Está en la página 1de 13

Amando a Dios a Través del Servicio

Después de conocer a Dios, y experimentar cuanto El nos ama, el mismo Dios


derrama en nuestros corazones la gracia de ir amándole también. Dice la Palabra en
Oseas 11:4: “yo los atraía con gestos de amor” y como lo dijo el profeta Jeremias
20,7 : “me has seducido Señor y me deje seducir por Ti”.

¿Ahora que hacer con ese amor que hoy arde en nuestros corazones? Una forma de
corresponder a ese amor tan grande que Dios nos tiene, consiste primeramente, en
pedir las gracias necesarias para nuestra conversión, la de vivir según las Sagradas
Escrituras, y frecuentar los sacramentos que nos ayudan a fortalecernos y crecer
espiritualmente para no ofenderle más, para agradarle.

De la misma manera ese proceso de conversión y ese amor nos debe llevar al
hermano, al servicio, NO HAY FORMA DE AMAR Y SERVIRLE A DIOS SINO
ES A TRAVES DEL HERMANO, dice la palabra en 1 Juan 4:20 “Si uno dice yo
amo a Dios y aborrece a su hermano es un mentiroso”, es por eso que debemos
actuar y sumergirnos en la realidad del hermano, de la familia, de la comunidad.
Somos llamados a ser participes en crear el reino de Dios en el mundo, el reino del
amor. Debemos orar por los demás?, si, y mucho, son obras de misericordia
espirituales, pero esta oración debe ser activa. Es decir ser María y luego ser Marta,
oración y servicio deben ir de la mano. La oración nos debe llevar a una acción, a
una obra de misericordia corporal y debemos estar conscientes de eso.

Jesús mismo nos lo dice en Mateo 25, 34-40: “Vengan, benditos de mi Padre,
tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era
un extraño, y me hospedaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me
visitaron; en la cárcel, y fueron a verme…… Les aseguro que cuando lo
hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron.”

Al mismo tiempo nos encontramos con que el mismo Señor nos manda en: Mateo
20,28 “hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y
a dar su vida como rescate por una muchedumbre” Jesús no vino a ser servido!!!,
siguiendo su ejemplo, ese amor que hoy arde en Tu corazón, tendrás que darlo,
inclusive dar tu vida para ayudar a muchos siguiendo las palabras: Hagan como el
hijo del hombre y lo que dice también en Lc. 9,24 “…quien pierde su vida por mi
causa ese la salvara”

1
Dice la palabra en Juan 20,21 “Como el Padre me ha enviado a mi así también
los envío Yo”. Jesús nos envía a seguir las obras que El hizo en su vida terrenal y
que la perpetúa a través de nosotros, de generación en generación con nuestro
servicio. En tus huellas yo mis pasos pondré, decimos en el canto, es decir, hacer lo
que Jesús hizo, pasar por el mundo haciendo el bien!!!.

¿Quiénes deben ser los primeros depositarios o receptores de ese amor servicial? los
integrantes de nuestra propia familia y a veces es a quien se nos hace más difícil
servir con amor, basándonos en las palabras de Jesús de que nadie es profeta en su
propia tierra pero aunque nos cueste, debemos empezar por esa Iglesia domestica, ,
proclamemos día a día como dice Josue 20,15 Mi familia y yo serviremos al Señor

Nosotras hemos vivido un hermoso fin de semana y salimos de aquí felices, gritando
JESUCRISTO HA RESUCITADO, pero debemos ser verdaderos testigos de esa
resurrección. ¿Quienes fueron los primeros testigos de la Resurrección de Jesús? las
mujeres de Jerusalén, eso esta en Juan 20,1-11 María Magdalena estaba frente al
sepulcro, Jesús hace su primera aparición y ella no lo reconoce, estaba triste, Jesús
pronuncia su nombre y allí le da la misión, le dijo ve y diles: salio a su encuentro, la
llamo por su nombre y le dio una misión.
Hoy Jesús te llama a Ti y a mi, Juan 20:13 nos dice “Jesús subió a un monte y
llamo a los que El quiso, para que estuvieran con El y para enviarlos a
predicar” fue el mismo Dios quien te trajo hasta aquí, Para que te llamo? Para que
estuvieras con El, ser su amiga, ser su discípula, compartir tu vida con El. y luego
para enviarte a predicar el evangelio. Que compromiso!!! Tu respuesta ante la
pregunta ¿a quien enviare? exige una respuesta como la del profeta Isaías: Aquí
estoy Señor, envíame a mi.

