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Curso: Microeconomía
Tercer Semestre
MA. Lic. Fernando Barrios
¿Alguna vez has escuchado el término excedente del consumidor o del productor?
Estos términos son utilizados para denominar la diferencia que existe entre la disposición de un
consumidor a pagar por un bien y lo que realmente paga, de la misma manera sucede con el
productor, excedente se le denomina a la cantidad de dinero que recibe por su producto o
servicio menos los costos de producción. De esta manera es como el bienestar económico mide
los beneficios que obtiene tanto el vendedor como el comprador al participar en el mercado,
Tanto el excedente del consumidor como el del vendedor, pueden ser medidas por medio de la
curva de la demanda y la oferta.
Si una correcta asignación de recursos maximiza la suma de los excedentes, tanto de comprador
como vendedor, se dice que la asignación es eficiente; por lo tanto la igualdad de resultados será
equilibrada. Y mientras que el equilibrio entre oferta y demanda maximice los excedentes de los
que participan en el mercado, se verán reflejada la mano invisible que guía tanto a consumidores
como vendedores a la adecuada asignación de recursos.
Sin embargo, el fallo en el mercado que se da por el poder del mercado y las externalidades
como es un ejemplo la contaminación, provoca que la asignación de recursos no sea eficiente.
1. Consumidores, productores y eficiencia de los mercados
Respecto al precio correcto de los productos ante la sociedad, existen diferentes puntos de vista
al respecto, ya que por un lado tenemos al consumidor quien desea pagar menos, y por el otro
lado tenemos al proveedor quien por su lado desea aumentar el precio de su producto. Y que el
precio de los productos los determina tanto la oferta como la demanda del producto, debiendo
mantenerse un equilibrio. A partir de esto surge el estudio de cómo afecta la asignación de
recursos al bienestar económico, empezando por el beneficio que los compradores y los
vendedores obtiene al ser parte del mercado.
2.1 La disposición a pagar: Principalmente se dice que el valor del bien lo determina el
consumidor, poniendo como ejemplo un determinado producto único, por el cual existen tres
posibles compradores con distintas disposiciones a pagar, pero quien más valore el producto será
quien esté dispuesto a pagar más. Pero como todo comprador tiene un límite de disposición a
pagar, al adquirir un producto por el cual estaba dispuesto a pagar más, pero que en realidad
pago menos que eso; entonces a eso se le denomina excedente del consumidor. Siendo el
excedente del consumidor, el beneficio que obtiene al participar en el mercado.
Para el estudio del bienestar económico de los compradores y vendedores dentro del mercado, es
necesario que los economistas utilicen como herramientas básicas el excedente tanto del
consumidor como del productor. Y esto da lugar a la respuesta sobre la pregunta fundamental del
análisis económico: ¿es deseable la asignación de recursos que el libre mercado determina?
El excedente total en un mercado es el valor total para los compradores de un bien, medidos por
su disposición a pagar, menos el costo total en el que incurren los vendedores para proveer estos
bienes. Si la asignación de los recursos maximiza el excedente total, decimos que la asignación
es eficiente. Por el contrario si una asignación no es eficiente, existen ganancias potenciales del
comercio entre compradores y vendedores que no se están realizando. Adicionalmente el
planificador social también debe de preocuparse por la igualdad, es decir que tanto consumidores
como vendedores deben de obtener un bienestar económico similar.
3.2 Evaluación del equilibrio del mercado
Se determinan por medio de una curva que representa si un mercado alcanza el equilibrio entre la
oferta y la demanda, recordando que cuando un mercado está en equilibrio, el precio determina
los compradores y vendedores que participen en el mercado.
Los mercados libres asignan la oferta de bienes a los compradores que los valoran más,
medido por su disposición a pagar.
Los mercados libres asignan la demanda de bienes a los vendedores que pueden
producirlo a un costo más bajo.
