LA LIBRIRla MINI BIBUOTECA PRÁCTICA

Gufas Manuales Revistas

Escalada en roca I hielo
de Escalada o
o Nudos par.. escaladores
o Desnl.eI
o Alp
o Mont·Blanc o ltcnlcas de Blg·wall o vertical
o Dolomitas o EsQ!Ji de montana o Rotpunkt
o verdón o odio entrenar o On Ihe Edge
o '\'osemlle o chapa y sigue o cllmblng
o loshua 1l'ee o Manual de montana_ o Rack and Ice ACAMPADA
o Ecuador o Summlt
o ricos de Europa Narrativa o vertical MATERIALES yTÉCNICAS
o El chono o Entre OY 8000 m. o Mountaln Revtew
• Cu~(a
o \\olfgang GOlllch o Grimper
o la Pl:drlza o Balame una estrella o Gallur
o Slcm de Gredos o 1bcando el vaclo o Pyrenalca José Antonio Laperal
o l'ulg Campana o HI torias de escalada o Ukken
o Etxauri • Mov~r montanas o Par..pente
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o vIdeos. mapas. posters. calendarios y publicaciones en varios Idiomas
(Ingle • fr..nces. Italiano. aleman y esloveno)

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el Amor de Dios. 11 Ounto Metro Antón Martín)
28014 - MADRID
Advertencia: Las actividades que se desarrollan en la Natu- Contenido
raleza implican la posibilidad de sufrir un percance o acciden-
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te. Pese a la información preventiva contenida en este libro, el
riesgo residual existe. El autor. el revisor técnico y el editor
declinan cualquier responsabilidad derivada de la inobservan- INTRQDUCqÓt'l .... 5
cia de las normas básicas de seguridad y recomiendan enca-
recidamente al lector una formación adicional impartida por un 7
1. S~COS Q~ D9~~IR
profesional.

2. LA TIENDA DE CAMP~~~ .. 28

3. ILUMINACIÓ,N 44

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53

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ACAMPADA. MATERIALES y TI!CNICAS .BI.B~IQ<?~~F.r~ .. .. .. .. .. .. .. . ..... . . 60

MINI BIBUOTECA PRACTICA
PAPeL lOO'>.
e 1996 Ediciones Desnivel I José A. Laperal RECIClADO

1" edición: Junio 1996

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Ilustraciones y fotos: ArchiVO Desnivel
Fotos páginas 6, 27: J.A. Laperal
Ilustración de portada: Patricia Metola
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Io del titular del e copyright. Ley de la Propiedad Intelectual (22/1987).
OTROS TITULOS EDITADOS EN LA MISMA COLECCiÓN Introducción
TELEFONO DE PEDIDOS: (91) 369 47 27
...................................................................................... Para bien o para mal, el turismo de naturaleza, constituye
hoy por hoy una importante alternativa de ocio, aunque no
- Excursionismo básico todos dejamos las comodidades de nuestro hogar para ir-
Libro de regalo con la revista Grandes Espacios n 01 nos a dormir al campo impulsados por el mismo motivo.
- Conducción de bicicleta de montaña Así, podemos comprobar como en fechas festivas cientos
Libro de regalo con la revista Grandes Espacios n 02 de campistas se aglomeran en las zonas de más renombre,
- Orientación para excursionistas siempre a pocos metros del coche. Otras personas, en bus-
Libro de regalo con la revista Grandes Espacios n 03 ca de tranquilidad y una mayor integración con el entorno,
están dispuestas a recorrer varios kilómetros antes de pian-
1. Cómo detener caídas en escalada
tar la tienda, con lo que sus problemas son del todo diferen-
Libro de regalo con la revista Desnivel n0111
tes. Pero en la mayoría de las ocasiones la acampada no es
2. Maniobras básicas con cuerda
más que un medio para poder realizar otras actividades; a
Libro de regalo con la revista Desnivel n "112
3. Alimentación en montaña pesar de tener cómodas instalaciones, equipadas con todo
Libro de regalo con la revista Desnivel n "113 tipo de servicios, la tienda de campaña ofréce sus ventajas.
4. Trucos de alpinismo, escalada y montañismo Muchos de los elementos para acampar tienen su origen
Libro de regalo con la revista Desnivel n 0114 en anteriores usos militares, como las primeras tiendas de
5. Cuidados del material de escalada campaña, utilizadas en los inicios del montañismo alpino,
Libro de regalo con la revista Desnivel n 0115 o el saco de dormir, nacido en la Segunda Guerra Mundial
6. Cómo pasar del 6a al 7a por los ejércitos aliados que vinieron a combatir al Viejo
Libro de regalo con la revista Desnivel n 0116 Continente. En la actualidad, la industria del equipamiento
7. Reuniones de escalada l' parte para montaña mantiene una constante investigación y evo-
Libro de regalo con la revista Desnivel n °117 lución de materiales, diseños y confecciones, que se di-
8. Reuniones de escalada 2' parte versifica según las especialidades. Sólo acertaremos con
Libro de regalo con la revista Desnivel n 0118 nuestro equipo si lo elegimos en función de las caracterís-
ticas de la actividad que vamos a realizar.
Es difícil resolver en teoria los problemas que surgen du-
rante la acampada. Nos encontraremos que muchos con-
t sejos se contraponen o se contradicen; será nuestra expe-
•¡ riencia la que nos diga qué es lo mejor para nosotros en
cada situación.
s
 Aunque se hacen referencias al frlo y la nieve, dormir en
alta montaña trae consigo unas dificultades y peligros que no
se detallan en este pequeño manual, por ser temas de una
complejidad muy concreta. Los librqs de acampada suelen
dedicar un capitulo a la alimentación; aquí no lo haremos,
pues ya se ocupó del tema otro libro de esta biblioteca.
Entre los conocimientos básicos sobre la acampada no
pueden faltar las consideraciones ecológicas. Hay que en-
tender que cualquiera que sean las razones que nos llevan
a salir al campo, el respeto al medio natural debe pesar al
menos tanto como la preocupación por la comodidad o la
seguridad. De nosotros depende, á que las legislaciones
elaboradas por las Comunidades Autónomas no se hagan
cada vez más restrictivas y acabemos viendo la naturaleza
dentro de una urna de cristal.
6 7
Sacos de dorm ir -.......
........................................................... __....................._.............
Un buen saco de dormir forma parte de las condiciones bá-
sicas para la vida al aire libre. De cómo se pasen las horas
de descanso en una salida de campo dependerá el cómo
se sienta una persona durante el resto del día y puede sig-
nificar que guste o no guste esta actividad.
La principal función de un saco de dormir es conseguir
que el calor irradiado por nuestro cuerpo no se pierda más
deprisa de lo que se genera. Al mismo tiempo, el saco de-
be permitir la expulsión del vapor de agua, para evitar que
se condense en su interior.
El mejor aislante térmico es el aire caliente, seco e in-
móvil. El "calor" que nos da un saco de dormir está muy en
función de la capacidad del relleno para alojar y mantener
el aire, aunque también intervienen otros fa.ctores como la
construcción o la forma del saco.
La cantidad de aislamiento que necesitamos dependerá
de las circunstancias ambientales en las que vayamos a
utilizar el saco de dormir (Si se sale al campo durante to-
da la temporada es aconsejable tener dos sacos diferen-
tes). También varía por cuestiones que afectan de forma
diferente a cada persona. Para el excursionista otras ca-
racterísticas a valorar son: volumen (una vez comprimido),
peso, comportamiento en presencia de humedad, etc.
MATERIALES
Tejido exterior
La tela exterior de los sacos de dormir ha de ser ligera,
resistente' y repelente al agua. Si como material de relleno
se utiliza el plumón, el fabricante no sólo ha de elegir un te-
jido que impida que se salga el plumón; la tela debe ga-
rantizar una perfecta transpiración.
Tejido interior
En general, nos encontraremos con dos opciones: algo-
dón o tejido sintético. La buena porosidad del algodón ase-
gura una buena circulación de aire y resulta agradable al
tacto. Frente a las fibras sintéticas, el algodón es más pe-
sado y más sensible a la suciedad y la humedad (se empa-
pa fácilmente y permanece más tiempo mojado).
La microfibra inglesa Pertex se está imponiendo en to-
dos los sacos de calidad; destaca su inmediato calenta-
miento y rápida eliminación de la humedad (5 veces supe-
rior a la del algodón).
Para evitar esa sensación tan poco "naturar que tienen
las telas sintéticas al introducirnos en el saco, algunos fa-
bricantes utilizan productos que imitan la textura del algo-
dón.
CONFECCIONES
Filling power: volumen que ocupa una onza (28,4 g) de
pluma. Según el tipo de pluma y otras variables el "filling
power" varía entre los 400 y los 725 "cuin" (a mayor cuin,
superior aislamiento térmico).
Loft: grosor del material de relleno una vez esponjado y
sin carga, dicho de otra manera, altura de un saco una vez
extendido en el suelo; normalmente se sitúa entre los 12 y
los 21 cm. El valor aislante de un saco de dormir depende
primordialmente del "10ft" y de la densidad del relleno, en la
medida que son parámetros relacionados con la capacidad
de retener el aire.
Clo y Tog: unidades intemacionales que indican el aisla-
miento térmico; como comparación valga decir que un forro
polar grueso suele ofrecer un valor de 2 Tog, mientras que
un saco con 1 kg de relleno puede alcanzar los 23 Tog.
a 9
El plumón como material de relleno
La capacidad del plumón para conservar el calor, en re-
lación con el peso y el volumen, es insuperable. Tal pres-
tación viene dada por su extraordinaria capacidad para in-
flarse omnidireccionalmente y almacenar el aire caliente; al
mismo tiempo tiene una gran facilidad para volver a expul-
sar el aire por presión, convirtiéndose en el material de re-
lleno que ocupa menos espacio una vez emp.aquetado (los
sacos de fibra sintética sólo resultan medianamente ca m-
primibles).
Por contra, tan pronto como se humedece se contrae, se
vuelve pesado, y pierde su capacidad de aislamiento, tar-
dando mucho en volver a secarse (entre 60 y 70 horas);
cuando se seca no llega a recuperar la totalidad de su vo-
lumen, por lo que tiene que ser reacondicionado manual-
mente. Otro de sus inconvenientes es el afto precio (con
igual capacidad de aislamiento y similar confección, un sa-
co de plumón puede costar más del doble que uno de fibra
artificial); frente al desembolso inicial, un saco de pluma re-
sulta más rentable que la mejor de las fibras, pues una bue-
na pluma mantiene sus cualidades durante más de 10
años, mientras de las fibras sintéticas pierden sus propie-
dades térmicas a partir del tercero.
Calidades del plumón
El plumón (o duvet) está situado debajo del plumaje ex-
terior de las aves, no tiene un raquis central rígido y sus fi-
lamentos están más ramificados que los de la pluma. Aún
siendo las cualidades del plumón superiores a las de la plu-
ma, existen fabricantes que afirman que no se puede relle-
nar todo el saco de plumón, pues éste necesita el añadido
de plumas pequeñas que le sirvan de apoyo y le proporcio-
nen un buen "10ft"; la relación de esta mezcla hace variar la
 capacidad térmica. Los fabricantes de renombre informan
sObr~ la procedencia del plumón y la adición de plumas; la
proporción del peso del plumón respecto a las pequeñas
plumas se indica con dos cifras: la primera hace referencia
al tanto por ciento de plumón, de manera que la segunda
corresponde al de las plumas (las más habituales son:
50/50, 70130, 80/20, 90/10 Y 95/5). Un saco de dormir con
un alto número de plumas de apoyo ofrece un magnífico vo-
lumen, pero falla en su capacidad de aislamiento, al dejar
espacio al aire en el interior; aún en el caso de tener pocas
plumas de apoyo, éstas deben ser de buena calidad.
Respecto a la cantidad de relleno, nos pOdemos encon-
trar sacos ligeros de verano, con sólo 300 gramos de plu-
món. Los de alta montaña tienen entre 600 y 1.100 gra-
mos, mientras que el relleno utilizado en los sacos de las
expediciones de altura puede representar hasta 1.400 gra-
mos del peso total.
Puede existir gran diferencia térmica entre d·OS sacos
con igual construcción, peso de relleno y cantidad de plu-
mas de apoyo, al variar la calidad del plumón. En general,
el plumón de oca resulta más caliente que el de pato (por
tamaño y volumen de la pluma). Las propiedades del plu-
món pueden cambiar según la edad del animal, o si se to-
ma de él vivo o una vez muerto; en ocasiones se añade
plumón reciclado, de peor calidad.
Aún conociendo todo lo relativo a este material, los sa-
cos de dormir no son transparentes, y a la hora de su com-
pra nos vemos obligados a ·confiar" en los datos ofrecidos
por fabricantes y comercios. Comprobar al tacto la ausen-
cia de partes duras (raquis de la pluma) es un indicativo
sólo superficial de su calidad; también podemos examinar
la capacidad de recuperación de dos sacos tras haber ejer-
10
cido una presión sobre ellos: el que más rápido lo haga.
será el que proporcionará mejores resultados en cuanto a
termicidad y longevidad.
AISLAMIENTO DE LOS SACOS DE PLUMA SEGÚN EL
GRAMAJE Y LA CALIDAD DEL DUVET
,,,,,
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"'"
"''''
JI'"
(11 Valore, comparatrvos aproximados. refendos a modelos nuevos de con§truccron
• lel'do IdenllCOS (21 Fill power comprendido entre 550 y 725 cum
La fibra sintética como material de relleno
La principal ventaja de la fibra sintética frente al plumón
es su mejor comportamiento ante la humedad; si se moja
la fibra, conserva cierta capacidad de aislamiento, mucho
más elevada que la del plumón y se seca mucho más rá-
pidamente que éste. La compresibilidad, una de las gran-
des propiedades de la pluma, se vuelve en su contra, al
perder excesivo volumen bajo el peso corporal, aislando
menos que la fibra respecto al suelo.
II
 Los lavados y el uso continuado afectan incluso a la me-
jor de la fibras sintéticas . Los modelos de .alta gama
(30.000 ptas.) pierden gran parte de sus propled~des en
un primer momento, de tal manera que al tercer ano ape-
nas se distinguen de otras opciones de poliéster más eco-
nómico (10.000 ptas.), por lo que a medio plazo las dIfe-
rencias no parecen resultar tan notables.
Plumón o fibra
No se puede afirmar tajantemente que I~ pluma ~ea
mejor que la fibra. Vistas las ventajas y los Inconvente~­
tes de las dos opciones, la elección del saco de dormir
debe resolverse personalmente en función de las cir-
cunstancias y la actividad en que va a ser utilizado: ¿De-
Saco de montaña. sarrollas tu actividad en condiciones extremas? ¿Eres un
obsesionado del gramo? ¿Duermes sin la protección de
Cualidades de la fibra sintética una tienda de campaña?
El desarrollo en la investigación de nuevas fibras, la for-
ma de enlazar unas con otras y sus posteriores tratamien-
tos han hecho alcanzar a las fibras de poliéster y/o poli-
RElACIÓN CALOR - PESO DE DIFERENTES
propileno unos resultados muy superiores a los de hace
unos años, pero sin llegar a los valores de la pluma res-
pecto a su relación calor-peso.
Aunque también hay microfibras completamente macizas
(Neidhart), las de sección hueca han tenido una gran evo-
lución. Dupont, a partir de las primeras fibras huecas de un
solo canal, ha perfeccionado nuevas fibras, ahora con cua-
tro y siete cámaras de aire (Hollofil-4, Quallofil-7), superan-
do ampliamente el aislamiento térmico, la ligereza y la com-
presibilidad del poliéster clásico, manteniendo además par-
te de sus propiedades de aislamiento térmico en condicio-
rJQTA VJIOIt" rel,II,.o, est.ltJlec,dos ,1 part,r del p.lr,lrl1elrO r,'lt'rerl( 'di
nes de humedad (hasta 3 veces más que la pluma). , 1"rll,! OL,( 9~ 5 :2~ LU"l,
12
13

