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Si has dicho frases como "mi vida no tiene sentido sin él/ella" o "vivo por y para

él/ella", posiblemente está s atravesando un amor enfermizo má s que un amor


verdadero por una persona. Hay una línea muy delgada entre traspasar de ese amor
puro y bien intencionado al amor enfermo, por lo que es importante que sepas
identificar en cuá l tipo de amor te sitú as.
El amor sano es la demostració n de cariñ o, afecto, pasió n y admiració n por el ser
amado, pero de una manera controlada, con sentido de lo propio y lo ajeno, con una
distancia afectiva entre mi persona y la otra, y có mo eso nos armoniza al estar juntos,
pero cada quien independiente y en control de su vida personal, planes, ideas,
proyectos.
El amor enfermizo es el amor donde perdemos el norte de nuestra propia vida por
estar pendientes del otro, donde respiramos el mismo aire de esa persona, queremos
controlarle lo que hace, dice y piensa; casi quisiéramos meternos en su propia piel
para entender todo sobre la otra persona: "no puedo estar con él pero sin él me
muero".
No es inusual atravesar o tener a nuestro alrededor muchas personas que viven
enfrascadas en relaciones afectivas enfermizas de las cuales no quieren o no pueden
escapar; donde estar mal se convierte en una costumbre para la persona adicta a la
relació n y, de igual manera que con cualquier otra adicció n, se es incapaz de dejarla o
tenerla bajo control.
La persona que está apegada a otra nunca está preparada para la pérdida, porque no
concibe la vida sin su fuente de seguridad. Las razones por las que nos llegamos a
involucrar en un amor enfermizo pueden ser mú ltiples, aunque en su gran mayoría
provienen de las experiencias traumá ticas a nivel afectivo del niñ o; donde el
comportamiento cambiante e inconsistente de sus progenitores le generó inseguridad
y poca autoestima hasta su vida adulta.
Podríamos decir que detrá s de un amor enfermizo hay mucho miedo. Por ejemplo, te
cuestionas si eres capaz de hacerte cargo de ti mismo, aparece el temor a quedarse
solo, por lo que parece má s sencillo apegarse a las fuentes de seguridad disponibles,
representadas en distintas personas, aun cuando este apego me haga sufrir.
El hecho de que desees mucho a tu pareja, que te encante estar con él/ella y que la
extrañ es cuando no está contigo no significa que sufras de apego. El placer de amar y
ser amado es para disfrutarlo y sentirlo, pero si sientes un vacío incontrolable cada
vez que te despides de tu pareja, si verla diariamente se vuelve indispensable para
seguir viviendo al punto de perder tu paz cuando no está s a su lado, calificas en el
rango de un amor enfermizo, por lo que te sugiero buscar ayuda profesional.

Cuando el amor se vuelve enfermizo

La Divina Comedia (Dante Alighieri, 1307), obra fundamental de la transició n del


pensamiento medieval al renacentista narra las aventuras de Dante, que acompañ ado
por el poeta Virgilio recorre los recovecos del infierno, el purgatorio y el paraíso, fue
escrita con una base meramente romá ntica. Para los que conocen la obra de Dante
Alighieri, bien vale la pena mencionar que el motivo principal por el que escribió este
texto en tercetos, no es sino por el gran amor que tuvo por su amada Beatriz Portinari.
Alighieri durante muchos añ os mantuvo una fuerte obsesió n romá ntica por la figura
de esta dama, con la que pocas veces llegó a cruzar palabras. De hecho nunca tuvo un
acercamiento conciso y llegaron a pasar largas temporadas para que tan só lo
obtuviera de ella una mirada. Cuando la fémina supo que la obra de Dante estaba
cimentada en su figura como objeto del deseo amoroso, Beatriz optó por nunca má s ni
siquiera saludarle, detalle que era má s que suficiente para complacer al enamorado, y
aunque el autor italiano se casó y formó su respectiva familia, su vida oscilo entre la
nostalgia y el exilio debido al amor apasionado que nunca dejó de sentir por ella.

