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Hidrogeología básica. Las aguas


subterráneas y su flujo

BOOK · JANUARY 2008

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2 AUTHORS:

Manuel García Rodríguez


National Distance Education Univ…
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Enrique Fernández Escalante


Grupo Tragsa
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Available from: Manuel García Rodríguez


Retrieved on: 07 April 2016
A Lucas y Elda
HIDROGEOLOGÍA BÁSICA
LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS Y SU FLUJO
Manuel García Rodríguez Álvaro Enrique Fernández Escalante
Doctor en Ciencias Geológicas Doctor en Ciencias Geológicas
Univ. de Alcalá de Henares Grupo Tragsa

Hidrogeología básica
Las aguas subterráneas y su flujo

Ediciones
FIECFIEC
2008

Primera edición, 2006


Segunda edición, 2008

Colección Medio Ambiente


Número 1

© Hidrogeología básica. Las aguas subterráneas y su flujo


© Manuel García Rodríguez y Álvaro Enrique Fernández Escalante

© Ediciones FIEC
Instituto para el Fomento de la Investigación Económica
http://www.institutofiec.org

ISBN-13: 978-84-96866-15-7

Depósito Legal SE-XXX-2008 E.U.

Impreso por Publidisa / Printed by Publidisa


Impreso en España / Printed in Spain

Reservados todos los derechos. Esta publicación no puede ser transmi-


tida por un sistema de transmisión de información, de ninguna forma ni
por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético
o por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la
editorial.
Índice
Presentación

Capítulo 1 El ciclo hidrológico

1.1. Introducción 21
1.2. Componentes del ciclo hidrológico 23
1.2.1. Precipitación 23
1.2.2. Evapotranspiración 23
1.2.3. Evaporación 24
1.2.4. Escorrentía superficial 25
1.2.5. Escorrentía subterránea 25
1.2.6. Escorrentía total 25
1.3. Distribución del agua en el suelo 25
1.3.1. Suelo edáfico 26
1.3.2. Zona no saturada 26
1.3.3. Infiltración 26
1.3.4. Zona saturada 26

Capítulo 2 Acuíferos y embalses subterráneos

2.1. Definiciones 29
2.1.1. Acuífero 29
2.1.2. Acuitardo 33
2.1.3. Acuicludo 33
2.1.4. Acuífugo 33

© Ediciones FIEC | 9
Hidrogeología básica

2.2. Parámetros hidrogeológicos 34


2.2.1. Porosidad 34
2.2.2. Permeabilidad 35
2.2.3. Transmisividad 36
2.2.4. Coeficiente de almacenamiento 38
2.2.5. Caudal específico 40

Capítulo 3 Acuíferos en diferentes formaciones geológi-


cas

3.1. Acuíferos en medios porosos 41


3.1.1. Formaciones características 41
3.1.2. Parámetros hidrogeológicos 44
Ejemplo 1.”El acuífero detrítico de Madrid” 46
3.2. Acuíferos en medios cársticos 51
3.2.1. Introducción 51
3.2.2. Proceso de disolución de las calizas 52
3.2.3. Formaciones características 53
3.2.4. Parámetros hidrogeológicos 55
Ejemplo 2. “El acuífero de la Mancha Occi- 57
dental y las Tablas de Daimiel”
3.3. Acuíferos en medios fisurados 61
Ejemplo 3. “El macizo cristalino de la sierra 63
de Guadarrama en Torrelodones”
3.4. Acuíferos en materiales volcánicos 73
3.4.1. Materiales volcánicos según su origen 73
3.4.2. Parámetros hidrogeológicos 75
3.4.3. Calidad química del agua. Aspectos 76
generales
3.4.4. Contaminación del agua subterránea 77
Ejemplo 4. “El agua en las Islas Canarias” 84

10 | © Ediciones FIEC
Índice

Capítulo 4 El movimiento del agua en medios porosos

4.1.Conceptos fundamentales 91
4.1.1. Régimen permanente o estacionario 91
4.1.2. Régimen transitorio 91
4.1.3. Superficie equipotencial 92
4.1.4. Superficie piezométrica y freática 92
4.1.5. Isopiezas 92
4.1.6. Ley de Darcy 94

Capítulo 5 Cartografía hidrogeológica

5.1. Introducción 97
5.2. Inventario de puntos de agua 98
5.3. Mapas de isopiezas 100
5.3.1. Metodología 103
5.3.2. Relación río – acuífero 105
5.3.3. Gradiente hidráulico 105
5.3.4. Divisoria de aguas subterráneas 106
5.3.5. Tipos de superficies piezométricas 107
5.4. Perfiles hidrogeológicos 108
5.4.1. Método 108
5.4.2. Zonas de recarga y zonas de descarga 110
5.5. Redes de flujo 112
5.5.1. Definición y método 112
5.5.2. Aplicaciones 114

Anexo Ejercicios propuestos 119

Bibliografía 131

© Ediciones FIEC | 11
Hidrogeología básica

Relación de tablas

Tabla 1.1. Estimación de la distribución del agua en la 22


hidrosfera (en Shiklomanov, I. A., 1997).

Tabla 2.1. Valores de la permeabilidad (según autores). 36


Tabla 2.2. Valores de la transmisividad (según autores). 37
Tabla 2.3. Valores del coeficiente de almacenamiento 38
(según autores).

Relación de Figuras

Figura 1.1. El ciclo hidrológico. 21


Figura 1.2. Esquema simplificado con la distribución del 27
agua en el suelo.

Figura 2.1. Bloque diagrama esquemático de un acuífero 30


libre parcialmente drenado por un río.
Figura 2.2. Esquema de un acuífero confinado. 30
Figura 2.3. Esquema de un acuífero semiconfinado. En la 31
zona de la derecha, el acuífero está en contacto
directo con la superficie, y se comportará como
libre. Se denomina zona surgente a aquella en
la que el nivel piezométrico se sitúa por encima
de la superficie topográfica. En los pozos que
se perforen en la zona surgente, el agua llegará
a la superficie sin necesidad de bombearla.
Figura 2.4. Esquema de una zona con superposición de 32
acuíferos. A) Acuífero libre drenado por un
manantial, B) Acuífero confinado con pozos no
surgentes y C) Acuífero confinado con una ex-
tensa zona surgente.
Figura 2.5. Esquemas comparativos entre un acuífero y un 32
acuitardo. En un acuífero, a las pocas horas de
perforar un pozo el nivel freático en su interior

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Índice

coincide con el del acuífero. En un acuitardo, a


pesar de que los materiales puedan estar com-
pletamente saturados, el volumen de agua que
puede extraerse del pozo es muy escaso debido
a la baja permeabilidad de la formación geoló-
gica.
Figura 2.6. Acuicludo y acuífugo. En el acuicludo los ma- 33
teriales pueden contener agua pero no transmi-
tirla, de modo que si se perfora un pozo nunca
tendrá agua (por ejemplo las arcillas). En un
acuífugo los materiales no pueden almacenar
agua y los pozos estarán siempre secos (por
ejemplo el granito).
Figura 2.7. A) La porosidad total incluye todos los poros 35
de la porción de roca considerada, independien-
temente de que contengan o no agua, y de que
estén conectados entre ellos. B) Para determi-
nar la porosidad eficaz, únicamente se conside-
ran los poros interconectados que permiten el
movimiento del agua. En la figura viene repre-
sentado por los poros sombreados, todos ellos
conectados entre si.
Figura 2.8. Esquema explicativo del concepto de la trans- 37
misividad a partir de la permeabilidad y espe-
sor saturado.
Figura 2.9. Coeficiente de almacenamiento en un acuífero 39
libre. Representa el volumen de agua vaciado al
descender el nivel freático la unidad, sobre un
prisma de base unitaria. Coincide con la poro-
sidad eficaz.
Figura 2.10. Coeficiente de almacenamiento en un acuífero 39
confinado. La figura representa un prisma de
base unitaria con un descenso unitario del ni-
vel piezométrico.
Figura 2.11. El caudal específico se expresa como el co- 40
ciente entre el caudal bombeado en un pozo,
expresado en l/s, y el descenso medido en el

© Ediciones FIEC | 13
Hidrogeología básica

pozo en metros.

Figura 3.1. Perfil esquemático típico de una de cuenca 42


sedimentaria. En las zonas de borde predomi-
nan materiales detríticos (gravas y arenas) que
suelen dar lugar a acuíferos libres. A medida
que nos alejamos de la zona de sierra, los ma-
teriales son mas finos, limos y arcillas, favo-
reciendo la formación de acuíferos semiconfi-
nados. En las zonas más distales se suelen en-
contrar materiales evaporíticos formados en
ambiente lacustre.
Figura 3.2. Perfiles esquemáticos de acuíferos asociados 44
a depósitos aluviales (A) y a coluviales (B).
Figura 3.3. Esquema de un acuífero carbonatado muy 54
fracturado y carstificado, en el que es de apli-
cación la Ley de Darcy.
Figura 3.4. A) Esquema de un acuífero carbonatado con 55
una carstificación irregular y desigual. B)
Acuífero cárstico con disolución preferente a
favor de conductos.
Figura 3.5. Corte hidrogeológico esquemático de la Llanu- 58
ra Manchega entre Villarrobledo y Las Tablas
de Daimiel (García, 1996).
Figura 3.6. Perfil hidrogeológico de las Tablas de Daimiel. 60
Puede verse que en la margen izquierda del
PNTD el substrato geológico está representado
por materiales impermeables; arcillas y margas,
mientras que en la margen derecha predominan
calizas muy carstificadas, que constituyen el
principal acuífero (García, 1996).
Figura 3.7. Esquemas de los tres tipos de acuíferos identi- 69
ficados en la zona de Torrelodones. A) medio
fracturado, B) zona de alteración, C) ambiente
sedimentario. Los tres tipos definidos son muy
característicos de las rocas duras en cualquier
zona del mundo.

14 | © Ediciones FIEC
Índice

Figura 3.8. Esquema de intrusión salina en un acuífero li- 81


bre, producida por el descenso del nivel freáti-
co en la costa.

Figura 4.1. A) Esquema de un acuífero en régimen perma- 91


nente y B) esquema de un acuífero en régimen
transitorio.
Figura 4.2. Bloque diagrama de un acuífero libre con re- 93
presentación de: superficie freática, isopiezas
y superficies equipotenciales.
Figura 4.3. Bloque diagrama de un acuífero confinado 93
con representación de: superficie piezométri-
ca, isopiezas y superficies equipotenciales.
Figura 4.4. Ley de Darcy. 94
Figura 4.5. Bloque diagrama explicativo de la Ley de 95
Darcy aplicada a un acuífero libre; Q = K·(h1-
h2)/L)·S.

Figura 5.1. Determinación de la profundidad del nivel 99


freático durante el inventario de puntos de
agua.
Figura 5.2. Modelo de ficha con los datos básicos que 101
deben recopilarse al realizar un inventario de
puntos de agua.
Figura 5.3. Mapa de isopiezas. En los límites impermea- 103
bles las isopiezas son perpendiculares a ellos.
En el lago, el borde actúa como una equipoten-
cial (de nivel constante), y las isopiezas serán
paralelas al borde.
Figura 5.4. Relación río-acuífero. A) Río ganador y B) Río 104
perdedor. Las trazas discontinuas representan
líneas de flujo subterráneo; del acuífero hacia
el río o del río hacia el acuífero respectivamen-
te.
Figura 5.5. A) Río y acuífero sin conexión debido a la im- 105
permeabilidad del lecho del río. En esta situa-

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Hidrogeología básica

ción, las isopiezas pueden tener cualquier for-


ma respecto al río. B) Esquema de la relación
entre un río y un acuífero confinado. Al igual
que en caso A, las isopiezas pueden tener cual-
quier forma respecto al río.
Figura 5.6. Mapa de isopiezas con indicación de las zonas 106
de máximo y mínimo gradiente (isopiezas
juntas y separadas respectivamente).
Figura 5.7. Divisoria de aguas subterráneas y líneas de flu- 107
jo (representadas por flechas y cruces, respec-
tivamente).
Figura 5.8. Mapa de isopiezas y perfil hidrogeológico co- 109
rrespondiente a la traza A-B. La escala vertical
del perfil está muy exagerada respecto a la es-
cala horizontal con objeto de que resulte más
ilustrativo. Para simplificar la figura, en el ma-
pa de isopiezas no se han dibujado curvas de
nivel, por tanto la topografía del perfil es in-
ventada. Las líneas equipotenciales de la sec-
ción vertical son esquemáticas.
Figura 5.9. Esquema regional de flujo de aguas subterrá- 110
neas con indicación de las zonas de recarga y
zonas de descarga de agua subterránea.
Figura 5.10. Perfil hidrogeológico detallado con representa- 111
ción del nivel del agua alcanzado en tres
piezómetros, según se localicen en zonas de
recarga o en zonas de descarga de aguas sub-
terráneas. En zonas de recarga el flujo es des-
cendente y en zonas de descarga ascendente.
Figura 5.11. Esquema con la distribución de líneas equipo- 114
tenciales en un acuífero libre que está limitado
por dos zanjas (la zanja de la izquierda de re-
carga y la de la derecha de drenaje o descarga).
Figura 5.12. Esquema de flujo en una ladera. 115
Figura 5.13. Red de flujo por debajo de una presa. 116
Figura 5.14. Esquema de una red de flujo bajo una presa 117

16 | © Ediciones FIEC
Índice

con pantalla impermeable.

Nota:
Todas las figuras que aparecen en este libro son de elaboración propia

© Ediciones FIEC | 17
Presentación
Después de más de diez años impartiendo clases de hidrogeología en la
universidad y en cursos de postgrado, nos hemos dado cuenta de que en
general, los alumnos tienen cierta dificultad para conseguir imaginarse y
entender cómo se mueve el agua en el subsuelo. Si no se dispone de una
base de conocimiento geológico sólida, es muy razonable que surja dicha
dificultad, más teniendo en cuenta que las aguas subterráneas, como su
nombre indica, son “subterráneas” y no se ven.

Con este planteamiento, presentamos un libro de “ideas y conceptos”,


claramente de intención conceptual, sin entrar en formulas ni desarrollos
matemáticos. En particular, se centra en aspectos relacionados con el
movimiento y flujo del agua subterránea.

Todo el texto está acompañado de numerosos dibujos y esquemas que


pretenden facilitar la comprensión de los conceptos expuestos, y ayudar a
fomentar una visión “tridimensional” de la hidrogeología, imprescindible
para entender esta ciencia.

Por su lenguaje sencillo, el libro está especialmente indicado para alumnos


de ingenierías, licenciaturas, y para otros titulados interesados en
introducirse en el mundo de las aguas subterráneas, sin necesidad de que
tengan conocimientos geológicos previos.

El texto está estructurado en cinco capítulos. En el Capítulo 1 se repasa el


concepto de Ciclo Hidrológico y se definen los elementos que lo
componen. Se hace especial hincapié en dejar clara la relación e
interconexión que hay entre las aguas superficiales y subterráneas, ya que
carece de sentido estudiar “unas” sin tener en consideración las “otras”.

© Ediciones FIEC | 19
Hidrogeología básica

En el Capítulo 2 se definen los términos elementales de la hidrogeología,


además de los parámetros que controlan el movimiento del agua en los
acuíferos.

En el Capítulo 3 se explica el comportamiento del agua subterránea en los


diferentes materiales geológicos. Se incluyen ejemplos de estudios
hidrogeológicos de acuíferos en diferentes litologías; materiales detríticos,
carbonatados, en medio fisurado y en materiales volcánicos.

El Capítulo 4 explica la Ley de Darcy, y se definen los términos que


ayudan a interpretar el movimiento del agua en los acuíferos según su
presión.

Por último, el Capítulo 5 trata sobre cartografía hidrogeológica; su utilidad,


interpretación y método de trabajo. Se pone especial énfasis en lo referente
a la interpretación de perfiles hidrogeológicos y al diseño de redes de flujo,
materia de gran interés en aplicaciones de ingeniería.

Los autores

20 | © Ediciones FIEC
Capítulo 1

El ciclo hidrológico
1.1. Introducción
En la superficie de la Tierra el agua puede encontrarse en sus tres fases;
vapor, líquida o sólida. El ciclo hidrológico explica como tiene lugar el
constante movimiento del agua, tanto sobre la superficie del terreno como
subterráneamente, y en sus diferentes estados. En la figura 1.1 se
representa una esquematización simplificada del ciclo hidrológico.

Figura 1.1. El ciclo hidrológico.

© Ediciones FIEC | 21
Hidrogeología básica

A partir de los lagos, ríos, mares y océanos, o bien a través de la


vegetación por transpiración, el agua en forma de vapor pasa a la atmósfera
cargando el aire de humedad. Cuando el vapor de agua se enfría, se
condensa formando las nubes, desde donde retornará a la superficie del
planeta en forma de precipitación, como lluvia, nieve, granizo, rocío o
escarcha. Una vez en la superficie de la tierra, el agua circulará bien por la
superficie de terreno, como escorrentía superficial, o pasará a formar parte
de los acuíferos como escorrentía subterránea.

A título orientativo, en la tabla adjunta se presenta una estimación con la


distribución del agua en la hidrosfera, según datos de “World
Meteorological Organization”.

Tabla 1.1. Estimación de la distribución del agua en la hidrosfera


(en Shiklomanov, I. A., 1997).

% del agua % respecto del Tiempo medio de


Distribución total del total de agua residencia
planeta dulce
Océanos y mares 97,5 - 2.500 años
Glaciares y polos 1,74 68,7 9.700 años
Aguas subterráneas dulces 0,76 30,1 decenas a miles de años
Lagos de agua dulce 0,007 0,26 17 años
Lagos de agua salada 0,006 - 150 años
Ríos 0,0002 0,006 15 a 20 días
Biomasa 0,0001 0,003 algunas horas
Atmósfera 0,001 0,04 8 a 10 días

Con frecuencia el estudio de las aguas subterráneas queda ensombrecido


por la hidrología de superficie (ríos y lagos), pasando inadvertidas. Si se
observa la tabla 1.1, puede verse que las aguas subterráneas representan el
mayor volumen de agua dulce de la hidrosfera aprovechable por el hombre,
razón más que suficiente para que merezcan un estudio concienzudo y se
deban gestionar con racionalidad y con la protección que merecen.