CONSTRUCCiÓN
La manera en la que está cosido un saco de dormir no só-
lo define su forma. La disposición de los compartimentos
que almacenan el relleno condlcióna hasta en un 50% el
indice de aislamiento. Los sacos de dormir se fabrican me-
diante una técnica de cámaras separadas, a fin de repartir
uniformemente el material de relleno y evitar que se desli-
ce y desplace, lo que dejaría algunas zonas sin protección
(las fibras sintéticas se pueden elaborar por piezas, pero
las plumas al estar sueltas tienen mucha ·movilidad" den-
tro de los tabiques); los sacos con pocos compartimentos
o demasiado amplios no reparten bien la pluma y originan
puntos fríos.
Construcción simple
El tejido interior y el exterior están cosidos directamente
el uno con el otro, con lo que se forma una ·costura fría",
al no tener ningún material de relleno a lo largo del pes-
punte. Es la confección más sencilla y barata; sólo se utili-
za para sacos de dormir destinados a climas cálidos.
Construcción doble
Se trata de una confección en dos capas, ambas tendrí-
an costuras frías pero contrapuestas, de tal manera que
donde una de las capas tiene un pespunte en la otra coin-
cide con el material de relleno.
Construcción de tabiques
En este caso, los canales presentan tabiques para man-
tener una separación entre el tejido interior y el exterior. Lo
normal es que los tabiques sean verticales, pero en oca-
siones pueden estar oblicuos y también superpuestos,
1-4
siendo ésta última construcción de las más eficaces y cos-
tosas; los canales se pueden disponer: transvers.ales. lon-
gitudinales, o alternados en espiga. La construcCión de ta-
biques verticales es muy ligera, pero resulta algo menos
caliente que la doble.
Construcciones combinadas y rellenos diferentes. Algu-
nas marcas comercializan sacos de dormir mixtos, utilizan-
do como relleno tanto el plumón como la fibra sintética. En
la parte inferior del saco, más expuesta a la humedad, en-
cuentran aplicación las fibras artificiales, que por otra par-
te aislan mejor que la pluma respecto al suelo, y en la par-
te superior está el plumón, obteniendo un conjunto con ca-
da una de las ventajas y los inconvenientes de los dos re-
llenos; la duración de la prenda vendrá dada por la del ma-
terial más caduco.
Marcar diferencias de construcción y rellenos entre la
parte superior y la inferior del saco, basándose en la pa.rte
que tiene contacto con el suelo, deja de tener sentido
cuando por la noche te mueves Y lo haces también con el
saco, de tal manera que puedes acabar durmiendo con el
pecho y la parte superior del saco apoyado sobr~ la col-
choneta y el resto del cuerpo fuera de ella. Por motivos es-
téticos y comerciales algunos fabricantes presentan. mo~e­
los con la parte superior mucho más espesa que la Infenor.
Otra técnica consiste en coser juntas dos capas con r~­
llenos diferentes; en la parte exterior estaría la fibra artifi-
cial protegiendo la interior de plumón. También nos pode-
mo~ encontrar sacos de dormir confeccionados de maner?
distinta en cada zona, incluso con diferentes tipOS, c~ntl­
dades, y calidades de relleno, según la cantidad de alsl~­
miento necesitada en cada zona del cuerpo (las extremi-
dades y especialmente los pies por estar alejados del cuer-
15
 po , se muestran FORMAS
CON TRUCCION SIMPLE
especialmente sen-
sibles al frio , al dis- Saco-Manta
minuir el riego san- Se caracteriza por su forma rectangular y por tener una
guíneo durante el cremallera a su alrededor (al abrirse totalmente puede ser
sueño). utilizado como una manta). No dispone de ningún cierre
En algunos mo- que impida perder calor por la parte superior, su confe~ción
CONSTRUCCION DO LE mentos puede ser es muy simple, y el material de relleno suele ser míOlmo y
/ interesante el saco de baja calidad. Una vez empaquetados, abultan mucho y
de dormir doble; en pesan bastante. Son poco válidos para el excursionismo o
realidad se trata de el montañismo; se reservan para zonas o temporadas con
dos sacos metidos noches templadas y bajo la protección de una tienda de
uno dentro de otro, campaña.
fijados con botones
CO STRUCCIO DE TABIQUES automáticos o vel- Saco-Momia
cros. Tiene la ven- El saco-momia tiene una forma que se adapta al cuer-
/ taja de crear una po, es ancho a la altura de los hombros y va estrechán-
cámara de aire adi- dose hacia el extremo correspondiente a los pies. Un cor-
(. cional entre los dos te ergonómico ahorra peso, y precisa calentar menos
sacos, y de resultar cantidad de aire, con lo que nos calentamos más rápido.
un conjunto más Esto no quiere decir que te compres un saco que ofrezca
polivalente, al poder dejar en casa uno de los sacos cuan- tan poca libertad de movimientos como para sentirte ago-
do nos interese. Cada saco puede ser de un material dife- biado, o en el que no te puedas poner más ropa cuando
rente, as! por ejemplo el exterior puede ser de fibra artifi- hace mucho frlo.
cial y el interior de plumón. Aún tratándose de la confección Para poder acertar en la talla, lo mejor es probarse el sa-
más sencilla no se dan costuras frías, al contraponerse el co. Los sacos de dormir destinados al excursionismo y el
pespunteado de los dos sacos; si tiene cremalleras, de montañismo suelen adoptar la forma de saco-momia, aun-
igual manera, se colocan en uno a la derecha y el en otro que cada fabricante introduce variaciones; aún tr~tándo~~
a la izquierda. de modelos para zonas o épocas cálidas, se sigue ubll-
zando esta "forma caliente", por las ventajas de tener que
utilizar menos relleno y ganar ligereza.

