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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

Salvo los humanos, el resto de especies viven confi- PRIMATES


PROSIMIOS
nadas en las regiones tropicales de la Tierra. Tupaya
Grandes o pequeños, todos los primates compar- Lemuriformei] —wSm A Jk^LepHamur
timos una serie de rasgos básicos que nos identifican *
y agrupan: nuestras extremidades finalizan en cinco
dedos móviles con uñas protectoras; el dedo pulgar de Ayo-oye «5
^ r Lémur
la mano es oponible, lo cual facilita el agarre de las ¿T Cata
cosas; el acercamiento de los ojos hacia el frente de la
cara nos ha permitido el desarrollo de una visión este-
reoscópica (dos ojos viendo las mismas cosas a la vez Tars/formes
Ú< *
Lorísiformes

producen una imagen tridimensional); el volumen del Gálago


cráneo es grande, para acoger un cerebro relativa-
SIMIOS
mente voluminoso; y además, los cuidados materna-
Marikina Tttt
les más prolongados, la madurez sexual más tardía,
una mayor longevidad y un cerebro mayor permiten a
los primates una organización social bastante
compleja. El suborden de los simios apareció en
escena hace unos 35 m. a. La gran diferencia con los
prosimios es la pérdida de su capacidad para ver por
la noche, su mayor corpulencia y un cerebro todavía
más desarrollado. Los simios se dividen, a su vez, en
dos grandes grupos, los monos del Nuevo Mundo
(extendidos por América) y los monos del Viejo
Mundo (presentes en África y Asia). Dentro de estos
últimos situamos a la gran familia de los hominoides
o grandes simios. En el pasado, incluía multitud de
especies que se expandieron, desde África, por Eu-
ropa y Asia. Hoy el número de especies ha dismi-
nuido significativamente y solo contamos con cinco
representantes: gibones y orangutanes en Asia; gorilas
y chimpancés en África; y humanos.
El grupo de los grandes simios comparte una serie
de características anatómicas. De un primer vistazo, Clasificación de los representantes actuales del orden
resaltan la pérdida de la cola, un pecho plano, unos de los primates, el grupo de animales en el que
brazos largos y unas manos bastante hábiles. Estos nos incluimos los humanos.
aspectos sirvieron originalmente para el desarrollo de
un tipo de adaptación muy particular a la vida arbórea:

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L A CONJURA DE LA TIERRA presente en la Cuenca del río Congo y en África


occidental.
En apariencia, nada catastrófico. Nada que pu- La superficie de la Tierra está formada por in-
diera perturbar a aquellos ancestros o que les aler- mensos fragmentos o placas que se desplazan lenta-
tara de la transformación que se avecinaba. Pero, de mente y a la deriva, chocando unos con otros o
hecho, ese momento había llegado. La poderosa e separándose entre ellos. Estas colosales fuerzas son
imparable maquinaria de la naturaleza hacía tiempo responsables del movimiento de los continentes, la
que se había puesto en marcha silenciosa pero sin formación de las cadenas montañosas (cuando dos
pausa y, aunque de forma imperceptible aún, acaba- placas chocan) o la apertura de grandes grietas
ría transformando el mundo que les era conocido y (cuando se separan). Hace unos 30 m. a. se inició
afectando a algunos de sus todavía lejanos e insos- una gigantesca fractura en la corteza terrestre
pechados descendientes. provocada por la separación entre las placas conti-
Un poco después del origen de los primates nentales africana y arábiga, justo a la altura de
(hace unos 50 m. a.), la Tierra había iniciado una África oriental. El resultado es la imponente cicatriz
nueva deriva hacia el deterioro del clima (en su larga del Gran Valle del Rift, que recorre más de 4.000
historia ya había vivido otras dos de mayor magni- kilómetros desde Etiopía (al norte) hasta Mo-
tud). Sin embargo, a partir de hace unos 7 m. a. se zambique (al sur). La formación del Gran Rift no ha
produjo un nuevo pulso, más marcado, de enfria- finalizado aún y llegará el día en el que el Cuerno de
miento global. La masa polar de la Antártida estaba África se desgaje del resto del continente. La frac-
en formación y, en el Ártico, los glaciares se exten- tura ha provocado la elevación de altas mesetas en
dían tímidamente. En realidad, la Tierra estaba los bordes del profundo valle y la intensa actividad
entrando en una evidente esquizofrenia climática, en geológica ha propiciado también la formación de
la que se alternaban cada vez más intensamente una larga cadena de volcanes que, con sus violentas
periodos de frío con otros más cálidos. Será el prelu- sacudidas, han expulsado una gran cantidad de
dio, moderado aún, de la posterior y todavía lejana rocas. Como consecuencia, se ha ido modelando una
Edad del Hielo moderna (de la que, al menos en barrera que, precisamente por su elevada altitud, ha
apariencia, nos hemos librado los humanos hace conseguido alterar la circulación de las masas de
poco más de diez mil años). En las latitudes ecuato- aire y bloquear la llegada de las lluvias procedentes
riales africanas, muy alejadas de los polos y mucho del oeste.
menos condicionadas por el frío, estos vaivenes Parecía, por tanto, que hace unos 7 m. a. el
provocaban una sucesión continuada de fases húme- destino o el azar se habían conjurado para poner a
das y áridas que, a su vez, fueron responsables de la prueba a nuestro protagonista. El muro del Rift no
expansión y el retroceso de las selvas tropicales. dejaba pasar las ansiadas lluvias al este del conti-
Desde hace 7 m. a. el denso bosque húmedo ecuato- nente y, por si fuera poco, el enfriamiento progre-
rial se ha fragmentado y reducido en múltiples sivo de la Tierra estaba permitiendo que la
ocasiones. En la actualidad, por ejemplo, solo está diferencia entre los periodos húmedos y secos fuera
cada vez más acusada. El resultado: la selva ecuato-

