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Estudios Internacionales 186

185 (2017)
(2016) - ISSN 0716-0240 • 39-89
39-72
Instituto de Estudios Internacionales - Universidad de Chile

La Escuela de la Autonomía, América Latina y


la teoría de las relaciones internacionales
The School of Autonomy, Latin America and the
Theory of International Relations

José Briceño Ruiz* y Alejandro Simonoff**

Resumen

El objetivo de este artículo es contribuir en la revisión de la


Escuela de la Autonomía, representada fundamentalmente
en los trabajos publicados en las décadas de 1970 y 1980
por Juan Carlos Puig en Argentina y Brasil. El autonomismo
es un enfoque poco conocido más allá de América del Sur, a
diferencia de las contribuciones de la Cepal y la Escuela de la
Dependencia, que tuvieron éxitos en “viajar” al resto de Amé-
rica Latina e incluso a los países desarrollados. En este trabajo
se discute el autonomismo en el contexto del debate actual
sobre el aporte de los países del Sur Global en la teoría de las
relaciones internacionales. Se argumenta que el autonomismo
es una de las contribuciones originales de América Latina a
los debates teóricos en la disciplina en la región, por lo cual se
realiza una revisión de sus orígenes, desarrollo histórico, crisis
y relanzamiento. Se afirma también que aunque los argumentos

*
Doctor en ciencia política de Science Po Aix-en-Provence, Francia. Profesor
asociado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de
Los Andes, Mérida, Venezuela. Recibido el 18 de febrero de 2016. Aceptado el
20 de diciembre de 2016.
**
Doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata
(UNLP), Argentina. Profesor titular de la Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación de la UNLP e investigador del Instituto de Relaciones Interna-
cionales (UNLP) y del Instituto de Investigaciones de Humanidades y Ciencias
Sociales (UNLP).

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de los teóricos de la Escuela de la Autonomía se hayan desarro-


llado en el período de la Guerra Fría, muchas de sus premisas
mantienen un valor explicativo en la actualidad. Sin embargo,
algunas premisas autonomistas requieren ser revisadas y en
el trabajo se realizan algunas propuestas para actualizarlas.

Palabras clave: Autonomía - América Latina - Puig - Jaguaribe.

Abstract

The aim of this paper is to make a contribution to the review


of the School of Autonomy, mainly represented by the contri-
butions published by Juan Carlos Puig in Argentina and Brazil
in the 1970s and 1980s. Autonomism is a little known beyond
South America, unlike the contributions of ECLAC and the
School of Dependency approaches that succeeded in “trave-
ling” to the rest of Latin America and even to the developed
world. In this paper autonomism is discussed in the context
of the current debate on the contribution of the countries of
the Global South in the theory of International Relations. It is
argued that autonomism is one of the original contributions
of Latin America to the theoretical debates in the discipline
in the region, a reason why a review of its origins, historical
development, crisis and relaunch is done. It also argued that
although the theoretical arguments of the School of Autonomy
were developed in the period of the Cold War, many of its
premises have explanatory value today. Nevertheless, some
autonomists premises need to be revisited and this paper made
some proposals to update them.

Keywords: Autonomy - Latin América - Puig - Jaguaribe.

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José Briceño y Alejandro Simonoff
 Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales
La

América Latina y, en general, Autonomía, asociada a la obra de


el Sur Global1, no aparece como Juan Carlos Puig en la Argentina y
productor de conocimiento en la Helio Jaguaribe en Brasil.
literatura de la disciplina de las re- Con el fin de la Guerra Fría,
laciones internacionales, sino como la crisis del tercermundismo y la
un receptor de las teorías y de los hegemonía del neoliberalismo, los
debates del norte desarrollado, en tres aportes arriba mencionados
particular de Estados Unidos. Sin fueron severamente cuestionados y
embargo, América Latina —desde considerados poco relevantes para
su posición periférica en la econo- explicar las realidades de un sistema
mía y la política mundial— sí ha internacional distinto al existente
generado una producción propia, en el momento en que ellos fueron
no siempre bien recibida o en gran formulados. Las propuestas de Puig
medida desconocida en los países y Jaguaribe, cuya proyección global
del centro. Las contribuciones fue mucho menor que el cepalismo
de Raúl Prebisch y la Comisión y el dependentismo, también fueron
Económica para América Latina cuestionadas.
(Cepal) constituyen un indiscutible En Argentina, el enfoque de rea-
aporte desde el sur a los estudios lismo periférico de Carlos Escudé
de economía política internacional. (1992; 1995) rechazó de forma
La explicación del desarrollo de los expresa la utilidad de la categoría
países periféricos realizado por la autonomía. Mario Rapoport criticó
Escuela de la Dependencia también el concepto de autonomía hetero-
es un aporte latinoamericano, aun- doxa por considerarlo rígido y es-
que muchas de sus premisas sean quemático, aunque lo define como
discutibles. Estos dos enfoques son un concepto “sugerente” para abrir
bastante conocidos en el mundo un espacio de pensamiento y acción
desarrollado y, generalmente, son desde la periferia (Rapoport, 1990,
objeto de cuestionamientos. Pero 565). En Brasil, aunque la idea de
existe además un tercer aporte autonomía se mantuvo, asumió
latinoamericano: la Escuela de la modalidades algo distintas a las
propuestas por Jaguaribe (véase
1
La expresión Sur Global ha adquirido Fonseca Jr. 1998; Lampreia, 1998;
un uso generalizado en las relaciones Vigevani y Cepaluni, 2007). En
internacionales para referirse a los
general, el rechazo al autonomismo
países emergentes y en desarrollo,
ubicados en África, América Latina y se basaba en su supuesta pérdida
el Caribe, Asia y el Pacífico. Su uso se de valor explicativo, por haberse
ha generalizado debido a la dificultad concebido para el mundo del con-
de sustentar el uso de la categoría flicto este-oeste y de la polaridad
Tercer Mundo en el mundo de la post
Guerra Fría. norte-sur que, en el primer caso,

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había dejado de existir después de autonomismo no “viajó más allá”


la caída del Muro de Berlín y la des- de América del Sur. Esto diferencia
integración de la Unión Soviética y, a la teoría de la autonomía del
en el segundo caso, era cuestionado estructuralismo cepalista y la de-
por la emergencia de los países de pendencia, que fueron enfoques que
reciente industrialización (PARI) en incluyó representantes de buena
Asia del Este. parte de América Latina y el Caribe,
Además, el autonomismo es un y que además tuvo una visibilidad
enfoque relativamente desconocido, global al ser discutida y evaluada
pues “no viajó”, en el sentido que en centros académicos del Estados
su difusión más allá de América de Unidos, Europa, África y Asia.
Sur fue limitada. Sus aportes ma- Sin embargo, desde fines de la
yores están en Argentina y Brasil, década de 1990, se ha observado un
aunque se hayan publicado trabajos resurgimiento del debate en torno a
de Jaguaribe también en Chile y la noción de autonomía. Propues-
en el caso específico de Puig, parte tas sobre “autonomía relacional”,
de su producción intelectual haya “autonomía por la integración”,
sido desarrollada en su exilio en “autonomía por la diversifica-
Venezuela, cuando fue profesor ción” han surgido en Argentina y
en la Universidad Simón Bolívar Brasil, como intentos de renovar o
en Caracas. Esto se puede explicar actualizar la noción de autonomía
porque en México, América Cen- a la nueva realidad internacional.
tral y el Caribe, áreas de influencia Algunos especialistas (Simonoff,
directa de Estados Unidos y que 2014) consideran que estas adap-
sufrieron intervenciones, anexiones taciones del autonomismo se aleja-
o pérdida de territorio a expensas ron de las propuestas puigianas y
de Washington, se preocuparon más jaguaribeanas, pero lo significativo
por el tema de la soberanía (Russel es que implicaron el retorno de la
y Tokatlian, 2002, 168) o por temas noción de autonomía como una
como la no-intervención, que origi- categoría válida para explicar las
na la doctrina Estrada. relaciones internacionales desde
Miryam Colacrai (2006, 1) América Latina. El objetivo de este
considera que a la lejanía de Es- artículo es realizar una contribu-
tados Unidos se le debe agregar la ción en la revisión del autonomismo
autopercepción existente en ciertos latinoamericano. Sin embargo, esta
momentos históricos en Argentina revisión parte de algunas premisas.
y Brasil, de poseer capacidades En primer lugar, el análisis del
relativas para enfrentar la hege- autonomismo se realiza en el con-
monía estadounidense. Sea cual texto del debate actual sobre las
fuese la razón, lo cierto es que el contribuciones a la teoría de las re-

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La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

laciones internacionales de los paí- cos y geográficos. “Casi todos los


ses que se ubican fuera del núcleo paradigmas de las relaciones inter-
central en el cual se ha desarrollado nacionales son, en el análisis final,
la disciplina (primariamente Esta- los productos de las percepciones
dos Unidos, seguido de Gran Bre- de los teóricos de lo que ellos ven
taña y Europa Occidental). En otras a su alrededor. Estas percepciones
palabras, se señala que la división son, a su vez, moldeadas por las
norte-sur está vigente en la discipli- experiencias de los teóricos, y las
na. En este contexto, en el trabajo teorías, por lo tanto, se vuelven
se destaca la originalidad teórica prisioneras del tiempo y el espacio
de las propuestas latinoamericanas (Ayoob, 1998, 32). Esto es un ar-
sobre autonomía, es decir, se parte gumento válido cuando se analiza
de la premisa que tanto Puig como el autonomismo. Su construcción
Jaguaribe intentaron construir una teórica no puede estar separada
contribución teórica propia en del contexto histórico, político e
cuanto a la organización del sistema intelectual de América Latina, en la
internacional y su funcionamiento. cual surgieron y, por ello, es indis-
La originalidad del pensamiento putable que el realismo político, el
autonomista la convierte motu pensamiento de la Cepal, la Escuela
proprio en una contribución del sur de la Dependencia o incluso los
a los debates teóricos de la discipli- iniciales aportes de la Escuela de
na. Como señala Arlene Tickner, el la Interdependencia influyeron en
concepto de autonomía “ofrece una Puig y Jaguaribe. A esta pluralidad
óptica distinta para pensar sobre de fuentes se suma la historia de
política exterior y política inter- vida personal de sus dos mayores
nacional que aquellas disponibles figuras: Puig, uno de los fundadores
en las corrientes principales de las de los estudios internacionales en
relaciones internacionales” (Tick- Argentina, pero al mismo tiempo
ner, 2014, 75). Este es un aspecto un hombre de la política, vinculado
significativo que debe ser evaluado al peronismo, canciller —aunque
en el marco del debate actual sobre por pocos meses— del gobierno de
la existencia de contribuciones de la Héctor Cámpora (1973) y exiliado
periferia a la teoría de la relaciones en Venezuela durante la dictadura
internacionales. que se inicia en Argentina en 1976,
En segundo lugar, como señala y Helio Jaguaribe, un intelectual del
Mohamed Ayoob, las teorías de nacionalismo brasileño, que desde
las relaciones internacionales, sin el Instituto Superior de Estudos
importar lo refinadas o complejas Brasileiros (ISEB) fomentó la cons-
que puedan ser, desarrollan sus trucción de un pensamiento propio,
premisas de sus contextos históri- fuertemente desarrollista, y que

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desde joven fue una de las figuras nuevo contexto para la acción”, que
que planteó una mayor relación de hace que la noción tradicional de
Brasil con sus vecinos de América autonomía sea anacrónica (Russell
Latina. y Tokatlian, 2002, 175). En este ar-
Esta diversidad de fuentes del tículo se problematiza este asunto,
autonomismo plantea una dis- señalando que algunas categorías
cusión sobre si esta puede ser autonomistas están vigentes in-
considerada como una forma de dependientemente de su contexto
hibridación teórica. Estas ideas de temporal. En consecuencia, aunque
hibridación se fundamentan en las hayan surgido en la Guerra Fría,
contribuciones de autores como aún tienen valor explicativo, pues
Homi K. Bhabha o Néstor García describen estructuras internacio-
Canclini, que la desarrollaron en el nales que no solo existen en la
marco de los estudios poscoloniales actualidad, sino que existían antes
y los estudios culturales. Autoras de la misma Guerra Fría.
como la turca Pinar Bilgin (2008),
la sudafricana Karen Smith (2012)
y la estadounidense residente en 1.- Contextualizando
Colombia, Arlene Tickner (2014) el análisis: el debate
han analizado esta idea de hibri- centro-periferia
dación en la construcción teórica en la producción
de las relaciones internacionales teórica en la no tan
en el sur global. En particular, Tic- internacional disciplina
kner ha realizado contribuciones
de las relaciones
interesantes en la que se describe
al autonomismo como una forma
internacionales
de hibridación.
Uno de los debates más recientes
En tercer lugar, se evalúa no solo
en la teoría de las relaciones inter-
la originalidad de las propuestas
nacionales es la creciente crítica al
autonomistas, sino también la
“localismo” o “provincialismo” de
vigencia de sus categorías expli-
una disciplina que, como señaló
cativas. El tema es relevante pues
Stanley Hoffmann, en 1977, ha sido
Puig y Jaguaribe desarrollaron sus
mayormente una “ciencia social es-
ideas en el contexto de la Guerra
tadounidense”. Este asunto ha sido
Fría y una de las críticas mayores
retomado por autores como Kalevi
al autonomismo es que su poder ex-
Holsti (1985), Ole Wæver (1998),
plicativo es limitado para entender
Steve Smith (2000), Crawford,
el mundo globalizado posterior al
Jarvis y sus colaboradores (2001),
fin del conflicto Este-Oeste. Desde
para quienes las relaciones inter-
el fin del comunismo existiría “un