17
16
OTROS DETAllES
Cremalleras
Un saco con cremallera ofrece varias ventajas: podemos
introducirnos en él cómodamente, regular la temperatura
interior, utilizarlo como una manta y formar un saco doble
(se podrá acoplar un saco con otro en el caso de que las
cremalleras sean compatibles).
Es mejor que la cremallera sea de doble cursor y llegue
hasta los pies, con lo que se asegura tanto la regulación en
el extremo de la cabeza como en el de los pies. los sacos
de dormir para frío extremo no presentan ningún cierre con
cremalleras, pues ocasionaría pérdida de calor; éste pro-
blema se soluciona en gran medida cuando las cremalle-
ras están cubiertas por solapas térmicas. Es recomenda-
ble que en el extremo superior la cremallera tenga un cie-
rre que impida que se abra y que la cara roce con el cur-
sor.
las cremalleras de material plástico son más prácticas que
las metálicas (son más ligeras y no conducen tanto el frlo).
Hay dos tipos de cremalleras: la de malla, con los dientes co-
sidos en espiral de forma continua, y la de dientes, en la que
éstos se encuentran aislados unos de otros. Tanto con una,
como con la otra, tenemos las mismas posibilidades de que
el tejido se enganche en ellas y de que puedan estropearse,
si bien la cremallera en espiral se muestra más débil a las
tracciones laterales. En caso de que la cremallera se atas-
que, probaremos moviéndola arriba y abajo, y si se ha en-
ganchado con el tefldo, intenta quitarlo apartando la tela del
cursor; no trates de resolver el prOblema por la fuerza.
Muchas personas aconsejan los sacos de dormir sin cre-
mallera, alegando la facilidad de éstas para estropearse, y
18
el riesgo y la incomodidad que supone el que se rompa du-
rante una salida larga, con el posterior coste que significa
cambiar una cremallera de metro y medio.
Capucha
Una buena capucha impedirá la pérdida del 25% de nues-
tra radiación calorífica. la cabeza ha de quedar perfecta-
mente cubierta, de tal manera que con temperaturas muy
bajas la capucha se pueda cerrar hasta dejar un mínimo
agujero para respirar. Un tan ka asegurará una rápida regu-
lación de la abertura.
Cuello térmico
Un cuello térmico, por encima de los hombros, con un
cierre de cordón, impide que se escape el aire caliente
cuando tenemos la capucha abierta. De igual manera, si-
tuando el cierre por debajo de los brazos, se puede prepa-
rar la comida sin tener que abandonar el saco de dormir y
conservando el calor.
Pie del saco
Hay que procurar que los pies tengan suficiente libertad
de movimiento, asegurándose de que no sólo se cuenta
con espacio para los pies en la posición de lado, sino tam-
bién de espaldas, de tal manera que los pies puedan estar
vueltos hacia arriba. la geometrla más adecuada del pie
del saco es la trapezoidal; la mayoría de los modelos tie-
nen forma ovalada o circular.
Funda compresora
No se trata más que de una bolsa de transporte del saco
de dormir, a la que se le han cosido bandas de nailon con
19
hebillas reguladoras; al ejercer presión sobre el bulto y
mantenerla con las cintas de nailon, se consigue reducir
considerablemente el volumen. Los sacos de fibra abultan
un 30% menos en una funda de compresión, mientras que
los de pluma pueden llegar a ser reducidos hasta un 60%.
Para asegurarnos de que el saco no se moja lo llevaremos
dentro de una bolsa impermeable.
TEMPERATURAS
Muchos fabricantes ponen en etiquetas y catálogos de los
sacos de dormir su utilización aconsejable y el rango de
temperaturas ·soportables~. Se ofrecen dos valores princi-
pales: la temperatura de confort y la temperatura extrema.
La temperatura de confort hace referencia a la temperatu-
ra mínima del exterior con la que el saco conseguiría al-
canzar una temperatura interior de unos 23-26'C, y en la
que dormiriamos plácidamente (muchos fabricantes indi-
can como temperatura de confort la temperatura mínima
para poder conciliar el sueño, que como se sabe por ex-
periencia, es más baja que la de descanso); sin particula-
rizar, podemos decir que cuando la temperatura del interior
desciende de los 20°C comenzamos a sentir frío, y cuan-
do supera los 30 c C pasamos demasiado calor. La tem-
peratura extrema seria la que nos produciría un daño flsi-
co (hay bastante diferencia entre pasar la noche durmien-
do cómodamente y lograr sobrevivir sin resfriarse). La ten-
dencia actual es señalar solamente dos temperaturas ex-
tremas, la antes comentada, y la que representaría ellími-
te superior de utilización, por encima del cual la sudoración
sería excesiva.
La diferencia en los métodos empleados a la hora de
concretar valores que definan el rendimiento térmico de un
20
saco, y el hecho de que los test se obtengan sobre condi-
ciones favorables, que rara vez se dan en el medio natural,
hace que tengamos que tomar con cierta cautela la inter-
pretación de estas cifras. Por otro lado, las diferencias en-
tre las temperaturas de confort teóricas y las reales au-
mentan al entrar en juego otras condicionantes individua-
les como la edad, sexo, peso corporal, metabolismo, dieta,
hidratación, estado de fatiga, adaptación al frío, etc.; las
mujeres suelen tener una temperatura en estado de repo-
so inferior a la de los hombres, por lo que se aconseja un
20% más de relleno.
Estos números de manos de algunos fabricantes y co-
merciantes resultan algo sospechosos, sobre todo cuando
el saco no tiene ninguna indicación sobre el relleno y la
confección. Nos encontraremos modelos asombrosamente
baratos que señalan ser aptos para temperaturas de -15°C
cuando un buen saco de pluma (40.000-60.000ptas.) nos
mantiene caliente con temperaturas de -3C a -9"C, por
debajo de las cuales tendríamos que dormir vestidos o con
alguna protección adicional (tienda, funda de vivac, etc.);
por parte de los sacos sintéticos, pese a la gran evolución
de las microfibras, para conseguir la temperatura de con-
fort con mucho frío, han de ser modelos con pesos totales
de más de 2.400 gramos.
Visto cómo los valores de temperatura sólo tienen ca-
rácter orientativo, con los que difícilmente podemos com-
parar distintos sacos de dormir, no nos debemos dejar in-
ducir por ellos a una elección precipitada.
21
 pa
MANTENIMIENTO Y CUIDADOS
Un saco de dormir, ya sea de plumón o de fibra sintética,
debería guardarse sacudido, .estirado y aireado. Los sa-
cos de fibra artificial se pueden colgar en una percha (al-
gunos modelos llevan un cordón para hacerlo), pero los
sacos de pluma es mejor que estén extendidos horizon-
talmente, a fin de que la pluma no se apelmace; si no te-
nemos sitio para tenerlo estirado, lo podemos guardar
doblado, pero no haciendo más de tres pliegues. Algu-
nos modelos vienen provistos de una funda de almace-
naje transpirable, aunque es raro el caso, por lo que po-
demos probar nuestras habilidades con la costura utili-
zando una sábana vieja. Lo que debemos evitar es guar-
dar el saco comprimido en la funda de transporte, ya que
su fuerza de ~hinchado" se verá seriamente dañada y,
por lo tanto, su capacidad para retener el aire.
Para limpiar un saco de fibra podemos utilizar la lavado-
ra, mientras que para los de pluma tendremos que hacerlo
a mano. En ambos casos hemos de utilizar agua tibia y ja-
bones especlficos (Nikwax, Granger's), aclarando hasta eli-
minar todo rastro de detergente, mediante varios cambios
de agua y estrujando con cuidado; atender a las especifi-
caciones de la prenda y del jabón. Nada de limpieza en se-
co o de usar suavizantes. Un tratamiento equivocado en el
lavado puede provocar que los tejidos disminuyan sus pro-
piedades hidrofugantes y que las plumas pierdan la grasa
natural, se endurezcan, encojan y pierdan su esponjosidad.
Los sacos de fibra pierden "cuerpo" con cada lavado. En
ocasiones puede bastar con lavar una determinada zona
del saco; es interesante hacerse una funda interior con una
sábana, que podremos lavar cuantas veces queramos.
El secado tardará entre uno y cuatro dras, dependiendo
22
del material de relleno; hay que evitar la calefacción, el sol
y las temperaturas superiores a 30 C. Los sacos de plu-
món conviene sacudirlos con frecuencia para eliminar los
nudos de plumón mojado, y una vez seco, volver a dar un
masaje a las bolas de pluma que hayan quedado apelma-
zadas.
COLCHONETAS AISLANTES
Son muchas las personas que descuidan la compra de
su colchoneta pensando que cualquier modelo será sufi-
ciente. Este elemento tan "sencillo" constituye en muchas
ocasiones el verdadero punto débil del saco de dormir; no
tiene sentido comprarse un excelente saco, válido para las
más rigurosas condiciones meteorológicas, y descuidar
nuestro principal aislante del suelo.
Utilizar una colchoneta aislante viene de la necesidad de
impedir el intercambio de temperaturas que se da por el
contacto entre dos cuerpos a distinta temperatura (con-
ducción), en este caso entre el suelo y nosotros. Ya vimos
cómo el saco resultaba insuficiente, al no poder mantener
el aire alojado bajo el peso de nuestro cuerpo.
Por lo general, las colchonetas también basan su aisla-
miento en la capacidad que tienen para retener aire. A pe-
sar de que en la mayoría de los modelos el aire se en-
cuentra repartido en celdas cerradas, las colchonetas pier-
den aislamiento por aplastamiento y compresión; la col-
choneta aislante debe ser lo suficientemente densa.
Recordemos que los pies son especialmente sensibles
al frío nocturno, la cabeza también lo es, pero si aún así
decidimos escoger una colchoneta corta, con el fin de aho-
rrar peso, podemos utilizar la mochila, o algo de ropa, que
colocaremos debajo de los pies para conseguir un cierto
23
 aislamiento. La comodidad depende del espesor Y la den-
sidad de la colchoneta, lo que hará más o menos soporta_
bles las irregularidades del terreno.
Con una funda para el transporta, lograremos que la col-
choneta nos dure mucho más, al evitar Jos desgarrones
con ramas y rocas.
~ .~ .~ .......................................
CI_Ie.: las hay de espuma de politeno, con ceIcIIaa
abiertas, aunque las más conocidas son las de poIietiIeno
retlculado, donde Jos poros son cerrados (no absorben la
humedad), tienen "piquItos-, o relieves, para hacer que la
superficie no sea tan resbaladiza y son'- una densidad al-
go mayor que las de politeno. Ambas son ligeras, pero su
rendimiento térmico es4llgo escaso en climas frfos.
~ se componen de una delgada e&pLml de
poliéster recubierta de una pella1la aJumlnIz.:Ia, destinada
a reflejar el calor del cuerpo; en algunos modelos la capa
akmnlzada es tán fina Y d6bII, que 8fI1)Ieza a "pelarse-
desde el primer &.80. Su YOIumen Y peso son mlnlmos, al
Igual que su capacidad de aislamiento y confortabilidad.
AcMII.....: Jos materiales son similares a los de las
colchonetas dulcas, pero presentan un acabado con ca-
nales paralelos, que retienen mejor el calor Y minimizan

