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HUMANA

Y EVOLUCIÓN
HUMANA
HUMANA
HUMANA
CAMBIOS
CAMBIOS
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CAMBIOS
CAMBIOS
CAMBIOS
CAMBIOS
CAMBIOS
CLIMÁTICOS
CLIMÁTICOS
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YEVOLUCIÓN
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EVOLUCIÓN
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Y EVOLUCIÓN
EVOLUCIÓN
HUMANA
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HUMANA
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HUMANA La alternancia entre paisajes húmedos
y secos favoreció que algunos de nuestros
ancestros adoptaran rasgos más

CAMBIOS
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modernos y que otros se extinguieran

CAMBIOS
Peter B. deMenocal

CAMBIOS
CLIMÁTICOS
CLIMÁTICOS
CLIMÁTICOS
CLIMÁTICOS
YYEVOLUCIÓN
EVOLUCIÓN
Y EVOLUCIÓN
HUMANA
Y HUMANA
EVOLUCIÓN
EN SÍNTESIS

Los cambios ambientales comienzan a verse El estudio del suelo africano,de los sedimentos Tales alteraciones climáticaspodrían haber con-
como uno de los factores que modelaron la evo- marinos y de la dentadura fósil de nuestros ante- tribuido al éxito de Homo. Nuestro género se

HUMANA
lución humana. Varias investigaciones recientes pasados revela una rápida alternancia entre am- habría beneficiado de una dieta variada, de su
indican que la extinción de algunos de nuestros bientes húmedos y secos, así como dos períodos capacidad para fabricar herramientas y de la no-

HUMANA
ancestros y el éxito de otros coincidieron con en los que las praderas herbáceas reemplazaron toria facultad humana para adaptarse al cambio
ciertas alteraciones climáticas. a las áreas boscosas. continuo.

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de dónde
venimos

n mi ascenso por la escarpada orilla de un pequeño

E
barranco cercano a la orilla del lago Turkana, en el
norte de Kenia, hago un alto en una loma. Desde ella
se divisa un vasto paisaje desértico. El color jade azu-
lado de las relucientes aguas contrasta con el marrón
rojizo de los alrededores. Este estrecho y alargado mar,
enclavado en el Gran Valle del Rift, debe su existencia al serpenteante
río Omo, que vierte en él la escorrentía de las lluvias monzónicas esti-
vales caídas en el altiplano etíope, cientos de kilómetros al norte. El ca-
lor impone respeto. El sol cae a plomo sobre el ardiente suelo rocoso.
Al otear el polvoriento horizonte y ver el lago titilar en la distancia, me
cuesta pensar que este paisaje no siempre fue un desierto.

Sin embargo, las pruebas de un tiempo pasado de arena blanca. En el pasado, las praderas, los
mucho más húmedo se hallan por doquier. Sin ir árboles y los lagos tapizaban lo que hoy no es más
más lejos, el pequeño repecho bajo mis pies está que un desierto de roca.
formado por una gruesa capa de sedimentos lacus- Cada vez más científicos creen que los cambios
tres de 3,6 millones de años de antigüedad, cuan- climáticos como el que acabamos de describir
do un Turkana mucho más extenso y profundo desempeñaron un papel clave en la evolución de
colmaba la cuenca. Los fósiles de peces abundan nuestra especie. En la región del lago Turkana,
y los restos cristalinos de algas conforman capas así como en otros yacimientos del este y el sur

EL LAGO TURKANA,situado entre dos desiertos de


África oriental, ha crecido y desaparecido en decenas
de ocasiones. Mientras eso ocurría, nuestros antepa-
sados evolucionaban en la misma zona.