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Una inmensa cicatriz.


El valle del Gran Rift recorre África oriental
de norte a sur, dividido en dos ramas, el rift
occidental y el oriental. Es el resultado de la
^MÉ separación de las placas africana y arábiga
que, en un lejano futuro, acabarán desgajando
este trozo del resto del continente.

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rial acabaría volatilizándose de África oriental y su recuperada en los ricos yacimientos de África orien-
lugar sería ocupado por un bosque más aclarado que, tal no se ha documentado ni un solo resto fósil perte-
solo andando el tiempo, daría paso a una sabana neciente a los antepasados directos de los gorilas y
abierta. Y, acostumbrado al cálido resguardo de la los chimpancés (que, por otra parte, y de forma un
selva ecuatorial, la sabana no parecía ser lugar para lanto extraña, tampoco se conocen en otros sitios).
nuestro importunado ancestro. Además, la distribución actual de gorilas y chimpan-
cés se sitúa en las regiones occidentales y centrales
de África ecuatorial y no sobrepasa la frontera del
A L ESTE DEL EDÉN Rift.
Aunque la East side story ha sido desafiada en
Sabemos que aquel ancestro común vivía en el los últimos años por algunos hallazgos, ésta se
cinturón selvático que un día, sin solución de conti- alinea con algunos de los mecanismos más vigoro-
nuidad, conectaba la franja ecuatorial africana de sos que operan en la evolución de las especies: el
Este a Oeste. Esta estabilidad ecológica permitió aislamiento de poblaciones y los cambios en el habi-
también su equilibrio biológico durante muchos tat. Todos los seres vivos, incluidos los minúsculos
milenios. Sin embargo, suponemos que la barrera organismos unicelulares, dependen en gran medida
del Rift acabó fracturando la población inicial en del medio ambiente en el que se desarrollan. Cuando
dos. Los grupos que habían tenido la fortuna de se produce la transformación de su ecosistema sola-
encontrarse en su zona oeste siguieron gozando de mente tienen dos salidas posibles: o la extinción o la
las ventajas y el sosiego que les proporcionaba aquel adaptación a los nuevos retos (mediante la migra-
edén selvático al que estaban acostumbrados y que ción a zonas más parecidas a su ecosistema original
seguía siendo regado generosamente por las corrien- o, de forma más drástica, mediante la especiación).
tes marinas atlánticas. Serían los ancestros de los Si, además, el reto ecológico se ve subrayado por el
chimpancés. Aquellos a los que, por desgracia, la aislamiento reproductivo de la población, entonces
escisión les había encontrado en su zona oriental no la solución más drástica puede verse favorecida. La
corrieron la misma suerte. Serían los ancestros de fuerza de este proceso también acabó cazando a los
los primeros homíninos y del posterior género ancestros de los chimpancés, por ejemplo. La selva
humano. Esta teoría sobre el origen de nuestro húmeda en la que quedaron inicialmente confinados
proceso de especiación (cambio de dirección desde tampoco fue inmune al vaivén climático del conti-
una especie hacia otra), formulada en 1994 por el nente ni a su fracturación y retroceso. De hecho, la
paleontólogo francés Yves Coppens, recibe el distribución actual de éstos es la consecuencia
nombre de la East side story ('la historia del lado directa de los cambios,que ha sufrido desde entonces
este', un juego de palabras que hace referencia al la selva ecuatorial en África oriental y central.
musical de Broadway convertido en exitosa película En contra de lo que se pensó en un principio,
en 1961). A su favor se encuentra el hecho, incontes- los primeros homíninos no se encontraron súbita-
table hasta el momento, de que entre la abultada mente en medio de la sabana abierta y seca. Ese
colección de restos de animales fósiles y homíninos destino estaba guardado para sus descendientes.