Jesús nos llama en cualquier momento de nuestra vida, lo dice (Mt. 20) la paga es la
misma, la vida eterna. ¿Tienes miedo al compromiso? Así como tu, yo y los
discípulos también teníamos miedo, estábamos tristes, con heridas y un poco
inseguros, pero, las diferentes manifestaciones de amor de Jesús, así como en este
camino de Emaus, y en nuestra vida cristiana, tienen como fin sanarnos y liberarnos,
como a sus discípulos quitarnos el miedo y fortalecernos en la fe. En otras palabras
hacernos libres para servir, Jesús, nos repite muchas veces y hoy mas aun: NO
TENGAS MIEDO, NO TEMAS y promete YO ESTARE CONTIGO TODOS
LOS DIAS HASTA EL FIN DEL MUNDO. Que hermosa promesa!!!, yo te invito
a creerle a Dios, a creer en sus promesas. Lo primero es orar y tener fe, para luego
accionar

2
En sus diferentes apariciones, lo primero que Jesús le dice a sus discípulos es “la paz
este con ustedes”, Dios nos da la gracia que nos va ayudar a sanar, a tener paz, para
salir adelante, sin resentimientos, sin odio, sin rencor para que podamos amar y
desde ese amor ser mejor madre, hija, hermana, esposa es decir mejor Cristiana y por
ende mejor servidora del Señor. Es precisamente el servicio, en si mismo una
herramienta para que Dios vaya actuando en nuestra vida, vaya sanando y
transformando nuestro corazón.

¿Crees quizás, que no estas preparada? Pues Jesús no escoge a los capacitados, dice
2 Corintios 1,21 “y Dios es quien nos capacita, nos da fuerzas para Cristo, El
nos ha ungido y nos ha marcado con su propio sello al depositar en nosotros los
primeros dones del Espíritu” Dios nos va preparando para la misión, para servir y
fortalecer a su iglesia, para construir su reino. Nos da dones para que seamos
administradores de ellos, y ponerlos al servicio de su iglesia, todos teneos dones,
pero te pregunto ¿que has hecho con tus dones? Lo enterraste o lo haz puesto a
producir?, tu misión tiene que ver con tus dones,

Para llevar a cabo la misión, necesitamos, como dice Lucas en Hc. al Espiritu Santo
que movió a los discípulos en Pentecostés, a la tercera persona de la Santísima
Trinidad. Dice la palabra que los discípulos estaban encerrados, reunidos con la
Virgen María, por miedo a los judíos, pero que al recibir el Espíritu Santo, se
llenaron de alegría y de una fuerza que los movió a salir a predicar, a sanar, a liberar,
es decir, a hacer lo que Jesús hacia porque El servicio fue una de las mayores
manifestaciones del amor de Cristo hacia nosotros y debemos continuar con esta
obra. Pero necesitamos orar para obtener esa unción del Espíritu Santo que movió a
los discípulos.

Servir al Señor implica también morir a nosotros mismos, salir de la zona de confort
y llevar nuestra cruz con amor dice Mateo 16,20 dice “si alguien quiere venir en
pos de mi que se niegue a si mismo que tome su cruz de cada día y me siga”.
Otro aspecto importante lo vemos en Mateo 20:26-28: “En una de las ocasiones
que los discípulos vinieron a Jesús, le preguntaron quién podría ser el primero
de entre todos ellos, y Él les respondió: el de ustedes que quiera ser grande, que
se haga el servidor de ustedes, y si alguno quiere ser el primero, que se haga el
esclavo de todos” El Señor nos llama a ser humildes como El, que se bajo de su
condición divina para lavar los pies a sus discípulos, algo que era trabajo de los
sirvientes. Y como María al proclamar en la anunciación “He aquí la esclava del
Señor” buscando, como debemos hacerlo nosotros, solo la voluntad de Dios, luego

3
no vacilo en ponerse en camino a servirle a Santa Isabel, y a abogar por el vino en
las bodas de cana de galilea.