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de África, se encuentra la mayor parte del registro fósil corres- Peter B. deMenocales profesor en el departamento
pondiente a los primeros estadios de la evolución humana y la de ciencias de la Tierra y ciencias ambientales del
trayectoria que siguió cuando, hace unos siete millones de años, Observatorio Terrestre Lamont-Doherty,
perteneciente a la Universidad de Columbia. Fue uno
nuestro linaje se separó del de los simios africanos. de los autores del informe Understanding climate’s
Los datos muestran que algunas de las grandes variaciones influence on human evolution, elaborado por el
que ha sufrido el clima del continente coincidieron con dos Consejo Científico Nacional estadounidense.
acontecimientos clave de nuestra historia evolutiva. El primero
tuvo lugar hace entre 2,9 y 2,4 millones de años, cuando el lina-
je de la famosa Lucy, Australopithecus afarensis, se extinguió
y aparecieron dos grupos bien diferenciados. Uno ya dejaba
entrever algunos rasgos modernos, como un mayor volumen
cerebral; sus representantes no eran otros que los miembros
más antiguos de Homo, nuestro género, y junto a sus fósiles
se han hallado las primeras herramientas de piedra sin tallar.
El segundo grupo mostraba un aspecto distinto. Con una com- diferente. El medio, regido por el clima, favorecería a aquellos
plexión fuerte, mandíbulas robustas y conocido con el nombre individuos con rasgos hereditarios ventajosos, como un cerebro
colectivo de Paranthropus, acabaría extinguiéndose. mayor. En El origen de las especies, Darwin ya señalaba que los
El segundo gran acontecimiento llegó en torno a un millón de períodos de sequía y frío extremo constituirían mecanismos muy
años después. Hace entre 1,9 y 1,6 millones de años apareció una efectivos en el control del número de especies.
especie más carnívora y dotada de un cerebro aún mayor: Homo Pero los cambios no siempre son graduales o moderados.
erectus, también conocido como Homo ergaster. Su esqueleto, Las cinco extinciones masivas que jalonan el registro fósil de
más alto y característico de un individuo más ágil, apenas podía los últimos 540 millones de años de vida sobre la Tierra han
distinguirse del de los humanos actuales. Aquella especie fue tam- venido acompañadas de grandes alteraciones en el medio. En
bién la primera en abandonar África y poblar el sudeste asiático cada una de ellas sucumbió entre el 50 y el 90 por ciento de
y Europa. Al mismo tiempo, la técnica lítica mejoró de manera las especies, y a todas siguió una explosión de nuevas formas
notable y surgieron las primeras hachas de mano con grandes de vida muy diferentes. Esos episodios definen los principales
hojas cuidadosamente talladas por ambos lados. capítulos del libro de la vida en nuestro planeta. Nosotros, los
¿Por qué esos hitos evolutivos, augurios de la humanidad ac- mamíferos, debemos estar inmensamente agradecidos al gigan-
tual, se encuentran tan próximos en el tiempo? Algunos expertos tesco meteorito que hace 66 millones de años se estrelló contra
creen que la causa podría residir en dos episodios de cambio la península de Yucatán. Aquel impacto causó la extinción de
climático. Tales impactos ecológicos, ocurridos tras prolonga- los dinosaurios —así como la de otras muchas especies menos
dos períodos en los que el cambio había sido gradual, habrían carismáticas— y dejó la pista libre a nuestra rápida expansión
desplazado la cuna de la humanidad hacia praderas cada vez y diversificación.
más secas y abiertas. Mientras esos episodios tenían lugar, el Tras un larguísimo período en el que se sucedieron las rami-
clima experimentó acusadas fluctuaciones entre períodos secos ficaciones, un grupo de aquellos mamíferos dio lugar a la línea
y húmedos, variaciones bruscas a las que nuestros ancestros de la que procedemos los humanos. En lo que se respecta a los
hubieron de adaptarse para sobrevivir. homininos (el grupo que incluye al ser humano moderno y a
Las pruebas al respecto proceden de una serie de datos sobre sus parientes extintos más próximos) se han propuesto diversas
el clima y la vegetación africanos. Hoy en día, disponemos de teorías sobre el modo en que el ambiente pudo haber condicio-
técnicas que permiten extraer y analizar restos moleculares nado su evolución. Una de ellas recibe el nombre de «hipótesis
de vegetación ancestral a partir de estratos sedimentarios como de la sabana». En una de sus primeras versiones, planteaba que
los del lago Turkana. Al mismo tiempo, los análisis químicos de nuestros primeros ancestros, con una bipedestación creciente,
la dentadura de nuestros ancestros nos han permitido conocer un cerebro voluminoso y dotados de la facultad para fabricar
de qué se alimentaban a medida que el paisaje se transformaba. herramientas, se encontraban mejor adaptados para expandirse
Esos datos muestran que las criaturas que supieron adaptar- por la sabana, donde la competición por los recursos era más
se al cambio, las más flexibles en lo referente a la dieta y al feroz. Nuestros antepasados simiescos habrían quedado así re-
hábitat, fueron las que prosperaron. Esa flexibilidad frente a legados al ambiente boscoso, cada vez más exiguo.
alteraciones ambientales bruscas parece constituir uno de los Sin embargo, esa explicación —que aún puede verse en al-
rasgos que han acompañado al linaje humano durante su his- gunos libros de texto— es incorrecta. La transición del bosque
toria evolutiva. Rick Potts, paleoantropólogo de la Institución a la pradera no se produjo en un solo paso, sino en una rápida
PÁGINAS ANTERIORES: MICHAEL POLIZA/NATIONAL GEOGRAPHIC

