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Rapture
Rapture
RAPTURE 2
Quinn Loftis
Índice
3
Sinopsis
Triktapic, el mortal elfo oscuro asesino, ha sido restaurado por los Señores
del Bosque al lugar que le corresponde como rey del reino de los Elfos.
Ahora, debe enfrentar a sus antiguos compañeros mientras intenta
detener a Lorsan, Rey de los Elfos Oscuros, de esclavizar a la raza
humana. Lorsan ya empezó a distribuir Rapture, la bebida irresistible que
destruye a aquellos que se vuelven adictos a ella sin saberlo. ¿Podrá
Cassie, su Elegida, darle a Trik la fuerza que necesita para enfrentar su
oscuro pasado?
Sereg'wethrin (Asesino)
Nunca pensé que moriría virgen, se dijo Elora mientras permanecía de pie
en el oscuro y húmedo calabozo. Por otro lado, tampoco pensé que estaría
atrapada en un calabozo con un grupo de elfos y mi mamá. Sus ojos
vagaron por la habitación, aterrizando brevemente sobre cada miembro de
su pequeño grupo de rescate hasta que aterrizaron en él. Ah sí, ahora si
estos otros cinco espectadores no estuvieran en el camino, podría no tener
que morir con dicha virtud intacta. Su estómago gruñó, sacando su mente
de sus pensamientos menos inocentes y se apartó de la pared.
Elora dejó escapar un suspiro molesto y apartó la mirada del guerrero que
acababa de rechazarla. No sabía por qué le importaba, no sabía por qué le
importaba que la evitara incluso en el pequeño espacio en el que todos
estaban amontonados como cinco dedos de los pies metidos en un zapato
dos tallas más pequeñas. Sus ojos se posaron en Tamsin que le estaba
dando una mirada extraña. Parecía haber sido testigo del pequeño
intercambio entre ella y Cush y la pequeña sonrisa en su rostro le decía
que le parecía divertido.
—Te tomó mucho tiempo —gruñó Tamsin, pero fue seguido por una
sonrisa.
—Sí bueno, de lo que entendimos, ustedes iban a ser los salvadores, no los
salvados. Así que deja de refunfuñar y vámonos —contestó Cassie
mientras salía alrededor de Trik.
Cassie asintió.
—Yo también.
—Muy bien, hermosa —habló Trik—. Tenemos que ir andando antes que
Lorsan se dé cuenta de lo que está pasando.
Elora observó cuando Cush, Sid, Rin, y Bel; ella les había dado sus apodos
porque sus nombres eran demasiado complicados; caminaron delante de
Trik y salieron al pasillo. Al parecer, irían primero. Miró a Tamsin.
—Todos los elfos van a estar bien, Elora —le dijo Tamsin, la implicación
fuerte en su tono mientras la empujaba hacia delante para seguir a los
demás.
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Lorsan se paseaba en su estudio mientras esperaba a Melda, la elfo que en
un momento estuvo a cargo de la atención de Cassie. Sabía que le había
cogido cariño a la humana e incluso había ayudado a Trik a recuperarla.
Ella sería castigada por eso. Sonrió para sí, y qué mejor manera de
castigarla que hacerla traicionar a su nueva amiga, pensó con aire de
suficiencia.
Melda entró con la cabeza gacha y pudo ver el ligero temblor de sus manos
mientras las rodeaba delante de ella. Era obvio que pensó que iba a
castigarla. Trató de no reírse de su actitud patética. Después de todo, él
sabía que era realmente un acto. Cualquier persona lo suficientemente
valiente para desafiarlo y ayudar a su enemigo no era tan dócil.
Tragó saliva y él pudo ver que fue con gran dificultad. Sus manos estaban
ahora apretadas con tanta fuerza que sus nudillos se habían puesto
blancos y tenía los ojos como platos.
—Ahora, lo que creo que es importante que sepas es que viene una guerra,
y habrá muchas muertes, pero los que están más cerca de mí, los que —
Hizo una pausa dramática—, me ayuden, tendrán el peso completo de mi
protección. Quién sabe qué clase de muerte horrible Triktapic ha planeado
para los elfos oscuros. A pesar de que lo ayudaste, sigues siendo un elfo
oscuro, querida, y estarás sujeta a su ira si él llegara tan lejos. —Se dio
cuenta de que estaba realmente empezando a pensar en lo que estaba
diciendo, comenzando a entender que podía mantenerla con vida. Si
Lorsan sabía algo acerca de sus elfos oscuros era que por encima de todo,
la supervivencia era su instinto. Harían lo que tenían que hacer para
sobrevivir.
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Capítulo 1
Traducido por flochi, Dianna K y Jessy
“¿Alguna vez has notado que algo tan suave como la leche se desliza
con facilidad por tu garganta pero puede causar muchas obstrucciones
en el extremo opuesto? Sí, bueno piensa en nuestro escape como la
leche. Empezó suave pero luego la salida se volvió dificultosa”.
~Elora
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Elora se arrastró silenciosamente hasta estar de pie junto a Cassie. Los
guerreros elfos de la luz estaban explorando delante de ellas en los oscuros
túneles de la mazmorra, asegurándose de que el camino estuviera
despejado. Elora se sorprendió de cuan silenciosamente se movían, en
especial por lo grandes y musculosos que eran. Ella se encontró
sintiéndose como un niño descuidado trastabillando en la oscuridad en
comparación.
—No.
—Tienes razón; algo no está bien con esta misión de rescate. La nuestra no 14
fue tan libre de problemas.
Cassie se cubrió la boca con rapidez antes de que la risa pudiera escapar.
—¿Les gustaría enviar a los elfos oscuros un mensaje para dejarles saber
dónde estamos? —gruñó Cush con los dientes apretados.
Trik dio vuelta la esquina y les hizo un gesto para que lo siguieran.
—Sí, estoy bien. Un poco nerviosa sobre la razón por la cual esto está
resultando tan…
—La mayoría de los chicos me piden una cita antes de intentar llegar a
tercera base —le dijo con una sonrisa.
—¿Todos están bien? —La voz de Trik fue llevada a través del aire
ennegrecido.
—Estamos todos bien —gritó Lisa a la vez que ayudaba a Elora a ponerse
de pie. Elora alzó los ojos para encontrar a Cassie y vio que estaba de pie
junto a Trik y entera. Se dieron gestos tranquilizadores y pequeñas
sonrisas entre ellas.
—El final está bloqueado, Tamsin. ¿Qué hay sobre la otra dirección? — 17
preguntó Trik.
Tamsin asintió.
Elora y Cassie solo se empujaron alrededor de Trik y Cush con Lisa justo
detrás de ellas.
Flora levantó una mano y la agitó para que la siguieran sin responder.
Tropezaron por las piedras derrumbadas y tosieron cuando sus pies
agitaron el polvo fresco, creando una niebla encapotada a su alrededor.
—Cassie. —La voz de Trik llegó desde detrás de ellas.
—¿Estamos en un túnel que acaba de ser volado por maldita magia elfo y
estás preocupada de si la posible ruta de escape por dicho túnel volado es
segura? —preguntó Elora secamente.
—No debería ser ninguno de ustedes. —Cush elevó la voz—. Ambos son
importantes.
—Oh, por el amor de Dios —gruñó Elora—, ¿qué importa? Todos vamos a
morir de envenenamiento por asbesto si nos quedamos aquí más tiempo,
caramba. —Miró hacia atrás al grupo y puso los ojos en blanco justo
mientras daba un paso.
—¿Qué quieres decir con probablemente? —gruñó Lisa como solo una
mamá osa podía—. ¿No sabes dónde está?
—No todos los portales necesitan una reflexión, Rey. —Flora se dirigió a
él—. Hubo un tiempo hace mucho tiempo cuando los Señores del Bosque
dieron tres portales que no requerían reflexiones. —Hizo una pausa y
esperó—. ¿Lo recuerda?
—Podría estar con Oakley, o podría estar en la tienda —le dijo Lisa.
—Ambos lugares son seguros, Cassie —le aseguró Lisa—. Tienes que ir con
Trik. Yo puedo cuidar de Elora.
—Serán un objetivo —argumentó Cassie—. No pueden solo irse por
ustedes mismas.
—Las acompañaré —dijo Cush—, si eso está bien con el rey. —Se volvió
para mirar a Trik, esperando su respuesta.
Lisa se acercó al borde del agujero y miró hacia la oscuridad. Decidió que
el mejor lugar para empezar sería con Oakley.
—Estaremos bien.
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—De verdad deberíamos estar de camino ahora —interrumpió Flora.
Cush dio un paso hacia adelante junto a Lisa y le hizo un gesto a Rin para
que hiciera lo mismo a su otro lado. Ambos colocaron sus grandes manos
sobre cada uno de los codos de ella.
Ella le asintió y sin una mirada, Lisa bajó al vacío con los dos elfos de la
luz a su lado.
—Tu turno —le dijo Flora a Cassie con una pequeña sonrisa.
Trik tomó su mano para evitar que ella se acercara al borde del agujero. Le
dio a Flora una mirada que hizo que diera un paso atrás y se giró hacia el
resto del grupo.
Melda, la elfo que Cassie conocía como Flora, vio mientras el último de los
elfos de la luz cruzaba a través del portal. Contó hasta veinte como Lorsan
le había dicho, para asegurarse de que todos estaban del otro lado y luego
extendió su mano sobre el portal. Ante sus palabras susurradas, observó
mientras el agujero se encogía en sí mismo hasta que hubo desaparecido
por completo. Melda se sonrió mientras desempolvaba sus manos.
—Hacer que la tonta chica humana confíe en ti. Listo. —Hizo el gesto de
marcar una lista en el aire—. Convencer a tontos humanos y elfos de
pasar por un portal. Listo. Cerrar todos los portales de modo que no haya
forma de volver al reino humano o de que los elfos regresen al reino elfin.
—Hizo una pausa y sonrió—. Listo. Listo.
—Nada, solo decidí que necesitaba verte. —Le sonrió e intento parecer
inocente, lo cual para ella no era fácil, ya que normalmente no lo era. Él
miró su apariencia y supo que el aspecto cubierto de polvo y desaliñado no
estaba haciendo nada para ayudar a su farsa y supo que su próxima
pregunta solo iba a hacer las cosas peores—. ¿Qué mes es?
—Es enero, día cuatro para ser exacto. ¿Cómo llegaste aquí? —preguntó
sospechosamente mientras miraba alrededor por su auto. Haría la
pregunta más obvia primero. Era válida, por supuesto, ya que él vivía a
dos horas de la ciudad de Oklahoma.
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—Tomé el autobús —mintió otra vez. Enero, maldición, ¿cuánto tiempo
habían estado en la tierra de las hadas?, pensó, pero intentó que ese
pensamiento no se mostrara en su rostro.
—Te advertiré una vez, que quites tu mano de la dama. —Una profunda
voz llegó desde detrás de Elora. Los ojos de Oakley se ampliaron cuando
miró más allá de su hermana para ver a dos tipos grandes y, con su
cabeza inclinada hacia un lado, su mamá.
—¿Mamá? —Su voz era ronca.
»Elora —Su nombre salió más suave de lo que pretendía, más como una
caricia—, ¿estás bien? —Ella no respondió. De hecho, no se había movido 24
desde que él, su madre, y Rin había aparecido del portal. Dio un paso
alrededor, empujado efectivamente al chico y arrodillándose para así poder
mirar su rostro. Sus ojos estaban fuertemente cerrados y sus labios se
estaban moviendo ligeramente. Se inclinó más cerca para intentar
escuchar lo que estaba murmurando y casi se echó a reír cuando
finamente lo descifró.
—¿Pensaba que eran las chicas grandes las que no lloran? —susurró cerca
de su oído para que solo ella pudiera oírlo. Ella se congeló. Sus ojos se
abrieron de golpe y sus murmullos cesaron inmediatamente. Sus ojos
encontraron los suyos y esperó a que ella dijera algo, todo el tiempo
luchando el deseo natural de envolver los brazos a su alrededor y acercarla
al refugio de su cuerpo. Cuando finalmente habló, solo confirmo lo que él
ya sabía.
—Esa es una discusión que es mejor guardarla para una situación más
privada. —Se puso de pie y dio un paso atrás de ella y ese pequeño espacio
entre ellos se sintió como el Gran Cañón. Elora se sacudió mentalmente y
echó sus hombros hacia atrás. Respiró profundamente y exhaló
lentamente y luego se volvió a enfrentar a los demás.
Elora cruzó los brazos en frente de ella y levantó la cadera hacia un lado
mientras miraba a su hermano.
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—¿Quieres la historia completa o el resumen?
—Es mi hermano, Cush. Ya sabe de los elfos; es solo toda la otra mierda la
que no conoce, así que el resumen para comenzar —dijo y mientras
continuó hablando, sus ojos nunca dejaron los de Cush—. Cassie conoció
a un chico caliente que terminó siendo un elfo oscuro asesino. El rey de
los elfos oscuros tiene una malvada conspiración para volver a los
humanos adictos a una droga producida por una planta de su reino, así
gastarán más dinero en sus casinos. Cassie fue capturada, fuimos a
rescatarla, y luego nos capturaron. Fuimos rescatados; ahora estamos
aquí. Supongo que Cassie y su hombre van a volver al castillo de los elfos
de la luz. —Hizo una pausa como si pensara y luego dejó salir una risa
seca y sin humor—. Oh, y aparentemente, soy la Elegida de Cush.
Capítulo 2
Traducido por Areli97, AnnaTheBrave y Helen1
—Tsk, tsk. —Syndra hizo caso omiso—. Estoy más preocupada de que no
todos ustedes aparecieron de la nada.
—Perdóname, mi reina —le dijo con una ligera sonrisa mientras tomaba su
rostro entre las manos y la inmovilizaba mientras la besaba. Cuando se
retiró ambos estaban respirando pesadamente—. No dejaré que suceda
otra vez. —Tamsin retrocedió un paso y le dio algo de espacio.
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Cassie sintió la cálida mano de Trik en la parte baja de su espalda justo
antes de que sintiera su cálido aliento en su oído.
Ella giró su cabeza para que así pudiera levantar la vista hacia él. Sus ojos
plateados bailaban con travesura mientras la miraba y se preguntó si
existiría un momento alguna vez en el que ella no fuera dejada sin aliento
por su belleza.
—Me imagino que eres raramente superado —se burló—, así que no siento
la necesidad de intentarlo.
—Te dejaré en paz por ahora, Cassie amor, pero más tarde, eres toda mía.
—Su voz era suave como el terciopelo y atada con seducción, ocasionando
que un escalofrío corriera por su espalda. Ella no respondió a su
advertencia porque sabía que si abría su boca, simplemente le rogaría que
cumpliera su amenaza, y oh, cuán dignificante se vería eso.
Tamsin le estaba contando a Syndra qué había pasado en el castillo de
Lorsan. Apenas había empezado a contarle acerca del portal de escape
cuando Cassie regresó.
—¿Así que Lisa atravesó el portal para seguir a Elora, solo que ella no
sabía a dónde había ido Elora? —pregunto Syndra.
—Hay como mucho dos lugares a los que Elora pudo haber ido. Así que
era una oportunidad de cincuenta-cincuenta de terminar en el lugar
correcto —apuntó Cassie.
Syndra resopló.
Syndra asintió.
—Usé un poco de magia en ellos para evitar que pensaran que estabas
perdida. Era magia sugestiva, así que cuando sea que ellos pensaran en ti
la magia les hacía pensar que realmente te habían visto recientemente. Y
te has ido por un par de meses. Es enero en el reino humano.
—Debería estarlo, mi magia es buena mientras esté con vida. Pero aun así
es una buena idea que tú vayas a verlos realmente. Reforzará la magia
cuando no estés ahí.
Cassie sonrió.
—Preferiría mostrarte.
Syndra se quejó.
Cassie se rio.
—Tenemos que ir al reino humano y hablar con mis padres —le dijo
intencionadamente—. No hay tiempo para andar jugando un poco.
—En eso tengo que estar de acuerdo con el asesino —dijo Syndra con un
guiño.
—Está bien —dijo finalmente—, iremos de vuelta con tus padres, pero —
sostuvo un dedo en alto—, solamente para contarles la verdad y luego
vamos a volver justo aquí. Tenemos planes de batalla que hacer.
—Gracias —susurró.
Trik besó sus labios suavemente.
—Te amo.
Ella sonrió.
—Te amo.
—Ahora que pienso que voy a vomitar, ¿nos podemos ir? —preguntó
Syndra mientras tomaba la mano de Tamsin y se dirigía hacia las paredes
de espejos.
—Sí, Mi Señor.
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Cassie siguió a Trik a los espejos, cada uno tomando sus respectivos
lugares al lado de Tamsin y Syndra. Dieron un paso al mismo tiempo para
ir a través de los espejos y todos fueron empujados hacia atrás con una
fuerza tan fuerte que cada uno aterrizó sobre sus traseros.
—¿Qué hay acerca del Santuario? —preguntó Syndra—. ¿Crees que los
portales ahí estén funcionando?
—El portal por el que acabamos de viajar para venir aquí era un portal
maestro, lo que quiere decir que si alguien lo cerró entonces los cerraron
todos.
—No es por sonar como un disco rayado, ¿pero qué hacemos ahora? — 31
Cassie miró a cada uno de los elfos reales ante ella y sintió su pecho
apretarse a medida que se daba cuenta cuán molestos estaban por esta
nueva revelación.
Tamsin asintió.
—No.
Los ojos de ella se ampliaron y juró que su corazón se saltó un latido ante
el mero pensamiento de la vida de Trik terminando, de no tenerlo aquí con
ella. Caminó hacia él y levantó la mirada. Sabía que sus ojos estaban
húmedos por las lágrimas no derramadas pero no podía evitarlo, incluso la
idea de una vida sin Trik era suficiente para romper su corazón.
Cassie resopló.
Trik se encogió.
Cassie sonrió.
—Eres el Rey Elfo, Triktapic. Sí, cometiste errores, pero no vas a gobernar
de puntillas a los Elfos de la Luz porque están enfadados contigo. Vas a
decirles los hechos y recordarles que cuando divides un pueblo, problemas
como Lorsan son con los que acabas. Y luego los llamarás a pelear, por
ellos mismos y por su rey.
—Hola —su voz fue lisa y sofocante mientras miraba al guerrero que
actualmente ocupaba la mayoría de sus pensamientos.
—Bueno, has cogido todas esas cosas que me pasaron por la cabeza, así
que así es cómo me siento —le dijo ella sin apartar la vista. Ella no iba a
estar avergonzada o incómoda acerca de quererlo, y si él tenía algún
problema con eso podía besarle el trasero.
Cush observó a Elora bajar por el pasillo hacia la sala de estar alejándose
de él. Había entendido el mensaje alto y claro. Ella lo quería, pero no iba a
mendigar. Se estuvo diciendo a si mismo que era algo bueno que ella fuera
capaz de resignarse al hecho de que nunca podrían completar su
emparejamiento. Él no tenía espacio para una mujer en su vida y no
estaba capacitado para hacerla feliz. De hecho, la volvería loca. Porque una
vez que la hubiera reclamado, que la hiciese suya, nunca podría dejarla ir.
Él sabía el tipo de hombre que era: posesivo, celoso, egoísta, dominante.
No la querría cerca de otros machos. La metería en una jaula para
protegerla y eso la rompería. Mira, es mejor de esta manera, pensó
mientras iba en la dirección que ella acababa de tomar hacia la pequeña
sala de estar del departamento de su hermano. 35
Sus pies y sus pensamientos se congelaron en su lugar al momento en el
que entró a la sala y vio a Elora envuelta en los brazos de otro macho al
que nunca había visto antes. Sintió sus músculos ponerse rígidos y su
mandíbula apretarse mientras sus dientes se juntaban. Se forzó a
apoyarse casualmente contra la pared porque si no lo hacía iba a arrancar
los brazos del macho humano que seguía tocando a su Pequeño Cuervo. Él
observó mientras Elora, su hermano, el macho desconocido, y Lisa
hablaban y reían. Ellos eran obviamente amigos. Amigos, se dijo a sí
mismo, eso es todo. Pero entonces el idiota fue y golpeo a su compañera en
el trasero, estúpido humano.
Cush vio rojo al tiempo que la mano hacia contacto con la muy tentadora
parte posterior de su Elora y estaba cruzando la habitación con su
antebrazo presionado contra la garganta del macho humano antes de que
la idea cruzara siquiera por su mente.
—¡Cush! —Él escuchó el jadeo de Elora pero ignoró todo salvo al humano
que tenía presionado contra la pared.
—¡Cush, déjalo ir! —La voz de Elora rompió a través de él. Giró la cabeza
para mirarla mientras ella intentaba, en vano, empujarlo lejos del humano.
—¿Y qué? —espetó Elora—. Estoy soltera, Cush. Puedo dejar que
cualquier chico me toque si quiero. Ahora deja a Paul irse.
Por alguna razón, el nombre del macho en los labios de Elora solo
aumentó su furia. Él se volvió hacia el humano. Paul, escupió
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mentalmente el nombre. El chico se estaba volviendo azul, lo que le
indicaba a Cush que estaba empujando con mucha fuerza.
Elora se congeló ante la fría dureza que envolvía su voz. Inclinó la cabeza
hacia atrás para poder verlo y vio que sus ojos azul grisáceos brillaban
casi resplandeciendo. Su mandíbula estaba apretada por el esfuerzo que le
tomaba no actuar o lo que fuera que él estuviese pensando.
—Entonces estás diciendo que no me quieres ¿pero nadie más puede
tenerme tampoco? —le preguntó mientras se soltaba de su agarre. Ella no
hubiese sido capaz de obtener la libertad si él no lo permitía, pero no iba a
detenerse en ese pequeño detalle.
Cush le frunció el ceño y ella casi rio. Era obvio que a él no le gustaba la
manera en la que eso sonaba cuando ella lo exponía de ese modo.
—No sé lo que quiero, Elora, pero sé que ver a otro macho tocarte me está
volviendo más violento de lo usual.
