ABC (19-10-2007) -
(19-10-2007) - La Razón (19-10-2007) -
Sección: Madrid p. 48
Violento motín de 200
personas contra un de-rribo
en la Cañada Real.
Una lluvia de piedras, bombonas
de butano y palos deja 30 heridos
y 9 detenidos.
Carlos Hidalgo.
Voló todo lo imaginable: palos,
piedras, pelotas, sillas e incluso
bombonas de butano. El desalojo y
posterior derribo de una edificación
ilegal en la zona árabe de la Cañada
Real Galiana, en el distrito de
Vicálvaro, se conviritió ayer en una
batalla campal como pocas se
recuerdan en los últimos años. El
saldo del enfrentamiento entre vecinos
del asentamiento y agentes de la
Policía Nacional y de la Municipal es
estremecedor: dieciséis “antidisturbios”,
ocho municipales y cuatro residentes
de la Cañada Real Galiana heridos.
Además, la Policía detuvo a un total de
nueve personas por atacar a los
agentes del orden.
[...] El pasado lunes, las tres familias
que residían en la construcción de la
discordia recibían la notificación oficial
del Ayuntamiento avisando de que el
día 18, ayer, se iba a proceder al
derribo de la casa, la parcela 40ª de la
Cañada Real Galiana. «Pero no hemos
tenido tiempo para arreglarlo con el
abogado –explicaba uno de los
marroquíes afectados–. Nos dijo que
El País (19-10-2007) -
El Mundo (19-10-2007)
Sección: Madrid p. 34
El Ayuntamiento de Madrid
declara la guerra a las casas
ilegales de la Cañada Real
41 heridos en una batalla campal
al intentar evitar 80 marroquíes
un desalojo en la senda.
Daniel Borasteros, Madrid
Cascotes desgajados de un muro,
una bombona de butano, palos,
trozos de valla, esquirlas de latón.
Todo lo que hay a mano vuela en
dirección a la policía: basura sólida
para evitar la demolición de otra
vivienda en la Cañada Real Galiana,
la sucesión de edificaciones ilegales
(más de 2.000 y cerca de 40.000
habitantes) que se extiende 15
kilómetros entre las carreteras de
Barcelona y de Andalucía. Más de 80
hombres marroquíes, muchos
llegados de otros puntos lejanos de la
senda, se enzarzan a golpes con 35
policías (20 municipales y 15
antidisturbios) y la grúa encargada del
derribo. Una consigna circula de boca
en boca: “¡Vecino, defiéndete, la
próxima puede ser la tuya!” Una
primera y grave escaramuza de la
guerra que el Consistorio ha decidido
librar contra estas construcciones.
Golpes en todas las direcciones,
puñetazos, las porras se
desenfundan, vuelan las pelotas de
goma y una especie de postas de
plástico del tamaño de un puño. La
QUÉ!
Madrid pp. 4-5
‘Intifada’ en la Cañada
Real
Bombonas de gas, tejas y piedras
se cruzaron en el aire con pelotas
de goma y gases lacrimógenos. El
derribo de una casa ilegal, dictado
por el juez, provocó un enfrenta-
miento entre la Policía y los
vecinos.
David García – Inés Giner
Lanzamiento de piedras, tejas y hasta
bombonas de gas fueron la respuesta
al derribo de una de las viviendas
ilegales en Cañada Real. El
enfrentamiento entre inmigrantes y la
Policía Nacional terminó con 30
agentes heridos y numerosos vecinos
contusionados, entre ellos una
embarazada. Fueron cuatro horas de
batalla campal.
No es Gaza, ni Cisjordania, es la
Cañada Real Galiana. A veinte
minutos de la Puerta del Sol se libró
ayer una intensa batalla entre la
Policía y una comunidad marroquí
que se oponía a la destrucción de una
vivienda ilegal. Piedras, tejas y hasta
bombonas de gas fueron utilizadas
para defender la casa de Fátima, que
finalmente fue derruida por una grúa
escoltada por unos 50 policías. La
batalla, que se saldó con 30 heridos y
nueve detenidos, comenzó a las 9:00
h. y se prolongó hasta las 13:00 h, en
las que se vivió un pulso entre
18
suplemento Madrid p. 36
“Intifada” en la Cañada Real
Galiana
Más de treinta heridos en un brutal
enfrentamiento entre la Policía y
los vecinos durante el derribo de
una vivienda en la zona marroquí.
Los habitantes del poblado ilegal
prepararon una emboscada a los
agentes
“Esto parece Gaza”.
Centenares de marroquíes arro-
jaron piedras, palos y hasta
bombonas para evitar el desalojo.
Diana Valdecantos, Madrid
Nadie contaba con que los vecinos de
la Cañada Real hubiesen leído a
Lope de Vega. Por eso, cuando se
estudió la forma en la que repeler los
posibles ataques de un derribo
cualquiera en la barriada marroquí, se
pensó que con un subgrupo de diez
agentes de la UIP (Unidad de
Intervención Policial), bastaría. Pero
el espíritu de Fuenteovejuna resurgió
ayer de forma violenta en esas calles
y dejó a su paso una treintena de
heridos y nueve detenidos. El barrio
sabía que iban a derribar una casa y
les esperaban.
Aunque la mayoría de los que
tomaron parte en la batalla negaban
cualquier organización previa al
ataque, lo cierto es que habían
planeado la respuesta al “desafío” del
Ayuntamiento. Según fuentes
– M2 pp. 1-2
Guerra abierta en Cañada
Real
20 policías y tres marroquías
heridos en los graves enfrenta-
mientos registrados durante el
desalojo y derribo de una casa ilegal
en el mayor suburbio de Madrid
Luis Fernando Durán – Inés Giner
El derribo de una casa ilegal terminó
ayer en una batalla campal en el
pobrlado de la Cañada Real, a 10
kilómetros de la capital. Un centenar
de marroquíes se atrincheró para
impedir que la piqueta municipal,
escoltada por la Policía, derribase la
vivienda. Cuando las máquinas
echaban abajo la casa se desató un
violento combate entre medio
centenar de agentes y 200 vecinos.
Hubo 9 detenidos y 20 policías
heridos y una embarazada abortó en
los incidentes.
