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Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda


2030. Una experiencia de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

Chapter · August 2016

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2 authors:

Carlo Tassara Paolo Raciti


Sapienza University of Rome Istituto Nazionale per l'Analisi delle Politiche Pubbliche - Instituto Nacional para e…
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CAPÍTULO 4
COOPERACIÓN
EURO-LATINOAMERICANA CON
LOS PAÍSES DE RENTA MEDIA Y
AGENDA 2030:
UNA EXPERIENCIA DE
COOPERACIÓN ENTRE PARES DE
EUROSOCIAL EN COLOMBIA
Citación sugerida: Tassara, C. y Raciti, P. 2016. Cooperación euro-latinoamericana con los países
de renta media y Agenda 2030. Una experiencia de cooperación entre pares de EUROsociAL en
Colombia. En: Jairo Agudelo T. y Gustavo Rodríguez A. (Editores). La cooperación internacional
en transición 2015-2030. Análisis global y experiencias para Colombia (pp. 103-134). Cartagena:
Escuela Latinoamericana de Cooperación y Desarrollo (ELACID) y Universidad San Buenaventura
(Cartagena). ISBN 978-958-8590-52-3.
Carlo Tassara10
Paolo Raciti11

Introducción

E l propósito de este capítulo es analizar cuál podría ser el papel de los


países de renta media (prm) de América Latina en la nueva Agenda
2030 para el Desarrollo Sostenible y formular algunas reflexiones al

10 PhD en Teoría e Investigación social, con más de treinta años de experiencia en temas de coopera-
ción para el desarrollo, relaciones internacionales y políticas públicas. Es profesor de Estrategias
para la cooperación en la Universidad de Roma Sapienza y docente de posgrado en varias univer-
sidades colombianas. Se desempeña también como consultor de entidades públicas y privadas.
Página web: https://uniroma1.academia.edu/CarloTassara
11 PhD en Investigación en Servicios sociales. Es investigador de la División “Inclusión social”
del Istituto per lo Sviluppo della Formazione Professionale dei Lavoratori (ISFOL), inscrito al
Ministerio del Trabajo y de las Políticas sociales de Italia, donde se ocupa de políticas de lucha
contra la pobreza según una perspectiva multidimensional. Es consultor del Programa EUROso-
ciAL de la Unión Europea. En este contexto, brinda asistencia técnica a países latinoamericanos
en temas de políticas sociales.

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La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

respecto. Con este fin, la primera parte del texto investiga los contenidos de
la Agenda 2030 y esboza las problemáticas que están enfrentando los prm en
la coyuntura actual, como también su posicionamiento en la cooperación in-
ternacional. Seguidamente, se escudriñan los cambios económicos y sociales
que se han dado en América Latina y se identifican los elementos principales
que han caracterizado la cooperación euro-latinoamericana desde mediados
de los años noventa en adelante.
En la tercera parte se presenta una experiencia del Programa EUROsociAL, rea-
lizada en Colombia para fortalecer las políticas de inclusión laboral, que sirve
de base para plantear el posible paradigma de una cooperación entre pares con
los prm de América Latina. Finalmente, la última parte presenta reflexiones y
propuestas sobre cómo se podría abordar la cooperación con los prm de la región
en el marco de la Agenda 2030.

Países de renta media en el escenario post 2015


En la Cumbre para el Desarrollo Sostenible, que se llevó a cabo en Nueva
York el 25 y 26 de septiembre de 2015, la Asamblea General de la Organiza-
ción de las Naciones Unidas (onu), con base en la propuesta de su Grupo de
Trabajo Abierto (GTA), aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sosteni-
ble, que incluye un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods12)
y 169 metas para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la
injusticia, y hacer frente al cambio climático. Según las declaraciones oficia-
les, esta agenda se basa en los progresos alcanzados a través de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio (odm), abarca las tres dimensiones esenciales de la
sostenibilidad (económica, social y medioambiental), coloca en su centro a
las personas y el planeta, y proporciona a la comunidad internacional el ímpe-

12 El concepto de ods fue adoptado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el desarrollo soste-
nible Río+20 de 2012, cuya declaración final reconoce “la importancia y la utilidad de un conjunto
de objetivos de desarrollo sostenible, basados en el Programa 21 y el Plan de Aplicación de las deci-
siones de Johannesburgo. [Estos] objetivos deben abordar e incorporar de forma equilibrada las tres
dimensiones del desarrollo sostenible (…), y deberán ser coherentes con la agenda de las Naciones
Unidas para el desarrollo con posterioridad a 2015” (Naciones Unidas, 2012, p. 51). Vale la pena
recordar que la propuesta inicial, que llevó a la adopción del concepto general de ods y a la creación
del GTA para su formulación, fue presentada en 2011 por Colombia y otros países de la región. Ver
http://www.cancilleria.gov.co/rio/acerca (Consultado el 30/10/2015).

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Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

tu que necesita para trabajar unida a fin de abordar los enormes desafíos que
enfrenta la humanidad.

Cuadro 1. ods aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas


1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y
promover la agricultura sostenible.
3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunida-
des de aprendizaje durante toda la vida para todos.
5. Lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y
niñas.
6. Garantizar la disponibilidad de agua y su ordenación sostenible y el saneamiento
para todos.
7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para to-
dos.
8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo
pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
9. Construir infraestructura resiliente, promover la industrialización inclusiva y soste-
nible y fomentar la innovación.
10. Reducir la desigualdad en y entre los países.
11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, re-
silientes y sostenibles.
12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos mari-
nos para el desarrollo sostenible.
15. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres,
efectuar una ordenación sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación,
detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diver-
sidad biológica.
16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el
acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusi-
vas a todos los niveles.
17. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el desarrollo
sostenible.

Fuente: (Naciones Unidas, 2015, p. 16).

Seguramente la agenda es muy ambiciosa y, en comparación con la Decla-


ración del Milenio y los odm, se pueden identificar tres cambios significativos
(Loewe y Rippin, 2015, pp. 1-3). Primero: los ods no aplican únicamente a

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La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

los países en desarrollo y han sido formulados con el propósito explícito de


orientar las políticas nacionales y la cooperación internacional de todos los
estados miembros de las Naciones Unidas. Segundo: se asumió un enfoque
que rebasa las problemáticas específicas de los países en desarrollo y abarca
temas centrales de la gobernanza mundial en aspectos institucionales, econó-
micos y ambientales. Tercero: mientras que los odm fueron inspirados por el
Comité de Ayuda al Desarrollo (cad) de la Organización para la Cooperación
y Desarrollo Económicos (ocde) y definidos por expertos del Banco Mundial
y agencias de las Naciones Unidas, los ods surgieron de acaloradas negocia-
ciones intergubernamentales, con el protagonismo de los países emergentes y
la participación de actores no estatales.
Aclarado lo anterior, cabe preguntarse cómo se caracterizan en este con-
texto los países de renta media (prm) de América Latina13, cuáles son sus
principales desafíos en la actual coyuntura, y cómo podrían posicionarse en
el escenario futuro de la cooperación internacional para el desarrollo que será
diseñado a partir de la Agenda 2030.
Al respecto, el primer elemento que vale la pena destacar es la relevancia
demográfica y económica de los prm, que hoy en día son más de la mitad de
los estados miembros de las Naciones Unidas (104 sobre 193), albergan el
71% de la población mundial y el 73% de los pobres, además aportan una
tercera parte del producto interno bruto (pib) mundial y son los principales
motores del crecimiento internacional (onuDI, 2015, p. 2).
En segundo lugar, muchas fuentes (Alonso, et al., 2014, pp. 4-9); (San-
guinetti y Villar, 2012) y otros, identifican dos características comunes a los
prm: las trampas y las brechas de desarrollo. Alonso (2014, p. 5) definen las
trampas de renta media como “aquellas restricciones o estrangulamientos que
resultan de la acción de un grupo de factores que mutuamente se refuerzan
bloqueando el progreso”. Según Foxley, los factores más relevantes que inci-
den en ellas son los siguientes:

