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SOBRE EL CONCEPTO

JURÍDICO PENAL DE
TERRORISMO

José Luis González Cussac


Catedrático de Derecho Penal
Universitat Jaume I (Castellón)

Antonio Fernández Hernández


Personal Investigador Contratado
Universitat Jaume I (Castellón)

Sumario: 1. Introducción. 2. El concepto de terrorismo desde la perspectiva internacional y compa-


rada: la conexión con la noción de delito político. A) Marco Internacional Universal: la Organización
de Naciones Unidas. B) Marco Internacional Regional: la Unión Europea. C) El terrorismo en los
ordenamientos de los Estados de nuestro entorno. 3. El concepto de terrorismo en Derecho penal
español. A) Consideraciones introductorias: la política criminal antiterrorista. B) Elementos histórica-
mente empleados en la configuración legislativa de los delitos de terrorismo. C El modelo legal vigente:
concepto de terrorismo en el Código Penal de 1995. 4. Consideraciones finales y punto de partida para
el debate. Nota bibliográfica.

1. INTRODUCCIÓN Supremo núm. 2/1997, de 29 de noviembre,


en cuyo fundamento jurídico 6 advierte que
Cuando se aborda el terrorismo desde una “la búsqueda de una definición con relevancia
perspectiva conceptual, muy probablemente jurídico-penal ha de ser ajena a descripciones teó-
pueda compartirse la idea relativa a que la de- ricas de signo fenomenológico, a categorías ana-
limitación del mismo, al menos a efectos jurí- lógicas simples, a puras connotaciones políticas o
dicos, no importa tanto como la determina- a reduccionismos conceptuales tan abundantes en
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ción de lo que deba considerarse como delito el campo especulativo”.


de terrorismo. De ahí que la primera cuestión
En efecto, a la hora de tratar esta mate-
a resolver cuando se plantea la noción de terro-
ria, son comunes en la doctrina científica las
rismo desde una perspectiva jurídica sea la de
consideraciones en torno a las distintas pers-
si lo que se quiere determinar es en qué con-
pectivas desde las que puede acometerse al
siste el terrorismo o, diversamente, cuáles son
terrorismo como materia de estudio. Así por
las manifestaciones del mismo que interesan
ejemplo, desde la óptica militar, el terrorismo
al Derecho, y más concretamente al Derecho
ha venido siendo configurado como el supues-
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Penal. Esto es, cuáles son los actos terroristas


to paradigmático de los conflictos asimétricos;
que se consideran relevantes a efectos penales.
para la psicología, ha sido calificado como la
En este sentido, constituye un buen ejemplo
forma más degradada de lenguaje; y desde un
de esta observación la sentencia del Tribunal 35
planteamiento más amplio, el terrorismo no les atribuye, resultará imprescindible, —a la
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constituye sino el uso de la violencia política, o hora de definir lo que ha de entenderse por
más propiamente, el uso sistemático de medios terrorismo—, no sólo la determinación de qué
violentos en aras a la consecución de fines de concretas conductas se consideran terrorismo,
naturaleza política. Es, en palabras de WALD- sino de ese plus que les convierte en tales. Des-
MANN, “una estrategia política basada en una de este punto de vista conviene, por tanto, po-
economía de la violencia”. De esta manera, des- ner de manifiesto cuáles han sido los distintos
de cada uno de estos enfoques se han venido mecanismos, modelos y estrategias que, desde
estableciendo las concretas características que finales del siglo XIX y a lo largo principalmen-
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el mismo fenómeno puede revestir. te del siglo XX, han venido empleando los di-
La conclusión a la que se llega es mayorita- ferentes textos legales a estos efectos. Para, una
riamente la misma: dado su carácter político, y vez puestas de manifiesto las bases de las que
el uso interesado que del terrorismo han hecho debe partirse, realizar las consideraciones crí-
y vienen realizando determinados gobiernos y ticas que se consideren oportunas. Todo ello
gobernantes, no sólo de concretos mecanismos en el ánimo de fijar criterios que contribuyan
generadores de terror, sino de medidas enca- a una delimitación más precisa de lo que debe
minadas a la supresión del terrorismo, resulta considerarse por terrorismo a efectos penales.
extremadamente difícil (por no decir imposi- No se ofrecerá, por tanto, una definición de
ble) la determinación de un concepto unáni- terrorismo que venga a sumarse al abundante
memente aceptado del mismo. Buena prueba número de las ya existentes y que, como todas
de ello da el elevado número de definiciones ellas, resultaría criticable por exceso o defec-
que de este fenómeno pueden encontrarse. to. Nuestro propósito es más modesto. Única-
Por el contrario, si algo parece que va hacien- mente queremos poner de manifiesto cuáles,
do mella, es la diferencia entre el Terror y el de entre todos los elementos que han venido
terrorismo; nociones que a nuestro parecer no siendo empleados para definir el terrorismo,
deben ser confundidas, ya que mientras este son los que deben ser manejados, y de cuáles
último constituye una concreta modalidad de no sólo se puede, sino que incluso sería conve-
agresión contra el Estado, aquél alude a una niente prescindir, a efectos de evitar excesos en
determinada forma de gobierno implantada una materia de naturaleza tendente a sufrirlos.
por el propio poder instituido. Y, en atención a tales consideraciones, incidir
Sin embargo, desde una perspectiva jurídi- en los problemas que a nuestro parecer surgen
ca, y más concretamente jurídico-penal, en la con el actual modelo legislativo.
que nosotros suscribiremos las consideraciones
aquí realizadas, lo esencial no es tanto el con-
cepto de terrorismo, sino lo que sea configura-
do como manifestación típicamente relevante 2. EL CONCEPTO DE
del mismo, esto es, aquellas concretas con- TERRORISMO DESDE LA
ductas que sean conformadas normativamen- PERSPECTIVA INTERNACIONAL
te como delitos de terrorismo y, en especial, Y COMPARADA: LA
lo que deba ser entendido por acto terrorista
CONEXIÓN CON LA NOCIÓN
propiamente dicho. Si se tiene en cuenta que,
como unánimemente mantienen doctrina y DE DELITO POLÍTICO
jurisprudencia, el terrorismo constituye un La atribución de relevancia penal a con-
fenómeno delictivo caracterizado por consis- ductas opositoras al poder imperante, no nece-
tir en la comisión de delitos comunes que se sariamente instaurado por el uso de la fuerza,
encuentran revestidos de determinados carac- pero que emplea al Derecho penal a modo de
teres específicos, en los cuales se fundamen- instrumento que garantice el mantenimiento
36 ta la mayor carga de desvalor jurídico que se de la situación del momento y la defensa de los
intereses del Estado, y no como un mecanismo y represión del terrorismo, de 16 de noviembre

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de coexistencia ciudadana, resulta propia de los de 1937 (la cual no entró en vigor por la falta
Estados de corte totalitario. De esta manera, de ratificación de los estados signatarios) en el
toda actividad (en especial aquella que no revis- que se entendía por tales a los “hechos crimi-
te carácter violento) es considerada como deli- nales dirigidos contra un Estado, cuyo fin o
to, al que desde otros Estados de distinto corte naturaleza sea provocar el terror en personali-
ideológico se les añade el calificativo de político. dades determinadas, en grupos de personas o
Precisamente por ir dirigido al intento de lograr en la población”. Fórmula que seguía la línea
la implantación de libertades de esa naturaleza. finalmente adoptada en las anteriores Confe-

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Sin embargo, no es lo mismo luchar por un rencias para la unificación del Derecho Penal,
ideal, que imponer el mismo por la fuerza de que tuvieron lugar entre 1927 y 1935, en las
las armas y la violencia. En otras palabras, no cuales se obvió la referencia a los objetivos po-
cabe confundir el incriminar las ideas con la líticos (contenidos en la “definición” de terro-
punición de los actos de violencia ejecutados rismo acordada en la III de estas Conferencias,
en defensa de una ideología. celebrada en Bruselas en 1930) para evitar po-
sibles limitaciones de determinados derechos
Junto a esta pretensión, naturalmente co- y libertades políticas por parte de los gober-
existe un principio moral de rechazar el uso nantes.
de la violencia y la instrumentalización de
personas para lograr objetivos políticos. Pro- Los acuerdos que en relación al terrorismo
bablemente la mejor plasmación de este valor fueron adoptados con posterioridad, una vez
la haya señalado Stephen ZWEIG al recordar finalizada la Segunda Guerra Mundial, muta-
el panfleto de Castelio contra Calvino tras la ron el planteamiento del objetivo a cumplir y
quema de Miguel Servet, con esta célebre fra- dejaron de buscar una definición de terrorismo
se: “Matar a un hombre para defender una idea internacionalmente aceptada, para centrarse en
no es defender una idea, es matar a un hombre”. asegurar la extradición de quienes cometieran
determinados actos de extrema gravedad, tales
Precisamente por los motivos apuntados, como: los ataques a aeronaves, que pueden ir
hoy es unánimemente admitido que la diferen- desde el apoderamiento de las mismas (Con-
ciación que se establece entre ambas categorías vención para la represión del apoderamiento ilíci-
delictuales obedece a la voluntad de negar al te- to de aeronaves, firmado en La Haya en 1970),
rrorista el trato privilegiado que se dispensa al o la realización de actos de violencia que pon-
delincuente político. La negación al terrorismo, gan en riesgo la seguridad de una aeronave en
en el ámbito internacional, de la condición de vuelo (Convenio sobre infracciones y ciertos actos
delito político atiende pues, a motivos eminen- cometidos a bordo de las aeronaves, firmado en
temente pragmáticos: no se desea que quienes Tokio en 1963; Convenio para la represión de
practican estos últimos puedan aprovecharse de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación
las ventajas que les confieren a quienes son acu- civil, firmado en Montreal en 1971 y ampliado
sados de cometer aquellos. en 1988 por el Protocolo para la represión de
actos ilícitos de violencia en los aeropuertos que
A) MARCO INTERNACIONAL presten servicio a la aviación civil internacional,
UNIVERSAL: LA ORGANIZACIÓN DE complementario del Convenio para la represión
NACIONES UNIDAS de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación
civil, hecho en Montreal el 23 de septiembre
En el plano internacional, los primeros in- de 1971); los atentados contra la persona, li-
tentos de elaboración de un concepto de terro- bertad o dignidad de las personas consideradas
rismo vinieron constituidos con la inicial defi- internacionalmente protegidas (Convención
nición de “actos de terrorismo”, en el art. 1.2 sobre la prevención y el castigo de delitos contra
de la Convención de Ginebra para la prevención personas internacionalmente protegidas, inclusi-
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ve los agentes diplomáticos, firmado en Nueva de los 90 del siglo pasado, en todos los cuales
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York, en 1973); o el emplear como mecanismo se hace alusión al terrorismo internacional y


