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¿CÓMO SOY?

Una guía para


conocer nuestro
carácter

Genara Castillo C.

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En antropología filosófica el modo de ser corresponde a una interesante temática:
Los TIPOS HUMANOS, que son modalidades de la especie humana, es decir que si bien
todos los seres humanos compartimos las facultades humanas, éstas se encuentran
“modalizadas” en cada quien.

En segundo lugar, la tipología advierte que no hay inferioridad o superioridad, ni


que unos modos sean mejores que otros, sino que son simplemente diferentes, en cuanto
que los tipos humanos apuntan a la colaboración mutua en la vida social, desde la familia
hasta el ámbito laboral, etc.

Es importante tratar de acceder al conocimiento del modo de ser para poder


apoyarse en las fortaleces y vigilar las debilidades para esforzarse en superarlas. Para
acceder a dicho conocimiento podemos partir de la teoría clásica de las facultades humanas:

Y si queremos saber cómo tenemos dichas facultades, podemos reunir las 11


facultades sensibles en una sola dimensión: la sensibilidad, a la cual añadimos la dimensión
racional: la inteligencia y la voluntad. En esa línea podemos coincidir con lo que en la
caracterología clásica se llama EMOTIVIDAD, la ACTIVIDAD (que se relaciona con el
acto voluntario de la DECISIÓN) y la RESONANCIA (que se relaciona con la capacidad
de reflexionar o darle vueltas a las cosas, que si es poca se denomina “primariedad” y si es
mucha: “secundariedad”, dependiendo de si la realidad afecta sólo en un primer momento o
si la afección permanece en un segundo momento; dicha impulsividad o discernimiento
influyen en la actividad racional). A continuación, veremos con detenimiento la
emotividad, la actividad y la resonancia.

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I. ¿SOY EMOTIVO (A)?

La emotividad es un rasgo del carácter que consiste en el grado de


sensibilidad que tenemos respecto a la realidad, propia o ajena. Frente a
las cosas y a las personas nos “sentimos afectados con mayor o menor
intensidad”. Todos los seres humanos reaccionamos frente a la realidad,
pero unos la “sienten” más o menos intensamente.

Evidentemente, en los jóvenes adolescentes existe ya una cierta


educación de la afectividad, también han ocurrido muchas experiencias
adquiridas hasta ese momento. Mucha agua ha corrido durante los años
vividos; sin embargo, aunque –como hemos señalado–, el carácter se
asienta sobre el temperamento, éste sigue actuando, a pesar de que haya
ido sufriendo modificaciones.

Es decir, que aunque no exista el nudo temperamento, éste sigue


teniendo unas manifestaciones. Todos sabemos que si bien vamos
cambiando, por efecto de al educación o de las decisiones que hayamos
tomado ante las experiencias vividas, nunca cambiamos radicalmente del
todo, sino que por lo menos “tenemos la inclinación” a reaccionar de tal o
cual modo”. Esto es lo que sucede con la emotividad. Por eso, señalaremos
unas cuantas manifestaciones que indican que estamos ante una persona
muy o poco emotiva. Éstas son básicamente las siguientes:

a. ¿Soy impresionable? La persona emotiva es impresionable. Por


ejemplo: ¿Te turbas ante un superior, o ante una persona que tenga
autoridad? ¿Te sobresaltas y se acelera tu corazón cuando oyes un
ruido repentino?
La persona que es medianamente emotiva se turba a medias, y
sólo ante acontecimientos chocantes
La persona emotiva se mantiene fría, cualesquiera que sean las
circunstancias

b. ¿Te pones nervioso (a) en cuanto te parece que te ofenden o que te


discuten algo?, ¿Experimentas miedo (aunque no se “note”)?
La persona que es medianamente emotiva sólo se pone nerviosa sólo
cuando surge una dificultad seria o siente miedo sólo en circunstancias
dramáticas.

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La persona que es poco emotiva conserva la calma más o menos en
todas las ocasiones.

c. ¿Tu humor es muy variable? ¿Montas en cólera con facilidad?


