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Derecho Mercantil
“Ensayo”
Estudiante:
Carmen Díaz
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relativas a los comerciantes y a los actos de comercio legalmente calificados, así
como a las relaciones jurídicas derivadas de la realización de estos, aunque en
muchos casos el sujeto que los realiza no tenga la calidad de comerciante, sin
perjuicio de ello, existen ordenamientos jurídicos en que el sistema es subjetivo, en
base a la empresa, regulando tanto su estatuto jurídico, como el ejercicio de la
actividad económica, en las relaciones que mantienen los empresarios entre ellos y
con terceros. El Derecho Mercantil es considerado sin duda alguna como una
ciencia autónoma, lo cual implica que cuenta en primer lugar, con su propia
normativa, como la Ley, la cual está representada por el Código de Comercio y
demás leyes especiales de naturaleza comercial que se dictan en la medida que el
desarrollo del comercio en cada país así lo exige, en segundo lugar, su propia
doctrina como la costumbre, en tercer lugar, su propia jurisprudencia y en cuarto
lugar su propio método didáctico.
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materia y por los matices metodológicos, este tipo de autonomía ha prevalecido en
el tiempo ya que la autonomía científica y por ende la autonomía didáctica ha
quedado demostrada en la evolución del mismo. La existencia de un método propio,
sujetos particulares al campo de estudio, principios y caracteres independientes de
los que reinan el Derecho Civil, un cambio paulatino de las estructuras de la
dogmática y hermenéutica jurídica, han llevado a una madures científica y a
alcanzar su total autonomía. En Venezuela se creó una Comisión de Reforma del
Código de Comercio en 1958, por Resolución del Ministerio de Justicia, en 1962
concluyeron los resultados al entonces Congreso de la República, entre los que se
destacaba el anteproyecto de los dos primeros libros del Código de Comercio, el
anteproyecto de reforma parcial al Código Civil y el anteproyecto de Ley General
de Títulos Valores y Operaciones Bancarias. El problema dual existente de la
materia regulable y la técnica legislativa más apropiada para abordar su tratamiento
normativo, se extiende al Derecho Privado en su totalidad.
Desde su inicio la codificación mercantil del siglo XIX mostró un claro divorcio
entre la norma y la realidad social regulada, porque los Códigos de Comercio son
tales cuando se está en las postrimerías de lo que el comercio significó en la historia
económica. Esta situación ha permitido afirmar, que los Códigos de Comercio
pretenden ser progresivos en lo ideológico; pero resultan claramente retrospectivos
en su cuadro institucional. En Venezuela existen leyes reguladoras de materias
importantes en el ámbito mercantil con carácter especial; así la intermediación
financiera consistente en la captación de recursos con la finalidad de otorgar
créditos o financiamientos, a través de una Ley General de Bancos y Otras
Instituciones Financieras, Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros y
el Reglamento General de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros,
las dirigidas a la oferta pública de valores y sus correspondientes mercados con la
Ley de Mercado de Capitales, Ley de Entidades de Inversión Colectiva, Ley de
Cajas de Valores y la Ley de Almacenes Generales y Depósito.
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Para la elaboración de normas, lo ideal sería no solo la participación del ente
regulatorio, sino también del comerciante o de las personas vinculadas a la actividad
del comercio, debido a que basados en sus experiencias en el desarrollo de éstas
podrían realizar grandes aportes respecto a las deficiencias de la ley o lagunas que
se hayan formado en el área en la que éstos se desempeñan. Así por ejemplo, si
se inicia la reforma de la institución bancaria, se debe procurar el asesoramiento de;
los bancos universales, comerciales, hipotecarios, de inversión, de desarrollo, de
segundo piso, arrendadoras financieras, fondos del mercado monetario, entidades
de ahorro y préstamo, casas de cambio, grupos financieros, operadores cambiarios
fronterizos, así como las empresas emisoras y operadoras de tarjetas de crédito,
entre otros, ya que estos manifestarán sus conocimientos y experiencias para la
elaboración de una normativa que se corresponda a la realidad y exigencias de la
actividad.
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4. La voluntad contractual de las partes situadas en otros
países miembros del Tratado de Libre Comercio debe ser
interpretada no literalmente sino de conformidad con los
estándares de mercando del tratado de libre comercio.
5. Los legisladores y jueces deben reconocer la necesidad de
proteger los derechos y las garantías adquiridas en otros
países miembros del Tratado de Libe Comercio.
6. Dentro de lo posible, los jueces deben cumplir los
requerimientos de sus contrapartes extranjeras para logar la
más plena cooperación judicial y administrativa.” Pp. 214.
Ahora bien, en materia de Legislación Nacional según la CRBV en su artículo
156 numeral 32 establece
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Por tanto, no se podría hablar de una independencia del Derecho mercantil,
puesto que, en la actualidad, en ninguna parte del mundo, un ordenamiento jurídico
emanado de un sector social ha sido totalmente independiente a tal grado de no
necesitar de otras ramas del Derecho. La autonomía del Derecho mercantil se
puede clasificar en primer lugar en Autonomía científica o doctrinal, siendo estos,
principios y teorías elaboradas por los estudiosos del Derecho mercantil, que hacen
del mismo una rama diferente al Derecho común, en segundo lugar, la Autonomía
autentica o legislativa, que se trata de las legislaciones especiales que contienen la
esencia de la ciencia del Derecho mercantil y que, por virtud de esta, se tornan en
normas separadas del Derecho común. El ejemplo de esta autonomía autentica o
legislativa se tiene con el Código de Comercio y las leyes mercantiles especiales
que emanaron del mismo, así como las que aparecieron en virtud de la dinámica
del comercio y, en tercer lugar, la Autonomía jurisdiccional o forense; que consiste
en la aplicación de normas especiales para la materia mercantil por determinados
órganos jurisdiccionales.
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REFERENCIAS