Smithsoniana, ha puesto nombre al papel que ha desempeñado sucesión de ciclos húmedos y secos que, a lo largo de distin-
la flexibilidad a la hora de convertirnos en lo que somos: «se- tas etapas, evolucionó hacia condiciones cada vez más áridas.
lección por variabilidad». Tampoco adquirimos nuestros rasgos humanos de repente, sino
a lo largo de una serie de cambios bruscos que coincidieron,
LA VIDA Y EL CLIMA precisamente, con alteraciones ambientales.
El vínculo entre cambios climáticos y evolución se remonta a
Charles Darwin. Según él, las variaciones climáticas podían CICLOS HÚMEDOS Y SECOS
modificar el alimento, el refugio y otros recursos disponibles Las pruebas de cambios bruscos en el medio y en nuestro de-
en una región determinada. La desaparición de un alimento sarrollo evolutivo no solo proceden de la tierra, sino también
predilecto o la sustitución de un período húmedo por otro seco del mar. Debido a la erosión y a otras alteraciones geológicas,
generaría así una presión que conduciría, en última instancia, los sedimentos terrestres africanos pueden resultar difíciles
a la adaptación, la extinción o la evolución hacia una especie de estudiar. En el océano profundo, sin embargo, permanecen

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CAMBIOS CLIMÁTICOS Y EVOLUCIÓN HUMANA de dónde
venimos

DIETA PRIMITIVA:Paranthropus boisei (izquierda), un ancestro distante, vivía en llanuras abiertas. El análisis químico de su
dentadura ha revelado que se alimentaba principalmente de plantas herbáceas o similares. En el mismo ambiente, sin embargo, Homo
erectus (derecha), en ocasiones también llamado Homo ergaster, adoptó una dieta más variada. Esa flexibilidad pudo haber favorecido
su éxito evolutivo.