para obligar a una determinada acción u omi- a la insuficiencia de los acuerdos particulares
sión a un tercero, incluyendo a los Estados, firmados hasta el momento para poner fin a
actos atentatorios contra la libertad de perso- tales actos.
nas (Convención internacional contra la toma Así, el Convenio para la represión de los
de rehenes, firmada en Nueva York en 1979); y atentados terroristas cometidos con bombas, de
finalmente, la posesión ilícita o la utilización, 1997, se refiere en su art. 2 a la entrega, colo-
transferencia o robo de materiales nucleares y cación, arrojo o detonación de un artefacto o
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la amenaza de su uso para causar la muerte o sustancia explosiva u otro artefacto mortífero
lesiones a una persona o daños materiales sus- con el propósito de causar la muerte o graves
tanciales (Convención sobre la protección física lesiones corporales a personas, o la destrucción
de los materiales nucleares, firmada en 1980). significativa de determinadas instalaciones que
En todos ellos se establece la obligación de enumera expresamente. Estableciendo la obli-
los Estados parte de conceder la extradición o gación para los Estados firmantes de hacer que
de proceder al enjuiciamiento de los respon- tales actos “en particular los que obedezcan a la
sables de tales actos para el caso de que fuera intención o el propósito de crear un estado de te-
denegada aquella. En lo que a nuestros efectos rror en la población en general, en un grupo de
interesa, no sólo en ninguno de ellos se hace personas o en determinadas personas, no puedan
mención alguna al terrorismo, sino que ade- justificarse en circunstancia alguna por conside-
más, tampoco se contiene en la determinación raciones de índole política, filosófica, ideológica,
de los actos ilícitos que se hacen merecedores racial, étnica, religiosa u otra similar” (art. 5).
de este trato especial, referencia a elemento En este caso, y pese a ir directamente dirigi-
subjetivo alguno (con excepción del relativo a do a eliminar actos terroristas, no realiza de-
la toma de rehenes), con lo que cabe pregun- limitación alguna de los mismos, pues parte
tarse los motivos que llevaron a la aprobación de la idea de que no todos los actos delictivos
de estos textos internacionales. Los cuales, objetivamente descritos tienen por qué ser te-
atendiendo a los considerandos de cada uno de rrorismo, al existir el derecho de los pueblos
ellos, responden en principio a las graves per- a luchar por su libre autodeterminación con
turbaciones que la comisión de los actos a los cualesquiera medios de los que puedan valer-
que se refieren genera a nivel internacional. se.
A partir de la Convención para la represión de Por su parte, el art. 2 del Convenio inter-
actos ilícitos contra la seguridad de la navegación nacional para la represión de la financiación del
marítima, firmado en 1988, complementado terrorismo, de 1999, califica como delito reco-
por el Protocolo de 2005 del Convenio para la lectar “fondos con la intención de que se utilicen,
represión de actos ilícitos contra la seguridad de la o a sabiendas de que serán utilizados, en todo
navegación marítima, que establece el régimen o en parte, para cometer”, además de los actos
jurídico aplicable a los actos que atentaren con- especificados en el resto de acuerdos firmados
tra la seguridad de la navegación marítima in- hasta el momento, “cualquier otro acto destina-
ternacional, y del Protocolo para la represión de do a causar la muerte o lesiones corporales graves
actos ilícitos contra la seguridad de las plataformas a un civil o a cualquier otra persona que no par-
fijas emplazadas en la plataforma continental, fir- ticipe directamente en las hostilidades en una si-
mado en Roma en 1988, la situación cambia y tuación de conflicto armado, cuando, el propósito
comienza a hacerse referencia expresa al terro- de dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea
rismo. Aunque todavía sin definirlo. intimidar a una población y obligar a un gobier-
El cambio definitivo tiene lugar a raíz de no o a una organización internacional a realizar
la firma de tres convenios de la Organización un acto o a abstenerse de hacerlo”.
38 de las Naciones Unidas, a partir de la década
Finalmente, el Convenio internacional para ración del terrorismo como un delito común y

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la represión de los actos de terrorismo nuclear, no político, a la que ya hemos aludido.
de 2005, califica como delito en su art. 2, el Es cierto que el terrorismo no cabe sólo en
poseer material radiactivo o fabricar o poseer los sistemas democráticos (las actuaciones de
un dispositivo “i) con el propósito de causar la ETA bajo el régimen autoritario franquista no
muerte o lesiones corporales o graves; o ii) con el difieren en su naturaleza de las ejecutadas tras
propósito de causar daños considerables a los bie- la instauración de nuestra actual democracia).
nes o al medio ambiente”. Así como utilizar en Sin embargo, sí puede afirmarse que la esencia
cualquier forma material radiactivo o un dispo-

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del terrorismo, como violencia política que es,
sitivo, o utilizar o dañar una instalación nuclear viene caracterizada por suponer una quiebra
en forma tal que provoque la emisión o entrañe el de las normas procedimentales de participa-
riesgo de provocar la emisión de material radiac- ción y de toma de decisión legalmente adop-
tivo, con los propósitos anteriormente referidos y tadas. De ello se deriva que el acento no deba
además, “iii) con el propósito de obligar a una recaer, en una primera aproximación, sobre el
persona natural o jurídica, una organización in- concreto fin ulteriormente perseguido, sino
ternacional o un Estado a realizar o abstenerse de precisamente, sobre el modo en que el mismo
realizar algún acto”. pretende ser materializado; esto es, el propósi-
Como puede observarse, se ha avanzado to de imponerlo mediante la violencia. Se llega
en la técnica empleada, pasando de la sim- así a la esencia del delito de terrorismo, que no
ple enumeración de determinados delitos sin es tanto la voluntad de crear terror en el grupo
especificación alguna (una técnica legislativa instrumentalizado (por el contrario esto supo-
eminentemente casuística), a la fijación de los ne un efecto inevitable, pero colateral), cuanto
medios y los fines inmediatos y mediatos (sin el obligar por medio de la materialización rei-
hacer referencia a los últimamente pretendi- terada de actos gravemente atentatorios contra
dos, que pueden revestir cualquier naturaleza). los bienes jurídicos más básicos y esenciales,
Sin duda, con el objetivo de lograr el acuerdo como puedan serlo la vida, la integridad físi-
de los Estados firmantes y excluir de la apli- ca y la libertad de los ciudadanos, a que tenga
cación de tales convenios a aquellos compor- lugar aquello que se pretende. Lo que supone
tamientos que se configuren como resistencia una forma de actuar más propia de determina-
nacional. La técnica legislativa en el reciente das clases de organizaciones criminales que de
convenio de 2005 (que todavía no ha entrado las tradicionales asociaciones políticas ilícitas.
en vigor, al no haber obtenido la ratificación
de un número suficiente de Estados para ello)
es la misma que la empleada en el de 1999. B) MARCO INTERNACIONAL
REGIONAL: LA UNIÓN EUROPEA
Debe resaltarse que ya no se hace mención
al ánimo o al efecto de causar terror en la po- En el ámbito de la Unión Europea hemos
blación, sino exclusivamente al uso de la vio- de referirnos al Convenio Europeo para la re-
lencia como mecanismo para obligar a un Es- presión del terrorismo de 1977, firmado por los
tado (o a un sujeto en derecho internacional) a Estados miembros del Consejo de Europa, el
desarrollar el comportamiento deseado por los cual procedía en el sentido de los Convenios
sujetos activos. Este cambio de criterio supone, internacionales firmados en aquella época, li-
a nuestro parecer, un traslado en la definición mitándose a establecer la no consideración
del terrorismo, del originario efecto creador de como delito político, así como su naturaleza
terror en el sujeto pasivo contra el que se diri- de delitos por los que cabe la extradición (sal-
gen tales actuaciones, a su configuración como vo que existan sospechas de que los mismos
un mecanismo mafioso de coacción. Tal cir- se persiguen por motivos de discriminación),
cunstancia reviste una importancia básica por de un conjunto de delitos que además coin-
ciden, en gran medida, con los contenidos en
cuanto que supone un paso más en la configu- 39
los Convenios internacionales firmados hasta gravemente o destruir las estructuras funda-
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el momento. Con lo que poco (por no decir mentales políticas, constitucionales, económi-
nada) añade a lo ya establecido en su momen- cas o sociales de un país o de una organización
to, salvo el hecho de constituir un acuerdo internacional”.
propio de la Unión Europea. Sin embargo, la configuración del terroris-
La situación ha cambiado ligeramente en mo así realizada no resulta, a nuestro parecer,
el actual siglo XXI, con la aprobación de dos satisfactoria. Y ello por los siguientes motivos:
normas adoptadas por el Consejo de Seguri- en primer lugar, los fines se presentan de forma
alternativa, no acumulativa, con lo que basta
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dad, básicas en este ámbito: la Decisión Marco


(2002/475/JAI) sobre la lucha contra el terro- con que concurra uno de ellos para poder con-
rismo, de 13 de junio de 2002 (DOCE L164 figurar a las conductas listadas como constitu-
de 22 de junio de 2002, pp. 3 a 7) y la Deci- tivas de terrorismo, de forma que lo esencial en
sión Marco (2002/584/JAI) relativa a la orden la definición de terrorismo sigue consistiendo
de detención europea y a los procedimientos de en precisar aquellas circunstancias que hacen
entrega de los estados miembros, de la misma fe- que un delito común se haga merecedor de ese
cha que la anterior (DOCE L190 de 8 de julio mayor desvalor jurídico que se le atribuye a los
de 2002, pp. 1-12). Con las mismas se logran delitos de terrorismo, lo cual sigue sin quedar
dos cosas: la elaboración por vez primera de lo definido de forma adecuada si las finalidades se
que ha de entenderse por delito terrorista en la analizan de forma individual.
Unión y la sustitución de los acuerdos de extra- La enumeración alternativa no presentaría
dición entre los Estados miembro por la orden problema alguno si no fuera porque se mezclan
de detención europea (o euro-orden) respecto en esta definición medios y fines, por cuanto
de los delitos de terrorismo. En el convenci- que las dos primeras finalidades constituyen
miento de que la colaboración internacional los mecanismos a través de los cuales puede
resulta imprescindible para poder poner fin a llegarse a la última de las enunciadas, todas
este tipo de delitos. ellas con un objetivo ulterior que carece de re-
En lo que al concepto de terrorismo se re- levancia a efectos jurídicos. Así pues, no parece
fiere, la técnica empleada consiste en la enu- apropiada la técnica empleada dado que, con-
meración de una serie determinada de actos, siderados por separado, carecen de elementos
caracterizados todos ellos por constituir actos suficientes para configurar aquello por lo que
graves contra bienes jurídicos básicos (vida, in- tales conductas merecen ser calificadas como
tegridad física y libertad de personas), así como terroristas y por tanto, merecedoras de un tra-
la destrucción masiva de instalaciones y me- to más gravoso (el más gravoso, de hecho). En
dios de transporte, cuando con ello se puedan efecto, las dos primeras finalidades pueden ser
poner en peligro vidas humanas, haciéndose configuradas como propias de la delincuencia
referencia al uso de armas de fuego, explosi- organizada común, dejando bien sentado que
vos, armas nucleares y biológicas y químicas, la primera de ellas, ni siquiera tiene por qué
en tanto que por su peligrosidad los mismos constituir una finalidad buscada, sino un re-
“puedan lesionar gravemente a un país o a una sultado derivado de las actuaciones realizadas.
organización internacional”, cuando sean co- Mayor precisión tiene la última de las fina-
metidos para lograr determinados objetivos. lidades enumeradas que, en nuestra opinión,
Por tanto, lo que convierte a estos delitos es la que realmente debe configurarse como
comunes en terroristas es el hecho de que sean propia de un delito de terrorismo, por cuan-
cometidos con alguna de las siguientes finali- to que tal objetivo suele ser lo que se persigue
dades: “intimidar gravemente a una población; como paso previo para materializar el fin últi-
obligar indebidamente a los poderes públicos o mamente pretendido. De modo que entonces,
a una organización internacional a realizar un si ya se formula una lista de los concretos me-
40 acto o a abstenerse de hacerlo; o desestabilizar dios a través de los cuales puede considerarse
materializado el terrorismo, no resulta correc- El último ámbito que queda por analizar

