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FICHA DE APRENDIZAJE

DE HISTORIA, GEOGRAFÍA Y ECONOMÍA


PROFESORA: Liz Verónica Guerrero FECHA: /09 /2023
ESTUDIANTE: GRADO: 7° AULA:
COMPETENCIA: CONSTRUYE INTERPRETACIONES HISTÓRICAS

EL INTERMEDIO TARDÍO

Tras la caída de los huari, las tradiciones regionales se


fortalecieron y comenzó una época de diversidad que se conoce
como Intermedio Tardío (900-1476). En esta etapa surgieron
culturas regionales con características y estilos artísticos propios:
en la costa norte, Lambayeque y Chimú; en la costa central,
Chancay, Ychma y Collique; en la costa sur, Chincha; en la sierra
norte, Chachapoyas y Cajamarca; en la sierra central, la cultura
Huanca; y en la sierra sur, los chancas y los reinos aimaras.

Las culturas de este periodo aprovecharon la tecnología agrícola y


constructiva de sus antepasados. Sin embargo, presentaron
algunos rasgos singulares. Por ejemplo:
• Distintos tipos de organización política entre las culturas de la
costa y la sierra. En la costa primó una organización compleja
sobre un gran territorio. En la sierra, en cambio, se organizaron
señoríos dispersos y concentrados en las zonas altas, cercanas
a las fuentes de agua.
• Constantes guerras entre los reinos regionales para acumular
recursos. Estos conflictos surgieron en un contexto de cambios
climáticos que afectaron a la sierra entre los siglos XI y XIII.
• Transformaciones en el arte, pues los motivos religiosos
cambiaron. Además, aumentó la alfarería al producirse
masivamente con moldes, aunque la calidad era menor. En Chimu
contraste, la metalurgia alcanzó un gran desarrollo, Lambayeque
Sitio arqueológico
especialmente en la costa norte. Ciudad actual

LA CULTURA LAMBAYEQUE

Espacio y sociedad: La cultura Lambayeque (también llamada Sicán) se desarrolló entre los años 700 y 1350. Sus
antecedentes más inmediatos se encuentran en los moche, que habitaron la costa norte durante el Intermedio
Temprano, y el Estado huari, cuya influencia se extendió por gran parte del territorio andino durante el Horizonte
Medio.
Al comienzo, la capital estuvo en el sitio de Batán Grande, pero por alguna razón desconocida, los pobladores
abandonaron el lugar hacia el año 1200 y se trasladaron a Túcume, en la parte baja del valle de La Leche. En este
lugar vivieron hasta 1350, cuando fueron conquistados por los chimúes.
La sociedad lambayeque estaba rígidamente dividida en distintos grupos sociales:
• La élite estaba conformada por los gobernantes- dotes, que se proclamaban descendientes del fundador mítico
Naylamp.
• El cuerpo de administradores se encargaba de vigilar el orden económico y el pago de tributos.
• El grupo especializado de artesanos producía bienes de lujo para la élite local y para intercambiarlos con las élites
vecinas.
• Los campesinos trabajaban en el campo y producían suficiente excedente como para mantener a los grupos antes
mencionados.

La economía se basaba en la agricultura intensiva por irrigación. Para extender su frontera agrícola, los lamba-
yeque construyeron un sistema hidráulico que articuló los valles de Reque, Saña, Lambayeque y La Leche. Además,
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ampliaron las obras de sus predecesores mochicas y dejaron para la posteridad grandes canales como el Taymi
Antiguo, Collique y Raca Rumi.

En el arte, los lambayeque sobresalieron en la arquitectura. Su principal complejo monumental es el de Batán


Grande, constituido por 17 pirámides truncas que sobrepasan los 30 metros de altura y están distribuidas en una
zona de 55 km2. Fue el centro político, religioso, económico y administrativo de la cultura Lambayeque. Desde allí se
controlaba la producción de objetos de metal y se coordinaban el intercambio de artículos de lujo conseguidos en
otras zonas. En este lugar se enterraba a los personajes de la élite.
Los lambayeque alcanzaron, asimismo, un alto nivel de desarrollo en la
metalurgia. No solo usaron el oro y la plata, sino que mezclaron
diferentes elementos para producir aleaciones: consiguieron bronce
arsenical mezclando cobre con arsénico, y la tumbaga mezclando oro
con cobre. Gracias al hallazgo de hornos y talleres de producción
metalúrgica, los arqueólogos han podido reconstruir el proceso de
fundición, el cual tuvo como combustible el carbón de algarrobo,
abundante en la zona. Varios hombres soplaban al mismo tiempo a
través de tubos de caña o toberas para mantener los hornos a altas Máscara funeraria que se cree representa a Naylamp .
temperaturas.
En el ámbito de la orfebrería usaron técnicas muy refinadas y fabricaron todo tipo de objetos. Hicieron ornamentos
como coronas, diademas, pectorales y brazaletes; también estandartes y cuchillos ceremoniales o tumis.