22 | © Ediciones FIEC
Cap 1 El ciclo hidrológico

1.2. Componentes del ciclo hidrológico

1.2.1. Precipitación

Cuando el agua, en estado líquido o sólido llega a la superficie, se dice que


ha precipitado. Representa uno de los componentes principales del ciclo
hidrológico. Los aparatos destinados a la medida de la precipitación se
denominan pluviómetros.

La unidad de medida suele ser el mm, que representa la altura que alcanza
un litro de en un prisma que tenga una base de un m2 de superficie. Por
tanto, 1 mm equivale a 1 l/m2.

Para determinar la precipitación caída sobre una cuenca, suelen emplearse


alguno de los tres métodos siguientes; método de la media aritmética,
método de las isoyetas y el método de los polígonos de Thiessen.

1.2.2. Evapotranspiración

La evapotranspiración es un término que se aplica sólo a un área de terreno


cubierto de vegetación, ya que de lo contrario se trataría de evaporación. En
Custodio y Llamas (1983) se define este término cómo el resultado del
proceso por el cual el agua cambia de estado líquido a gaseoso, y
directamente a través de las plantas, vuelve a la atmósfera en forma de
vapor. Se expresa en milímetros.

En condiciones naturales es muy difícil medir aisladamente la transpiración


y por ello el concepto de evapotranspiración aúna ambos fenómenos.

La proporción de evapotranspiración se reduce a medida que disminuye la


humedad del suelo durante la estación seca. Cuanto menor es la humedad
que queda en el suelo, más lenta es la pérdida por evapotranspiración. Hay
dos conceptos para expresar la evapotranspiración:

© Ediciones FIEC | 23
Hidrogeología básica

a) Evapotranspiración potencial

Es la máxima pérdida de agua posible bajo condiciones dadas de cobertera


vegetal y factores climáticos, suponiendo que podemos suministrar al suelo
mediante irrigación, todo el agua que las plantas puedan consumir y los
poros del suelo puedan albergar (Strahler, 1988). Este proceso depende de
los factores climáticos particulares de cada zona. Para su cálculo, existen
numerosas fórmulas basadas todas ellas en datos que se obtienen de las
estaciones meteorológicas.

b) Evapotranspiración real

Es la cantidad de evapotranspiración real u observada. Disminuye


proporcionalmente a medida que se agota la humedad del suelo (Strahler,
1988). Para calcular la evapotranspiración hay que tener en cuenta la
capacidad de retención del suelo. Esta capacidad de almacenamiento es
difícil de controlar debido a la variabilidad de texturas que presentan los
suelos.

1.2.3. Evaporación

En un suelo sin vegetación, la evaporación tiene lugar en la capa más


superficial. Durante este proceso, a medida que la humedad va
disminuyendo, se produce un ascenso del agua por capilaridad hacia la
superficie, que dura hasta que esta agua capilar se agota o hasta que la
permeabilidad no saturada hace que el flujo ascendente del agua sea
despreciable. En relación con las aguas subterráneas, si el nivel freático está
muy próximo a un suelo saturado, la evaporación tendrá un valor cercano al
de una superficie de agua libre bajo las mismas condiciones ambientales.

Con objeto de dar unos órdenes de magnitud significativos de la


evaporación, si se suponen valores de ésta en un suelo saturado y en una
superficie de agua libre, según autores la evaporación en arenas finas
saturadas equivale al 100 % de la evaporación en una superficie libre de
agua y en arcillas saturadas equivaldría al 75-85 %.

24 | © Ediciones FIEC
Cap 1 El ciclo hidrológico

1.2.4. Escorrentía superficial

Se refiere al agua que circula sobre la superficie del terreno, bien de forma
difusa o canalizada por ríos y arroyos. En determinado tipo de suelos el
agua puede circular justo por debajo de la superficie, moviéndose con la
misma dirección y sentido que la escorrentía superficial (paralela a ella).
En este caso se habla de escorrentía subsuperficial o hipodérmica.

1.2.5. Escorrentía subterránea

Es el agua que circula por los acuíferos. El estudio de su movimiento es el


principal objetivo de este libro.

1.2.6. Escorrentía total

Es la fracción de la precipitación caída en una cuenca vertiente que escapa


a la evapotranspiración y circula superficial y subterráneamente.

En estudios hidrológicos de cuencas, uno de los métodos más empleados


para separar y cuantificar los volúmenes de agua correspondientes a
escorrentía superficial y escorrentía subterránea, se basa en el análisis de
hidrogramas.

Los hidrogramas son representaciones de los caudales de un río en función


del tiempo, dibujados a partir de los datos registrados en estaciones de
aforos.

1.3. Distribución del agua en el suelo

Tras la precipitación, una vez que el agua se pone en contacto con la


superficie de la tierra, puede movilizarse y distribuirse por alguna de las
siguientes zonas:

© Ediciones FIEC | 25
Hidrogeología básica

1.3.1. Suelo edáfico

Se corresponde con la parte más superficial, con frecuencia suelo edáfico.


Su capacidad para retener agua viene determinada por su capacidad de
campo, que puede definirse como la máxima cantidad de agua que es capaz
de almacenar un suelo una vez que ha sido drenada el agua gravífica. El
término de agua gravífica hace referencia al volumen de agua que es
drenada por gravedad en un suelo.

1.3.2. Zona no saturada

Comprende la zona que hay desde la superficie del terreno hasta el límite
superior de la zona saturada o nivel freático. En ella, los poros están
ocupados por aire y agua.

En medios porosos, el contacto con la zona saturada se realiza a través de


la franja capilar, en la que el agua se encuentra a una presión inferior a la
atmosférica.

Para el agua que recarga los acuíferos, la zona no saturada (ZNS)


representa una zona de tránsito hacia la zona saturada (ZS).

1.3.3. Infiltración

La infiltración es el proceso por el cual el agua penetra en el suelo a través


de la superficie de la tierra, y bien queda retenida por él, o bien alcanza un
nivel acuífero incrementando el volumen acumulado anteriormente.
Superada la capacidad de campo del suelo, el agua desciende por acción
conjunta de las fuerzas capilares y de la gravedad.

1.3.4. Zona saturada

Comprende desde el nivel freático o límite superior de la zona saturada,


hasta el límite impermeable del acuífero, cuya posición y geometría
dependerá de la litología y estructura geológica. Representa el agua

26 | © Ediciones FIEC
Cap 1 El ciclo hidrológico

almacenada en los acuíferos y es por donde tiene lugar la escorrentía


subterránea. Todos los poros están rellenos de agua. Puede haber burbujas
de aire atrapado en equilibrio metaestable, que se comportan a efectos
prácticos como gravas, dificultando la infiltración (Fdez. Escalante, 2005).
Estas burbujas pueden estar sometidas a presión superior a la atmosférica,
obstaculizando el flujo, efecto conocido como Lisse. El proceso es habitual
en procesos de recarga artificial de acuíferos.

Figura 1.2. Esquema simplificado con la distribución del agua en el suelo

© Ediciones FIEC | 27
Capítulo 2

Acuíferos y embalses subterráneos


2.1. Definiciones

2.1.1. Acuífero

Se denomina acuífero a aquel estrato o formación geológica, que


permitiendo la circulación de agua por sus poros o grietas, hace que el
hombre pueda aprovecharla en cantidades económicamente apreciables
para subvenir a sus necesidades (Custodio y Llamas, 1983).

Según la presión del agua contenida en los acuíferos, puede hablarse de:
acuíferos libres, acuíferos confinados o acuíferos semiconfinados.

a) Acuífero libre

Los acuíferos libres se caracterizan por tener una superficie libre de agua
en contacto directo con el aire, es decir, que está a presión atmosférica. El
nivel del agua en los pozos de estos acuíferos coincide con el límite
superior de la zona saturada (figura 2.1).

b) Acuífero confinado o cautivo

Son acuíferos en los que el agua se encuentra a una presión mayor que la
atmosférica. El agua en estos acuíferos rellena todos los poros de la
formación geológica. A efectos prácticos para su identificación en campo,
cuando se perfora un pozo, el nivel del agua asciende por encima del techo
del acuífero. Es decir, el nivel piezométrico se encuentra siempre por

© Ediciones FIEC | 29
Hidrogeología básica

encima del techo de la formación geológica que almacena el agua (figura


2.2).

Figura 2.1. Bloque diagrama esquemático de un acuífero libre


parcialmente drenado por un río.

Figura 2.2. Esquema de un acuífero confinado.

30 | © Ediciones FIEC
Cap 2 Acuíferos y embalses subterráneos

c) Acuífero semiconfinado

En este tipo de acuíferos el agua se encuentra a una presión superior a la


atmosférica, y el nivel piezométrico también se sitúa por encima del techo
del acuífero. A diferencia de los acuíferos cautivos, tienen conexión con el
exterior en algún punto, bien a través de un acuitardo o por contacto
directo.

Figura 2.3. Esquema de un acuífero semiconfinado. En la zona de la


derecha, el acuífero está en contacto directo con la superficie, y se
comportará como libre. Se denomina zona surgente a aquella en la que el
nivel piezométrico se sitúa por encima de la superficie topográfica. En los
pozos que se perforen en la zona surgente el agua llegará a la superficie o
cerca de ella sin necesidad de bombearla.

Con frecuencia al analizar la estructura geológica de una región cuando se


quiere hacer un estudio hidrogeológico, nos encontramos series de estratos
de diferentes permeabilidades, que suelen dar lugar a acuíferos
superpuestos. Generalmente en la superficie se encuentran acuíferos libres,
y en niveles más profundos acuíferos confinados o semiconfinados (figura
2.4).

© Ediciones FIEC | 31
Hidrogeología básica

Figura 2.4. Esquema de una zona con superposición de acuíferos. A.


Acuífero libre drenado por un manantial, B. Acuífero confinado con pozos
no surgentes y C. Acuífero confinado con una extensa zona surgente.

Figura 2.5. Esquemas comparativos entre un acuífero y un acuitardo. En


un acuífero, a las pocas horas de perforar un pozo el nivel freático en su
interior coincide con el del acuífero. En un acuitardo, a pesar de que los
materiales puedan estar completamente saturados, el volumen de agua que
puede extraerse del pozo es muy escaso debido a la baja permeabilidad de
la formación geológica.

32 | © Ediciones FIEC
Cap 2 Acuíferos y embalses subterráneos

2.1.2. Acuitardo

Este término se refiere a las formaciones geológicas que, conteniendo


apreciables cantidades de agua, la transmiten tan lentamente que hace que
no sean aptas para el emplazamiento de captaciones de agua. Las arcillas
limosas o arenosas pueden servir como ejemplo de acuitardo (figura 2.5).

2.1.3. Acuicludo

Se define como aquella formación geológica que conteniendo agua en su


interior, incluso hasta la saturación, no la transmite y por lo tanto no es
aprovechable. Un ejemplo de acuicludo son algunas arcillas.

2.1.4. Acuífugo

Se refiere a las formaciones geológicas que ni contienen agua ni la pueden


transmitir. El granito inalterado sería un ejemplo de acuífugo.

Figura 2.6. Acuicludo y acuífugo. En el acuicludo los materiales pueden


contener agua pero no transmitirla, de modo que si se perfora un pozo
apenas tendrá agua (por ejemplo las arcillas). En un acuífugo los
materiales no pueden almacenar agua y los pozos estarán siempre secos
(por ejemplo el granito inalterado).

© Ediciones FIEC | 33
Hidrogeología básica

2.2. Parámetros hidrogeológicos


Los parámetros hidrogeológicos permiten conocer y cuantificar cómo es el
movimiento del agua en el interior del acuífero, de acuerdo con la ecuación
general del flujo de las aguas subterráneas. Seguidamente se definen los
más útiles y empleados, que son: porosidad, permeabilidad, transmisividad,
coeficiente de almacenamiento, así como el concepto de caudal específico.

2.2.1. Porosidad

La porosidad de una roca, o porosidad total, viene expresada por la


relación entre el volumen de intersticios en una muestra dada de un medio
poroso y el volumen bruto del medio poroso incluidos los huecos. Se
representa por la letra “m”y suele expresarse en tanto por ciento.

m = Vh/Vr

Donde:

Vh = es el volumen de huecos
Vr = es el volumen de roca

Entre otros factores, la porosidad de una roca depende de parámetros


texturales tales como: el tamaño, la selección, la forma, el
empaquetamiento y la madurez textural y composicional.

En estudios hidrogeológicos, para conocer cómo se mueve el agua a través


de acuífero, tiene más interés el término de “porosidad eficaz”, que según
UNESCO (1992), puede definirse como la relación entre el volumen de
agua que puede ser drenado por gravedad de un medio poroso inicialmente
saturado, y el volumen total del medio poroso. Se representa por “me”y se
suele expresar en tanto por ciento.

me= Vhc/Vr

34 | © Ediciones FIEC
Cap 2 Acuíferos y embalses subterráneos

Donde:

Vhc = es el volumen de huecos conectados entre sí.


Vr = es el volumen de roca.

Figura 2.7. A) La porosidad total incluye todos los poros de la porción de


roca considerada, independientemente de que contengan o no agua, y de
que estén conectados entre ellos. B). Para determinar la porosidad eficaz,
únicamente se consideran los poros interconectados que permiten el
movimiento del agua. En la figura viene representado por los poros
sombreados, todos ellos conectados entre sí.

2.2.2. Permeabilidad

La permeabilidad se define como el flujo unitario de agua que atraviesa


una sección unitaria de acuífero, bajo la influencia de un gradiente
hidráulico unitario, a temperatura de campo, y se expresa como:

K = c d2 γ/µ

Donde :

c = constante adimensional.
d2 = factor que depende de la superficie intergranular.
γ = peso específico del líquido.
µ = viscosidad del líquido.

© Ediciones FIEC | 35
Hidrogeología básica

en esta expresión, al término cd2 = k, que es la permeabilidad intrínseca o


específica, y depende exclusivamente de las características del terreno.

La permeabilidad (K) se suele expresar en m/día.

No se puede establecer una relación directa entre permeabilidad y


porosidad, ya que por ejemplo un terreno muy poroso puede tener una
permeabilidad baja si sus poros son pequeños y están mal conectados, o
bien tener una alta permeabilidad si los poros son grandes y están bien
interconectados. La permeabilidad está relacionada con la porosidad eficaz.

Tabla 2.1. Valores de la permeabilidad (según autores)

K (m/día) Calificación estimativa


K < 10-2 Muy baja
10-2 < K < 1 Baja
1 < K < 10 Media
10 < K < 100 Alta
K > 100 Muy alta

2.2.3. Transmisividad

Es el volumen de agua que atraviesa una banda de acuífero de ancho


unitario en la unidad de tiempo y bajo la carga de un metro. Es un
parámetro representativo de la capacidad que tiene el acuífero para ceder
agua. Se suele medir en m2/día, siendo menos habitual en m2/hora o en
m2/segundo.

Este parámetro se obtiene a partir de la realización de ensayos de bombeo


en pozos. Básicamente, el método empleado en estos ensayos consiste en
extraer agua de los pozos, y medir, para diferentes intervalos de tiempo, los
caudales bombeados y los descensos del nivel del agua bien en el pozo de
bombeo o en piezómetros de observación perforados en la zona o radio de
influencia del acuífero. Existen varios métodos para su determinación que

36 | © Ediciones FIEC
Cap 2 Acuíferos y embalses subterráneos

no serán tratados en este libro. El lector interesado, puede familiarizarse


con ellos en el libro de Villanueva e Iglesias (1983).

Tabla 2.2. Valores de la transmisividad (según autores)


T (m2/día) Calificación estimativa
T < 10 Muy baja
10 < T < 100 Baja
100 < T < 500 Media a alta
500 < T < 1.000 Alta
T > 1.000 Muy alta

La permeabilidad y transmisividad se relacionan por la expresión:

T=K·b
Donde:

b = es el espesor del acuífero considerado (en metros).


K = permeabilidad (m/día).

Figura 2.8. Esquema explicativo del concepto de la transmisividad


calculado a partir de la permeabilidad y del espesor saturado.

© Ediciones FIEC | 37
Hidrogeología básica

2.2.4. Coeficiente de almacenamiento

En Custodio y Llamas (1983) se define como el volumen de agua que


puede ser liberado por un prisma vertical del acuífero de sección igual a la
unidad, y altura igual a la del acuífero saturado, si se produce un descenso
unidad del nivel piezométrico o de la carga hidráulica. Es un parámetro
adimensional.

En el glosario de la UNESCO (1992), el coeficiente de almacenamiento


viene definido como el volumen de agua liberado o añadido a un acuífero
por unidad de superficie del acuífero y por unidad de variación de carga
hidráulica.

Tabla 2.3. Valores del coeficiente de almacenamiento (según autores).

Tipo de material permeable Tipo acuífero Valor medio de S


Cárstico:
Caliza y dolomías jurásicas Libre 2 x 10-2
Semiconfinado 5 x 10-4
Confinado 5 x 10-5
Cárstico:
Calizas y dolomías cretácicas Libre 2 x 10-2 - 6 x 10-2
y terciarias Semiconfinado 10-3 - 5 x 10-4
Confinado 10-4 - 5 x 10-5
Poroso intergranular:
Gravas y arenas Libre 5 x 10-2 - 15 x 10-2
Semiconfinado 10-3
Confinado 10-4
Cársticos y porosos:
Calcarenitas marinas terciarias Libre 15 x 10-2 - 18 x 10-2

En acuíferos libres el coeficiente de almacenamiento coincide con la


porosidad eficaz y se puede representar en tanto por ciento.

38 | © Ediciones FIEC
Cap 2 Acuíferos y embalses subterráneos

Figura 2.9. Coeficiente de almacenamiento en un acuífero libre.


Representa el volumen de agua vaciado al descender el nivel freático la
unidad, sobre un prisma de base unitaria. Coincide con la porosidad
eficaz.