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to el añadirle nuevos elementos teleológicos en este apartado es el de derecho comparado.
relativos, a su vez, a mecanismos a través de Así, atendiendo a las soluciones adoptadas en
los cuales pretenden hacerse efectivos los re- los ordenamientos jurídicos de los Estados
sultados. Y no resulta correcto fundamental- geográfica e ideológicamente más próximos a
mente por el efecto expansivo que esta técnica nosotros, podría afirmarse que la técnica legis-
comporta para el ámbito de aplicación de la lativa empleada a tal efecto es casuística, con-
norma. Por nuestra parte consideramos que sistiendo en la enumeración de conductas que
la especificación de los mecanismos concretos generalmente integran delitos comunes graves.

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mediante los que se lleva a cabo, esto es, las A partir de aquí pueden distinguirse dos mo-
concretas conductas delictivas cometidas, jun- delos. El primero recibe el nombre de objetivo,
to con el propósito de desestabilizar gravemen- pues establece el concepto por la pertenencia
te o destruir, como paso necesario para lograr a una asociación terrorista y a la realización
el fin último, constituyen elementos suficien- de delitos comunes graves (así por ejemplo, el
tes para configurar aquellos comportamientos parágrafo 129 del CP alemán). El segundo sis-
que pueden ser calificados de terroristas. Re- tema, mayoritario en Europa, es denominado
sulta criticable de la redacción dada al precep- mixto subjetivo-objetivo, por requerir expresa-
to, el que al eliminar los criterios distintivos mente una determinada finalidad: intimidar a
entre la delincuencia terrorista y la delincuen- la población; subvertir el sistema democrático
cia común grave, se difuminen los motivos en o alterar gravemente el orden público (como
los que fundamentar el trato gravoso que se son los casos de España, Francia, Italia, Portu-
dispensa a aquella sobre todas las demás y es- gal y Reino Unido). La exigencia de finalidad
pecialmente, entre la delincuencia organizada se justifica en la necesidad de diferenciar los
de carácter común y generalmente grave. Salvo delitos de terrorismo de otros delitos violentos
que lo que se pretenda en la actualidad sea la cometidos por grupos organizados. Sin em-
equiparación entre ambas, dispensándoles un bargo, a la exigencia de una finalidad especí-
mismo tratamiento o cuanto menos similar. fica se le han opuesto una serie de críticas a
Esta evolución legislativa debe naturalmen- las que aludiremos con posterioridad. En todo
te inscribirse en su contexto político, que en el caso, encontramos un factor común en ambos
caso que nos ocupa transita por dos situacio- modelos: se criminalizan sólo los medios vio-
nes estratégicas mundiales muy diferentes. En lentos, no las ideas políticas. Tal vez por esta
primer término, un mundo dividido en dos difícil separación entre violencia y política no
grandes bloques, periodo caracterizado por la se haya alcanzado plenamente la autonomía
descolonización y la llamada “guerra fría” en en la definición de las conductas terroristas.
donde hunden sus raíces diferentes movimien- En cualquier caso se puede avanzar que el te-
tos terroristas, generalmente vinculados a mo- rrorismo se manifiesta a través de la violencia,
vimientos inspirados en “la lucha de clases” o esto es, en la comisión de conductas que en
de raíz nacionalista. Y el actual, de hegemonía si mismas ya constituyen delito. Desde luego,
norteamericana, salpicado de “nuevas amena- tampoco por separado los elementos de orga-
zas y riesgos”, de una profunda transforma- nización o finalidad son suficientes. Sólo con
ción en los medios de producción, de enormes la combinación de todos ellos se ha pretendido
cambios en todas las áreas, y donde el terroris- lograr un mínimo de precisión conceptual. La
mo yihadista, neosalafista o islámico radical, ha clave de la noción de terrorismo deberá consis-
alcanzado el protagonismo internacional. tir, pues, en la determinación de aquellos ele-
mentos que califican a la violencia ejercida y
que la distingue de esa misma violencia cuan-
C) EL TERRORISMO EN LOS do es producida en otro contexto o con una
ORDENAMIENTOS DE LOS ESTADOS finalidad distinta.
DE NUESTRO ENTORNO 41
delitos en sumario, así como la autorización
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de medidas cautelares o de investigación es-


peciales; la previsión de medidas preventivas
3. EL CONCEPTO DE especiales; el establecimiento de toda una se-
TERRORISMO EN DERECHO rie de acciones a nivel administrativo, como la
PENAL ESPAÑOL previsión de un tratamiento penitenciario es-
pecial, o la creación de unidades especializadas
A) CONSIDERACIONES en la lucha contra el terrorismo de las Fuerzas
INTRODUCTORIAS: LA POLÍTICA y Cuerpos de Seguridad del Estado, y la crea-
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CRIMINAL ANTITERRORISTA ción de centros superiores de coordinación; la


La doctrina coincide en fijar el nacimien- previsión de normas beneficiosas para los te-
to del terrorismo (que no del Terror) a finales rroristas arrepentidos o que colaboren con las
del siglo XIX. Momento en que la “propagan- Autoridades, como mecanismo para fomentar
da por el hecho” comienza a hacerse efectiva el abandono por parte de estos de sus activida-
mediante el uso de la dinamita. En esta época des delictivas; la asunción por parte del Estado
tienen lugar también entre nosotros, al igual de la obligación de satisfacer la responsabili-
que en el resto de Europa, las actuaciones lle- dad civil derivada de la comisión de tales actos
vadas a cabo principalmente por los anarquis- y en particular de normas especiales para las
tas, contra los que se dirigieron las primeras víctimas de estos delitos; y finalmente, el esta-
normativas destinadas a reprimir esta clase de blecimiento de los mecanismos necesarios para
delincuencia. posibilitar una mayor cooperación internacio-
nal en relación a estos delitos.
Desde entonces, si algo ha caracterizado de
forma permanente a nuestra normativa anti- Es también común en la doctrina que otra
terrorista, han sido las notas de especialidad, de las líneas básicas que han guiado la política
excepcionalidad y emergencia. Y es que, en criminal en materia antiterrorista, ha sido la ti-
mayor o menor medida, estos rasgos se han pificación de los delitos de terrorismo en leyes
ido alternando o han sido predicables de ma- especiales, más accesibles a las modificaciones
nera simultánea respecto de las distintas dispo- que se estimara necesario introducir en cada
siciones legislativas que han estado dedicadas momento. Modificaciones o reformas, por
a afrontar este fenómeno. Fenómeno que, por cierto, demasiado frecuentes como para ser
otra parte, ha estado presente de forma casi consideradas resultado de una política crimi-
continua en nuestra historia reciente y que, nal meditada y adecuada, respondiendo más
por tanto, ha generado una dilatada experien- bien, cada una de ellas, a las concretas circuns-
cia legislativa en esta materia. tancias coyunturales que forzaron y fuerzan,
una reacción de los poderes públicos, con in-
Como ya puso de manifiesto en su momen-
dependencia de cuál sea ésta.
to BUENO ARÚS, los principios esenciales
que han caracterizado y todavía hoy siguen ca- Igualmente, los modelos que se le presentan
racterizando nuestra legislación antiterrorista como posibles al legislador a la hora de tipifi-
dentro del periodo democrático, son: fijación car los delitos de terrorismo, son dos: la deter-
de unas consecuencias jurídico penales más minación del terrorismo de forma autónoma,
gravosas que en otras áreas delictivas; la conmi- con sus propios elementos; o por el contrario,
nación penal de actividades previas a la comi- mediante la referencia a un conjunto más o
sión de los actos terroristas en sí mismos con- menos amplio de delitos comunes (general-
siderados, en particular de figuras vinculadas a mente los de naturaleza más grave) a los que
una configuración extrema de la apología; su se les atribuye una especial significación por la
enjuiciamiento por jurisdicciones especiales; concurrencia de algunas o todas las notas a las
la previsión de especialidades procesales que que seguidamente nos referiremos. La primera
42 convierten al proceso previsto para este tipo de de las técnicas no ha sido empleada nunca por
ninguno de nuestros legisladores. La segunda es de carácter individual, sino colectivo (que

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por el contrario, ha venido variando entre el ha ido variando entre la seguridad exterior e
uso de listados de concretos delitos a los que se interior del Estado, el orden público, y más re-
les ha añadido una serie de elementos cualita- cientemente, la seguridad jurídica y el orden
tivos, o la especificación, para cada uno de los democrático).
delitos comunes que han configurado un tipo Partiendo de la concepción procedimental
autónomo, de sus propios caracteres. del bien jurídico elaborada por VIVES AN-
TÓN, esto es, entendiéndolo como una jus-