13 La clasificación de los países según ingreso per cápita es elaborada por el Banco Mundial, se ac-
tualiza cada año e identifica cuatro categorías. El ranking de 2015 es el siguiente: países de renta
baja (prb) hasta 1.045 USD/año; países de renta media-baja (prmB) entre 1.046 y 4.125 USD/año;
países de renta media-alta (prmA) entre 4.126 y 12.745 USD/año; países de renta alta (PRA) de
12.746 USD/año en adelante (http://data.worldbank.org/about/country-and-lending-groups Con-
sultado el 02/11/2015). En algunos casos, los países de renta media-baja y media-alta se suelen
agrupar en la categoría de países de renta media (prm).

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Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

(…) desaceleración del crecimiento por incapacidad de lograr me-


joras continuas en competitividad y productividad; baja calidad de
la educación y lenta transferencia de conocimiento e ideas innova-
doras; excesiva desigualdad y desprotección de los grupos vulne-
rables; e incapacidad de las instituciones para proveer estabilidad,
buena calidad de gestión y transparencia, así como una adecuada
calidad en las decisiones del sistema político (2012, p. 14)

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal, 2012a, pp.


20-24) incluye entre las brechas de desarrollo el ingreso por habitante, la des-
igualdad14, la pobreza persistente, la exigua inversión y el bajo ahorro, la poca
efectividad de las políticas públicas de inclusión social, la insuficiente calidad
de los servicios de salud y educación, el centralismo político y administrativo, la
escasa progresividad de las políticas fiscales, las infraestructuras insuficientes,
la limitada inversión en investigación e innovación y el medio ambiente.
Mientras que la onuDI (2015, p. 2) señala que:

Pese a los importantes progresos realizados, muchos prm se están


quedando atrás en la consecución de los odm y se enfrentan (…)
a debilidades estructurales e institucionales, una insuficiencia de
aptitudes y numerosos fallos del mercado y la gobernanza.

En todo caso, casi el 80% de los pobres y el 70% de los indigentes15 del
planeta están ubicados en los prm y en 2030 estos países podrían concentrar
entre un tercio y la mitad de la pobreza global, según las proyecciones opti-
mistas, o hasta dos tercios de la misma, según las proyecciones pesimistas
(Edward y Sumner, 2014).
En tercer lugar, las prioridades en la asignación de la Ayuda Oficial al
Desarrollo (aod) se definen con base en la renta per cápita de los países. Por
ende, se entiende fácilmente por qué, entre 1990 en 2010, la ayuda erogada
a los prm disminuyó de algo más de la mitad a una tercera parte de los flujos

14 Tanto a nivel global, como en lo referente a la equidad de género y a ciertos grupos sociales des-
favorecidos.
15 A nivel internacional, esta medición se basa en los niveles de ingresos inferiores a 2 dólares (po-
breza moderada) y 1,25 dólar (pobreza extrema o indigencia) por día.

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La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

financieros (cepal, 2012a, p. 12). Esta tendencia ha impactado también sobre


los países de América Latina, cuya participación en la aod total ha disminui-
do, con algunos altibajos, de un 15% a principios de los años setenta a un es-
caso 8% en los últimos años. Asimismo, la incidencia de la aod con respecto
al pib regional ha mermado del 1,5% hacia mediados de los sesenta, al 0,4%
en los noventa y al 0,22% en 2014 (cepal, 2012a, p. 13).
La Declaración del Milenio, que representó la estrella polar de las políticas
de cooperación entre 2000 y 2015, influyó en los reajustes en la asignación
de los recursos. Esto pasó por dos razones: en primer lugar, esa declaración
instó a los donantes en priorizar los países más pobres como receptores de la
aod y, en segundo lugar, los odm y sus indicadores fueron diseñados teniendo
en cuenta sobre todo los problemas de los países de renta baja. Lo anterior se
refleja en el punto de inflexión que se aprecia a partir del 2000 y evidencia un
sesgo en la asignación de los recursos a favor de los países de renta baja, que
entre el 2000 y el 2010 pasaron de algo menos de la mitad a los dos terceras
partes de la ayuda internacional.
En este contexto, muchos donantes siguen reduciendo la aod destinada
a los prm, y algunos la eliminaron por completo en muchos países de renta
media-alta (Tassara, 2013b, p. 87). Ahora bien, aunque por lo menos en Amé-
rica Latina esta disminución ha sido compensada por el gran aumento de los
recursos nacionales y de las otras fuentes internacionales de financiación del
desarrollo (Sanajuha et al., 2015, p. 15), valdría la pena reflexionar sobre la
coherencia de los criterios utilizados para la priorización de la ayuda.
Sobre este tema, la cepal observa que el nivel de desarrollo no coincide
con el nivel de ingreso per cápita y que el desarrollo:

Es un concepto amplio y multifacético, que supone no solo mejorar


los niveles de vida, sino también lograr procesos de crecimiento sos-
tenible e inclusivo, que aborden la desigualdad social y productiva
que caracteriza a los países (…) de renta media. También implica
propiciar las condiciones para crear y establecer sistemas políticos,
económicos y sociales que promuevan el respeto, la diversidad, la
dignidad humana y la igualdad (cepal, 2012a, pp. 17-18).

En consecuencia, esta organización plantea la necesidad de revisar los crite-


rios que rigen la asignación de la aod y “aplicar un nuevo enfoque que permita

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Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

afinar la mirada para determinar dónde están los mayores desafíos del desarrollo
en cada caso” (cepal 2012a, p. 20).

Desafíos de América Latina y características de la


cooperación euro-latinoamericana

Esta segunda parte del capítulo analiza cómo ha cambiado la situación econó-
mica y social de América Latina en los últimos quince años e identifica los
principales desafíos que enfrenta la región en la actualidad, por un lado, y aborda
las características salientes de la cooperación euro-latinoamericana, por el otro.
A partir del inicio de este siglo, América Latina ha consolidado su posición
en un escenario internacional caracterizado por el estancamiento de las econo-
mías más industrializadas y el auge de los países emergentes.
Existen múltiples elementos que han viabilizado el nuevo posicionamiento
de la región. Entre ellos: tasas elevadas de crecimiento del pib16 (cepal, 2014b,
p. 75 y ocde, 2014, pp. 39-40), impulsadas por el notable aumento de la expor-
tación de recursos naturales (alimentos, minerales y combustibles)17, las remesas
y los flujos de capital de corto plazo; disminución de la deuda externa, que entre
1995 y 2013 ha pasado del 33,3% al 21,4% del pib, e incremento de la inversión
extranjera neta, que en el mismo período ha aumentado de 24 mil a 156 mil
millones de dólares norteamericanos (cepal, 2014b: p. 76); consolidación de las
políticas fiscales y presupuestales que favoreció el aumento de los recursos dis-
ponibles para la implementación de las políticas sociales (cepal, 2014a, p. 49); y
aumento sostenido del ingreso per cápita18.
Esta coyuntura positiva, acompañada por copiosas inversiones en servi-
cios y políticas sociales, facilitó el mejoramiento de las condiciones de vida
de la población. A manera de ejemplo se recuerda que la tasa de desempleo

16 Sin embargo, debido a la contracción de la demanda y la disminución de los precios de las mate-
rias primas, las perspectivas de los próximos años son menos alentadoras.
17 Tanto las exportaciones como las importaciones de bienes se han cuadruplicado entre 1995 y
2013 (cepal 2014b, p. 75).
18 Según el Banco Mundial, en la actualidad los 41 países de América Latina y el Caribe están arti-
culados de la siguiente manera: 15 PRA, 18 prmA, 7 prmB, y tan sólo un prb (Haití). (http://datos.
bancomundial.org/ Consultado el 28/10/2015).