—¿Más violento? —Él no dijo nada más. Simplemente tomó su mano y tiró
de ella a la más lejana pieza de mueblería de la sala de la habitación y la
empujó en ella. Elora puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos, pero se
quedó donde él la había puesto—. Sigue tratándome como a un maldito
perro, Cush, y voy a morder tu…
—¡Elora! —espetó Lisa. Su voz fue brusca pero cuando Elora miró a su
madre vio una pizca de humor detrás de su tono. 37
—Solo estoy dándole una pequeña advertencia. ¿Paul está bien?
Lisa asintió.
—Bueno. —Oakley vino y se paró al lado de Lisa, con los brazos cruzados
sobre el pecho—. Ahora que Legolas ya no está tratando de matar a mi
compañero de piso, ¿están dispuestas a decirme todo?
Dos horas más tarde Oakley se levantó una vez más y se paseó mientras
Elora terminaba su explicación.
—Así que, así es cómo terminé en tu puerta. Supongo que aquí es donde
yo quería estar —dijo—. Mamá me siguió con —Ella señaló a Cush y Rin—,
esos dos. El melancólico sexi es Cush y el atractivo no-melancólico es Rin.
—Tenemos que llegar al castillo de los Elfos de la Luz y ver lo que el rey ha
planeado —dijo Cush mientas se apartaba de la pared en la que estaba
apoyado. Se acercó a la gran ventana frontal y luego miró por encima del
hombro a Elora—. Debemos irnos.
Oakley se rió.
—Regresaremos. Cuídate.
Oakley asintió y luego vio cuando el grupo se acercó a donde Cush estaba
parado frente a la ventana.
—¿Cuál fue tu primera pista? ¿La incapacidad para caminar a través del
vidrio o la incapacidad para caminar a través del vidrio? —preguntó Elora
secamente. Lisa le golpeó el brazo y la miró—. ¿Qué? —gruñó Elora—. Lo
siento, pero me inclino a ponerme enojada cuando las cosas no salen como
se supone que deben.
Rin se rio y luego miró más allá hacia el elfo detrás de ella. Él negó con la
cabeza.
Elora miró por encima del hombro y vio que Cush estaba arrojando dagas
con la mirada a ella y Rin. Se encogió de hombros.
—Tienes razón, Elora, tenemos que ir a verlos y hacerles saber que Cassie
está bien.
Cush dio un paso y su enorme cuerpo se alzó sobre ella. Lo miró con
recelo mientras una lenta sonrisa se formaba en los sensuales labios de él.
Se agachó junto a su oído y le susurró:
—Elora.
~Tony
42
Tony permaneció como un testigo silencioso ante el horror que estaba
tomando lugar ante él, mientras contemplaba el piso del casino desde la
percha de su oficina. Él, como la mayoría de los gerentes de casinos, tenía
un cristal unidireccional revistiendo su oficina así podía observar sin que
el público fuera capaz de verlo. Mientras dos de sus guardias de seguridad
llevaban otro cliente violento hacia el suelo, se preguntaba si poner el
vidrio unidireccional había sido una idea inteligente.
―Hemos llamado a la policía otra vez. Parece que el Sr. Black no puede
recordar quién es o dónde vive. ―La profunda voz de Rick Lawson, jefe de
seguridad de Inequity, retumbó a través de la línea y Tony podía oír el
cansancio que sabía pesaba en todos ellos.
1
Just say no: (solo di no), fue el lema de una campaña de publicidad en contra de la
drogas en Estados Unidos. El lema fue creado por Nancy Reagan durante la presidencia
de su marido.
―Empezarán a cobrarme tantas veces como tengan que venir ―dijo Tony
solo medio bromeando.
―Jefe. ―Tony puso los ojos en blanco. Rick solo lo llamaba jefe cuando
estaba a punto de decir algo con lo que nadie más se saldría con la suya.―
Tienes que librarte de la sustancia. Algo acerca de ella no está bien.
Tony sabía acerca de qué estaba hablando, y sabía que tenía razón, pero
sus manos estaban atadas. Los elfos oscuros que poseían la mayoría de
Las Vegas estaban a cargo de la distribución del Rapture y le habían
dejado en claro que él debía mantenerlo en el bar y mantener su nariz lejos
de sus asuntos. Pero, así como su padre antes que él, soportó la carga
solo. Ninguno de sus empleados sabía algo acerca de los elfos, de luz u
oscuros. Nadie sabía que no tenía poder real. Era un subordinado para los
elfos oscuros así como sus empleados lo eran para él.
―Tony, tengo hombres listos para renunciar porque temen por sus vidas.
Las personas que están bebiendo este Rapture actúan como adictos
empedernidos. Has estado en este negocio un largo tiempo, has visto lo
que las adicciones pueden hacerle a cierto tipo de personas. Son peligrosos
para ellos mismos y para todos a su alrededor.
―Te escucho, y estoy de acuerdo, pero hay más cosas sucediendo de las
que sabes. Estoy intentando tratar con ellas, por favor créeme cuando
digo que así no es como quiero que mi casino funcione.
Rick estuvo en silencio por varios minutos.Finalmente dijo:
—Bien. Por ahora te dejaré hacer lo que sea que necesites hacer para
manejar esto, pero hazlo rápido, o todos nos iremos de paseo
—¿Por qué los dejaste escapar? —estalló Ilyrana, parándose en seco para
mirar a su rey entonces reanudó su paso enojado—. Y digo dejaste,porque
esa es la única manera en que esos imbéciles pudieron haber sido capaces
de irse.
—No tengo que justificarme —dijo sarcásticamente—. Pero eso hará que
sea más fácil a largo plazo a quienes, de otra manera, podrían ser difíciles
de convencer de seguirme. —Respiró profundamente y tronó su cuello,
deshaciéndose de la tensión que había estado acumulada ahí—. Los
hechos son estos, querida. —Tomó su mano y la atrajo hacia él mientras
hablaba—. Triktapic es el rey otra vez, puesto en esa posición por los
Señores del Bosque. Está destinado a reinar.
45
—¿No crees que deberíamos tener un plan antes de que vayamos allí? —
preguntó Lisa, sin hacer ningún movimiento para salir del vehículo.
—No sé qué es lo que hay que planear —dijo Elora desde el lugar en el que
estaba de pie en la acera, con sus brazos cruzados sobre el pecho—.
Cassie está con un elfo asesino en otro reino. Eso es todo lo que hay.
—¿Conoces a Tony?
—Esto está más allá de las líneas de la desilusión, mamá —dijo Oakley.
2
Sin City: Así se le dice a Las vegas, que traduce ―Ciudad del Pecado‖.
pensó. Sacudiendo su momentánea distracción causada por el elfo
guardián, se apuró tras su madre con Cush y Rin siguiéndola, sin dudar
en vigilar por cualquier peligro potencial de los elfos oscuros.
—Sra. Tate —dijo Elora su nombre como una pregunta porque estaba
empezando a preguntarse si esta mujer siquiera la reconocería como la
mejor amiga de Cassie—. ¿Podemos pasar? —La Sra. Tate dio un breve
asentimiento y luego dio un paso atrás para dejar pasar al grupo. Elora
pasó primero y los demás la siguieron mientras llenaban la sala de estar.
Observó la familiar habitación, la cual, de alguna manera, sin Cassie
parecía extraña. Nada había cambiado que ella pudiese decir, pero aunque
no hubiera un cambio visible, la casa de Cassie estaba mucho más
diferente de lo que estaba dos meses atrás.
47
Elora se congeló cuando Cush se colocó detrás de ella y se inclinó de
manera que su boca estaba junto a su oído.
Ella casi grita un gran duh hacia él, pero decidió que hubiese sido menos
que útil.
—Sra. Tate, hay que hablar sobre esto por un minuto —dijo Elora,
tratando de aplacar a la, notablemente furiosa, mujer—. ¿Podría soltar a
mi madre? Creo que está lastimándola.
Como oxígeno siendo aspirado del fuego, su furia murió con las palabras
de Elora y soltó la muñeca de Lisa. Parecía horrorizada y observó su mano,
como si ella fuera la culpable de actuar de esa forma por su cuenta, y
luego se volvió hacia Lisa.
Sylvia asintió ausentemente y luego hizo señas al sofá y las sillas. Los
labios de Lisa estaban apretados en una línea mientras se encogía de
hombros, dejándole saber a Elora que no tenía idea.
Todos menos los dos elfos se sentaron y el incómodo silencio que le siguió 48
hizo que Elora quisiera gruñir, lo que era un pensamiento preocupante,
porque, por lo general, no se inquietaba con tanta facilidad.
—Lo siento, um, no quiero sonar ruda —les dijo Sylvia mientras miraba
hacia donde Cush y Rin estaban de pie, luciendo menos que accesibles en
su postura guerrera—. Pero, ¿Por qué están acompañados de hombres de
la Marina?
Elora trató de detener su risa, pero eso no iba a suceder. Lanzó su cabeza
hacia atrás y solo la dejó salir. Eso tal vez no fue realmente tan gracioso,
pero las cosas estaban empezando a llegarle, y esta era la forma en que
lidiaba con ello.
—No son de la Marina, Sra. Tate —aseguró Elora mientras limpiaba las
lágrimas de risa de sus ojos—. Son amigos de Oakley.
—Sí, son amigos míos. —Tosió y se volvió en su silla, por lo que solo Elora
le oyó murmurar—: Los conocí mientras pasaba por mi fase de peleas
clandestinas.
—¿De verdad me estás diciendo que piensas que fue más rara que ustedes
dos? —habló Rin. Lisa puso su mano sobre la boca para cubrir su risa.
—Dice el elfo de otro reino que parece un GI Joe con pelo de arcoíris. —
Elora rio y después de un momento añadió:
—No te olvides del carcaj. Ya sabes que el amigotiene que llevar un carcaj.
—Está bien, está bien, crees que somos raros. Pero tienes que admitir que
algo pasa con Sylvia —les dijo Elora—. La Sylvia que conozco estaba llena
de vida, y siempre estaba haciendo algo, era inteligente, perspicaz y esa…
—apuntó hacia la casa—, esa persona no es ninguna de esas cosas.
Elora quiso reírse de la broma que Rin le había hecho a Cush, pero decidió
ser madura… por ahora.
—Te dije cuando estábamos ahí que sentí la presencia de magia, o más
bien como el resto, o residuos de ella. —Elora asintió, animándole a
continuar—. No ha visto a su hija en meses. No dijo nada sobre ello.
Basándonos en eso, diría que alguien ha estado robando.
—¿Robando? —dijo Elora desconcertada. Respiró profundamente y sus
ojos se abrieron—. ¿Quieres decir que alguien le robó los recuerdos?
—Está bien, ese es un tema para más tarde. Entonces lo que estás
diciendo es que alguien, y por alguien todos sabemos que fue uno de los
compinches de Lorsan, vino y le robó los recuerdos, y probablemente
también al señor Tate. ¿Qué hacen con ellos? ¿Están en una estantería en
algún lugar simplemente ahí con los demás recuerdos robados?
Rin se rio.
51
—¿Qué? —dijo Elora—. Es una buena pregunta.
—Podría comer.
—Creo que no hace falta decir que yo y mi espada somos capaces de salvar
el mundo —respondió Cush.
Elora se quedó muda por la confianza pura que él había rezumado. Estaba
intentando con todas sus fuerzas no quererlo, y si no fuera tan seguro de
sí mismo, apuesto, calmado bajo presión y gracioso (de una forma muy
inesperada), lo estaría llevando bien. Pero era todas esas cosas y seguía
diciendo cosas que la sacaban de balance. Lo miró por la ranura del ojo.
Mal movimiento, genio, se dijo. Regla número uno: no mirar al chico sexi.
Está bien, quizás esto podría funcionar si se hubiera puesto unas propias
reglas. Debería llamarlas: Reglas para permanecer no-elfada. Mentalmente
sonrió y mentalmente se golpeó por básicamente tener una conversación
consigo misma, riéndose de sus propias bromas. Se recompuso en su
asiento sin responder a su comentario ingenioso y ciertamente gracioso.
—Elora, tomará cinco minutos llegar a un lugar para comer —apuntó Lisa.
Lo que Elora quería decir era: esos cinco minutos son demasiados para
estar atrapada en este viaje con el único chico que había conocido que hacía
que batiera sus pestañas y sonriera como una idiota, pero lo que en 52
realidad dijo fue:
―Sé a ciencia cierta que Syndra te dio tu propia habitación, Trik ―bromeó
Cassie mientras salía del baño, recién duchada y viéndose demasiado
inocente para estar con alguien como él.
―Bebé, pensaría que eso sería obvio. ―Se detuvo y casi se rio cuando ella
le dio un impaciente resoplido―. Tu habitación te tiene a ti, mientras que
la mía tiene una decidida carencia de ti ―observó él, a medida que sus
mejillas se llenaban de calor y ella luchó con su obvio deseo de acercarse a
él.
―Estoy lista para que todo esto se acabe, para que las cosas sean… ―se
detuvo.
―Podrías verlo como una nueva normalidad. ¿Es un mal cambio? ¿Yo, mi
mundo? ―Quería la respuesta, y al mismo tiempo, estaba aterrado de ella.
Trik se apoyó en un codo para así poder mirarla. Sacó su mano de debajo
de la de ella y la estiró para trazar su mandíbula.
―Sé que lo haces, y arreglaré esto, Cassie. Serás capaz de hacer lo que sea
que quieras hacer. Voy arreglarlo. ―Quería darle el mundo. Quería hacerla
feliz y segura pero tenía la sensación que habría mucho dolor y lucha
antes de que eso sucediera.
―¿Tienes el peso de un pueblo sobre tus hombros y aun así te estás
preocupando por mí? ―preguntó Cassie mientras levantaba la vista hacia
él en la oscura habitación. La luz de la luna brillaba a través de las
ventanas y emitía un suave brillo sobre su rostro.
―Eres mía, Cassie, mi Elegida. No puedo hacer lo que tengo que hacer sin
ti. ―Sintió las emociones, que parecían haber estado acumulándose todo el
día, empezar a atravesarlo, y casi lo abrumaron. Ahuecó su rostro, se
inclinó hacia abajo y presionó sus labios con los de ella. No debería estar
acostado aquí con la mujer más increíblemente dulce que había conocido
alguna vez. No la merecía, y aun así, no la dejaría ir, nunca.
Cassie gimió a medida que Trik la besaba. Si había una cosa que su
asesino podía hacer, era besar. Sus labios pusieron un hechizo sobre ella
mientras abría sus labios para él. Su sabor se precipitó dentro de ella y se
empujó más cerca de él, necesitando sentirlo contra ella, necesitando
saber que estaba a salvo y que Trik no dejaría que le pasara nada. Sus
brazos se envolvieron alrededor de ella y los rodó de forma que ella estaba
encima de él. Ella se rio en su beso ante el rápido movimiento, y cuando
abrió los ojos, vio los plateados de él mirándola de vuelta.
55
―Eres tan hermosa, A’maelamin ―le susurró.
―¿Sabes lo que dicen acerca de aquellos que juegan con fuego? ―le
preguntó en una peligrosamente baja y absolutamente seductora voz.
―No tienes idea de cuán atractiva eres incluso sin intentarlo, pero cuando
pones algo de esfuerzo en serlo, maldición mujer, eres peligrosa ―casi le
gruñó Trik. Ella tuvo que morder su labio para evitar sonreír. Sabía que no
debería estar satisfecha consigo misma, pero lo estaba porque Trik todavía
la deseaba.
―¿Qué fue eso? ―Trik frunció el ceño―. Te prometo, Cassie, que no estaba
escuchando, pero esa fue una emoción realmente fuerte, y tú básicamente
me la gritaste. ¿Pensaste que podría no desearte?
―El modo en el que actué mientras estaba bajo el Rapture, Trik, fue
horrible y es tan embarazoso. La manera en la que bailé. Mierda, ni
siquiera sabía que podía hacer esos movimientos.
Ella se rió.
―A’maelamin, escúchame ―esperó hasta que ella miró una vez más a sus
ojos―. ¿Dormiste con múltiples hombres, juntos, o individualmente?
56
Cassie jadeó, asqueada por lo que estaba sugiriendo.
Trik se rió.
Ella se rio y por ese breve momento sintió una pequeña cantidad de paz.
El deseo que ella sentía por Trik no era nada más que una chispa
comparado con el anhelo de él por ella. Sentía su cuerpo acalorarse desde
la punta de sus pies hasta la cima de su cabeza y se preguntó como él
podía andar por ahí con todo eso dentro de sí mismo. Finalmente, él alejó
su mano con la respiración pesada y Cassie se dio cuenta de que, para su
sorpresa, ella también tenía la respiración dificultosa.
—Vaya—murmuró.
—Podría decir que eso fue digno de algo más que un vaya. 57
—¿Cómo? Quiero decir, vaya —tropezó Cassie e intentó mantener sus
palabras y su voz estables.
—Ahora estas sintiendo solo una pizca del deseo que yo siento por ti.—La
atrajohacia él y besó su frente.
—¿Qué hay acerca de ese libro que tienes, Lisa?—preguntó Elora mientras
ellos se sentaban reunidos en la sala de estar, una habitación que
normalmente parecía en promedio grande de tamaño pero ahora estaba
empequeñecida por los dos altos guerreros que la ocupaban.
—Em—comenzó ella.
—¿Mamá?—incitó Elora.
—Sí, bueno, ves ese libro… bueno es… —tropezó Lisa con sus palabras
mientras retorcía sus manos en su regazo nerviosamente.
58
—Mamá ¿Qué pasa?—preguntó Oakley finalmente—. ¿De qué libro está
hablando Elora?
—Este libro, como te dije antes, es el Libro de los Elfos. —Pausó y miró a
los dos guerreros. Efectivamente, sus ojos estaban tan amplios como
platos de cena. Ella asintió hacia ellos—. Mi compañero me lo dio para
esconderlo. Hubo varios segundos de silencio antes de que Elora hablara.
—Vaya, Vaya, espera un segundo—dijo ondeando las manos hacia su
madre—. Lo siento pero podría jurar que dijiste tu compañero, no esposo,
compañero.
Lisa le dio a Elora una de sus miradas y Elora levantó sus manos en
rendición.
—Está bien, está bien, me callaré hasta que termines, pero quiero avisar
que no estoy feliz.
Lisa rio.
—Después que él murió, era más seguro cortar lazos con ese mundo y
entonces los crié en el mundo humano, aunque Syndra y yo nos
mantuvimos en contacto. Nos convertimos en aliadas y ella me ayudó a
proteger la magia del libro para mantenerlo oculto.
—Em, poniendo aparte por un segundo que estas alegando que mi padre
es un… elfo—interrumpió Oakley—. ¿Qué en ese libro es tan peligroso?—
preguntó.
—¿Siglos?
—Oh, no me importa —le dijo Elora cuando se dio cuenta de que Lisa la
estaba mirando—. Aún estoy atorada en ―su padre era un elfo oscuro‖.
Solo, em… —Ella sacudió su mano hacia ellos—, continúen.
Ella asintió.
—¿Así que estoy asumiendo que Lorsan mató a nuestro padre? ¿Que no
nos dejó cuando éramos bebés? —preguntó Elora.
—Sí, pero deberían saber que el nombre de su padre no era Ben Thomas.
—¿Tu hombre robó el libro elfo y su nombre era Steal3? —Miró a Rin y
Cush mientras sacudía su cabeza—. ¿Qué pasa con ustedes y sus
nombres locos?
—Amigo, puedo ser medio elfo, pero mi nombre no significa almohada para
trasero.
3
Steal: Robar, en español.
—Está bien ustedes dos, la tensión sexual en esta habitación es suficiente
para estrangular a un elefante. ¿Qué tal si no hacemos contacto visual
directo? —les dijo Lisa y aunque era obvio que estaba bromeando, también
era igualmente obvio que había una pequeña gota de seriedad en su
reprimenda.
Elora finalmente rompió el contacto visual con Cush y frotó su mano por
su cara. Su mente se sentía como papilla, su cuerpo dolía, y aunque
quería saber todo y cualquier cosa que había que saber de su padre,
también quería una ducha y una cama. Ahora solucionar, ¿cuál de esas
necesidades era la más grande?
—Está bien —dijo mirando a Cush—, así que podrías seguramente leer lo
que está en este libro elfo, ¿cierto?
Cush asintió.
—¿Y podría arrojar algo de luz sobre cómo abrir los portales?
Oakley asintió.
Lisa le sonrió a su hijo y luego miró a Elora que también estaba mirando a
su hermano.
—No pienses ni por un segundo que los voy a dejar a ustedes dos hacer
esto solos.
—Te creo —le dijo finalmente y luego se dio la vuelta y se dirigió hacia su
habitación—. Buenas noches —gritó por encima de su hombro, sin
molestarse en mirar hacia atrás. Estaba drenada. Su cabeza dolía, sus
emociones estaban en carne viva y sentía como si cada nervio en su
cuerpo hubiera sido expuesto a los elementos, y estaba lista para estar 63
sola.
Tomó una ducha rápida, cepilló sus dientes, se puso su top negro favorito
y su sudadera gris, y se metió en su cama. Justo cuando iba a caer
dormida, oyó un suave golpe en la puerta. Sabía que era una de dos
personas. O era su mamá viniendo para ver cómo estaba, en cuyo caso no
tenía ganas de hacer la escena madre-hija de te quiero, o era Cush. Y ella
no tenía ni idea de lo que quería y, por el momento, estaba tan cansada
que no le importaba. Así que ignoró los golpes y se dejó llevar por el sueño.
No les había dicho todo. Casi había mordido su lengua mientras esperaba
que ellos le preguntaran cómo había muerto, pero de alguna manera la
pregunta no había surgido, aún. Sabía que iba a llegar y temía tener que
responderla, temía ver el dolor en los ojos de Elora. ¿Cómo le dices a tu
hija que el compañero de su mejor amiga mató a su padre?
Capítulo 5
Traducido por iarii, flochi y martinafab
~Syndra
—Sí, todo el reino de los Elfos de la Luz. Hemos reunido a todos en el patio
principal—le dijoTamsin mientras estaban mirando fijamente a la multitud
desde la ventana del segundo piso.
