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ORDEN DE MALTA

La Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta (SMOM), conocida
simplemente como Orden de Malta o Caballeros Hospitalarios, y en origen llamada Orden del Hospital de San
Juan de Jerusalén, es una orden militar de derecho pontificio reconocida como sujeto de derecho internacional,
tradicionalmente de carácter caballeresco y nobiliario. Nació dentro del marco de las cruzadas y desde un principio,
junto a su actividad hospitalaria, desarrolló acciones militares contra los ejércitos musulmanes (inicialmente árabes, y
más tarde también turcos).2 Su sede central, que ha cambiado de sitio en varias ocasiones, actualmente se encuentra en
la ciudad de Roma, en el Palacio Magistral.3 Ese edificio y la Villa Magistral del Aventino, que funciona como su
embajada ante la República Italiana, tienen estatuto de extraterritorialidad.

LA LEYENDA DE FUENTE RENIEGA

Esta vieja leyenda del Camino de Santiago fue recogida por Juan Ramón Corpas en el libro “curiosidades de
Navarra” y dice así:

En una fuente situada en un monte cercano a Astrain se apareció el diablo con forma de apuesto joven para
interrumpir la subida de un sediento caminante que escalaba el puerto en pleno verano.

El diablo le ofreció la posibilidad de refrescarse y beber, con la única condición de que debía renegar de dios,
evidentemente el peregrino rehusó tal oferta.

Entonces, el demonio ante la negativa del romero volvió a tentarlo sugiriendo que bastaba con renunciar a la Virgen
María para recibir el preciado líquido, el joven tampoco acepto tal condición.

El demonio intento por tercera vez convencer al peregrino exigiéndole que renunciase al apóstol Santiago para poder
calmar su sed, como era de esperar el joven volvió a renunciar y comenzó a rezar encomendándose a las alturas.

Como resultado de este acto de fe el demonio se esfumó, dejando tras de sí una enorme nube de azufre, y en su lugar
apareció la cristalina fuente, donde el romero pudo al fin saciar sus ganas de beber.

LA LEYENDA DE SAN VIRILA

Al abad San Virila le atormentaba desde hacía mucho tiempo la idea de la eternidad hasta el punto de rogar a Dios
que le ilustrase sobre este misterio.

Una tarde primaveral, como era habitual en él, salió a pasear por la sierra de Leyre.

Al encontrarse fatigado, se sentó a reposar junto a una fuente en la que permaneció durante unas horas (o eso creía él)
absorto escuchando el bellísimo canto de un ruiseñor. Tras este tiempo regresó al monasterio que era su hogar.

Al atravesar la puerta principal ninguno de sus hermanos monjes le resultaba familiar. Deambuló confuso por las
distintas dependencias del santo lugar, sorprendiéndose con numerosos detalles que le eran totalmente ajenos.

Cayó en la cuenta de que a él tampoco le reconocían el resto de ocupantes del enclave monacal, por lo que decidió
dirigirse al Prior, quien atónito escucho la exposición del abad.

Tras acabar la historia ambos atónitos decidieron acudir a la biblioteca para intentar descifrar la enigmática situación.
Revisando unos viejos escritos descubrieron que “trescientos años atrás, un monje, conocido como San Virila, había
regentado el monasterio y había sido devorado por unas fieras en uno de sus paseos matutinos.”

San Virila con lágrimas en los ojos comprendió que ese monje que aparecía en el viejo libro era él y que Dios
finalmente había escuchado sus plegarias.

EL ASNO DEL APÓSTOL


Llegó a Pamplona un peregrino francés con su familia. Hicieron una parada en esta ciudad para descansar y recuperar
fuerzas alojándose en un hostal.

La mujer del peregrino enfermó gravemente por lo que tuvieron que permanecer más tiempo del que a priori tenían en
mente en el alojamiento mencionado, hasta que finalmente esta mujer murió convirtiéndose la romería en una
experiencia realmente trágica.

El peregrino decide continuar su andadura hacia Santiago acompañado de sus dos hijos de corta edad.