Cuando leemos algo como esto o vemos una película romá ntica, nos parece lo má s
adecuado que los personajes se entreguen ciegamente al otro y que la pasió n
desborde a la razó n; sin embargo, en la vida real, esto dista demasiado de ser lo mejor
para la salud mental de un individuo.

La sensació n de enamorarse es absolutamente grata, y esto se puede explicar desde


dos aspectos: el cognitivo y el físico, del primer rubro se puede decir que cualquier
cuestió n vinculada con comodidad, atenciones, estímulos verbales, físicos y de
cualquier otra índole que tenga que ver con nuestro pensamiento y sus procesos, nos
vuelve susceptibles a desarrollar afecto hacia una persona. Respecto a lo físico, cuando
alguien nos atrae físicamente, el cerebro emite una serie de sustancias (Serotonina y
Noradrenalina) que hacen que ademá s de atracció n, desarrollemos placer y una
variedad de sensaciones, todas relacionadas con el acto de amar. Con esto, se da el
proceso de enamoramiento, caracterizado en lo general por dos puntos: el deseo y la
atracció n; de las que se derivan una serie de cuestiones como en el primer caso lo
físico (abrazos, besos, caricias, cumplidos, sexo) y en cuanto a la atracció n, esta va
ligada a toda situació n que es capaz de crear en nosotros una necesidad de obtenció n.
En sí, segú n los expertos el proceso de enamoramiento dura de entre 3 meses y 2
añ os. Después de ésto, el enamorado suele entrar a una etapa de nivelació n, en la que
el individuo sigue teniendo los mismos síntomas de enamoramiento pero ahora en un
nivel má s bajo que le permite establecer una relació n adecuada con la pareja y su
alrededor. Pero existen casos, donde los síntomas del enamoramiento lejos de
nivelarse se elevan, y esto hace que el pensamiento del individuo al ser dispar de la
persona a la que ama le envuelva en una patología obsesiva. Los síntomas de esta
obsesió n amorosa son bien conocidos: celos, desconfianza, percepció n de falta de
muestras de afecto, entre otros, los cuales se caracterizan sobre todo porque para
quien los sufre, su idea delirante es correcta aunque los signos visibles ante los ojos de
los demá s sean todo lo contrario. Cuando ocurre que el “amor” que la persona sentía
se vuelca en necesidades enfermizas, lo má s comú n es que la pareja o la persona con
quien se presente una relació n se sienta invadida en diferentes rubros, rompiendo con
un equilibrio tá cito que debe de haber entre una relació n que involucra a dos.

Lo má s recomendable para evitar que una relació n amorosa se vuelva enfermiza es


ser consciente del proceso por el que se va a pasar, desde la euforia hasta la calma, y
durante este proceso, ser claros con nosotros mismos en cuanto a nuestras
necesidades y ofrecimientos, dá ndonos cuenta de có mo es la otra persona, có mo era
cuando la conocimos y qué es lo que nos ofrece, para saber qué podemos esperar y
que nuestras exigencias no sean irracionales.
Si ya estamos en una etapa de amor enfermizo o desproporcionado, lo má s importante
es darnos cuenta de que un comportamiento tal nos llevará a la ruptura de pareja o en
todo caso al alejamiento del ser amado, puesto que el percibirá un claro desorden de
razó n en nuestros actos y por salud mental y emocional no es conveniente alimentar
la obsesió n, por ende, cuando se sientan los síntomas anteriormente mencionados es
importante entablar diá logo con la pareja y hacer un inventario personal para ver qué
está fallando.

Es importante mantener el amor, las muestras de afecto y el deseo, pero como todo,
siempre con un balance y sin excesos.