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B) ELEMENTOS HISTÓRICAMENTE tificación de la existencia del tipo y no como
EMPLEADOS EN LA un elemento constitutivo del mismo, en aten-
CONFIGURACIÓN LEGISLATIVA DE ción a la evolución legislativa que en relación
LOS DELITOS DE TERRORISMO al terrorismo ha tenido lugar entre nosotros,
puede observarse que se ha evolucionado des-
Si se parte de la base de que la ausencia de de el inicial orden público (con la Ley de 10 de
una noción expresa de terrorismo obliga a que julio de 1894, de explosivos y la Ley de 2 de
la misma deba ser inferida de los elementos septiembre de 1896, de represión del anarquis-
que configuran las distintas infracciones pena- mo), pasando por la seguridad interior (y en
les calificadas de terroristas, las consideraciones ocasiones incluso la exterior) del Estado, como
críticas que sobre aquel concepto pretendan es el caso de la Ley de Seguridad del Estado,
hacerse, habrán de ir referidas precisamente a de 29 de marzo de 1941, hasta la actual con-
estos elementos. figuración del mismo como la pervivencia de
A este respecto, como señalara en su mo- la propia institución estatal frente a quienes se
mento ARROYO ZAPATERO, la noción de erigen contra ella.
terrorismo puede elaborarse atendiendo a los Igual transición ha tenido lugar en lo rela-
medios empleados, los resultados producidos tivo al bien jurídico inmediatamente afectado,
y la finalidad perseguida con ellos. Estas tres el cual ha pasado de ser ignorado (por cuanto
categorías básicas o genéricas pueden ser pre- que se tipificaban como terrorismo conductas
cisadas de diversas maneras, al igual que tam- de mera actividad que no requerían la produc-
bién pueden sumarse otros elementos que no ción de resultado alguno) como fueron las re-
quedan englobados en ellas. Elementos todos feridas leyes de finales del siglo XIX, llegando a
ellos que han sido empleados, tanto a nivel in- ser conformada como una mera circunstancia
ternacional como nacional y que, en función agravante de la pena a imponer (por ejemplo el
de cómo sean concretados y alternados, harán Código Penal de 1944), llegando finalmente a
variar la concepción de lo que debe entenderse estar reconocido de forma expresa, tal y como
por terrorismo. sucede en la actual legislación.

a) Bien Jurídico b) Sujeto activo


Entre los primeros ha de hacerse referen- El sujeto activo ha constituido otro de los
cia al bien jurídico lesionado o puesto en pe- elementos que han servido de base para ela-
ligro. En relación al mismo y dado el general borar jurídicamente la noción de terrorismo.
entendimiento del terrorismo como delito Tan es así, que no sólo en derecho comparado
pluriofensivo, puede hacerse alusión tanto al (como es el caso alemán), sino también nues-
bien jurídico individual afectado de forma in- tro legislador, en más de una ocasión, ha hecho
mediata por el comportamiento desarrollado depender exclusivamente el delito de terroris-
(básicamente la vida, la salud, la libertad y el mo de este elemento y de la conducta delictiva
patrimonio), como al bien jurídico sobre el realizada.
que se actúa de manera mediata, el cual ya no 43
En esta sede se le plantea al legislador una los procedimientos deleznables utilizados por las
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cuestión esencial: si decide otorgar al delito de bandas y las organizaciones, unidas en una mis-
terrorismo naturaleza común, o por el contra- ma finalidad destructiva”.
rio considera que éste es un delito que no pue- Así, en relación a este elemento, nuestros
de ser cometido por cualquiera; con lo que no sucesivos legisladores han pasado desde tiem-
le queda más remedio que configurarlo como pos decimonónicos hasta nuestros días por una
un delito especial. Igualmente deberá decidir si serie de etapas: una primera en la que se punía
el delito de terrorismo requiere, en cuestión de la pertenencia a organizaciones dedicadas a la
autoría y participación, unas reglas específicas
TEORDER

comisión de delitos de terrorismo, sin la exi-


y propias, al igual que la criminalidad organi- gencia de la concurrencia de la misma para la
zada común, por ser un delito plurisubjetivo, existencia del delito en sí mismo considerado.
o por el contrario es suficiente con las reglas Con otras palabras, el delito de terrorismo te-
generales establecidas en la parte general. La nía una fórmula específica en la que no era ne-
solución adoptada por nuestro legislador del cesario que fuera cometido por un grupo orga-
95 fue, al menos hasta el 2000 (con la reforma nizado, siendo este hecho recogido en un delito
operada por la Ley Orgánica 7/2000, de modi- autónomo. El punto de inflexión vino determi-
ficación de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de nado por las leyes números 42 y 44, de 15 de
noviembre, del Código Penal, y de la Ley Or- noviembre de 1971, por las que se reformaban
gánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de el Código de Justicia Militar y el Código Penal.
la Responsabilidad Penal de los Menores, con Como es sabido, tales disposiciones fijaron el
los cambios incorporados en el art. 577 CP, criterio determinante del texto legal aplicable
en atención a los cuales ya no es necesaria la y, por tanto, de la jurisdicción competente y
existencia de vinculación alguna a una organi- del procedimiento que debía seguirse, en el
zación terrorista, quedando sujeto el concepto carácter organizado y sistemático de las actua-
de terrorismo a dos elementos: los concretos ciones. Elemento que se concretó mediante la
delitos a los que se hace referencia en el mis- existencia o no de asociaciones o grupos orga-
mo, y el elemento subjetivo que se le exige al nizados, de forma tal que la jurisdicción militar
sujeto activo), la de optar por la exigencia de era competente para el enjuiciamiento de aque-
la concurrencia de una organización terrorista, llas actividades que se produjeran, no de modo
incorporándose o equiparándose, al menos en episódico e individual, sino como acciones que
lo que a este aspecto se refiere, a la delincuen- provinieran de grupos u organizaciones con el
cia organizada común. No en vano, las bandas carácter de mayor permanencia, en tanto que
armadas, organizaciones o grupos terroristas correspondía a la jurisdicción ordinaria cono-
constituyen una modalidad agravada de las cer de “los actos terroristas realizados individual-
asociaciones ilícitas penalmente tipificadas. mente o por grupos no organizados ni estables”.
Modalidad agravada que el Tribunal Supremo De esta manera, la existencia de un grupo orga-
justificó en su sentencia núm. 338/1992, de nizado se constituyó en elemento en atención
12 de marzo, en el hecho de que “la banda y la al cual se determinaba la normativa aplicable,
organización tienen una mayor entidad en tanto pero no la existencia de los delitos de terroris-
que buscan la subversión del orden social estable- mo, que podían seguir siendo cometidos por
cido o la derrocación del sistema democrático que personas que actuaran a nivel individual. Con
como programación política regula el desenvolvi- lo que a efectos conceptuales la situación seguía
miento de un Estado, su presente y su futuro, y el siendo la misma.
ejercicio de los derechos y obligaciones de la ciu-
dadanía, en cualquier caso por métodos violen- Como decimos, estas leyes, aunque no re-
tos, inhumanos e insolidarios que en el supuesto vistieron el paso decisivo en el sentido de la
de la organización terrorista o rebelde implican configuración de la existencia de un grupo or-
la finalidad expresa de infundir terror a todos los ganizado como elemento típico del delito de
44 niveles. Ello no obstante, en la práctica coinciden terrorismo, sí supusieron el paso previo para la
consolidación de tal modelo legislativo. Mode- lentos que se le exige al terrorismo. De ahí que

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lo que sería implantado con la promulgación el Tribunal Supremo haya podido afirmar en el
de las leyes 56/1978, de 4 de diciembre y la fundamento jurídico 46 de su sentencia núm.
82/1978, de 28 de diciembre, de modificación 1025/2007 de 19 de enero que, en atención
del Código Penal en materia de terrorismo, las a la doctrina constitucional y la propia suya a
cuales supusieron la desaparición del nomen iu- la que hace referencia previamente, se puede
ris del terrorismo del Código Penal, al derogar “comprobar que será el carácter reiterado de for-
sus artículos 260 a 262 y los preceptos conte- ma regular, de las acciones violentas, capaces de
nidos en su anexo (que eran los relativos al te- crear en la población la figuración de alarma o

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rrorismo contenidos en el Código de Justicia inseguridad, así como la finalidad perseguida, lo
Militar y que habían sido trasladados del texto que configurará la acción como terrorista, frente
punitivo castrense al común por el Decreto- a las acciones aisladas o no permanentes que no
Ley 3/1977, de 4 de enero, sobre competencia alcanzarían tal consideración. Y, que, de cual-
jurisdiccional en materia de terrorismo), pa- quier modo, el concepto de terrorismo, organiza-
sando a configurar legislativamente este delito ción o grupo terrorista, no siempre se identifica
en atención a la enumeración de una serie de con el de banda armada, como hace la sentencia
delitos comunes que resultan cualificados por recurrida, sino que es la naturaleza de la acción
la integración de su responsable en grupos or- cometida, la finalidad perseguida con esta actua-
ganizados y armados (como fue el caso del Real ción, la que determina el carácter terrorista o no
Decreto-Ley de 30 de junio de 1978). Dicha de la misma, para cuya comisión se constituye, o
técnica legislativa (aunque con cambios pues, en la que incurre una vez constituida”. Sin em-
como ya se ha expresado, desde que tuvo lugar bargo, aun admitiendo que el carácter reitera-
la reforma del art. 577 CP operada por la LO tivo y sistemático sea un elemento válido para
7/2000, existe un doble rasero para determinar determinar el concepto de organización terro-
qué ha de considerarse terrorismo. Si se atiende rista (por cuanto que la continuidad temporal
al art. 574 CP, la existencia y vinculación a una es un factor determinante de la existencia del
banda armada, organización o grupo terrorista, grupo), no creemos que sea un criterio válido
junto con el elemento subjetivo contenido en a la hora de definir lo que es terrorismo, pues
el art. 571 CP genera que cualquier infracción el mismo ha de atender a lo que constituye un
penal sea considerada terrorismo. En tanto que acto terrorista.
si no existe esa vinculación a la organización, Por otro lado, el recurso al elemento or-
los criterios sobre los que sustenta la noción ganizativo o estructural a la hora de configu-
de terrorismo son el elemento subjetivo exigi- rar el delito de terrorismo ha supuesto que se
do (al que se añade una nueva modalidad) y haya dedicado más atención a las nociones de
la comisión de determinadas infracciones que banda armada, organización, grupo e incluso
vienen listadas en un sistema de numerus clau- elemento terroristas, que del propio terroris-
sus. Como se ve, la existencia de una pluralidad mo. Nociones por cierto que tampoco han
organizada de sujetos es el criterio sobre el que sido elaboradas legislativamente, sino que tal
se hacen recaer las divergencias en la concep- papel ha sido asumido por la jurisprudencia
tuación de estos delitos. Divergencias que han y la doctrina. Los inconvenientes que se han
sido mantenidas hasta la actualidad. derivado de esta circunstancia serán tratados,
Este sistema ha generado una consecuencia sin embargo, en el último epígrafe baste por el
que debe ser puesta de manifiesto. La pieza cla- momento con su mera enunciación.
ve para determinar cuándo se aprecia un delito c) Sujeto pasivo
de terrorismo o no, se ha hecho depender del
elemento organizativo, en cuanto que el mis- En lo que al sujeto pasivo se refiere, no con-
mo resulta adecuado para materializar el carác- sideramos oportuno, ni funcional a efectos de
ter sistemático en la comisión de los actos vio- tipificación, el incluir en la definición de terro-
45
rismo al mismo. Y ello por una mera cuestión Más acertado parece el uso que sí ha hecho
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de adaptación a la realidad. La determinación de este elemento nuestro legislador a la hora de


