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Dios eligió a Abraham, el primero de los patriarcas, para pedirle que dejará

su país y se fuera a la tierra que le mostraría. Poco después, Abraham tuvo


un hijo llamado Isaac, que fue padre de Esaú y Jacob. Esaú era el hijo
predilecto de Isaac y un gran cazador. Jacob tuvo 12 hijos que dieron origen
a las 12 tribus de Israel, algunas de esas tribus para sobrevivir tuvieron que
emigrar a Egipto, luego de un tiempo estos israelitas fueron hechos esclavos
por el faraón de Egipto, pero de todos los israelitas Dios escogió a Moisés y
le dió una misión: Liberar a su pueblo de la esclavitud, él que hizo? liberó a
los israelitas de las garras del faraón, todos caminaron junto con Moises
hasta llegar al monte Sinaí donde Dios le entregó los diez mandamientos;
Moises cumplió y los llevo a la tierra prometida, y aunque si vió la tierra
prometida nunca llegó hasta a ella; el pueblo se dividió en 12 tribus. Dios
eligió a los jueces para guiarlos, gobernaron entonces los Reyes Sául, David
y Salomón; Saúl fue elegido como el primer rey el cual fue sucedido por
David y David fue sucedido por su hijo Salomón que fue el que construyó el
gran templo de Jerusalén. Finalmente el reino de Israel fue destruido y
arrasado por los asirios y se dividió en 2: Israel y Judá. después de muchos
años los Judíos volvieron a su tierra y trabajaron en reconstruir sus templos.
Ya reconstruida la ciudad, Alejandro Magno, también conocido como
Alejandro III de Macedonia o Alejandro “El Grande”, fue un rey que conquistó
el mundo griego, el Imperio persa, Egipto e India y conformó el imperio más
grande de la Antigüedad, por lo que todos los territorios pasaron pasaron al
poder de los griegos; posteriormente los romanos le quitaron el poder y
destruyeron los templos…Entonces vino el gran acontecimiento de la
Historia de la Salvación: El Nacimiento de Jesús!!

La natividad significa nacimiento.


Nacimiento del REY DE REYES, DE NUESTRO SALVADOR, HIJO ÚNICO DE
DIOS QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO Y
NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN EN UN PORTAL DE BELÉN.
LA MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO SON LOS
ACONTECIMIENTOS MÁS IMPORTANTES EN LA IGLESIA, EL TIENE PODER
SOBRE LA VIDA, LA MUERTE Y LA CAPACIDAD DE DARNOS VIDA ETERNA.
Hermosos son los nombres con que la Iglesia designa al Espíritu Santo:
«Padre de los pobres, Consolador óptimo, Dulce huésped del alma...». Con
ellos se expresa la experiencia de su presencia misteriosa, escondida,
pero siempre real y eficaz. Del Espíritu Santo tenemos nombres, símbolos,
y la certeza de su acción, pero no tenemos representaciones como las de
Jesucristo. Esto, a veces nos duele, quisiéramos conocerlo mejor,
relacionarnos con El... Pero conviene que así sea porque nos mantiene
siempre abiertos a sus manifestaciones. El nombre propio es: «Espíritu
Santo». Ese es el nombre propio de Aquel que adoramos y glorificamos
con el Padre y el Hijo. Entre los apelativos del Espíritu Santo, podemos
mencionar: Jesús, cuando anuncia y promete la venida del Espíritu Santo,
le llama el «Paráclito» es decir, «aquel que es llamado junto a uno» (Jn 14,
16.26; 15,26; 1 6, 7). Por eso «Paráclito» se traduce por «consolador»,
siendo Jesús el primer consolador. Además el mismo Señor llama al
Espíritu Santo «Espíritu de Verdad» (ver Jn. 16,13). Además de su nombre
propio, que es el más empleado en el libro de los Hechos de los Apóstoles
y en las cartas de los apóstoles, en las cartas de Pablo es llamado: el
Espíritu de la promesa, el Espíritu de adopción, el Espíritu de Cristo (Rom
8, II), el Espíritu del CATEQUESIS DE LA CONFIRMACIÓN 23 Señor (2 Co 3,
17), el Espíritu de Dios (Rom 8, 9. 14; 15, 19; 1 Co 6, 11; 7, 40), y San
Pedro lo llama el Espíritu de gloria (1 P 4, 14). Pero la abundante acción
del Espíritu Santo, se nos expresa también a través de un buen número de
imágenes y símbolos. Consideramos ahora algunos