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La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

nacionales continúan siendo una aporte en las discusiones teóricas de


disciplina cuyos conceptos y mo- las relaciones internacionales.
delos expresan intereses y visiones En primer lugar, se ha objetado
de Estados Unidos. Esta hegemonía que en la disciplina ha predomina-
estadounidense se ha manifestado do una metodología positivista que
en una suerte de división del trabajo se basa en una rigurosa distinción
centro-periferia, en el cual Estados entre el sujeto y el objeto, y en
Unidos, Gran Bretaña y, en menor generalizaciones en forma de hipó-
medida, Europa Occidental serían tesis que deben ser empíricamente
el centro, mientras el Sur Global verificables. Bajo este predominio
sería la periferia. Como señala Ar- positivista, se ha establecido una
lene Tickner (2014), “los estudios división del trabajo en la disciplina,
internacionales en el Sur Global se en el marco de la cual corresponde-
describen comúnmente en térmi- ría al centro establecer los límites
nos de su apego a dichos modelos de las relaciones internacionales, es
[aquellos producidos en el norte], decir, definir qué es “lo internacio-
como un flujo asimétrico de cono- nal”. Igualmente, se atribuiría una
cimiento entre el norte exportador “función disciplinar” al fijar los
y el sur importador y consumidor”. parámetros de lo que se considera
A partir, por un lado, del cues- científico o no en la disciplina.
tionamiento a la hegemonía esta- Ann J. Tickner, acudiendo a los
dounidense y su particular enfo- argumentos de Patrick Thaddeus
que de lo que se considera teoría Jackson, objeta la ambición del
en la disciplina de las relaciones mainstream de catalogar lo que es
internacionales y, por el otro, de científico y lo que no lo es, pues
la irrelevancia del Sur Global en esto implica una función de “disci-
esta, se ha desarrollado un debate plinar en la disciplina” que se han
amplio e intenso. Obviamente, ana- atribuido las corrientes principales.
lizar en detalle este debate excede Jackson (2011) establece cuatro ti-
los objetivos de este trabajo2. Sin pos ideales de producción científica,
embargo, tres de los temas centrales que califica como neopositivista,
del mismo merecen ser discutidos, realismo crítico, analítico y reflecti-
pues ayudan a la compresión del au- vistas. En estas diversas tradiciones,
tonomismo latinoamericano como las relaciones entre el objeto y el
sujeto también varían. En el positi-
vismo y el realismo crítico se acepta
2
Para una revisión amplia de este de- el dualismo entre mente y mundo,
bate, véanse los libros editados por mientras las tradiciones analíticas y
Neuman (1998a), Wæver y Tickner reflectivistas aceptan que existe un
(2009), Buzan y Acharya (2010) y
Tickner y Blaney (2012, 2013). monismo entre el investigador y el

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mundo que investiga. Cualquiera conceptos y definiciones “presta-


sea el enfoque que un académico das” de las teorías dominantes y
escoja, ninguno de ellos debería ser usadas para resolver problemas
etiquetado como incorrecto desde específicos (Tickner, 2013, 637).
el punto de vista metodológico, Se debate, entonces, si en el sur
pues todos tienen estatus científico. solo se “mimetizan” los conceptos
Así, como para el conocimiento emanados en el centro (Acharya,
reflectivista uno de los objetivos 2013, 623). Mimetizar (o mimicry,
es la emancipación, una medida en inglés) es un concepto desarrolla-
de éxito sería si ha contribuido a do por las teorías poscoloniales, en
transformar las condiciones sociales particular Homi K. Bhabha, quien
(Tickner, 2011, 616-617). Se tra- lo define como “el deseo de ser otro,
taría de lo que el académico indio reformado y reconocible, como
Navnita Chadha Behera (2007, sujeto de diferencia que es casi
622) describe como “crear espacios lo mismo, pero no exactamente”
para el pensamiento alternativo (Bhabha, 1994, 86). Sin embargo,
sobre relaciones internacionales, los en el debate reciente de las relacio-
cuales no pueden ser alcanzados sin nes internacionales, mimetizar se
una conciencia crítica y cuestiona- usa en el sentido de emulación o
miento de supuestos a priori, proce- imitación (Acharya, 2013, 623) o
dimientos y valores integrados en la simplemente de una importación
empresa positivista”. Sin embargo, acrítica de las teorías del centro.
en un argumento contrario sensu, Ahora bien, muchos autores
Jackson no objeta el neopositivismo cuestionan que en el Sur Global se
o el realismo crítico. Su propuesta haya producido una simple mime-
es un diálogo entre estas diversas tización. La académica sudafricana
tradiciones. El tema es complejo Karen Smith, por ejemplo, señala
y autores como Ann Tickner son que en África las corrientes prin-
escépticas en cuanto a las posibili- cipales en las relaciones interna-
dades de diálogo si el positivismo cionales han tenido una tremenda
mantiene su pretensión de “disci- influencia en el continente, pero no
plinar la disciplina”. No obstante, es correcto argumentar que hayan
es claro que ya no tiene la última sido recibidas de forma acrítica,
palabra en cuanto a la definición de sino que han sido “selectivamente
qué es teoría o no en las relaciones apropiadas y rearticuladas dentro
internacionales. de contextos y discursos locales”
En segundo lugar, se discute si (Smith, 2012, 24). Por ello, más
lo producido en los países del Sur que una mimetización, lo que
Global, aunque se describa como puede desarrollarse son procesos
teoría, no es más que una serie de de hibridación, en los cuales se

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La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

utilizan elementos del pensamiento imperial que ataca la dominación


de las corrientes dominantes de la colonial (Kraidy, 2005, 58).
disciplina, pero en el marco de un En este contexto, el mundo no
contexto y manera que difieran a estaría entonces basado en una
la forma como se elaboraron en el idea binaria de centro y periferia
centro. (imperio-colonia), como se discutía
La idea de hibridación fue de- en parte de la teoría del desarrollo,
sarrollada por Bhabha desde un sino que existiría lo que Bhabha
enfoque psicoanalítico y literario, denomina un “tercer espacio”, un
en gran medida derivado de su in between, que serían los espacios
interés en el problema de cómo de hibridación. En este espacio, “ni
representar al “otro” en la literatu- colonizador ni sujeto precolonial,
ra y en la academia (Ackermann, el sujeto poscolonial existe como
2012, 12). Ese “otro” era el sujeto un híbrido único que puede, por
colonial, cuya experiencia de vida definición, constituir los otros dos
transcurría en la ambigüedad de también” (Grossberg 1996, 91).
estar ubicado (o haber estado) en Esta conceptualización implica un
un espacio colonizado por un poder rechazo de la dicotomía universa-
imperial, que buscaba imponer su lismo vs. particularismo, pues los
cultura como superior. Para Rita supuestos valores universales y su-
Abrahamsen, mediante el concepto periores representados por el colo-
de hibridación, Bhabha se propuso nizador y las creencias particulares
demostrar justamente que los co- de los colonizados se mezclan en el
lonizados no fueron simplemente proceso de hibridación. Las culturas
“víctimas pasivas, cuyas identida- no se consideran fijas o cerradas en
des fueron narradas en un proceso un marco de particularismo, sino
de una sola vía por las autoridades que son abiertas e interconectadas,
coloniales”. En vez de ello, “la lo que establece los límites de una
ambivalencia de las culturas y prác- formación cultural, pues elementos
ticas híbridas, la forma como ellas externos se filtran en cualquier in-
son ‘casi lo mismo, pero no igual’, tento de encerrarla (Sayyid, 2000,
es para Bhabha una señal de la 257).
condición de agente del colonizado La hibridación propuesta por
y su capacidad de resistir a la domi- Bhabha no está exenta de críticas.
nación” (Abrahamsem, 2007, 117). Una primera objeción es que este
La hibridación sería un símbolo de concepto deriva en una paradoja,
resistencia del colonizado, quien pues aunque se quiere presentar
genera una contaminación de la como una forma de resistencia
ideología, la estética y la identidad del sujeto colonial, termina siendo
una “ideología” que se basa pri-

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mariamente en un discurso elitista, propuesta por Bhabha. Mientras


expresión de una suerte de nuevo que Bhabha parte de la lingüística
cosmopolitismo (Friedman, 2005, y la psicología, García Canclini
188). Arif Dirlik, por su parte, desarrolla un enfoque sociológico y
piensa que la hibridación es una antropológico. Canclini “utiliza el
solución estática al problema de concepto de lo híbrido tomado de
las diferencias, en el cual no se la botánica, en la forma ya utilizada
reconocen las contradicciones que por Tzvetan Todorov” (Schmidt,
genera, las formas como la hibrida- 2002-2003, 17). Todorov había
ción genera sus propios contextos tomado la categoría “híbrido” del
estructurales, y la manera como crítico literario ruso Mijail Bajtín,
estos contextos, que son producto quien la usaba para caracterizar la
de la actividad humana, delimita la multiplicidad de voces en la novela
resolución de los problemas que se o, en otras palabras, “con relación
presentan (Dirlik, 2005, 42). Amar a la mixtura de diferentes estilos o
Acheraïou (2011, 7), por su parte, idiomas” (Schmidt, 2002-2003, 17).
cuestiona que la hibridación, en la Todorov no usa lo híbrido en este
forma presentada por Bhabha, sea sentido de Bajtín, sino entendido
subversiva o contrahegemónica, como reconversión (Schmidt, 2002-
sino que se trata de un discurso 2003, 18). Aunque García Canclini
que se adapta a lo que denomina no cita a Todorov, autoras como
las estructuras globales de poder Schmidt piensan que él adopta el
neoliberal/neocolonial, lo que es criterio de este último. Lo cierto es
resultado, en gran medida, de la que Canclini entiende la hibrida-
ambivalencia e indeterminación de ción como reconversión, es decir,
sus propuestas. Este argumento se “como procesos socioculturales
conecta con quienes señalan que el en los que estructuras o prácticas
rechazo al particularismo o el an- discretas, que existían de forma
tiesencialismo, propio del enfoque separada, se combinan para generar
posmoderno de Bhabha, implica nuevas estructuras, objetos y prác-
al mismo tiempo un rechazo a la ticas” (García Canclini, 2001, 14).
autenticidad cultural, lo que en el Al igual que Bhabha, en Canclini
fondo enmascara la promoción de la idea de cultura híbrida se opone a
valores occidentales (Sardar, 1998). explicaciones binarias o globalistas
En América Latina, Néstor de la realidad, como las planteadas
García Canclini ha sido un amplio por el dependentismo. Sin embargo,
divulgador de la idea de hibri- a diferencia de aquel, enclava la
dación, para explicar la historia idea de hibridación en un contexto
sociocultural de esa región, aun- sociopolítico y económico que es
que de forma algo distinta a la

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La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

central en su enfoque interdiscipli- propio proceso de naturalización de


nario (Kraidy, 2005, 58 64). la exclusión del subalterno”.
Como en Bhabha, la hibridación Más allá de Bhabha y Canclini,
de Canclini ha sido objeto de crí- han surgido nuevas interpretaciones
ticas. Autores como José Sánchez de la hibridación. Jan Nederveen
Parga (2006, 219) refutan que se Pieterse (2009, 78) considera que
pueda hablar “propiamente de ‘cul- la hibridación se refiere a la mezcla
turas híbridas’ ni de hibridaciones de fenómenos que son considerados
culturales, ya que toda ‘mezcla’ de diferentes o separados. Así, la hi-
culturas da lugar a una nueva y bridación se refiere a procesos con
original cultura, cuyas diferencias referencias cruzadas. “La hibrida-
significantes la distinguen de las que ción funciona […] como parte de
la integran”. una relación de poder entre el cen-
Antonio Cornejo Polar (2002, tro y el margen, la hegemonía y la
867), por su parte, destaca que, al minoría, e indica una difuminación,
igual que con la idea de mestizaje, desestabilización y subversión de
con el uso de la categoría hibrida- esa relación jerárquica” (Nederveen
ción se corre el riego de “ofrecer Pieterse, 2009, 78). En este sentido,
imágenes armónicas de lo que ob- como señala Papastergiadis (2000,
viamente es desgajado y beligerante, 170), es “tanto el ensamblaje que
proponiendo figuraciones que en el ocurre cada vez que dos o más
fondo solo son pertinentes a quienes elementos se encuentran, y la ini-
conviene imaginar nuestras socieda- ciación de un proceso de cambio”.
des como tersos y nada conflictivos Para Nederveen Pieterse, la
espacios de convivencia”. Cornejo hibridación se presenta de varias
Polar no desconoce las relaciones formas, lo que permite construir un
que se dan entre los estratos socio- continuum de hibridaciones. Puede
culturales en América Latina, pero existir un tipo de hibridación que se
objeta “la interpretación según la inclina hacia el centro, adopta el ca-
cual todo habría quedado armoni- non y mimetiza la hegemonía, pero
zado dentro de espacios apacibles también puede existir, en el otro ex-
y amenos (y por ciertos hechizos), tremo, una hibridación que diluye el
de nuestra América” (2002, 867). canon, invierte lo actual y subvierte
Alberto Moreiras (2001, 316), por el centro. Según los componentes de
su parte, describe la propuesta de la mezcla, la hibridación puede ser
hibridación de García Canclini entonces diferenciada. Por un lado,
como “una especie de disfraz ideo- una hibridación asimilacionista, en
lógico para la reterritorialización la cual predomina el centro y, por el
capitalista y hasta como un ins- otro, una hibridación que desdibuja
trumento conceptual clave para el o desestabiliza el canon y sus cate-

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gorías (Nederveen Pieterse, 2009, anarquía y, en consecuencia, están


79-80). Papastergiadis destaca este mayormente preocupados de cues-
aspecto de transgresión que pueda tiones de seguridad. Para los países
tener la hibridación, al señalar que del sur, temas como el desarrollo
“en la medida en que el proceso de económico son extremadamente
formación de identidad se basa en relevantes, aunque no ocupe un
la premisa de una frontera exclusiva lugar central en la agenda en los
entre ‘nosotros’ y ‘ellos’, lo híbrido, debates paradigmáticos realizados
que nace de la transgresión de esta en los países del centro.
frontera, figura como una forma de Estos tres temas del debate
peligro, pérdida y degeneración” centro vs. periferia en la disciplina,
(Papastergiadis, 2000, 174). Tam- son cruciales en la compresión de
bién se destaca que la hibridación las discusiones sobre los aportes
se puede inscribir y reproducir en latinoamericanos en los debates
la hegemonía y relaciones de domi- sobre las relaciones internacionales,
nación. En consecuencia, cuando y, en particular, en el caso concreto
se hace referencia a procesos de de las contribuciones en torno a
hibridación, se deben considerar la idea de autonomía. Algunos
los términos y las condiciones de la cuestionamientos surgen de forma
mezcla, así como la forma de evitar inmediata: ¿Se pueden considerar
que la hegemonía no sea simple- las propuestas de Puig y Jaguaribe
mente reproducida, sino reconfigu- como teorías? ¿Discutir la condi-
rada en la hibridación (Nederveen ción de teoría de la autonomía, se
Pieterse, 2012, 80). trata de una cuestión realmente
El tercer tema del debate actual epistemológica o de una función
en las relaciones internacionales disciplinar? Por otro lado, ¿es la
discute si muchas de las categorías autonomía, como lo plantea Arlene
generadas por enfoques como el Tickner, un claro ejemplo de hibri-
realismo o el liberalismo sirven dación en la producción científica
para entender o explicar las rela- en la periferia en la disciplina de las
ciones internaciones de los países relaciones internacionales? Estas
del Sur Global (véase Neuman, interrogantes son respondidas en
1998b). En este contexto, se cues- la próxima sección de este artículo.
tiona, por ejemplo, si el concepto
de “soberanía” es aplicable al con-
tinente africano o si los países del
Sur Global perciben las relaciones
internacionales solo en términos
de agentes que interactúan en un
sistema que se caracteriza por la

