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INFORMATICA JURIDICA

MODULO 1
Informática: concepto
LECCIÓN 1 de 7

Mario Desbordes se levanta muy temprano por las mañanas y antes de ir a su trabajo sale a correr con su Apple
Watch. Mario es corredor inmobiliario y tiene una oficina en la que junto a sus socios se dividen el trabajo en diversas
áreas, dependiendo la tarea de cada uno. Mario, mientras desayuna, revisa las noticias importantes en su teléfono.
Para ello accede a los diarios más leídos de la ciudad y el país porque le gusta estar informado de lo que acontece
aquí y en el mundo. Llegando a la inmobiliaria lo primero que hace es encender su notebook para revisar la
mensajería. Luego aprovecha para ingresar a su homebanking y hacer unas transferencias que tiene pendientes.
Mientras tanto, le pide a su secretaria que ingrese al sistema de gestión de la inmobiliaria donde tienen ordenado y
organizado el trabajo para que le informe si tiene agendadas consultas o reuniones. La mañana parece tranquila por
lo que Mario aprovecha para retuitear información del Colegio Profesional de Inmobiliarios de Córdoba y revisar
Facebook. Luego visita Mercado Libre y OLX ya que quiere comprar una bicicleta fija. Allí puede comparar precios y
modelos. ¡Encontró la bicicleta que estaba buscando! Mario le envía un Whatsapp a su esposa comentándole el
precio de la bicicleta y una foto para que vea si le gusta. ¡Le encantó! Así que decidieron comprarla a la tarde, cuando
Mario regrese a casa.
En esta historia podemos ver conceptos como tecnología, información, computadora, sitios web, redes sociales,
etcétera.
“Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. La gente se acostumbra fácilmente a
lo que parece magia, sin preocuparse por entender cómo funciona” (Clarke, 1973). Con esta frase queremos decir
que las computadoras administran la información por nosotros. No sabemos cómo, solo lo hacen y muy bien. Y,
desde luego, nos acostumbramos a ello porque nos facilitan el día a día.
Según la Real Academia Española, la informática es el “Conjunto de conocimientos científicos y técnicas que hacen
posible el tratamiento automático de la información por medio de computadoras” (Real Academia Española, 2014b,
https://goo.gl/7p3hzQ). Otra definición de informática establece que “es el conjunto de técnicas destinadas al
tratamiento lógico y automatizado de la información” (Flores Salgado, 2014, p. 39).
¿Sabes de dónde surge la palabra informática? El ingeniero francés Philippe Dreyfus, hacia el año 1962, puso en uso
la expresión en francés informatique, conformada por los términos information y automatique, que en español leemos
como “información” y “automática”. Estos dos términos son los que Dreyfus, utilizando la acronimia, unió para formar
la palabra que hoy todos conocemos como informática.
De las definiciones establecidas podemos extraer tres elementos indispensables que forman parte del concepto, los
cuales se deben tener en mente cada vez que mencionemos la palabra informática en esta materia:
 tratamiento automático;
 información;
 por medio de ordenadores.

Informática: producto cultural globalizador


LECCIÓN 2 de 7
La informática es un concepto que ha aparecido en nuestras vidas y se ha convertido en una herramienta más para
poder trabajar. En la actualidad acabó siendo casi imprescindible en la labor profesional.
Hoy vivimos en un mundo globalizado y, como sociedad, compartimos diferentes aspectos: avances, descubrimientos
científicos, vacunas que curan enfermedades, información; en suma, conocimiento. Para satisfacer las necesidades
del hombre, los países han desarrollado tecnología de punta con el fin de mejorar el estándar de vida de sus
habitantes. Sin embargo, no todos los países logran avanzar al mismo tiempo en el desarrollo y uso de estas
herramientas porque, como es lógico, las sociedades no son idénticas en cada lugar del planeta ni en cada momento
de la historia.
La tecnología avanza pero el acceso a ella no es homogéneo, por lo tanto genera desigualdades. Pese a estas
diferencias, podemos establecer que el avance de la tecnología impacta y transforma las sociedades, a cada persona
en su vida cotidiana, a las industrias en los procesos productivos, a las empresas en las nuevas formas de
comercializar sus productos, al conocimiento y la información a los que cada individuo puede acceder en cualquier
punto del planeta; en suma, a gobiernos, instituciones, la economía, el derecho, el arte y la cultura. Todos los ámbitos
de la sociedad hoy se encuentran atravesados por este fenómeno. Por otro lado, es de suma importancia la conexión
que genera el uso de la tecnología y, sobre todo, el intercambio de información entre los habitantes que compartimos
este planeta Tierra.

Ventajas en el uso diario



Es común oír hablar de revolución tecnológica y de cómo la utilización de diferentes aparatos y dispositivos han
facilitado nuestra vida diaria. Quedaron atrás los relojes despertadores, las agendas de bolsillo, los calendarios.
Todos experimentamos los beneficios que trae nuestra computadora, tablet o teléfono inteligente: despertarnos, leer
periódicos, enterarnos de una reunión importante, informarnos sobre el clima, poder bajar aplicaciones que nos
ayudan en el deporte, escuchar música, ver videos, hablar con amigos, mandar mensajes, imprimir objetos en 3D y,
para los más ociosos, hasta pasar tiempo en juegos de distracción. Diccionario y traductor de idiomas, convertidor de
monedas, cotizaciones en bolsa son más herramientas que nos facilitan el día a día. Incluso podemos realizar
movimientos bancarios sin tener que acudir personalmente al banco y pagar cuentas sin hacer filas interminables. En
la historia narrada al comienzo de la lectura podemos ver que Mario Desbordes utiliza la tecnología a la hora de salir
a correr, para leer información, para comunicarse, para buscar datos y para comprar.

Ventajas en las industrias



Para las industrias, los avances tampoco son indiferentes, ya que los sistemas productivos y el comercio también
debieron adaptarse a estos nuevos desafíos. Esto logró que las empresas innoven de manera continua en los
procesos productivos, diseños y nuevas formas de comercializar sus productos que compiten en un mercado de
consumo cada vez más exigente. Como vimos en el caso dado, fue necesario que los comercios se adapten para
ofrecer sus productos, como la bicicleta fija que buscaba Mario, a través de páginas y venta online.

Ventajas en el intercambio de la información



Es importante que nos detengamos a analizar este aspecto. Hace tiempo que los medios masivos de comunicación
han experimentado un crecimiento exponencial y se han desarrollado nuevos medios que permiten y facilitan tanto la
comunicación como la difusión de la información. Hoy, de manera instantánea, todos podemos conocer, en el mismo
momento, un acontecimiento ocurrido en algún lugar remoto del planeta: un terremoto en una isla del océano
Pacífico, un ataque terrorista, la elección del presidente de un país importante, huelgas y marchas públicas
solicitando reivindicación de derechos; la lista es infinita.
Por último, el acceso a la información a un costo muy bajo permite el almacenamiento y manejo de datos. Como
veremos más adelante, a través de la utilización de distintas plataformas, tanto el Estado como las instituciones y
reparticiones públicas, las empresas y cada profesional en el ejercicio de su labor diaria pueden hacer uso de ellas y,
de ese modo, acceder de manera fácil a las bases de datos que se requieran.

Informática jurídica y derecho informático


LECCIÓN 3 de 7
Si bien las relaciones que existen entre la informática jurídica y el derecho informático serán tratadas en el apartado
siguiente, es necesario aproximarnos a los términos enunciados.
Cuando hablamos de derecho informático y de informática jurídica, ¿estamos hablando de ciencias? Si vamos a la
definición de ciencia, el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española define ciencia como:
1
1
Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y
de los que se deducen principios y leyes con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente. // 2. Saber o
erudición. // 3. Habilidad, maestría, conjunto de conocimientos en cualquier cosa

Frente a esta definición, no podemos poner en duda que tanto el derecho informático como la informática jurídica son
verdaderas ciencias, por sus principios, normas y métodos de estudio. Si bien cada una, en su ámbito, se desarrolla
de manera independiente, a los fines de este estudio nos interesa ver la interrelación entre ambas ciencias.
Siguiendo con el análisis de los términos, la informática jurídica estudia las herramientas o dispositivos electrónicos
aplicados al derecho. A su vez, el derecho informático en tanto ciencia, a través de un conjunto de normas y
principios, regula todas las relaciones jurídicas nacidas alrededor de la informática y también da el marco jurídico de
solución a los múltiples problemas que se pueden presentar a raíz del uso de las nuevas tecnologías.

Diferencias entre el derecho informático y la informática jurídica


LECCIÓN 4 de 7
¿Por qué es necesario que encontremos las diferencias entre ambos? Para no confundir los conceptos. Entonces
vamos a ver que el derecho informático ha sido definido de diversas maneras. Una de ellas es describirlo como un
conjunto de normas y principios que dan el marco jurídico para regular todo lo relativo a los efectos jurídicos que se
originan a partir de la relación existente entre la informática y el derecho.
Al derecho informático también se lo ha denominado: derecho telemático, derecho de las nuevas tecnologías,
derecho iuscibernético, etcétera.
Muchos consideran al derecho informático como un punto de quiebre del derecho, ya que los cambios que ha traído
aparejado el uso de nuevas tecnologías impactaron en la sociedad, los sistemas políticos y los jurídicos, que
debieron acompañar esas transformaciones.
Es aquí donde hace su aparición el derecho informático, no tanto como una rama, sino como un cambio:

El Derecho Informático no puede, aunque deseara, formar parte de los departamentos jurídicos o de normatividad
tradicionales, debido a las destacadas diferencias que a continuación se describen como particularidades de la
materia, para realmente ser eficaz:
1
1-Su cronología de acción actúa antes de que ocurra el derecho vigente, en la presente etapa.
2
2-Su campo de investigación es internacional en la búsqueda de consensos aplicables en interacción con otros
países y respetuoso, también, de leyes nacionales.
3
3-Su herramienta principal es el estudio de Derecho Comparado.
4
4-Sus fuentes de información generalmente no pueden ser los libros, porque su investigación se sitúa antes de que
estos sean publicados. La mayoría de las veces serán sus fuentes de información las revistas especializadas o los
documentos y memorias de los congresos en materia de Derecho Informático.
5
5-Su medio de conseguir información es siempre desarrollado con el manejo de otros idiomas además del español,
debido a la cantidad necesaria de publicaciones leídas, para poder llegar a conclusiones sabias.
6
6-Lo que busca el Derecho Informático es el diseño y justificación de estructuras nuevas o corregir las ya existentes
sobre los principios particulares de la constitución del país que se trate.
7
7-Sus metas se encausarán, además de hacer que se expresen en un dinamismo jurídico posible, también a
provocar FIABILIDAD en la estructura que se proponga o se corrija.
8
8-Sus fines serán siempre de orden público y de interés social.

Derecho e informática
LECCIÓN 1 de 5
Mario Desbordes es corredor inmobiliario, MP 1412, matriculado en el Colegio Profesional de Inmobiliarios de
Córdoba hace 3 años. Egresó de la Universidad Siglo 21 y aún conserva algunas amistades que formó durante el
cursado de la carrera. Cuando se reúnen a comer un asado todavía recuerdan sus épocas estudiantiles, cuando
debían acceder a diversas plataformas como Ley Online o Lexis Nexis para buscar las leyes que debían conocer y
estudiar para aprobar las materias. También recuerdan que debían buscar jurisprudencia acerca del ejercicio ilegal
de la profesión cuando se reportan denuncias sobre agentes inmobiliarios que no cuentan con matrícula profesional.
Para ello con frecuencia accedían al SAIJ (Sistema Argentino de Información Jurídica).
Desbordes logró posicionarse en el mercado inmobiliario por su seriedad y compromiso con los clientes. Se lo conoce
en el rubro porque logra intermediar entre las partes cerrando negocios de manera clara, precisa y acorde con la
normativa vigente, que consulta cuando hay modificaciones que debe conocer y para ello ingresa a Lexis Nexis.
La semana pasada Mario ha sido víctima de un ciberdelito. Una persona creó un perfil en las redes sociales Twitter e
Instagram con datos e imágenes de Mario sin su debida autorización, comportándose como si fuera Mario: opinando,
suscribiéndose a diferentes sitios y contratando. Esta situación lo afecta en forma directa, por eso Mario ya denunció
el hecho y está siendo asesorado por un equipo especializado.
En este caso están relacionados el derecho y la informática. A continuación vamos a ver por qué:

Derecho

El derecho surge como un medio para regular las conductas de los hombres que viven y conviven en una
determinada sociedad. Ese conjunto de normas, considerado ciencia, no es estático, sino que está en permanente
cambio; de manera dinámica va mutando para adaptarse a las transformaciones que experimenta una sociedad. Por
lo tanto no es igual ni en todos los lugares ni en todos los tiempos. Para el estudio que hoy nos convoca y para poder
comprender la relación existente entre el derecho y la informática, debemos tener en claro que una de esas
alteraciones sobreviene por consecuencia del impacto que la tecnología ha provocado en todos los ámbitos de la
sociedad. Hay una nueva realidad y el derecho no puede ser indiferente. Esto se ve reflejado, por ejemplo, en el
derecho penal, que ha debido regular los ciberdelitos como en el caso de Mario.

Informática jurídica

Cuando el derecho se sirve de la informática como apoyo y herramienta para el diseño de medios de compilación y
resguardo de la información, estamos frente a lo que se denomina informática jurídica. Vemos en el caso de Mario
que ingresa a plataformas como Ley Online o Lexis Nexis para buscar leyes.
Derecho de la informática

Es cuando el derecho tiene como objeto de estudio a la informática para regular todas las actividades relacionadas
con ella. Por ejemplo, los ciberdelitos o las compras online.
Para comprender mejor estas funciones, podemos ver los siguientes ejemplos: en el área legal, se maneja
información jurídica a través del uso de la computadora (base de datos, información personal, estados financieros de
una empresa, etcétera); en este caso, la informática es un instrumento del derecho. Ahora bien, si realizamos un acto
jurídico a través de la computadora, como hacer una compra online, la informática actúa como objeto de derecho
para regular esa compra.
En esta relación existente entre la informática y el derecho, volvemos al concepto de derecho de la informática. En
esta idea de que ambas ciencias se sirven o utilizan entre sí, existe una unión entre las dos, ya que la computadora,
como vimos anteriormente, es una herramienta que el jurista –en este caso– utiliza para crear bancos de datos
jurídicos y facilitar la administración de justicia. A la inversa, el uso de la computadora trae aparejado un conjunto de
situaciones que deben ser reguladas por el derecho.
El derecho de la informática es definido como “el conjunto de leyes, normas y principios aplicables a los hechos y
actos jurídicos de la informática” (Flores Salgado, 2014, p. 82).
Algunos doctrinarios, al estudiar los problemas que surgen como consecuencia del uso de las computadoras (ya sea
como medio o como fin), se refieren al derecho informático y lo definen como el conjunto de normas, doctrina y
jurisprudencia que va a establecer regulaciones, procesos, aplicaciones y relaciones jurídicas de la informática.
Esos procesos nacen por la aplicación y desarrollo de la informática, donde esta es objeto regulado por el derecho. El
derecho informático es considerado una rama del derecho que surgió por los cambios sociales que provocaron el uso
de las computadoras y los avances tecnológicos de las últimas décadas.

Derecho a la información
LECCIÓN 2 de 5
El derecho a la información forma parte del derecho natural y deriva de la garantía constitucional consagrada en
nuestra Constitución Nacional, artículo 14.
El derecho natural es una postura doctrinaria que propugna que existe un conjunto de derechos del hombre que le
corresponden por su condición de ser humano. Veamos las características de estos derechos:

Derechos naturales
 UNIVERSALES
Esos derechos tienen la característica de ser iguales para todos los hombres, lo que equivale a decir que
son universales.

 ANTERIORES
También son anteriores al derecho escrito, lo que es conocido como derecho positivo y derecho nacido de la
costumbre (un derecho nace de esa forma porque se corresponde con un acto que se repite a lo largo del tiempo y
que crea conciencia de obligatoriedad, por lo que se plasma en una norma escrita), o bien, en suma, como derecho
consuetudinario.

 INDEPENDIENTES
Se caracterizan por ser independientes al derecho escrito y al derecho de costumbre.

El derecho a la información es un bien social y jurídico. A todos nos importa porque, de este derecho, se desprenden
beneficios que impactan en la sociedad, donde no solamente existe el interés individual de cada miembro que forma
parte de ella, sino que aparecen otros valores, como el bien general. Dentro de un orden social, el ser humano en
cuanto tal goza de este derecho de manera inescindible de su condición de ser humano. Todos tenemos, por tanto, el
derecho a estar informados de lo que sucede en cualquiera de los ámbitos que rodean nuestra vida: es un derecho a
la verdad.
Como todo derecho, no es inalterable, sino que debe adaptarse a los cambios que experimenta la sociedad. Si bien
algunos doctrinarios lo consideran como un derecho individual y otros como uno social, hay autores que lo definen
como:

Derecho social e individual, comprendiendo que el hombre es integrante del grupo social y el Estado le garantiza que
esté debidamente enterado de los diversos procesos o factores de heterogénea índole social, público o económica,
que se realizan en la sociedad y que afectan o no a la misma. (Flores Salgado, 2014, p.17).

Este derecho a la información comprende tres facultades que están íntimamente relacionadas, a saber:
difusión;
investigación;
recepción de información.

¿Sabías que este derecho tiene dos facetas? Por un lado, el derecho a informar y, por el otro, el derecho a ser
informado. Aquí entran en juego otros conceptos, tales como la libertad de expresión, ya que todos necesitamos dar
a conocer reflexiones, pensamientos, juicios de valor, criterios y principios. Precisamos, en suma, manifestar nuestra
manera de ver el mundo, porque en tanto seres creativos tenemos derecho a formar un criterio o ideología propios,
que no solamente tienen que ver con la política, sino también con creencias religiosas o de otro orden. Se debe
impugnar la censura previa que ataca el derecho a pensar y, por lo mismo, siempre debe ser posible expresarlo sin
ser condenado y prohibido de antemano. Tenemos el derecho a conocer no solamente noticias, sino también datos y
a proteger esa información. Hoy podemos acceder a registros, bancos de datos, archivos que contienen información
personal, siempre respetando el derecho a la identidad personal, a la intimidad y a la posibilidad de corregir y
actualizar esos datos cuando sea necesario. Pero, como todo derecho, no es absoluto y encuentra límites en la
moral, en el orden público, en no traspasar los derechos de terceros, en la apología de delitos o la instigación a
cometerlos. Cuando hablamos del derecho a ser informados, hacemos alusión al derecho a recibir información de
manera veraz de hechos que afectan a personas públicas y privadas a través de cualquier medio de información y de
manera libre. El acceso a ella incluye el derecho a investigar e ir a la fuente.
¿Qué sucede cuando la información es jurídica? Ya sabemos que cuando hablamos de informática nos referimos al
tratamiento automatizado de la información a través de la computadora. Esta herramienta nos permite acceder,
procesar y utilizar una gran cantidad de datos. Estamos frente a lo que se conoce como información jurídica cuando
accedemos al conjunto de fuentes formales del derecho, tales como la ley, la costumbre, la jurisprudencia y la
doctrina. En el caso planteado vemos cómo Mario accede a diversas plataformas para buscar leyes o jurisprudencia.
El problema radica en que hoy nos encontramos con demasiada información y, para su utilización, debemos tener en
cuenta que sea veraz, válida y que esté vigente.

Cibernética
LECCIÓN 3 de 5
Para que podamos entender la unión entre derecho e informática, vamos a analizar un concepto del que todos hemos
oído hablar alguna vez. Nos referimos a la cibernética, que en su etimología proviene del griego kibernetes, que
significa ‘piloto’, y kibernes, que hace alusión al acto de gobernar mediante la relación de la función cerebral con
respecto a las máquinas; en suma, significa ‘ciencia de los cambios’.
Podemos definirla como la “ciencia que estudia comparativamente los sistemas de comunicación y de regulación
automática y control en los seres vivos y en las máquinas” (Flores Salgado, 2014, p. 48).
Se puede extraer de esta definición que la cibernética se refiere a los mensajes usados entre los hombres y las
máquinas y, a la inversa, entre las máquinas y los hombres, pero también entre máquinas. Se la considera la ciencia
de las ciencias por ser una ciencia general que estudia y relaciona a las demás ciencias.
“Esta ciencia encuentra su origen en 1942, en un congreso celebrado en Nueva York sobre inhibición cerebral y allí
surge la idea del nacimiento de un intercambio de conocimiento entre filósofos y técnicos en mecanismos de control”

En 1948 en Estados Unidos, el matemático Norbert Wiener, junto con otros fundadores de esta ciencia, propuso el
nombre de cibernética para nombrarla.
Resulta interesante destacar que en 1959, en Argentina, el doctor Maximiliano Valentinuzzi introduce el estudio de
esta disciplina mediante la creación del Instituto de Cibernética dentro de la Asociación Científica Argentina. Gracias
a ello, se creó el Grupo de Estudio de Sistemas Integrados (GESI) en 1976, lo que más tarde se convirtió en la
Asociación Argentina de Teoría General de Sistemas y Cibernética. Esta fue reconocida en 1984 por la International
Society for the Systems Science (ISSS) como miembro de la International Federation for Systems Research (IFSR).

Cibernética
LECCIÓN 3 de 5
Para que podamos entender la unión entre derecho e informática, vamos a analizar un concepto del que todos hemos
oído hablar alguna vez. Nos referimos a la cibernética, que en su etimología proviene del griego kibernetes, que
significa ‘piloto’, y kibernes, que hace alusión al acto de gobernar mediante la relación de la función cerebral con
respecto a las máquinas; en suma, significa ‘ciencia de los cambios’.
Podemos definirla como la “ciencia que estudia comparativamente los sistemas de comunicación y de regulación
automática y control en los seres vivos y en las máquinas” (Flores Salgado, 2014, p. 48).
Se puede extraer de esta definición que la cibernética se refiere a los mensajes usados entre los hombres y las
máquinas y, a la inversa, entre las máquinas y los hombres, pero también entre máquinas. Se la considera la ciencia
de las ciencias por ser una ciencia general que estudia y relaciona a las demás ciencias.
“Esta ciencia encuentra su origen en 1942, en un congreso celebrado en Nueva York sobre inhibición cerebral y allí
surge la idea del nacimiento de un intercambio de conocimiento entre filósofos y técnicos en mecanismos de control”

En 1948 en Estados Unidos, el matemático Norbert Wiener, junto con otros fundadores de esta ciencia, propuso el
nombre de cibernética para nombrarla.
Resulta interesante destacar que en 1959, en Argentina, el doctor Maximiliano Valentinuzzi introduce el estudio de
esta disciplina mediante la creación del Instituto de Cibernética dentro de la Asociación Científica Argentina. Gracias
a ello, se creó el Grupo de Estudio de Sistemas Integrados (GESI) en 1976, lo que más tarde se convirtió en la
Asociación Argentina de Teoría General de Sistemas y Cibernética. Esta fue reconocida en 1984 por la International
Society for the Systems Science (ISSS) como miembro de la International Federation for Systems Research (IFSR).