El agua significa la acción del Espíritu Santo en el Bautismo. El agua


bautismal significa realmente que nuestro nacimiento a la vida divina se nos
da en el Espíritu Santo. El Espíritu fecundaba las aguas propiciando la vida.
La tierra caótica iba adquiriendo figura por la acción fecundante del
Espíritu. Donde hay caos, vacío, confusión y muerte, el Espíritu vivifica. La
vida primera nace desde las aguas por obra del Espíritu. Las torrenciales
aguas del diluvio sumergen el pecado de la humanidad y salvan a un
hombre justo y su familia, la tierra es renovada para siempre. Las aguas del
Mar Rojo, por la acción del Espíritu, salvaron a Israel de la esclavitud. La
promesa de Dios es un agua purificadora y un Espíritu renovador. El agua es
condición para la vida, hace crecer y desarrollarse, refresca, purifica y da
gozo, el agua sirve de cuna a la criatura en el seno de su madre. No
podemos vivir sin ella. Renueva la tierra. Alimenta las plantas, comunica la
vida, nos sostiene y purifica. Toda esa agua es eficaz porque es símbolo del
Espíritu que es el que quita la sed para siempre; es el dador de la vida.

Unción
El aceite derramado sobre una persona es un signo de elección. Ser ungido
significa ser llamado, elegido y consagrado. El ungido asume una misión,
una tarea, una responsabilidad. Su vida queda marcada para siempre por el
sello de Dios. El ungido es un servidor. El ungido es el protegido de Dios y
está señalado para el testimonio. Pertenece a Él. A Él obedece. A Él le sirve.
Para Él vive. Y en su nombre habla o actúa. Tanto la palabra “Cristo" como
“Mesías” significa «Ungido». Jesús es el Ungido por excelencia. El servidor
de Dios. El profeta de la verdad. Jesús es el Ungido por el Espíritu «para
proclamar el Evangelio a los pobres, y la liberación a los oprimidos» (Lc 4, 1
8). El ungido recibe el Espíritu para dar testimonio. Está marcado para
siempre. Está sellado por el mismo Dios. Camina con el perfume de la fe. El
Espíritu nos consagra para siempre. Nos hace testigos, discípulos, enviados,
misioneros de Jesucristo en el mundo. Estamos marcados con su sello. Y
por eso vivimos (ver Lc 7, 36-50; Jn 19, 38-42).

El fuego simboliza la energía transformadora del Espíritu Santo en quien lo


recibe. El fuego calienta la casa, cuece la comida, funde los metales e
ilumina la oscuridad. El fuego invita a reunión, a intimidad, a diálogo y a
fiesta. Hay también fuego que quema y que hiere. Hay fuegos de agresiones
y armamentos. Y hay fuegos destructivos como las bombas. Pero existe
sobre todo el fuego intenso y sostenido del amor. Es el fuego de la vida. El
Espíritu es un fuego que arde sin consumirse. El fuego simboliza al Dios del
amor que ilumina a sus hijos en medio del dolor. Por eso en el Éxodo se nos
narra que mientras el pueblo caminaba por el desierto el amor de Dios los
protegía: Se simboliza por El fuego y la nube. Es el Espíritu de Dios.
Nosotros necesitamos el fuego de Dios. Por la fe, recibimos ese fuego y
cada día es Pentecostés.

Sello El sello es un símbolo cercano al de la unción. En efecto, es Cristo a


quien "Dios ha marcado con su sello" (Jn 6, 27) y el Padre nos marca
también en Él con su sello. Como la imagen del sello indica el carácter
permanente de la Unción del Espíritu Santo en los sacramentos del
Bautismo, de la Confirmación y del Orden, esta imagen se ha utilizado para
expresar el "carácter" imborrable impreso por estos tres sacramentos, los
cuales no pueden recibirse de nuevo."Y no disgusten al Espíritu Santo de
Dios, en el cual fueron sellados para el día de la redención" (Ef 4, 30).
Para expresar con una figura humana la fuerza de Dios se acostumbra
hablar de su brazo (Dt 4, 34), de su mano (Ez 20, 33) de los dedos: Los
cielos son su obra (Sal 8, 4). Por el dedo de Dios expulso yo (Jesús) los
demonios" (Lc 11 ,20). Si la Ley de Dios ha sido escrita en tablas de piedra
"por el dedo de Dios" (ver Ex 31,18), la "carta de Cristo" entregada a los
apóstoles está escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo.

"Cuando el Espíritu Santo está en nuestros corazones, nadie puede

arrebatarnos la paz, nadie" (Papa Francisco)

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