del sujeto pasivo constituye una técnica jurídi- elaborar subtipos agravados.
ca que ha sido empleada especialmente en el De la misma manera que hacer referencia
plano internacional, ámbito jurídico en el que al sujeto pasivo como elemento definitorio
los sujetos de Derecho son bastante limitados. constituye una opción inadecuada por no aña-
Sin embargo, si algo ha demostrado respecto dir nada al mismo, idéntica afirmación cabe
del terrorismo la experiencia empírica habida realizar en atención al objeto material sobre el
hasta el momento, es que el sistema de elec-
TEORDER

que recaigan los actos terroristas. Y ello por-


ción de las víctimas varía en función de los que tal decisión tampoco supone ningún valor
intereses y circunstancias del momento, ha- añadido al concepto que de terrorismo puede
biéndose atentado tanto contra determinados darse con el mismo, y porque legislativamen-
cargos públicos por el valor simbólico que tales te, como ya advirtiera GUTIÉRREZ LANZA
actos contenían, como fue el caso del terroris- respecto del CP de 1944, “al pretender[se] la
mo anarquista o pudieran serlo las actuaciones plenitud de precisión penal por vías de detalle,
de ETA en determinados momentos; como introduce en el Texto legal el mismo germen de
también se han llevado a cabo actos indiscri- su impotencia”.
minados en los que era completamente indi-
ferente quién fuera la víctima, siempre que la
hubiera. De hecho, parece que de un tiempo d) Elemento subjetivo
a esta parte lo que prima es rentabilizar en la
Otro de los elementos empleados por el le-
mayor medida posible cada una de las actua-
gislador para configurar los delitos de terroris-
ciones que se lleven a cabo, lo cual implica lo-
mo (y de forma indirecta) para definir al terro-
grar cuanta repercusión pueda obtenerse. Cir-
rismo, ha sido la exigencia de la concurrencia
cunstancia que, a fin de cuentas, se traduce en
en el ánimo del sujeto activo de un determi-
provocar el mayor número de víctimas posible.
nado elemento subjetivo, configurado como la
Claro ejemplo de esta tendencia son los actos
finalidad perseguida a la hora de llevar a cabo
cometidos el 11-S de 2001, el 11-M de 2004 y
tales actos.
el 7-J de 2005. Por no mencionar los habidos
en países de oriente próximo y medio. Es decir, Como anunciábamos con anterioridad, este
ya no se busca la generación de la víctima, sino ha sido uno de los elementos más criticados
de las víctimas. El que cualquiera, por tanto, por la doctrina, por la dificultad probatoria
pueda ser víctima de un acto de terrorismo, que presenta, las equiparaciones entre medios
y que desde luego toda la sociedad en el que y fines que el legislador ha venido realizan-
el mismo tenga lugar se constituya en sujeto do, y por abocar a una suerte de pensamiento
pasivo del mismo, hace que las referencias a tal tautológico. Ciertamente, la exigencia de este
elemento pierdan toda función delimitadora, elemento resulta polémica y difícil de determi-
siendo por tanto su inclusión disfuncional a nar. Sin embargo, que los actos terroristas se
los efectos pretendidos. De ahí que el Tribunal cometen con un objetivo o un propósito de-
Supremo haya llegado a afirmar en el funda- finido, es algo que puede afirmarse si se parte
mento jurídico cuarto de su sentencia 85/98, de la consideración del terrorismo como una
de 27 de enero, que para la existencia del delito estrategia de actuación (de entre todas las que
de terrorismo “resulta indiferente si la agresión se presentan como posibles). Tal elemento no
está dirigida contra la generalidad de la pobla- puede, por tanto, ser obviado.
ción o contra un determinado grupo, colectividad De entre las finalidades que pueden distin-
o institución”. guirse en relación al terrorismo cabe distinguir
tres: la inmediata, relativa al concreto delito
cometido, que sirve como mecanismo de ac-
46
tuación. Una segunda que reviste un carácter siguiente conclusión: si el terrorismo es vio-

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mediato, consistente en el ánimo de quebrar lencia común con finalidad política, y esa vio-
las bases sobre las que se asienta el sistema lencia se manifiesta mediante la comisión de
político instituido, para una vez conseguido delitos comunes que resultan cualificados pre-
eso, lograr el fin ulteriormente perseguido, cisamente por la finalidad política por la que
en atención al cual se realizan todas las actua- se han realizado, no puede renunciarse a dicho
ciones previas. Esta finalidad perseguida, que elemento, ni a la hora de definir el terrorismo,
constituye la tercera de las clases diferenciadas, ni a la de plasmarlo legislativamente. Cuestión
puede revestir una naturaleza política, o últi- distinta es la innegable dificultad probatoria

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mamente incluso religiosa y, como ya se ha di- que ello conlleva y en qué concreta fórmula
cho, carece a efectos de punición de relevancia típica se plasme. Tal vez ésta sea una cuestión
típica (aunque no siempre ha sido así, como apropiada para dejarla abierta a un debate que
por ejemplo ocurría con las ya aludidas leyes tenga en cuenta las circunstancias actuales. Lo
42 y 44 de 1971, en las que se hacía referencia que desde luego resulta innegable a nuestro
“al fin de atentar contra la seguridad del Estado entender, es su necesidad. Nótese que incluso
la integridad de sus territorios, la unidad nacio- en los sistemas objetivos, en los que no se hace
nal, el orden institucional y el orden público”, referencia alguna a la necesidad de elemento
fórmula que iba dirigida a las organizaciones subjetivo, a los delitos comunes se les añade la
terroristas independentistas). De ahí que el existencia de una organización. Es decir, siem-
Tribunal Supremo haya podido afirmar en el pre hay algo que sirve de justificación del in-
fundamento jurídico segundo de su sentencia cremento del desvalor jurídico que se atribuye
núm. 633/02, de 21 de mayo, que “la activi- al terrorismo. Dadas las críticas ya referidas y
dad delictiva de ETA tiene por finalidad obtener las que realizaremos más adelante al denomi-
la independencia de Euskadi, no como opción nado doctrinalmente elemento estructural, so-
ideológica, que como tal puede tener cabida en mos más partidarios de esta solución.
el marco del pluralismo político que es uno de los A este respecto conviene destacar que el Tri-
valores superiores de nuestro Ordenamiento Ju- bunal Supremo, a la hora de fijar los elemen-
rídico, sino como imposición de una opción que tos que determinan la existencia de una ban-
excluye las demás y busca el exterminio del plura- da armada, afirmó en el fundamento jurídico
lismo ideológico mediante los más graves actos de décimo quinto de su sentencia núm. 2/1998,
aterrorización social”. de 29 de julio, que “por último, se requiere un
Para poder dar debida respuesta a la cues- especial elemento subjetivo de injusto. No basta
tión relativa a si ha de atenderse o no a la fi- con que objetivamente las acciones de la banda
nalidad perseguida a la hora de cometer actos armada causen la inseguridad en la población a
terroristas, debe partirse de otra premisa: el que antes nos hemos referido. Es necesario que la
terrorismo es violencia política, esto es, el ejer- organización como tal tenga por finalidad crear
cicio de violencia como mecanismo para hacer esa mencionada inseguridad o miedo colectivo,
efectivos unos determinados objetivos políti- ya sea para subvertir el orden constitucional o,
cos o de cualquier otra naturaleza. Cuáles sean sin tal subversión, alterar gravemente la paz pú-
esos concretos fines carece de importancia, por blica, finalidad alternativa a que se refiere el art.
cuanto que, como puso de manifiesto el Tri- 571 CP vigente: de este modo, se sintetiza lo que
bunal Constitucional en el fundamento jurí- venía siendo doctrina de esta Sala. Por ello, son
dico séptimo de su sentencia núm. 48/2003, bandas armadas tanto las que se pretenden alterar
de 12 de marzo, “cualquier proyecto [político] es el orden establecido, es decir, en el actual sistema
compatible con la Constitución, siempre y cuan- jurídico, el Estado social y democrático de Dere-
do no se defienda a través de una actividad que cho al que se refiere el art. 1º de la Constitución,
vulnere los principios democráticos o los derechos como aquellas otras que, con la finalidad última
fundamentales”. De ahí que pueda llegarse a la de afirmar nuestra democracia luchando contra
47
las organizaciones que pretenden acabar con ella, lugar, no puede ser tenido en cuenta en el pla-
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tienen como fin inmediato la mencionada grave no conceptual, pues puede producirse un acto
perturbación de la paz pública por la utilización terrorista que por determinadas circunstancias
del armamento que poseen o por la concreta clase específicas del momento no lo cause (piénsese
de delito de especial alarma colectiva que come- por ejemplo en el asesinato de una sola per-
ten, capaces por sí mismos de alterar esa norma- sona, tras una campaña reiterada de atentados
lidad de la convivencia ciudadana sin la cual no cometidos mediante explosivos que han gene-
se pueden ejercitar adecuadamente los derechos rado un elevado número de víctimas).
fundamentales reconocidos en nuestro ordena- Pero la anterior consideración atiende al te-
TEORDER

miento constitucional: en definitiva, también un rror configurado como efecto. Si por el contra-
atentado contra nuestra Ley Fundamental”. rio se le considera como elemento subjetivo,
A nuestro entender, las dificultades proba- esto es, como propósito buscado, con la fór-
torias no pueden servir de referente a efectos mula actualmente exigida en el Código Penal,
definitorios, pues ambas son cuestiones que se consistente en “subvertir el orden constitucio-
plantean en ámbitos autónomos entre sí. Con nal o alterar gravemente la paz pública”, puede
lo que no creemos que tal motivo sea una crí- descartarse este elemento, al poder considerar-
tica acertada a su uso a efectos conceptuales. se al mismo contenido en los dos reseñados,
En cuanto a las equiparaciones entre medios de forma que su enumeración expresa resulta
y fines, las mismas constituyen más un pro- reiterativa, y por ello innecesaria. ¿Qué mejor
blema legislativo que conceptual, y puede re- forma de impedir el normal ejercicio de los
solverse cambiando la fórmula legislativa em- derechos fundamentales que generando temor
pleada. Y, en lo que se refiere a la última de hasta el punto de convertir a cualquier ciu-
las críticas apuntadas, es decir, a la generación dadano en objetivo potencial de un atentado
de un pensamiento tautológico, puede evitarse mortal?
construyendo el mismo, no desde el recurso a
una fórmula que lo plasme con la referencia a
las actividades y objetivos de los grupos o ban- e) Conducta típica
das armadas, sin especificar cuáles son, como De todos los que han sido empleados hasta
ocurría con la Ley Orgánica 2/1981, de 4 de el momento, el elemento que más puede hacer
mayo, sino dándole un contenido distinto: el variar el concepto de terrorismo es el de la con-
subvertir el orden político constituido —que ducta. Puesto que es precisamente el mayor o
no tiene por qué ser democrático—. En con- menor número de delitos comunes a los que
clusión, el elemento subjetivo que cualifica e se haga referencia, lo que hará variar aquello
individualiza al terrorismo es el del empleo de que se entiende por terrorismo. Y, como más
la violencia para alterar y romper los mecanis- adelante se dirá con detalle, el modo de limitar
mos de regulación social legalmente estableci- el concepto de terrorismo viene por vía de la
dos, para con ello lograr un específico objeti- determinación de lo que es un acto terrorista,
vo. Tal ha de ser por tanto a nuestro parecer, el cuya formulación expresara hace ya tiempo VI-
elemento subjetivo a emplear. VES ANTÓN. De forma que por terrorismo
Tanto a nivel nacional como internacional, deberá entenderse el cometer un acto terroris-
se ha empleado en ocasiones como elemento ta, esto es, un acto grave ejecutado por medios
subjetivo el ánimo de generar terror en deter- especialmente violentos, que comporte cuanto
minados colectivos o grupos sociales. En nues- menos un peligro para los bienes jurídicos más
tra opinión tal referencia no es necesaria, pese básicos, y dirigido a subvertir el orden político
a que el terrorismo se caracterice precisamente constituido. El resto de conductas que se en-
por la generación de ese efecto. Y ello por el si- cuentren relacionadas con tales actos podrán
guiente motivo: el que la producción del resul- ser objeto o no de un mayor desvalor jurídico
por su gravedad y relevancia. Eso constituye
48 tado consistente en generar terror tenga o no
una decisión que corresponde adoptar al legis- dios, entendidos como instrumentos, general-