50
José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

2.- Sobre teorías, preocupación en su interpretación


hibridaciones y de los asuntos internacionales, no es
categorías: la mayor. Por ello, el conocimiento
que se desarrolla se ocupa por otros
2.1 La autonomía y temas: el desarrollo económico, el
su condición teórica: papel de las empresas transnacio-
¿epistemología o función de nales en sus economías, la defensa
disciplina? de la democracia, el fortalecimiento
del derecho internacional o la pro-
Como ya se señaló en la sección moción de la justicia internacional.
previa, uno de los problemas en el En otras palabras, en la agenda del
estudio de las relaciones internacio- Sur Global, el poder es apenas un
nales es que el denominado mains- tema de la agenda. Esto ya implica
tream o las corrientes principales no un choque con los enfoques domi-
solo se han atribuido la condición nantes, en cuyo marco explicativo
de conocimiento científico, sino estos asuntos son excluidos o, en
que también cumplen la función de el mejor de los casos, ubicados en
determinar qué es lo internacional la periferia, por ser irrelevantes o
y qué se considera una teoría para propios de otras disciplinas como
analizar aquello que se considera la economía o el derecho. En con-
internacional. En este sentido, son secuencia, la producción teórica que
las corrientes principales las que de- emerge para explicar esos procesos
finen las fronteras de la disciplina y del Sur Global, en general, y en
lo que se discute en ella: poder, con- América Latina, en particular (el
flicto, regímenes internacionales, estructuralismo de la Cepal y Raúl
interdependencia. La autonomía Prebisch, la teoría de la dependencia
no es una categoría considerada, lo o la Escuela de la Autonomía), es
que es lógico, pues Estados Unidos cuestionada y se le considera que
o Gran Bretaña disponen de un no es parte de la disciplina, ya sea
amplio margen de maniobra en el porque son una doctrina (no una
sistema internacional para estar teoría en términos positivistas) ca-
preocupados por su autonomía. Su rente de generalizaciones empírica-
mayor preocupación es cómo tratar mente demostrables o por ocuparse
con las amenazas que emergen en de asuntos que no son realmente
un contexto de anarquía o cómo “internacionales” (el desarrollo
crear regímenes internacionales que económico o la autonomía), según
ayuden a mitigar esa anarquía. el estándar de las corrientes princi-
Sin embargo, para los países pales. En su función de “disciplinar
latinoamericanos, aunque la exis- la disciplina” se objeta, entonces, el
tencia o no de anarquía sea una

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

carácter de teoría de las propuestas desde el ‘poder’, sino también desde


de Puig o Jaguaribe. la carencia del mismo, las carac-
El Programa de Estudios Com- terísticas y el funcionamiento del
parados sobre Relaciones Inter- sistema mundial, las posibilidades
nacionales de América Latina que tienen sus miembros de actuar
(RIAL) fue uno de los primeros en función de sus propios intereses
en objetar, aunque quizás no de y la perspectiva desde la que uno se
forma expresa y contundente, esa ubica para comprender el funciona-
función disciplinar del mainstream, miento del sistema” (Dallanegra Pe-
cuando en la década de 1980, entre draza, 2009, 4). En otras palabras,
otras cuestiones, propuso que: 1) la discusión sobre el poder resulta
las relaciones internacionales no crucial, aunque se pueda cuestio-
deberían centrarse solo en el po- nar cuál es su naturaleza (política,
der; 2) aunque la disciplina debía económica, social y/o cultural), los
ser pensada en términos teóricos y tipos de lazos que genera, pero —
abstractos, el cientificismo práctico sin lugar a dudas— se trata de un
era justificado en el Tercer Mundo; análisis sobre el control de un actor,
3) la cuestión del método como se o grupo de actores, sobre otros en
planteó en el segundo debate entre el escenario internacional. Ahora
behavioristas y tradicionalistas en bien, la centralidad del poder no
la década de 1960 había sido poco implica que dimensiones como la
influyente en la región; 4) el sistema interdependencia económica sean
internacional no estaba compuesto también centrales en las relaciones
únicamente por Estados; y, 5) era internacionales. Disciplinas como
conveniente ampliar la agenda de la economía política internacional,
investigación (Tomassini, 1980, por ejemplo, se preocupan por
556). Estas propuestas implicaban conectar las vinculaciones que
un cuestionamiento a algunas de las existen en el poder y el bienestar
premisas de la tradición realista, en en un mundo crecientemente in-
ese momento la corriente principal terdependiente. Puig incluyó a la
en la disciplina. El autonomismo, variable poder como un elemento
sin coordinar con el RIAL, ayudó de su marco explicativo sobre la
en el avance de esta agenda crítica. autonomía. Sin embargo, el sistema
La primera cuestión, el poder internacional que describe Puig no
en las relaciones internacionales, se basa en el poder, sino en relacio-
resulta controvertida, pues como nes de interdependencia económica,
señala Luis Dallanegra Pedrazza, la construcción de normas interna-
las relaciones internacionales po- cionales o búsqueda de la justicia
seen “una visión totalizadora” y social internacional. En este sen-
contemplan “no solo la mirada tido, se puede afirmar que en Puig

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

la variable poder es necesaria para nacionales golpean sobre los países


explicar el sistema internacional, en desarrollo hace imposible para
pero no es suficiente. Algo similar ellos aguardar la aparición de esas
ocurre con Jaguaribe, para quien el teorías. Por eso, si bien es cierto que
poder —en términos de poder mili- ‘el cientificismo práctico es una for-
tar— es una variable crucial, pero ma de impaciencia’, en el caso del
su marco explicativo va más allá Tercer Mundo esta impaciencia es
de esto e incluye elementos como el justificada”. Y es eso lo que ocurre
desarrollo tecnológico, que se fun- en el caso de la autonomía, que fue
damentaría en lo que denominaba central en la aparición y desarrollo
“autonomía técnico-empresarial” de la disciplina en la región (Simo-
(Jaguaribe, 1979, 97). noff, 2012).
En segundo lugar, es cierto Se debe recordar que la obra de
que la construcción de un campo Puig y Jaguaribe sobre la autonomía
científico que llegue a una ins- se desarrolla en las décadas de 1970
tancia paradigmática debe estar y 1980, un período en el cual las re-
acompañada por la construcción laciones internacionales adquirían
de términos teóricos y abstractos. un creciente estatus académico en
Sin embargo, como señala Jackson América Latina y surgían varios
(discutido en la sección previa), esa centros académicos dedicados al
es una forma entre varias de generar estudios de los asuntos mundiales.
conocimiento en la disciplina. To- Se buscaba un estudio “científico”
massini, aceptando una taxonomía de las relaciones internacionales,
propuesta por Stanley Hoffmann, lo que se quería hacer a través del
afirma que existen al menos tres estudio sistemático, analítico, críti-
formas de teorización: la normati- co y empírico de dichas relaciones”
va, que se propone prescribir cómo (Perina, 1985, 11).
debería ser el sistema internacional; Las propuestas de Puig y Jagua-
la empírica, que se orienta a anali- ribe no estuvieron al margen de ese
zar el comportamiento político de movimiento, pues su dimensión
los distintos actores, y la práctica, teórica fue vital en la construcción
que está interesada en contribuir al de la disciplina en la región, pero
diseño de fórmulas para la acción no dejaron de estar influidas por lo
(Tomassini, 1980, 550). El autor que Arlene Tickner (2008) describe
reconoce la importancia de adoptar como la “primacía de lo práctico”.
un enfoque basado en generaliza- La experiencia política de Puig y
ciones que puedan ser objeto de Jaguaribe hacía inevitable que mu-
validación empírica, no obstante chas de sus propuestas combinasen
señala que “a menudo la urgencia un esfuerzo de realizar un análisis
con que los acontecimientos inter- científico con la búsqueda de influir

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

en la política práctica, que hace que Histórica Francesa denomina “las


el autonomismo sea más bien un fuerzas profundas” que inciden
enfoque analítico o reflectivista, en en el funcionamiento del sistema
las líneas propuestas por Thaddeus internacional o los intereses de los
Jackson. Así, por ejemplo, Puig se actores políticos domésticos, cru-
planteaba como un componente ciales en la acción internacional de
de su marco explicativo lo que un Estado. En este sentido, el auto-
denominaba “iusnaturalismo ideal nomismo no se interesó demasiado
sustancial”, que tomaba del pensa- en una metodología cuantitativa,
miento de Rafael Caldera y Werner sino en una metodología cualitati-
Goldschmidt. En este enfoque se va, con un fuerte sesgo histórico y
formulan “principios de hondo con- crítico, propio de un enfoque más
tenido y (se) justifica la crítica del reflectivista y/o analítico. Por ello,
orden existente, el enjuiciamiento es más correcto analizar el auto-
de las normas y conductas interna- nomismo en el contexto del tercer
cionales” (Puig, 1980, 27). debate, marcado por la crítica al
La referencia al segundo debate realismo por la denominada, en
se refería a la metodología behavio- ese entonces, “interdependencia
rista que insistía en la verificación compleja”, pues aunque Puig uti-
empírica, acudiendo a técnicas liza la categoría poder, rechaza un
cuantitativas. Es curioso que To- enfoque del sistema internacional
massini y el RIAL planteasen, en solo centrado en la lucha por el
1980, este tema más propio del poder (Puig, 1980), lo que evidencia
segundo debate de la década de una coincidencia con la visión de
1960, cuando en el centro ocurría un mundo complejo más allá de la
el tercer debate entre el realismo y lucha por el poder que planteaban
la interdependencia compleja. Se autores como Nye Jr. y Keohane,
puede argumentar que al destacar para el cual el tema del desarrollo y
el tema de la necesidad de una me- las asimetrías era importante, como
todología cuantitativa, se quería argumentaba el estructuralismo
expulsar del campo disciplinar al cepalista. Es cierto que Puig cita a
análisis puigiano. Sin embargo, el Morton Kaplan, pero lo hace para
mismo Tomassini reconoce que un validar su crítica a lo que describe
importante número de factores que- como “características atomistas del
darían excluidos del análisis si se sistema internacional”, como lo
optase por el método cuantitativo hace también cuando examina las
como planteaban los behavioristas. consecuencias de la aparición de los
Tomassini no señala estos factores, análisis de proceso decisorio, que
pero se pueden mencionar como atacaron al corazón del mainstream
uno de ellos lo que la Escuela

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

que consideraba al Estado como un es un componente inescindible del


actor único y racional. Estado-nación, pero en el pensa-
El cuarto punto de las pro- miento de Puig la asimetría es el
puestas del RIAL se relacionaba componente fundamental (Vigeva-
con la crítica que la teoría de ni, 2014)3.
la interdependencia hacía de la Por otra parte, y más allá de la
noción del Estado westfaliano noción de la soberanía, el autono-
como el más importante actor del mismo en Puig percibía al Estado de
sistema internacional. Tomassini forma un poco distinta al realismo,
reconoce la necesidad de realizar pues no se le concebía como un
estudios —más allá de la lógica actor unitario. El papel de las élites
interestatal y considerar también era crucial en la adopción de la
los estudios transnacionales, lo estrategia internacional del Estado
que —a su vez— implicaba ir más y, en particular, en el proceso de au-
allá de estudios sobre seguridad, tomatización. Como se analiza más
para incluir análisis sobre asuntos adelante, el grado de autonomía
económicos. En las propuestas au- dependerá, en gran medida, de la
tonomistas se adopta esta posición. estrategia adoptada por los grupos
Esto no implica que el Estado no sociales que representan las élites.
fue una variable importante en el Aunque el Estado-nación es
análisis autonomista. En el caso crucial en el marco explicativo del
de Puig, el Estado era una variable autonomismo, tanto Puig como
crucial, pero se analizaba desde Jaguaribe consideran importan-
una perspectiva un poco distante tes a los actores transnacionales.
de la visión realista o neorrealista. Puig, por ejemplo, asevera que “la
En particular, rechazaba la noción creciente transnacionalización del
soberanista que parte de la premisa mundo, o sea, la realización de
de que todos los Estados soberanos, actividades políticas, económicas
por el hecho de ser independientes, y sociales en diversas naciones por
poseen autonomía. Puig realiza una entidades que no forman parte del
lectura crítica al argumentar que gobierno strictu sensu de un Esta-
existe una asimetría en el sistema do, ha añadido nuevos ‘actores’ al
internacional en cuanto a la auto-
nomía, pues mientras en los países
3
Generalmente, los críticos de la auto-
nomía le asignan los valores de esa
del centro la soberanía y la autono-
tradición, considerándola extendida
mía van juntas, en la periferia solo a todos los Estados y con un margen
algunos Estados pueden llegar a la de acción ilimitada. Pero para la vi-
autonomía. Algunos nunca llegarán sión crítica, esas dos condiciones se
a alcanzarla. En este sentido, como encuentran limitadas tanto en cuanto
a los candidatos a ella, como a sus
señala Tullo Vigevani, la autonomía márgenes de acción (Simonoff, 2012).

