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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEON

FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y

RELACIONES INTERNACIONALES

Introducción a las ciencias políticas

Evidencia 4.- Resumen del artículo especializado

Nombre Matricula
Fátima Castro González 2113994
Evelyn Ximena Moreno Montoya 2060719
Raúl Rivera Escobar 2105070
Daila Deyanira González Hurtado 2105801
Esmeralda Lizeth Belmares Acosta 2109810
Wendy Nohemí Chaires Cruz 2087077
Guillermo José Juárez Tamez 2110035

Grupo: 1TU

Profesor: Juan Martin Alamilla Sosa

6 de noviembre de 2023
Indice
Introducción
LA CONSTRUCCION POLITICA DE LA REALIDAD: 1.1. DIMENSIONES
INSTITUCIONALES Y ESTRUCTURALES.

Primero, se presenta una lectura teórica general de la estructura y sistema de


poder en la política moderna, para luego examinar los problemas del poder.
Habiendo sido un tema tradicional de la Ciencia Política, especialmente desde la
escisión teórica y epistemológica provocada por Maquiavelo en el siglo XV, tal vez
sea necesario desarrollar una amplia y profunda reconsideración de la cuestión del
poder, desde una perspectiva realista y pragmática que proporcione explicaciones.
Fenómenos sociales, económicos, geopolíticos y culturales que caracterizan las
dimensiones políticas de la sociedad contemporánea.

1.2.EL SISTEMA POLITICO DE PODER.

El fenómeno institucional- sistémico y el Estado. El rasgo más característico de la


política en la sociedad moderna, que la ciencia política explica principalmente, es
que el poder político tiende a cristalizar en ciertas organizaciones altamente
estructuradas. Incluso cuando se analiza la historia de la formación de una
institución estatal, se entiende que proviene de la situación de la comunidad
humana, que se basa en la existencia objetiva de conexiones políticas y que
responde a una necesidad - sentida colectivamente. y cristalizado- para establecer
un orden entre las personas que garantice la cohesión social. En la sociedad
moderna, la política y sus manifestaciones más reales y objetivas están siempre
concentradas, ordenadas y cristalizadas en instituciones, de modo que constituyen
el núcleo sólido y fundamental del conocimiento político y de la realidad política
misma. Objetivamente hablando, la ciencia política no se centra tanto en las
relaciones que se establecen entre las personas como resultado del poder y la
política (una vocación especial a la que también pueden dedicarse la sociología
general y la sociología política en particular), sino que se concentra en el estudio
de un tipo especial de realidad política, muy cristalizada y estructurada, dotada de
una gran capacidad de constancia y continuidad en el tiempo: las instituciones. De
esta manera, la institución adquiere un significado impersonal o transpersonal,
casi trascendental, de modo que sigue existiendo independientemente del grupo
humano que la integra y gobierna. Los fenómenos institucionales presuponen
siempre un cierto grado de influencia y determinación de toda la institucionalidad
sobre sus partes constitutivas, de modo que existe un cierto grado de cohesión e
integración que contribuye a hacer posible la continuidad y existencia de la
institución. Así, dado que sólo existe un Estado en el que el poder está
institucionalizado, la existencia de instituciones también refleja un cierto grado de
organización política. En cualquier orden político moderno, el Estado ejerce control
sobre todo el sistema político e institucional.

El Estado, desde este punto de vista realista, es la estructura más coherente de


orden político, un conjunto de instituciones permanentes basadas en vínculos
políticos que reúnen a las personas para ordenar sus vidas colectivas de acuerdo
con ciertas normas. Así, el resultado es el Estado, la exteriorización del orden
político, la institución de instituciones regidas por la ley. El Estado integra y
sintetiza dos condiciones esenciales del orden político: la necesidad de un sistema
legal que asegure la cohesión de la sociedad en su conjunto, y la necesidad de un
poder coercitivo que debería ayudar a obligar a los individuos a imponer la ley. El
modelo explicativo básico del sistema político en su configuración moderna es el
modelo de articulación de fuerzas, que a su vez genera una matriz de relaciones
históricas, es decir, un modelo de relaciones que explica racionaliza y posibilita su
funcionamiento y evolución. sistemas. Para entenderlo de manera integral, desde
un punto de vista macrosociológico, el sistema político es una configuración
compleja y constructo sociocultural en el que se deben tener en cuenta los
siguientes elementos estructurales y funcionales: - el Estado, es decir, un conjunto
claramente formulado de instituciones y normas que gobiernan la sociedad; -
relaciones institucionales entre Estado y sociedad, es decir régimen político, es
decir forma históricamente determinada de organizar el funcionamiento político de
la sociedad; - cultura política o civil, es decir, un conjunto de ideas, significados,
costumbres, códigos, tradiciones y lenguajes simbólicos que configuran un estilo
histórico y específico, ya que una determinada sociedad manifiesta y articula los
elementos del sistema político. Un sistema para seleccionar gobernantes, que
consiste en un conjunto de normas, procedimientos e instituciones social y
políticamente aceptados para asignar poderes en un sistema de instituciones
gubernamentales.

1.3.LOS PROCESOS DE TOMA DE DECISIÓN. LOS PROCESOS DE TOMA DE


DECISIÓN.

Ya sea que se adopte un modelo “ingenuo” (mínimo, optimista o “intermedio”) de


criterios de decisión, criterios a priori, criterios a posteriori o un método de árbol de
decisión, el enfoque realista de la política requiere la suposición de complejidad e
interpenetración. inherente al modelo. procesos de toma de decisiones políticas e
institucionales, y comprender, en particular, el impacto del desorden y los caos
causados por factores fortuitos. Una de las características distintivas de la política
moderna es la institucionalización del proceso de toma de decisiones, que
involucra a muchos actores, instituciones e instituciones, y el impacto tiene un
impacto a largo plazo en el proceso político. La Ciencia Política ha prestado
atención desde la segunda mitad del siglo XX al fenómeno de la toma de
decisiones, tanto por sus implicaciones para la implementación de políticas
públicas como por su importancia en la creciente racionalización y burocratización
que experimenta el sistema. , donde interviene el proceso. Política significa tomar
decisiones y llevar a cabo. En las condiciones del sistema político moderno, el
proceso de toma de decisiones depende en gran medida de la calidad y cantidad
de información –que luego se traduce en inteligencia– proporcionada a los niveles
superiores de la pirámide institucional de liderazgo político. Por lo tanto, cuanto
más arriba en la jerarquía se ubique una autoridad dentro del aparato del Estado,
más relevante, sensible y crucial será la información disponible para tomar
decisiones e implementar políticas públicas dentro de su jurisdicción. La Ciencia
Política moderna reconoce que no existe un modelo secuencial de toma de
decisiones, sino que el modelo se adhiere a las condiciones históricas,
sociológicas y políticas particulares de cada país. Aun así, según los estudios
políticos más modernos, en general se pueden distinguir tres modelos del proceso
de toma de decisiones. Un enfoque realista del proceso de toma de decisiones
debe reconocer que al mismo tiempo implica una visión estrictamente racional del
análisis de políticas, que reconoce la existencia de restricciones y limitaciones
fuertes y diversas, pero que esencialmente supone racionalidad (o esfuerzo y
racionalidad) los actores involucrados; y que también presupone una perspectiva
de negociación, que busca el mejor y más eficaz consenso mínimo, entre los
diversos intereses de las instituciones, servicios y organismos estatales
involucrados en la formulación de políticas, lo que resulta en una especie de
“proceso incremental”. política. También es realista asumir que la política pública
se basa en la premisa de falta o limitación de recursos; el estilo de trabajo lento y
burocrático de los implementadores u operadores de políticas; sobre los retrasos,
detenciones y desvíos que pueden ocurrir a medida que uno desciende en la
jerarquía de las decisiones políticas y administrativas.