Clasificación de funciones de la Informática Jurídica


LECCIÓN 2 de 4
Mario Desbordes es corredor inmobiliario, matriculado en el Colegio Profesional de Inmobiliarios de Córdoba desde
hace 3 años con matrícula profesional (MP) 1412. Egresó de la Universidad Siglo 21 y aún conserva algunas
amistades que formó durante el cursado de la carrera. Cuando se reúnen a comer un asado, todavía recuerdan sus
épocas estudiantiles y que debían acceder a diversas plataformas como Ley Online o Lexis Nexis para buscar las
leyes que debían conocer y estudiar para aprobar las materias. En otras ocasiones, recuerdan que debieron buscar
jurisprudencia acerca del ejercicio ilegal de la profesión cuando se reportaban denuncias sobre agentes inmobiliarios
que no cuentan con matrícula profesional, para ello accedían, con frecuencia, al Sistema Argentino de Información
Jurídica (SAIJ).
Desbordes logró posicionarse en el mercado inmobiliario por su seriedad y compromiso con los clientes. Se lo conoce
en el rubro porque logra intermediar entre las partes cerrando negocios de manera clara, precisa y acorde con la
normativa vigente; cuando hay modificaciones que debe conocer las consulta a través de Lexis Nexis.
La semana pasada se presentó en su inmobiliaria el Sr. Julio Ingaramo para ofrecer en alquiler un inmueble de su
propiedad. Se trata de una casa ubicada en un sector privilegiado de la ciudad, en un barrio tranquilo pero cercano al
centro. Entre ambos acordaron lo relativo al precio mensual, depósito, garantías y la comisión del corredor; todo esto
quedó plasmado en una autorización de alquiler con exclusividad que el Sr. Ingaramo le dio a la inmobiliaria de
Desbordes. Una vez redactada la autorización, Desbordes se la envió al propietario, el Sr. Ingaramo a su dirección de
correo electrónico para que la revise y dé su ok para firmarla a la brevedad.
Desbordes conoce a la perfección cómo será el proceso de formalización de la operación y está deseando lograr
cerrarla cuanto antes. Como se trata de un alquiler, deberá hacer un análisis crediticio de los interesados; si el futuro
locatario presenta en garantía una propiedad, deberá analizar la documentación del inmueble en garantía para saber
si la propiedad sufre alguna inhibición y cuántas veces se ha pedido información sobre esta. Para ello, deberá
solicitar al Registro General de la Provincia de Córdoba varios informes: el informe de dominio, este da cuenta de los
titulares reales de un bien inmueble y si la propiedad se encuentra embargada, hipotecada o sujeta a otros
gravámenes; el informe de inhibición porque con este tendrá la libre disponibilidad de los bienes de una persona y un
informe de frecuencia que le informará si una matrícula/garantía ya ha sido presentada en el Registro de la Propiedad
Inmueble, dando a conocer cuántas veces y en qué fechas han sido solicitados los informes de dominio en los
últimos 90 días hábiles.
Desbordes acepta trabajar con la propiedad y le solicita al Sr. Ingaramo una fotocopia del DNI y una fotocopia de la
escritura para comenzar a gestionar el alquiler. Con la escritura podrá solicitar en el Registro General de la Provincia
de Córdoba los datos referidos a la matrícula.
A su vez, Desbordes comienza a publicar la propiedad a través de diversos anuncios y también por redes sociales.
Como tiene varias propiedades en alquiler y a la venta le resulta muy útil gestionar todos los datos relativos a los
clientes, a las propiedades y operaciones a través del Sistema Integral Inmobiliario, un software de gestión
inmobiliaria que le permite optimizar la comercialización, el sector financiero, la gestión de propiedades y la relación
con los clientes de la inmobiliaria. Desbordes reconoce las ventajas que trae para su negocio el uso de
un software de gestión.
A los pocos días de publicada la propiedad, se contactó con él, Roberto Abud, casado, docente de Enseñanza Media,
quien manifestó estar interesado en ver la casa para alquilarla. Luego de visitarla, el Sr. Abud quedó entusiasmado
con esta y encontró que el valor a pagar por el alquiler mensual estaba dentro de sus posibilidades económicas.
Para continuar con la operación, el corredor le solicitó al Sr. Abud una fotocopia de su DNI, sus tres últimos recibos
de sueldo y también le pidió los tres garantes. Con los números de DNI, el corredor Desbordes realizó una
averiguación de antecedentes comerciales para conocer el informe crediticio de todos. Para ello, ingresó a la página
Riesgo Online y a la del Banco Central de la República Argentina. Los datos obtenidos son aceptables para el futuro
locatario, el Sr. Roberto Abud, y para los garantes, la Sra. Carla Pérez y el Sr. Raúl Alsacia, mientras que la Sra.
Mirta López tiene inconvenientes con el pago de dos tarjetas de crédito, Tarjeta MasterCard del Banco Macro y
Tarjeta Naranja, además tiene atraso en el pago del monotributo por tres meses por lo que no puede darle los
comprobantes de pago de este. Con la información obtenida, decidió elaborar un informe sobre el riesgo crediticio del
futuro locatario y de los garantes ofrecidos por él y enviárselo al propietario, Sr. Julio Ingaramo, para que dé su
opinión y así continuar con la operación.
En la historia planteada vemos que en las diversas acciones realizadas por el corredor Desbordes se reflejan las
funciones inherentes a la Informática Jurídica. Los profesionales vinculados al mundo jurídico como jueces, juristas,
abogados, martilleros, corredores y legisladores utilizan, para el desarrollo de sus actividades y funciones,
información de distinta naturaleza. Cuando esa información es tratada y procesada por medios informáticos, estamos
en presencia de la Informática Jurídica que, según su aplicación, va a generar tres vertientes diferentes, las cuales se
explicarán y desarrollarán a continuación siguiendo a la autora Flores Salgado (2014):

Informática Jurídica Documental.


Informática Jurídica de Gestión.
Informática Jurídica Decisional.

Funciones de la Informática Jurídica

Informática Jurídica Documental



La Informática Jurídica Documental es el procesamiento y manejo de datos jurídicos en general, ordenados en bases
de datos. Si esas bases de datos están diseñadas para ser consultadas por el público en general (normalmente, se
presta como un servicio pago), nos encontramos ante bases de datos de acceso público.
Bases de datos de acceso público: dependiendo de la finalidad de los sistemas y el contenido de la información,
encontramos los siguientes tipos:
Información sobre normas y jurisprudencia: es la de mayor utilización dentro del campo de lo jurídico. Se trata de
bases de datos (legislación, jurisprudencia, doctrina) que, mediante un programa, tienden a brindar herramientas para
facilitar la conservación, clasificación y selección ordenada y sistematizada de datos jurídicos. Abarca los sistemas de
archivo y recuperación jurídica. Se la conoce como base de datos y, como ejemplo, podríamos mencionar a Ley
Online o Lexis Nexis. La función principal de estas bases radica en proporcionar información sobre jurisprudencia,
doctrina, legislación vigente, incluso, obras completas digitalizadas. Estos datos nos ayudan en nuestro trabajo diario,
en el momento de confeccionar un informe (judicial o extrajudicial), al realizar un escrito o evacuar consultas.
Funcionan a través de un buscador que nos solicita agregar una palabra o frase relevante para luego acceder a los
datos que estamos requiriendo.
En el caso dado, vimos que el corredor Desbordes ingresa a Ley Online y Lexis Nexis para buscar leyes.
Información sobre las personas (riesgo crediticio): estas bases de datos son consultadas a diario y contienen
información relevante sobre las personas. En ellas se encuentran datos acerca de la solvencia de las personas,
ubicación (domicilios), teléfonos, información tributaria, previsional, bancaria, judicial (a propósito de si es parte en
procesos judiciales), participación en sociedades, datos laborales y, a veces, hasta vínculos familiares. Su
importancia se basa en los datos que podemos tener de personas que debemos ejecutar o a las que debemos
conceder un crédito, o bien con las que deseamos realizar una transacción importante (ya sea compraventa
inmobiliaria, alquiler u otras operaciones). Estas bases, a las que recién ahora algunas empresas se están
suscribiendo, son pagas (como las anteriores consultadas), pero dependiendo del pack que deseemos tener es que
se determina el precio. Algunas de las empresas proveedoras de estos servicios que operan en el ámbito local son
las siguientes: Riesgo Online, Reportes Online, PEYPE, entre otras.
A Riesgo Online y al Banco Central de la República Argentina ingresó Mario Desbordes para averiguar antecedentes
comerciales.

Administración personal de datos propios de nuestro trabajo: acabamos de referirnos a bases de datos a las
cuales puede acceder el público en general. En este tópico, nos referimos a sistemas informáticos de administración
de datos pertenecientes a nuestro trabajo, los que, por lo tanto, son solo de acceso privado. Estas bases ya no son
de consulta de doctrina, jurisprudencia o datos de deudores, sino que son de gestión privada. Estos sistemas, que
pueden ser “enlatados” (software estándar que compramos ya listo para ser usado), o bien realizados “a medida”
(software programado específicamente para la actividad que se pretende organizar y realizado por un programador
contratado a tal efecto), resultan sumamente útiles a la hora de manejar información como profesionales. Tanto en
las empresas como en los estudios, es necesario incorporar un sistema de seguimiento para los trámites que nos
encomiendan, así no perdemos la visión global, ni los detalles de cada uno de ellos.

Informática Jurídica de Gestión



Se trata de los sistemas informáticos que usan las entidades públicas (nacionales, provinciales, municipales) para
llevar adelante sus funciones. Entre estas entidades encontramos al gobierno en sí (administración pública) y al
poder judicial. A su vez, pueden tratarse de sistemas de gestión interna que usa el personal administrativo para
organizar el trabajo interno, o bien de sistemas de información pública para que los ciudadanos y profesionales
puedan tener conocimiento de innumerables situaciones. Tenemos, de este modo, la siguiente cuádruple
clasificación, a saber:

Informática Jurídica de Gestión Administrativa (pública o de gobierno) —sistemas de administración interna


—: tenemos, como ejemplo, la informatización de los registros de la propiedad inmueble que permite la organización,
el manejo y el control de los títulos registrados, o bien, la incorporación al registro de datos que integrarán el archivo,
tales como gravámenes, hipotecas o anotación de bien de familia. Otro ejemplo es el registro nacional de la
propiedad del automotor, que mantiene en sus archivos legajos y estados de dominio y sus titulares.

Informática Jurídica de Gestión Administrativa (pública o de gobierno) —sistemas de información al público


y/o profesionales—: la utilizamos para poder llevar adelante trámites relacionados con nuestro quehacer diario,
como por ejemplo, consultas en general sobre trámites registrales, catastro, rentas, o bien, cualquier otra
dependencia provincial o municipal. Estas consultas se realizan mediante la herramienta informática del sitio web
correspondiente a través de Internet.
Un ejemplo de esta función es cuando el corredor Desbordes ingresó al Registro General de la Provincia de Córdoba
para buscar información sobre el inmueble dado en garantía.

Informática Jurídica de Gestión Jurisdiccional (judicial) —sistemas de administración interna—: como


ejemplo, tenemos el sistema de asientos, control y seguimiento de los expedientes o causas que se tramitan en los
tribunales.
En el ámbito local, en los tribunales de la ciudad de Córdoba, existe el Sistema de Administración de Causas (SAC).
Internamente, le permite al administrativo poder seguir con detalles la “radiografía” (así llamamos nosotros a los
movimientos) del expediente, lo que, a su vez, le permite conocer dónde se encuentra este.

Informática Jurídica de Gestión Jurisdiccional (judicial) —sistemas de información al público y/o


profesionales—: este sistema nos permite acceder desde afuera, con el número de expediente o con otros datos, al
estado de los juicios iniciados en el ámbito civil y comercial (no en el ámbito familia ni en el penal, dado el derecho a
la intimidad y el grado de reserva de los expedientes, tal como ya vimos anteriormente). Estas consultas pueden
realizarse desde el sitio web correspondiente a través de Internet.
Informática Jurídica Decisional

Es la que permite tomar decisiones. Entre las existentes, por ejemplo, podemos mencionar al SAIJ (Sistema
Argentino de Informática Jurídica), cuya página te invitamos a navegar: http://www.saij.jus.gov.ar/
Estos tipos de sistemas funcionan como herramientas en la toma de decisiones por parte de los jueces,
manteniéndolos informados sobre normativa y jurisprudencia. Así, el SAIJ surge por decisión de la Subsecretaría de
Asuntos Legislativos del Ministerio de Justicia de la Nación que, en 1979, implementó un proyecto para ordenar y
sistematizar la legislación y la jurisprudencia nacional, que permite obtener, con rapidez y precisión, toda clase de
información referida a leyes y decretos de orden nacional vigente. Este sistema tiene un software de administración
electrónica de datos llamado Italguiure Find, el que permite la conexión de terminales a larga distancia. Las
provincias se han adherido al sistema y, mediante un trabajo en conjunto con la nación, se está procurando cargarlo
a la legislación y jurisprudencia nacional y local. Las ventajas que ofrece el sistema son la posibilidad de buscar una
ley, aun cuando no se conozca su número, ya que se organiza mediante lo que se denomina “clave de búsquedas”,
“base de datos” o, también, “banco de datos”, que es un conjunto de información almacenada electrónicamente y que
posibilita ubicar la información a partir de otros datos, como por ejemplo, concepto principal, títulos de la ley, materia
tratada, fecha de su publicación o voces conexas. La jurisprudencia también puede buscarse de diferentes formas. La
amplitud de los datos incorporados, mediante su interrelación y combinación, que automáticamente efectúa el
sistema, posibilita la búsqueda de distintas maneras: por número de sentencia, fecha de esta, tribunal que la dictó,
nombre del magistrado, por materia (civil, laboral, penal, etc.) y por la palabra o voz contenida en el título del texto del
sumario de la doctrina (por ejemplo, expropiación, indemnización, etc.).
En el caso dado, el corredor Desbordes buscó jurisprudencia en el SAIJ.

Aplicaciones para la gestión profesional


LECCIÓN 1 de 8
Si nos enfocamos en un concepto respecto a las plataformas podemos decir que, en materia informática, una
plataforma se identifica con el concepto de sistema. El sistema tiene como finalidad hacer funcionar módulos de
hardware o software compatibles. Cuando pensamos en plataformas, debemos comprender que se trata de un
concepto complejo donde confluyen arquitecturas de hardware, plataformas de software y sistemas operativos.
Una computadora está estructurada por estos dos elementos: hardware y software.

HARDWARE
Es el conjunto de dispositivos materiales que componen la computadora. Estos son de carácter físico, mecánico y
rígido, tanto de la unidad central como de las unidades periféricas; pueden recibir tutela a través de las aplicaciones
de los regímenes sobre patentes de invención, marcas, diseños industriales y similares, en otras palabras, son la
parte física, tangible de todo aquello que conforma una computadora. Esto es el conjunto de componentes, la unidad
central y los elementos periféricos que constituyen la parte mecánica o rígida del sistema que comúnmente se
denomina hardware (Flores Salgado, 2014, p. 56).

SOFTWARE
Está formado por el equipo lógico informático, esto es, lo intangible.
El concepto de software y la determinación de su naturaleza jurídica es menos fácil en cuanto se compone
simultáneamente de procesos lógicos matemáticos y de elementos materiales en los que las respectivas
instrucciones se traducen e incorporan. Se utiliza, por lo general, para referirse a los programas ejecutados por un
sistema informático para distinguirlos del hardware. Comprende formas simbólicas y ejecutables para dichos
programas. Puede distinguirse entre software de sistemas, que es un acompañamiento esencial para el hardware,
con la finalidad de proporcionar un sistema informático general y efectivo, y programas de aplicación específicos para
los objetivos particulares de un ordenador dentro de una organización determinada.
Así, el software está constituido por una serie de programas que permiten la realización de las órdenes que el usuario
emite y que ejecuta operaciones aritméticas, vigila el estado de entradas y salidas, el banco de memoria y los
controladores para dispositivos internos y externos (Flores Salgado, 2014, p. 56 y 57).

Importancia para el ejercicio de la profesión


LECCIÓN 2 de 8
En el mundo globalizado actual atravesamos la era de la creación de la sociedad de la información y el conocimiento.
En este contexto uno de los grandes desafíos de los países es facilitar herramientas para que la información pueda
ser gestionada de manera adecuada y a un bajo costo.
Es importante conocer cómo se compone nuestra principal herramienta de información y de gestión y este
conocimiento nos permitirá elegir, con más eficiencia, los programas de gestión disponibles en el mercado para
nuestras oficinas, ya sea que nos desempeñemos como profesionales independientes y confirmemos sociedades o
instalemos una oficina de servicios integrales; o bien si trabajamos para una gran corporación que use estos
softwares de gestión.
Retomemos el caso de Mario Desbordes: él es corredor inmobiliario (M.P. 1412), matriculado en el Colegio
Profesional de Inmobiliarios de Córdoba desde hace 3 años. Egresó de la Universidad Siglo 21 y aún conserva
algunas amistades que formó durante el cursado de la carrera. Cuando se reúnen a comer asado todavía recuerdan
sus épocas estudiantiles y que debían acceder a diversas plataformas como Ley Online o Lexis Nexis para buscar las
leyes que necesitaban estudiar para aprobar las materias. En otras ocasiones recuerdan que debieron buscar
jurisprudencia acerca del ejercicio ilegal de la profesión cuando se reportan denuncias sobre agentes inmobiliarios
que no cuentan con matrícula profesional. Para ello accedían al SAIJ (Sistema Argentino de Información Jurídica).
Desbordes logró posicionarse en el mercado inmobiliario por su seriedad y compromiso con los clientes. Se lo conoce
en el rubro porque logra intermediar entre las partes y cierra negocios de manera clara, precisa y acorde con la
normativa vigente. Consulta frecuentemente las leyes y sus modificaciones en el portal de Lexis Nexis.
La semana pasada se presentó en su inmobiliaria el Sr. Julio Ingaramo para ofrecer en alquiler un inmueble de su
propiedad. Se trata de una casa ubicada en un sector privilegiado de la ciudad de Córdoba, en un barrio tranquilo y
cercano al centro. Ambos acordaron el precio mensual de alquiler, el depósito, las garantías y la comisión para el
corredor. Todo esto quedó plasmado en una autorización de alquiler con exclusividad que el Sr. Ingaramo le dio a la
inmobiliaria de Desbordes. Una vez que Desbordes redactó la autorización, se la envió al propietario Ingaramo a su
dirección de correo electrónico para que la revise y la apruebe, de modo tal que sea firmada a la brevedad.
Desbordes conoce a la perfección el proceso de formalización de la operación y desea alquilar la propiedad cuanto
antes. Para este tipo de operaciones deberá hacer un análisis crediticio de los interesados. Si el futuro locatario
presenta en garantía una propiedad, deberá analizar la documentación del inmueble en garantía para saber si sufre
alguna inhibición y cuántas veces se ha pedido información sobre la misma. Para ello, solicitará al Registro General
de la Provincia de Córdoba el informe de dominio, ya que el mismo informa los titulares reales de un bien inmueble
y si la misma se encuentra embargada, hipotecada o sujeta a otros gravámenes; el informe de inhibición porque
con él tendrá la libre disponibilidad de los bienes de una persona y un informe de frecuencia que le notificará si una
matrícula o garantía ya ha sido presentada en el registro de la Propiedad Inmueble; es decir, esto le indica cuántas
veces y en qué fechas han sido solicitados informes de dominio en los últimos 90 días hábiles.

Desbordes acepta trabajar con la propiedad y le solicita al Sr. Ingaramo una fotocopia del documento de identidad
(DNI) y de la escritura para comenzar a gestionar el alquiler de la misma. Con esta documentación podrá solicitar en
el Registro General de la Provincia de Córdoba los datos referidos a la matrícula. Desbordes publica la propiedad a
través de diversos anuncios y también a través de las redes sociales. Como tiene varias propiedades en alquiler y a
la venta le resulta muy útil gestionar todos los datos relativos a los clientes, a las propiedades y operaciones. Para
ello maneja muy bien el Sistema Integral Inmobiliario, un software de gestión inmobiliaria que le permite optimizar la
comercialización, el sector financiero, la gestión de propiedades y la relación con los clientes de la inmobiliaria.
Desbordes reconoce las ventajas que trae para su negocio el uso de este software.
A los pocos días de publicada la propiedad, se contacta Roberto Abud (casado, de profesión docente de enseñanza
media) quien manifiesta estar interesado en conocer la casa. Luego de visitarla, el Sr. Abud quedó entusiasmado con
la propiedad y encontró que el valor a pagar por el alquiler mensual estaba dentro de sus posibilidades económicas.
Para continuar con la operación, el corredor le solicitó al Sr. Abud una fotocopia de su DNI y de los 3 últimos recibos
de sueldo. También le pidió los datos de 3 garantes. Con los números de DNI, el corredor Desbordes realizó una
averiguación de antecedentes comerciales para conocer el informe crediticio de todos los involucrados en la
operación. Ingresó a la página Riesgo Online y a la página del Banco Central de la República Argentina. Los datos
obtenidos son aceptables para el futuro locatario Sr. Roberto Abud y para los garantes Sra. Carla Pérez y Sr. Raúl
Alsacia, mientras que la Sra. Mirta López tiene inconvenientes con el pago de dos tarjetas de crédito (una tarjeta
MasterCard del Banco Macro y una Tarjeta Naranja) además tiene atraso en el pago del monotributo en 3 meses por
lo que no puede darle los comprobantes de pago del mismo.
Con la información obtenida, elaboró un informe sobre el riesgo crediticio del futuro locatario y de los garantes
ofrecidos por él y se lo envía al propietario Sr. Julio Ingaramo para que lo considere y le informe si puede continuar
con la operación.
Luego de leer la situación presentada, ¿puedes darte cuenta que Mario Desbordes ingresó en varias plataformas
para realizar los trámites que necesitaba? Profundizaremos en este tema más adelante.

Softwares de gestión
LECCIÓN 3 de 8
Como habrás leído en el caso del corredor Mario Desbordes, él utiliza un software de gestión porque reconoce las
ventajas que le reporta para su inmobiliaria.
En este punto analizaremos algunos de los posibles softwares de gestión que se encuentran en el mercado para su
uso en inmobiliarias y -solo a modo de ejemplo- mencionaremos las páginas web para que las explores. Si
pudiéramos sintetizar en una frase las ventajas de contar con estos programas, afirmaríamos que el acceso a estos
sistemas nos ahorra dinero, ya que debemos pensar en la solución que representa poder gestionar nuestra oficina,
nuestro negocio, los procesos y recursos humanos de una manera más eficiente y, por tanto, más económica.
Si pensamos en la toma de decisiones, podemos decir que el hecho de tener los datos siempre disponibles y contar
con una planificación bien definida dentro de un software facilita el proceso trascendental de tomar decisiones
importantes. Contaremos con datos objetivos para evaluar ventajas y desventajas de optar por una decisión o por
otra.
Las plataformas de gestión son instrumentos de seguridad. La información crucial de la empresa estará debidamente
protegida para evitar el posible robo de datos o que personas no autorizadas accedan a ellos. Por lo general, estas
aplicaciones cuentan con importantes protecciones en este sentido.
Si pensamos en los procesos de cualquier negocio, debemos analizar la importancia de trabajar con la misma
herramienta cuando nuestra actividad es realizada a través de varias personas con funciones diferentes. Es mejor
siempre estandarizar los procesos y ser lo más ordenados posible. Trabajar de esta manera ayuda a definir buenas
prácticas, a generar reflexión por parte de las distintas áreas de trabajo y a unificar los métodos para hacer crecer
nuestro negocio o empresa.
Todo lo mencionado en el párrafo anterior optimiza la gestión de procesos y, por lo tanto, aumenta los resultados
positivos del negocio.
Al explorar la web podemos encontrar una gran variedad de soluciones para la gestión de inmobiliarias, incluso es
posible informarse sobre distintas opiniones de usuarios respecto de las diferentes herramientas que ofrece el
mercado.
En la web, podemos encontrar softwares gratuitos y otros con costo. A continuación, te propongo explorar las
siguientes aplicaciones para conocer lo que ofrecen estos programas en Argentina. Cabe aclarar que estas no son
todas las opciones, existen muchas más.
www.rentacontrol.com.ar/
www.suiteinmobiliaria.com/
www.minegocioinmobiliario.com/
www.profitsistemas.com/ (Sistema integral inmobiliario)

Los portales web de acceso a la información


LECCIÓN 4 de 8
Retomamos el concepto de informática documental (una de las ramas de la informática jurídica) para introducirnos
en el tema de portales de reparticiones públicas que nos permiten acceder a la información, gestionar trámites y
hacer seguimiento de las resoluciones respecto a los trámites presentados.

De esta rama de la informática jurídica se desprende el análisis de la información contenida en documentos jurídicos
para la formación de bancos de datos documentales, en otras palabras, es la aplicación de técnicas informáticas a la
documentación jurídica en los aspectos sobre el análisis, archivo y recuperación de información contenida en la
legislación, jurisprudencia, doctrina o cualquier otro documento con contenido jurídico relevante, el proceso incluye la
generación, diseminación, recolección, organización, almacenamiento, recuperación, interpretación y uso de la
información. La informática jurídica documental se forma por bases de datos de información jurídica y no en la
incorporación de textos jurídicos a una computadora. Las técnicas documentales referidas a la información jurídica
incluyen la selección de documentos a partir de conocimientos de lo más completos posible de cuanto existe, se
recogen principalmente documentos de tipo visual, auditivo o audiovisual. La aplicación de las técnicas documentales
forma la parte inicial del desarrollo de la informática jurídica documental, ya que posteriormente debe existir la
aplicación de las técnicas informáticas (Flores Salgado, 2014, p. 65 y 66).

Analizaremos, a continuación, las diferentes plataformas que deben manejarse para el acceso a información y
añadiremos un breve comentario sobre las ventajas de su uso.

Ciudadano Digital (CIDI)



Es una plataforma tecnológica que posibilita a los Ciudadanos acceder de forma simple, en un único lugar y con una
misma cuenta de usuario a todos los trámites y servicios digitales que brinda el Gobierno de la Provincia de Córdoba,
permitiendo al ciudadano crear su propio escritorio virtual a sus servicios más utilizados, teniendo acceso entre otros,
a todos sus datos y trámites dentro de la Administración Pública Provincial.

Además, permite guardar la documentación de los requisitos de los trámites de tal manera que la próxima vez que
necesite realizar un nuevo trámite que entre sus requisitos, requiera dicho documento, el mismo no sea necesario ser
presentado nuevamente.

El ciudadano cuenta a su vez con un centro de comunicaciones digitales que le informará a través de correo
electrónico o mensaje de texto, de forma inmediata, del estado de sus tramitaciones.

Para acceder a estas prestaciones y beneficios sólo es necesario crear una cuenta provincial
denominada Ciudadano Digital (Ciudadano Digital, s.f., https://ciudadanodigital.cba.gov.ar/que-es-ciudadano-
digital/).

Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP)



La Administración Federal de Ingresos Públicos provee a los particulares toda la información impositiva. En su
plataforma se puede gestionar, consultar y presentar distintos trámites respecto de la situación contributiva de las
personas. Basta con tener clave fiscal para acceder al portal. El link para ingresar al mismo es
https://www.afip.gob.ar/sitio/externos/default.asp
Banco Central de la República Argentina

En esta plataforma es posible realizar gestiones mediante CUIT, CUIL o DNI para conocer estados respecto al riesgo
crediticio. Como vimos en el caso de Mario Desbordes, él ingresó a esta plataforma para conocer la situación
comercial del posible locatario y de sus garantes. Se ingresa a través del link: http://www.bcra.gov.ar/
Poder Judicial de la provincia de Córdoba (Justicia Córdoba)

A través de esta plataforma es posible realizar un seguimiento de expedientes, imprimir comprobantes de pago de
tasas y aportes al momento de iniciar un proceso judicial. Se accede a la misma a través de la siguiente dirección:
https://www.justiciacordoba.gob.ar/JusticiaCordoba/Inicio/index.aspx
Te invito a recorrer la página de la justicia de tu provincia.
Registro general de la provincia de córdoba

Este portal permite acceder a un registro digital. Este servicio se puso en marcha en 2007 con el fin de agilizar
trámites e informatizar procesos de inscripción en materia de inmuebles. Vimos en el caso de Desbordes que él
utilizó esta plataforma para realizar trámites respecto del inmueble. Se ingresa en https://sir-aut.cba.gov.ar/
Te invito a visitar la página del registro de tu provincia.
Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI)

Podemos acceder al portal del Instituto Nacional de Propiedad Industrial a través de la clave fiscal de AFIP. Allí
podremos hacer trámites y consultas online.