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

protagonismo internacional” (Puig, indirectamente a Puig en el campo


1980, 140). Jaguaribe, por su parte, de los análisis del poder, al señalar
reconoce el grado de control que que su Revista Argentina de Rela-
las empresas transnacionales tienen ciones Internacionales está dentro
sobre la innovación tecnológica y de los parámetros del realismo y de
cómo los mercados inciden en las la geopolítica (Van Klareven, 1984,
estrategias de los Estados perifé- 24-26). Como se ha analizado, en
ricos (Jaguaribe, 1979, 100). Esto realidad Puig y Jaguaribe impulsa-
evidencia que la descripción del ron muchos aspectos de la agenda
autonomismo como un enfoque del RIAL e incluso fueron mucho
meramente estatista tiene algunas más allá. Puig logró combinar el
limitaciones. tradicional enfoque legalista, fuer-
El último aspecto, la ampliación temente enraizado en los estudios
de la agenda de los estudios interna- de derecho internacional público
cionales en la década de 1980, como en América Latina desde el siglo
respuesta a la reacción neorrealista, XIX, con el estudio histórico y
produjo nuevos debates sobre la sociológico, al argumentar sobre la
creación de regímenes internacio- existencia de una comunidad inter-
nales, la estabilidad hegemónica y nacional. Jaguaribe también realiza
la hegemonía, y en América Latina, contribuciones desde un enfoque de
la construcción de un nuevo orden la realidad internacional más allá
económico internacional o la in- de simple conflicto y poder militar.
serción internacional de la región. Por lo tanto, es válido afirmar
Algunos de estos elementos están en que el desarrollo de la Escuela de la
la agenda de investigación de Puig, Autonomía se produce en el contex-
que se preocupó por temas como la to en el que existía un movimiento
creación de normas internacionales regional para fomentar enfoques
o la promoción de la justicia social propios en la interpretación de los
internacional (uno de los elementos asuntos mundiales que, consciente o
de las propuestas de un nuevo or- inconscientemente, significaban un
den económico internacional). reto a la función disciplinar de las
Se puede argumentar que a teorías del centro. Esto aconteció de
través de sus propuestas, el RIAL diversas maneras, que van desde la
planteaba no solo una renovación ruptura propuesta por la Escuela de
de las relaciones internacionales la Dependencia a los enfoques más
latinoamericanas, sino la verdadera moderados de la Escuela de la Auto-
fundación del campo en la región. nomía o, en el plano organizacional,
Por ello se relativizaba cualquier los esfuerzos del RIAL.
antecedente previo, como se obser-
va en Van Klaveren, cuando ubica

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

Sin embargo, ¿se puede hablar ciones internacionales en América


de una teoría de la autonomía? ¿O Latina, que estuvo muy asociado a
las propuestas de Puig y Jaguaribe la historia diplomática y el derecho
se pueden considerar como parte de internacional público, del cual Puig
una doctrina para orientar la acción fue parte.
política? El debate, en este caso, La categoría doctrina fue de
adquiere tonos epistemológicos, amplio uso en la región, como la
pues se refieren a si los métodos doctrina Monroe, la doctrina Dra-
adoptados por los trabajos de Puig go, la doctrina Calvo o la doctrina
y Jaguaribe les permitieron elaborar Estrada, que fueron fundamentales
propuestas generalizables y verifica- en la construcción del derecho in-
bles desde el punto de vista empíri- ternacional público estadounidense.
co, como plantean los positivistas. Principios como la no intervención,
Así, se pueden realizar algu- la no colonización, el rechazo
nas reflexiones sobre este asunto, al cobro forzado de deudas o la
aunque sean generales debido a la necesidad de reconocimiento de
extensión de este trabajo. En primer nuevos Estados se basaron en estas
lugar, en particular Puig ayudó doctrinas. No se debe olvidar que
en la confusión, pues uno de sus Puig era un especialista en derecho
libros clásicos lo tituló Doctrinas internacional y el lenguaje jurídico
internacionales y autonomía lati- influyó en su enfoque autonomista.
noamericana. La segunda parte de Ahora bien, el asunto queda más
ese libro se dedica al estudio de lo claro cuando se observa que la
que denomina “doctrinas interna- primera parte del libro mencionado
cionales”, y en su capítulo V analiza se denomina “Doctrinas de Derecho
“los fundamentos ideologizados de Internacional”. Así, posiblemente
las teorías y doctrinas internaciona- cuando Puig se refiere a las doctri-
les”. Sin embargo, en ese capítulo, nas internacionales, seguramente
Puig no señala cuáles son, en su pensaba en las doctrinas de derecho
perspectiva, las doctrinas y cuáles internacional público, mientras
son las teorías. Además, en ese ca- que a su propuesta de autonomía
pítulo se dedica casi exclusivamente la describe como el “esbozo” de
a criticar los preceptos del realismo. una teoría.
La confusión se vuelve mayor en el En este mismo texto, Puig deja
capítulo VI, que se titula “Esbozo de en claro sus ambiciones teóricas:
una nueva teoría”, es decir, se elimi- “La experiencia histórica demues-
nan las referencias a las doctrinas. tra que la autonomización es una
Esta confusión se explica a partir vía riesgosa, cuyo tránsito se faci-
de “la primacía de la práctica”, que lita, no tanto por la producción de
caracterizaba al estudio de las rela- ‘hechos’, cuanto por su inclusión

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

inteligible en una teoría que los transformado. Un ejemplo de ello es


discipline. Como decía Leonardo su insistencia en la promoción de la
da Vinci, el magnífico, ‘la teoría justicia social internacional.
è il capitano e la prattica sonno i
saldati’” (Puig, 1980, 66).
Puig en verdad construyó una 2.2 Autonomía e hibridación
teoría. No obstante, como ya se En el estudio del desarrollo
analizó, en los debates recientes de la disciplina de las relaciones
sobre cómo investigar, en las rela- internacionales en América Lati-
ciones internacionales existen di- na, el concepto de hibridación ha
versas formas de entender lo que es sido utilizado por Arlene Tickner,
una teoría, desde el neopositivismo quien considera que los enfoques
hasta el reflectivismo, y ninguna de autonomistas de Puig y Jaguaribe
ellas puede juzgar con base en sus establecieron un puente entre la
estándares metodológicos si alguna Escuela de la Dependencia y los
de las otras es metodológicamente dos enfoques dominantes en el
correcta o no (Jackson, 2011). centro en la época: el realismo y la
Acudiendo a Max Weber, Jackson interdependencia. Para Tickner, el
define a la ciencia como “la inves- autonomismo sería un ejemplo de
tigación sistemática diseñada para hibridización de conocimiento que,
producir conocimiento factual” en su opinión, “ilustra la compleji-
(Jackson, 2011, 24). Bajo este en- dad de los procesos de transporte,
foque, no existe la menor duda del asimilación y transformación que
carácter científico de la explicación implica el intercambio de conoci-
del sistema internacional propuesto miento entre el centro y la periferia”
por Puig y Jaguaribe. Ambos explo- (Tickner, 2011, 27).
raron sistemáticamente la estruc- Aunque se debe reconocer la
tura y funcionamiento del sistema forma como esta autora esboza su
internacional y acuñaron una serie argumento como un aporte en la
de categorías para ello. La idea de comprensión de la evolución del
un régimen internacional estratifi- autonomismo, existen los riegos
cado, en el cual existen repartidores propios del uso en la teorización
y recipiendarios, es un ejemplo de de las relaciones internacionales
ello. Además, Puig en particular de una categoría contestada como
adopta ciertos elementos en su la de hibridación. En esta sección
marco explicativo, que permiten al se problematiza este argumento de
menos asociarlo a un tipo de teoría Tickner, sin que implique su recha-
crítica o analítica, que no solo busca zo. Como punto de partida, si se
explicar cómo funciona el sistema acepta la idea de autonomía como
internacional, sino cómo puede ser forma de hibridación, no sería en la

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

forma que plantea Bhabha o García Son bastante cuestionables las


Canclini, pues no se trata de que perspectivas que asimilan al auto-
autores de territorios subalternos nomismo con realismo clásico de
(Puig y Jaguaribe) hayan adoptado Morgenthau o con el neorrealismo
ideas del centro y, a partir de allí, de Kenneth Waltz. En particular, la
se haya construido la noción de au- asociación con el realismo clásico
tonomía. En realidad, como señala ha sido utilizada, especialmente en
la misma Tickner, la autonomía se la década de 1990, para argumentar
produce a partir de la articulación que el autonomismo se relaciona
y mezcla de ideas provenientes del con una perspectiva vetusta de las
mainstream, pero también de un relaciones internacionales, frente a
encuentro con propuestas de la la aparición de otras corrientes que
periferia. Para entender bien este se consideraban más actuales, como
argumento, resulta conveniente la interdependencia compleja y el
analizar cómo las ideas del centro institucionalismo neoliberal, que
y la periferia se mezclaron en el influyeron en las escuelas encabe-
autonomismo. zadas por Carlos Escudé y Roberto
Las críticas más extendidas Russell (Corigliano, 2009), o enfo-
a la Escuela de la Autonomía se ques constructivistas, feministas o
concentran en su supuesta relación posestructuralistas más recientes.
tanto con un determinado tipo de Dallanegra (2009, 129 y ss.)
realismo como con la Guerra Fría. asevera que Puig tenía una cosmovi-
Este tipo de análisis tiene por ob- sión realista de fines, no de medios.
jeto cuestionar su vigencia (Russell Como enseñan los manuales de
y Tokatlian, 2010, 114-123). Esto relaciones internacionales, el rea-
debe ser colocado en términos re- lismo surgió en la última posguerra
lativos. No se trata de negar que en en torno a los conceptos de Estado,
particular Puig tenga alguna forma interés nacional y el equilibrio de
de vínculo con el realismo, ya que poder que, en palabras de Luciano
su agenda posee elementos de esta Tomassini, constituyeron la base
corriente como, por el ejemplo, la de las relaciones internacionales y
importancia que otorga a la va- dieron lugar a la escuela o modelo
riable poder. Sin embargo, aunque interpretativo realista (Tomassini,
utiliza como fuente a autores rea- 1980, 326). Con la aparición de
listas, no puede decirse que lo sea Política entre las Naciones (1948),
en un sentido clásico, incluso en su de Hans Morgenthau, se canonizó
interpretación del poder, y mucho un momento inicial de la disciplina
menos puede considerársele un y un tipo de realismo. En ese libro,
neorrealista. Morgenthau realizó un planteo
de naturaleza hobbesiana de la

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

realidad internacional, de carácter Un primer elemento a comparar


Estado-céntrico y en el marco del es la unidad de análisis. En el pen-
cual la naturaleza de las relaciones samiento de Puig, el Estado no se
internacionales eran el conflicto y la concibe como actor único y racio-
centralidad del poder (Morgenthau, nal, sino que en su seno los grupos
1986, original 1948). de presión o las élites se disputan su
Kenneth Waltz, en su libro control y son estos los que delinean
Política Internacional (1988, ori- las diversas formas de inserción
ginal 1979), objeta que la lucha (dependencia paracolonial, depen-
por el poder sea resultado de la dencia racionalizada, autonomía
naturaleza conflictiva de los seres heterodoxa y autonomía secesio-
humanos, y en vez de ello opta por nista). Cada una de estas categorías
una explicación a nivel del sistema se definen por el rol que le asignan
internacional, pues sería el carácter las élites a su Estado en el sistema
anárquico de este el que definiría la internacional, ya sea por no poseer
lucha por el poder y el conflicto. En un proyecto propio y, por lo tanto,
un mundo anárquico, los Estados estar subordinado a la gran po-
estarían mayormente preocupados tencia (dependencia paracolonial),
por su seguridad. En este contexto, por poseer un proyecto, aunque sea
el sistema internacional es repre- dependiente (dependencia raciona-
sentado por unidades que están en lizada), si tiene uno autonomista
choque, por lo que son representa- (autonomista heterodoxo), o si
das como bolas de billar, metáfora plantea uno que lleve a una ruptura
propuesta por Arnold Wolfers en estratégica (autonomía secesionis-
1962. Los rasgos de la tradición ta) (Puig, 1984b). A diferencia del
realista podrían reducirse a: 1) su realismo clásico, el autonomismo
unidad de análisis es el Estado, fija el interés nacional en la base
como un actor unitario y racional; material o ideacional de las élites
2) su problemática de estudio fue la para conservar sus beneficios y
seguridad nacional, como producto poderes en el Estado-nación, y no
de la amenaza constante y que ne- con un carácter permanente y atem-
cesitaba una respuesta militar; 3) su poral como en aquel.
imagen del mundo está, asimilándo- En el caso de Jaguaribe, aunque
la a un Estado de naturaleza, a un las élites no aparecen en su marco
modo anárquico (Barbé, 1995). Un analítico, de forma similar que en
ejercicio interesante para verificar Puig, sí son un factor necesario
si la autonomía es una forma de para conseguir un elemento que
realismo, es comparar estos rasgos es crucial en el logro de la auto-
típicos de este enfoque con la pro- nomía: la viabilidad nacional. La
puesta puigiana y jaguaribeana. capacidad de un Estado de lograr

60
José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

una inserción autónoma en el sis- lo de dependencia racionalizada,


tema internacional estratificado que —según Puig— estuvo vigente
depende, en gran medida, de “un entre mediados del siglo XIX hasta
compromiso explícito de las élites la Segunda Guerra Mundial, está
con un proyecto nacional” (Vigeva- determinado por la presencia del
ni, 2014). Se puede inferir, entonces, modelo agroexportador, que es una
que en Jaguaribe, en la medida en variable económica y no política
que las élites apoyasen un proyec- (Simonoff, 2012). Jaguaribe, por su
to nacional, el Estado tendría una parte, considera que la viabilidad
mayor posibilidad de inserción nacional de un país depende, para
autónoma en el sistema internacio- un determinado momento históri-
nal, y viceversa. En consecuencia, co, de la medida en que disponga
la imagen del Estado unitario, que de un mínimo crítico de recursos
en su actuación global responde humanos y naturales, incluida la
simplemente a los constreñimientos capacidad de intercambio inter-
que impone la anarquía del sistema nacional. Este mínimo crítico está
internacional, no es la utilizada por condicionado por las exigencias
Jaguaribe en su marco explicativo. tecnológicas de la época, por el
El segundo elemento que se debe grado de integración sociocultural
comparar es la problemática de del país respectivo y por el nivel
estudio. Si bien el autonomismo se moral y educativo de su población.
preocupa por algunos temas pro- La capacidad de un país para lo-
pios de la tradición realista, como grar el estatus de autonomía, que
la lucha por el poder, una variable es un objetivo político-estratégico,
importante en Puig, esta cuestión no depende —entonces— de varia-
excluye que su análisis aborde otras bles socioculturales, económicas
como, por ejemplo, las económicas. y tecnológicas (Jaguaribe 1968,
Un breve examen de las característi- 1979). El elemento económico es
cas de sus categorías permite obser- tan importante para Jaguaribe, que
var cómo poder y economía están establece una forma de autonomía
interrelacionadas en la obra de que describe como sectorial, que es
Puig. Como ya se ha señalado, los la que se ejerce en el ámbito eco-
diferentes tipos de élites propues- nómico, en virtud de determinadas
tos por Puig (dos dependentistas y ventajas comparativas, como es el
dos autonomistas) están definidos caso de Arabia Saudita o Venezuela,
por la forma de vinculación con debido a sus recursos petroleros (Ja-
la(s) potencia(s) hegemónica(s), guaribe, 1979). En otras palabras, el
pero no son analizados solo en poder en la lectura periférica es una
términos políticos, sino también lectura multidimensional y, por lo
económicos. Por ejemplo, el mode-

