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Una nueva visión religiosa


del ser humano

Textos conciliares

GS 11: La fe orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas. La misión de la iglesia es religiosa y, por
lo mismo, plenamente humana.
GS 12: Todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del ser humano, centro y cima de todos ellos.
GS 13: El ser humano experimenta, por el pecado, una división íntima.
GS 14: El ser humano es una síntesis del universo material. Esta alcanza en aquél su cima. El ser humano no
debe despreciar la vida corporal.
GS 16: Dignidad de la conciencia moral. Por ella seremos juzgados. En ella comulgamos con los demás seres
humanos en la búsqueda de la verdad.
GS 17: Hoy se exalta la libertad con entusiasmo. Y con toda razón.
GS 18: La muerte, el máximo enigma de la vida humana. La iglesia afirma que el ser humano ha sido creado
para un destino feliz posmortal.
GS 19: Los creyentes también tienen su parte de responsabilidad en la génesis del ateísmo; han velado más que
revelado el genuino rostro de Dios.
GS 21: La iglesia ha de ser «fiel a Dios y a los seres humanos». El reconocimiento de Dios no se opone en
modo alguno a la dignidad humana. La iglesia sabe que su mensaje está de acuerdo con los deseos más profundos del
corazón humano.
GS 22: Jesús, el Ser humano Nuevo. La salvación por el misterio pascual alcanza a todos los seres humanos
aunque sea en forma sólo de Dios conocida.
GS 26: Crece la conciencia de la excelsa dignidad de la persona humana, de sus derechos y deberes universales
e inviolables. El fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del ser humano esta irrefrenable
exigencia de dignidad.
GS 41: No hay ley humana que pueda garantizar la dignidad personal y la libertad del ser humano con la
seguridad que comunica el Evangelio.
AG 12: Los cristianos han de vivir preocupados por el ser humano mismo.
NA 1: Los seres humanos esperan de las diversas religiones la respuesta a los enigmas recónditos de la
condición humana que hoy como ayer conmueven íntimamente su corazón.

Palabra de Dios

- Gén 1,26-27: Hagamos al ser humano a nuestra imagen semejanza.


- 1 Jn 4,7-8: El que ama conoce a Dios.
- Mt 25,31-46: Cada vez que lo hicisteis a uno de mis hermanos más pequeños, a mi me lo hicisteis.
- Col 1,15-16: El es imagen de Dios invisible. Por su medio fue creado el universo celeste y terrestre.

Cuestiones para el diálogo

- «También nosotros -y más que nadie- somos promotores del ser humano» (Pablo VI, el 7.12.1965, Discurso
de clausura del Concilio). Comentar esa frase.
- El ateísmo humanista sostuvo aquella célebre posición: «0 Dios o el Ser humano». ¿Por qué muchos ateos han
percibido una imagen de Dios que entraba como en rivalidad con el ser humano?
- «No creo en el Dios que pone semáforo rojo a las alegrías del ser humano» (Juan Arias). Comentar.
- «Tanto más santo te harás cuanta más violencia te hicieres» (Kempis). Comentar la imagen de santidad, la
imagen de Dios y la idea de mortificación que hay ahí encerrada
- «En lo que muchos ateos no creen es en un Dios en el que nosotros tampoco creemos» (Máximos IV en el
aula conciliar). Comentar.
- «Todo ser humano resulta para sí mismo un problema no resuelto» (GS 21). «El ser humano no será nunca del
todo indiferente ante el problema religioso» (GS 41). ¿Qué concepto de religiosidad está revelando ahí el Concilio?