Créanme que la mayor satisfacción que podemos sentir como humanos es servirle a
Dios, sin buscar reconocimientos, ni recompensas, sin robarle la gloria a Dios,
sabiendo que es Su Espíritu Santo quien hace todo a través de nosotros, que somos
simples instrumentos, hay mas satisfacción en dar que en recibir. Servir, es también
optar por el camino angosto, es fácil? No lo es, dice el libro del Eclesiástico 2,1 si
has decidido servir al Señor, prepárate para la prueba, conserva recto tu
corazón, y se decidido, no te asustes cuando vengan las dificultades, apégate al
Señor y no te apartes de El, acepta todo lo que te pase y se paciente. Tener
tolerancia por eso esa decisión de servirle debe ser firme, porque es importante tener
claro A quien le servimos? Dice el apóstol Pablo a los Colosenses 3:23:
“Cualquier trabajo que hagan, háganlo de buena gana, pensando que trabajan
para el Señor y no para los hombres”. Por eso el que es servidor de Dios, es
servidor con todos, en todas partes y en todo momento, casa, calle, trabajo, playa,
fiesta, etc. y en toda circunstancia, no solo en la iglesia ni cuando todo esta bien..
Confía en Dios cuando vayas a servir, pues dice Jesús en San Juan 14,12 en verdad
les digo el que cree en mi, las obras que yo hago el las hará también, y aun
mayores porque yo voy al Padre. Solo si leemos su Palabra sabremos cuales son,
esas obras, si tenemos fe El obrara a través de nosotros, el secreto esta en amar,
amar a Dios y al hermano, el secreto esta en ese primer mandamiento, en creerle a
Dios.
En resumen nuestra vida cristiana debe estar revestida de Cristo, ser una imitación de
la del Maestro y de las virtudes de la Virgen, servir con un amor oblativo, que se da
sin esperar nada. Nuestra vida centrada en Cristo nos lleva a las obras de
misericordia para gozar del premio de vivir las eternas bienaventuranzas.

Pero, una vida cristiana, no puede vivirse aislados, debe vivirse en comunidad, como
los primeros cristianos, a fin de recibir acompañamiento y estimulo, de los otros
miembros y de los pastores, para crecer y madurar en el espíritu; dice la palabra en
Hc. 2,41 Los que acogieron las palabras de Pedro se bautizaron, …..42: eran
asiduos a las enseñanzas de los apóstoles, vivían unidos, en fraternidad y
participaban de la fracción del pan y las oraciones…. 44 Ponían todo en
común…..47: Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo y el
Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se iban salvando”, De allí que
te invitamos a unirte, a servir y vivir en comunidad en nuestra parroquia.

4
Y que Dios nos de la gracia de que pronto podamos decir como dice san Pablo en
Gálatas 2:20 “..ya no soy yo quien vive sino que es Cristo quien vive en mí.
Recordando cuando hayamos prestado algún servicio decir como dice Lucas 17,10:
“…. sierva inútil soy que solo hice lo que era mi deber”.

TESTIMONIO
Llevo por Nombre: Adriana Elena García Silva, Mi mamá era una mujer casada con
un Señor llamado José Adrián García, de quien llevo su nombre y apellido. Mi padre
biológico también casado por otro lado con igual número de hijos, de ese doble
adulterio nací yo.
Debido a esta relación de doble adulterio entre mis padres, mi madre recibió todo el
rechazo de mi abuela al enterarse del embarazo, Como el primer esposo de mi mamá
murió estando yo en su vientre, siempre viví con mi papá biológico, en mi niñez
jugaba sola, me toco ser nada mas observadora de los juegos de mis hermanitos,
porque este rechazo de mi abuela, fue transmitido no solo a mi madre, sino también a
mis hermanos y al resto de mi familia.
Entre los recuerdos de mi infancia, era mi hermano, 10 años mayor que yo, quien me
tenía me servia en todo, no por amor sino por obligación, pues mis Padres trabajaban
todo el día.

