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EXPLICACIÓN
Al escudriñar las escrituras nos damos cuenta de que Dios tiene un tiempo
específico en el cual tratara con el pueblo de Israel; pues en Daniel 9:24 dice:
“Setenta Semanas están determinas sobre tu pueblo (Israel) y sobre tu santa ciudad
(Jerusalén)…”. Estas 70 semanas de Daniel son en realidad septenios, es decir,
periodos de siete años.
Israel fue invadido por los Asirios (Nombre que recibieron los de la parte norte de la
antigua Mesopotamia y que actualmente se conoce como Irak), esto sucedió en el
año 722 A.C., pero la tierra de Judá fue invadida hasta el año 586 A.C. por
Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien invadió a Jerusalén (y a toda Judá) y llevo
cautivo a su pueblo dando comienzo a la llamada “Cautividad en Babilonia”.
Es durante el reinado de Ciro que se proclama: “Así dice Ciro, rey de los
Persas: Jehová el Dios de los Cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra
(sometieron bajo su dominio a los Asirios, Babilonios, colonias griegas, Egipto); y
él (Jehová) me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que esta en Judá.
Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.” El
cumplimiento de este primer acontecimiento se da tal y como lo narra Esdras y
Nehemías, quienes se encargaron de reedificar.
Jesucristo cumplió esta profecía al morir en la cruz del calvario y también profetizo
la destrucción del templo cuando dijo: “…no quedará aquí piedra sobre piedra que
no sea derribada” (Mateo 24:2) cumpliéndose en el año 70 D.C. cuando el general
Tito (Romano) destruyó el templo de Jerusalén; y por tales razones, podemos
afirmar que se han cumplido los dos primeros acontecimientos descritos en las 69
semanas.
“para que el resto de los hombres busque al señor, y TODOS LOS GENTILES,
sobre los cuales es invocado mi nombre” dándose a entender, por la escritura, que
Dios trataría con nosotros los gentiles, un paréntesis que ha durado más de dos
mil años.
Lucas 21:24 dice: “… hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”, es decir,
cuando “entre la plenitud de los gentiles”; mientras esto no suceda el reloj de Dios
se ha detenido. Se puede decir, que para Israel, el tiempo ha dejado de correr por
más de 2,000 años; pero para nosotros (los gentiles) no corre el tiempo, tarde o
temprano puede terminar la dispensación de la gracia e iniciar la semana setenta con
la cual, el reloj de Dios, volverá a marcar el tiempo para los judíos.
Daniel es quien lo expresa diciendo: “y por otra semana confirmará el pacto con
muchos…” dando inicio, con esta escena de paz mundial, la semana número setenta
de la profecía que se encuentra en el versículo 27 del capítulo 9 del libro de Daniel.
El tiempo para Israel empieza a correr, son los últimos siete años, y los sacrificios y
ofrendas se ofrecen en el templo que ha levantado, una vez más, el pueblo judío.
También se nos menciona: “…ha descendido a vosotros con gran ira, SABIENDO
QUE TIENE POCO TIEMPO” (V12), Satanás sabrá que solamente le quedarán
otros tres años y medio, y cuando descienda a la tierra tomará posesión del
anticristo, cumpliéndose en su plenitud lo que Pablo llama “el misterio de la
iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:7).
En Apocalipsis 11:3 dice: “y daré a mis dos testigos que profeticen por mil
doscientos sesenta días (42 meses, tres años y medio), vestidos de cilicio” (La
mayoría piensa que los dos testigos son Moisés y Elías) y en el versículo 7 dice:
“cuando hayan acabado su testimonio…”, es decir que vienen a dar testimonio y a
profetizar durante ese último tiempo.
Jesús dijo: “y será predicado este evangelio del reino (El milenio) en todo el mundo
PARA TESTIMONIO a todas las naciones; y entonces VENDRÁ EL FIN” (Mateo
24:14). Nuevamente el evangelio del reino, la venida del Mesías para reinar durante
mil años, será predicado tal como lo hizo Juan el bautista (Mateo 3:2).