inalterados. Al perforar el fondo marino en las proximidades que, con un ciclo de 23.000 años, experimenta la órbita terrestre.
de la costa africana, los geólogos hemos podido remontarnos Estas modifican la cantidad de radiación solar que incide sobre
millones de años atrás gracias a la extracción de largos testigos nuestro planeta en una región y estación dadas. En el caso del
de sedimentos. Obtenerlos requiere buques especiales, razón norte de África y el sur de Asia, un mayor o menor aporte de ca-
por la que, en otoño de 1987, me embarqué con un equipo de lor durante el verano implica un aumento o disminución de las
27 expertos a bordo del JOIDES Resolution, un navío interna- precipitaciones, lo que provoca que esas zonas se tornen, respec-
cional de más de 140 metros. tivamente, más húmedas o más secas.
«¡Testigo a bordo!», voceaba por megafonía el perforador. Hasta qué punto se volvió húmedo el clima norteafricano ha
Al oírlo refunfuñábamos, nos calábamos nuestros sombreros quedado registrado en magníficas pinturas rupestres de hace
para protegernos del sol cegador de Arabia, abandonábamos entre 5000 y 10.000 años, época del último período húmedo en
nuestros frescos y cómodos laboratorios y salíamos a buscar la región. Varias pinturas descubiertas en el Sáhara muestran
otra columna de 9 metros de sedimentos oceánicos. Durante paisajes verdes repletos de elefantes, hipopótamos, jirafas, co-
aquella expedición, perforamos estratos de sedimentos en el codrilos y cazadores persiguiendo gacelas. Lo que hoy es un
mar de Arabia a lo largo de unos 2,5 kilómetros y obtuvimos desierto se encontraba entonces cubierto de hierba y árboles; las
testigos de hasta casi 800 metros de profundidad bajo el fondo cuencas lacustres, ahora sepultadas por las dunas, se hallaban
marino. Desde que los linajes de los grandes simios y el del ser repletas de agua. Un caudaloso río Nilo desembocaba en el Me-
TOMADO DE SHAPING HUMANITY, POR JOHN GURCHE, YALE UNIVERSITY PRESS, 2013 (Homo erectus)

humano divergiesen, hace varios millones de años, el fondo diterráneo oriental. Ello provocó la acumulación de sapropel, un
oceánico de la zona había acumulado casi 300 metros de barro, sedimento oscuro rico en materia orgánica. Este se alterna con
a razón de algo menos de 4 centímetros por milenio. las capas de color claro depositadas en los períodos más secos:
Tales sedimentos se componen de una mezcla de un material un código de barras que, al igual que las capas de polvo del mar
Reconstrucción y fotografía © 2014 John Gurche (Paranthropus boisei);

blanco de grano fino, correspondiente a conchas fósiles de car- Arábigo, narra los ciclos climáticos de África y nos adentra en
bonato de calcio procedentes del antiguo plancton oceánico, y un pasado remoto.
unos granos limosos más oscuros transportados desde África
y Arabia por vientos monzónicos. Una mezcla de aspecto oscu- EL FIN DE LUCY
ro y arenoso indica temporadas secas y polvorientas. En caso Al mismo tiempo que se sucedían los ciclos húmedos y secos
de mostrar tonalidades claras, revela condiciones más húme- provocados por las variaciones de la órbita terrestre, tuvo lugar
das. Al examinar los testigos, comprobamos que la alternancia una progresión más gradual hacia un paisaje de praderas secas
entre capas claras y oscuras se repetía cada 90 centímetros; y abiertas. Aunque las primeras zonas de este tipo brotaron en
es decir, cada 23.000 años. Quedaba así claro que la historia África oriental hace unos ocho millones de años, las extensas
del clima africano se caracterizaba por continuas fluctuaciones praderas de hierba, como las del Serengeti, no se constituyeron
entre períodos húmedos y secos, no por una única progresión hasta hace tres millones de años. Justo en aquel momento, nues-
hacia la sabana. tra historia evolutiva cambió de manera sustancial.
Semejantes alteraciones reflejaban la conocida sensibilidad Primero perdimos a Lucy. Su otrora exitosa especie, Australo-
del clima monzónico africano y asiático a las ligeras variaciones pithecus afarensis, había sobrevivido en África oriental durante

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halla z g os

Clima de cambio
Hay dos momentos de nuestra historia evolutiva que apuntan años apareció y salió de África Homo erectus, uno de nuestros
a una sugerente conexión entre las variaciones climáticas y la ancestros directos. Los análisis de carbono indican que, también
supervivencia y extinción de varios miembros de nuestro árbol entonces, las praderas experimentaron una gran expansión. Por
genealógico. Hace unos tres millones de años, Australopithe- último, el carbono hallado en dentaduras de H. erectus revela
cus afarensis desapareció y surgieron los grupos Paranthropus una dieta mixta, lo que reflejaría su capacidad para buscar ali-
y Homo. Durante dicho período, la composición isotópica del mento en distintos ambientes aun cuando las praderas se exten-
carbono observada en sedimentos oceánicos y terrestres indica dían. Por el contrario, las dentaduras de Paranthropus indican
que, mientras los bosques retrocedían, las praderas secas se que este grupo, al igual que el también extinto Kenyanthropus,
extendieron con rapidez. Hace poco menos de dos millones de restringió su alimentación a la vegetación de las praderas.