1.4.LAS DIMENSIONES DEL PODER 1.4.1. Aproximaciones a una definición


realista del poder.

Después de una prolongada crisis de sus fundamentos teóricos originada en la


modernidad reciente, la ciencia política hoy no tiene ninguna pretensión
absolutista de abarcar y resolver todas las definiciones y cuestiones planteadas
por la cuestión del poder, sino que tiende a colocarlo en el centro del problema.
sus actividades intelectuales y científicas.

1.4.1.1. El poder es omnipresente en la sociedad.

Aunque el poder está muy extendido en la sociedad y concentrado en el Estado,


el poder en general y el poder político en particular sólo pueden entenderse
comprobando la existencia de una situación en la que una persona, grupo o
institución tiene voluntad. y la capacidad real y potencial de tomar decisiones y
hacer que otra persona, grupo o institución tome, prevenga y/o cambie acciones. -
un componente de hegemonía, en la medida en que quienes ocupan una posición
de poder establecen las normas que rigen el organismo social y son respetados,
obedecidos y reconocidos como tales por la propia voluntad de los demás, lo que
se aproxima al concepto de legitimidad. , aunque sin completarlo; Y - un
componente de coerción o fuerza, ya que quienes están en el poder o dominio
tienen la capacidad real o potencial de obligar a otros a obedecer, de modo que la
coerción actúa como un impulso activador no solo en la mente y la voluntad de
una persona. quien decide, pero sobre todo en la conciencia y en el ámbito
subconsciente de quien obedece. El poder siempre representa la posición en la
sociedad. Esta afirmación se basa en una prueba objetiva de la realidad política:
los individuos están distribuidos dentro de la sociedad y las instituciones políticas
según una jerarquía que refleja las posiciones de poder que cada uno de ellos
posee. De aquí surge el conjunto de asimetrías que caracterizan al sistema
político en cualquier sociedad histórica: la organización social y las instituciones
políticas que de ella emanan contienen diferentes posiciones dentro de
organizaciones institucionales y sistemas regulados de normas, de modo que las
relaciones de poder se manifiestan y se desarrollan a través de un proceso cada
vez más amplio. compleja división del trabajo, funciones y poderes, y además
siempre una jerarquía asimétrica. El poder en general y el poder político en
particular constituyen un elemento fundamental de la política. Desde el punto de
vista del derecho, es evidente que esto se realiza a través del poder. Real y
objetivamente, el Derecho exige el uso de la fuerza, aunque el poder necesario
para la aplicación de toda ley debe separarse del poder de coerción, por lo que la
ley se vuelve obligatoria y es esto lo que hace que el poder funcione al servicio de
la fuerza. la Ley. Desde un punto de vista microsociológico, se puede afirmar que
el poder político se distribuye asimétricamente en la sociedad y se concentra -
también de manera desigual- en el aparato legal e institucional del Estado. Así, el
poder tiene sus raíces en determinadas formas de organizaciones o instituciones,
pero también parece estar distribuido en toda la sociedad y tiene ciertas
dimensiones simbólicas que aseguran su supervivencia, dinámica y continuidad en
el tiempo. A) también existe una función de cohesión y orden social, ya que el
poder político debe esforzarse por asegurar la unidad básica de la sociedad en la
que opera y se establece.
1.5. CONTRIBUCIÓNES PARA UNA CIENCIA POLÍTICA REALISTA DEL
PODER.

Una vez examinado el contenido del poder, se examinan ahora los elementos
teóricos de la ciencia política del poder, siempre desde un punto de vista realista.
Hasta ahora, si hemos analizado la cuestión del contenido y las funciones
esenciales del poder en la sociedad, ahora podemos abordar la dinámica de su
funcionamiento específico en la esfera política.

1.5.1. El poder y sus mecanismos.

Lo mismo ocurre con el poder político, forma de poder que aquí nos interesa
considerar y comprender, ya que nadie tuvo ante sus ojos el poder que domina y
al que está sujeto, pero sí ha visto algunas de sus manifestaciones instrumentales.
Incluso en este caso, la instrumentación del poder se basará en última instancia
en determinados órganos e instituciones cuya misión es ejercerlo, materializarlo
ante la sociedad. El poder se vuelve material, visible y tangible sólo a través de los
órganos, instituciones, instrumentos, recursos e individuos que lo ejercen y
aplican. Esto implica el hecho de que el poder, y en particular el poder político, se
refleja en las sociedades y sistemas políticos modernos a través de un conjunto de
mecanismos -más o menos institucionalizados- que se ponen en acción a través
de ciertas estructuras orgánicas sistémicas y están regulados. Esto revela una de
las realidades más paradójicas del poder político moderno: el poder político, como
poder en sí mismo, no es directamente visible ni percibido por las personas que lo
experimentan, sino que sólo pueden percibirlo y confirmar su existencia a través
de mecanismos que lo realizan. en la práctica social. Hay tres mecanismos
principales para la manifestación del poder político: - acciones -por regla general,
de determinados agentes políticos y sociales- que son resultado de decisiones y
representan su implementación específica. Desde este punto de vista, en los
sistemas políticos modernos, la política y el ejercicio del poder político en
cualquiera de sus formas es siempre cálculo, decisión y acción. El problema de la
legitimación puede abordarse desde el punto de vista de los mecanismos
funcionales del poder.
1.5.2. Estructura de acción del poder.