Los policías se emplearon a fondo y
utilizaron material antidisturbios
(pelotas de goma y porras) para
disolver a los moradores que lanzaba
a los agentes piedras, bombonas,
hierros y palos. Desde las azoteas
también las mujeres y los niños
lanzaban tejas contra los agentes,
que se protegían con escudos ante la
lluvia que se les venía encima.
Los graves incidentes se saldaron
con 11 policías nacionales y nueve
municipales heridos, uno de ellos en
en tres días no podía solucionar nada.
Entonces, los vecinos decidieron
emprender su propia medida. Colgaron
carteles por todo el asentamiento
solicitando a los vecinos que se
reunieran todos, en la casa, el mismo
día en que llegaría la piqueta, para
impedir el desalojo. [...]
Niños, mujeres, hombres, mayores y
jóvenes, la emprendieron a pedradas
contra los agentes. No había
distinción: los jóvenes se cubrían con
capuchas y las mujeres incluso
portaban el velo. La Policía no se
quedó quieta, como resulta evidente, y
el “fuenteovejuna” fue a más. Los
agentes intentaban sacar a las
mujeres de las casas, que gritaban y
arrojaban lo primero que encontraban
para evitar que las sacaran de allí.
Incluso algunas bombonas servían
como proyectiles contra los cascos de
los agentes. [...]
Pedradas desde las azoteas
Pronto, tuvieron que entrar en acción
los cincuenta agentes de la Unidad de
Intervención Policial (UIP) o participar más de setenta
“antidisturbios”, que se sumaron a los
25 de la Policía Municipal y que
también se llevaron lo suyo. Algunas
personas se subieron a las azoteas de
las casas colindantes a tirar piedras a
la Policía. Ésta, a su vez, empezó a
lanzar pelotas de goma e incluso
intervino algún cuchillo de entre los
jóvenes alborotadores. [...]
Un joven marroquí de 18 años, que fue
detenido, tuvo que ser asistido por una
mandíbula de un agente se descuelga
de un botellazo. Los policías están
acorralados y responden con mucha
violencia. “¡Son unos bárbaros, pegan
a las mujeres, son unos cobardes!”,
casi solloza un participante en los
incidentes desde el interior de un
coche con las ventanas destrozadas.
En la azotea de la vivienda se
instalan varias mujeres y niños que
tienen que salir por la fuerza antes
del derribo. La grúa convierte la casa
en una ruina.
La guerra, una vez desparramada por
el suelo la casa, concluyó tres horas
después de comenzar –a las ocho y
media– con la huida hacia una loma
de los hombres y la llegada, en
formación de séptimo de caballería,
de cerca de una veintena de
vehículos policiales, en total 110
agentes y 40 miembros de la Guardia
Civil que no intervinieron.
En total, nueve personas fueron
detenidas y hubo 41 heridos, de los
que más de 30 fueron policías con
diversas contusiones por la lluvia de
pedradas. Entre los marroquíes, uno
es un niño con una muñeca
fracturada, otro una mujer
embarazada que recibió un golpe en
la espalda y tuvo que ir al hospital
Gregorio Marañón y otro un hombre
al que le alcanzó una pelota en un
ojo. […]
La carta de notificación del desahucio
les llegó a Abdel y Fátima a mediados
de septiembre. No fue la única en ese
vecinos y policías. La Policía retuvo a
las mujeres en una vivienda contigua
mientras procedía al derribo.
Embarazadas por medio
Uno de los momentos de mayor
tensión se producía cuando en medio
de una de las cargas policiales, una
mujer embarazada llegó a resultar
herida. A otra embarazada, sus
vecinos la sacaron fuera de la
vorágine policial para atenderla.
Finalmente, ésta no sufrió daños y
todo quedó en un susto. [...]
Y todo porque desalojaron la casa
de Fátima
Llegaron desde Marruecos hace cinco
años. Fátima Gaylan, su marido y sus
dos hijos, de 1 y 2 años, compraron
un terreno en la Cañada Real.
Invirtieron todos sus ahorros en
construir una casa donde no se
permite urbanizar. Ayer, tras varias
cartas que le avisaban de que sería
derribada, la excavadora acabó de un
plumazo con esos cinco años de
esfuerzos. [...]
La batalla dejó a los policías sin
esposas
El ‘campo de batalla’ dejaba muestras
de la inusual violencia. Varios
elementos del equipo de
antidisturbios, como porras y juegos
de esposas aparecían abandonados
en el suelo. Permanecieron así
durante buena parte del día, ya que
nadie los reclamaba. Los niños
hicieron acopio de ellos.
19
policiales, la reacción de los vecinos
estaba calculada.
Las mujeres eran las protagonistas
del primer acto. Con niños pequeños
como escudo y una de ellas en
estado de buena esperanza
intentaron evitar que la excavadora
hiciese su trabajo en la parcela de la
discordia. Entre llantos y “hiyabs” las
féminas retrasaron durante un tiempo
lo inevitable. A nadie le extrañó. Es
un comportamiento común cuando se
va a destruir una vivienda.
Es más, muchas se jactaban ayer de
haber conseguido paralizar el derribo
de la casa de al lado unos meses
antes. Esta vez, las órdenes de arriba
estaban dictadas al milímetro y se iba
a convertir en escombros esa casa. A
rastras, ante su negativa a dialogar,
fueron alejadas de la vivienda de la
discordia. Lo que la Policía no sabía
en ese momento es que estaba a
punto de empezar el plan “b” del
guetto marroquí.
En la operación tuvieron que
antidisturbios
En cuanto la maquinaria intentó
destruir las paredes de la vivienda,
vecinos venidos de toda esa zona de
la Cañada Real comenzaron a tirar
piedras. Ante la agresividad y la
superioridad numérica de la
muchedumbre los agentes
retrocedieron y pidieron refuerzos.
Un segundo subgrupo formado por
otros diez agentes de los antiguos
estado grave, según Emergencias
Madrid. Este agente tiene rota la cara
y la mandíbula como consecuencia
del impacto de una bombona de
butano. Se encuentra ingresado en
un centro médico. Además, los otros
19 policías han sido dados de baja.
En el otro bando, el de los vecinos, se
registraron tres heridos. Entre ellos
está una mujer embarazada que ayer
abortó durante los incidentes, según
la Policía. [...]