—No sé por qué todos ustedes insisten en pensar que de alguna manera
estoy asustado de estas personas. Sigo siendo Triktapic el elfo oscuro
asesino. Puede que no sea tan vicioso como lo fui una vez, pero no me
acabo de convertir de repente en marica durante la noche.
Cassie, que había entrado justo detrás de Syndra, deslizó sus brazos
alrededor de su cintura y apoyó la cabeza contra su pecho. Sin pensarlo
sus brazos la rodearon y la atrajo más cerca de él.
Trik se retiró de modo que podía mirar hacia abajo a su cara. Su belleza,
mucho más allá de la piel, lo dejó sin aliento. Cuando sus ojos bailaron
con picardía y sus labios se movieron con humor apenas contenido, estaba
momentáneamente sin habla. Ella inclinó la cabeza hacia un lado,
interrogante.
Ella contuvo el aliento cuando levantó la mirada hacia él, y él sabía que
podía ver lo mucho que quería decir esas palabras, cuán
desesperadamente las sentía.
»¡Los Señores del bosque han traído de vuelta a nuestro rey! Le doy mi
lealtad; le prometo mi lealtad. Los Señores del Bosque han traído a
nuestro rey una compañera, su reina designada. Le doy mi lealtad; le
prometo mi lealtad. ¡Salve al Rey Triktapic y la Reina Cassandra!
Hubo un ruido repentino de truenos y nubes que no había estado allí hace 68
unos momentos, comenzó a llegar a través del cielo. Ella levantó la mirada
hacia el cielo y luego hacia las personas que estaban tan nerviosas como
ella se sentía. Echó un vistazo a Trik, pero parecía tan confiado como
siempre.
—Los Señores del Bosque —le murmuró y luego asintió. Ella siguió el
movimiento y vio a la multitud comenzar a separarse. Observó con
asombro como tres seres que parecían estar hechos de luz caminaban
hacia ellos. Se detuvieron a unos veinte metros de distancia y luego se
volvieron para dirigirse a la multitud, que inmediatamente cayó de rodillas.
—Se podrían inclinar ante sus creadores y humillarse porque ustedes son
los creados. ¿Y sin embargo, no se inclinan ante el líder que sus creadores
les han dado? —Cassie se sorprendió al escuchar que la voz que hablaba
sobre la multitud era de tres voces distintas, hablando en perfecto
unísono—. ¿Debemos recordarles sus propios malos pasos? ¿Debemos
delinear las deficiencias de cada persona reunida aquí hoy? ¿O preferirían
que perdonemos su insolencia y los amemos a pesar de sus defectos? Hay
un mal que va en aumento, una oscuridad que busca destruir todo lo
bueno y puro. Hemos elegido a Triktapic tal como lo hicimos en el
principio, para cuidarlos, liderarlos, amarlos, cuidarlos, y proteger nuestra
creación, ustedes, la raza Elfin. Sus defectos son muchos y sus pecados
tan numerosos como las estrellas en el cielo, pero él es nuestro y lo hemos
humillado y elegido para exaltarlo porque lo van a necesitar. Ustedes
necesitarán su fuerza, su terca tenacidad yrápida inteligencia. Ustedes
necesitarán a su reina, la mujer que le hemos dado a él como su Elegida.
Ustedes necesitarán su amor, su compasión, y la fuerza de su carácter.
Antes del final, ustedes serán puestos a prueba más allá de lo que piensan
que pueden soportar. ¡Escúchennos ahora! Manténganse firmes. No se
rindan y no dejen que el mal tenga un punto de apoyo. Dejen de lado
cualquier mala voluntad que tengan en su corazón y opten por seguir
adelante. Porque si no lo hacen, se perderán, y sus enemigos triunfarán.
Los Señores del Bosque se volvieron y miraron a Cassie y a Trik y ella
sintió la fuerza de su luz. Sus rodillas se doblaron por su voluntad y se
arrodilló junto a Trik, que también había caído de rodillas.
—No soy digno de ser su rey —les dijo—. Pero me esforzaré en serlo.
Nunca más me alejaré del deber que me fue dado, y nunca más toleraré
que la oscuridad reine en mi corazón o en el corazón de nuestra raza. —La
multitud aplaudió y Trik sintió su corazón hincharse—. Los Señores del
Bosque les han dicho que viene un gran mal, y estoy aquí para decirles
que ya está llamando a nuestra puerta. Lorsan, el rey de los elfos oscuros,
se ha vuelto tan hambriento de poder que busca esclavizar a la raza
humana a través de una droga llamada Rapture. Ya la está
proporcionando a través de los casinos que le pertenecen en el reino
humano y ya varias vidas han sido destruidas. De alguna manera también
ha bloqueado los portales por lo que no hay manera de que lleguemos al
reino humano. El rey Tamsin y yo hemos intentando idear un plan para
seguir adelante, y estamos de acuerdo en una cosa: no podemos sentarnos
y esperar a que Lorsan haga el siguiente movimiento. Debemos atacar.
Debemos ser ofensivos si deseamos ganar esta guerra, y eso es
exactamente lo que es esto: una guerra. —Trik hizo una pausa y miró a
Tamsin quien le hizo un gesto de asentimiento.
—Pelearé. —Un elfo alto dio un paso hacia adelante y los miró. Sus ojos se
encontraron con los de Cassie e inclinó la cabeza—. Mi reina, le doy mi
fidelidad. Le doy mi lealtad. —Se volvió hacia Trik e inclinó la cabeza y
repitió las palabras. Trik asintió y tomó su antebrazo en un apretón de
manos de guerrero.
Cassie no supo cuánto tiempo estuvieron allí de pie mientras uno tras otro 70
de los elfos de la luz se comprometían con el rey y la reina. Estaba un poco
abrumada mientras se recordaba que era la reina ante la que se estaban
inclinando, y ese pensamiento trajo todo un nuevo conjunto de
preocupaciones mientras consideraba la responsabilidad que ahora
tendría. «Hace unos meses todo lo que tenía que manejar era llegar a tiempo
a clases», pensó, cuando otra persona se arrodilló ante ella, «y tenía
problemas con eso. ¿Ahora tengo que encontrar una manera de salvar dos
razas y destruir al rey elfo oscuro? Pan comido», resopló y luego se mordió
el labio cuando Trik la miró por el rabillo del ojo.
—Lo siento, solo teniendo un mini momento de locura —le dijo. Su sonrisa
favorita torció sus labios y de repente deseó que no estuvieran de pie ante
la raza de los elfos de la luz. «¿Podía ser ella más inapropiada?»¿ Pensó.
—Podría ayudarte con eso. —La voz aterciopelada de Trik acarició sus
entrañas y tuvo que liberar su mano para quitarlo de su cabeza. Soltó una
profunda exhalación y sonrió a la mujer que se puso de pie luego de jurar
lealtad. Cassie asintió hacia ella y estrechó su mano para luego darse
cuenta que era la última. Se preguntó si sería completamente
desvergonzado hacer un baile de alegría, y luego decidió que sí, lo sería.
Después se dio la vuelta y miró a Cassie. De repente ella se dio cuenta que
él quería que se dirigiera a los elfos reunidos. De alguna manera consiguió
evitar entrar en un ataque de pánico. Cassie se aclaró la garganta y sonrió
en lo que esperaba fuera una sonrisa genuina. Miró a todos los rostros
desconocidos y se recordó que todas estas personas se ponían los
pantalones de la misma manera que ella, o al menos eso esperaba.
—Eres natural —le dijo Trik a la vez que pasaba un cepillo a lo largo de su
cabello. Ella cerró los ojos y se concentró en sus dedos rozando su mejilla
cuando reunía los rizos rubios en su gran palma.
Ella sonrió.
Cassie echó la cabeza hacia atrás y se rio de sus palabras. Lo que hacía
que fuera más gracioso es que eso era cierto. La acosaría incluso si le
dijera que no lo quería. Miró a su increíblemente apuesto rostro, su cabello
brillante y negro como la noche y sus ojos de plata y pensó que estaría loca
en no quererlo. Tenía una presencia que la atraía como un imán al metal. 72
La llamaba y ella anhelaba estar cerca de él. Muy bien, quizás ella era tan
espeluznante como él.
—Me di cuenta mientras estaba de pie hablando que todo lo que dije era
cierto.
—Solo quiero decir que por fin me he dado cuenta de lo mucho que quiero
esto, cuánto te quiero a ti.
—He sabido que te quería, Trik, pero no sabía si quería todo el elfo-kabob.
Trik rió.
—¿Elfo-kabob?
—¡Trik!
Cassie sintió como si todo el aire hubiera sido aspirado de sus pulmones, y
lo único que podría devolvérselo fuera el hombre que tenía delante. Sus
manos grandes y cálidas, capaces de destruir, le sostenían su rostro
suavemente como si esperara sinceramente su respuesta.
—Lo haré —dijo ella finalmente. Muy dentro de ella, sabía que tal
proclamación debería sentirse pesada, como si tal vez el peso de una raza
sobrenatural acabara de ponérsele sobre los hombros. Pero por alguna
razón, en realidad se sentía más ligera. Tan pronto como las palabras
salieron de su boca y la intención llenó su corazón, sabía que estaba
cumpliendo con su destino, su papel en este mundo, y por suerte para ella
estaba pasando al lado del más sexi, aunque mortal, elfo asesino. Pero no
la oirías quejarse.
—Soy un libro abierto, nena —le guiñó un ojo—, por lo menos para ti. 74
Puedes dar un paseo por las entrañas de mi mente cuando quieras.
—No creo que quiera pasear por las entrañas de nada. —bostezó y deseó,
no por primera vez, que ojalá tuviera el nivel de energía de Trik. Podría
hacer muchas más cosas si no tuviera que dormir.
—Es hora de que tomes tu sueño de belleza —le murmuró Trik mientras se
erguía. Toda una hazaña, ya que ella estaba tendida sobre él. Él la movió
en su regazo para que pudiera llevarla y ponerse de pie sin ningún
esfuerzo en absoluto. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y
apoyó la cabeza en su hombro mientras la llevaba de vuelta a la cama.
—No sé por qué, ¿de acuerdo? —casi gimió—. Por alguna razón, de vez en
cuando simplemente tengo estos pequeños momentos de aferramiento
irracional.
—Promete que dormirás conmigo esta noche —le imploró ella con lo que
sabía que era un gemido, pero simplemente no tenía la energía para
importarle.
—Oh, cómo he anhelado oírte decir esas palabras —gimió Trik mientras se
sacaba la camisa por la cabeza.
Sin dejar de sonreír, ella envolvió sus brazos alrededor del que él había
extendido sobre su estómago y se acurrucó de nuevo. Su calor la envolvió
en un capullo de amor, y cuando sus labios se presionaron contra su
cuello, sintió que su corazón se hinchaba y se preguntó si el Dr. Seuss
tuvo razón cuando el corazón del Grinch creció de amor. Se sentía como si
su propio corazón fuera a estallar en su pecho. Cuando finalmente se
quedó dormida, dejó ir sus preocupaciones, dejó de lado sus miedos, y
abrazó la esperanza que se había puesto delante de ellos hoy en la forma
de un pueblo dispuesto a perdonar a su rey y luchar por un mundo al que
no pertenecían.
Capítulo 6
Traducido por Mari NC
~Elora
77
Elora miró por encima de él, su vaso congelado a medio camino a su boca.
Elora pensó por un momento y luego pensó un poco más. Sus ojos se
abrieron al darse cuenta de la respuesta a su pregunta.
Lisa se rio.
—Punto o no, el hecho es… —le espetó—, es que tengo dolor de cabeza. Así
que en lugar de estar ahí parado mirándome por tener algo que no puedo
controlar, por qué no me consigues Tylenol, Motrin o un martillo.
—La miseria ama la compañía, chico elfo. —Ella le guiñó un ojo y luego
bebió su leche. Dejándolo en su silencio de asombro, caminó a su
alrededor y le sonrió a su hermano, quien se estaba riendo por lo bajo—.
Muy bien gente, vamos a poner en marcha este espectáculo. Tenemos un
libro que traducir, portales que abrir, y vidas que salvar. No hay tiempo
para holgazanear.
Lisa sonrió.
—Ella sigue siendo ella, pero ahora tiene eso —Señaló a Cush, quien
estaba mirando tras Elora—, con que lidiar, y está sacando su lado
valiente.
—Tú dices valiente, yo digo cachondo, ¿pero quién soy yo para corregir
palabras? —bromeó Oakley.
—Solo lo llamo por lo que veo. Es posible que desees asegurarte de cerrar
con seguro tu dormitorio por la noche o podrías encontrarte siendo
atacado por una medio elfo.
—Ella solo dijo que quería pegarme con un martillo —señaló Cush
secamente.
—Para Elora, eso es el juego previo —replicó Oakley secamente. Rin, que
había estado en silencio escuchando todo, arrojó jugo de naranja en todas
partes ante la declaración de Oakley.
—Solo bromea, Cush —Hizo una pausa y luego volvió a mirar a Oakley—;
más o menos.
—Tomemos este libro y hagamos lo que hay que hacer— casi gruñó.
Rin rio.
—Tengo que venir al reino humano con más frecuencia; ustedes son
extremadamente entretenidos.
—Podrías ser decepcionado con otros humanos —le dijo Lisa mientras
subían a la camioneta—. No todos son tan divertidos como Elora y su
martillo.
Cush la miró y ella vio algo en sus ojos que incitó a las siempre presentes
mariposas. Tragó saliva y trató de evitar abanicarse a medida que el deseo
se vertía de él en olas que amenazaban con ahogarla.
—No hay nada que entender; solo que sepas que no vas a conseguir un
martillo —dijo lentamente y su profunda voz vibró en su pecho.
Elora golpeó una mano sobre su boca para no reírse pero no pudo evitar
que sus hombros temblaran. Miró a Oakley, quien conducía y trataba de
explicarle a un confuso Rin por qué su declaración era tan escandalosa.
Ella vio el momento en que Rin lo entendió, como una bombilla
encendiéndose en su rostro iluminado y la risa salió de él como la
alfombra roja de los Oscar. Ella no lo pudo evitar entonces.
Cush estaba en la oficina de Lisa viendo como ella subía a un mostrador y
alcanzaba profundamente en los recovecos de un gabinete. Sacó un libro
grueso del gabinete y luego se volvió y se arrodilló sosteniéndolo hacia él.
Cuando se estiró hacia este, los ojos de ella se cruzaron con los suyos.
Ella saltó del mostrador y luego hizo un gesto para que él tomara asiento
en su escritorio. Una vez instalado, abrió el libro y las páginas crepitaron
con la edad. Las palabras en las páginas saltaron hacia él inmediatamente
mientras la lengua de su pueblo susurraba en su mente. Este libro estaba
lleno de magia y poder. Podía sentirlo en sus dedos. Mientras pasaba las
páginas, hormigueos afilados reverberaban en su mano y muñeca.
—Esta es magia vieja —dijo en voz baja y su profunda voz pareció rebotar
en las paredes de la tranquila habitación—. Magia antigua. —Sus ojos 81
atraparon una frase y él volteó de nuevo a la página que había atraído su
atención. Acercó más el libro y comenzó a leer.
“Los Señores del Bosque establecieron tres portales que no requerían una reflexión con el fin de
recorrerlos. Estos son conocidos como los portales maestros y controlan cada portal entre el reino
elfin y el reino humano. Cuando uno de estos portales es cerrado, entonces todos ellos se cierran”.
—Paciencia.
—Bingo —murmuró.
“Si un portal maestro es cerrado, la única manera de que los portales se abran de nuevo es
mediante una ofrenda de sangre de aquel que los cerró”.
Elora bufó.
—Por supuesto que solo pueden ser abiertos por algún elfo psicótico en
otro reino, porque por qué querríamos que esto sea factible. ¿Dónde
estaría la diversión en eso?
—¿Quieres decir que uno de los elfos oscuros tendría que sacrificarse? —
preguntó Elora.
—Solo dice un sacrificio voluntario. No dice que tiene que ser su vida —
señaló Cush.
—Por lo que Cassie me dijo, es la capital de los elfos oscuros del mundo.
—¿Y de verdad crees que puedes conseguir un elfo oscuro para que
voluntariamente dé un sacrificio para abrir los portales? —argumentó él.
Él dio un paso dentro y dejó que sus ojos vagaran por la habitación. Ella 84
sabía que su habitación no se parecía exactamente a la de una típica chica
adolescente. Era oscura y atrevida, igual que ella. Donde algunas chicas
podrían tener One Direction, ahógame, pensó, colgando de sus paredes,
ella tenía al Drácula de Bram Stoker. Y donde algunas chicas podrían
tener acogedoras sábanas de franela, ella tenía negras satinadas.
»Nunca me contestaste —le dijo ella—. ¿Qué quieres decir con ―cuál es mi
precio‖?
—Nunca pensé que te encontraría —dijo entre dientes, y podía decir que
estaba conteniendo la emoción que amenazaba con desbordarse—. Pensé
que podía ser feliz sin ti, que mi vida tenía un montón de significado y
propósito sin ti. Pero ahora… —Sacudió su cabeza en señal de frustración
y pellizcó el puente de su nariz.
85
Elora cruzó sus brazos frente a ella y lo miró con una ceja levantada.
—Eres mi elegida, Elora. —La voz de Cush era tan baja que tuvo que
esforzarse solo para oírlo. Su cuerpo estaba rígido por el control mientras
se levantaba orgulloso delante de ella en su dormitorio—. De todos los
lugares en los que podrías estar, estás aquí, la mejor amiga de la Elegida
del rey. —Él soltó un bufido de risa que sonaba a todo menos humor—.
Una Elegida. —Dio dos pasos rápidos y estuvo súbitamente de pie justo
frente a ella. Sus ojos brillaban mientras taladraban en los de ella y su
aliento quedó atrapado en la pasión desenfrenada que vio allí y se
preguntó cómo ninguno ardió en llamas—. Mi Elegida, justo aquí delante
de mí. Una Elegida que no puedo tener —murmuró mientras extendía la
mano y le acariciaba la mejilla. Elora trató de no presionarse contra su
mano, pero la tentación fue demasiado grande, como una polilla buscando
el calor de la llama cedió y se apoyó en él. Por un momento, sintió su calor,
sintió la comodidad que vendría de él, sintió su alma estirándose por la de
ella y luego se fue. Él retrocedió, moviéndose tan rápido que ella casi se
cayó hacia adelante donde su mano había estado hace solo unos
segundos.
Cush tiró los hombros hacia atrás y se elevó en su completo metro noventa
mientras la miraba.
Cush le gruñó.
Ella pasó un dedo por sus labios y él lo mordió con los dientes provocando
que una risita tonta saliera de ella.
—Yo no me rio tontamente —dijo Elora con severidad, aunque una sonrisa
bailaba en sus hermosos labios.
—Creo que podría encontrar maneras de hacer que rías tontamente —se
burló mientras sus manos corrían por su espalda. 88
Los ojos de Elora se estrecharon.
Elora cerró los ojos y respiró hondo. Su aroma la envolvió y ella supo que
si le decía que no quería esto, que no lo quería a él, estaría mintiendo
entre cada uno de sus queridos dientes. Abrió los ojos y lo miró. Era
precioso, robusto, impresionantemente guapo y lo quería, sí.
—Te quiero —le dijo—. Te quiero con una ferocidad que no sé si puedes
comenzar a entender. Eres mía, Elora, mi Elegida, hecha para mí y sé que
si accedo a esto, si acepto esto, no voy a dejarte ir, nunca. Ese es el precio.
—Le tomó la cara entre las manos e inclinó la cabeza para que ella
estuviera mirando directamente a sus ojos—. ¿Me oyes, pequeño cuervo?
Si me dejas tenerte, si te hago mía, nunca te dejaré ir. Querré poseerte en
todas las maneras posibles. Querré ser el aire que respiras; querré estar
tan cerca de ti como tu propia piel. Te necesitaré y me necesitarás en la
medida en que estar separados va a ser doloroso. ¿Estás dispuesta a pagar
ese precio?
Elora se estremeció ante la posesividad que vio en sus ojos y el deseo que
sentía en sus manos. Ella sintió su alma entonces, por primera vez, él la
estaba dejando entrar.
Cush se inclinó y presionó sus labios a los de ella de nuevo, pero esta vez
no se contuvo. Esta vez dejó su alma libre y se abalanzó sobre ella. El alma
de Elora se levantó a recibir la suya y él gruñó al sentirla aferrarse a él.
Sus brazos se acercaron alrededor de su cuello y tiró de él contra ella como
si no pudiera acercarse lo suficiente y él entendió el sentimiento. Dejó que
sus manos vagaran libremente mientras su boca exploraba la de ella y sus
almas bailaban por primera vez. No sabía cuánto tiempo estuvo allí
extasiando a su Elegida, pero sabía que si no se detenían, él podría hacerla 89
suya allí mismo, en el suelo.
—No te dejaré ir, Elora. No hay rupturas, divorcios, o cualquier otra cosa
tonta que los humanos hacen cuando se cansan de su pareja.
—Está bien, está bien —Se rió entre dientes—, entonces he terminado de
huir y eres mía. —Sus ojos se oscurecieron y su voz bajó—. Por la
eternidad, Elora, eres mía.
Ella apretó un tierno beso en sus labios y luego se apartó y entrecerró los
ojos hacia él.
—¿Así que no más cosas sosas? ¿No más de esto: No sé lo que quiero, soy
un guerrero, mato cosas y no tengo espacio para ti, bla bla bla?
Cush se rio entre dientes mientras negaba con la cabeza y daba un paso
hacia atrás.
—No más cosas sosas —estuvo de acuerdo—. Soy tuyo y eres mía.
—Es bueno saberlo —le dijo mientras miraba en su armario y trataba muy
difícilmente de no hacer algún baile femenino ridículo o algún otro truco
vergonzoso que le ganaría un lugar en el salón de la fama de los idiotas.