Figura 2.10. Coeficiente de almacenamiento en un acuífero confinado. La


figura representa un prisma de base unitaria con un descenso unitario del
nivel piezométrico.

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Hidrogeología básica

2.2.5. Caudal específico

El caudal específico (Qe) de un pozo se define como el cociente entre el


caudal de agua bombeada, expresada en litros por segundo, y el descenso
del nivel piezométrico producido en el pozo expresado en metros.

Este parámetro da una idea del rendimiento de las captaciones y está muy
relacionado con la transmisividad del acuífero, que se puede determinar
con bastante aproximación mediante la expresión.

T (m2/día) = Qe (l/s/m) · 100

Figura 2.11. El caudal específico se expresa como el cociente entre el


caudal bombeado en un pozo, expresado en l/s, y el descenso medido en el
pozo en metros.

40 | © Ediciones FIEC
Capítulo 3

Acuíferos en diferentes formaciones geológicas


3.1. Acuíferos en medios porosos
En hidrogeología suele hablarse de acuíferos en medios porosos para
referirse a formaciones geológicas no consolidadas, es decir, para
sedimentos que todavía no han alcanzado el proceso de diagénesis. En
general hace referencia a materiales detríticos, tales como gravas, arenas,
limos y arcillas.

Estos acuíferos pueden tener características hidrogeológicas muy diferentes


según el proceso geológico que los originó, así como por su historia
postsedimentaria.

3.1.1. Formaciones características

Sin entrar a comentar el proceso sedimentario que puede dar origen a estos
acuíferos, vamos ha diferenciar tres tipos: a) acuíferos en cuencas
sedimentarias, b) acuíferos en depósitos aluviales y c) acuíferos en
coluviones.

a) Acuíferos en cuencas sedimentarias

Son el resultado de la actuación de procesos geológicos durante millones


de años. Pueden ocupar superficies de miles de km2 y profundidades de
centenas a miles de metros. Tiene una gran capacidad de almacenamiento
de agua subterránea.

© Ediciones FIEC | 41
Hidrogeología básica

Cuando el acuífero tiene grandes dimensiones, suele estar constituido por


materiales de litología variable, con toda la gama de tamaños de partícula,
desde grava hasta arcilla. Estos cambios granulométricos hacen que dentro
del acuífero existan zonas con permeabilidades muy diferentes.
Generalmente, a pesar de la heterogeneidad de estos depósitos, en conjunto
se considera como si de un único acuífero de tratara.

En España existen gran variedad de acuíferos de este tipo, siendo dos


buenos ejemplos el acuífero detrítico de Madrid y el acuífero detrítico de la
Cuenca del Duero.

Figura 3.1. Perfil esquemático típico de una de cuenca sedimentaria. En


las zonas de borde predominan materiales detríticos (gravas y arenas) que
suelen dar lugar a acuíferos libres. A medida que nos alejamos de la zona
de sierra, los materiales son mas finos, limos y arcillas, favoreciendo la
formación de acuíferos semiconfinados. En las zonas más distales se
suelen encontrar materiales evaporíticos formados en ambiente lacustre.

b) Acuíferos en depósitos aluviales

Forman un tipo de acuífero muy particular y de gran importancia social.


Hace referencia a los acuíferos que se encuentran en la llanura de

42 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

inundación de los ríos. Normalmente son acuíferos de poca profundidad,


de diez a treinta metros, con anchuras que raramente superan un centenar
de metros y longitudes muy variables, dependiendo del río con el que
tengan relación.

La importancia de estos acuíferos se debe a las siguientes razones:

- Tienen el nivel freático muy próximo a la superficie del terreno.


- Suelen tener una topografía plana, que facilitan el desarrollo de
cultivos.
- Suelen presentar conexión con el cauce de algún río.
- Los pozos se perforan con facilidad, gracias al bajo grado de
consolidación de los sedimentos.
- Su porosidad eficaz es relativamente alta en comparación con otros
acuíferos detríticos.

Este tipo de acuíferos, tradicionalmente se ha venido utilizando para


abastecimiento de pequeñas poblaciones, y más concretamente para riego
cultivos tipo huerta.

El principal problema que presentan estos acuíferos es su alta


vulnerabilidad frente a la contaminación. De hecho, debido al vertido
incontrolado de aguas residuales e industriales a los ríos, en los últimos
veinte años la calidad química de sus aguas ha experimentado un fuerte
deterioro. La conexión río – acuífero que suele darse en estos depósitos
aluviales, está produciendo la contaminación de muchos de estos acuíferos,
con las consecuencias que esto acarrea.

c) Acuíferos en coluviones

Se trata de acuíferos que se localizan en depósitos de ladera. Son acuíferos


muy locales y con posibilidad de aprovechamiento muy limitado.
Generalmente ocupan zonas de pendiente moderada y espesores no muy
grandes (de unos dos a cinco metros).

© Ediciones FIEC | 43
Hidrogeología básica

Figura 3.2. Perfiles esquemáticos de acuíferos asociados a depósitos


aluviales (A) y a coluviales (B).

3.1.2. Parámetros hidrogeológicos

a) Porosidad

Los sedimentos que forman estos acuíferos presentan una porosidad total
muy superior al resto de las formaciones geológicas. Como norma general,
en los materiales detríticos la porosidad aumenta con el grado de
uniformidad, y disminuye con el grado de compactación.

Según diversos autores, la porosidad total de aluviones gruesos y poco


clasificados es del orden del 0,20. Para fangos blandos los valores más
corrientes oscilan entre 0,25 y 0,65. La porosidad eficaz en limos y arcillas
suele ser inferior a 0,1 y en gravas y arenas casi siempre se supera el 0,20.

b) Permeabilidad

La permeabilidad de los materiales detríticos puede ser muy variable según

44 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

el ambiente geológico de formación y de su historia postsedimentaria;


medio lacustre, fluvial, marino, glaciar, etc.

Según autores, los valores típicos de permeabilidad en rocas no


consolidadas son del siguiente orden: gravas gruesas 1.000 m/día, gravas
medias arenosas 100 m/día, arena media 50 m/día, arena fina 10 m/día,
arena limosa entre 0,1 y 1 m/día y para limos arcillosos entre 0,0001 y 0,1
m/día.

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Hidrogeología básica

EJEMPLO 1

“El acuífero detrítico de Madrid”

Geología

El acuífero de Madrid está formado por materiales detríticos de edad


terciaria. Estos materiales rellenan la depresión tectónica del río Tajo, con
una extensión superficial de unos 10.000 km2, y potencia variable entre
200 y 3.000 m. La depresión tectónica está rodeada por tres macizos
rocosos, que constituyen el área madre de sedimentación.

El Sistema Central representa el límite norte y tiene dirección NE-SE. Es


predominantemente granítico en la parte occidental y metamórfico en la
oriental. Los montes de Toledo, con dirección E-O forman el borde
meridional. La Sierra de Altomira formada por materiales mesozoicos y
calcáreos, tiene dirección N-S, y cierra la depresión por su zona oriental.

El relleno de la cuenca sedimentaria se produjo durante el terciario en


condiciones de ambiente semiárido y ambiente continental, en un modelo
de abanicos aluviales. En este gran acuífero es posible diferenciar dos
grandes tipos de facies; una detrítica grosera próxima a los macizos
montañosos y otra evaporítica en el centro de la cuenca. Entre ambas se
sitúa una facies de transición de naturaleza mixta.

Hidrogeología

Los materiales detríticos de Madrid se corresponden con el acuífero 14 en


la terminología del ITGE, y Unidad Hidrogeológica 03.05 en la
terminología del MOPTMA. De norte a sur evoluciona desde formaciones
detríticas intermedias a facies distales más finas.

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

Respecto a su funcionamiento hidrogeológico, aunque en conjunto se


considera como única unidad, es posible hacer la siguiente diferenciación;
materiales detríticos cuaternarios, detríticos terciarios y paleógenos, y
calizas mesozoicas. El borde norte está representado hidrogeológicamente
por el conjunto ígneo – metamórfico, que debe tratarse aisladamente de la
unidad detrítica. A continuación se hace una breve descripción de cada uno
de los materiales antes citados.

Detrítico cuaternario

Estos depósitos se localizan en las llanuras de inundación de los ríos y


arroyos más importantes, en terrazas medias y bajas, algunos coluviales y
en conos de deyección. Se consideran acuíferos libres, con potencias que
pueden oscilar entre 2 y 20 m.

Su recarga se produce por infiltración directa del agua de lluvia, y la


descarga a través de los ríos y por infiltración al acuífero terciario
infrayacente. Suelen tener conexión hidráulica con los cauces superficiales
de los ríos.

La porosidad media de estos materiales es de 0,1 a 0,2 %, y la


transmisividad de 200 a 1000 m2/día. El volumen de agua que se explota
con estos pozos es escaso.

Detrítico Terciario y Paleógeno

Los materiales de la facies detrítica del Terciario y Paleógeno funcionan


como un único acuífero; complejo, multicapa, anisótropo y heterogéneo,
con una potencia media que puede estimarse en unos 1.500 m (ITGE,
1991). Está formado por una alternancia discontinua de niveles permeables
constituidos por gravas y arenas, intercalados entre otros de menor
permeabilidad compuestos por arcillas, limos y arenas arcillosas. La
heterogeneidad y granulometría está en relación con la distancia al área
madre de los materiales, pudiéndose establecer tres subfacies: proximal,
media y distal. La más interesante como acuífero es la facies media, que
tiene la mayor permeabilidad y granoclasificación.

© Ediciones FIEC | 47
Hidrogeología básica

El ITGE (1991) realizó un modelo de flujo subterráneo tridimensional, con


objeto de conocer mejor el funcionamiento del acuífero. Para su simulación
supuso tres capas, cada una de ellas de 200 m de potencia. Los resultados
obtenidos, ponían de manifiesto un flujo de características similares para
las dos primeras capas, con una piezometría que guardaba cierto
paralelismo con la topografía del terreno. El esquema regional de flujo para
estas primeras capas, establece una recarga desde las zonas de interfluvio
por infiltración del agua de lluvia, y una descarga por las zonas deprimidas
y cauces fluviales, como por ejemplo a través del río Guadarrama.

La capa del modelo del ITGE más profunda, muestra un flujo que no
guarda relación con las capas anteriores, con direcciones preferentes en
sentido NE-SO, hacia el Alberche y el Tajo.

Las cotas más elevadas del nivel de agua subterránea, para las dos primeras
capas, se sitúa en torno a los 650 m en la zona norte, y a unos 550 m en el
límite de la provincia de Toledo.

En relación con los volúmenes de agua que circula por el acuífero, los
resultados del modelo del ITGE (1991) indicaban que por la primera capa
circulaba el 72% del total del acuífero, por la segunda el 20% y por la
tercera sólo el 8%. En cuanto a los parámetros hidrogeológicos, la
transmisividad suele tener valores comprendidos entre 5 y 50 m2/día,
pudiendo superar en algún caso los 200 m2/día.

La calidad química de las aguas subterráneas de los depósitos terciarios


varía tanto en superficie como en profundidad, y suele ser apta para
diferentes usos. La conductividad eléctrica del agua tiene valores
comprendidos entre 200 y 500 µmhos/cm. La salinidad aumenta hacia el
sur y oeste como consecuencia del cambio hacia facies más distales. La
dureza del agua es media, entre 12 y 13º F, y el total de sólidos disueltos
varía entre 250 y 500 ppm. Por su contenido iónico, se clasifican como
bicarbonatadas cálcicas o sódicas.

Los materiales paleógenos, tienen aguas de peor calidad que las anteriores
más profundas, predominando (75%) las cloruradas alcalinas y

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

calcoalcalinas, siendo el resto bicarbonatadas cálcicas y cloruradas


bicarbonatadas calcoalcalinas.

Materiales Mesozoicos

Están poco representados en el ámbito de ordenación. Funcionan como un


acuífero libre en la zona de afloramiento, que pasa a semiconfinado hacia
el interior de la cuenca, al quedar cubierto por depósitos terciarios. Está
formado por calizas y dolomías del Cretácico superior. Su potencia total
varía entre 15 y 25 m.

La recarga al sistema procede de la infiltración directa del agua de lluvia


caída directamente sobre los afloramientos, y de las fracturas conectadas
con el macizo granítico – metamórfico. La descarga de produce por los ríos
y arroyos que la atraviesa, y por conexión con el detrítico terciario
suprayacente.

Complejo ígneo – metamórfico

Los materiales de la cuenca alta corresponde a formaciones fisuradas del


complejo ígneo –metamórfico de la sierra de Guadarrama. Estos materiales
pueden considerarse como impermeables, aunque pueden albergar agua en
fracturas colectoras abiertas o en zonas de alteración más superficiales. Los
principales acuíferos de carácter muy local son libres y se encuentran
asociados a aluviones.

La calidad química de las aguas de estos materiales es excelente para


cualquier uso, presentando valores de total de sólidos disueltos inferiores a
250 ppm. Las aguas se clasifican como bicarbonatadas cálcicas o calco
magnésicas. Debido al carácter superficial de estos acuíferos, son muy
susceptibles de contaminación por infiltración de vertidos desde superficie.
El contacto entre el complejo ígneo – metamórfico y la facies detrítica se
produce por una falla inversa, que permite la conexión subterránea entre
dichos materiales. Las características hidrogeológicas de este complejo
cristalino se comentan en detalle en el ejemplo 3 de este libro.

© Ediciones FIEC | 49
Hidrogeología básica

Vulnerabilidad a la contaminación

La vulnerabilidad a la contaminación de las aguas subterráneas depende


tanto de factores intrínsecos a las características del acuífero (p.e.
permeabilidad) como de factores exteriores (por ejemplo la proximidad de
un foco contaminante).

Atendiendo a las características intrínsecas de los acuíferos comentados, en


orden decreciente de riesgo a la contaminación tenemos: a) acuíferos
cuaternarios poco profundos, b) niveles acuíferos someros del detrítico de
Madrid, c) niveles acuíferos profundos del detrítico de Madrid y d)
complejo ígneo- metamórfico sin alterar.

La contaminación de los depósitos cuaternarios se favorece por la escasa


profundidad a la que se encuentra el nivel del agua, del orden de 5 a 10 m,
y por tratarse materiales poco consolidados con una permeabilidad elevada.
Los problemas más importantes surgen en depósitos aluviales,
habitualmente conectados hidráulicamente con el río, de modo que si éste
transporta un contaminante puede llegar con facilidad al acuífero.

Menos vulnerables son los materiales detríticos del Terciario de Madrid,


que está protegido por la mayor profundidad a la que se encuentra el limite
superior de la zona saturada, y por los cambios laterales de facies que se
producen en profundidad, donde abundan niveles semipermeables con
mayor contenido en arcilla. La contaminación será tanto más importante
cuanto más arenosas sean las facies.

Por último, los materiales del complejo ígneo – metamórfico no alterados y


poco fracturados, son las zonas menos vulnerables a la contaminación
debido a que son prácticamente impermeables.

50 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

3.2. Acuíferos en medios cársticos

3.2.1. Introducción

Podemos definir una formación cárstica (Custodio y Llamas, 1983), como


aquellas formaciones geológicas constituidas por rocas sedimentarias
consolidadas y cuyos poros o fisuras han sido ensanchadas por la acción
disolvente de las aguas subterráneas, hasta formar grandes conductos o
cuevas.

Entre los estudiosos del carst (Eraso, 1982), parece que las últimas
tendencias de investigación y de conocimiento, apuntan a tener en
consideración las siguientes premisas de partida que pueden considerarse
como fundamentales:

El proceso de carstificación representa la disolución de una roca fisurada


debida a la circulación de agua. Esta característica va a inferir unas
propiedades particulares a los acuíferos cársticos como es, por ejemplo, el
hecho de que su transmisividad además de ser direccional, evolucione en el
tiempo debido al mecanismo de disolución.

La carstificación es el resultado de la acción de numerosos factores, que


actúan simultáneamente y de manera interrelacionada. Entre los más
importantes cabe destacar los siguientes:

a) Factores geológicos, tanto desde un punto de vista litológico, que


va a influir en la solubilidad de las rocas, como estructural o
tectónico, que condicionará la existencia de conductos preferentes
de disolución.
b) Factores climáticos, que van a determinar las características
termo-pluviométricas reinantes.
c) Los hidrodinámicos, que según el tipo de flujo condicionarán la
disolución de las rocas.
d) Los físico-químicos determinan el proceso de disolución como
tal. En función de los diferentes parámetros termodinámicos que

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Hidrogeología básica

intervengan se darán distintos equilibrios químicos, cambios de


fase, etc.
e) Bioquímicos, ya que dependiendo de la acción de diversos
microorganismos en relación con el medio se producirán nuevas
reacciones químicas.

3.2.2. Proceso de disolución de las calizas

Como punto de partida para explicar el proceso de disolución de las calizas


hay que considerar la importancia del contenido en CO2 del agua. En el
agua de lluvia este contenido es relativamente pequeño y sólo es suficiente
para disolver unas 60 ppm de CO3Ca, si no aumenta la cantidad de CO2
disuelto en el agua. El contenido de CO2 de las aguas subterráneas, después
de que atraviesan un suelo vegetal, es muy superior al del agua de lluvia, y
muchas veces es suficiente para disolver hasta 300 a 400 ppm de CO3Ca.

La disolución del CO3Ca es un ataque químico en presencia de iones


ácidos. Este ataque se produce por la reacción del anhídrido carbónico
puesto en solución, por la acción de distintos ácidos orgánicos procedentes
de la descomposición bacteriana de la materia vegetal y, por la presencia
de otros ácidos inorgánicos consecuencia de la oxidación de sulfatos, etc.

En este sistema intervienen tres fases: una fase gaseosa que corresponde a
la atmósfera y que contiene cierta proporción de CO2, otra fase líquida que
corresponde a la solución iónica del agua, y una fase sólida que depende de
la composición de los carbonatos.