Cuando ayer por la mañana se
presentaron en el lugar los operarios
municipales se encontraron con la
casa de Abdela llena de niños y
mujeres. En el exterior un centenar de
magrebíes dispuestos para cualquier
cosa. También había niños que,
alentados por sus padres, no
acudieron a clase. La tensión era
máxima.
Una treintena de policías municipales
trató de sacar a las familias
atrincheradas en lo más alto de la
casa. Al salir una mujer golpeó a un
agente en la cara. Fue entonces
cuando todo estalló. Gritos, carreras,
insultos, empujones... Y a
continuación la primera carga de los
agentes de la Policía Municipal que
sacudieron varios porrazos para tratar
de protegerse. «A mi hija no la
tocáis», gritaba un hombre mientras
trataba de lanzarse con-tra un
funcionario. «Me han pegado, me han
pegado», chillaba otra mujer. En la
refriega uno de los policías perdió su
contusión, al recibir un pelotazo de
goma en el ojo, por el que sangraba.
Fue trasladado al Hospital Gregorio
Marañón. Era uno de los cuatro
vecinos heridos. El que peor parado
salió fue un agente, que tiene la
mandíbula rota. A 16 funcionarios de la
UIP hubo que darles la baja médica.
tramo de la Cañada –en el término
municipal de Madrid, pero ya hacia
Rivas-Vaciamadrid, justo al lado
oeste de la carretera de Valencia–.
Ya hay otras cinco viviendas con los
días contados. Todas con el
argumento de que ocupan una vía
pecuaria.
Denuncian el intento de robo de
un arma de fuego
Lorenzo Nebreda, del sindicato CEP,
aseguraba en la tarde de ayer que se
había detenido a tres sospechosos
por el intento de robo de un arma de
fuego reglamentaria de los agentes
antidisturbios. Fueron puestos a
disposición judicial.
20
antidisturbios se personó en el lugar.
[...]
Las piedras pasaron a convertirse en
ladrillos y cualquier objeto
contundente valía para agredir a los
agentes municipales y nacionales. En
un momento dado, hasta las
bombonas de butano eran armas
arrojadizas desde los tejados.
arma reglamentaria. Otro agente la
recuperó cuando uno de los vecinos
ya la empuñaba. [...]
El caos y el nerviosismo fue
creciendo. Media hora después se
presentaban los miembros de la
Unidad de Intervención Policial,
antiguos antidisturbios. Su llegada
reventó el conflicto.
Handouts
―Análisis de esquemas de agentividad: En los artículos analizados localiza cuántas y qué tipo de estructuras de agentividad señaladas (a,b,c…) contienen:
ABC (19-10-2007) -
Sección: Madrid p. 48
1) Voló todo lo imaginable: palos,
piedras...
c) S postverbal (S abstracto)
2) El desalojo y posterior derribo de
una edificación ilegal... se conviritió
ayer en una batalla campal.
f) Nominalización de verbo ‘desalojar’,
‘derribar’
3) El saldo del enfrentamiento entre
vecinos del asentamiento y agentes de
la Policía Nacional y de la Municipal es
estremecedor.
b) S + Predicado
4) Además, la Policía detuvo a un total
de nueve personas por atacar a los
agentes del orden.
b) S + Predicado
5) El pasado lunes, las tres familias...
recibían la notificación oficial del
Ayuntamiento // avisando de que... //
se iba a proceder al derribo de la
casa...
g) gerundio (Formas no personales
del verbo)-
6) Entonces, los vecinos decidieron
emprender su propia medida.
Colgaron carteles por todo el
asentamiento...
b) S + Predicado
7) Niños, mujeres, hombres, mayores
y jóvenes, la emprendieron a pedradas
contra los agentes.
El País (19-10-2007) -
Sección: Madrid p. 34
1) Cascotes desgajados de un muro,
una bombona de butano, palos,
trozos de valla, esquirlas de latón.
Todo... vuela en dirección a la
policía.
b) S + Predicado
2) la Cañada Real Galiana, la
sucesión de edificaciones
ilegales...que se extiende 15
kilómetros...
b) S + Predicado
3) Más de 80 hombres marroquíes...
se enzarzan a golpes con 35
policías... y la grúa encargada del
derribo.
b) S + Predicado
4) Golpes en todas las direcciones,
puñetazos, las porras se
desenfundan, vuelan las pelotas de
goma y una especie de postas de
plástico del tamaño de un puño.
j ) construcc pasiva sin agente
5) La mandíbula de un agente se
descuelga de un botellazo.
b) S + Predicado
6) Los policías están acorralados...
j ) Construcc. pasiva sin agente
7) [Los policías] responden con
mucha violencia...
b) S + Predicado
8) En la azotea de la vivienda se
instalan varias mujeres y niños
QUÉ! (19-10-2007) -
Madrid pp. 4-5
1) Lanzamiento de piedras, tejas y
hasta bombonas de gas fueron la
respuesta...
f) Nominalización de verbo ‘lanzar,
2) [a] el derribo de una de las
viviendas ilegales en Cañada Real.
f) Nominalización de verbo ‘derribar,
3) El enfrentamiento entre
inmigrantes y la Policía Nacional
terminó con 30 agentes heridos...
f) Nominalización de verbo
‘enfrentarse,
4) A veinte minutos de la Puerta del
Sol se libró ayer una intensa batalla
entre la Policía y una comunidad
marroquí
j) pasiva con se
5) [La comunidad marroquí] se
oponía a la destrucción de una
vivienda ilegal.
b) S + Predicado
6) Piedras, tejas y hasta bombonas
de gas fueron utilizadas para
defender la casa de Fátima
j) Pasiva sin complemento agente
7) [La casa] finalmente fue derruida
por una grúa...
e) Pasiva con complemento agente
8) La batalla... se saldó con 30
heridos y nueve detenidos
b) S + Predicado
9) se vivió un pulso entre vecinos y
policías.
j) construcción impersonal
10) La Policía retuvo a las mujeres
21
La Razón (19-10-2007) -
suplemento Madrid p. 36
1) Nadie contaba con que los vecinos
de la Cañada Real hubiesen leído a
Lope de Vega.
b) S + Predicado
2) cuando se estudió la forma en la que
repeler los posibles ataques de un
derribo..., se pensó que con un
subgrupo de diez agentes de la UIP...
bastaría.
j) pasiva con se
3) El barrio sabía que iban a derribar
una casa y les esperaban.