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La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

de la región disminuyó del 11,3% en 2002 a un escaso 6% en 2014 (cepal,


2014b, p. 75) y que las personas mayores de 65 años que reciben pensiones
subieron del 37,0% en 2002 al 41,9% en 2011 (Cecchini et al., 2014, p. 33).
Otros indicadores significativos son la esperanza de vida al nacer, que ha
aumentado de 70,0 años en 1995 a 74,8 años en 201319, y el porcentaje de jó-
venes que concluyen los principales ciclos educativos, que también ha crecido
mucho (cepal, 2014a, p. 131).
No obstante, los avances mencionados, en 2014 la incidencia de la pobreza
en América Latina todavía alcanzaba un 28% de la población, incluyendo un
12% que vivía en condiciones de indigencia (cepal, 2014a, p. 16). Asimismo,
otros aspectos preocupantes son la desigualdad en la distribución de la rique-
za, que sigue siendo la más alta del planeta20 según el Índice de Gini21, y la
distribución de la vulnerabilidad a la pobreza, que revela asimetrías relevantes
por edad, género, etnia y lugar de residencia (Tassara, 2013b, p. 165).
Por eso, algunos consideran que la situación de la región no es tan positi-
va como lo que podría parecer (Foxley, 2012; Sanguinetti y Villar, 2012) y
cuestionan el optimismo sobre la progresiva ampliación de la clase media. En
particular, Hardy (2014, p. 13) plantea que “América Latina no está transitan-
do de una región de ingresos medios a una de clases medias, sino a socieda-
des marcadas por inseguridades económicas basadas en las desigualdades que
segmentan los ciudadanos”.
Según esta autora, el 37,9% de la población latinoamericana se encuentra
en situación de vulnerabilidad (Hardy, 2014, p. 32), o sea no gana lo sufi-
ciente como para estar al seguro del riesgo de caer nuevamente en la pobreza
frente a situaciones de crisis económica u otro tipo de imprevisto. Además,
si se suma a lo anterior el total de los pobres, se llega a la conclusión que el
68% de la población de la región se encuentra en una situación de pobreza
o de vulnerabilidad. En otras palabras, hay un mix de elevada desigualdad y
desprotección de los grupos vulnerables, o sea uno de los factores que llevan
a las trampas de renta media.

19 Datos de libre acceso del Banco Mundial http://datos.bancomundial.org/ Consultado el


25/10/2015).
20 Índice de Gini en 2012: América Latina (52,0); África Subsahariana (44,0); Asia (38,2); ocde
(31,3).http://datos.bancomundial.org/ Consultado el 08/11/2015.
21 El Índice de Gini mide la desigualdad en la distribución del ingreso y varía entre 0 y 100.

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Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
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Obviamente, la distribución de la vulnerabilidad varía notablemente entre y al


interior de los países de América Latina. Aun así, la población vulnerable re-
basa la mitad de los ciudadanos en dieciséis países sobre dieciocho, represen-
tando más de las dos terceras partes de los habitantes en diez países, y excede
el 80% en cuatro de ellos. Por otro lado, la magnitud de los estratos no pobres
pero vulnerables supera a los sectores pobres en catorce países. Por ende, la
reducción de la vulnerabilidad representa uno de los desafíos prioritarios para
América Latina. Según Hardy (2014, p. 31) estos estratos:

(…) son los más desprotegidos (…) por dos razones: en primer lugar,
porque suelen quedar fuera de las políticas sociales (…) altamente
focalizadas hacia los segmentos de mayor pobreza y, en segundo
lugar, porque carecen de capacidades económicas que les permitan
hacer frente a sus necesidades con relativa solvencia y estar prepa-
rados ante contingencias personales y familiares, de origen nacional
o hasta internacional, como lo fue la reciente crisis mundial.

La amplia difusión de la vulnerabilidad sugiere la hipótesis de que en


América Latina la salida de la pobreza no conlleva necesaria, aunque paulati-
namente, a la situación de estabilidad y seguridad social típica de los sectores
medios. Al contrario, parece darse una transición a una condición de insegu-
ridad económica que mantiene fuertes rasgos de fragilidad y que en cualquier
momento puede originar la recaída en la pobreza.
Teniendo en cuenta lo anterior, vale la pena examinar cómo ha evolucio-
nado la cooperación euro-latinoamericana en los últimos años para entender
cuál ha sido su filosofía, oferta y metodología de trabajo.
Los primeros pasos de la cooperación entre la Unión Europea (UE) y los
países de América Latina remontan a los años setenta. Pero las relaciones (po-
líticas, económicas y de cooperación) se profundizaron entre 1990 y 1994, por
medio de una consulta permanente con los países del Grupo de Río22, la apro-

22 Que en 1990 contaba con la adhesión de doce países (los de Contadora: Colombia, México, Pa-
namá y Venezuela, más Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay)
y dos organizaciones regionales: la Comunidad del Caribe (CARICOM), compuesta por quince
países, y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), compuesto por siete países miem-
bros y uno asociado.

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La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

bación de la Declaración de Roma23 y la estrategia “Europa y América Latina:


una cooperación para la acción” (Consejo UE, 1994), y se cristalizaron en la
segunda mitad de los noventa, con el inicio de un diálogo político-institucio-
nal más ambicioso. Este último empezó formalmente en junio de 1999, cuan-
do en Río de Janeiro se celebró la Primera Cumbre entre la UE y sus estados
miembros y los países ALC, en la que se planteó la implementación de una
asociación estratégica entre las dos regiones (Tassara, 2016).
Desde esa época, la UE tomó muy en serio el asunto de la desigualdad. Al
respecto, la cepal (que trabaja sobre este tema desde hace varias décadas) re-
cientemente ha remarcado que la región tiene “un reto mayúsculo para avan-
zar en trayectorias de mayor igualdad [y se necesita] un empeño progresivo en
el ámbito de las políticas públicas y del esfuerzo fiscal con impacto positivo
en la igualdad” (cepal, 2014c, p. 13).
En consecuencia, la cohesión social fue incluida en la agenda euro-latinoa-
mericana en la segunda mitad de los años noventa y reconocida en 2004 como
prioridad de la cooperación y el diálogo político birregional en la Tercera
Cumbre entre América Latina y el Caribe y la UE realizada en Guadalaja-
ra. Tanto es, que su declaración final afirma “la responsabilidad primaria de
nuestros gobiernos, junto con sus sociedades civiles, de dirigir (…) reformas
orientadas a aumentar la cohesión social, a través del combate a la pobreza, la
desigualdad y la exclusión social”24.
Entre otras, la inclusión y la cohesión social representan el núcleo de la
cooperación euro-latinoamericana porque, siendo los de ALC sobre todo paí-
ses de renta media-alta,

(…) en ellos la pobreza no es consecuencia de la falta de recursos,


sino de la desigualdad y la exclusión, de debilidades instituciona-
les, y de una “economía política del mal gobierno” de la que se be-
nefician las elites tradicionales. La región demanda una agenda de
desarrollo más amplia que permita hacer frente a (…): (a) la debili-

23 Firmada en 1990 por los Ministros de Relaciones Exteriores de la UE y del Grupo de Río, la De-
claración de Roma incluye la decisión de emprender un diálogo político institucionalizado entre
las dos partes.
24 Integración Sur http://www.integracionsur.com/americalatina/CumbreALatinaEuropaDclGuadala-
jara.htm Consultado el 18/10/2015.