LA CULTURA CHIMÚ

El reino Chimú se desarrolló en la costa norte durante el Intermedio Tardío, entre los años 900 y 1470.

Orígenes y desarrollo histórico: El origen del reino Chimú está ligado a


la historia de un personaje mítico llamado Tacaynamo, quien habría
llegado del mar para fundar una dinastía que gobernó el reino desde su
capital, Chan Chan.

El desarrollo de este reino tuvo dos etapas:


• La primera (900-1300) comprendió la expansión hasta el valle de
Chan Chan.
Jequetepeque (norte) y el valle de Virú (sur).
• La segunda (1300-1470) fue la de mayor extensión. Luego de la conquista del reino Sicán, los chimúes llegaron a
dominar más de 20 valles, desde Tumbes en el norte hasta el río Chillón por el sur. La expansión se detuvo el año
1470, cuando el último rey chimú, Min- chancaman, fue sometido por el inca Túpac Yupanqui.

La organización económica: La base de la economía chimú era la agricultura. Los chimúes expandieron sus tierras
de cultivo a través de múltiples canales de irrigación. El más importante fue La Cum- bre, que transportaba agua a
lo largo de 84 km, desde el río Chicama hasta el valle de Moche.
La pesca fue otra de sus actividades primordiales. Para ello, fabricaban balsas de totora similares a los modernos
caballitos de totora, así como pequeñas embarcaciones elaboradas con troncos. Estas embarcaciones tenían a veces
una cabina donde se guardaban mercancías.
Estas actividades se complementaban con otras, como la extracción de minerales y la textilería. Además, la
economía chimú se enriqueció gracias a los tributos de los pueblos conquistados y los bienes exóticos obtenidos por
el intercambio con señoríos de la sierra y la selva.

Un pueblo de artistas: Los chimúes destacaron por la gran riqueza de su arte. En textilería usaron algodón, fibra de
camélido y plumas de aves selváticas. Elaboraban túnicas, cinturones, coronas y pectorales para la realeza.
La cerámica fue mayoritariamente elaborada con moldes para la producción en serie. Por ello, su
acabado es de poca calidad. Las vasijas eran escultóricas y de color negro; representaban frutos y
animales.
En metalurgia utilizaban una gran variedad de técnicas, como el martillado, el laminado, la fundición y
el vaciado en molde. Las técnicas decorativas incluían el dorado, el enchapado, la filigrana, el
recortado, el calado, el repujado, el cincelado, el embutido, el satinado, etc. Trabajaban el oro, la plata,
el cobre y el estaño, con los que fabricaban vasos, cuchillos, máscaras, brazaletes, coronas y otros
objetos de uso ritual.
En escultura sobresalen las representaciones masculinas en madera con incrustaciones de nácar y
Spondylus. Tallado de
madera.
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El mundo religioso: Las costumbres religiosas de los chimúes incluían:
• El culto oficial a las divinidades principales. Las más importantes eran la Luna o Shi, que tenía el poder de hacer
crecer las plantas, controlar el mar y producir los amaneceres; el Mar o Ni; y una constelación de cuatro estrellas
consideradas progenitoras de los diferentes grupos sociales: de las más brillantes provenían los nobles, y de las más
pálidas, la gente común.
• El culto a los ancestros. Cuando moría un gobernante, su palacio en Chan Chan era transformado en un templo
mortuorio donde sus familiares rendían culto a su momia.
• Los cultos provinciales. Las divinidades propias de los territorios anexados al reino Chimú eran respetadas.

SEÑORÍOS DE LA COSTA CENTRAL Y SUR

Tras el declive de la influencia huari, en la costa central


se desarrollaron diversas sociedades que heredaron
parte del legado cultural huari y formaron pequeñas
entidades políticas, como señoríos o curacazgos. Entre
ellos destacan los de Ychma, Collique y Chancay.