¿Amor verdadero o enamoramiento caprichoso? Cómo detectar la diferencia


Nancy Van Pelt
“¿Có mo puedo saber si estoy realmente enamorado?” le preguntó un lector al
columnista de un perió dico. La respuesta fue: “Si tienes que preguntarlo es porque
no lo está s”. La insuficiencia de esa respuesta es tremenda; hay muchos que todavía
siguen pensando que cuando el amor golpea se dará n cuenta instantá neamente. En
verdad eso no es tan fá cil.
Los estudios sobre el tema muestran que la mayoría de la gente considera sus
relaciones pasadas como meros enamoramientos y las actuales como si se tratara
de amor verdadero. Una encuesta reveló que en promedio la gente siente
enamoramientos pasajeros seis o siete veces y só lo una o dos veces amor real.
Posiblemente ya lo hayas experimentado en los romances que has vivido. Pero la
gran pregunta es: ¿Có mo puedes saber si es amor verdadero o só lo un
enamoramiento pasajero o pasió n?
El amor y el enamoramiento caprichoso tienen síntomas similares
El amor y este tipo de enamoramiento tienen algo en comú n: fuertes sentimientos
de afecto por alguien, lo que complica el intento de establecer las diferencias, ya
que muchos de los síntomas se parecen entre sí. El enamoramiento má s
apasionado y ciego puede tener algunas de las características del verdadero amor y
viceversa. Las diferencias entre el amor y el enamoramiento caprichoso son má s
bien de grado. En consecuencia, se deben examinar todas las evidencias con mucho
cuidado.
El amor y el enamoramiento comparten tres síntomas: pasió n, deseo de cercanía, y
emociones fuertes.

Pasión. La pasió n puede surgir sin verdadero amor. En el caso del hombre,
particularmente, le es posible sentir pasió n o fuertes sentimientos sexuales por una
mujer que nunca conoció . Los besos y las caricias audaces aumentan la urgencia de
las sensaciones eró ticas hasta que el sexo comanda la relació n. La pasió n por sí sola
no es un indicador de verdadero amor. La atracció n sexual puede ser tan urgente
en estos casos como en el amor verdadero, y en ocasiones puede llegar a ser
dominante. El amor debe estar basado en algo má s que una atracció n sexual o
pasional.

Ademá s, nadie puede mantener tal pasió n impetuosa durante un tiempo


prolongado, aunque asegure lo contrario. Si todo lo que una pareja comparte es
pasió n, probablemente esa relació n concluirá en unos pocos meses. Si una pareja
decide casarse sobre la base de esa vorá gine de motivació n sexual, pronto
aprenderá que cuando la pasió n muere ya no queda nada que los mantenga juntos.
Deseo de cercanía. El deseo continuo de estar cerca del otro puede ser tan
abrumador en la pasió n como en el amor verdadero. Las ganas de estar juntos todo
el tiempo provocan ansiedad ante la separació n y puede producir una sensació n de
vacío y soledad ante la ausencia del ser amado, pero esto no es necesariamente un
indicador de amor verdadero. El deseo de estar cerca puede tener la misma
intensidad en la pasió n y en el amor verdadero.

Emociones fuertes. Los estudios han confirmado que al comienzo de un simple


enamoramiento se experimentan síntomas físicos distintivos. Así por ejemplo,
sentirse sobre nubes cuando todo va bien o sentirse enfermo cuando las cosas
andan mal; una corriente helada que corre por la espalda, falta de concentració n,
malestar estomacal o inapetencia. Pero tales emociones se manifiestan tanto en el
enamoramiento caprichoso como en el amor real, si bien son má s indicativas del
primero El verdadero amor incluye algo má s que una mezcla de sentimientos
frívolos y se extiende má s allá del agotamiento de las emociones fuertes.

Si sientes soledad, aburrimiento, o está s en el proceso de olvidar un romance roto,


tendrá s mayor disposició n a interpretar como amor real otro romance que surja,
aun cuando só lo se trate de un poco má s que enamoramiento. Si te sientes
inseguro/a o tienes una baja autoestima, debes ejercer mucha cautela. Las
personas maduras y las de autoestima normal también pueden ser atrapadas por la
pasió n, aunque son má s capaces de reconocerla.