5
A la edad de 7 años, comencé a servir voluntariamente en casa, lavaba mi ropa para
quitarle cargas a mi mamá, porque éramos 9 hermanos de los cuales yo soy la menor,
me gustaba hacer arepas y limpiar. Esta fue la excusa perfecta y el motivo para que
mi madre, motivada por ese sentimiento de rechazo, decidiera llevarme para el Zulia
a pasar “vacaciones” con una tía paterna y ella me enseñara a hacer oficios.
Ahora vivía con una familia que era prácticamente desconocida por mí. Allí sufrí
mucho por la separación y me acompañaba un sufrimiento enorme de abandono. Fui
victima de muchos abusos sexuales por parte de mis primos. Gracias a Dios, mi
abuela paterna nos ponía a rezar de noche, y allí entre llanto y oración, le suplicaba a
Dios, y a la Virgen me ayudaran a soportar esa pesadilla y que mis padres me fueran
a buscar. En mis oraciones me sentí muchas veces en brazos de la Virgen,
consolándome en su regazo y así en sus brazos amorosos lograba conciliar el sueño.
Cumpliéndose en mi las escrituras en el salmo27,10 “aunque tu padre y tu madre te
abandonen yo no te abandonare”, dice El Señor.
Desde esa corta edad y con una familia extraña, me obligaron a servir, a ser la
sirvienta de mi tía paterna, su esposo, 7 hijos y de mi abuela, en fin de toda una
familia como dije, desconocidas para mí. Tenia que levantarme a oscuras desde muy
temprano y pasar cuarto por cuarto recogiendo las regueras y doblando unas cobijas
muy pesadas para mis fuerzas, barrer y limpiar toda esa enorme casa que poseía dos
inmensos corredores, 5 cuartos y un patio que había que rastrillar para luego ayudar a
cocinar el almuerzo para todos. Los sábados me tocaba lavarles a todos. Recuerdo
que los vecinos me ayudaban a tender la ropa pues no podía con el peso. Además del
maltrato verbal, físico y psicológico al que me tenia que enfrentar día a día, lo cual
hacia mas difícil mi convivencia con ellos. Anhelaba se terminaran esas y que
vacaciones, extrañaba a mis hermanos, y a mis padres, estaba deprimida, triste. Para
mi sorpresa, al terminar el periodo vacacional, me inscribieron a estudiar allá en el
Zulia, me sentí más abandonada que nunca, rechazada totalmente y de paso
engañada. Ahora tenía que esforzarme mas, los oficios tenia que hacerlos sin perder
tiempo porque a las 12 tenia que alistarme para ir a la escuela del barrio. Me sentía
cansada y agotada, algo que no era normal para una niña de mi edad. Mi tía me
pegaba por todo, y yo solo me refugiaba en los estudios. Nunca tuve en ese periodo
ninguna comunicación con mis padres. Nunca hubo un reconocimiento ni una
palabra bonita. Mucho menos una demostración de afecto. No recuerdo ninguna.

Mis primos, además de que durante las noches trataban de abusar de mí,
frecuentemente en tono de burla, me decían: te vinieron a buscar, pero era mentira,
ellos gozaban con mis sufrimientos. Así pase casi un año en estas mismas pesadillas.

6
Un día enferme, todo mi cuerpo estaba lleno de llaguitas, estaba súper delgada, me
imagino, somaticé todo mi dolor y mi agotamiento físico, fue entonces cuando en
una de esas tantas noches sin dormir, cuando el abuso fue mas fuerte, amanecí en
vela, llore toda la noche, clamándole a Dios y a mi Madrecita María, con gritos en
silencio, porque el alma grita en silencio, desde mi corazoncito herido, clamaba que
me fueran a buscar, para mi sorpresa así fue… Dios me escucho, mi mamá había
soñado que yo estaba gravemente enferma y que iba a morir, nos vinimos y de nuevo
estaba en mi hogar con mis hermanos a quienes amo profundamente. Ahí entendí, a
mi corta edad que Dios estaba conmigo y me escuchaba.

Como me vine a mitad del año escolar, me dejaban en casa totalmente encerrada,
bajo llaves, y encargada de los oficios del hogar. Como mi hermano me cuido los
primeros años de mi niñez, ahora me tocaba retribuir ese cuidado, ese amor que me
había brindado, tenía que guardarle la cena, yo con amor lo hacia y luego lo
acompañaba en la mesa, nos íbamos a la habitación, le quitaba sus zapatos y
jugábamos un rato. Solo años después El mismo confeso, que ellos no me querían,
porque yo era negra e hija de otro papá, aunque llevara su apellido, de hecho me
llamaban negra mojina, me dijo, que al separarnos descubrió que me amaba pues me
extrañaba y lloraba mucho.

