a gobiernos de la región” (Bárcena, 2014). En 2014 se publicó la tercera edición
del Manual.

En 2008, la Unión Europea (UE), el Banco Mundial (BM) y el Grupo de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (GNUD) acordaron movilizar sus instituciones y recursos para armonizar
los métodos de evaluación post desastre a fin de brindar un mejor apoyo a los gobiernos y las
poblaciones afectadas a través de un accionar coordinado. Derivado de esto se realizó la Guía
para la Evaluación de Necesidades Post Desastre (PDNA por sus siglas en inglés). Los
Lineamientos del PDNA fueron elaborados con la finalidad de que sirvan como plataforma
para el trabajo armonizado y la acción coordinada en la evaluación post desastre y la
planificación de la recuperación. Están destinados a articular el proceso y los métodos
utilizados por las Naciones Unidas, la Unión Europea y el Banco Mundial para evaluar,
planificar y movilizar el apoyo para la recuperación de los países y las poblaciones afectadas
por desastres.

La guía fue desarrollada por funcionarios de las agencias de las Naciones Unidas, la Unión
Europea y del Banco Mundial mediante la aplicación de una serie de acuerdos institucionales
relacionados con la cooperación en etapas posteriores a una crisis y abarca las diversas
evaluaciones y técnicas de planificación aplicadas por las agencias de las Naciones Unidas,
y el método de evaluación de daños, pérdidas y necesidades elaborado por la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y aplicado por el Banco Mundial.
En materia de prevención, desde los años 70, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (United Nations Development Programme, UNDP) y la FAO establecieron un
sistema de alerta para supervisar la evolución de las sequías y de las hambrunas, mientras
que la Organización Meteorológica Mundial (World Meteorological Organization, WMO) y
la Unión Internacional de Telecomunicaciones (International Telecommunication Union,
25
ITU) se han movilizado en las áreas de la predicción de tormentas y de la rapidez del sistema
de comunicaciones intercontinentales (Revet, 2011). Sin embargo, los mayores esfuerzos
preventivos surgieron después de que se visibilizó la proporción del problema de los
desastres. La información contenida en las organizaciones del llamado primer mundo les
permitía participar en labores de asistencialismo.

Pero en los años noventa se hizo evidente que hacía falta ampliar el panorama de los riesgos
y los desastres. Por lo anterior, Naciones Unidas declaró los años 1990 – 1999, como el
Decenio Internacional de Prevención de Catástrofes Naturales (DIRDN).

El geofísico estadounidense Frank Press, ex consejero científico del presidente Carter de


1977 a 1980 y presidente de la Academia Nacional de Ciencias de E.U.A de 1981 a 1993
(bajo la administración de Reagan y después bajo la de George H. Bush), evocó por primera
vez la idea de un decenio internacional sobre el tema de las catástrofes "naturales" en 1984,
en el VIII Congreso Internacional de Ingeniería Sísmica. Durante varios años se dedicó a
fortalecer la propuesta y buscar investigadores que representaran a una gran cantidad de
países para que pudieran contribuir con conocimiento sobre riesgos y desastres.

La propuesta de la ONU tuvo cinco objetivos principales, que fueron adoptados en la


Conferencia Mundial para la Reducción de los Desastres Naturales, realizada en Yokohama,
Japón en mayo de 1994, los cuales se muestran a continuación:
26

Los avances y logros fueron expuestos en diversos medios y encuentros, uno de los más
célebres, la Conferencia Mundial en Yokohama en 1994, fue la primera Conferencia de las
Naciones Unidas organizada sobre el tema de la reducción de riesgos y de catástrofes
“naturales".

De 1990 a 1999, la contribución de los científicos es innegable y se observó́ una


transformación significativa, sobre todo en la creciente influencia de las ciencias sociales en
el estudio del riesgo y los desastres, abriendo brecha en la hegemonía de las ciencias naturales
27

En 1992, en Costa Rica, se conformó el grupo Red de Estudios Sociales en Prevención de


Desastres en América Latina llamado La RED, en parte como respuesta al enfoque ingenieril
y de las ciencias naturales sobre la investigación de las amenazas y desastres promovida por
Naciones Unidas.

Desde La RED, diversos académicos, instituciones, grupos no gubernamentales de diferentes


países han promovido, hasta nuestros días, el estudio social de los riesgos y desastres; en
particular en los países menos desarrollados o en desarrollo, principalmente de
Latinoamérica.

La RED promovió un enfoque constructivista que profundiza en los antecedentes históricos


y las relaciones sociales, políticas, culturales y medioambientales que explican la
construcción social del riesgo y del desastre. Se hizo evidente que, aunque algunos
fenómenos son destructivos, no todos son devastadores, pues la vulnerabilidad es el agente
social activo que determina el grado del desastre.

¿Quieres saber más?

Consulta La RED:
https://www.desenredando.org
La evidencia empírica y la reflexión teórica han documentado los desastres más significativos
28
de cada continente en los últimos 30 años. Durante ese lapso también se han evidenciado
algunos enfoques que perduran en la identificación de los riesgos, en la caracterización del
desastre y en la protección de los humanos ante las amenazas de origen natural y antrópico.

En 30 años de debate es claro que las sociedades del mundo conviven con distintas amenazas
y prácticamente ningún humano está exento de algún impacto desastroso durante su vida. Sin
embargo, las variables que contienen los conceptos han marcado cambios muy notables en
el significado de algunos que son paradigmáticos como riesgo, desastre, desastre natural y
vulnerabilidad, con discursos divergentes o complementarios dentro de la teoría general de
los estudios sociales de riesgos y desastres (Padilla, 2014).

En diciembre de 1999, la Asamblea General de la ONU adoptó la Estrategia Internacional


para la Reducción de Desastres (International Strategy for Disaster Reduction, ISDR), y
estableció la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres
(UNDRR), que es la secretaría encargada de velar por su aplicación.

La Estrategia Internacional refleja un cambio muy importante para pasar del énfasis
tradicional en la respuesta frente a los desastres a la reducción de éstos, para lo cual busca
promover una “cultura de prevención" (UNDRR). Se basa en la experiencia adquirida
durante el Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN) 1990-
1999, pero se formó con un equipo menor que el del DIRDN,.

Tras el tsunami de 2004 en el sudeste de Asia se realizó la Conferencia de Kobe organizada


por la ISDR en 2005. La mediatización y la conmoción que suscitó a nivel internacional esta
catástrofe impulsaron la temática de los riesgos y de los desastres al primer lugar en todas las
agendas, debates e introducciones de informes o textos producidos en los meses y años
siguientes.
Con evidencia de diversos casos, se hizo notable que el asistencialismo no resuelve el
29
problema de la vulnerabilidad de los países, y que la vulnerabilidad es la condición que hace
que un desastre tenga menores o mayores proporciones.

Ante ese panorama, se propuso enfocar los esfuerzos en reducir las vulnerabilidades a los
peligros naturales a través de distintos mecanismos.

Para ello se planteó el Marco de Acción de Hyogo a través de una resolución de la Asamblea
General de la ONU en diciembre de 2005. El Marco de Acción de Hyogo (Hyogo Framework
for Action, HFA), se hizo operativo para el periodo 2005-2015, y fue adoptado por los 168
países y por las organizaciones que participaron en la conferencia de Kobe, donde se
pretendió definir las acciones prioritarias que se aplicarían para reducir las vulnerabilidades
ante los desastres.

El sucesor del Marco de Acción de Hyogo es el Marco de Sendai para la Reducción del
Riesgo de Desastres 2015-2030 que consta de siete objetivos y cuatro prioridades de acción
y busca la reducción sustancial del riesgo de desastres y que las comunidades sean más
seguras y resilientes ante desastres.

¿Quieres saber más?

Consulta la siguiente página web para conocer más sobre las acciones de
UNISDR.
http://www.unisdr.org/

Así, la Asamblea Internacional para la Reducción de Desastres se presentó desde entonces


como un sistema de alianzas que incluye gobiernos, organizaciones intergubernamentales y
no gubernamentales, instituciones financieras internacionales, actores científicos y técnicos
del sector privado. (Revet, 2011).

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una organización que surgió
posterior a la Segunda Guerra Mundial con el propósito de mantener la paz en el mundo.
30
Sin embargo, también ha ampliado sus perspectivas y participa en operaciones de socorro
ante desastres. Particularmente su participación se vio fortalecida después de los atentados
del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, ya que evolucionó la noción de seguridad, y
colocó en el mismo nivel a las amenazas terroristas, los riesgos naturales y las catástrofes
tecnológicas, principalmente mediante el concepto de seguridad global y de administración
de todos los riesgos (all hazards management).

Gradualmente la OTAN se ha consolidado cada vez más como una organización de gestión
del riesgo que se centra en las amenazas futuras. Sus operaciones de prevención de riesgos
en Ucrania o en Asia Central demuestran este reposicionamiento. Aunque no todos los
miembros de la Alianza tienen un consenso real en las transformaciones del papel de la
OTAN en términos de protección civil, algunos quisieran ver en el futuro en la Alianza una
agencia de seguridad global.

Sin embargo, las amenazas -naturales y las tecnológicas o terroristas- son presentadas como
permanentes, y el mundo es percibido como día a día más "vulnerable" en razón de las
actividades antrópicas, de la urbanización creciente y del cambio climático (Revet, 2011).

¿Quieres saber más?


Consulta Historia de la OTAN – video cronología:
https://www.youtube.com/watch?v=7R64xzfGW6c

Como se ha expuesto, son diversas las organizaciones e instituciones que han enfocado sus esfuerzos
en la respuesta, rehabilitación y reconstrucción tras un desastre. Sin embargo, son pocas las que han
promovido un enfoque en la denominada Gestión Integral del Riesgo de Desastre (GIRD).