Aquí se entiende básicamente, que la estructura política en cuanto estructura de


poder, se reproduce en y mediante una sucesión de prácticas situacionales
organizadas por ella misma. Cuando se examinan se examina el poder político
desde el punto de vista de su estructuración, se puede percibir que éste tiende
siempre a cristalizar en alguna forma de organización estructurada, en formas
sistémicas, en última instancia en redes e instituciones. Es necesario reconocer,
sin embargo, que el poder político en general, y el poder político del Estado en
particular, aun cuando cristaliza –material y jurídicamente- en instituciones, en
órganos institucionales, no se reduce a ellas. Cuando el poder político necesita de
estructuras institucionales más eficaces, simplemente cambia sus formas de
organización, para dar paso a nuevas estructuras más acordes con sus
necesidades e intereses. 1.5.3. Las fuerzas e intereses de poder. Probablemente
sea necesaria una perspectiva realista y profundamente pragmática, para
comprender que lo que mueve al poder y al poder político en especial, lo que
explica su fuerza material y simbólica y su capacidad de atracción, es que siempre
responde a un juego dinámico y contradictorio de intereses. La realidad del poder
político es que siempre, en última instancia, son intereses puestos en juego y en
tensión en la sociedad. Esto significa que los actores sujetos, aun cuando existe
una desigualdad básica entre ellos -los que mandan y los que obedecen- se
someten a respetar y/o cumplir las normas dentro del orden político establecido, o
se niegan a ello, colocándose en una posición de contestación, rechazo,
desobediencia, protesta o resistencia. En la medida en que la realidad del poder
político implica potencial y objetivamente un elemento de conflicto, se infiere que
toda forma de poder contiene en sí misma alguna polaridad. La polaridad implícita
en el poder se manifiesta precisamente en el juego de intereses y fuerzas que lo
concretan, de manera que cada decisión y acción política siempre encuentra
alguna forma de reacción o contra acción, dando origen a un ámbito de polaridad,
en el que la oposición mutua que tiene lugar en las diferentes arenas constituye la
dinámica real del proceso político. En general, se supone que el poder político, en
cuanto disposición y voluntad de adoptar decisiones y de ejercer control e
influencia, tiene su propia capacidad para controlar, disminuir, canalizar e
institucionalizar las fuerzas e intereses contradictorios que operan en la realidad
del escenario político, tendiendo siempre a disminuir las tensiones y la polaridad
hasta niveles que no alteren la estabilidad y la continuidad del propio proceso
político y del sistema. Aún al interior de las polaridades que se originan en las
fuerzas e intereses que lo mueven, el poder político tiende siempre hacia la
estabilidad. En efecto, tener poder y especialmente, tener poder político implica el
significado social, individual y simbólico de ocupar una cierta posición –más o
menos visible- en el cuerpo social o en el sistema político. En la sociedad
moderna, el poder político es básicamente una combinación históricamente
determinada de información, recursos y fuerza. El poder y el poder político en
particular, reside y depende cada vez más, en las condiciones de la sociedad
moderna, en la calidad, pertinencia y cantidad de información disponible en el
proceso de toma de decisiones. De este modo, acaso el factor esencial que hace
posible la eficacia del poder político en los Estados y en los sistemas políticos
modernos, reside en la creciente información de que disponen, y que es
suministrada a los procesos de toma de decisiones que ejecutan las autoridades y
funcionarios, como se examina en otro capítulo.

1.5.4. Las ideas y aspiraciones en torno al poder.

En el trasfondo moral e ideológico del poder, y en especial, del poder político, se


encuentra la Historia, con su carga pasional y decantada de patrimonio cultural e
intelectual, con sus tradiciones arraigadas, con sus experiencias únicas e
irrepetibles, con sus vivencias cotidianas, sus gestos y sus lecciones. Las
interacciones políticas que se producen en el seno de la sociedad y del sistema
político, se nos presentan como motivadas por cuerpos de ideas, de doctrinas, de
ideologías, las que resultan ser finalmente estructuradas en programas y
estrategias.

1.5.5. El poder como factor motivador y articulador de las relaciones políticas.

Desde una perspectiva realista, el núcleo central y la razón profunda que explica
las relaciones políticas es el poder y los intereses que a él apuntan. Este criterio,
permite hacer una lectura de las ideas y aspiraciones que giran en torno al poder,
y sobre todo, permiten comprender el significado de las relaciones políticas. Así,
las relaciones políticas, es decir, las relaciones que se establecen entre los actores
que intervienen en las arenas políticas, encuentran su justificación profunda, en
los intereses que las mueven y esos intereses siempre y en última instancia,
apuntan al poder. Por cierto, que aquí reaparece la noción de asimetría. En efecto,
toda relación de poder es una relación social asimétrica, es decir, desigual y, por lo
tanto, al interior de las relaciones de poder se manifiestan, se reproducen o se
reflejan muy frecuentemente, las mismas asimetrías y desigualdades que existen
en otras esferas de la sociedad.

1.6.Las dimensiones simbólicas del poder.

El poder puede percibirse, manifestarse, identificarse, pero también hay en él


aspectos intangibles, que operan tanto en la esfera individual del ciudadano como
en la dimensión psico-social de la colectividad. El poder político, se rodea de
ciertos atributos exteriores que tienden a presentar a sus detentores bajo una
cierta aura y una distancia superior, respecto de los ciudadanos, y que la distancia
física y cultural de los detentores respecto de los sujetos o ciudadanos. Es
evidente que las estructuras de poder y quienes detentan el poder, y
especialmente el poder político, tienen la posibilidad de construir, elaborar,
dominar, controlar, diseminar, intoxicar y manipular la verdad, sobre todo por su
acceso a los medios de comunicación. Cuando se analiza los aspectos objetivos
de la sacralización del poder, en los sistemas políticos modernos, se comprende
que el poder resulta ser una realidad difusa en toda la sociedad, que no opera
como una propiedad sino como una estrategia, es decir, como algo que está
permanentemente en juego en el sistema político, de donde resulta que siendo el
Estado el lugar principal donde éste se concentra, se trata también de un efecto de
conjunto que sintetiza muchas formas de poder. De aquí se desprende que el
poder no es solamente una condición política cuya función es reprimir, ocultar o
impedir, sino que también produce lo real, produce actos y hechos objetivos,
decisiones y comportamientos, a través de la normalización y control invisible de
los individuos. Lo más insidioso en el poder político moderno, consiste en el hecho
objetivo y subrepticio de que los ciudadanos en sí mismos no perciben
inmediatamente que están siendo regulados, vigilados, controlados, ordenados
por una maquinaria de poder estatal y societario. El fenómeno de la sacralización
del poder constituye una de las realidades psico-sociales más relevantes del
proceso político en las sociedades modernas. Este es un concepto que trata de
describir los fenómenos de ocultamiento y distanciamiento que existe entre
quienes toman las decisiones políticas fundamentales, y el resto de la ciudadanía.
De este modo, los procesos de toma de decisiones, en las esferas de poder claves
o nudos decisionales principales, tienden a devenir opacos a la opinión pública o
al escrutinio ciudadano, lo que de alguna forma tiende a relativizar las
dimensiones de legitimidad del sistema político.

1.7.LA BUROCRACIA Y EL PODER DE LA ADMINISTRACION.

1.7.1. La política del poder.

La política del poder. En la perspectiva realista de la Ciencia Política, el poder ha


de ser visto no sólo como una suma de facultades y atribuciones de que goza un
individuo al interior de una estructura o institución, sino básicamente como una
forma más o menos diseminada de relación social y de dominación que -en la
realidad objetiva- se basa en el cálculo frío y pragmático a partir de los hechos
concretos, y en el uso racional de la información y los recursos, para obtener el
logro de ciertos intereses. La Política del poder opera mediante una organización
cada vez más disciplinada, rigurosa y eficaz de las prácticas políticas. La Política
del poder es siempre altamente sensible al factor tiempo, y por eso es en esta
dimensión planificadora y de permanente evaluación y juicio, donde la Política del
poder se manifiesta más evidentemente, como cálculo y pronóstico. Para un
enfoque realista, la esencia de la Política es el poder, y la esencia del poder
político consiste en conducir la fuerza, la inteligencia, los medios y las
capacidades, tras un objetivo, una meta, una idea, pero en términos que siempre
implican calcular los efectos de las decisiones y los actos propios y ajenos, no a
partir de las declaraciones, las intenciones o la retórica de los actores políticos,
sino en función de los hechos concretos, de las decisiones y de los actos, o sea de
las conductas objetivas, y de manera de poner en juego –o sea, de utilizar- toda la
información necesaria y útil y los recursos disponibles, con el propósito de obtener
la realización de determinados intereses. En la perspectiva realista de la Política y
del ejercicio del poder, los intereses son -al mismo tiempo- el valor que tiene en sí
un bien político determinado, y representan el beneficio objetivo que se obtiene, o
que se pretende obtener, de una acción o de una posición. Según la Política de
poder, lo que mueve en realidad a los actores políticos son los intereses, y
especialmente, los intereses de poder. Esto quiere decir, en términos del
pragmatismo realista que aquí se postula, que en el juego real de la Política el que
tiene el poder siempre tiende a usarlo, y quién no lo tiene, tiende a obtenerlo.

