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Ciclo de Vida
Ciclo se refiere a un movimiento circular, proyectado en el tiempo, donde lo que muere sirve de
nacimiento para la repetición del mismo ciclo. De esta manera, el nacimiento de una semilla, por
ejemplo, implica la muerte en el ciclo de vida de un fruto o flor.
Diseño Ecoeficiente
La ecoeficiencia es la gestión enfocada en utilizar menos recursos naturales y menos energía en los
procesos productivos de una compañía, disminuir los residuos y desechos y atenuar la
contaminación. Así lo indica Walter Hernán Reátegui, docente del Diploma Internacional en
Desarrollo Sostenible de ESAN. La ecoeficiencia "tiene como base la gestión del impacto ambiental,
que a su vez tiene como meta preservar el medioambiente", sostiene el especialista.
Las empresas se benefician de la ecoeficiencia porque permite reducir los costos operativos, lo que
contribuye a la sostenibilidad económica general de la organización. Además, esta filosofía impulsa
a las compañías a buscar mejoras ambientales, paralelamente con los beneficios económicos. De
igual manera, la ecoeficiencia estimula la innovación y, por consiguiente, el crecimiento y la
competitividad de las empresas.
Los residuos pueden ser líquidos, gaseosos o sólidos. Bajo la denominación de residuos sólidos se
agrupan solo los residuos que están en estado sólido, dejando fuera los que se encuentran en estado
líquido y gaseoso. Se usa el término residuo sólido urbano para referirse a aquellos que se producen
específicamente dentro de los núcleos urbanos y sus zonas de influencia. Estos residuos suelen ser
producidos en los domicilios particulares (casas, apartamentos, etc.), las oficinas o las tiendas.
Los residuos sólidos se pueden clasificar en dos grandes grupos, los residuos sólidos peligrosos y los
no peligrosos. Los peligrosos, como su nombre indica, agrupan aquellos residuos que pueden
suponer un peligro para el ciudadano o para el medio ambiente, debido a sus propiedades
corrosivas, explosivas o tóxicas. Mientras que los residuos no peligrosos no suponen un peligro para
el ciudadano ni para el medio ambiente. Estos, a su vez, se pueden subdividir en:
Ordinarios: estos residuos son generados durante la rutina diario en hogares, escuelas, oficinas u
hospitales.
Reciclables: estos residuos pueden someterse a procesos que permiten que puedan ser utilizados
nuevamente. Entre estos encontramos vidrios, telas, algunas clases de plásticos o papeles.
Además de esta clasificación, los residuos sólidos también pueden agruparse en orgánicos e
inorgánicos:
No orgánicos o inorgánicos: son residuos que por sus características químicas sufren una
desintegración natural muy lenta. Muchos de estos residuos son reciclables por métodos complejos
como las latas, algunos plásticos, vidrios o gomas. En otros casos su reciclaje o transformación no es
posible, es el caso de las pilas, que son peligrosas y contaminantes.
Problemática en México
Además, casi 90 por ciento de los 2 mil 338 sitios de disposición final que hay en el territorio nacional
no cumplen con las especificaciones de protección ambiental establecidas en la norma oficial
mexicana NOM 083 Semarnat 2003, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (Inegi).
Con base en los datos de la Semarnat, serían 115 mil toneladas de desperdicios las que se producen
a diario en el país; no obstante, las cifras varían según diferentes fuentes consultadas. José Raúl
García Barrios, economista e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México,
especializado en recursos naturales, refiere que se llega a 120 mil toneladas.
Tomando como referencia este último indicador, son mínimo 850 gramos de desechos los que se
generan por persona, cantidad que podría y “debería” ser menor si en México el reúso de materiales
fuera una constante, lo cual no sucede, pues sólo 7 por ciento de estos residuos se reciclan, afirma
García Barrios.
Las estadísticas del Inegi indican que en México hay 2 mil 338 sitios de disposición final de basura,
de los cuales 89.8 por ciento carecen de un sistema de control de biogás (el cual se genera de la
biodegradación) y a 84.26 por ciento les hace falta un procedimiento de captación y concentración
de lixiviados (líquidos residuales).
Además, sólo 50.89 por ciento cuentan con proceso de compactación y cubrimiento de los desechos
con tierra; mientras, 72.11 por ciento no tiene un método de impermeabilización para evitar la
filtración de contaminantes.
El informe del Inegi arrojó que 47 por ciento de los residuos sólidos generados en México se
concentran en seis entidades: la capital del país (14.05), estado de México (11.22), Jalisco (7.21),
Veracruz (5.50), Nuevo León (4.84) y Guanajuato (4.28).
En el caso de la entidad mexiquense, la más poblada, con más de 17 millones de habitantes, a diario
se recogen 17 mil toneladas de basura; pero sólo hay 14 rellenos sanitarios que cumplen con todos
los requisitos legales para el manejo y disposición de desperdicios.
En Jalisco, el principal problema en este rubro es que el área metropolitana de Guadalajara, que es
la segunda más grande del país y está conformada por nueve municipios, no cuenta con un sitio
adecuado de disposición final regional común donde confinar las 5 mil toneladas de desechos que
se recolectan al día en la zona.
Otro de los estados que producen más residuos sólidos es Veracruz, con más de 6 mil toneladas
diarias, pero sólo 55 por ciento de esos desechos son llevados a algún relleno sanitario (los que
cuentan con métodos para reducir el impacto ambiental); el resto termina en tiraderos a cielo
abierto (sin planeación técnica), como el de Las Matas, considerado el más grande del país, informó
Juan Carlos Contreras Bautista, secretario de Medio Ambiente estatal.
El funcionario advirtió que en el estado hay 119 vertederos cerca de ríos o barrancos, lo que significa
un “grave riesgo” para los cuerpos de agua y si “no se hace una clausura de estos sitios, el líquido de
las cuencas se va a contaminar de metales y sustancias peligrosas”.