Al haber permanecido durante un tiempo prolongado en el hospedaje, el dueño del sitio le reclama una buena suma de
dinero. Ante la imposibilidad de hacerse cargo de la deuda, el peregrino entrega al hospedero su asno como
contraprestación, para finalmente partir hacia Santiago de Compostela.

Una vez en el Camino, la familia hace un alto para rezar y pedir ayuda al Apóstol, al poco tiempo de realizar las
súplicas se encuentran con un venerable anciano que tras una agradable charla presta a los romeros un pollino para
que les ayude durante las largas caminatas.

Finalmente llegan a Santiago y el peregrino se ve abordado por una visión del Apóstol Santiago a quien reconoce
como el anciano que se había encontrado muchos kilómetros atrás.

Durante el Camino de vuelta la familia vuelve a pasar por Pamplona donde descubren, para su sorpresa, el
fallecimiento del mesonero en un accidente, llegando a oídos de los recién llegados.

Todo el pueblo acredita la defunción a un castigo divino por la avaricia y falta de caridad que el propietario del
hospedaje había demostrado con los peregrinos.

LA LEYENDA DE LOS PASTORES DE ESTELLA

En la localidad de Estella (Navarra), localizada en pleno Camino Francés (Etapa 5: Puente la Reina – Estella), se
encuentra la Basílica de Nuestra Señora del Puy, que acoge una imagen sedente de la Virgen del Puy, patrona de esta
localidad. La leyenda relata el porqué del levantamiento de esta basílica:

Cuenta la leyenda que una noche del año 1085, un grupo de pastores, encontrándose reunidos con sus ovejas en la
falda del monte Puy, como de costumbre, vieron como varias estrellas del cielo caían sobre la cima del monte.

Se acercaron al lugar y descubrieron una cueva que, en su interior, contenía una imagen de la virgen. Inmediatamente
después del descubrimiento se dirigieron a avisar al sacerdote de su parroquia.

El párroco y un grupo de gente de la localidad se dirigieron a la zona relatada por los pastores, y allí, ante su asombro,
encontraron la imagen de la Virgen. Su intención era moverla del lugar y llevarla hasta la parroquia pero,
sorprendentemente, no pudieron moverla ni un centímetro del sitio, como si alguna fuerza divina la mantuviera fija en
el lugar.

Ante este suceso, tomaron la decisión de dejarla en el lugar y construir un santuario a su alrededor.

Años después el rey navarro Sancho Ramírez fundo la localidad de Estella para proteger el santuario y a
los peregrinos del Camino de Santiago que decidían viajar por esa ruta.

LA LEYENDA DEL TXORI

Esta historia data de principios del siglo XIX, cabe destacar que la palabra “txori” proviene de la voz vasca “pájaro”.

La leyenda ocurre en Puente la Reina (Navarra), localizada en el Camino Francés (Etapa 4: Pamplona – Puente la
Reina), en ella relata cómo la gente del lugar observaron que un pájaro visitaba asiduamente la capilla de la Virgen del
Puy, ubicada en la torre central del puente románico.

El pequeño pájaro volaba de vez en cuando hasta la Virgen a limpiar, con sus alas, las telarañas del busto y lavar el
rostro de la Señora con agua del río que recogía de su pico.
La gente del pueblo ante tal extraño pero maravilloso acontecimiento, esperaban expectantes su próxima visita.

Con el paso del tiempo se consideraron estas visitas del ave como anuncio de buenos presagios, celebrándose sus
apariciones con diversas festividades y funciones religiosas.

Las visitas de la pequeña ave se sucedieron hasta casi veinte años después por la destrucción de la torre donde se
hallaba la Virgen.

PUENTE DE LA RABIA. ZUBIRI. NAVARRA.

El secreto del puente. Zubiri, pueblo del puente en euskera. Dice la leyenda que por estar aquí enterrados, bajo el
pilar central los restos de Santa Quiteria, los aldeanos hacían dar tres vueltas a los animales que contraían la
enfermedad de la rabia y que por esa taumaturgia se curaban. Era entonces el siglo XI cuando aquellas gentes
comenzaron la construcción del puente, las dificultades para erigir el pilar central les llevaron a excavar en la roca
sobre la que éste tenía que sostenerse y encontraron los restos de una joven perfumada, Santa Quiteria.