No creas que la pasió n es algo totalmente negativo. Puede ser una experiencia
placentera siempre que la reconozcas por lo que es, un breve interludio de fantasía
romá ntica. Dá ndole suficiente tiempo pasará o desembocará en una relació n real
que implica mucho má s que un aluvió n de emociones. Recuerda asimismo que
algunas relaciones que comienzan en pasió n se transforman en amor verdadero
cuando son probadas a lo largo del tiempo.
El verdadero amor difiere del enamoramiento caprichoso porque otorga tiempo y
espacio para reconocer tanto las buenas cualidades como las imperfecciones de
una persona. El establecer un compromiso, y tener relaciones sexuales, irse a vivir,
o casarse con alguien sobre la base de esos sentimientos prematuros es una
necedad y sin duda producirá resultados negativos.

Identifica lo que es real


En 1820, durante la fiebre del oro, los buscadores lo confundían a veces con la
pirita. La pirita, o el oro del tonto, como se da en llamar a este mineral, es detectada
en una cacerola sobre el fuego. Mientras se chamusca y humea produce un olor
muy desagradable. Por el contrario, el calor no dañ a el oro verdadero ni tampoco
produce mal olor. Desafortunadamente, no podrá s poner tu relació n amorosa en
una cacerola sobre el fuego para saber si produce mal olor, pero puedes analizarla
a través de estos nueve factores:
1. El amor se desarrolla con lentitud; el enamoramiento caprichoso, con rapidez. La
mayoría de la gente piensa que enamorarse es una emoció n repentina e intensa.
Carlos dijo: “Me emocioné el minuto en que la vi. Era como siempre me la imaginé.
Siento como si la hubiese conocido toda la vida”.
La evaluació n de Carlos no es vá lida hasta después de un añ o de noviazgo. ¿Por
qué? Porque el amor crece y ese crecimiento requiere tiempo. Es imposible conocer
a la persona real en só lo unos pocos encuentros. Al comienzo de una relació n, todos
mostramos la mejor conducta. Ocultamos o reprimimos los rasgos desagradables.
Lleva meses observar a una persona en diversas situaciones como para conocerla
bien. Muchos saben ocultar los rasgos negativos de su personalidad incluso hasta
después de casarse.
No te apresures a sacar conclusiones. Deja que tu relació n crezca. Inicia la amistad
y no trates de apresurarte durante la etapa del conocimiento. Los comienzos
apacibles son parte de los noviazgos agradables. Tales amistades pueden llevar al
verdadero amor, que se asemeja a la pasió n en intensidad pero está arraigado en la
realidad.
2. El amor se basa en la compatibilidad; el enamoramiento caprichoso, en la química
y la apariencia. Esteban siente “buena onda” cuando conoce a una chica linda. Cree
que eso es “química” instantá nea. “Lo sientes o no lo sientes. Yo lo sentí en el
minuto en que la vi”. ¿De dó nde sacó Esteban eso de que química y amor son la
misma cosa? ¡Del cine, quizá s!
Confiar en la “química” para que te lleve al amor es torpe y peligroso. La química
está basada mayormente en la atracció n física o sexual. Tiene que existir esa chispa
que te hace sentir má s vital que nunca, pero basar un matrimonio só lo en eso es
absurdo.
Es posible sentir una fuerte atracció n por alguien que acabas de conocer y que te
agrade en todo, pero hay un largo camino por recorrer antes de amar a esa
persona. El verdadero amor incluye química, pero se nutre de otros factores tales
como el cará cter, la personalidad, las emociones, las ideas y las actitudes. El que
está enamorado se interesa en la manera en que la otra persona piensa y responde
en diversas situaciones, o en los valores que ambos comparten. Deberá s observar
sus actitudes hacia temas tales como la religió n, la familia, el sexo, el dinero y las
amistades así como los intereses mutuos, su pasado y sus modales. Cuanto má s
tengan en comú n, mejores será n las posibilidades del amor real.