Entre los años 1300 y 1450, los señoríos de la costa


central ocuparon las partes bajas y medias de los valles
de los ríos Chancay, Chillón, Rímac y Lurín. Debido a la
aridez de la zona y la ausencia de lluvias, los antiguos
habitantes del lugar decidieron ampliar el área de
cultivo construyendo canales de irrigación. Estos
canales también actuaron como fronteras entre los
diferentes señoríos de la región. El mar fue una
importante fuente de recursos, y gracias a él
desarrollaron una economía pesquera. Los costeños
utilizaban el pescado para alimentarse y para comerciar
con los pueblos de la sierra, con los que intercambiaban pescado salado por charqui, tubérculos y lana de camélidos.

El señorío de Ychma: El señorío de Ychma o Pachacamac se asentó en lo que fue territorio de la cultura Lima.
Ychma agrupaba a varios pequeños curacazgos de los valles de los ríos Rímac Lurín, como el de Malanca, Lati,
Limac, Amancae, Caraguayllo y Sulco, entre otros.
Pachacamac
Los habitantes de Ychma rendían culto al dios Pachacámac, deidad a la que
se le atribuía el poder de hacer temblar la tierra y dar predicciones.
Pachacámac fue uno de los dioses más difundidos del mundo prehispánico y
su culto se prolongó por mucho tiempo. Durante el Intermedio Temprano, en
pleno auge de la cultura Lima, sus seguidores le construyeron un templo
cerca de la desembocadura del río Lurín. La veneración a esta deidad se
mantuvo durante el dominio huari. Cuando esta influencia declinó, los
pobladores de Ychma conservaron las tradiciones y rituales del culto a
Pachacámac. Luego, allí los incas respetaron el centro ceremonial y
construyeron nuevos edificios, como el templo del Sol y el acllahuasi.

La cultura Chancay: La cultura Chancay se desarrolló entre los años 1300 y 1450 entre los valles de Chancay y
Chillón. En esta zona se encuentran sus principales sitios arqueológicos, entre los que destacan Pisquillo Grande,
Pisquillo Chico, Lauri, Lumbra y Pancha la Huaca.
 Los artesanos de Chancay han dejado muestras de un gran desarrollo artístico. La
producción cubría las necesidades de la élite y cumplía un rol importante en las ceremonias
religiosas y funerarias. Eran frecuentes las imágenes de pájaros, peces, felinos, perros y
monos.
 La cerámica chancay se caracterizó por usar el negro parduzco sobre fondo blanco. Sus
piezas más famosas son los cántaros que representan personajes con orejeras, tocados y
pintura facial. Estos personajes sostienen un vaso con las dos manos y son conocidos como
"chinas" debido al aspecto de sus ojos. Los cuchimilcos son, asimismo, típicos de esta
cultura: representan a hombres y mujeres desnudos con los brazos y las palmas de las manos
hacia delante. Se cree que se utilizaban como protectores de las tumbas o como amuletos.
 En el arte textil dominaron múltiples técnicas, pero su especialidad fueron las gasas y los
Cuchimilco
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encajes. Sus trabajos eran tan finos y delicados que lo más probable es que se hayan utilizado para las
ceremonias religiosas. En algunas telas se representan personajes, animales y símbolos hechos con trazos muy
directos y simples; en otras, las composiciones son más complejas y representan a una serpiente bicéfala. Los
artesanos de Chancay también sobresalieron en la plumería. Son llamativas las combinaciones y efectos
causados con los colores de sus mantos de plumas.

Los curacas de Collique: ΕΙ curacazgo de Collique se ubicó en el valle de Chillón y la zona de Carabayllo: abarcaba
un territorio que iba desde el mar hasta Santa Rosa de Quives, y comprendía varios pequeños señoríos que le
entregaban Tributos. Los collique fueron un pueblo guerrero que defendió su territorio de las incursiones de Estados
conquistadores. Así evitaron caer bajo el dominio de los chimúes, quienes no pudieron someterlos. Tiempo después,
sin embargo, el ejército inca los derrotó en la denominada fortaleza de Collique y fueron incorporados al
Tahuantinsuyo.