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

tanto, no está anclado solo a temas apoyó iniciativas como el SELA o


estratégico-militares. la OPEC como mecanismos para
El tercer elemento de discusión incrementar la autonomía desde
es la metáfora de un mundo como espacios de cooperación latinoame-
una mesa de billar. Puig reconoce ricana o sur-sur. El carácter suma
que existe una lógica de conflicto cero de la autonomía se plantea,
en el sistema internacional, pero entonces, en las relaciones con los
rechaza la idea de la existencia de repartidores supremos e inferiores.
una tendencia hacia el equilibrio Así, Puig argumenta que “salvo
del sistema, central en el realismo casos límites o atípicos, el logro de
clásico (Morgenthau, 1986). Esto una mayor autonomía supone, en
está motivado en la concepción el corto plazo, un juego estratégico
de anarquía que no se reduce a la suma cero en el cual alguien gana lo
ausencia de una instancia superior que otro pierde” (Puig, 1986, 51).
de regulación, sino que es un ele- La antigua potencia pierde, el an-
mento disociador de la jerarquía tiguo cliente gana; blanco o negro;
(Puig, 1984b). Ello se debe a que no siempre son opciones extremas,
la construcción de márgenes de existen variaciones menos tajantes
maniobra es producto de una rela- que permiten la cooperación (por
ción de suma cero entre la potencia ejemplo, cuando están en juego los
y el dominado (Puig, 1984b), pero intereses del bloque y no solo los
no excluye, bajo ningún punto de de la potencia dominante). Yendo
vista, la cooperación con ella o más allá de eso, Dallanegra sostie-
con otro país periférico. Es más, la ne que el proceso de suma cero no
integración es un elemento consti- es la única forma de acumulación
tutivo e inevitable para un proyecto de poder, puede construir poder
autonómico (Puig, 1986). sobre sí mismo. El propio Puig
Este argumento de Puig es un parece argumentar que esta situa-
poco complejo, pues si la autono- ción suma cero puede modificarse,
mía es un juego suma cero, entonces pues al proceso de autonomización
las posibilidades de cooperación se puede introducir el factor de
son nulas o mínimas. Esto se ha dis- retroalimentación, “que llevará al
cutido ampliamente en la teoría de perdedor a evaluar las ventajas
la cooperación internacional. Para del nuevo cuadro de situación”.
Puig está claro que la cooperación e Para Puig este último factor es
integración entre los países periféri- “algo que los latinoamericanos no
cos no son solo posibles, sino inclu- hemos comprendido demasiado”
so necesarias, como se evidencian (Puig, 1986, 51). Por ello, es lícito
en sus escritos sobre integración preguntarse si la autonomía, en vez
solidaria (Puig, 1986). Por ello, Puig de percibirse como basada en una

62
José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

lógica suma cero, debería basarse en al aumento de la brecha comercial


un modelo de motivación mixta. En entre países desarrollados y sub-
este modelo, los intereses de los ju- desarrollados. El camino a seguir
gadores no son ni totalmente coin- para salir de esta situación era la
cidentes ni totalmente opuestos, y transformación productiva, que se
el objetivo es obtener el equilibrio lograría a través de tres medios: la
(véase Colman, 1982). industrialización con sustitución
Las otras influencias en el pensa- de importaciones, la integración
miento sobre la autonomía provie- regional y la defensa de los precios
nen de América Latina: las propues- internacionales de las materias
tas de la Cepal y la Escuela de la primas. La sustitución de importa-
Dependencia. La Teoría de Prebisch ciones es una primera etapa de esta
dio “un fundamento de análisis eco- estrategia, aunque Prebisch reco-
nómico y un basamento empírico, noce que era un proceso complejo,
así como apoyo institucional, a la que requería ser complementado a
búsqueda de bases autónomas de través de dos formas del proceso
desarrollo” (Dos Santos, 2003, 62). de acumulación con la utilización
Sin embrago, a fines de la década de de las divisas resultantes del comer-
1960 surge, en el seno de la misma cio exterior y la incorporación de
Cepal, una corriente que comienza capitales extranjeros, en la medida
a objetar algunas de las propuestas en que no afectasen la capacidad
y políticas que se venían desarro- decisoria de la nación y hubiese
llando desde la década anterior, lo control estatal. Esto permitiría un
que sería el embrión de los debates grado mayor de industrialización,
sobre la dependencia. en particular en la producción de
Como es ampliamente conocido, bienes intermedios, de capital y de
la Cepal identifica la causa de la consumo durable. El impulso de la
brecha entre el centro y la perife- integración regional se proponía
ria en una desigual distribución favorecer los intercambios recípro-
del progreso técnico en estas dos cos, a través de la formación de un
esferas de la economía mundial, mercado común latinoamericano
lo que deriva en un deterioro de que promoviese la exportación de
los términos del intercambio de manufacturas propias. La creación
la periferia. En el marco de la es- de instrumentos para defender los
pecialización productiva, pero a precios de los productos primarios
diferencia de las teorías clásicas, se realiza a través de dos vías: la
los precios de los productos de alto defensa individual de ellos para
valor agregado tuvieron una mayor poner fin a estas distorsiones y la
elasticidad-precio que la de los colectiva, impulsando acuerdos de
precios agrícolas, y ello contribuyó estabilización e impugnación de las

63
Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

teorías neoclásicas que sostienen Estado de 1943, o la participación


esta situación de inequidad. Mien- de Prebisch en el gobierno del
tras las dos primeras propuestas son general Aramburu, que derrocó a
desarrolladas por Prebisch como Perón en 1955. No se trata solo
secretario ejecutivo de la Cepal de desencuentros personales, sino
en la década de 1950, la tercera la también de visiones algo distintas
plantea en su gestión como secreta- sobre el desarrollo económico y
rio general de la Conferencia de las la industrialización. Puig siempre
Naciones Unidas para el Comercio estuvo asociado al peronismo4 y
y Desarrollo (UNTACD), en los esto, en parte, explica sus críticas al
años sesenta del siglo XX. cepalismo. Para Puig el peronismo
Este programa de acción sufrió era un vehículo de la autonomía,
algunas modificaciones en la déca- mientras que su opinión sobre la
da de 1970, cuando se plantearon Cepal y Prebisch la manifestó en
acciones como “evitar el endeuda- los siguientes términos:
miento excesivo” y “buscar la com-
plementariedad entre la industria- [El peronismo] fue estigma-
lización sustitutiva y la expansión tizado y ridiculizado. Jamás
de las exportaciones industriales”, encontró ninguna clase de apoyo
es decir, la promoción de las expor- para las políticas y estrategias
taciones. En el decenio siguiente, y autonomizantes en sectores
producto del crecimiento y crisis de más o menos significativos de la
las deuda externa latinoamericana, inteligencia latinoamericana. La
se fomentan medidas como “la ex- Cepal, por ejemplo, le fue abier-
pansión exportadora combinada tamente hostil a punto tal que
al crecimiento”, o sea, al “ajuste […] los círculos cepalinos vieran
con crecimiento” (Bielschowsky, con buenos ojos el derrocamien-
2011, 14). to del régimen peronista en
El autonomismo, especialmente 1955, y su distinguido mentor,
en el caso de Puig, tuvo una com- Raúl Prebisch, fue significativa-
pleja relación con la Cepal, en la mente llamado por el gobierno
cual la influencia del conflicto entre de la “Revolución Libertadora”
Raúl Prebisch y Juan Domingo para elaborar un plan de rees-
Perón desempeñó un papel clave. tructuración económica (Puig,
La relación entre Prebisch y Perón 1984a, 55).
nunca fue cordial, una situación
que obedeció a diversos factores
como la destitución de Prebisch 4
Puig fue ministro de Relaciones Exte-
del Banco Central de la República riores de Argentina, durante el breve
gobierno de Héctor José Cámpora,
Argentina, después del golpe de entre mayo y julio de 1973.

64
José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

Al construir sus ideas autono- la Dependencia analiza la proble-


mistas, Puig cuestionó el marco mática del subdesarrollo más allá
teórico propuesto por la Cepal, de las cuestiones económicas, en
pues en él no existía una discusión sus planos políticos, ideológicos y
del paradigma capitalista: la bús- culturales. Los principales aspectos
queda de alternativas es al interior de la teoría de la dependencia son:
de este sistema. Al respecto, Puig 1) el desarrollo está estrechamente
puntualiza que este programa no ligado a la expansión industrial
tiene nada “que signifique el cues- en los países desarrollados; 2) el
tionamiento al propio régimen desarrollo es parte de un proceso
[capitalista], que es el generador universal; 3) el desarrollo no puede
de la injusticia” (Puig, 1984b, I, ser considerado como la primera
15). Resulta al menos curiosa esta condición de un proceso evolutivo,
crítica de Puig, pues sus propuestas y (4) la dependencia no es un fenó-
de autonomía tampoco significaron meno únicamente externo, sino que
un cuestionamiento de fondo del también se manifiesta internamente
capitalismo. La verdad es que a en los países, en los ámbitos social,
pesar de su compleja relación con económico y político (Dos Santos,
la Cepal, esta sí influyó en Puig, en 2003, 23).
particular en su visión asimétrica Según Cristóbal Kay, existen tres
del sistema internacional. En el corrientes distintas en la Escuela
caso de Jaguaribe, la influencia de de la Dependencia: una marxista,
la Cepal es importante debido a o neomarxista, en realidad; una
la conexión con el desarrollismo estructuralista y una versión crítica
brasileño y, en cierta medida, con dentro del pensamiento de Cepal
el ISEB, del cual Jaguaribe fue un (Kay, 1998,103).
miembro prominente. La primera de estas corrientes,
La crítica de las potencialidades de matriz marxista, es la represen-
reales del modelo de desarrollo ha- tada por la teoría del subdesarrollo
cia dentro propuesto por la Cepal es de André Gunder Frank. En esta
el fundamento de los primeros tra- corriente se puede ubicar, además, a
bajos sobre la dependencia, en los Theotonio Dos Santos, Ruy Marini
que se sostiene que el subdesarrollo y Samir Amin. Su planteamiento es
es un producto histórico del capita- que la relación desarrollo-subde-
lismo y de la división internacional sarrollo es inherente al capitalismo
del trabajo que moldea la economía
latinoamericana a las exigencias del el origen de la teoría de la dependen-
mercado mundial5. La Escuela de cia, el debate entre el marxismo clá-
sico y el neomarxismo entre Paul
5
Además de estas críticas al pensamien- Baran y Paul Sweezy (Dos Santos,
to cepalino, existen otras fuentes en 2003, 25)

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

y, por ello, impediría el desarrollo del tejido social. En 1980, Cardo-


para el Tercer Mundo. Para Frank, so reajusta su pensamiento a una
América Latina siempre fue capita- versión más tenue, que propone
lista, pero dependiente, aunque su un carácter cooperativo y no de
dependencia derivaba fundamental- ruptura con el centro para el de-
mente de su inserción en el mercado sarrollo capitalista asociado. Y a
capitalista como proveedor de ma- partir de ese momento, este autor
terias primas del centro, y no tanto sostuvo que se hizo una lectura
de sus contradicciones internas. Así, errónea de su trabajo con Enzo
el argumento de desarrollo del sub- Faletto, Dependencia y Desarrollo
desarrollo planteaba que el atraso en América Latina, ya que no se
de América Latina en parte se debía entendió “el sentido que dimos a
al papel que los países capitalistas la noción de capitalismo asociado
desarrollados le habían asignado (entre el centro y la periferia), y
en la división internacional. Por enfatiza la idea de la dependencia
ello, Frank rechazaba la idea de que como impedimento al desarrollo”
América Latina fuese feudal y que, (Cardoso, 2011, 31). Este cambio se
por ello, necesitase una revolución explica por dos razones principales:
burguesa para salir de la depen- 1) la onda neoliberal internacional
dencia, cuando en verdad América que fue transformando la economía
Latina fue, desde sus orígenes, un global; 2) porque es un período de
componente del sistema capitalista revalorización de la democracia
global. como sistema político (reflejo de la
Para la segunda corriente, con- decadencia soviética y de las dicta-
centrada en las figuras de Fernando duras en América del Sur).
Henrique Cardoso y Enzo Falleto, Finalmente, están también quie-
la dependencia es concebida como nes proponen reformas al pensa-
el resultado de relaciones inter- miento de la Cepal y Prebisch, como
nas y externas de clases, aunque Osvaldo Sunkel y Celso Furtado,
reconociendo la existencia de un quienes hacen hincapié en las varia-
desarrollo capitalista asociado. bles internas que mantienen el sub-
Las burguesías nacionales de la desarrollo. En el caso del trabajo de
periferia sirven a los intereses de la Sunkel, Capitalismo transnacional y
propagación del capital extranjero, desintegración nacional en América
lo que genera un sistema económico Latina (1972), en el cual se plan-
dependiente y subordinado a este. tea la alta convergencia entre los
Igualmente, alega que el aumento sectores integrados a la economía
de sus ingresos relacionados con mundial, sean estos de los países
la exportación/importación no se centrales y periféricos, y la falta de
traduce en el desarrollo del resto complementariedad de los sectores

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

no integrados en los extremos del ma internacional existen relaciones


sistema (Sunkel, 1972). de dependencia, aunque su forma
Los teóricos de dependencia de abordar esta es distinta que en
creen que el ciclo de desarrollo crea la Escuela de la Dependencia. Según
nuevos problemas relacionados con Puig, las relaciones de dependencia
el sector de la sociedad asociado están caracterizadas por dos ele-
al capital externo y, por lo tanto, mentos o factores. El primero de
tienden a actuar en contra del inte- ellos, que denomina formal, se re-
rés nacional y en favor del interés fiere a la existencia de un repartidor
reducido (este proceso crearía bur- supremo; mientras que el segundo,
guesías nacionales, dependientes y que describe como sustancial, se
conservadoras). Por esta razón, la relaciona con las ordenanzas que
clave para romper el elemento de emite el repartidor supremo (Puig,
dependencia sería la movilización 1971, 60). Sin embargo, la periferia
popular democrática, con el fin de tenía posibilidades de superar su
añadir al juego político a las masas, situación de dependencia mediante
que fueron marginadas en la his- una estrategia de “autonomiza-
toria de América Latina. Sería una ción”. Es decir, Puig presenta una
forma de contrarrestar la influencia visión distinta al dependentismo,
política del capital extranjero en las que excluye las posibilidades de
franjas meridionales de democra- progreso de la periferia en el orden
cias frágiles. capitalista. Igualmente, Puig recha-
Aunque Puig no negaba la va- zaba el “externalismo”, es decir, la
lidez de la categoría dependencia tendencia a culpar de los problemas
para explicar la realidad latinoame- de la región solo a una potencia
ricana, su objeción primaria era que externa o a factores internacionales.
se la concibiese como una categoría No se trataba de obviar la impor-
omnicomprensiva, que explicase tancia de estos factores, sino de de-
todos los procesos políticos de la jar de considerarlos como las únicas
región, fuesen internos o externos. causas de los problemas de un país,
En un trabajo publicado en ya que esto conducía a una suerte
1971, señalaba al respecto: “Cree- de actitud de resignación para no
mos, en efecto, que la dependencia realizar intentos para modificar una
constituye una categoría, pero de realidad que le pueda ser adversa.
ninguna manera totalitaria. Junto Jaguaribe, por su parte, también
con ella deben manejarse otros utilizó la categoría dependencia en
entes de captación racional, tales sus trabajos de fines de la década
como la marginalidad y el subde- de 1960 e inicios de los años 1970.
sarrollo” (Puig, 1971, 60). En otras Así, en el trabajo “Dependencia y
palabras, Puig acepta que en el siste- autonomía en América Latina”, pu-