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Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

dad institucional y la falta de cohesión social; (b) la vulnerabilidad


de su inserción internacional, en particular en materia financiera y
comercial; y (c) las dificultades para la transformación tecnológica
y productiva (Sanahuja, 2011, p. 210).

Este enfoque inspiró las actividades realizadas en los últimos veinte años
y califica especialmente los programas de cooperación regional. Entre ellos
se destaca el Programa EUROsociAL25, que tiene el objetivo de contribuir
al aumento de la cohesión social en América Latina y, en particular, procura
apoyar políticas públicas de inclusión y fortalecer las capacidades de las ins-
tituciones que las llevan a cabo con una metodología de trabajo basada en la
demanda, o sea las solicitudes formuladas por los países participantes26.
El Programa EUROsociAL actúa en diez áreas temáticas y cuatro sectores
clave que responden a intereses prioritarios identificados por los gobiernos la-
tinoamericanos, así: Políticas sociales27, Gobernanza democrática28, Finanzas
públicas y Justicia y seguridad ciudadana29.
Sus pilares son el acceso a servicios públicos de calidad con igualdad de
oportunidades y sin discriminación; el fortalecimiento del estado para pro-
mover el bienestar de la población, a través de políticas públicas sostenibles
en el tiempo; y la construcción de una ciudadanía activa con sentimiento de
pertenencia y participación. En este marco se han acompañado más de 160
procesos de reforma o implementación de políticas públicas, logrando la par-
ticipación activa de unas 2.500 instituciones y organizaciones sociales euro-
peas y latinoamericanas de 41 países (19 latinoamericanos y 22 europeos) y

25 EUROSOCIAL I, su primera fase se llevó a cabo entre 2005 y 2010. EUROsociAL II se encuen-
tra en ejecución y terminará a finales de 2015, mientras que EUROsociAL III fue lanzado durante
la última Cumbre CELAC-UE de Bruselas (Junio de 2015).
26 Por eso el programa no impone modelos exógenos sino apoya a procesos de cambio ya en marcha
en los países.
27 Que incluye: Protección social, Políticas activas de empleo y cualificación profesional, Salud y
Educación.
28 Transparencia y lucha contra la corrupción, Fortalecimiento de consejos económicos y sociales,
y Desarrollo regional y territorial.
29 Acceso a la justicia para los más vulnerables, Mecanismos alternativos de solución de conflictos,
Atención a víctimas de violencia de género, Inserción laboral de personas privadas de libertad,
Prevención de la violencia.

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La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

realizando más de 500 intercambios de experiencias y buenas prácticas (FIIA


pp, 2012; (Chiodi, 2013)). La metodología de trabajo se articula alrededor del
aprendizaje entre pares, el intercambio de experiencias y la asesoría técnica
entre instituciones públicas de las dos regiones.
Otro elemento significativo de la cooperación euro-latinoamericana es la
valorización de los actores no estatales. Al respecto, hay que recordar que, ba-
sada en un enfoque diversificado (multinivel, multisectorial y multiactor), la
política europea incluye múltiples ámbitos sectoriales y varios niveles de coo-
peración (bilateral, subregional, regional), instrumentos (asistencia técnica,
apoyo al presupuesto, realización de programas y proyectos temáticos), todos
ellos orientados hacia la lucha contra la pobreza, la disminución de la des-
igualdad y el fortalecimiento de la cohesión social (Tassara, 2012, pp. 44-45).
La mayor parte de los recursos son accesibles, a través de convocatorias
para la presentación de proyectos, a diversos actores, incluidas las organiza-
ciones no gubernamentales (ONG) y otras instancias de la sociedad civil. En
este marco, se han realizado también programas regionales orientados espe-
cialmente a autoridades y colectividades locales (URB AL), universidades y
centros de investigación (LFA), pequeñas y medianas empresas (AL Invest) y
la promoción de la sociedad de la información (lis). Por lo anterior, la coope-
ración europea representa una experiencia avanzada en la inclusión de lo no
gubernamental y de lo local por parte de un donante oficial (Tassara, 2013b,
pp. 133-137).
Experiencias como éstas abren caminos innovadores para ampliar la co-
hesión social e impulsar el desarrollo local y representan una hipótesis de
“mestizaje” entre la cooperación Norte-Sur y la cooperación Sur-Sur, creando
espacios para intercambios enriquecedores entre instituciones públicas, colec-
tividades locales y actores organizados de la sociedad civil del Norte y del Sur
(Tassara 2013a, p. 11). Además, en América Latina:

(…) desde hace muchos se realiza una cooperación entre pares,


orientada a fortalecer la integración regional, la creación de capa-
cidades y el diseño e implementación de políticas sociales, basada
metodológicamente en el trabajo en redes y en aprendizaje mutuo
entre los actores involucrados (Tassara, 2013a, p. 9).

114
Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

Competencias transversales e inclusión laboral en


Colombia30
Esta parte del capítulo se articula en dos acápites. El primero bosqueja los
elementos teóricos vinculados con la importancia de las competencias trans-
versales para aumentar las oportunidades de inclusión laboral. El segundo
presenta una experiencia exitosa del Programa EUROsociAL en Colombia,
realizada por el Departamento para la Prosperidad Social (DPS) y el Comitato
Internazionale per lo Sviluppo dei Popoli (CISP).

Elementos teóricos y conceptuales

En los últimos años muchas instituciones han abordado el tema de las com-
petencias transversales, o habilidades blandas, con atención específica a pro-
gramas e intervenciones orientadas a fomentar la inclusión laboral y la gene-
ración de ingresos con población pobre y vulnerable.
Francesco Chiodi (2015, p. 13) plantea una excelente definición de las mis-
mas e identifica claramente su relación con la inclusión social y productiva.

Las competencias transversales, también llamadas habilidades para


la vida, son aquellos atributos o características de una persona que
le permiten actuar de manera efectiva con los demás y que, más
allá de las competencias técnicas, son fundamentales para acceder
y desempeñarse en el mundo laboral. En este sentido, la carencia
de estas competencias se convierte en una barrera a la inclusión
social; una barrera que se manifiesta fundamentalmente en las po-
blaciones más vulnerables, cuyas condiciones de vida, experien-
cias o contexto social dificultan su desarrollo, llegando a mermar
las capacidades de los individuos. Muchos programas sociales en
América Latina que trabajan con los sectores más vulnerables de la
población buscan fortalecer estas competencias a partir de la evi-
dencia empírica de su rol fundamental como factor que aporta a la
autonomía de las personas.