Con la GIRD, se hizo evidente que era necesario capacitar a la población para mejorar sus
capacidades de respuesta ante las amenazas naturales. Por ello se promovió la Gestión de Riesgo
de Desastres (GRD), para llevar a cabo acciones de prevención y preparación, además de
procurar atender oportunamente las emergencias y manejar de la mejor manera los desastres.
A pesar de la perspectiva de la GIRD aún predominaba la idea de que el fenómeno natural
31
era el desastre y que por lo tanto los desastres eran inevitables. Esta idea aún está presente en
los sectores menos informados, y aún siguen confundiendo a los fenómenos con “desastres
naturales”.

Sin embargo, desde la década de los ochenta, algunos estudios latinoamericanos ya insistían
en que el factor presente en todos los desastres era la sociedad y que las condiciones de
vulnerabilidad social influían en la intensidad del desastre. La Gestión Integral de Riesgos
de Desastre no es una invención reciente, en realidad es un concepto para denominar lo que
las comunidades indígenas han realizado a lo largo de siglos, para enfrentar las inclemencias
del medio ambiente. Y en el plano urbano se aplica para identificar las formas como las
comunidades citadinas se defienden del medio ambiente y de las condiciones riesgosas.

El especialista en riesgos, el colombiano Gustavo Wilches-Chaux, coincide en que la Gestión


de Riesgos “es un proceso social complejo cuyo fin último es la reducción o la previsión y
control permanente del riesgo de desastre en la sociedad en consonancia con, e integrada al
logro de pautas de desarrollo humano, económico, ambiental y territorial, sostenibles”.

En principio, admite distintos niveles de intervención que van desde lo global, integral,
sectorial y macro-territorial hasta lo local, lo comunitario y lo familiar. Además, requiere de
la existencia de sistemas o estructuras organizacionales e institucionales que representan
estos niveles y que reúnen bajo modalidades de coordinación establecidas y con roles
diferenciados acordados a aquellas instancias colectivas de representación social de los
32
diferentes actores e intereses que juegan un papel en la construcción de riesgo y en su
reducción, previsión y control (Wilches-Chaux, 2008).

FACTORES QUE COMPONEN LA PROTECCIÓN CIVIL

DESASTRE

En la Ley General de Protección Civil (2012) se define al desastre como “el resultado de la
ocurrencia de uno o más agentes perturbadores severos y/o extremos, concatenados o no, de
origen natural o de la actividad humana, que cuando acontecen en un tiempo y en una zona
determinada, causan daños y que por su magnitud exceden la capacidad de respuesta de la
comunidad afectada” (p. 2). Sin embargo, la palabra desastre tiene antecedentes muy
antiguos. Según el historiador Gerrit Jasper Schenk, la palabra desastre tiene por equivalente
en alemán las palabras desaster o unstern, que significan "bajo una mala estrella” (Jasper,
2007, p. 12). Explica que en las lenguas romances como el francés se refieren a désastre y en
italiano a disastro, porque al parecer en el antiguo mundo era común creer que ciertas
constelaciones de estrellas eran las responsables de eventos fatídicos para la vida de los
humanos.

¿Quieres saber más?

Consulta el video del Banco Mundial en América Latina y el Caribe para profundizar en el concepto de desastre.

https://www.youtube.com/watch?v=sZZFuz0gZrQ

Entre las categorías más básicas para diferenciar a los desastres se hace distinción entre los
detonados por algún fenómeno natural y los desastres asociados a la intervención humana,
también llamados antrópicos.
En esta definición de desastres de origen antrópicos se incluyen las guerras, las explosiones
33
de químicos, la contaminación ambiental, las emisiones de CO2 a la atmósfera, el efecto
invernadero, el calentamiento global y el cambio climático. Otra categoría para distinguir los
desastres se hizo notable después de los impactos del huracán Mitch en 1988 en Honduras y
varios países de la región. A raíz de este huracán, se consideró que por su gran zona de
impactos ciertos desastres traspasan fronteras y tienen la capacidad de afectar poblaciones en
distintos países con diferentes grados de vulnerabilidad.

Así, mientras algunos desastres pueden ser considerados regionales, otros, como el detonado
por Mitch, son denominados desastres internacionales.

Además de desastres crónicos también se distinguen otras categorías como desastres


pequeños, medianos y grandes (Lavell, 1993).

Se consideran pequeños desastres a los que, sin llegar a causar una catástrofe, generan
alteraciones en la cotidianidad, afectan económicamente las estructuras sociopolíticas locales
e implican periodos cortos de recuperación. Sin embargo, se ha documentado que estos
pequeños desastres suelen menguar gradualmente la resistencia ante un fenómeno extremo y
al producirse un impacto mayor contribuyen en que el desastre sea mayor. También Alan
Lavell explica que “los recurrentes pequeños eventos erosionan de continuo la capacidad de
desarrollo de las zonas y poblados afectados, y conducen a una inexorable acumulación de
vulnerabilidades, que hace que el efecto de los grandes desastres sea más agudo una vez que
suceden” (Lavell, 2000, p. 6). Los medianos desastres “son aquellos que atraen la atención
de los medios regionales y la recuperación se alcanza con capitales nacionales/estatales” (De
la Parra, 2009, p. 19). Los grandes desastres producen daños mayores a un millón de dólares,
se reportan más de 100 muertos y atraen la atención nacional e internacional de los medios
masivos de información, por lo cual se reciben diversos apoyos extranjeros (De la Parra,
34
2009).

Recientemente se han utilizado otras categorías para denominar a los desastres como
intensivos y extensivos. Por desastres intensivos se denomina a los sucesos en que se
reportaron 25 o más muertes o fueron destruidas 300 o más viviendas. Por desastres
extensivos, en los que mueren menos de 25 personas o se dañan menos de 300 viviendas
(UNISDR, 2013, p. 14).

El CENAPRED publicó que entre los años 2000 a 2019 han fallecido en México 3,772
personas como consecuencia de la presencia de desastres detonados por fenómenos de origen
natural y los costos por los daños durante el mismo periodo han ascendido a poco más de
521,307 millones de pesos. Para el caso de los fenómenos de origen hidrometeorológico,
estos son los causantes de la muerte de 2,929 defunciones y han generado daños por alrededor
de 421,169 millones de pesos durante el periodo señalado.
35

Durante siglos han perdurado dos ideas fundamentales con relación a los desastres; la primera
es que son actos de Dios y ocurren como un castigo divino ocasionado por una divinidad ante
ciertas violaciones a sus códigos de conducta moral. La segunda es que los desastres son
actos de la naturaleza, que son inevitables y serán prevenibles cuando el humano controle la
naturaleza. Para los antropólogos los desastres son “procesos que se desarrollan a través del
tiempo, y sus orígenes están profundamente arraigados en la historia social. Como tal, los
desastres tienen raíces históricas, que se desarrollan en el presente, y en el futuro que los
procede de acuerdo con las formas de reconstrucción que se llevan a cabo. Estos problemas
se refieren directamente a la relación entre los humanos y la naturaleza y con las estrategias
para formas más sostenibles de desarrollo” (Oliver-Smith, 2009).

Los desastres básicamente resultan de la combinación de los siguientes factores: una


población vulnerable, un peligro o una amenaza que supera las capacidades de preparación,
prevención y respuesta, y algún grado de exposición a la amenaza.

Recientemente se ha argumentado que los desastres son un problema mundial, pues se


presentan en todo el globo terráqueo donde existen condiciones de exposición a ciertas
amenazas, donde se acumulan diferentes grados de vulnerabilidad que el modelo capitalista
no ha logrado revertir en escenarios equitativos de bienestar social, y donde algunas
comunidades no han desarrollado capacidades de respuesta y recuperación apropiadas. Las
36
cifras económicas son un reflejo cuantitativo de los impactos de los desastres, las
incapacidades organizativas y las vulnerabilidades presentes en las sociedades.

¿Quieres saber más?

Consulta el video Ceniza de pueblo. Memoria oral del ciclón de Minatitlán


de 1959 en el siguiente vínculo para conocer un caso real de un fenómeno
hidrometeorológico.

https://www.youtube.com/watch?v=fMLWx98bgSc

RIESGO

La Ley General de Protección Civil (2012 última reforma en 2018) define riesgo como los
“daños o pérdidas probables sobre un agente afectable, resultado de la interacción entre su
vulnerabilidad y la presencia de un agente perturbador”. Considera como riesgo inminente,
“aquel riesgo que, según la opinión de una instancia técnica especializada, debe considerar
la realización de acciones inmediatas en virtud de existir condiciones o altas probabilidades
de que se produzcan los efectos adversos sobre un agente afectable”.

El riesgo también tiene antecedentes antiguos, la historiadora Margarita Gascón (2009)


considera que proviene del idioma árabe clásico rizq que significa “lo que depara la
providencia” y que ingresó al castellano desde el italiano risico o rischio. El sociólogo francés
Peretti-Watel señala que proviene del latín resecum y estaba asociado a los riesgos de los
marineros y los cargamentos comerciales. Precisa que en el romano rixicare existe relación
con reñir que cambia la idea por combate en lugar de peligro (Peretti-Watel, 2007, p. 10). El
ingeniero civil y especialista en gestión de desastres Omar Darío Cardona precisa que en el
griego se encuentra la raíz en la palabra rhiza, que "hace alusión a los peligros de navegar en
un arrecife" (Cardona, 2001, p. 6).

Según el sociólogo Niklas Luhmann, el antecedente más remoto del concepto riesgo surgió
en algún momento del siglo XV, pero fue con la imprenta, después de 1544, cuando se
popularizó principalmente socializado por los marineros que requerían seguros mercantiles
37
para proteger sus mercancías durante los largos traslados (Luhmann, 2006). El riesgo fue un
concepto que se usó durante siglos sin mucha reflexión a profundidad y con un sentido
principalmente pragmático, por ello se ha utilizado como sinónimo de amenaza, fenómeno
natural y peligro, y fue incorporado al lenguaje económico y comercial para explicar la
incertidumbre y la protección de los productos cada vez más demandados por la modernidad.

