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Historia de una escalera, escrita por Buero Vallejo en 1947 y Premio Lope de Vega en 1949,
está inscrita dentro del llamado teatro existencialista. Este teatro refleja un realismo crítico no
costumbrista en el que se pueden apreciar asuntos como la denuncia de la injusticia, el
inconformismo ante un mundo hostil, el sufrimiento de las gentes, la búsqueda de la verdad, la
lucha por la libertad…
Sin embargo, lo más importante del teatro de Buero, es que recobra el concepto fundamental
de la tragedia clásica: el espectador toma conciencia de lo que vive y, además, debe aportar
una solución personal al conflicto planteado.
Buero comparte con autores como Alfonso Sastre el panorama dramático español en los años
50 y posteriores. Los 50 supusieron para ambos muchas renuncias tanto en los temas como en
las formas y se vieron obligados a sortear la censura de muy diversas maneras; Buero, por
ejemplo, utilizó en diversas ocasiones los acontecimientos de la historia de España en sus
distintas etapas para centrar los temas que planteaba.
Historia de un una escalera representa la convivencia diaria de cuatro familias que viven en el
quinto piso de una "modesta casa de vecindad" durante casi treinta años.
En la puerta 1 viven la señora Generosa con su marido, el señor Gregorio, y sus hijos, Carmina
y Pepe. En la puerta 2, don Manuel, hombre con una buena posición económica y su hija Elvira.
En la puerta 3, la señora Paca, con su marido el señor Juan, y sus hijos Urbano, Rosa y Trini.
En la puerta 4, doña Asunción y su hijo Fernando.
SEGUNDO ACTO: Fernando y Elvira ya están casados y tienen un hijo. Elvira ha perdido
toda la ilusión por su marido y le reprocha que no haya llegado a nada en la vida. Rosa y
Pepe viven juntos, pero ella es profundamente desgraciada. Asistimos al entierro del señor
Gregorio y a la declaración amorosa de Urbano y Carmina. Esta acepta más por
agradecimiento que por amor.
TERCER ACTO: Generosa y el señor Juan han muerto y la señora Paca es ya una viejecita
que se queja de su fatiga y soledad. Urbano y Carmina ya están casados, (aunque su
matrimonio ha sido un fracaso), y tienen una hija de 18 años, Carmina.
Las relaciones de Urbano y Carmina con Fernando y Elvira son muy tensas. Estos últimos
viven ahora en la penuria y no pueden comprar pasteles a su segundo hijo, Manolín.
Rosa ha abandonado a Pepe y vive con su madre y su hermana Trini, a la que está muy
unida. Carmina hija y Fernando hijo, están enamorados, pero sus padres se oponen a esta
relación. La obra termina con la declaración de los jóvenes que quieren luchar por su
amor.
- Tiempo transcurrido: diez años entre el primer y el segundo acto y veinte entre el
segundo y el tercero.
- Simetría entre el comienzo y el final de la historia.
- Concepción de lo viejo ¿Cómo algo desechable?
- La escalera (el espacio) es la verdadera protagonista. Simbolismo del espacio que
impide crecer y evolucionar al resto de los personajes.
- Frustración de los personajes porque nadie logra sus objetivos.
- Único espacio y única acción pero varía el tiempo = variación de la regla aristotélica.
- Sabiduría popular = metáfora de “la lechera”.
- Sentimientos encontrados entre los personajes: amor/rencor.
- Fernando (hijo) y Carmina (hija) se aman. Sus familias están enfrentadas: ¿Romeo y
Julieta?
- Diferentes perspectivas ante la vida y el mundo laboral:
o Urbano trabaja en grupo,
o Fernando trabaja individualmente,
o Pepe muestra su holgazanería viviendo de las mujeres.
- Miedo a la soledad, se reagrupan sin sentimientos (Urbano y Carmina)
- Fatalidad del destino e inacción de los personajes.
- “El casinillo”, lugar reservado a la ilusión y las esperanzas aunque perteneciente a la
escalera.