Los ríos y riachuelos que hay que cruzar constituyen un obstáculo ya que durante la Edad Media hay pocos puentes.
Los vados son inestables y los ríos , casi siempre insalubres.

Los barqueros y los peajeros no dudan en sacar injustamente beneficio del desamparo de los peregrinos, exigiéndoles
fuertes sumas para el acceso a puentes y pasos. Además muchas veces los barqueros suben tal masa de peregrinos, tras
cobrarles el billete, que la nave vuelca y los peregrinos se ahogan en las aguas, de lo que se alegran macabramente.
Porque así se apoderan de los despojos de los náufragos.

TRINIDAD DE ARRE. VILLABA. NAVARRA.

Trinidad de Arre. Ultimo jalón del ramal Bayona – Pamplona dentro del camino real Pamplona – Belate – Baztán.
Forman un hermoso conjunto el puente medieval sobre el río Ulzama, de seis arcos, y el antiguo convento-hospital,
cuya ermita aún conserva el ábside románico del que sin embargo no existe documentación hasta el S. XVI.

El único vestigio del románico que ha llegado a nosotros es la cabecera de la que fuera Iglesia, del S. XIII. Consta de
un ábside reforzado por medio de contrafuertes, que aún conserva algunos canecillos sin decoración.

Estaba regido por capellanes y contaba con dos cofradías, una de ellas de clérigos, que en el S. XVI contaba con 622
miembros, y otra de legos. En los S. XVII y XVIII alcanzó su máximo esplendor como clavería de Roncesvalles,
especie de delegación de un centro eclesiástico mayor que se encargaba de la recaudación de tributos y en torno al
cual crecían caminos, industrias, centros artesanales y nuevos burgos. Los monjes estaban obligados a tener un
capellán que hablara francés para confesar a los peregrinos de esta lengua, tarea por la que cobraban seis ducados
más. Hoy en día hay un albergue regido por los Hermanos Maristas.

ALTO DEL PERDON. ZARIQUIEGUI. NAVARRA.

Reniega. Como otros muchos parajes ligados al camino de Santiago, el puerto del Perdón está considerado un lugar
mágico. Poco antes de alcanzar la cumbre, el caminante que viene de Pamplona se encuentra en las faldas de monte
con una pila de agua clara conocida antaño como fuente de la Reniega. Según cuenta una vieja leyenda, aquí se
apareció el diablo en forma de apuesto joven a un sediento caminante que subía el puerto en pleno verano.

El diablo le ofreció la posibilidad de refrescarse y de beber si renegaba de Dios, el peregrino rechazó la oferta.
Entonces, el demonio le volvió a tentar, sugiriendo que tal vez bastaría con renunciar a la Virgen María para recibir el
preciado líquido. Tampoco esta vez aceptó el caminante. Como última oferta, Satanás apuntó que bastaría con renegar
del apóstol Santiago para conseguir el agua. Pero el peregrino rehusó de nuevo la tentación y se puso a rezar pidiendo
ayuda a las alturas. «Entonces, el joven diabólico desapareció entre una nube de azufre, y en su lugar apareció la
cristalina fuente, donde sació su sed».
Un monumento recuerda dónde estuvo la ermita de Nª Sra. del Perdón y un conjunto escultural que fue colocado en
1996 compensa el estropicio hecho por el parque eólico existente. Representa una caravana de doce peregrinos con sus
caballerías, un asno y un perro, guiados por la Vía Láctea.
LOS REYES QUE MODIFICARON LOS DIFERENTES RECORRIDOS DEL CAMINO

Cuando pensamos en el Camino de Santiago, a menudo nuestra memoria nos transporta a la ruta más popular: el
Camino Francés. Pero conforme uno va investigando, va descubriendo que existen otras muchas rutas, cada una
adoptada por cada peregrino según su procedencia.

Esto nos lleva a plantearnos la siguiente cuestión: ¿Fue siempre este Camino Francés la ruta principal?