Elora casi se rio en voz alta, pero de algún modo reunió la pequeña pizca
de madurez que había decidido fomentar.
Cush puso los ojos en blanco, y ver al alto y masculino tipo duro hacer tal
movimiento adolescente solo la hizo sonreír más ampliamente.
—No es el punto.
—Voy. El hecho de que hayamos decidido dar el salto a toda esta carroza
de la Elegida no significa que me vas a esconder en una burbuja para
tratar de mantenerme a salvo. Peligro es mi segundo nombre.
—No era así hasta que te conocí, así que estoy totalmente echándote la
culpa a ti. Siéntete libre de recogerla y pavonear esa cosa como si
estuvieras orgulloso de ello, bebé.
Cush le impidió poner otro vestido en la cama. Comenzó a colgarlo en el
armario, pero se dio cuenta de que era rojo en vez de negro y bastante
revelador. Miró del vestido a ella y luego de vuelta al vestido.
—¿Qué pasa con los hombres y el rojo? —murmuró en voz baja—. El rojo
no hace que el trasero de una mujer se vea más pequeño.
—¿Quién dijo que queríamos que se vea más pequeño? —La voz de Cush
bajó y se envolvió a su alrededor como el terciopelo.
~Lorsan
92
—¿Crees que no vendrá por ti? —preguntó Ilyrana mientras Lorsan estaba
erguido mirando al jardín oscuro. El suave brillo de la luna iluminaba a
través de los árboles concediéndole al bosque más allá un extraño
resplandor.
—¿Qué?
—Siempre has sido una cosita sedienta de sangre. Y por eso, querida, es
por lo que te amo tanto. Considéralo hecho.
93
—Uh-huh.
—Ella pertenece a mi lado —dijo Cush desde el otro lado de ella donde
estaban sentados apretados en una fila de asientos en el avión que apenas
habían tomado.
Elora le dio un codazo mientras la boca de Lisa caía abierta y sus ojos se
agrandaban.
—Por el amor de Dios —gruñó ella. Se dio la vuelta lo mejor que pudo
desde su posición sujeta por el cinturón y fulminó a su hermano con la
mirada—. Primero que nada, te amo, Oak, pero Cush podría patearte el
trasero con todas sus extremidades atadas y con los ojos vendados, así
que no, no es un elfo muerto. Segundo, una vez más, mi vida amorosa NO
está abierta a discusiones porque es justamente eso, MÍA. —Se dio la
vuelta en su asiento, ahora resoplando por su diatriba, y cruzó los brazos
sobre su pecho.
Cush se inclinó y sus labios le rozaron el oído cuando habló, causando que
un estremecimiento la traspasara.
—¿Te sientes mejor, pequeño cuervo? —Su voz estaba lazada con humor
aunque sus ojos bailoteaban con deseo.
Ella apoyó la cabeza contra el asiento y cerró los ojos ante su sensualidad.
—TIENES que dejar de decir cosas como esas. —Sus ojos se abrieron de
golpe mientras se giraba para mirarlo.
Cush miraba mientras Elora y su madre salían del baño, y luchó contra el
impulso de agarrar a su elegida y obligarla a regresar al avión con destino
a su casa. Ahora que había abrazado el hecho de que ella era suya, la idea
de no poder protegerla era nauseabunda. Era un sentimiento al que no
estaba acostumbrado y no lo estaba disfrutando en lo más mínimo. Tan
pronto como habían aterrizado en el territorio de los elfos oscuros, sus
sentidos habían estado en alerta máxima mientras la energía oscura se
arremolinaba alrededor de él. Elora pareció revivir al salir del avión y un
suave rubor se había apoderado de su piel. Era como si el solo hecho de
estar en las Vegas fuera vigorizante para ella. El pensamiento lo preocupó
cuando lo consideró y entonces se dio cuenta. Ella era mitad elfo oscura.
Claro que la oscuridad de la ciudad sería atractiva para ella.
Probablemente ni siquiera fuera consciente de ello porque era una parte de
ella, la hacía estar atraída a la oscuridad.
Su pequeño cuervo no era una chica gótica por casualidad, literalmente
estaba viviendo lo que era mediante una moda humana, pero sin toda la
maldad. Alzó su cabeza de pronto y sus ojos se encontraron como si lo
hubiera escuchado. Ella le dio una sexy sonrisa y un guiño. Sí, su elegida
definitivamente tenía un lado oscuro, y tenía la sensación de que iba a
tener que mantener una estrecha vigilancia sobre ella mientras se
encontraran en la ciudad del pecado. No debería ser muy difícil dado que
no planeaba apartarla de su vista.
—Oye, tú —dijo él manteniendo la voz baja, solo para sus oídos—. Eres
preciosa.
—Qué posesivo —dijo ella y sus palabras salieron ahogadas debido a que
su cara estaba presionada contra el pecho de él.
Ella se rió y echó la cabeza hacia atrás para poder mirarlo a los ojos.
—¿Qué? ¿Eres un lobo?
—Eres mi Elegida.
Cush sonrió. 97
—Puedo pensar en un sitio mejor para tatuártelo.
—Idiota4 —gruñó.
—Exactamente.
Elora se apartó, pero Cush le pasó un brazo por la cintura antes de que
pudiera llegar muy lejos. Cush miró otra vez a su hermano y tomó todo el
auto control que tenía.
4 Idiota:Eneste contexto Elora usa ―ass‖ en el texto original como idiota, pero ―ass‖
también puede significar culo, de aquí el juego de palabras.
Elora casi se ahogó cuando captó la risa que burbujeaba en las palabras
de Cush. La cara de su hermano brilló de color rojo brillante con una
mezcla de vergüenza y enojo y ella debería estar indignada con su, ¿su
qué? ¿Novio? Pero estaba demasiado sorprendida como para estar
indignada. Y francamente, era bastante gracioso, maldita sea. Miró a su
mamá, que estaba riéndose mientras miraba a Cush, todo el tiempo
moviendo la cabeza e intentando poner una mirada de desaprobación pero
fallando miserablemente. Rin estaba observándolos con diversión y por un
segundo pensó que iba a decirle algo a Oakley pero luego pareció pensarlo
mejor. Él la atrapó mirándolo y debió ver la pregunta en sus ojos.
—Es demasiado entretenido como para decir algo —explicó él con una
sonrisa.
Elora resopló.
—Es verdad.
—Creo que un buen lugar para empezar sería en el casino, Iniquity —los 98
interrumpió Cush—. Tengo un contacto allí que es humano, pero tiene
profundas conexiones entre los elfos oscuros.
—Hola —dijo él caminando hacia el macho más alto del grupo. Tony
estuvo inmediatamente en guardia cuando el macho se volvió hacia él y vio
su rostro por primera vez. Su belleza sobrenatural lo marcó claramente
como no humano—. Algo me dice que no están aquí para gastar dinero —
continuó en su más encantadora voz.
Tony levantó las manos en un gesto de ofrenda de paz y dio un paso atrás.
Una vez que todos fueron conducidos a una espaciosa oficina de paneles
de caoba, Tony les indicó que tomaran asiento. Cush y Rin no lo hicieron,
así que ella tampoco. Siempre había odiado ser la única sentada entre un
grupo de gente de pie.
—¿Qué lo delató? —le preguntó Elora—. ¿La piel increíble, ojos inusuales,
cabello ridículamente exquisito, o la mirada felina?
Tony rio.
—Mi gente —dijo Cush entre dientes apretados—, no tuvo nada que ver
con el Rapture. 101
Elora sintió la tensión en el cuarto elevarse un par de niveles mientras los
dos hombres se enfrentaban. Esperó un latido antes de ponerse entre los
dos, porque tenía que admitir que Tony era sexy, y su hombre también. Y,
en realidad, ¿quién era ella para entrometerse entre dos hombres sexys
que querían arreglar las cosas a puñetazos? Pero luego Tony dio un paso
hacia adelante, Cush se tensó y Elora decidió que tendría que dejar su
fetiche a un lado por el bien común. Ugh, las cosas a las que renuncio en
nombre de la paz, gruñó internamente mientras daba un paso adelante y
colocaba una mano en el pecho de Tony para evitar que se acercara más.
Mirando en retrospectiva, esa probablemente no fue la mejor cosa que
pudo haber hecho.
—De verdad pienso que los elfos oscuros tratando de apoderarse de la raza
es guerra suficiente para nuestra gente en este momento, sin añadirlos a
ustedes dos a la mezcla, ¿no creen? —preguntó Elora mientras miraba a
ambos hombres.
—No me gusta que toques a otros hombres —le dijo Cush simplemente,
sin hacer caso de la pregunta de Tony.
—Eso es describirlo levemente, ¿no crees? —dijo de nuevo Tony, esta vez a
Elora—. Si eres su Elegida, entonces harías bien en no respirar el mismo 102
aire que otros hombres.
—Tienes tus manos llenas. —Tony miró más allá de ella hacia Cush.
—Vale la pena —dijo mientras sus ojos se encontraban con los de ella.
Tony cruzó sus brazos en su pecho —su muy amplio pecho, admitió Elora
para sí misma— y miró de Rin a Cush.
—Miren, por qué no solo hablamos acerca de por qué están aquí. ¿Quién
los envió?
Elora sonrió.
«Sí, solo sintiéndome un poco inquieta. Tocarte ayuda». Elora levantó la vista
104
y odió que estuviera causando que se preocupara por ella, pero la energía
corriendo a través de ella se estaba poniendo peor. Pasó su peso de un pie
a otro y se mordió el labio inferior. Se imaginó que probablemente se veía
como alguien que necesitaba usar urgentemente el baño. Se congeló en
medio del cambio de peso entre sus pies mientras se daba cuenta que
todos la estaban mirando fijamente.
Elora resopló.
“No puedo ni siquiera empezar a describir lo viejo que soy, todo lo que
he visto, hecho y experimentado. Y sin embargo, con todo eso, ella
todavía me asombra. Es tan pura como la nieve recién caída, tan
esperanzadora como una nueva vida en la primavera, y me ama.
¿Cómo voy a ser digno de eso?”.
105
~Trik
—Es un poco espeluznante despertar y ver unos brillantes ojos color plata
mirándome tan intensamente —dijo Cassie mientras bostezaba y estiraba
sus extremidades rígidas. Trik estaba sentado en una silla al lado de su
cama. Tenía los brazos descansando sobre sus piernas mientras se
inclinaba hacia ella.
—Tú sabías que era espeluznante cuando me tomaste como propio, Cassie
—señaló mientras pasaba su nariz a lo largo de su mandíbula.
Cassie dejó caer la cabeza hacia un lado dándole acceso a su cuello y
sonrió cuando su profunda risa envió una bocanada de aire caliente a
través de su carne.
—A veces es difícil creer que me amas, no... —Ella levantó la mano para
detener su refutación—, no porque no crea que soy digna de tu amor, sino
porque solo parece imposible. ¿Elfos oscuros, elfos de la luz, otro reino
completamente? Quiero decir, en serio Trik, si le dijera a las personas
sobre esto se podría pensar que Lisa me ha vendido algunos malos
inciensos o algo así.
Trik retiró el pelo desordenado de su cara y pasó el pulgar por sus labios.
Sus ojos se encontraron con los de ella y la inmovilizaron en su lugar, pero
fueron sus palabras las que la mantuvieron cautiva.
Cassie miró más allá de él a la ventana y vio la luz del sol comenzando a
romper a través de la oscuridad a medida que la noche se desvanecía
rápidamente en día.
—Hoy es un gran día —le dijo con lo que esperaba sonara como
entusiasmo, a pesar de que estaba realmente temiéndolo.
—Te olvidas de que puedo oír tus pensamientos cuando nos estamos
tocando, A'maelamin. —Pasó a hablar en sus pensamientos mientras le
acariciaba la mejilla sonrojada—. «No puedes esconderte de mí».
—¿Listo?
Ella le sonrió.
—Syndra dijo que si yo voy a ser ruda, entonces tengo que estar en el
papel.
Ella resopló.
—Trik.
—Sí, amor.
—Ha pasado mucho tiempo desde que tenías que hacer armas —dijo
Tamsin mientras observaba a Syndra revolotear por la sala del trono
direccionando a la gente aquí y allí mientras ella se preparaba para las
actividades del día.
Se detuvo a su lado, su pelo largo estaba echado hacia atrás en una trenza
sobre su espalda. Llevaba su traje de guerrera en lugar de la ropa humana
que tanto la favorecía. Sus ojos se encontraron con los de él y una triste
sonrisa apareció en su hermosa cara.
—Ha pasado mucho tiempo desde que necesitábamos tantas armas de
repente.
—Sí —respondió—. Alguien tiene que demostrarle a ese elfo cómo se hace.
—Ella rio como él había pretendido, y cuando abrió los ojos estaban llenos
de humor.
—Um, sí, déjame que lo piense —hizo una pausa y luego respondió
rápidamente—: no. —Cassie levantó la mano con la palma hacia fuera
mientras Trik empezó a acercarse a ella como un gato, lentamente—. Trik,
en serio, solo estoy mirando. Déjame quedarme aquí y hacer lo mío,
mientras tú haces lo tuyo —le dijo arrastrando las palabras mientras
intentaba alejarse de él.
Cassie se quedó floja contra él, sabiendo que no tenía sentido luchar. Era
mejor esperar y esperar hasta que se distrajera, entonces podría huir.
Cassie sintió el calor de su aliento desde su oreja hasta las uñas de los
pies. Luchó por no cerrar los ojos y dejarse llevar por la atracción que era
Trik y al aclararse una garganta incrementó su fuerza de voluntad. Se
inclinó para poder mirar más allá de los grandes hombros de Trik, porque
él se negaba a dejarla marchar, para ver a Tansim y unos cientos de elfos
mirándoles.
Cassie juntó sus labios mientras le miraba. Parecía tan relajado, tan
calmado consigo mismo, y sin sorprenderla, completamente serio.
—Te das cuenta de que se supone que tienes que entrenar a todas esas
personas, ¿verdad?
—¿Te gusta eso ahora? —dijo mientras meneaba sus cejas hacia ella.
Cassie no pudo evitar reírse. Meneó la cabeza pero la sonrisa siguió en sus
labios.
—Palabras que a cada chico le gusta oír. —Le sonrió con superioridad
mientras la liberaba de su abrazo—. Bien. —Su voz inmediatamente se
transformó en modo de negocios—. Lo primero que tienes que aprender es
que ser mujer en realidad te da ventaja en el campo de batalla.
—Siempre serás subestimada por todos los hombres con los que te
encuentres.
Cassie sacudió su cabeza mientras sus ojos se encontraban con los suyos.
—Deberías tener una Reina tan fuerte como tú. Estarías mejor con alguien
como Elora. —A pesar de que las palabras salieron de su boca, sintió como
si un cuchillo hubiera entrado en su corazón ante el pensamiento de Trik
con otra.
—No hay otra para mí. Si estuviera emparejado con Elora, uno de los dos
terminaría matando al otro.
Cassie sacudió su cabeza, sin confiar en sí misma para hablar sin estallar
en un lío enredado.
—Esa es mi chica. Como dije, serás subestimada y puedes usar eso para
tu ventaja. Un luchador macho te mirará y no verá una gran amenaza
porque no pensarán que seas lo suficientemente fuerte para hacerles daño.
Pensó por un minuto y luego sonrió mientras se frotaba las manos como
un niño a punto de jugar con su juguete favorito.
—Sé que el día de hoy fue un reto, pero he oído decir que nada que valga
la pena viene fácilmente. Y lo que queremos vale la pena: libertad. Libertad
no solo para nosotros, sino para la raza humana. Tenemos una batalla por
delante y tomará cada gramo de entrenamiento para asegurarnos de salir
victoriosos. —Hizo un gesto con las manos y de repente todos estuvieron
de pie, alertas, preparados y escuchando a su rey.
»Saldrán de este patio con sus cabezas en alto y sus hombros hacia atrás.
No se verán cansados y desgastados para el resto como para juzgarlos
como menos que preparados —les dijo con firmeza, corrigiéndolos como un
padre corregiría a sus hijos—. ¡Somos guerreros! —Su grito llenó el
silencioso patio—. Y nos comportaremos como tales. Todos lo han hecho
bien hoy. A la misma hora mañana —Asintió mientras miraba al gran
grupo—, ahora vayan y descansen. —Todos los guerreros machos cruzaron
un brazo sobre sus pechos en un saludo de guerrero e hicieron una
reverencia, mientras que las guerreras femeninas solo inclinaron sus
cabezas. Como uno, se movieron perfectamente al unísono.
—¿Qué pensaste? —preguntó Tamsin mientras se dirigía hacia el frente del
improvisado campo de entrenamiento del patio.
—Creo que hay algunos que han nacido guerreros y creo que hay algunos
que son hechos guerreros —respondió Trik honestamente—. Tienes una
mezcla de ambos, pero ambos son igual de buenos.
Trik echó una mirada hacia donde Cassie estaba de pie hablando con una
de las elfos femeninas. Sabía que los guerreros podían estar listos en
cuestión de días, esa no era su preocupación. Miró de nuevo a Tamsin,
quien lo estaba mirando de cerca y obviamente había entendido sus
pensamientos.
—Desearía poder darle más tiempo —le dijo Trik, sabiendo que el rey elfo
de la luz entendería.
—Lo sé, pero no me detiene de quererlo. Puede que sea el rey, Tamsin,
pero ella siempre será mi Elegida primero. —Comenzó a ir hacia Cassie
pero miró sobre su hombro al rey elfo de la luz mientras su mandíbula se
tensaba, no queriendo decir las palabras pero obligándolas a salir—.
Partiremos en tres días. —Mientras se volvía de nuevo hacia Cassie,
murmuró en voz baja—. Y que los Señores del Bosque nos salven a todos
si algo le pasara a ella.
Capítulo 9
Traducido por IvanaTG & Jadasa Youngblood
—Está bien, elfos oscuros 101 será —bromeó—. Los elfos oscuros no son
llamados elfos oscuros porque les gusta vestirse de negro y usar
abundante delineador de ojos.
¿«Podrías dejar que termine antes de que lo golpees, por favor»? —le
preguntó Cush.
«No hago promesas». —Sonrió cuando sintió su humor a través del extraño
vínculo entre ellos. Cush la atrajo hacia sí y pasó un brazo alrededor de
ella, asegurándola delante de él, con su espalda contra su pecho.
Sintió que Cush se tensó detrás de ella mientras recibía sus pensamientos.
No se molestó en tratar de ocultárselos; estaba cansada de mantener esta
parte de sí misma en secreto. Si tenía que compartirlo con alguien, se
alegraba de que fuera él.
—Te estás olvidando del hecho que tengo ADN de elfo oscuro circulando en
mis células —señaló innecesariamente.
Elora se acercó y tomó sus manos de su rostro y las sostuvo en las suyas.
Ella entendía lo que Cush decía, pero no quitó los agitados sentimientos
dentro de ella, sentimientos de los cuales no sentía totalmente el control.
Una garganta aclarándose la tuvo girándose para mirar a Tony.
—Yo fui la Elegida de un elfo oscuro, Elora y Oakley son producto de esa
unión. 119
—Espera. —Elora se dio la vuelta para mirar a su hermano de repente,
como si un pensamiento la hubiese golpeado— ¿Por qué no estás
temblando como un drogadicto? Tú también tienes sangre de elfo oscuro
corriendo por tus pequeñas venas corruptas.
Oakley asintió.
Oakley sonrió.
—Oh, santo cielo. Tengo diecisiete años, no soy una jodida niña. ¿Estás
diciendo que porque Oakley ha tenido relaciones sexuales y probablemente
hecho otras cosas de las cuales realmente no queremos los detalles, por
alguna razón es más fácil para él estar aquí? Y como yo no...
—Así como tú naciste en lo que eres, yo nací en lo que soy. No elegí esta
vida. Me fue dada e hice lo mejor que pude.
—Ahora me encuentro que hay cosas con las cuales simplemente no puedo
121
hacerme la vista gorda por más tiempo.
Tony asintió.
—Puede ser que sea beneficioso dejarlos cerrados por ahora —explicó
Cush—. En este momento Lorsan no tiene manera de enviar más de su
propio medio, a menos que los abra como apoyo. Pero eso sería permitir
que nuestro pueblo lo atravesase también. Así que si los dejamos cerrados,
todo con lo que tenemos que lidiar son con los que ya están aquí.
—¿Cuántos hay? —preguntó Lisa.
—No hay forma de saber eso —respondió Tony—. Pero si sé dónde se está
haciendo el Rapture.
—No tienes que hacerlo, pero no estoy diciendo que no sería bueno de
observar.
—¿Celoso?
—Buen punto.
Solo porque podía, presionó sus labios en la piel justo debajo de su oreja,
un sutil recordatorio de que ella era su Elegida, él tenía ese derecho.
—¿Dónde se está haciendo el Rapture, Tony? —preguntó Rin mientras se
apartaba de la pared en la que había tomado posesión de su cargo.
Elora dio un paso atrás y se volvió para mirarlo con el ceño fruncido.
—Tú no vendrás —le dijo con una voz que no invitó a una discusión. Él
esperaba que discutiera, pero en cambio ella solo le sonrió. Sus ojos se 123
estrecharon y quiso alcanzarla, buscando ver las pequeñas ruedas girando
en esa mente. Pero ella se alejó, permaneciendo justo fuera de su
alcance—. Elora —le advirtió.
Cush sintió que su sangre comenzaba a hervir cuando vio que los ojos de
Tony se ensanchaban mientras su Elegida giraba en un círculo, rotando
con demasiada habilidad. Él la agarró del brazo y tiró de ella hacia él,
poniendo fin efectivamente a su pequeño baile.
Cush asintió.
—Te sientes enérgico y audaz —Elora se burló del ceñudo guerrero elfo de
124
luz, quien se veía muy fuera de lugar en la opulenta habitación del hotel.
Sus brazos estaban cruzados sobre su amplio pecho y su atractivo rostro
se encontraba rígido por la frustración—. No mucha gente podría salirse
con la suya informándole a mi mamá que su hija se estaría quedando en
una habitación con un chico mientras ella tiene que dormir en la
habitación del frente.