1.7.2. El poder del aparato burocrático.

Por ello, desde la perspectiva realista aquí adoptada, la burocracia es el poder del
funcionariado. La burocracia es una categoría social y cultural específica y
profesionalizada, que desempeña las funciones de gestión al interior de la
Administración del Estado, y que, en virtud de dicha posición, adquiere ciertos
rasgos de poder e influencia. En la sociedad y en el Estado modernos, la
burocracia establece nexos profesionales y sociales con la clase gobernante y la
clase política, por lo que esta categoría de empleados públicos guarda una
estrecha vinculación de interdependencia con las esferas políticas de poder. El
poder y la influencia de la burocracia estatal moderna, se ejerce realmente, por la
vía de la gestión administrativa cotidiana de los asuntos y problemas sometidos a
su decisión, por la función de implementación de las Políticas Públicas que le
corresponde realizar, y a través de las tareas de asesoramiento profesional,
técnico y especializado que desempeñan al interior de los servicios e instituciones
del Estado. En la lógica jerarquizada e impersonal con la que opera la burocracia
en las administraciones modernas, es donde mejor se puede intuir el principio de
la Razón de Estado.
1.8.EL PODER EN LAS ORGANIZACIONES. ELEMENTOS PARA UNA MICRO-
SOCIOLOGIA DEL PODER.

La moderna Ciencia Política, y el enfoque realista de la Política y el poder aquí


adoptado, reconocen y parten de la premisa que toda organización humana puede
ser analizada y comprendida desde el punto de vista del poder. Para comprender
ésta lógica que subyace en toda organización, hay que partir de la noción de que,
desde el punto de vista del poder, toda organización es una estructura piramidal, o
tiende a adoptar una estructura piramidal, en la que unos pocos individuos o uno
de ellos, asumen las posiciones de poder en la cúspide de la estructura mientras
el resto de los componentes se diseminan en los demás niveles intermedios e
inferiores de la organización.

1.8.1. El contenido del poder en las organizaciones.

Desde el punto de vista de la Ciencia Política moderna, se entiende que la


autoridad está implícita en la posición que un individuo ocupa en la estructura
jerárquica de la organización, Al interior de toda organización, es posible hablar de
una efectiva institucionalización cuando ella se organiza en una estructura de
poder y de autoridades, de manera tal que cada relación social e interpersonal y
cada interacción entre la organización y su entorno externo lleva implícito el
ejercicio de un poder.

1.8.2. Las fuentes del poder en la organización.

Fuentes del poder en la organización. Es aquel que adquiere y posee un individuo


al interior de una organización, como consecuencia de los méritos, calidades,
desempeño, prestigio y posición que éste tiene entre sus componentes. Es la
capacidad que tiene un individuo para dispensar recompensas, estímulos o
premios al desempeño, al cumplimiento, a la obediencia, y tiene por finalidad
sustentar el poder legitimado de quién dirige. Puede definirse como la capacidad y
habilidad que tiene un individuo dentro de la organización, para lograr obediencia
mediante el temor, la amenaza o mediante la aplicación de sanciones o castigos.
Este es el poder del que se impone por el peso de su autoridad jerárquica. Puede
considerarse como poder referencial al que emana de las condiciones propias de
personalidad, liderazgo, estilo y autoridad moral de alguien. Se trata de una suma
única e irrepetible de cualidades personales, reconocidas por el resto de los
integrantes de la organización, cualquiera sea la posición que dicho individuo
ocupe en la pirámide jerárquica.

Pero ¿qué hay de aquel que busca deliberadamente el poder?

Al interior de las organizaciones es donde más frecuentemente puede percibirse,


por su cercanía cotidiana, el fenómeno de la necesidad de poder. Siempre hay
individuos, cuyos comportamientos se guían por el deseo irrefrenable de escalar
en la estructura jerárquica, es decir, por la necesidad de adquirir y conservar una
cierta cuota de poder. Desde una perspectiva estrictamente politológica, debe
reconocerse que todo individuo dentro de una organización posee una cierta dosis
de autoridad e influencia. Se habla de una cuota de poder. Cuota de poder es el
ámbito específico de atribuciones y decisiones de que dispone un individuo dentro
de una organización, cualquiera sea su posición en la estructura jerárquica.
Naturalmente, mientras más elevada sea la posición que un individuo tiene dentro
de la pirámide organizacional, mayor es la cuota de poder que le corresponde,
pero también es mayor el ámbito de responsabilidades a las que tiene que hacer
frente, en virtud del ejercicio de dicho poder. Aun cuando este análisis se sitúe en
las fronteras exteriores del problema ético del poder, es necesario asumir que a
una mayor autoridad corresponde un mayor poder, y a una mayor cuota y posición
de poder, corresponde siempre una mayor responsabilidad personal e
institucional. El deseo de influir en los demás, puede operar como un factor
dinamizador del liderazgo y del desempeño individual y colectivo, pero también
puede ser un factor paralizante o retardatario de las iniciativas y las sinergias
colectivas. Pero ¿de dónde emana el poder en las organizaciones? Unas, emanan
de la dinámica misma de funcionamiento de la organización, de las características
específicas de los individuos que la componen. El poder de la información es una
de las claves del funcionamiento de las organizaciones modernas. Tener acceso a
la información relevante, proporciona poder dentro de toda organización. Una
lectura de la posición o cuota de poder que un individuo tiene dentro de la
pirámide organizacional debe comenzar por una lectura de la cantidad y calidad de
la información de que dispone para el ejercicio de sus funciones. Se trata tanto de
la capacidad para obtener información relevante, como de la habilidad para utilizar
la información con eficiencia a fin de apuntar a un mejor y más eficaz desempeño
del grupo, del equipo y de toda la organización. Quién posee el manejo o control
de la información, de la información-primicia y de la información clave, posee el
recurso fundamental para el proceso de toma de decisiones. Cuando se habla de
poder decisional dentro de una organización, debe entenderse tanto la habilidad
para tomar decisiones oportunas y eficaces, como la capacidad de conocer y
controlar todo el proceso organizacional, lo que supone una visión que abarca a
toda la estructura en funcionamiento. El poder decisional afecta directamente al
funcionamiento de la organización y de sus equipos y unidades de trabajo, en la
medida en que se trata de disposiciones cuyo cumplimiento aseguran la
continuidad de la organización y su no-cumplimiento puede conducir a la parálisis,
la distorsión de los fines o los errores. Las decisiones constituyen las herramientas
operacionales básicas del ejercicio del poder y de la autoridad en toda
organización. Es importante subrayar que el poder decisional se encuentra en una
virtual polaridad con el poder de ejecución de los individuos que componen el
equipo, la subunidad o toda la organización. Cuando ello no sucede, la eficacia
está en crisis o cuestionada, y la organización se resiente en su desempeño. Los
individuos de una organización tienen así la facultad para cumplir exactamente las
instrucciones recibidas, o para retardar su cumplimiento, o para limitarse a
ejecutar las órdenes sin agregar más trabajo o energía, o para sumar
creativamente su esfuerzo al del equipo en un esfuerzo colectivo e integrado que
incorpora las individualidades.