b) S + Predicado
4) la mayoría de los que tomaron parte
en la batalla negaban cualquier
organización previa al ataque...
b) S + Predicado
5) [...] habían planeado la respuesta al
“desafío” del Ayuntamiento.
b) S + Predicado
6) Según fuentes policiales, la reacción
de los vecinos estaba calculada.
b) S + Predicado
7) Las mujeres eran las protagonistas
del primer acto.
b) S + Predicado
8) [Las mujeres] con niños pequeños
como escudo y una de ellas en estado
de buena esperanza intentaron evitar
que la excavadora hiciese su trabajo en
la parcela de la discordia.
b) S + Predicado
9) Entre llantos y “hiyabs” las féminas
El Mundo (19-10-2007)
– M2 pp. 1-2
1) El derribo de una casa ilegal
terminó ayer en una batalla campal
f) Nominalización de verbo ‘derribar’’
2) Un centenar de marroquíes se
atrincheró
b) S + Pr
3) [para impedir que] la piqueta
municipal... derribase la vivienda.
b) S + Pr
4) [Cuando] las máquinas echaban
abajo la casa
b) S + Pr
5) se desató un violento combate
entre medio centenar de agentes y
200 vecinos.
j ) construcción impersonal
6) una embarazada abortó en los
incidentes.
b) S + Pr
7) Los policías se emplearon a fondo
y utilizaron material antidisturbios...
b) S + Pr
8) [los moradores] lanzaba a los
agentes piedras, bombonas, hierros y
palos.
b) S + Pr
9) Desde las azoteas también las
mujeres y los niños lanzaban tejas
contra los agentes,
b) S + Pr
10) [los agentes] se protegían con
escudos ante la lluvia que se les
 b) S + Predicado c) S postverbal en una vivienda contigua mientras retrasaron durante un tiempo lo venía encima.
8) los jóvenes se cubrían con 9) La grúa convierte la casa en una procedía al derribo. inevitable. b) S + Pr
capuchas ruina. b) S + Predicado b) S + Predicado 11) Los graves incidentes se saldaron
b) S + Predicado b) S + Predicado 11) Uno de los momentos de mayor 10) muchas se jactaban ayer de haber con 11 policías nacionales y nueve
tensión se producía cuando... una
9) las mujeres incluso portaban el velo. 10) La guerra... concluyó tres horas conseguido paralizar el derribo de la municipales heridos
mujer embarazada llegó a resultar
b) S + Predicado después de comenzar... herida. casa de al lado unos meses antes. b) S + Pr
10) La Policía no se quedó quieta... b) S + Predicado b) construcc impers. b) S + Predicado 12) Este agente tiene rota la cara y la
b) S + Predicado 11) [con] la huida hacia una loma de 12) A otra embarazada, sus vecinos 11) las órdenes de arriba estaban mandíbula como consecuencia del
11) Los agentes intentaban sacar a las los hombres la sacaron fuera de la vorágine dictadas al milímetro impacto de una bombona de butano.
mujeres de las casas... f) Nominalización de verbo ‘huir’ policial para atenderla. j) construcc pasiva sin b) S + Pr
b) S + Predicado 12) [con] la llegada, en formación de c) dislocación izquierda complemento agente 13) ayer por la mañana se
12) [Las mujeres] gritaban y arrojaban séptimo de caballería, de cerca de ComplDirecto 12) se iba a convertir en escombros esa presentaron en el lugar los operarios
13) Ayer... la excavadora acabó de
lo primero que encontraban para evitar una veintena de vehículos casa. municipales
un plumazo con esos cinco años de
que las sacaran de allí. policiales... j) impersonal o pasiva con se c) S postverbal (típico con V de
esfuerzos.
b) S + Predicado f) Nominalización de verbo ‘llegar b) S + Predicado 13 [Las mujeres] fueron alejadas de la movimiento)
13) Incluso algunas bombonas servían 13) En total, nueve personas fueron 14) Lorenzo Nebreda, del sindicato vivienda de la discordia. 14) Una treintena de policías
como proyectiles contra los cascos de detenidas CEP, aseguraba... que se había j) pasiva sin compl. agente municipales trató de sacar a las
los agentes... j) construcc pasiva sin detenido a tres sospechosos por el 14) estaba a punto de empezar el plan familias atrincheradas en lo más alto
b) S + Predicado complemento agente intento de robo de un arma de fuego “b” del guetto marroquí. de la casa.
14) Pronto, tuvieron que entrar en 14) hubo 41 heridos... reglamentaria de los agentes c) S postverbal b) S + Pr
acción los cincuenta agentes de la c) S postverbal antidisturbios. 15) En la operación tuvieron que 15) una mujer golpeó a un agente en
Unidad de Intervención Policial... en construcción presentativa j) Pasiva con se participar más de setenta la cara...
15) Fueron puestos a disposición antidisturbios
c) S postverbal 15) La carta de notificación del b) S + Pr
judicial.
15) [Los agentes] se sumaron a los 25 desahucio les llegó a Abdel y Fátima c) S postverbal (con dislocación a la
j) Pasiva sin compl. agente
de la Policía Municipal... a mediados de septiembre. izquierda habitual)
b) S + Predicado b) S + Pr
A A A A A
B 11 B 8 B 3 B 9 B 12
C 2 C 2 C 1 C 2 C 1
D D D D D
E E E 1 E E
F 1 F 2 F 3 F F 1
G 1 G G G G
H H H H H
I I I I I
J J 3 J 6 J 4 J 1

22
El Mundo AÑO XIII. Lunes, 19 de noviembre de 2001
Julio Fuentes
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AL QAEDA ABANDONÓ EN UNA DE SUS BASES 300
AMPOLLAS EN CAJAS ETIQUETADAS COMO GAS SARÍN
El enviado especial de EL MUNDO se adentra en el
mayor acuartelamiento de la red terrorista
Julio Fuentes. Enviado especial FARM HADA (JALALABAD)
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Encontré las delgadas ampollas de finísimo cristal tiradas bajo el
sol en el pedregoso suelo de la base Farm Hada de Al Qaeda, 20
kilómetros al sur de Jalalabad, la más grande de la internacional
terrorista en Afganistán. Estaban ante la puerta entreabierta de
uno de los muchos contenedores cerrados con candados chinos.