180 .1IOc:m 3_ 121, NO Mediocre 1.700",

E-.
PaIietiIeno 180.110 c:m 11- 3211, 111 ~ .....iIDto' NO Mediocre UOO ...
Pncil
r_ 183.61 c:m 13_ 310, ID) AIp"""-' NO c.recea 3.000",

Fria ID um.r-'
110_ 4110, (C) 81 Mediocn 6.000 ...
Se puede JIÍIIdIIIr
,.....,
800, (C) ........
c_nw Fria ID amen.
81
AcepUIIIe 6.000",

a- ReI.wa
EVA 18h 1IOc:m 10_ 380, ID) • •I ..ieDto ~ NO AcepUIIIe 4.000",
..tiOcre
(1) UID -.jedo: (A) ~ (BI" -*da, (el .... -*dI, (2) c-odidM nferida .J mol. ._ .. lIIico de ... iI'nI\I1uidIdeI del *"--
(DI a1ta lDCIII&da
24 25
las fugas térmicas por conducción. Los canales consi-
guen mayor espesor, lo que las hace mucho más confor-
tables que las tradicionales sin aumentar el peso.
Inflables: las actuales versiones' montañeras de los clá-
sicos colchones de playa pesan algo más de medio kilo y
una vez plegadas ocupan un volumen mínimo. Son muy
cómodas, pero tienen el inconveniente de que se pinchan
fácilmente, causa por la que los modelos se fabrican con
las cámaras y válvulas independientes; se pueden prote-
ger colocando un plástico en el suelo .
Autoinflables: están formadas por un tejido de nailon con
el interior relleno de una espuma de celdillas abiertas. Al
abrirse una válvula especial, absorben aire y expanden su
volumen.
Tienen una gran comodidad; la dureza se puede regular
al poderle arladir más aire soplando. No se pinchan fácil-
mente, y cuando lo hacen son fáciles de reparar.
El sistema de hinchado no sufre problemas ni a altas ni a
bajas temperaturas, pero falla en su aislamiento por deba-
jo de cero grados: al tener un grosor razonable, el aire atra-
pado no está inmovilizado, así, el calor corporal calienta el
aire de la parte superior del colchón, pero se pierde al en-
trar en contacto con el suelo frío.
Su superficie lisa está tratada con una aerosol que au-
menta la adherencia y evita el deslizamiento (se vende en
las tiendas para aplicaciones posteriores)
El peso, otros de sus inconvenientes, se ha logrado redu-
cir en modelos que sustituyen el poliéster por poli éter.

Escalar y acampar. actividades hermanadas.

