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Las Cuatro culturas Warao

Por: Alvaro A. García Castro y H. Dieter Heinen, IVIC

Citar: García-Castro y Heinen, 2000. “Las Cuatro Culturas Warao”. Publicado en: Tierra
Firme. Revista arbitrada de Historia y Ciencias Sociales. Caracas: N° 71. Tercer trimestre
(Julio-septiembre).

Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC)


Centro de Antropología
Telfs: 0058 (02) 5041227/28 (OF)
Alvaro A. García-Castro: algarcas2@gmail.com
H. Dieter Heinen: 5041045 (Lab.)- 5041205 (Dir.). E-Mail: dheinen@ivic.gob.ve y
heinen@ubaclu.unibas.ch

Los Warao, habitantes milenarios del delta del Orinoco, en Venezuela, ocupan
una extensa área que no sólo abarca el estuario de este río, sino que se extiende por la
región nororiental del estado Monagas, suroriental de Sucre, nororiental de Bolívar y la
región suroriental del estado Delta Amacuro, traspasando al sureste los límites con la
república de Guyana. La población del lado venezolano, de 23.949 Warao en 1992 (OCEI
1992; Heinen-Caballero 1993), se calcula hoy en día entre 25.000 y 30.000 habitantes de
esta etnia. No es de extrañar, pues, que los Warao no formen un grupo étnico
absolutamente homogéneo, a pesar de haber sido hasta ahora considerados como tales;
las circunstancias históricas y el complejo ecosistema deltaico han contribuido en el
transcurso del tiempo a la conformación de distintos patrones culturales y técnicas de
subsistencia, dentro del común denominador de la lengua. Esto puede verse actualmente
en algunas particularidades de los términos con los cuales los Warao se autodenominan.

Intentaremos aquí hacer una pequeña contribución a la etnohistoria de esta


cultura, en la cual consideramos que algunas diferencias que actualmente se observan en
distintos lugares de la geografía deltana, fueron en el pasado mucho más acusadas, como
surge de la evidencia que proporcionan, por una parte, las fuentes documentales de los
siglos XVI al XIX y, por otra, la propia mitología Warao.

Según la terminología aborigen, dentro de la perspectiva de los habitantes


actuales, existiría un grupo que se considera a sí mismo como el prototipo representativo
de la etnia; éstos son los habitantes del Delta Central, tierra de marismas y ciénagas,
pescadores, cazadores y morichaleros y de vida trashumante entre los morichales y las
riberas de los caños.actualmente ocupan el Delta del Orinoco dos tipos de habitantes: los
Hotarao (hota arao), es decir, "habitantes de tierra alta" y los Warao (waha arao),
"habitantes de tierra baja" es decir, inundable, de marismas 1. Entre los primeros se

1
El concepto Warao waha no tiene equivalente preciso en castellano. Implica "seco, estéril", como en tida
waha, "mujer estéril", pero también es "bajos o bajíos" y "playa", como en wahera, "poco profundo" y el
topónimo Wahasimo, "Playa colorada".
2

incluyen los criollos y extranjeros y entre los segundos, diferentes categorías de Warao,
pero también otros indígenas. En cuanto a los Warao, se habla de Warao y de
Waharaowitu "auténtico Warao, auténtico indio" (Segundo Ribero 1997, Com. pers.). Es
ésta, pues, una distinción basada en criterios geográficos, según el hábitat ocupado.

Esta distinción indicaría que, al menos dentro de la perspectiva de los actuales


habitantes aborígenes, existiría un grupo que se considera a sí mismo como el prototipo
representativo de la etnia; éstos son los habitantes del Delta Central, tierra de marismas y
ciénagas, pescadores, cazadores y morichaleros, de vida trashumante entre los morichales
y las riberas de los caños. Su alimento básico es el pescado, la miel silvestre y el sagú o
fécula ohidu aru, o nahoro witu (auténtica comida), de la palma de moriche (Mauritia
flexuosa). Los criollos los denominan "morichaleros", mariuseros y los otros Warao se
refieren a ellos como daunarao y en Guyana como inarao (ambos términos significan:
seres del monte) (Wilbert 1982:23; Heinen et al. 1996:10; Williams, 1993:6).