El líquido que contienen los recipientes, de unos siete
centímetros, es casi transparente, aunque tirando a amarillo. Aún
ignoraba lo que tenía entre las manos, pero tras deletrear varias
veces las cinco letras en cirílico empecé a temblar. En la rústica
caja de cartón figuraba la inscripción en ruso SARIN/V-GAS.
Lo que sujetaba entre los dedos de la mano derecha era
aparentemente una terrorífica arma neurotóxica de destrucción
masiva, el gas sarín, utilizado en 1995 por la Secta de la Verdad
Suprema en el metro de Tokio. Una cucharilla de gas sarín puede
matar a 10.000 personas, y ante la puerta de este contenedor de
Al Qaeda había ayer unas 30 cajas de 10 ampollas cada una, sin
contar las que yacían en el suelo. A una exposición de gas sarín
la muerte sobreviene en un minuto y es tan tóxico que mata al
contacto con la piel.
La evidencia recogida por EL MUNDO podría revelar que Al
Qaeda dispone de esta arma química de destrucción masiva,
proveniente del arsenal de algún país del este de Europa, o de
una sustancia denominada con el mismo nombre y de las mismas
características. En la etiqueta blanca de la caja se advierte de
que el único antídoto para evitar la muerte es una inyección de
Antropina.
No soy un héroe, pero necesitaba pruebas de que Bin Laden, tal
como afirmó el pasado 10 de noviembre, tiene en su poder
«armas químicas y nucleares», y la única forma posible de
demostrar que controla algo similar a las primeras era una de
aquellas cajas.
Comencé a extraer lentamente, una a una, con la punta de los
dedos de la mano izquierda, las 10 herméticas ampollas que
contiene cada caja, y las fui depositando cuidadosamente en el
suelo. Al finalizar la operación me guardé la caja vacía en el
bolsillo del pantalón.
A mi alrededor, el terreno está cubierto de granadas, minas sin
instalar, proyectiles de artillería y anticarro, cohetes apilados y
misiles enfundados en desgarradas fundas -todo de fabricación
rusa o china- y lo que me pareció identificar como una moderna
trampa explosiva sin activar. También observé obsoletos carros
de combate soviéticos T-55 metidos en profundas zanjas y restos
de aparatos electrónicos inidentificables.
También había restos de teléfonos y portaprobetas de madera.
Pero lo más inquietante de la base Farm Hada son unos 40
contenedores de grandes dimensiones cerrados con candados de
fabricación china. Las ampollas estaban junto a uno de ellos, el
Corriere della Sera (19 novembre, 2001) - Sezione: guerra
Pagina: 007 - Cutuli Maria Grazia
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LA FUGA DEI TALEBANI INCUBI Una pista di sabbia che
si addentra in una valle bruciata dal sole. Il centro di
addestramento era protetto da carri armati Fialette di vetro
bianco. Sull' etichetta, scritte in cirillico: «gas sarin». C' è
anche l' indicazione dell' antidoto: «atropina»
Un deposito di gas nervino nella base di Osama
Contenitori di armi chimiche abbandonati in un campo di Al
Qaeda sulle colline di Jalalabad
UN DEPOSITO DI GAS NERVINO NELLA BASE DI
OSAMA CONTENITORI DI ARMI CHIMICHE
ABBANDONATI IN UN CAMPO DI AL QAEDA SULLE
COLLINE DI JALALABAD DAL NOSTRO INVIATO FARM
HADA (Afghanistan)
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Gas sarin: la scritta in caratteri cirillici appare su un' etichetta
rossa, incollata su una scatola di cartone. Dalla confezione
spuntano venti fialette di vetro, simili a piccoli termometri, riempite
di liquido giallo e pastoso. È una delle sostanze più velenose e
letali prodotte in laboratorio. Un gas nervino, un' arma chimica
capace di uccidere al solo contatto con la pelle. È stata trovata dal
Corriere della Sera e dal quotidiano spagnolo El Mundo dentro
uno dei più grandi campi di Osama Bin Laden in Afghanistan, una
base abbandonata dopo la frettolosa ritirata dei talebani da
Jalalabad. Una scatola intera, forse dimenticata durante la fuga.
Oppure lasciata apposta, come segno di avvertimento ai futuri
profanatori. L' abbiamo scoperta a Farm Hada. Un posto sperduto
in mezzo a una landa rocciosa, a un' ora di macchina dalla città.
Ci arriviamo percorrendo una pista di sabbia che si addentra per
chilometri in una vallata bruciata dal sole. Un' area inaccessibile
fino a qualche giorno fa. Off-limits per chiunque non fosse parte
della rete di Osama. Ora troviamo solo un check-point, controllato
dai mujaheddin e una vecchia sbarra di ferro a bloccare l' entrata.
I miliziani ci salutano, sorridono, lasciano che il nostro fuoristrada
passi senza troppe obiezioni. Oltre la barriera, piccole colline
desertiche costellate da muraglie quadrate, mimetizzate sullo
sfondo di un paesaggio ocra: caserme, baracche d' argilla protette
da vecchi carri armati. L' autista guida lungo mulattiere tortuose.
Si ferma davanti a una fila di nicchie sterrate sul fianco di una
montagnola. Da lontano sembrano tunnel. In realtà sono trincee
zeppe di pezzi di artiglieria, bossoli, proiettili di granata. Una sorta
di barriera difensiva, dietro la quale si nasconde una banchina di
cemento, circondata da muri di argilla, con un cancello di ferro
chiuso da un catenaccio. Attorno, container di metallo, una
casupola che doveva servire come posto di guardia e una
baracca dal tetto di lamiera, stipata di munizioni. Gli arabi devono
essersene andati in fretta da Farm Hada. Un' armata allo
sbaraglio, se per terra c' è ancora una scodella incrostata di cibo,
un mucchio di stracci, e poco lontano, gettati alla rinfusa, mine,
ordigni esplosivi. E' qui che appare la scatola di cartone. Non
riusciamo a capire che cosa contiene. Il giornalista del Mundo,
Julio Fuentes, la incide sul lato, tirando fuori ad una ad una le
fialette in vetro bianco, ampolle sottili come siringhe da insulina,
strozzate alle estremità e isolate una dall' altra dentro piccoli
scomparti di cartone. Ne contiamo una ventina. È l' etichetta
attaccata alla confezione a rivelare il contenuto: gas sarin, scritto
in russo, e, sotto, l' indicazione sull' antidoto da usare, l' atropina,
l' unica sostanza capace di contrastare gli effetti letali. Una traccia
sinistra dell' arsenale che potrebbe essere in mano ai combattenti
único con la puerta entreabierta, aunque enganchada con una
cadena. Algunos de los contenedores inspeccionados exhibían
pegatinas de compañías estadounidenses.
