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PENSAMIENTO, EMOCIÓN Y ACCIÓN

CASO 1

Cynthia es una abogada de empresa con dos niños pequeños. Solía sentirse muy culpable por
las oportunidades perdidas, tanto en la oficina, donde sus compañeros trabajaban 80 horas a la
semana mientras ella trabajaba 50; como en casa, donde a menudo estaba demasiado distraída
o cansada para dedicarse plenamente a su marido y a sus hijos. Una voz insistente en su cabeza
le decía que debía ser mejor empleada o arriesgarse a fracasar en su carrera; otra le decía que
debía ser mejor madre o arriesgarse a descuidar a su familia. Cynthia deseaba que al menos una
de las voces se callara. Pero ninguna de las dos lo hizo y, en respuesta, en la oficina no levantó
la mano para buscar nuevas e interesantes perspectivas y en casa, revisaba compulsivamente
los mensajes de su teléfono durante las cenas familiares.

CASO 2

Jeffrey, un ejecutivo en ascenso de una importante empresa de bienes de consumo, tenía un


problema diferente. Inteligente, talentoso y ambicioso, a menudo se enfadaba con los jefes que
no tenían en cuenta sus opiniones, con los subordinados que no cumplían las órdenes o con los
compañeros que no daban la talla. Había perdido los estribos varias veces en el trabajo y le
habían advertido que se controlara. Pero cuando lo intentaba, sentía que estaba apagando una
parte fundamental de su personalidad, y se enfadaba aún más y se ponía nervioso.

1. Qué pensamientos y emociones negativas están presentes en el caso


Pensamiento:
Emoción:
Acción:

2. Qué estrategia interna podían hacer para desengancharse de esos pensamientos y


emociones negativas.
La ruta:
- Reconocer la raíz del problema o tus patrones (personalidad)
- Etiquetar los pensamientos y emociones (ponerle nombre)
- Aceptar no controlar, es decir no actuar sobre cada pensamiento ni resignarse a la
negatividad, sino responder con una actitud abierta, prestándoles atención y
permitiendo experimentarlas.
- Actúa según tus valores

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