Otros grupos son, en primer lugar, los que habitan en el área del Amacuro y en el
Delta Suroriental, principalmente horticultores de residencia fija a la orilla de los grandes
caños, con igual dependencia de los morichales, situados en esta zona más cerca de las
riberas. También estarían los que habitan el Delta Noroccidental, pescadores,
morichaleros y con algo de horticultura2 y el resto se ubica en las bocas del Orinoco;
pescadores y morichaleros, sin horticultura.

La cultura que conocemos generalmente bajo el nombre de Warao ha estado


diferenciada internamente desde épocas bastante remotas. En las fuentes documentales se
hace distinción expresa de los distintos tipos y de su ubicación geográfica. Creemos que
existen suficientes indicios para suponer que ya en la época prehispánica coexistían en la
región deltaica diversos grupos unidos por una misma lengua pero con características
culturales y de subsistencia disímiles entre sí. En ausencia de vestigios arqueológicos
directos debido a lo efímero de las posesiones materiales de los Warao y al medio
ambiente del delta, que hacen técnicamente muy difícil la localización de posibles restos
precolombinos, hemos recurrido a fuentes documentales de los siglos XVI y XVII,
reforzadas con los datos que abundan en la riquísima mitología y tradición oral Warao,
con el fin de adelantar, tentativamente una hipótesis de trabajo basada en la pluralidad de
la cultura Warao.

En efecto, en su cosmovisión, el mundo material tiene forma circular, dividido en


cuatro cuadrantes. Los puntos cardinales de este mundo están dados por las
circunstancias en las que se desenvuelve el Héroe mítico Haburi ("ser errante") en su
periplo en canoa desde su lugar de origen hasta su destino final y el regreso desde aquí de
la embarcación, convertida en Dauarani, "Guardiana o Madre de los árboles". Al Norte,
estaría el cerro Naparima (anabarima), en Trinidad; al Sur, el cerro Wacarima

2
Estos grupos, que entrarían dentro de la categoría de "habitante de tierra alta o seca" (hotarao), según los
"auténticos Warao" (waharaowitu) del Delta Central, tienen a su vez otra distinción, pero no basada en
criterios geográficos, sino culturales. En efecto, mientras que ellos se autodenominan "Warao", para
referirse a otros "no Warao", utilizan el término "Quiritiano" (Cristiano). (Heinen 1997, comunicación
personal).
3

(wahacarima), en la tierra firme venezolana, que nosotros identificamos como la


Altiplanicie de Nuria, en la Sierra de Imataca. El eje Este-Oeste coincide
aproximadamente con el plano de la eclíptica a lo largo del cual se mueven los astros y
las constelaciones (Wilbert 1974: 11; 1979: 135-139).

El centro del mundo está ocupado por el Delta Central, en particular la cabecera
del caño Winikina, cubierta de bosques de babe, o cachicamo rojo y materia prima por
excelencia de las canoas, de allí surgió el primer Warao y desde este centro parte otro eje
vertical, en dirección al cielo, donde, en otra dimensión, se encuentra el paraíso original
Warao. Bajando por un agujero en el mismo, los primeros Warao poblaron la tierra, para
entonces ocupada por la "gente del cangrejo", pobladores originales no Warao (Wilbert
1964: 25 y ss; 1982: 9; ver también 1964: 25 y ss.). 3

Las cuatro divisiones resultantes de esta intersección aparecen en los mitos


habitadas por sendos grupos Warao: el sector Noroccidental es el que corresponde a los
perros de agua (la nutria), pescadores y morichaleros, fabricantes de canoas; al Noreste
están los habitantes de las marismas y pantanos, recolectores y pescadores (que más
tarde, según su tradición oral, obtendrán de los anteriores el "secreto" de la extracción de
la fécula de moriche y de la fabricación de canoas). En el cuadrante Suroccidental está el
país de Wauta, la rana arbórea, habitado por morichaleros, cultivadores de yuca (Manihot
esculenta) y de maíz (Zea mays); finalmente, al Sureste está la tierra del pecari (báquira),
de cazadores y pescadores, quienes, siempre según las versiones míticas, obtendrán
también a su vez el "secreto del moriche", mediante su casamiento con "mujeres nutria".