3. El amor se centra en una persona; el enamoramiento caprichoso puede incluir


varias. Un apasionado puede pensar en “amar” a dos o má s personas a la vez. Esas
personas con frecuencia difieren marcadamente en personalidad. Ana reconoce
estar enamorada de dos muchachos y no poder decidirse por uno de los dos.
Esteban es maduro, estable y responsable; mientras que Sergio es irresponsable,
amante de las diversiones y gastador. En verdad Ana no está enamorada de
ninguno. Algo la impulsa hacia el gastador divertido, mientras que sus instintos
maduros le dicen que las cualidades de Esteban son má s importantes. Al fin
combina las cualidades de ambos y piensa que está enamorada de los dos. El
verdadero amor se concentra en una persona cuyo cará cter y personalidad exhiben
cualidades esenciales, pero nunca combina varios individuos para formar uno
ideal.
4. El amor produce seguridad; el enamoramiento caprichoso, inseguridad. El amor se
basa en el principio de la confianza mutua mientras que el enamoramiento provoca
inseguridad y puede intentar controlar al otro mediante los celos. Esto no significa
que cuando uno está realmente enamorado nunca sentirá celos, pero será n menos
frecuentes y severos. El verdadero amor confía. Hay quienes se sienten halagados
pensando que los celos son evidencia de un amor verdadero, pero estos trasuntan
emociones de inseguridad enfermiza, baja autoestima y ansias de posesió n. El amor
real no actú a de esa manera.

5. El amor reconoce la realidad; el enamoramiento caprichoso la ignora. El


verdadero amor ve los problemas en perspectiva, sin minimizar su seriedad,
mientras que el enamoramiento pasa por alto las diferencias sociales, étnicas,
educativas o religiosas. Algunas veces hasta se enreda con alguien ya casado y
asume que tales aspectos no son importantes. Por el contrario, una pareja
relacionada por amor verdadero enfrenta sus problemas con franqueza y cuando
un problema amenaza su relació n lo discuten abiertamente y lo resuelven con
inteligencia. Negocian las soluciones por anticipado.

6. El amor motiva una conducta positiva; el enamoramiento caprichoso tiene un


efecto destructivo. El amor es constructivo y estimula lo mejor de ti, te provee de
nueva energía, ambició n e interés en la vida. Estimula la creatividad y motiva al
desarrollo personal, la superació n y todo lo que sea positivo. Esto naturalmente
engendra sentimientos de autoestima, confianza y seguridad en uno mismo y nos
motiva a triunfar. Estudias con interés, planificas con má s eficacia y ahorras con
má s diligencia. A tu vida se le agrega propó sito y sentido. Aunque sueñ es despierto,
te mantienes dentro de los límites de la realidad y funcionas a tu mayor nivel.
El enamoramiento caprichoso tiene un efecto destructivo y desorganizador. Te
hace menos competente, menos eficiente y entorpece el desarrollo de tu verdadero
potencial. Te arrastra a sueñ os imaginarios que te hará n olvidar las realidades de la
vida, el trabajo, el estudio, las finanzas y otras responsabilidades.

7. El amor reconoce defectos; el enamoramiento caprichoso prefiere no verlos. El


amor reconoce las buenas cualidades del otro y hasta cierto punto las idealiza, pero
no considera que la otra persona sea perfecta. Admite los errores, aunque
prevalece el respeto y la admiració n por las buenas cualidades de la otra persona.
La pasió n te enceguece para no ver lo que está errado e idealiza a tal punto, que
rehú sa admitir las faltas y defiende al amado contra todas las críticas. Admira en
exceso una o dos cualidades, al punto que minimiza los defectos. El amor real
habilita para amar a pesar de los defectos y no cierra los ojos ante la realidad.