Muchas palabras hirientes y de rechazo por parte de mi familia, especialmente de mi


madre rodearon toda mi infancia. A los 10 años, mi hermana sale embarazada de un
tío materno, un incesto, un hombre que también abusa de mí, bajo presión y
manipulación. Presionaba. Nunca llegaron a violarme como tal, pero me abusaban,
para satisfacerse a si mismos.

Yo era una niña que vivía con muchos miedos, sometida, obligada a cumplir los
oficios del hogar, no podía salir a ninguna parte, para que no cometiera los mismos
errores de mis hermanas.

A los 11 años mi mamá y mi papá se casaron por civil y por la iglesia, Dios en su
misericordia santificaba mi hogar. En esa época, conocí a mis 8 hermanos paternos,
quienes me acogieron con amor y su mamá también. Ellos me llevaban a veces a sus
casas,les encantaba porque como yo estaba acostumbrada a hacer oficios, ellos
también se beneficiaron de mi servicio, pero a diferencia de cuando vivía en el Zulia,
a ellos les servia con amor. Una de mis hermanas me enseño el oficio de peluquera
para que me defendiera en la vida y trabajaba con ella en el tiempo decembrino
donde había mas demanda.

7
A los 16 años, entré a la iglesia de mi parroquia con el fin de confirmarme y recibí
mi sacramento, ese que nos confirma en la fe y nos debe convertir en discípulas de
Jesús, Fueron muchos los intentos de abuso sexual que luego recibí pero Dios me
había concedido la valentía y no me deje, ya desde entonces me prometí a mi misma
que no permitiría que nadie más abusara de mí.

A los 17 años, sentía mucho miedo por mi hermano, el menor de los varones, el
consentido de mi mamá, sentía que andaba por malos caminos, llegaba tarde y
aparentemente borracho casi todos los días, sentía que tenía problemas de drogas.
Hermanas yo lo esperaba y era la única que presenciaba las condiciones en las que
llegaba, después me metía en el cuarto a orar y a llorar por El, hoy se que esta era
una forma de servir, aunque no lo sabia estaba haciendo una obra de misericordia
espiritual. Con palabras sencillas que salían de mi corazón, y en mis encuentros con
Jesús intercedía por El. Pase mucho tiempo sin dormir, pero una vez más Dios me
escuchó y lo rescato de esos caminos. Entendí que mi madre pensaba que amar un
hijo es darle y permitirle todo y no es así, es corregirlo con amor y no hacerle todo
tan fácil enseñarlos a ganarse las cosas y servir. Vivíamos en dos extremos opuestos,
y desde ese otro extremo yo, que no me sentía amada llegue a pensar en irme y
drogarme también, o prostituirme, perderme pues sentía que a nadie le importaba.

Un día, al haber cumplido ya 18 años me fui a Santa Bárbara del Zulia, a la


congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús. Entre porque sentía
que tenía vocación de ser religiosa. Quería servir, porque eso me daba satisfacción.
Mi papá me llamaba a diario, y llorando me clamaba me viniera, sentí que mis
padres me necesitaban y así lo asumí. Debía velar y cuidar de ellos, debía obedecer y
así haría lo que dice efesios 6, "1.Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es un
deber: Honra a tu padre y a tu madre. Es, además, el primer mandamiento que va
acompañado de una promesa: 3. para que seas feliz y goces de larga vida en la
tierra." Y todo lo que dice Sirecides 3, especialmente versiculo 12 "Hijo mío, cuida
de tu padre cuando llegue a viejo; mientras viva, no le causes tristeza." 7, "Servirás a
los que te dieron la vida como si sirvieras al Señor". Eso lo entendí cuide de mi padre
hasta el día de su muerte y hoy soy yo quien cuida a mi madre de casi 90 años.
Trabaje un año de voluntaria en el Cottolengo sirviendo a los adultos impedidos, de
vez en cuando me iba a misionar con las monjitas.