En nuestra opinión, y en virtud de lo aquí resumido, proveniente tanto de relatos y


versiones orales Warao, como de fuentes impresas, creemos que lo que pareciera ser
puramente una taxonomía mítica, está de hecho reflejando una realidad eco-cultural,
cuyas características coinciden con las de los grupos que encontraron en el Delta los
primeros europeos. A través del examen de los documentos post-contacto, vemos que ya
desde 1556, los españoles, que estaban recorriendo esta zona desde 1530, registraron el
nombre genérico de los habitantes del Delta del Orinoco como Tibitibes (Ojer 1966: 221;
González Oropeza 1983:137) 4. La más temprana descripción que conocemos de al menos
los que habitaban unos 15 kilómetros al interior del brazo Macareo, sería la que hizo
Jorge Griego, navegante margariteño que recorrió las islas del Orinoco en 1582, (Ojer
1966: 334). Posteriormente, otros exploradores, como Domingo de Vera e Ibargoyen, en
1593 y Walter Ralegh en 1595, irán proporcionando una visión cada vez más cónsona
con la realidad de un delta multiétnico, donde conviven Aruacas (Lokono), Nepoyos,
Caribes (Kari´ña, Guayanos y Waraos, no siempre en los mejores términos. Con respecto
a los Warao, a pesar de compartir una misma lengua, estaban claramente diferenciados en
al menos 3 parcialidades, ocupando cada una de ellas un sector específico de esa zona.
3
En la costa de la actual república de Guyana, han sido localizados restos de asentamientos de recolectores
de conchas y cangrejos, especialmente de la especie común en los manglares (Ucides cordatus), fechados
aproximadamente hacia 5.230 -+ 90 A.C. que ocuparon la región cuando el nivel del mar era más bajo que
el actual. Conforme éste fue elevándose, los habitantes se desplazaron hacia el noroeste, hasta la actual
costa del Delta orinoquense y la isla de Trinidad (Williams 1993:4,5).
4
Se trata del mapa editado por primera vez en 1877 por Marcos Jiménez de La Espada y llamado por Pablo
Ojer "Mapa de la Provincia de los Aruacas", que se supone hecho circa 1554 (Ojer 1966: 199-210).
4

Los Tibitibes que encuentra Vera e Ibargoyen estaban asentados en el Delta


Noroccidental, en los anegadizos y caños del río Guarapiche, aliados de los Caribes en
sus correrías (Lovera 1991:166). Pero en la extensa relación que hace Ralegh con la
información que obtuvo de Antonio de Berrío y con sus propias observaciones, aparecen
ya dos tipos de Warao claramente diferenciados. Bajo el nombre de Tiuitiues5, están los
Siawani, guerreros, caníbales, fabricantes de curiaras, que dominan el caño Manamo y
alrededores, controlando la vía principal de acceso entre el interior y la isla de Trinidad.
Los otros son los Waraweete (en Warao: Waraowitu o Waharaowitu, = verdadero
habitante de tierra baja o marisma), en guerra permanente con los primeros.

Según estas tempranas descripciones, ninguno de ellos sembraba, ni aun comía de


productos cultivados, alimentándose de la caza, la pesca y los cogollos de palmito y su
vivienda era estacional, sgún lo determinaba el ciclo anual de inundaciones en el
Orinoco. Los Siawani se mencionan expresamente como constructores de canoas y de
casas (techumbres para las canoas, tal vez) que, según Ralegh, comerciaban en Guayana
por oro y en Trinidad por tabaco y aparecen en la cartografía ocupando la región llamada
Hororotomaka, al Norte del Delta. Los otros habitaban las islas denominadas Pallamos
(tal vez Tórtola y Paloma) al sur 6. Sin embargo, a fines del siglo XVI, los Siawani
(llamados Chaguanes por los españoles) habían sido desplazados de su sector, primero
por los Aruacas (Keymis 1968: /1596/:B6) y luego por los españoles, ubicándose hacia la
boca del Araguao (Keymis 1968 /1596/:D6), donde aún persiste el topónimo en la
comunidad de Siaguani, cuyos habitantes aún son considerados más belicosos y cerrados
con respecto a los otros Warao. Ambos grupos habían hecho las paces para enfrentar al
enemigo común: los españoles (Ralegh 1968 /1596/: 43; ver también Ramos Pérez 1973:
580).