Pero lo que más me preocupaba, además de las ampollas de
sarín, eran unos recipientes de metal opaco, del tamaño y grosor
de un cartucho de caza, cerrados con una tapa hermética. Puede
que los terroristas árabes de Al Qaeda hayan extraviado o
abandonado estas presuntas sustancias de guerra cuando, el
pasado miércoles, evacuaron precipitadamente la base en su
retirada hacia Tora-Bora, su actual escondite en las Montañas
Blancas, 40 kilómetros al sur de Jalalabad.
Inmensas instalaciones
La inmensa base terrorista no ha sido bombardeada -como casi
todas las demás en los alrededores de Jalalabad- por la Fuerza
Aérea de Estados Unidos. Parece que el Pentágono se ha
abstenido de atacar bases de Al Qaeda sospechosas de
almacenar armas químicas o bacteriológicas. Los pocos
periodistas occidentales presentes en Jalalabad buscan pistas
sobre el presunto arsenal de armas químicas que asegura tener
Bin Laden. En Darunda, otra de las bases de Al Qaeda, no
encontré nada, aunque otros pueden haberse llevado botellas
sospechosas.
La imponente base Farm Hada está emplazada en una
pedregosa llanura salpicada de sólidos fortines terroristas,
algunos de 500 metros de largo por 200 de ancho, construidos en
barro comprimido, al estilo tradicional afgano. Pero en su interior
sobresalen los techos de varios búnkeres de hormigón armado.
Los portones metálicos de todos los fuertes están cerrados con
candados. Encaramado a uno de los muros observo viviendas en
perfecto orden, con las ventanas enrejadas y las puertas
cerradas. Las familias de los 600 árabes de Al Qaeda que
ocupaban la base residían en ellas.
Junto a las instalaciones, al otro lado de una rocosa carretera, se
alzan los fuertes de Yunis Kaalis, el gran señor de la guerra
pastún de 98 años de edad y casi paralizado que obtuvo de los
talibán la rendición sin sangre de Jalalabad el pasado miércoles.
Pero hasta este momento Kaalis, sus comandantes y parte de
sus miles de guerreros vivían en vecindad con los terroristas
árabes de Al Qaeda. El propio Bin Laden pagó a Kaalis por gran
llanura donde está enclavada la formidable base. Kaalis ha
requisado, según fuentes solventes de los muyahidin en
Jalalabad, todos los instrumentos de avanzada tecnología -como
teléfonos vía satélite y generadores- que, hasta el pasado
miércoles, albergaba la base terrorista.
di Osama. Una prova che nelle caserme dello sceicco saudita non
ci sono solo kalashnikov, missili o granate, ma anche armi non
convenzionali, utilizzabili da attacchi terroristici in tutto il mondo.
Eforse non è un caso che tra tutte le basi abbandonate dagli
uomini di Al Qaeda in questi giorni, dopo la partenza dei
talebani e l' arrivo dei mujaheddin, Farm Hada sia una delle
poche a non essere stata bombardata dagli americani. Tiriamo
via l' etichetta e, per precauzione, lasciamo le ampolle. Troppo
rischioso portarle via. Il gas Sarin ha effetti neuro-tossici. Le
abbandoniamo lì dove si trovano, sotto il sole. Intorno non si
vede nessuno. Il silenzio è pesante e sinistro. Non ci sono
mujaheddin a custodire la base. Non siamo neanche sicuri che l'
area sia completamente libera dagli arabi di Osama. Ma certo è
che qualcuno deve essere passato da qui, dopo la partenza dei
membri di Al Qaeda, a mettere i lucchetti su ogni portone. «Gli
uomini di Younis Khalis», dice la nostra guida. I miliziani dello
stesso leader politico che mercoledì scorso, dopo un lungo
negoziato, ha costretto i talebani a sloggiare dalla regione. L'
abbiamo visto Khalis, qualche giorno fa, entrare nel palazzo del
governatore, la barba tinta di arancione, uno zuccotto in testa, a
passi faticosi su un paio di stampelle. Lo accompagnavano i
suoi fedeli, sorreggendolo ad ogni gradino. Ha pronunciato
poche parole, sillabe gutturali e cavernose per annunciare la
pace. Ma è lui il grande vecchio, il capo storico dell' Hezb-i-
Islami, una delle fazioni che combatterono la Jihad contro i
sovietici, ad aver concesso a Osama il permesso per costruire la
base di Farm Hada sui suoi terreni, all' interno del suo feudo.
Era il 1996. Lo sceicco del terrore, scacciato dal Sudan -
raccontano a Jalalabad - si era accampato in una brigata di
arabi nel villaggio di Teerah, all' interno della zona tribale del
Pakistan. I capiclan lo avevano tollerato per un po' , poi l'
avevano pregato di andarsene. Osama si è spostato a Tora
Bora, il rifugio sulla Spinghar Mountain, la stessa parte dove gli
arabi in fuga si sono arroccati in questi giorni. E quindi a
Jalalabad con l' assenso della Shura locale. È stato qui che ha
trattato con Khalis l' acquisto dei terreni. Il leader, che lo
conosceva dai tempi della Jihad, gli offrì ospitalità permettendo
ai combattenti di Al Qaeda d' installarsi nella sua roccaforte.
Con l' arrivo dei talebani, all' ottobre dello stesso anno, Osama
si è trasferito a Kandahar, lasciando a Farm Hada uno dei suoi
principali avamposti militari. Per anni si sono nascosti qui dentro
alcuni degli uomini più ricercati dall' Fbi, come Atef, il numero tre
di Al Qaeda, morto venerdì sotto un bombardamento americano.