Quien es bastante estable, o se encoleriza sólo en las «grandes
ocasiones», es medianamente emotivo (a).
Quien es poco emotivo tiene un humor muy estable y se mantiene
tranquilo (a), o no se inmuta en absoluto.

d. Cuando ves una película ¿te emocionas ante una escena trágica?
Si logras dominar tus expresiones o tus lágrimas eres medianamente
emotivo (a).
Si permaneces insensible eres poco emotivo (a).

e. ¿Te entusiasmas con facilidad? ¿Eres expresivo (a), (usas frecuente y


vivazmente palabras como: “¡maravilloso!”, “¡estupendo!”) ?,
¿Palideces o enrojeces con facilidad?
La persona medianamente emotiva requiere para ello circunstancias
extraordinarias.
Quien es poco emotivo, casi nunca es tan expresivo (a).

¿QUÉ TAN ACTIVO(A) SOY?


La actividad es otro de los rasgos del carácter. Existen personas
más activas u otras que tienden más a la pasividad. La actividad consiste
en un impulso imperioso a actuar. La persona activa no sabe estar sin
hacer nada, inclusive busca pelea o guerra, incordiar, pero nunca se
queda quieto(a). Igual que la emotividad, se puede educar la actividad,
para saberla encauzar, como veremos luego. Ahora vamos a ver qué tan
activos somos:

a. Después que terminan tus clases, ¿buscas siempre otras tareas? Si lo


haces sólo algunas veces eres medianamente activo y si nunca eres poco
activo (a) Inclusive la actividad o pasividad se ve respecto a cómo descansas
después del trabajo o estudio, ¿buscas hacer un deporte activo o pasivo
(ajedrez, por ejemplo) o si ves una película ¿eliges siempre las películas de
acción? ¿o simplemente te dejas “caer” en el sillón ante cualquier programa
televisivo o película?

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b. ¿Estudias o realizas tu trabajo con gusto y ánimo?, ¿Aprecias en los
demás su entusiasmo por el trabajo? Si estudias o trabajas mitad por deber y
mitad por gusto eres medianamente activo, y si –en general– sólo actúas
cuando te obligan eres muy pasivo (a).

c. ¿Tienes tendencia a realizar en seguida un estudio o un trabajo


penoso y al mismo tiempo necesario? Si te encuentras ante una tarea nueva o
difícil, o se te presenta una jornada complicada y llena de trabajo, ¿te sientes
contento en el fondo?
Quien es medianamente activo lo llega a realizar, pero con cierta
desgana y algo de fastidio.
Quien tiende a la pasividad lo va aplazando día tras día, espera no
hacerlo nunca, lo “rehuye”, “quita el cuerpo”.

d. Donde más se ve si una persona es activa es respecto de las


dificultades. Si eres activo la presencia de obstáculo te estimulan, si eres
medianamente activo puedes le “entras”, pero abandonas enseguida, y si eres
pasivo la sola presencia de los obstáculos te dejan “fuera de combate”, te
“rindes” enseguida, sin apenas luchar.

e. En caso de dificultad (avería del carro o motocicleta, pérdida del


ómnibus, olvido, etc.), ¿encuentras rápidamente una solución? ¿Te dicen que
sales del paso fácilmente?
Si eres medianamente activo te encontrarás con que las dificultades las
solucionas medianamente también, porque buscas activamente los recursos.
Si tiendes a la pasividad, aun siendo competente y hábil en su oficio, te
encuentras a menudo en aprietos que no sabe cómo solucionar

III. ¿CUÁNTA REPERCUSIÓN TIENE LA REALIDAD EN TI?


La repercusión es el grado de resonancia, la cantidad de tiempo que
quedan los hechos actuando dentro de ti. Si es un tiempo largo tienes un
carácter secundario, y si es apenas un tiempo breve tu carácter es
primario. Por eso esta característica ha sido vista como la “capacidad de
guardar” dentro de la propia interioridad, lo que se haya visto, oído, o
experimentado. Hay personas que “guardan” mucho tiempo, otras poco.

