Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por eso un hijo que se concibe, existe a priori a su materialización, en cada uno de los
padres (en una dimensión espacio-temporal) y en el viaje sinfín de la energía. Sin lugar a
dudas parte de su trabajo es desencadenar una revolución en la psiquis de los padres
para evolucionar en la experiencia, conciencia y sentido de la humanidad.
Por su parte, la Dra. Christiane Northrup en su libro “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer”
nos comparte:
“Si las mujeres deseamos mejorar nuestra posición personal y profesional en el Mundo, no
tenemos otra opción que responsabilizarnos de nuestras creaciones y recuperar nuestro
poder”.
Esto es particularmente cierto, cuando se trata de tener hijos las mujeres hemos llegado
a nuestro a un momento de nuestra historia planetaria en que debemos aprender a
procrear a partir de una decisión consciente no simplemente para llenar un vacío interior
ni para retener a un hombre. Estos motivos para concebir son restos de una
programación tribal inconsciente que ya no nos beneficia.
“Mi deseo para todas las mujeres es que adquiramos la valentía necesaria para elegir la
concepción consciente y juiciosamente. Las mujeres que hemos tenido 1 o 2 hijos muchas
veces deseamos tener otro, aun sabiendo que otro hijo agotaría nuestros recursos físicos
y emocionales de una forma nada sana” (Dra. Northrup)
El embarazo se puede utilizar como una forma de llenar un vacío que otro ser humano
nunca puede llenar. Cuando se trae al mundo a un bebé para que llene necesidades
insatisfechas del adulto, ese hijo va a llevar la carga injusta y muchas veces dañina de las
expectativas imposibles de un progenitor.
Marc Fréchet, por su parte, nos introduce el término “Proyecto Sentido” el cual es un
periodo temporal que transcurre desde 6 a 9 meses antes de concebir (puede ser
consciente o inconsciente) hasta 3 años después de que el bebé haya nacido.
El Proyecto Sentido tiene relación con lo que pasa alrededor de la vida de la madre y la
familia, que imprime un programa y va a marcar la vida del hijo. Cuando concebimos a
un niño le ponemos una intención, y un proyecto (consciente o inconsciente), y si somos
conscientes del proyecto podemos utilizarlo para dar empuje a ese proyecto e incluso
cambiarlo (el proyecto).