30 Esta parte es una libre reelaboración de otro texto de uno de los autores (Raciti, 2015, pp. 21-59).

115
La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

La relación entre estas competencias y el mejoramiento de las condiciones


de empleabilidad se fundamenta en bases empíricas que muestran cómo la
inserción laboral y productiva formal de los beneficiarios de los programas
sociales sea frágil e inestable. Por ejemplo, en el caso del Programa Bolsa Fa-
milia de Brasil, Leichsenring (2010) evidencia cómo la permanencia prome-
dio en los empleos formales sea significativamente menor para los beneficia-
rios (11,3 meses) respecto a los no beneficiarios (22,8 meses) del programa.
Esto no parece relacionado con la falta de competencias técnicas sino con la
fragilidad en las competencias psicosociales necesarias para el manejo de las
dinámicas y relaciones en el ámbito productivo.
Dicho de otra manera, las competencias transversales constituyen un re-
curso estratégico para que el sistema de conocimientos técnicos pueda expre-
sarse operativamente en una profesionalidad adecuada al rol. Y es justamente
la capacidad de amoldar al rol la profesionalidad que se posee, lo que deter-
mina el potenciamiento de los niveles de empleabilidad de los individuos. Al
respecto, Raciti (2015, p. 27) afirma:

(…) existen tres buenas razones para invertir en el desarrollo de


las habilidades blandas dentro de los procesos de formación: (1)
porque sostienen el crecimiento de la persona en su relación con el
mundo externo (objetivos de empoderamiento); (2) porque com-
pletan la construcción de perfiles de competencias que describen
una profesionalidad (objetivos de formación); (3) porque mejoran
la eficacia del ejercicio del conjunto de las competencias de una
específica profesionalidad en un determinado ámbito productivo
(objetivos de ocupación).

Además, hay que considerar que el mercado laboral genera y reproduce


condiciones de desigualdad entre sus participantes, y esta dinámica evidencia
aún más la necesidad de una inversión para el fortalecimiento de las compe-
tencias transversales en los grupos humanos pobres y vulnerables.
Al respecto, es pertinente profundizar un poco más los aspectos teóricos y
conceptuales del tema. Según la Organización Mundial de la Salud (oms) las
competencias transversales son un conjunto de habilidades relacionales, de
carácter socio-emotivo, necesarias para manejar las relaciones entre el indi-
viduo y el mundo en el que vive (Cuadro 2.), y su carencia genera comporta-

116
Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

mientos inadecuados que, en el ámbito laboral, pueden volver ineficaces los


conocimientos técnicos.

Cuadro 2. Competencias transversales según la oms.


Competencia Definición
Decision making Tomar decisiones eficaces de manera constructiva en distin-
tas situaciones y contextos de vida.
Problem solving Enfrentar de manera constructiva los problemas que se en-
cuentran en la vida cotidiana y en el desarrollo de las propias
actividades.
Creatividad Reconocer y analizar las alternativas posibles y las conse-
cuencias de las distintas opciones.
Sentido crítico Analizar la información y las experiencias de manera objeti-
va, y luego evaluar las ventajas y desventajas en función de
una decisión consciente.
Comunicación eficaz Expresarse, verbal y no verbalmente, de manera eficaz y co-
herente con la propia cultura y con las situaciones vividas.
Habilidades para las Interactuar y relacionarse con los demás de manera positiva.
relaciones interpersonales
Autoconsciencia Conocimiento de sí mismo: carácter, fortalezas y debilida-
des, deseos y necesidades.
Empatía Comprender a los demás aún en situaciones que no son familiares.
Manejo de las emociones Reconocer las emociones, propias y ajenas, y manejarlas de
manera apropiada.
Manejo del estrés Reconocer y controlar las causas del estrés de la vida cotidiana.

Fuente: Elaboración propia con base en oms 1994.

Igualmente, frente a un contexto en evolución constante (como el actual


proceso de globalización) todo ciudadano requiere de una amplia gama de
competencias para adaptarse en modo flexible a un mundo que está cambian-
do con rapidez y se caracteriza por múltiples interconexiones. Tanto es así que
Barnett (2002, pp. 71-85) lo define como “el mundo de la supercomplejidad”.
Frente a este reto, la ocde, en el marco del proyecto Diseño y Selección
de Competencias (DeSeCo31), define las “competencias clave” como “la ca-

31 Fuente: http://www.oecd.org/education/skills-beyond-school/definitionandselectionofcompeten-
ciesdeseco.htm Consultado el 05/11/2015.

117
La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

pacidad para responder exitosamente a demandas complejas y llevar a cabo


una actividad o tarea adecuadamente” (Rychen y Salganik, 2003). Las com-
petencias clave representan una combinación de conocimientos, capacidades
y actitudes adecuadas para una determinada situación, y son fundamentales
en una sociedad basada en el conocimiento. Aportando flexibilidad, adapta-
bilidad, satisfacción y motivación, estas competencias comportan un valor
agregado en el mercado laboral, en el ámbito de la cohesión social y de la
ciudadanía activa.
En el proyecto DeSeCo se identifican nueve competencias fundamentales
divididas en tres categorías:

–– Actuar de forma autónoma: (1) Actuar dentro de un contexto global; (2)


Formar y conducir planes de vida y proyectos personales; (3) Defender y
asegurar derechos e intereses.
–– Usar herramientas de manera interactiva: (4) Uso interactivo del lenguaje
y los símbolos; (5) Uso interactivo del conocimiento y la información; (6)
Uso interactivo de la tecnología.
–– Interactuar en grupos heterogéneos: (7) Relacionarse bien con otros; (8)
Cooperar y trabajar en equipo; (9) Manejar y resolver conflictos.

Por otro lado, en 2006 el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión


Europea recomendaron una herramienta de referencia para asegurar que las
competencias transversales se integren plenamente en las políticas de los
Estados miembros, con énfasis en las iniciativas de aprendizaje permanente
(UE, 2006). Su adquisición responde a los principios de igualdad y se dirige
en particular a los grupos en desventaja como: personas con bajas cualifica-
ciones o que hayan abandonado tempranamente los estudios, desempleados
de larga duración, personas con discapacidad.
Estas competencias ofrecen un marco de referencia para responsables
políticos, profesionales de la educación, empresarios y estudiantes y son las
siguientes: (1) comunicación en la lengua materna; (2) comunicación en len-
guas extranjeras; (3) competencias básicas en matemática, ciencia y tecnolo-
gía; (4) competencia digital; (5) capacidad de aprender a aprender; (6) com-
petencias sociales y cívicas; (7) sentido de iniciativa y espíritu emprendedor;
(8) conciencia y expresión cultural.

118
Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

Volviendo a escudriñar las relaciones entre las competencias transversales


y la empleabilidad, se podría afirmar que el sistema de capacidades y habi-
lidades de una persona está articulado en dos partes: una visible y otra no
(Gráfico 3). En la primera se encuentran los saberes técnicos-profesionales,
los comportamientos laborales a través de los cuales éstos se manifiestan, y
las competencias cognitivas; en la segunda, que tiene raíces en el componente
psíquico del individuo, están la imagen de sí mismo, el espacio de las motiva-
ciones, la imagen del otro, las asimilaciones culturales.

Gráfica 3. Sistema de capacidades y habilidades individuales.

Fuente: (Raciti, 2015, p. 38).

