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NIGHT WITH US IS LIKE A DREAMS

Louis estaba emocionada, no podia creer que su novio y


ella se mudarian juntos, Harry se lo habia propuesto
hace unos meses, hoy irian a ver departamentos para los
dos, no buscaban una casa ya que eran solo ellos dos por
ahora.

Claro, les gustaría tener bebés pero eso es solo en un futuro muy lejano.

Sus padres habian enloquecido cuando se los dijo, tenían miedo de perder a su única hija, pero
nada que unos besos y abrazos no resolvieran. Seguia
pensando y pensando sobre todo, y chillo de emoción. Estaba
recostada en su cama abrazando su peluche favorito de
conejito, llamado copito, compartia una habitación del
campus con su compañera Taylor, ella era su mejor amiga.

También había estado algo triste por eso, pero podia visitarla
cuando quisiera.

Su celular comenzó a sonar en una pegajosa melodía que conocía muy bien, sonrió con
felicidad y contestó.

—¿Hazzi?.— Chilló.

—Nena, estoy afuera, sal.

Acomodó su vestido rosa y salió rapidamente del edificio, saludando a todos sus amigos en el proceso.
Abrio la puerta de madera de la salida y entonces lo vió, ese chico estudiante derecho y administración
del que se enamoró, con una
gabardina negra y su cabello desordenado por el viento. Sonrío y se lanzó hacía el colgandose de él más
grande.

Se conocieron gracias a una típica escena cliché donde el rizado tira sus utiles escolares accidentalmente
y luego la ayuda a recogerlos, se miran a los ojos y caen profundamente el uno por el otro. El mayor le
pidió una cita y luego otra y luego otra y al final se hicieron novios, está muy enamorada.

—Oh, bonita. Te extrañé.—Su voz ronca y grave suena muchisimo mejor en persona, haciendola
estremecer. La besó en la mejilla y tomó su manito y dejó un pequeño beso en esta también.

—Yo también, Hazz. Tardaste mucho en llegar. — Hace puchero, haciendole ojitos a su novio. Este
sonríe y la besa con suavidad con suavidad, con sus labios encajando perfectamente.

—Vamos a buscar nuestro nuevo hogar, bebé.— Dijo mientras sus labios todavía se rosaban, se formó
una sonrisa emocionada en la boquita de la chica. Y el mayor la llevo hacia el auto, estacionado en la
calle. Era otoño y la hojas caían de los arboles y el clima era más frio de lo usual.

—Cuando encontremos el departamento. ¿Podemos decorarlo nosotros?... Mi mami quería contratar


una diseñadora de interiores... Y —Dijo mientras el mayor conducia, tenía su mano en su muslo
rellenito, y otra en el volante. El rizado haría cualquier cosa por mantener una sonrisita emocionada en
la carita delicada de su chica.

—Si, nena. Lo que quieras.

—Ah!. Y también quiero un conejito. —Dijo mientras colocaba su mirada brillosa en el tatuaje de la
cruz en su mano.

—Amor... Pero si ya tienes a copito ¿no?. —Dijo confundido, los ojitos de la pequeña comenzaron a
cristalizarse e hizo puchero. —No, no, no, bebé. Si quieres un conejito lindo cómo tú, lo tendrás.

—Gracias, hazzi.—Sonrio con felicidad, el mayor suspiró mirando la carretera y aprieta un poco el
muslo de la niña.

Llegaron a la ubicación donde la trabajadora social, les dijo. El apartamento era lindo era un diseño
abierto y era grande. La sala tenía un gran ventanal dando una vista bonita de la ciudad y las montañas.
El cuarto principal era muy grande, y de colores pastel muy hermosos.
La trabajadora les mostraba el lugar, mientras ellos la seguían agarrados de las manos. La chica estaba
completamente enamorada de el departamento. Mientras Harry simplemente le daba igual donde
vivieran mientras fuera con su linda chica.

Mascaba chicle de manera desinteresada mientras miraba a la pequeña saltar emocionada, como una
pequeña conejita.

—Entonces. ¿Les gustó este? ¿O verán algún otro? ¿Alguna peculiaridad del departamento que quieran
remodelar?.— Parloteaba la señora sin detenerse. Louis lo miró con grandes ojitos expresivos llenos de
brillo.

—No. Este será.— Dijo con una sonrisa ladeada, observando la reacción de la pequeña. Esta chilló y
tomó las mejillas del mayor para besarlo con profundidad, la tomó de la pequeña cintura y la acerco a él,
ganando el control del beso con rapidez.

La trabajadora simplemente estaba en su mundo, preparando los paleles de la compra del departamento.

—Te amo muchito, Hazz.— Susurró bajito para su novio, con una tierna sonrisa.

—Tambien te amo, nena.