El concepto de riesgo en los estudios de desastres sigue sin consenso, pues mientras el
enfoque de las ciencias naturales lo considera una probabilidad de sufrir un daño, los estudios
culturales lo ubican en la percepción simbólica y los estudios sociales consideran que el
riesgo es igual a la amenaza por la vulnerabilidad.

Donde amenaza se refiere al fenómeno natural que puede afectar diferentes lugares
independientes o en combinación y en distintos momentos (Wisner, 2004, p. 49). La
vulnerabilidad se supone particular para un tipo de amenaza en específico, en un tiempo dado
y con cierto tipo de exposición y población. Aunque simplificada, la fórmula guarda variables
debatibles que son distintas en cada caso de estudio.

¿Quieres saber más?

Visualiza en el siguiente vínculo el video Condiciones de riesgo de desastres en zonas urbanas.

https://www.youtube.com/watch?v=7FIdsbmtg7w

Consulta el documento de García-Acosta, El riesgo como construcción social y la construcción social de riesgos
para ampliar tus conocimientos sobre la noción de desastre:

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13901902

AMENAZA

Las ciencias naturales identifican las amenazas por las características físicas del agente
natural u otro tipo de agente como podrían serlas sustancias químicas.

El otro ingrediente principal es la sociedad, propensa a sufrir algún tipo de daño.


Las ciencias naturales identifican las amenazas por las características físicas del agente
38
natural u otro tipo de agente como podrían ser los químicos; ciencias naturales clasifican a
las amenazas en distintas categorías que se muestran en seguida.

• Amenazas geofísicas: Sismos, deslizamientos, derrumbes y erupciones volcánicas,


entre otras.
• Amenazas climáticas y meteorológicas: Sequía, inundación, huracán, lluvia
torrencial, helada, viento, etcétera.
• Menazas biológicas o químicas: Derrames y fugas de sustancias químicas, incendios,
explosiones, radiaciones y epidemias, entre otras.
• Amenazas sociales: Concentraciones masivas, guerras, rebeliones, etcétera.

En cambio, para los estudios sociales del riesgo y los desastres, la amenaza está asociada con
un fenómeno natural o de otro tipo, pero su factor amenazante está condicionado por la
exposición, la vulnerabilidad y las capacidades organizativas de respuesta social.

Por lo anterior, una amenaza es “cualquier fenómeno o proceso de cualquier origen, cuya
ocurrencia pueda generar efectos que representen un peligro o una serie de peligros para el
territorio (comunidades y ecosistemas) en el cual se llegue a materializar” (Wilches-Chaux,
2008).

Los estudios sociales han clasificado a las amenazas según distintas categorías que se
muestran a continuación:
Amenazas naturales: “fenómenos o procesos a través de los cuales se expresa la dinámica de
39
la naturaleza, tales como los terremotos, los tsunamis o las erupciones volcánicas” (Wilches-
Chaux, 2008).

Amenazas antrópicas: “atribuibles sin lugar a dudas a causas humanas” (Wilches-Chaux,


2008).

Amenazas socio – naturales: “cuando las amenazas se manifiestan como fenómenos


aparentemente naturales, pero en cuya generación han intervenido directa o indirectamente
procesos antrópicos” (Wilches-Chaux, 2008). Las amenazas socio naturales son las
consecuencias a corto o mediano plazo de las acciones conscientes o inconscientes del
humano sobre el medio ambiente convertido en amenaza en algún momento. En el caso de
los huracanes, precisa Maskrey (1998), aunque estos fenómenos intensos son considerados
fenómenos naturales, la magnitud de las inundaciones y deslizamientos en asentamientos
humanos son determinados por los procesos sociales que producen amenazas socio naturales
como la deforestación, extracción de agua subterránea, sobrepastoreo, minería a tajo abierto,
destrucción de manglares y construcción de infraestructura, como represas y carreteras.

Por otra parte, de acuerdo con la publicación Diagnóstico de Peligros e Identificación de


Riesgos de Desastres en México (CENAPRED, 2001) el riesgo se puede expresar a través de
una formulación probabilística, que en su planteamiento más general se expresa de la manera
que se describe a continuación.
Se llama peligro (P), a la probabilidad de que se presente un evento de cierta intensidad, tal
que pueda ocasionar daños en un sitio dado.

Se define como grado de exposición (E), a la cantidad de personas, bienes y sistemas que se
encuentran en el sitio considerado y que es factible sean dañados por el evento. Se llama
vulnerabilidad (V), a la propensión de estos sistemas a ser afectados por el evento; la
vulnerabilidad se expresa como una probabilidad de daño.

Finalmente, el riesgo es el resultado de los tres factores, que se obtiene como:

Riesgo = Peligro × Exposición × Vulnerabilidad


R=P×E×V
En este esquema, el riesgo se expresa como un resultado posible de un evento; ya que P y V
40
son dos probabilidades; si E se puede expresar en términos monetarios, R resulta igual a la
fracción del costo total de los sistemas expuestos que se espera sea afectada por el evento en
cuestión.

¿Quieres saber más?

Consulta el Atlas Nacional de Riesgos en la siguiente página web para conocer el instrumento tecnológico que
ha diseñado el CENAPRED para la identificación y el análisis de riesgos:

http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx

VULNERABILIDAD

De acuerdo con la Ley General de Protección Civil (2012), la vulnerabilidad es la


“susceptibilidad o propensión de un agente afectable a sufrir daños o pérdidas ante la
presencia de un agente perturbador, determinado por factores físicos, sociales, económicos y
ambientales” (p. 4). Por lo anterior, la vulnerabilidad determina que un desastre sea de
mayores o menores proporciones.
Sin embargo, existen distintos modelos para explicar la vulnerabilidad. Algunas agencias e
41
instituciones suelen identificar este concepto casi como un formato, por medio de encuestas
o sondeos después de cada desastre para obtener un informe. Pero el concepto vulnerabilidad
en los estudios de desastres profundiza y busca comprender las causas que los producen, es
decir, el funcionamiento y las relaciones de los sistemas económico, político y sociocultural,
que conviven con la naturaleza y permiten la existencia y persistencia de diversas
características que hacen vulnerables a individuos y grupos ante ciertas amenazas.

Gustavo Wilches-Chaux explicó este concepto a través del modelo de la vulnerabilidad


global y lo definió como “la incapacidad de una comunidad para absorber, mediante el
autoajuste, los efectos de un determinado cambio en su medio ambiente, o sea su
inflexibilidad o incapacidad para adaptarse a ese cambio” (Wilches-Chaux, 1993).

Luego, el mismo Wilches-Chaux caracterizó la vulnerabilidad global en diez categorías muy


acotadas: natural, física, ecológica, social, política, cultural, ideológica, educativa, económica,
institucional o técnica. Por su parte, Omar Darío Cardona (2001) reflexionó que la vulnerabilidad
depende de quien la observa y de qué elementos son incorporados. Retomó la propuesta del modelo
de vulnerabilidad global de Wilches-Chaux y realizó un modelo más incluyente, redujo el número de
categorías, las llamó “dimensiones de la vulnerabilidad” y las definió de la siguiente manera:
Dimensión física: expresa las características de ubicación en áreas propensas y las
42
deficiencias de resistencia de los elementos expuestos, de los que depende su capacidad de
absorber la acción del suceso que representa la amenaza. La sismo resistencia de un edificio,
la ubicación de una comunidad en el área de influencia de un deslizamiento o en el cauce de
un río son ejemplos de la dimensión física de la vulnerabilidad.

Dimensión económica: los sectores económicamente más deprimidos son los más
vulnerables. La pobreza aumenta la vulnerabilidad. Local e individualmente este aspecto se
expresa en desempleo, insuficiencia de ingresos, dificultad o imposibilidad de acceso a los
servicios. En la esfera nacional se traduce en una excesiva dependencia económica de
factores externos incontrolables, la falta de diversificación de la base económica, las
restricciones al comercio internacional y la imposibilidad de políticas monetarias.

Dimensión social: cuanto más integrada esté una comunidad, superando los inconvenientes
que suelen presentarse, le resultará más fácil absorber las consecuencias de un desastre y
podrá reaccionar con mayor rapidez que una comunidad sin esas condiciones. Las sociedades
pueden ser más o menos vulnerables en el sentido que pueden reaccionar como grupo
organizado, mediante procesos de autoorganización, o con intereses particulares primando
sobre los grupales, con relaciones más estrechas entre sus integrantes, o relaciones
meramente circunstanciales.

Dimensión educativa: se expresa en una educación deficiente o que no tiene una buena
cobertura en una comunidad propensa. La ausencia de conocimiento sobre las causas, los
efectos y las razones por las cuales se presentan desastres, el desconocimiento de la historia
y la falta de preparación y desconocimiento del comportamiento individual y colectivo en
caso de desastre son aspectos que hacen que una comunidad sea más vulnerable. Igualmente,
la falta de socialización de la información aumenta la vulnerabilidad.

Dimensión política: se expresa en el nivel de autonomía que tiene una comunidad con
respecto a sus recursos y para la toma de decisiones que la afectan. La comunidad se hace
más vulnerable bajo esquemas centralistas en la toma de decisiones y en la organización
gubernamental. La debilidad en los niveles de autonomía para decidir regional o localmente
impide una mayor adecuación de las acciones a los problemas sentidos en estos niveles
territoriales. En la medida que la comunidad participe más en las decisiones que le atañen
43
será menos vulnerable.

Dimensión territorial: está relacionada con las dificultades que tienen las instituciones para
hacer gestión del riesgo, situación que se refleja en la falta de preparación para responder
ante un suceso, o cuando sabiendo que existe el riesgo no llevan a cabo acciones eficientes y
efectivas para reducirlo o mitigarlo. Se expresa en la falta de flexibilidad de las instituciones,
en el exceso de burocracia, en el hecho de que prevalece la decisión política y el
protagonismo.