Las competencias transversales tienen sus raíces en esta segunda parte,


la no visible, e interactúan directamente con el componente psíquico: éstas
se constituyen a partir de la parte no visible del sistema para emerger en la
parte visible a través de comportamientos más eficaces en la interacción con
el mundo externo.
A partir de la mitad de los años noventa, el estudio de la inteligencia emo-
cional (IE) ha contribuido al redescubrimiento de las habilidades socioemocio-
nales. En particular, Goleman (1998) propuso una teoría sobre el rendimiento
en las organizaciones basado en un modelo de IE, que fue elaborado para pre-
decir la eficacia y los resultados personales en el lugar de trabajo. Actualmente,
el modelo presenta cuatro dimensiones esenciales que se articulan en veinte

119
La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

habilidades (Boyatzis et al., 2000) y (Goleman, 2001) (ver Cuadro 4). Según
Goleman, cada una de estas cuatro dimensiones aporta las bases para el desa-
rrollo de otras habilidades necesarias en los diferentes contextos laborales.

Cuadro 4. Modelo de inteligencia emocional.


Autoconciencia Conciencia social
- Autoconciencia emocional - Empatía
- Autoevaluación - Orientación al otro
- Autoconfianza - Conciencia organizacional
Autorregulación Regulación de las relaciones sociales
- Autocontrol emocional - Desarrollo de los demás - Liderazgo
- Adaptabilidad - Trabajo en equipo - Influencia
- Formalidad - Construcción de alianzas - Comunicación
- Motivación al resultado
- Gestión de conflictos
- Responsabilidad
- Iniciativa

Fuente: (Boyatzis et al., 2000) y (Goleman, 2001).

Para la Organización Mundial del Trabajo (OIT, 2005), las habilidades


personales más cotizadas para la empleabilidad se clasifican en tres dimen-
siones: información (investigación y resolución de problemas), comunicación
(coordinación y colaboración entre iguales) e impacto ético-social (pensa-
miento crítico, responsabilidad, toma de decisiones y reflexión).
Por su parte, Finney (2012) considera que las habilidades más valoradas en
el campo laboral pueden dividirse en cinco áreas primarias: profesionalismo
(autoconfianza, integridad, buena gramática y contacto visual permanente),
escucha (buena recepción a la crítica), comunicación (honestidad y autentici-
dad), pensamiento crítico y toma de decisiones (creatividad para solucionar
problemas), y confianza y actitud (optimismo, trabajo en equipo, trabajo éti-
co, flexibilidad, manejo de tiempo, confiabilidad).
A modo de síntesis, se presenta a continuación un cuadro que considera cinco
competencias. Éstas están seleccionadas con base en la literatura antes mencio-
nada: comunicación, organización, auto motivación, trabajo en equipo y solu-

120
Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

ción de problemas. Para cada competencia, se señalan las habilidades personales


y las características de personalidad requeridas para la empleabilidad.

Cuadro 5. Competencias requeridas para la empleabilidad: Habilidades personales y características


de personalidad
Competencias Habilidades personales Características de personalidad
• Presentar información e ideas de
Comunicación • Extroversión
manera oral y escrita
• Coordinación de tareas • Organización
Organización • Manejo de recursos • Meticulosidad
(económicos, materiales,
temporales) • Adaptabilidad
• Optimismo
Auto • Iniciativa
• Determinación
motivación • Autocontrol
• Perseverancia
• Trabajar bien con los demás
Trabajo en • Dar apoyo a compañeros/as de • Amabilidad y agradabilidad
equipo trabajo o equipo
• Cooperación
• Honestidad
• Pensamiento crítico
• Responsabilidad
Solución de • Toma de decisiones
• Flexibilidad y apertura al
problemas • Solución de problemas conocimiento
• Trabajo ético • Auto eficacia

Fuente: (Raciti, 2015, p. 43).

A lo anterior es oportuno agregar la mención del reciente estudio de la


ocde (2015a), que profundiza los constructos psicosociales de las competen-
cias socioemocionales. En particular, se destaca la taxonomía interpretativa
del modelo OCEAN, a su vez sentado en los factores del modelo Big Five:
Open mindedness (apertura mental), Conscientiousness (conciencia), Extra-
version (extraversión), Agreeableness (amabilidad), Negative emotional re-
gulation (regulación emocional), sintetizados en el gráfico siguiente.

121
La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

Gráfico 6. Taxonomía del modelo ocde-OCEAN.

Fuente: ocde 2015b: 5

Esta taxonomía plantea un marco teórico que permite sistematizar el uso


de las distintas definiciones. Por ende, es posible identificar las siguientes
correspondencias entre las definiciones utilizadas y los contextos operativos
de referencia, así: competencias transversales (sistemas de formación y ca-
pacitación); competencias socioemocionales (sistemas educativos); habilida-
des para la vida (programas de desarrollo humano); competencias ciudadanas
(educación y participación ciudadana); competencias conductuales (sistemas
de certificación y calificación).

Experiencia de EUROSOCIAL en apoyo a la inclusión


laboral

Las entidades colombianas que estudian o implementan los programas de in-


clusión social y laboral en los últimos años han puesto creciente atención
en las competencias transversales. Entre otras, porque a nivel internacional
existen evidencias que su fortalecimiento mejora el nivel de satisfacción en
la vida y el desempeño laboral. Se considera, además, que tales competencias
son esenciales para tener éxito en una significativa gama de trabajos y su ma-
nejo juega un papel fundamental en la inserción laboral y la empleabilidad.
Asimismo, han sido reconocidas como centrales para consolidar las políticas
públicas de cohesión e inclusión social y de lucha contra la pobreza.

122
Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

Muchas evidencias indican que el grado de acceso y permanencia en el


mercado laboral de los beneficiarios de los programas de transferencias mo-
netarias condicionadas (PTC) suele ser menor que el de los no beneficiarios
justamente por la debilidad de los primeros en el área de las competencias
transversales.
En Colombia, los beneficiarios de estos programas son personas en situa-
ción de pobreza extrema o víctimas de desplazamiento forzado como resulta-
do del conflicto armado. Tales fenómenos generan efectos psicosociales que
tienen un impacto negativo sobre las competencias transversales de la pobla-
ción involucrada, y por ende sobre su capacidad de responder a las demandas
del mercado laboral.
Por esta razón, el debate y la acción de las entidades e instituciones colombia-
nas son muy ricos y articulados, como se puede apreciar en el siguiente cuadro.

Cuadro 7. Enfoques y actividades respecto a las competencias transversales.


Institución Enfoque Actividades
Ministerio del Inclusión de competencias básicas Proyecto piloto “Estrategia
Trabajo y transversales en programas de pedagógica con instituciones de
formación para trabajadores. formación para el trabajo”.
Involucramiento de empresas para
la identificación de competencias
básicas y transversales prioritarias.
DPS Inversión en competencias Identificación de las competencias
psicosociales y socio-laborales psicosociales y socio-laborales
como componente transversal prioritarias.
en programas como Jóvenes Identificación de instrumentos de
en Acción e Ingreso para la medición y diseño de procesos de
Prosperidad Social (con el apoyo evaluación.
de EUROsociAL). Alianzas público privadas y
articulación intersectorial.
DNP Análisis, investigación y Elaboración de un documento de
planeación (con el apoyo de fundamentación teórica.
EUROsociAL). Animación de una mesa
interinstitucional sobre el tema.