Es un Ente Autárquico en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Productivo y es la Autoridad de Aplicación de las
leyes de protección de los derechos de propiedad industrial.

MISIÓN

Administrar y proteger los derechos de Propiedad Intelectual mediante un marco legal adecuado a las necesidades
de innovación del emprendedor del siglo XXI.

Asesorar y acompañar al innovador a fin de plasmar la transformación de sus innovaciones y desarrollos en negocios
que generen empleo y valor en la economía argentina (Ministerio de Desarrollo Productivo, s.f.,
https://www.argentina.gob.ar/inpi/institucional/el-inpi).
Inspección General de Justicia (IGJ)

Es un organismo que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Inscribimos y fiscalizamos a las sociedades por acciones, a las de responsabilidad limitada, a las sociedades
extranjeras que hagan ejercicio habitual en el país, a las sociedades que realicen operaciones de capitalización y
ahorro, y a las asociaciones civiles y fundaciones, con domicilio legal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, s.f., https://www.argentina.gob.ar/justicia/igj).

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-MODULO 2

Teoría de los contratos: normativa aplicada a los contratos en general


LECCIÓN 1 de 7
Es importante saber a qué nos referimos cuando hablamos de contratos. En este sentido, el Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, en su artículo 957, define: “contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes
manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”1.

Desglosando esta definición, podemos decir que el contrato es todo acto jurídico bilateral y patrimonial. Al ser un acto
jurídico, le son aplicables todas las reglas que determina nuestro Código en los Títulos IV y V con relación al acto
jurídico. Al decir patrimonial, estamos haciendo referencia a que es un vehículo para la circulación de la riqueza; por
lo tanto, sirve de instrumento para la economía de mercado.
Es importante saber que el consentimiento debe estar enfocado o dirigido a crear, modificar, reglar, transmitir o
extinguir derechos. Ese consentimiento se puede desmembrar en tres partes:
la voluntad interior de cada una de las partes;
la declaración de esa voluntad;
la intención común, donde coinciden ambas voluntades declaradas.

Resulta necesario conocer un poco más de cerca, el tema de la autonomía de la voluntad, que en el plano contractual
deriva en dos libertades fundamentales: la libertad de conclusión del contrato, conforme a la cual nadie está obligado
a contratar, sino cuando lo desee y que cada uno goza de la libre elección de la persona con quien se contrata; y la
libertad de configuración en virtud de la cual las partes pueden determinar el contenido del contrato (Rivera y Medina,
2014, p. 2221).
“Como sucede en diferentes ámbitos del derecho, esa libertad contactual encuentra límites, ya sea por causa de la
ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres” (Vallespinos, 1998, https://bit.ly/2B5BHNv).
Un ejemplo de que la ley puede imponer determinadas contrataciones es el caso de las empresas que prestan
servicios públicos, como agua o gas, para las que es obligatorio dar el servicio a todos aquellos que lo pretendan. Un
ejemplo concreto en donde los ciudadanos están obligados a contratar, es el de seguro de responsabilidad civil para
los que conducen automotores. Con relación al orden público, el Estado, por ejemplo, regula muchos aspectos de los
contratos de trabajo.
Ese consentimiento del que venimos hablando debe ser expresado por una persona capaz y, en ese sentido,
debemos remitirnos a lo que establece el Código en cuanto a la regulación de la capacidad en general y las
inhabilidades para poder contratar (a partir del artículo 1009).
Otra referencia importante con relación al consentimiento es que debe exteriorizarse a través de una manifestación
de voluntad que podrá ser de manera oral; por escrito; por signos inequívocos; por la ejecución de un hecho material
y, de manera excepcional, por el silencio.

Elementos de los contratos en general


LECCIÓN 2 de 7
Cuando estudiamos los contratos en general podemos analizar una serie de elementos que los conforman. Así, los
podemos clasificar en elementos esenciales, elementos naturales y elementos accidentales. Brevemente, haremos
un repaso por ellos.
ELEMENTOS ESENCIALES
Son aquellos que deben estar presentes sí o sí para que exista contrato. Ellos son: el objeto, la causa y la forma.
Objeto: es la prestación que se prometen las partes, la cosa o el hecho sobre el que va a recaer la obligación que
contrajeron.
Con relación a este elemento, para ser considerado tal, de acuerdo con el artículo 1003, debe reunir requisitos como:
ser lícito, posible física y jurídicamente, determinado o determinable, susceptible de valoración económica y
corresponder a un interés de las partes, aunque este no sea de carácter patrimonial.
Un ejemplo del último requisito será el caso de quien quiere estudiar una lengua muerta, como el latín, y para eso
paga a un profesor. Allí estamos frente a un contrato a pesar de que el querer aprender esa lengua, no puede ser
objetivamente estimado en dinero (Lorenzetti). (Rivera y Medina, 2014, p. 2219)
El Nuevo Código, en el artículo 1003 y siguientes, hace referencia al objeto del contrato, como así también el artículo
279 que, normando los actos jurídicos en general, reza:

El objeto del acto jurídico no debe ser hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral o a las buenas
costumbres, el orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien
que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea

Causa: el artículo 10143 establece que la causa debe existir y ser lícita. En cualquier contrato, debe existir una razón
de ser del acto, es la finalidad que las partes buscan al realizar el contrato. El artículo 1013 establece: “la causa debe
existir en la formación del contrato y durante su celebración y subsistir durante su ejecución. La falta de causa da
lugar según los casos a la nulidad, adecuación o extinción del contrato”4.
Esta causa se presume aunque no esté expresada en el contrato, salvo que la otra parte pruebe lo contrario.

Forma: en relación con este elmento la doctrina está dividida, ya que algunos autores no consideran a la forma como
un elemento del contrato. El principio general, regulado en el artículo 10155, es el de libertad de formas. Los contratos
solo serán formales cuando alguna norma así lo determine. El artículo 1017 6 determina aquellos contratos que deben
ser otorgados por escritura pública. Los más conocidos, por ejemplo, son los contratos que tienen por objeto adquirir,
modificar o extinguir derechos reales sobre inmuebles.

ELEMENTOS NATURALES
Son aquellos que están presentes implícitamente, solamente en los contratos bilaterales onerosos, porque se
producen en el momento de su cumplimiento y no de su nacimiento. No es necesario que las partes los manifiesten
expresamente en una cláusula, pero sí existe –por el principio de autonomía de la voluntad– la posibilidad de que las
partes los restrinjan y se eximan.
Así, los vicios ocultos son una garantía en los contratos onerosos, ya que le permiten al adquirente de la cosa
devolverla si presenta vicios que la hacen impropia para su destino o exigir una disminución en su precio.

ELEMENTOS ACCIDENTALES
Son aquellos que las partes, por ejercicio de la autonomía de la voluntad, deciden incorporarlos al contrato. No están
implícitos como en el caso de los elementos naturales. Son plazo, condición y cargo. Ejemplos de ellos son los
intereses por mora, el hecho de que la seña no valga, etcétera.
Hasta aquí hemos visto a grandes rasgos distintos conceptos que forman parte de la teoría general de los contratos,
pero lo que nos convoca a este estudio es conocer de qué manera regula el Código Civil y Comercial de la Nación la
contratación electrónica. Vamos a comenzar viendo conceptos generales de los contratos de consumo, ya que en el
módulo 3 veremos con detalle el derecho y la defensa del consumidor electrónico.
Contratos de consumo
LECCIÓN 3 de 7
Mario Desbordes se levanta muy temprano por las mañanas y antes de ir a su trabajo sale a correr con su Apple
Watch. Mario es corredor inmobiliario y tiene una oficina donde junto a sus socios se dividen el trabajo en diversas
áreas, dependiendo la tarea de cada uno. Mario, mientras desayuna, revisa las noticias importantes en su teléfono.
Para ello, accede a los diarios más leídos de la ciudad y el país, porque le gusta estar informado de lo que acontece
aquí y en el mundo. Llegando a la inmobiliaria, lo primero que hace es encender su notebook para revisar la
mensajería. Luego aprovecha para ingresar a su homebanking para hacer unas transferencias que tiene pendientes.
Mientras tanto, le pide a su secretaria que ingrese al sistema de gestión de la inmobiliaria, donde tienen ordenado y
organizado el trabajo, para que le informe si tiene agendadas consultas o reuniones. La mañana parece tranquila por
lo que Mario aprovecha para retuitear una información del Colegio Profesional de Inmobiliarios Córdoba y para
revisar Facebook. Luego visita Mercado Libre y OLX, ya que quiere comprar una bicicleta fija. Allí puede comparar
precios y modelos. ¡Encontró la bicicleta que estaba buscando! Mario le envía un mensaje de Whatsapp a su esposa
comentándole el precio de la bicicleta y una foto para que vea si le gusta. ¡Le encantó! Así que decidieron comprarla
a la tarde de manera online, cuando Mario regrese a casa.
¿Al comprar la bicicleta, habrá una relación de consumo entre Mario y el proveedor? ¿Será Mario considerado
consumidor? Lo descubriremos a continuación.
La relación de consumo está definida en el artículo 1092 del Código Civil y Comercial de la siguiente manera:

Relación de consumo. Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un


consumidor.
…Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en
ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social.

En el caso dado, Mario es parte de esta relación de consumo al adquirir la bicicleta al proveedor en forma onerosa
como destinatario final.
El Código Civil anterior a la reforma no contenía normas dirigidas directamente a regular los contratos de consumo.
En 1993, entró en vigencia la Ley de Defensa del Consumidor 8, que regulaba los contratos de consumo onerosos.
Pero, en 1994, la reforma de la Constitución Nacional incorpora el artículo 42, que establece:

Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su
salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada veraz; a la libertad de elección, y a
condiciones de trato equitativo y digno

Así, nuestro sistema jurídico comienza a regular la relación de consumo como un derecho de rango constitucional.
En el año 2008 se reformó la Ley de Defensa del Consumidor10, lo que definió la relación de consumo como el vínculo
jurídico entre el proveedor y consumidor o usuario (la Ley de Defensa del Consumidor, en el año 2008, incorpora la
definición de relación de consumo, donde existe un vínculo jurídico entre un consumidor y un proveedor).

El Código Civil y Comercial trajo un cambio al modificar la Ley de Defensa del Consumidor, porque el artículo 1092 11,
al definir la relación de consumo, no menciona a los sujetos expuestos a ella como sujetos equiparados por ser
consumidores. Debemos tener presente respecto a la relación de consumo, que esta puede surgir no solamente de
un contrato, sino también de un acto unilateral o de un hecho jurídico.

¿Con qué destino? Puede ser en beneficio propio o de su grupo familiar o social. En el caso dado, vemos que Mario
compra la bicicleta como consumidor final, en beneficio suyo y de su familia.

Cuando hablamos de consumidor hay dos elementos: por un lado la debilidad, donde la vulnerabilidad se refleja
porque, en esta relación, la información no se encuentra equiparada para ambas partes y la capacidad técnica es
inferior en el consumidor, como la capacidad jurídica y de negociación. Por otro lado, el destino final de los bienes.
El proveedor es la persona física o jurídica que realiza una actividad de manera profesional y esa situación hace que
la relación con el consumidor no sea paritaria, por lo que este se encuentra en desventaja frente al proveedor. En el
caso planteado, el proveedor sería la empresa a la que Mario le compra la bicicleta.

El artículo 1093 define al contrato de consumo como:

Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que
actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o
privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o
usuarios, para su uso privado, familiar o social.12
Contratos, modalidades especiales
LECCIÓN 4 de 7
Nuestro Código Civil y Comercial en el Título III, dentro de los Contratos de Consumo, regula en las “modalidades
especiales” contratos que difieren de la forma tradicional de contratar, ya que están celebrados fuera de
establecimientos comerciales, a distancia y utilizando medios electrónicos.
El artículo 1104, bajo el título de contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales, define lo siguiente:

Está comprendido en la categoría de contrato celebrado fuera de los establecimientos comerciales del proveedor el
que resulta de una oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido en el domicilio o lugar de trabajo del
consumidor, en la vía pública, o por medio de correspondencia, los que resultan de una convocatoria al consumidor o
usuario al establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando el objetivo de dicha convocatoria sea total o
parcialmente distinto al de la contratación, o se trate de un premio u obsequio.13
[13] Art. 1104, Ley 26.994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2Yzfpvu

Si bien estos tipos de contratos están regulados en el artículo 32 de la Ley de Defensa del Cosumidor 14 y su decreto
reglamentario, coexisten con el artículo 1104 del Código, de manera tal que aquí se incluyen:
1
1-El que resulta de una oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido en el domicilio o lugar de trabajo del
consumidor, en la vía pública o por medio de correspondencia.
2
2-Los que resultan de una convocatoria al consumidor o usuario al establecimiento del proveedor o a otro sitio,
cuando el objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación, o se trate de un
premio u obsequio.
3
3-La oferta realizada en el domicilio de un tercero o en el domicilio particular del oferente.

En estos contratos encontramos que su origen se da por una acción del proveedor que, de manera directa, se dirige
a motivar al consumidor a celebrarlos. Por ello, la idea de protección al consumidor se debe a la posibilidad de que el
proveedor sorprenda al consumidor y lo conduzca a realizar un acto irreflexivo, aprovechándose de su confusión, o
bien lo someta a una presión tal que el consumidor no pueda decir que no.
Con relación a la forma, de acuerdo con el artículo 3215 de la Ley de Defensa del Consumidor, el requisito es que sea
escrito.

El artículo 1105 define a los contratos celebrados a distancia como:

Aquellos concluidos entre un proveedor y un consumidor con el uso exclusivo de medios de comunicación a
distancia, entendiéndose por tales los que pueden ser utilizados sin la presencia física simultánea de las partes
contratantes. En especial, se consideran los medios postales, electrónicos, telecomunicaciones, así como servicios
de radio, televisión o prensa.

Aquí lo que se destaca es que se utilizan medios de comunicación que habilitan que el contrato se celebre sin
presencia física de manera simultánea de las partes. El artículo realiza una enumeración a modo de ejemplo, ya que
no se concentra en medios específicos y tampoco especifíca a qué tipo de contrato se aplica.
En el caso dado, Mario compra la bicicleta a través de este medio porque utiliza internet luego de comparar precios
para comprarla a través de una plataforma online.
Acá se protege al consumidor que cuenta con menor información y no tiene forma de evaluar ese contrato, porque no
tiene contacto directo con la otra parte y/o con los bienes que son objeto del contrato.
En los contratos electrónicos, que constituyen una de las posibles formas de contratación a distancia, hay mayor
justificación en la protección, ya que, a través de los medios electrónicos, nos encontramos con características muy
particulares como:
 la desmaterialización del contrato;
 dificultades para determinar el momento y lugar de perfección de dicho contrato;
 problemas a la hora de corroborar la identidad y capacidad de las partes;
 problemas técnicos que pueden surgir mientras se utiliza el medio electrónico.
Es necesario que estos contratos se cumplan con la información por escrito del derecho de revocar, de acuerdo con
lo que establece el artículo 1112

El contrato celebrado a distancia puede considerarse "entre presentes" o "entre ausentes" según las circunstancias
del caso. Ello así, toda vez que el contrato a distancia meritúa la distancia física entre los contratantes mientras que
la distinción entre "ausentes" y "presentes" se basa en la inmediatez temporal entre oferta y aceptación. (Rivera y
Medina, 2014, p. 2626).
Con relación a la utilización de medios electrónicos, el artículo 1106 determina: “Siempre que en este Código o en
leyes especiales se exija que el contrato conste por escrito, este requisito se debe entender satisfecho si el contrato
con el consumidor o usuario contiene un soporte electrónico u otra tecnología similar”18.
La característica fundamental de este contrato es que está contenido en un soporte electrónico. La constancia por
escrito del contrato busca proteger al consumidor, si bien este podría preferir que la formalidad escrita sea en soporte
papel y no electrónico, ya que a veces los consumidores pueden tener problemas de acceso a los medios
tecnológicos, porque no están acostumbrados o no los saben utilizar. En este sentido, el papel tiene ventajas a la
hora de tener que analizar más pormenorizadamente el contrato y pensar mejor en la posibilidad de revocación a la
que tiene derecho. Otra ventaja del soporte papel es que, a la hora de iniciar una denuncia o reclamo judicial porque
el proveedor no cumplió, otorga mayor seguridad.
En estos contratos que se celebran a través de medios electrónicos, el requisito de la firma se cumple a través de la
firma digital, que otorga seguridad en relación a su autor y a la integridad del instrumento, sin dejar espacio a dudas.
Avanzando en este módulo, veremos más específicamente todo lo relativo a la firma digital.
Es muy importante el tema de la información sobre los medios electrónicos, la oferta y el lugar de cumplimiento:

INFORMACIÓN SOBRE LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS



El artículo 1107 determina que:

Si las partes se valen de técnicas de comunicación electrónica o similares para la celebración de un contrato de
consumo a distancia, el proveedor debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la
facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para comprender los
riesgos derivados de su empleo, y para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos.

Si las partes van a utilizar técnicas de comunicación electrónica, el proveedor debe informar: el contenido mínimo del
contrato de acuerdo con lo que establece el artículo 1110 del Código, la facultad de revocar, artículo 1111, y la
información sobre los riesgos del medio empleado y quien asume esos riesgos, entendiendo que estos son por
cuenta del proveedor, por cuanto no deben trasladarse al consumidor que es quien constituye la parte más débil en
estos contratos (Rivera y Medina, 2014, p. 2628)

OFERTA POR MEDIOS ELECTRÓNICOS



Con respecto a las ofertas por medios electrónicos, vemos que el artículo 1108 determina:

Las ofertas de contratación por medios electrónicos o similares deben tener vigencia durante el período que fije el
oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo que permanezcan accesibles al destinatario. El oferente debe
confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la aceptación.

La Ley de Defensa del Consumidor establece, en el artículo 7, el deber de fijar el plazo de vigencia para las ofertas.
Si las partes omiten fijar el plazo y la oferta no indica plazo de vencimiento, esta se mantiene vigente mientras que el
consumidor pueda acceder a ella. El plazo de vencimiento de la oferta debe estar establecido en los términos del
contrato, dado el deber de información que tiene el proveedor.
Si el proveedor no cumple con esa carga, se debe diferir el comienzo del cálculo del plazo para ejercer el derecho de
revocación hasta el cumplimiento de esa carga; de esta manera, el consumidor mantiene su derecho de revocación
mientras el proveedor no cumpla con la obligación señalada. No olvidemos que el artículo 1111 del Código sujeta el
comienzo del cómputo del plazo hasta que se informe al consumidor de manera debida sobre su derecho de
revocación. “En cuanto al momento en que cobraría eficacia la confirmación enviada por el proveedor, se ha
sostenido que el aviso de recibo cobrará eficacia a partir de la entrada del mensaje al sistema de información del
destinatario del aviso (Moisset De Espanés)”. (Rivera y Medina, 2014, p. 2163)

LUGAR DE CUMPLIMIENTO

Es importante conocer qué sucede con el lugar de cumplimiento en este tipo de contratos y, en este sentido, el
artículo 1109 nos da la solución:

En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales, a distancia, y con utilización de medios
electrónicos o similares, se considera lugar de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió recibir la
prestación. Ese lugar fija la jurisdicción aplicable a los conflictos derivados del contrato. La cláusula de prórroga de
jurisdicción se tiene por no escrita.

Si bien la Ley de Defensa del Consumidor no establece normas específicas de jurisdicción de estos contratos, la
prórroga de jurisdicción es considerada cláusula abusiva. El artículo 36 de la citada ley, por ejemplo, establece para
la regulación de las operaciones financieras de consumo que el reclamo puede iniciarse en el lugar de consumo o
uso, en el de celebración del contrato, en el del domicilio del consumidor, en el del domicilio del demandado, o bien,
en el de la citada en garantía.
Por su parte, el artículo 265423 del Código establece alternativas de elección por parte del consumidor para fijar la
jurisdicción; de ese modo, podría iniciar el reclamo ante el juez del lugar donde realiza actos necesarios para la
celebración del contrato, vinculado con el lugar de residencia del consumidor (Rivera y Medina, 2014, p. 2631).

A su vez, este puede ser demandado solamente ante los jueces del Estado de su domicilio.

Un tratamiento especial merece el tema de la revocación en este tipo de contratos. De acuerdo con el artículo 1110:

En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a distancia, el consumidor tiene el derecho
irrenunciable de revocar la aceptación dentro de los diez días computados a partir de la celebración del contrato.
Si la aceptación es posterior a la entrega del bien, el plazo debe comenzar a correr desde que esta última se
produce.
Si el plazo vence en día inhábil, se prorroga hasta el primer día hábil siguiente.
Las cláusulas, pactos o cualquier modalidad aceptada por el consumidor durante este período, que tengan por
resultado la imposibilidad de ejercer el derecho de revocación se tienen por no escritos.

El derecho de revocación está normado en el artículo 3425 de la Ley de Defensa del Consumidor y su decreto
reglamentario. Tanto en la citada ley como en el Código, la finalidad de este instituto es proteger a los consumidores
de prácticas de comercio agresivas para ellos, de ahí que el consumidor goce del derecho a revocación con ciertas
características:
 Se le da un plazo de 10 días para reflexionar, después de haber aceptado una oferta (art. 1110);
 Se le permite revocar el contrato celebrado (art. 1110);
 El proveedor debe informar de manera adecuada al consumidor sobre la facultad que tiene de poder revocar
el contrato (art.1111);
 El proveedor corre con los costos que genera la restitución de la cosa, en caso de que el consumidor
ejerciera el derecho de revocación (art. 1115);
 El proveedor asume el riesgo de que sea imposible restituir la prestación objeto del contrato, mientras no se
impute al consumidor (art. 1114);
 El proveedor asume la pérdida del valor de la cosa que provenga de su uso de acuerdo con lo pactado o de
su propia naturaleza por parte del consumidor (art. 1115);
 El proveedor debe reembolsarle al consumidor los gastos necesarios y útiles que realizó en la cosa

“El derecho a la revocación es irrenunciable y si una cláusula impide su ejercicio se considera no escrita y no es
necesario manifestar los motivos que llevaron al consumidor a tomar tal decisión” (Rivera y Medina, 2014, p. 2635).
El derecho a revocación provoca la revocación del contrato en sí, en relación al plazo de reflexión, que se computa
por días corridos y comienza a correr a partir de lo que suceda último, la entrega o la aceptación.
Dentro de los deberes del proveedor está el de información del derecho de revocación (Rivera y Medina, 2014, pp.
2634 y 2635).

De acuerdo con el artículo 1111:

El proveedor debe informar al consumidor sobre la facultad de revocación mediante su inclusión en caracteres
destacados en todo documento que presenta al consumidor en la etapa de negociaciones o en el documento que
instrumenta el contrato concluido, ubicada como disposición inmediatamente anterior a la firma del consumidor o
usuario. El derecho de revocación no se extingue si el consumidor no ha sido informado debidamente sobre su
derecho.

Según la doctrina mayoritaria, el derecho de revocación no se extingue si el consumidor no fue informado


debidamente sobre su derecho.

En caso que la omisión de informar sea parcial, la consecuencia dependerá del carácter de dicha omisión. Así, si no
se informa el domicilio al cual debe comunicarse la revocación, el consumidor podrá hacerlo en cualquiera vinculado
al proveedor; si lo que no se informa es el plazo, este se prorrogará; si lo que no se informa es la forma de
comunicarlo, el consumidor podrá emplear la que considere conveniente; etc. (Calderón). (Rivera y Medina, 2014, p.
2637).

¿De qué manera debe realizar este derecho de revocación el consumidor? La respuesta la entrega el artículo 1112:
“La revocación debe ser notificada al proveedor por escrito o medios electrónicos o similares, o mediante la
devolución de la cosa dentro del plazo de diez días computados conforme a lo previsto en el artículo 1110”
De acuerdo al artículo anterior, la revocación debe comunicarse por escrito, por medios electrónicos o similares, o
mediante la devolución de la cosa. Con que el proveedor haya podido conocer la revocación, es suficiente para que
se considere cumplida la notificación.
Revocación tácita: cuando la revocación se realiza a través de la devolución de la cosa, que debe realizarse dentro
del plazo de los 10 días.
Revocación expresa: si se realiza a través de una notificación (debe hacerse dentro de los 10 días).
¿Qué efectos produce el ejercicio de la revocación? El artículo 1113 determina: “Si el derecho de revocar es ejercido
en tiempo y forma por el consumidor, las partes quedan liberadas de sus obligaciones correspectivas y deben
restituirse recíproca y simultáneamente las prestaciones que han cumplido”28. A su vez, el artículo 1114 establece:

La imposibilidad de devolver la prestación objeto del contrato no priva al consumidor de su derecho a revocar. Si la
imposibilidad le es imputable, debe pagar al proveedor el valor de mercado que la prestación tiene al momento del
ejercicio del derecho a revocar, excepto que dicho valor sea superior al precio de adquisición, en cuyo caso la
obligación queda limitada a este último.29

Una mención especial merecen los contratos que prevén la prestación de servicios, en los cuales cabe el derecho de
revocación en la medida en que la prestación no haya sido ejecutada: si la prestación es de ejecución continuada se
podrá ejercer el derecho respecto de aquellas prestaciones no ejecutadas (De Lorenzo). (Rivera y Medina, 2014, p.
2639).

Si es imposible devolver la prestación y eso no es imputable al consumidor (por ejemplo, si perdió la cosa por caso
fortuito), él tiene el derecho de revocar sin adeudar nada al proveedor. Si, en cambio, es imputable al consumidor,
este le deberá pagar al proveedor el valor menor entre el valor de mercado de la cosa al momento de revocar y el
valor de adquisición del bien. En esta hipótesis, en realidad, hablamos de pago del precio.
¿Y qué sucede con relación a los gastos que implique la revocación? La solución la trae el artículo 1115:

El ejercicio del derecho de revocación no debe implicar gasto alguno para el consumidor. En particular, el consumidor
no tiene que reembolsar cantidad alguna por la disminución del valor de la cosa que sea consecuencia de su uso
conforme a lo pactado o a su propia naturaleza, y tiene derecho al reembolso de los gastos necesarios y útiles que
realizó en ella.