Dimensión ambiental: hay un aumento de la vulnerabilidad cuando el modelo de desarrollo


no está basado en la convivencia sino en la explotación inadecuada y la destrucción de los
recursos naturales. Esta circunstancia necesariamente conduce al deterioro de los ecosistemas
y al aumento de la vulnerabilidad debido a la incapacidad de auto ajustarse para compensar
los efectos directos o indirectos de la acción humana o de sucesos de la misma naturaleza.

Dimensión cultural: esta dimensión de la vulnerabilidad está referida a la forma en que los
individuos se ven a sí mismos en la sociedad y como colectividad, lo que en ocasiones influye
de manera negativa debido a estereotipos perniciosos que no se cuestionan y que se
consolidan. Al respecto juegan un papel crucial los medios de comunicación, puesto que
contribuyen a la utilización sesgada de imágenes o la transmisión de información ligera o
imprecisa sobre el medio ambiente, la misma sociedad y los desastres.

Dimensión ideológica: está relacionada con las ideas o creencias que tienen las personas
sobre el devenir y los hechos del mundo. Se expresa en actitudes pasivas, fatalistas y
creencias religiosas que limitan la capacidad de actuar de los individuos en ciertas
circunstancias. La percepción dogmática de las cosas puede generar confusión acerca de un
propósito, falta de reacción y muchas veces pérdida de la motivación, que debilitan una
acción transformadora.

Los modelos propuestos por Wilches-Chaux y Cardona definen la vulnerabilidad como


una condición o circunstancia principalmente dinámica o cambiante, pero fueron
conscientes que es “un proceso acumulativo de fragilidades, deficiencias o limitaciones
que permanecen en el tiempo como factores que inciden en que exista o no una mayor
44
o menor vulnerabilidad” (Cardona, 2001).

Por lo anterior, la dimensión temporal es importante para comprender que algunas


vulnerabilidades se construyen durante cortos, medianos y amplios periodos , que a veces
toman siglos y son producto de procesos que pudieron ocurrir en el pasado como la
colonización del continente americano, la conquista de los indígenas y la apropiación de
territorios, restricciones territoriales, arreglos político-económicos, cambios de modelos
culturales e imposición de esquemas culturales con relación a la naturaleza.

Otro modelo muy influyente es el propuesto por Ben Wisner y otros geógrafos. Se trata de
un modelo de macro y micro escala en el cual hay dos polos, por un lado, está el sistema
político y económico y por el otro entorno natural, y al centro se producen las dinámicas de
presión y condiciones inseguras, que son múltiples variables que deben ser consideradas con
un estudio y enfoque local y nacional, y partir de relaciones de producción, subsistencia,
arreglos, condiciones riesgosas, etcétera. Los creadores del modelo PAR coinciden en que
“las dinámicas de presión y las condiciones inseguras están sujetas a cambios, y en muchos
casos los procesos involucrados cambian más rápidamente que como lo hicieron antes”
(Wisner, 2004) e involucran causas raíz.

¿Quieres saber más?

Consulta ¿Qué es amenaza, vulnerabilidad, riesgo, desastre, los colores de la alerta?

https://www.youtube.com/watch?v=Qbxz_347F3A

Las causas raíz se dan en el ejercicio y distribución del poder en la sociedad. Requieren de
una explicación histórica, social, económica y cultural. Las dinámicas de presión “son
procesos y actividades que trasladan los efectos de las causas raíz temporal y espacialmente
a condiciones inseguras” (Wisner, 2004) para la población que encara las amenazas. Las
dinámicas requieren una explicación sociocultural y económica. Las condiciones inseguras
“son las específicas formas en las cuales la vulnerabilidad de una población es expresada en
tiempo y espacio en conjunción con la amenaza” (Wisner, 2004). Todas estas variables
45
requieren una explicación descriptiva.

Por amenazas los autores señalan a los fenómenos naturales extremos a los que está expuesto
un grupo o comunidad, y que desafían sus capacidades de respuesta y recuperación. El
siguiente esquema ilustra lo explicado anteriormente.

En Latinoamérica, desde 1985 se difundieron los primeros estudios comparativos de


vulnerabilidades que identificaron ciertos patrones presentes en distintas sociedades, los
cuales producen y reproducen desastres.

Ciertos patrones de vulnerabilidad se repiten, se perpetúan y están incrementando,


porque como se ha demostrado ampliamente, son construidos social y económicamente
por procesos locales, regionales y globales (Oliver-Smith, 2009).

Algunos se han perpetuado durante siglos y otros por varias décadas en distintas sociedades
de América Latina, entre las coincidencias de los grupos más vulnerables a desastres
asociados con inundaciones y sequías, destacan los siguientes:
• Agruparse en espacios físicos expuestos a variadas amenazas
46

• Viviendas inseguras

• Economías familiares y colectivas muy pobres.

• Ausencia de servicios básicos

• Mínimo acceso a la propiedad y al crédito

• Discriminación étnica, política o de otro tipo

• Relación directa con recursos de aire y agua contaminados

• Un alto índice de analfabetismo y ausencia de oportunidades de educación

Estos factores son evidencia comparativa de la vulnerabilidad, pero también son parte de las
construcciones sociales de riesgos que se configuran históricamente en América Latina,
creando condiciones propicias para desastres recurrentes o crónicos (Caputo, 1985).

PELIGRO

De acuerdo con la Ley General de Protección Civil (2012), el peligro es la “Probabilidad de


ocurrencia de un agente perturbador potencialmente dañino de cierta intensidad, durante un
cierto periodo y en un sitio determinado”

En general, sBBBe denomina peligro a un agente que puede causar daño. Los peligros pueden
ser fenómenos naturales, biológicos o antrópicos. Por ejemplo, en África, el peligro más
mortal es la sequía.

Los peligros tienen magnitud, intensidad y frecuencia. A continuación, se desglosan estas


características:

Magnitud: es la cuantificación universalmente aceptada que se hace, por ejemplo, de un


sismo en la escala de magnitud de Richter. La escala de intensidad se refiere a la percepción
y el impacto diferencial que produce un mismo fenómeno. Por ejemplo, un sismo se percibe
más intenso en el epicentro y menos intenso cuanto mayor es la distancia con relación al
epicentro. Se obtiene de forma numérica a partir de registros obtenidos por sismógrafos y
47
está relacionada con el tamaño y la energía liberada durante un temblor.

Intensidad: la intensidad es un efecto similar a la luz de un foco, entre más cerca se está de
él es mayor la luz y entre más distante de la irradiación es menor la luminosidad. Se asigna
en función a los daños o efectos causados al hombre y sus construcciones.

Frecuencia: La frecuencia de un peligro se refiere a los registros documentados que se tienen


de un mismo fenómeno. Por ejemplo, los ciclones tropicales son analizados con base en la
frecuencia decadal de impactos en tierra, la frecuencia de cantidad de eventos por temporada
anual, la frecuencia de impactos en una misma región o entidad, etcétera

FENÓMENOS NATURALES Y ANTRÓPICOS QUE PUDIERAN OCASIONAR


DESASTRES

Los fenómenos naturales y los antrópicos son agentes que pueden estar asociados a desastres.
Sin embargo, un fenómeno natural, por sí solo, no es un desastre. Para que ocurra un desastre,
el fenómeno debe afectar a una población y rebasar sus capacidades de preparación,
prevención o respuesta.

Si se presenta un huracán en el Océano Pacífico, categoría 5, pero no impacta en tierra,


entonces lo que tenemos es la evidencia de la dinámica propia de la naturaleza. En cambio,
si una población no está preparada, vive en zona de riesgo por inundación y no es evacuada,
lo más probable es que se presente un desastre pequeño, mediano o grande, cuando impacte
un huracán o incluso una tormenta intensa.
Entre los fenómenos naturales peligrosos se encuentran los sismos, deslizamientos,
48
inundaciones, erupciones volcánicas, sequías, ciclones tropicales, lluvias torrenciales,
heladas, nortes, El Niño, La Niña.

Entre los fenómenos antrópicos se incluyen los peligrosos agentes biológicos o químicos, los
derrames de hidrocarburos, fugas de gas, radicaciones y hasta los tumultos, guerras,
rebeliones.

Particularmente, el efecto invernadero es un fenómeno polémico, pues, aunque sus


manifestaciones son naturales, las causas que lo magnifican son antrópicas y están asociadas
con los impactos que los humanos producimos al medio ambiente, incluida toda la corteza
terrestre y la atmósfera, como la capa de ozono.

LA PROTECCIÓN CIVIL EN MÉXICO

ÉPOCA PREHISPÁNICA

Aunque se ha documentado que antes de la predicción instrumental poco se podía hacer para
evitar la fuerza de las tormentas o sus efectos en el comercio o la guerra.

Existe evidencia para argumentar que las culturas prehispánicas de Mesoamérica


contaban con prácticas y estrategias para observar, predecir, reducir los efectos,
mitigar los impactos y obtener beneficios de fenómenos tan extremos como los
huracanes, como lo han documentado algunos antropólogos como Fernando Ortiz
desde 1947 (Ortiz, 1987) y posteriormente Herman Konrad (1985).

Y se ha documentado que, desde su llegada al Continente Americano, los españoles y criollos


fueron eliminando gradualmente esas capacidades ancestrales porque la predicción
tradicional era usada como evidencia del pacto de los nativos con el diablo; y porque las
tradiciones narradas por los indígenas eran tomadas por sueños o fantasías relacionadas con
la naturaleza.
¿Quieres saber más?
49
Consulta el Blog de la Comisión Nacional del Agua, particularmente la entrada 10 deidades prehispánicas
relacionadas con el agua que debes conocer, para que tengas más información de cómo las culturas
precolombinas concebían a los fenómenos naturales>

https://www.gob.mx/conagua/es/articulos/10-deidades-prehispanicas-relacionadas-con-el-
agua-que-debes-conocer?idiom=es

La historiadora Isabel Campos Goenaga ha explicado la conformación de la cosmovisión


maya durante el siglo XVI y los sucesos extremos que debieron enfrentar los peninsulares
nativos y extranjeros asociados a las sequías, plagas y huracanes. Con fuentes bibliográficas
y de archivo, expone la recurrencia de huracanes en Yucatán desde el siglo XVI hasta
principios del XIX. Relata las percepciones de quienes documentaron los primeros eventos
desastrosos, como los cronistas Bartolomé de las Casas, Gonzalo Fernández de Oviedo,
Tomás López Medel y Diego Landa. Retoma las interpretaciones de antropólogos como
Fernando Ortiz y Herman Konrad con relación a la importancia ecológica y cultural de los
huracanes en la zona de asentamientos humanos de la península de Yucatán (Campos, 2012).