Un día conocí a un Señor mayor que yo, con hijos, me decía cosas hermosas, y el me
preguntaba porque yo era tan tonta, me decía que nadie valoraba todo lo que yo
servia en casa y que siempre me culpaban de las cosas que estaban mal, Yo tenía

8
que servirle a todos y a el que llegara a casa, llámense amigos, hermanos, cuñados,
sobrinos. Entre otros.

Mi hermano empezó a decir a mi madr que yo andaba con mi novio, ese hermano por
quien tanto oraba, y mi mamá justo las 12m un 31 de Diciembre, me pego como
nunca lo había hecho, Yo venía de servir, de visitar a un enfermo de cáncer y de
cantar la misa, pues pertenecía a un grupo juvenil carismático de cantos en la iglesia,
así pertenecí a otros grupos. Todo esto fue muy doloroso, pase la noche llorando y no
entendía porque si yo andaba haciendo el bien, allí estaba la prueba. Todos me
decían vete de tu casa, algo me decía que no, que seria un error, y allí me mantuve
hasta hoy.

Aquí mi vida empezó a sufrir cambios. Me aferre a mis estudios, trabajaba y


estudiaba, me volví una persona materialista, total aunque muy carente de afecto, los
sentimientos ya no me importaban mis heridas habían endurecido mi corazón.

Ahora, yo mantenía mi hogar y mandaba, odiaba hacer oficios por lo que le pagaba a
mi hermana para que limpiara y lavara la ropa. A cambio de dinero decidí que me
sirvieran y no servir mas a nadie.

En Enero del año 2004, muere mi papá una gran pérdida para mí, era el ser que más
amaba, lo único que tenía que perdonarle es que nunca me defendió. Por gracia de
Dios, lo perdoné. Él era Mis ojos y yo sus ojos. Dejo un vacío grande, ahí entendí
que los sentimientos si importan. Yo me había convertido en una mujer también
como mi madre, total eso era lo que había recibido de ella y eso era lo que también
ella había recibido de mi abuela.

En Abril del 2004, conocí a un hombre, yo subconscientemente buscaba el amor de


mi padre en Él, le cocinaba todos los días y le daba lo mejor de mí. se unieron sus
heridas con las mías y el deseo de vivir para servirle solo a El. Esto hizo que me
entregara plenamente, no me importaba nada, ni nadie, solo El, estar con Él.

De ser la época más feliz de mi vida hasta ese entonces, paso a ser la más horrible y
de mayor oscuridad. Yo estaba muy enamorada y muy atada a esa relación. Su
familia, me apreciaba bastante y apostaba por nuestra unión, pero me decían que toda
su familia eran brujos que fuera a brujos, yo me negaba; Pero el enemigo me sembró
en la mente ideas como que al fin y al cabo se trataba de defender el amor, y de darle
una explicación a TODO, entender lo que estaba sucediendo.

9
Empecé a ir a brujos, todo empeoro, volví a somatizar mi dolor, me puse otra vez
delgada, y se volvió a llenar mi cuerpo de ronchas, mi vida no tenía sentido, todo
esto aunado a las muchas palabras hirientes de mi madre que rodearon toda mi vida y
que se clavaban como un puñal en mi corazón y de quien yo más deseaba ser amada
y comprendida, quizás con quien debí obtener el consuelo en estos momentos tan
difíciles. Sentía deseos de morir.

Sufrí mucho, perdí a los 2 hombres que mas amaba, caí en oscuridad, por una
sencilla razón, ese hombre ocupaba el lugar de Dios, y el maligno se aprovechaba de
mis heridas para robarse mi alma y robarse justamente ese primer lugar, pero ese
lugar no le corresponde, es el Lugar de Dios. Pongan a Dios en el primer lugar y lo
demás le vendrá por añadidura. Mateo 6,33.

Fíjense, no solo estaba atada a un hombre, cuya relación me hizo cometer los más
grandes errores. Ahora estaba atada a la muerte, a las brujerías, al ocultismo y en
ruinas totalmente. Atada a la condenación eterna.

Lo bueno es que nunca deje de orar ni de ir a misa, por eso El Señor me mueve a
decirles, no critiquemos a los que aun van a misa y no se han convertido, porque
gracias a ello, Dios me dio el discernimiento y me hizo sentir que estaba condenando
mi alma. Me dio la gracia del temor a Él y Empecé a clamarle con el alma que me
sacara de estas situaciones, y entonces todo se convirtió en una lucha fuerte entre el
bien y el mal, por un lado Dios halándome hacia Él y por el otro el maligno. Pero
Dios en su infinita misericordia me fue sacando de todas estas situaciones de pecado,
de oscuridad y de muerte.