1.8.3. Las dinámicas del poder en las organizaciones.

En toda organización, el poder se manifiesta en la forma de redes dinámicas de


dependencia e influencia. Cuando el poder y la autoridad tienden a personalizarse
dentro de la pirámide organizacional, es más fácil que se produzca alguna forma
de manipulación persuasiva, en función de la cual los individuos que ejecutan las
órdenes e instrucciones pueden tender a asociar y confundir estrechamente, los
logros y fines de la organización con las autoridades o líderes que las dirigen. En
la mayoría de los casos, sin embargo, la legitimidad de quienes dirigen la
organización sustenta y hace posible una vinculación psicológica que los
individuos hacen, entre los logros alcanzados por el equipo o por toda la
organización, con las cualidades y liderazgo de quienes dirigen. Existe también un
flujo ascendente del poder en cuanto retroalimentación entre las esferas directivas
y operacionales de la organización. Cuando un individuo, o un equipo retarda el
cumplimiento, paraliza el flujo de órdenes e instrucciones, o actúa distorsionando
el sentido o alcance de dichas decisiones, no solamente está ejerciendo su poder
ascendente , sino que está poniendo de manifiesto las fallas orgánicas que
subyacen, está reflejando los problemas de legitimidad y reconocimiento que
existen respecto de quienes dirigen, está evidenciando las fallas de comunicación
en la estructura orgánica, o está anunciando problemas de autoestima y
compromiso con los fines, tareas y misiones de la organización. El poder y la
influencia de un determinado grupo de amigos dentro de la organización, de un
equipo profesional especializado, de un área estratégica para el funcionamiento
operativo, o de un departamento dotado de información y recursos importantes,
puede operar también en términos de generar sinergias positivas o negativas para
toda la estructura. El poder grupal dentro de la pirámide organizacional tiende a
radicarse en los equipos de trabajo productivo o en los equipos administrativos
que manejan los recursos claves para la implementación de las tareas de la
organización. En toda organización, subyacen al mismo tiempo, el consenso
básico, es decir, los motivos esenciales y profundos que justifican y dan
continuidad a la organización, y el conflicto, o sea, el enfrentamiento visible o
invisible de intereses personales y/o grupales dentro de ella. Los grupos y focos
de poder que se forman dentro de la organización tienden a defender sus
intereses, sus espacios de influencia y ámbitos de atribuciones, como si fueran
territorios exclusivos. De esta defensa de espacios jurisdiccionales, surgen
numerosos comportamientos defensivos, que se traducen en tácticas de evasión
de la acción, de evasión de la responsabilidad o de evitamiento del cambio, y a
través de las cuales, los individuos y los grupos internos de la organización
generan zonas exclusivas donde defienden sus atribuciones, sus recursos y sus
cuotas de poder. Desde una perspectiva realista, el conflicto dentro de una
organización es una realidad objetiva, permanente y latente. El conflicto interno
aquí, puede ser comprendido como un revelador sistémico, es decir, como un
síntoma exterior de un fenómeno, carencia o deficiencia organizacional más
profunda o estructural, o como una coyuntura de crisis ineludible, de la cual puede
salir una resolución positiva para el fortalecimiento de la organización y de las
relaciones interpersonales dentro de ella. En muchos casos también, el conflicto
externo, es decir, la confrontación abierta o latente entre la propia organización y
algún agente exterior, se constituye en un poderoso factor catalizador de la
cohesión interna, el sentido de pertenencia y la dinámica movilizadora del grupo.
Aquí intervienen otros factores en la dinámica del poder en la organización, uno de
los cuales, es el liderazgo.

En el ámbito político actual, los partidos políticos juegan un papel fundamental en


la dinámica política, ya que representan una organización estable y estructurada
de individuos que buscan y ejercen el poder político. Estos partidos desempeñan
diversas funciones, como la intermediación entre la clase política y la sociedad, la
formación de opinión pública, el reclutamiento de candidatos y la participación en
la elaboración de políticas públicas.

Sin embargo, la realidad contemporánea ha llevado a la crisis de los partidos


políticos tradicionales, afectando su cohesión y capacidad de representación
ciudadana. La modernidad ha generado un distanciamiento entre los líderes
políticos y la sociedad, lo que ha llevado a un enfoque más mediático y centrado
en la imagen en lugar del contacto personal. Además, la individualización de la
ciudadanía ha llevado a que los partidos políticos se conviertan en meras
maquinarias electorales o agencias de empleo, en lugar de entidades
representativas de ideologías y valores.
Por otro lado, los movimientos sociales también han emergido como actores
políticos relevantes, al convertir sus demandas en temas de la agenda política y
pública. Sin embargo, la transición de los movimientos sociales a fuerzas políticas
organizadas no siempre es fluida, ya que estas dos formas de organización
difieren en cuanto a sus objetivos, estructuras y estrategias.

Los movimientos sociales, en su lucha por resolver demandas insatisfechas, a


veces recurren a la protesta masiva y la violencia, lo que refleja un malestar social
y un fracaso del sistema político para abordar los problemas subyacentes. A
medida que la sociedad se moderniza, la brecha entre los movimientos sociales y
los partidos políticos se amplía, lo que dificulta la traducción directa de adhesiones
sociales en apoyo político o electoral

EL ESCENARIO POLITICO

El escenario político se comprende como un proceso dinámico complejo en el que


diferentes eventos y situaciones están interconectados, algunos actuando como
causa y otros como consecuencia. Este proceso político es el trasfondo en el que
se desarrollan los hechos y fenómenos de la política cotidiana, que involucra tanto
la micro-política como la macro-política.

Para analizar este proceso, se utiliza el concepto de coyuntura política, que se


refiere a un momento específico en el proceso político en el que convergen
tensiones, líneas de fuerza y actores políticos. La coyuntura política se examina a
través de la observación de los principales hechos políticos, los aspectos
comunicacionales y la correlación de fuerzas entre los actores, sus estrategias y
tácticas, así como su capacidad de traducir declaraciones en acciones concretas.

Es fundamental distinguir entre los hechos principales y los eventos secundarios


dentro de una coyuntura política, ya que estos últimos pueden contener factores
de azar que podrían desencadenar crisis o alterar el curso del proceso. Cada actor
político e institucional pone en juego sus recursos materiales, humanos y
simbólicos, lo que resulta en una compleja correlación de fuerzas en la dinámica
política.
A pesar de que se pueda percibir que el proceso político se rige exclusivamente
por la racionalidad de los actores, la realidad muestra que los procesos políticos a
menudo se ven influenciados por la irracionalidad de las decisiones y acciones de
los actores, así como por elementos impredecibles como el caos, la improvisación
y el azar.

En cuanto a la institucionalización de las fuerzas políticas, se plantea la cuestión


de por qué algunas adquieren poder y se estructuran de manera jerarquizada y
burocratizada, mientras que otras permanecen en un estado menos organizado.
Se sugiere que esto se debe a una combinación de factores ideológicos, sociales,
históricos y culturales complejos, así como a la adopción de prácticas políticas
habituales que gradualmente se institucionalizan a lo largo del tiempo.