El modelo colonialista restringió las dinámicas socioculturales de los mayas para enfrentar
los huracanes y les impidió responder preventivamente como solían hacerlo antes de la
conquista porque se implantó un nuevo orden espacial: el colonial. Por ejemplo, con la
división de tierras y asignación de propietarios fueron bloqueadas las migraciones naturales
y estratégicas de los grupos indígenas asociadas a los impactos de los huracanes, como las
50
reportadas por Konrad (1985).

Además, fueron abandonados los antiguos pueblos y los indígenas se vieron obligados a
acercarse a las nuevas construcciones españolas. Los representantes indígenas perdieron la
posibilidad de decisión propia ante el nuevo poder peninsular.

De estas maneras fueron controlados los mayas en su espacio, dominados en cuerpo y alma;
manipulados en su consciencia ante la imposición de creencias y modelos imaginarios
distintos e incluso contradictorios para su experiencia. Estas condiciones propiciaron la
construcción de riesgos de desastre y vulnerabilidades entre los mayas, algunas de las cuales
han perdurado a través del tiempo hasta nuestros días, como los incendios, la exclusión, la
tala inmoderada, la marginación y la invisibilidad de sus identidades incluso cuando se
detona un desastre.

También se ha documentado que en tiempos prehispánicos la protección civil se realizaba


con un enfoque preventivo ante los impactos de las sequías, por ejemplo, construyendo
graneros con materiales naturales como los cuescomates, presas, bordos y mejoras a los
canales hídricos para las siembras (García-Acosta, 1993 y Rojas, 2011).

Las manifestaciones de los volcanes fueron muy conocidas para los grupos indígenas, en el
Caribe los indígenas rendían ritual al dios Chirakán, a quien reconocían sus manifestaciones
violentas. Las experiencias ancestrales se manifiestan actualmente en tradiciones que algunos
antropólogos han recogido en los pueblos indígenas que viven asentados en torno a volcanes
como el Popocatépetl (Glockner, 2000).
Particularmente, la antropología y la historia de desastres han mostrado que las causas de
51
cada suceso desastroso están enraizadas en las razones del asentamiento, en las interacciones
con el medio ambiente, en los usos y abusos de los recursos naturales, en los modos políticos
y la distribución de recursos económicos, en las interpretaciones, valoraciones culturales del
entorno y, desde un enfoque muy particular, en la construcción social de vulnerabilidades y
distintas condiciones de riesgo que ante la exposición permiten que un fenómeno natural sea
amenazante y potencialmente destructivo.

PERIODO POST - INDEPENDENCIA

En México, como lo ha documentado el politólogo Mario Garza Salinas (2001), los sistemas
de alertamiento fueron muy necesarios para advertir de los incendios. Uno de los primeros
fue el uso de campanas para avisar de la presencia de un incendio y convocar a los voluntarios
para extinguirlo. Sin embargo, algunos eventos sociopolíticos, como la Independencia de
España, propiciaron que se prohibiera este sistema debido a que también convocaba a los
insurgentes y los reunía en las plazas. Por ello fue prohibido sonar campanas y en su lugar se
advertía a los serenos y éstos acudían con los voluntarios para convocarlos. Sin embargo,
este sistema retardaba la respuesta contra el fuego y permitía mayores impactos.

La sociedad siempre se ha organizado para responder ante las emergencias que atentan contra
la vida humana. En León Guanajuato, el 28 de junio de 1888, la Cámara de Diputados decretó
la instalación de una Junta General de Socorros para atender todo lo necesario al desastre
detonado por las inundaciones que se presentaron el 18 de junio, causando un desastre de
grandes proporciones. Fueron destruidas 1,390 casas, murieron 265 personas y se reportaron
1, 420 desaparecidos. De una población que se ha estimado en 52 mil habitantes, 5, 000
personas quedaron en la miseria. Por ello fue necesario que las autoridades convocaran a una
reunión entre autoridades y representantes que permitiera integrar distintos esfuerzos.

Por lo anterior, las Juntas de Socorro que se realizaron en diversos estados para paliar los
impactos desastrosos constituyen parte de los antecedentes del Consejo Nacional de
Protección Civil
Por su parte, el historiador Elino Villanueva González (2004) identificó que después del
52
desastre detonado por el ciclón del 30 de septiembre de 1895 en varias comunidades desde
San José del Cabo hasta las cercanías de Loreto en Baja California Sur “la jefatura del Distrito
Sur estableció una Junta Central de Socorro […] la cual avocó a gestionar apoyo económico
a favor de quienes resultaron afectados por la tempestad” (Villanueva, 2004). El autor hace
énfasis en la importancia del servicio telegráfico, pues, aunque en aquellos tiempos era
deficiente, el gobierno y la Junta Central de Socorro pudieron establecer comunicación con
el Presidente de la República y, además, solicitar ayuda a los gobiernos de los estados del
país.

Para María de la Cruz Labarthe Ríos, después de los daños causados por la inundación del
18 de junio de 1888 en León, Guanajuato, se conformó una Junta Local de Socorros. Esta
Junta era apoyada por el presidente Díaz y era la encargada de canalizar lo que recibía del
exterior en alimento, vestido y dinero. La Junta Local de Socorro, a través de un boletín, se
encargó de dar cuenta detallada de los donantes y de cómo fue distribuido lo recaudado en
las campañas promovidas para ayudar a los damnificados.

Después de la inundación del 1º de julio de 1905 en la ciudad de Guanajuato, el gobierno


nombró una Junta Central de Auxilios y Socorros con el objetivo de resolver en lo posible
las necesidades de los habitantes.
De acuerdo con la autora, esta Junta era la encargada de buscar la manera de obtener fondos
53
y resolver cuáles eran las primeras necesidades urgentes de remediar.

La Junta Central de Auxilios y Socorros se dividió en diferentes comisiones con funciones


específicas: la organización de la Junta Central organizaría y planificaría las labores a llevar
a cabo; la Comisión de Auxilios y Socorros se dividiría a la zona afectada por tramos en
donde se investigaría y se auxiliaría peculiarmente a las personas necesitadas; la Comisión
Colectora de Donativos recaudaría los fondos con que cada uno quisiera cooperar y los
remitiría a la tesorería de la junta.

La conformación de la Junta Central de Auxilios y Socorros se constituyó en una Junta de


Auxilios por las señoras y señoritas de reconocida caridad en Guanajuato en la junta
celebrada el 7 de julio. Acordaron dividir la ciudad en ocho secciones, en cada una de las
cuales estaría encargado un grupo de señoras, quienes quedarían comisionadas para repartir
los cinco mil pesos que el gobierno estatal había otorgado para socorrer a la clase desvalida.
También se dispuso la entrega de ayuda material, ya fuera con telas, ropa, cereales o comida
a aquellos que se habían quedado en la ruina total.

En los ejemplos mencionados, es notable que existe en las diversas juntas cierta organización,
arreglos, coordinación y una estructura colectiva con instrumentos de acción como el boletín,
las listas de apoyo y entrega de recursos como medicinas, alimentos, dinero y ropa. Las juntas
de socorro realizaban distintas actividades, como organizar la distribución de apoyos
federales, acopio de alimentos y medicinas para entregarlas a los damnificados, kermeses,
peleas de gallos, corridas de toros, obras teatrales y colectas para reunir dinero y apoyar a los
más afectados. La integración de la Junta de Socorros hacía evidente la urgencia de la
participación de las fuerzas armadas para salvar a las víctimas y ayudar en la rehabilitación
de algunos servicios. De esta manera se pedía apoyo a los batallones para que intervinieran
en auxilio de la población.

Desde el siglo XVIII y hasta 1890, en las mayores ciudades se contrató a servidores públicos
que se encargaban de vigilar las calles para evitar delitos, pero también para alertar sobre
incendios y mitigar sus impactos lamentables. A estos trabajadores se les conoció como
serenos, ya que mientras realizaban su labor se serenaban en las calles y debido a que sus
actividades terminaban a las cuatro de la mañana. Entre otras funciones, también se les
54
encomendaba participar en el combate de los incendios, pero sobre todo en dar la alarma para
responder con prontitud y disminuir las pérdidas. Sus servicios fueron muy bien conocidos y
a fines del siglo XIX pasaron a ser parte de la policía auxiliar, cuando se sustituyó el
alumbrado público con gas. Esta figura pública fue importada de España, donde sigue vigente
hasta nuestros días en algunas ciudades.

Durante 4 siglos, los bomberos fueron muy necesarios para evitar los incendios producidos
por las prácticas que dependían del fuego en los hogares para diversas labores cotidianas. El
fuego se propagaba en algunas ciudades con gran rapidez en las casas construidas con
materiales artesanales como zacate, carrillo, tejamanil y múltiples maderas.

Por lo anterior, los antecedentes de la protección civil pueden notarse en ciertas


manifestaciones y objetivos de los cuerpos de bomberos, los cuales tenían por misión
proteger las propiedades civiles e institucionales y salvaguardar la integridad de las vidas
humanas. Debido a su función tan necesaria, los bomberos constituyeron uno de los primeros
grupos de ayuda civil reconocidos por las más altas autoridades. Sus funciones eran
reglamentadas en México por los virreyes.