a. ¿Buscas resultados a largo plazo –cargo futuro, seguro de vida, casa


para el futuro–? Este sentido del tiempo se ve también de cara al conocimiento

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del funcionamiento de una máquina: ¿prefieres conocer el mecanismo, los
procesos, o sólo te interesan los resultados?
Si eres primario preferirás resultados rápidos (ahora, mañana o pronto),
el tiempo actual es el que te interesa, el tiempo lento, los procesos, etc., te
pondrán nervioso o te impacientarán.
Si eres medianamente primario o secundario te proyectarás en el tiempo
de las dos maneras, según las circunstancias: unas veces de manera mediata
otras inmediatamente.

b. Después de una afrenta, ¿te reconcilias muy difícilmente? Si éste es


tu caso tu carácter es secundario, si al contrario haces las paces fácilmente,
eres primario, y si te reconcilias al cabo de algún tiempo, eres medianamente
secundario o primario.

c. ¿Tienes en cuenta siempre tus principios a la hora de actuar,


cualesquiera que sean las circunstancias? ¿Eres fiel a tus ideas y a sus
tradiciones?
Si actúas sólo según las circunstancias y si te dejas influir mucho por las
novedades, eres primario, y si tratas de conciliar los principios y las
circunstancias, y te mantienes abierto a las ideas de los demás y a las modas,
tienes un carácter medianamente secundario o primario.

d. ¿Tienes fidelidad a tus amistades o simpatías, lugares, viejos


recuerdos, etc., desde la infancia? ¿guardas fielmente un horario, una rutina,
muy regular y preciso.
Si estas cosas carecen de importancia para ti y sólo te gusta el cambio y
la novedad eres primario, y si te hallas entre los dos extremos tienes un
carácter medianamente secundario o primario.

e. Después de un duelo o de un grave trastorno (por el que ha podido-


usted sufrir más o menos vivamente), ¿te consuelas difícilmente y reanudas
con mucha lentitud tu vida habitual?
Si olvidas pronto y la rehaces enseguida eres primario y si te hallas
entre los dos extremos puede depender del tipo de lo que te haya hecho sufrir.

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TIPOS DE CARÁCTER

Según la clasificación Lesenniana, podemos distinguir los siguientes tipos de carácter. Es


necesario volver a insistir en que los caracteres no se dan en puridad sino que hay mezcla
de algunos de ellos. Sin embargo, cómo una quía podemos considerar la siguiente:

1. Emotivo, no* activo, primario: nervioso


2. Emotivo, activo, primario: colérico
3. Emotivo, no activo, secundario: sentimental
4. Emotivo, activo, secundario: apasionado

5. No emotivo, activo, primario: sanguíneo


6. No emotivo, activo, secundario: flemático
7. No emotivo, activo, primario: amorfo
8. No emotivo, no activo, secundario: apático

*El “no” no significa ausencia sino que se presenta “poco” ese rasgo.

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I. RASGOS GENERALES DEL CARÁCTER NERVIOSO

1. Es primario, inactivo y emotivo: es el más primario de todos los


primarios. Incapaz de descargarse en la acción, el potencial nervioso se
consume en el sujeto.

Por ello, la energía, súbitamente liberada se difunde a ciegas por todos


los campos del espíritu: sensibilidad tumultuosa y poco coherente,
inteligencia desordenada, pronta a cuantos entusiasmos y
contradicciones le proponga su desorden afectivo, y voluntad sujeta a
estos rápidos cambios

2. El instante le domina: es variable y atareado, impulsivo, discontinuo,


humor variable

3. Posee vivacidad afectiva: propende a la violencia y es susceptible

4. Busca impresiones nuevas y gusta de las novedades

5. Se preocupa de los resultados inmediatos

6. A menudo puede caer en falta de objetividad.

II. RASGOS GENERALES DEL CARÁCTER SENTIMENTAL

1. Su característica principal es la introversión: Por su secundariedad y su


gran emotividad el sentimental tiende a la introversión, que a veces se
reviste de dureza, para evitar ser herido

2. Posee unidad de conducta presente y de historia personal. Debido a la


secundariedad tiene más continuidad y regularidad en su conducta.