En resumen, la comprensión del escenario político implica tener en cuenta la


dinámica de la coyuntura política y la correlación de fuerzas, así como el papel de
la institucionalización en el desarrollo de los procesos políticos y la consolidación
de las estructuras políticas y partidarias.

EL LIDERAZGO EN POLÍTICA: PODER Y PERSUASIÓN

El liderazgo político es un fenómeno persistente en la historia humana y se


categoriza en distintos tipos, que incluyen líderes carismáticos, expertos y
autoritarios, así como líderes emergentes, tradicionales y decadentes. Además, se
identifican líderes sociales, culturales, intelectuales y organizacionales según su
rol en la sociedad.

En la sociedad moderna, los líderes políticos deben tener ciertas características


distintivas, como la capacidad de conducción, la legitimidad social y moral, la
presencia pública y mediática, la eficiencia ejecutiva y una visión política global. La
información y el dinero son recursos clave para el ejercicio del poder político, lo
que destaca la importancia de manejar estos recursos de manera efectiva para
obtener y mantener el poder.

La construcción de la imagen pública es crucial para los líderes políticos en la


política actual. La imagen pública es el resultado de la interacción entre las
acciones del líder y las percepciones del público, y su mantenimiento requiere
esfuerzos comunicativos constantes. Los líderes políticos exitosos comprenden los
mecanismos del poder y tienen la habilidad de anticipar los efectos de sus
decisiones y acciones.

LAS DINÁMICAS DEL CONFLICTO Y DEL CONSENSO EN POLÍTICA

El conflicto en el ámbito político refleja tensiones y desacuerdos que surgen de


diferencias en intereses, valores y perspectivas entre actores políticos. A menudo,
estos conflictos se derivan de problemas arraigados en la estructura social, como
la desigualdad, la injusticia percibida y la competencia por recursos limitados. La
teoría de juegos, utilizada para analizar el conflicto, reconoce la racionalidad de los
actores involucrados y sugiere estrategias para la toma de decisiones basadas en
la comprensión de las posibles acciones y reacciones de cada parte.

La gestión de crisis política implica un enfoque multifacético que abarca desde el


control de mando hasta la comunicación estratégica efectiva. Durante una crisis,
los líderes políticos y estratégicos deben ser capaces de ejercer un control estricto
sobre las fuerzas en juego y mantener una comprensión clara de la información
relevante. La comunicación fluida y precisa se convierte en un elemento vital para
evitar malentendidos y escaladas de conflicto, ya que las percepciones mutuas
pueden influir significativamente en la evolución de la situación.

La comprensión de las fases de una crisis, desde su sincronización hasta la


resincronización, permite a los líderes políticos y estratégicos anticipar los posibles
puntos críticos y trabajar hacia la resolución eficaz de los conflictos incertidumbre.
Durante una crisis, la y la presión de tiempo pueden complicar los procesos de
toma de decisiones, lo que subraya la importancia de contar con protocolos claros
y sistemas de comunicación robustos.

En última instancia, la gestión exitosa del conflicto político implica un enfoque


holístico que considera no solo las dimensiones estratégicas y diplomáticas, sino
también las percepciones y las emociones involucradas. La promoción del
consenso requiere la comprensión de las preocupaciones y aspiraciones de todas
las partes, así como la capacidad de generar soluciones que aborden de manera
efectiva las causas subyacentes del conflicto. La resolución pacífica de los
conflictos políticos contribuye en gran medida a la estabilidad y al desarrollo
sostenible de las sociedades.

El espectro y las gradaciones del conflicto.

El concepto del "espectro del conflicto" representa una comprensión profunda de


la diversidad de formas que pueden tomar los conflictos en el ámbito político y
diplomático. La consideración de parámetros como la intensidad, la frecuencia y la
probabilidad de propagación es crucial para evaluar y analizar los diferentes tipos
de conflictos que surgen en la esfera internacional. A través de esta lente, los
actores políticos pueden adquirir una mejor comprensión de la dinámica de los
conflictos y adaptar sus estrategias en consecuencia. La comprensión del espectro
del conflicto proporciona un marco de referencia esencial para evaluar la situación
en un escenario político dado y permite una toma de decisiones más informada y
eficaz.

En cuanto a las estrategias de diálogo y negociación, su importancia radica en su


capacidad para fomentar el entendimiento y la cooperación entre las partes en
conflicto. La negociación se convierte en un terreno fértil para alcanzar
compromisos mutuamente beneficiosos, y su efectividad radica en la habilidad de
los actores involucrados para separar sus intenciones declaradas de sus intereses
reales. La aplicación de tácticas y estrategias específicas durante las
negociaciones es esencial para mantener el equilibrio y lograr resultados
favorables para todas las partes. Estas tácticas pueden incluir maniobras de
regateo cuidadosamente calculadas, la construcción de acuerdos que sean
mutuamente beneficiosos y la prevención de un clima de confrontación que podría
afectar negativamente el proceso de negociación.

Además, la fase posterior a la negociación es de suma importancia, ya que implica


el cumplimiento y la verificación de los acuerdos alcanzados. La transparencia y la
integridad en la implementación de los acuerdos son fundamentales para
establecer la confianza y mantener relaciones duraderas entre las partes
involucradas. El grado de cumplimiento de los acuerdos y el seguimiento efectivo
de su implementación son indicativos del compromiso de los actores con la
resolución pacífica de los conflictos y contribuyen a una mayor estabilidad y
cooperación a largo plazo.

La violencia en la Política: la gramática y la retórica de la fuerza

El conflicto, considerado esencial en los procesos políticos, puede emplear la


violencia y la fuerza como medios útiles bajo ciertas condiciones históricas,
políticas y culturales. Estos elementos conducen a una "gramática de la fuerza",
donde la violencia se justifica por sí misma como una herramienta coercitiva de
imposición. En el ámbito político, la fuerza se usa como una opción para asegurar
el orden y la autoridad del Estado, atravesando la historia en diversas formas
como guerras, revoluciones y crímenes.

Además, la retórica de la fuerza proporciona un discurso justificativo que otorga


ciertos fines superiores a la violencia, incluso denominándola "violencia legítima"
cuando es ejercida por el Estado. Las ideologías políticas justifican y adaptan los
medios a sus fines, lo que conduce a una polaridad en la que los otros se perciben
como enemigos, anticipando y preparando enfrentamientos físicos y verbales.

La gobernabilidad y la ingobernabilidad son polaridades complementarias en la


política. La gobernabilidad, generalmente predominante, se basa en la capacidad
del sistema político para mantener el flujo de decisiones y su relación con la
sociedad. Por otro lado, la ingobernabilidad es una disfunción coyuntural en la que
se cuestionan las bases del poder. La gobernabilidad se sostiene en condiciones
de oportunidad, efectividad, aceptabilidad, eficiencia y coherencia, con la meta de
lograr la estabilidad de las instituciones y el sistema político.

En situaciones de ingobernabilidad, las crisis sistémicas se desarrollan cuando las


bases institucionales y políticas carecen de consensos básicos, generando
inestabilidad y desestabilización. La violencia política puede desencadenar una
crisis de gobernabilidad al generar condiciones de inseguridad y pérdida de
control. La ingobernabilidad, aunque transitoria, requiere la capacidad del sistema
político para recuperar el control y la hegemonía.