27
26
!.~.~.~.~~. ~~ . .~~.~P.~~~ .............................................
Una tienda de campaña constituye la forma transportable
más sencilla y segura de resguardarse contra la intempe-
rie y las amenazas del mundo exterior; con una buena tien-
da además conseguiremos intimidad, confort e indepen-
dencia. Para un excursionista este refugio ha de ser de fá-
cil montaje y, lo que es más importante por tener que trans-
portarlo en la mochila, compacto y ligero.
LA COMPRA
Para acertar en la elección de una tienda de campaña
debemos conocer los distintos tipos y formas. Rápida-
mente nos daremos cuenta de que la compra debe Ila-
cerse en función de las condiciones en que va a ser uti-
lizada.
Una tienda cara no quiere decir que sea necesariamen-
te buena y ni mucho menos la más adecuada para noso-
Tienda tipo "iglú' con doble entrada.
28
tros. Pero si esperamos que una tienda "barata" soporte
las meteorologías más extremas, a plazo no muy largo re-
sultará ser la más cara de todas.
No es conveniente precipitarse a la hora de adquirir una
tienda. Para analizar los pros y los contras de cada mode-
lo podemos ayudamos de catálogos, consultar a anteriores
compradores o pedir consejo a los vendedores de comer-
cios especializados, si son de nuestra confianza.
TIPOS
Basándonos en la estructura con la que se mantiene er-
guida una tienda de campaña, podemos diferenciar entre
las de estructura elástica, más modernas, o las de estruc-
tura rígida. A este último tipo pertenecería la clásica tienda
"canadiense", donde un ábside y un "travesaño' superior
mantienen tensa y recta la tela exterior; éste travesaño es
sostenido por mástiles verticales, adoptando así su carac-
terística forma de A (a dos vertientes).
Tienda tipo "iglú' para expedición.
29
 Dentro de la multitud de vanables que se han introduci- tante y ahora se les han eliminado las caras planas y los
do en los dos tipos, por lo general, las de estructura rígida mástiles se cruzan de extrañas maneras .
son claramente inferiores a las de estructura elástica para
la práctica del excursionismo o del montañismo, debido a: PARTES DE LA TIENDA
- Mayor peso y volumen. Techo
- Mayor fragilidad al viento (la estructura flexible amortigua La mayoría de las tiendas de campaña tienen "dos te-
mejor los envites; las de estructura rígida'son menos ae- chos": uno Interior transpirable, y otro exterior impermeable
rodinámicas). y resistente al viento (habitualmente llamado "doble techo").
- Peor aprovechamiento del espacio (relación entre la su- Lo normal será que estas dos partes vengan separadas,
perficie oel suelo y el volumen interno). uniéndose en el montaje junto a la estructura de la tienda;
- Menor aislamiento térmico. las dos capas del techo no deben tocarse, pues en el caso
- Por lo general, menor comodidad y facilidad de montaje de existir humedad, ésta pasará al interior por el punto don-
(no son autoportantes, necesitan más piquetas y vientos de se toquen.
tensores para quedar correctamente levantadas). Entre las dos telas del techo se crea una capa de aire,
Con la falta de esquinas, bordes cortados a pico y au- que, calentada con el calor de nuestro cue~o, se convier-
sencia de superficies planas, los modelos actuales buscan te en aislante (cualidad por la que antiguamente se las de-
ofrecer una superficie sin irregularidades, para facilitar la nominaba isotérmicas). Este aislante será más difícil de
desviación del aire y la lluvia. Cuanto más se minimicen las
superficies exteriores de la tienda y más se acerque su vo-
lumen a formas esféricas, mayor aerodinámica se conse-
guirá. .
El modelo más conocido de tienda con estructura fleXI-
ble es el de tipo "iglú". En su forma más simple consta de
un suelo rectangular; los mástiles unen las diagonales, cru-
zándose en el punto más alto.
El añadido de más mástiles refuerza la estructura. Pue-
de ser que se crucen en la parte más alta, pero lo normal
es que no todos lo hagan, dando lugar a formas "geodé-
sicas".
Los antiguos modelos de tienda "túnel" con forma semi-
cilfndrica, donde los mástiles iban de un lado a otro de la
tienda, paralelos los unos con los otros han cambiado bas-
Interior de una tienda geodésica.
30 31
 crear y mantener si el exterior de la tienda no llega hasta
el suelo, sobre todo si sopla el viento. Con un doble techo
qu~ lIegu.e has~a el suelo minimizamos el frío, la lluvia y la
resistencia al viento. Algunos modelos destinados a la alta
montaña vienen dotados con faldones exteriores, que ade-
más permiten un mejor anclaje si hay nieve en el terreno.
Todos estos detalles tan interesantes se pueden convertir
en inconvenientes con el calor.
Cuando hay una gran diferencia de temperaturas entre el
interior y el exterior de la tienda, el vapor de agua producido
por el cocinado, la transpiración, el aliento o la ropa mojada,
se depoSita en forma de gotas de agua en la cara interior del
techo impermeable. Con la confección de doble techo con-
seguimos .que el problema de la condensación disminuya, al
pasar el aire entre las dos partes del techo y eliminar el va-
po~ de agua. Para ayudar en este proceso y favorecer el
obligado reciclaje de aire, se hacen necesarias bocas de
ventilación, ya que con los revestimientos que se da a los te-
jidos para impermeabilizarlos disminuye casi totalmente la
transpiración. El sistema de aislamiento térmico de doble te-
cho imp.lica.:tcumular humedad que no se ventila, por lo que
la solUCión Ideal pasa por un equilibrio entre calor, humedad
y ventilación, según el momento y las condiciones.
Como ya hemos visto, lo que en algunos casos pueden
ser excelentes prestaciones, en otros se convierte en se-
rios inconvenientes, lo que nos puede llevar, si nos move-
mos por lugares calurosos, a renunciar a la confección en
doble techo (techo simple), o a buscar que los materiales
sean más frescos y transpirables, incluso en detrimento de
cualidades como la impermeabilidad. En estos climas la te-
la mosquitera se hace necesaria (también en las aberturas
de ventilación).
32
La entrada debe ser lo suficientemente grande como pa-
ra entrar y salir sin realizar grandes esfuerzos, atendiendo
si al hacerlo también puede colarse la lluvia o la nieve den-
tro de la tienda. El sistema de entrada más tradicional, y
quizás el mejor, es el de cremalleras, que deben de ser fá-
cilmente accesibles, incluso desde dentro. Las cremalleras
metálicas son más proclives a congelaciones que las de
material sintético; en algunos modelos las cremalleras ex-
teriores se protegen con solapas. La doble puerta es cosa
a tener en cuenta, sus ventajas prácticas son evidentes
(mejor si están dispuestas en diagonal); en climas cálidos
pueden favorecer en gran medida la ventilación.
Es muy interesante, y casi necesario, contar con un áb-
side que proporcione un espacio libre entre el techo interior
y el exterior. Éste espacio es útil para guardar las cosas y
tenerlas a mano sin necesidad de salir al exterior; también
permite cocinar desde dentro de la tienda, en caso de ha-
cer viento o mal tiempo. Mejor si se encuentran "integra-
dos" en la estructura de la tienda que si forman simples
"avances", pues se mantiene así una forma más aerodiná-
mica. También actúa como vestíbulo, evitando que en ca-
so de lluvia, al entrar y salir, pase el agua al interior.
El color de la tienda también es un aspecto a cuidar. Pa-
ra un alpinista los colores chillones facilitan su localización
en situaciones de poca visibilidad, mientras que para un
excursionista corriente será mejor elegir tonos verdes u
ocres para su mejor integración en el paisaje; no hay que
olvidar que también se contamina visualmente.
Mástiles
En las tiendas de estructura flexible los mástiles o varillas
deben ser flexibles y curvarse con facilidad, pero no tanta
33
como para que se deformen demasiado bajo presión o ba-
jo el intenso calor del sol. Pueden ser de fibra de vidrio o du-
raluminio (aleación de aluminio); éstos últimos destacan so-
bre los anteriores por ser mucho más robustos.
Generalmente vienen divididos en distintas partes, que
se introducen unas dentro de otras en el momento del
montaje. Al principio venran en trozos sueltos y era fácil ex-
traviar alguna de la partes, por lo que se pasó a unirlas me-
diante un elástico, efectuándose la tarea de ensamblado
con mayor rapidez y facilidad.
En las tiendas antiguas los mástiles de fibra de vidrio
eran macizos, con vainas de aluminio para encajarlos unos
en otros; el problema venra a la hora introducir las varillas
en los correspondientes canales de la tienda, pues era fá-
cil que unos se desprendieran de los otros. Los mástiles de
fibra de vidrio maciza representaban los principales incon-
venientes de las tiendas de estructura flexible, al ser más
bien frágiles a cualquier golpe y al excesivo frro o calor.
Es muy importante estudiar la forma en que se unen los
mástiles con el techo interior y el exterior; nos podemos en-
contrar canales hechos en la misma tela de la tienda, nudos,
veleros o prácticos ganchos a modo de abrazadera con los
que se unen las varillas y el interior, etc. Es fácil damos
cuenta de las ventajas o inconvenientes de cada sistema
pensando en las condiciones de utilización; deshacer nudos
por la noche a cinco grados bajo cero quiZáS no sea lo más
adecuado (si va a ser utilizada en condiciones extremas, la
tienda se debe poder montar con los guantes puestos).
Suelo
El suelo, completamente impermeable, deberá estar re-
alzado por los lados, como una bañera, y tan alto que in-
H 35
cluso con una intensa lluvia o ablandamiento del terreno
ofrezca protección contra el agua, el barro o la nieve, sien-
do lo suficientemente robusto como para que no se desga-
rre con los roces. Los suelos de rafia plastificada de las
tiendas económicas se cuartean con el frío intenso.
Piquetas .
Una tienda de campaña, aun pudiéndose sUjetar por sr
misma suele necesitar estar anclada al suelo mediante pi-
quetas' o clavijas, complementándose con los vientos, para
mantener la estructura correctamente tensa (sin excesos).
El rendimiento de una tienda es peor cuando las condicio-
nes de anclaje son malas (nieve, arena o tierra blanda).
Muchos fabricantes, en su esfuerzo por disminuir el cos-
te y el peso de las tiendas, proporcionan clavijas baratas y
de poco peso, que en algunos casos pueden ser totalmen-
te inadecuadas. Procuraremos que las gomas, lazos, ag~­
jeros o cualquier otro sistema de sujeción, .sean lo sufi-
cientemente grandes como para que entren piquetas de di-
ferentes tamaños.
Las tradicionales piquetas de aluminio u otra aleación li-
gera sólo suelen ser válidas cuando la tensión a soportar
no resulta muy grande y el terreno no es muy duro (se do-
blan con mucha facilidad). Las de material plástiCO son li-
geras, resistentes y adaptables a terrenos blandos. Para
suelos blandos hay piquetas especiales con forma angular.
Con viento fuerte o tormenta las piquetas se ponen algo
más apartadas de la tienda, reforzando el anclaje con pie-
dras; los modelos con faldones cuentan aqui con una gran
ventaja, ya que se pueden sujetar con piedras."
Los vientos largos tienen la ventaja de poder fijarse donde
se encuentre mejor terreno, o incluso de amarrar la tienda en
ramas o troncos. También es posible anclar la tienda en sue-
lo rocoso utilizando sólo piedras, o en terrenos muy blandos
introduciendo algún palo o piedra en el suelo (en nieve, si
hiela por la noche, por la mañana será difícil sacar el viento).
MATERIALES. CONFECCiÓN
Principales tejidos (Suelen venir bajo diferentes nom-
bres comerciales):
• Naílon (poliamida): ligero (60-80 g/m'), no se pudre, muy
elástico, gran resistencia a la abrasión y la tracción; se
deforma al humedecerse, se altera bajo la acción de los
rayos ultravioleta y de la lluvia ácida, se dilata.
• Poliéster: ligero (60-80 g/m'), no se pudre, muy resisten-
te a la abrasión y al desgarro (más que el nailon), no se
deforma al humedecerse, no se altera bajo los rayos ul-
travioletas o por la lluvia ácida, es hidrófugo, no se dilata;
tiene el inconveniente de tener una baja elasticidad.
• Algodón: es pesado (180-300 g/m'), se pudre, no resiste
fuerza o tensiones importantes. Actualmente en tiendas
ligeras, únicamente se utiliza para interiores por trans-
pirar bien, pero sólo es recomendable si se destina a cli-
mas secos, ya que tiende a absorber la humedad, se-
cándose muy despacio (airear bien). En ocasiones se
mezcla con poliéster o nailon.
• Nailon Ripstop: más ligero que el nailon normal (50-60
g/m 2) , ofrece la mejor relación peso/resistencia al des-
garro.
• Gore tex: los poros de esta membrana son unas 20.000
veces menores que una gota de agua, y unas 700 veces
mayores que las moléculas de vapor de agua, lo que sig-
nifica que el agua no puede penetrar en el tejido, siendo
los poros suficientemente grandes como para dejar salir
36
al vapor de agua. El Gore-tex es tan fino que se tiene
que laminar junto a algún material antidesgarro, resul-
tando un tejido un poco más pesado; las tiendas de Go-
re-tex son más ligeras al no necesitar doble techo.
Serios problemas han impedido .Ia popularización del
Gore-tex en las tiendas de campaña:
- A bajas temperaturas se congela la condensación y no
transpira; también deja de hacerlo si se hiela el rocío.
- El vapor de agua es expulsado al exterior por la presión
que ejerce el aire interior calentado corporalmente. Si
este "empuje" desaparece (por ventilación, al abrir la en-
trada, etc.), el tejido deja de transpirar, permitiendo que
la humedad se condense y corriendo el riesgo de que se
congele si hace mucho frío.
- La capa de aire aislante que se crea en las tiendas cons-
truidas con doble techo no se forma en las de Gore-tex,
siendo más difícil calentar el interior, lo que nos lleva al
riesgo de condensación (sobre todo estando dentro del
saco de dormir); en general, una tienda de Gore-tex re-
sulta más fría.
- Un problema general que afecta a todas las tiendas de
campaña es la posibilidad de envenenamiento por monó-
xido de carbono; no se debe cocinar en el interior de la
tienda sin mantener una correcta ventilación. El problema
se acusa más aún en una tienda de Gore-tex, por el inten-
to de mantenerla hennéticamente cerrada para evitar la
condensación, y por el hecho de que algunos modelos ca-
recen de bocas de respiración.
- Debe conservarse escrupulosamente limpia; con la su-
ciedad pierde sus propiedades.
- Precio elevado.
37
REVESTIMIENTOS
Vamos a referimos en un primer momento a inducidos,
aplicación que se da a los tejidos para convertirlos en im-
permeables. La impermeabilidad de un tejido queda deter-
minada por la altura de la columna de agua que soporta an-
tes de que cale; resulta recomendable que como mínimo so-
porte 1.500 mm.
• InducIdo de PVC: es barato por lo que se aplica en tiendas
de baja calidad . tiene el inconveniente de ser pesado y
agrietarse a bajas temperaturas, lo que hace desaconse-
jable su utilización en la alta montaña. El PVC es alta-
mente contaminante.
• InduCIdo de po/iuretano: tiene buena estanqueidad, per-
manece flexible e impermeable incluso a bajas tempera-
turas . Se pueden aplicar varias capas superpuestas, con
lo que se intensifican sus propiedades.
• Inducido de silicona: es ligero, duradero y elástico a bajas
temperaturas, absorbe muy poca humedad; por contra,
desprende olores a temperaturas elevadas.
El recubrimiento de aluminio aplicado a algunas tiendas,
tanto en el doble techo como en el suelo, no está destina-
do a la impermeabilidad, sino a mantenerlas algo más
frescas durante el día. al reflejar la radiación solar, y teóri-
camente conservarlas algo más calientes por la noche, al
reflectar el calor irradiado por nuestro cuerpo. Si este tra-
tamiento aislante está bien aplicado es totalmente sólido;
su alteración es similar a la del material al que se ha su-
perpuesto, excepto en los tejidos dilatables. Da lo mismo
que la capa de aluminio esté mirando hacia adentro o ha-
cia afuera.
38
Costuras
Las costuras, al estar el tejido perforado, son una posi-
ble vía de penetración del agua, por lo que las del doble te-
cho y el suelo deben venir selladas. A la vez, las costuras
constituyen un punto de resistencia delicado.
El método más frecuentemente utilizado para asegurar
la impermeabilidad de una costura es el termosellado.: con-
sistente en aplicar con aire caliente una banda adhesiva de
poliuretano sobre la costura Otra forma menos r~comen­
dable es la aplicación manual de alguna indUCCión, nor-
malmente sillconada. Un curioso sistema preconiza utilizar
hilo de poliéster rodeado de algodón; el hilo sintético no va-
ria, pero el algodón al humedecerse se hincha, taponando
el orificio de la costura.
La forma de coser las costuras, para conseguir una má-
xima resistencia consiste en plegar los bordes del tejido el
uno con el otro, cosiéndose juntos. Lo ideal es que las pun.-
tadas estén uniformente espaciadas y que lo hagan en h-
nea recta en toda la longitud de la costura, manteniendo
siempre la misma tensión. Son sfntomas de una fabrica-
ción descuidada: vanaciones en la tensión de las punta-
das, costuras que terminen sin unas puntadas hacia atrás,
hilos sueltos en los puntos donde acaban las costuras y
bordes no rematados del tejido; también hay que compro-
bar lugares difíciles de coser, como son los extremos de
las cremalleras o las esqUinas más estrechas.
Los sistemas de unión y sujeción (ganchos, velcros, la-
zos, correas. etc.), deberían ser lugares reforzados.
TA~AÑO y PESO
En las tiendas de campaña para uso en excursionismo ,
que tienen que ser transportardas en la mochila, son im-
39
 portantes el volumen que tienen plegadas y, sobre todo, el
peso. La carga no debe hacernos renunciar a la seguri-
d~d, la comodidad o la funcionalidad . Determinar la capa-
cidad y el tamaño de la tienda d~pende del número de
personas que la vayan a utilizar. Hay que tener en cuenta
que los fabricantes suelen ofrecen tiendas para tres,
cuando realmente cuentan con un espacio habitable sufi-
ciente sólo para dos (no atender a los dibujos, sino a las
medidas). Unos 210 cm de largo y 75 cm de ancho por
persona, son quizá las medidas mínimas aconsejables
El confort queda definido por el espacio que ocupa cada
persona en la tienda. QUien haya pasado un día de mal
tiempo dentro de una pequeña tienda, sabrá la tortura en
que. ésto puede convertirse; uno acaba con calambres, pa-
deciendo claustrofobia y tremendamente incómodo, y es en-
tonces cuando se piensa que quizá hubiera sido mejor un
modelo con un poco más de espacio interno para moverse.
En estas situaciones, aún estando ajustados, las tiendas de
mayor tamaño tienen la ventaja de ser más altas.
La espaciosidad siempre se refleja en el peso, pero a la
larga no presenta un lujo exagerado; por contra una tienda
de mayor tamaño, en relación a los mismos ocupantes, se-
rá más "trra".
UTILIZACiÓN
Camping
El confort posiblemente es la cualidad más buscada. Al
no existir problemas de transporte, el peso no se tiene mu-
cho en cuenta. Su uso previsible quedará restringido a
condiciones climáticas buenas, por lo que se preferirán
amplitud y materiales frescos y con buena transpiración.
40
Excursionismo
Las caracteristicas a buscar son: ligereza, robustez y re-
sistencia a condiciones climáticas. Los excursionistas lige-
ros y otros obsesionados por el gramo, disponen de tien-
das ultraligeras, en las que el poco peso es la propiedad
más importante. Se trata de modelos con reducida capaci-
dad, sólo destinados para dormir, pues el espacio habita-
ble queda reducido a la mínima expresión.
Alta montaña
En su utilización para alta montaña se prevén condicio-
nes meteorológicas extremas, por lo que los requisitos téc-
nicos son los más exigentes: forma lo más aerodinámica
posible, estructura sólida capaz de soportar gran peso sin
deformarse (tensión del viento, peso de la nieve), tejidos
de gran calidad especialmente resistentes al desgarro,
costuras reforzadas y selladas, varillas de duraluminio, etc.
El peso es muy importante, pero no se eliminan elemen-
tos que harían peligrar la seguridad; las tiendas destinadas
a la alta montaña pesan algo más por su especial cons-
trucción.
MONTAJ~. ... . .. .
Dada la enorme variedad de modelos de tiendas de
campaña existentes, se hace difícil describir el montaje de
cada uno de ellos; bastará leer las instrucciones con dete-
nimiento. sr es interesante hacer hincapié en el hecho de
que, en la mayoría de la tiendas, primero se arma la parte
interior junto con la estructura, y después se coloca por en-
cima el techo exterior impermeable, con lo que, en caso de
lluvia durante el montaje, nuestro confortable habitáculo
corre el riesgo de convertirse en una bañera; esto se re-
41
 suelve en gran medida practicando el montaje de una tien-
da nueva antes de las primeras salidas, con el fin de ad-
quirir algo de destreza.
Recordar que contra Id condensación y la filtración de
agua, hay que tensar la tienda y el doble techo con meti-
culosidad (los vientos ni demasiado tirantes, ni demasiado
flojOS), en previsión de posibles lluvias; una arruga signifi-
ca un n I montaje y una posible gotera. Nunca descuides
la instalación correcta de la tienda porque parezca que no
va a hacer mal tiempo o viento; las condiciones atmosféri-
cas pueden empeorar de manera rápida e insospechada
durante la noche o mientras te das un paseo.
ARREGLOS DE EMERGENCIA
Las roturas más comunes suelen afectar a tejidos y
puntos de unión. Cinta aislante o esparadrapo, aguja e hi-
lo y trozos de alguna tela o cuero pueden sernos útiles