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

blicado en 1969, Jaguaribe utiliza ca” (Jaguaribe, 2013, 20. Original,


ampliamente la categoría depen- 1986).
dencia en su marco explicativo, al Como señala Bologna, en los
punto de establecer como formas autores autonomistas no se des-
potenciales de organización de la conoce que el dependentismo y
región el “desarrollo dependien- el cepalismo “fueron un intento
te”, la “dependencia satelizante”, válido, en medios académicos, de
la “dependencia quisling” y la buscar respuestas latinoamericanas
“dependencia coercitiva” (Jagua- al problema del subdesarrollo de la
ribe, 1969, 70). Sin embargo, ya región y tratar de encontrar estra-
en ese mismo artículo, Jaguaribe tegias de superación, de acuerdo a
realiza una crítica a la categoría los márgenes de permisibilidad de
dependencia y presenta a la “auto- la sociedad internacional, para el
nomía” como una alternativa para logro de desarrollos endógenos”
América Latina”. Sin embargo, (Bologna, 1989, 251). Algunos de
Jaguaribe fue crítico de la forma los planteos dieron las bases para
como la dependencia era entendida que pensamientos como los de
por las corrientes principales de Jaguaribe y Puig tuvieran una base
esta escuela de pensamiento. Por para ser enunciados. Un ejemplo
ejemplo, objetaba que la dependen- es el trabajo de Linck y O’Donnell,
cia existiese solo en las relaciones “Dependencia y autonomía”, en el
norte-sur, pues existían países de- cual se sostiene que para el logro
pendientes de Estados Unidos, en de la primera era necesario: 1) la
el bloque occidental, y de la Unión eliminación de las principales bases
Soviética, en el antiguo bloque co- de operación del capitalismo depen-
munista. En un trabajo publicado diente; 2) cancelar las principales
originalmente en 1986, Jaguaribe, características internas del actual
aunque reconoce la importancia sistema de dominación; 3) una am-
del pensamiento dependentista, plia participación popular en varios
realiza una crítica de algunas de sus niveles y (4) un incremento sustan-
tendencias y supuestos. Así, objeta cial de la autonomía (O´Donnell y
el argumento de la tendencia mar- Linck, 1973, 247-248).
xista del dependentismo, de que no
existía ninguna posibilidad de salir Se observa, entonces, que aun-
de la dependencia en el marco del que el dependentismo influyó en
capitalismo, pues casos históricos Puig y Jaguaribe, ambos fueron
como la Alemania de Bismarck lo críticos de aspectos relevantes de
desmentían. Por ello, acusó a esta este enfoque. Algo similar ocurre en
tendencia de tener “miopía históri- la vinculación de Puig con la Cepal,
lo que fue mucho menor en el caso

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

de Jaguaribe, debido a las fuertes aunque esta idea de por sí sea polé-
interacciones entre el desarrollismo mica, como se explicó en la sección
brasileño y el estructuralismo cepa- anterior de este trabajo. La hibridez
lista. En el caso de las doctrinas del no es, en realidad, un encuentro de
centro, en particular el realismo y tradiciones opuestas del centro y la
la interdependecia, tanto Puig como periferia que se mimetizan, sino el
Jaguaribe desarrollan buena parte encuentro de ideas de las corrientes
de su producción teórica autono- del centro hegemónico en la disci-
mista en el marco del tercer debate plina (realismo, interdependencia),
entre el realismo/neorrealismo vs. con ideas del sur periférico (del
la interdependencia/neoliberalismo, cepalismo y el dependentismo),
y es por ello que aunque otorguen que son cuestionadas en el centro.
un valor importante al Estado y las Es, entonces, el encuentro de ideas
relaciones de poder en su marco que en muchos aspectos se oponen.
explicativo, también reconocen el En este sentido, si la autonomía es
papel de actores no estatales y de una forma de hibridación, no es
la creciente interdependencia en las asimilacionista, sino que lo es en
relaciones internacionales. la forma que plantea Nederveen
Tickner asevera que esta diver- Pieterse, es decir, es un híbrido que
sidad de fuentes que inspiran el diluye el canon, lo invierte y, de
autonomismo lo convierte en un alguna forma, lo subvierte.
ejemplo de hibridez o hibridación. La teoría de la autonomía puede
En palabras de esta autora, esta ser híbrida, pues toma elementos
fusión de conceptos de la teoría del realismo, la interdependencia
estructuralista-cepalina, de la de- o el dependentismo, pero lo hace
pendencia, el realismo y la interde- para criticarlos, no para validar
pendencia, contribuyó a crear un su aplicación, y a partir de ellos
modelo latinoamericano híbrido, construir nuevas propuestas. Por
que se convierte en fundamental en ejemplo, Puig supo tomar de las
el análisis de los asuntos globales teorías cepalinas y dependentistas
en la región (Tickner, 2003, 331). sus fortalezas, y también tomar en
Sin embargo, el riesgo de la ca- cuenta sus debilidades. Muchos
tegoría hibridez es que cuando se de estos elementos están presentes
utilice para explicar el desarrollo en las teorías de la autonomía de
teórico de las relaciones interna- Jaguaribe y Puig: cambiar la situa-
cionales en el Sur Global termine ción de dependencia, remover los
privilegiando las ideas del norte. condicionantes internos, promover
En ese caso, se estaría más frente a el acceso de las grandes mayorías al
una mimetización de las narrativas dominio del Estado. Pero se diferen-
del norte que a una hibridación, cian de aquella cuando la reducen

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

a un medio y no a un fin; para ellos tados es rechazada por Puig (1980),


no es más que un instrumento de ya que acogiendo los planteamien-
potencialidades ilimitadas para la tos de la interdependencia, acepta
ruptura del sistema. Aunque Puig y que existe una diversidad de actores
Jaguaribe, por ejemplo, considera- transnacionales, intergubernamen-
sen lo acertado de estos análisis, la tales y transgubernamentales, que
propuesta de una salida por fuera interactúan a escala global. Puig
del capitalismo se convertía en una no niega la importancia del poder
opción descorazonadora y nihilista. como variable y del Estado como
En palabras de Puig: “No cabe duda actor internacional, pero no las
de que tales asimetrías existen; de considera elementos suficientes
lo que se trata es de superarlas para describir el orden global. En
mediante maniobras estratégicas cambio, Puig sí objeta la idea de
que se basen en un diagnóstico anarquía, aspecto en el cual coin-
político acertado” (Puig, 1984b, cide con Jaguaribe.
49). Por ello, como apunta Bernal El régimen internacional de Puig
Meza: “Puig supo escapar de un o la estratificación internacional de
enfoque que —por su visión cíclica Jaguaribe son un rechazo al mundo
de la historia, que consideraba al anárquico del realismo e implican
conflicto como algo recurrente y un mundo jerárquico en el cual los
suprahistórico— aparecía funcional países del Sur Global tienen una
a los intereses de aquellos Estados posición subordinada. Al plantear
en posesión de un potencial de des- la necesidad de un proceso de au-
trucción masiva, que fundamentaba tonomización, que no solo se basa
la impermeabilidad intrabloques, en las capacidades materiales y que
para transitar nuevas perspectivas no solo es impulsado por el Estado,
teóricas aptas para fundamentar es- el autonomismo rompe el canon
trategias autonomizantes” (Bernal realista, se aleja de este y adquiere
Meza, 1989, 237). personalidad propia.
Algo similar ocurre con la po-
sible influencia del realismo. Al
igual que los realistas, tanto Puig 3. El Programa
como Jaguaribe se preocupan por de Investigación
el poder. No obstante, lo conciben Autonomista: revisando
de forma algo distinta al realismo, y actualizando los
pues Puig (1980), por ejemplo, ob- aportes originales de la
jeta la concepción del poder basada escuela
en la simple fuerza material. De
igual manera, la idea de un sistema La crítica contemporánea a las
internacional solo formado por Es- propuestas autonomistas es que

70
José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

ellas se generaron en un contexto medida todas estas nuevas formas


de la Guerra Fría y su poder ex- de plantear la autonomía son fieles
plicativo de los procesos interna- o se alejan de las ideas originales de
cionales actuales es limitado. Fue Puig y Jaguaribe. Al margen de esta
un argumento reiterado durante la discusión, lo fundamental es explo-
década de 1990, que el fin del con- rar cuál es el poder explicativo de
flicto Este-Oeste había modificado las propuestas de estos dos autores
el “contexto para la acción”, y esto en un mundo que, ciertamente, es
habría causado que la argumenta- distinto al existente en su momento
ción de una reducción de la auto- de formulación.
nomía estatal partiese de una visión Como punto de partida, se
tradicional de esta, que resultaba rechaza el supuesto anacronismo
anacrónica. Por ello sería necesario de la autonomía puigiana y ja-
una renovación del concepto para guaribeana. Ciertamente, algunas
adaptarlo a las nuevas realidades categorías pueden ser reformuladas,
(véanse Russell y Tokatlian, 2002, pero sin convertirlas en plantea-
175). mientos distintos a los de Puig y
En este contexto, en las dos Jaguaribe, que en su versión origi-
décadas posteriores a la caída del nal aún mantienen un enorme valor
muro de Berlín proliferó una exten- explicativo. Un aspecto es central
sa literatura que se ha propuesto re- en esta discusión: el grado de abs-
visar la teoría de la autonomía para tracción de las propuestas de estos
actualizarla y superar así su supues- autores. En su marco explicativo se
to anacronismo. En Argentina es desarrollan ideas con tan nivel de
bien conocida la propuesta de una abstracción que explican el sistema
autonomía relacional desarrollada internacional en cualquier tiempo.
por Roberto Russell y Juan Gabriel Por ejemplo, el régimen internacio-
Tokatlian (2002); mientras que en nal de Puig, basado en una jerarquía
Brasil, Gelson Fonseca Jr. (1998) en la cual existen repartidores y
propuso la dicotomía “autonomía recipiendarios, es un argumento
por la distancia” vs. “autonomía lo suficientemente abstracto como
por la participación”. Luiz Felipe para aplicarlo a la Guerra Fría, el
Lampreia (1998) también hacía un sistema europeo de equilibrio de
planteamiento dicotómico entre poder del siglo XIX o el mundo
“autonomía por la integración” y de la post Guerra Fría. Estas pro-
“autonomía aislacionista”, y más puestas suficientemente abstractas
recientemente, Tullo Vigevani y no requieren ser reformuladas,
Gabriel Cepaluni (2007) plantearon porque su poder explicativo no
una “autonomía por la diversifica- varía. En cambio, supuestos como
ción”. Es un tema de debate en qué la “impermeabilidad de bloque”,

71
Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

una categoría más propiamente de principales categorías del pensa-


la Guerra Fría, aunque mantengan miento autonomista:
su valor explicativo, merecen ser
revisados para amoldarlos a un
escenario global diferente. 3.1 El concepto de autonomía
Por otra parte, en este trabajo — Para reflexionar sobre el con-
se considera— existe una conexión cepto de autonomía es necesario
entre Puig y Jaguaribe, y por ello analizar cuáles son los significados
es correcto aseverar que su obra que adquiere en la obra de Puig
formó una Escuela de la Autono- y Jaguaribe. Abordar la primera
mía, como uno de los programas cuestión implica examinar cómo
de investigación en la disciplina de la autonomía en Jaguaribe y Puig
las relaciones internacionales en transitan un camino propio.
América Latina. Puig, por ejemplo, La autonomía jaguaribeana par-
piensa que Helio Jaguaribe es uno te por considerar las limitaciones de
de “los teóricos que han pugnado la Escuela de la Dependencia, que
con tenacidad por demostrar em- permiten a Jaguaribe pensar que
pírica y teoréticamente; global y para salir de una “impotente mar-
coyunturalmente, las posibilidades ginación”, la región podía avanzar
concretas de autonomización para en una propuesta más modesta,
determinados Estados periféricos” pero más efectiva: la autonomía
(Puig, 1984b, I, 18). Bruno Bologna periférica (Drekonja Kornat, 1981,
asevera que, a pesar de sus semejan- 13). En el análisis de la propuesta de
zas, “es posible realizar una distin- Jaguaribe es interesante su concepto
ción analítica entre el enfoque de la de construcción de política exterior,
autonomía de Puig y de Jaguaribe. que se erige a partir de “una ecua-
El aporte de Puig se centra en el ción de optimización, en el ámbito
estilo o práctica autonomista que internacional, de los principales
van a aportar los países de Améri- intereses de un país, teniendo en
ca Latina. En cambio, el aporte de cuenta sus condiciones internas y
Jaguaribe pone el énfasis en las con- externas, y los medios de acción
diciones del accionar internacional” de que dispone” (Jaguaribe, 1974,
(Bologna, 1987, 23). No obstante, 104). Según Jaguaribe, para una
esta argumentación de Bologna no adecuada ubicación del modelo de
es contraria a la idea de una Escuela inserción internacional, es necesaria
de la Autonomía, pues simplemente “la selección objetiva del modelo
destaca la forma como ambos au- más adecuado para un país [...]
tores abordan el tema. [que] requerirá, en consecuencia,
Basados en esas premisas, en un análisis preliminar histórico-
esta sección se revisan dos de las estructural del país en cuestión, a fin

72
José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

de poder determinar objetivamente ribe, 1973, 113). Lo original de la


sus principales rasgos y tendencias propuesta de Jaguaribe está en el
estructurales” (Jaguaribe, 1973, grado de cohesión interna, como
85). Si bien inicialmente el autor un elemento básico de la viabilidad,
brasileño centra su análisis en cla- ya que:
ves explicativas “realistas”, por el
fuerte énfasis en las capacidades de Esta cohesión tiende a au-
defensa, a lo largo de su obra este mentar con el desarrollo global,
aspecto se presenta más equilibrado en la medida en que este hace
con aportes del área social, la eco- que aumenten no solo el ingreso
nomía y la cultura. absoluto y per cápita, sino tam-
Para Jaguaribe existen dos ti- bién todos los otros indicadores
pos de relaciones constitutivas del económicos, sociales, culturales
orden mundial de posguerra: 1) y políticos del desarrollo, con el
entre las superpotencias que de- correspondiente aumento de la
terminan el sistema internacional participación en todos los pla-
por su oscilación entre fases de nos [...] Las relaciones existentes
cooperación y de conflicto; 2) entre entre las masas y las élites son
el centro y la periferia, que existe susceptibles de convertirse en un
en los todos sistemas imperiales, conflicto que se autoperpetúa y
aunque puede haber diferencias de en una decreciente cooperación.
acuerdo a cada período histórico El carácter dual de la sociedad
(Jaguaribe, 1979, 94). Los países divide en dos a la nación y so-
de la periferia pueden alcanzar la cava la lealtad subjetiva de los
autonomía. Existen dos órdenes sectores en conflicto hacia la so-
para determinar los requisitos ciedad nacional en conjunto. En
para la existencia de autonomía: esta forma, la vialidad nacional
habilitatorios y ejecutorios. Existen se ve minada por el desmembra-
dos condiciones habilitatorias para miento interno (Jaguaribe, 1973,
analizar el funcionamiento de la 113-114).
autonomía: la viabilidad nacional
y la permisividad internacional. “El El segundo elemento habilitato-
concepto de viabilidad nacional es rio, la permisividad internacional,
esencialmente histórico y relativo. es “la medida en que, dadas la
Lo determina, fundamentalmente, situación geopolítica de un país y
la relación existente entre los re- sus relaciones internacionales, este
cursos humanos y naturales de que país dispone de condiciones para
dispone una nación en un momento neutralizar el riesgo proveniente
dado, y el nivel de la tecnología de terceros países, dotados de sufi-
existente en ese momento” (Jagua- ciente capacidad para ejercer sobre