Cuando analizamos el contenido del mito de Haburi, encontramos que éste, el


Warao primordial, nace en el Delta Suroriental, en la tierra de los cazadores. Su padre
deseoso de obtener el "secreto" del moriche, se había desplazado al Delta Noroccidental,
desposándose con dos hermanas que accedieron a residir con su nuevo esposo (tal vez en
virilocalidad). De allí, la madre de Haburi y la hermana de ésta (ambas ejercen el
parentesco maternal para el niño), lo llevan hacia el oeste, a la tierra de Wauta, la rana (su
abuelastra), en el Delta Suroccidental, para salvarlo de un espíritu caníbal que se
transforma en tigre o caribe, según el narrador del mito, y que mató a su padre. Wauta
habla Warao y extrae sagú del moriche, pero cultiva yuca y vive en una casa extraña,
cerrada, con puerta, que no entiende el idioma Warao. Allí Haburi crece como cazador,
recolector de fécula de moriche, ohidu aru o "yuruma" y cultivador de yuca. En sus
correrías, llega un día a los dominios de los Siawani, pescadores que también extraen
fécula de moriche, quienes le informan de su verdadero origen; a consecuencia de esto,
Haburi decide construir una canoa para huir de la tierra de Wauta. Pero como no conoce
realmente la técnica, sino sólo la forma de la embarcación y del canalete; es sólo después
de varios ensayos infructuosos con diversos materiales que logra construir una canoa y

5
Ave playera, conocida en criollo como tigüitigüi (Tringa flavipes o Tringa melanoleuca).
6
Más exactamente al Sureste y Noroeste del Delta, respectivamente. Los primeros cartógrafos concebían el
río Orinoco discurriendo de Sur a Norte.
5

aprende a remar gracias a una información que le llegó "por un pajarito", logrando
finalmente escaparse por el caño Macareo y llegando hasta Naparima en Trinidad.
Durante su huída, informó a los Warao que encontró a su paso (por el Delta Central) que
ésa era la forma de la canoa, instándolos a que se fijaran bien para poder ellos también
construir canoas (Wilbert 1964: 31-34,40-44).

La información que tan sucintamente nos transmite la tradición oral, nos está
describiendo, en sentido figurado, cuatro tipos diferentes de habitantres deltaicos, que
comparten una misma lengua: Los del Delta Suroriental, cazadores y pescadores, que no
cultivan ni conocen la canoa o el moriche, de donde son originarios Haburi y su padre 7.
Luego estarían en el Delta Suroccidental los que cultivan yuca y maíz, extraen sagú del
moriche y (al menos Wauta) también hablan Warao, pero viven en casas cerradas con
puertas, ajenas a ellos8. Los Siawani ocuparían el sector Noroeste y en el Noreste se
encontraban los que, para la época relatada en los mitos, todavía no tenían el
conocimiento de la canoa, los cultivos o el moriche, es decir, eran pescadores, cazadores
y recolectores.