para arreglos provisionales. Las filtraciones en el doble
te~ho pueden solucionarse colocando sobre la gotera una
hOJa de papel de periÓdico
CUIDA~OS V ~~NT.ENIMIENJO
Para obtener el máximo rendimiento de una tienda de
ca~paña es imprescindible mantenerla en perfectas con-
diCiones. Antes de cada salida hemos de revisar el tejido,
las costuras, el número de piquetas y vientos. etc.
Si se ac~mpa sobre un suelo con piedras o raíces que
p.uedan danar el tejido del piso y no podemos quitartas, con-
viene poner algo para proteger el suelo de la tienda. Colocar
un plástico debajo de la tienda. además de actuar como ais-
lante, es una forma de evitar que se ensucie y deteriore.
42
Calentar con el hornillo o la cocina sobre el suelo de la
tienda puede dañar el tejido, al Igual que el derramamien-
to de combustible o de las propias comidas. Es de todos
conocido lo inflamables que son los materiales utilizados
en la confección de las tiendas de campaña, aunque en
otras ocasiones estén tratados con retardadores del fuego;
el fuego puede originarse por derramamiento de combusti-
ble caliente o por una mala combustión en los hornillos de
gas. No debemos olvidamos del problema ya comentado
del envenenamiento por monóxido de carbono, otro de los
grandes peligros dentro de una tienda. Cocina prefenble-
mente fuera de la tienda; SI no es posible, hazlo en ábsides
bien ventilados.
Al recoger la tienda. limpiar el interior, y al desmontarla
hacer lo mismo con la parte externa del suelo, ayudándo-
nos con un cepillo, trapo, bayeta o esponja ....Antes de sa-
cudir la tela, cerrar las cremalleras. Al enrollarla. dejar una
abertura en un extremo de la puerta, para evitar que sean
atrapadas bolsas de aire. Cuando guardes los mástiles y
las piquetas en la bolsa, pon cuidado en hacerlo de tallor-
ma que no se dañe el tejido.
Cuando guardemos la tienda debe estar seca. Si nos ve-
mos obligados a empaquetarla húmeda, tendremos que
extenderla al llegar a casa, hasta que se seque completa-
mente (hacerlo en la sombra). Si no la dejamos secar co-
rremos el riesgo de que la tienda se vea atacada por el mo-
ho; el algodón aún estando mezclado con el poliéster o in-
cluso el nailon se pudre (también el de las costuras); el
mismo agua puede descomponerse, dejando un desagra-
dable olor. A los primeros indicios de enmohecimiento, ha-
bría que airear, secar y cepillar; el moho puede afectar a la
impermeabilidad. La suciedad normal se elimina con un
-43
cepillo, poniendo mayor cuidado en las partes más débiles, a través de un cable. El conjunto está unido por una cinta
o en agua con jabón suave sin frotar (evitar la utilización de elástica, que, en caso de desgastarse y darse de sí, pue-
qUitamanchas). de cambiarse. El encendido se acciona girando la caja de
Lubricando las varillas y las cremalleras con un aerosol la bombilla.
de sílicona evitaremos la corrosión, además de actuar co- Los modelos con zoom permiten alumbrar a distintas
mo anticongelante. Guardar la tienda en sitio seco, aireán- distancias, al variar los ángulos de apertura.
dola varias veces al año si no la utilizamos (aprovechar dí- La fragilidad del filamento constituye un punto débil, por
as soleados y secos). . lo que siempre tenemos que llevar al menos una de re-
puesto. Las bombillas halógenas tienen más potencia y
Iluminación
..............................................................................................................
ofrecen mayor luminosidad y alcance, pero las pilas duran
mucho menos que con las bombillas estándar.
Las características de la linterna frontal eléctrica han he- El gran problema de las linternas eléctricas es la sensi-
cho que se imponga como sistema de iluminación entre los bilidad de la pila a la humedad y las bajas temperaturas. Al-
excursionistas. Los faroles de combustible lIquido o de gunas frontales cuentan con una bolsa para mantener la
gas, aun habiéndose desarrollado modelos destinados pa- pila cerca del cuerpo, con el fin de preservarla del frío; de
ra ser utilizados en el medía natural, siguen teniendo in- igual manera, si durante la noche tenemos bajas tempera-
convenientes como son la fragilidad o el peso, pero pro- turas, una forma de conservar las pilas cargadas al máxi-
porcionan grandes prestaciones para las noches de cam- mo es guardarlas dentro del saco de dormir.
ping. Las pilas de litio son las que mejor se comportan con ba-
Las linternas frontales brindan una gran comodidad, por- jas temperaturas, además de ofrecer una iluminación
que al llevarlas en la cabeza, dejan las manos libres diri- constante y notablemente superior a las alcalinas; las pilas
giéndose el rayo de luz hacia donde uno esté mirand~. En de litio son especialmente contaminantes y no se deben
los modelos más modernos otras de las ventajas son el vo- abandonar nunca en el campo las pilas gastadas.
lumen, el peso, la resistencia a los golpes y la impermea- Algunos modelos pueden funcionar con un acumula-
bilidad. dor, que puede ser cargado a través de la red eléctrica o
Las tradicionales linternas "de mano" no son tan funcio- por la batería de 12 V del automóvil. Permite una gran au-
nales, pesan más y son atacadas muy rápidamente por la tonomla, y al poderse recargar hasta 1.000 veces, supo-
humedad y el frío, acortando la vida de las pilas al sulfa- ne un importante ahorro económico y un gran beneficio
tarlas. para el medio ambiente.
La bombilla y la pila se encuentran aisladas de la hume- Las velas, aun ofreciendo una iluminación muy limitada,
dad mediante cajas. La pila, situada en la parte de atrás en siguen siendo un sistema muy utilizado en vivacs y refu-
una linterna frontal, envla la energla eléctrica a la bombilla gios, para evitar gastar la carga de las pilas. Hay que evi-
-« -4S
 tar encender velas en el interior de la tienda de campaña o
cerca de cualquier otro material inflamable; en estas oca-
siones es aconsejable utilizarlas dentro de un farolillo, aun-
que su luz se hará más difusa. Colocando la vela sobre un
pequeño trozo de papel de aluminio u otra superficie re-
flectante, conseguiremos algo más de iluminación.
Para muchos excursionistas, incluso en salidas de un
día, la lintema es un elemento más del equipo, en previsión
de que algo les haga verse sorprendidos por la noche.
Diversos tipos
de Imterna frontal.
46
!.~~.~.~.~.~ . ~~ . ~~.~.~.P~~.~ ...................................
DÓNDE ACAMPAR
La mala elección del lugar de acampada, en muchas oca-
siones, sólo tendrá como consecuencia una noche molesta
e incómoda. Pero si contamos con que la acampada suele
llegar tras una larga y dura jornada, de la que conviene re-
ponerse, es mejor tomarse algún tiempo para buscar un si-
tio donde hacerlo convenientemente, por lo que tenemos
que empezar a hacerlo antes de que oscurezca. Si dejamos
la tarea para el último momento, cuando estemos ham-
brientos y cansados, acabaremos aferrándonos al primer
sitio que veamos. Es más fácil montar las llendas, preparar
la comida, limpiar la zona, y organizarlo tod~ para pasar la
noche, mientras todavía haya luz.
Actualmente, la acampada libre se encuentra regulada en
casi la totalidad de las Comunidades Autónomas. Los abu-
sos y destrozos que se producran hicieron que se elabora-
ran planes y normativas para una mejor convivencia y con-
servación del entorno natural; en muchas zonas nos encon-
traremos vigilancia y lugares especrficos donde realizar la
acampada. Escogida una zona de nuestro gusto, hay que in-
formarse, a través de los organismos pertinentes de cada
Comunidad Autónoma, sobre las leyes y limitaciones que re-
gulan las actividades en ese territorio, solicitando permisos
si éstos fueran necesarios.
La ley no permite acampar fuera de las zonas señaladas
a este efecto y prohibe expresamente hacerlo en las proxi-
midades de terrenos de camping, cascos urbanos de ciu-
dades o pueblos, líneas de alta tensión, monumentos his-
tórico-artrsticos, lugares de captación de agua potable, y a
47
menos de 100 metros de cauces fluviales o carreteras. En
general, por respeto y comportamiento cívico, debemos
evitar acampar en lugares en los que podamos alterar la vi-
da y costumbre de las personas que allí vivan, como pue-
den ser caminos, sendas, vías pecuarias, campos de culti-
vo o cualquier finca particular sin permiso del dueño.
Ante todo, debemos de ser nosotros mismos los que al
escoger el sitio de acampada nos demos cuenta de en qué
manera puede afectar nuestra estancia al entorno. Respec-
to al medio natural, en cada ocasión tomaremos las medi-
das oportunas: mantenerse a distancia de zonas de anida-
miento de aves, sendas habituales de los animales salvajes
y áreas donde crezcan especies vegetales frágiles.
Se produce gran daño al entorno al insistir en querer
transformarlo; los buenos lugares de acampada se en-
cuentran, no se hacen; es decir, son sitios en los que no
hay que modificar prácticamente nada, o casi nada, y en
los que no se dejarán señales de nuestra estancia cuando
nos vayamos.
En ocasiones llegamos al adecuado y apetecible sitio de
acampada, pero éste se encuentra un poco sucio porque
los últimos que se instalaron allf no recogieron toda la ba-
sura, con lo que habrá que limpiar el lugar. Si mantenéis el
lugar constantemente limpio, no os costará recogerlo al
desmontar el campamento. Deja el lugar de acampada de
tal forma que nadie pueda notar que has estado allf, y nun-
ca tan sucio como lo habéis encontrado.
El suelo donde montemos la tienda debe ser tan llano y
liso como sea posible, por lo que hay que evitar hoyos, pro-
tuberancias, palos y otros objetos que puedan perturbar
nuestro sueño o dañar el material; en caso de duda pode-
mos tumbarnos en el suelo antes de montar la tienda, pa-
<48
ra probar. Colocándonos en una ladera inclinada, pasare-
mos toda la noche forcejeando contra la fuerza de la gra-
vedad; y si se nos ocurre dormir a contra pendiente, nos le-
vantaremos con dolor de cabeza.
Debemos evitar acampar en suelos mal drenados,
hondonadas o cualquier otro lugar en el que se pueda
estancar el agua de lluvia, prestando especial atención a
los cauces secos y márgenes de pantanos, rfos y arro-
yos, sobre todo los días de precipitaciones, en los que es
posible una fuerte crecida del caudal. Si el campamento
se instala cerca de la costa hay que calcular los golpes
de mar y el flujo de las mareas.
La tienda ha de estar protegida del viento dominante, uti-
lizando como resguardo montículos, una pared de roca
(cuidado con la caída de piedras), un grupo de árboles, la
cresta de una colina o cualquier otra cosa que pueda ofre-
cernos protección. Los puertos, collados y desfiladeros son
lugares a evitar, por estar más expuestos a las corrientes
de aire. El viento puede cambiar de dirección, pero más o
menos resulta factible intuir por dónde vendrán las ráfagas,
por lo que podemos intentar orientar la tienda lo más aero-
dinámicamente posible, evitando montar la puerta de la
tienda de cara al viento; colocando la puerta a barlovento,
la tienda es menos resistente, más fría, y más vulnerable a
que cualquier ráfaga, por mínima que sea, pueda causar
estragos con el hornillo o la cocina.
Tener agua cerca siempre es una comodidad, por lo que
a menudo escogemos como lugar de acampada las cerca-
nías de un río o arroyo; es preferible hacerlo a unos 100
metros de distancia para que haya menos posibilidades de
que el agua se contamine. A la hora de beber conviene tra-
tar con desconfianza las aguas naturales; hay que infor-
<49
 marse ampliamente de los peligros y los métodos para pu-
rificar el agua.
. Es tentador acampar a orillas de un lago, pero suelen
ser lugares fríos, más aún si están rodeados de monta-
ñas: una brisa de tarde en dirección ascendente, sugie-
re frecuentemente un cambio de corriente fría, en direc-
ción contraria, por la noche; esto es debido a que el aire
frío resulta más pesado que el caliente, por eso, durante
el tiempo estable fluye hacia abajo, siguiendo valles y re-
teniéndose en las depresiones. Para pasar la noche po-
demos elegir situarnos un poco más arriba del lago, don-
de los bancos de aire no sean tan fríos; en una repisa a
media ladera, la corriente de aire pasará sobre nosotros.
Algo parecido a esto sucede con las cuevas, resultando
más frías que sus alrededores al recoger el aire frío de
la noche.
Debemos recordar que en sitios calurosos y húmedos es
donde habitan mosquitos y otros insectos y que en las
aguas o sus inmediaciones pueden tener su hábitat deter-
minadas especies animales (anfibios, aves acuáticas,
etc.), algunas muy susceptibles de atemorizarse ante la
presencia humana continuada.
En zonas de bosque, si el tiempo es seco y caluroso, se
buscarán las sombras, pero hay que eVitar situarse justa-
mente debajo de los árboles, por la posible rotura de cual-
quier rama y porque en caso de precipitaciones el goteo
del agua aumenta la humedad, impidiendo que la tienda se
seque cuando cesa la lluvia. Es interesante prever por dón-
de va a salir el sol, para que éste caldee la tienda lo más
pronto posible, o porque necesitemos secar algo antes de
levantarnos; la exposición prolongada a altas temperaturas
afecta a los tratamientos impermeables de los tejidos.
50
Otros lugares a evitar son los expuestos a los rayos. En ca-
so de tormenta es aconsejable separarse de todo lo que pue-
de actuar como conductor eléctrico y mantener la tienda bien
cerrada.
En la tranquilidad del campo también nos pueden mo-
lestar ruidos nocturnos: los árboles movidos por el viento,
una corriente de agua, o los cencerros del ganado, pueden
impedir nuestro sueño.
EN LA TIENDA
Es vital, en cualquier época del año, pero sobre todo en
invierno, mantener el interior de la tienda lo más seco que
sea posible; con la humedad el confort desaparece, pu-
diendo llegar a convertirse la estancia en algo insoporta-
ble. Para evitar introducir cualquier tipo de... humedad nos
quitaremos el impermeable y las botas antes de entrar en
la tienda. Si penetrase algo de agua, la secaremos con un
paño o una pequeña esponja; si lo que entra es nieve, qui-
tarla antes de que se derrita.
Con tiempo seco es interesante estirar y sacudir el saco
de dormir, con ello conseguiremos que se quede bien mu-
llido, al desapelmazarse el plumón o el relleno sintético, a
la vez que se llena de aire; el plumón requiere un cuarto de
hora para desarrollar todas sus propiedades termo-aislan-
tes.
Tan pronto como nos establezcamos para pasar la no-
che, nos quitaremos la ropa húmeda y nos pondremos la
seca; colocaremos la ropa mojada a secar, o en el caso de
que hubiese mucha humedad ambiental, la meteremos en
una bolsa de plástico. Dependiendo de las circunstancias,
en algunas ocasiones y con el fin de preservar la ropa se-
ca, tendremos que volver a ponernos la mojada; para que
51
 no esté tan fría en la mañana, es interesante guardar la
bolsa de la ropa húmeda dentro del saco de dormir. Algu-
nos montañeros recomiendan meter en el saco la ropa mo-
jada, para que la humedad se evapore; otros lo desacon-
sejan totalmente.
Como almohada puede valer la funda del saco rellena de
ropa. Si nos molesta el tacto del tejido o las tiras de com-
presión, podemos meterla dentro de una camiseta.
Para las mochilas lo ideal es disponer de un espacio en-
tre los dos techos de la tienda, si no es así, o las metemos
dentro, restándonos espacio, del cual es posible que ni si-
quiera dispongamos, o las dejamos fuera, perdiendo la co-
modidad de tener las cosas Ma mano" y corriendo el riesgo
de que se nos pueda mojar la mochila si llueve, por lo que,
en este caso, tendremos la precaución de dejarla tapada
con una bolsa de plástico o una funda impermeable para
mochilas.
La humedad de la transpiración nocturna se acumula en
el relleno de nuestro saco, ya sea de fibra o de plumón, ha-
ciendo que éste pierda una buena parte de su capacidad
térmica, lo que se soluciona aireando el saco cada maña-
na; lo haremos bien abriendo el saco, si tiene cremallera,
o dándole la vuelta completa, asegurándolo con alguna
piedra en previsión de que una ráfaga de viento no nos de-
je sin nuestro confortable abrigo nocturno.
Durante la noche, o por el día, si no estamos en el cam-
pamento, es recomendable guardar todo el equipo y uten-
silios bajo el sobretecho, o al menos bajo un plástico fijado
con piedras. Una ráfaga de aire repentina que se lleva el
forro polar, o la lluvia que llena de agua las botas dejadas
fuera para ventilarlas, son cosas que podemos evitar; el
mismo rocío, o la niebla matutina, son suficientes para em-
52
papar cualquier Objeto, incluso cuando hace buen tiempo.
Queda sobreentendido que cuando dejamos la tienda sola
hay que cerrarla.
Mientras llueve no hay que tocar los palos de la tienda,
ni rozar demasiado el techo de la misma. Una gotera se
puede canalizar hasta el suelo apoyando un dedo en la te-
la y deslizándolo hasta abajo directamente.
Con mucho frío, si las botas están húmedas y las deja-
mos fuera de la tienda, o incluso en un extremo, se hela-
rán rápidamente, con lo que por la mañana sufriremos pe-
nurias para ponérnoslas y andar con ellas; tenemos que
dejarlas cerca de nosotros para protegerlas del frío. Los al-
pinistas llegan a meterlas dentro del propio saco, pero si
están mojadas tendremos que envolverlas en una bolsa de
plástico para que el saco no se empape de agua; también
se pueden calentar con el hornillo antes de ponerlas.
Parecida cuestión sucede con el agua, por lo que ten-
dremos que ponerla cerca de nosotros o envolver la can-
timplora con ropa seca, con mucha precaución para que no
exista ningún riesgo de que el agua se vierta.
Para proporcionar un aislamiento extra podemos utilizar
una manta de supervivencia aluminizada, la ropa sobrante
o la misma mochila. La posición fetal es la más caliente.
.~.~ .~...~.~ .!:.~ .~.~...~.!:...~~~.P.~.~.~...................................
En nuestras primeras salidas nos parece totalmente ne-
cesaria la tienda de campaña, pero a medida que uno se
va acostumbrando a dormir en el campo, está dispuesto a
dejar el peso de la tienda en casa, a cambio de perder un
poco de comodidad y seguridad. Durmiendo al raso se pro-
duce un contacto mayor con la naturaleza, algo que mucha
53
gente no llega a aceptar, prefiriendo la protección de una
tIenda de campaña. Aun sin tienda podemos encontrar mé-
todos que nos ofrezcan defensa frente al viento y la lluvIa.
FUNDA DE VIVAC
Si acampamos sin tienda de campaña necesitamos una
capa que proteja al saco del agua; ya hemos visto cómo
los rellenos pierden gran parte de sus propiedades aislan-
tes cuando están húmedos, y cómo en la mayoría de los
sacos de dormir f!1 tejido exterior es a lo sumo hidrófugo.
La funda de vIvac es una bolsa impermeable con forma de
saco de dormir, que debe de ser utilizaúa como tejido ex-
terior de qUIta y pon, según lo aconsejen las circunstan-
cias . Las fundas baratas, al igual que los malos chubas-
queros, sólo repelen el agua durante un corto espacio de
tiempo.
Si una funda de vIvac no permite la transpiración, surge
el problema de la condensación, que se origina cuando el
vapor de agua, producido por la transpiración de nuestro
cuerpo (un individuo pierde cerca de medio litro de líquido
cada noche), se precipita en el interior del saco de dormir,
con lo que el material de relleno se vuelve húmedo. Las
fundas de vivac de Gore-tex constituyen la mejor opción
respecto a impermeabilidad/transpiración; su mayor incon-
veniente es el precio (soluciones como el Sofitex u otros si-
milares son menos traumáticas para nuestro bolsillo). Es
muy común que estos tejidos impermeables-transpirables,
incluido el Gore-tex, no lleguen a evacuar todo el vapor
que produce nuestro cuerpo.
Una funda de vivac protege al saco de la suciedad, el
·viento y la humedad. También produce un aislamiento
adicional, al formarse un cojín de aire caliente entre la cu-
5-4
bierta exterior del saco de dormir y el lado interior de la
funda (la temperatura aumenta entre dos y seis grados);
con unas altas temperaturas dentro del saco y el proble-
ma de la condensación, corremos el riesgo de que a lo
largo de la noche el sudor se quede frío. Por la subida de
temperatura interior y el problema de la condensación,
debemos utilizar la funda de vivac cuando sea necesario;
los sacos que tienen por tejido exterior uno impermeable,
sólo son recomendables en contadas ocasiones,
Para muchas personas la funda de vivac es un elemen-
to más en la mochila, aun tratándose de excursiones de un
día, en previsión de situaciones comprometidas como pue-
de ser U!1 accidente o tener que pasar una noche sin equi-
po por habernos perdido de la ruta.
TOLDO
Resulta curioso que a menudo es más necesario tener
alguna protección durante una noche clara, que durante
una nubosa. Las noches despejadas son las más frías, y a
menudo más complicadas por problemas como el rocío.
Esto se debe a que las nubes reflejan el calor hacia la tie-
rra; es interesante interponer cualquier elemento que actúe
como deflector (un árbol o una lona).
Con un trozo de nailon impermeable y un poco de ima-
ginación podemos hacernos un refugio que nos defienda
de la lluvia y del viento, aunque está claro que no nos ofre-
cerá ninguna protección frente a los insectos o la pérdida
de calor. Este toldo, además de impermeable, tiene que
ser ligero y resistente (ojales y bordes reforzados).
Son varias las maneras de imprOVIsar cobijos con tol-
dos; dependiendo de la situación y el lugar nos pueden
interesar sistemas diferentes. Lo importante es prever la
55