73
Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

él formas eficaces de coacción” con el ejercicio de una hegemonía


(Jaguaribe, 1979, 93). sobre determinadas áreas y una
El orden ejecutorio está cons- presencia preponderante en otras,
tituido por las alternativas que aunque también restringidas a
deben emprender los Estados peri- ciertas áreas” (Jaguaribe, 1979, 92).
féricos candidatos a la autonomía, Un ejemplo de ello fue la U.R.S.S.
ya sea porque “a) consiguen una hasta su ascenso a la categoría
satisfactoria autonomía técnico- superior y el caso de la China de
empresarial en lo interno, o b) com- Mao Tse-Tung, tras la ruptura con
pensatoriamente, logran disponer los soviéticos en los años sesenta
de condiciones favorables en sus del siglo XX.
relaciones con el centro imperial, En tercer lugar aparece la au-
en especial por identificaciones de tonomía, la cual “sin asegurar la
orden étnico-cultural” (Jaguaribe, inexpugnabilidad del territorio
1973, 128). Las relaciones entre propio, se caracteriza por el hecho
estas dos alternativas son las que de que los titulares disponen de
conjugan la existencia de diversos medios para imponer severas pena-
niveles de autodeterminación. Para lidades, materiales y morales, a un
Jaguaribe (1979, 91-92), estos eventual agresor” (Jaguaribe, 1979,
niveles son: la primacía general, la 93). Además, en ella se dispone de
primacía regional, la autonomía y “un margen bastante amplio de
el nivel de dependencia. autodeterminación en la condición
La primacía general “se carac- de sus negocios internos y de una
teriza por la combinación de la apreciable capacidad de actuación
inexpugnabilidad del territorio internacional independiente” (Ja-
propio con el ejercicio de una pre- guaribe, 1979, 93).
ponderancia mundial generalizada, El último nivel es el de depen-
que solo está contenida en forma dencia, que “incluye a la gran ma-
efectiva en las áreas de inmediata yoría de los países del mundo. En
hegemonía de una potencia dotada él se encuentran los países que no
de primacía regional” (Jaguaribe, disponen de requisitos para ubicar-
1979, 92). A este nivel estuvo pri- se en niveles más altos. Tales países,
mero, únicamente, Estados Unidos a excepción de algunos remanentes
desde el fin de la Segunda Guerra coloniales, poseen nominalmente
Mundial hasta los años sesenta, la condición de Estados sobera-
cuando se produjo la paridad estra- nos, dotados de órganos propios
tégica con la Unión Soviética. de gobierno y acreditados como
La primacía regional “se ca- interlocutores independientes ante
racteriza por la inexpugnabilidad otros Estados y organismos inter-
del territorio propio, combinada nacionales” (Jaguaribe, 1979, 93).

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

Uno de los rasgos salientes de superadora del atraso y del estanca-


estos niveles es que “no son estables miento individual de los países del
y permanentes”, sino absolutamen- área y logrará una estructuración
te dinámicos (Jaguaribe, 1979, 96). de la sociedad internacional, donde
Particularmente, en el caso de los los paradigmas de la misma sean la
países latinoamericanos, existen justicia social y la solidaridad entre
además tres elementos básicos todos los actores que intervienen en
para conseguir un Estado más el escenario internacional” (Bolog-
autónomo: na, 1989, 258).
La autonomía puigiana partió
de la observación de que eran ne-
4. El desarrollo global cesarios análisis que apuntaran a
de las sociedades comprender al sistema internacio-
nacionales nal “estructuralmente, mediante la
selección de variables relevantes y
El desarrollo debe ir acompaña- significativas”6 y que permitiesen,
do de la generación de margen de “por lo menos, delinear las tenden-
maniobra que mejore la capacidad cias relevantes profundas y apreciar
de toma de decisiones y otorgue a los errores y aciertos en función
los actores nacionales un mayor del logro de una mayor autonomía
control sobre sí mismos, y externa- para el país” (Puig, 1984b, I, 91).
mente, la capacidad de generar una Para Puig, en el sistema in-
reducción de la dependencia de los ternacional existen condiciones
países desarrollados, en general, y asimétricas y un complejo (e ines-
de los Estados Unidos, en particular. table) equilibrio de poder, creado
Tanto el desarrollo como la por una división de funciones: los
autonomía se van a desarrollar en repartidores supremos, que toman
las condiciones más favorables para las decisiones macro y vigilan su
su “autorrealización” (Jaguaribe, cumplimiento; los repartidores in-
1974, 106).
Jaguaribe anota que la principal
6
Esta idea de fuerza profunda o ten-
dencia, como la llamó Puig, fue toma-
permisividad internacional para da tanto por este como por Jaguaribe
estos países se da cuando “sus ne- de las obras de Pierre Renouvin y Jean
cesidades de capital chocan con su Baptiste Duroselle, quienes plantean:
necesidad de afirmación y consoli- “Las iniciativas de los estadistas que-
dan determinadas, en gran medida,
dación nacional” (Jaguaribe, 1973, por fuerzas profundas, es decir, la
54). Bologna rescata la necesidad de influencia de las masas”. Así, este
una estrategia común, pues “tiende accionar de los gobiernos se explicaba
al aumento de la capacidad nego- tanto por las condiciones económicas
como por los sentimientos y pasiones
ciadora del sur frente al norte, es
colectivas (Duroselle, 1991, 128).

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

feriores, que son los gobiernos que nio. La prohibición del uso de la
siguen las decisiones macro, pero fuerza para potencias medianas y
con algunos márgenes de maniobra pequeñas depende de los criterios
y ajustes de ellas, y los recipienda- del bloque y el interés de las super-
rios, que es el resto de la población potencias. Si está de acuerdo, está
del planeta (Puig, 1980, 145). autorizado. Si no, está prohibido
El régimen internacional se arti- (Puig, 1984b, I, 39-110).
culaba según los siguientes criterios: Además de estos criterios, en
la posesión de armas de destruc- Puig se establecen categorías de
ción masiva, la impermeabilidad dependencia y autonomía:
interbloque, la autonomización
intrabloque, la ruptura estratégica, * Dependencia paracolonial: las
la permeabilidad extrabloque y la élites que conducen un Estado
prohibición del uso de la fuerza periférico se consideran un
para las potencias medianas y pe- apéndice político, económico e
queñas. ideológico de la metrópoli.
La posesión de armas de des- * Dependencia racionalizada: las
trucción masiva era el criterio que élites tienen un proyecto nacio-
ordenaba el sistema internacional. nal, pero dependiente del centro.
Las naciones poseedoras de armas * Autonomía heterodoxa: la élite
nucleares están en el centro de las autonomista no cruza los in-
decisiones. La impermeabilidad tereses estratégicos de la gran
interbloque era el acuerdo entre potencia, pero sus expectati-
las superpotencias, que todo lo que vas y proyectos pueden, o no,
ocurre dentro de su área no se verá coincidir con los deseos de la
influido por el otro. La autonomi- metrópoli. En su accionar toma
zación es el aumento de la “libertad en cuenta cuando están en juego
de acción” por parte de los socios los intereses de la metrópoli o
menores de la coalición, proceso en del bloque.
el cual los actores nacionales ajus- * Autonomía secesionista: Es la
tan sus intenciones a una ecuación ruptura con la potencia hege-
entre el nivel actual de la autonomía mónica. No es recomendable,
y de su alcance potencial. La ruptu- ya que implica una superación
ra estratégica es cuando el Estado de las capacidades nacionales,
periférico decide cortar lazos con el causando problemas de política
gran poder. La permeabilidad extra- interior y exterior (Puig, 1984,
bloque es comprender el proceso de I, 74-79).
descolonización y el surgimiento de
nuevos Estados y la disputa entre Como se observa, el rol de las
las superpotencias por su domi- élites resulta fundamental en este

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

proceso, pero como ha notado emanadas de los centros de poder


Raúl Bernal Meza, el tránsito de la mundial y, por ello, se alega que, en
“dependencia” a la “autonomía” vez de políticas autonomizantes (y,
podría producirse solo en la medida en esta narrativa, aislacionistas), lo
en que los países avancen en mate- que se debe hacer es participar en
ria de viabilidad nacional” (Bernal la construcción de regímenes inter-
Meza, 2013). Este último concepto nacionales (o si se prefiere la expre-
desarrollado por Jaguaribe resulta sión de mayor uso en las décadas
el elemento articulador de ambas recientes, en la gobernanza global).
concepciones, además de que son No obstante, en el autonomismo
dinámicos y no estáticos. clásico de Puig y Jaguaribe esto
Ahora bien, algunas de estas siempre estuvo presente. El caso
premisas suelen ser rechazadas. Por de Puig es relevante, pues debido
ejemplo, la idea de un proceso de a su trayectoria como especialista
autonomización (y la autonomía en derecho internacional público,
en sí) se suelen asociar a prácticas siempre asoció su idea de auto-
aislacionistas. Autonomía sería nomía con la construcción de un
casi sinónimo de aislacionismo. orden jurídico global. No obstante,
Sin embargo, esto es bastante dis- para Puig el sur debía ser actor en
cutible. En la noción de autonomía la construcción de ese orden global
de Puig y Jaguaribe se promueven y no simple receptor de normas,
políticas proactivas para aprove- como se expresa, por ejemplo, en
char la permisibilidad del sistema su apoyo a las propuestas de nuevo
internacional. En este sentido, en orden económico internacional en
el autonomismo no se descarta una boga en la década de 1970.
inserción en el mundo (como en el
plano económico tampoco lo des-
carta el estructuralismo cepalista), 5. El régimen
pero no se trata de cualquier inser- internacional y
ción que permita incrementar los estratificación
márgenes de maniobra de los países
de sur. Así, se puede argumentar que En esta sección se analiza cuáles
no puede existir autonomía sin in- son las características del régimen
serción, pero puede haber inserción internacional puigiano, y si está
sin autonomía y era justamente esto circunscrito o es capaz de superar
último lo que Puig y Jaguaribe re- la fase histórica de su creación.
chazaban. Se argumenta, entonces, Puig y Jaguaribe entienden el
que el proceso de globalización no orden internacional (o régimen in-
permite al Sur Global optar, sino ternacional, en palabras de Puig) de
que termina por aceptar las normas la Guerra Fría en dos planos: entre

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

las superpotencias y entre el centro reparto —impuestos, aceptados o


y periferia. Si se acepta esta premisa, surgidos espontáneamente— que
los sucesos acaecidos a fines de los rigen las conductas de quienes
años ochenta y principios de los no- integran el grupo, en este caso, la
venta del pasado siglo terminaron comunidad internacional” (Puig,
con el conflicto Este-Oeste entre 1986, 54). El primero de esos ele-
las superpotencias, pero de ningún mentos, la división de funciones,
modo con la división Norte-Sur. llevó a Puig, influenciado por Wer-
Para autores como Raúl Bernal ner Goldschmidt, a caracterizar a
Meza, “los lazos de dominación-de- los actores internacionales en tres
pendencia se han modificado en su grupos: los repartidores supremos,
ethos —en su apariencia—, bajo las los repartidores inferiores y los
lógicas que impone la dominación recipendiarios (Puig, 1980, 141).
sobre las estructuras internaciona- Esta normatización del régimen
les (incluyendo el control de los or- internacional realizada por Puig se
ganismos internacionales, Consejo puede identificar como una forma
de Seguridad, Fondo Monetario In- de funcionamiento del sistema que
ternacional —FMI—, Organización se articula según ciertos criterios
Mundial de Comercio —OMC—, que lo alejan de la percepción del
etc.) y de la (casi) absoluta prima- estado de naturaleza. Como ya
cía científico-tecnológica; pero, a se indicó, estos lineamientos son
través de estas mismas lógicas, esos la posesión de armas de destruc-
lazos se han profundizado” (Bernal ción masiva, la impermeabilidad
Meza, 2013, 50). En otras palabras, interbloque, la autonomización
la confrontación Norte-Sur tiene intrabloque, la ruptura estratégica,
tanta relevancia en la actualidad la permeabilidad extrabloque y la
como en el escenario internacional prohibición del uso de la fuerza
anterior. para las potencias medianas y pe-
Para los autonomistas, el fun- queñas. Estas premisas merecen ser
cionamiento del sistema interna- reconsideradas, pues Puig las elabo-
cional, a diferencia de la percepción ró para describir más la dimensión
realista, se basa, por un lado, en del conflicto Este-Oeste del sistema
la existencia de una división de internacional, ya no existente. Es
tareas y, por otra, en la existen- necesario problematizar estas pre-
cia de un régimen que guía su misas para adaptarlas a un sistema
actividad. El funcionamiento del internacional signado mayormente
régimen internacional, “como en por la división Norte-Sur.
cualquier grupo humano —macro La posesión de armas nucleares
o micro—”, posee una división de es un rasgo central de la explicación
funciones “y criterios supremos de del sistema internacional, en la cual