El extremo norte de este universo es el cerro Naparima, situadoa 10° 17' lat. N y a
61° 28' long. O y es el lugar donde desembarca Haburi. Su canoa, transformada en
serpiente (Dauarani, elemento femenino) regresa con el canalete (elemento masculino) al
centro del mundo, donde se separan y Dauarani sigue su camino hasta la otra montaña
sagrada, Wacarima, al Sur, en tierra firme venezolana. Entre ambos se ubica el eje
cosmogónico N-S (Wilbert 1979: 136-139). Este autor ha identificado este último lugar
como Karoshimo, cerca de Manoa, en la isla Corosimo, a 8° 25' lat. N y 61° 19' long. O.
Sin embargo, con la figura resultante entre estos puntos, no se consigue abarcar todo el
delta orinoquense y sus tierras adyacentes, tal como lo evidencian las fuentes
documentales y la tradición Warao. Igualmente, descartamos el Roraima, que fuera
sugerido por Schomburgk (Ramos Pérez 1973: 601 ,624, 625), por la enorme distancia
que lo separa del Orinoco. Por lo tanto, creemos que el punto Wacarima de la línea
imaginaria debe encontrarse más al sur de Karoshimo en la Sierra de Imataca,
posiblemente la que Ralegh llamó "Montaña de Cristal", hoy Altiplanicie de Nuria y la
parte más visible de esa cadena montañosa, situada en los 7° 27' 33'' Lat. N y ..........Long.
O. Esta suposición estaría demás reforzada por el mapa de D'Abeville de 1656, en el cual
aparece la que hoy conocemos como Siera de Imataca con el nombre de "Montaña
Wacarima"

En primer lugar, Karoshimo es una altura de menor relevancia, comparada con la


cordillera de Imataca; en segundo lugar, si prolongamos dicho eje imaginario más al sur,
el área del mundo Warao se extiende efectivamente hacia el Oeste hasta abarcar el caño

7
De la presencia de las "madres" de Haburi aquí, siendo ellas originarias de la región Noroccidental, podría
colegirse una cultura con un patrón patrilocal de residencia postmatrimonial.
8
También esto podría referirse a un caso de residencia postmatrimonial de tipo patrilocal, porque Wauta es
la madre de las "madres" de Haburi y, aunque emparentados, vive en una casa que no es Warao. Como
explicaci+on tendríamos lo que aparece en otras tradiciones Warao, en las cuales se habla de los Caribes,
con quienes dicen ellos estar emparentados por sus madres, es decir, que algunos Warao son hijos de madre
Warao y padre Caribe, lo cual no tiene nada de extraño, sabiendo cómo éstos acostumbraban vender los
varones como esclavos y reservar para ellos a las mujeres.
6

Manamo y las tierras bajas de Monagas y hacia el sur, incluiría hasta la parte por debajo
de la ribera del Orinoco, mientras el centro se desplazaría también en la misma dirección,
ubicándose en el verdadero centro geográfico del delta, sede de los Waraowitu.
Coincidiría así en su totalidad con las zonas habitadas por los Warao, al menos desde la
época mítica y post-contacto.

Si el punto medio es el lugar de origen de los Warao, los sectores resultantes de la


intersección de ambos ejes, pueden ser interpretados como irradiándose desde él,
originándose también en dicho punto. Cada uno de los sectores identificaría a los
respectivos grupos con animales totémicos y ciertas características propias en lo que
podríamos ver una representación de clanes o subtribus, que comparten un origen, una
lengua y un sector del territorio deltaico, junto con algunas otras características culturales
como la extracción de la fécula del moriche; pero que se han ido especializando en
direcciones diferentes. Lo cual, por otra parte, es perfectamente constatable hoy en día
(1998).

Los Tibitibes, pues, se nos aparecen desde mediados del siglo XVI como
divididos en dos grandes grupos, Siawani y Waraowitu. Según los testimonios de los
europeos y los mitos Warao, los primeros eran guerreros, antopófagos (aunque eran
"gente verdadera" es decir, Warao, comían carne humana), navegantes y comerciantes;
ocupaban el sector Noroccidental del delta y estaban en guerra con todos, incluyendo sus
propios parientes, los Waraowitu; ocasionalmente, aparecen aliados con Caribes y
Aruacas (Vera, Raleigh, otros), pero estos últimos, ya en época postcontacto, los
desalojaron de Caño Manamo, liberando la ruta a Trinidad (Keymis 1968.