Debido a esto, por la cantidad producida y vendida en el equilibrio del mercado, el planificador
social no puede incrementar el bienestar económico cambiando la asignación de consumo entre
los compradores o la asignación de la producción entre los vendedores. Y debido a que los
mercados libres producen la cantidad de bienes que maximiza la suma del excedente del
consumidor y del productor, el planificador social no puede incrementar el bienestar total por
medio de un aumento o decremento de la cantidad del bien.
En conclusión, estos tres puntos nos dicen que el resultado del mercado induce que la suma de
los excedentes del consumidor y del productor sea lo más grande posible. Dicho en otras
palabras, para la correcta asignación de recursos da como resultado el equilibrio dentro del
mercado. Por lo tanto, un planificador social puede dejar el resultado del mercado como lo
encontró, y a esta política de dejar actuar al mercado se le denomina laissez faire expresión en
francés que se traduce como “dejar hacer”.
Por tanto, una sociedad cuenta con la ventaja de no necesitar un personaje ficticio como lo sería
un planificador social. Siendo realistas y aunque es útil imaginar que si existe un personaje así,
sería muy difícil de encontrar un personaje tan virtuoso y benevolente pero sobre todo le faltaría
información crucial, imaginando que dicho planificador tratara de asignar por sí mismo la
cantidad eficiente de recursos en lugar de confiar en las fuerzas del mercado. Para lograr el
objetivo sería necesario conocer el valor que cada consumidor potencial le da a un bien particular
en el mercado así mismo el costo de cada productor potencial. Y no únicamente necesitaría los
datos de un solo mercado, si no el de miles. Debido a esto se explica por qué el trabajo resultaría
imposible y porqué el fracaso de las economías centralizadas. Debido a este problema se resalta
la gran hazaña de los mercados libres como un socio que convierte el trabajo del planificador en
algo mucho más fácil, llevado a cabo a través de la mano invisible que guía a todos los
compradores y vendedores hacia el mejor resultado.
Al plantearse lo siguiente: las personas nacen con dos riñones, pero generalmente pueden vivir
solo con uno, y por otro lado existen personas que a causa de una enfermedad les deja de
funcionar un riñón. Si existiera la posibilidad de que una persona pudiera vender libremente un
riñón a alguien que lo esté necesitando, en lugar de esperar años por medio de una lista de espera
que les asigne un riñón compatible, se salvarían miles de vida y desaparecería los escases de
riñones. Es por este razonamiento que muchos economistas creen que se haría un gran beneficio
con un mercado libre de órganos.
Sin embargo, los opositores de este plan se preocupan por cuestiones de justicia, dicho de este
modo los ricos se beneficiarían a costa de los más pobres, ya que una persona con los recursos
podría comprar fácilmente un riñón y los recursos serían asignados a aquellos con mayor
capacidad de pago. De modo que queda en el aire si realmente esto es justicia o no, ya que
mientras muchos de los ciudadanos andan libremente con 2 órganos que no necesariamente le es
vital tener ambos, otro mueren a causa de no tener ni uno.
En conclusión, debido a que en algunos mercados se manifiesta el poder del mercado por
consecuencia de que exista un solo comprador o vendedor y llegue esto a controlar el precio del
mercado, lleva con frecuencia a que los mercados sean ineficientes al mantener el precio como la
cantidad lejos del equilibrio entre la oferta y la demanda. Seguidamente existen en el mundo real
efectos secundarios llamados externalidades, como consecuencias de factores que producen las
decisiones tanto de vendedores como compradores, claro ejemplo de ello es la contaminación.
A estas externalidades y el poder del mercado se lo denominan falla del mercado, lo cual se dé
determina como la incapacidad de un mercado para asignar los recursos de manera eficiente,
razones por las cuales los micro economistas dedican mucho tiempo al estudio de estas fallas.
(Mankiw, 2012)
Bibliografía
Mankiw, N. G. (2012). Principios de economia. En N. G. Mankiw, Principios de economia
(págs. 135-151). Mexico D.F.: CENGAGE Learning.