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LA PATERNIDAD DE DIOS

(Jose Coti)

Idea central

El amor del Padre Celestial y su misericordia, permitió que su hijo Jesús nos rescatara y nos diera su bendición, nos
diera identidad y marcara el propósito de nuestras vidas.

Introducción

En el principio, Dios creó el Edén y puso allí al hombre y a la mujer para tener comunión con ellos. En Génesis 1:28,
al bendecirlos y enviarlos a multiplicarse, dar fruto, llenar la tierra y sojuzgarla, les otorgó la habilidad para que les
fuera bien y tuvieran éxito en lo que les encomendaba. Dios los habilitó al darles bendición, les dio identidad al
hacerlos a Su imagen y semejanza, y les dio un propósito al pedirles que gobernaran la tierra.

La vida de las personas es similar a hornear un pastel: se necesitan todos los ingredientes para que salga bien y
quien aporta esos ingredientes es la figura paterna. Algunos de esos ingredientes son el amor, la aceptación, la
seguridad, el afecto, la confianza, el apoyo emocional y material, etc. Cuando estos ingredientes no están
disponibles durante la etapa de crecimiento, el producto final no será tan bueno como podría ser.

Conocimiento de nuestro Padre Celestial

Juan 10:10 NBD


10
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

Como el diablo viene a robar, matar y destruir, les vendió a los mensajeros, es decir, a los padres,
inconscientemente, un mensaje para robarles a los hijos la bendición, la identidad y el propósito de Dios. El deseo
del diablo es destruir la vida y llevar a la muerte espiritual. Por eso, comunica un mensaje de maldición, fracaso y
derrota, con una falsa identidad y un falso propósito. Esto nos aleja de la relación, comunión y conocimiento de
nuestro Padre Celestial.

El Padre lo hace todo perfecto

Ezequiel 18:20 NBD


20
Todo el que peque, merece la muerte, pero ningún hijo cargará con la culpa de su padre, ni ningún padre con la del hijo: al justo se le
pagará con justicia y al malvado se le pagará con maldad.
Lucas 19:10 NBD
10
Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Malaquías 4:5-6 NBD
5
»Estoy por enviarles al profeta Elías antes que llegue el día del SEÑOR, día grande y terrible. 6 Él hará que los padres se reconcilien con sus
hijos y los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra con *destrucción total.»

Si eres una de las personas que ha sufrido los errores de la paternidad, alégrate porque los sufrimientos del pasado
no vienen para quedarse para siempre. Podemos cambiarlos y es nuestra oportunidad y responsabilidad aceptar
esos cambios. El Padre Celestial, en Su amor y misericordia, y en Su anhelo de restaurar nuestras vidas, envió a
Jesús a rescatar todo lo que se había perdido en la caída. Nos devolvió la bendición, la identidad y el propósito para
nuestras vidas y nos sanó de los efectos de la distorsión de la paternidad. De esta forma, sanó el corazón de los
hijos y el de los padres para volverlos unos a otros.

El Padre nos ama eternamente

Jeremías 31:3 NBD


3
Hace mucho tiempo se me apareció el SEÑOR y me dijo: Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad.
Isaías 49:15 NBD
15
«¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!
Hebreos 4:16 NBD
16
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que
más la necesitemos.
Salmos 2:7 NBD
7
Yo proclamaré el decreto del SEÑOR: «Tú eres mi hijo», me ha dicho; «hoy mismo te he engendrado.
Mateo 28:18-20 NBD
18
Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de
todas las *naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 enseñándoles a obedecer todo lo que les he
mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.

Jesús vino a abrir el camino para que pudiéramos saber y aprender, pero principalmente, para que viviéramos la
más completa dimensión del amor del Padre. Su amor es eterno, no nos abandona, tenemos libre acceso a Su trono
y podemos acomodarnos en Su regazo. Dios nos habilita para que nos vaya bien en la vida, bendiciéndonos con
todo bien espiritual que provoca bendiciones terrenales. Nos regala un nuevo nombre, una nueva familia y una
nueva casa.

Nuestro nuevo nombre es "hijo" y nuestro nuevo apellido es "de Dios". Nuestra nueva familia es la Suya. Nuestra
nueva casa es la Jerusalén Celestial hacia dónde vamos. Nuestro nuevo hogar está en el cielo, aquí somos
extranjeros y peregrinos, Sus embajadores para conquistar la tierra en Su nombre.

Conclusión y aplicación

Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen y semejanza para que les fuera bien en todas las cosas. Después que
el hombre pecó, el diablo se encargó de destruir la identidad de cada uno de nosotros, utilizando a nuestros padres
como mensajeros y tergiversando el mensaje de hijos con una falsa identidad y falso propósito. Jesús vino a abrir el
camino para que pudiéramos vivir la más completa dimensión del amor del Padre. Convéncete de que eres hijo de
Dios y demuéstralo en cada área de tu vida.

Llamado y ministración

Es tiempo de perdonar a nuestros padres, soltar las cosas que por años nos han atado a situaciones negativas
porque los juzgamos, sentimos ira y resentimiento. Hoy es el día de nuestra libertad, de romper las cadenas del
dolor que nos han mantenido alejados de nuestro Padre Celestial. Corramos a Su regazo a recibir la plenitud de Su
amor.

Ejemplo de la silla.

Intercesión

Efesios 2:10 NBD


10
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos
en práctica.
Salmos 139:16 NBD
16
Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo
de ellos.

Se debe pedir para que las personas comprendan que son hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas
obras. Que sea restaurado la bendición, identidad, y el propósito

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