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El fenómeno de la temprana fundación de universidades en el nuevo mundo

El sociólogo alemán Hanns-Albert Steger sostiene que tal vez este proceso se
comprenda mejor, “si consideramos que la conquista se pude entender como una
repetición, en la medida en que estaba investida con el carácter de una cruzada,
de la Reconquista de la Península Ibérica que acababa de terminar”. Se
mantenían unidos por la Corona, y no por una administración central. la
incorporación de los reinos del Nuevo Mundo al Imperio Habsburgo”. Factores que
determinaron las primeras fundaciones:
- Proveer localmente de instrucción a los novicios de las órdenes religiosas que
acompañaron al conquistador español, a fin de satisfacer la creciente demanda
de personal eclesiástico
- Conveniencia de proporcionar oportunidades de educación a los hijos de los
peninsulares y criollos, a fin de vincularlos culturalmente al imperio y, a la vez,
preparar el personal necesario para llenar los puestos secundarios de la
burocracia colonial, civil y eclesiástica.
- Presencia de religiosos formados en las aulas de las universidades españolas,
principalmente Salamanca, de la alta preparación académica
Steer dice que las necesidades de los demás podían satisfacerse sin la
importancia de una universidad.
Régimen legal de las universidades coloniales
Las universidades funcionaban bajo su propia real cedula y con base al cuerpo de
preceptos se estableció vida en las universidades hispanoamericanas.
Águeda María Rodríguez publicó que los derechos universitarios nacen de las
Siete Partidas del Rey Sabio; éstas se tomaron en cuenta con las costumbres de
la universidad Salamantina. En la primera ley se dice que el “estudio” son los
maestros de escolares que tienen la función de dar a conocer los saberes; puesto
que “estudio” era la manera mejor empleada para llamar a la universidad ya que
podía ser estudio general o particular.
Los modelos
El Nuevo Mundo se inspiró en Salamanca (primera y de mayor rendimiento) y
Alcalá de Henares que eran las universidades más famosas; éstas tenían 2 tipos
distintos de esquemas católicos universitarios: estatales y privadas.
Salamanca tuvo la idea de que surgiera el servicio de estado-nación durante el
siglo XIV, después de recibir a estudiantes extranjeros se estableció la máxima
autoridad académica, el cual era el claustro pleno de maestros. Se le llamaba
maestrescuela, canciller o cancelario a quien cumplía funciones de juez de
estudios e incorporaciones, éste era de alta autoridad eclesiástica superando al
rector quien era asesorado por electorales y orientación, y de diputados. Hablando
de idiomas, el latín era requisito para ingresar a una facultad; su método de
enseñanza era la lectura por el catedrático y explicaciones, los estudiantes
formaban sus propios argumentos y conclusiones especialmente en las materias
de Teología y Filosofía.
La Universidad de Alcalá de Henares (creada por el regente Cardenal Cisneros y
autorizada por bula pontificia) tenía como estudio central la teología cuya
enseñanza era parecida a la de un convento-universidad, siendo la máxima
autoridad un religioso superior y rector.
Fundaciones universitarias del periodo colonial
El 28 de octubre de 1538 se creó la primera universidad Santo Domingo en el
Nuevo Mundo en la isla española, y la ultima el 10 de enero de 1812 siendo la de
León de Nicaragua por la Cortes de Cádiz, siendo la Corona quien la confirmó por
la real cedula. Durante ese periodo fundaron 32 universidades, las cuales algunas
no funcionaron; en cambio, las creadas religiosamente por el Papa tuvieron más
privilegios como que la bula pontificia precedió a al real cedula y en otros, la
Corona inició nuevas universidades de carácter real.
Organización de la Universidad Colonial Hispanoamericana
La primera universidad fundada en el Nuevo Mundo, la de Santo Tomás de
Aquino, en Santo Domingo, se inspiró en la de Alcalá, teniendo los mismos
privilegios que la de Alcalá y Salamanca. Después, las universidades imperiales
tomaron tradiciones salamantinas, como los casos de universidades de Lima y
México en el año 1551 siendo las dos fundaciones más importantes, es por ello
que la universidad de Santo Domingo tuvo una proyección escasa y antecedente
de universidades católicas o privadas. Éstas evolucionaron hasta ser
“universidades del virreinato” y después Naciones de América Latina, otorgando
bachiller, licenciado, doctor o maestro. Otra universidad colonial fue en México,
con los mismos privilegios y pautas salamantinas adaptándose a los estudios de la
nueva realidad.