Los gastos de devolución de la cosa corren por cuenta del proveedor:

Algún ejemplo planteado por la doctrina señala que “si el consumidor recibe la cosa que ha adquirido mediante una
oferta televisiva concretada por teléfono y, una vez efectuada la apertura del packing y la prueba de la cosa, observa
que no es lo esperado, podría devolverla aunque ya tenga diferencias en relación con un paquete nuevo, sin uso”

Al consumidor se le deben restituir los gastos útiles y necesarios que realizó con la cosa. El consumidor, al poner el
bien a disposición del proveedor, ya cumplió con su obligación, siendo el proveedor quien debe gestionar los costos
de devolución, trámites, logística, etcétera.
El derecho de revocación encuentra excepciones, de acuerdo con el artículo 1116:

Excepto pacto en contrario, el derecho de revocar no es aplicable a los siguientes contratos:


1
1-los referidos a productos confeccionados conforme a las especificaciones suministradas por el consumidor o
claramente personalizados o que, por su naturaleza, no pueden ser devueltos o puedan deteriorarse con rapidez;
2
2-los de suministro de grabaciones sonoras o de video, de discos y de programas informáticos que han sido
decodificados por el consumidor, así como de ficheros informáticos, suministrados por vía electrónica, susceptibles
de ser descargados o reproducidos con carácter inmediato para su uso permanente;
3
3-los de suministro de prensa diaria, publicaciones periódicas y revistas.31

La norma excluye específicamente aquellos supuestos en los que el derecho de revocación perdería sentido, sea
porque los productos:
1
1-son " hechos a medida" (inc. a), en cuyo caso se reduce la posibilidad para el proveedor de disponer nuevamente
del bien por haberlo confeccionado especialmente para un consumidor (inc. a, in fine);
2
2-son susceptibles de ser copiados o reproducidos de manera permanente, lo que le permitiría al consumidor ejercer
el derecho de arrepentimiento y aun así mantener una copia del producto (inc. b); o
3
3-implican suministros de prensa o publicaciones que pierden su valor por el transcurso de los días, llegando en
muchos casos a valor 0 en el plazo de 10 días (inc. c).
La lista de excepciones debe entenderse como taxativa en virtud del carácter protectorio del derecho de la
revocación. (Rivera y Medina, 2014, p. 2641).
La informática y la contratación
LECCIÓN 1 de 3

Contratación electrónica: nuevas tecnologías


Esta revolución tecnológica ha transformado los diversos aspectos de la sociedad. No hay política, economía ni
cultura que no se haya visto impactada por este fenómeno. El derecho no es ajeno a esta realidad. Es sabido que,
como ciencia en permanente cambio, se debe ir adaptando a esos paradigmas. Y cómo no, si vemos que diversos
ámbitos jurídicos han debido abocarse a buscar soluciones a los problemas que surgen con esta nueva realidad y
generan incertidumbre e inseguridad. Hoy hablamos de teletrabajo, de manipulación y venta de datos sensibles
almacenados digitalmente, de requisitos para la emisión de facturas electrónicas, de las obligaciones de información
que debe recoger una página web, de los límites en el uso de contenidos de la web, de nuevos delitos penales (como
“estafas virtuales”, “hacking” y “sniffers”). Un sniffer es un programa de captura de las tramas de red. Es común que
el medio de transmisión (cable coaxial, fibra óptica) sea compartido por varias computadoras y dispositivos de red, lo
que posibilita que un ordenador capture las tramas de información no destinadas a él. Este tipo de programas es
utilizado, por lo general, como una herramienta de hackers y atacantes informáticos.
La lista de delitos es interminable, pero lo que nos convoca a este estudio es el tema relativo a la formación y validez
de los contratos electrónicos.

Derecho de contratación
La pregunta, a estas alturas, resulta inevitable. ¿Qué sucede en el ámbito del derecho de contratación? No ha sido
indiferente y ha debido regular nuevos conceptos. Ahora hablamos de contrato electrónico. Esta figura “ha adquirido
una relevancia incuestionable en la actividad negocial, no solo por su frecuencia, sino también por su magnitud”
(Ibarguren, 2006, p. 2), ya que cada día crece más esta forma de celebrar las declaraciones de voluntad.
Antes de adentrarnos en los contratos electrónicos, es importante saber qué es un contrato. El Código Civil y
Comercial de la Nación, en el Libro Tercero, Derechos Personales, a partir del Título II, regula todo lo relativo a los
contratos y el artículo 957 define al contrato como: “el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”1.

A continuación, te invito a leer la siguiente historia para descubrir características de los contratos electrónicos:
Mario Desbordes es corredor inmobiliario MP 1412, matriculado en el Colegio Profesional de Inmobiliarios de
Córdoba hace 20 años. Trabaja junto al abogado Ramón Briceño, quien lo asesora en materia de contratos. Tiene su
oficina en la Av. Rafael Núñez al 3500 de esta ciudad. Mario reconoce que la actividad profesional ha ido cambiando
gracias al avance de la tecnología. Si años atrás la única posibilidad que tenía de publicar las propiedades era a
través de avisos clasificados en el diario y colocando carteles en los inmuebles, hoy, gracias a la transformación
digital, puede además publicar en los portales web más utilizados. Si antes, para mostrar la propiedad debía
encontrarse físicamente en ella con los potenciales interesados, hoy la tecnología permite realizar tours en 360
grados por las propiedades, pudiendo hacerse visitas virtuales. Hoy se puede realizar una reserva de propiedad con
tarjeta de crédito o transferencia bancaria y celebrar contratos de modo online. El asesoramiento y la atención
también pueden hacerse usando Whatsapp, Zoom, Meet, etcétera.
Mario adquirió, al instalar su oficina, una computadora con un buen procesador y memoria de gran capacidad, y
también contrató un software de gestión para su inmobiliaria que le facilita realizar todas esas tareas. En este
contexto, Mario asesora al Sr. Raúl Torres, con domicilio en José Esteban Bustos 1200 de esta ciudad, que es un
posible locatario, ya que Raúl desea alquilar la vivienda de propiedad de la Sra. Julia Moyano, ubicada en calle León
Torres 538 del B° Alta Córdoba de la Ciudad de Córdoba. Raúl Torres, para encontrar la propiedad adecuada que
estaba buscando para alquilar, ingresó a diversos portales de la web donde se publicitan inmuebles. Raúl reconoce
que el avance de la tecnología le facilitó la búsqueda de propiedades, ya que puede recorrer las diversas opciones
que se ofrecen en el mercado a cualquier hora y desde la comodidad de su hogar, usando su tablet o su teléfono; es
mucho más rápido y cómodo para los usuarios y consumidores. Raúl reconoce que, en sus horas de búsqueda,
encontró páginas que son demasiado lentas, que no cargan bien los datos o que se caen con facilidad, mientras que
otras cuentan con una excelente velocidad y su diseño es de fácil recorrido. En una de esas páginas, la de la
inmobiliaria del corredor Desbordes, encontró la propiedad que buscaba para alquilar. Pudo ver fotos del inmueble y
ver videos tan reales como si estuviera dentro de la casa. Además le facilitó el mapa agregado de la zona donde está
ubicado el inmueble exactamente. Lo que por último lo motivó a decidirse es que, cuando ingresó a la página de la
inmobiliaria del corredor Desbordes, encontró buenos comentarios de los clientes. Estos recomendaban contratar con
la intermediación del corredor Desbordes por su profesionalismo y seriedad. En una de las conversaciones entre el
corredor y Raúl, surgió el tema de cómo la tecnología y la era digital revolucionaron el comercio. Raúl le contó que
había tenido buenas experiencias al comprar a través de internet, ya que se compró un teléfono muy bueno, ropa,
calzado y electrodomésticos para su hogar. Argumentó que hay ventajas para los consumidores, porque se ahorra
tiempo, es cómodo, se puede buscar dentro de un montón de alternativas y ofertas y los medios de pago son
seguros. También le comentó que, en cada operación, recibió la información necesaria de parte de los proveedores.
Además se reciben los productos en los tiempos pactados. El corredor, escuchando sobre sus experiencias al
comprar online, le preguntó a Raúl si sabía que la relación de consumo es un derecho amparado por la Constitución
Nacional, a lo que Raúl le dijo que lo desconocía. También Raúl le comentó que en una oportunidad compró una
funda para moto y que al recibirla vio que no era de la marca que había comprado, por lo que pudo devolverla
ejerciendo un derecho, aunque no recuerda su nombre. El corredor le explica que se denomina derecho de
revocación, que es el derecho que tiene todo consumidor a revocar el contrato. Este debe ser informado por el
proveedor de tal derecho, hay un plazo para ejercerlo y, en general, las tiendas online informan el contenido del
contrato, así como la forma de contratar, todas las características de los productos, los medios de pago y de entrega,
plazos, etcétera. Esto se debe a que son contratos a distancia, electrónicos, celebrados a través de medios
electrónicos donde no hay presencia física simultánea de las partes. Además, los consumidores se consideran la
parte débil en estos contratos, porque no tienen el profesionalismo de los proveedores en cuanto a los conocimientos
técnicos y jurídicos y no tienen contacto directo con la otra parte ni con los bienes, que son objeto del contrato. Hay
personas que se resisten a esta manera de contratar porque no se acostumbran a comprar productos sin tocarlos o
probárselos. También temen que, al pagar con tarjeta de crédito, se los estafe o que se caiga la página justo en el
momento de pago y se les cobre doble, incluso desconfían de no poder cambiar o devolver el producto, si no fuera de
su agrado. Raúl le comenta que no es lo mismo el tiempo que uno demora para buscar un producto determinado, si
piensa en sacar el auto del garaje, ir hasta el shopping, buscar y conseguir estacionamiento, recorrer el centro
comercial hasta llegar a la tienda, esperar la atención de un empleado y pedir el producto para que, finalmente, no
haya del talle o el color que se busca. El corredor asiente a tales comentarios y le explica a Raúl que las empresas
han debido adaptarse a las nuevas formas de comercializar productos y servicios y que las inmobiliarias no han
quedado ajenas a tales cambios.
¿Cuándo sabemos que estamos frente a un contrato electrónico? ¿Qué lo distingue de un contrato normal? Existen
distintas definiciones para referirnos a este tipo de contratación. Algunos doctrinarios la definen como: “aquella que
se realiza mediante la utilización de algún elemento electrónico cuando éste tiene, o puede tener, una incidencia real
y directa sobre la formación de la voluntad o el desarrollo o la interpretación futura del acuerdo” (Flores Salgado,
2014, p. 119).
En sentido estricto, “los contratos electrónicos son aquellos que se perfeccionan mediante el intercambio electrónico
de ordenador a ordenador, ya que en un sentido más amplio podríamos hablar de contratos celebrados por medios
electrónicos aunque no sean ordenadores: fax, télex, telégrafo” (Márquez, 2002, p. 5).

Simplificando los conceptos dados, los contratos electrónicos son contratos civiles o comerciales que se celebran por
vía electrónica y, para ser considerados tales, deben cumplir con dos requisitos, a saber:
1
1-se celebran a distancia, no hay presencia física de las partes contratantes, por lo que la oferta y la aceptación se
manifiestan a través de medios electrónicos;
2
2-se celebran a través de redes telemáticas o electrónicas. (Nova Labián, 2012, p. 46.)

En la historia dada, el sr. Raúl Torres le comentó al corredor Desbordes que compró, de manera online, en varias
oportunidades diversos productos (como un teléfono, zapatos, ropa y electrodomésticos) y que tuvo buenas
experiencias al comprar a través de internet.

Para comprender el derecho de contratación hay que considerar que, en esta materia, existe libertad contractual,
donde rige la autonomía de la voluntad, ya que las partes pueden insertarles a los contratos todas las cláusulas y
condiciones que libremente convengan. Por otro lado, en materia de contrataciones, se pueden celebrar figuras de
contratos distintas a los que están expresamente reglamentados (aquí no hay numerus clausus, lo que equivale a
decir un número limitado de tipos de contratos, como sí ocurre en los derechos reales). Resulta necesario recordar
que, como todo derecho, no es absoluto, sino que encuentra limitaciones a esta libertad contractual, como el respeto
al orden público. Retomando la idea de los cambios actuales, los factores que inciden en esta transformación de la
que venimos hablando son dos, a saber: la globalización y la tecnología. Estos dos elementos llevan el mundo a una
realidad diferente a la que conocimos hasta ahora, en especial manera si analizamos el ámbito jurídico, que es el
tema que nos reúne en torno a la informática jurídica.
Los doctrinarios, por esta nueva realidad, se cuestionan si debemos seguir con las legislaciones que tenemos o crear
nuevas en donde la tecnología quede incorporada en todas las áreas del derecho. En este sentido debemos destacar
que, en nuestro nuevo Código Civil y Comercial, el área donde más se desarrolló el tema de la informática es,
justamente, en el área contractual.
Al hablar de nuevas tecnologías debemos considerar que aparece un nuevo soporte que es generado por la
computadora y que es tema de discusión acerca del valor que tiene. Nos estamos refiriendo al documento electrónico
que, por supuesto, no debe considerarse como algo aislado, sino integrado a la teoría general del documento. En
este sentido, algunos autores consideran que los nuevos soportes electrónicos deberían formar un capítulo propio y
específico y superar la clásica división que nos brinda nuestro Código al diferenciar instrumentos públicos y privados,
“el documento electrónico debe garantizar los mismos efectos que un instrumento que utilice como soporte el papel
con relación a la voluntad declarada en el documento” (Zuvi, 2015, https://bit.ly/2BTlKKv).

Clasificación
Existen diversas clasificaciones de los contratos electrónicos, dependiendo el criterio que se tome:

Por el medio en el que se desarrollan



Contratos celebrados por correo electrónico: en estos contratos, las partes manifiestan su voluntad y aceptación
utilizando el lenguaje tradicional y la escritura que, a diferencia de un contrato no informático, se realiza en un medio
cuyo soporte es el mail, el cual reemplaza al papel (Nova Labián, 2012, p. 46).
Contratos celebrados mediante sistemas automatizados: podría ponerse como ejemplo un formulario de una página
web, donde se hace clic sobre un cuadro de aceptación o ícono.

Por los sujetos intervinientes



Contratos entre empresarios.
Contratos entre consumidores.
Contratos entre administraciones públicas.
Contratos con combinaciones de las anteriores.

Según la materia del acto que se celebra



Los tipos de contratos pueden ser:
Equipamientos, que son las unidades centrales de procedimiento, periféricos para la entrada y salida o
almacenamiento de datos, equipo para comunicaciones, etcétera.
Software de base y aplicativo.
Servicios de análisis y diseño de sistemas, adecuación de locales e instalación, capacitación y mantenimiento de
datos, equipos para comunicaciones (Flores Salgado, 2014, p. 120).

Según el negocio jurídico que se celebre



Contrato de venta de equipo informático (como programas o software).
Contrato de leasing, donde las relaciones jurídicas se establecen entre el fabricante del material informático, la
entidad financiera de leasing y el usuario.
Contrato de locación de equipos o de programas.
Contrato de horas-máquinas (es un contrato de cesión de uso donde el usuario opera la máquina durante una
cantidad determinada de horas-máquina).
Contrato de mantenimiento.
Contrato de prestaciones intelectuales, el cual comprende estudios previos, el pliego de condiciones, la formación del
personal o el contrato llave en mano.
Contrato de prestación de servicios.
Compraventa de equipo informático (hardware y software) (Flores Salgado, 2014, p. 120).

Diferencia entre contratación electrónica y contratación informática


Resulta necesario distinguir conceptualmente la contratación electrónica de la contratación informática.
Se denomina contratación electrónica o por medios informáticos, aquella que se realiza mediante la utilización de
algún elemento electrónico, con influencia decisiva, real y directa sobre la formación de la voluntad, el
desenvolvimiento o la interpretación de un acuerdo.
En un sentido amplio esta clase de contratación comprende a todos los contratos que se celebran por medios
electrónicos o telemáticos. En cambio, desde un punto de vista más restringido se consideran tales solamente a
aquellos contratos que se celebran mediante EDI, es decir, mediante la transmisión electrónica de datos de
ordenador a ordenador.
En la contratación informática, el contrato tiene por objeto bienes y servicios informáticos.
En cambio, se entiende por contrato informático al que tiene por objeto bienes y servicios informáticos
Los bienes informáticos comprenden tanto los ‘elementos materiales’ que constituyen el soporte físico o hardware, su
unidad central de procesamiento, periféricos, complementos, en definitiva, todos los otros equipos que componen el
soporte físico del elemento informático, como también los bienes inmateriales, que son los que proporcionan las
órdenes, los datos, los procedimientos y las instrucciones en el tratamiento automático de información, cuyo conjunto
constituye el soporte lógico del elemento informático.
En cambio, los servicios informáticos abarcan todos aquellos servicios que se relacionan con el tratamiento
automatizado de la información y sirven de apoyo a la informática, tales como el diseño, el análisis y el
mantenimiento del sistema (Ibarguren, 2006, pp. 20 y ss.).

Cuando hablamos de contratos informáticos, debemos saber que el sistema integrador de este tipo de contratos está
compuesto por diversos elementos:

 SOPORTE FISICO O MATERIAL: Se refiere a las máquinas o herramientas utilizadas, lo que conocemos técnicamente
como hardware.

 SOPORTE LOGICO O INMATERIAL: Constituido por todo aquello que hace posible el funcionamiento del sistema, que
no se ve físicamente, que es intangible, lo que denominamos software.

 EL ELEMENTO HUMANO: PERSONAS QUE INTERVIENEN

 LA ASISTENCIA TECNICA: Se refiere al soporte a sistemas y plataformas, mantenimiento de bases de datos, etcétera.
Comercio electrónico: noción
LECCIÓN 1 de 3
Desde hace varios años, las empresas, como partes de esta relación jurídica, participan en el comercio electrónico,
ya sea contactando proveedores, dando servicios de atención al cliente a través de la utilización de correo electrónico
o bien ofreciendo las tarjetas de crédito como medio de pago.
El rápido avance de las transacciones comerciales, que podemos definir como comercio electrónico, se encuentra
íntimamente relacionado con la evolución de las telecomunicaciones, el uso de Internet y la normativa que va
acompañando esta evolución.
El comercio electrónico es una gran oportunidad para emprendedores que buscan tener una actividad comercial en
un mundo sin fronteras.
El desafío es doble para las empresas, ya que deben ofrecer productos o servicios de alta competitividad y, al mismo
tiempo, utilizar estrategias (como estudios de mercado) que evidencien la mejor propuesta de negocio, aporten
creatividad y otorguen valor agregado al producto o servicio; puesto que el objetivo es impactar en el cliente a través
de una propuesta diferenciadora.
El comercio electrónico es, esencialmente, una nueva manera de hacer negocios que las empresas y emprendedores
han utilizado para mantenerse a la vanguardia y ofrecer aquello que los clientes demandan.

Marco legal de las transacciones electrónicas en Argentina


Para comprender el alcance del comercio electrónico o e-commerce, tal como se conoce a este tipo de transacciones
a nivel mundial, resulta muy importante analizar su marco normativo en Argentina y extendernos, a través del
derecho comparado, al abordaje general del tratamiento legal del comercio electrónico en algunos países de
Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
Una vez comprendido el panorama legislativo que impacta en el desarrollo de este tipo de actividades comerciales,
nos ocuparemos de analizar el desarrollo del e-commerce (contracción del término anglosajón electronic commerce)
y las ventajas que implica a nivel país.
¿Cuál es el desafío de la comunidad en torno al comercio electrónico? Según Roca de Estrada, la respuesta es
determinar y precisar varias cuestiones que impactan en el desarrollo de estas transacciones. “La homogeneización
avanza en la legislación mercantil internacional. Este desarrollo se traduce en la mejor garantía para el desarrollo del
comercio electrónico internacional” (2002, https://bit.ly/2AyGA1o). Pero, ¿cómo se define cuál es la ley aplicable, la
jurisdicción competente en casos de conflictos? Entre los proveedores, productores, intermediarios y consumidores
se generan conflictos y el derecho debe establecer un marco jurídico con la finalidad de propiciar el desarrollo del
comercio electrónico.

El comercio electrónico se caracteriza por la impersonalización y la transnacionalización y se lo denomina “B2B” si es


entablado entre empresas; si la relación se traba entre empresas y consumidores, “B2C”; si lo es entre consumidores,
“C2C” (en tanto abreviaturas de las expresiones business to business, business to consumer y consumer to
consumer). (Márquez, 2002, https://goo.gl/114GW7)

En Argentina, aunque sí hay proyectos, no existe una ley específica que regule los diferentes aspectos que envuelve
el comercio electrónico, tal como existe en los países desarrollados; sin embargo, estamos en condiciones de afirmar
que si surge de las regulaciones del Código Civil y Comercial de la Nación una clara orientación respecto a
encaminar tales actividades en un clima de respeto de los derechos de los consumidores y una adecuada protección
de los datos de las personas, habrá mayor seguridad jurídica para las relaciones de consumo.

A continuación, te invito a leer la siguiente historia donde podremos observar los alcances de las nuevas tecnologías
y el comercio electrónico:
Mario Desbordes es un Corredor Inmobiliario (MP 1412), matriculado en el Colegio Profesional de Inmobiliarios de
Córdoba desde hace 20 años. Trabaja junto al abogado Ramón Briceño, quien lo asesora en materia de contratos.
Tiene su oficina en la Av. Rafael Núñez al 3500 de esta ciudad.
Mario reconoce que la actividad profesional ha ido cambiando gracias al avance de la tecnología. Si años atrás la
única posibilidad que tenía de publicar las propiedades era a través de avisos clasificados en el diario y colocando
carteles en los inmuebles, hoy, gracias a la transformación digital puede, además, publicar en los portales web más
utilizados. Mientras que antes, para mostrar la propiedad, debía encontrarse físicamente con los potenciales
interesados, actualmente la tecnología le permite realizar visitas virtuales con tours en 360 grados por las
propiedades. En la actualidad se puede realizar una reserva de la propiedad con tarjeta de crédito o transferencia
bancaria y celebrar contratos de modo online. El asesoramiento y la atención también pueden hacerse usando
WhatsApp, Zoom, Meet, etcétera.
Aprovechando las herramientas digitales, Mario administra diversas propiedades encargándose de cobrar los
alquileres a los locatarios a través de transferencias bancarias. Además, debe reportar el estado de los pagos de
alquiler y los servicios públicos, contratar los servicios de reparación que sean necesarios para las conservación de
las propiedades (previa consulta a los propietarios para avalar los trabajos), hacer un seguimiento de los contratos
por vencer y tramitar los nuevos alquileres publicando las propiedades disponibles, estudiar la documentación que
deben presentar los posibles locatarios y todo lo relacionado a la firma del nuevo contrato de alquiler.
Mario, al instalar su oficina, adquirió una computadora con un buen procesador y memoria de gran capacidad y
también contrató un software de gestión que le facilita la realización de todas las tareas. En este contexto, el corredor
asesora al Sr. Raúl Torres (con domicilio en José Esteban Bustos 1200 de esta ciudad), posible locatario que desea
alquilar la vivienda de propiedad de la Sra. Julia Moyano, ubicada en calle León Torres 538 del B° Alta Córdoba de la
Ciudad de Córdoba. Para encontrar la propiedad adecuada, Raúl Torres ingresó a diversos portales de la web donde
se publicitan inmuebles. Raúl reconoce que el avance de la tecnología le facilitó la búsqueda de propiedades, ya que
pudo recorrer las diversas opciones que se ofrecen en el mercado a cualquier hora y desde la comodidad de su
hogar, usando su Tablet o su teléfono, lo que es mucho más rápido y cómodo para los usuarios y consumidores.
También señala que en sus horas de búsqueda encontró páginas que son demasiado lentas, que no cargan bien los
datos o que se caen con facilidad, mientras que otras cuentan con una excelente velocidad y su diseño es de fácil
recorrido. En una de esas páginas, la de la inmobiliaria del corredor Desbordes, encontró la propiedad que buscaba
para alquilar. Pudo ver fotos del inmueble y ver videos absolutamente fieles al aspecto real de la casa. Además, la
página le facilitó el mapa de la zona con la ubicación exacta del inmueble. Lo que, por último, lo motivó a decidirse es
que cuando ingresó a la página de la inmobiliaria encontró buenos comentarios de los clientes, que recomendaban
contratar con la intermediación de Desbordes por su profesionalismo y seriedad.
En una de las conversaciones entre el corredor y Raúl, surgió el tema de la tecnología y la era digital como aspectos
que revolucionaron el comercio. Raúl le contó que ha tenido buenas experiencias al comprar a través de Internet
(compró un teléfono muy bueno, ropa, calzado y electrodomésticos para su hogar), que resulta ventajoso para los
consumidores porque ahorra tiempo, es cómodo, ofrece un montón de alternativas y ofertas y los medios de pago
son seguros. También le comentó que en cada operación recibió la información necesaria de parte de los
proveedores. Agregó, además, que recibió los productos en los tiempos pactados.
El corredor, luego de escuchar las experiencias de su cliente al comprar online, le preguntó a Raúl si sabía que la
relación de consumo es un derecho amparado por la Constitución Nacional. Raúl respondió que desconocía esa
información. Le comentó, también, que en una oportunidad compró una funda para moto y que al recibirla vio que no
era de la marca que había elegido, por lo que pudo devolverla ejerciendo un derecho cuyo nombre no recordaba. El
corredor le explica, entonces, que se denomina derecho de revocación, que es el derecho que tiene todo consumidor
a revocar el contrato, que debe ser informado por el proveedor, que hay un plazo para ejercerlo y que, en general, las
tiendas online informan el contenido del contrato, la forma de contratar, todas las características de los productos, los
medios de pago y de entrega, los plazos, etcétera. Esto es así porque se trata de contratos a distancia, celebrados a
través de medios electrónicos, donde no hay presencia física simultánea de las partes y donde los consumidores se
consideran la parte débil, debido a que no tienen el nivel de profesionalismo de los proveedores en cuanto a los
conocimientos técnicos y jurídicos ni tienen contacto directo con la otra parte ni con los bienes que son objeto del
contrato.
Raúl explica que hay personas que se resisten a esta manera de contratar porque no se acostumbran a comprar
productos sin tocarlos o probárselos. Además, temen que al pagar con tarjeta de crédito se los estafe o que se caiga
la página justo en el momento de pago y se les cobre doblemente. Desconfían, también, de la posibilidad de cambiar
o devolver el producto si no es de su agrado. Raúl le comenta a Mario que hay diferencia entre el tiempo que uno se
demora para buscar un producto determinado online y el que el que invierte en la compra tradicional, que implica
sacar el auto del garaje, llegar al shopping, buscar y conseguir estacionamiento, recorrer el centro comercial hasta
hallar la tienda específica, esperar la atención de un empleado y pedir el producto (con la posibilidad de que no haya
del talle o del color que estás buscando). El Corredor asiente frente a esos comentarios y añade que las empresas
han debido adaptarse a las nuevas formas de comercializar productos y servicios y que las inmobiliarias no han
permanecido ajenas a tales cambios.
Retomando las tratativas del inmueble, Raúl se manifiesta interesado en alquilar la propiedad y ofrece hacer una
reserva para avanzar en la concreción del negocio mientras presenta las garantías solicitadas. Como se encontrará
fuera de la provincia por razones laborales, le pregunta al corredor Desbordes si es posible hacer una reserva de
manera electrónica y, en ese caso, si es necesario tener firma digital. El Corredor le dice a Raúl que puede hacer la
reserva depositando el 2% del valor del alquiler total. Con esa transferencia enviada por mail ya se configuraría la
reserva, porque los e-mails son considerados notificaciones fehacientes, ya que parten de un emisor cierto y van
dirigidas a un destinatario cierto. Además, las fechas de los mails y la del depósito o transferencia acreditarían la
fecha de la reserva. El corredor también le explicó a Raúl que la ley equipara la firma manuscrita con la firma digital,
pero que la firma digital tiene ventajas puesto que la firma manuscrita puede ser falsificada, mientras que en la firma
digital las falsificaciones son impensables, lo que otorga mayor seguridad a los contratos electrónicos.
La firma digital no es como una firma electrónica o escaneada, que si bien tiene presunción de autoría, de integridad
y no repudio (lo que significa que lo firmó quien dice haberlo firmado y que el documento no ha sido modificado luego
de la firma) requiere, sin embargo, de un certificado digital emitido por un certificador licenciado, que debe hacer el
trámite ante AFIP, con clave fiscal nivel 3 y solicitar turno para registrar la firma, por lo que la mayoría de las
personas no la tienen registrada. Ante esta explicación, Raúl decidió realizar el depósito de la reserva. Desbordes,
por su parte, y para darle mayor tranquilidad a su cliente, le envió por mail el escrito de la reserva para que Raúl lo
pueda firmar cuando regrese a la ciudad.
En la historia que acabamos de leer, vemos cómo el comercio electrónico en sus diversas aristas se ha apoderado de
las relaciones comerciales. El posible locatario compró online diversos productos y tuvo buenas experiencias, buscó
en los portales las propiedades y pudo confirmar una decisión mediante un correo electrónico. El corredor
inmobiliario, por su parte, muestra cómo ha tenido que adaptarse profesionalmente a los avances de la tecnología
para captar clientes, mostrar propiedades y avanzar en las negociaciones.
El comercio electrónico se desarrolla con fuerza en el ámbito de las relaciones de consumo. A partir del artículo 1104,
el Código Civil y Comercial de la Nación regula las contrataciones especiales como, por ejemplo, los contratos
celebrados fuera del establecimiento comercial del proveedor, aunque es en el artículo 1106 donde se establece lo
concerniente a las prácticas comerciales a través de medios electrónicos.
Utilización de medios electrónicos