2008, Nº 3, PÁGS. 34-58


lador. Pero no pueden ser considerados terro- mente han ido referidos al uso de medios o
rismo propiamente dicho. aparatos aptos para causar graves estragos, ám-
De ahí que, aun admitiendo que le asiste bito que con posterioridad ha sido ampliado
la razón al Tribunal Supremo cuando en el también a las armas capaces de causar grave
fundamento jurídico segundo de su sentencia daño a la vida (en el plano internacional se ha
núm. 633/2002, de 21 de mayo, afirma que llegado a hacer referencia incluso a las armas
“el terrorismo es una forma de delincuencia or- nucleares y bioquímicas). Entre nosotros este
elemento se ha centrado siempre en el uso de

TEORDER
ganizada que se integra por una pluralidad de
actividades que se corresponden con los diversos mecanismos aptos para generar estragos (prin-
campos o aspectos que se pueden asemejar a una cipalmente sustancias y aparatos explosivos),
actividad empresarial pero de naturaza delicti- los cuales han sido en ocasiones (como por
va”, tal circunstancia no implica que todos los ejemplo en la Ley de 11 de octubre de 1934)
delitos cometidos por terroristas revistan esta ampliados al uso de “armas que normalmente
naturaleza por el hecho de haber sido cometi- sean susceptibles de causar grave daño en la
dos por ellos. Es más, en atención a lo que aquí vida o la integridad física de las personas”.
defendemos, la condición se adquiere única y Respecto a los resultados causados, se ha
exclusivamente por la previa comisión de un pasado de la tipificación de conductas de mera
acto terrorista. Sólo así se consigue no incurrir actividad (e incluso de su tentativa) a la exigen-
en un Derecho penal de autor. De hecho, el cia de la producción los mismos. Los resulta-
Tribunal Supremo establece, en su sentencia dos, cuando han sido incluidos en el tipo, han
2/1997, de 29 de noviembre, que la ausencia aparecido referidos tanto a los efectos psicoló-
de una definición de terrorismo no sólo no gicos como físicos, de naturaleza individual o
impide, sino que obliga a los jueces y Tribuna- colectiva, pudiendo hacerse mención de nuevo
les a configurar un concepto de terrorismo en a la generación de un sentimiento de terror,
atención a las acciones cometidas. A tal efecto a la destrucción o menoscabo de la vida o la
reseña literalmente en el fundamento jurídico integridad física de personas y bienes materia-
quinto de la misma que “es evidente que con las les, así como a la producción de una notable
fórmulas legales contenidas en los preceptos ana- afectación de la seguridad pública, la paz social
lizados se reafirma el designio constitucional de y en definitiva, el orden político establecido.
que ninguna actividad que incluya la violencia Dejando de lado la indudable relevancia que
como método de lucha política resulte homolo- tal aspecto reviste a efectos de tipificación, no
gada para participar en la vida pública. Se ga- lo consideramos imprescindible conceptual-
rantiza así el pluralismo político, y la libertad mente hablando por cuanto que no creemos
ideológica, como lo demuestra el dato de que el que la consecución de los objetivos mediatos y
título básico incriminador del terrorismo —con- ulteriores perseguidos deban constituir un cri-
cepto de obligada referencia en todas esas conduc- terio determinante de lo que debe entenderse
tas— no es una teórica finalidad política tomada por terrorismo.
aisladamente, sino la actividad violenta que los De todo lo afirmado hasta el momento,
terroristas diseñan y ejercitan para alcanzar sus puede concluirse que los elementos que resul-
objetivos y el efecto social que el mismo reduce, tan indispensables a la hora de la definición
dirigido a torcer los normales mecanismos de de- del terrorismo son las concretas conductas
cisión política”. mediante las cuales puede manifestarse, que
Íntimamente relacionado con la técnica de deben limitarse a actos violentos graves con-
tipificación de la conducta son los medios que tra los bienes jurídicos más básicos, las cuales
vienen siendo generalmente empleados para la resultan cualificadas por el elemento subjetivo
ejecución de estos hechos y en segundo lugar, relativo a la finalidad con la que los mismos
los resultados causados. En cuanto a los me- se realizan. En lo que al bien jurídico se re- 49
fiere, el mismo es imprescindible a efectos de organización, con reiteración o aisladamente, y a
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justificación del delito de terrorismo, pero no través de la utilización de medios o la realización


es necesario que se encuentre expresamente de actos destinados a crear una situación de grave
contenido en la definición. Los dos elementos inseguridad, temor social o de alteración de la
de carácter objetivo y subjetivo aludidos cons- paz pública, tiene por finalidad subvertir total o
tituyen, a nuestro parecer, las notas esenciales parcialmente el orden político constituido”.
que no pueden faltar a la hora de definir el Volviendo al texto punitivo, en atención
terrorismo, pudiendo prescindirse por tanto, al contenido de los preceptos ubicados en la
de referencias específicas al resto.
TEORDER

Sección II, del Capítulo V, del Título XXII,


intitulada “De los delitos de terrorismo” (arts.
C) EL MODELO LEGAL VIGENTE: 571 a 580, ambos inclusive) y de los precep-
CONCEPTO DE TERRORISMO EN EL tos 515 y 516 del referido texto punitivo, en
CÓDIGO PENAL DE 1995 los que se califica (apartado 2º) a las “bandas
armadas, organizaciones o grupos terroristas”
El legislador del 95, al igual que los anterio- como asociación ilícita, tipificándose la inte-
res, no incorpora a nuestro texto punitivo una gración (diferenciando el puesto jerárquico
definición legal de terrorismo, sino que, por ocupado dentro de ellas) en las mismas, puede
el contrario, lo que viene determinado como inferirse que el modo en que se configuran los
tal ha de resultar inferido del análisis conjunto delitos de terrorismo radica en la exigencia de
de una serie de preceptos, todos ellos ubicados un doble elemento. De forma que sólo cuando
sistemáticamente en la parte especial, en tanto concurran los mismos, podrán ser considera-
que varios son los delitos relacionados con este dos los delitos comunes contenidos en los refe-
género delictivo. ridos preceptos como delitos terroristas.
A nivel jurisprudencial la situación es se- Tales elementos son: uno objetivo, referido
mejante, pues el Tribunal Constitucional no al sujeto activo, y uno teleológico configurado
sólo no ha dado una noción precisa de este como elemento subjetivo del tipo. El elemento
fenómeno, habiéndolo considerado como un objetivo ha sido definido por parte de la doc-
“desafío a la esencia misma del Estado demo- trina como elemento estructural, interpretán-
crático” (sentencia núm. 89/1993, de 12 de dolo como la necesidad de la concurrencia de
marzo, FJ 3.c), una “amenaza específica al or- una estructura organizada. Elemento que se
den democrático” (sentencia núm. 71/1994, deriva de la fórmula legal empleada en los arts.
de 3 de marzo, FJ 3), por cuanto que “se trata 571 a 574: “los que perteneciendo, actuando
de un fenómeno basado en la legitimación del al servicio o colaborando con bandas armadas,
terror y en su carácter sistemático reiterado y organizaciones o grupos”.
organizado” (sentencia núm.11/2006, de 16 El elemento teleológico o finalístico por su
de enero, FJ 5), sino que ha señalado en la re- parte exige que tales bandas armadas, organi-
ferida sentencia 89/1993, que la ausencia de zaciones o grupos acabados de referir, tengan
tal definición no supone problema alguno de por objeto “subvertir el orden constitucional o
constitucionalidad al existir instrumentos in- alterar gravemente la paz pública”.
ternacionales y una asentada jurisprudencia
que permite inferir a qué realidad se refiere el En una primera aproximación podría con-
término terrorismo. siderarse que en el Código Penal vigente, en
atención a lo dicho, constituye terrorismo la
Sí lo ha hecho por el contrario el Tribunal realización de actos graves contra bienes jurí-
Supremo, en el fundamento jurídico sexto de dicos básicos realizados por sujetos de alguna
su sentencia 2/1997, de 29 de noviembre, en manera relacionados con estructuras organi-
la que expone como fórmula definidora del te- zadas que persiguen dos concretos objetivos:
rrorismo, la de ser “una actividad planificada destruir el orden constitucional existente, o
50 que, individualmente, o con la cobertura de una
alterar gravemente la paz pública. Esto es, el el Código Penal, ello no implica que dicho sis-

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estado en el que la generalidad de los ciuda- tema fuera el más apropiado, con lo que esa
danos pueden desarrollar con normalidad sus pérdida de referentes no necesariamente tiene
derechos fundamentales y libertades públicas, por qué ser errónea. Especialmente en lo que
todo ello como un instrumento para lograr un al sujeto activo se refiere.
ulterior objetivo político.
Sin embargo, puede verse que en realidad,
y procede ahora referirse al art. 577 CP, el ele-
4. CONSIDERACIONES FINALES