Reformas universitarias del periodo colonial
Juan de la Palafox llevó a cabo la reforma en la Universidad de México para el
acriollamiento de la estructura salamantina. La Universidad de San Carlos
Guatemala es el mejor lugar donde se puede estudiar el impacto sobre la
anquilosada estructura universitaria colonial de la Ilustración introducida
oficialmente por Carlos III. Su carta ha sido redactada por Sarassa y Are en 1681,
inspirado en los palafoxianos de la Universidad de México. Siguiendo tendencias
ilustradas, sugirieron el uso del castellano y el latín en las cátedras universitarias,
y el pensamiento hacia la ciencia.
Juicio sobre la universidad colonial
Luis Alberto Sánchez dice que la universidad colonial fue una institución completa,
puesto que todo giraba en torno a la teología para salvar al hombre. La
combinación de métodos experimentales y las reformas que se produjeron a
finales del siglo XVIII no destruyeron la unidad conceptual sobre la que
descansaba la arquitectura universitaria, sino que la transformaron sin destruirla.
El siglo XVII fue el siglo con mayor número de fundaciones, el declive de las
universidades coloniales también se inició en este siglo y se intensificó en la
primera mitad del siglo siguiente hasta llegar a un verdadero colapso académico
del que la gente anhelaba conocer la Ilustración. Las universidades de las grandes
ciudades experimentaron un declive similar durante este período.
Las universidades coloniales solo pueden reflejar la cultura ibérica de la época, y
somos muy conscientes de la situación científica en España, que había sido
marginada por las revoluciones industrial y científica. A pesar del notable
desarrollo de España en la literatura y el arte, su inferioridad en la ciencia sin duda
merece la contemplación de las mentes españolas más profundas.
La universidad republicana
La independencia careció de un contenido revolucionario real y se limitó en gran
medida a reemplazar el poder de la península con criollos, representantes de la
oligarquía terrateniente y la naciente burguesía comercial. Como sociedad,
permanecieron al margen del movimiento, aunque la Ilustración entró en algunas
de sus clases y ayudó a crear un sentido de independencia para algunos de sus
personajes, en su mayoría de la clase media. La investigación dejó pues estas
aulas llenas de silogismos y encontró refugio en las nuevas academias de las que
surgiría la llamada "ciencia americana". En lugar de buscar la renovación de la
investigación a través de la brecha abierta por el abismo americano, esto sería
una respuesta primitiva y conduciría al establecimiento de la investigación
científica entre nuestras repúblicas; en consecuencia, la reorganización careció del
sentido de afirmación nacional buscado por la nueva sociedad: en cambio, inició el
camino de alienación cultural que caracteriza los esfuerzos de reactivación de las
instituciones de educación superior hasta el día de hoy.
Durante décadas en América Latina era posible estudiar ingeniería, medicina o
farmacia, pero no matemáticas, biología o química. La Universidad de la República
no logró ampliar la base social de matrícula; el nuevo programa reemplazó al clero
como figuras centrales en las universidades latinoamericanas, reemplazando a los
juristas extraídos principalmente del derecho romano y el código civil. También en
México, las universidades posteriores a la independencia pasaron por una serie de
cierres y reaperturas, dependiendo de las fluctuaciones políticas y las victorias
conservadoras o liberales a corto plazo.
La Reforma de Córdoba
La universidad, como reflejo de la estructura social fortalecida por la
independencia, se mantuvo como un "gobernante espiritual", manteniendo
esencialmente su carácter de institución digna. En las Reformas de Córdoba,
Darcy Ribeiro dice que es la "Gran Fuerza Renovadora" de nuestra universidad y
con ella están conectados todos los esfuerzos de reforma universitaria que buscan
la transformación a través de la originalidad latinoamericana. El movimiento que
se originó en Córdoba se extendió rápidamente por América Latina, lo que sugiere
que fue una respuesta a necesidades y circunstancias similares. Así, el
reformismo peruano parece ser el más politizado. De acuerdo con los postulados
reformistas, está la autonomía universitaria, docencia libre, asistencia libre,
gratitud de la enseñanza, elección de directivos, etc.
Augusto Salazar Bundy argumentó que la democratización de las universidades,
en gran medida por el autogobierno y el gobierno común, representó el logro neto
de la reforma. Córdoba representa el punto de partida del proceso de reforma en
curso de las universidades latinoamericanas, entendida como un fenómeno
continuo, destinado a construir una carrera universitaria original y suficiente para
atender las necesidades reales y los procesos de socialización de nuestro
continente, lo que inevitablemente cambiará su estructura actual. En este sentido,
la reforma universitaria no es una meta, sino una larga marcha iniciada en 1918,
con retrocesos, desvíos y revoluciones en América Latina y nacionalismo.

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