Gobernabilidad, ingobernabilidad y legitimidad del sistema político

El problema de la gobernabilidad de los sistemas políticos se relaciona


estrechamente con la legitimidad del sistema en sí. La legitimidad implica que la
sociedad atribuye su adhesión y respaldo moral al sistema político y sus
autoridades, en base a su capacidad de gestión y respuesta a las demandas
sociales. La ilegitimidad en el sistema puede llevar a escenarios de
ingobernabilidad, aunque no hay una relación directa de causalidad entre ambos.

Además, los procesos políticos tienen una determinación histórica y geográfica, lo


que define sus límites y alcance. La Política se desarrolla en un espacio
geográfico determinado, donde actores y estrategias se entrelazan en la búsqueda
y el ejercicio del poder. Aunque la globalización ha impulsado la deslocalización, el
ser humano sigue arraigando su poder en un espacio físico, lo que conduce a la
territorialización del poder y la dominación.

La territorialización es un proceso histórico complejo en el que los grupos


humanos adquieren, controlan y dominan espacios geográficos específicos,
convirtiéndolos en sus territorios distintivos. Este proceso implica factores
materiales, inmateriales, humanos y culturales, y va de la mano con la
conformación de la cultura y la identidad de la comunidad. Asimismo, el poder
político tiende a territorializarse en un espacio geográfico determinado, marcando
límites y fronteras con otros actores políticos y estableciendo redes de
dominación, control y soberanía.

En la territorialización del poder y del Estado, se zonifican los espacios, se


distribuyen atribuciones y se establecen centros de poder y periferias. Los
ciudadanos adquieren una percepción consciente de la propiedad y pertenencia
territorial, asociando la noción de nación o estado con el territorio ocupado. La
lógica territorial del Estado se materializa a través de redes complejas de nodos y
ramas, orientadas hacia la consecución de metas estratégicas y fines últimos que
se relacionan con la razón de Estado y la construcción territorial de la política.

EL ESPACIO PUBLICO Y LAS DIMENSIONES COMUNICACIONALES DE LA


POLITICA.

El texto destaca la estrecha interdependencia entre la política y los procesos


comunicativos en la sociedad contemporánea. Se enfoca en el papel crucial del
espacio público como un ámbito donde se intercambian significados, estrategias,
imágenes y retóricas en la búsqueda de intereses políticos. Los medios de
comunicación y los líderes de opinión desempeñan papeles fundamentales en la
conformación de la opinión pública y la generación de agendas políticas.

El espacio público se presenta como una arena dinámica donde los actores
políticos y sociales intercambian mensajes y discursos que influyen en la
formación de opiniones y actitudes políticas. Los líderes de opinión, tanto políticos
como de otros ámbitos sociales, tienen un impacto significativo en la conformación
de la opinión pública. Además, se destaca la influencia de los medios de
comunicación globales en la configuración de la agenda política, con la
introducción de temas de interés mundial en los debates nacionales.

La opinión pública se considera un conjunto de temas socialmente construidos y


compartidos que influyen en las percepciones y actitudes de los ciudadanos hacia
la política. La interacción entre el Gobierno y los medios de comunicación se
examina a través de la agenda de Gobierno y la agenda de prensa, que reflejan
los temas prioritarios para la autoridad y los temas destacados por los medios de
comunicación, respectivamente. La agenda ciudadana también juega un papel
importante al influir en las demandas y preocupaciones de la sociedad civil, que a
su vez se reflejan en la esfera política.

Las herramientas de la persuasión política

se centra en la importancia de la comunicación y la persuasión en el ámbito


político moderno. Se destacan dos herramientas fundamentales de la persuasión
política: las políticas y las estrategias comunicacionales. Se enfatiza que estas
estrategias deben estar en consonancia con los objetivos políticos generales y
específicos a largo plazo.

Se menciona que la persuasión política tiene como objetivo principal lograr la


adhesión y comprensión de la ciudadanía, y que, para lograrlo, se utilizan cuatro
elementos esenciales: el comunicador, el mensaje, el canal y la audiencia. Se
subraya la importancia de la credibilidad del emisor, la combinación equilibrada de
razón y emoción en el discurso político, así como el uso estratégico de diferentes
canales de comunicación para llegar a la audiencia de manera efectiva.

Además, se discute la relación entre el Estado y la sociedad civil, y se destaca la


importancia de la participación ciudadana en la resolución de problemas y
demandas sociales. Se menciona que la información pública y la legitimación
política son fundamentales para fortalecer la relación entre el Estado y los
ciudadanos, y se resalta la importancia de la comunicación política en la
construcción de la legitimidad de las autoridades.

En general, el texto hace hincapié en la importancia de la comunicación


estratégica y la participación ciudadana en el ámbito político, así como en la
relevancia de la información y la transparencia para fortalecer la relación entre el
Estado y la sociedad civil

"LA RELACION ESTADO - PARTIDOS POLITICOS" se centra en la importancia de


los partidos políticos como mediadores entre la sociedad civil y el Estado en los
procesos de toma de decisiones. Se destaca que, en la era moderna, otros
actores como las empresas, las organizaciones sociales, sindicales, religiosas y
no gubernamentales también han asumido roles de intermediación. Se subraya
que los partidos políticos continúan desempeñando un papel de cooptación y
proporcionando personal especializado para la Administración y el aparato
burocrático del Estado.

Además, se discute la formulación e implementación de políticas públicas y se


argumenta que la toma de decisiones en este ámbito implica complejos procesos
que involucran la resolución de problemas y demandas de la sociedad. Se hace
hincapié en que las políticas públicas son herramientas políticas y
procedimentales mediante las cuales el Estado intenta resolver los problemas y
satisfacer las demandas de la sociedad. Se enfatiza la importancia de considerar
la realidad y los límites materiales y políticos al desarrollar y ejecutar políticas
públicas.

En general, el texto destaca el papel fundamental de los partidos políticos como


mediadores entre la sociedad y el Estado, así como la importancia de las políticas
públicas como herramientas para abordar las necesidades y demandas de la
sociedad.

"LA RELACION PARTIDOS-SOCIEDAD CIVIL" se centra en los procesos y arenas


electorales, resaltando la importancia histórica de las elecciones en el contexto de
las democracias modernas. Se destaca que las elecciones no solo son
mecanismos de designación y legitimación de la dirigencia política, sino también
momentos de intensidad y concentración del discurso político en el espacio
público. Se enfatiza que las elecciones representan una encrucijada política en la
que se disputan cargos de autoridad y posiciones de poder.

Se subraya que las elecciones son instancias privilegiadas en las que los partidos
políticos y la ciudadanía confrontan demandas y ofrecimientos, aspiraciones y
promesas en el espacio público. A pesar de la democracia inherente al sistema
político en el que se llevan a cabo las elecciones, se reconoce que las opciones
políticas presentadas están limitadas por el juego autorizado por el sistema.
Además, se destaca la importancia de los recursos y la información en el proceso
electoral, y se señala que una elección es un momento político en el que el
universo electoral manifiesta sus preferencias políticas a través de los candidatos.

"Las aspiraciones y demandas desde la sociedad civil y su impacto en los partidos


políticos" destaca el papel esencial de los partidos políticos como mediadores
entre la sociedad civil y el Estado. Se describe el proceso en el que los partidos
políticos reciben, sintetizan y reelaboran las aspiraciones y demandas de los
ciudadanos para llevarlas a las esferas del poder. Se subraya que este proceso no
es automático ni lineal, sino más bien un juego de negociación en el que tanto los
ciudadanos como los poderes estatales deben regular la intensidad y la amplitud
de sus reivindicaciones en función de los recursos disponibles.