8. El amor controla el contacto físico; el enamoramiento caprichoso lo explota. El


verdadero amor ayuda a la pareja a controlarse en la intimidad romá ntica, ya que
ambos se respetan tanto que voluntariamente ponen límite a esos impulsos. La
pasió n, en cambio, demanda intimidad con mucha má s anticipació n. En contraste
con la pareja apasionada, una pareja que experimenta amor real ve en la intimidad
só lo una parte de la relació n. Esto se debe a que los apasionados dependen en gran
medida de la atracció n física, y la excitació n lleva al besuqueo y las caricias
avanzadas. Los que lo experimentan por primera vez sienten que es algo especial y
asumen que está n amando. Ignoran que sus valores, objetivos y creencias podrían
no coincidir. Si se casan solamente sobre la base de la atracció n física, descubrirá n
luego que el interés sexual declina y los desacuerdos aumentan.
Aunque el verdadero amor incluye la atracció n física, éste brota asimismo de otros
factores y el contacto físico tiene un significado má s profundo que el puro placer.
Para el apasionado, frecuentemente se vuelve un fin en sí mismo. El placer domina
a la experiencia.

9. El amor recibe la aprobación de la familia y los amigos; el enamoramiento


caprichoso recibe reprobación. Si los parientes o los amigos no aprueban la relació n,
¡cuidado! Si está n convencidos de que es una mala elecció n, probablemente tengan
razó n. Los matrimonios que no cuentan con la bendició n de los padres tienen una
alta probabilidad de fracasar. Un investigador comparó las quejas de los casados
felices con las de los divorciados, y descubrió que estos ú ltimos eran casi cuatro
veces má s proclives a quejarse de que sus có nyuges no tenían nada en comú n con
sus amigos. También se halló que las parejas casadas y felices tendían mucho
menos a estar en dificultades con sus suegros. Si los padres y los amigos tienen
objeciones, ¡cuidado! Si dan su aprobació n, anímate.

Tiempo al tiempo
Si has analizado tu relació n, pero todavía no puedes decidir si es verdadero amor,
date tiempo. El enamoramiento caprichoso quiere acelerar la relació n. Las
emociones no dan lugar al sentido comú n y tratan de empujarte a asumir
compromisos que má s tarde lamentará s. El amor real puede sobrevivir el examen
del tiempo, unos dos añ os de noviazgo, para asegurarte de que está s bien
preparado/a para el casamiento. El tiempo brinda experiencia y objetividad.
Cada añ o miles de parejas se presentan ante al altar con los ojos radiantes y se
prometen amor y fidelidad eternas, sin imaginarse que está n cometiendo el error
má s grande de su vida. ¿Qué pasó con sus diá logos apasionados, promesas tiernas,
miradas prolongadas, besos enardecidos y susurros amorosos?

Muchos fracasan al no comprender que uno no se enamora por accidente. Eres tú


quien decides amar, esto es, pensar, dedicar tiempo y experimentar sentimientos
firmes por alguien. Enamorarse es la parte fá cil y divertida del amor. La parte que
sigue es má s difícil, ya que implica asumir el serio compromiso de amar
incondicionalmente a una persona imperfecta. El amor genuino dice “Te amaré aun
cuando no satisfagas todas mis necesidades, me rechaces o me ignores, te
conduzcas insensatamente, tomes decisiones que yo no tomaría, o estés en
desacuerdo conmigo y me trates injustamente. Te amaré tal como eres y para
siempre”.

Este tipo de amor responde al don creativo de Dios hacia nosotros y puede ser
plenamente disfrutado só lo dentro de la protecció n y seguridad del matrimonio.
Somos capaces de amar solamente porque Dios nos amó primero. Amístate con él;
entonces será s menos proclive a sufrir decepciones amorosas y tendrá s la
oportunidad de encontrarte con un amor mutuamente satisfactorio mientras vivas
en la tierra.

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