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Pero sí que se vieron envueltos en un medio que ya


no era el mismo, que estaba cambiando. Vieron
cómo lo que antes era una selva cerrada, ahora se
convertía simplemente en un margen arbolado de la
misma, menos denso, más abierto. Se encontraban
en una caja sin salida: de un lado, las zonas boscosas
(el recuerdo de su seguro y confortable habitat origi-
nal) estaban formadas por otro tipo de árboles y
arbustos; de otro, las planicies herbáceas de la
sabana avanzaban peligrosamente y acabarían La sabana africana, aquí en el cráter del Ngorongoro
ganando la partida. La sabana actual es un ecosis- (Tanzania), es un complejo ecosistema formado por parches
tema abierto formado por la asociación de grandes de bosques abiertos y llanuras de herbáceas en las que
praderas cubiertas por un gran manto de plantas pastan numerosas especies de herbívoros. Pero fue un medio
herbáceas y distintos tipos de árboles y arbustos de hostil para los homíninos debido a los peligrosos carnívoros,
pequeñas y medianas dimensiones. Los bosques de las drásticas diferencias estacionales y la oscilación de los
ribera jalonan los márgenes de los ríos y lagos mien- alimentos.
tras que, a medida que nos alejamos de las zonas
húmedas, las llanuras (salpicadas aquí y allá por durante todo el año y la cubierta arbolada ofrece
algunas acacias) se hacen protagonistas. Debido a la refugio), la sabana representa los peligros de los
gran riqueza de hierbas y plantas gramíneas (la carnívoros al acecho y las grandes extensiones abier-
familia de los cereales), la sabana es un paraíso para tas poco arboladas, la estacionalidad acusada, la
los mamíferos herbívoros (como las gacelas o las distribución dispersa de los alimentos vegetales y
cebras) que se alimentan del pasto y son muy abun- del agua y, finalmente, la obligación de moverse y,
dantes. Pero, precisamente por ello, la sabana acoge así, exponerse a innumerables riesgos a merced de
a grandes y peligrosos carnívoros (leones, leopardos los dictados de la naturaleza.
o hienas) que encuentran su sustento en los prime- Los investigadores suponen que la adaptación a
ros. En la sabana, las diferencias entre los periodos la marcha erguida debió constituir una adaptación-
húmedos y secos están muy marcadas, por lo que la respuesta a los cambios ecológicos que comenzaron
distribución de los recursos animales y vegetales a producirse en los márgenes cambiantes de la selva
cambia mucho a lo largo del año: en la estación en retroceso, precisamente las zonas en las que se
seca, los herbívoros migran hacia las reservas de encontraban las poblaciones ancestrales separadas
agua o pastos frescos y los alimentos vegetales ya de la rama que conduciría a los chimpancés. Es
(tubérculos, raíces y frutos) son escasos o están muy probable que esa nueva forma de desplazamiento
dispersos. Para los homíninos el avance de este estuviese alentada por la búsqueda de alimentos: los
nuevo ecosistema supondría un gran desafío a medio grupos situados al este del edén selvático pudieron
y largo plazo: frente a la estabilidad de la selva habituarse a la marcha erguida como una forma más
(donde los alimentos son constantes y abundantes eficaz de recoger los abundantes frutos de ciertos