Se enfatiza que los partidos políticos dan prioridad a las aspiraciones y demandas
de los sectores sociales, económicos y culturales que tienen una influencia política
y electoral significativa. Sin embargo, se reconoce que la pérdida de influencia de
los partidos políticos en la sociedad civil se debe a prácticas oligárquicas y a su
cercanía con el poder institucional, lo que los aleja de las dinámicas ciudadanas.

"LAS CATEGORÍAS DEL ANÁLISIS GEOPOLÍTICO" ofrece una visión integral del
análisis geopolítico, abordando las relaciones entre los espacios geográficos, las
unidades políticas y las dinámicas contemporáneas. Se destaca que el análisis
geopolítico opera a través de abstracciones y generalizaciones que surgen de la
observación de los fenómenos políticos, sociales, económicos y culturales. Se
enfatiza la importancia del territorio y su interrelación con el poder en el estudio de
las relaciones geopolíticas.

El texto identifica diversas categorías de análisis geopolítico, incluyendo factores


estructurales como el territorio, el espacio-tiempo, la posición y la escala del
espacio-territorio, así como factores dinámicos como las tendencias centrífugas y
centrípetas y la conciencia del espacio-territorio. Se subraya que el poder
impregna todas las facetas de los fenómenos geopolíticos y que la geopolítica es
la política del poder en la geografía.

"Los factores permanentes o estructurales del análisis geopolítico" se centra en la


problemática del espacio y su papel central en el análisis geopolítico. Hace una
revisión histórica de las ideas geopolíticas desde autores como Friedrich Ratzel y
Kjellen, resaltando su enfoque organicista y determinista en la conceptualización
del Estado y del territorio. Se subraya cómo estas visiones organicistas dieron
lugar a una geopolítica estatista y belicista en la que el Estado se concebía como
una entidad biológica.

El texto destaca las limitaciones de esta visión geopolítica, señalando su


incapacidad para interpretar la complejidad y la interdependencia del mundo
moderno y su falta de consideración por la complejidad de los sistemas sociales y
políticos. Asimismo, se aborda la noción de territorialización y su importancia en la
construcción de la identidad y la cultura de los grupos humanos.

Se resalta la idea de que la geopolítica moderna reconoce al espacio como un


factor estructural de poder y como un territorio donde tiene lugar la presencia y la
dominación humanas. Además, se menciona la transformación de la noción
tradicional de espacio geopolítico debido a la globalización y la importancia
creciente de los espacios cibernéticos y extra-atmosféricos en el ejercicio del
poder y el control global.

"La implosión del espacio geopolítico" plantea las transformaciones generadas por
la revolución informática en la concepción del espacio geopolítico. Se destaca
cómo el advenimiento de la tecnología informática y de los satélites ha
cuestionado las nociones geopolíticas convencionales. Se mencionan dos nuevas
dimensiones espaciales: el espacio cibernético o informático y el espacio
extraterrestre o sideral, que han complejizado la comprensión y la interpretación
del territorio.

Se resalta la noción de virtualidad como un criterio que reordena el espacio


geopolítico, lo que implica la inclusión de las dimensiones de extensión, anchura,
altura y profundidad, así como la permeabilización de los límites y fronteras físicas.
Este cambio en la concepción del espacio geopolítico relativiza la importancia
política y jurídica de dichos límites y fronteras.

"La implosión del espacio-tiempo" explora la noción de la relatividad del tiempo


propuesta por Einstein, que indica que el tiempo depende de las coordenadas
espaciales de referencia. Con la emergencia de los espacios virtuales cibernéticos
y siderales, se plantea una ruptura en la concepción tradicional del espacio y el
territorio en relación con el tiempo.

También se aborda la relación entre el espacio y el tiempo en el contexto de la


guerra y el conflicto. Se resalta la importancia del tiempo en la secuencia de
eventos y acciones de guerra, así como su relación con la postura defensiva y
ofensiva de los bandos en conflicto. Se destaca la influencia de la celeridad en el
desarrollo de la guerra, tanto en términos de despliegue como de toma de
decisiones.

Se menciona la relevancia del concepto de centro de gravedad en el cálculo


estratégico del espacio bélico, y se discute cómo este concepto determina el
despliegue de las fuerzas y las maniobras tácticas. Se subraya la importancia de
la profundidad estratégica del espacio y su papel en la ejecución de la maniobra y
se plantea que el espacio estratégico no es solo una entidad física, sino que está
determinado por el concepto estratégico que articula el teatro de la guerra. Se
resalta la influencia del tiempo en la toma de decisiones y el desarrollo de la
batalla, así como la creciente tendencia hacia la búsqueda de velocidad y
celeridad en la conducción de la guerra y el ritmo

Posición, centralidad y periferia

El lugar específico y relativo que ocupa un actor con respecto a otro y en el marco
de una estructura y jerarquización del poder.

Poder, potencia e intereses

Las escalas

El espacio y el territorio desde la perspectiva del tamaño o envergadura de la


acción y del alcance geoespacial de dicha acción o práctica.

Redes, líneas y puntos

El escenario geopolítico: las arenas del poder

Los factores dinámicos del análisis geopolítico

Tendencias centrípetas y tendencias centrífugas

Conciencia y representación del espacio-territorio

la percepción del lugar de un actor político en la escena internacional y destaca


cómo estas percepciones dependen de la cultura, la voluntad política y geopolítica
del estado, y la imagen internacional que ha logrado establecer. Se plantea que la
conciencia del propio espacio determina la representación que se forma de este y
la construcción del territorio se realiza tanto en el plano material como en el
simbólico.Se discuten las premisas geopolíticas básicas para comprender el
proceso de construcción del territorio, destacando la importancia de la
organización del espacio, la creación de caminos y redes de relaciones. Se señala
que la delimitación de fronteras desempeña un papel crucial en la afirmación de la
identidad grupal frente a otras identidades

Las áreas de influencia Las relaciones entre los actores políticos internacionales

tienen lugar en un contexto caracterizado por la complejidad de las influencias y


determinaciones que mutuamente se producen entre ellos. La diferencia de
potencial de cada actor, sin embargo, da origen a espacios geopolíticos en los que
los actores dotados de mayor potencia y voluntad, actúan de manera que los
resultados de dichas acciones conducen a establecer ámbitos donde su influencia
económica, política, cultural o estratégico-militar, se hace más o menos visible.
Las areas de influencia constituyen una dimensión más o menos opaca del juego
de las relaciones internacionales, más fácilmente discernibles por las conductas
de los actores, que por la retórica con la que justifican dichas conductas.

la dinámica de autonomía, interdependencia y dependencia en los procesos


políticos, económicos y culturales a nivel internacional. Se destaca la asimetría
como un elemento estructural fundamental en las relaciones geopolíticas. Cada
actor político tiende a buscar la máxima autonomía posible en la provisión de
recursos y a reducir la dependencia de otras unidades políticas.

Se establece que la estructura de las relaciones geopolíticas se mueve en un


continuo que abarca la autonomía absoluta, la interdependencia y la dependencia
absoluta. Se señala que la dualidad entre autonomía y dependencia se refiere a la
dotación real y potencial de recursos que permiten a cada unidad política acceder
a las arenas y lograr sus intereses.

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