—Tú madre entiende lo que somos —su voz sonaba tensa por la ira—.
Sabe que será doloroso para nosotros estar separados.
—Es verdad —concedió Elora—, pero podrías haber sido un poco más
educado que todo el ―Elora se queda conmigo”. Y luego cerrarle la puerta
en sus caras, bueno, eso fue simplemente clásico. —Se sentó sobre el gran
y mullido sofá. Alisando su corta falda negra, se dio cuenta de que las
medias de red color negro que usaba habían comenzado a desteñirse y
ahora se veían más de un tono gris oscuro. Cruzó una pierna sobre la otra
e hizo una mueca cuando las pesadas botas de combate en sus pies
sobrecargaron su pierna incómodamente. Cuando volvió a mirar
a donde él se encontraba de pie, contuvo el aliento mientras la intensidad
de su mirada atravesaba su alma—. ¿Cush? —preguntó cautelosamente.
—¿No acabas de decir que sería doloroso para nosotros estar separados?
—contrarrestó.
—El punto es... la razón por la cual los hombres le piden a sus mujeres
que se queden atrás reside en que está en nuestra composición genética
proteger lo que es nuestro. Eres mi Elegida y te protegeré de todo, incluso
de ti misma.
Elora resopló.
—Podría haber dicho algo en ese sentido —admitió con voz temblorosa.
126
—Si realmente sientes que es necesario, o si hay algo —hizo una pausa y
su mirada se encontró con la de ella—, urgente que necesitas hacer porque
estamos en Las Vegas y tu naturaleza de elfo oscuro lo está exigiendo, no
hay necesidad de que esperes hasta que me vaya.
—¿Me necesitas?
—Sí —musitó rápidamente antes de que su cerebro tuviera la oportunidad
de decirle a sus hormonas que se callasen, joder.
«¿Qué mejor momento o lugar que una maldita habitación de hotel, Cush?»
—¿Sexo rudo?
Se encogió de hombros.
Sintió el pecho prensarse y los puños cerrarse a sus costados mientras ella
hablaba acerca de tener un esposo y el sentimiento posesivo al que
estaba acostumbrándose se precipitó a través de él.
—¿Qué pasa con un alma gemela? —preguntó. El gruñido en su voz hizo
que los ojos de ella volarán rápidamente a su rostro y se ampliaran
ligeramente.
—Me casaré contigo si eso es lo que necesitas de mí. Haré cualquier ritual
humano que necesites para que sientas que estoy atado a ti, pero
necesitas saber esto, Pequeño Cuervo, en el momento en que nuestras
almas se conectaron, fui tuyo. Y si no hubiese tales cosas como Elegidas, o
almas gemelas, aún así me habrías cautivado.
Los labios de Elora se separaron mientras el aliento salía de ella como si la 129
hubieran golpeado en el estómago.
—Vaya —dijo con voz ronca—, eso fue totalmente digno de un libro.
—¿Qué?
Sonrió.
—Claro que sí, tengo una sensación de que le echarás la culpa a ello tanto
como puedas. —Su cabeza se sacudió a un lado cuando sintió algo 130
húmedo en su oreja. Sus ojos se estrecharon hacia ella quien sostenía el
dedo que acababa de lamer y luego introdujo en su oreja.
—Has tomado un gran riesgo para reunirte conmigo —le dijo Myrin al Rey
Elfo de la Luz.
—Te preocupas por Trik y sabes lo que dicen los textos antiguos. A menos
que seas un tonto, imagino que has descubierto quien será el vencedor en
la batalla que se avecina.
—Nunca has sido una persona con pelos en la lengua —replicó Myrin.
—Estamos al borde de una guerra civil, no tengo tiempo para tener pelos
en la lengua —dijo Tamsin con una mirada penetrante.
Los ojos de Myrin se encontraron con los suyos y los siglos de historia
entre los dos elfos de repente parecieron insignificantes.
Tamsin asintió.
—Lo es, pero también lo es Triktapic, incluso si es tan molesto como una
herida abierta con sal encima.
—Créeme, es mutuo. —Tamsin hizo una pausa y luego dejó salir el aire
que había estado conteniendo desde que entró en el Santuario—. ¿Conoces 132
alguno de sus planes?
—Es cierto, pero hay un factor de motivación incluso más grande que el
miedo. —Hizo una pausa y miró a su alrededor, hacia la sala casi vacía y
oscura, que por lo general estaba repleta de música a todo volumen y
cuerpos retorciéndose. Sus ojos adquirieron el aspecto de un recuerdo de
otra época, una época más feliz—. La esperanza, Tamsin. La esperanza es
mayor que el miedo. Si Trik puede darles esperanza, tendrá su lealtad.
Tamsin vio cómo el anciano se escabulló en el cuarto oscuro. Había venido
con la esperanza de obtener información; en cambio todo lo que obtuvo
fueron más preguntas. Se preguntaba si Trik alguna vez tendría realmente
la lealtad de cualquiera de los elfos oscuros. Eran una raza construida
sobre la auto-indulgencia y el caos. Prosperaban escondiéndose en las
sombras. Ahora la cubierta protectora de oscuridad estaba a punto de ser
arrancada de sus vidas. Sus andanzas, sus modos, quedarían al
descubierto para que todos las vean. ¿Puede haber redención para alguien
como esos? Así lo esperaba, realmente lo hacía, por el bien de los elfos
oscuros y por el bien de su nuevo rey.
Los anormales ojos verdes de Tarron se encontraron con los suyos y las
manos de Tony picaban para agarrar su arma. En su lugar, se metió las
manos en los bolsillos de sus pantalones.
—Escuché algunas noticias preocupantes —dijo Tarron mientras
lentamente se acercaba a la ventana de una sola dirección6 que daba al
casino. Tony reconoció el movimiento por lo que era. Tarron le hacía saber
que no lo consideraba una amenaza, un hombre no le da la espalda a algo
o alguien que considera es un riesgo para sí mismo. No le respondió al elfo
oscuro, pero esperó a que continuara.
—La gente estaba destrozando mi casino por esa cosa —le dijo Tony, con
los hombros tensos mientras intentaba moderar su ira—. Cuando ya no
podían pagar ello, algunos se volvieron locos. Es peligroso y, francamente,
me estaba cansando de limpiar el desorden.
6 Ventana de una sola dirección: Se trata ventajas o espejos que son fabricados con
material reflector siendoparcialmente reflectantey parcialmentetransparente.Cuando un
ladodel espejoestá bien iluminadoy el otro oscuro, permite ver desde el lado oscuro.
esperar veinte minutos para darle tiempo a Tarron de salir del casino antes
de marcharse de su despacho y dirigirse hacia el piso donde los Elfos de la
Luz y las mujeres se alojaban.
—¿Cuántas veces tengo que recordarte que yo —se señaló—, soy una elfa
oscura? Técnicamente estoy en mi propio territorio —le sonrió
inocentemente.
Cush se tragó el gruñido que estaba queriendo surgir mientras otro golpe
vino de nuevo y esta vez una voz con él.
—No puedes echarle la culpa de eso a tu lado oscuro, compañero —le dijo
secamente.
—Tenemos que irnos. Tarron sabe que estamos aquí —explicó Cush.
Rin dejó escapar unas palabras similares mientras entraba rápidamente
en su habitación. Oakley se apresuró por el vestíbulo tras ellos, frunciendo
el ceño mientras miraba de Cush a Elora y a Tony.
—No tengo ni idea de cuánto sabe Tarron —admitió Tony—. Fui estúpido
al no considerar que me estaban observando. Probablemente tengan
cámaras en mi oficina y en las salas de conferencias y sin duda dentro del
casino. Les voy a dar un vehículo que está limpio para que sea seguro.
Tony le sonrió.
—No limpio de esa manera. Me refiero a que esté limpio, como libre de
micrófonos o GPS para que no puedan seguirlos.
—Ojalá pudiera decirte que ella estaría a salvo si se quedara aquí —dijo
Tony, hablándole a Cush—. Pero no soy demasiado orgulloso como para no
admitir que su poder es demasiado grande para mí.
—Lo entiendo y no te pondría en esa posición. Ella pertenece a mi lado de
todas formas.
Salió de las sombras. Tarron pudo ver por la rigidez de los hombros de
Tony que el humano sabía que tenía compañía. Tarron se preparó para
tener que correr detrás del humano. Los humanos son presas y, después
de todo, eso es lo que hacen las presas; huyen de cualquier cosa más
letales que ellos mismos y el elfo era definitivamente mucho más
letal. Pero, una vez más, el humano lo sorprendió. Tony se volvió
lentamente hacia él. Tenía la mandíbula tensa y sus ojos recorrieron el
estacionamiento antes de finalmente aterrizar de nuevo en Tarron.
—Tu familia ha trabajado para los elfos oscuros por muchas generaciones
—dijo Tarron mientras daba un paso hacia el humano—. ¿Conoces el
costo de la deslealtad, pero todavía sigues aquí?
139
—Conozco el costo —concordó Tony—. Pero también sé que el costo del
Rapture para mi raza es más de lo que estoy dispuesto a soportar.
Tarron rio.
—Pensé que ibas a golpearlo con el carro. —Tony escuchó la voz de Elora
en la parte delantera del vehículo.
—Lado oscuro.
Tony miró sobre su hombro por la ventana trasera. No vio ninguna señal
de Tarron, pero pudo sentirlo. Al igual que una herida supurante a punto
de estallar y extender su veneno, Tarron esperaría y luego atacaría.
141
Capítulo 11
Traducido por Verae, Veroonoel & Rihano
~Trik 142
—¿Qué crees que hará para traerte de vuelta? —Una profunda voz grave le
susurró al oído—. ¿Qué piensas tú a lo que él habría de renunciar?
A todo, era la respuesta que habría dicho si hubiese podido, porque sabía
que era verdad. También sabía que no podía permitirles llevársela porque
Trik era necesario, y no podía salvar a los elfos y a los humanos si se
enfocaba en encontrarla y traerla de vuelta. Con un renovado propósito,
comenzó a luchar. Durante tres días había estado entrenando con el
asesino más letal que alguna vez honrara a su reino o al de él mismo. No
era sólo una pequeña indefensa estudiante más. Ella era una reina. Haló
de nuevo sus piernas y retorció sus caderas al mismo tiempo. Debió haber
tomado a sus atacantes con la guardia baja porque de pronto una pierna
estaba libre. La atrajo hacia atrás y pateó con todas sus fuerzas y el fuerte
gruñido que siguió le dijo que había dado a su objetivo. Tiró su cuerpo,
rodando una y otra vez, sacudiéndose a sí misma para liberarse del que le
había cubierto la boca. Rodó al borde de la cama, hace cuatro días habría
aterrizado en su trasero, pero su entrenamiento con Trik tenía sus reflejos
144
a toda marcha.
Rodó hasta el borde y torció sus piernas alrededor de modo que sus pies
aterrizaron en el suelo con un ruido sordo. Rápidamente saltó para mirar
alrededor de la oscura habitación. Sus ojos se adaptaron rápidamente y
vio a los dos hombres que la miraban con los ojos muy abiertos. El largo
cabello oscuro, las ágiles siluetas altas y los ojos brillantes le mostraron su
herencia élfica oscura. Habían esperado una presa fácil. Bueno, tenían que
pensar en otra cosa si pensaban que ella simplemente se quedaría
acostada mientras la ataban como a un preciado cerdo. Se agachó en la
posición de combate que Trik le había enseñado y miró a cada a uno a los
ojos.
Asintió.
Una sonrisa lenta se extendió por el rostro de Trik y envió escalofríos a los
brazos de Cassie y no del bueno.
—Sí, estoy bien. No tuvieron oportunidad de hacerme daño —le dijo con
honestidad.
Cassie comenzó a hablar pero la mirada que Trik le lanzó hizo que
mantuviera la boca cerrada. Trik la tomó de la mano y la llevó hasta el
baño. Cerró la puerta detrás de ellos y bloqueó la cerradura, efectivamente
aislando a los demás.
—Trik.
—Shh. —Él envolvió sus brazos alrededor de ella y presionó sus labios en
los suyos. Comenzó como algo dulce y suave pero luego algo cambió, y de
repente la tenía contra la pared con sus manos en su cabello inclinando su
cabeza hacia atrás para profundizar el beso. Ella podía escuchar sus
pensamientos en voz alta y clara en ese momento. Estaba aterrado de 146
perderla de nuevo. Estaba aterrado de lo que Lorsan le haría si la
atrapaba. Ella pasó sus manos por su rostro mientras le devolvía el beso y
poco a poco se suavizó hasta que finalmente él se apartó. Jadeó mientras
trataba de recuperar el aliento y estuvo agradecida de no ser la única que
sonaba como si hubiera estado corriendo un maratón.
»Podrían haberte llevado —susurró contra sus labios. Puede que hubiese
dejado de besarla, pero no se estaba alejando de ella. Sus manos subieron
y bajaron por sus brazos y espalda y luego se apoderaron de sus
caderas—. Podrían haber… —no terminó la oración; el horror de ello
estaba brillando en sus ojos.
—Una mujer, una mujer humana contra elfos oscuros no tiene una
oportunidad, Cassie. Podrían haberte matado. El hecho de que estés viva
significa que Lorsan no te quiere muerta.
—Bueno, gracias a Dios por los pequeños favores —dijo mientras dejaba
escapar un suspiro cansado—. Ahora, ¿exactamente por qué estamos en el
baño?
—¿No vas a matarlos? —Estaba más sorprendida ante la idea de que los
dejara vivir, no de que quisiera matarlos.
—No dije eso. Pero por ahora los necesito vivos. Lorsan tiene un plan y
probablemente saben, al menos un poco, acerca de lo que se trata. Una
vez me hayan dado lo que puedan, entonces, decidiré sus destinos.
Ella resopló.
—Hemos estado conduciendo por tres horas, lo que, de acuerdo con el GPS
significa que todavía tenemos tres horas más por delante —dijo su
hermano desde el asiento trasero.
—No puede echarle la culpa de eso a su lado oscuro —habló Lisa—. Ella
sacó eso de mí, totalmente.
Exactamente dos paradas para hacer pis, un descanso para comer, varias
discusiones y tres horas y media más tarde, Cush estacionó en el largo
camino de tierra que supuestamente dirigiría a los campos donde se
estaba cultivando las plantas de Almare. Habiendo sido hace un tiempo un
famoso viñedo, encontrar la granja no había sido demasiado difícil.
Él asintió.
7
GI Joe: Government Issue, Joe. Es un cómic sobremilitares, considerados indestructibles.
El uso del nombre en clave ―JOE‖, hace referencia a los héroes militares audaces y más
altamente capacitados que forman parte de las fuerzas especiales cumpliendo con
misiones riesgosas y con los problemas gubernamentales de Estados Unidos.
Casi gimió ante su sincera confesión mientras desabrochaba su cinturón
de seguridad y la arrastraba a través de la consola hacia su regazo.
—¿Esto de nuevo? Vamos, ustedes dos, ¿en serio? —Cush oyó las palabras
de Oakley pero lo ignoró, en su lugar, se enfocó en su Elegida.
—Me estás matando —le dijo—. Todo lo que quiero hacer es mantenerte a
salvo. Todo lo que quiero hacer es asegurarme de que al final del día estás
viva y bien, y me estás pidiendo que te arrastre a un lugar que pondrá en
amenaza ese resultado.
Cush presionó sus labios contra los de ella rápido pero firmemente.
Le sonrió triunfalmente.
—Estaré al frente —dijo Cush al pequeño grupo que estaba de pie a varios
metros de donde habían salido del vehículo—. Rin, estarás en la
retaguardia. Oakley y Tony, ustedes flanquearán a las mujeres.
—No me tientes —le dijo Cush con una tensa sonrisa—. Nuestro objetivo
no es atacar al enemigo. Queremos llegar a los cultivos y prenderles fuego.
Con suerte, eso hará que todos salgan de adentro. Entonces entraremos y
veremos si hay una manera de destruir el Rapture que ya ha sido creado.
—¡CORRE!
Ella sintió su brazo siendo jalado y finalmente apartó la mirada de la
increíble vista ante ella. Se dio la vuelta y corrió detrás de Cush, moviendo
sus brazos a la vez con sus piernas. Miró hacia atrás rápidamente para
asegurarse de que Lisa estaba con ella y, por supuesto, su mamá estaba
justo detrás. Aunque sorprendente debido al fuego rugiendo, Elora pudo
oír voces viajando sobre los campos. Los sonidos solo la hacían querer
correr más rápido. Llegaron a otro campo y una vez más Rin y Cush
hicieron su acto de lanzamiento de llamas y corrieron de nuevo. Elora
estaba convencida que de alguna manera su cuerpo estaba alimentándose
a sí mismo con mega dosis de adrenalina porque ella no podía creer que
todavía estaba corriendo. Quemaron filas tras filas y luego corrieron hasta
que finalmente fueron detenidos de pronto por un gran edificio.
—La mitad del trabajo ya está hecho —dijo Rin, tan tranquilo y sereno
como Cush lo estaba.
152
Elora los despidió con un movimiento de manos.
Cush rio.
Los otros siguieron detrás de Cush mientras él los llevaba hacia una
puerta lateral. Su cabeza se inclinó a un lado como si estuviera
escuchando, aunque Elora no podía imaginar qué podía posiblemente
escuchar por encima de las llamas que ellos habían encendido y por los
elfos oscuros gritando en los campos tratando de hacer frente al caos.
Después de varios minutos, puso su mano en el pomo de la puerta y tiró
de ésta abriéndola sin esfuerzo.
—Si te digo que no, ¿vas a pensar que soy impresionante? —le preguntó
con una chispa de travesura. Fue entonces cuando Elora se dio cuenta de
que él se estaba divirtiendo.
—Es para lo que estoy entrenado. Así que, supongo que se podría decir
que sí, disfruto haciendo para lo que he sido entrenado.
—Vamos a hablar de esto una vez que hayamos terminado con este lío —le
dijo con severidad.
154
Capítulo 12
Traducido por rihano y Jessy
Una vez que todos estaban en la habitación, Cush les indicó que
retrocedieran contra la pared donde se encontraba la puerta.
—¿Por qué tengo la sensación de que esto está a punto de volverse muy
complicado? —preguntó Lisa.
—Ese es el por qué siempre debes vestir de negro, Lisa, —explicó Elora
mientras presionaba su espalda contra la pared—. Nada tiñe el negro.
Ellos la golpearon con tal fuerza que sacudió el edificio alrededor de ellos.
Cush se volvió para encarar la habitación y cerró los ojos y llamó a la
energía del viento. Su gente estaba cerca de la naturaleza. Tenían una
comunión con esta que la mayoría no tenía, por lo que eran capaces de
recurrir a su poder. La naturaleza era una fuerza a tener en cuenta. El
viento azotó a través de la sala, derribando las cubas; el líquido rojo se
derramó en el suelo como un océano de Rapture que bañaba todo en su
camino.
Cush se volvió para ver a Rin aún luchando con el elfo oscuro. Comenzó a
dirigirse hacia él para ayudarlo pero Rin gritó:
—¡VETE!
Cush hizo una pausa, pero luego se dio cuenta de que su compañero tenía
evaluada la situación correctamente. Necesitaban salir rápidamente antes
de que más elfos oscuros regresaran. Agarró la mano de Elora, una vez
más y les indicó a los demás que siguieran.
—¿Qué hay de Rin? —gritó Lisa mientras corrían de regreso por el largo
pasillo.
—Bien, tenemos que irnos —les dijo Cush mientras se acercaba a Elora y
la levantaba. Agarró con sus manos su cara y la miró a sus ojos muy
abiertos—. ¿Estás bien?
Ella asintió.
—Solo un día normal en la vida de mi novio guerrero.
—Mientras me llames tuyo —le susurró al oído. Cush no sabía por qué
sentía la necesidad de recordárselo, pero por alguna razón el lado posesivo
que había asomado su fea cabeza en el momento en que ella había entrado
en su vida, estaba gruñendo por ser oído. Se volvió para llevarla al
vehículo cuando Rin le gritó.
—¡CUSH, ESPERA!
Rin asintió.
Cush lo oyó. El viento estaba gritándoles, diciéndoles que había algo malo
con el vehículo. Elora lo miró inquisitiva.
—¿Supongo que esto significa que vamos a tener que correr de nuevo? —
preguntó Tony.
Cush no respondió sino que alzó a Elora en sus brazos. Miró a Rin y luego
a Lisa, y Rin entendió lo que le estaba pidiendo que hiciera. Una vez que
una Lisa discutiendo estuvo en los brazos de Rin, ellos partieron a un
ritmo de trote decente, alejándose del valle y hacia el último pueblo que
habían encontrado. Iba a ser una larga carrera.
—Él los ha capturado, mi señor.
El mismo nombre del asesino, no espera, del rey, hacía hervir su sangre y
a su corazón latir fuerte.
Cassie abrió la puerta al oír el suave golpe. Syndra estaba parada justo
afuera viéndose tan regia como siempre.
Cassie sonrió.
—¿Trik te envió?
Syndra rio.
—Oh niña, ¿no has aprendido todavía? Yo no hago nada de lo que nadie
me dice que haga, rey o no rey. —Entró en sus habitaciones y cerró la
puerta detrás de ella mientras Cassie daba un paso atrás—. No, he venido
por mi propia voluntad. Ser atacada en tu cama mientras estás
durmiendo, y no por tu pareja, bueno eso puede ser un poco demandante.
Cassie no trató de ahogar la risa casi histérica que hervía por salir. Solo
Syndra podría haber puesto algo que había sido tan aterrador en términos
que sonaban tan displicentes.
—Demandante —repitió ella las palabras de la elfo.
—Lo que estoy diciendo es que todos tenemos maldad en nosotros. Todos
tenemos la capacidad de ser crueles, de hacer daño, de hacer la vista
gorda cuando deberíamos hablar, todos nosotros, no solo los elfos oscuros.