Dentro la base, che si stende per una decina di chilometri
quadrati, vivevano anche alcune famiglie dei seguaci di Osama -
racconta un afghano che l' ha visitata qualche tempo fa - in
caseggiati protetti come bunker e sorvegliati dai miliziani armati,
una cinquantina in tutto; difficile dire quanti fossero
complessivamente i residenti. Da Farm Hada potrebbero essere
passati a rotazione migliaia di combattenti islamici, per
prepararsi militarmente e spiritualmente alla Jihad contro l'
Occidente. All' interno degli edifici non mancava nulla: acqua
corrente e luce, fornita da enormi generatori, apparecchiature
satellitari, archivi e documenti. Oggi sono rimasti solamente
mezzi militari, camion, pezzi di artiglieria e un numero
impressionante di munizioni. E il contenitore del gas nervino.
Poco lontano dalla zona in cui abbiamo trovato le fiale, sorgono
le ville di Younis Khalis e dei suoi comandanti. Costruzioni
nascoste dietro fila di mura. Si vedono bambini giocare davanti
ai portoni e qualche camion passare lungo la strada. Lo stesso
Osama ha conservato una residenza nella zona. Ci fermiamo a
Dar Olum, l' ex «madrassa» dove venivano selezionati i giovani
combattenti, ragazzi preferibilmente orfani dai 15 ai 18 anni
destinati agli attacchi kamikaze. Maria Grazia Cutuli
 Archivio

LA FUGA DEI TALEBANI DIRITTI CIVILI IL VELO INTEGRALE È PARTE DEI COSTUMI LOCALI, LA SOTTOMISSIONE AGLI UOMINI È UN' EREDITÀ SECOLARE CHE I TALEBANI
HANNO FORMALIZZATO ANCHE NEL VICINO PAKISTAN VIGONO LE STESSE REGOLE: PERFINO NELLA BUONA BORGHESIA, I DUE SESSI FESTEGGIANO IN ZONE
SEPARATE

Jalalabad «libera» resta una prigione avvolta dal burqa

Donne sottomesse alle tradizioni dei pashtun «Il nome di mia moglie? Mai su un giornale».
Chi viene da una famiglia agiata, chi ha studiato e chi è stato all' estero rifiuta il burqa. Chi
arriva invece dai villaggi e dalle zone rurali, dai quartieri poveri, non penserebbe mai di
farne a meno
DAL NOSTRO INVIATO JALALABAD - Nascoste, invisibili, assenti: non si vedono donne a Jalalabad. La liberazione della città afghana dai talebani ha portato
nelle strade migliaia di miliziani armati, bande ubriache di vittoria, pronte a contendersi il controllo del territorio sino all' ultimo vicolo o all' ultima casa. Non
ci sono donne tra chi fa la guerra, gestisce il potere, decide il futuro. In un' intera mattinata, appaiono tra le botteghe del suk solamente tre sagome avvolte dal
burqa, dal passo silenzioso e discreto, coperte come sempre dietro la cortina di un poliestere. «Scoprirsi il viso? Non è il momento», farfuglia una delle tre,
scivolando tra le bancarelle. «Il burqa è l' unica protezione che abbiamo», dice la seconda, mentre la terza acconsente. «In una situazione come questa,
rischieremmo lo stupro». Fanno la spesa veloci, un po' di frutta, cotone per cucire, pezzi di pane. E si dileguano con la stessa andatura leggera con cui sono
arrivate, strette una all' altra a difendersi dal mondo di fuori. Non ci sono stati delitti a Jalalabad, com' è successo invece a Kabul dopo l' arrivo dell' Alleanza
del Nord. Nessun proclama dei mujaheddin che inviti le donne afghane a tornare nei posti di lavoro e tra i banchi di scuola. Le milizie tribali - ancorate alle
coriacee tradizioni pashtun - hanno altro a cui pensare. E non è certo il burqa, la segregazione femminile, la violazione dei diritti umani, il peccato che
rimproverano ai talebani. Il velo integrale fa parte dei costumi locali. La sottomissione delle donne è un' eredità secolare che le milizie coraniche hanno solo
istituzionalizzato. «E la cultura fa la differenza - dice Karmi Nazri, proprietario di una scuola d' inglese a Jalalabad -. Chi viene da una famiglia agiata, chi ha
studiato e chi è stato all' estero rifiuta il burqa. Chi arriva invece dai villaggi e dalle zone rurali, dai quartieri poveri, non penserebbe mai di farne a meno». I
talebani non c' entrano, secondo lui. Anche prima del loro arrivo in Afghanistan, la maggior parte delle donne pashtun si copriva il viso. «Cambierà qualcosa?
Non certo adesso, con i guerriglieri in giro. Non c' è donna che può aver voglia di mostrarsi in una situazione come questa». Forse in futuro, a poco a poco, una
volta che l' Afghanistan avrà preso un altro corso politico. «Ma mia moglie, no. Lei il burqa l' ha sempre portato e lo porterà sino alla fine dei suoi giorni».
Come si chiama la moglie? Il professore d' inglese abbozza un sorriso imbarazzato: «Non mi pare il caso che il suo nome compaia sui giornali». Nient' altro da
aggiungere. Anche Kamram Bashari, medico all' ospedale centrale di Jalalabad, si mostra esterrefatto all' idea che le donne della sua famiglia possano
camminare a viso scoperto. «Non hanno mostrato la loro faccia nemmeno ai propri cugini. Sono quelle che lavorano per il governo, le professioniste, le
dottoresse, che tra qualche mese forse alzeranno la testa, a rivendicare libertà mai godute». La cultura pashtun è dura da sradicare. Anche nel vicino Pakistan
vigono le stesse regole: perfino nella buona borghesia, dove non c' è occasione che non venga celebrata con sontuosi banchetti, uomini e donne festeggiano in
zone diverse, rigidamente separate. Ancor più nei campi profughi degli afghani: il burqa serve a mascherare la povertà, a nascondare la vergogna di chi chiede
l' elemosina, a proteggersi dalla promiscuità. Era questo il significato originario dallo hijab, l' abito prescritto dal Corano: un riparo per il corpo e per lo spirito,
in una società invadente come quella beduina, per mettere una distanza tra sé e gli altri, e garantirsi un minimo d' intimità. A Peshawar, in Pakistan, s'
incontrano donne ultrafondamentaliste, colte, laureate, capaci di parlare in perfetto inglese, che teorizzano la differenza tra i sessi. «É segno di rispetto da
parte degli uomini - dice una attivista del Jamiat Islami, uno dei principali partiti religiosi -. Serve a difenderci dagli sguardi indiscreti, a proteggersi da un
eccesso di responsabilità. Non vogliamo diventare come voi occidentali, oberate di lavoro, costrette a mantenervi da sole, a trascurare la famiglia ed i figli».