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arbustos de mediano porte que ahora comenzarían a cuenta, por tanto, de que el desconocimiento de este
abundar en los nuevos bosques abiertos y de transi- trascendental periodo para la evolución de nuestro
ción hacia la sabana. De esta forma no habrían linaje era aplastante: ¿cómo eran los antepasados de
tenido que combinar la marcha cuadrúpeda y bípeda Lucy?, ¿estábamos en condiciones de identificar con
al desplazarse de un arbusto a otro en busca de sus cierta seguridad las líneas más ancestrales de huma-
ansiados frutos y podrían recolectar muchos más al nos y chimpancés?, ¿era posible que el registro fósil
mismo tiempo. Esta hipótesis, propuesta en 1994 por hubiera podido conservar retazos de ese distante
el primatólogo estadounidense Kevin Hunt, se ve momento? Pronto surgieron equipos de investiga-
apoyada por las observaciones del comportamiento ción que, husmeando en sedimentos geológicos
de los chimpancés. Nuestros parientes, aunque de pertenecientes a ese periodo, se embarcaron en la
forma algo torpe, suelen utilizar la marcha erguida difícil aventura de contestar aquellas preguntas. Este
cuando están atareados buscando alimentos. reto ha sido, a la vez, una reñida carrera que ha
Finalmente, la marcha bípeda, perfeccionada a lo llevado consigo animadas controversias. Apenas
largo del tiempo, habría constituido una magnífica quince años después de que la caza diera comienzo,
ventaja para los homíninos, que acabarían uniendo contamos ya con algunos candidatos a hacerse con
su destino al de la exigente sabana abierta: habría el preciado título del homínino más antiguo.
permitido liberar las extremidades superiores para la Desgraciadamente, los fósiles recuperados son tan
talla de la piedra, para transportar alimentos desde escasos y parciales que el debate sobre su inclusión
las zonas más peligrosas a las más seguras, para o no en la rama ancestral de los humanos es muy
atenuar los efectos del Sol en las praderas desnudas vibrante y está completamente abierto. Esto es así
(la locomoción bípeda permite exponer menos porque los investigadores, deseosos de ser los descu-
superficie corporal a los rayos solares que la cuadrú- bridores de ese primer homínino (ninguno de ellos
peda), para disponer de una mayor visibilidad y muestra tanto entusiasmo por descubrir, por ejem-
control de los riesgos en las grandes extensiones de plo, un ancestro fósil de los gorilas), llevan al límite
herbáceas, o para responder con mayor eficacia a los su interpretación de los rasgos observados. Sin
trastornos ocasionados por la dispersión de los embargo, debido al dinámico proceso de especiación
alimentos. que suponemos se inició en torno a los 7 m. a., es
posible que algunas de las características que tien-
den a asumirse como exclusivas de los homíninos
LEJANOS CANDIDATOS fueran, en realidad, compartidas también con otros
géneros que nada tienen que ver con el linaje
Cuando los genetistas llegaron a la conclusión humano. La escasez y fragmentación de los fósiles
de que la divergencia entre los chimpancés y los no son, por tanto, buenos aliados para la reconstruc-
humanos se debió producir entre hace 7 y 5 m. a., ción de este trascendental periodo.
solo se conocían algunos dientes y fragmentos de La huella más antigua por ahora está consti-
huesos que, mal fechados, podían acercarse a los 4 tuida por un puñado de fósiles recuperados en 2001,
m. a. de antigüedad. Los paleoantropólogos se daban en unos sedimentos de entre 7 y 6 m. a. de antigüe-

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FERNANDO D I E Z M A R T Í N Rreve historia del Homo sapiens

wes EUROPA AFR.CA -""*"'"


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4 » anamensis O —Aoslralopimecus afatensis
ArtifpHhécus ramidu* •
5
Ardipithecus kattabba •
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Satwlanthmpus tchadmsis H
7

Entre hace 7 y 5 m. a. se han descubierto tres géneros


distintos que pudieron pertenecer al grupo de los primeros
homíninos. La escasez y fragmentación de estos fósiles
plantean numerosas incógnitas sobre la naturaleza de
aquellos misteriosos seres y sobre su relación con otros
fósiles posteriores.
El cráneo deformado de Tumai (procedente del Chad) y
reconstrucción de los parajes frecuentados por nuestros
posibles ancestros. Estos seres habitaban entornos ricos en
humedad y bosques mixtos. Pero una lenta cuenta atrás se
había iniciado, la que impulsaba la transformación de los
ecosistemas africanos.

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