—Ella sonrió entonces mientras su rostro se llenaba con algo que Cassie
reconoció como esperanza—. Pero al igual que todos tenemos la capacidad
para la maldad, también somos capaces de lo bueno. Tienes que tener más
fe en él, Cassandra. ¿Creo que es sabio para ti cuestionarlo? Sí, él necesita
que le digas esas cosas para que así piense antes de actuar. Pero después
de lo que le hiciste pensar, tienes que apoyarlo y recordarle que sabes que
es capaz de ser un hombre de honor.
—Entonces eso fue un, ¿no, él no debería matarlos? —gritó, sabiendo que
Syndra la escucharía y que sin duda la ignoraría.
—¿Por qué los mandó aquí a tomar a Cassie? —le preguntó Trik a los dos
hombres por tercera vez. Todavía arrodillados mirando al suelo, ninguno
dispuesto a hablar. Podría hacerlos hablar si tuviera ganas de hacer un 161
desastre, pero la verdad de ello era que, Trik estaba cansado de torturar a
la gente. Se había cansado de ello hace mucho tiempo, pero antes no había
tenido opción, ahora la tenía.
Miró hacia Tamsin, que sin duda estaba esperando que pidiera algún tipo
de herramienta. En vez de eso, dijo:
Tamsin asintió, pero no dejó que la sorpresa que Trik sabía que sentía se
mostrara en su rostro.
—No mueras antes de ella —habló finalmente uno de ellos justo cuando
Trik se estaba dando la vuelta para irse.
—¿Qué dijiste?
El elfo oscuro que Trik conocía como Agog habló otra vez.
—Si mueres antes que ella, le hará cosas terribles. Cosas que no puedes
siquiera comenzar a imaginar.
—No te voy a conceder tu vida —le dijo Trik—. Pero me aseguraré de que
tu muerte sea rápida.
—Tanto tú como yo. —Hizo una pausa y miró atrás hacia la puerta como si
pudiera ver más allá de esta a lo elfos oscuros—. Estás haciendo lo
correcto —le aseguró.
Trik asintió.
—No podía dejarlos vivir, pero tampoco tenía que hacerlos pedazos. Nos
vamos a primera hora. Estoy cansado de esperar. Estoy listo para que
Lorsan sea destruido y para saber que mi Elegida está a salvo, así como
también nuestra gente y los humanos.
—Tamsin —dijo Trik antes de que el Rey Elfo de la Luz pudiera alejarse—.
Gracias.
—¿Los mataste? ¡GAH! —gruñó Cassie—. Siento que todo lo que hago es
preguntar si vas a matar a alguien o si alguien piensa que deberías matar
a alguien.
Dio otro paso, poniendo un espacio entre ellos que él no quería. Levantó la
mano para que no se acercara y él le frunció el ceño.
—Sí, lo hago. Sé que como un rey tendrás que tomar decisiones difíciles, y
sé que la seguridad de aquellos bajo tu cuidado van primero.
Ella sonrió.
Ella caminó hacia sus brazos abiertos y apoyó la cabeza en su pecho. Trik
sintió lo correcto de su cálido cuerpo y cuando cerró los ojos y dejó su
esencia y su familiaridad absorberse en sus huesos, rezó a los Señores del
Bosque que esta no fuera la última vez que sostuviera a su Elegida. Rezó
que hubiera muchas noches más, ojala con menos ropa.
~Tony
Ella asintió mientras sus ojos seguían mirando fijamente a las llamas
impares.
—Tienes mucho que aprender si piensas que lo vas a disuadir —le susurró
Lisa cuando se acercó más.
Veinte minutos más tarde Elora se arrojó sobre la rancia cama del motel y
suspiró.
Lisa se rió.
—Elora, cariño —comenzó Lisa pero Elora levantó la mano para detener a
su madre.
—No, sé lo que vas a decir y lo entiendo. Lo hago. Sé que porque soy su 168
Elegida hay una cierta mística de compañeros del alma, y vas a decir que
no hay manera de que alguna vez pueda resentirse, pero no creo eso.
—Bueno, eso no es lo que iba a decir. —Lisa se rió entre dientes—. Pero
buena suposición. Lo que iba a decir es que ¿no crees que Cush tenga
edad suficiente para decidir por sí mismo lo que quiere?
Elora sintió como si una tonelada de ladrillos cayera sobre su pecho. Parte
de ello era definitivamente por Cush, pero ahora que su madre había
hecho la pregunta que había tan estudiadamente evitado en su propia
mente, la simple verdad de eso la miraba a la cara y no podía darle la
espalda. Lo amaba. Simple y llanamente, amaba al elfo guerrero que era
agobiante, mandón, agresivo, y sin embargo sorprendente, divertido y
dulce. Lo amaba y estaba aterrorizada de que él no, no pudiera amarla.
—Sí, está bien, haré eso —hizo una pausa—, después de que el mundo
esté a salvo. 169
Lisa sacudió la cabeza y se puso de pie y caminó hacia la puerta de su
habitación de motel. Ella la abrió y miró a su hija.
—Gracias, Lisa —le dijo a su mamá, sus ojos sin dejar de mirarla.
—Touché.
—¿Trik lo mató?
—Necesitamos llegar a los portales traseros para abrirlos —le dijo ella—.
Descubrimos que la única manera de hacerlo es tener a uno de los
súbditos de Lorsan voluntariamente dando un sacrificio de sangre.
Tony se rió en voz alta mientras su mano se estrellaba de golpe sobre la
mesa.
—¿Crees que conseguirás que uno de los elfos oscuros traicione a su rey?
—Sacudió su cabeza—. No es probable. Están demasiado asustados de lo
que él les hará.
—Nunca dijimos que iba a ser uno de los elfos oscuros —señaló—. Dijimos
que tenía que ser un súbdito de Lorsan, es decir, cualquiera bajo su
gobierno.
171
—¿Estás lista para hablar? —preguntó Cush.
—Bueno, no creo que tenga mucho para elegir, parece que tú y mi mamá
están confabulados en mi contra.
Él esperó.
Sacudió su cabeza.
—¿Qué quieres decir con que decidiste? —Su tono de voz fuerte y palabras
suaves debería haber sido una bandera roja para que se calle, pero luego
Elora era realmente muy buena ignorando las banderas rojas cuando se
trataba de Cush—. ¿Qué exactamente decidiste? —preguntó.
Dejó escapar un profundo suspiro y pasó sus dedos por su cabello. Estiró
su larga melena por encima de su hombro y rápidamente la trenzo,
usándola como excusa para pensar antes de finalmente solo decir lo que
necesitaba decir.
—Decidí que una vez que todo esto termine, una vez que se hagan cargo de
Lorsan, y Trik y Cassie estén a salvo y todo esté bien en el mundo,
nosotros... —hizo un gesto entre ellos—, simplemente nos limitaremos a
seguir con nuestras vidas. —Hizo una pausa—.Por separado, en nuestros
propios reinos.
Elora decidió, tan pronto como la última palabra salió de su boca, que
nunca escuchó tal absoluto y completo silencio. Era como si los malditos
chinches, que estaba segura, vivían en la cama del motel, contenían la
respiración esperando ver lo que el guerrero haría. Dio un paso hacia ella y
luchó por no pararse desde donde se encontraba sentada y alejarse de su
imponente presencia.
Él se rió, pero ni por un minuto creyó que había humor en esa risa.
—Mira, me doy cuenta de que eres la otra mitad de mi alma. Entiendo que
sin ti no estaré alguna vez completa. Pero, Cush, simplemente eso, no es
suficiente para que te entregue mi vida y para ti tampoco debería ser
suficiente. —Se alejó de él y tuvo que morder su lengua para no llorar
porque sabía que en cualquier momento él iba a decirle que tenía razón.
En cualquier momento, iba a decirle que tenga una vida agradable e iba a
romper su corazón. No quería que él la viera sí hacía eso y cuando
finalmente lo hiciera.
—Si todo lo que había entre nosotros era la conexión de almas gemelas, no
sería suficiente —continuó y ella apenas estaba escuchando porque
realmente lo único que quería era que se fuera así podía acurrucarse en
una bolita y llorar como la chica que nunca pretendió ser—. Si la única
cosa que nos hizo lo que somos el uno para el otro fue el lazo de Elegida
entonces no te pediría que te alejes de tu vida, pero eso no es todo lo que
hay y lo sabes. ¡MÍRAME! —gritó de repente y Elora saltó.
Dio un paso acercándose y otro y otro hasta que estuvo a menos de treinta
centímetros de ella. Tuvo que inclinar su cabeza hacia atrás para levantar
la vista hacia su rostro y observar su increíble belleza tan cerca de ella,
solo a una exhalación.
Cerró sus labios y lo miró con furia. Encogió sus enormes hombros y luego
cruzó los brazos sobre su amplio pecho, esperando.
—Yo no… —empezó y casi dio un paso atrás cuando sus ojos se
entrecerraron peligrosamente. Se aclaró la garganta—, yo no tengo que
mentir.
—No, estoy diciendo que lo que siento por ti nunca ha estado cuestionado.
Dije que no debería ser suficiente para ti sólo quedarte conmigo porque soy
tu Elegida —le recordó.
—Eso no es…
—Te amo, Pequeño Cuervo. Eres mía y si piensas que voy a dejar que te
alejes de mí, que tengas tu propia vida con alguien más, entonces no
entiendes por completo la posesividad de un hombre de mi raza hacia su
Elegida.
—No, eso no, G.I Joe gigante. ¿Me refiero a si estás seguro de que me
amas?
—Siempre te voy a querer —le dijo antes de que sus labios se encontraran.
Elora jadeó y su boca se abrió dejando que Cush profundizara el beso. Sus
lenguas bailaron y la empujó más cerca, envolviendo una mano en su
cabello y la otra alrededor de su cintura. No necesitaba el estímulo. Se
presionó más cerca y fue recompensada cuando él gruñó su nombre
contra sus labios.
—Escuché eso.
Elora no se había dado cuenta que la pared que había erigido tan
diligentemente se había derrumbado en el momento en el que había
confesado sus sentimientos por ella.
Cush trató de dominar sus deseos mientras la empujaba hacia la cama del
hotel. Su mente estaba sin control con deseo, enojo, amor, lujuria, y luego
la intensa necesidad de reclamar y fundir sus almas, en el modo de su 178
gente, lo recorrió. Ella había planeado dejarlo. Honestamente había creído
que solo la dejaría ir y la dejaría estar con otro. Su pequeño cuervo necio
necesitaba una lección acerca de lo que verdaderamente significaba ser
una Elegida, lo que significaba ser su Elegida.
—Ya has superado cualquier expectativa que tuve alguna vez, Amor, y sé
de hecho que no te ves bajo una luz adecuada.
Sus ojos se ampliaron y quería reírse por las preocupaciones que bailaban
en su mente.
Se rió.
La besó lentamente una última vez antes de levantarse y halarla con él.
Sostuvo su mirada, queriendo que tomara sus próximas palabras muy
seriamente.
—No más conversaciones de estar separados. Una vez que Lorsan ya haya
sido vencido, te vas a casar conmigo. Podemos discutir dónde vamos a
vivir una vez que estemos unidos y luego. —Sus labios se crisparon con
diversión mientras la veía con los pelos de punta—, luego me vas a dar
muchos, muchos niños. —Hizo una pausa y lamió sus labios y luego
agregó para dar énfasis—: muchos.
—Eres sexy cuando eres violenta —le dijo con una sonrisa.
Ella lanzó sus brazos al aire caminando más allá de él hacia la puerta con
un resoplido.
180
Capítulo 14
Traducido por IvanaTG, Verae & Veroonoel
—¿Qué, Cassandra?
—Sé que hoy no será bonito. Sé que habrá bajas y que tendrás que matar.
Así que, ¿por qué me estás tratando como si te he condenado? —preguntó
repentinamente sonando tan desesperada como se sentía. Ella no lo
necesitaba alejándose, no ahora, no justo antes de que fuera contra el
único hombre que la había despojado de su dignidad.
—Eres tan joven y tan inocente, y no digo eso —se apresuró—, para que te
sientas como una niña o insinúo que no eres capaz de manejar lo que
enfrentaremos hoy. Lo digo porque tengo que recordarme a mí mismo que
no todo el mundo ha estado en batalla. No todo el mundo ha matado para
ganarse la vida y no todo el mundo es tan frío en el interior como yo. —Se
volvió hacia ella y sus ojos plateados se bloquearonen los suyos—. Solo
vamos a salir de esto con vida y después podemos hacer frente a las
consecuencias, sea lo que sea. Nos vemos en la sala del trono cuando estés
lista.
—¿Es esto lo que ha sido tu problema esta mañana? ¿Estás de mal humor
porque no me he casado contigo? —Habían hablado sobre ello con detalle
en la oscuridad de la noche, pero Cassie no se había comprometido en un
periodo de tiempo. Todavía se sentía demasiado joven en muchos aspectos
para casarse, pero también sabía que en muchos aspectos casarse con
Trik era la menor de sus responsabilidades.
—Nos hemos reunido hoy aquí. —Sus palabras fluían y Cassie miraba a
Trik en estado de shock. ¿Qué demonios estaba haciendo? Ella no
escuchaba a Tamsin; su atención se centraba demasiado en Trik.
—Acepto —dijo Trik mientras sus ojos se clavaron en los suyos.
Cassie miró de Tamsin a Trik. Sabía lo que quería decir, sabía que quería
esto más que nada, y sin embargo, las palabras se congelaron en la punta
de su lengua.
—Porque si muero hoy tengo que morir sabiendo que eras mía en todos los
reinos, mi Elegida en este reino y mi esposa en el tuyo. Necesito saber que 183
me reclamabas para ti en todos los sentidos, porque te amo. Desde el
momento en que entraste corriendo en esa sala de juntas viendote
absolutamente aterrorizada y hermosa, supe que eras para mí. Cásate
conmigo, Cassandra. Se mi esposa, mi reina, mi amor.
—Acepto —se encontró diciendo casi sin pensar—. Acepto —dijo de nuevo
con más firmeza. El rostro de Trik estalló en una impresionante sonrisa y
sus labios se presionaron con los suyos antes de Tamsin siquiera pudiera
pronunciar las palabras puede besar a la novia.
Cassie no oyó el clic de la puerta al cerrarse cuando Tamsin los dejó solos.
Toda su atención se centró en su marido. La besó como si su vida
dependiera de ello, como si el aire de sus pulmones le diera esa vida.
Cassie sintió sus almas tocarse y sintió lo correcto entre ellos. Trik era
donde pertenecía. Extrañaba a sus padres, anhelaba su mundo, pero con
Triktapic, su oscuro asesino, era donde estaba destinada a estar.
—Gracias —murmuró contra sus labios cuando él se retiró y luego salpicó
su mandíbula con suaves besos.
Cassie se rió.
—¿Me estás dando las gracias por haberme casado contigo cuando
prácticamente me lo ordenaste? —bromeó.
—Eh, Trik. —Aclaró su garganta cuando sintió sus manos deslizarse bajo
su espalda y más abajo todavía—. ¿No tenemos un rey elfo oscuro para 184
destronar?
—No creo que lo puedas culpar en esto a él, chico carcaj. Es tu culpa por
planificar tu boda el día en que se supone que vas a atacarlo —señaló, oh
tan amablemente.
—Mi corazón sigue latiendo; mi hombre tiene una habilidad con las
palabras —canturreaba Cassie sarcásticamente mientras se apresuraba
tras él.
—Si Elora estuviera aquí ahora te diría que en realidad lo que haces con tu
carcaj cuenta.
—Tamsin sin duda les ha dado sus órdenes. Cada elfo tiene un papel que
desempeñar. ¡Aténganse al plan y saldremos victoriosos!
Trik le dio una afamada sonrisa mientras frotaba sus los labios con su
pulgar.
—No logré llevarte por el umbral de una nueva casa, así que supongo que
tendrá que ser el umbral del castillo que estamos asaltando —bromeó.
Le sonrió brevemente, pero luego volvió a mirar hacia arriba para ver a
dónde iba cuando se movió con rapidez alrededor de los árboles y
arbustos. Ni siquiera estaba sudando mientras llevaba su ejército a través
del bosque. No sabía cuánto tiempo había pasado cuando comenzó a
reducir la velocidad y finalmente se detuvo. La deslizó al suelo y mantuvo
las manos en su cintura hasta que estuvo firme de pie.
Trik hizo un gesto con la cabeza detrás de ella y se dio la vuelta. Sintió
escalofríos estallando a través de su piel mientras el castillo de los elfos
oscuros se levantaba en su presencia. Cerró los ojos con fuerza,
empujando los recuerdos de lo que había ocurrido la última vez que había
estado allí, pero aun así su corazón se aceleró por el miedo.
Asintió. Sabía que sus palabras eran ciertas. Sabía que Trik caminaría a
través de los fuegos del infierno para mantenerla a salvo.
—Y matar a todos los demonios que me encuentre mientras esté allí —le
dijo, después de haber escuchado sus pensamientos.
Empujó sus hombros hacia atrás y enderezó su espalda. Era una reina, no
le daría a Lorsan la satisfacción de ver su miedo.
—Los Tiriths —susurró Cassie con asombro mientras observaba a las dos
bestias pasearse de arriba a abajo en el bosque.
—Ellos pelean contra quien yo peleo, así que realmente les gusta cualquier
carne —le dijo. Miró a Tamsin y asintió—. Hagamos esto.
—Y así comienza —dijo Cassie mientras observaba que parte del lado
derecho del castillo explotaba.
—Mi amor, ¿hay alguna razón para que insistas en estar allí de pie
hablando tediosamente de lo obvio mientras nuestro hogar está siendo
destruido? —le espetó a su Elegida, incluso sabiendo que no debería, pero
fue incapaz de detenerse.
—Incluso los elfos oscuros tratan a sus Elegidas con respeto y amor, y aun
así me has tratado con mucho menos que eso durante el último par de
semanas. ¿Por qué?
—Ilyrana, no tengo tiempo para calmar tu malhumor. Sabes que te amo y
por ahora eso tendrá que ser suficiente. Tengo a Trik y sus guerreros
golpeando mi puerta. No sé cómo les está yendo a nuestros elfos oscuros
con Rapture en el reino humano, y francamente, estoy cansado de
escuchar tus quejas sobre cómo te trato o no.
Lorsan había puesto el encanto para que ella traicionara ala humana y
ahora ella creía honestamente que él estaba interesado en ella. A pesar de
cómo había estado tratando a su Elegida, la elfa no podía ver a su reina y
lo adorable que era. Este mequetrefe no se igualaba a ella, y sin embargo
ella creía estúpidamente que él se alejaría de su compañera… como si
pudiera. Pero incluso si pudiera, no querría, mujer tonta. Sus ojos se 190
abrieron mientras se daba vuelta para mirar a Ilyrana, quien le devolvió la
mirada con asesinato en sus ojos.
—Mi reina. —La elfa inclinó su cabeza a Ilyrana pero luego se volvió a él—.
¿Está listo para que yo vuelva a abrir los portales?
—¿Así que quieres proseguir con tu plan? —preguntó Ilyrana, sin mover
sus ojos de la joven elfa que aún lo miraba a él con ojos estrellados. Lorsan
sintió que su corazón se suavizaba hacia su Elegida.
Ilyrana sonrió.
—Lo extrañas.
—Prepárate para abrir esos portales, Melda —le dijo Lorsan a la mujer.
Tomó la mano de su compañera y tiró de ella hacia una de las paredes con
espejos—. No correré riesgos contigo, mi reina. Tan pronto como los
guerreros elfos de la luz aparezcan, quiero que te dirijas a los viñedos en el
mundo humano. Estaré justo detrás de ti. Solo quiero ver el rostro de Trik
una vez que se dé cuenta que ha entrado directo en mi trampa.
Capítulo 15
Traducido por Becca Herondale & crazy_mofos168
~Elora
Las enormes puertas del Castillo de los Elfos Oscuros se abrieron y los
guerreros se aprovecharon de eso antes de que Trik pudiera ordenarles
detenerse.
—¡Tamsim, hazlos retirarse! —le gritó al otro rey. Tamsim asintió y empezó
a gritar órdenes para dar marcha atrás pero la pelea ya había comenzado.
Elfos, de luz y oscuros, se encontraron en los corredores entre destellos de
acero y magia. Trik observó que los elfos oscuros estaban retrocediendo
como si se retiraran, lo que solo encendió el depredador deseo de batalla
de los elfos de la luz. ¿Qué hace un depredador cuando su presa corre?
Ellos dieron cacería incluso cuando Tamsim les gritó que retrocedieran.
Malditos elfos indisciplinados, pensó Trik.
Ella rió, que era exactamente por lo que hizo la escandalosa afirmación en
el momento más inapropiado. La batalla aún continuaba y tanto como
quería estar de pie y admirar a su chica, tenía un rey que matar.
—Eufemismo, Hermosa.
—Tony está de acuerdo con dar su sangre para abrir los portales —le dijo
Lisa a Cush y Elora mientras caminaba en la habitación del motel.
Asintió y le sonrió, más por costumbre que por un deseo de ser coqueta.
Sintió una gran mano tibia en su cuello y luego una presencia familiar en
su mente.
«¿Debo decirte que solo tienes permitido representar tus tendencias violentas
hacia mí?»
Casi puso los ojos en blanco, pero se contuvo y en vez de eso se aclaró la
garganta.
—No había nada en el libro que dijera que debía ser un lugar específico.
Imagino que solo necesitamos tener algo que funcione como portal, un
espejo o algo que refleje.
Tony tomó la daga del guerrero y caminó hacia donde colgaba el espejo.
—De acuerdo hombre, conozco esa cara. Es la misma cara que mi padre
tenía cuando me dijo acerca de los elfos oscuros y cómo mi familia estaba
obligada a servirlos por toda la eternidad. ¿Qué es, guerrero? —preguntó
Tony finalmente.
—Hay palabras que debes decir, pero si las dices quedarás atado entre
reinos.
196
—¿Qué? —espetó Elora—. ¡No nos dijiste esa parte antes!