Al firmar los papeles de la compra del departamento, siguieron llendo ahí para remodelar y darle toque
propio. Bueno el toque de Louis, porque Harry estaba ahí era para ayudar con los trabajos pesados que
la chica no puede hacer. Y no malinterpreten no es una cosa en la que se quiere demostrar que las chicas
son debiles y los chicos fuertes, no, no. Solo que Louis odia sudar y hacer esfuerzo físico. Estaban en el
que pronto será su nuevo hogar, Louis simplemente estaba sentada comiendo galletas con chispas de
chocolate mientras veía a su novio terminar de traer las cajas con sus pertenencias.

—Bonita, aprecio muchísimo la ayuda que me estás dando en estos momentos.— Exclamó de forma
sarcastica el chico, tomando un pañuelo secando el sudor.

—¡Oye!. Estoy ayudando... Emocionalmente, al menos.— Dice con una sonrisa inocente. Se levanta de
la manta que colocó en el suelo de mármol y sacude su pantalón corto. Va hasta las cajas para comenzar a
desempacar la ropa.
Harry simplemente la admira, cómo siempre parece brillar ante la luz del sol, y sus movimientos son
delicados sin importar que haga. Se coloca detras de la pequeña, cubriendo su cuerpo y posa sus manos
en sus caderas, dando pequeños besos en su cuello, y la chica suelta un pequeño gemido mientras trata
de hacer que sus manos no tiemblen.

—Linda... Creo que deberiamos tomar un descanso ¿no crees?. —Su voz se volvió más ronca gracias a el
tono de voz, susurrando en su oido, sintiendo el cuerpo de la chica estremecerse mientras aprieta
suavemente sus caderas.

—Si, si.—Dice desesperada. Harry de un rapido movimiento la deja sentada en la isla de la cocina donde
estaban las demas cajas con sus pertenencias. La besa con deseo, acariciando sus muslos e introduciendo
su lengua en la cabidad de la chica que jadea ante la intromisión. Sus manitos acarician el cabello rizado
de su novio, haciendolo gemir ronco. Las grandes manos viajan desde sus muslos rellenos cubiertos por
sus pantalones cortos a su camisa, acariciando sus senos.

La chica toma la camisa negra de su novio y se la quita dejando su pecho y tatuajes descubiertos,
paseando sus dedos por cada uno de ellos. La mirada intensa de el mayor en ella, la pone nerviosa y hace
que sus bragitas se mojen. Harry recorre un camino de besos y chupetones desde su mejilla hasta sus
cuello, alonjandose ahí cómo si fuera su lugsr favorito.

De repente el timbre suena, haciendolos desconcertarse, el rizado ni se molesta en colocarse de nuevo la


camisa cuando va a abrir la puerta topandose con la mamá de su novia, Johanna.

—¡Harry!, cariño. ¿Que haces sin camisa? ¿No tienes frio? Oh dios. — Exclama con exaltación la
señora, Harry simplemente esta paralizado, gracias a Dios todavía no había tenido una erección.
Hubiera sido vergonzoso. La mayor entra sin permiso a la pieza, mirando cuidadosamente donde van a
vivir sus pastelitos.

—Jay, hola... Eh. ¿Que haces aquí?. ¿Lou te llamó?.— Dijo con confusión mientras se colocaba la
camisa y seguía a Johanna quién recorria todo el departamento, la chica no había salido, seguro entró al
cuarto para evitar a su madre, que tramposa.

—No, no. Tontito. Queria hacerles una sorpresa y traerles unos cupkakes. ¿Donde está mi hija?. — Dice
riendose mientras mira a su alrededor buscando a Louis, extendiendo hacia el la cajita de cupkakes rosa.
—Muchas gracias... ¿Cómo supo la dirección?.— Cuestionó con una ceja arqueada. Tomando la cajita
de cupcakes dejandola en el refrigerador.

— Cariño, eso no importa. ¿Dónde está lou?.— Dice con voz un poco más tensa, todavía sonriendo.

—Esta... En el baño.— Miente, llevando las manos a los bolsillos de sus jeans.

—Oh, en ese caso, la esperaré.— Se sentó en el sofa y registro todo con su mirada. Harry suspiró en
resignación. Se supone que cuando te mudas con tu novia lo primero que deben de tener es privacidad,
para tener sexo, joder. Pensó. Se disculpó con Jay y fué directo hacia su habitación.

—Lou, tu madre, está ahí. Y no se va. Es capaz de quedarse a dormir en el sofa. — Dice mientras abre la
puerta del baño. Y su pequeña chica estaba tomando una ducha.

—Si, si. Ya voy.— Hace un puchero, que es besado por el mayor. Sonríe y hace señales para que salga del
baño. Este le guiña un ojo y sale.

Despues de hablar con su mami, y fuera de vuelta a su casa, ellos todavía arreglaban algunos detalles del
departamento, había cierta tensión sexual por el suceso en la cocina pero Louis trababa de ignorar todas
las insinuaciones de su novio, para molestarlo.

Estaba recostada en su cama, viendo una película, cuando Harry sale del baño con una toalla rodeando
su cadera. Que haya quedado embobada con la vista solo tiene que saberlo ella. El rizado se da cuenta de
su mirada y sonríe.