El proceso químico de la carstificación, de forma simplificada, puede


explicarse con las siguientes expresiones:

CO2 + H2O ↔ H2CO3


CaCO3 + H2CO3 → Ca2+ + 2HCO3

El agua que se infiltra disuelve CO2 de la atmósfera y del suelo


produciendo ácido carbónico, que provee de iones H+. Los ácidos
orgánicos del suelo contribuyen a aumentar la agresividad del agua. Al

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

producirse la infiltración a favor de fisuras, esta agua agresiva ataca su


superficie ensanchándolas. Este proceso reduce paulatinamente la
agresividad del agua en su descenso gravitatorio.

Cuando el agua descendente con CO2 en sobresaturación alcanza el techo


de alguna cavidad y entra en contacto con el aire, se libera parte del
anhídrido carbónico, precipitándose CO3Ca, dando origen a la formación
de estalactitas, estalagmitas y toda la familia de concreciones existentes.
Cuando el agua descendente alcanza la franja de saturación, el agua
subterránea, por lo general, ha perdido la mayoría de su agresividad aunque
puede tener alguna acidez residual.

3.2.3. Formaciones características

Las rocas cársticas, debido a su solubilidad relativamente alta en el agua,


dan lugar a morfologías muy particulares. A escala global, puede hablarse
de dos grandes grupos de rocas cársticas:

a) Rocas carbonatadas

Están representadas principalmente por calizas y dolomías. Por su


abundancia en la naturaleza y buena calidad química del agua que puede
albergar, constituyen el grupo más importante de rocas cársticas.

b) Rocas evaporíticas

Hace referencia a rocas como el yeso o la sal común. Tienen poca


importancia desde un punto de vista de aprovechamiento, debido a la
elevada salinidad del agua que contienen en su seno, que la hacen poco
apta para la mayoría de los usos.

El movimiento del agua subterránea en acuíferos cársticos puede tener un


comportamiento muy variable según el grado de carstificación de la
formación. Así pues, es posible encontrar acuíferos que tienen un

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Hidrogeología básica

comportamiento muy similar a los acuíferos en medios porosos, en los que


la Ley de Darcy es completamente aplicable, y otros en los que el agua
circula a favor de una red de conductos subterráneos, asimilable a un
medio fisurado. Entre estas dos situaciones extremas, es posible encontrar
toda la gama intermedia de posibilidades.

Para explicar el movimiento del agua subterránea en los acuíferos


cársticos, vamos a basarnos en el grupo de rocas carbonatadas. En estas
rocas puede aceptarse que:

1. Hay medios que presentan una saturación general y se comportan,


desde un punto de vista hidráulico, como medios continuos
similares a medios porosos. Son medios que presentan una red de
fracturas y conductos cársticos muy densa, que hace posible la
saturación del medio, permitiendo el almacenamiento del agua y su
circulación.

Figura 3.3. Esquema de un acuífero carbonatado muy fracturado y


carstificado, en el que es de aplicación la Ley de Darcy.

2. Hay formaciones con unas estructuras más compleja, donde se


combinan fracturas con diferente grado de disolución, cavidades
más o menos aisladas, huecos a favor de planos de estratificación,
microfisuras, etc. En este medio es muy difícil definir un nivel de

54 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

saturación general, ya que todos estos conductos cumplen


principalmente una función de drenaje. En esta situación no
siempre es apropiado tratar el flujo como en los medios porosos.

3. En algunos medios no hay continuidad hidráulica y el


almacenamiento es casi nulo. El agua se comportan como si de una
red hidrográfica subterránea se tratara.

Figura 3.4. a) Esquema de un acuífero carbonatado con una carstificación


irregular y desigual. b) Acuífero cárstico con disolución preferente a favor
de conductos.

3.2.4. Parámetros hidrogeológicos

a) Permeabilidad y porosidad

La permeabilidad de las calizas suele ser fuertemente anisótropa debido a


la circulación preferente del agua por los conductos de disolución,
comportándose con frecuencia como un régimen turbulento. No obstante

© Ediciones FIEC | 55
Hidrogeología básica

cuando la velocidad de circulación del agua es inferior a 1 cm/s y los


conductos no están bien desarrollados, puede producirse un régimen
laminar, con lo cual la relación entre gradiente hidráulico y la velocidad es
lineal, como en la Ley de Darcy. Esto tiene gran interés a la hora de
interpretar los ensayos de bombeo, siendo válida dicha ley.

Davis (1969) da valores de permeabilidades primarias en calizas


mesozoicas y paleozoicas que nunca llegan a 1 m/día, aunque casi siempre
son superiores a 1 mm/día. En cierto tipo de calizas jóvenes; arrecifales,
tobas lacustres, etc., la permeabilidad puede alcanzar valores incluso de
1.000 m/día.

La porosidad inicial de estas calizas jóvenes, varía entre un 20 % para las


detríticas de grano grueso hasta un 50 % para una caliza poco consolidada.

b) Transmisividad

Este parámetro puede tener valores muy diferentes en zonas muy próximas.
Como valores orientativos, Niñerola et al., (1976) dan valores de
transmisividad entre 50 y 20.000 m2/día en las formaciones calcáreas del
Mioceno Superior, y valores que oscilan entre 0 y 500 m2/día para los
niveles detríticos del Plioceno y Cuaternario.

c) Coeficiente de almacenamiento

En acuíferos libres este parámetro coincide con la porosidad eficaz. Según


diversos autores, en calizas y dolomías mesozoicas puede variar entre unos
2 x10-2 y 6 x 10-2.

56 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

EJEMPLO 2

“El acuífero de la Mancha Occidental y las Tablas de


Daimiel”

Características generales de la Unidad Hidrogeológica 04.04.

El denominado acuífero de la "Mancha Occidental", definido a efectos


administrativos como "Unidad Hidrogeológica 04.04", antes "Acuífero 23",
es parte fundamental de la cuenca alta del Guadiana. Esta cuenca alta se
corresponde con la cuenca hidrográfica aguas arriba del embalse del
"Vicario", situado después de la confluencia del río Bañuelos con el
Guadiana. La Llanura Manchega tiene una forma casi rectangular con un eje
máximo en la dirección O-E de unos 130 km y un eje mínimo N-S, de unos
50 km. Se caracteriza por tener un relieve muy suave con cotas que oscilan
entre 600 m en el borde SO, y unos 750 m en los afloramientos paleozoicos
próximos a Villarrobledo.

Desde el punto de vista geológico, corresponde a una depresión


morfoestructural situada entre las unidades de los Montes de Toledo al norte,
Campos de Calatrava al oeste y Sierra Morena Oriental al sur (Pérez
González, 1981). El zócalo y los bordes de esta depresión lo constituyen
materiales paleozoicos y mesozoicos, quedando la zona occidental
representada por pizarras, cuarcitas, areniscas y yesos, y por calizas,
dolomitas, margas y arenas, la zona central y oriental de dicha depresión. El
relleno se hace con materiales continentales del Mioceno y Plioceno.

En este gran acuífero se pueden distinguir dos unidades hidrogeológicas


separadas por un nivel detrítico intermedio:

1) La unidad hidrogeológica superior se extiende por casi toda la superficie


de la llanura manchega (ITGE, 1989). Está formada por calizas y calizas
margosas del Mioceno Superior, por materiales detríticos del Plioceno y

© Ediciones FIEC | 57
Hidrogeología básica

Cuaternario, además de materiales volcánicos relacionados con ellas. En


general forman un conjunto muy heterogéneo con un espesor medio de
35 m y potencias máximas de hasta 200 m en el centro de la cuenca, que
se acuñan hacia el borde sur. En términos generales se trata de un
acuífero libre con una dirección de flujo subterráneo E-O. Las
formaciones calcáreas del Mioceno superior tienen una la transmisividad
que varía entre 50 y 20.000 m2/día, con un coeficiente de almacenamiento
medio de un 1,5% (SGOP, 1982).

2) El nivel intermedio detrítico está representado por un tramo superior


arcilloso - arenoso con yesos, que se extiende por debajo de la unidad
hidrogeológica superior en casi todo el sistema, y por otro tramo inferior
de conglomerados. En conjunto funciona como un acuitardo con
pequeños niveles detríticos que actúan como acuíferos.

Figura 3.5. Corte hidrogeológico esquemático de la llanura manchega entre


Villarrobledo y Las Tablas de Daimiel (García, 1996).

3) La unidad hidrogeológica inferior aparece en el sector oriental de la


Llanura Manchega y tiene una extensión estimada de unos 3.500 km2.
Está compuesta por formaciones calcáreas y dolomíticas del Jurásico y
Cretácico, que son continuación geológica del Campo de Montiel y de la
Sierra de Altomira, con los que al parecer tiene conexión hidráulica
(Montero, 1994). La potencia total oscila entre unos 100 y 200 m. Se trata

58 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

de un acuífero de carácter confinado o semiconfinado por la unidad


detrítica del Mioceno Inferior. Esta unidad no está representada en la
zona de Las Tablas de Daimiel.

Características hidrogeológicas de las Tablas de Daimiel

Las Tablas de Daimiel y los Ojos del Guadiana se localizan en el extremo


suroccidental de la Unidad Hidrogeológica 04-04, y en régimen natural
constituían la principal zona de descarga de aguas subterráneas. Desde hace
más de veinte años han pasado de ser una zona de descarga de agua
subterránea a ser zona de recarga por infiltración de agua superficial desde
Las Tablas.

La morfología del paisaje en esta zona está directamente relacionada con el


carst, existiendo abundantes dolinas y uvalas. A favor de estructuras cársticas
de este tipo y en zonas donde el nivel piezométrico cortaba la superficie
topográfica, se formaron lagunas (actualmente secas) tales como la de
Navaseca, la Nava, el Escoplillo, la Albuera y los mismos Ojos del Guadiana.
Es posible que el "cauce" del Guadiana entre los "Ojos" y el Parque Nacional
Tablas de Daimiel, corresponda esencialmente al principal conjunto de
dolinas y/o uvalas de la zona occidental de la Llanura Manchega.

En relación con la geología, puede observarse la asimetría de los materiales


geológicos en ambas márgenes. El borde NO es margoso y arcilloso de
baja permeabilidad y el borde SE está representado por calizas con una alta
carstificación. La interpretación del flujo subterráneo para diferentes fechas
indica que, en régimen natural (aproximadamente en la década de los 70),
las Tablas de Daimiel eran una zona de descarga de aguas subterráneas,
que recibía aportes procedentes tanto de su margen izquierda como
derecha. En 1993 las Tablas de Daimiel estaban totalmente desconectadas
del flujo procedente de la parte oriental (García, 1996), y también
empezaba a ocurrir lo mismo en el borde NO. Posiblemente esta
desconexión se inició a finales de los años 80. La permanencia de agua,
más o menos estacional, en los canales de las Tablas de Daimiel que se ha
venido observando hasta la actualidad se debe al aporte de aguas realizado
por bombeos de pozos desde el mismo Parque, o por aportes que se vienen
realizando desde el Trasvase Tajo – Segura. La zona noroeste de Las Tablas

© Ediciones FIEC | 59
Hidrogeología básica

no ha tenido apenas variación del nivel del agua, debido a su escasa


permeabilidad y escasez de regadíos.

Figura 3.6. Perfil hidrogeológico de las Tablas de Daimiel. Puede verse que
en la margen izquierda del PNTD el substrato geológico está representado
por materiales impermeables; arcillas y margas, mientras que en la margen
derecha predominan calizas muy carstificadas, que constituyen el principal
acuífero (García, 1996).

Resumen y conclusiones

Las Tablas de Daimiel se localizan en el borde suroeste del acuífero de La


Llanura Manchega, sobre materiales del Mioceno y Plioceno en una zona con
abundantes cambios laterales de facies, que condicionan su funcionamiento
hidrogeológico. La diferencia de permeabilidades del substrato en distintas
zonas, junto con la explotación intensiva de aguas subterráneas que se ha
realizado en todo el acuífero de la Llanura Manchega, ha producido cambios
bruscos de las condiciones de flujo subterráneo, y la desaparición de los
humedales de esta zona, que estaban relacionados con la descarga de agua
subterránea.

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

En la zona de las Tablas de Daimiel sólo aparecen representadas las unidades


hidrogeológicas superior e intermedia (acuitardo), definidas para la Unidad
Hidrogeológica 04 – 04. La zona con mayor espesor de acuífero se localiza
en una banda paralela al valle de los Ojos del Guadiana, aumentando su
potencia hacia el este.

Debido a la elevada permeabilidad del acuífero, y por tanto de la alta


velocidad de respuesta ante las extracciones para regadío, la medida de
niveles piezométricos en diferentes puntos del acuífero, con una periodicidad
alta, constituye una herramienta perfecta de control sobre las extracciones
realizadas. Es decir, el acuífero es muy sensible para ofrecer información,
tanto para detectar las extracciones como las aportaciones, y puede
establecerse una buena correlación entre evolución piezométrica,
precipitaciones e inicio del periodo de regadíos, en particular basado en la
cosecha de cereales.

3.3. Acuíferos en medios fisurados

Al hablar de acuíferos en medios fisurados se hace referencia a la


circulación del agua a través de fracturas de rocas consolidadas,
habitualmente llamadas “rocas duras” o “hard rocks”.

Según la UNESCO, se entiende por rocas duras a los materiales de


naturaleza plutónica o metamórfica de baja porosidad primaria y
permeabilidad, excluyendo a las rocas volcánicas, así como a las calizas.
Esta definición admite excepciones, si por ejemplo alguna de las rocas
anteriores está suficientemente carstificada, comportándose el medio como
cárstico y no como fisurado.

La importancia de estudiar este tipo de acuíferos de baja permeabilidad, se


debe especialmente a dos razones:

1) La abundancia de afloramientos de rocas plutónicas y metamórficas


existentes.

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Hidrogeología básica

2) El interés que han despertado estos materiales desde un punto de


vista de investigación a escala mundial, debido a su posible utilidad
como roca almacén para el enterramiento de residuos radiactivos.

En el apartado siguiente (ejemplo 3), se explica la hidrogeología del


macizo cristalino de una parte de la sierra de Guadarrama, que utilizaremos
como ejemplo para explicar las particularidades más significativas de los
medios fisurados extensibles a otras zonas.

Se comentan los tipos de acuíferos que pueden encontrarse en rocas duras,


los parámetros hidrogeológicos más característicos, el comportamiento del
flujo subterráneo, las captaciones empleadas para aprovechamiento del
agua, etc.

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

EJEMPLO 3

“El macizo cristalino de la sierra de Guadarrama en


Torrelodones”

Características geológicas generales

El municipio de Torrelodones se ubica en su mayor parte dentro del


Macizo rocoso que define el ámbito serrano de la provincia de Madrid.
Dicha sierra está constituida principalmente por rocas ígneas y
metamórficas pertenecientes a diferentes episodios evolutivos.

Los materiales metamórficos que se encuentran en toda la sierra de Madrid se


formaron en distintas condiciones de presión y temperatura. Así, a mayores
presiones y temperaturas se constituyeron las rocas de tipo gneis, gneis
glandular, esquistos y mármoles. De grado más bajo son principalmente las
pizarras y las cuarcitas. La separación de ambos conjuntos metamórficos
viene determinada por la zona de fractura de la Berzosa.

Las rocas ígneas que constituyen el substrato rocoso en el término municipal


de Torrelodones son de tipo plutónico, y fueron intruidas en las últimas
etapas de la orogenia Hercínica. Las variedades de rocas plutónicas que
encontramos en la zona son adamellitas biotíticas porfídicas de grano medio
(y su variedad con cordierita), granitos biotíticos de grano medio a grueso (y
su variedad con cordierita), y leucogranitos de grano fino-medio.

Posteriormente, como consecuencia de los esfuerzos tectónicos de la


orogenia Alpina, se produjeron fallas que dieron lugar al levantamiento de la
sierra en distintos bloques, y al hundimiento de la cuenca del Tajo. Una de
estas fallas es la conocida como falla de Torrelodones, que atraviesa el
Término Municipal.

© Ediciones FIEC | 63
Hidrogeología básica

Los materiales de origen plutónico sin alterar tienen una porosidad primaria
muy baja o prácticamente nula, circunstancia que dificulta su capacidad como
reservorios de agua.

Ambas litologías, metamórfica y plutónica, están atravesadas por diques de


diferente textura y composición, que hacen un doble juego en la
circulación del agua del subsuelo; por un lado actúan como planos de
debilidad por donde puede circular el agua, y por otro pueden funcionar
como barreras impermeables que acoten los acuíferos existentes. Los
principales diques en la zona tienen una dirección N-S y su intervención en
cada dominio acuífero es difícil de conocer.

Como consecuencia de la desnivelación tectónica entre la sierra y la cuenca


terciaria, en el Municipio de Torrelodones se encuentran unos materiales de
transición constituidos por bloques y cantos de granitos y gneises. Un
ejemplo de este tipo de formación se localiza en la zona oriental del término
municipal de Torrelodones, en la que se han encontrado pequeños
manantiales.

Litología

Los materiales más representados en la zona son:

a) Adamellitas biotíticas

Se localizan en el borde NE del Término Municipal, en la zona norte de


Los Peñascales. Estos materiales presentan frecuentes cristales de
feldespato potásico de forma rectangular entre 1 y 3 cm, inmersos en una
matriz de grano medio. El contenido en biotita oscila entre 10-13%.
Encontramos un afloramiento de adamellitas porfídicas a un kilómetro al
NE del pueblo de Torrelodones, en la zona del embalse de los Peñascales,
ocupando una extensión aproximada de 1,5 km2.

b) Granitos biotíticos de grano medio a grueso

En la zona de estudio aparecen como una ancha banda de dirección NE –


SW, en el borde más oriental del municipio. Los hay de dos tipos; tipo El

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

Pendolero y tipo Peguerinos. El de mayor representación en esta zona de


estudio es el de tipo Pendolero que se encuentra rodeando a las adamellitas
de Los Peñascales y Torrelodones. Los minerales principales son cuarzo,
plagioclasa y feldespato potásico con biotita y moscovita en cantidades
menores. Son de color blanquecino a rosáceo o crema debido a procesos de
enrojecimiento secundario de los feldespatos potásicos y a la oxidación de
la biotita.

c) Granitos con cordierita porfídicos de grano grueso

Aparecen representados en la zona norte de Torrelodones . Constituyen los


relieves más pronunciados y ocupan buena parte de la Sierra de Hoyo de
Manzanares. Son rocas ricas en cristales de feldespato de pequeño tamaño
y glóbulos de cuarzo que a veces cuesta reconocer dado el elevado tamaño
del grano de la matriz. Los minerales principales son cuarzo, plagioclasas,
feldespato potásico y en menor proporción biotita, cordierita y moscovita.

d) Adamellitas con cordierita de grano medio

Este afloramiento granítico es el más representativo de la zona de estudio.