Los Waraowitu cuentan en sus tradiciones como ellos (habitantes del Delta
Central) no conocían al principio la extracción del sagú de la palma de Moriche, ni la
construción de canoas, el arte de navegar, la cestería ni la agricultura y exceptuando esta
última, las tres primeras actividades fueron conseguidas espiando y arrebatándoselas a los
Siawani, quienes castigaban con la muerte a los osados; Siguió luego una guerra de
exterminio en la que quedaron apenas los ancianos para testificar de la existencia de los
Siawani. (Wilbert 1964:143-145). Estos relatos podrían coincidir con la época del
contacto europeo, pues ya hemos visto cómo, a la llegada de los ingleses, los Siawani se
encontraban en guerra contra todos, incluyendo sus paisanos. Denominados Chaguanes
por los españoles, un encuentro con ellos los desalojó de los caños Capure y Macareo,
donde se concentraban ahora y para 1596 estaban en el caño Araguao (Keymis 1968).

Según los documentos de la época, a principios del siglo XVII los Chaguanes
(Siawani), aliados con Caribes, Aruacas y holandeses, sirvieron de guías en la
destrucción de San José de Oruña (Trinidad) y Santo Tomé de Guayana, lo cual desató
una guerra de exterminio contra ellos (THS, Goldwasser 1996: 15-16). Para fines de ese
siglo, los Guaraúnos, apelativo genérico para todos ellos, aparecen ocupando las tierras
anegadizas y los caños entre el Golfo de Paria y el Esequibo.
7

En los siglos XVII y XVIII las crónicas misionales y la cartografía mencionan


mucho a los Farautes (corrupción española del vocablo Waharaotu 9), Guaraúnos,
Chaguanes y Tivitivas; los primeros al Norte del caño Araguao y los segundos al sur de
éste.

Hemos visto ya que las tradiciones orales Warao se refieren a los Siawani
(Chaguanes) como un grupo Warao en el que predomina tanto la pesca, como la
extracción del sagú, la horticultura y la construcción de canoas. También se refieren a
otros que cultivan conucos, extraen sagú y hablan Warao, emparentados con los Siawani.
Generalmente, se ha supuesto siempre que los Warao no son horticultores y que la palma
de moriche representa su principal sustento; pero a la luz de estas evidencias, debemos
suponer que esto es cierto sólo parcialmente. En el caso de los Waraowitu del Delta
Central, en su origen parecen haber sido apenas recolectores, pescadores y cazadores. El
secreto del moriche tuvo que serle arrebatado a los Siawani. Este conocimiento debió
extenderse entonces rápidamente a casi todo el Delta y así, a la llegada de los europeos, la
extracción de la fécula de moriche era un modo de subsistencia ya ampliamente utilizado
entre los habitantes deltanos.

Sin embargo, algunos grupos Warao tal vez nunca lo adoptaron, y en un caso
similar al de los que sí lo adoptaron rechazando la horticultura, pudo muy bien haber
habido otros que hicieron lo contrario, como parece desprenderse de algunas tradiciones
orales que existen hoy en la zona del delta Suroriental, principalmente horticultores y
pescadores con residencia fija, los cuales alegan no haber sido nunca morichaleros
(Heinen 1997 Com. pers.) 10.

Tenemos además, otras posibles evidencias de la práctica de la horticultura entre


los Warao, justamente en las zonas Sur occidental y Suroriental del Delta. En el siglo
XVIII se produjo en encuentro entre el Gobernador Manuel Centurión y los misioneros
Capuchinos catalanes, por la mudanza de los cuatro pueblos de Piacoa, Uyacoa, Unata y
Tipurúa, el primero de Sálivas y Pariagotos y los otros tres de Guaraúnos. El argumento
oficial era que su posición, en la ribera sur del orinoco, era estratégicamente peligrosa
para la Provincia e Guayana, por la posibilidad de servir como lugares de abastecimiento
para los corsarios extranjeros (Carrocera 1979, II: 68, 69, 75; González del Campo 1984:
400-401). El alegato en contra de los religiosos era que las míseras labranzas de los
indios ("yuca, chacos, mapoyes, platanitos") ni siquiera los mantenían a ellos, por lo

