Está en la página 1de 5

MENTIRA

Nos relata la historia de una linda joven llamada Xenia Buch de 16 años,
estudiante bastante brillante de primero de bachillerato, quiere ser médica y
la nota de corte de medicina es altísima y desea cumplir los sueños de sus
padres.
El primer periodo académico de Xenia fue excelente, se destacó por sus
buenas calificaciones.
Xenia es hija única y vive con sus papas. Su madre es muy estricta, en cambio
su papá es jocoso, risueño y le podía hacer confidencias.
Xenia visitaba mucho la biblioteca municipal porque le gustaba leer. La
profesora de filosofía le recomendó el libro llamado El guardián entre el
centeno, de un tal J. D. Salinger. Le pareció buena idea echarle un vistazo.
Le gusto tanto la lectura del libro que no se imaginaba que podía cambiarle la
vida, lo escrito era exactamente las cosas que pensaba y sentía.
En el libro decía “comparte la lectura con otros jóvenes como tú en el fórum
lector de nuestra página web.
Esa noche entro en el fórum virtual de la biblioteca y busco el comentario
que la había inspirado, buscaba el correo electrónico de su autor y encontró
su ficha con algunos datos como: edad 17, Instituto Richard Salvat, correo:
Holdencaufield@, tomo la decisión de escribirle y esperar su respuesta, tardo
un poco en responder. Una semana, más o menos, y cuando lo hizo fue corto
en palabras.
Luego le respondí su mensaje, así se la pasaban enviando y respondiendo
mensajes a un joven de 17 años llamado Marcelo López, quien solicito foto
de la joven Xenia para conocerla y le pareció preciosa, dos días después
Marcelo le envío una suya.
Su romance se fue manteniendo virtual porque Marcelo decía no tener
teléfono.
Xenia descuido los estudios en el segundo periodo y todos los exámenes
fueron con malas notas, ella sentía miedo al pensar cuando sus padres se
enteraran.
Al pasar un tiempo se desapareció Marcelo, ya no enviaba mensajes al correo
electrónico y menos respondía los enviados por Xenia.
Xenia tomo la decisión de ausentarse en algunos momentos de clases para
investigar que había pasado con Marcelo.
Lo primero que hizo fue buscar en el Instituto Ricard Salvatu, donde le
dijeron que no es de ese Instituto.
Ella no entendía nada ¿Por qué Marcelo había puesto en su ficha de la
biblioteca que estudiaba en aquel Instituto sino era verdad?
Me quedaba otro lugar donde buscar a Marcelo. Esta vez fue un poco más
complicado.
Solo tenía aquella foto del gimnasio que me había enviado. Al fondo se veía
una especie de grada, a un par de personas y un pedazo de muro con un
rotulo que no se leía del todo. La parte visible era solo tres letras: “M Chi”.
No mucho, la verdad.
Las búsquedas por internet que hice en los dos días siguientes no le sirvieron
de nada. En toda Barcelona no había ningún gimnasio de artes marciales
llamado “M Chi”.
Mamá se preocupaba por mí al verme en el computador pasar mucho
tiempo.
Xenia seguía presentado exámenes y sus notas eran desastrosas.
Por ultimo Xenia busco a Marcelo López en el lugar donde practicaba
Taekwando, sitio alejado y un poco solitario, se encontró con la sorpresa que
Marcelo López era profesor de Escuela infantil de Taekwando (6-10 años).
Pero no era la misma persona de quien se enamoró virtual, salió del lugar
llorando y dándose cuenta que le habían mentido todo lo de Marcelo era
falso, una mentira.
Xenia, estaba enamorada. Dicen que cuando estás enamorado es como si te
hubieras vuelto un poco loco. No ves las cosas como son, sino como te
gustaría que fueran. Estaba en las nubes, y me he caído de golpe.
Decidió escribirle por correo al supuesto Marcelo, diciéndole no mereces que
te escriba. Aun así, voy a hacerlo. No soy del tipo de persona que se va sin
dar explicaciones. Ya te aviso que, sin embargo, mis explicaciones no te van a
gustar. Si quieres parar de leer aquí, todavía estas a tiempo.
Todo es mentira. No vas al Instituto Ricard Salvat. Allí no conocen a ningún
Marcelo López. No hay ninguno en toda la secundaria, ni tampoco en
bachillerato. En cambio, en el gimnasio “Yom Chi” sí que saben quién eres. El
problema es que no eres tú. Marcelo López es un idiota que nunca ha oído
hablar de Salinger ni creo que haya abierto un libro en toda su vida. Si
quieres saber cómo lo sé, te lo contare: fui a buscarte. Necesitaba conocerte.
Estaba loca por ti. En estos momentos TE ODIO. Eres la peor persona que he
conocido jamás. Me has partido el corazón en mil pedazos.
Jamás se me había ocurrido mentir a mis padres, solo pequeñas mentiras de
vez en cuando.
Cuando volvió a clases al día siguiente le dieron las notas del examen de
filosofía. Un uno y medio y muy asombrada la profesora.
En la tarde al regresar a casa le dijo a sus papas que tenía que hablar con
ellos, asombrados le escucharon contar que todas sus notas eran un
desastre.
Se enamoró de alguien por internet y la regañaron recordando los peligros
del internet.
Ella le conto toda su historia de amor a sus papas y ello le aconsejaron
estudiar mucho para las recuperaciones. Los papas no le dieron sermón.
Xenia recupero sus materias, sacando excelentes calificaciones.
Habían transcurrido tres meses, pero los síntomas de la enfermedad del
amor no se le pasaban y ella deseaba con todas sus fuerzas quitarse esa mala
persona de la cabeza.
En el capítulo 13 del libro LA MENTIRA comienza el desenlace de esta historia
y es cuando estando Xenia en la escuela le informa la secretaria que el
director la necesita en su oficina, ella muy extrañada se acerca.
El director le informa a Xenia que le llego un paquete que lo envían desde un
reformatorio, una cárcel para delincuentes menores de edad y muy
sorprendida abre el sobre, comienza a leer. Al principio, con curiosidad, y
enseguida con un peso en el corazón. Se le soltaron las lágrimas.
En el sobre venia un cuaderno escrito por aquel amor tormentoso que
explicaría todas sus mentiras.

También podría gustarte