Tiene una morfología subredondeada, con unos ejes máximos de 3 x 4 km
y una extensión total de 8 km2 (ITGE, 1990). Este afloramiento puede
clasificarse como una adamellita biotítica, con un contenido en biotita del
orden del 12%. Mineralógicamente los componentes fundamentales son:
cuarzo, plagioclasa, feldespato potásico y biotita. Los granos minerales
tienen un tamaño que oscila entre 1 y 3 mm. Los granos de cuarzo pueden
alcanzar los 5 y 6 mm.

Las proporciones de unos u otros minerales así como el tamaño medio de


los granos que forman la roca, van a condicionar su importancia como
acuífero.

e) Leucogranitos de grano medio a fino

No están muy representados en el término municipal. Aparecen en dos


afloramientos dispersos; uno en la zona central y otro en la zona NE. En
cuanto a sus características texturales, son generalmente de grano fino y fino-
medio. El tamaño de los granos suele ser bastante regular y de aspecto

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Hidrogeología básica

sacaroideo. Composicionalmente son, en la mayoría de las ocasiones,


leucogranitos biotíticos o biotíticos-moscovíticos.

f) Bloques y cantos de granitos y gneises

Se localizan en el borde S – SE del municipio, mayormente representados en


la zona de Los Peñascales. Se trata de sedimentos depositados en canales
fluviales de 1 a 3 m de anchura, entrelazados y superpuestos, pudiendo
alcanzar en esta disposición, espesores de hasta 30 m. Los bloques que
constituyen estos depósitos superan en ocasiones los 3 m de diámetro. Están
envueltos en una matriz predominantemente arcillosa que confiere a estos
depósitos una baja permeabilidad.

Tectónica

Todo el ámbito serrano está surcado por alineaciones de fracturas y fisuras


que presentan direcciones preferentes pertenecientes a la explicación
evolutiva de todo el Sistema Central. Estos elementos tectónicos tienen su
origen en dos orogenias: la orogenia Hercínica y la Alpina. La Hercínica de
mayor intensidad, marca las principales direcciones estructurales de todo el
conjunto rocoso. En esta orogenia tiene lugar cuatro fases de deformación
compresiva, finalizando con otra de tipo distensivo en la que intruyen los
cuerpos graníticos que componen el relieve inicial de la sierra. Son las
fracturas distensivas las que permiten la circulación y almacenamiento de
agua.

En el periodo comprendido entre ambas, tiene lugar una intensa fracturación


que reactiva antiguas fracturas de las etapas hercínicas. Es precisamente esta
orogenia Alpina la que configura el relieve actual que hoy vemos en
Torrelodones y resto de municipios próximos. Las principales direcciones de
estas fracturas son:

- Fracturas de dirección NO-SE escasas y de poco significado geológico.

- Fracturas NNO escasas y de corta longitud que siempre han permanecido


cerradas.

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

- Grandes fracturas de distensión N-S, son las que facilitan el relleno de los
diques que recorren la sierra.

- Fracturas NO-SE, de gran desarrollo y que dan lugar a grandes


alineaciones morfológicas. La principal de ellas delimita las rocas
plutónicas y metamórficas de los materiales sedimentarios; es decir,
separa la sierra de la cuenca del Tajo. A esta familia de grandes fracturas
pertenece la conocida falla de Torrelodones.

- Fracturas ONO- ESE, de menor categoría que las anteriores pero


también de gran recorrido.

La presencia o ausencia de estas fracturas y su conexión en superficie es uno


de los condicionantes, como ya veremos, de la posibilidad de encontrar agua
en las rocas endógenas.

Formaciones superficiales

Tan relevante como son las fracturas para la presencia de agua en el


subsuelo es la existencia de un manto de alteración procedente de la
meteorización del macizo rocoso. Este manto de alteración, también
llamado alterita, regolito o lehm, tapiza de forma discontinua gran parte de
las planicies serranas. El origen de este manto de alteración es por
meteorización física y química, y su presencia puede ser tanto autóctona
como alóctona. Una de las explicaciones que justifica la presencia de este
recubrimiento en las planicies serranas la da Pedraza (1978), para explicar
el origen del relieve actual del Sistema Central y la Cuenca del Tajo; a
partir de una gran penillanura inicial los procesos tectónicos verticales
estructuran esa penillanura en una serie de peldaños o superficies que
constituyen la superficie de cumbres y tres superficies de piedemonte que,
a modo de rampas desniveladas, enlazan con la depresión del Tajo. La
diferencia de cota y los distintos agentes erosivos y de transporte ocasionan
el lavado y acumulación de los sedimentos meteorizados.

La alteración y disgregación de los minerales que componen las rocas


plutónicas dan origen a una acumulación de partículas sueltas, constituyendo
formaciones muy porosas, muy permeables y potencialmente capaces de
acumular agua. Tan ventajosas circunstancias se ven disminuidas por los

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Hidrogeología básica

escasos espesores y poca extensión de los mantos de alteración,


especialmente en el área que nos ocupa.

Recapitulando, en el término municipal de Torrelodones encontramos tres


tipos de litologías que van a condicionar el funcionamiento hidrogeológico:

- Rocas plutónicas de baja porosidad inicial pero afectadas por


alteraciones, fisuras y fracturas que generan una porosidad secundaria.

- Manto de alteración de alta porosidad y dimensiones variables.

- Bloques y cantos con matriz predominantemente arcillosa que


constituyen los materiales de transición entre los dos ámbitos principales
de la provincia (sierra y cuenca).

Tipos de acuíferos en Torrelodones

En Término Municipal de Torrelodones se han diferenciado tres tipos de


acuíferos atendiendo a su litología.

a) Acuíferos poco permeables por fisuración y fracturación.


b) Acuíferos en zonas de alteración generalizada; en zonas de regolito
bien desarrollado en altiplanos, y en acumulaciones de detritos de la
meteorización en el fondo de los valles de ríos y arroyos.
c) Acuíferos en sedimentos de antiguos canales fluviales o acuíferos por
porosidad en depósitos sedimentarios.

a) Acuíferos por fracturación

Originados por la existencia dentro del macizo rocoso de diaclasas, zonas de


cizalla, diques, planos de esquistosidad, etc. Estas discontinuidades permiten
la circulación del agua en el interior de la roca siempre y cuando las fracturas
estén interconectadas entre sí y posean una apertura mínima que permita el
paso de un cierto caudal. La recarga de agua en la roca se efectúa a través de
estas fracturas, por lo que deben aflorar en superficie o localizarse bajo un
manto de alteración que permita la infiltración de los excedentes
pluviométricos.

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

Figura 3.7. Esquemas de los tres tipos de acuíferos identificados en la zona


de Torrelodones. A) medio fracturado, B) zona de alteración, C) ambiente
sedimentario. Los tres tipos definidos son muy característicos de las rocas
duras en cualquier zona del mundo.

De forma general, las fracturas se van cerrando en profundidad y llegan a no


permitir la circulación de un flujo laminar entre las paredes de las fracturas.
Es por ello que las perforaciones de gran profundidad de tipo “sondeo” no
están asociadas a mayores caudales en función de los metros perforados, al
margen de que se haya ubicado el sondeo en una zona estéril.

La obtención de parámetros hidráulicos en estas formaciones es una labor


compleja y costosa, y en la actualidad está siendo objeto de una línea
novedosa de investigación por parte de distintos organismos. No obstante,
como órdenes de magnitud orientativos para el caso que nos ocupa, damos
algunos valores obtenidos de diversos trabajos recientes (Dieulin, 1980;
1981). La porosidad total en zonas de fractura a profundidades entre 5 y unos
50 metros, puede oscilar entre 0,02 y 0,08. La permeabilidad o conductividad
hidráulica (expresada en m/s) puede también ser muy variable, entre 3 y 9·10
–4
o bien entre 1 y 100·10-7 dependiendo las zonas.

b) Acuíferos en zonas de alteración

Los agentes erosivos destruyen y descomponen los minerales que constituyen


las rocas quedando el substrato rocoso cubierto por una capa de material que

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Hidrogeología básica

puede permanecer “in situ” o ser transportada a otros lugares. En ambos


casos la acumulación de estos materiales constituye un acuífero somero por
porosidad intergranular. Es decir, el agua se acumula en los poros que existen
entre los granos.

El espesor de las acumulaciones de alterita es muy variable en función de las


características de la roca origen y de los procesos que hayan actuado en la
región. En estos materiales con frecuencia se encuentran espesores variables
desde 1,5 a 15 m, generalmente seguidos en profundidad por un tramo de
roca muy deleznable, fácilmente excavable.

En Torrelodones es frecuente que esta capa o manto de alteración no tenga


una importante continuidad lateral sino que se trate de pequeñas cuencas
individuales separadas por afloramientos de roca sin alterar.

Esta circunstancia es la que determina que existan numerosos acuíferos


locales, sin (o con escasa) conexión hidráulica entre ellos, de poco espesor y
con rendimientos bajos en las captaciones existentes.

Los parámetros hidráulicos en las zonas de alteración se encuentran entre los


siguientes órdenes de magnitud: la porosidad total del granito alterado según
autores, puede ser entre 0,34 y 0,57. La permeabilidad en las zonas de
alteración dependerá de la mineralogía de la roca inalterada inicial y de su
estado evolutivo, donde distintos autores (Daly, 1982; Morris et al. 1967) han
encontrado valores entre 1,62·10-5 m/s y (3,3 a 52) ·10-6 m/s.

c) Acuífero por porosidad en rocas sedimentarias

Estos acuíferos forman un grupo que debe tratarse independientemente de los


dos anteriores, pues no están directamente relacionados con los materiales
graníticos. Se localizan en la zona de transición entre los granitos serranos y
la cuenca detrítica terciaria de Madrid. Están constituidos por acumulación de
cantos y bloques envueltos por una matriz arcillosa arenosa.

Son acuíferos por porosidad intergranular. Estos materiales en el término


municipal de Torrelodones, en concreto localizados en la zona de Los
Peñascales, no constituyen un buen acuífero como consecuencia del
predominio de una matriz arcillosa poco permeable, y por la presencia de un

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

relieve pronunciado. Estos materiales geográficamente se extienden hacia el


sur, mejorando también su potencialidad como acuífero, alejados ya de la
zona de estudio.

Tipos de captaciones de agua

En el área de estudio se encuentran captaciones de agua que pueden incluirse


en alguno de los siguientes tipos:

a) Pozos excavados

Son las captaciones más frecuentes en todo el municipio y en general en


todas las comarcas con este tipo de litologías “duras”. Son pozos
excavados artesanalmente de poca profundidad (de unos 3 a 10 m), que
aprovechan el agua del espesor de manto alterado, de ahí que sean poco
profundos. Frecuentemente están excavados atravesando también parte de
roca fresca intentando cortar el mayor número de fracturas con agua, hecho
que justifica el gran diámetro de estas captaciones (de 1 a 4 m
generalmente).

La recarga en este tipo de captaciones se produce por infiltración directa


del agua de lluvia. Tiene una capacidad de regulación pequeña, es decir, en
las épocas de estiaje, a medida que se utiliza, tarda más tiempo en
recuperarse, hasta que a mediados de verano se suelen secar.

b) Pozos con galería

Son pozos excavados que tienen galerías horizontales que parten,


generalmente, de la base del pozo. Un mismo pozo puede tener varias
galerías con una distribución radial. Estas captaciones tienen mayor
superficie para captar agua y mayor capacidad de almacenamiento.

c) Aljibes

Son depósitos subterráneos muy frecuentes en la zona de La Estación. Suelen


llenarse con agua de los pozos, aunque en ocasiones el propio aljibe se llena
de agua subterránea. Esto es, dependiendo de su profundidad con respecto al
nivel freático pueden funcionar como pozos.

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Hidrogeología básica

d) Perforaciones profundas

También llamados “sondeos”, en estas litologías se hacen por el método de


rotopercusión. Esta técnica relativamente reciente es intermedia entre la
rotación y la percusión. La realización del pozo es bastante rápida pero tiene
el inconveniente de limitar el diámetro entre unos 150 y 180 mm, aunque se
pueden alcanzar diámetros mayores (hasta 450 mm).

La profundidad en este tipo de captaciones no suele pasar de los 50 m. Los


rendimientos de estos sondeos dependen del número de fracturas atravesadas
y de su porosidad eficaz. En la práctica es muy difícil prever su rendimiento,
siendo muy frecuente encontrar sondeos separados pocos metros, en los que
uno de ellos pueda ser totalmente estéril. Los caudales que se obtienen de
estas captaciones en granitos pueden oscilar entre 0 y 0,5 l/s.

Las aguas subterráneas en la zona de estudio, presentan una mineralización


baja, con valores de conductividad eléctrica que mayormente oscilan entre
200 y 600 µS/cm . Esto se explica si tenemos en cuenta que el substrato
geológico está formado por materiales graníticos, y que por tratarse de un
acuífero somero el agua no permanece mucho tiempo en contacto con la roca.

Aprovechamiento del agua subterránea

La utilización del agua subterránea en la zona estudiada tiene un uso


preferente de riego de parcelas y llenado de piscina, en épocas estivales. En
muy pocas ocasiones el agua es utilizada para abastecimiento de las
viviendas. La utilización diaria de los pozos para riego de jardines, hace que
estos se sequen aproximadamente a mediados del mes de Julio. En la mayoría
de los casos su recuperación es lenta y dejan de poder ser utilizados
diariamente.

El inventario realizado ha puesto de manifiesto que aunque en algunas zonas


los puntos de agua pueden ser poco frecuentes, en otras pueden llegar a ser
excepcionalmente numerosos. La presencia o ausencia de captaciones y su
naturaleza, dan idea, además de las condiciones hídricas del terreno, de los
rasgos socioeconómicos del municipio tanto en tiempos pasados como en la

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

actualidad.

Como dijera Casiano de Prado, ya en el siglo pasado, “En la Sierra no son


tantos los pozos porque hay muchas fuentes, torrentes y regueros, y porque
son más difíciles de abrir, y en algunos pueblos no los hay por eso”. Tal
parece ser el caso del núcleo rural que rodea el actual Ayuntamiento y el
barrio de la estación.

Donde se sitúan las mayores viviendas, con amplias extensiones ajardinadas,


que antaño constituían viviendas principales acomodadas cuentan con uno o
varios pozos dotados de aljibes, galerías, y son además de mayores
profundidades de lo que suele ser usual en estas litologías (5-6 m), señal de
que sus propietarios podían costear este tipo de obras.

En la actualidad, a pesar de que la red de abastecimiento municipal llega a la


mayoría de las viviendas, se hacen perforaciones que contribuyen a satisfacer
la demanda personal de agua, consiguiendo, una vez amortizados los gastos
de obra, un abaratamiento del consumo anual.

3.4. Acuíferos en materiales volcánicos


La gran variedad de rocas volcánicas así como su particular disposición, hace
que las características hidrogeológicas de estos materiales sean muy diversas
y de gran complejidad. Las nociones de hidrogeología que se dan en este
capítulo, están basadas en estudios realizados en territorio español, cuyas
características generales son perfectamente extrapolables a materiales
volcánicos en otras zonas.

El conocimiento de las particularidades geológicas e hidrogeológicas de las


Islas Canarias, tuvo un gran desarrollo a partir de 1974 con los resultados del
trabajo realizado por el MOP y UNESCO, además de una serie de estudios
posteriores.

3.4.1. Materiales volcánicos típicos según su origen

Las rocas volcánicas comprenden una amplia variedad de tipos. Están repre-

© Ediciones FIEC | 73
Hidrogeología básica

sentados principalmente por coladas de lava, diques intrusivos y materiales


piroclásticos, que son proyectados en las erupciones volcánicas a grandes
distancias. Es difícil hacer una clasificación uniforme de estas rocas, y
normalmente se realiza con trabajos de campo a partir de su textura, color y
composición mineralógica.

a) Coladas volcánicas

Las coladas de lava se localizan predominantemente en las depresiones y


circulan rellenando valles. Su extensión superficial puede ser muy amplia,
con espesores que por acumulación de sucesivas coladas pueden tener
potencias de hasta miles de metros. Estas coladas pueden estar
independizadas hidrogeológicamente, bien sea por meteorización de la parte
superior de una colada (dando un suelo arcilloso) que actuaría como límite
impermeable, bien por intercalación de algún nivel piroclástico de tamaño
ceniza. Por otra parte dentro de una misma colada de lava la zona superior e
inferior suelen ser más porosas que la central, y puede actuar como barrera
impermeable entre ambos niveles (Custodio, 1979).
b) Materiales piroclásticos

Los piroclastos se distribuyen alrededor del punto de erupción y dependiendo


de la distancia a este, tendrán tamaños variables desde grandes bloques a
cenizas. La granulometría va a depender básicamente del tipo de lava y de
explosión volcánica, influyendo así en el comportamiento hidrogeológico.

El valor hidrogeológico de estas formaciones viene dado por la alternancia,


disposición y granulometría que exista entre las coladas de lava, los depósitos
piroclástico y otras formaciones - por ejemplo aluviales - que pueden quedar
fosilizadas entre las anteriores.

c) Intrusiones de diques

No hay que olvidar la existencia de diques con disposición


predominantemente vertical, que pueden actuar como barreras,
compartimentando los acuíferos y confiriendo a la estructura cierta

74 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

heterogeneidad. Por otra parte, estos diques en ocasiones facilitan la creación


de fracturas verticales por las que puede circular el agua.