La respuesta, curiosamente, es negativa. Hasta el siglo XI, el Camino transcurría por otras localidades de Navarra,
como son Irurtzun, Uharte-Arakil, Salvatierra/Agurain, Vitoria-Gasteiz y Miranda de Ebro (estas tres últimas también
eran navarras en aquella época).

Con la expansión de los reinos cristianos hacia el sur, se fue ganando territorio a los musulmanes, conquista que se
aprovechó para modificar la ruta jacobea y asentar población cristiana y dominio político en estas zonas. Así, el
monarca navarro Sancho III el Mayor, desvió el itinerario por Puente la Reina, Estella, Viana, Logroño, Nájera y
Santo Domingo de la Calzada, conformando el –ahora ya milenario- Camino Francés.

Pero Sancho III el Mayor no actuó solo. Alfonso VI de León y Sancho I Ramírez de Aragón y Pamplona
contribuyeron con este gran impulso.

Estos reyes cristianos no solo mejoraron la infraestructura a base de fundar y levantar centros monásticos, hospitales
para peregrinos, construcción de puentes y reparación de caminos, sino que también anularon ciertas exigencias
fiscales (supresión de portazgos y pontazgos) y velaron por la seguridad en el Camino. Además, estos reyes otorgaron
fueros y privilegios a nuevos pobladores procedentes de toda Europa para asentarse en el Camino.

Por último, mencionar que un monje francés, llamado Aymeric Picaud, peregrinó hasta Compostela alrededor de los
años 1140-1160 y, por encargo del Papa Calixto II, escribió el Códice Calixtino o Codex Calixtinus.

Es la primera guía del Camino de Santiago y, en ella, Picaud refleja las experiencias que vivió a su paso por los
diferentes territorios que atraviesa el Camino Francés. Algunas de ellas son descripciones muy interesantes y otras
sumamente divertidas, como el episodio que narra sobre los navarros.
Andrés Muñoz Garde (Zaragoza, 3 de julio de 1935-Pamplona, 11 de marzo de 1992.1) fue un maestro en educación
especial de Navarra así como fundador y primer presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en
Navarra. Fue uno de los principales colaboradores de Elías Valiña, junto a Javier Navarro, subprior de Roncesvalles,2
en la señalización con flechas amarillas de las rutas jacobeas, especialmente en el itinerario francés y en la Vía de la
Plata, así como en el establecimiento de albergues que dieran acogida a los peregrinos. 3

Biografía[editar]

Fue maestro; durante sus primeros años en ejercicio, de las escuelas de Zubieta y Donamaría. Posteriormente se
dedicó a la Educación Especial, siendo desde marzo de 1971 hasta su muerte en 1992, director del Centro Errotazar,
que al trasladarse a su actual emplazamiento adoptó su nombre. 4

Se casó con Mari Jose Labiano, con quien tuvo seis hijos,5 que serían, posteriormente, hospitaleros en el primer
albergue de la asociación navarra situado en la calle Blas de la Serna. 6

En 1965 hace la primera peregrinación a Santiago, que repetiría posteriormente en varias ocasiones. En la que realizó
en 1982, señaliza con flechas y cintas amarillas el Camino Francés. En 1982 acompaña a Elías Valiña y Javier
Navarro en su visita a la Diputación Foral de Navarra buscando el apoyo de las instituciones en el «fomento del
Camino».7 Tras ese encuentro, auspiciados por el notario Javier Nagore Yárnoz, se constituirá el 27 de marzo de 1987
la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Navarra58 constituida inicialmente por Andrés Muñoz Garde,
José Luis Los Arcos, Fernando Videgain y Jesús Tanco que en breve plazo alcanza casi 80 socios. 3 Sería la segunda
asociación creada en Navarra tras la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella, fundada veinticinco
años antes, en 1962, y que tomará parte activa en el I Congreso Internacional Camino de Santiago celebrado en Jaca
en 1987.

En 1990 y 1992 organiza la Primera Peregrinación Internacional a Compostela por la Vía de la Plata promovida por
la asociación jacobea navarra y también la señaliza con pintura y cintas amarillas. 9

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