El artículo 1106 del Código Civil y Comercial estable: “Siempre que en este Código o en leyes especiales se exija que
el contrato conste por escrito, este requisito se debe entender satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario
contiene un soporte electrónico u otra tecnología similar”. 1 El mail enviado confirmando o aceptando la reserva que
realiza el posible locatario del caso visto es considerado una notificación fehaciente, puesto que hay emisor,
destinatario, fechas y contenido de los mensajes.

Información sobre los medios electrónicos



Si las partes se valen de técnicas de comunicación electrónica o similares para la celebración de un contrato de
consumo a distancia, el proveedor debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la
facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para comprender los
riesgos derivados de su empleo y para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos.2

Ofertas por medios electrónicos



Las ofertas de contratación por medios electrónicos o similares deben tener vigencia durante el período que fije el
oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo que permanezcan accesibles al destinatario. El oferente debe
confirmar, por vía electrónica y sin demora, la llegada de la aceptación.3

En razón de lo establecido en el artículo 1106, siempre que en este Código o en leyes especiales se exija que el
contrato conste por escrito, este requisito se debe entender satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario
contiene un soporte electrónico u otra tecnología similar. Dice Cecilia Inés Molinari:

Como la Ley 25.506 de Firma Digital4 asimiló ese mecanismo de firma de documentos a la firma manuscrita, el
Código da a los documentos electrónicos similar tratamiento que el recibido por los documentos en soporte papel. Se
trata de la recepción jurídica de un cambio que se viene dando en la sociedad, un profundo cambio cultural que
provoca una suerte de desmaterialización de lo instrumental, sin pérdida de valor jurídico. Con sabio criterio, la norma
contiene una cláusula abierta a la incorporación de nuevas tecnologías que permitan obtener registros similares; en
suma, vías que, muy probablemente, se encuentren hoy en ciernes o aún no concebidas. (s.f., https://bit.ly/37vQJbh).

Es importante, además, destacar que:

Según lo pautado en el artículo 1107 del Código Civil y Comercial, cuando las partes se valen, para la celebración de
un contrato de consumo a distancia, de técnicas de comunicación electrónica o similares, el proveedor debe informar
al consumidor sobre: a) el contenido mínimo del contrato; b) la facultad de revocar; c) todos los datos necesarios para
el correcto empleo del medio elegido; d) todos los datos necesarios para que quede en claro cuáles son los riesgos
derivados del empleo del medio y quién asume esos riesgos. Es claro que esta vía de contratación no puede
constituir un medio de elusión de las obligaciones de los proveedores en los contratos de consumo ni de las
limitaciones legales a las estipulaciones que ellos pueden imponer en formatos de contratos por adhesión a cláusulas
predispuestas. Por ello, aun cuando se informe de riesgos, ello no conllevará una renuncia del consumidor a gozar de
la protección que la normativa específica en materia de contratos de consumo establece para su tutela.
El proveedor deberá asegurar información clara, comprensible, sobre lo relativo al contrato, su contenido y elementos
esenciales y sobre la posibilidad de revocar, específica de la contratación fuera de los locales comerciales; se trata
de los elementos sustantivos. Pero también, por requerimiento sustantivo, deberá informar sobre cuestiones
relacionadas con el procedimiento de contratación. El medio empleado presenta riesgos, como los de captura ilícita
de datos por terceros, muchos de los cuales pueden ser morigerados por el proveedor por medio de la adopción de
mecanismos de comunicación segura y de encriptación, cuestiones sobre las que debe informar al consumidor, para
que él decida si lleva adelante o no una operación por el medio elegido según el nivel de seguridad ofrecido. En un
intento de sistematizar el contenido de la información, afirmamos que en la oferta realizada por el proveedor, éste
deberá identificarse, especificar las características esenciales o especiales del bien o del servicio, el precio, separado
de él, el costo del transporte, forma de pago, modalidades que adoptará la entrega, el plazo de vigencia de la oferta,
duración del contrato, si procede, cuando se trate de contratos de duración y de ejecución permanente, la facultad de
revocar, así como y especialmente, para los contratos celebrados por medios electrónicos, la información debe
contener los necesario para utilizar correctamente el medio elegido, para comprender los riesgos derivados de su
empleo y para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos. (Herrera-Caramelo-Picasso, 2015, p. 508).

Seguramente te viste reflejado como uno de los consumidores que compró online o mobile, según las estadísticas
que nombró la Gerente Comercial de moda, deportes y belleza de Mercadolibre, Mariela Censori, porque son muchas
las ventajas que reporta la utilización de la tecnología.

El aumento del uso de medios electrónicos en las relaciones comerciales es un hecho indiscutible, que no hace sino
crecer a pesar del recelo que aún despierta en muchos consumidores. Sin embargo, las ventajas del comercio en la
“sociedad de la información” son muchas y han producido un cambio de hábitos en las compras que muchos
realizamos. En cuanto al concepto de “sociedad de la información”, como medio en el que se desarrollan las
actividades comerciales que serán analizadas, viene determinado por la extraordinaria expansión de las redes de
telecomunicaciones, en especial de Internet como vehículo de transmisión e intercambio de todo tipo de información.
Es frecuente, por tanto, que, a la hora de buscar, comparar y comprar determinados productos, prefiramos hacerlo a
través de Internet, por la comodidad de poder hacerlo desde un ordenador, con una mayor rapidez y, además, con la
opción de poder encontrar mejores precios, en muchos casos, que si fuéramos a establecimientos físicos. La razón
de esto es muy sencilla: las propias empresas que ofrecen productos o servicios de características tales que permiten
su prestación a través de Internet prefieren volcarse en este medio e incentivar o premiar al consumidor que realiza
las compras por Internet, ya que eso le permite a la empresa reducir costes en establecimientos y personal. Por lo
tanto, podemos decir que su incorporación a la vida económica y social ofrece innumerables ventajas, como la
mejora de la eficiencia empresarial, el incremento de las posibilidades de elección de los usuarios y la aparición de
nuevas fuentes de empleo. (Nova Labián, 2012, p. 27).

Podemos realizar una diferenciación en torno a las ventajas respecto al comercio electrónico según nos coloquemos
en la posición de consumidor/usuario o en la posición de proveedor, empresario, emprendedor o comerciante de
productos o servicios.

 Ventajas desde el punto de vista del consumidor: Desde el punto de vista del consumidor, las ventajas del
comercio electrónico se relacionan con la comodidad para acceder a la oferta, la existencia de una amplia
gama de productos o servicios, las mayores posibilidades de elección y los menores costos respecto de los
productos ofrecidos para, de ese modo, poder acceder a descuentos por días especiales en los que la oferta
masiva se traduce en mayor acceso para el consumidor.
 Ventajas desde el punto de vista del empresario: Desde el punto de vista del empresario, operar a través del
comercio electrónico reporta beneficios relacionados con: menores costos; eliminación de pérdidas por
mercaderías fuera del establecimiento, robadas o perdidas; menores gastos respecto a contratación de
recursos humanos, y un mayor acceso a gran variedad de potenciales clientes (lo que le permitirá derribar
fronteras en relación con el tiempo y el lugar en que ofrece sus productos o servicios).

¿Qué es la firma digital? Valor jurídico de la firma


LECCIÓN 1 de 5
De uso diario y común, la firma ológrafa (es decir, de puño y letra) se ha considerado un requisito de validez para
aquellos acuerdos de partes que deben hacerse por instrumento privado, también en los casos en los que se prestan
declaraciones juradas, notificaciones y muchos otros documentos. ¿Cómo podríamos asegurar la capacidad e
identidad del firmante? El procedimiento es la certificación de firmas, muchas veces realizadas por escribanos.
Cuando nos encontramos frente a un instrumento público, por ejemplo, una escritura pública o una sentencia judicial,
la firma garantiza el contenido y asegura, además, la autenticidad del documento, ya que el funcionario público o el
escribano “dan fe” del contenido.
El Código Civil y Comercial de la Nación contempla el concepto de firma en el artículo 288:

La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada en el texto al cual corresponde. Debe consistir en
el nombre del firmante o en un signo.
En los instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma de una persona queda satisfecho si
se utiliza una firma digital, que asegure indubitablemente la autoría e integridad del instrumento.1

Rivera realiza algunos interesantes comentarios sobre las implicancias de este artículo:

Admitida la firma como trazos habituales que una persona acostumbra a escribir para manifestar su voluntad frente a
una determinada circunstancia, el presente artículo la establece específicamente como un especial medio de prueba:
entonces, el trazo habitual de una persona probará la declaración de voluntad descripta en el texto al que
corresponda. El efecto principal del artículo es la asunción del texto por el firmante. Y por supuesto, no se restringe
de modo alguno la composición de ese trazo, se deja librada a la más amplia conciencia la posibilidad de bosquejar
una firma, símbolo o signo que determine la autoría de una persona. Sobre esto, digamos, con Leiva Fernández, que
la firma es componente inexcusable en el instrumento privado, ya que cumple dos funciones esenciales: demostrar la
voluntad e imputar la autoría. Siempre es bueno recordar en estas instancias el ejemplo que recuerda el inolvidable
Llambías, al explicar la historia de los instrumentos y la consecuente necesidad de las personas de dar validez a los
garabatos, los símbolos o signos con los que suscribían documentos. El estudio del caso de Monseñor Massillon,
obispo de Clermont, se presenta como relevante por cuanto se aceptó por vez primera la firma en forma de cruz,
seguido de sus iniciales y la indicación de la dignidad eclesiástica del firmante (obispo de Clermont). En definitiva,
amplia es la consideración del trazo de una persona para que a través de la habitualidad pueda conformar su firma y
así, lograr el efecto de asumir los textos que se suscriben de buena fe.
La parte final del artículo se refiere a la firma digital utilizada en los instrumentos generados por medios electrónicos.
No debe sorprender entre nosotros este agregado, también traído del proyecto de 1998, por cuanto entre otras
cuestiones relevantes que omitiré en razón de la brevedad, debe recordarse que la ley de firma digital 25.506/2001
equipara, en su artículo tercero, el valor de la firma electrónica con la firma manuscrita. En definitiva, es dar vigencia
renovada y actualizada al articulado del Código Civil. (Rivera, 2014, p. 726).
Para ver los alcances de la firma digital, te invito a repasar la historia del Corredor Mario Desbordes y del locatario
Raúl Torres.
Mario Desbordes es un Corredor Inmobiliario (MP 1412), matriculado en el Colegio Profesional de Inmobiliarios de
Córdoba desde hace 20 años. Trabaja junto al Abogado Ramón Briceño, quien lo asesora en materia de contratos.
Tiene su oficina en la Av. Rafael Núñez al 3500 de esta ciudad.
Mario reconoce que la actividad profesional ha ido cambiando gracias al avance de la tecnología. Si años atrás la
única posibilidad que tenía de publicar las propiedades era a través de avisos clasificados en el diario y colocando
carteles en los inmuebles, hoy, gracias a la transformación digital, puede, además, publicar en los portales web más
utilizados. Si antes debía encontrarse físicamente con los potenciales interesados en la propiedad para poder
mostrarla, en la actualidad la tecnología permite realizar tours en 360 grados por las propiedades y concretar visitas
virtuales. Actualmente, se puede realizar una reserva de propiedad con tarjeta de crédito o transferencia bancaria y
celebrar contratos de modo online. El asesoramiento y la atención también pueden hacerse usando WhatsApp,
Zoom, Meet, etcétera.
Aprovechando las herramientas digitales, Mario administra diversas propiedades. Se encarga de cobrar los alquileres
a los locatarios a través de transferencias bancarias, debe reportar el estado de los pagos de alquiler y los servicios
públicos, se ocupa de contratar los servicios de reparación que sean necesarios para las conservación de las
propiedades (previa consulta a los propietarios para avalar los trabajos), debe hacer un seguimiento de los contratos
por vencer y tramitar los nuevos alquileres publicando las propiedades disponibles, se ocupa de estudiar la
documentación que deben presentar los posibles locatarios y todo lo relacionado a la firma del nuevo contrato de
alquiler. Al instalar su oficina, Mario adquirió una computadora con un buen procesador y memoria de gran capacidad
y, también, contrató un software de gestión que le facilita realizar todas las tareas mencionadas.
En este contexto, Mario asesora al Sr. Raúl Torres, con domicilio en José Esteban Bustos al 1200 de la ciudad de
Córdoba, interesado en alquilar la vivienda de propiedad de la Sra. Julia Moyano, ubicada en calle León Torres 538
del barrio Alta Córdoba de esta ciudad. Raúl sabe que el contrato de alquiler se hará por 36 meses y que a la hora de
firmar deberá abonar diversos rubros, como el primer mes de alquiler, el mes por adelantado, el sellado o aforo (que
es del 5% del valor total del contrato), los gastos de informe del garante (a cargo del locatario) y los honorarios del
corredor (5% del total del valor del contrato). Los ajustes anuales se harán siguiendo el índice que establece la ley de
alquileres. El alquiler mensual de la propiedad es de $20.000.
Con el objetivo de alquilar, Raúl Torres ingresó a diversos portales de la web donde se publicitan inmuebles.
Reconoce que el avance de la tecnología le facilitó la búsqueda de propiedades ya que pudo recorrer las diversas
opciones que se ofrecen en el mercado a cualquier hora y desde la comodidad de su hogar, usando su Tablet o su
teléfono. Asegura, entonces, que la utilización de los medios tecnológicos vuelve el proceso mucho más rápido y
cómodo para los usuarios y consumidores. Dice, también, que en sus horas de búsqueda entró en páginas que son
demasiado lentas, que no cargan bien los datos o que se caen con facilidad; mientras que otras cuentan con una
excelente velocidad y su diseño es de fácil recorrido. En una de esas páginas, la de la inmobiliaria del corredor
Desbordes, encontró la propiedad que buscaba para alquilar. Pudo ver fotos del inmueble y videos extremadamente
fieles al aspecto real de la casa. Además, la página le facilitó el mapa de la zona exacta donde está ubicado el
inmueble. Lo que, por último, lo motivó a decidirse es que cuando ingresó a la página de la inmobiliaria de Desbordes
encontró buenos comentarios de los clientes, que recomendaban contratar con la intermediación del corredor por su
profesionalismo y seriedad. Por su parte, Desbordes le explica a Raúl que las empresas han debido adaptarse a las
nuevas formas de comercializar productos y servicios y que las inmobiliarias no han permanecido ajenas a los
cambios.
Retomando las tratativas del inmueble, Raúl se manifiesta interesado en alquilar la propiedad y dice estar dispuesto a
hacer una reserva para avanzar y concretar el negocio mientras presenta las garantías solicitadas. También le
explica al corredor que se encontrará fuera de la provincia por razones laborales, por lo que le pregunta si es posible
hacer la reserva de manera electrónica y si es necesario tener firma digital para dicho procedimiento. El corredor le
comenta a Raúl que puede depositar el 2% del valor del alquiler total y que con esa transferencia enviada por mail ya
se configuraría la reserva, ya que los e- mails son considerados notificaciones fehacientes, porque parten de un
emisor cierto y van dirigidas a un destinatario cierto. Además, las fechas de los mails y la del depósito o transferencia
acreditarían la fecha de la reserva. El corredor le explica, también, que la ley equipara la firma manuscrita y la firma
digital, pero que la firma digital frente a la firma manuscrita tiene ventajas, en tanto que la manuscrita puede ser
falsificada mientras que en la firma digital las falsificaciones son impensables, por lo que otorga mayor seguridad a
los contratos electrónicos.
La firma digital no es igual a una firma electrónica o escaneada, que si bien tiene presunción de autoría, de integridad
y no repudio (lo que significa que lo firmó quien dice haberlo firmado y que el documento no ha sido modificado desde
que se firmó), requiere, no obstante, de un certificado digital emitido por un certificador licenciado, que debe hacer el
trámite ante AFIP con clave fiscal nivel 3 y solicitar turno para registrar la firma. Por estos requerimientos, la mayoría
de las personas no tienen registrada la firma digital. Ante esta explicación, Raúl decidió realizar el depósito de la
reserva y, a la vez, el Corredor Desbordes, para asegurar la tranquilidad de su cliente, le envió por mail el escrito de
la reserva, habilitando, así, la posibilidad de que Raúl lo pueda firmar cuando regrese a la ciudad.
En esta historia vemos cómo el corredor Desbordes le comenta, a grandes rasgos, al posible locatario sobre las
características de la firma digital. A continuación, profundizaremos el estudio en esa dirección para conocer con
detalle qué es y cómo funciona la firma digital.
¿Qué diferencia a la firma ológrafa de la firma digital? Las relaciones jurídicas de los últimos años están atravesadas
por la tecnología y, por ello, podemos decir que se celebran contratos y actos jurídicos que generan obligaciones
utilizando Internet como medio. Hemos estudiado qué caracteriza a los contratos electrónicos, en los que la oferta y
la aceptación, es decir, el proceso de consentimiento (acuerdo de voluntades), se dan por medio de Internet. Es
preciso, entonces, destacar que el uso de la firma digital garantiza una mayor seguridad en este tipo de
transacciones, lo que le da incluso más validez jurídica y confianza a esta clase de firma que a la manuscrita. Así,
una firma manuscrita puede ser fácilmente falsificada, mientras que en la firma digital las falsificaciones son
impensables.

¿Qué es y cómo funciona la firma digital?


La firma digital no se identifica con una simple firma escaneada, una clave o una huella dactilar. Estas son
equivalencias erróneas. Argentina es uno de los países pioneros de la región en cuanto a la legislación en materia de
firma digital. En el año 2001, se promulgó la Ley de Firma Digital bajo el número 25.506, modificada en el año 2018
por la Ley 27.446. Esta ley fue reglamentada en varias oportunidades por diferentes decretos: en los años 2002,
2007, 2015, 2016, 2018 y 2019; lo que evidencia la continua adaptación del sistema a los avances tecnológicos y los
nuevos cambios.

Se entiende por firma digital al resultado de aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que requiere
información de exclusivo conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control. La firma digital
debe ser susceptible de verificación por terceras partes, tal que dicha verificación simultáneamente permita identificar
al firmante y detectar cualquier alteración del documento digital posterior a su firma.2

Del artículo 2 de la Ley de Firma Digital se desprende que esta se identifica con un procedimiento criptográfico, es
decir, la conversión de un texto plano a un texto cifrado, que se caracteriza por ser muy seguro, ya que responde a
una clave secreta y se atribuye a su autor bajo la garantía de integridad.

El mecanismo de la firma digital debe cubrir los requerimientos y virtudes de una firma ológrafa en cuanto a la
autenticación (permite identificar tanto al usuario que ha emitido el mensaje como al receptor); integridad del
documento (asegura que el mensaje no ha sido alterado) y no repudio en virtud de que nadie excepto el emisor
puede haberlo firmado y, por tanto, nadie puede negar su existencia y validez legal. La firma digital es un bloque de
caracteres que acompaña a un documento o fichero acreditando quién es su autor (autenticación) y que no ha
existido ninguna manipulación posterior de los datos (integridad). Para firmar un documento digital, su autor utiliza su
propia clave secreta (sistema criptográfico asimétrico), a la que solo él tiene acceso, lo que impide que pueda
después negar su autoría (no revocación o no repudio). De esta forma, el autor queda vinculado con el documento de
la firma. La validez de dicha firma podrá ser comprobada por cualquier persona que disponga de la clave pública del
autor. (Flores Salgado, 2014, p. 128).

Para explicar el método utilizado respecto a la firma digital, debemos asimilarlo al concepto de la “doble encriptación”
del mensaje con una clave asimétrica, compuesta de una clave privada que sirve para que el emisor garantice lo que
manda y una clave pública que posee el receptor del mensaje.

Caracteres de la firma digital


Entre los caracteres esenciales de la firma digital, podemos mencionar los siguientes:

AUTORIA: Salvo que exista una prueba en contrario, significa que se presume que la firma digital es signo de aquella
persona que es titular del certificado digital correspondiente a dicha firma.

INTEGRIDAD: Es la característica que implica una presunción, salvo prueba en contrario, de que un documento
digital -que ha sido firmado digitalmente- no ha sido modificado desde el momento de la firma.

NO REPUDIO: Implica que el autor se vincula al documento que firma y no puede negar su autoría.

Requisitos de validez de la firma digital


Analizando las características de la firma digital, podemos concluir que la ley equipara a la firma manuscrita y la firma
digital, asignándoles idénticos efectos y consecuencias jurídicas; sin embargo, es preciso analizar qué requisitos son
necesarios para que se pueda afirmar que una firma digital es efectivamente válida. La ley 25. 506 los establece en el
artículo 9:

Una firma digital es válida si cumple con los siguientes requisitos:


1
1-Haber sido creada durante el período de vigencia del certificado digital válido del firmante;
2
2-Ser debidamente verificada por la referencia a los datos de verificación de firma digital indicados en dicho
certificado según el procedimiento de verificación correspondiente;
3
3-Que dicho certificado haya sido emitido o reconocido, según el artículo 16 de la presente, por un certificador
licenciado.3

A continuación, analizaremos el concepto de certificado digital, íntimamente ligado al concepto de firma digital.
¿Qué es el certificado digital?
La firma digital requiere para su configuración de otros elementos como los certificados digitales. Estos certificados
“son documentos digitales, emanados de un certificador, que acreditan la vinculación entre una clave pública y una
persona”. Esto consiste en una estructura de datos firmados digitalmente por la autoridad certificadora, con
información acerca de una persona y de la clave pública de la misma. Las entidades certificadoras emiten los
certificados tras comprobar la identidad del sujeto. (Flores Salgado, 2014, pp. 128-129).