123
La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

SENA Implementación de competencias Elaboración de un documento de


básicas transversales y sociales en
fundamentación pedagógica.
los currículos del SENA para una Identificación de un listado de
formación profesional integral de competencias prioritarias.
calidad. Identificación de instrumentos de
medición.
Ministerio de Desarrollo humano como Programa de emprendimiento
Cultura realización del potencial biológico, cultural e innovación para la
traducido en términos de ser social prosperidad “Emprende cultura”.
y cultural de la persona. Propuesta de talleres temáticos.
Consejo Fortalecimiento de Habilidades Proyecto “Fortalecimiento de
Noruego para para la Vida en el marco de competencias para la vinculación
Refugiados proyectos de emergencia de jóvenes desplazados y
humanitaria. vulnerables al mundo productivo
y social”.
Articulación y gestión de alianzas
con el sector empresarial y
entidades que realizan acciones de
formación para el trabajo.
Banco Mundial Empoderamiento de las Mujeres Proyecto de capacitación y
Jóvenes Afectadas por las asistencia técnico-financiera:
Violencias. apropiación de herramientas para
la promoción del empoderamiento,
la cohesión social y la
independencia económica.
ICBF - Habilidades para la Vida. Acompañamiento psicosocial y
Subdirección de procesos pedagógicos orientados a
Resp. Penal la elaboración de proyectos de vida.
ICBF - Habilidades para la Vida y Atención Psicosocial a la niñez
Dirección de Competencias Psicosociales. víctimas del conflicto armado
Protección interno.

Fuente: Elaboración del autor con base en EUROSOCIAL, (2013) y DNP (2013).

En diciembre de 2013 se creó la “Mesa interinstitucional sobre habilidades


blandas” como espacio de coordinación para avanzar hacia la elaboración de
una política que impulse el fortalecimiento de las competencias psicosociales
como componente horizontal del sistema de protección social. En particular,
se identificó como tema prioritario la elaboración de instrumentos para la eva-
luación de las competencias transversales con el fin de identificar líneas base
y mejorar el diseño de propuestas formativas.

124
Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

Este ámbito ha sido recientemente definido a través del Decreto 2852 de


2013 y la Resolución 5984 de 2014 del Ministerio del Trabajo. En el primero
se reglamenta el Servicio Público de Empleo (SPE), el régimen de prestacio-
nes del Mecanismo de Protección al Cesante (MPC), y la capacitación para la
inserción laboral. En el segundo se establecen los lineamientos para la oferta
de los programas de capacitación para la inserción y reinserción laboral en
el marco del MPC. Los dos documentos normativos asumen de una vez por
todas la definición de competencias transversales, abandonando el concepto
de habilidades blandas, e indican con la Resolución 5984 de 2013, artículos 6
y 7, los resultados esperados de la formación socioemocional.
En este contexto, entre diciembre de 2013 y diciembre de 2015, el Programa
EUROsociAL llevó a cabo una asesoría técnica para profundizar en el abordaje
conceptual y la medición de las competencias transversales, lo que a su vez ha
orientado y complementado la operatividad y diseño de las estrategias del De-
partamento para la Prosperidad Social (DPS), entidad adscrita a la Presidencia
de la República que encabeza el sector de inclusión social y reconciliación, y
especialmente de los componentes de formación y de habilidades para la vida
de los programas Jóvenes en Acción, Ingreso Social y Enrútate-TU.
El aporte central de la asesoría ha sido la construcción del Sistema Inte-
grado de Evaluación de Competencias Transversales (SIECT), que ha per-
mitido medir el nivel de las mismas en una parte de la población meta del
DPS, brindando insumos para la orientación de estrategias que promuevan
su mejoramiento. Posteriormente, la acción se ha ampliado y se ha utilizado
la experiencia colombiana como referencia para llevar a cabo acciones de
asistencia técnica en Chile, Ecuador, Honduras, Perú y El Salvador. En todos
estos casos, Colombia ha actuado en una lógica de cooperación Sur-Sur, po-
niendo sus avances a disposición de otros países de la región, gracias también
al respaldo de EUROsociAL.
Volviendo al caso colombiano, el diseño del SIECT se realizó a partir
de un estudio sobre los instrumentos utilizados a nivel internacional para la
identificación y medición de las competencias transversales, y su posterior
adaptación al contexto colombiano. Este proceso fue liderado y ejecutado por
el DPS y el Comitato Internazionale per lo Sviluppo dei Popoli (CISP), que es
socio operativo del Programa EUROsociAL y coordinó la selección y segui-
miento de los expertos europeos y latinoamericanos que otorgaron la asisten-
cia técnica necesaria. Otras entidades participantes fueron el Departamento

125
La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

Nacional de Planeación (DNP), el Ministerio del Trabajo, el Servicio Nacio-


nal de Aprendizaje (SENA) de Colombia, las Universidades Roma Tre y de
San Buenaventura (sede Cali), Pôle emploi, la ocde y la OIT. Las actividades
respectivas contaron con la colaboración de los funcionarios involucrados en
la operación de los programas y de sus beneficiarios.
El proceso de elaboración se llevó a cabo por medio de cinco fases princi-
pales que se puede apreciar en el gráfico siguiente.

Gráfico 8. Fases principales en la elaboración del SIECT.

Fuente: elaboración del autor con base en Raciti 2015 y EUROsociAL 2015.

La primera fase (Diciembre 2013-Enero 2014) fue dedicada a la realiza-


ción de once talleres territoriales en las ciudades identificadas por el DPS32,
con el objetivo de identificar las habilidades blandas que debían ser evalua-
das. El número total de participantes fue de 116, todos ellos involucrados en
la realización de uno entre los tres programas a los cuales se iba a aplicar el
sistema integrado de evaluación de competencias transversales, así: Jóvenes
en Acción (JeA), Ingreso Social (IS) y Enrútate-TU (ET)33.
De esta manera se identificaron 21 competencias transversales, que fueron
categorizadas según criterios de prioridad, como ultra-importantes, importan-

32 Departamento de Antioquia: Municipio de Medellín; Atlántico: Barranquilla; Bolívar: Cartagena;


Caquetá: Florencia; Huila: Neiva; Norte de Santander: Cúcuta; Santander: Bucaramanga; Sucre:
Sincelejo; Valle del Cauca: Cali y Buenaventura.
33 JeA e IS: profesionales de ambos programas, Enlaces municipales IS, Coordinadores del servi-
cio social de las entidades involucradas, Cogestores de la Red Unidos, Instructores del SENA,
Participantes líderes; ET: Coordinadores regionales y Orientadores ocupacionales del programa,
Profesionales de generación de ingresos del DPS.