TEORDER
mento estructural no resulta imprescindible
para la configuración de un delito como terro- Y PUNTO DE PARTIDA PARA EL
rista por cuanto que en este precepto se califica DEBATE
y pena como tal a los hechos llevados a cabo
precisamente, por los que no se encuentren Así pues, analizada la evolución legislativa
integrados en tales grupos (“los que, sin per- experimentada, puede observarse que la deli-
tenecer a banda armada, organización o grupo mitación que del terrorismo ha venido reali-
terrorista”). Así lo ha afirmado el Tribunal Su- zando nuestro legislador no ha consistido en
premo en el fundamento jurídico único, apar- la elaboración de un determinado concepto le-
tado 6, de su sentencia núm. 546/2002, de 20 gal. Sino que, por el contrario, la atribución de
de marzo, en el que niega que dicho precepto este especial régimen jurídico, se ha centrado
produzca un desplazamiento al derecho penal en la configuración del mismo por medio de
de autor, por cuanto que “los hechos sanciona- la determinación de sus elementos objetivo y
dos en dicho precepto lo son per se, por su natu- subjetivo, de forma autónoma en algunas oca-
raleza, al realizarse con la finalidad de subvertir siones, conjuntamente en otras.
el orden constitucional o de alterar gravemente Entre los primeros se han venido conte-
la paz pública”. Como ya se ha dicho, tal ele- niendo los medios empleados y los resultados
mento deviene por tanto imprescindible en la obtenidos con los mismos —en idéntica rela-
actualidad para cometer determinados actos ción de autonomía o complementariedad—,
terroristas penalmente relevantes, pero no para así como los sujetos que pueden llevarlos a
que el terrorismo tenga lugar. Cuestión distin- cabo, dependiendo del momento. Los segun-
ta es si resulta acertada tal exigencia típica. dos, por su parte, han ido referidos a los que
Igualmente, este precepto también incluye se han venido denominando funciones y fines,
modificaciones en lo que respecta al elemento esto es, los objetivos inmediatos y mediatos
teleológico, en cuanto que a los concretos fines buscados.
anteriormente referidos se añade ahora además El terrorismo, pues, ha pasado, como pone
el de “contribuir a estos fines atemorizando a de manifiesto GARCÍA SAN PEDRO, de ser
los habitantes de una población o a los miem- configurado como meros actos de destrucción,
bros de un colectivo social, político o profesio- a constituir actos de destrucción que persi-
nal”, mediante la comisión de los delitos espe- guen una finalidad política, lo que implicaba
cificados en el precepto. Con lo que vuelve a la imposibilidad de que los atentados cometi-
incorporarse el elemento de la generación del dos contra la vida o la integridad física de las
terror en la configuración del terrorismo. Al personas por medios distintos a los estragos
sistema actualmente contenido en nuestro tex- pudieran ser considerados como tal. Efecto al
to punitivo se le ha objetado (vid. LAMARCA que se puso fin cuando comenzó a calificar-
PÉREZ), precisamente en atención al referi- se como terrorismo también a estas formas de
do art. 577, el haber supuesto la pérdida de actuación. Lo cual tuvo lugar precisamente en
los elementos que configuran al terrorismo. un momento en el que los elementos subjeti-
Si bien es cierto que en efecto este precepto vos requeridos adquirieron su máxima exten-
rompe con el sistema que venía establecido en sión haciendo referencia, no sólo a los obje- 51
tivos mediante los cuales se pretendía lograr terroristas”. De suerte que su definición consti-
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un determinado fin político, sino también ese tucional viene ligada a hechos y personas indi-
mismo fin político. Instaurado el actual régi- viduales, por lo que no precisa necesariamente,
men democrático sin embargo, el legislador desde el plano conceptual, del requisito orga-
adoptó la decisión contraria a la habida hasta nización.
el momento, eludiendo hacer referencia algu- También la técnica legislativa emplea-
na a ningún elemento subjetivo (como fueron da sigue esta misma línea, consistente en la
los casos de la Ley Orgánica 11/1980, de 1 de enumeración de conductas que generalmen-
diciembre, la Ley Orgánica 2/1981, de 4 de te integran delitos comunes graves junto a la
TEORDER

mayo o la Ley Orgánica 9/1984, de 26 de di- exigencia expresa de una finalidad: intimidar a
ciembre). la población; subvertir el sistema democrático
El criterio cualificador pasa, por tanto, del o alteración grave del orden público. Es decir,
objetivo perseguido, al sujeto que lleva a cabo se adscribe dentro del llamado sistema mixto
las actuaciones, que por su parte comienzan subjetivo-objetivo. La exigencia de finalidad ya
a ser contenidas en listados específicos. Suje- se ha dicho que se justifica en la necesidad de
to que termina constituyendo el criterio en el diferenciar los delitos de terrorismo de otros
que se sustenta el incremento del desvalor, por delitos violentos cometidos por grupos orga-
cuanto que se llega a calificar como terrorismo nizados.
todo hecho delictivo que sea cometido por sus Por consiguiente, en el Derecho español,
miembros o por quienes sin serlo actúen en desde la restauración del sistema democrático,
su favor, cuando las actuaciones de todos ellos las reformas penales han seguido la orientación
vayan dirigidas a la consecución del fin perse- dominante en el espacio europeo, en el que se
guido por el grupo o la organización —pues recurre a la exigencia de tres notas definitorias:
no establecer esta última limitación expandiría la comisión de delitos comunes; la finalidad de
en demasía el concepto de terrorismo, hasta atemorizar a los ciudadanos; y el fin último,
desnaturalizarlo—. Sin embargo, ninguna de tendente a subvertir el orden político.
las distintas fórmulas experimentadas por los
diversos legisladores que han ido sucediéndose Ahora bien, en determinados periodos his-
en el tiempo ha servido, ni sirve, para decir lo tóricos se ha requerido la concurrencia de je-
que es terrorismo. rarquía, disciplina, estabilidad, permanencia y
objetivos plurales y se ha sostenido su enten-
En definitiva, el debate acerca del concep- dimiento desde la noción de la criminalidad
to, y como derivado del mismo de un especial organizada, dado que en la inmensa mayoría
régimen jurídico, pasa por dos cuestiones cen- de casos los actos de terrorismo se han come-
trales. El primero hace referencia a plantearse tido en el seno de bandas armadas, en particu-
la necesidad de abandonar la tradicional defi- lar los derivados de grupos nacidos durante el
nición de los mismos desde la idea de organi- periodo de “la guerra fría” y del movimiento
zación o banda. Al respecto hay que recordar descolonizador. Sin embargo, en el presente,
el histórico terrorismo individual y la nueva estas organizaciones han desaparecido de casi
forma de articularse las células o personas en toda Europa, y prácticamente sólo permanece
el terrorismo yihadista. En este sentido ya se con cierta actividad el fósil de ETA. Por el con-
ha defendido en nuestra doctrina la necesidad trario, la más grave amenaza ya no proviene de
de definirlo conforme aparece contenido en esa clase de grupos, sino de la originada en los
nuestra Constitución. En efecto, el artículo movimientos radicales islámicos. En concreto,
13,3 CE dispone que “Quedan excluidos de la la aparición de Al Qaeda, cuya estructura or-
extradición los delitos políticos, no considerándo- ganizativa es muy difusa, supone de nuevo el
se como tales los actos de terrorismo”. Idea que giro hacia el pasado, hasta reencontrarnos con
queda corroborada en el mismo texto en su ar- la legendaria figura del terrorismo anarquista
52 tículo 55 al emplear la expresión de “elementos individual, o cuanto menos con la agrupación
pasajera de personas, sin apenas estructura, ni de un grupo. Es decir, nos enfrentamos ante

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una jerarquía férrea, ni siquiera con una vo- un problema clásico consistente en aislar la
luntad de permanencia o con la disposición responsabilidad de una persona frente a la de
de armas o explosivos totalmente operativos. otras que intervienen en el hecho o que tam-
Quizás ello nos recuerde la cláusula constitu- bién pertenecen al grupo. Ello a su vez obliga
cional, anclada en el acto y su distanciamiento a clarificar el grado de responsabilidad indivi-
con el problemático deslizamiento hacia un dual por cada acción cometida “por el grupo”,
derecho penal de autor. Al que siempre acaba y también concretar qué responsabilidad autó-
conduciendo la idea de pertenencia o integra- noma cabe atribuir a un individuo por la sim-

TEORDER
ción en una organización. ple pertenencia a un grupo criminal. A partir
Por consiguiente, lo esencial debería ser la de aquí la discusión deriva en un complejo de-
prueba de la realización de actos de violencia bate acerca de la autoría y la participación en
consistentes en la comisión de delitos comu- el seno de las actuaciones en grupos. Así ¿en
nes y que persiguen una finalidad de subvertir qué condiciones un hecho no cometido por la
el orden constitucional y alterar la paz pública, propia mano puede atribuirse a título de au-
siendo indiferente, a efectos de concepto, si se tor, coautor, inductor, cooperador o cómpli-
realizan en el seno de una organización, en el ce? ¿Es suficiente para ser considerado autor el
marco de un grupo no estructurado ni perma- dar una orden de infringir la ley? ¿Y bajo qué
nente, o incluso si se cometen individualmen- título responden los que se limitan a dar tras-
te. lado de la orden del superior a los ejecutores
materiales? ¿Es necesario y conveniente crear
En segundo término y para concluir, el un nuevo concepto de responsabilidad crimi-
deslizamiento doctrinal y jurisprudencial ha- nal para los dirigentes de una organización? La
cia un concepto de terrorismo articulado en respuesta depende en gran parte del legislador,
la idea de organización, descansa, consciente de las definiciones legales, pero éstas a su vez
o inconscientemente, en una estrategia gene- quedan muy condicionadas por la aplicación
ral de adelantamiento de la intervención penal de la jurisprudencia. Y ambas finalmente son
y en la mayor facilidad probatoria. Esta ten- tributarias de teorías acerca de los conceptos
dencia, expansiva y en aumento, encuentra su de autoría mediata e inmediata, coautoría, in-
epicentro en la figura anglosajona de la conspi- ducción y complicidad.
ración (conspiracy) y en la más extendida de la
pertenencia o integración en un grupo, célula, Baste ahora recordar la discusión existen-
banda u organización. Es decir, se inscribe en te y parte del nutrido elenco de soluciones
una clara orientación actual a renovar toda una propuestas: desde la propuesta nacida en Ale-
serie de cláusulas legales de anticipación a fases mania de ROXIN, conocida como “unidad
anteriores a la tentativa o a la realización de funcional”: el ejecutor concreto del delito es
actos preparatorios de concretos delitos. Con fungible y no afecta (disminuye o anula) el do-
ello se facilita notablemente la obtención de minio del hecho que posee el hombre de atrás.
información, de datos, de pruebas, de confe- De suerte que parece haberse optado por un
siones, delaciones y condenas. A este giro hay fundamento autónomo de la autoría mediata
que sumar la relajación del test de sospecha, en casos de dominio de la voluntad. Por ello
que en muchas ocasiones discurre hacia un en- ha propuesto su castigo como autores media-
tendimiento subjetivo y no objetivo del mis- tos cuando se trata de “aparatos organizados
mo. de poder” (criterio del “dominio de la organi-
zación”). La crítica más extendida consiste en
En este contexto es indispensable recordar que esta fórmula supone un cambio en su con-
dos aspectos de gran relevancia en el Derecho figuración, pues la autoría mediata siempre se
penal. Nos referimos por una parte a la dificul- reservaba para supuestos donde el instrumento
tad de enjuiciar la responsabilidad individual es inimputable o semiinimputable, pareciendo
en los comportamientos realizados en el seno 53
contradictorio afirmar a la vez que una misma 11 de marzo de 2004; Y la aun más reciente
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persona es un instrumento y es plenamente sentencia de la Sección Tercera de la Sala de