La cultura Chincha: Se desarrolló al sur de Lima, en los valles de Cañete, Chincha, Pisco e Ica entre los años 1200
a 1470 aproximadamente. Su centro estuvo en el valle de Chincha, territorio ocupado por los paracas durante el
Horizonte Temprano.

 El desarrollo histórico: Las crónicas españolas relatan que los chincha


fueron un curacazgo muy poderoso, gracias a la intensa actividad de
intercambio de productos a grandes distancias. Durante el gobierno de
Pachacutec, los incas trataron infructuosamente de sojuzgar al señorío
de Chincha. Posteriormente, Túpac Yupanqui, sucesor de Pachacutec,
estableció una alianza con el curaca de Chincha. Así, el señorío quedó
incorporado al Tahuantinsuyo, aproximadamente en el año 1470. No
obstante, el curaca de Chincha ocupó un lugar importante en la escala
social del Tahuantinsuyo. Por eso, cuando los españoles llegaron a
Cajamarca para encontrarse con Atahualpa, solo el inca y el curaca de
Chincha eran llevados en andas, atribución reservada solo a los
personajes de mayor jerarquía.

 La economía de los chincha: Los chincha tuvieron una economía muy próspera y organizada. Se dedicaron a
una amplia variedad de actividades económicas.

 La agricultura: En Chincha el suelo es fértil debido a que los deseos de las montañas traen un limo negro y
rojizo que enriquece las tierras. Para aprovechar mejor estas tierras fértiles, los chincha construyeron andenes
e hicieron canales de irrigación y acequias para desviar las aguas de los ríos. Además, utilizaron el guano de
las islas como fertilizante.
 El intercambio de bienes: Los chincha fueron reconocidos en toda el área andina por su habilidad para el
intercambio de productos a través del sistema del trueque. Su cercanía al mar y a la sierra les permitió
establecer rutas de intercambio. Por tierra, los chincha viajaban en grandes caravanas de llamas a la sierra,
adonde transportaban productos marinos, como pescado seco y mullu, para cambiarlos por oro, plata y cobre.
Por mar, los chincha usaban grandes balsas de vela, en donde transportaban productos locales como cobre y
coca y los llevaban hasta el golfo de Guayaquil, de donde obtenían esmeraldas o Spondylus, concha muy
apreciada por su belleza y sus usos rituales.

 El arte chincha:
 En arquitectura, los chincha realizaron construcciones con la técnica de la tapia, con la
que se forman muros gruesos y altos. En algunas paredes se observa pintura mural con
los colores blanco, negro y rojo. El asentamiento principal fue el complejo formado por los
sitios de La Centinela, La Cumbe y Tambo de Mora. Otros lugares importantes fueron
Lurinchincha, San Pedro y Ranchería.
 En textilería, los chincha fabricaron prendas como bolsas y bandas con fibras de
camélido y algodón. Su técnica más lograda fue el brocado, un tejido en el que destacan
los dibujos por la forma en que los hilos han sido entretejidos. En cerámica destacaron las
botellas con forma de tonel. Es característica la decoración con motivos geométricos
pintados en blanco, negro y gris que imitan diseños textiles. También son típicas las
figurinas que representan mujeres que llevan los brazos juntos sobre el pecho.
 En orfebrería hicieron vasos con forma de rostros humanos que se caracterizan por lucir
grandes narices. Estos eran trabajados en plata, oro o en una aleación de ambos metales
con cobre. Medían más o menos 20 cm de alto. Su superficie podía ser lisa o repujada
Vaso narigón
con serpientes, peces o mazorcas de maíz, pero siempre destacaba en altorrelieve un
rostro humano.

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SEÑORÍOS DE LA SIERRA, CEJA DE SELVA Y ALTIPLANO

El señorío de Cajamarca: La región Cajamarca tuvo un desarrollo cultural importante desde el periodo Precerámico.
En el Horizonte Temprano se erigió allí el importante centro ceremonial de Kunturwasi bajo la influencia chavín.
Durante el Intermedio Tardío, la región se organizó alrededor del señorío de Cajamarca, una confederación de
reinos independientes que dominó la sierra norte entre los años 1300 y 1400. Una manera de afianzar políticamente
la confederación fue la poliginia, costumbre que le permitía a un señor principal tener varias esposas de otras
comunidades. Así se fortalecían los vínculos de parentesco entre las distintas etnias de Cajamarca.