126
Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

tes o deseables, y 154 indicadores para su medición. El sistema de medición


se ha concentrado en las competencias priorizadas como ultra-importantes, a
saber: comunicación, responsabilidad, liderazgo, autoconfianza, autocontrol
emocional, resiliencia, trabajo en equipo, autoconciencia emocional, gestión
de conflictos, adaptabilidad e iniciativa.
En la segunda fase (Febrero 2014), los expertos del Programa EUROSO-
CIAL diseñaron un instrumento integrado para la medición de las competen-
cias transversales, que consiste en una entrevista biográfica de tipo cualitativo
y siete escalas psicométricas34, posteriormente complementadas con otras dos
escalas, relativas a liderazgo y optimismo, que se estaban utilizando en el
marco de la ruta de inclusión productiva del DPS.
La tercera fase (Marzo 2014) consistió en la validación de las escalas de
medición por medio de su suministro a 1.027 beneficiarios de los tres pro-
gramas antes mencionados en once municipios de Colombia35. Esto permi-
tió detectar eventuales fallas en las escalas identificadas y, cuando necesario,
adaptarlas a las características específicas de la población meta.
Con base en el trabajo anterior, durante la cuarta fase del proceso (Abril-Octu-
bre 2014) los expertos elaboraron los tres manuales para el uso de los instrumentos
de evaluación antes descritos y perfeccionaron el diseño del SIECT en su conjunto.
Finalmente, la quinta fase (Abril-Junio 2015) coincidió con la primera
experiencia de aplicación del SIECT y se concretó en el suministro de los
cuestionarios a un grupo muestral de 1.200 beneficiarios de la capacitación
en competencias transversales otorgada en el marco de la ruta de inclusión
productiva del DPS. Esta capacitación consistió en doce módulos formativos
y los cuestionarios se diligenciaron antes de iniciar el módulo 1 y después
de la erogación del módulo 12. Los resultados de la aplicación permitieron
establecer un parámetro tanto al ingreso como a la salida de la ruta, útil para
presentar lineamientos y recomendaciones para tener en cuenta en el proceso
de orientación de la población meta.

34 Se trata de cuestionarios diseñados para detectar y cuantificar la autopercepción de la persona


entrevistada en lo referente al manejo de las emociones positivas, manejo de las emociones nega-
tivas, comunicación interpersonal, sociabilidad, empatía, autoestima, ego-resiliencia y estilos de
afrontamiento (o sea manejo del estrés, autocontrol, adaptabilidad y espíritu de iniciativa).
35 Que fueron los mismos en los cuales se realizaron los talleres territoriales, con una sola dife-
rencia: el municipio de Buenaventura (Departamento de Valle del Cauca) fue sustituido por el
municipio de Manizales (Departamento de Caldas).

127
La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

En particular, la aplicación del SIECT en el marco de la ruta de inclusión


productiva del DPS ha permitido confirmar dos niveles de impacto con refe-
rencia a los procesos de análisis y toma de decisiones por parte de los opera-
dores y responsables de las instituciones involucradas.
El primer nivel concierne a la posibilidad de procesar los datos en forma
agregada y permite: (1) medir los niveles medios de las competencias; (2) ha-
cer comparaciones entre subgrupos de beneficiarios; (3) analizar las necesida-
des formativas específicas de cada subgrupo; (4) planear acciones enfocadas
en las necesidades de los subgrupos; (5) monitorear y evaluar la eficacia de la
formación impartida.
El segundo nivel de impacto se refiere a la elaboración de los datos en forma
individual, el que permite de: (1) medir analíticamente el nivel de cada compe-
tencia de la persona; (2) identificar fortalezas y debilidades individuales; (3) ela-
borar puntajes sintéticos que permiten a los operadores de detectar las áreas po-
tenciales de mejoramiento para el desarrollo y el empoderamiento de la persona.

A manera de conclusión
Entonces, teniendo en cuenta las trampas de la renta media, la persistencia
de la desigualdad y el surgimiento del nuevo desafío representado por la vul-
nerabilidad, vale preguntar ¿cómo abordar la cooperación con los países de
América Latina, que en su gran mayoría son prm, en el escenario post 2015?
Una posible respuesta se encuentra en la experiencia del Programa EURO-
sociAL y, más en general, en el enfoque adoptado por la UE en la cooperación
con los prm de América Latina, cuya filosofía y características fueron expues-
tas en la segunda y tercera parte del capítulo. Como se pudo apreciar, es una
cooperación horizontal y se fundamenta en el valor agregado y el provecho
mutuo que las partes pueden conseguir de una relación de diálogo y colabora-
ción. Además, incluye en su agenda el esfuerzo para abordar conjuntamente los
problemas de la “gobernanza del desarrollo global” 36, por ejemplo la elimina-

36 Este concepto se empezó a utilizar a partir del III Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda
de Accra (2008) y evidencia la insuficiencia del enfoque clásico de la cooperación internacional
para enfrentar las problemáticas globales del desarrollo.

128
Capítulo 4 | Cooperación euro-latinoamericana con los países de renta media y Agenda 2030: Una experiencia
de cooperación entre pares de EUROsociAL en Colombia

ción de la pobreza, la regulación de las finanzas, la gestión de los conflictos y


de los flujos migratorios que estos originan, y el cambio climático.
Obviamente, lo anterior implica reconocer y valorizar el aporte del prm,
considerando que en la actual coyuntura internacional:

(…) no solo los prm necesitan del apoyo de la comunidad interna-


cional, también la comunidad internacional necesita de los prm para
afrontar conjuntamente, con mayor capacidad de éxito, las metas glo-
bales de desarrollo. La cuestión, por tanto, es cómo la comunidad
internacional puede impulsar la activa colaboración de un creciente
grupo de exitosos prm en la superación de los desafíos globales y
comunes y, más específicamente, cuál es el papel que la cooperación
para el desarrollo puede tener en todo ello (Alonso et al., 2014, p. 2).

Por ende, la lucha contra la pobreza tiene que ser acompañada por una
atención específica a los temas de la desigualdad37 y la vulnerabilidad social,
teniendo en cuenta el enfoque del “cambio estructural para la igualdad”, pro-
puesto por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC,
2014) como clave de lectura de los ods, y la “trilogía de la igualdad”, elabo-
rada por la cepal (2010, 2012b y 2014c) y orientada a una agenda de desarro-
llo enfocada en la reducción de las desigualdades. Lo anterior representaría
un valor agregado para afinar el análisis y formular políticas adecuadas para
abordar la implementación de la Agenda 2030.
En segundo lugar, sería necesario valorizar el aporte de los países emer-
gentes de América Latina, que han ganado mucha experiencia como ofertan-
tes de cooperación a países homólogos o menos avanzados. En este contexto,
varios autores (Alonso 2013, pp. 36-37); (Ayllón et al.,2013); (Sanahuja et al.,
2015, pp. 51-57) insisten sobre la necesidad de escalar el aporte de los países
del Sur mediante la Cooperación Sur-Sur y Triangular, que podrían movilizar
recursos adicionales para la promoción del desarrollo, sin menoscabo de la
aod tradicional y de las otras formas de cooperación.

37 La cepal (2012b, pp. 30-31) plantea “la adopción de una estructura distributiva orientada a la
disminución de la desigualdad” y recuerda que “esto no se da espontáneamente y requiere el
desarrollo y fortalecimiento de instituciones económicas, sociales y públicas que aseguren una
amplia distribución de los frutos del progreso técnico y prevengan su excesiva concentración”.

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La cooperación internacional en transición 2015-2030 | Carlo Tassara y Paolo Raciti

Finalmente, no habría que retirar la ayuda a los prm y, por el contrario,


tomar en cuenta la propuesta de la cepal38 (2012a) de replantear los criterios
utilizados para la priorización de la aod. En el caso de América Latina, sería
oportuno atender la demanda de cooperación por lo menos en lo referente a
los siguientes temas prioritarios: fortalecimiento institucional para la imple-
mentación de políticas públicas de cohesión e inclusión social; mejoramien-
to de la inserción internacional a través de procesos de integración regional,
políticas de competitividad, y fomento del acceso a los mercados globales;
consolidación de los sistemas nacionales de educación superior y de investi-
gación, desarrollo e innovación (I+D+I).

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