Principales ancestros Sedimentos oceánicos Sedimentos terrestres Dentadura de homininos

Praderas Praderas Dieta:


más abiertas más abiertas Mezcla de plantas Hierbas
H. sapiens
Hoy
H. erectus
Intervalos críticos (bandas grises)
1 Ma
Paranthropus
Homo

2 Ma

3 Ma
A. afarensis
Kenyanthropus
Datos limitados
4 millones de años (Ma)
Australopithecus

Género: Homo Kenyanthropus Bajo Alto Bajo Alto Bajo Alto


Paranthropus Australopithecus Proporción de carbono 13/12 Proporción de carbono 13/12 Proporción de carbono 13/12

900.000 años desde su aparición, hace 3,8 millones de años. Sin carbono 13 frente a carbono 12 que los arbustos y plantas leñosas
embargo, el registro fósil nos dice que sus integrantes desapare- del tipo C3. En estas últimas, la misma proporción de isótopos
cieron hace poco menos de tres millones de años. Poco después resulta menor. Así pues, los investigadores se percataron de
surgió el grupo Paranthropus, al que siguieron los primeros in- que podían tomar muestras de suelo o nódulos de roca de un
dicios de hachas y raspadores de piedra, datados en unos 2,6 mi- ambiente y época dados, analizar la proporción isotópica del
llones de años de antigüedad. Los primeros fósiles de Homo se carbono y, a partir de ella, derivar con precisión el porcentaje de
remontan a pocos cientos de miles de años después. vegetación herbácea C4 frente al de plantas leñosas C3 presentes
Hoy sabemos que esa transición en nuestro árbol genealógico en aquel momento y lugar.
y en el desarrollo técnico coincidió con un período en el que el Al analizar los sedimentos de las zonas de África oriental don-
clima cambió de manera más general. Semejante conclusión ha de se habían encontrado fósiles de homininos, hallaron que, hasta
sido posible gracias a un brillante ejercicio detectivesco, consis- hace ocho millones de años, el paisaje estuvo dominado por bos-
tente en seguir el rastro de las plantas que crecían en ambientes ques y campos de arbustos C3. A partir de entonces, sin embargo,
húmedos y secos. la proporción de praderas de hierba C4 comenzó a aumentar.
Las sabanas constituyen ecosistemas tropicales abiertos com- Hace entre tres y dos millones de años tuvo lugar un cambio
puestos por hierbas, juncos y, en ocasiones, salpicados por árbo- rápido y de magnitud considerable. Las extensiones de hierba
les leñosos. Su hierba se encuentra bien adaptada a las regiones se expandieron por lo que hoy es Kenia, Etiopía y Tanzania. Ello
cálidas y secas gracias a que absorbe el carbono atmosférico derivó en un aumento de la proporción de animales de pasto, tal y
por una ruta fotosintética específica: la vía C4. Las reacciones como evidencia el abundante registro fósil. Hace poco más de dos
químicas que la caracterizan tienden a consumir menos carbono millones de años, los antílopes africanos —cuyos cuernos, bien
y agua, lo que resulta beneficioso en ambientes secos y pobres preservados, muestran toda una variedad de formas indicativas
en CO2. Por el contrario, los árboles y otras plantas leñosas re- de diferentes especies— experimentaron una amplia especiación,
quieren ecosistemas más húmedos. Ello se debe a que recurren extinción y adaptación. Lo mismo ocurrió con nuestros antepasa-
FUENTE: Peter de Menocal

a la vía fotosintética C3, la cual necesita más agua. dos homininos. Sin embargo, los bóvidos dan cuenta de un tercio
Thure E. Cerling, de la Universidad de Utah, y sus colabora- de los fósiles africanos, por lo que su estudio aporta muchos más
dores han desarrollado un método para reconstruir la historia datos que el de los escasos restos de homininos.
vegetal de ambientes remotos. Hace unos años, descubrieron que Elisabeth Vrba, paleontóloga de la Universidad Yale, ha efec-
las plantas herbáceas C4 presentaban una mayor proporción de tuado un análisis panafricano de la evolución de los bóvidos