3.4.2. Parámetros hidrogeológicos

En las rocas volcánicas los parámetros hidrogeológicos son muy difíciles de


cuantificar, pues varían mucho según el origen de los materiales y de su
posterior historia. Las principales causas de la variabilidad que presentan
estas rocas, son la velocidad de enfriamiento y su edad, que afectan al grado
de compactación.

a) Porosidad

Representa el cociente entre el número de huecos que contiene la muestra y


su volumen total. En los materiales que forman las Islas Canarias este valor
es muy variable, y puede tener desde un 0 % de huecos hasta más de un 50
%. En general la chimeneas o calderas tienen un enfriamiento lento y la
porosidad suele ser inferior al 5 %, mientras que los mismos materiales en
forma de coladas volcánicas pueden tener una porosidad entre el 10 % y el 50
% (Custodio y Llamas, 1983). Las coladas modernas tienen mayor porosidad
que las antiguas por estar menos compactadas.

Cuando el enfriamiento se produce con rapidez, la desgasificación dura poco


tiempo y origina una textura vesicular de alta porosidad. Este proceso
produce también la formación de grietas de retracción y en ocasiones
"puentes de lava" en contacto con el suelo.

Según diversos autores en estas rocas se dan los siguientes valores de


porosidad:

- Para materiales piroclásticos la porosidad total es del orden del 30 %,


llegando a 50 % como máximo en cenizas modernas. Las coladas de
barro tienen valores cercanos a 0 %.

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Hidrogeología básica

- En basaltos miocenos (alternancia de coladas y piroclastos) la porosidad


eficaz oscila entre un 2 % y un 10 %.

b) Permeabilidad

En materiales volcánicos puede decirse algo muy parecido a lo hablado sobre


la porosidad, aunque no siempre una mayor porosidad implica mayor
permeabilidad (p.e. piedra pómez).

La permeabilidad en regiones volcánicas es en general muy anisótropa. Suele


ser máxima en dirección del movimiento de la lava y mínima en la vertical.
Cuando hay intrusión de diques, es mínima perpendicularmente a ellos y
máxima en la vertical y paralela a los mismos.

Los valores de permeabilidad según diversos autores son los siguientes:

- En materiales piroclásticos igual o menor a 0,1 m/día.


- En basaltos miocenos entre 0,01 y 0,1 m/día.
- Ignimbritas y fonolitas entre 0,001 y 0,01 m/día.
- Basaltos modernos: Valores medios de 1.000 m/día, que pueden llegar
hasta 3.000 m/día.

3.4.3. Calidad química del agua. Aspectos generales

El agua que se infiltra en el subsuelo y circula a través de los materiales


volcánicos, contiene cierta cantidad de CO2 que puede hacer vulnerable la
roca a la reacción química. La capacidad de reacción de los materiales con el
agua y por tanto, las características hidrogeoquímicas del agua, va a depender
en todos los casos de:

- Agresividad del agua de infiltración.


- Temperatura del agua.
- Tipo de roca.
- Tiempo de permanencia del agua en el suelo.

76 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

Los mayores aportes del agua de infiltración suelen ser de Ca, excepto en
basaltos y traquitas que son mayores los aportes de Mg y en fonolitas e
ignimbritas que predomina el Na. A lo largo del proceso de infiltración, el
agua va cargándose de sales y aumentando su solubilidad, pudiendo
ocasionar cambios en la estructura del subsuelo que se ve transformada tanto
por procesos de disolución como por fenómenos de precipitación de CaCO3,
al rellenar poros y fisuras. Un ejemplo de este tipo de transformaciones es los
"caliches” o terrenos “encalichados", formaciones corrientes en las islas
orientales del archipiélago. En aguas subterráneas recientes predominan los
aniones de bicarbonato o carbonato.

La presencia de sales disueltas en el agua subterránea no siempre ha de tener


su origen en la disolución de los materiales que atraviese. En particular en
estas latitudes y con mayor profusión en las islas orientales, el agua de lluvia
se carga con el polvo atmosférico procedente del continente africano,
incrementándose así la cantidad de sales del agua de infiltración.

En zonas costeras es frecuente encontrar iones cloruro y sodio en la


composición del agua subterránea que procede del efecto aerosol de la brisa
marina e incrementada por la disolución que el agua de lluvia produce sobre
las sales marinas desecadas en la superficie de las rocas. El contenido en
cloruros se incrementa con la aridez climática, lo cual sucede de oeste a este
en el Archipiélago y de norte a sur en cada isla.

Por último los iones sulfato aparecen, con frecuencia, bajo la existencia de
una contaminación por riegos, urbana o volcánica.

3.4.4. Contaminación del agua subterránea

La contaminación del agua puede ser definida como aquel proceso por el cual
se alteran las características físico-químicas del agua.

La contaminación del agua subterránea puede tener un origen natural o


antrópico. Entre los principales motivos que causan perjuicio a la calidad del
agua por actividades humanas son, para el conjunto de islas, las debidas a

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Hidrogeología básica

labores agrícolas, urbanas o por intrusión marina. Las de origen natural son
debidas a las emanaciones gaseosas del vulcanismo residual existente.

La propagación de la contaminación del agua subterránea sigue la misma


trayectoria que el agua de infiltración, pudiendo quedar retenida en los poros
del material parte de la carga contaminante, donde tienen lugar fenómenos
químicos de adsorción, reacciones redox, etc., que en ocasiones mejoran la
calidad del contaminante. El efluente que no queda retenido en el suelo o en
la zona no saturada llega hasta el acuífero, y dependiendo del contraste de
densidades y viscosidades entre ambos líquidos, viajará en forma de penacho
en la misma dirección del flujo subterráneo o bien podrá permanecer en el
fondo del acuífero y desplazarse lentamente bajo él.

Existen métodos de eliminación de los contaminantes de los acuíferos y del


suelo, pero todos ellos son métodos complejos y muy costosos, y no
garantizan la completa recuperación del medio. El método más eficaz contra
la contaminación es el control en origen, donde caben varias vías de
actuación según el tipo de contaminación que se pueda producir. Factores
como la profundidad del nivel freático, vegetación y presencia de arcillas, son
de gran importancia en la contaminación.

Seguidamente se explican las diversas fuentes de contaminación y se ofrecen


algunas pautas de control en origen.

a) Contaminación agrícola

Los plaguicidas, insecticidas y herbicidas acumulan residuos tóxicos que


pueden ser lavados por el agua de lluvia o riego y alcanzar los acuíferos.
Los pesticidas que son arrastrados por percolación en los niveles más
superficiales, sufren un proceso de absorción por las plantas, las cuales
pueden incorporarlo a los mismos frutos y a la cadena trófica. Otra parte de
los pesticidas son absorbidos por los coloides del suelo.

El notable aumento del uso de los fertilizantes, debido a la creciente


necesidad de incrementar los rendimientos de los cultivos, ha provocado
unas condiciones anómalas de acumulación de compuestos orgánicos e

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

inorgánicos. Estos fertilizantes contienen uno o varios de los tres


elementos nutrientes principales: nitrógeno, fósforo y potasio.

El principal de todos es el nitrógeno. Él y sus derivados son los mejores


indicadores para detectar la contaminación de las aguas subterráneas por
labores agrícolas.

Los fosfatos y la potasa no suelen contaminar el agua debido a su baja


solubilidad, escasa movilidad y limitada cantidad en que se aplican, en
comparación con los nitratos. Estos elementos tienden a acumularse y a
permanecer en la zona no saturada.

En general puede decirse que la contaminación por agricultura en las islas es


escasa.

Control en origen:

- Restringir las actividades agrícolas en las áreas de recarga.


- Modificar las prácticas agrícolas.
- No utilizar zonas de litologías granulares porosas y que tengan el nivel
freático próximo.
- Preparación del suelo.
- Selección de mecanismos de siembra.
- Rotación de cultivos.
- Selección de especies altamente resistentes.
- Dosis adecuadas de fertilizantes

b) Contaminación urbana

Se produce entre otras razones por el uso de fosas sépticas, pozos negros,
alcantarillado en mal estado, vertederos mal emplazados o técnicamente mal
previstos. La contaminación que se produce es fundamentalmente
microbiológica. No se incluye en este tipo la contaminación de origen
industrial.

Los microorganismos patógenos, por lo general, proliferan en las personas o


animales enfermos y son expulsados al exterior con las excretas, orinas y
estornudos. Una vez fuera del cuerpo su supervivencia depende de las

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Hidrogeología básica

condiciones del medio y de la especie concreta de que se trate. Si las


condiciones son favorables pueden multiplicarse, pero lo más normal es que
las muertes sean mayores que las divisiones celulares y que el número de
individuos vaya disminuyendo.

Entre las enfermedades en las que el agua de abastecimiento sirve con


frecuencia de vehículo de contagio por vía oral, cabe citar, en función del
organismo que las produce:

- Bacterias: Cólera , tifus, fiebres paratíficas.


- Virus: Hepatitis, gastroenteritis vírica, cáncer.
- Protozoos: Amebiasis.

Control en origen:

- Sistemas adecuados de eliminación basado en el tipo de residuo.


- Reducir lixiviado.
- Reducir tiempo de explotación de vertederos.
- Dotación de obras ingenieriles para recoger lixiviados.
- Construcción de fosas sépticas adecuadas.
- Vaciado periódico de pozos negros.
- Mejora de los sistemas de captación y distribución de agua.
- Delimitación de perímetros de protección adecuados.

c) Contaminación salina

En zonas costeras está provocada por la extracción de agua subterránea por


encima de las posibilidades del acuífero, produciendo contaminación por
"intrusión marina". En estos casos el contaminante es el agua de mar. Se trata
de una de las contaminaciones más frecuente y más difíciles de controlar.

En un acuífero costero sin explotación, el agua dulce se vierte al mar. Esta


fuga mantiene la posición de una línea imaginaria que llamamos "interfaz" y
que diseña una cuña de intrusión del agua marina hacia el interior del
acuífero.

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

Esta barrera de separación no es estática sino que fluctúa a razón de:

- Diferencia de densidades.
- Flujo del agua dulce.
- Condiciones hidrogeológicas.
- Extracciones
- Fluctuaciones del nivel del mar

Cuando se ponen en contacto dos fluidos miscibles no existe una interfaz


brusca, sino que se pasa de un fluido a otro a través de una zona de mezcla.
Las características en composición y anchura de esta faja son variables y
dependen de la difusividad y dispersividad del medio y de las características
del movimiento. Cuando se producen bombeos se altera el movimiento de los
flujos y la cuña penetra hacia el interior del acuífero. La interfaz de
separación es más profunda y más inclinada, y la zona de mezcla es menor.

Figura 3.8. Esquema de intrusión salina en un acuífero libre, producida por


el descenso del nivel freático en la costa.

Si se produce una recarga importante en el acuífero el agua dulce es la que


desplaza el agua salada y la interfaz es más alta y su pendiente menor. El
movimiento del agua salada hacia tierra se conoce con el nombre de "Efecto
Nomitsu".

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Hidrogeología básica

El alto contenido en cloro y sodio en el agua de las captaciones costeras nos


indica que se ha producido intrusión. En el agua de mar hay poco contenido
de bicarbonato, mientras que en el agua dulce suele ser dominante. También
los elevados contenidos en bromo e iodo son indicadores de la intrusión
salina.

A modo de resumen, las hipótesis actuales sobre acuíferos costeros, tal y


como expone Soler Liceras (1991), suponen que:

1) Toda el agua, exceptuando la zona de mezcla, tiene una densidad


constante en la vertical.
2) Existe una interfaz que separa las aguas del acuífero de las del mar.
3) Existe un flujo de magnitud constante en toda su profundidad.
4) A ambos lados de la interfaz existen unas corrientes paralelas que
anulan o aminoran los efectos de la difusión en la zona de mezcla.
5) Existen flujos verticales en el acuífero.

A partir de ensayos de bombeo realizados en las islas occidentales por este


mismo autor, se ha establecido un nuevo modelo de acuífero costero
volcánico, que supone una estratificación por densidades debida a diferencias
de edad en las aguas y por diferencias en el grado de salinidad.

Esta hipótesis sólo admite una circulación de las aguas subterráneas en la


zona más superficial del acuífero y conlleva la no existencia de interfaz,
impidiendo los flujos verticales al existir una presencia de capas de
densidades diferentes.

Control en origen

- Cultivos idóneos para la zona, así como la calidad y cantidad de agua más
apropiada.
- Distribución espacial y características técnicas de las obras de captación.
- Distribución de las tierras de los diferentes cultivos.
- Inventario de recursos hidráulicos subterráneos y superficiales próximos.

d) Contaminación volcánica

Se refiere al aporte gaseoso de emanaciones volcánicas aún existentes, al

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

agua subterránea. El principal cambio que tiene lugar en las características


del agua subterránea es el aumento de la temperatura.

El sometimiento a estas altas temperaturas provoca la evaporación del agua


subterránea que sale al exterior a favor de fracturas o conductos de diversa
génesis. El vapor de agua que se desprende lleva gases de tipo ClH, SH2, SO3
y muy frecuentemente CO2 y NOx.

La presencia de estos gases en el acuífero produce un aumento de la cantidad


total de sales y, dependiendo del tipo de emanación, un aumento de los iones
bicarbonato, sulfato, cloruro, etc.

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Hidrogeología básica

EJEMPLO 4

“El agua en las Islas Canarias”

Condiciones climáticas

Los recursos hídricos del Archipiélago Canario están en íntima relación con
sus características climatológicas. En términos generales, se puede decir que
en las Islas Canarias la precipitación es escasa. Aunque por su latitud
deberían tener un clima seco y cálido, en la realidad no es exactamente así
debido a ciertas particularidades que se irán comentando a lo largo de este
capítulo.

El clima de estas islas está influenciado en gran parte por el anticiclón de las
Azores que, durante la mayor parte del año, se sitúa entre las Islas Canarias,
las Azores y Madeira. En él tienen su origen los vientos alíseos, que son los
dominantes en el archipiélago y van a definir en buena parte el clima canario.
Sus componentes principales son: 1) Componente inferior, formada por una
corriente de aire húmedo y templado que por lo general procede del NE y 2)
La componente superior, cálida y seca, que sopla desde el NO. La existencia
de estas dos corrientes, origina que a una altura comprendida entre los 1.000
y 1.500 m, se produzca una inversión térmica dando lugar a un ascenso de la
temperatura. El resultado de esto es que en las vertientes norte de las islas el
clima es húmedo y templado hasta una cota de unos 1.000 m, a partir de la
cual el aliseo superior es predominante y el clima es más seco. Por el
contrario las vertientes meridionales son bastante más secas.

El régimen de las precipitaciones se debe fundamentalmente a dos


condiciones atmosféricas (MOPU, 1987): 1) Invasiones desde el norte de aire
polar frío. Originan las precipitaciones más importantes en las islas de mayor
altura, y están influenciadas por el efecto orográfico del relieve y 2) Intrusión
de aire húmedo y cálido del sur, que se desarrolla principalmente en las
vertientes meridionales.

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

A modo de conclusión, el régimen pluviométrico será tanto más importante


cuanto más desplazada se encuentre la isla hacia el oeste y tanto más lluviosa
cuanto mayor sea su altura.

Otro aspecto importante que condiciona el clima de las Islas Canarias es el


efecto que tiene la Brisa Marina. La temperatura del agua del mar en estas
islas varía entre 18º y 23º. Estas temperaturas relativamente bajas, se deben al
dominio de los vientos del NE que empujan las capas superficiales del
océano hacia el centro y producen en nuestras latitudes un ascenso de aguas
más profundas y frías (SGOP, 1985). A efectos de lluvias, esto da lugar a que
el aire más frío y más pesado se localice en las cotas más bajas produciendo
con ello un gradiente térmico estable que no favorece las precipitaciones.

Formaciones volcánicas geológicas características

Desde el interés puramente hidrogeológico, su comportamiento no es igual


para una misma formación en todas las islas del archipiélago canario, ni
incluso dentro de una misma. A pesar de ello, en líneas generales se pueden
distinguir las siguientes formaciones de características similares (ITGE,
1991):

a) Complejos Basales

Se trata de rocas plutónicas con diques y se pueden considerar como


impermeables.

b) Serie Basáltica Antigua

Está formada por una asociación de coladas y mantos piroclásticos. Su


permeabilidad es baja, pero por su gran extensión representa la formación
más explotada de todo el archipiélago canario.

c) Series Traqui-Fonolíticas

Suelen ser muy compactas y de poca fisuración, con una permeabilidad muy
pequeña.

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Hidrogeología básica

d) Aglomerados

Tienen un comportamiento muy variable dependiendo de las zonas. Pueden


llegar a formar muy buenos acuíferos.

e) Series Basálticas Modernas

No han tenido apenas un proceso de colmatación, por lo que su


permeabilidad es muy elevada.

f) Depósitos Aluviales

En general están representados muy pobremente en las islas, excepto en Gran


Canaria donde ocupan amplias zonas costeras.

A pesar de la gran variedad de materiales que forman los acuíferos en los


materiales volcánicos, en conjunto el macizo se comporta como una masa
rocosa permeable y anisótropa, que sigue razonablemente las leyes de la
hidráulica clásica.

Aprovechamiento del agua

Para obtener el máximo rendimiento de los recursos hídricos en las islas,


tanto superficiales como subterráneos, de muy antiguo se han utilizado
diversos sistemas que permitieran su óptimo aprovechamiento.

La disponibilidad del agua está en relación con la manera en que ésta se


presenta en la naturaleza. Así pues, el concepto de "Ciclo Hidrológico" tiene
especial interés para comprender de una forma global cómo debe ser la
gestión conjunta de este recurso.

El agua que llega al suelo mediante la precipitación, tiene la posibilidad de


circular por la superficie del terreno (escorrentía superficial), infiltrase
(escorrentía subterránea) y pasar formar parte de los acuíferos, o bien
evaporarse e incorporarse de nuevo a la atmósfera.

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Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

En zonas insulares donde la disponibilidad de agua se limita a la superficie de


la isla, deben hacerse estudios hidrogeológicos con mucho detalle con objeto
de hacer un buen balance hídrico que cuantifique los recursos para su buena
gestión.

A continuación se hace un repaso de las distintas formas de aprovechamiento


tanto del agua superficial como subterránea.