Algunos grupos del señorío establecieron lazos con Lambayeque y el reino Chimú. Estos vínculos se reforzaron
cuando el gobernante Cuismanco Cápac formó una alianza con Minchancaman, monarca chimú, para defender sus
territorios ante la expansión inca. Sin embargo, ambos reyes fueron finalmente derrotados y sus territorios
incorporados al Estado incaico.

Los cajamarca levantaron muchos poblados que han sido identificados, en su mayoría, como fortificaciones. Entre
estos sitios destacan Cuismanco, Jesús, Cuismanco Viejo, Palloc y Tantarica, este último un importante centro
ceremonial y administrativo que fue, posiblemente, la capital de los cajamarca. Además, establecieron enclaves en la
costa, sobre todo en la provincia de Pacasmayo, de donde obtenían pescado fresco y otros productos marinos.

 El arte de los cajamarca: La cerámica cajamarca fue hecha con una arcilla blanca y fina llamada caolín. Para el
pintado de las vasijas utilizaron el rojo, el anaranjado y el marrón. Además, emplearon pinceles finos con los que
combinaron líneas y figuras geométricas para trazar motivos zoomorfos estilizados de aves, felinos, camélidos y
serpientes. Las formas más comunes fueron los cuencos con base pedestal o base tripo de, las botellas de base
anular, las tazas y los vasos.
 La religión: El señorío de Cajamarca tenía un conjunto de deidades. La más importante fue Catequil, dios de las
lluvias, los rayos, los truenos y los relámpagos. Otras deidades importantes fueron el Sol, la Luna, las estrellas y el
planeta Venus.

Los Chachapoyas,
“señores de las
montañas”: Los
chachapoyas se
desarrollaron desde
el año 800 hasta la
conquista incaica en
el siglo XV. Su
espacio geográfico,
enclavado en la ceja
de selva norte, tenía
un relieve muy
accidentado, cubierto
permanentemente por
una densa vegetación. Era una zona rica en recursos, pero difícil de dominar. La economía de los chachapoyas se
basó en la agricultura, actividad que desarrollaron en extensos cam- pos de cultivo cercanos a sus poblados.
Los chachapoyas conformaban diversos grupos indepen- dientes que tenían sus propios asentamientos en lo alto de
las montañas. Según sus intereses o necesidades, es- tablecían alianzas o entraban en conflicto. Pero, a la vez,
compartían rasgos culturales como el lenguaje, la cerá- mica y los patrones arquitectónicos Doc. 2. En este último
aspecto son frecuentes las cabezas esculpidas que deco- raban las paredes exteriores de las tumbas, y los diseños
geométricos en relieve sobre la piedra.

 Las costumbres funerarias: Los chachapoyas acostumbraban colocar a sus muertos en


lugares especiales en medio de altos precipicios para evitar que fueran profanados. En algunos
casos se trataba de mausoleos formados por varias construcciones rectangulares en cuyo
interior colocaban los fardos funerarios; en otros, eran sarcófagos de arcilla decorados con
cabezas de grandes mentones y narices. Para los chachapoyas, el culto a los muertos era
muy importante y, por eso, se encargaban de cuidar a sus momias y llevarles ofrendas
periódicamente. Muchas de las tumbas tenían plataformas y caminos que sirvieron no sólo para
acceder a las tumbas, sino también como escenarios en los que se exhibía ritualmente a las
momias.

Los principales sitios funerarios de los chachapoyas fueron los de Karajía, la Laguna de los Cóndores y Revash.
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Los reinos aimaras:
El espacio altiplánico y sus recursos: Los reinos aimaras habitaron en el
Altiplano o meseta del Collao, región ocupada siglos atrás por las culturas
Pukara y Tiahuanaco. La zona, cuyo núcleo vital es el lago Titicaca, brinda
diversos recursos como, por ejemplo, peces, aves y totora. Además, es
propicia para el cultivo de papa y quinua, y favorece la crianza de
camélidos andinos. A pesar del duro clima del lugar, los reinos aimaras
alcanzaron una alta producción agrícola utilizando las cochas y camellones
o waru-waru, técnicas desarrolladas por sus ancestros.

La principal actividad económica de los aimaras fue, sin embargo, la


ganadería de camélidos: criaban llamas y alpacas que les
proporcionaban carne, lana y abono. Estos animales les servían, además,
como un excelente medio de carga.

