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Se denominan así los 38 extractos de flores y plantas descubiertos por el médico inglés Edward
Bach a principios del siglo XX. Este doctor escogía plantas que actuaban sobre distintas condiciones
que podían experimentar los seres humanos, tales como el miedo, la tristeza, la ira o la
hiperactividad. Preparaba estas plantas en forma de diluciones que conservaba con alcohol en un
gotero para facilitar su uso. Se administraban directamente diversas gotas varias veces al día o se
ponían en el agua o incluso en la comida. Normalmente, se prepara un gotero de composición
exclusiva para las necesidades del paciente, y suelen mezclarse entre dos y cinco flores.
Con el tiempo, fallecido ya el doctor Bach, sus discípulos siguieron difundiendo su legado, que se
fue ampliando con el uso de las flores en animales y para tratar, también, dolencias físicas. De
entre todas las flores de Bach para gatos, humanos y otros animales, destaca por su popularidad el
Remedio Rescate, que es una mezcla de un mínimo de cinco esencias y que se utiliza en
situaciones de estrés elevado.
Eso sí, y aunque se reporten exitosos casos clínicos, debemos reconocer que los estudios
científicos realizados sobre su utilidad no le dan más eficacia que un placebo.
Como hemos dicho, es posible utilizar flores de Bach en gatos. Estas deben estar prescritas por
terapeutas florales, mejor con experiencia en animales, o por veterinarios formados en esta
disciplina. Las flores se pueden emplear tanto para trastornos que detectemos en nuestro gato
(hiperactividad, agresividad, estrés), como para momentos puntuales en los que queremos que el
gato se mantenga tranquilo. Estos acontecimientos, previsibles de forma que nos podemos
anticipar, serían mudanzas, visitas al veterinario, personas extrañas en casa o introducción de
nuevos animales.
Dependiendo de lo manejable que sea nuestro gato, podemos administrarle las gotas
directamente en la boca o bien añadirlas al agua en la dosis recomendada por el terapeuta.
Aunque tengamos varios animales conviviendo, no hay problema con que todos consuman el agua
que contiene las flores. También es posible ofrecérselas mezcladas con un poco de comida.
Debemos buscar la manera que mejor se adapte a nuestro gato y a nuestras circunstancias,
teniendo en cuenta que es aconsejable suministrarlas varias veces al día.
Como comentamos, son muchas las situaciones en las que podemos utilizar las flores de Bach para
gatos. Veamos algunos de sus usos más habituales.
Usos de las flores de Bach en gatos
Las flores de Bach para gatos se utilizan, con frecuencia, en las siguientes alteraciones:
Se emplean las flores tanto para ataques a las personas como a otros animales. Aunque se paute
su administración repartida en varias veces al día, es posible ofrecerlas con mayor frecuencia si
anticipamos señales de agresión. En estos casos, también se pueden utilizar las flores pulverizadas
en el ambiente (con cuidado si el gato reacciona al ruido del spray). En muy pocas tomas debería
apreciarse una mejoría significativa consistente en una disminución de los ataques y de su
virulencia.
En este punto es importante diferenciar entre una verdadera hiperactividad y la actividad normal
del gato, aunque esta sea elevada. Tan solo se prescribirán flores de Bach en los casos en los que el
animal padezca a consecuencia de esta condición, y deberá ser el especialista quien determine el
remedio más adecuado.
Es usual que los gatos manifiesten conductas de estrés ante los cambios. Las flores de Bach
también pueden ayudar a sobrellevar estos momentos. Así, podemos anticiparnos a situaciones
desencadenantes, como puede ser la visita al veterinario. Otro ejemplo paradigmático de este uso
serían los viajes. Las flores van a poder administrarse antes de salir y, también, durante el tiempo
que dure el desplazamiento, según las necesidades del gato.