Durante la gestión del presidente Benito Juárez fue creado el primer cuerpo de bomberos de
la Ciudad de México, debido a que se presentó un incendio en la Plaza Santo Domingo y los
voluntarios no contaron con el equipamiento necesario ni con agua para extinguirlo.

Además de oficializar el cuerpo de bomberos, el gobierno juarista propuso diversos


programas concretos para proteger a la población de siniestros y desastres. Estos constituyen
los más claros antecedentes de lo que hoy denominamos Protección Civil (Garza, 2001).
¿Quieres saber más?
55
Consulta el siguiente video Inundación en León Guanajuato 1888 para darte una idea de la magnitud del
fenómeno hidrometeorológico.

https://www.youtube.com/watch?v=VNN5tui7nAE

PERIODO POST - REVOLUCIÓN

Desde la primera década del siglo XX se contó en México con el apoyo de la Asociación
Mexicana de la Cruz Roja en situaciones de emergencia. El 5 de julio de 1909 fue organizada
la primera mesa directiva de la Cruz Roja y el gobierno de Porfirio Díaz y el Congreso de la
Unión reconocieron a la institución por su utilidad pública. No en todos los estados de la
República se contó con una representación, pero gradualmente la necesidad de enfrentar
distintos desastres y apoyar a la población afectada contribuyó en la conformación de los
grupos estatales y municipales. Por su parte, los bomberos construyeron un reglamento, el
cual fue reconocido en la Ciudad de México en el año de 1927.

Otro de los antecedentes más directos con la protección civil proviene del año de 1942,
cuando el gobierno federal declaró la guerra a los países del Eje y en el Diario Oficial de la
Federación instituyó el servicio de protección de la población contra agresiones aéreas.
Este servicio constaba de dos estrategias, una pasiva y una activa.
56

La activa consistía en la respuesta armada contra atacantes y la segunda en el establecimiento


de comités de Protección Civil en todas las poblaciones del territorio de más de 10 mil
habitantes. Estos comités debían contar con un jefe y vecinos que fungieran como voluntarios
para auxiliar en diversas labores. Realizaban capacitación a través de simulacros de incendios
y reflexionaban las conductas en caso de ataque, ubicaban los lugares seguros, posibles
refugios y el ocultamiento de sitios imprescindibles.

De la estrategia activa del servicio de protección de la población, el investigador Mario Garza


Salinas ha documentado que “intervenían la Secretaría de la Defensa Nacional y Marina para
neutralizar el ataque, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas para mantener en
operación las transmisiones y las comunicaciones terrestres para en caso de evacuación, el
Departamento de Salud Pública para mantener el cuidado sanitario y profilaxis, la Secretaría
de la Asistencia Pública para cooperar en las labores asistenciales, tales como proporcionar
alojamiento, distribución de alimentos y medicinas, además de dotación de muebles y equipo.
La Secretaría de Gobernación se encargaría de dictar todas las órdenes y disposiciones
necesarias que fueran de su competencia para coordinar la defensa pasiva y servicio de
inteligencia, a fin de evitar actos de sabotaje y espionaje. Por último, también intervenía el
Departamento del Distrito Federal con objeto de apoyar y coordinar todas aquellas acciones
que derivaran de la defensa activa en la Capital” (Garza, 2001, p. 261).

PLAN DN-III-E Y PLAN MARINA

Durante la llamada Guerra Fría, posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial, se comenzó
a dar forma al modelo militarizado de respuesta a emergencias que impera en nuestros días.

En 1966, a consecuencia del desbordamiento del Río Pánuco, que detonó un desastre en
poblaciones de Veracruz y Tamaulipas, el Gobierno Federal solicitó a la Secretaría de
Defensa Nacional hacerse cargo de las operaciones de rescate y asistencia a la población. La
secretaría elaboró un plan de intervención con base en un protocolo, que derivó en el actual
Plan DN-III-E, el cual expone las medidas de emergencia para auxiliar a la población civil
en casos de desastre, mediante acciones de rescate, evacuación, prestar atención médica y
asistencial, protección y mantenimiento del orden en zonas afectadas.
¿Quieres saber más?
57
Para que conozcas más acerca del Sistema Nacional de Protección Civil, ve el siguiente video:

http://www.youtube.com/watch?v=vH9K4AS0UUY

Este plan incluye etapas de preparación y prevención con acciones específicas como planear
la coordinación, ubicación e identificación de instalaciones y zonas de riesgo, supervisión en
el uso de explosivos, monitoreo de los fenómenos hidrometeorológicos e implementación de
medidas para disminuir los riesgos.

Para la recuperación, el Plan DN-III-E contempla la remoción de escombros y reparación de


vías de comunicación y servicios públicos afectados.

Sabías que...
En el Plan DN-III-E, el Presidente de la República es el único facultado para instruir que se aplique el Plan.

Posteriormente, se creó un grupo central de auxilio en donde el Secretario de la Defensa es


el Presidente Ejecutivo, dependiendo de éste se encuentra el grupo de auxilio de zona que le
corresponde al comandante de la zona en cuestión; posteriormente le sigue un grupo de
auxilio de sector que corresponde al oficial del sector militar, le sigue un grupo de auxilio de
58
la localidad a cargo del oficial de la localidad militar y por último un grupo de auxilio que
estará a cargo de los vecinos de la zona afectada.

La estructura orgánica se compone de centros sectoriales de operaciones, que son de carácter


temporal, ubicados en cada estado; de ahí depende una jefatura que corresponde al subjefe
operativo del EMDN; posteriormente a nivel de staff está un responsable que es el enlace con
el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) y; por último, dependiendo de dicha
jefatura están las áreas de coordinador de operaciones, recursos humanos, información,
recursos materiales, informática, jurídico, evaluación de daños, apoyo aéreo y transmisiones.

BASES PARA EL ESTABLECIMIENTO DEL SISTEMA NACIONAL DE


PROTECCIÓN CIVIL

En 1981 fue creado en el Distrito Federal el Sistema de Protección y Restablecimiento


(SIPROR), el cual resulta ser un antecedente del Sistema Nacional de Protección Civil. El
SIPROR fue diseñado por encargo del Departamento del Distrito Federal al Instituto de
Ingeniería de la UNAM con el fin de planear la revitalización del Centro Histórico en el
contexto de factores de mitigación sísmica para el área metropolitana de la Ciudad de
México, y con ello profundizar en los estudios para proteger a las personas y los bienes contra
posibles desastres.
La organización del SIPROR se integró por una dirección y dos subdirecciones, una de
59
prevención y otra de atención de emergencias, además de contar con un centro de
operaciones. Orgánicamente el SIPROR quedó originalmente adscrito a la Secretaría General
de Protección y Vialidad; sin embargo, después de los sismos de 1985, el SIPROR se
convirtió en la Dirección de Protección Civil, pasando a depender de la Dirección General
de Gobierno del Departamento del Distrito Federal.

Después de los devastadores sismos de septiembre de 1985, el Presidente de la República


determinó la creación del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC). Estos eventos
evidenciaron la imposibilidad del Estado para dar una respuesta efectiva y coordinada de
auxilio a la población afectada.

Sabías que...

Te invitamos a observar el siguiente video para conocer un poco sobre la historia del SINAPROC:

http://www.youtube.com/watch?v=kD9JsYkYEbg

A pesar de contar con instancias para la atención de emergencias, éstas no tuvieron una
actuación efectiva frente a la magnitud del evento y el Estado se vio en la necesidad de pedir
ayuda a organismos sociales y privados, nacionales e internacionales, pero también pudo
comprobar que no tenía capacidad para coordinar este tipo de ayuda (Mansilla, 1996).
60

El Decreto de creación del SINAPROC fue publicado en el Diario Oficial el 6 de mayo de


1986, con el título “Bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil
y el Programa de Protección Civil que las mismas contienen”. En ese mismo periodo, el
Presidente Miguel de la Madrid acordó la creación de la Comisión Nacional de
Reconstrucción con el fin de dirigir adecuadamente las acciones de auxilio a la población
damnificada, así como dejar sentadas las bases para atender mejor a la población ante otros
desastres.

La Comisión de Reconstrucción se integró por los siguientes comités:

• El Comité de Descentralización
• El Comité de Prevención de Seguridad Civil
• El Comité de Reconstrucción del Área Metropolitana de la Ciudad de México
• El Comité de Auxilio Social
• El Comité de Coordinación del Auxilio Internacional, y
61
• El Comité de Asuntos Financieros

Tanto la Comisión como los Comités se extinguieron por Decreto publicado en el DOF el 11
de agosto de 1987, en virtud de que habían cumplido con su función y la emergencia había
sido superada, asimismo el Decreto estableció que para garantizar la continuidad de las
acciones emprendidas por la Comisión y los Comités las dependencias del Ejecutivo Federal
incorporarían en sus programas de trabajo las funciones de los mismos.

Al comité de prevención de seguridad civil se le instruyó la tarea de diseñar los lineamientos


para el establecimiento del SINAPROC.

El SINAPROC fue concebido entonces como un conjunto orgánico y articulado de


estructuras, relaciones funcionales, métodos y procedimientos que establecen las
dependencias y entidades del sector público entre sí, con las organizaciones de los diversos
grupos sociales y privados, así como con las autoridades de los estados y municipios, a fin
de efectuar acciones de común acuerdo destinadas a la protección de los ciudadanos contra
los peligros y riesgos que se presentan en la eventualidad de un desastre.

Sabías que...

En cuanto a la estructura del SINAPROC, se crearon tres tipos de organización: una consultiva, una ejecutiva
y otra participativa.

La primera comprende a los consejos, la segunda constituye el órgano normativo que fue, en
su creación, la Secretaría de Gobernación y actualmente es la Secretaría de Seguridad y
Protección Ciudadana (SSPC), cuya responsabilidad consistió en coordinar el SINAPROC,
por conducto de la entonces Subsecretaría de Protección Civil y de Prevención y
Readaptación Social, de donde dependió en su momento la Dirección General de Protección
Civil (DGPC), creada el 13 de febrero de 1989.