Los reinos aimaras establecieron colonias o "archipiélagos" en territorios


vecinos a fin de tener áreas de cultivo que les asegurasen la producción de recursos básicos. Gracias a ello, tuvieron
acceso a los valles de Arequipa, Moquegua, Tacna, Arica y Cusco. Su influencia se observó incluso en parte de Chile
y Bolivia. A algunos de estos lugares llegaban caminando o mudándose por temporadas; a otros iban como colonos,
en grupos pequeños que pastoreaban la puna, recogían sal y cultivaban ají o coca (en las zonas templadas), y
algodón o maíz (en la costa). Los productos que les faltaban los obtenían mediante el intercambio. Según las
investigaciones del antropólogo John Murra, los aimaras se desplazaban en grandes caravanas de llamas.

Organización política: Hacia el siglo XI, al desaparecer la influencia de Tiahuanaco en el Intermedio Tardío, las
etnias aimaras se agruparon y formaron reinos alrededor del lago Titicaca. Estos reinos compartían algunos aspectos
como el idioma, la tecnología agrícola y los patrones funerarios. Sin embargo, eran unidades políticas
independientes que incluso solían tener conflictos entre sí. Debido a su cercanía con el Cusco, tanto los centros
urbanos aimaras como sus colonias quedaron bajo el poder del Tahuantinsuyo al iniciarse la expansión inca,
aproximadamente en el año 1450.

Los reinos aimaras se agruparon en dos regiones ubicadas a cada lado del lago Titicaca: Urcosuyo y Umasuyo.
Aunque pertenecían a una misma cultura, solían enfrentarse entre ellos por la necesidad de conseguir más tierras. En
total se organizaron 16 señoríos. Los más importantes fueron los reinos Colla y Lupaca.

Collas y lupacas:
Los collas tuvieron como capital el sitio llamado Hatun- colla, al noroeste del lago Titicaca y al norte de la actual
ciudad de Puno. Dominaron las cuencas de los ríos Pucará, Ramis y Coata, desde donde organizaban caravanas
hacia lugares lejanos en busca de productos que no había en su región. Los collas se dedicaban principalmente a la
ganadería, pero también cultivaban papa, quinua y coca. Fueron, asimismo, notables constructores: levantaron unos
impresionantes monumentos funerarios llamados chullpas.
El reino Lupaca ocupó la margen sur del lago Titicaca, entre Puno y el río Desaguadero. Su centro principal se
ubicaba a orillas del lago, en la actual ciudad de Chucuito, pero los miembros de la etnia (unos 100 000 habitantes)
vivían dispersos en otros pueblos de la parte occidental de la meseta: Acora, Ilave, Juli, Pomata, Yunguyo y Zepita.
Además, controlaban colonias en las vertientes occidentales del Pacífico. Pese a que estaban alejados del centro,
estas colonias tenían una estrecha relación con su lugar de origen. Tras la conquista española, el visitador Garci Diez
de San Miguel se refería a ellos como los "indios ricos", y mencionaba que algunos indígenas poderosos tenían hasta
50 000 cabezas de ganado.
Los monumentos funerarios: Los aimaras se caracterizaron por edificar monumentos
funerarios o chullpas de forma generalmente cilíndrica. Estas fueron construidas con grandes
bloques de piedra perfectamente labrados y encajados unos con otros.
En las chullpas se colocaban los cadáveres de los personajes importantes. Pero a pesar del gran
tamaño del edificio, el cuerpo solo ocupaba un espacio reducido en la parte baja. Una pequeña
puerta conducía al interior, por lo que había que entrar en cuclillas. La mayoría de las chullpas fue
saqueada hace mucho tiempo.
La lengua aimara: La lengua aimara se habló en toda la región del Altiplano. Sin embargo, este no fue el único
idioma. En aquella época, los grupos que vivían cerca del lago también hablaban el uro y el puquina, hoy extintos. En
la actualidad, alrededor de dos millones y medio de personas hablan aimara. Dos millones viven en Bolivia, casi
medio millón están en el Perú, y algunos miles en Chile y Argentina. Conocer el aimara puede ayudar a descubrir el
modo de ver la vida de este pueblo. Por ello, actualmente la Academia Peruana de la Lengua Aimara difunde el
estudio de este idioma.
Fuente: SANTILLANA (2012). Historia, Geografía y Economía 1. Ed. Santillana.

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