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Teología Fundamental 2021

Cuestión 1: ¿Tiene sentido tener una religión?

Objeciones.

1. Hay mucha gente que no tiene religión y parece que no les afecta para nada.
2. Los medios de comunicación se interesan poco y nada por la religión. Y son un reflejo de la sociedad.
3. La religión es aburrida.
4. Las religiones imponen muchas reglas y límites que no permiten ser feliz.
5. La religión es para gente ignorante y crédula: hoy estamos en la época de la ciencia y de la razón.
6. Hay demasiadas religiones ¿cómo saber cuál elegir?
7. Incluso hay personas que matan y hacen guerras por motivos religiosos.
8. La religión rebaja la dignidad humana, sometiendo el hombre a Dios.
9. La religión es “opio de los pueblos” y narcotiza el impulso para hacer un mundo mejor.

Respuesta general

1. El deseo de Dios está escrito en el corazón del hombre (“El hombre busca a Dios...). (Ver CCE 27-
30).1
2. La felicidad humana no está en las cosas creadas (Ver CCE 1718-1719).
3. Las religiones creadas por el hombre:
1. Apertura a una posible revelación y comunión con Dios: “Llevan en sí mismas el eco
de milenios de la búsqueda de Dios...claman por el conocimiento pleno del misterio, que es
Cristo” (EN 53; ver CCE 56-58).2
2. Pero con muchas desviaciones: superstición, idolatría, magia (Ver CCE 2110-2117).
3. Valoración católica de las religiones creadas por el hombre (...y no lo encuentra”).
1. Textos básicos: Rm 1,18-28; 2,14-16; CCE 36-38 y 842-848.
2. Ver también: EN 53, LG 16, NA 1-2 (cf. CCE 843, 847, 842 y 2104).

Respuestas a las objeciones.

1. La tendencia religiosa humana es irrefrenable: quien no la canaliza bien, la canaliza mal, pues todos
tenemos un “valor supremo” en nuestra escala de valores, el cual es nuestro dios.
2. Los grandes medios de comunicación están “en manos de grupos de poder y al servicio de intereses
económicos, [y] a veces violan la intimidad, favorecen la anarquía y publicitan la violencia. Es aún más
grave cuando se erigen en jueces que juzgan y condenan, confunden y banalizan hasta lo más sagrado.
En desmedro de la verdad, relativizan todo y destruyen valores claves para la familia, la educación y el
pueblo.” (CEA, Navega Mar Adentro 26).
3. ¿Encontrarse con Dios es aburrido? Dios es la Vida Eterna, la Verdad Total y el Amor Infinito.
Buscar y encontrar a Dios (o “el Paraíso Perdido” o “la Fuente de la Vida”, etc.) es la mayor aventura
imaginable. Por otra parte, la gente se aburre con lo que no entiende... hasta que lo entiende (por ejemplo,
pasa con los deportes).
4. Los límites verdaderos que aconseja el verdadero Dios, resguardan la vida del hombre y su felicidad
(ver Gn 2-3). Vivir sin ningún tipo de límites lleva a la muerte (como pasa con las adicciones y
desenfrenos).
5. Lo veremos en la Cuestión 12: ¿Se puede ser creyente, sin dejar de ser pensante? La relación entre fe
y razón.
6. Lo veremos, sobre todo, en la Cuestión 6: ¿Dios le habló a la humanidad? y en la Cuestión 7: ¿Por
qué creer en Jesús (y no en Buda, Confuncio, u otro)?

1
La sigla CCE significa “Catecismo de la Iglesia Católica”. Las abreviaturas bíblicas son las usuales.
2
La sigla EN corresponde al documento de Pablo VI Evangelii Nuntiandi. Y las siglas LG y NA remiten a los
documentos del Concilio Vaticano II Lumen Gentium y Nostra Aetate, respectivamente.
7. Los primeros cristianos eran profundamente fieles a la enseñanza y al ejemplo de Jesús, se nos dice
que: “Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y
repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno... con un mismo espíritu, partían el pan
por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la
simpatía de todo el pueblo.” (Hechos 2, 44-47). Y también: “La multitud de los creyentes no tenía sino
un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre
ellos... y gozaban todos de gran simpatía. No había entre ellos ningún necesitado...” (Hechos 4, 32-34).
En todo esto eran fieles al ejemplo de Jesús quien dijo de sí mismo que “no ha venido a ser servido,
sino a servir y a dar su vida” (Marcos 10, 45), y al mandamiento nuevo de Jesús: “Les doy un
mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los
unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan
los unos a los otros”. (Juan 13, 35). Y Jesús no sólo establece un amor entre hermanos cristianos, sino un
amor incondicional y universal que abarca incluso a los “enemigos (ver Mateo 5, 43-48).
Y si hay cristianos incoherentes, siempre está el clarísimo modelo que es Jesús, que desautoriza esas
incoherencias. Pues el cristianismo es cristianismo por Cristo; no es cristianismo ni por Pedro, ni por
Pablo... y mucho menos por Judas.3
8. El máximo nivel que puede alcanzar la dignidad humana es la filiación divina... ¡somos hijos de
Dios! (cf. CCE 27b). Y esto nos libera de todas las esclavitudes: de la muerte –y del temor a la muerte
(Hb 2,15)–, del pecado y de la Ley (cf. Rom 5-7)... para vivir “en el Espíritu” (Rom 8); para vivir en la
Vida, la Verdad y el Amor (cf. todo el Evangelio de Juan).
9. La religión es motivación para hacer un mundo mejor. Pues, por una parte, Jesús nos enseña que sólo
sirviendo a los hermanos más necesitados podremos acceder a su Reino Eterno (Mt 25, 31ss)... lo cual
significa que en el cristianismo la mística y la moral son inseparables; y el núcleo de ambas está en las
virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Y, por otra parte, “todos estos frutos buenos de nuestra
naturaleza y de nuestra diligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su
mandato, los encontramos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados
cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal” (CCE 1050 citando GS 39,3).4

3
En cuanto al problema de las incoherencias de cristianos de otras épocas, en realidad, es más difícil de analizar de
lo que parece. Pues, si bien el evangelio siempre fue el mismo, los condicionamientos históricos de las distintas
épocas son muy difíciles de evaluar a distancia. No existe un método histórico que nos permita saber –
concretamente– cómo veía el mundo una persona de otra época. Y hay ejemplos recientes que nos muestran que la
humanidad es más precaria de lo que creemos.
4
GS remite al documento del Concilio Vaticano II Gaudium et Spes.

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