9
Actualmente, los grupos Warao ubicados en la zona nororiental del estado Monagas y la suroriental de
Sucre, a orillas del río San Juan y caño Guariquén, se autodenominan todavía Waraotu y la versión local de
la lengua Warao está emparentada con los habitantes de la bocas del Orinoco (Heinen 1998, comunicación
personal)
10
Es muy interesante anotar que es ésta, precisamente, la región donde se produjo el desplazamiento de
Guaraúnos por Centurión en 1760; para reubicarlos en los alrededores de Santo tomé a orillas del Caroní.
Posteriormente, los aborígenes fueron abandonando dichos pueblos a causa de las condiciones poco
favorables de las tierras del nuevo emplazamiento, regresando al Delta. Los misioneros afirmaban que
dichos indios necesitaban estar a orillas de los ríos, lo que indica una preferncia por la pesca y el hábitat
ribereño y por consiguiente, las pobres tierras de Guayana eran poco atractivas para mantenerlos allí; por lo
tanto, hubo que mudarlos tierra adentro y vigilarlos estrechamente para que no pudieran escaparse por el
río, regresando de nuevo a sus caños deltaicos (Carrocera 1979, I:276,279)
8

tanto, mucho menos podían servir de abastecimiento a los enemigos (Carrocera


1979,II:77).

Esto podría significa que estos Warao de la región sur del Delta del Orinoco
tenían ciertos conocimientos de horticultura, aunque no muy productiva, prefiriendo las
"palmas, piñas, guarumas, cangrejos, etc."que abundan en sus "amados caños" (Carrocera
1979,II:68). Era esta ribera una zona fronteriza donde convergían Aruacas, Waraos,
Guayanos y Caribes y es la región donde en el siglo XX se introdujo exitosamente el
cultivo del "ocumo chino" (Colocasia sp.), debido a las favorables condiciones
ecológicas y culturales para el desarrollo de esa raíz. La presencia, pues, de la
horticultura entre los Warao, parece datar desde la época prehispánica, manteniéndose
hasta el presente. Igualmente, pareciera que en esa misma época, hubo grupos Warao que
no practicaron la extracción de la fécula del moriche. Con lo que se confirmaría la
existencia de diferentes grupos dentro de un mismo hábitat y compartiendo una lengua
común, que explicaría las diferencias que presentan los actuales pobladores del Delta del
Orinoco.
9

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Alvaro A. García-Castro

Técnico Superior de Turismo. Escuela Oficial de Turismo. Madrid, España. Instructor de


Folklore General (Docente). Centro de Formación Técnica (CEFORTEC) Consejo
nacional de la Cultura (CONAC). Caracas. Técnico en Comunicación Audiovisual.
Unidad de Medios Audiovisuales. Universidad Simón Bolívar. Caracas. Licenciado en
Historia. Universidad Central de Venezuela. Caracas.
Ha trabajado como fotógrafo, preparador de materiales audiovisuales para la enseñanza.
(USB, Instituto Nacional de Folklore). Investigador y miembro del equipo editor del
Diccionario de Historia de Venezuela, primera y segunda ediciones (1984-1996).
Articulista y conferencista de temas de Historia, fotografía y Cultura popular. Cursa
actualmente el doctorado en Antropología del Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas (IVIC) y colabora en dos proyectos de investigación del Laboratorio de
Etnología, bajo la dirección del Dr. H. Dieter Heinen.

H. Dieter Heinen.

Estudió economía y sociología en Alemania, Francia y España. En 1966 recibió su


maestría y en 1972 obtuvo su doctorado (Ph.D.) en antropología, ambos en la
Universidad de California (UCLA). Ha realizado un extenso trabajo de campo en las
zonas de Amazonas (etnia Yanomami), Guayana (Etnias Ye´Kuana y Pemón) y
especialmente en el Delta del Orinoco (etnia Warao), siempre enfocado hacia la
comparación de los sistemas económicos, así como a la antropología aplicada. Por varios
años se ha desempeñadp como profesor visitante en las universidades de Freiburg y
Münster (Alemania) y de Basilea (Suiza) y actualmente es jefe del Laboratorio de
Etnología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

Palabras clave: Delta, Etnohistoria, Orinoco, Mitos, Warao.

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