Los certificados digitales son, entonces, uno de los elementos o requisitos para que se configure la firma digital y para
que su utilización sea válida. La Ley de Firma Digital, a partir del artículo 13, establece:

Se entiende por certificado digital al documento digital firmado digitalmente por un certificador, que vincula los datos
de verificación de firma a su titular.4

Requisitos de validez de los certificados digitales


1
1-Ser emitidos por un certificador licenciado por el ente licenciante.
2
2-Responder a formatos estándares reconocidos internacionalmente, fijados por la autoridad de aplicación, y
contener, como mínimo, los datos que permitan:
Identificar indubitablemente a su titular y al certificador licenciado que lo emitió, indicando su período de vigencia y los
datos que permitan su identificación única;
Ser susceptible de verificación respecto de su estado de revocación;
Diferenciar claramente la información verificada de la no verificada incluidas en el certificado;
Contemplar la información necesaria para la verificación de la firma;
Identificar la política de certificación bajo la cual fue emitido.5

En nuestro país, desde que la Ley de Firma Digital se encuentra vigente, se han establecido distintas disposiciones
por medio de decretos reglamentarios en torno a la Autoridad Certificante. Se trata de una materia muy dinámica,
puesto que se van modificando las reglamentaciones y resoluciones.
A continuación, te propongo leer un artículo de Fernando Bianchi sobre AFIP. La lectura resulta pertinente porque

…mediante la Resolución General 4575/2019 (B.O. 09/09/2019), ha cesado la actividad de la Administración Federal
de Ingresos Públicos (AFIP) como Autoridad Certificante para la emisión de certificado de Firma Digital. Por lo que
AFIP continúa como autoridad de registro, pero no emite Certificados de firma digital en forma directa. (Bianchi, 2019,
https://bit.ly/2YIIY) )
MODULO 3
¿Cómo definimos los derechos intelectuales?
LECCIÓN 1 de 4
Realizaremos un breve análisis del concepto de “derechos”, los cuales son entendidos como prerrogativas o
facultades que las personas humanas y jurídicas poseen y que pueden ser clasificados según integren el patrimonio
o no.
Sistematizando de acuerdo con la doctrina, podemos afirmar que existen derechos que no tienen un contenido
pecuniario y, por lo tanto, se encuentran fuera del patrimonio. A estos los denominamos derechos extra patrimoniales
y se identifican con los derechos personalísimos, como por ejemplo, el derecho a la vida y el derecho al honor.
En contraposición a la categoría de derechos extra patrimoniales, encontramos a aquellos derechos que importan
directamente en el patrimonio de las personas; por ello, los denominamos derechos patrimoniales, los cuales, a su
vez, se clasifican en los siguientes.

DERECHOS PERSONALES: Se identifican con aquellos derechos que implican una relación jurídica entre un sujeto
activo, llamado acreedor, y un sujeto pasivo, llamado deudor. Esta relación jurídica vincula a los sujetos mencionados
de tal manera que el acreedor puede exigir el cumplimiento de cierta prestación del deudor.

DERECHOS REALES: Estos implican un vínculo o relación jurídica directa e inmediata de un sujeto con una cosa.
Como ejemplo de este tipo de derechos, podemos mencionar al derecho real de dominio, también llamado derecho
de propiedad.

Ahora bien, dentro de este esquema de categorías diferenciadas entre derechos patrimoniales y derechos extra
patrimoniales, encontramos una categoría que podemos denominar “mixta”, ya que se observa, por un lado, un
contenido patrimonial identificado con una cierta valoración en dinero y, a su vez, un contenido de tipo moral que se
identifica con la categoría de derechos extra patrimoniales. De allí que se ha considerado que los denominados
“derechos intelectuales” integran esta categoría que combina aspectos relacionados con el patrimonio y aspectos
relacionados con una prerrogativa de carácter no patrimonial, esto es, la potestad vitalicia que tiene un autor de exigir
que su obra no sea modificada o alterada.
Los derechos intelectuales son un conjunto de facultades y prerrogativas que pertenecen a los autores y herederos
de creaciones del intelecto. A su vez, estos derechos se dividen en dos grandes grupos, tanto por una cuestión del
régimen legal como también desde el punto de vista de la protección jurídica.

Derechos de autor
Comprende la Ley 117231 y sus modificaciones.

Derechos industriales
Marcas y designaciones comerciales (Ley 22362)2;
Patentes de invención y modelos de utilidad (Ley 24481)3;
Diseño industrial (Decreto Ley 6673)4.

Derechos de autor en la era digital


A continuación, te invito a leer la siguiente historia para relacionar aspectos de la misma con la normativa vigente.
Carla y sus mejores amigas son inseparables. Afianzaron la amistad que las une durante los años de colegio. En
esos tiempos, ya cada una tenía una inclinación distinta acerca de lo que le apasionaba y quería estudiar. En épocas
de universidad, si bien no se veían tan a menudo, buscaban espacios para juntarse como mínimo una vez al mes.
Hoy ya pasaron varios años, cada una trabaja en lo que le gusta y se siguen juntando para compartir momentos
agradables.
Carla es abogada y se especializa en la defensa de los derechos del consumidor electrónico porque considera que la
temática es trascendental por las nuevas tecnologías y por cómo ha crecido el comercio online en los últimos años
en nuestro país.
Juana trabaja para una empresa que desarrolla programas de computación, la empresa Softworld, que se dedica a
crear programas para gestionar restaurantes. La semana pasada, cuando se juntó a tomar un café con sus amigas,
Juana le contó a Carla que está preocupada porque creó un software para editar imágenes y no sabe si ella sería la
titular del derecho sobre el mismo o es la empresa Softworld, porque en el contrato que ella firmó no hay una cláusula
que aclare ese tema. ¿Qué le habrá respondido Carla al respecto?
Mónica es otra de las amigas que integra el grupo inseparable de hace años. Desde pequeña, se destacaba por
realizar dibujos que ganaban premios en competencias interescolares. Estudió artes plásticas y uno de sus últimos
logros es una escultura que talló en piedra y que es exhibida en una galería de arte muy famosa, siendo admirada
por cientos de personas cada fin de semana. Mónica aprovechó el último encuentro para comentarle a Carla que
compró por internet, un set de pastillas y cremas para adelgazar porque la publicidad establecía que contenían
productos naturales, que le harían bajar de peso rápidamente. Sin embargo, Mónica ha comenzado a desconfiar del
producto porque tomó las pastillas y no se ha sentido bien desde entonces. Solicitó información al proveedor pero no
obtuvo respuesta. Hizo analizar las pastillas y no contenían productos naturales. Entonces, Mónica le pregunta a
Carla: ¿Hay alguna relación entre la publicidad y los derechos del consumidor? A lo que Carla le respondió que sí.
Por su parte, a Laura siempre le apasionaron las letras, sus materias favoritas eran Lengua y Literatura Española.
Desde chica, Laura recitaba poemas en los actos escolares. Hoy es una escritora renombrada y su última
publicación es una novela llamada Más allá del atardecer, que ha sido best seller porque fue número uno en ventas el
año pasado. Con las ventas de las primeras 2000 publicaciones de su libro, Laura pudo dar la seña para comprarse
un departamento en la costa atlántica. Siendo propietaria de ese departamento, lo coloca en alquiler todos los
veranos a través de una web y, dependiendo si los turistas son nacionales o extranjeros, cobra una tarifa
diferenciada.
Julieta es una pastelera famosa que se dedica a la repostería artesanal. Se formó en Francia y todo lo que aprendió
en ese país lo aplica aquí, ya que ha logrado abrir varias tiendas físicas donde no solamente vende tortas y pasteles
para llevar, sino que también funcionan como cafés donde se puede pasar un momento agradable saboreando sus
últimas creaciones. Julieta logró posicionar su marca “Dulce Julieta” que no solo registra en sus envoltorios,
empaques y facturación, sino que hoy es un sello de distinción entre otras pastelerías del mercado.
Hace unos meses, Julieta amplió su negocio y empezó a comercializar sus pasteles online. Le contó a Carla que ha
debido tener en cuenta varios ítems para vender online de manera seria y responsable, ya que es un procedimiento
que lleva sus pasos para que el negocio crezca y llegue a miles de usuarios.
A través de esta historia, seguramente has podido ver diversas manifestaciones de los derechos intelectuales, por
ejemplo, en las creaciones de Juana, porque desarrolla programas de computación; en el caso de Mónica, al crear la
escultura tallada en piedra; de Laura, como autora literaria al escribir su novela Más allá del atardecer; y también en
Julieta, quien creó la marca “Dulce Julieta”.

¿Qué se protege?
Es momento de definir sobre qué recae el derecho de un autor; por ello, podemos analizar el artículo 1 de la ley que
rige en esta materia:

A los efectos de la presente ley, las obras científicas, literarias y artísticas comprenden los escritos de toda naturaleza
y extensión; las obras dramáticas, composiciones musicales, dramático-musicales; las cinematográficas,
coreográficas y pantomímicas; las obras de dibujos, pintura, escultura, arquitectura; modelos y obras de arte o ciencia
aplicadas al comercio o a la industria; los impresos, planos y mapas; los plásticos, fotografías, grabados y discos
fonográficos, en fin: toda producción científica, literaria, artística o didáctica sea cual fuere el procedimiento de
reproducción.5

Es muy interesante analizar a quiénes considera la ley como titulares del derecho de propiedad intelectual. Esta
menciona a los siguientes actores, a saber:
 el autor de la obra (sus derechos se protegen de manera vitalicia);
 sus herederos (quienes podrán gozar de protección con una limitación en el tiempo);
 a quienes el autor autorice a aplicar ciertas acciones sobre sus obras, como por ejemplo, traducir, adaptar,
modificar (siempre con un límite en el tiempo de la protección);
 las personas físicas o jurídicas, cuyos dependientes contratados para elaborar un programa de computación
hubiesen producido un programa de computación en el desempeño de sus funciones laborales, salvo
estipulación en contrario.6
Hoy en día es notoria la constante vulneración de las leyes de propiedad intelectual que se efectúa en el entorno
digital y especialmente en Internet, debido especialmente a tres factores fundamentales.

a) Factor subjetivo
La discutida y generalizada interpretación de Internet como un lugar de acceso a la “cultura libre”, en donde
gratuitamente (al margen de los costes de acceso y conexión correspondientes a las compañías de
telecomunicaciones) es posible acceder a cualquier tipo de contenido. Es por ello que al estar acostumbrado a esa
gratuidad, el usuario, por lo general, se ha mostrado reacio a desembolsar el pago de una determinada cantidad a
cambio de recibir un servicio o un contenido, que hasta hace relativamente poco no exigía ninguna contraprestación.

b) Elemento funcional
La despreocupación inicial por parte de la mayoría de la industria de explotar los distintos recursos que ofrecía
Internet como alternativa y como ampliación a su mercado correspondiente. Únicamente cuando se ha comprobado
la existencia de una gran demanda de obras culturales con el fin de reproducirlas en soportes digitales (como
canciones o películas en DVD o MP3), y que dicha demanda popular, básicamente estaba siendo satisfecha a través
de la reproducción de copias ilegales de dichas obras, ha sido cuando la industria se ha preocupado por servirse de
Internet de un modo mucho más complejo que un simple mensaje publicitario.

c) Elemento tecnológico
La escasez de medidas tecnológicas eficientes que asegurasen un control efectivo de dichas obras en el entorno
digital y que resultasen prácticamente imposibles de eludir.
Respecto a tales factores, los dos primeros han favorecido que se genere un tipo de hábito de consumo
predeterminado por parte del usuario, caracterizado por la posibilidad de acceder a obras intelectuales sin necesidad
de prestar contraprestación alguna (en gran medida, gracias al auge de las aplicaciones denominadas P2p), con la
posible infracción en lo relativo a los derechos de autor. Una solución a esta situación, podría ser la de incentivar por
parte de los Estados, una mayor penetración de las distintas empresas en el sector de las nuevas tecnologías,
favoreciendo la incursión de nuevos contenidos en la red, caracterizados por una mayor calidad y una mayor
fiabilidad respecto a los ofrecidos en tiempos pretéritos. A este respecto, cabe señalar que los “sistemas de gestión
de derechos digitales” o “digital rights management”, se presentan como una potencial alternativa a la última causa
señalada, en parte gracias a la evolución de los sistemas tecnológicos, y sobre todo, a la regulación que en materia
de propiedad intelectual se está consolidando a nivel europeo (Nova Labián, 2010, pp. 19-20).

Los derechos industriales en la era digital


LECCIÓN 2 de 4
Los derechos industriales integran, como hemos visto en la clasificación doctrinaria, una subcategoría dentro de lo
que llamamos derechos intelectuales. ¿Cómo podemos hacer una diferencia entre los derechos de autor y los
derechos industriales? Una de las características que los distingue y que realmente los diferencia, es que los
derechos industriales necesariamente deben tener una aplicación práctica destinada a la producción industrial.
Dentro de esta categoría en análisis, podemos mencionar a las patentes de invención y los modelos de utilidad.
Es importante hacer esta distinción, ya que veremos en el avance del estudio de estos conceptos, que históricamente
se debate la incorporación de los software a la categoría de patente de invención o a la categoría de derecho de
autor, lo que deja en claro, a nivel mundial, que el software debe estar amparado por las protecciones propias de los
derechos intelectuales.

Derechos industriales

Las patentes de invención


Toda invención se inicia cuando se detecta un problema a resolver y se propone una solución técnica específica,
utilizando elementos conocidos que, combinados de una manera especial, dan origen a un nuevo objeto desconocido
hasta ese momento.
Por lo tanto, debe contar con alguna característica nueva que no sea conocida en el cuerpo de conocimiento
existente hasta el momento en el ámbito técnico (estado de la técnica).
Existen algunas invenciones que no parten de algo conocido, sino que definen de cero una nueva tecnología que
reemplaza a la anterior, como fue el rayo láser en su momento o la tecnología digital versus la analógica. Este tipo de
invenciones son esporádicas y, por lo general, marcan hitos culturales que definen una época; por lo cual, no son un
ejemplo representativo de lo que se considera una invención “tipo”.
Una patente de invención puede ser un objeto, un procedimiento, un aparato para fabricar el objeto, un compuesto
químico, un microorganismo, etc. En todos los casos, debe cumplir con los tres requisitos de patentabilidad: novedad,
actividad inventiva y aplicación industrial (Argentina.gob.ar, s. f., https://bit.ly/33YTD8H).
La patente es un bien intangible y su titular puede transferirla, por medios onerosos como en el caso de una
compraventa o también de manera gratuita a través, por ejemplo, de una cesión. Por el período que la ley acuerda, el
titular podrá gozar de la protección de su invención y de la exclusividad en el ejercicio de su derecho.
Para que una invención sea susceptible de ser patentada, deberá tener una aplicación práctica, novedosa, que no se
conozca por otra persona del mismo ámbito técnico.
También es de destacar que las legislaciones a nivel mundial, establecen qué invenciones no se consideran
patentables. En Argentina, por ejemplo, no son patentables los métodos matemáticos.

Modelos de utilidad
Un modelo de utilidad se otorga únicamente a una disposición o forma nueva obtenida o introducida en herramientas,
instrumentos de trabajo, utensilios, dispositivos u objetos conocidos que se presten a un trabajo práctico, en cuanto
importen una mejor utilización en la función a que estén destinados.
En todos los casos, un modelo de utilidad debe cumplir solo con dos requisitos de patentabilidad: novedad y
aplicación industrial, pero puede no tener actividad inventiva, ya que este requisito no es obligatorio.
El modelo de utilidad es un derecho que se otorga al inventor para proteger las innovaciones introducidas a
herramientas, instrumentos de trabajo u objetos que sirvan para usos prácticos (Argentina.gob.ar, s. f.,
https://bit.ly/33YTD8H).

Marcas
Una marca es un signo con capacidad distintiva que permite diferenciar los productos o servicios de una empresa de
los de los demás. ¿Recuerdas la historia de la pastelera Julieta? Ella creó la marca “Dulce Julieta”.
Bajo los términos del artículo 1 de la Ley 22362 7, se define que las marcas comerciales para distinguir productos y
servicios, pueden incluir, entre otros:
 una o más palabras con o sin ningún contenido conceptual;
 dibujos;
 emblemas;
 monogramas,
 grabados;
 estampados;
 imágenes;
 combinaciones de colores aplicados a un área determinada de un producto o su envase;
 la envoltura o envase;
 combinaciones de letras y números con diseño especial;
 eslóganes publicitarios, relieves distintivos y todo otro signo con tal capacidad.

La principal función de la marca es permitir a los consumidores identificar el producto o el servicio de una persona o
empresa, a fin de distinguirlo de los de la competencia.
Los consumidores que están satisfechos con un determinado producto o servicio son más propensos a comprarlos o
contratarlos nuevamente.
Para ello, resulta necesario que puedan distinguirlos en el mercado. Al permitir diferenciar unas empresas de otras y
los productos o servicios de los de la competencia, las marcas desempeñan un papel primordial en las estrategias de
desarrollo y comercialización, ayudando a proyectar la imagen y la reputación de los productos o servicios de la
empresa ante los consumidores.
La imagen y la reputación de una empresa inspiran confianza, lo que a su vez constituye la base para la fidelización
de los clientes, potenciando el valor de sus activos.
Con frecuencia, los consumidores se apegan a ciertas marcas, sobre la base de la predilección por una serie de
cualidades o características inherentes a los productos que llevan esas marcas.

Finalmente, las marcas incitarán a las empresas a invertir en el mantenimiento y mejora de la calidad de sus
productos o prestación de servicios, ya que garantizarán la buena reputación de estos, relacionados con un
determinado nombre (Argentina.gob.ar, s.f., https://bit.ly/2DYvrIJ).

Normativa y autoridades de aplicación


Los autores de obras intelectuales han encontrado, en muchos casos, la gran oportunidad de difundir sus creaciones
utilizando Internet. Esta posibilidad, muchas veces, reduce los costos y permite un gran alcance en la promoción y
publicación de las creaciones. Ante estas posibilidades, no hay que dejar de tener en cuenta que los derechos
intelectuales deben tener una importante protección y deben buscarse las mejores soluciones ante lagunas del
derecho o cuestiones sin reglamentar.
A nivel internacional, podemos citar a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

La OMPI es el foro mundial en lo que atañe a servicios, políticas, cooperación e información en materia de propiedad
intelectual (P. I.). Es un organismo de las Naciones Unidas, autofinanciado, que cuenta con 189 Estados miembros.
La misión de la OMPI es llevar la iniciativa en el desarrollo de un sistema internacional de P. I. equilibrado y eficaz,
que permita la innovación y la creatividad en beneficio de todos. El mandato y los órganos rectores de la OMPI, así
como los procedimientos que rigen su funcionamiento, están recogidos en el Convenio de la OMPI, por el que se
estableció la Organización en 1967 (OMPI, s. f., https://bit.ly/3gYPipJ).

A nivel nacional, de acuerdo con el marco normativo citado en esta lectura, podemos mencionar como autoridades de
aplicación a la Dirección Nacional de Derechos de Autor (DNDA) y al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI).
Ambos organismos se encargan de registrar los derechos intelectuales: el primero los derechos de autor y el segundo
los derechos industriales.

La Dirección Nacional de Derechos de Autor (DNDA) tiene como principal objetivo proteger al autor desde que crea
su obra, es por eso que custodia las obras inéditas y registra las obras publicadas, tales como: composiciones
musicales con o sin letra, canciones, fonogramas, obras cinematográficas, teatrales, programas de radio y televisión,
guiones, videogramas, multimedia, libros, diarios, revistas, compilaciones, coreografías, dibujos, esculturas,
fotografías, obras de arquitectura, pinturas y software. Lo mismo hace con los contratos referidos a dichas obras,
entre otros trámites. La DNDA también asesora a organismos públicos, entidades privadas y/o particulares con
respecto a la interpretación de las normas vigentes en materia de derecho de autor y derechos conexos (Dirección
Nacional del Derecho de Autor, s. f., https://bit.ly/2FqMxQg).

La misión del INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial) es:

Administrar y proteger los derechos de propiedad intelectual mediante un marco legal adecuado a las necesidades de
innovación del emprendedor del siglo XXI.
Asesorar y acompañar al innovador a fin de plasmar la transformación de sus innovaciones y desarrollos en negocios
que generen empleo y valor en la economía argentina (Argentina.gob.ar, s. f., https://bit.ly/2PS5mxR).

En tal sentido, el INPI es el órgano de aplicación y debe asegurar la observancia de las siguientes leyes: Ley 24481
(Patentes y Modelos de Utilidad)8, Ley 22362 (Marcas y Designaciones)9, Ley 22426 (Transferencia de
Tecnología)10 y del Decreto Ley 6673/63 (Modelo y Diseño Industrial)11.
El registro de estos derechos tiene una clara finalidad, la de la publicidad, precisamente para que toda la comunidad
conozca quiénes son las personas que detentan la propiedad de los derechos intelectuales y, por lo tanto, garantizar
la seguridad jurídica.
En el proceso de registración, vemos involucrada la informática y, en todos los casos, la informática se identifica con
una herramienta protectora de algunos derechos intelectuales.

¿Qué es un software?
LECCIÓN 1 de 4
El software se compone simultáneamente de procesos lógico-matemáticos y de elementos materiales en los que las
respectivas instrucciones se traducen e incorporan, se utiliza generalmente para referirse a los programas ejecutados
por un sistema informático para distinguirlos del hardware de dicho sistema, comprende formas simbólicas y
ejecutables para estos programas. Está constituido por una serie de programas que permiten la realización de las
órdenes que el usuario emite y que ejecuta operaciones aritméticas y boleanas, vigila el estado de entradas y salidas,
el banco de memoria y los controladores para dispositivos internos y externos (Flores Salgado, 2014, p. 159).

La cuestión de su protección jurídica


A continuación, te invito a leer la siguiente historia para que luego analicemos qué sucede con la titularidad del
derecho de propiedad intelectual sobre un programa de computación.
Carla y sus mejores amigas son inseparables. Afianzaron la amistad que las une durante los años de colegio. En
esos tiempos, ya cada una tenía una inclinación distinta acerca de lo que le apasionaba y quería estudiar. En épocas
de universidad, si bien no se veían tan a menudo, buscaban espacios para juntarse como mínimo una vez al mes.
Hoy pasaron varios años, cada una trabaja en lo que le gusta y se siguen juntando para compartir momentos
agradables.
Carla es abogada y se especializa en la defensa de los derechos del consumidor electrónico porque considera que la
temática es trascendental por las nuevas tecnologías y por cómo ha crecido el comercio online en los últimos años en
nuestro país. Siempre comenta que el consumidor es la parte débil en la relación de consumo y que el derecho de
consumo está protegido por diversas leyes. También comenta que el consumidor tiene un conjunto de derechos que
lo amparan y que a veces se desconoce.
Juana trabaja para una empresa que crea programas de computación, la empresa Softworld, la cual se dedica a
crear programas para gestionar restaurantes. La semana pasada, cuando se juntaron a tomar un café con sus
amigas, le contó a Carla que está preocupada porque creó un software para editar imágenes y no sabe si ella sería la
titular del derecho sobre el mismo o lo será la empresa Softworld, porque en el contrato que ella firmó no hay una
cláusula que aclare ese tema. ¿Qué le habrá respondido Carla al respecto?
En esta historia podemos preguntarnos, en cuanto a Juana que trabaja en una empresa que desarrolla programas de
computación: ¿Los empleados de dicha empresa son amparados por alguna ley que proteja derechos sobre los
mismos? ¿Es trascendente saber quién es titular de los derechos sobre el mismo si hay una empresa, un
dependiente, un contrato que estipule o no, cláusulas al respecto y desarrollo de programas de computación?
Desde su creación, dos cuestiones relevantes en torno a los programas de computación se pueden mencionar como
causas que estimularon el debate sobre la protección jurídica del software: por un lado, la transformación de este
producto en un objeto separado de comercialización y, por otro lado, la vulnerabilidad.
Esta preocupación se ve reflejada a nivel internacional en los distintos regímenes vigentes y las directrices de
organismos, como por ejemplo, la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la tutela jurídica de las disposiciones
que contiene el documento Aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio
(ADIPC)1 que han acordado los países signatarios. Es de destacar que, en su articulado, el ADIPC 2 establece que los
programas de computación se protegerán como obras literarias conforme al convenio de Berna.3
[1] Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. (1994).
Organización Mundial del Comercio. Recuperado de https://bit.ly/3fYc9jP
[2] Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. (1994).
Organización Mundial del Comercio. Recuperado de https://bit.ly/3fYc9jP
[3] Convenio de Berna para la Protección de Obras Literarias y Artísticas. (1886). Organización de la Propiedad
Intelectual. Recuperado de https://bit.ly/2PMWx8b
El primer país que modificó su Ley de Derechos de Autor fue Filipinas, en 1972, para 1978, el Congreso de Estados
Unidos de América creó la CONTU (National Commission on New Technological Uses of Copyrighted Works), las
recomendaciones de esta comisión dieron lugar a que en 1980, se creara una ley que estableció la protección de los
programas de ordenador por medio del copyright. Es importante mencionar que el software se encuentra
expresamente reconocido como una clase de obra intelectual, es decir, que se protege por el derecho de autor a
través de la ley de copyright , siendo los siguientes países quienes lo han regulado de tal forma: Australia, Austria,
Brasil, Bulgaria, Canadá, Chile, China, Colombia, Croacia, República Checa, Dinamarca, República Dominicana,
Egipto, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, India, Indonesia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Malasia,
México, Nigeria, Noruega, Pakistán, Filipinas, Rusia, Arabia Saudita, Singapur, Eslovenia, Sudáfrica, Corea del Sur,
España, Suiza, Suecia, Taiwán, Reino Unido, Estados Unidos, Uruguay, Venezuela y Yugoslavia (Flores Salgado,
2014, pp. 159-160).