Oraba A la Virgen, le pedía sus gracias, el maligno antes de mi conversión me hizo


dudar de mi Madre María, quien me había acompañado siempre y empecé a dudar de
la iglesia católica, y pensaba si sería que nuestros hermanos separados o esperados
tendrían razón. En esos mismos días la Virgen se me revelo en un sueño.

Empecé a leer sobre el ocultismo.


Busque oraciones de Liberación por internet y por todos los medios.
Me iba a Caracas sola a retiros de Liberación, y otros retiros que impartía la Iglesia.
Rezaba el Rosario diario y otras devociones.
La lectura bíblica me daba paz, Dios me hablaba al corazón
Asistía a Misas diarias
Me Confesaba semanal o quincenalmente

10
Y así Dios y María Santísima quienes me han acompañado desde pequeña lograron
liberar y rescatar mi alma, además de sanar muchas de esas heridas de mi infancia.

Dios me dio la gracia de perdonar a los que me hicieron tanto daño, y comprendí que
mi mamá es mi mamá el instrumento que Dios utilizo para traerme al mundo, me
ayudo a crecer, daba lo que podía, pude amarla con sus heridas, pude comprenderla y
perdonarla, le doy gracias que me dejo nacer, pero también se que tengo una Madre
a quien amo profundamente, la que me da el amor que mi madre no me dio ni me da,
la que me comprende, me protege, me ayuda esa es la Virgen María Mi Madre que
ha estado conmigo siempre. Aun mi madre me rechaza, pero la amo, guardo silencio,
oro por nosotras aunque a veces creo que la he castigado muchas veces soportando
tantos años mi presencia, pero es mi misión es mi cruz y la llevo con amor. Soy
quien cuida de ella día y noche.

Hoy por hoy no estoy casada ni tengo hijos, tuve la bendición de ejercer el rol de
cuidar a mis sobrinos desde recién nacido, de comprarles ropa, de hacerles todo, lo
hacia desde que era muy joven, tenia la carga de cuidarlos de noche y día, si algo les
pasaba yo era la responsable, me limitaron a salir y descansar, cual si yo fuese su
mamá, pero no entendía porque debía hacerlo y porque se me reprendía tan fuerte si
yo era muy joven y no había parido. Claro ellos no me querían a veces por mi
carácter el cual el Señor ha ido dosificando Hoy los amo inmensamente, Todos mis
sobrinos son mis ahijados. Y Ahora todos los hermanos somos unidos. Para la gloria
de Dios. Nos amamos y nos ayudamos. Pocos pero ya algunos le sirven al Señor.

Emaus hizo que entendiera el Plan de Amor que Dios tenia para Mí, lo mucho que El
Señor me ama, aun cuando estuve más alejada de Él, Me hizo comprender que mi
vocación no era el matrimonio ni tener hijos, era que Él me quería para El, para
servirle a El en mis hermanos, para que lo ayudara a instaurar su Reino y a Salvar
almas. Consolidó mi Don de Oración y me dio don de Sanación y Liberación, don de
consejo. Me dio el don para mí el más hermoso El don del amor y de la misericordia,
de sufrir con el que sufre y reír con el que ríe. Me dio un don maternal, de ser madre
de aquellos que necesitan ser hijos amados por una madre que los ame y los
comprenda. Hoy me siento muy amada por Dios y como SOLO LOS AMADOS
AMAN, me toca corresponder a ese amor de Dios amando a mis hermanos a través
del servicio, de esos dones que El Señor se ha dignado darme para administrarlos y
ministrar. En este servir he llegado a comprender que detrás de alguien que hace
daño hay una persona herida que sufre mucho, a quien debemos llevar a la fuente del
amor que sana, libera y transforma, a la fuente de la salvación y tenemos que
comprenderla y si somos nosotros quienes herimos, en ambos casos pidámosle al
11
Señor que siga sanando nuestras heridas para no sufrir ni hacer sufrir a nadie más.
Que nos quite el miedo como a los discípulos.