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

coinciden Puig y Jaguaribe. Era “un Rusia y el grupo Shanghai, o los


criterio supremo de reparto de ca- Brics, por el otro.
rácter dinámico”, ya que le garanti- También es válido preguntarse:
zaba lo que Jaguaribe denominaba ¿en una relación Norte-Sur (que es
la inexpugnabilidad territorial, la que existe en la actualidad) la
pero también tenía otra dimensión, condición de repartidor supremo
pues al permitir a los repartidores la puede otorgar solo la posesión
supremos promover tratados de de armas nucleares? ¿No existen
desnuclearización, le reconocía el otros factores que en el mundo post
derecho de diseñar una “forma de Guerra Fría son necesarios para ser
gobierno” del mundo bipolar (Puig, repartidor supremo?
1984b, I, 40-41). Esto se relaciona La realidad es que la preocu-
más con una relación de subordi- pación, por parte de los países
nación de un orden Norte-Sur que dominantes, por el control nuclear
con el conflicto Este-Oeste, ya que continúa presente. Aunque no se la
ambas superpotencias se encargan percibe como un criterio “supre-
de impedir su proliferación que mo”, es aún importante para las
diluye su poder. potencias globales, como se observa
Los aportes de Puig y Jaguaribe tanto en enfoques teóricos de rea-
continúan siendo útiles para expli- listas estructurales, como Krasner
car las relaciones Norte-Sur. Ahora (1989), o neoconservadores, como
bien, buena parte de esas relaciones Krauthammer (1990). El despliegue
en la época de la Guerra Fría esta- de acciones tendientes a impedir
ban de alguna forma condicionadas el desarrollo nuclear de varios
por el conflicto Este-Oeste, y ello países periféricos (India, Pakistán,
explica la idea de impermeabilidad en décadas previas, o Irán y Corea
de bloques en el marco explica- del Norte, en la actualidad) o la
tivo de Puig. Por ello, es legítimo reinterpretación de los alcances
preguntarse si debido al fin del del Tratado de No Proliferación
conflicto Este-Oeste, la categoría Nuclear, evidencia que aunque no
impermeabilidad de bloque tiene sea el único criterio supremo, es aún
relevancia. ¿Si no existe un conflic- crucial en el régimen internacional
to Este-Oeste, no hay bloques ni actual.
impermeabilidad de bloques? La En otras palabras, la posesión
respuesta es que aún cuando en el de armas nucleares sigue siendo un
mundo de la post Guerra Fría no factor crucial en el orden interna-
existen bloques rígidos, sí “blo- cional, que en la perspectiva de Puig
ques flexibles”, Estados Unidos y y Jaguaribe dista de ser anárquico.
la OTAN, y por otro lado, China, La primacía general o condición de

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

repartidor supremo sigue, en buena Rusia, aunque tiene un enorme


medida, relacionada a la posesión arsenal nuclear, no se considera un
de armas nucleares, que es crucial repartidor supremo ni un país que
en la “inexpugnabilidad” territorial. ejerza la primacía general. Este rol
Los repartidores inferiores o los se asigna a Estados Unidos y apenas
países que ejercen primacía regio- China ha surgido como un posible
nal, en gran medida, deben su esta- candidato para compartir ese esta-
tus a la tenencia de armas nucleares. tus con Washington.
Así, la invasión de Kuwait por Irak, En consecuencia, la posesión de
en 1990, condujo a la formación de armas nucleares no es el único cri-
una coalición internacional para terio para garantizar la supremacía
expulsarlo de ese territorio, pero en el sistema internacional. Esto era
ninguna potencia global se planteó reconocido por el mismo Jaguaribe,
hacer algo similar cuando Rusia se que por ello atribuía la supremacía
anexó Crimea, en 2014. general no solo por poseer armas
Ahora bien, aunque la posesión nucleares, sino por “el ejercicio
de armas nucleares y la “inexpugna- de una preponderancia mundial
bilidad” territorial que ella genera generalizada”. Esto significa que
es una variable para determinar el además de las armas nucleares,
rol de repartidor supremo o prima- otros aspectos como el tamaño de
cía general, no es suficiente. Por un sus economías, control de las tec-
lado, la idea de inexpugnabilidad nologías de punta o la hegemonía
del territorio debe ser relativizada, en la difusión de capital cultural,
pues —por ejemplo— los ataques inciden en la posición de primacía.
terroristas del 11 de septiembre de La impermeabilidad interblo-
2001, en Estados Unidos, probaron que, otro de los criterios propuestos
la poca utilidad de las normas nu- por Puig, se sustentó en el acuerdo
cleares para evitarlos. Por otro lado, de Yalta e implica que “cada una
se puede plantear una suerte de vín- de las potencias comandaría un
culo, hasta ahora inexistente o poco bloque, y que los bloques serían
desarrollado, entre la Escuela de la impermeables [...] [es decir], no
Autonomía y la economía política estarían sometidos a la posibilidad
internacional. En el mundo actual, de injerencias externas, tanto del
el tener una posición de liderazgo otro bloque cuanto del organis-
en la economía mundial, en térmi- mo mundial de seguridad” (Puig,
nos de participación en el comercio 1984b, I, 579).
global, las finanzas internacionales El sistema internacional durante
y en el control de las mayores in- la Guerra Fría tuvo dos caracte-
novaciones tecnológicas, es crucial rísticas: era bipolar y con alianzas
para ejercer la primacía. Por ello, rígidas. Por ello, las superpotencias

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

harían lo que fuera necesario para durante la Guerra Fría y los bloques
sustentar estos caracteres, incluso rígidos que la caracterizaban.
una acción contra el otro bloque Otro criterio en el marco expli-
en defensa del principio de no cativo autonomista es la permea-
intervención 7. Este concepto de bilidad extrabloque, que estuvo
impermeabilidad interbloque se reservada, en la visión de Puig, a la
vería jaqueado por el pasaje de disputa de las superpotencias por
un escenario bipolar al momento el dominio de los nuevos Estados
unipolar primero y al multipolar descolonizados de Asia y África,
más recientemente. La idea de la que podría desestabilizar aquel
permeabilidad de los bloques se régimen internacional. Obviamente,
relativiza. Si lo que existen son en la actualidad no existen bloques
“bloques flexibles”, no se excluye en confrontación ideológica, pero
la necesidad de formar asociaciones sí potencias emergentes que par-
entre Estados fuertes y débiles, lo ticipan en bloques flexibles, que
que se debe analizar respecto de están adquiriendo protagonismo en
un posible mayor aumento de la áreas de influencia de las potencias
zona de permisividad. Este es el tradicionales. Este es el caso del
caso de participación de Brasil, país ascenso de China y el incremento
tradicionalmente aliado de Estados de su influencia en algunos de estos
Unidos, pero que participa en los espacios, por ejemplo en África o
Brics, un esquema de cooperación América Latina, zonas de influencia
entre países emergentes que aspira tradicional de Europa Occidental y
a tener influencia en la construcción Estados Unidos.
de las normas e instituciones inter- El criterio de la ruptura estra-
nacionales. Otro caso es el acerca- tégica es una decisión de las élites
miento de Venezuela durante la era que agota las capacidades del
de Hugo Chávez a China, Rusia o Estado-nación, ya que lo ponen
Irán, algo ciertamente impensable ante objetivos que no puede cum-
plir. Por ello, Puig pensaba que
7
Nótese la semejanza de esta caracte-
no era recomendable promoverla
rística, con el criterio de “doble cár- en un escenario bipolar rígido. Se
cel” de la Guerra Fría hecha por las debería explorar cuáles serían las
perspectivas críticas (Halliday, 2002). consecuencias actuales, cuando
Se entiende por “doble cárcel” la si-
se observan intentos de ruptura
tuación en la cual cada superpotencia
tiene la capacidad y la legitimidad de estratégica en países como Bolivia,
ordenar su bloque como un carcelero. Nicaragua y Venezuela. Ahora bien,
Cada bloque es una prisión para las su valor como categoría explicativa
naciones subordinadas y su existencia en el proceso de autonomización
estaría garantizada por un acuerdo
entre ambas. sigue siendo válido.

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Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

El último criterio obedece a la lakatiano del término. Es por ello


aplicación de la prohibición del que este trabajo se refiere a una
uso de la fuerza para los Estados Escuela de la Autonomía, en la cual
medianos y pequeños, con algunas se aglutinan las ideas comunes de
excepciones, en particular aquellos Puig y Jaguaribe. Por ejemplo, la
Estados que por su posicionamiento versión periférica del primero y la
internacional pueden hacer uso de heterodoxa del segundo son muy
ellas, gracias al apoyo de su bloque, similares, o la confluencia en el cri-
el cual aprovecha las contradic- terio de viabilidad requeridos por
ciones e inexactitudes entre los ambos autores para alcanzar un
principios y las normas del derecho proceso de autonomización. Esto
internacional (Puig, 1984a). En este no implica que existan diferencias
caso no ha habido cambios, ya que entre ellos, pues mientras para
continúa vigente una multiplicidad el brasileño la cohesión interna
de ejemplos de ello en la situación estaba dada por el desarrollo de
en el Irak de Saddam Hussein, y la las sociedades, para Puig la lucha
Yugoslavia de Slobodan Miloševic, política entre la élite dependentista
entre otros ejemplos. y la autonómica resultan centrales
en sus análisis. Sin embargo, incluso
en este aspecto, ambos coinciden en
Conclusiones la importancia del sistema político
doméstico en la determinación de
En este trabajo se afirma que la conducta internacional de los
las propuestas de Juan Carlos Puig Estados. De igual manera, a pesar
y Helio Jaguaribe constituyen un de utilizar nomenclaturas diversas
aporte original de América Latina para describir los regímenes inter-
a los debates de la disciplina de las nacionales en el marco de la Guerra
relaciones internacionales, con un Fría, lo cierto es que la cuestión de
valor similar al que pueda tener la asimetría entre los poderosos del
el estructuralismo de la Cepal y la sistema y los países candidatos a la
Escuela de la Dependencia. autonomía ocupan un lugar central
Estos autores no elaboraron de sus análisis en los aportes de Puig
de forma conjunta sus ideas so- y Jaguaribe, que —por lo tanto—
bre autonomía, aunque pudiera se puede aplicar a muchos tipos de
existir algún contacto entre ellos. escenario.
A pesar de ello, Jaguaribe tiene Sin embargo, sus orígenes en
muchos puntos de encuentro con Argentina y Brasil convirtieron al
Puig, que permiten catalogarlos autonomismo esencialmente en un
como parte de un proyecto simi- aporte del Cono Sur, que aunque
lar de investigación, en el sentido tuvo desarrollos en Colombia y

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José Briceño y Alejandro Simonoff
La Escuela de la Autonomía, América Latina y la Teoría de las Relaciones Internacionales

Venezuela (especialmente durante Las propuestas sobre autonomía


el exilio de Puig en este país), no se desarrolladas por Jaguaribe y Puig
logró arraigar en América Central, aparecen en la década de 1970 en el
el Caribe y México. A pesar de Cono Sur de América, producto de
ello, la idea de la autonomía ha los debates internacionales (crítica
estado presente en los debates sobre al realismo clásico, surgimiento de
política exterior e incluso sobre la Escuela de la Interdependencia y
regionalismo e integración regio- la posterior reacción neorrealista)
nal, y ha sufrido transformaciones y latinoamericanos (crisis del cepa-
y revisiones que le han permitido lismo y los debates sobre la depen-
mantenerse visible en las discusio- dencia), y esos elementos de unidad
nes de la disciplina de las relaciones espacial y temporal preanuncian un
internacionales en América Latina. amplio abanico de discusiones futu-
La invisibilidad en los centros ras como, por ejemplo, la relación
académicos del mundo desarro- de la autonomía con el realismo,
llado en la producción teórica de más como una cuestión filosófica
las relaciones internacionales de que metodológica, como muchos
la periferia, en general, y América de sus críticos le endilgan.
Latina, en particular, resulta evi- En el contexto latinoamericano,
dente. La Escuela de la Periferia no mientras la teoría cepalista conside-
ha escapado de esta realidad. Una ra la idea de autonomía como una
de las principales razones proviene de las bases para generar un mo-
de la concepción del campo dis- delo de inserción de la periferia en
ciplinar como “una ciencia social el esquema capitalista global, con
norteamericana”, desconociendo competitividad y desarrollo social,
otras fuentes y tradiciones. Por la teoría de la dependencia, debido
ello, no es posible reevaluar el au- a sus propuestas de ruptura radical,
tonomismo al margen de un debate ya sea promovida por el Estado o
mayor, que plantee la necesidad de por los movimientos sociales, la
un diálogo y mutuo reconocimiento descarta.
entre los aportes de las corrientes Estos encuentros y distancia-
principales y aquellas originadas miento con el realismo, la inter-
en el Sur Global. No se trata de una dependencia, el cepalismo y el
hibridación acrítica o mimetización dependentismo marcan el campo en
de doctrinas o aportes de enfoques el cual Puig y Jaguaribe desarrollan
del centro, sino reconocer la origi- la teoría autonómica. Esto ha con-
nalidad de las contribuciones de la ducido a describir el autonomismo
periferia y su valor explicativo del como una expresión de hibridez
sistema internacional. conceptual, pero en este trabajo se
ha problematizado este argumento.

83
Estudios Internacionales 186 (2017) • Universidad de Chile

Aunque es innegable que la obra de producción de conocimiento factual


Puig y Jaguaribe se alimentó de una y analítico.
diversidad de fuentes que permiten En este trabajo también se dis-
describirla como un ejemplo de cute la vigencia como categoría
hibridez, este carácter híbrido del analítica del autonomismo y, al res-
pensamiento autonomista no debe pecto, se observa una continuidad y
tomarse como una falta de origi- validez de muchas de sus premisas
nalidad, ni como una asimilación y se realiza un planteo de rescatar
pasiva de los conceptos elaborados muchos aspectos y redefinir temas
en el centro, sino como su disolu- como la construcción y contenido
ción y reconversión de algunos de del poder en el sistema internacio-
los supuestos enfoques teóricos en nal o el nuevo papel que la integra-
los cuales originalmente se pudiese ción regional tiene en el proceso
haber inspirado. Es una hibridación de autonomización, entre otros. Se
que diluye, invierte y, en cierta for- observan, además, propuestas como
ma, diluye el canon. la existencia de un régimen inter-
Otra de las cuestiones que se ha nacional jerárquico o estratificado,
examinado en este trabajo ha sido que rechaza el supuesto realista de
el concepto de “primacía de la prác- anarquía, y tiene un grado suficien-
tica”, para evitar que sea entendido te de abstracción que le permite
como una forma de deslegitimar la mantener un valor explicativo del
pertenencia del autonomismo al sistema internacional.
ámbito de conocimiento científico Las investigaciones de Jaguaribe
y asimilarlo a la práctica política. Al y Puig plantean un amplio abanico
respecto, se debe señalar que desde de propuestas sobre la estructura
su origen, aceptado en 1919, la y el funcionamiento del sistema
disciplina de relaciones internacio- internacional, cuya originalidad las
nales fue concebida no solo como convierte en un aporte latinoameri-
una búsqueda de la comprensión cano que aún tiene el potencial de
del funcionamiento del sistema “viajar” más allá de América del
mundial, sino también como un ins- Sur y ser objeto de un continuado
trumento para manejarse dentro de estudio y debate en los diversos cen-
él. Esta ambigüedad constitutiva se tros académicos de nuestra región
presenta tanto en el mundo anglo- y más allá de ella.
sajón y Europa continental como
en el resto del planeta, y no solo
es una falencia de estos últimos. Bibliografía
Asumiendo esta ambigüedad, se
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