Régimen legal en Argentina


LECCIÓN 2 de 4
Argentina no es excepción en materia de debate respecto a la mejor forma de protección para los programas de
computación. Los legisladores han pensado diferentes alternativas para garantizar los derechos de las personas que
desarrollan software, entre las que se destacan la protección por medio de las leyes que regulan los derechos de
propiedad intelectual, la protección a través del sistema de normas penal o incluso la protección a través de
normativas propias del ámbito civil. Sin embargo, tal como sucede a nivel mundial, se considera que la forma de
protección más adecuada para el programa de computador o software se encuentra en el ámbito de la protección de
derechos intelectuales. Pero, ¿los asimilamos a los derechos de autor, a los inventos y, por tanto, a las patentes de
invención? ¿O será necesario establecer normativas exclusivas mediante el diseño de un sistema de protección
especial? Realizando un análisis de los antecedentes históricos que impregnan este tema, diseñar un sistema de
protección especial no se relaciona con los criterios establecidos a nivel mundial.
Si se optara por asimilar estas creaciones al régimen aplicable para las patentes de invención, se debería analizar si
se cumplen los criterios objetivos de novedad y nivel inventivo propio de los inventos patentables, cuestión que no es
exigible en todos los softwares y razón por la que no se aplica este régimen, ya que existiría la posibilidad de dejar
sin protección a las creaciones de las que no se puedan predicar estos requisitos especiales. Por todo lo anterior, la
asimilación de estos programas a las obras literarias protegidas por el convenio de Berna 4, tal como mencionamos
anteriormente en esta lectura, fue la solución aceptada internacionalmente. Esta asimilación, aunque es la más
utilizada, no deja de ser cuestionada, fundamentalmente porque el software es una creación intelectual que se
caracteriza por la funcionalidad y, por ello, no es posible afirmar que posea las mismas características que una obra
literaria.

¿En qué se fundamenta, entonces, la asimilación de un software a una obra literaria? En que el software basa su
expresión en un código fuente y lleva a cabo su reproducción partiendo de un código objeto. Esta reproducción se
efectúa mediante un lenguaje natural, que ha sido creado artificialmente por el ser humano, con el objetivo de lograr
una comunicación especializada.
Argentina es un país que, dentro del mercado mundial del software, ocupa un lugar importante, aunque de
maduración en materia de desarrollo de software. Se puede observar en el mundo que la protección de la propiedad
intelectual crece en su significación; por ello, países con un avanzado desarrollo de las tecnologías, como Estados
Unidos, han presionado para que se obtenga un régimen legal uniforme y fuerte para garantizar un tratamiento
equitativo en el mercado mundial.
Por otro lado, la posibilidad de incorporar a la protección jurídica estos programas de computación en el ámbito de las
normas que rigen respecto al derecho de autor, se encuentra ligada íntimamente a una dimensión de tipo económico,
ya que dentro de los intereses en juego que son precisos destacar, se encuentran la conservación de la industria
nacional frente a una fuerte competencia extranjera, la protección de un producto que se caracteriza por requerir un
importante esfuerzo que incluye investigación, inversión y, por supuesto, difusión.
En nuestro país, la protección jurídica del software atravesó diferentes etapas.

Primera etapa
En una primera etapa, es factible analizar a la Constitución Nacional que, en su artículo 17, refiere a que un autor o
inventor es propietario de su obra de manera exclusiva y por el tiempo que establezca la ley. 5 Como podemos
apreciar, en esta etapa, que podríamos llamar de protección general y que refiere a nuestra Constitución de 1853 6, no
se encuentra una referencia expresa que tutele al software; sin embargo, sí podemos encuadrar a los programas de
computación como una “obra o invento”. El artículo 17 de la Constitución Nacional 7 se inspiró en las normas
constitucionales de Estados Unidos, lo que dio, con posterioridad, el sustento a la legislación nacional destinada a la
protección de los derechos intelectuales. La Ley 7092 del año 1910 8, fue la primera en Argentina referida a la
propiedad intelectual, la cual careció de aplicación concreta por no contener normas penales o sancionatorias.
Claramente, por la época de sanción, no era pensado el desarrollo de los programas de computación, pero en 1933
se dicta la Ley 117239, que protege las obras literarias, científicas y artísticas.
Por la revolución de la industria de la informática, la mayoría de la doctrina y, sobre todo, los tribunales en sus fallos,
consideraron que el software era asimilado a las obras protegidas, aunque no fuera incluido expresamente en la
Ley.10 A su vez, cabe destacar que la ley de patentes11 vigente de la época impedía que se protegieran los inventos
puramente teóricos y sin aplicación industrial, por lo que estaba expresamente vedado incluir al software dentro de la
categoría de derechos industriales.

Segunda etapa
Con posterioridad a la sanción de la ley de propiedad intelectual12, analizamos la segunda etapa en materia de
legislación de la protección del software. En el año 1994, se reglamenta la Ley 11723 13 a través del Decreto 16514,
que produce un gran avance incluyendo expresamente al software en la enumeración de obras amparadas por la ley
de propiedad intelectual en su artículo 115 y establece, además, que el registro de los programas de computación
debe realizarse en la Dirección Nacional de Derecho de Autor (DNDA).

Tercera etapa
La tercera etapa se encuentra marcada por la sanción de una nueva legislación que reforma a la 11723 16 en el año
1998. Así, la Ley 2503617 modifica algunos artículos y también incorpora uno nuevo. La nueva normativa sigue los
criterios predominantes a nivel internacional, incorpora una modificación sustancial al artículo 1 de la ley de propiedad
intelectual, en la cual se enumera, entre las obras protegidas, a los programas de computación fuente y objeto18.
Además, modifica el artículo 4 e incorpora, dentro de la categoría de titulares del derecho intelectual, a las personas
humanas o jurídicas cuyos dependientes contratados desarrollen un programa de computación en el ejercicio de sus
funciones, siempre que no se disponga lo contrario19. Este caso se da en el supuesto de que a un empleado se le ha
encomendado el desarrollo de un software y, en el ejercicio de esta actividad, desarrolla otro software. Es el
empleador el titular del derecho intelectual de este último porque funciona una presunción a favor del empleador.
Para que sea el dependiente el titular del derecho intelectual, debería desbaratar esa presunción mediante la
demostración de que existe una cláusula contractual a su favor en la que se le asigne la titularidad del derecho de
autor.
Contratos de licencia de software
El artículo 55 bis de la Ley 11723 dispone que: “La explotación de la propiedad intelectual sobre los programas de
computación incluirá entre otras formas los contratos de licencia para su uso o reproducción”21.
Cada desarrollo de programas de computación se entrega bajo un contrato denominado “licencia” que establece,
entre el productor y el usuario, cuáles son los derechos y obligaciones de cada una de las partes.
Al instalar, utilizar o copiar un producto de software bajo licencia, el usuario está aceptando las condiciones
estipuladas en la misma y queda obligado por los términos de dicho contrato. Es importante, entonces, leer
detenidamente la licencia de un programa para conocer las condiciones para su utilización. Debe tenerse en cuenta
que algunas licencias son tan restrictivas que incluso el producido con la herramienta en cuestión no es de libre
disponibilidad, mientras que otras invitan a su modificación o duplicación.
Las licencias presentan algunos aspectos que permiten realizar una clasificación del software en relación con estas.
Este agrupamiento no es único, dado que es frecuente encontrar la utilización tendenciosa de los distintos términos,
como también la asignación de significados diferentes (Brocca y Casamiquela, 2005, https://bit.ly/33RZ6xZ).

Software legal o ilegal


De acuerdo con la normativa vigente, la utilización del software puede ser legal, si cumple con los requerimientos
establecidos para la obtención de la licencia y se emplea de acuerdo con lo establecido en ella; o ilegal cuando es
adquirido en desarreglo con las condiciones estipuladas o se utiliza para fines no contemplados en el contrato

Software gratuito u oneroso


Con relación al costo que representa la obtención del producto, el software puede ser gratuito: no requiere erogación
monetaria o a lo sumo una equivalente al valor del soporte que lo contiene; u oneroso: donde el usuario debe
adquirirlo efectuando un pago al proveedor (Brocca y Casamiquela, 2005, https://bit.ly/33RZ6xZ).

Software comercial o no comercial


En cuanto a la comercialización, si bien no existe una única interpretación al respecto, las licencias pueden
establecer que el software sea comercial o no comercial. En el primer caso, quienes lo producen lo hacen como
parte de una actividad económica y, por lo tanto, obtienen un beneficio por el producto, su distribución o soporte. En
el segundo, lo hacen sin fin de lucro. Corresponde aclarar que las empresas desarrolladoras de software más
importantes a nivel mundial -que obtienen sus ingresos a partir de la venta de licencias de programas- establecen
claramente que sus productos son comerciales e interpretan que todo software que pueda obtenerse de una manera
diferente es no comercial (Brocca y Casamiquela, 2005, https://bit.ly/33RZ6xZ).

Software de uso comercial o de uso no comercial


Algunas licencias establecen condicionamientos al usuario en relación con la utilización que puede dar al producto.
Por eso, es frecuente encontrar el término de software de uso comercial, que no establece limitaciones en cuanto a
las actividades productivas realizadas con el programa. Los de uso no comercial son aquellos en los que la licencia
exige una utilización predeterminada, por ejemplo, la versión educativa de un producto, impide el empleo del software
en otra actividad

Software abierto o cerrado


“Cuando las licencias permiten la distribución del código fuente de la aplicación, se clasifica al software
en abierto. Es cerrado, si la licencia contempla solamente la entrega del código ejecutable”

Software privativo o libre


Tal vez sea la característica más importante la que considera los derechos concedidos a los usuarios con relación al
uso, modificación, copia y distribución. En este caso, el software puede ser privativo, cuando las licencias plantean
restricciones al respecto, o libre, en aquellos casos en que otorgan plenas libertades a los usuarios. Nótese que para
que un software pueda considerarse libre, necesariamente debe ser abierto, dado que para ejercer derechos de
modificación es necesario contar con el código fuente del programa

¿Cómo se define a un consumidor?


LECCIÓN 1 de 5
Antecedentes
Es importante considerar los antecedentes en materia de legislación en torno a la relación de consumo y los
derechos que posee el consumidor. En la mayoría de los países y, por supuesto, en Argentina, los legisladores se
han preocupado por elaborar leyes que establezcan una clara protección a la parte más débil del vínculo en los
contratos de consumo. Estas relaciones jurídicas tienen una naturaleza distinta a la de los contratos paritarios, en
donde ambas partes se vinculan a través de relaciones de coordinación y con cierta igualdad de condiciones. En la
relación de consumo, observamos ciertas ventajas respecto de los proveedores, por lo que incluso a las leyes que se
dictan respecto a esta temática, se las ha denominado de “defensa del consumidor”.
En nuestro país, la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 24240 1 y la Ley 247872, que la reforma), se dicta en el año
1993, la cual proporcionó un marco jurídico de protección tanto a consumidores como a usuarios cuando contratan a
título oneroso y adquieren un producto o un servicio.
Con la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación 3, las normas de defensa al consumidor se completan y
algunos artículos de la Ley4 son renovados en su contenido. Citamos como artículos impactados por la sanción del
Código5, a los artículos 1, 8, 40 bis y el 506. A su vez, las disposiciones generales de aquel afectan al derecho del
consumidor; así, observamos a los artículos 1 y 27 que refieren su interpretación, el artículo 98 que refiere a la buena
fe contractual y el 109 que establece disposiciones en contra del ejercicio abusivo de derechos.

A continuación, te invito a leer la siguiente historia para que podamos extraer de ella conceptos relacionados con el
consumidor electrónico.
Se acercan las vacaciones de verano y Juan Bas, junto a su familia, están pensando en alquilar una casa en las
sierras de Córdoba. Juan vive en un departamento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y trabaja en una oficina
en pleno centro, por lo que sueña con poder ir a un lugar a relajarse y tener contacto con la naturaleza, ya que
durante el año vive rodeado de cemento.
En años anteriores, Juan y su familia vacacionaban en la costa, por lo que unos meses antes se llegaban hasta el
lugar de veraneo para ver directamente los alquileres temporales ofrecidos en la zona. Este año, están con los
tiempos acortados, por lo que Juan decidió buscar por internet qué casas se ofrecen en las sierras de Córdoba. Juan
nunca alquiló a través de este medio porque escuchó a varios compañeros de trabajo que tuvieron inconvenientes al
contratar de esa forma, ya sea porque las imágenes que mostraban los avisos no se correspondían con las
verdaderas llegando al lugar, porque la ubicación no era la que se decía, usaban publicidad engañosa para los
consumidores y usuarios, porque preguntaban si los turistas eran nacionales o extranjeros (ya que a los extranjeros
se les cobraba más caro sin cumplir con el trato equitativo que deben tener los consumidores), porque luego
aparecían cobros extra por limpieza que no estaban aclarados de antemano, o lo más grave, le exigían el depósito
total del precio con anticipación y luego eliminaban el aviso y el número de contacto, realizando fraudes con estos
alquileres.
Pero esta vez, una amiga de su esposa le compartió a Juan el link de la página de un corredor inmobiliario que
trabaja con estos alquileres de vacaciones y tiene prestigio y buena reputación entre los clientes, quienes dicen que
su trabajo es serio y responsable.
Juan ingresa a la página del corredor Mario Desbordes y allí puede ver varios anuncios sobre propiedades del estilo
que está buscando. Encuentra una casa para 4 personas que le agrada porque está ubicada en Villa de las Rosas en
el Valle de Traslasierra. Inmediatamente se contacta con el corredor Desbordes para solicitarle asesoramiento sobre
el alquiler de la misma. Le comenta al corredor que nunca alquiló una propiedad para turismo a través de internet y
que tiene ciertos reparos por malas experiencias que le comentaron conocidos.
Desbordes le explica que le enviará un mail con las recomendaciones que debe tener en cuenta a la hora de
contratar un alquiler de vacaciones por ese medio. Le adelanta que se puede alquilar a distancia y que los correos
electrónicos que intercambien como fruto de sus negociaciones, son los medios de prueba acerca de la contratación
electrónica en caso de inconvenientes. También le informa que hacer una transferencia bancaria por un porcentaje
del alquiler, hasta un 15 % del total, se considera válida para reservar la propiedad, pero que debe considerar que no
es lo mismo contratar con un corredor inmobiliario que con cualquiera que publicite sin dar garantías. Asimismo, le
comenta que de avanzar en las tratativas, le estaría enviando por mail el contrato para que lo revise junto al
inventario de las cosas con las que cuenta la propiedad para que, llegando a la misma, controle que “esté todo ok” y
en las condiciones acordadas.
En la historia anterior, vemos que el derecho de consumo también atraviesa los contratos celebrados a distancia para
el alquiler temporal de casas de vacaciones.

¿Cómo definimos al consumidor?


El artículo 109210 define al consumidor y a la relación de consumo. Es a través del cual se define esta relación tan
particular y podemos saber, en una situación concreta, si nos encontramos frente a ella.
Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un consumidor. Se considera consumidor a la
persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario
final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en ocasión
de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio
o de su grupo familiar o social11.

Cabe destacar que las regulaciones sobre el derecho de consumo tienen rango constitucional, ya que en el artículo
42 de la Carta Magna12 se expresa el derecho del consumidor y usuario, el cual establece, entre otras prerrogativas,
la protección de la salud, el acceso a una información adecuada y veraz de todas las condiciones de contratación, la
posibilidad de ejercer la libertad en la elección y que se establezcan disposiciones para garantizar un trato que sea
digno y equitativo.
Se considera consumidor a toda persona, humana o jurídica, que contrata para su beneficio propio; por lo tanto, no
puede llamarse consumidor a la persona que adquiere un bien o servicio con la finalidad de integrarlo al proceso o
cadena de producción.
En torno a la relación de consumo, la legislación argentina en la materia es bastante completa y se va adaptando a
las condiciones de contratación más modernas. Es preciso destacar que esta área del derecho es muy dinámica y el
avance de la sociedad, en este tipo de transacciones, debe estar acompañado por una legislación flexible y que
también vaya adaptándose.
En torno a la relación de consumo, la legislación argentina en la materia es bastante completa y se va adaptando a
las condiciones de contratación más modernas. Es preciso destacar que esta área del derecho es muy dinámica y el
avance de la sociedad, en este tipo de transacciones, debe estar acompañado por una legislación flexible y que
también vaya adaptándose.

Marco normativo de la defensa del consumidor en Argentina


LECCIÓN 2 de 5
Como mencionáramos anteriormente, la temática de derechos y defensa del consumidor es dinámica y, ante nuevas
formas de transacción comercial, como podríamos mencionar el caso del comercio electrónico o la contratación
electrónica, es importante conocer el amparo y la protección de los derechos del consumidor. Por lo anterior,
podemos afirmar que nuestro ordenamiento jurídico establece el siguiente esquema normativo.
 Las disposiciones de la Constitución Nacional13.
 Las disposiciones generales del Código Civil y Comercial de la Nación14.
 Las disposiciones particulares de las leyes específicas.

Interpretación en la relación de consumo


Los artículos 1094 y 1095 del Código Civil y Comercial de la Nación 15 son trascendentales al momento de analizar e
interpretar una relación de consumo y, en particular, establecen principios de interpretación que debemos conocer.
Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme con el principio de
protección del consumidor y el de acceso al consumo sustentable.
En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes especiales, prevalece la más favorable al
consumidor16.

Sobre la interpretación del contrato: “El contrato se interpreta en el sentido más favorable para el consumidor.
Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se adopta la que sea menos gravosa”17.
El principio protectorio se establece en la primera parte del artículo 1094 del Código Civil y Comercial de la Nación18.

Siguiendo a Rivera:
En primer término, las normas deben interpretarse y aplicarse de acuerdo al principio de protección del consumidor.
Este principio alcanza todas las relaciones en las que intervienen los consumidores y se justifica en la situación de
desventaja y vulnerabilidad estructural en que se encuentran con relación a los proveedores en el mercado. Entre
otros factores, la asimetría de información; la inferioridad de conocimientos técnicos; el menor acceso a
asesoramiento jurídico; la dispersión de los integrantes del grupo que dificulta su actuación coordinada (en oposición
a la capacidad de coordinación de los proveedores); la falta de poder de negociación; y la necesidad de adquirir
ciertos bienes y servicios básicos; tornan necesario el principio protectorio que resulta una proyección del principio
de favor debilis y se arraiga en la norma operativa del art. 42 de la Constitución Nacional (2014, p. 2594).

El principio establecido en la segunda parte del artículo 1094 del Código Civil y Comercial de la Nación19 expresa el
principio de acceso al consumo sustentable. Al respecto:

El concepto de acceso al consumo sustentable establece una vinculación entre el derecho del consumidor, el acceso
a bienes básicos y el derecho ambiental. Las Recomendaciones de las Naciones Unidas para la Protección del
Consumidor, en su capítulo sobre el consumo sostenible, dispone en la cláusula 42 que "consumo sostenible significa
que las necesidades de bienes y servicios de las generaciones presentes y futuras se satisfacen de modo tal que
puedan sustentarse desde el punto de vista económico, social y ambiental". Además, en su principio general 5°
señala que "las políticas de fomento del consumo sostenible deben tener en cuenta como objetivos la erradicación de
la pobreza, la satisfacción de las necesidades básicas de todos los miembros de la sociedad y la reducción de la
desigualdad, tanto en el plano nacional como en las relaciones entre los países".
En el ámbito local, sostiene Lorenzetti que de acuerdo al principio protectorio, y entendiendo que este debe alcanzar
a los sujetos excluidos del mercado, surge la temática del acceso, que se traduce en el concepto de acceso al
consumo. Citando a Stiglitz, destaca que "el derecho de acceso al consumo es una ' prerrogativa primaria de los
consumidores, frente a los empresarios y al propio Estado, pues es menester, previo a todo, que los gobiernos
garanticen a todos los sectores de la población su participación en el mercado" (Lorenzetti, 2009).
Respecto del acceso al consumo sustentable, sostiene Pérez Bustamante que "Hablar de 'acceso', significa la
posibilidad de satisfacer nuestras necesidades; y cuando se habla de 'consumo', se hace referencia al consumo
sustentable, entendido como el uso de servicios y productos que responda a las necesidades básicas y traiga mejor
calidad de vida, minimizando el uso de los recursos naturales y materiales tóxicos y la emisión de desperdicios y
contaminantes durante el ciclo de vida del servicio o producto, de manera de no poner en peligro la satisfacción de
las necesidades de las generaciones futuras" (Pérez Bustamante).
Este derecho opera especialmente con relación a las necesidades básica que requieren de la provisión de bienes
esenciales para su satisfacción (ej. servicios públicos básicos), entendidos como aquellos bienes que están
directamente vinculados con la supervivencia en condiciones dignas de las personas (Rusconi, 2009).
La vulneración al derecho de acceso al consumo puede presentarse en diferentes situaciones, tales como las
siguientes: (i) la interrupción de un servicio básico para quien ya resulta consumidor; (ii) la exclusión de ciertas
personas del mercado por razones de discriminación (nos remitimos al comentario del art. 1098); (iii) exclusión del
mercado por razones económicas (imposibilidad de pagar un servicio básico) (Rivera, 2014, pp. 2594-2595).
Principales derechos del consumidor electrónico
¿Recuerdas la historia de las amigas? Volvamos a ver algunos detalles en la misma, que se relacionan con los
derechos del consumidor electrónico.
Carla y sus mejores amigas son inseparables. Afianzaron la amistad que las une durante los años de colegio. En
esos tiempos, ya cada una tenía una inclinación distinta acerca de lo que le apasionaba y quería estudiar. En épocas
de universidad, si bien no se veían tan a menudo, buscaban espacios para juntarse como mínimo una vez al mes.
Hoy pasaron varios años, cada una trabaja en lo que le gusta y se siguen juntando para compartir momentos
agradables.
Carla es abogada y se especializa en la defensa de los derechos del consumidor electrónico porque considera que la
temática es trascendental por las nuevas tecnologías y por cómo ha crecido el comercio online en los últimos años
en nuestro país. Siempre comenta que el consumidor es la parte débil en la relación de consumo y que el derecho de
consumo está protegido por diversas leyes. También comenta que el consumidor tiene un conjunto de derechos que
lo ampara y que a veces desconoce.
La semana pasada, un cliente le consultó porque al realizar la compra de un televisor para su casa a través de
internet, porque el precio era conveniente, el proveedor no le informó las características técnicas del producto,
debiendo recurrir a catálogos de otros proveedores; y que al consultarle sobre tal información al proveedor, este le
dijo que no era gratuita y se cobraba extra, lo que produjo angustia y enojo en el consumidor. Aquí se demuestra que
el proveedor está en superioridad de condiciones porque tiene los conocimientos técnicos y jurídicos acerca de la
contratación, cuestiones que los consumidores no tienen.
Mónica es otra de las amigas que integra el grupo inseparable de hace años. Mónica estudió artes plásticas y uno de
sus últimos logros es una escultura que talló en piedra y que es exhibida en una galería de arte muy famosa, siendo
admirada por cientos de personas cada fin de semana. Mónica aprovechó el último encuentro para comentarle a
Carla que compró online un set de pastillas y cremas para adelgazar porque la publicidad establecía que contenían
productos naturales para bajar de peso rápidamente. Sin embargo, Mónica ha comenzado a desconfiar del producto
porque tomó las pastillas y no se ha sentido bien desde entonces. Solicitó información al proveedor pero no obtuvo
respuesta. Hizo analizar las pastillas y no contenían productos naturales. En esta situación, Mónica le pregunta
Carla: ¿hay alguna relación entre la publicidad y los derechos del consumidor? Carla le respondió que sí.
Por su parte, a Laura siempre le apasionaron las letras, sus materias favoritas eran Lengua y Literatura española.
Desde chica recitaba poemas en los actos escolares. Hoy Laura es una escritora renombrada y su última publicación
es una novela llamada Más allá del atardecer que ha sido best seller porque fue número uno en ventas el año
pasado. Con las ventas de las primeras 2000 publicaciones de su libro, Laura pudo dar la seña para comprar un
departamento en la Costa Atlántica. Siendo propietaria de ese departamento, lo coloca en alquiler todos los veranos
a través de una web y, dependiendo de si los turistas son nacionales o extranjeros, cobra una tarifa diferenciada a
estos últimos.

Analizaremos a continuación los principales derechos del consumidor que establece el Código Civil y Comercial 20,
entendiendo que estas disposiciones se hacen extensivas a los casos de consumo electrónico.

Derecho a un trato digno


Los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno a los consumidores y usuarios. La dignidad
de la persona debe ser respetada conforme a los criterios generales que surgen de los tratados de derechos
humanos. Los proveedores deben abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los consumidores en
situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias21.

La dignidad humana es un derecho personalísimo consagrado en la Constitución Nacional 22 que debe garantizarse
durante todo el término de la relación de consumo. Este trato digno implica que el ser humano, por su condición de
tal, debe ser considerado en sí mismo y evitar que, en estas relaciones jurídicas, exista algún aprovechamiento o
utilitarismo por parte del proveedor.

La Corte Suprema de Justicia se pronunció sobre este derecho, así como también algunos tribunales inferiores.