Dios me ha bendecido con hijos en la fe, y se ha glorificado a través de esta pobre


pecadora para que 3 mujeres que no habían podido tener hijos tras la imposición de
manos hoy sean madres abnegadas y servidoras del Señor, a convertir a gays y
lesbianas, a sanar enfermedades y a sacar a personas de situación del adulterio, de la
fornicación, del ocultismo, en fin de situaciones de pecado.

Soy servidora del Señor, me siento miembro activo de la iglesia, camine en la


Parroquia El Salvador y allí serví 2 años, tengo 5 años sirviendo en la parroquia San
Jacinto por ser la mas cercana a mi casa donde había Emaus, en mi propia parroquia
ya se realizo el primer retiro para la gloria de Dios, pero he decidido quedarme en
San Jacinto, porque,,se respira hermandad y amor, soy miembro de un grupo de
oración, fui catequista de niños y adultos, fui guía de los talleres de oración y vida,
soy servidora de esta hermosa hermandad de Emaus,Sirvo en el Equipo de
Intercesión Arquidiocesano con El Padre Badoglio Durán, amo a Emaus, y estoy
siempre dispuesta a servirle al Señor donde me llame, he discernido mucho donde
me quieres Señor? Y la respuesta es la misma VE POR MUNDO HACIENDO EL
BIEN DONDE TE NECESITEN. Tengo el don de predicar. Hay algo importante
ahora nadie me obliga a servir, ahora no sirvo por obligación sirvo por amor, le
sirvo a mi Señor con todo mi amor a través de mis hermanos y mi familia. Estoy
preparándome para consagrarme, el próximo año, Dios mediante me caso con El
Señor, como Laico, en mi cotidianidad le entrego mi vida para siempre, siento que
me llama a una hermosa misión cada vez mayor, con mayor compromiso y vida en
gracia.

Se disiparon mis miedos, se que El Señor cumple en mí sus promesas: No tengas


miedo, Yo estaré contigo todos los días hasta el fin del mundo. Hoy ya no tengo que
buscar agradar a los demás, no busco que me amen, no, hoy solo me duele no
agradar a Dios, ofenderlo, no tengo que mendigarle amor a nadie, sino amar, no
importa si nadie me ama, porque siempre que oro, que leo las escrituras, que
frecuento los sacramentos, adoro al Señor en el Santísimo y que me dispongo a servir
siento ese amor tan grande y profundo, inmenso que Dios nos tiene, no solo a mi
sino a cada una, yo lo puedo ver y sentir en cada acontecimiento de mi vida, y la
fuente donde brota mas amor es El Santísimo Sacramento, allí cuando estas a los
pies del amado, Dios se dona en plenitud y es capaz de hacer cualquier cosa,
cualquier cosa. Esto lo he experimentado sobre todo en Emaus donde Jesús
Eucaristía se derrama en amor y misericordia. He presenciado varios milagros
12
Eucarísticos que me demuestran que Jesús no se quedo en una cruz, qu è esta vivo,
Ya no me falta nada, porque tengo a Dios, y si tengo a Dios lo tengo todo.

Recuerden que nuestro amor a Dios nos debe llevar a servir al Hermano, siempre
imitando a Jesús y sus obras, transparentándolo, que cuando me vean te vean Señor,
por eso los invito a servir porque a través del servicio Dios ha ido sanando las
heridas, lleno mis vacíos, y aunque a muchos les pueda parecer que no hago nada
importante y que no tengo nada, porque no estoy casada ni tengo hijos, les puedo
recordar que hay 2 sacramentos de servicio y que no fui llamada al matrimonio y
algo que definió mi forma de vivir fueron las palabras de San Pablo, cuando las leí se
gravaron en mi corazón: “Yo les aconsejo que permanezcan en el mismo estado en el
que estaban cuando fueron llamados por el Señor”. Así decidí entregarle el 100 de mi
corazón y mi vida al Señor. Quien pierde su vida por mi la encontrara, dice El Señor.

Y cuando hayan cumplido con un servicio para El Señor, digan como dice la
escritura en Luc 17,10 “siervo inútil soy solo hice lo que tenia que hacer”.Hoy me
siento, y soy la mujer mas feliz del mundo, saben porque? Porque en mi vida esta
Jesucristo ha Resucitado!!.

13

También podría gustarte