Aguas superficiales

El aprovechamiento más común de las aguas superficiales consiste en la


construcción de presas. No siempre es ésta la opción más ventajosa, pues a
menudo tienen un elevado coste y una pequeña capacidad de
almacenamiento. Las principales circunstancias que hacen que las presas no
sean un buen aprovechamiento son:

- Irregularidad de las avenidas, obligando a crear grandes embalses para


regular pequeños caudales.

- Relativamente alta permeabilidad del terreno que facilita la infiltración y


dificulta la escorrentía superficial.

- Barrancos poco caudalosos incluso en épocas de avenidas.

- Barrancos estrechos y con elevada pendiente que impiden la construcción


de grandes presas.

- Rápida colmatación de los embalses por erosión del suelo y retención de


las partículas en suspensión que lleva el agua de los ríos.

- Costes elevados en obras de impermeabilización del fondo de presa.

En los últimos años, cada vez con más frecuencia se utiliza la técnica de
"balsas" construidas con láminas sintéticas que permite la acumulación de
caudales no muy grandes. Son costosas pero útiles para sus propósito.

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Hidrogeología básica

Aguas subterráneas

En Canarias los recursos hídricos disponibles en más de un 90 % provienen


del subsuelo (MOPU, 1987). Los acuíferos principales en cada isla lo forman
los materiales cuyos huecos y fisuras están rellenos por agua. La velocidad de
flujo y aprovechamiento del agua es muy distinto de unas zonas a otras, y
dependen del soporte geológico y de su estructura. En muchas de las islas el
zócalo impermeable coincide con los materiales más antiguos del Complejo
Basal, y condicionan en parte la forma del límite superior de la zona saturada.
Las cotas más altas de estos materiales en las islas de San Miguel de La
Palma, Tenerife y La Gomera, alcanza alturas superiores a los 1.000 m en las
zonas centrales, llegando hasta alcanzar la cota cero en la costa (MOPU,
1985).

Otro aspecto importante de los acuíferos insulares es la presencia de agua del


mar, que se introduce a modo de cuña en la costa. La menor densidad del
agua dulce flota sobre el agua salada, produciendo un empuje que impide su
avance hacia el interior del acuífero en un frente denominado interfaz.

En general, cada una de las islas, aunque tienen una gran anisotropía y varios
niveles acuíferos, pueden considerarse formadas por un único gran acuífero
libre.

Los sistemas de captación más corrientes de agua subterránea en terrenos


volcánicos son los manantiales, galerías y pozos. Otras captaciones que
también se utilizan en estos materiales son los zanjones, que se utilizan como
abrevadero para el ganado, y los aljibes que almacenan el agua de escorrentía
superficial y precipitación.

a) Manantiales

Los manantiales también denominados "nacientes", son la forma más sencilla


de aprovechar el agua subterránea debido a que no requieren hacer una obra
ni utilizar ningún mecanismo particular para su explotación. Aparecen en
zonas donde la topografía corta el nivel freático, o en zonas de descarga de
los acuíferos. El primer tipo suele encontrarse en zonas interiores y el
segundo en la orilla del mar, dando lugar a las denominadas "playas dulces".

88 | © Ediciones FIEC
Cap 3 Acuíferos en diversas formaciones geológicas

Los caudales que proporcionan son muy variables y dependen de la


permeabilidad del terreno y de la fracturación de las formaciones. Existen
otros manantiales que descargan acuíferos colgados, cuyo origen se debe al
contacto entre un nivel permeable y otro impermeable, situado
topográficamente por encima del acuífero regional de la isla. Otros
“desembocan” dentro del mar, son los llamados “bueyes” y presentan en
general un fuerte contraste de temperatura entre el agua salada y la
alumbrada.

Con el paso de los años las necesidades de agua de los habitantes de las islas
ha ido en aumento, incrementándose así la explotación del agua subterránea.
Muchos manantiales se han secado y se han visto remplazados por
captaciones artificiales como son las galerías, los pozos y los sondeos.

b) Galerías

Una galería es un túnel con paredes filtrantes y una pendiente ligeramente


ascendente. Tienen una sección reducida de unos 2 metros de altura y 1,8 de
anchura, con una longitud muy variable desde menos de 100 m hasta varios
kilómetros. Los caudales que pueden proporcionar son también muy
diferentes en función de la permeabilidad del terreno o de los tramos
fracturados que atraviese. Por lo general, la apertura de galerías acaba
produciendo el secado de la parte superior del terreno que anteriormente se
encontraba saturado en agua.

En las Islas Canarias la construcción de galerías ha tenido un gran desarrollo


desde mediados del siglo XIX. Por poner un ejemplo, en la Isla de Tenerife
actualmente hay más de 1.000 galerías que superan los 1.500 km de
perforación (MOPU, 1987).

Una de las razones por la que se han fomentado la construcción de este tipo
de captaciones, se debe a que los acuíferos costeros, si son muy permeables,
suelen tener una superficie piezométrica con una elevación reducida respecto
al nivel del mar, lo que puede originar que por la proximidad de la interfase
agua dulce y agua salada a la superficie, fuertes bombeos desde pozos en
zonas costeras provocarían un avance tierra adentro de la intrusión marina,
que se evita con las galerías.

© Ediciones FIEC | 89
Hidrogeología básica

c) Pozos y sondeos

La perforación masiva de pozos en el Archipiélago Canario es posterior al de


las galerías. La tipología básica de estas captaciones consiste en pozos
excavados de 3-4 m de profundidad, pozos con galerías horizontales en el
fondo y perforaciones de pequeño diámetro que pueden llegar hasta
centenares de metros. Los caudales que proporcionan son también muy
variables y están en relación con la permeabilidad del subsuelo y del espesor
saturado que atraviese.

Tanto los propietarios de pozos y galerías de día en día reprofundizan sus


captaciones a medida que se van agotando.

90 | © Ediciones FIEC
Capítulo 4

El movimiento del agua en medios porosos


4.1. Conceptos fundamentales

4.1.1. Régimen permanente o estacionario

Un sistema hidrogeológico se encuentra en régimen permanente o


estacionario cuando el potencial hidráulico se mantiene constante para todos
los puntos en el tiempo. Es decir, en el sistema entra y sale el mismo caudal,
y por lo tanto no hay variación en el almacenamiento.

4.1.2. Régimen transitorio

Un sistema hidrogeológico se dice que está en régimen transitorio cuando su


potencial hidráulico varía con el tiempo. Es decir, el sistema pierde o gana
agua en el periodo de tiempo considerado.

Figura 4.1. A) Esquema de un acuífero en régimen permanente y B)


esquema de un acuífero en régimen transitorio.

© Ediciones FIEC | 91
Hidrogeología básica

4.1.3. Superficie equipotencial

Es el lugar geométrico en el que todos los puntos el potencial hidráulico


tiene el mismo valor. En principio, se admite que estas superficies
equipotenciales del flujo de agua son planos verticales, donde el potencial
tiene el mismo valor en cualquier punto de dicha superficie. Dejan de ser
planos verticales en las zonas donde el potencial cambia mucho en una
misma vertical, como en zonas de recarga o descarga, conos de bombeo, etc.

4.1.4. Superficie piezométrica y freática

Es el lugar geométrico de los puntos que señalan la altura piezométrica de


cada una de las porciones de un acuífero referidas a una determinada
profundidad.

Una superficie freática es la que define el límite superior de la zona saturada


en el caso de un acuífero libre. En estos acuíferos, admitiendo que el
potencial hidráulico no varía con la profundidad, las superficies freáticas y
piezométrica coinciden, siendo el lugar geométrico de los puntos que están a
presión atmosférica. En acuíferos cautivos el nivel piezométrico suele estar
por encima del techo del acuífero, y debe hablarse de superficie piezométrica
y no freática.

4.1.5. Isopiezas

Son las curvas resultantes de cortar una superficie piezométrica con planos
horizontales y equidistantes entre sí. Son por lo tanto líneas equipotenciales,
en las que todos los puntos de cada línea tienen el mismo nivel piezométrico.
Permiten dibujar mapas de isopiezas.

92 | © Ediciones FIEC
Cap 4 El movimiento del agua en medios porosos

Figura 4.2. Bloque diagrama de un acuífero libre con representación de:


superficie freática, isopiezas y superficies equipotenciales.

Figura 4.3. Bloque diagrama de un acuífero confinado con representación


de: superficie piezométrica, isopiezas y superficies equipotenciales.

© Ediciones FIEC | 93
Hidrogeología básica

4.1.6. Ley de Darcy

En el año 1856 Henry Darcy enuncia una ley empírica que permite explicar
y conocer el movimiento del agua en medios porosos;

Q = K·i·S

Donde:

Q = Caudal de circula por un medio poroso (m3/día).


K = Permeabilidad (m/día).
i = Gradiente hidráulico; (h1-h2)/L (adimensional).
S = Sección (m2). Generalmente sección unitaria; “b” (espesor)*1
(Se han indicado las unidades de medida más frecuentes).

Figura 4.4. Ley de Darcy

94 | © Ediciones FIEC
Cap 4 El movimiento del agua en medios porosos

Figura 4.5. Bloque diagrama explicativo de la Ley de Darcy aplicada a un


acuífero libre; Q = K·(h1-h2)/L)·S

A partir de la Ley de Darcy es posible determinar la velocidad real del


flujo subterráneo.

Como el agua subterránea sólo puede moverse por los huecos conectados
que deja la roca, y no por toda la sección de roca considerada, la sección
real atravesada por el flujo de agua subterránea será la sección de acuífero
por la porosidad eficaz, me.

Si expresamos la Ley de Darcy en términos de velocidad,

v = -K· i

siendo “v” la velocidad de Darcy, “K” la permeabilidad e “i” el gradiente


hidráulico. El signo menos indica que los vectores velocidad y gradiente,
aunque tienen la misma dirección, su sentido es contrario.

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Hidrogeología básica

De acuerdo con lo expresado, es posible relacionar velocidad real (VR) y


velocidad de Darcy (v) como,

VR = v/me

A partir de esta relación es muy sencillo calcular el tiempo de permanencia


del agua subterránea, despejando la velocidad real y el tiempo en ella.

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Capítulo 5

Cartografía hidrogeológica
5.1. Introducción
En este tema se van a definir los conceptos fundamentales que se deben
tener claros para interpretar mapas y perfiles hidrogeológicos.

Los mapas hidrogeológicos deben aportar la información suficiente que nos


permitan conocer cómo es el movimiento del agua subterránea, y en su caso,
la relación con los cursos de agua superficiales.

Deberán proporcionar información cuantitativa (órdenes de magnitud), de


los parámetros hidrogeológicos de los sistemas acuíferos existentes. El rasgo
más importante que se refleja en estos mapas es la superficie piezométrica.

Los mapas hidrogeológicos suelen tener una base geológica simplificada que
proporcione información sobre la geometría de los acuíferos y sobre las
propiedades hidráulicas de los materiales.

En los apartados siguientes, primero se explica en qué consiste el trabajo de


campo para la toma de datos, se pasa a comentar los mapas de isopiezas,
luego los perfiles hidrogeológicos y se finaliza con las redes de flujo.

Por aquello de que "una figura vale más que mil palabras", este capítulo
está ilustrado con sencillos esquemas de mapas y perfiles hidrogeológicos.
En el apartado 5.5 se incluyen algunos ejercicios resueltos de aplicaciones
elementales sobre el cálculo de caudales y elaboración de redes de flujo.

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Hidrogeología básica

5.2. Inventario de puntos de agua


La primera fase de prácticamente cualquier estudio hidrogeológico,
consiste en la toma de datos en campo y del posterior análisis de algunos
de ellos en el laboratorio. Esta primera etapa de trabajo nos deberá
proporcionar la información suficiente del medio físico, de modo que
podamos llevar a cabo la investigación hidrogeológica que estemos
haciendo con el detalle deseado.

La toma de datos de interés hidrogeológico y el muestreo del agua


subterránea, es una operación sencilla y a la vez delicada. Frecuentemente
por falta de cuidado en el trabajo de campo se obtiene datos erróneos o
poco precisos, que influye directamente sobre la validez de los resultados
finales del proyecto.

El trabajo de campo que se realiza para la obtención de información


hidrogeológica, suele iniciarse con un inventario de puntos de agua. El
inventario de puntos de agua consiste en la recopilación del mayor número
de datos e información que podamos obtener de las captaciones de agua
existentes en una zona.

Los puntos de agua que deben inventariarse incluyen: pozos excavados,


sondeos o pozos perforados, manantiales y otras obras especiales de
captación de agua subterránea que permitan posicionar el nivel freático o
piezométrico (que deben ser disociados al elaborar las equipotenciales, ya
que puede haber más de un acuífero) en la vertical.

Los datos que tienen más interés del inventario son:

- Coordenadas de la captación (x, y, z).


- Croquis de situación.
- Profundidad del pozo.
- Cota de la boca de la captación.
- Profundidad del nivel del agua en la captación.
- Cota del nivel del agua.
- Características técnicas de la perforación.
- Diseño de la captación.

98 | © Ediciones FIEC
Cap 5 Cartografía hidrogeológica

- Columna litológica del pozo.


- Régimen de explotación.
- Determinación de parámetros físico-químicos “in situ”.

Las dos medidas principales que se deben hacer sobre la captación son la
profundidad del nivel piezométrico y la profundidad total de la captación.

La profundidad del agua se determina con la ayuda de un limnímetro o


hidronivel. Este aparato no es más que una cinta graduada al centímetro,
con un electrodo en el extremo, que nos avisa en el momento que se pone
en contacto con el agua. Existen varios tipos de limnímetros
comercializados, siendo los más corrientes los que avisan por medio de un
pitido, una luz o simplemente con un amperímetro.

Es imprescindible referenciar siempre el punto de la boca del pozo


utilizado para la medida del nivel piezométrico, que permita poder hacer
sucesivas medidas en distintas fechas manteniendo la precisión; y conocer
la distancia de este punto al nivel medido del terreno.

Figura 5.1. Determinación de la profundidad del nivel freático durante el


inventario de puntos de agua.

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Hidrogeología básica

Para conocer la profundidad de la captación se utiliza una plomada. Las


sondas más utilizadas para hacer este tipo de determinación son las de la
casa SEBA. El instrumento de medida consiste en un carrete de cable de
acero muy fino, de hasta 300 m, que tiene una plomada en un extremo, y
que indica la profundidad a la que toca fondo con un cuentavueltas que
mide en metros. Esta instrumentación se hace imprescindible para poder
conocer la profundidad de sondeos de gran profundidad (en general para
aquellos que tienen más de 15 - 20 m). En la figura 5.2 se muestra un
ejemplo de ficha básica de inventario de puntos de agua.

5.3. Mapas de isopiezas


Un mapa de isopiezas es una representación en planta de la distribución del
potencial hidráulico del agua de un acuífero. Esta representación se hace a
partir de isolíneas que representan puntos de igual potencial hidráulico.

5.3.1. Metodología

El procedimiento práctico para su elaboración consiste en recopilar el mayor


número de datos sobre los niveles piezométricos de la zona de estudio, y
referenciarlos con cotas absolutas sobre un mapa, que contenga
preferiblemente, una base geológica simplificada. La recopilación de estos
datos forma parte del trabajo denominado como "inventario de puntos de
agua". Es importante tener en cuenta que la superficie piezométrica no es
constante en el tiempo, y por tanto todas las medidas deberán estar referidas
a una fecha concreta.

Una vez que se tienen dibujadas las cotas del agua en el plano, se trazarán
las isolíneas (isopiezas en este caso), con los potenciales medidos en campo
manteniendo la equidistancia predefinida. El resultado será un mapa, que a
efectos prácticos puede interpretarse como si se tratara de una representación
de la "topografía" del límite superior de la zona saturada, para el caso de
acuíferos libres. Debe tenerse claro que las isopiezas no son “cotas” del
agua, sino “potenciales hidráulicos del agua”.

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Cap 5 Cartografía hidrogeológica

Figura 5.2. Modelo de ficha con los datos básicos que deben recopilarse al
realizar un inventario de puntos de agua.

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Hidrogeología básica

Al pintar las isopiezas se deberá tener especial cuidado en no mezclar datos


de potenciales correspondientes a distintos acuíferos, que puede complicar
su correcta interpretación, más si unos funcionan como libres y otros como
confinados o cautivos, de ahí la necesidad de disociar los datos obtenidos en
el inventario de acuerdo con la profundidad de las captaciones.

Antes de empezar a dibujar la isopiezas, se deberá tener en cuenta el medio


físico particular, y definir las condiciones de contorno oportunas.

Desde el punto práctico, al pintar las isopiezas se debe intentar seguir las
siguientes normas:

1. Las líneas deben tener un de trazo suave, sin picos ni quiebros


bruscos.
2. Dos isopiezas nunca pueden cortarse.
3. Se debe mantener la equidistancia que se haya definido al inicio del
trabajo cartográfico.
4. La forma entre dos isopiezas consecutivas debe ser similar,
manteniendo cierto paralelismo. Esta norma puede no cumplirse en
el caso de que se tratarse de una zona con dispositivos artificiales que
modifiquen el flujo bruscamente (pozos, diques, drenes, etc.).
5. Son siempre perpendiculares a bordes impermeables y paralelas a
superficies de agua libres con las que tenga conexión hidráulica.

Los límites impermeables se caracterizan por no dejar pasar el agua a través


suyo. De este modo, cuando el agua se pone en contacto con un límite
impermeable, circula paralelamente a él. En un límite impermeable las líneas
equipotenciales son perpendiculares a dicho límite y las líneas de flujo
paralelas.

En zonas como los ríos, lagos, mares, etc., que estén en contacto con los
acuíferos, la superficie de contacto funciona como una auténtica
equipotencial, y por tanto el flujo es perpendicular a dicha superficie. Las
equipotenciales en estos casos son paralelas a las superficies en cuestión.

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Cap 5 Cartografía hidrogeológica

Figura 5.3. Mapa de isopiezas. En los límites impermeables las isopiezas


son perpendiculares a ellos. En el lago, el borde actúa como una
equipotencial (de nivel constante), y las isopiezas serán paralelas al borde.

