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“Entonces Samuel tomó una piedra y la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Eben-
ezer, diciendo: Hasta aquí nos ha ayudado el SEÑOR.” (1 SAMUEL 7:12 LBLA)
Cuando recordamos la Fidelidad de Dios en medio de las dificultades, podemos ver su
Gracia en nuestras vidas cada día. Y aun pasando tribulaciones y angustias, Él ha
estado con nosotros todos los días, mostrándonos que: “Aunque pase por
el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu
vara y tu cayado me infunden aliento” (Salmos 23:4)
Samuel se encontraba entre Mizpa (que en castellano significa “Atalaya o Vigía”) y Sen
(en castellano: “Diente”) donde había tenido lugar la batalla contra los FILISTEOS.
“
Y Samuel dijo: Reunid en Mizpa a todo Israel, y yo oraré al SEÑOR por vosotros. Y
se reunieron en Mizpa, y sacaron agua y la derramaron delante del SEÑOR,
ayunaron aquel día y dijeron allí: Hemos pecado contra el SEÑOR. Y Samuel juzgó
a los hijos de Israel en Mizpa. (1 Samuel 7: 5-6)
En ese lugar Israel paso por un tiempo de gran aflicción, sus enemigos se habían
reunido para destruirlos y les faltó la fe; nos dice el verso 7: “…los hijos de Israel,
tuvieron temor de los filisteos”.
Entonces Samuel oró por el pueblo (el poder en la Oración, el Ayuno y el
Arrepentimiento, COMO DETALLA EL VERSO 5) y el derramamiento del agua, que
es un genuino quebrantamiento, un genuino “no reservarse NADA delante de Dios”, en
cuya presencia vivimos.
Y nos dice la Palabra: “Entonces los hijos de Israel dijeron a Samuel: No dejes de
clamar al SEÑOR nuestro Dios por nosotros, para que Él nos libre de la mano de
los filisteos. Tomó Samuel un cordero de leche y lo ofreció como completo
holocausto al SEÑOR; y clamó Samuel al SEÑOR por Israel y el SEÑOR le respondió.”
(1 Samuel 7: 8-9)
Se produjo el SACRIFICIO, como “completo holocausto”, lo cual es figura y sombra
del SACRIFICIO que el Señor Jesús hizo por nosotros en la cruz del Calvario, por
ESE sacrificio podemos gritar: SOBRE TODAS ESTAS COSAS SOMOS MÁS QUE
VENCEDORES POR MEDIO DE AQUEL QUE NOS AMÓ.
Y EL SEÑOR RESPONDIO.
Es decir, podemos orar mucho y ayunar mucho, pero cuando lo hacemos de genuino
corazón y fe, Dios responde, porque El no rechaza un genuino corazón contrito y
humillado.
“Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, los filisteos se acercaron para
pelear con Israel. Mas el SEÑOR tronó con gran estruendo aquel día contra los filisteos y
los confundió, y fueron derrotados delante de Israel”
Por ESA PALABRA declaramos que el Señor se levanta y truena con gran
estruendo sobre nuestros enemigos AHORA EN EL NOMBRE DE JESUS, y cae
GRAN CONFUSION sobre ellos, y huyen FUERA en el Nombre de JESUS.
Entonces, como recuerdo de esa GRAN VICTORIA le puso a ese lugar el nombre de
Eben Ezer (que significa “roca o piedra de ayuda”) recordándonos que todo puede
temblar, puede desaparecer, puede moverse o irse, pero el Señor no se vá, no tiembla,
no disminuye, no se desvanece en soledad, más bien huyen sus enemigos en Su
presencia porque solo ÉL es nuestra Piedra de Ayuda y socorro en necesidad.
Es entonces que podemos ponernos en pie y decir como Samuel: HASTA AQUÍ NOS
AYUDO EL SEÑOR, Y NOS SEGUIRÁ AYUDANDO!!
Gracias Señor por estos años de fidelidad y misericordia por el PUEBLO que tú tienes
en nuestra amada congregación. ¡¡¡¡GRACIAS SEÑOR!!!!
Pr. Marcelo Paredes Avendaño