Actualmente, la DGPC depende de la Coordinación Nacional de Protección Civil, la cual


depende a su vez de la SSPC. El propósito de la DGPC es fundamentalmente: Integrar,
coordinar y supervisar el SINAPROC, para garantizar mediante una adecuada planeación la
protección, el auxilio y rehabilitación de la población y de su circunstancia frente a
62
situaciones de desastre; igualmente, proponer planes, políticas y estrategias para el desarrollo
y aplicación de programas específicos de Protección Civil y establecer sistemas de
coordinación con las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, para
alcanzar sus objetivos. La organización interna de la DGPC para cumplir con dicho objetivo
se compone a su vez por tres direcciones: una de coordinación, otra técnica y otra de
operación.

Sabías que...

El 20 de septiembre de 1988, el Gobierno Federal creó el Centro Nacional de Prevención de Desastres


(CENAPRED). A la fecha, el CENAPRED es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Seguridad y
Protección Ciudadana

Para su construcción se contó con el apoyo económico y técnico del Gobierno de Japón y de
la UNAM, quien cedió el terreno y proporcionó personal académico y técnico. El
CENAPRED es un Órgano Administrativo Desconcentrado de la Secretaría de Seguridad y
Protección Ciudadana, con autonomía técnica y de operación. Tiene por objeto crear,
gestionar y promover políticas públicas en materia de reducción del riesgo de desastres, a
través del estudio, desarrollo, aplicación e implementación de tecnologías para la previsión,
prevención y mitigación y preparación ante el riesgo de desastres y sus efectos, de la
impartición de educación y capacitación profesional y técnica sobre la materia, así como el
apoyo a la difusión de medidas con énfasis en la prevención y la autoprotección de la
población ante la posibilidad de un desastre (Reglamento Interior de la SSPC, artículo 55)..
63

Sabías que...

El Sistema Nacional de Protección Civil cuenta con un Consejo Nacional de Protección Civil que funciona
como órgano consultivo de coordinación de acciones y de participación social en la planeación de la
Protección Civil.

Dicho consejo actualmente es el órgano de mayor jerarquía dentro del SINAPROC y es presidido por
el propio Presidente de la República, también participan en calidad de Secretario Ejecutivo el titular
de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, un secretario técnico que es el Coordinador
Nacional de Protección Civil, así como también está integrado por los titulares de todas las demás
Secretarías de estado.

Como lo ha documentado la especialista en riesgos y desastres, Elisabeth Mansilla (1996), entre todas
las secretarías de estado, existen algunas que han participado de manera muy directa, por ejemplo:

La Secretaría de Agricultura, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, a través de su


Dirección General de Atención al Cambio Climático en el Sector Agropecuario, promueve y
ejecuta mecanismos de atención a la población rural afectada en sus actividades productivas
por desastres, así como en el establecimiento de sistemas de información con bases de datos
e indicadores que coadyuven a la atención y prevención de los efectos de desastres por
fenómenos naturales y del cambio climático en el sector agroalimentario. I

La Secretaría de Salud extiende sus servicios al ámbito de prevención, tratamiento y


recuperación de enfermedades provocadas por distintos fenómenos. Es decir, interviene en
la atención de la salud de la población cuando ocurre un desastre, principalmente en lo que
se refiere a atención médica general y control de epidemias. Recientemente, esta secretaría
64
ha entablado relación con la Organización Panamericana de la Salud, mediante el programa
de mitigación de desastres para hospitales, desarrollado por ese organismo; sin embargo,
apenas se están estableciendo los términos de la colaboración entre ambos y aún no es posible
evaluar sus resultados.

En el año 2005, durante la Conferencia Mundial sobre Reducción de Desastres, en Kobe


Hyogo, Japón, 168 países incluido México adoptaron la iniciativa lanzada por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) llamada “Hospital Seguro” frente a desastres,
como una política nacional de reducción de riesgos, que garantice su capacidad de seguir
funcionando en situaciones emergentes.

La Secretaría de Gobernación, a través de la Coordinación General de Protección Civil (ahora


Coordinación Nacional de Protección Civil) fue el organismo rector del Programa Hospital
Seguro, y para el año 2006 se consolidó el Comité Nacional de Evaluación, Diagnóstico y
Certificación del Programa Hospital Seguro.

La Secretaría de Bienestar (antes de Desarrollo Social) es responsable de promover e


incentivar a través del Instituto Nacional de Desarrollo Social, la participación social, en la
atención y apoyo a la población afectada en casos de emergencia por fenómenos y desastres
naturales, en coordinación con las subsecretarías y con otras dependencias.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes interviene en el caso de que, por la


ocurrencia de desastres, se vean afectadas las vías generales de comunicación, terrestres y
marítimas; y su ámbito de competencia está referido a la restauración inmediata y
conservación de las mismas.

En lo que se refiere a las responsabilidades de estos organismos gubernamentales, se


encuentran determinadas en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

Las acciones específicas que cada una de ellas aplica en el caso de desastres se encuentran
establecidas en los reglamentos internos de cada dependencia.
A lo anterior, se suman el Plan de Auxilio a la población civil en casos de desastre Plan DN-
65
III-E, instrumentado por la Secretaría de la Defensa Nacional, y el Plan de auxilio a la
población civil en casos y zonas de emergencia o desastre, Plan Marina, de la Secretaría de
Marina. Ambos tienen como objetivo prestar ayuda a la población afectada por desastres,
aparentemente en lo que se refiere a la atención de damnificados, evacuación de la población
asentada en zonas de riesgo, distribución de víveres y patrullaje de zonas en desastre para
evitar el pillaje.

Lo relevante de estos dos casos es que las instancias militares han estado siempre presentes
a lo largo de la historia de los desastres ocurridos en México, antes e incluso después de la
creación del Sistema Nacional de Protección Civil.

El papel que juegan y la presencia misma de las fuerzas armadas presentan diferentes matices
en cada desastre, y se determina por la magnitud del mismo. En el caso de desastres de
pequeña o mediana magnitud intervienen en forma inmediata, aunque de manera un tanto
moderada; sin embargo, cuando se trata de desastres de gran magnitud, son las instancias
militares las que mantienen bajo control la situación y su presencia se revela con mayor
intensidad.

PRIMERA LEY GENERAL DE PROTECCIÓN CIVIL

A continuación, se te muestran fechas relevantes que anteceden la primera Ley General de


Protección Civil del país:

Entre 1979 y 1981: Fue elaborado el primer Atlas de Riesgos por la Dirección General de
Prevención y Atención a Emergencias Urbanas de la SAHOP, pero al desaparecer esa
dirección también lo hicieron sus archivos.

1990: El 20 de marzo de ese año se publicó en el país la primera Ley Estatal de Protección
Civil en el Estado de Durango.

1991: Se reconoce que el primer Atlas de Riesgos Nacional fue el de la Secretaría de


Gobernación.
1992: Posteriormente se publicarían más leyes en los estados de Colima, Guerrero, Puebla,
66
Querétaro y Quintana Roo.

1993: Jalisco, Michoacán, Morelos, Sonora y Tamaulipas también publicaron leyes estatales
de Protección Civil.

1994: El estado de México y Nayarit publican su Ley Estatal de Protección Civil.

1995: El Sinaproc también cuenta con comités científicos asesores y funcionan como órganos
técnicos de consulta en la prevención de desastres asociados a diversos fenómenos. En ellos
emiten opiniones y recomendaciones fundamentalmente para que el CENAPRED
implemente la toma de decisiones en la respuesta a desastres (Garza, 1998).

1996: En febrero se publicó la primera Ley de Protección Civil para el Distrito Federal.

2000: En mayo de ese año fue publicada la primera Ley General para la Protección Civil.
Además de la Ley General para la Protección Civil, otras leyes han sido complementarias al
ejercicio del SINAPROC, por ejemplo:

Además de la Ley General para la Protección Civil, otras leyes han sido complementarias al
ejercicio del Sinaproc, por ejemplo:

Ley General de Asentamientos Humanos: Esta Ley es considerada como el principal sustento
legal para los planes y programas de protección civil. Sin embargo, al igual que toda la
legislación mexicana, es de carácter muy general y, a partir de las últimas modificaciones
que sufre, en el año de 1993, solamente se hacen algunas menciones sobre la prevención de
desastres, fundamentalmente dirigidas hacia la protección del medio ambiente y con una
política de manejo de la problemática a través de los tres niveles de gobierno (federal, estatal
y municipal), cancelando con ello la instrumentación de una política de alcance nacional
(Diario Oficial de la Federación, 21 de julio de 1993).

Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente: Esta Ley, promulgada el
28 de enero de 1988, está orientada fundamentalmente hacia la protección del medio
ambiente, en lo que se refiere a procesos de contaminación (atmosférica, cuencas
hidrológicas y suelos), desecho de sustancias industriales, manejo de sustancias peligrosas,
etcétera. Es de carácter estrictamente reglamentario y tiene por objeto establecer las bases
67
para:

• Definir los principios de la política ambiental y regular los instrumentos para su


aplicación
• La preservación y protección de la biodiversidad, así como el establecimiento de áreas
naturales protegidas
• La preservación, la restauración y el mejoramiento del ambiente
• La protección de las áreas naturales y la flora y fauna silvestres y acuáticas
• El aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, de manera que sea compatible
la obtención de beneficios económicos con el equilibrio de los ecosistemas
• La prevención y el control de la contaminación del aire, agua y suelo

LEY GENERAL DE PROTECCIÓN CIVIL DEL 6 DE JUNIO DE 2012

El 6 de junio del año 2012 fue publicada la nueva Ley general de Protección Civil aprobada
por la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, la cual derogó la del 12 de mayo
de 2000 y a sus 4 reformas. La nueva Ley incluyó consideraciones importantes, como
catalogar como delito grave permitir asentamientos humanos o construcción de
infraestructura en zonas de riesgo (no seguras).

