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La parábola de El sembrador y las semillas

Personajes:

Narrador: Any
Sembrador: Estuardo
Semilla 1: Jafeth
Semilla 2 Ian
Semilla 3 Gesler

Narrador: (Explicando) Había una vez un Sembrador que quería sembrar sus semillas en diferentes
tipos de terrenos.
El sembrador muestra la bolsa de semillas.

Sembrador: Estoy aquí para sembrar estas semillas en diferentes lugares.


Escena: Sembrador comienza a sembrar las semillas en el suelo

Sembrador: (Señalando) Esta es la Semilla 1.

Semilla 1: (Salta emocionada) ¡Hola a todos!

Sembrador: (Señalando otra) Esta es la Semilla 2.

Semilla 2: (Salta y saluda) ¡Hola, hola!

Sembrador:: (Señalando la última) Y esta es la Semilla 3.

Sem3: (Salta y saluda) ¡Hola a todos!

Sembrador: (Colocando una Semilla en el suelo rocoso)


Aquí está la Semilla 1, en un terreno rocoso.

Semilla 1: Oh, no. Este suelo es muy duro. No puedo hundir mis raíces.

Sembrador: Esta es la Semilla 2, en medio de las espinas.

Semilla 2: Ay, estas espinas me lastiman. No puedo crecer aquí.

Sembrador: Y aquí está la Semilla 3, en buena tierra.

Semilla 3: ¡Qué suelo tan cómodo y acogedor! Aquí puedo crecer fuerte y sano.

Narrador: Pasó el tiempo, y las semillas empezaron a crecer.

Semilla 1: (Triste) No tengo suficiente tierra para crecer. Que lastima.

Narrador: la Semilla 2 no crece mucho debido a las espinas

Semilla 2: (Triste) Las espinas me roban la luz y el espacio. No puedo crecer.

Narrador: la Semilla 3 crece y se convierte en una hermosa planta con flores.

Semilla 3: (Feliz) ¡Miren lo que puedo hacer en esta buena tierra! Soy una planta fuerte y hermosa.

Narrador: Reflexión ¿Por qué las semillas no crecieron en los otros terrenos?
Las semillas representan a las personas y los terrenos son diferentes tipos de corazones. La primera
Semilla cayó en un corazón duro, que no pudo recibir el mensaje. La segunda Semilla cayó en un
corazón lleno de preocupaciones y problemas, que ahogaron la palabra. Pero la tercera semilla cayó
en un corazón abierto y receptivo, y así pudo crecer y dar fruto.

Sembrador: (Mirando a los niños) Recuerden siempre tener un corazón como la buena tierra,
dispuesto a aprender, comprender y crecer. Así podría recibir y dar mucho amor.
El Buen Samaritano
Personajes:

Narrador: David
Jesús: Jose Pablo
Hombre herido: Jonathan
Bandido 1: Jaime
Bandido 2: Kaleb
Sacerdote: Angel
Levita: Mariana
Buen Samaritano: Marwin

Narrador: (Explicando) Había una vez un hombre que caminaba solo por un camino peligroso.

(Herido camina lentamente por el escenario, luego es abordado por los Bandidos)

Bandido 1 ¡Alto! ¡Dame todo lo que tienes!

Herido (Asustado) Por favor, no me hagan daño. Tomen mis cosas, pero déjenme ir.

Bandido 2 (Riendo) Ja, ja, ja, claro que sí.


(Los Bandidos roban las pertenencias de Herido y lo golpean antes de irse)

Herido: (Gimiendo de dolor) ¡Ay, me duele mucho!

Escena 2: (Sacerdote y Levita entran por un lado del escenario mientras Herido se retuerce de dolor
en el suelo)

Narrador: (Explicando) Después del ataque, pasó un Sacerdote y un Levita por el mismo camino.
(Sacerdote y Levita ven a Herido en el suelo pero deciden ignorarlo)

Sacerdote (Mirando a Levita) No podemos detenernos, podemos ensuciarnos.

Levita: (Afirmando) Tienes razón, mejor seguimos nuestro camino.

Narrador: (Explicando) Entonces, un hombre llamado el Buen Samaritano pasó por el mismo camino.

Buen Samaritano (Preocupado) ¡Ay, no! ¿Qué le habrá pasado a este hombre?
(Samaritano se acerca a Herido y lo ayuda a levantarse)

Herido: (Débil) Por favor, ayúdame.


Buen Samaritano (Amablemente) Tranquilo, te llevaré a un lugar seguro y te curaré.

Narrador: Jesús nos contó esta historia para enseñarnos sobre la importancia de ayudar a los
demás, incluso a aquellos que son diferentes a nosotros.

