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Concepción Consciente

Concebir es crear, dar forma, moldear en un plano que no es el físico. El resultado de un


proceso de sinergia profundo y largo que muchas veces no podemos rastrear, pues es
sumatoria de improntas de nuestras experiencias, acciones, registros inconscientes y
emocionales, de nuestras lógicas subjetivas y aprendidas cuando es un ser humano lo
que se concibe, además implica un encuentro, un engranaje con el otro, una alquimia
entre almas muy precisa que se atraen para sellar un acuerdo o un pacto indisoluble.

Por eso un hijo que se concibe, existe a priori a su materialización, en cada uno de los
padres (en una dimensión espacio-temporal) y en el viaje sinfín de la energía. Sin lugar a
dudas parte de su trabajo es desencadenar una revolución en la psiquis de los padres
para evolucionar en la experiencia, conciencia y sentido de la humanidad.

Un hijo es la siembra de la transformación afuera y adentro, y pocas veces nos damos


cuenta que este desafío requiere de mucha energía y potencia, abrirse de una manera
específica por el camino del autoconocimiento y las relaciones: limpieza, nutrición y
observación no solo en los diferentes niveles de nuestro degradé energético individual,
sino también en el que se construye en la relación de pareja.

Una concepción consciente no es tener todo bajo control ni seguir un organigrama, es


abrirse despierta a aquello que la experiencia de concebir trae a su ser verdadero, en los
retos, las dificultades y las preguntas que le dan autenticidad a su experiencia humana;
es saberse con la capacidad de decidir libremente y confiar en las lecciones que ha
escogido.

La concepción es un encuentro que sobrepasa los límites del cuerpo físico, es un


encuentro entre almas que se han elegido para acompañarse en el plano de la materia
durante un tiempo definido ya sea largo o muy corto.

(Tomado de texto escrito por Diana González, Happy Yoga)

Por su parte, la Dra. Christiane Northrup en su libro “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer”
nos comparte:

“Si las mujeres deseamos mejorar nuestra posición personal y profesional en el Mundo, no
tenemos otra opción que responsabilizarnos de nuestras creaciones y recuperar nuestro
poder”.
Esto es particularmente cierto, cuando se trata de tener hijos las mujeres hemos llegado
a nuestro a un momento de nuestra historia planetaria en que debemos aprender a
procrear a partir de una decisión consciente no simplemente para llenar un vacío interior
ni para retener a un hombre. Estos motivos para concebir son restos de una
programación tribal inconsciente que ya no nos beneficia.

Las mujeres tibetanas tradicionales dedican un tiempo a la oración y la meditación antes


de concebir. Cuando la mujer eleva sus vibraciones mediante la oración y la meditación
conscientes, es más probable que conciba un alma de mentalidad similar. Lo importante
es que la mujer vea su cuerpo como un canal para un nuevo espíritu y se rinda a la
experiencia, que esté receptiva a todo lo que ésta tiene para enseñarle.

“Mi deseo para todas las mujeres es que adquiramos la valentía necesaria para elegir la
concepción consciente y juiciosamente. Las mujeres que hemos tenido 1 o 2 hijos muchas
veces deseamos tener otro, aun sabiendo que otro hijo agotaría nuestros recursos físicos
y emocionales de una forma nada sana” (Dra. Northrup)

El embarazo se puede utilizar como una forma de llenar un vacío que otro ser humano
nunca puede llenar. Cuando se trae al mundo a un bebé para que llene necesidades
insatisfechas del adulto, ese hijo va a llevar la carga injusta y muchas veces dañina de las
expectativas imposibles de un progenitor.

Marc Fréchet, por su parte, nos introduce el término “Proyecto Sentido” el cual es un
periodo temporal que transcurre desde 6 a 9 meses antes de concebir (puede ser
consciente o inconsciente) hasta 3 años después de que el bebé haya nacido.

El Proyecto Sentido tiene relación con lo que pasa alrededor de la vida de la madre y la
familia, que imprime un programa y va a marcar la vida del hijo. Cuando concebimos a
un niño le ponemos una intención, y un proyecto (consciente o inconsciente), y si somos
conscientes del proyecto podemos utilizarlo para dar empuje a ese proyecto e incluso
cambiarlo (el proyecto).

“Los bebés comienzan a gestarse en el inconsciente”

Texto recopilado por:


Diana de la Montaña.
Formación de Doulas Parir.Co
Octubre 2022

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