Cuando la superficie topográfica corta el nivel freático, se forman zonas de


rezume o manantiales. En estos casos coinciden por tanto la cota topográfica
y piezométrica (potencial hidráulico del agua).

5.3.2. Relación río – acuífero

a) Ríos ganadores

También llamados efluentes. Son ríos que reciben agua desde los acuíferos.
Es decir, su lecho se sitúa a una cota inferior al nivel piezométrico en sus
márgenes. Suelen tener un caudal bastante constante en el tiempo. En
cartografía hidrogeológica, las isopiezas se representan con la convexidad
hacia aguas arriba.

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Hidrogeología básica

b) Ríos perdedores

También llamados influentes. Son ríos que pierden agua por infiltración
desde su lecho y recargan los acuíferos. En ellos, la cota del lecho del río se
encuentra a una cota superior que la del nivel freático. En cartografía
hidrogeológica este tipo de relación viene representada por las isopiezas
dibujadas con la convexidad hacia aguas abajo.

Figura 5.4. Relación río-acuífero. A. Río ganador y B. Río perdedor. Las


trazas discontinuas representan líneas de flujo subterráneo; del acuífero
hacia el río o del río hacia el acuífero respectivamente.

c) Ríos desconectados de acuíferos

Se trata de ríos que no tienen conexión con ningún acuífero. Suele ser muy
frecuente y puede haber muchas situaciones diferentes. En este apartado, a
modo de ejemplo, se comentan únicamente dos posibilidades (figura 5.5).

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Cap 5 Cartografía hidrogeológica

Figura 5.5. A) Río y acuífero sin conexión debido a la impermeabilidad del


lecho del río. En esta situación las isopiezas pueden tener cualquier forma
respecto al río. B) Esquema de la relación entre un río y un acuífero
confinado. Al igual que en caso A, las isopiezas pueden tener cualquier
forma respecto al río.

5.3.3. Gradiente hidráulico

El gradiente hidráulico da idea de la pendiente de la superficie freática o


piezométrica. Suele representarse por la letra “i”, y puede expresarse como
la diferencia de potencial (h) entre los dos puntos considerados, dividido
entre la distancia que separa esos dos puntos medido en línea recta (L);

i = (h1-h2)/L

Según esta expresión, las zonas de máximo gradiente serán aquellas que
tengan las isopiezas más juntas, y las de menor gradiente las que tengan las
isopiezas más separadas. Por lo general en acuíferos libres, zonas de bajo
gradiente hidráulico son características de medios de alta permeabilidad.

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Hidrogeología básica

Su determinación a partir de un mapa de isopiezas es muy sencilla (figura


5.6).

Figura 5.6. Mapa de isopiezas con indicación de las zonas de máximo y


mínimo gradiente (isopiezas juntas y separadas respectivamente).

5.3.4. Divisoria de aguas subterráneas

Representa la línea teórica a partir de la cual las líneas de flujo de agua


subterránea divergen y el acuífero se drenará por diferentes ríos, arroyos o
lagos, si se trata de grandes cuencas hidrológicas. Gráficamente, la línea
divisoria se determina uniendo los puntos de máxima curvatura de cada
isopieza (figura 5.7).

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Cap 5 Cartografía hidrogeológica

Figura 5.7. Divisoria de aguas subterráneas y líneas de flujo(representadas


por flechas y cruces respectivamente).

5.3.5. Tipos de superficies piezométricas

Dependiendo de la separación entre las isopiezas y de su disposición


relativa, según criterios morfológicos, se pueden definir varios tipos de
superficies piezométricas. Seguidamente se cita, a modo de ejemplo, una de
las múltiples clasificaciones existentes (Custodio y LLamas, 1983).

a) Superficie cilíndrica. La isopiezas quedan representadas por rectas


paralelas.
b) Superficie radial. Las isopiezas son curvas. Las líneas de corriente
tienden a converger.
c) Superficie plana. La separación entre isopiezas es constante.
d) Superficie parabólica. La separación entre isopiezas disminuye hacia
aguas abajo.

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Hidrogeología básica

e) Superficie hiperbólica. La separación entre isopiezas aumenta hacia


aguas abajo.
f) Superficie elíptica: La separación entre isopiezas aumenta tanto hacia
un lado como hacia otro a partir de una de ellas.

5.4. Perfiles hidrogeológicos


Los perfiles hidrogeológicos constituyen una de las herramientas de
representación más valiosa en hidrogeología, ya que permiten visualizar
con mucha claridad, cómo es el flujo subterráneo. Mientras un profesional
no sea capaz de representar en un perfil (sección vertical), el esquema de
flujo de la zona de trabajo, muy posiblemente signifique que no entiende
con claridad el problema al que se enfrenta. Como decía el profesor
Llamas, a quien tantas veces se lo hemos oído quienes hemos trabajado con
él, “la hidrogeología son perfiles”.

5.4.1. Método

La metodología que debe seguirse para realizar un perfil hidrogeológico es


la misma que se emplea al realizar una sección vertical del terreno,
superponiendo los datos de piezometría. Las pautas de trabajo podemos
resumirlas en los siguientes puntos:

1. Disponer del el mapa de isopiezas de zona. Este deberá contar con


una base topográfica.
2. Seleccionar la traza del perfil que se desee hacer.
3. Realizar el corte topográfico por los métodos clásicos, proyectando
los puntos de intersección entre la traza seleccionada y las curvas
de nivel sobre unos ejes. Es conveniente que la escala vertical sea
exagerada frente a la horizontal.
4. Realizar la misma operación que en el punto anterior, pero en esta
ocasión proyectando los puntos de intersección entre la traza
seleccionada y las isopiezas.

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Cap 5 Cartografía hidrogeológica

Figura 5.8. Mapa de isopiezas y perfil hidrogeológico correspondiente a la


traza A-B. La escala vertical del perfil está muy exagerada respecto a la
escala horizontal con objeto de que resulte más ilustrativo. Para simplificar
la figura, en el mapa de isopiezas no se han dibujado curvas de nivel, por
tanto la topografía del perfil es inventada. Las líneas equipotenciales de la
sección vertical son esquemáticas.

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Hidrogeología básica

5.4.2. Zonas de recarga y zonas de descarga

Entendemos por zonas de recarga aquellas en las que el agua se mueve desde
la superficie hacia los acuíferos, alimentándolos y por tanto, recargándolos.
Por el contrario, al hablar de zonas de descarga nos referimos a las zonas en
las que el agua se mueve desde el acuífero hacia la superficie, es decir, el
acuífero se descarga. En el medio natural la descarga se produce a través de
manantiales, ríos, arroyos, lagos o bien por salida directa hacia el mar.

Figura 5.9. Esquema regional de flujo de aguas subterráneas con indicación


de las zonas de recarga y zonas de descarga de agua subterránea.

a) Características de las zonas de recarga

- El flujo es descendente, el agua se mueve de zonas de mayor potencial a


zonas de menor potencial.

- En zonas de recarga, cuanto más profundo es el piezómetro (debe estar


abierto sólo en su base), a más profundidad se encontrará el nivel del
agua en su interior.

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Cap 5 Cartografía hidrogeológica

- Regionalmente, suelen coincidir con las zonas de interfluvios.

Figura 5.10. Perfil hidrogeológico detallado con representación del nivel


del agua alcanzado en tres piezómetros, según se localicen en zonas de
recarga o en zonas de descarga de aguas subterráneas. En zonas de recarga
el flujo es descendente y en zonas de descarga ascendente

b) Características de las zonas de descarga

- El flujo es ascendente, el agua se mueve de zonas de mayor potencial a


zonas de menor potencial.

- En zonas de descarga, cuanto más profundo es el piezómetro, a menos


profundidad se encontrará el nivel del agua en su interior.
Frecuentemente son pozos surgentes, con un nivel piezométrico situado
por encima de la superficie topográfica.

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Hidrogeología básica

- Regionalmente, suelen coincidir con valles fluviales o lagos. En perfiles,


las líneas equipotenciales forman círculos concéntricos que se cierran
coincidiendo con valles o lagos.

5.5. Redes de flujo

5.5.1. Definición y Método

Una red de flujo es el mallado que resulta de la intersección entre las líneas
equipotenciales y líneas de corriente. En medios homogéneos e isótropos
estas mallas o redes son ortogonales, debido a que el vector gradiente es por
definición perpendicular a las equipotenciales, y el vector velocidad paralelo
a éste último pero con sentido contrario.

Para poder diseñar una red de flujo se debe partir de los siguientes
supuestos:

1. El acuífero es homogéneo.
2. El medio está totalmente saturado.
3. El acuífero es isótropo.
4. El régimen es estacionario.
5. Agua y suelo son incompresibles.
6. El flujo es laminar y está regido por la Ley de Darcy.
7. Las condiciones de contorno son conocidas.

El método:

1. Identificar las condiciones de contorno.


2. Dibujar un perfil a escala con las condiciones de contorno.
3. Identificar y dibujar las equipotenciales máxima y mínima.
4. Dibujar un mallado entre las líneas de flujo y líneas equipotenciales,
intentando que sean perpendiculares entre sí, haciendo formas lo más
cuadradas posibles.
5. Determinación del caudal aplicando la Ley de Darcy adaptada al
problema.

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Cap 5 Cartografía hidrogeológica

El caudal total que circula por un la red flujo, considerando una anchura
unitaria de acuífero puede determinarse como:

Q = K·H· NF/Nd
Donde:

Q = caudal total.
K = permeabilidad.
NF = número de canales o tubos de flujo.
Nd = número de saltos o de caídas de potencial contados en la figura.
H = salto de potencial total entre los dos bordes.

Si una vez definida la red flujo se desea calcular el valor de la presión


hidrostática en cualquier punto, bastará hacer; p = g(h-z), donde "p" es
presión hidrostática buscada, "g" es el peso específico del agua, "h" es el
valor de la equipotencial que pasa por ese punto, y "z" es la cota del punto
respecto a un plano considerado como referencia para las medidas.

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Hidrogeología básica

5.5.2. Aplicaciones

Ejemplo 1

Calcular el caudal que circula por el acuífero de la figura adjunta,


suponiendo una K = 15 m/día.

Figura 5.11. Esquema con la distribución de líneas equipotenciales en un


acuífero libre que está limitado por dos zanjas (la zanja de la izquierda de
recarga y la de la derecha de drenaje o descarga).

Aplicando:

Q = K·H· NF/Nd

Resulta:

K = 15 m/día.
NF = 2.
Nd = 4.
H = 2.
Q = 15 m3/día.

114 | © Ediciones FIEC


Cap 5 Cartografía hidrogeológica

Ejemplo 2

Figura esquemática de una ladera que se drena de forma natural por un


manantial situado en su base. En la figura se han dibujado siete líneas
equipotenciales equidistantes (se incluye el manantial), y varias líneas de
flujo.

Las equipotenciales deben ser equidistantes entre si, es decir, entre dos
equipotenciales consecutivas la distancia proyectada sobre el eje de
ordenadas debe mantenerse. Una vez establecido el punto de corte con el
nivel freático, se pintarán perpendiculares al nivel freático y a los bordes
impermeables.

Las líneas de flujo se dibujan siempre perpendicularmente a las


equipotenciales con sentido que va de mayor a menor potencial.

Figura 5.12. Esquema de flujo en una ladera.

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Hidrogeología básica

Ejemplo3

Cálculo de caudal y diseño de la red de flujo bajo una presa.

Aplicando:

Q = K·H· NF/Nd

Resulta:

K = 10 m/día (dato).
NF = número de canales o tubos de flujo; 4.
Nd = número de saltos o de caídas de potencial contados en la figura; 8.
H = salto de potencial total entre los dos bordes; 5.

El caudal que circula por debajo de la presa, por metro lineal de cerrada,
será: Q = 25 m3/día.

Figura 5.13. Red de flujo por debajo de una presa.

116 | © Ediciones FIEC


Cap 5 Cartografía hidrogeológica

Ejemplo 4

Calcular el caudal que circula, por metro lineal, por debajo de la presa de la
figura adjunta.

Figura 5.14. Esquema de una red de flujo bajo una presa con pantalla.

Para determinar el caudal que circula por debajo de la presa primero debe
diseñarse la red de flujo. En este caso se han dibujado doce saltos de
potencial y cinco tubos de flujo.

Aplicando:
Q = K·H· NF/Nd
Resulta:

K = 10 m/día (dato).
NF = 5.
Nd = 12.
H = 12.

Q = 50 m3/día.

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Ejercicios propuestos
Ejercicio 1

Dibuja el “nivel piezométrico” y colorea la “zona saturada” de


cada uno de los acuíferos de la figura adjunta. Clasifica los
acuíferos según la presión del agua.

Nota: Los piezómetros son puntuales y sólo están ranurados en su extremo


inferior.

Leyenda: Los materiales punteados representan arenas y las zonas en blanco


arcillas impermeables.

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Hidrogeología básica

Ejercicio 2

Dibuja el “nivel piezométrico” y colorea la “zona saturada” de


cada uno de los acuíferos de la figura adjunta. Clasifica los
acuíferos según la presión del agua.

Nota: Los piezómetros son puntuales y sólo están ranurados en su extremo


inferior.

Leyenda: Los materiales punteados representan arenas y las zonas en blanco


arcillas impermeables.

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Ejercicios propuestos

Ejercicio 3

Dibuja el “nivel piezométrico” y colorea la “zona saturada” de


cada uno de los acuíferos de la figura adjunta. Clasifica los
acuíferos según la presión del agua.

Nota: Los piezómetros son puntuales y sólo están ranurados en su extremo


inferior.

Leyenda: Los materiales punteados representan arenas y las zonas en blanco


arcillas impermeables.

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Hidrogeología básica

Ejercicio 4

Se pide:

Dibujar el nivel freático.


Dibujar cinco líneas equipotenciales.
Señalar las zonas de recarga y descarga de agua subterránea.
Dibujar dos líneas de flujo.

Nota: El nivel del agua en los pozos indica la posición del límite superior de la
zona saturada.

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Ejercicios propuestos

Ejercicio 5

Dibuja el nivel piezométrico, tres equipotenciales y colorea la zona


saturada. Indica la zona surgente.

Nota: Los piezómetros son puntuales y sólo están ranurados en su extremo


inferior.

Leyenda: Los materiales punteados representan arenas y las zonas en blanco


arcillas impermeables.

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Hidrogeología básica

Ejercicio 6

Dibuja cinco equipotenciales equidistantes y dos líneas de flujo. Si


suponemos una porosidad eficaz, me = 0,02, calcular el volumen
de agua, por metro de acuífero, que se debería extraer para que el
manantial se secara.

Eh: 1/ 1.000.

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Ejercicios propuestos

Ejercicio 7

Se pide:

Señalar las zonas de recarga y descarga de aguas subterráneas.


Dibuja dos líneas de flujo.

Indicar sobre cada equipotencial el valor numérico que le


corresponde.

Determinar el potencial total (H), potencial de presión (p) y


potencial de gravedad (g) de cada piezómetro.

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Hidrogeología básica

Ejercicio 8

Calcular el caudal que circula entre las acequias de la derecha e


izquierda de la figura, por metro lineal de acequia.

Calcular el tiempo que tardaría un contaminante en pasar de una


acequia a otra.

Dato: La porosidad eficaz de la formación más permeable es del 1%

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Ejercicios propuestos

Ejercicio 9

Señalar las zonas de recarga y de descarga de aguas subterráneas.

Indicar sobre cada equipotencial el valor numérico que le


corresponde.

Dibujar dos piezómetros en la zona de recarga y dos en la de


descarga, señalando el valor de su nivel piezométrico.

Dibujar las divisorias de aguas superficiales y aguas subterráneas.

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Hidrogeología básica

Ejercicio 10

Completar el mapa de isopiezas (equidistancia de 5 m).

Señalar si se trata de un río ganador o perdedor.

Indicar las zonas de máximo y mínimo gradiente hidráulico.

Calcular el tiempo que tardaría en llegar al lago un producto


contaminante vertido en el punto “A”.

Calcular la aportación subterránea, por sección unitaria, que recibe


el lago.

Datos: K = 10 m/día, me = 0,02, Eh: 1/10.000.

128 | © Ediciones FIEC


Ejercicios propuestos

Ejercicio 11

Dibujar la red de flujo de agua subterránea

© Ediciones FIEC | 129


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EDICIONES FIEC
Libros Universitarios
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Fundado en 2005, el Instituto para el Fomento de la


Investigación Económica (Instituto FIEC) es una aso-
ciación sin fines de lucro formada por la combinación
de dos redes de investigadores europeos y latinoameri-
canos pertenecientes a prestigiosas Universidades y
Centros de investigación de ambos continentes, y tiene
como objetivo investigar sobre temas relacionados con
la integración económica, organización de empresas,
medio ambiente, derecho y economía internacional.
Para conseguir este objetivo sus miembros participan
en congresos, conferencias, seminarios, libros y docu-
mentos de trabajo.

Junto a las colecciones de Ediciones FIEC en Econom-


ía, Empresa, Derecho y Medio Ambiente, a partir de
2007 nacen las colecciones Tesis Doctorales, Mariae
Apostolorum (Series Espiritualidad, Mariología y Teo-
logía) y Acqua Libros (Series Poesía, Novela, Viajes,
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ción y Gestión (Vol. 1). Técnicas de construcción
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resueltos
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7 Truyols, S. y Saiz, J.M. Gestión de Empresas para Ingeniería de Caminos,
Canales y Puertos. Con 325 ejercicios, casos y pre-
guntas tipo-test
8 Truyols, S.; Saiz, J.M. y Economía y Organización de Empresas para Ar-
García, D. quitectura Técnica. Con teoría y ejercicios resuel-
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Lombardo, J.M. Empresas para Arquitectura Técnica. Con pro-
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Sardón, M.I. quitectura Técnica. Libro de Problemas
11 Truyols, S.; Saiz, J.M. y Transporte Aéreo e Ingeniería Aeroportuaria
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1 García, S. y Fdez, A.E. Hidrogeología básica. Las aguas subterráneas y su
flujo
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1 Delgadillo, L. La internacionalización de la em-
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