capaz y consciente. Otra crítica derivaba de su lo Penal, núm. 73/2007, de 19 de diciembre,
aplicación a muy pocos casos, habida cuenta relativa a EKIN. En la primera de las referidas
de la extremada restricción de su concepción sentencias, continuando la doctrina estable-
reservada a estructuras jerárquicas de organi- cida por el Tribunal Supremo entre otras, en
zación. su sentencia núm. 50/2007, de 19 de enero
Otra solución propuesta ha sido la de con- (fundamento jurídico 46), se hace depender la
condición de integrante en una organización
TEORDER

siderarlos a todos como coautores, tanto al que


decide como al que ejecuta (MUÑOZ CON- terrorista de la continuidad en el tiempo de la
DE): en cierta manera realiza el delito dada disponibilidad del sujeto para la organización.
su proximidad, control y capacidad de deci- De forma que lo que ha realizado de forma
sión, aunque no esté presente en la ejecución. puntual pudiera constituir un delito de cola-
Pero también esta tesis supone un cambio en boración con organización terrorista, se con-
el concepto de autor y coautor, pues admite vierte, si pasa a ser reiterado, en un delito de
junto a la ejecución total o parcial, otras for- integración en organización terrorista. A este
mas de realización conjunta en la que alguno respecto afirma expresamente en el fundamen-
o algunos de los coautores, a veces los más im- to jurídico II.1 que:
portantes, no están presentes en la ejecución. “la diferencia entre el delito de pertenencia
Se trata de justificar en la idea del “dominio con banda armada, organización o grupo terro-
funcional del hecho”. Se esgrimen dos grandes rista del art. 516 CP y la mera colaboración, está
críticas: la falta de acuerdo previo indispensa- en el grado de integración en la organización te-
ble en todos los supuestos de coautoría y sobre rrorista.
todo la inexistencia de ejecución conjunta. Por lo tanto, es la permanencia, más o me-
Otras soluciones pasan por calificar la con- nos prolongada en el tiempo, al servicio de una
ducta de los dirigentes como una autoría ac- estructura jerarquizada criminal-terrorista, y la
cesoria: autor tras el autor o autor intelectual disponibilidad del sujeto en abstracto para la eje-
(BOCKELMANN/VOLK; JOSHI JUBERT; cución de los actos criminales que le encomiende
BOLEA BARDÓN). Pero esta categoría no la organización lo que determinará la existen-
existe como tal en muchos textos legales, de cia del delito de integración. Por el contrario, el
forma que su aplicación comporta una analo- coadyuvar a los fines criminales de los terroristas
gía in malan partem. De ahí que gran parte de con actos concretos de forma ocasional, disconti-
la doctrina siga aferrada a una calificación con- nua o episódica, integraría la colaboración san-
forme a las reglas generales, es decir, castigar- cionada en el art. 576 CP.
los como inductores y cooperadores necesarios La diferencia entre el delito de pertenencia a
(GÓMEZ RIVERO; ULISES PLASENCIA). banda armada y la colaboración no depende del
Y cabe oponer otra consecuencia toda- tipo o clase de acto ejecutado, sino de quien lo eje-
vía más gravosa al hecho de hacer depender cute y de su vinculación, permanente o episódica,
los delitos de terrorismo de la concurrencia con el grupo terrorista”.
de una determinada organización. Reciente- Si por tanto, a la indiferencia a efectos de
mente, la Audiencia Nacional ha emitido dos determinación de la integración en una orga-
pronunciamientos relativos al terrorismo de nización terrorista de los concretos actos co-
una enorme repercusión social. Principalmen- metidos, sumamos la circunstancia de la exis-
te por la gravedad y relevancia de los hechos tencia de organizaciones paralelas a la que se
enjuiciados en tales resoluciones: la sentencia dedica a la ejecución de lo que deben ser con-
de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, siderados actos terroristas propiamente dichos,
núm. 65/2007, de 31 de octubre, en la que se puede obtenerse la atribución de la condición
54 enjuician los atentados ocurridos en Madrid el
de terrorista a quienes nunca han cometido ta- fundamentales. De modo que es imprescindi-

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les actos. De ahí el fijar la piedra angular del ble reflexionar sobre su fundamento y legiti-
sistema en la determinación de lo que consti- mación en el seno del Estado de Derecho.
tuya acto terrorista. Pues sólo así se logra atri- Sin embargo, curiosamente la discusión
buir la condición de terrorista exclusivamente sobre estos extremos es sensiblemente menor
a quien comete tales actos. Por el contrario, si que la existente sobre otras categorías de la
el acento se pone en el aspecto de la existencia parte general. Este escaso cuestionamiento po-
y la pertenencia a una organización terrorista, siblemente se explique porque estamos enjui-
ello posibilita que todo aquel que realice actos

TEORDER
ciando, al menos aparentemente, infracciones
que no necesariamente tienen por qué ser ac- específicas, esto es, comprendidas en la parte
tos de terrorismo, sea calificado como tal. De especial y por lo tanto su alcance es, también
ahí a condenar colectivos de mayor o menor aparentemente, limitado.
amplitud, solo hay un paso.
Pero justamente en esta afirmación radica
Así pues, si la especialidad de la que se ha- el problema. En efecto, es admisible una ma-
bló al comienzo de este trabajo pasa a justifi- yor preocupación en normas generales que en
carse en el sujeto activo, entonces el Derecho normas especiales. Pero la tipificación como
penal especial o excepcional deja de aplicarse delito autónomo de la asociación para come-
a determinadas conductas, a determinados ac- ter o preparar cualquier otro delito, aunque
tos y pasa a ser predicable respecto de deter- formalmente se sitúe en la parte especial, más
minadas personas, desconformándose todo el bien parece configurarse como una auténtica
sistema creado y posibilitándose que la reduc- norma de parte general. De nuevo insistir en
ción de la medida estándar de ciertas garantías que esta figura permite castigar a los que rea-
constitucionales, por el que se caracteriza este lizan conductas de fundación o pertenencia a
derecho especial, resulte predicable para todos un grupo con fines criminales, lo que significa
aquellos que se consideren como (en lo que que puede aplicarse no sólo a la realización de
a nosotros interesa) terrorista, produciéndose actos preparatorios de concretos delitos, sino
una difusión en los límites que permite una incluso también a su planificación, esto es, a la
expansión desmedida en el ámbito de aplica- fase previa a la preparación (o sea, a la prepara-
ción cuyo límite efectivo y ulterior queda a ción de la preparación). Esto es lo que motivó
la discrecionalidad de quien ostente el poder. que ya en 1984, SCHROEDER los denomi-
De ahí que el Tribunal Supremo pudiera afir- nara “delitos contra el Derecho penal”. Porque
mar en el fundamento jurídico tercero de su más que a reprimir delitos contra el orden pú-
sentencia núm. 33/1993, de 25 de enero que blico, estas infracciones parecen no perseguir la
“el terrorista es algo más que el criminal común, tutela de un interés propio, sino que se dirigen
pues no sólo viola los derechos de los particulares, a la protección del resto de tipos contenidos
sino que rechaza los principios en los que se asien- en la parte especial. De ahí que esta figura se
tan los derechos y pretende la destrucción de la califique como delito de peligro abstracto para
capacidad del Gobierno para protegerlos. No sólo todos esos diferentes intereses (también RU-
viola los derechos de los demás con violencia, sino DOLPHI) y no posea una referencia axiológi-
que lo hace con el propósito de hacer inseguros los ca propia. Es interesante recordar que, junto al
derechos de todos”. tipo de asociación delictiva, igualmente exis-
Y en efecto, la comprensión del delito de ten otras categorías penales que integran esta
asociación ilícita como delito de preparación y clase de “delitos contra el Derecho penal” (por
de peligro abstracto, requiere necesariamente ejemplo suelen citarse la apología para come-
su justificación, en la medida que lo aleja del ter delitos; o el encubrimiento real y personal
Derecho penal nuclear y comporta un notable entre otros).
adelantamiento de la intervención punitiva Por consiguiente, la duda planteada es si
con la consecuente restricción de los derechos verdaderamente estamos ante un delito au- 55
tónomo, ante una figura de parte especial, o ción y los sentimientos de responsabilidad que
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más bien, materialmente nos encontramos si actúan en la delincuencia individual. Segun-


ante una auténtica norma de la parte general. do, porque las asociaciones permiten la orga-
Si lo característico de estas últimas es su gene- nización, es decir, la construcción de estructu-
ralidad, así lo parece, pues va dirigida a todos ras orientadas a la planificación y comisión de
los tipos de la parte especial. O al menos a un delitos, así como la ulterior huida y encubri-
elevado número de ellos. A idéntica conclu- miento de los mismos y de sus autores.
sión se llega si admitimos que no tutela bienes Todo ello ya ha sido y es objeto de una con-
jurídicos propios sino que indirecta o media-
TEORDER

siderable polémica doctrinal en el campo del


tamente tutela los respectivamente contenidos derecho penal sustantivo y procesal. Pero esta
en los concretos delitos. Es por ello que esta discusión debe continuar en la medida que
clase de normas sean calificadas de “causas de afecta gravemente a nuestros derechos funda-
extensión de la tipicidad” mediante las cuales mentales y escapa en muchos casos a un au-
se adelanta ampliamente la intervención pu- téntico control judicial. Ahora bien, en el otro
nitiva. Así, más que una norma excepcional se extremo de la balanza, frente a la amenaza del
configura como una ampliación general de la nuevo terrorismo, a nadie escapa que la mejor
punibilidad. A ello se suma que a estos delitos estrategia es la anticipación. Anticipación que
autónomos a su vez le son aplicables las reglas debe quedar reflejada en procedimientos de
de tentativa, actos preparatorios y participa- investigación e inteligencia formalizados, esto
ción, de suerte que su amplitud entonces re- es, sujetos a la ley, dentro de la máxima trans-
sulta extraordinaria. parencia posible. Y quizás nada mejor para
En este contexto mayoritariamente se ha si- este fin que cimentar el concepto jurídico de
tuado el fundamento del castigo de estas con- terrorismo sobre los actos, sobre los hechos, y
ductas en su mayor peligrosidad. De modo que no sobre difusas categorías como pertenencia,
se considera más peligrosa la criminalidad de integración, o colaboración, que posibilitan
grupo que la individual, en la medida que fa- una aplicación del Derecho penal difícilmente
cilita la comisión de delitos, por los siguientes calculable.
factores. Primero, porque en el seno del grupo
se reducen o excluyen las tendencias de inhibi-

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Fecha de recepción de originales: 22 de febrero de 2008.


Fecha de aceptación de originales: 12 de marzo de 2008.

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