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CAMBIOS CLIMÁTICOS Y EVOLUCIÓN HUMANA de dónde
venimos

durante los últimos seis millones de años. Su estudio ha identi- LLENAR LOS HUECOS
ficado períodos muy concretos en los que la velocidad de espe- A pesar de lo sugerente de la historia anterior, esta presenta al-
ciación y extinción se encontraba muy por encima del nivel de gunas lagunas; en concreto, huecos de varios miles de años en las
referencia. Los dos eventos más pronunciados ocurrieron hace secuencias de sedimentos terrestres. Una vez más, sin embargo,
unos 2,8 y 1,8 millones de años, justo la época en que los geólogos podemos recurrir al registro marino, en el que una prometedora
han inferido un rápido crecimiento de las praderas, si bien las técnica desarrollada durante la última década permite trazar de
investigaciones recientes de René Bobe, hoy en la Universidad manera continua los cambios de vegetación.
George Washington, y Anna K. Behrensmeyer, de la Institción Todas las plantas terrestres presentan en sus hojas una pe-
Smithsoninana, indican que tales episodios podrían haber sido lícula cérea que las protege de posibles daños y de la deshidra-
más moderados. La anatomía de los fósiles muestra que algunas tación. Cuando mueren o se deterioran, el viento transporta
especies sacaron provecho del cambio de paisaje. Por ejemplo, esa película junto con el polvo y otras partículas. Dicho recu-
aparecieron numerosos bóvidos aptos para el pastoreo, con mo- brimiento se compone de lípidos, moléculas que no solo resis-
lares bien adaptados a una dieta herbácea y abrasiva. ten la degradación, sino que reflejan la composición isotópica
representativa de las plantas C3 y C4. Una vez separados de los
DIETA Y AMBIENTE sedimentos por medios químicos, esos lípidos de ceras vegetales
Al igual que en el caso de los bóvidos, aquel cambio en la vege- pueden analizarse. La abundancia relativa de un tipo particular
tación ejerció con toda probabilidad un efecto profundo sobre nos permite deducir qué proporción de hierba frente a árboles
nuestros ancestros. Al respecto, las investigaciones sobre la die- y arbustos reinó en el pasado.
ta de nuestros antepasados se han revelado como una valiosa Gracias a dicha técnica, Sarah J. Feakins, de la Universidad
fuente de información. Del mismo modo que los isótopos pre- de California del Sur, ha reconstruido el medio en que habitaron
sentes en el suelo nos permiten deducir la abundancia relativa los homininos. A partir de sedimentos procedentes del golfo de
de praderas en un entorno remoto, los expertos han comenzado Adén, entre Somalia y la península arábiga, ha confirmado que
a estudiar la composición isotópica de la dentadura de nuestros las praderas de África oriental se expandieron hace entre tres y
ancestros. El análisis del carbono contenido en la dentadura de dos millones de años, llegando a aumentar su tamaño en tal vez
un estadounidense contemporáneo, por ejemplo, lo asociaría sin un 50 por ciento. Feakins halló también que los biomarcadores
lugar a dudas con las hierbas C4, ya que gran parte de su dieta de cera vegetal variaban conforme a los cambios rápidos pro-
(vacuno, refrescos, aperitivos, dulces) deriva en última instancia ducidos por los ciclos orbitales y los monzones. Las praderas y
del maíz, una planta de tipo C4. los bosques avanzaban y retrocedían de acuerdo a esa escala de
Las modificaciones en la dieta parecen formar parte del se- tiempo, más corta, y buena parte de las alteraciones llegaron a
gundo hito evolutivo de nuestra historia, ocurrido hace unos dos alcanzar la misma magnitud que el cambio a largo plazo hacia