—Amor...— Dice con timides, tomando un mechón de su cabello y dándole vueltas con su dedito.

—Dime, Bonita.— Dejó de revolver sus cosas para mirar a la chica en su cama, con una sonrisa engreída.

—¿No crees que es hora de tomar ese descanso?.

Este no perdío el tiempo y se coloco entre sus piernas tomando sus muslos y acariciandolos, la chica
tomó la mandíbula del mayor y lo atrajo hacía un beso, sus bocas comenzaron a jugar entre sí, Harry
lame los labios de la chica pidiendo permiso para profanar sus esponjosos labios rosas.
Recorre con sus grandes manos el cuerpecito debajo suyo, quitando el camison que llevaba para dormir,
dejandola solo en ropa interior, toma el brasiere de la chica y lo quita rápidamente, dejando sus senos al
aire. Recorre con sus labios desde su boca hasta el cuello de la chica y toma uno de sus pezones en su
boca y lo lame, chupa con rapidez.

La chica gime bajito ensimismada en el placer electrico que recorre todo su cuerpo al sentir la boca de su
chico en sus senos. Sigue gimiendo y jadeando cuando Harry muerde un poco, enterrando sus puñitos
en la sabana.

—Hazzi, tomame. ¡Por favor!.— Se desespera ante la falta de estimulación en su vagina, que está
goteando con sus jugos.

—Tranquila, nena. Te voy a hacer sentir bien. —susurra con su voz que por alguna razón se volvió
mucho mas ronca y grave. Sus dedos largos fueron hasta sus panties rosas deshaciendose de ellas.
Abriendo más sus piernas, su coño estaba mojado, goteando lubricante. —Estas tan mojada, por mi y
solo para mí.

Sus pupilas estaban dilatadas, llevo su dedo hacía los pliegues de su coño, y la chica jadeo al sentir el
contacto de los frios anillos en sus dedos. Acarició lento, llenando sus dedos de los fluidos de la menor,
y los extendió hacía la boca de la chica.

—Chupalos. — La chica tomó sus dedos y los metió a su boca, manteniendo el contacto visual con
Harry, sus ojos azules brillosos y su boquita extendiendose entre su dedo, cómo si fuera su polla.

El rizado sintió un tirón en su entrepierna, su bulto solo cubierto con sus boxers, se restrego contra la
intimidad de la chica, todavía con sus dedos en su boca, haciendola gemir agudo siendo este ahogado
por su dedo.

— ¿Te gusta, bonita?. Tener mis dedos en tu boquita o en tu coño mojado ¿hmm?.— Gruñe mientras
empieza a restregarse con más insistencia contra la chica. Esta gime y asiente. El rizado saca sus dedos de
la boca de Louis, y la besa de forma salvaje, la chica lleva sus manos al gran bulto en su entrepierna, y
mete su mano dentro del boxer, comenzando a masturbar lentamente al mayor.
—Si, si. Hazz. Follame.— Gime cuando su novio muerde su labio inferior dejándolo rojizo e hinchado.
El rizado gime ronco al sentir sus dedos acariciando su glande, se quita el boxer y lo deja en algún lugar
de la habitación.

Restriega su polla en la entrada de la chica con burla esta se queja, pero suena más cómo un gemido
necesitado y sus uñas arañan su espalda con insistencia.

Embiste el coñito de Louis, sintiendo sus paredes estrechas abrazarse a su polla, y comienza un vaivén
lento para que la chica se adapte a la intromisión, esta gime y balbucea incoherencias.

—Hazz, más. Más.— El rizado acata su petición y comienza a embestir con rapides, buscando el punto
dulce de la ñiña. El rizado unde su rostro entre los senos de Louis, cómo si perteneciera allí. Chupa y
lame la piel de sus tetas, dejando chupetones en su piel. —Si, si. Ahí, ¡oh!. Eres tan grande.

La chica se corre de manera imprevista, gimiendo el nombre del rizado.

—Quiero que me montes preciosa, vamos.— La chica con dolor en sus piernitas se sienta en el regazo de
Harry y empieza a balancear sus caderas en circulos. Las manos ajenas recorren si culo y apretan con
venía sus mejillas. Harry empieza a impulsarse hacía arriba para embestir con profundidad gruñendo al
sentir un cosquilleo, buscando su liberación.

Louis salta sobre el pene del mayor, buscando complacerlo. Gime bajito con las manos en sus anchos
hombros.

—Vamos, amor. Salta. Haz que me corra.— murmura en su oido, apretando sus mejillas y
nalgueandola. La menor gime y sigue saltando. Harry gime ronco corriendose dentro de la chica. Esta
cansada se derrumba en el pecho del mayor, somnolienta.

El rizado la acuesta y la limpia, acariciando su cabello y besando su frente. Se acuesta con ella y rodea su
cintura con sus manos.

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