3. Guarda por mucho tiempo afectos o sentimientos positivos y negativos

4. Desconfía de sí mismo y de los demás: Poca autoestima

5. Tiene tendencia al aislamiento y a la timidez

6. Es rutinario, muy conservador de las costumbres y manías

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7. Posee dificultades para el pensamiento lógico

III. CARACTERÍSTICAS DEL ACTIVO EXUBERANTE

1. Es emotivo y primario

2. Le pueden la impulsividad, violencia, excitabilidad y susceptibilidad

3. Busca impresiones siempre nuevas

4. Busca resultados inmediatos

5. Es fácilmente consolable

6. Tiene tendencia a la improvisación, precipitación, presenta una


conducta cambiante

7. Le falta de disciplina. Es de los que dicen o piensan “A mí, ¿quién me


manda?”

8. Posee mucho afán de independencia

9. Posee ansias de grandeza

10. Tiene una gran inclinación a la camaradería, pero eso sí su gran


generosidad, es solamente con los suyos

11. A menudo está de buen humor, optimista (debido a su actividad)

12. Aunque es francamente honesto, tiene tendencias muy fuertes a


“manipular o maquinar”.

13. Tiene un gran gusto por lo concreto, sentido práctico

14. Posee una imperiosa necesidad de actuar

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IV. RASGOS GENERALES DEL CARÁCTER APASIONADO

1. Por ser ACTIVO experimenta vivamente la necesidad de traducir en


obras y realizar el ideal que bulle en su mente

2. Por ser SECUNDARIO se orienta a una acción sistemática y


controlada, estudia primero los pro y los contra

3. Por ser EMOTIVO es de gran emotividad, profundidad y


persistencia de sentimientos

4. Es activo, decidido, enérgico; siempre ocupado, si se propone un fin


lo logra. Es organizador por naturaleza.

5. Suele ser hombre reflexivo, de ideas claras y firmes; de convicciones


profundas, de cabeza dura, de sentimientos duraderos, de una
tenacidad inflexible

6. No es pasivo, ni se entrega a los placeres de los sentidos

7. Es independiente, y a veces impulsivo, violento o brutal

8. Puede llegar a ser severo y aislado con los demás, a veces intratable,
susceptible y sombrío

9. Posee marcada tendencia a la introversión, a trabajar solo y a vivir


bajo la influencia del pasado

10. En ocasiones puede ser poco valeroso y mal deportista

V. RASGOS GENERALES DEL CARÁCTER SANGUÍNEO

1. Es activo, con gran sentido práctico

2. Tiene tendencia a ser oportunista y mundano. Ama los resultados


inmediatos

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3. Tiene una gran extraversión:

4. Por ser NO EMOTIVO su ser íntimo se vuelca al exterior, para


compensar su falta de interioridad

5. Por ser ACTIVO se deja absorber por los acontecimientos de la vida

6. Se adapta muy bien a las circunstancias y situaciones concretas

7. Por ser primario, vive el momento presente, pero no bajo la


emotividad sino calculando, pensando fríamente

8. Tranquilo, objetivo, educado, elegante, amante del deporte, bueno en


los negocios, sabe improvisar

9. Sistemáticamente egoísta, sin ternura, poco profundo y leal en la


amistad.

10. Suele ser duro, frío, oportunista, ávido de dinero

11. Positivista, crítico, sarcástico, a veces raya en lo cínico

VI. RASGOS GENERALES DEL CARÁCTER FLEMÁTICO

1. Como es ACTIVO posee una rica fuente de energía; se aplica al


trabajo con método y constancia.

2. Por ser SECUNDARIO no se deja sorprender desprevenido, posee


ideas claras, se propone fines precisos y determinados, y no descansa
hasta alcanzarlos.

3. Por ser NO EMOTIVO es calmoso, impasible, frío; en sus


relaciones sociales le falta espontaneidad y desenvoltura; es
reservado pero no tímido (como el sentimental). Parece casi
indiferente a los acontecimientos exteriores, y los emotivos lo juzgan
insensible, sin corazón, desdeñoso, despreocupado.

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4. Es muy trabajador, decidido, constante como nadie, sabe muy bien lo
que quiere y no abandona nunca lo empezado; puntual, pero rígido
en el uso del tiempo; regular hasta la monotonía, reflexivo,
conservador.

5. Muy veraz. Ahorrador, buen administrador. Bien dotado para las


ciencias abstractas.

6. Muy igual de humor; conserva siempre el mismo estado de ánimo.


Es impasible, sin emociones, y muy poco expansivo

7. Metódico hasta la exageración, puede ser maniático del orden,


apegado a sus ideas, tenaz.