Persino le donne del Rawa, l' associazione rivoluzionaria femminile dell' Afghanistan, ammettono il velo: «Fa parte della tradizione». Quel che non accettano è
che sia lo Stato ad imporlo, come nel caso dai talebani. A Jalalabad le donne aspettano. «Ci vorrà del tempo perché i costumi cambino», dice il dottor Kamran
Bashari. Una vera stabilità politica chiarirà quale sarà il ruolo femminile in Afghanistan. Maria Grazia Cutuli

Cutuli Maria Grazia

Pagina 4
(18 novembre 2001) - Corriere della Sera

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«Non siamo battuti Li aspettiamo tra i
nostri monti»
I talebani si preparano a lasciare le città «Potremmo
resistere anche dieci anni»
I talebani si preparano a lasciare le principali città dell' Afghanistan. Non è una sconfitta, solamente una
«ritirata strategica», per ricompattare le file della jihad resuscitando le stesse tecniche di guerriglia utilizzate
contro gli invasori britannici nell' Ottocento e contro le truppe sovietiche negli anni Ottanta. La nuova strategia
viene illustrata al Corriere dai membri di due organizzazioni pakistane - vicine tanto al mullah Omar, il capo
supremo dei talebani, quanto a Osama Bin Laden - attivamente coinvolte nella «guerra santa» contro l'
Occidente. Il primo è Hussain Hamad Deeshani, comandante militare dell' Herakat-ul-Jihad Islami, un gruppo
a cui appartengono diversi «terroristi» apparsi sulle liste nere dell' Fbi. Tornato dall' Afghanistan qualche
giorno fa, si trova a Islamabad di passaggio, in attesa di ripartire per il fronte. «La resa di Mazar-i-Sharif è
stata concordata dai talebani assieme ai capi dell' Alleanza del Nord - sostiene -. E' una ritirata che ci permette
di mettere in salvo uomini e armi per poter contrattaccare in un secondo momento». L' Herakat-ul-Jihad Islami
ha perso un' ottantina di uomini nei raid americani, ma il comandante va avanti come un predicatore: «Sapete
quanti sono stati i morti tra i talebani, gli arabi e i pakistani? Cinquecento miliziani, non di più. Ci sono
volontari di nazionalità tedesca e persino italiana - racconta un attivista dell' Herakat-ul-Mujaheddin - Alcuni
sono immigrati, altri no. Occidentali a tutti gli effetti». Il suo nome di copertura è Janghir, ha 31 anni e una
barba più lunga di quella di Osama. La sua iniziazione è avvenuta da ragazzino durante la jihad contro i russi,
il perfezionamento nell' arte della guerra nel campo di addestramento di Khost, la centrale terroristica afghana
bombardata dagli americani nel 1998. «A ciascun gruppo è affidato il controllo di una parte di territorio. Ma
il comando resta ai talebani, sotto la direzione di Jaluddin Haqqani, capo delle operazioni di terra», spiega. La
resistenza sulle montagne non fa paura a nessuno. «Siamo abituati a mangiare per anni pane secco imbevuto
nell' acqua o a dormire dentro una trincea». L' esodo dalle città preannuncia una guerra di logoramento. Ma
per quanto Janghir richiami alla memoria i tempi della jihad, si tratterebbe di una resistenza solitaria simile a
quella dei ceceni contro Mosca più che a quella dei mujaheddin degli anni Ottanta. Al momento non c' è
nessuna superpotenza alle spalle dei talebani. Nessun Paese disposto a sostenere una nuova guerriglia. Ci sono
i «martiri», però. «Combattenti come me addestrati a immolarsi. L' ordine potrebbe arrivare in qualunque
momento. Gli attentati dell' 11 settembre non erano giustificati, perché non c' erano condizioni di guerra - dice
Janghir -. Ma da quando gli americani hanno cominciato a bombardare, colpire il nemico diventa un atto
legittimo». L' attivista dell' Herakat-ul-Mujaheddin lancia un avvertimento: «State attenti tutti, anche voi
italiani. Ricordatevi che nel momento in cui le vostre truppe metteranno piede in Afghanistan, diventerete i
nostri bersagli». Maria Grazia Cutuli

Cutuli Maria Grazia

Pagina 14
(13 novembre 2001) - Corriere della Sera
L' appello alle tribù dei capi monarchici
Jalalabad, il cancello d' accesso all' Afghanistan presa da Younis
Khalis, eroe della lotta ai russi Il clan di Abdul Haq cercherà oggi
di entrare nella città per piantare la sua piccola bandiera
DAL NOSTRO INVIATO PESHAWAR - I comandanti monarchici chiamano a raccolta le loro tribù.
Decine, centinaia, migliaia di pashtun armati siedono nei giardini delle case di Peshawar. «Domani lo
saprete». «Domani vedrete». Jalalabad non può essere lasciata in mano a un solo gruppo. La sua
conquista è merito di tutti, anche di quelli che non hanno partecipato. «Younis Khalis». Un nome che
riemerge dai libri di storia, era il leader dell' Hizb-i-Islami durante la resistenza contro i sovietici. Più
onesto degli altri, dicono, se non altro per essersi rifiutato di unirsi ai mujaheddin nel 1992 durante il
sacco di Kabul. La famiglia di Abdul Haq lo riconosce come proprio capo e si prepara, con centinaia di
seguaci, a raggiungerlo a Jalalabad. «Non è stata una conquista, ma una negoziazione», dice Nasrullah
Arsalai, fratello di Haq, tornato dalla Germania tre settimane fa. L' Alleanza del Nord deve rimanere
fuori. Che se ne stia a Kabul. «Non abbiamo nessuna intenzione di partecipare alle loro azioni militari»,
sottolinea Nasrullah. «Discuteremo con loro del nuovo governo». Chi ha preso veramente Jalalabad? In
una seconda villa di Peshawar, altre tribù rivendicano la vittoria, i comandanti delle province dell' Est.
Da un mese si autoqualificano come soldati del re, si dicono pronti a partire, disposti ad accettare l'
aiuto americano. Adesso non si rassegnano a non essere arrivati in tempo. Oggi o domani sceglieranno
nuovi leader.
Cutuli Maria Grazia