—No. —Ella miró hacia Tony—. Lo siento, pero una vida no es más
importante que la raza humana. —Lo que en realidad quería decir es que
una vida no valía no ver a su mejor amiga nunca más, nunca saber si
estaba a salvo y si Lorsan estaba muerto, pero imaginó que eso sonaba
mucho más egoísta.
—Estoy de acuerdo —le dijo Tony y miro de nuevo a Cush—. Dime que
debo decir.
—Es la lengua de mi gente así que solo repite lo que digo mientras pasas el
cuchillo por tu piel y dejas gotear tu sangre en el espejo. —Cush no sabía
que podría pasarles a aquellos próximos a uno de los portales así que
ejerció su magia y puso un escudo para asegurarse que ninguno de ellos
se arrastrara con Tony cuando los portales finalmente estuvieran abiertos.
Comenzó a recitar las palabras que había memorizado del libro y la voz de
Tony lo siguió mientras cortaba su antebrazo con la daga, rebanando sin
esfuerzo su carne. La sangre brotó inmediatamente y era tan profundo que
comenzó a fluir libremente. Tony la presionó contra el espejo mientras
continuaba repitiendo lo que Cush decía.
—¡Cush! —Ella lo agarró y lo jaló, girando su rostro hacia ella—. ¿Qué 197
pasó? —Se contuvo, de alguna manera, de acariciarlo por todos lados para
asegurarse que estaba en una pieza. En realidad se estaba convirtiendo en
tal chica.
—Los portales ya han sido abiertos. Pero están siendo vigilados —le dijo
seriamente.
Elora miró a Cush y luego a Rin porque los dos guerreros estaban viéndose
entre sí y ella pudo ver la misma frustración reflejada allí. Ahí había dos
hombres acostumbrados a la acción, a proteger a aquellos a su cuidado, y
no tenían una pista de cómo ayudarse ellos mismos.
Quienquiera que lo hubiera tocado, había querido que sintiera esa maldad.
Habían querido que supiera que eran cazados, que eran presas, y pocas
cosas lo enojaban más que sentirse como una presa.
Él sabía que tenía que abrirse con ella, pero su primer instinto fue
protegerla, para evitar que tuviera que lidiar con cosas peligrosas. Sabía
que si intentaba enjaular a su cuervo, iba a picotear sus ojos. Dejó salir un
profundo suspiro antes de responderle.
—Lo que me haya tocado era algo tan malvado, tan vil, que aún puedo
sentir los residuos de eso en mi piel —admitió y realmente sintió su humor
aclararse después de que las palabras salieran.
—¿Crees que es Lorsan, o estás pensando que hay alguien más uniéndose
a la refriega? —preguntó.
—¿Por qué?
Se encogió de hombros.
—¿Siquiera quiero saber por qué crees eso? Tal vez tu mano aterrizó en
algo.
—Él sabía que su gente sería asesinada y perjudicada, ¿y aun así hizo
estallar su propia maldita casa? —gruñó Cassie. 201
—A Lorsan le importa el poder, Amor, nada más es importante para él —le
dijo Trik.
—Sí, ¿pero no se dio cuenta que si mataba a todos sus guerreros no sería
capaz de mantenerse en el poder?
Trik le sonrió.
—Obviamente no tiene una reina con una sabiduría como la tuya para
advertirle.
Cassie rió.
—Y malvado —agregó Syndra mientras venía hacía ellos—. ¿Qué harás con
ellos, Trik? —preguntó
Trik bajo la mirada hacia los elfos oscuros arrodillados ante él. Eran
alrededor de veinticinco y todos lo estaban observando, algunos temerosos,
otros confusos, pero ninguno de ellos lo miraba hostilmente. Estos habían
sido sus compañeros guerreros por siglos, y de pie aquí como su Rey,
sintió como si jamás los hubiera conocido.
—¿Puedo hablar? —habló un hombre con largo cabello oscuro y ojos rojos.
202
Trik asintió y recordando el nombre del guerrero respondió:
El elfo oscuro se puso de pie e hizo sus hombros hacia atrás mientras
estrechaba sus ojos hacia Trik.
Trik sabía que estás preguntas iban a venir. Sabía que no podía esperar
que los elfos de la luz u oscuros olvidaran todo su pasado, estarían locos
por no cuestionarlo. Él no quería ser el líder de una raza que no pensara
por sí misma. Jamás les pediría que lo siguieran ciegamente y jamás
lideraría al azar.
Se volvió a Tamsin.
—Estoy segura de que no hay nada que prefieras hacer luego, así que
estás completamente en lo correcto, no hay necesidad de hablar de ello
ahora.
~Cassie
—¿Por qué no te das una ducha? —sugirió Cassie antes de que pudiera
envolver sus sucios brazos alrededor de ella.
—Relájate, Cassie, iré a tomar una ducha para que así puedas seguir
trabajando con tu argumento en contra de mí matando a los cautivos. —Él
se rió cuando su ceño se convirtió en un ceño fruncido. Cuando la puerta
se cerró, le oyó gritar—: Y no creas que la discusión va a posponer
cualquier otra actividad que debe suceder y que va a hacerlo.
—¿No crees que necesitamos al menos tratar de regresar con Trik y hacerle
saber lo que está pasando? —le preguntó Rin a Cush.
Lisa cruzó los brazos sobre su pecho y entrecerró los ojos hacia su hija.
—Maldita sea —resopló Lisa—, eso es cierto. Bien, sí, lo traje. Está en el...
—Se congeló antes de que la palabra saliera de su boca y su cabeza giró
bruscamente hacía Cush—… vehículo —terminó sin aliento.
—¿Te refieres al vehículo que explotó a varios kilómetros de aquí hace solo
unas pocas horas?
Elora se sorprendió porque era la primera vez que había visto al guerrero
incluso un poco agitado. Miró por encima de su propio guerrero que ahora
estaba mirando por la ventana en el estacionamiento casi vacío del motel
barato. Él tenía la mirada perdida en la dirección donde el vehículo en
cuestión había mordido el polvo.
Los labios de Cush temblaron y Elora podría decir que estaba luchando
contra una sonrisa.
—Porque voy a patear sus traseros si te dejan salir del motel en una
misión suicida en busca de un libro que probablemente ahora está
esparcido por todo el campo como un fertilizante. —La boca de Elora se
estiró en una recta y delgada línea y su frente estaba arrugada con
frustración mientras seguía mirando a Cush, esperando su respuesta a su
pequeña diatriba. ¿Estaba siendo un poco sobreprotectora con su guerrero
elfo de 1,93 metros? Tal vez, pero él era su guerrero elfo de 1,93 metros y
ella quería que se quedara como estaba, vivo.
—Lo siento, Cuervo, este es solo uno de una larga lista de desacuerdos que
estoy seguro que vendrán en el transcurso de nuestra relación. No puedo
darte lo que quieres. —Su profunda voz era suave y gentil mientras 209
hablaba con ella.
—¿Por qué no puede alguien más ir a por él? —Elora odiaba sonar como
una niña malhumorada, pero de nuevo, si conseguía lo que quería...
—¡No puedo creer que dejaras que me ataran! —casi gritó Elora—. ¡Eres mi
madre! ¿No se supone que tienes que evitar que estas cosas me ocurran a
mí? —Elora tiró contra las cuerdas que tenían sus manos atadas detrás de
la silla, pero no se movieron. Movió los tobillos, probando para ver cuán
apretadas estaban las cuerdas, pero no sirvió de nada. El maldito elfo
sabía cómo atar la cuerda eso es seguro, pensó para sí misma y luego se le
ocurrió otra cosa y casi sonrió, nota para sí misma, hábil en las ataduras.
Casi se rió en voz alta porque solo podía imaginar la mirada que Cush le
daría si hubiera oído que ese pensamiento. Esto fue suficiente para casi
hacerla que lo perdonara, casi.
—Si no bajas la voz vamos a pegar con cinta adhesiva tu boca la próxima
vez —le dijo Lisa con una sonrisa, no pareciendo ser molestada en lo más
mínimo por la situación actual de su hija.
—¿Y tú, Oakley? —le preguntó Elora a su hermano—. ¿Cómo puedes dejar
que estos guerreros elfos me aten?
Rin rió.
—Oh, bueno, ya que te pones así —asintió Elora con entusiasmo—. ¡Me
sentaré aquí tranquilamente atada a una maldita silla mientras la otra
mitad de mi alma corre precipitadamente hacia las manos de los elfos
oscuros! Caramba ¿por qué no pensé en eso? Relajarse, correcto.
—Un buen soldado siempre se asegura de que el trabajo se ha hecho bien 212
—dijo Cush fríamente mientras se levantaba de la posición agachada en la
que había estado. Obligó a su cuerpo a relajarse con la esperanza de traer
a Tarron una falsa sensación de seguridad—. Necesitaba asegurarme de
que su pequeña producción se había cerrado por completo.
Tarron rió.
—Por favor, dime que no eres tan ingenuo como para pensar que este es el
único lugar en el que teníamos cultivos en crecimiento.
Cush dejó que sus labios se curvaran en una sonrisa lenta. Deseó ahora
haberle dado a Elora un buen adiós en lugar del beso rápido que había
presionado a su frente después de que la había atado. Deseaba poder
decirle una vez más que la amaba y que en todos sus años nunca podría
haber imaginado ser bendecido con alguien como ella. Deseaba esas cosas
porque mientras el malvado elfo oscuro frente a él le devolvía la sonrisa,
sabía que no iba a vivir a través de esto. Tarron no era conocido por su
misericordia. De hecho, era sabido en el reino de los elfos de la luz que él
era rotundamente psicótico. Mientras Cush se apartaba de la cubierta del
vehículo, llegó al hombro y desenvainó la espada que llevaba, y se preparó
para una batalla que esperaba no solo fuera el final de su vida, sino
también la del malvado de pie ante él porque se negaba a morir sin llevarse
a Tarron consigo.
213
—Algo está mal —dijo Elora repentinamente mientras se sentaba desde la
posición desplomada en la que había permitido que su cuerpo se relajara.
—Lo digo en serio, Oakley. Algo está mal con Cush; él está en problemas
—imploró. Se volvió para mirar a Rin que estaba observándola de cerca—.
Mira, Rin, no estoy jugando, está bien. Cush está en peligro. No puedo
explicar cómo lo sé, solo lo hago. Tenemos que ayudarlo.
Lisa se acercó a ella y se arrodilló así estaba con los ojos a la altura de su
hija.
—Estoy seguro de que él está bien —dijo Oakley desde justo detrás de ella.
—Sí, estoy segura de que lo está ya que solo iba de regreso a la casa club
del elfo oscuro que sucede que acabamos de quemar en busca de un libro
que Lorsan mataría por tener en sus manos. Sí, estoy segura de que está
bien. —Elora sabía que la amargura en su tono no era necesaria, pero lo
único en lo que podía pensar era en Cush y cómo sabía que no estaba
bien.
—Aquí —dijo Rin mientras le entregaba un puñal corto, justo como el que
Cush le había dado cuando los hombres de Lorsan los habían atacado—.
Vamos. —Él pasó junto a ella al aire fresco de la mañana. Ella deslizó la 214
daga en su bota y rápidamente lo siguió, sin esperar a ver si su madre,
hermano, y Tony venían. Ella sabía que lo harían.
Corrieron a una velocidad que Elora no creía que fuera capaz de hacer,
pero al parecer cuando el hombre al que amaba estaba en peligro, ella era
perfectamente capaz. Trató de no imaginar las cosas que su temor le
conjuraba, pero cuando su alma parecía gritar dentro de ella por Cush,
sabía que algo malo le estaba pasando. Ella le gritó en su mente,
preguntándose si en tiempos de crisis tal vez su extraño vínculo
funcionaría a través de largas distancias, pero no obtuvo respuesta.
Empujó sus piernas más duro y cuando una mano se posó en su hombro,
se volvió y atacó, tirando el golpe que había arrojado a pocos centímetros
de la cara del Rin.
Ella asintió con la cabeza, haciéndole saber que no iba a hacer nada
estúpido, todavía.
Elora se congeló ante la declaración del oscuro elfo y buscó a Rin para
saber qué hacer. Él hizo un gesto para que se mantuviera en movimiento
por lo que lo hizo.
—¿Cómo te hace sentir el saber que una vez que estés muerto tu Elegida
será libre de ser tomada por cualquier número de elfos elegibles?
—¡CUSH!
Elora movió sus muñecas para ver cuánto espacio tenía. Ella todavía tenía
el puñal en una mano. Giró la muñeca y en un rápido movimiento apuñaló
a su captor en el muslo. Él dejó escapar un profundo grito de dolor y su
control sobre ella se aflojó y estaba lista. Giró la cabeza y dejó caer su
hombro, liberando efectivamente la mitad de su cuerpo. Usando la
velocidad que ella no sabía que tenía, se arrancó a sí misma hacia abajo y
lejos del hombre. Se giró rápido, tirando de la daga de su pierna, lo que
provocó otro grito de dolor. Sintió una sonrisa salvaje extenderse en sus
labios mientras se agachaba en posición de ataque, lista para abalanzarse
sobre el elfo oscuro. Comenzó a moverse hacia él cuando hubo una
explosión repentina de aire desde detrás de ella.
—¡BASTA! —oyó a Tarron rugir. El elfo oscuro frente a ella le dio un
gruñido de frustración antes de girar de repente y correr más rápido de lo
que ella podía rastrear sus movimientos. El resto de los elfos oscuros lo
siguieron, corriendo rápidamente a través de las cultivos quemados.
Ninguno de los elfos de la luz o los humanos los persiguieron.
Elora giró lentamente para ver a su madre, Oakley, y Tony jadeando pero
ilesos. Rin estaba mirando en la dirección por la que los elfos oscuros se
habían acabado de retirar y Cush la estaba mirando.
217
Capítulo 17
Traducido por âmenoire90 y Feer:)
“Toda niña pequeña sueña con ser una princesa, conocer a su príncipe
y vivir en un hermoso castillo. Y aunque toda niña pequeña sueña con
eso, nunca piensan que en verdad vaya a suceder, pero sucedió para
mí. Tengo mi príncipe, aunque puede ser oscuro, y tengo mi castillo. 218
Lo que las niñas pequeñas no saben es que cuesta conservar al
príncipe y al castillo, una vez que el polvo de hadas se asienta. Hay
una batalla, y si pierdo, perderé mucho más que solo un sueño.
Perderé al hombre que amo”.
~Cassie
—¿Te has calmado? —preguntó Trick mientras salía del baño vestido con
un pantalón de pijama hecho de algún material que parecía moverse con
su cuerpo, como si pudiera predecir el movimiento antes que sucediera.
Cassie tuvo que luchar contra el deseo de mirarlo fijamente, apreciándolo
en toda su gloria. No quería darle la satisfacción de saber lo mucho que la
afectaba.
—Es mi trabajo Cassandra. Soy el rey. No puedo esperar que otros hagan
mi matanza por mí. ¿Qué tipo de líder sería?
Una parte de ella entendía completamente lo que estaba diciendo e incluso
estaba de acuerdo con él. Ella sabía que estaba tratando de hacer lo
honorable, lo correcto, pero eso no significaba que tenía que gustarle.
Él asintió y dio un paso hacia ella, pero ella alzó su mano para detenerlo.
Él dejó salir un suspiro exasperado y ella se dio cuenta que había notado
que no iba a ceder, no esta vez.
—Hubo un tiempo en que dejé que nuestra gente hiciera su libre albedrío,
Cassie. Eso los dividió, mientras la mitad de ellos decidieron que ellos
mismos era todo lo que importaba, la otra mitad creía que el sacrificio era
todo lo que importaba. Querían cosas diferentes, y no pudieron estar en
paz los unos con los otros, no quisieron escuchar a su rey, así que
renuncié. Fue una decisión cobarde y me arrepiento. Pero no seré ese rey
de nuevo. Esta vez nuestra gente escuchará y obedecerá, o sufrirá las
consecuencias. Si los elfos oscuros no ceden y cambian sus modos, de la
forma en que yo me comprometí a hacerlo, entonces la consecuencia es la
muerte y soy quien tendrá que lidiar con eso. Sé que estás asustada de
que empiece a disfrutar matar, pero estás olvidando algo. —Hizo una
pausa.
—Tú eres mi luz. —Dio un paso hacia ella y esta vez no lo detuvo—. Tú
alejas a la oscuridad. Me haces querer ser mejor de lo que era. No puedo
ceder a la oscuridad porque la oscuridad no puede sobrevivir donde vive la
luz. ¿Estás pensando abandonarme aquí para hacer esto solo?
—Si lo estoy haciendo por las razones correctas, que así lo estoy haciendo
—explicó—, entonces sí, estaré bien.
—Está bien.
—Cassie.
Su voz rompió a través de su pánico y ella abrió sus ojos para verlo de pie
muy cerca. El suave brillo de la luz de las velas bailaba por su piel.
Frunció el ceño y se inclinó para mirar alrededor de él. Todas las luces se
habían apagado y velas colgaban en el aire, flotando como si pendieran de
un hilo, rodeando la gran cama. Su boca se abrió. Cuando había pasado
eso, pensó para sí misma.
—No puedes decir cosas como esa si no quieres que me desmaye por culpa
de un ataque de pánico —admitió finalmente—. Mira, estoy nerviosa, Trik.
Estoy… he… esto. —Sus palabras tartamudeaban en un parloteo
incoherente y deseó que él simplemente hiciera algo para así callarse.
—Como tú quieras —murmuró, justo antes que sus labios tocaran los de
ella.
Él se rió y ella jadeó ante la sensación que le creaba eso. Sus ojos se
oscurecieron y se presionó más cerca.
Cassie escuchó sus palabras y pensó que podía haber asentido pero no
estaba segura porque para ese punto Trik empezó a hacerle cosas que no
estaba convencida que fueran legales a lo largo de los cincuenta estados y 223
todas las preocupaciones y miedos que tenía, de repente se fueron. Solo
estaba Trik, sus manos, su boca y su profunda voz llenaban su habitación
mientras le susurraba palabras de devoción al tiempo que le hacia el amor.
—Sí.
—Obviamente no, porque hace poco tiempo, como sabes, las velas
flotantes eran las cosas más lejanas de mi mente.
Cassie sonrió, como la enferma loca de amor que era, al pensar en lo que
había ocurrido solo hace un momento, como él decía.
Se volvió para mirarlo a la cara y vio que tenía sus ojos abiertos y estaba
mirándola. Su piel se sonrojó y alcanzó las sabanas para cubrirse pero
Trick se las arrebató.
—Mentirosa.
Ella puso sus ojos en blanco y se dejó caer sobre él, ganándose un gruñido
que la hizo sonreír con suficiencia.
—Trick.
—Sí, amor.
—Gracias.
Él alcanzó su rostro y suavemente la volvió hacia él. Ella sabía lo que iba a
ver, una chica profundamente enamorada que tenía miedo que no pudiera
ser real.
—Por esta noche, por amarme, por esperarme. —Cassie se encontró con su
mirada y esperó que él estuviera sintiendo lo que sentía porque no sabía si
realmente podría ponerlo en palabras tampoco.
—Estoy bien.
Él la miró durante unos segundos, y cuando ella no dio más detalles, le dio
un solo movimiento de cabeza y luego se volvió hacia el SUV carbonizado.
—No, él no sabía nada de él, al menos no de mí. No le dije que estaba aquí.
—Cush, tenemos que conseguir que el libro vuelva a Trick —le dijo Rin—.
Es viejo y poderoso y si cae en las manos equivocadas… —dejó que sus
palabras se arrastraran hasta apagarse, el resultado de tal sugerencia
siendo obvio.
—Voy con Rin —dijo Tony como un hecho. Levantó su mano cuando Rin
empezó a objetar—. Mira, Voy a tener que pedirle asilo a Trick. Él sabe que
mi familia trabajó para los elfos oscuros y estoy básicamente desertando,
alejándome de ellos. Lorsan querrá verme muerto y francamente, no tengo
ganas de morir en este momento.
Tony le dio una sonrisa juguetona que le valió una mirada de Cush.
—Mantén tu arma lista —le dijo Cush a Rin mientras permanecía de pie
junto al guerrero frente al espejo—. Y ve por cualquier cosa que trate de
aferrarse a ti.
—¿Estás listo?
—¿Así que nos dirigimos a casa? —se volvió y habló con su mamá.
—¿Así que solo vamos a juguetear con los pulgares en la tienda de Lisa? —
espetó Elora.
—No, vas a quedar atrapada con tus deberes —le dijo Lisa—. Voy a tener
que idear alguna razón de por qué te has perdido mucho y espero que no
te hagan repetir todo el semestre.
—Solo quería señalar que creo que esta idea apesta —les dijo Elora
mientras observaba a Cush marcar un número en su teléfono y luego
proceder a comprar todos los billetes de avión de regreso a la ciudad de
Oklahoma.
—Los pasajes están reservados, he llamado un taxi para que nos lleve al
aeropuerto —les dijo Cush mientras deslizaba su teléfono en el bolsillo de
atrás—. Así que ahora solo nos queda esperar.
—Puedo ir por ello —murmuró Cassie mientras empezaba a salir del calor
de su cama.
—Precisamente mi punto.
—Iba a ponerme ropa Trik, caray —le siseó ella como un adorable gatito.
Tamsin rió.
—¿Quién?
—Myrin.
Trik asintió.
—Myrin es el más viejo y el más sabio de los ancianos de los elfos oscuros.
Los Ancianos son una clase de historiadores. Ellos guardan los hechos de
nuestra gente, y usualmente son muy poderosos. No conozco su historia,
pero sé que en una época él fue un anciano de toda nuestra raza, no solo
de los elfos oscuros. Me ha ayudado en el pasado.
—Bien.
—Sí, lo es. Ahora, es doloroso para mi decir esto —dijo él mientras recorría
un dedo bajo su hombro descubierto y a través de su brazo—. Pero
tenemos que vestirnos.
—Ugh —se quejó Cassie—. No estoy segura de quién será peor: Syndra o
Elora.
—Cassie, una reina no debería pellizcar a su rey —le informó con voz
arrogante.