De manera similar a la anterior, la nueva Ley establece las bases de la coordinación entre los
tres niveles de gobierno que componen el Sistema Nacional de Protección Civil. En la nueva
Ley se fomenta el intercambio de información climatológica, geológica y meteorológica con
la participación de las entidades federativas y el Gobierno de la Ciudad de México.

Con la nueva Ley también fue creado el Comité Nacional de Emergencias para coordinar
situaciones o desastres que pongan en riesgo a la población, sus bienes y su entorno. El
Comité es presidido por el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. El
Comité convocará a sesión cuando se presente alguna situación de emergencia o desastre, o
cuando la probabilidad de afectación sea muy alta, poniendo en inminente riesgo a grandes
núcleos de población e infraestructura del país. La nueva Ley también establece que la SHCP
proveerá los recursos financieros para la atención de emergencias y desastres. La Ley entró
en vigor el 7 de junio de 2012.
¿Quieres saber más?
68
Observa el video La nueva Ley de Protección Civil en:

https://www.youtube.com/watch?v=MwgZVfl5teU

QUÉ ES LA PROTECCIÓN CIVIL

Definición

Protección Civil es dar cumplimiento a una serie de tareas humanitarias surgidas a partir de
los convenios de Ginebra de 1949. La Protección Civil pretende proteger a la población
contra los peligros bélicos y las catástrofes; además, ayudar a la sociedad a recuperarse de
los impactos y facilitar las condiciones para la supervivencia. Las acciones fundamentales
son:

1. Servicio de alarma

2. Evacuación.

3. Habilitación y organización de refugios.

4. Aplicación de medidas de seguridad.

5. Salvamento

6. Servicios sanitarios, incluidos los de primeros auxilios.

7. Lucha contra incendios.

8. Detección y señalamiento de zonas peligrosas.

9. Descontaminación y medidas similares de protección.

10. Provisión de alojamiento y abastecimiento de urgencia.

11. Ayuda en caso de urgencia para el restablecimiento y el mantenimiento del orden en


zonas damnificadas.

12. Medidas de urgencia para el restablecimiento de los servicios públicos


indispensables.

13. Servicios funerarios de urgencia.


14. Asistencia para la preservación de los bienes esenciales para la supervivencia.
69
15. Actividades complementarias necesarias para el desempeño de cualquiera de las
tareas mencionadas, incluyendo entre otras cosas la planificación y la organización.

16. Captura y combate de animales peligrosos.

CAMPO DE ACCIÓN

Tradicionalmente, las labores de Protección Civil se han dirigido únicamente a la atención


de emergencias y a realizar acciones para reducir los impactos y rescatar a las víctimas de
accidentes y desastres. Se ha asumido que la Protección Civil se enfoca principalmente en la
respuesta asistencial y rehabilitación; sin embargo, actualmente el modelo está cambiando
hacia la Gestión Integral del Riesgo de Desastres (GIRD), sin descuidar las acciones
tradicionales de rescate, respuesta y rehabilitación.
Por este cambio de modelo que se busca sea más preventivo se está profesionalizando el
70
ejercicio de la Protección Civil. Al profesionalizar al personal y voluntarios se ampliará el
campo de acción de los egresados de la Escuela Nacional de Protección Civil, pues además
podrán vincularse a labores de gestión integral de riesgos de desastres con un acervo de
conocimientos superior que el del promedio de la población.

¿Quieres saber más?

Haz clic en el siguiente hipervínculo Para que conozcas más a cerca de las acciones de
Protección Civil, mira el siguiente video:

http://www.youtube.com/watch?v=2GXuRzNvk4k

Por esta diferencia de acciones, el campo laboral de quienes se desempeñen en la protección


civil debe ampliarse a la gestión de los múltiples programas preventivos que ofrece el
gobierno federal, tales como:

1. Atlas de riesgos.

2. Proyectos de ordenamiento de uso de suelo.

3. Cursos de prevención.

4. Obras de prevención.

5. Reubicación de familias.

6. Cursos ambientales.

7. Programas municipales diversos como campañas preventivas de difusión y


documentación.

8. Rectificación y desazolve.

9. Limpieza de barrancas.

10. Reforestación.
11. Forestación.
71

12. Poda anual y derribo de árboles.

13. Proyectos preventivos de investigación.

Por lo anterior, la profesionalización amplía el campo de acción de la Protección Civil y


permite el acceso a los múltiples recursos disponibles.

CARACTERÍSTICAS DEL PERSONAL QUE TRABAJE EN PROTECCIÓN CIVIL

El personal que labora en Protección Civil debe comprender que las características de su
desempeño exigen de su función el compromiso institucional y social, la capacidad creativa
para resolver problemas con inmediatez y para advertir escenarios riesgosos para la
población, improvisación para reaccionar de la manera adecuada en situaciones extremas,
liderazgo ante sus compañeros de trabajo y ante la sociedad por medio de su ejemplo, trabajo
en equipo con el personal de su dependencia y con los representantes de todos los sectores
productivos o académicos, sinergia con las propuestas que se plantean para el bien de la
sociedad por medio de las instituciones gubernamentales y civiles, honradez en su profesión,
lealtad para respaldar la soberanía nacional, honestidad en su ejercicio profesional y
humildad en sus éxitos y fracasos.

La intrínseca relación de los seres humanos con las distintas manifestaciones de la naturaleza
ha permitido el desarrollo de las culturas. Sin embargo, el desconocimiento pleno de los
peligros del entorno ha producido catástrofes que han impactado en el progreso cultural y
científico de civilizaciones. Ante ciertos desastres, los humanos se han formulado preguntas
acerca de las causas de las manifestaciones naturales, y las respuestas han favorecido el
desarrollo de instrumentos para conocer las características físicas de los fenómenos y
72
coordinación para responder ante las emergencias.

Después de las grandes guerras, la humanidad se dio cuenta del poder destructivo del humano
sobre el medio ambiente y sobre la misma especie. Por ello, gestionó la formación de
instituciones y organizaciones que protejan la vida humana, los derechos de las víctimas y el
patrimonio de la humanidad. Igualmente, los estados asumieron su responsabilidad en la
protección de los ciudadanos y entonces fue necesario oficializar las labores de atención a
emergencias, distribución de bienes y ayudas para los damnificados tras sucesos desastrosos.
Así han surgido diversas instituciones y grupos voluntarios como la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Cruz Roja,
Bomberos y, en particular, en México el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC).

Por medio del SINAPROC, el Gobierno Federal coordina todos los esfuerzos colectivos por
mejorar la respuesta a desastres por medio de distintos programas, que apoyan en las etapas
de rehabilitación, reconstrucción, preparación y prevención.

Un enfoque más preventivo, reducirá los costos de los impactos de las amenazas naturales y
antrópicas, pero sobre todo el número de pérdidas humanas por medio de la planeación
estratégica, la previsión de escenarios desastrosos y la reducción de vulnerabilidades tanto
físicas como sociales. Por lo anterior, en el SINAPROC confluyen diversas instituciones,
secretarías de estado, dependencias y grupos voluntarios, quienes, con amplia experiencia,
vocación de servicio y capacitación profesional, enfrentan las distintas amenazas y protegen
la vida de cada uno de los mexicanos y mexicanas.

A continuación, se muestra un mapa conceptual, el cual te permitirá identificar cuáles fueron


los temas principales que revisaste en la asignatura Introducción a la Protección Civil.
73

GLOSARIO

• Agente. Que obra o tiene virtud de obrar.


• Amenaza. Acción de amenazar.
• Amenazar. Dar indicios de estar inminente algo malo o desagradable.
• Civil. Que no es militar ni eclesiástico o religioso.
• Desastre. Desgracia grande, suceso infeliz y lamentable.
• Fenómeno. Cosa extraordinaria y sorprendente.
• Guerra. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias.
• Gestionar. Hacer diligencias conducentes al logro de un negocio o de un deseo
cualquiera.
• Preparación y Prevención. En el campo laboral de la Protección Civil, la preparación
ha sido una fortaleza que se desarrolla con gran tecnificación, sobre todo cuando es
materializada en obra pública y acciones como la limpieza del cauce de los ríos e
información sobre la presencia de una amenaza. Sin embargo, es común que se
confundan los términos. La prevención no es construir un hospital, sino evitar que la
población requiera del hospital estando saludable. Un ejemplo claro de prevención es
una campaña de vacunación. El propósito de la vacunación es prevenir que el
74
ciudadano contraiga determinada enfermedad. Sin embargo, el nuevo modelo de
Gestión Integral de Riesgos de Desastres demanda que el personal de protección civil
participe de manera permanente en acciones de divulgación, preparación, prevención
y gestión, además de las tradicionales de respuesta a emergencias.
• Protección. Acción y efecto de proteger.
• Proteger. Amparar, favorecer, defender. Resguardar a una persona, animal o cosa de
un perjuicio o peligro, poniéndole algo encima, rodeándole, etcétera.
• Rehabilitación y reconstrucción. Durante el siglo XX se fortaleció enormemente la
respuesta oficial ante emergencias, sobre todo con la institucionalización del Sistema
Nacional de Protección Civil (SINAPROC). Las labores de rehabilitación tienen por
objetivo restablecer los servicios públicos lo antes posible, para que la población
encuentre alternativas para volver a su cotidianidad. Complementariamente, la
reconstrucción es un proceso que puede tardar días, meses, años y hasta décadas
• Respuesta asistencial. Fenómeno social muy característico de las sociedades
mexicanas, el cual se formalizó en las denominadas juntas de socorro, que distribuían
los recursos entre los damnificados tras un desastre. Sin embargo, el proceso de
asistencialismo duraba unos días o semanas, y la población debía continuar su
rehabilitación y reconstrucción por sus propios medios.
• Riesgo. Contingencia o proximidad de un daño.
• Vulnerable. Que puede ser herido o recibir lesión, física o moralmente.
• Zona de desastre. Situación declarada por las autoridades para proteger una zona que
ha sufrido algún tipo de catástrofe

BIBLIOGRAFÍA

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