Reflexión

1. El Concilio tiene una visión antropocéntrica. Pone al ser humano como centro y cima de todos los bienes de
la tierra (GS 12). En eso -dice- están generalmente de acuerdo creyentes y no creyentes. Hace una declaración solemne
de la dignidad de la persona humana, de su conciencia y de su libertad. Reconoce también su fragilidad y su división
íntima a causa del pecado. También la economía debe estar al servicio del ser humano (GS 64) y bajo su control (GS
65). Los cristianos deben vivir preocupados por servir al ser humano mismo (AG 12). Y se trata del ser humano entero,
de todo el ser humano, incluida su vida corporal, en la que también debe glorificar a Dios (GS 14). Quedan, pues, muy
lejos todas aquellas viejas actitudes antihumanistas, inadecuadamente teocéntricas, despreciadoras del mundo y del
cuerpo.
2. El Concilio declara la convergencia entre las aspiraciones del ser humano y las ofertas de Dios. «Su mensaje
está de acuerdo con los deseos más profundos del corazón humano» (GS 21). «El Señor es el punto de convergencia
hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y
plenitud total de sus aspiraciones» (G 45). Esta conciencia nueva, conciliar, nos sitúa a lo creyentes en la mejor postura
imaginable a lo largo de la historia para entablar un diálogo con el mundo, para evangelizar sin avasallar, para no ver de
forma pesimista el mundo de hoy, para unirse y colaborar con todos los seres humanos de buena voluntad.
3. Lo religioso queda situado en la profundidad del ser humano. El Concilio presenta una visión humanista de
lo religioso. Lo religioso no consiste en unas prácticas externas, ni en la simple aceptación de unas afirmaciones
teóricas teológicas... sino en el planteamiento fundamental de la vida de cara a la verdad y al amor, un planteamiento
que se decide en la zona profunda del ser humano, en su conciencia moral más íntima, allí donde todo ser humano
puede encontrar a Dios incluso creyendo no encontrarlo. Por eso, todo ser humano que lo sea verdaderamente y en
profundidad tiene un sentido religioso, incluso en el ateísmo explícito. Y por eso, la salvación mediada por Jesucristo
alcanza a todo ser humano más allá de las fronteras de la iglesia, aunque no podamos explicar ni conocer el modo
-«sólo de Dios conocido» (GS 22)- en que esto se produce.
4. El ateísmo es visto ahora con una nueva perspectiva. Ya no se adopta una postura condenatoria y negativa a
priori. Se admite que muchos seres humanos pueden estar honestamente en el ateísmo por rechazar precisamente una
imagen de Dios que debe ser rechazada, que también nosotros rechazamos. En la génesis del ateísmo, en efecto, los
creyentes podemos haber tenido no pequeña culpa, «en cuanto que, con el descuido de la educación religiosa, o con la
exposición inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos de nuestra vida religiosa, moral y social, hemos velado
más que revelado el genuino rostro de Dios y de la iglesia» (GS 19).

Examen

- ¿Sentimos que convergen las aspiraciones del mundo con las nuestras, con las de los cristianos? ¿O tenemos
una visión negativa del mundo de hoy?
- ¿Bajamos con suficiente frecuencia, en nuestra oración, al núcleo mismo de nuestra profundidad personal para
encontrarnos allí con Dios y con nosotros mismos?
- ¿He tenido alguna vez un diálogo profundo con una persona no creyente?
- ¿Qué cosas de las que han apartado tradicionalmente a mucha gente de la iglesia, siguen estando vigentes en
ella? ¿Qué nuevas cosas, en la actualidad, pueden estar siendo nuevas piedras de escándalo que aparten a la gente de la
fe en Cristo?
- ¿Qué idea tengo acerca de la mortificación corporal? ¿Tengo acaso en la práctica la idea de que Dios se alegra
con el sufrimiento humano?
- ¿Tengo a la persona humana y su dignidad verdaderamente en el centro de mi mundo mental y de mis
opciones vitales?

Conversión

- Hacer mío el giro antropológico que se ha registrado en la reflexión de la iglesia. Poner al ser humano en el
centro de mi esquema mental.
- Saber ver que detrás de muchos gestos humanos aparentemente simples hay una trastienda de significación y
sentido que brota de la religiosidad profunda del ser humano.
- No despreciar las creencias y prácticas religiosas sinceras de ningún ser humano.
- Saber que aun en el ateísmo explícito, si el sujeto es sincero, entran en juego valores religiosos. Saber desde la
fe que Dios no abandona a nadie lejos de su salvación.
- No añadir más mal al que ya hay en el mundo. No buscar nunca el dolor por el dolor. Cambiar de prácticas de
mortificación, si hace falta. Aceptar, eso sí, la cruz que nos venga impuesta por el hecho de oponernos al mal y a las
cruces de los que sufren.
- Dar gracias a Dios porque la conciencia de la dignidad humana está creciendo en el mundo.

Preces

- Por todos los seres humanos que no son respetados en su dignidad.


- Por los países en los que no se respetan los derecho humanos
- Por los que ponen sus beneficios por encima de la dignidad del trabajador.
- Por los que se hayan apartado de la fe por nuestro mal ejemplo.
- Por todos los ateos de buena voluntad, para que Dios los guíe.
- Para que en la iglesia respetemos también escrupulosamente los derechos del ser humano hasta el final.

Oración

Dios, Padre nuestro, que nos has hecho a tu imagen y semejanza, y que en Jesús nos has revelado total y
definitivamente nuestra dignidad más plena, ayúdanos a ser, a imagen y ejemplo de Jesús, verdaderos seres humanos
nuevos. Por J. N. S.

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