evacuación del agua y adoptar formas lo más aerodiná-
micas posibles. Para conseguir un máximo de defensa
contra la lluvia llevada por el viento, hay que montar el
toldo lo más cerca posible del suelo. Si solamente nos
envolvemos con el nailon, a modo de sábana, quedare-
mos protegidos del viento, pero a buen seguro que nos
despertaremos mojados en el propio sudor y en el caso
de lluvia el toldo calará por toda la zona de contacto.
Para sujetar los extremos se pueden utilizar árboles y
piedras; a falta de estos podemos utilizar los mástiles de
nuestra tienda. Como anclaje usaremos piedras o pique-
tas, y como sistema de unión cuerdas o gomas elásticas.
Es interesante completar el toldo con un plástico para el
suelo y una funda de vivac. El toldo también ofrece una
magnífica protección para las siestas de verano.
Una forma avanzada de toldos son las cápsulas o tien-
das-vivac; son fundas de vivac holgadas, sostenidas por
varillas, por lo que también se pueden definir como peque-
ñas tiendas abiertas.
Cuidados del medio natural
En algunas zonas naturales encontraremos normas que
nos recordarán que debemos respetar la naturaleza. Aun-
que puede variar de unos lugares a otros, en la mayorla de
los casos es cuestión de utilizar el sentido común.
BASURAS
Si todos fuéramos tirando la basura que generamos en
el campo, en poco tiempo se verla convertido en un verte-
dero, con lo que dejarla de ser un lugar agradable de visi-
56
taro No se debe tirar nunca basura de ninguna clase en la
naturaleza; tenemos que guardar hasta el último chicle, en-
voltorio o colilla de cigarrillo; si puedes cargar con algo
cuando está lleno, puedes llevártelo cuando está vaclo.
Esconder las basuras, bien sea enterrándolas o deján-
dolas debajo de una piedra, no soluciona el problema y
además pueden ser desenterradas por los animales.
Cuando dejamos alguna basura no podemos poner como
excusa que Mes biodegradable o Mse lo comen los anima-
ft
ft
les Los desechos no desaparecen tan pronto como cree-
•
mos y cuando menos contaminan visualmente, siendo una
falta de consideración con el medio y los demás visitantes.
Ver basura es lo que anima a muchos a dejar alll sus pro-
pios desperdicios.
No tirar nada es lo correcto, pero lo bien hecho empieza
cuando dejamos los sitios por donde pasamos mejor de lo
que estaban al llegar.
FUEGOS
Hacer fuego no tiene ninguna justificación práctica, ni si-
quiera para quemar la basura. El fuego encierra un peligro
potencial enorme y en el mejor de los casos se provocan
marcas que perdurarán durante décadas.
FLORA Y FAUNA
Cualquiera que sea la actividad que realicemos en la na-
turaleza, es dificil no producir algún pequeño daño en el
medio; tenemos que procurar que este deterioro sea mfni-
mo. En la naturaleza todo afecta a una comunidad interde-
pendiente y con un equilibrio muy frágil.
Una planta pisada o arrancada es una planta muerta.
Caminando siempre que sea posible por los senderos y ca-
57
minos, evitaremos que la erosión vaya arrasando el terre-
no progresivamente; por otro lado, cuando la gente co-
mienza a tomar atajos por cualquier sitio, en poco tiempo
resulta imposible saber cuál es el camino principal y resul-
ta mucho más fácil perderse.
Al cavar regatos alrededor de la tienda destruimos
plantas, cortamos las raíces de otras y hacemos unas
marcas que tardarán mucho tiempo en desaparecer; la
búsqueda de un emplazamiento adecuado para nuestro
campamento y el suelo impermeable de la tienda, hace
Innecesaria esta operación . Si estamos acampados du-
rante varios días en el mismo sitio, es preferible cambiar
la tienda de lugar, para no impedir el crecimiento de la ve-
getación.
No hay que romper ramas de árboles o matorrales; a pe-
sar de la tradición, tiene poca justificación construir una ca-
ma o un refugio con elementos naturales, al ser los mate-
riales modernos tan ligeros, versátiles, confortables y ba-
ratos.
Desplazar troncos cardos o piedras, a la vez de crear
marcas, puede alterar algún diminuto hábitat; la pequeña
fauna también cumple su función dentro del ecosistema.
Molestando a los animales, sean grandes o pequeños, po-
demos provocar que huyan asustados y abandonen a sus
crías, o que, en el peor de los casos, se vean acosados y
nos ataquen.
Si todos nos lleváramos a casa un trozo de mineral o
una flor cada vez que salimos de excursión, en poco tiem-
po no quedaría nada hermoso.
En los espacios abiertos el ruido se puede extender fá-
cilmente. Los aparatos de radio pueden molestar a los ani-
males u otras personas.
58
FREGAR Y LAVAR
Cualquier zona de agua constituye un elemento muy im-
portante dentro del ecosistema , por lo que merece la pena
poner especial atención en su cuidado, para no atentar
contra la fragilidad de este medio, más aún cuando son
fuentes que utilizamos nosotros mismos.
Los restos de comida deben ser alejados de la reservas
de agua. Para fregar también tenemos que alejarnos a una
distancia prudencial. Utilizar jabones o detergentes biode-
gradables (se disuelven más rápidamente y no contienen
elementos que perjudiquen al medio) será mejor que utili-
zar los normales, aunque de todas formas para limpiar los
utensilios de cocina siempre será mejor utilizar arena o
hierba. Los utensilios que se han limpiado con jabón deben
ser concienzudamente aclarados, para evitar molestias en
el aparato digestivo. Por razones higiénicas y de salud, los
utensilios de cocina que van a volver a ser utilízados deben
mantenerse limpios, pero si ya nos vamos a casa, es me-
jor llevar las cosas sucias, ahorrándonos un trabajo que re-
sulta muy poco práctico en las montañas. El agua con ja-
bón no debe tirarse cerca de un arroyo o lago, para evitar
la contaminación del agua; hacerlo en un sitio donde no
pueda causar daño.
Respecto a la ropa o nuestro aseo personal, las reco-
mendaciones son similares a las del fregado; qUizá sea
mejor llevar una muda más, que andar lavando.
LETRINAS
Para hacer nuestras necesidades (ya sean ~mayores" o
~menores") nos alejaremos al menos cien metros de cual-
quier río o arroyo y cavaremos un pequeño agujero en el
59
suelo; al terminar, taparemos el hoyo con la tierra que ha- • TIENDAS (artículo)
yamos sacado e intentaremos que el lugar quede como es- Marco Blano; revista Desnivel especial matenal 1994.
taba antes. • SACOS DE DORMIR (articulo)
En zonas kársticas no utilices las grietas como retrete, Marco Degani; revisla Desnivel especial malerial1994.
ya que ello representaría un inminente peligro de contami- • COLCHONETAS AISLANTES (artículo)
nación para el agua potable de regiones situadas a niveles Tino Núnez; revista Desnivel 101 Diciembre 1994
inferiores. • CATÁLOGO CORONEL TAPIOCCA
Número 8