Jesucristo dijo: “por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora
de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en
Judea, HUYAN A LOS MONTES” (Mateo 24:15-16) afirmando que pondrán la
“abominación desoladora” en el templo judío, acontecimiento explicado por el
apóstol Pablo cuando dice: “el cual se opone (el anticristo) y se levanta contra todo
lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que SE SIENTA EN EL TEMPLO
DE DIOS COMO DIOS, HACIÉNDOSE PASAR POR DIOS” (2 Tesalonicenses
2:4). Este es el inicio de una persecución contra los judíos (el pueblo de Dios) a
quienes se les dice “HUYAN A LOS MONTES” (Mateo 24:16).
En Isaías 16:4, hablando de Israel, el profeta dice: “Moren contigo mis desterrados
oh Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del devastador…” Moab
escapará de las tropas del anticristo y podría ser un lugar de refugio para los
israelitas ya que Daniel 11:41 dice: “Entrará (el anticristo) a la tierra gloriosa
(Jerusalén), y muchas provincias caerán; más estas ESCAPARÁN de su mano:
EDON Y MOAB Y LA MAYORÍA DE LOS HIJOS DE AMÓN”.
Daniel miró cuatro bestias y se le dijo que eran “REYES QUE SE LEVANTARÁN
EN LA TIERRA” (Daniel 7:17) refiriéndose a naciones en nuestro tiempos; sin
embargo, sean o no estas naciones, el anticristo “extenderá su mano contra las
tierras, y no escaparán el país de Egipto. Y se apoderara de los tesoros de oro y
plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le
seguirán” (Daniel 11:42-43).
En este ambiente se hace presente la llamada “GRAN TRIBULACIÓN”
“porque habrá entonces gran tribulación; cual no la ha habido desde el principio del
mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:21).
Juan en Apocalipsis 6:9 nos habla de lo mismo al decir: “cuando vio el quinto sello
vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de
Dios y por el testimonio que tenían” y en el versículo 11: “y se les dieron
VESTIDURAS BLANCAS, y se les dijo que descansasen un poco de tiempo, hasta
que se completara el número de sus consiervos y hermanos, que también habían de
ser muertos como ellos”.
Israel será probado y los gentiles endurecidos tal como se endureció Faraón con las
plagas de Egipto. Así lo declara la escritura en Apocalipsis 9:20-21 “y los otros
hombres que no fueron muertos con estas plagas, NI AUN ASÍ SE
ARREPINTIERON de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los
demonios…”.
También leemos en Apocalipsis 13:9 “y los hombres se quemaron con el gran calor,
Y BLASFEMARON EL NOMBRE DE DIOS, Y NO SE ARREPINTIERON
PARA DARLE GLORIA”. Se puede asegurar, por la escritura, que todo gentil que
no fue levantado en el arrebatamiento no tiene oportunidad de ser salvo durante la
gran tribulación, los tiempos de los gentiles son ahora y no hay que esperar para ser
salvo.
Jesús dijo: “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de
ESCAPAR de todas estas cosas que vendrán”, nosotros debemos estar preparados
para escapar de la gran tribulación.
El anticristo pide ayuda a las otras naciones ya que en los versículos 13 y 14 dice: “y
vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta,
tres espíritus inmundos a manera de ranas ; pues son espíritus de demonios, que
hacen señales, y van a los reyes de la tierra (las otras naciones) en todo el mundo,
para reunirlos a la batalla…”culminando con lo que dice el versículo 16: “ y los
reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón”.
Armagedón se deriva de Ar que significa monte, y Megido que es el nombre
de una ciudad situada en un monte de poca altura al pie del Carmelo en el valle de
Jezreel. Armagedón, literalmente, significa monte de Megido o el alto de Megido.
Cuando esto ocurre las naciones en conflicto se reúnen para pelear contra él, tal
como nos lo narra Juan en Apocalipsis 19:19 “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra
y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo”.
El señor Jesucristo “…enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a
sus escogidos (judíos), de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el
otro”. Así también se profetizó en Isaías 11:12”… y juntará los desterrados de Israel,
y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra” “Y secará Jehová
la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el
río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. Y habrá
camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo
hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (v15-16).
La Biblia dice que en esta guerra, la bestia (el anticristo) será apresada al
igual que el falso profeta (la otra bestia) y que serán lanzados vivos dentro de un
lago de fuego que arde con azufre (Ap. 19:20).