—Oh —dijo ella inocentemente mientras caminaba junto a él—. ¿Está bien
para una reina picar al rey con sus propias flechas mientras duerme?
La miró por el rabillo del ojo, y tuvo que contener la risa ante la cara seria
que ella mantenía en su lugar mientras entraban en la sala del trono.
—Myrin. —La voz de Trik fue llevada a través del gran salón y tenía al
anciano girándose para enfrentarlo. Parecía cansado y desgastado, Trik
observó, pero estaba vivo y eso estaba diciendo algo.
—Rey Triktapic. —El anciano puso una rodilla en el piso y se inclinó ante
ellos—. Reina Cassandra —continuó mientras se mantuvo en posición de
rodillas—. Prometo mi lealtad a los dos. Voy a honrarlos y protegerlos con
mi propia vida. Te daré consejo sensato y respetaré las leyes de los Señores
del Bosque.
Trik miró al elfo ante él, quien le juró fidelidad sin siquiera escuchar todo
lo que podría implicar y él que se arrodillara lo honró—. De pie, Myrin.
—Se ha vuelto loco con la necesidad de más poder —le dijo Myrin—.
Incluso ha sido duro con su Elegida.
Trik asintió.
—No me imagino que lo hicieras, pero Lorsan puede ser muy convincente
cuando tiene que serlo.
—Trik. —La voz de Myrin adquirió una urgencia que tanto Cassie y Trik
reconocieron, y los dos observaron al anciano de cerca—. Tienes que
matarlo. Él va a destruir la raza humana y nuestra propia raza si no se
detiene.
—Lo sé, Myrin. —Trik extendió la mano y le dio unas palmaditas al elfo
mayor—. Él será llevado ante la justicia.
—No va a llegar a eso —le dijo Trik—. Lo mataré antes de que llegue tan
lejos.
Ella asintió, sabiendo que iba a hacer todo lo posible para mantener los
portales abiertos para que todavía pudiera ver a sus padres.
—Rin, Tony. —Trik dio un paso hacia ellos y levantó la mano para detener
a algunos de los guerreros elfos de la luz de agarrar al hombre que llamó
Tony—. ¿Qué pasó? ¿Quién tiene qué? ¿Dónde están Nedhudir y Elora?
—¿De regreso? —habló Cassie, rodeando a Trik sólo para ser jalada a su
lado por uno de sus fuertes brazos—. ¿Dónde estaban?
Rin volvió su atención a Cassie, y pudo ver que a pesar de que no estaba
respirando con dificultad, estaba cansado.
235
—Perdóneme, mi reina, pero es una larga historia. ¿Hay alguna manera de
que pudiéramos sentarnos antes de empezar?
Cassie asintió.
—Por supuesto.
—Vamos a ir al comedor. Voy a tener comida y agua allí —les dijo Trik
cuando se volteó hacia uno de los guerreros y le indicó que llevara a cabo
sus órdenes.
Una vez que todos se establecieron en la mesa con agua para Tony y Rin, y
alguna especie de patatas fritas y aderezo versión elfo, Rin finalmente
comenzó el relato a partir de cuando él y Nedhudir, que él ahora llama
Cush gracias a Elora, entraron a través del portal principal con Lisa.
Tamsin y Syndra se unieron a ellos en algún momento durante la historia,
y todos escuchaban absortos mientras les contó sobre llegar donde Oakley,
ver a los padres de Cassie, el Libro de los Elfos, ir a Las Vegas y Elora
teniendo impulsos malvados, lo que hizo a Cassie reír. Les habló de Tarron
y su intento de matar a Tony, y luego la forma en que fueron a California y
quemaron las cosechas y destruyeron el Rapture que ya había sido
producido. Cuando finalmente llegó a la parte de Cush atando a Elora
para que pudiera volver a su vehículo explotado para recuperar el Libro de
los Elfos, Cassie estaba casi rodando por el suelo riendo junto con Syndra.
—Ella tuvo unas palabras para todos nosotros —les dijo Rin y luego
continuó su relato. Él regreso un momento para decirles sobre Tony
tratando de abrir los portales solo para que Cush fuera agarrado cuando
puso su mano en el espejo. Entonces por fin les habló de cómo llegaron a
ser los únicos que viajaron a través del portal solo para ser atacados
mientras estaban dentro del portal por los elfos oscuros. Cuando Rin
terminó de hablar, se levantó y buscó detrás de él. Quitándose su camisa,
sacó lo que parecía ser la tapa rasgada de un libro debajo de ella y la dejó
sobre la mesa delante de ellos.
—Sí, mi señor, y hay algo más que usted necesita saber. —Rin miró de
Trik a Cassie y de vuelta otra vez. Dejó escapar una respiración profunda
antes de hablar de nuevo—. Lisa les contó a sus hijos acerca de su padre,
pero no les contó cómo murió.
La boca de Cassie cayó abierta pero no salió ningún sonido. Ella no sabía
qué decir. No podía creer que Elora tuvo que ir a través de eso sin ella,
tuvo que averiguar acerca de su padre frente a Rin y Cush. Oh y pobre
Oakley, ella pensó en el hermano de su mejor amiga y cómo él siempre se
había sentido un poco diferente, pero mantuvo esos sentimientos para sí
mismo. Ella solo lo sabía porque él había llegado a casa una noche un
poco borracho y ella había estado pasando la noche en casa de Elora.
Había estado a punto de conseguir una bebida cuando Oakley entró, y se
sentó en la mesa de la cocina luciendo tan perdido. Ella podía decir que él
necesitaba hablar así que se limitó a escuchar, y ellos nunca hablaron de
ello con nadie, ni siquiera el uno al otro.
—Oh no. —La mano de Cassie se acercó a tapar su boca al darse cuenta
de lo que su compañeroestaba a punto de decirle, y no quería escucharlo—
. No, Trik.
—Lo siento tanto, amor; lo siento. —Él se acercó y se arrodilló ante ella,
tomando sus manos entre las suyas—. Necesitas escucharlo de mí, al igual
que Elora y Oakley. Maté a Steal. Me dijeron que consiguiera el libro y si
no podía, tenía que tomar su vida.
Los ojos de Cassie se llenaron de lágrimas al sentir el dolor dentro de Trik, 237
el tormento con el que lidiaba respecto a las vidas inocentes que había
tomado.
—Ella te perdonará.
Él sacudió su cabeza.
—No debería.
—Lorsan o tal vez Tarron —habló Tony por primera vez—. Va a ser peor si
es Tarron quien lo tiene.
Trik dejó escapar una sarta de malas palabras que hizo a los ojos de
Cassie ampliarse.
—Es nuestra historia, así como nuestro futuro —dijo Syndra mientras se
levantaba de su lugar en la mesa. Ella parecía visiblemente agitada en un
sentido muy poco de Syndra—. Y posee algunas verdades en nuestra
magia que aquellos con sed de poder no deben nunca saber.
—¿Así que lo que estás diciendo es que el Rapture que todavía está en los
casinos es la menor de nuestras preocupaciones? —preguntó Cassie.
—Bingo —contesto Syndra.
—Lo mencionaste una vez cuando ese chico estaba sentado en tu asiento
en el avión, y luego de nuevo cuando ese mismo chico se levantó tres veces
para usar el baño y tuvo que trepar por encima de ti y Cush, y luego creo
que trajiste de nuevo el tema cuando él sintió la necesidad de contarle a
ustedes dos acerca de sus problemas de vejiga. —Oakley sonrió satisfecho
mientras enumeró sus muchos males del viaje a casa.
—Mi parte favorita fue cuando casi hizo pis en sí mismo cuando Cush le
dijo que quitara su mano de tu hombro.
—Él sabía lo que estaba haciendo —se quejó Cush no por primera vez.
Elora empezó a decir algo pero la mirada que Cush le dio la tuvo fijando
sus labios cerrados. Entrecerró sus ojos hacia él, lo que solo parecía
divertirle.
—No tienes idea de lo bueno que es verte —dijo Elora con fuerza mientras
su garganta amenazó con cerrarse bajo una ola de emociones que sentía.
Sabía que había extrañado a Cassie; ella simplemente no se había dado
cuenta hasta ese momento de que había sido como si se hubiera cortado
una parte de su propio cuerpo y ahora por fin lo tenía de vuelta.
—Oh, creo que tengo una idea —le dijo Cassie mientras le palmeó la
espalda cariñosamente.
Cuando Elora finalmente liberó a su mejor amiga, vio que Trick, Syndra,
Tamsin, Rin y Tony también habían llegado a través del portal.
—Bienvenidos de nuevo, muchachos —le dijo Elora a Rin y Tony con una
sonrisa. Le dio a Tamsin y Syndra un guiño saludo mientras retrocedía
para hacer espacio para todos ellos. Sintió grandes manos en su cintura y
se encontró recostada contra la sólida forma que era Cush, y mientras Rin
comenzó a hablar, Elora descubrió que estaba muy agradecida que él
estaba en su espalda.
—Me quitaron el libro. —Rin encontró los ojos de Cush mientras hablaba;
su mandíbula todavía tensa con la frustración de perder una batalla—.
Luchamos pero eran demasiados, y me di cuenta bastante rápido que en
realidad no estaban detrás de nosotros. Basado en la forma en que
estaban luchando, estaban tratando de distraernos.
—No podría haber hecho nada mejor Rin —le dijo Cush a su camarada,
con la esperanza de que le ayudaría a saber que él no era el responsable—.
¿Sabemos si fue Lorsan el que lo consiguió?
—Por fin tengo la oportunidad de ver si sabes cómo usar tu arco y flecha.
Estaba empezando a preguntarme si solo llevabas tu carcaj porque
pensaste que te hacía ver genial —dijo Elora secamente.
242
Capítulo 19
Traducido por âmenoire90, Feer:), Mikiliin y scarlet_danvers
~Cassie
—No puedo creer que te casaras con el chico carcaj —le dijo Elora a
Cassie, mientras estaban de pie, esperando a que los guerreros decidieran
el próximo movimiento. Lisa había preparado sándwiches para todo el
mundo y una vez que todos habían comido, fue decidido que había que
conseguir formular algún tipo de plan.Elora había sugerido que acaba de
estar en Las Vegas, y con ese comentario ella y Cassie habíansido
empujadas desde el pequeño círculo de planificación. Ella se encogió de
hombros y dijo:
—Tu pérdida.
—Eh, Cas, siento decirte esto, pero no creo que los Señores del Bosque
tomen ordenes de CC. Solo es una suposición basada en todo el evento de
―oye si no quieres ser el rey, te haremos un elfo oscuro asesino y
borraremos tu mente‖. —Se encogió de hombros—. Solo digo.
Trik caminó hacia ella y bajo la mirada a sus ojos. Cassie mantuvo su
mirada, usándolo para que entendiera que tan importante era esto para
ella. 244
—Por favor, Trik —susurró
—Está bien. —Asintió—. Está bien, iremos por tus padres y luego iremos
tras Lorsan y Tarron.
—Cassie, ¿cuántas veces te tengo que recordar que la rubia siempre muere
primero en las películas? —murmuró Elora mientras seguían a Trik y
Tamsin dentro de la casa, con Lisa, Syndra y Oakley detrás de ellas, y
Cush, Rin y Tony entrando por la parte trasera.
—¿Y esta pizca justo tiene que ser que la rubia siempre muere primero? —
Miró de nuevo a su mejor amiga.
Elora sonrió.
—Totalmente, porque ya sabes que si resulta que está entre tú y yo, voy a
lanzar tu trasero debajo del autobús.
—Es una nota de Tarron. —Su nombre era como ácido en su lengua, y
deseó tenerlo delante de ella ahora para poder sacarle los ojos con una
cuchara, la culpa es de su lado oscuro—. Él tiene a los padres de Cassie.
—Voy hacer lo que sea para traer a tus padres de vuelta a salvo, y tú vas a 248
confiar en mí para hacer eso. Hay una razón por la que soy el mejor espía
y asesino en la historia de los tiempos, Cassie, porque soy bueno en lo que
hago.
—Así no es como esperaba terminar este día —le dijo Elora a Cush
mientras la sostenía en sus brazos en el sofá de la sala de Cassie. Cassie
no estaba lista para salir de su casa por lo que habían acordado pasar la
noche, para llorar y descansar, y luego reagruparse en la mañana.
—Ella es fuerte —dijo Cush y sintió sus labios rozar contra su cabeza
mientras hablaba—. Va a lograrlo, sin importar el resultado. Es una
sobreviviente.
—Oh, créeme, lo sé mejor que nadie. Cassie puede parecer toda gentil y
mansa pero es dura como una roca. Eso no significa que no la lastima, y
odio que tenga que pasar por todo esto porque ese idiota no se quedó con
su Elegida Tú… —Hizo una breve pausa antes de terminar su pregunta—.
¿Te quedarías conmigo si eligiera el reino humano?
Tamsin la miró con asombro. Solo ella podía recordarle que no era
omnisciente y todo poderoso. Sin importar cuánto quería ser capaz de
prevenir que sucedan cosas malas a la gente que le importaba, no podía.
Esa era la forma en que era en su reino y el reino humano. El libre
albedrío le daba a la gente el derecho de elegir su propio destino, bueno o
malo.
—Lo sé —accedió finalmente—. Solo odio ver otro a humano herido gracias
a nuestra gente.
—Entiendo eso, y vamos a hacer todo lo posible para hacer las cosas bien.
—Por desgracia, tengo la sensación de que antes de que todo esté dicho y
hecho, va a haber un montón de cosas que tenemos que hacer bien.
—No recuerdo la última cosa que le dije a mis padres. —La pequeña voz de
Cassie atravesó la oscuridad de su dormitorio mientras Trik yacía a su
lado en la cama. Su cabeza fue presionada contra su pecho y el ritmo
250
constante de su corazón parecía traerle una pequeña medida de
consuelo—-. No recuerdo la última vez que les dije que los quería.
—De todos modos, saben que los amas, Cassie —le aseguró Trik mientras
pasaba su mano dulcemente por su cabello.
—Pero les mentí. No les dije nada de lo que estaba pasando conmigo y si
hubiera sido honesta con ellos podría haber sido capaz de prevenir esto.
—Yo podría argumentar también que si hubiera optado por dejarte en paz
en vez de perseguirte, entonces esto se habría evitado —respondió él—. No
juegues el juego de la culpa, Amor, porque nunca vas a ganar. Solo hay
una persona a la que culpar y ese es Tarron.
—Soy un viejo hombre casado ahora, ¿no se supone que me hace más
sabio?
—No, creo que solo te hace no disponible. —Ella rió entre dientes.
—Ah, Hermosa, dejé de estar disponible en el momento que puse los ojos
en ti en esa sala de juntas. —La haló más fuerte contra él y agradeció a los
Señores del Bosque, no por primera vez, por traerla a su vida y por su
disposición a perdonar sus muchas transgresiones y amarlo de cualquier
manera.
Ella giró su rostro hacia él, y él con mucho gusto le dio lo que quería,
presionando firmemente sus labios contra los de ella, vertiendo en su
mente todo el amor que sentía por ella. Su alma clamó por ella y su alma
contestó como siempre lo hacía, encontrando la totalidad en él. Trik le
susurró en la hermosa lengua de su gente, y sintió paz y amor fluir sobre
ella mientras él la amaba. Él escuchó sus pensamientos y le dio el
consuelo que necesitaba, consuelo que solo él podía dar, y ella lo tomó con
avidez. Absortos en la noche se deleitaron en su pasión, y mientras Cassie
se quedaba dormida, Trik le hizo una promesa.
—No esta noche, Amor —le dijo—. Esta noche vamos a dejarlos creer que
están a salvo de mi ira. Vamos a dejarlos tener esta noche, pero mañana
es un nuevo amanecer. Ven. —Él tomó su mano y se alejó de la casa de
Cassie—. Tenemos planes que hacer, muertes que organizar, ciudades que
destruir, y cierto elfo oscuro con el que tratar. Él tiene algo que me
pertenece y me gustaría que regresara.
—Dios mío, sí que tenemos una agenda llena. —Ella le sonrió mientras
caminaban hacia la fría noche.
—Ya sabes lo que dicen, no hay descanso para los malvados. 252
Lisa le entregó a Tony una segunda copa de vino que había encontrado en
los gabinetes de Tate y se sentó al otro lado de la barra. Era guapo, sin
duda, también un poco joven. Pero no demasiado joven para tomar una
copa.
Él sonrió.
—Tengo toda la noche. —El extendió los brazos como si esto probara su
punto.
Ella asintió.
—Muy bien, solo otros dos saben esta historia y están durmiendo en la
habitación de los padres de Cassie en este momento. No voy a decirte
cuántos años tengo, porque eso no es algo que una mujer debería tener
que revelar. Solo digamos que me veo increíble para mi edad. Cuando Steal
murió. —Hizo una pausa, sin estar preparada para la cantidad de
emociones que su nombre aún evocaba y se tragó el dolor que, incluso
después de todo este tiempo, aún permanecía—. No pensé que fuera a
sobrevivir y si no hubiera tenido a Oakley y Elora, probablemente no lo
habría hecho. Se sintió como si una parte de mi hubiera sido arrancada de
mi cuerpo. Algunos días no podía respirar, solo seguí viviendo día tras día,
porque mis hijos me necesitaban y yo los amaba.
—Cuando me di cuenta que iba a tener que recobrarme si quería darles 253
cualquier tipo de vida, busqué a Syndra y le pedí ayuda. Le conté sobre el
libro, y tanto ella como Tamsin lo querían escondido lejos del reino Elfin.
Sabíamos que tenía que estar en el reino de los humanos si lo queríamos a
salvo de Lorsan y las dos pensamos que la mejor forma para los niños y
para mí de estar a salvo era llegar a ser plenamente humanos, y con esto
quiero decir sumergirme completamente a mí misma en el reino humano
de nuevo.
—Así que nos mudé desde el escondite en el que había estado viviendo en
el reino Elfin y Syndra me ayudó aponer está tienda. Ella alteró la
memoria de los chicos a petición mía porque no quería que tuvieran algún
recuerdo de esa parte de su vida. Eventualmente, les dije a Oakley y Elora
acerca de los elfos, pero solo que conocía a Syndra. Me hice la tonta sobre
casi todo. Sabía que un día tendría que decirles más, pero no fue hasta
que Cassie se encontró con Trik que me di cuenta de que ese día había
llegado demasiado rápido. Todavía hay mucho que necesito decirles, pero
es difícil porque cortarles significa revivir para mí y es doloroso. —Ella
tomó un sorbo de su vino y aprovechó el tiempo que se tardó en tragar
para recomponerse.
—¿Y por qué luces así? —Tony hizo un gesto hacia ella
Ella miró su ropa y luego de nuevo a él.
—¿Hago compras en Kohl? —dijo ella, pero salió como una pregunta.
Él se rió.
—Eres joven.
—Entonces, ¿qué hay de ti? —preguntó Lisa—. ¿Cómo acabaste con los
elfos oscuros?
—Exactamente.
Lisa sintió el vino frenando sus pensamientos y sabía que era el momento
de terminar la noche. Se puso de pie y dejó la copa en el fregadero.
La única luz que brillaba sobre ellos era la gran luna llena y el cielo
nocturno estaba salpicado de estrellas. El aire frío quemaba los pulmones
de Oakley mientras él, con la espada en la mano, una vez más tomaba la
postura que Rin le había mostrado. Oakley no lo había pedido. Rin
simplemente caminó junto a él una vez que las cosas se calmaron y le dijo
que era el momento de que se pusiera en contacto con su otra mitad.
—Eres mitad elfo, Oakley. Tienes los reflejos, la velocidad, todo eso, solo
tienes que aprender a usarlo. —Rin siguió hablando mientras atacaba y
Oakley desviaba y bailaba alrededor del patio
Rin se detuvo a medio ataque y bajó la espada y se encontró con los ojos
del mestizo. 255
—Probablemente, pero podrían pasar siglos antes de encontrarla. Todavía
tengo que encontrar la mía. Y le tomó a Trik, bueno... —se rió entre
dientes— no vamos a hablar de lo viejo que es el rey a sus espaldas.
—Luchamos. —Rin sonrió con picardía—. ¿Por qué crees que hay elfos de
la luz y de la oscuridad? Nos enfermamos de solo sentarnos a esperar a
nuestras Elegidas así que empezamos a matarnos unos a otros.
Oakley se rió.
Rin resopló.
—Te das cuenta de que eso significa que tienes una dosis doble de
estúpido, ¿verdad?
Oakley sonrió.
—Estoy tan contento de que mi hermana no esté aquí para verme caer en
esa.
Rin volvió a una posición de batalla y miró a Oakley con una ceja
levantada.
—Te diré qué. Golpéame una vez y no voy a decirle a tu hermana que te
etiquetaste a tí mismo como estúpido al cuadrado.
Trik sintió a su corazón hincharse mientras las lágrimas caían de sus ojos.
257
Epílogo
Traducción por Mikiliin.
—Podrías quedarte aquí conmigo —dijo Lucy esperanzada con sus grandes
ojos inocentes—. ¿No quieres estar conmigo? Me dijiste que me amabas,
Tarron. ¿Una vida de nuestro amor no es suficiente para ti?
—Ya te dije que no iba a elegir una vida mortal. ¿Por qué lo haría cuando
puedo tener muchas vidas?
—Entonces yo no soy la única que elije vivir con dolor —respondió ella,
aunque no con dureza.
Lucy nunca era grosera, era la criatura más dulce que había conocido y
por algún cruel giro del destino, los Señores del Bosque se la habían dado
a él. Tendrían que haber sabido que él nunca podría manejar algo tan
frágil y puro. 259
—Siempre te amaré, Tarron. Estaré aquí si cambias de opinión y siempre
te tomaré de nuevo. —Su voz hizo eco en su mente cuando ella se giró y se
alejó de él. Fue la última vez que habló con ella, y fue la última vez que se
permitió sentir algo más que ira hasta ahora.
—Vas a ser mía, y esta vez vas a elegir la vida. Esta vez no voy a dejarte ir.
Quinn Loftis
Correctores:
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