millones de años y al que se remontan los primeros fósiles de un paisaje más abierto y formado por plantas herbáceas. En el
Homo con un aspecto más moderno. Tras analizar dentaduras famoso yacimiento de la garganta de Olduvai, en Tanzania, que
fósiles halladas en la cuenca del lago Turkana, Cerling y su equipo fue habitado por homininos hace 1,9 millones de años, Clay
publicaron el año pasado un notable estudio que demostraba Magill y Kate Freeman, de la Universidad de Pensilvania, han
que, hace justo unos dos millones de años, tuvo lugar una di- registrado variaciones similares de los biomarcadores.
vergencia dietética entre los primeros miembros de Homo y los Poco a poco vamos entendiendo mejor el origen de nuestra
integrantes del grupo Paranthropus, de grandes mandíbulas. Una especie. Atrás queda la vieja imagen en la que nuestros ances-
especie, Paranthropus boisei, ha recibido con frecuencia el apodo tros emergían de un oscuro y remoto bosque para dominar las
de Hombre Cascanueces debido al impresionante tamaño de sus praderas. En su lugar, disponemos de pruebas que apuntan a
molares y a sus enormes mandíbulas. El análisis isotópico de su una serie de ciclos climáticos rápidos y a dos grandes cambios
dentadura apunta a una dieta basada sobre todo en plantas C4. que originaron la sabana africana que conocemos hoy. Los más
Sin embargo, la presencia de finas estrías microscópicas en las exitosos de nuestros ancestros se beneficiaron de una flexibili-
piezas dentales indica que no cascaba nueces en absoluto, sino dad que les permitió adaptarse a esas alteraciones del medio.
que se alimentaba de hierbas y arbustos. Aunque los expertos aún deberán consolidar el vínculo entre
La gran sorpresa llegó con Homo. Sus primeros representan- clima y evolución, parece que la eterna pregunta acerca de cómo
tes siguieron una dieta que contrasta con el paisaje de la época, hemos llegado a convertirnos en lo que somos ya no se encuentra
tendente a cubrirse de plantas C4. El análisis isotópico de su fuera de nuestro alcance.
dentadura revela una alimentación asombrosamente mixta, con
proporciones de en torno al 65 y 35 por ciento de plantas C3 y
C4. Así pues, Homo buscaba distintos alimentos en un paisa-
je cada vez más uniforme. Los primeros Homo adoptaron una PARA SABER MÁS
dieta variada y flexible, y sus genes han llegado hasta nosotros.
Climate and human evolution.Peter B. deMenocal en Science, vol. 331,
Paranthropus, que ocupó un nicho dietético muy estricto de págs. 540-542, febrero de 2011.
plantas de tipo C4, acabó extinguiéndose. Stable isotope-based diet reconstructions of Turkana basin hominins.Thure
Resulta tentador especular con la posibilidad de que las E. Cerling et al. en Proceedings of the National Academy of Sciences USA,
herramientas complejas que vieron la luz junto con esos prime- vol. 110, n.o 26, págs. 10.501-10.506, junio de 2013.
Evolution of early Homo: An integrated biological perspective.S. C. Antón,
ros Homo —hachas de mano, machetes y otras cuya elaboración
R. Potts, L. y C. Aiello en Science, vol. 345, págs. 1236828-1-1236828-13, julio
requería un mayor esfuerzo y podían servir a múltiples fines— de 2014.
ayudaron a sus fabricantes a aprovechar toda una variedad de
en nuestro archivo
recursos alimenticios. Aún no sabemos a ciencia cierta qué co-
mían; sin embargo, sí conocemos las adaptaciones dietéticas ¿Qué nos hace humanos?Katherine S. Pollard en IyC, julio de 2009.
que los condujeron al éxito.

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