Narrador: (Explicando) A veces, las personas pueden estar ocupadas o asustadas, pero debemos
recordar que todos somos vecinos y debemos cuidarnos unos a otros.

(Jesus aparece)
Jesús: (Sonriendo) Esa es una excelente decisión. Recuerden, amar a nuestro prójimo y ayudar en
momentos de necesidad es lo que realmente importa.

Jesús: (Dirigiéndose al público) Y ustedes también pueden ser como el Buen Samaritano en sus
vidas, mostrando amor y compasión hacia los demás.
Los talentos
Personajes:

Narrador: Jimena
Padre: Diego
Hijo 1: Roberto
Hijo 2: Susan
Hijo 3: Luz

Narrador: (Explicando) Había una vez un hombre que tenía tres hijos. El padre era un hombre sabio y
quería enseñarles una importante lección sobre los talentos.

Padre: Hijos míos, he aquí tres bolsas de monedas de oro. Cada una contiene diferentes cantidades.
Quiero que cuiden de ellas mientras estoy fuera de viaje.

Hijo 1: (Recibiendo la bolsa) Entendido, padre.

Hijo 2: (Recibiendo la bolsa) Cuenta conmigo para cuidarla.

Hijo 3: (Recibiendo la bolsa) Haré lo mejor que pueda, padre.

Padre: (Sonriendo) Bien, confío en ustedes. Me voy sabiendo que cada uno de ustedes tiene
habilidades únicas.

Narrador: (Explicando) Después de un tiempo, el Padre volvió a casa para ver cómo habían usado
sus talentos sus hijos.

Padre: (Dirigiéndose a Hijo 1) Hijo, ¿qué ha hecho con tu bolsa de monedas?


Hijo 1: (Emocionado) Padre, he invertido las monedas sabiamente y ahora tengo el doble de lo que
me diste.

Padre: Excelente, hijo mío. Eres fiel y prudente con tus talentos.

Padre: (Dirigiéndose a Hijo 2) ¿Y tú, hijo? ¿Qué has hecho con tu bolsa?
Hijo 2: (Con entusiasmo) Padre, también invertí las monedas y ahora tengo el triple de lo que me
diste.

Padre: (Sonriendo) Muy bien hecho, hijo. Ha demostrado ser fiel y diligente.

Padre: (Dirigiéndose a H3) ¿Y tú, hijo? ¿Qué has hecho con tu bolsa?
Hijo 3: (Nervioso) Padre, tenía miedo de perder el dinero, así que enterré la bolsa para mantenerla
segura. Aquí tienes tus monedas de vuelta.

Padre: Hijo, has sido negligente con tus talentos. Deberías haberlos usado y hecho algo con ellos.

Narrador: El Padre les enseñó una valiosa lección sobre el uso responsable de los talentos.

Padre: Mis queridos hijos, cada uno de ustedes tenían habilidades únicas, y dos de ustedes fueron
fieles y valientes para usar y multiplicar lo que se les dio.

Padre: (Dirigiéndose a Hijo 3) Hijo, te he dado un talento con la esperanza de que lo usaras
sabiamente, pero en lugar de eso, lo enterraste y no hiciste nada con él.

Hijo 3: (Arrepentido) Lo siento, padre, ahora entiendo mi error.

Padre: (Con cariño) Aún puedes aprender de esto, hijo. Recuerda que los talentos que se nos dan
deben ser usados para hacer el bien y ser de bendición para los demás.
La Parábola del Fariseo y el Publicano
Personajes:
Narrador: Dulce
Fariseo: Krisander
Publicano: Rodrigo
Jesús: Julian

Narrador: (Explicando) En cierta ocasión, dos hombres fueron al templo para orar.

Fariseo: (Mirando a su alrededor) Gracias, Dios, porque no soy como los demás hombres: ladrones,
injustos, mentirosos o como este publicano.

Publicano: (Bajando la cabeza) Dios, ten piedad de mí, que soy pecador.

Fariseo: (Altanero) Mira cómo se humilla, mientras que yo cumplo con la ley y doy diezmos de todo lo
que poseo.

Escena: La respuesta divina


(Dios aparece en el escenario)

Jesús: El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Narrador: (Explicando) En esta parábola, Jesús nos enseña que el orgullo y la vanidad no agradan a
Dios.

Jesús: El fariseo se enalteció a sí mismo y despreció a otros, mientras que el publicano reconoció su
necesidad de perdón y humildemente buscó a Dios.

Narrador: Es importante reconocer nuestras faltas y acercarnos a Dios con humildad y sinceridad.

Jesús: (Sonriendo) Exacto. El que reconoce sus errores y busca cambiar su corazón será
recompensado por mí.

Narrador: (Mirando al público) Y tú, ¿cómo te acercas a Dios? ¿Con humildad o con orgullo?

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