8. Tiene muy pocos amigos íntimos, puede ser orgullosamente frío,


severo en su manera de dirigir y llegar a la tiranía.

VII. RASGOS GENERALES DEL CARÁCTER AMORFO

1. Como es poco EMOTIVO no vibra por ningún ideal, ni tiende a


esforzarse por una acción noble. Debido a que es poco ACTIVO le
falta el sentido práctico. Se muestra indeciso y torpe. La falta de
curiosidad hace que no observe ni lea nada por su cuenta.

2. Tiene muy pocos amigos íntimos, puede ser orgullosamente frío,


severo en su manera de dirigir y llegar a la tiranía.

3. Bastante perezoso, huye del esfuerzo, suele aplazar y descuidar las


tareas que se le encomiendan, tiende a aprovecharse del trabajo de
sus compañeros. Se consuela pensando que en la vida todo es
cuestión de saberse acomodar.

4. Como todo primario, vive el momento presente. Centrado en la


búsqueda de placeres orgánicos (comer, dormir). El estar tan
condicionado por las necesidades orgánicas influye en la carencia de
intereses intelectuales.

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5. Es sociable, extrovertido, dócil, no suele resistirse, ni dar problemas
a la autoridad, se deja plasmar y corregir bastante, posee buena dosis
de clama y de objetividad.

6. Se inclina por los trabajos (cuando lo hace) que exigen paciencia,


poca imaginación y sentimiento; tiene discreto talento par ala
ejecución de piezas musicales y más éxito en el arte dramático y en
el deporte realizado colectivamente.

7. Poco original y superficial. Se deja arrastrar por el ambiente, abúlico.


No se mueve si no le remolcan. Carece de energía y de entusiasmo.
Despilfarrador, desordenado.

8. El binomio inactividad-primariedad es un obstáculo para el


desarrollo de las aptitudes intelectuales. Carece de tensión mental,
razona con mucha lentitud y de forma superficial, está incapacitado
para el pensamiento abstracto.

VIII. RASGOS GENERALES DEL CARÁCTER APÁTICO

1. Por ser poco EMOTIVO tiene muy poca sensibilidad y


sentimientos. Da la impresión de ser impasible. Tiene una
melancolía fría, soportada.

2. Por ser poco ACTIVO no tiene necesidad alguna de trabajar, ni


tiene iniciativas, lleva una marcada indolencia y con frecuencia es
perezoso, de poco sentido práctico

3. Por ser SECUNDARIO es capaz de un minucioso empleo del


tiempo, cumpliendo al pie de la letra, por formalismo y se deja llevar
por la costumbre

4. Por lo general. Posee igualdad de ánimo y sentido del honor más


acentuado que el amorfo; tiene cierta dignidad en su manera de ser.

5. Es propenso a la inercia mental, menos inteligente que el amorfo,


pero sincero, honrado, leal

6. Es capaz de hábitos, pero tiene que luchar contra su inactividad

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7. Es el tipo más afecto a la soledad, a la vida monótona. Es cerrado,
fiel en sus ideas hasta la terquedad, independiente. Huye de la
convivencia. A veces de mal genio, envidioso, quisquilloso,
inclinado al rencor y pesimista.

8. Inclinado al egoísmo, a la avaricia, a la dureza de corazón,


indiferente para con los demás

9. Comprende su deficiencia, la lamenta, pero ante su incapacidad se


siente triste y abatido

CÓMO MEJORAR NUESTRO CARÁCTER


¿Cómo sacar ventaja de nuestras “fortalezas” y ¿cómo remediar nuestras
debilidades?
Mediante la observación y la práctica de las virtudes humanas

1. ¿Qué hacer con nuestra emotividad?


Virtud de la fortaleza, de la prudencia

2. ¿Qué hacer con nuestra actividad o pasividad?


Ejercitarse en la toma de decisiones: virtud de la prudencia y de la
laboriosidad

3. ¿Qué hacer con nuestra resonancia?


Si es poca, incrementarla, para poder pensar y no ser tan impulsivo(a),
si es demasiada controlarla, para no obsesionarse

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