• CATÁLOGO PETZL (1995)

• COMPRAR UNA TIENDA (articulo)

.~~~~~.~g~~~~......................................................................... J . C. Barrabés; revista Desnivel especial malerial 1995.

• SACOS DE DORMIR (artículo)
Tino Núiíez; revista Desnivel 113 y 114 Enero 1996.
• ALPINISMO MODERNO
varios; Hispano Europea 1980. • COCINA DE MONTAÑA
Pablo Bueno; Ediciones Desnivel 1993
• GUrA PRÁCTICA DEL EXCURSIONISTA 11
Adolf Mokrejs; Martínez Roca 1981 . • AlIMENTACION EN MONTAÑA
Pablo Bueno; Mini Biblioleca PráctícalDesnivel
• MONTAÑISMO. MANUAL PRÁCTICO Diciembre 1995.
Francisco Aguado; Penthalón 1981.

• MANUAL PRACnCO DE MONTAÑISMO

Ed Peters; Martínez Roca 1982.

• MONTAÑISMO PARA TODOS

César Pérez de Tudela; Everest 1983.

• GUrA DEL EQUIPO DE EXCURSiÓN Y AVENTURA

Uhl; Martínez Roca 1983.

• MANUAL PRÁCTICO DEL MONTAÑERO

Cameron McNeísh; Everest 1984.

• VAMOS DE EXCURSiÓN
Lynne Foster; Martínez Roca 1991 .

• MANUAL DE SENDERISMO
Domingo Pliego; La Librería 1993.

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