El Máximo Tribunal ha considerado que se viola el derecho al trato digno al producirse un accidente al descender de
un vagón, en el medio del tumulto de pasajeros, entendiendo que " el trato digno al pasajero transportado significa
que se deben adoptar medidas para que sea atendido como una persona humana con dignidad, contemplando la
situación de quienes tienen capacidades diferentes, o son menores, o no tienen la instrucción necesaria para
comprender el funcionamiento de lo que se les ofrece. Ello incluye la adopción de medidas para que el pasajero no
descienda empujado por una marea humana con riesgo de su integridad física y para que viaje de un modo
razonablemente cómodo" ("Ledesma"). En la misma línea, en los casos "Montaña”, con cita a "Ledesma" y "Uriarte",
sostuvo que "la incorporación del vocablo seguridad en la Carta Magna, es una decisión valorativa que obliga a los
prestadores de servicios públicos a desempeñar conductas encaminadas al cuidado de lo más valioso: la vida y la
salud de sus habitantes, ricos o pobres, poderosos o débiles, ancianos o adolescentes, expertos o profanos". Con
similares argumentos, en el caso "Unión de Usuarios y Consumidores", la CSJN entendió que se vulneraba el trato
digno de los pasajeros de la línea Sarmiento del ferrocarril por las deficientes condiciones en que se prestaba el
servicio (falta de cestos de basura, hacinamiento, falta de accesibilidad para personas con discapacidad, entre otros)
Derecho a un trato equitativo y no discriminatorio
“Los proveedores deben dar a los consumidores un trato equitativo y no discriminatorio. No pueden establecer
diferencias basadas en pautas contrarias a la garantía constitucional de igualdad, en especial, la de la nacionalidad
de los consumidores”23.
El Código24 es claro al establecer este derecho en correlatividad con el derecho a igualdad de oportunidades
consagrado en la Constitución Nacional25, cuando, en virtud de la reforma de 1994, se amplía el concepto de derecho
a la igualdad que está consagrado en el artículo 16 de la Constitución Nacional26.

En Titiro se afirmó que ‘cuando se trata de una cláusula que impone a quienes arriban a cierta altura de su vida a
afrontar un acrecentamiento sustancial y diferenciado de su cuota al margen de las condiciones de incrementos
generales que son propias de la índole de las prestaciones y que pesan parejamente sobre todos los afiliados, se
trata de una cláusula discriminatoria en razón de la edad del adherente y no se puede pretender fundarlo en la mayor
utilización del servicio por parte del afiliado, resultando inaceptable, por cuanto supone un traslado injustificado de
riesgos, que ya deben haber sido previstos estadísticamente al efectuar la prospectiva económica del contrato’

Libertad de contratar
“Están prohibidas las prácticas que limitan la libertad de contratar del consumidor, en especial, las que subordinan la
provisión de productos o servicios a la adquisición simultánea de otros, y otras similares que persigan el mismo
objetivo”27
Este derecho se encuentra relacionado con leyes de defensa de la competencia y las antimonopolios, como así
también muy ligado al derecho a obtener información fidedigna y a que no se vea obstaculizada o manipulada la
libertad de contratar o no.

Derecho a ser informado


El proveedor está obligado a suministrar información al consumidor en forma cierta y detallada, respecto de todo lo
relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, las condiciones de su
comercialización y toda otra circunstancia relevante para el contrato. La información debe ser siempre gratuita para el
consumidor y proporcionada con la claridad necesaria que permita su comprensión.28

Es necesario, en el marco protectorio del consumidor, achicar la brecha que existe entre él y el proveedor. De esa
necesidad surge el derecho de ser informado correlativamente al deber de informar. Es el proveedor quien conoce
cabalmente los detalles, las condiciones técnicas del producto o servicio que ofrece. Es importante destacar que el
consumidor debe ser informado de todas las circunstancias que sean de una entidad relevante en el contrato, ya que
sobre la base de esta información, aquel decide si contrata o no. Este derecho abarca la etapa precontractual y su
ejecución y no se agota en la celebración. También resulta fundamental destacar que el acceso a la información no
debe ser complicado y tampoco oneroso, es decir, esta información debe obtenerse de manera gratuita.

Derechos en torno a la publicidad


Está prohibida toda publicidad que:

a) contenga indicaciones falsas o de tal naturaleza que induzcan o puedan inducir a error al consumidor, cuando
recaigan sobre elementos esenciales del producto o servicio;
b) efectúe comparaciones de bienes o servicios cuando sean de naturaleza tal que conduzcan a error al consumidor;
c) sea abusiva, discriminatoria o induzca al consumidor a comportarse de forma perjudicial o peligrosa para su salud
o seguridad29.

Siguiendo a Rivero, vemos que:

El género publicidad engañosa receptado en el inc. a) constituye un supuesto en el cual el uso de informaciones
inexactas pueden inducir a error al consumidor, por recaer sobre elementos esenciales del producto o servicio,
llevándolo a concretar actos que le generen perjuicios. Así, resulta una derivación del deber de información del
proveedor.
Cabe destacar que para que la publicidad sea considerada engañosa, resulta innecesario probar la intención del
proveedor (dolo).
Más aún, el artículo que aquí comentamos, no exige si quiera la producción efectiva del daño siendo suficiente que la
publicidad pueda inducir a error, es decir, que posea "idoneidad engañosa" (Lorenzetti, 2009). En este sentido, en
materia de lealtad comercial la CSJN ha dicho que basta con que una conducta tenga "aptitud para inducir a error,
engaño o confusión, con prescindencia de la producción de un resultado" ("Carrefour Argentina S. A").
Por su parte, alguna doctrina ha lamentado la no inclusión explícita en el artículo que comentamos de ciertos tipos de
publicidades, como la omisiva o la subliminal (Novick, Lovece). Sin embargo, entendemos que siendo estas especies
del género publicidad engañosa (Japaze) y dada la amplitud de la redacción adoptada en el inc. a), ambas se
encuentran implícitamente receptadas en la norma como supuestos innominados de publicidad engañosa.
¿Qué es la compraventa?
LECCIÓN 1 de 6
La compraventa es un contrato que se caracteriza por ser consensual, es decir, se perfecciona con el consentimiento
de las partes. Además, es oneroso, de ejecución inmediata y conmutativo, ya que las partes conocen, desde su
celebración, cuáles son las ventajas de contratar.
El Código Civil y Comercial1 regula este contrato y le brinda un carácter general supletorio, ya que, en caso de falta
de regulación en otros contratos, se aplican las normativas de la compraventa.

Si observamos atentamente el concepto vertido, podemos analizar brevemente cuáles son los elementos esenciales
para que estemos frente a este contrato:
LA COSA: Respecto a este elemento esencial, podemos afirmar que puede venderse cualquier cosa que pueda ser
considerada objeto de un contrato. Aquí, entonces, es de destacar que no se cumple con este requisito si se pretende
vender una cosa fuera de comercio, como por ejemplo, una plaza, ya que, en ese caso, se observa un caso de objeto
imposible.

EL PRECIO: Es otro de los elementos esenciales de la compraventa, ya que tal como la definición lo establece, a
cambio de la transferencia de la propiedad, el comprador se compromete a entregar dinero. Este elemento esencial
permite diferenciar a la compraventa de otro tipo de contratos, donde ambas partes se comprometen a transferir la
propiedad de una cosa que denominamos permuta

Teniendo claro el concepto de compraventa, podemos avanzar sobre la vida de este contrato en la era de la
sociedad informatizada.

A continuación, te invito a leer la siguiente historia en la que podremos ver elementos de la compraventa en la web.
Carla y sus mejores amigas son inseparables. Afianzaron la amistad que las une durante los años de colegio. Hoy ya
pasaron varios años y cada una trabaja en lo que le gusta, pero se siguen juntando para compartir momentos
agradables.
Carla es abogada y se especializa en la defensa de los derechos del consumidor electrónico porque considera que la
temática es trascendental por las nuevas tecnologías y por cómo ha crecido el comercio online en los últimos años
en nuestro país. Siempre comenta que el consumidor es la parte débil en la relación de consumo y que el derecho de
consumo está protegido por diversas leyes. También comenta que el consumidor tiene un conjunto de derechos que
lo ampara y que a veces desconoce.
La semana pasada, un cliente le consultó porque al realizar la compra de un televisor para su casa, a través de
internet porque el precio era conveniente, el proveedor no le informó las características técnicas del producto,
debiendo recurrir a catálogos de otros proveedores. Luego, al consultarle al proveedor sobre tal información, este le
dijo que no era gratuita y se cobraba extra, lo que produjo angustia y enojo en el consumidor. Aquí se demuestra que
el proveedor está en superioridad de condiciones porque tiene los conocimientos técnicos y jurídicos acerca de la
contratación, cuestiones que los consumidores no tienen.
Mónica es otra de las amigas que integra el grupo inseparable de hace años. Mónica estudió artes plásticas y uno de
sus últimos logros es una escultura que talló en piedra y que es exhibida en una galería de arte muy famosa, siendo
admirada por cientos de personas cada fin de semana. Mónica aprovechó el último encuentro para comentarle a
Carla que compró por internet, un set de pastillas y cremas para adelgazar porque la publicidad establecía que
contenían productos naturales que te hacen bajar de peso rápidamente. Sin embargo, Mónica ha comenzado a
desconfiar porque tomó las pastillas y no se ha sentido bien desde entonces. Solicitó información al proveedor pero
no obtuvo respuesta. Hizo analizar las pastillas y no contenían productos naturales. En esta situación, Mónica le
preguntó a Carla: ¿Hay alguna relación entre la publicidad y los derechos del consumidor? A lo que Carla le
respondió que sí.
Por su parte, a Laura siempre le apasionaron las letras, sus materias favoritas eran Lengua y Literatura española.
Desde chica, Laura recitaba poemas en los actos escolares. Hoy es una escritora renombrada y su última publicación
es una novela llamada Más allá del atardecer que se convirtió en best seller al ser número uno en ventas el año
pasado.
Con las ventas de las primeras 2000 publicaciones de su libro, Laura pudo dar la seña para comprarse un
departamento en la costa atlántica. Siendo propietaria de ese departamento, lo coloca en alquiler todos los veranos a
través de una web y, dependiendo de si los turistas son nacionales o extranjeros, cobra una tarifa diferenciada a
estos últimos.
Julieta es una pastelera famosa que se dedica a la repostería artesanal. Se formó en Francia y todo lo que aprendió
en ese país lo aplica aquí, ya que logró abrir varias tiendas físicas donde no solamente vende tortas y pasteles para
llevar, sino que también funcionan como cafeterías donde se puede pasar un momento agradable saboreando sus
últimas creaciones. Julieta logró posicionar su marca “Dulce Julieta”, que no solo aparece en sus envoltorios,
empaques y facturación, sino que se ha convertido en un sello de distinción entre otras pastelerías del mercado.
Hace unos meses, Julieta amplió su negocio y comenzó a comercializar sus pasteles de manera online. Le contó a
Carla que ha debido tener en cuenta varios ítems para vender online de manera seria y responsable, y que se trata
de un procedimiento que lleva sus pasos para que el negocio crezca y llegue a miles de usuarios.
Si años atrás las 5 amigas se juntaban en cualquier café, hoy su costumbre es reunirse en el café “Dulce Julieta”
porque la conversación y la buena pastelería están aseguradas. ¡Y lo mejor es que invita la anfitriona!
En la historia de las amigas, habrás observado algo en común: hay diversas situaciones de compras a través de
internet. Tal es el caso de Carla y su cliente que compró el televisor, o Mónica que compró pastillas y cremas para
adelgazar; por otro lado, Laura que promociona su departamento para alquiler en temporada de verano a través de
una página web y Julieta que comercializa sus pasteles online.
Para abordar la compraventa en la web, vamos a concentrar nuestra atención en lo que podemos denominar tiendas
virtuales o tiendas en línea. Estas tiendas hacen referencia a una forma especial de comercialización, que utiliza
como medio un sitio web o también aplicaciones conectadas a Internet.
Así, la parte vendedora ofrece a los clientes, a través de una página virtual, los productos que tienen a disposición. El
potencial comprador tiene la posibilidad de observar imágenes que refieren a los productos en venta, como así
también -y sobre la base de la libertad de contratación- decidir si los adquiere o no. Normalmente y según los
requerimientos de la ley, se pueden apreciar las especificaciones de los productos a la venta, cumpliendo con el
deber de información. Es muy importante destacar esta cualidad de las transacciones en línea: contar con toda la
información necesaria sobre el producto y los detalles de contratación, conforman los deberes de los vendedores en
línea.

Cabe destacar que un contrato de compraventa en línea se considera contrato de consumo según nuestra legislación
y, a su vez, el cliente (comprador) está amparado por la normativa vigente en tal sentido, siempre, claro está, que su
consumo se realice para uso particular o de su grupo familiar, como destinatario final.
Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que
actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o
privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o
usuarios, para su uso privado, familiar o social3.

A continuación, veamos las ventajas y desventajas de contratar en línea.


Ventajas
Contratar bajo esta modalidad, es decir, por medios electrónicos, tiene sus ventajas.
Una de ellas es la posibilidad de realizar la compra en la comodidad del hogar pero con una amplia ventana hacia el
mundo, ya que es posible comprar a cualquier hora y productos de cualquier parte del mundo.
Además, se trata, en principio, de un servicio ágil, rápido, con la posibilidad de acceso a información importante,
como por ejemplo, manuales de uso del producto, posibilidad del ejercicio de revocación de la compraventa e incluso
algunas tiendas ofrecen, de manera adicional, un cúmulo de valoraciones u opiniones sobre el producto al que el
futuro comprador puede acceder para conocer cabalmente experiencias de su funcionamiento.

Desventajas
También existen algunas desventajas que se relacionan con la seguridad en los medios de pago. La sociedad se va
adaptando a los cambios y el pago electrónico ofrece, en algunos casos, cierta desconfianza por la parte
compradora.

Además, se trata, en principio, de un servicio ágil, rápido, con la posibilidad de acceso a información importante,
como por ejemplo, manuales de uso del producto, posibilidad del ejercicio de revocación de la compraventa e incluso
algunas tiendas ofrecen, de manera adicional, un cúmulo de valoraciones u opiniones sobre el producto al que el
futuro comprador puede acceder para conocer cabalmente experiencias de su funcionamiento.
La forma de pago típica usada en los sitios web que ofrecen productos, es la tarjeta de crédito, aunque también se
observan otras modalidades, entre las cuales está PayPal.
PayPal es un método de pago en línea que te sigue vayas donde vayas.
Pagá como quieras. Asociá tus tarjetas de crédito a tu cuenta PayPal y, cuando quieras pagar, simplemente inicia
sesión con tu correo electrónico y contraseña y elegí la tarjeta que deseas usar para hacer el pago.
PayPal es un método de pago seguro, ya que tu información financiera se mantiene privada. No se comparte con
nadie cuando haces una compra, así que no tenés que preocuparte si le vas a pagar a una empresa o persona que
no conocés.
Además, protegemos tus compras. Cada compra elegible con PayPal está cubierta por la protección al comprador
hasta por 180 días. Si no recibís tu pedido, o lo que recibís no es como estaba descrito, te ayudamos a obtener un
reintegro. Si no recibís lo que compraste, o lo que recibís es distinto a como estaba descrito, y tú compra cumple los
requisitos de la protección al comprador de PayPal, te reembolsaremos el importe completo de tu compra, además de
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ejemplo, la transferencia bancaria.
Es importante aclarar que las tiendas virtuales, en su mayoría, solicitan la creación de un usuario y contraseña para
poder acceder a la compraventa. Esta información genera mayor seguridad jurídica al momento de operar, ya que
contiene ciertos datos esenciales del comprador, tales como nombre, dirección y correo electrónico.

El vendedor en la web
LECCIÓN 2 de 6
Las compraventas electrónicas son una modalidad de transacción muy utilizada en la actualidad y muchas veces
hemos practicado este contrato como compradores. Analizaremos, brevemente, cuáles son las condiciones o
requisitos que se necesitan para convertirnos en vendedores y tener una tienda virtual en Argentina. Comenzaremos
por ver que dice, al respecto, la Cámara Argentina de Comercio Electrónico:
Comenzar con una tienda online, y que esta cumpla con las expectativas de quien la desplegó, es un proceso que
implica el manejo de numerosas variables. En algunos casos, el proceso es comparable a la apertura de una tienda
física, pero en otros no. La CACE (Cámara Argentina de Comercio Electrónico, www.cace.org.ar), y más
concretamente la comisión de Plataformas, realizó un seminario para orientar al emprendedor en el camino de abrir
su tienda online. En él se analizaron aspectos de estrategia, de logística y de infraestructura, y se cubrieron varios de
los frentes que hacen al despliegue de este tipo de negocios. Algunos de estos aspectos quedaron resumidos en sus
10 mandamientos para desplegar una tienda online.
1
1-Debo tener un objetivo claro: parece una verdad de Perogrullo, pero es el comienzo de todo. “Uno no se mete a
vender por e-commerce simplemente porque quiere estar”, apunta Alejandro Rinaldi, gerente de Nuevos Negocios
del Grupo Logístico Andreani. De no tener este objetivo claro, existe una gran posibilidad de que se tomen decisiones
erradas, donde se termina bastardeando los propios productos al ritmo de las promociones.
2
2-Debo elegir la plataforma ideal para mi tipo de negocio: una plataforma de e-commerce no es una página web, ni
un blog. Es una aplicación, que tiene reglas de negocios, una lógica operativa, tiene desarrollo y, muchas veces, se
integra con aplicaciones de punto de venta o de facturación. En la elección de la plataforma, se juegan diversos
factores que están supeditados al objetivo del punto 1.
 Debe ser una plataforma segura, con los certificados para transaccionar, tanto del usuario como del
navegador.
 Debe permitir la sencilla actualización del catálogo de productos, subir promociones y establecer políticas de
precios.
 Debe permitir la sencilla administración de costos, modalidades de entrega, clientes, pedidos y envíos, entre
otros ítems.
 Debe permitir hacer el tracking de los envíos y el seguimiento del pago.
 Debe ser fácil de usar, sobre todo por parte del comprador.
 Debe ser flexible y dinámica. Debe permitir cambios rápidamente.
 Debe permitir el rápido intercambio con redes sociales.
 Debe ser rentable y sustentable en el tiempo.

El e-commerce tiene impacto sobre toda la cadena de abastecimiento y en la relación con el cliente; en procesos
como la administración del stock (de dónde se saca el stock para satisfacer los pedidos sobre la plataforma), gestión
de los clientes (CRM y soporte, atención al cliente, notificaciones relacionadas con el seguimiento del envío),
facturación y cobranzas con distintos medios de pago, y distribución (en algunos casos se vincula con las plataformas
de los operadores logísticos, ya sea para cotizar envíos, hacer seguimiento, imprimir comprobantes y etiquetas, etc.).
Otro aspecto fundamental es dónde se montará la plataforma. Ariel Schvartzapel, de Allytech, recomienda
el hosting en un servidor virtual privado, lo cual permite tener recursos dedicados (no compartidos) de procesamiento
y almacenamiento escalables, mayor flexibilidad en la configuración, una IP dedicada (permite tener certificados SSL,
lo que no se puede tener en un servidor compartido y, además, compartir la dirección IP con otro usuarios puede ser
riesgoso en caso de que esos usuarios hagan mal uso del hosting y resulten bloqueados); mayor confiabilidad
general (es el único esquema que permite ofrecer redundancia, la recuperación luego de un fallo es más rápida). “Es
un esquema económico, que puede costar entre $100 y $1000 por mes”, apunta Schvartzapel.
3
3-Debo elegir el medio de pago que más me convenga: el equivalente al posnet del mundo físico en el mundo virtual,
se llama pasarela de pagos o gateway de pagos. Este servicio permite validar la transacción, además de ofrecer una
serie de servicios tradicionales. A veces se deben proveer distintos medios de pagos, incluso algunos operadores
logísticos ofrecen el servicio de cobrar a domicilio, pero esto implica una demora en el ingreso del dinero.
4
4-Debo elegir un proveedor logístico acorde a mi negocio: para elegir un operador logístico debe medirse su
desempeño (equivalente a la velocidad de procesamiento y entrega), la efectividad de la entrega y la capilaridad
geográfica. Otro aspecto a ver, es si la entrega será en domicilio del cliente o en la sucursal del operador. También se
deben evaluar las opciones de entrega que tiene el operador (tiempos estándares, entrega urgente). Hay empresas
de e-commerce que dejan la preparación de los pedidos en manos de las mismas organizaciones logísticas, con
entrega desde el operador.
Resulta conveniente que la plataforma de e-commerce esté integrada de alguna forma con la logística, de forma que
las modalidades de entrega acordadas con el operador logístico puedan ser traducidas y comunicadas a través de la
tienda (por ejemplo, formas de envío, opciones de lugares u horarios para retirar dicho envío, plazos de entrega,
costos, etc.). Esta integración facilita todo el proceso de compra online, y permiten al comprador tomar decisiones
informadas. En algunos casos, el costo se inscribe también dentro de la política del negocio (por ejemplo: ¿Habrá
bonificación promocional total o parcial del envío? ¿A partir de qué valor de compra?).
5
5-Debo armar un buen equipo de trabajo: “El e-commerce no es un acto heroico de una persona vendiendo”, apunta
Rinaldi. Detrás del sitio hay un backoffice, servicios de contact center, diseñadores, marketing, asesoría legal, etc. Lo
ideal es que uno se rodee de los mejores en cada función.
Los siguientes mandamientos forman parte de una estrategia de marketing abarcadora, y están estrechamente
interrelacionados. De hecho, algunas herramientas se comparten.
6
6-Debo contratar una agencia de medios online.
7
7-Debo conocer las herramientas de posicionamiento.
8
8-Debo trabajar en el tráfico de mi tienda.
9
9-Debo mejorar constantemente la conversión.
10
10-Debo trabajar fuertemente en las redes sociales.
Las claves en este proceso son posicionamiento de la marca y del sitio, generación de tráfico, generación de
interacciones y generación de conversiones (esto es, ventas o contrataciones, o cualquier acción que se espere del
visitante a la página). Las herramientas se pueden dividir en tres tipos.

 Para obtención de tráfico, hay que considerar el marketing en buscadores de Internet. Hoy la mayoría del
tráfico en la Argentina proviene de Google, por lo que es recomendable considerar acciones de SEO (esto
es search engine optimization, una técnica de optimización del diseño del sitio y de la estrategia de
intercambio de links, que permite ascender en los listados que arroja el buscador como respuesta a
determinadas palabras clave; ofrece resultados en el mediano a largo plazo), o bien SEM (search engine
marketing, pagar anuncios para que estos aparezcan cuando se producen determinadas búsquedas; ofrece
resultados en horas).

 Branding. Armado de campañas, no específicamente orientada a la venta directa, sino al conocimiento del
sitio o de la marca, o bien de un evento específico. Esto incluye publicidad con banners en sitios de interés, o
a través de las redes de contenidos de Google y Yahoo.

 Trabajo con redes sociales: social media marketing (SMM) y social media optimization (SMO). Hoy en
Argentina, Facebook supera los 20 millones de usuarios. SMM busca generar conversiones a través de las
redes sociales. Abarca desde la colocación de anuncios y banners, hasta la provisión de aplicaciones de
redes sociales, pasando por la publicación de productos y ofertas. SMO busca posicionar la marca en las
redes sociales, y permite hacer más rentable el SMM. Se relaciona con la estrategia de posteos e
interacciones con los seguidores.

En líneas generales, para posicionarse en el mundo online, es clave contratar agencias que trabajan en dicho
entorno y conocen ese mundo. La máxima es: “En el mundo online hay que pautar online”. Y hay que estar
donde está el target. Si se comercializa zapatos para mujeres, entonces hay que pautar en los lugares donde
están las mujeres, y si se acerca el día de la madre, pautar donde están los hombres. Además, en el
mundo online es necesario redoblar esfuerzos para cuidar la marca.
Al mismo tiempo, se deben establecer mecanismos para medir la efectividad de cada una de estas
herramientas, y se deben crear formas de poder cambiar los parámetros de las herramientas a fin de
adaptarlos a la cambiante dinámica de las interacciones con seguidores y clientes (2013,
https://bit.ly/30T03o2).

¿Cuáles son los requisitos legales que debe cumplir quien quiere abrir una tienda virtual?
Para que una persona pueda abrir una tienda online, es necesario que cumpla con los requisitos establecidos por la
ley; por lo tanto, realizaremos un breve análisis de estos.
Tabla 1. Requisitos para abrir una tienda virtual
Este requerimiento es necesario para
establecer cualquier negocio, con
independencia a la modalidad en que
Inscripción en la AFIP se ofrecen los productos a la venta.
Será necesario inscribirse, ya sea como
monotributista o bien como responsable
inscripto, y facturar.
Formulario N.° 960 /D - La ley establece que es necesario
Data Fiscal visible exhibir de manera visible este
formulario cuando se vende a través de
una tienda en línea.
Es relevante registrar la marca de la
tienda virtual para gozar de los
beneficios de la protección de este tipo
Propiedad intelectual de derechos intelectuales. La marca del
negocio se registra en el INPI, esto es,
en el Instituto Nacional de Propiedad
Intelectual.
Fuente: elaboración propia

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MODULO 4
Orígenes de la subasta
LECCIÓN 1 de 4

A continuación veremos los orígenes de la subasta en la antigüedad:


La práctica de las subastas en el mundo griego va unida al concepto de economía. El origen histórico de la figura de
la subasta se remonta a la época de la Antigua Grecia siglo IV a. C., donde se comenzó a utilizar el procedimiento de
subasta para llevar a cabo la venta de determinados bienes con carácter público. Estas subastas de naturaleza
pública, que se efectuaban por medio de anuncios orales para llevar a cabo la venta del botín militar y de los bienes
públicos y confiscados a los particulares, se caracterizan porque se realizaban con la intervención de las autoridades
y de los funcionarios públicos. En estas intervenía la figura de un funcionario público en todo el proceso, el heraldo,
con la finalidad de garantizar la seguridad del mismo. Las subastas estatales se llevaron a cabo también durante todo
el tiempo que duró el Imperio Romano. Dentro de la categoría de las subastas estatales que se efectuaron durante
este periodo, destacan las subastas militares y las subastas públicas. Las subastas militares fueron utilizadas en el
proceso de la expansión militar desde los primeros tiempos de la República para llevar a cabo la venta de los botines
y prisioneros ganados en guerra. Las denominaciones “sub hasta”, “sub corona” o “sub praecone” aluden la idea de
que la subasta se efectuaba en nombre de la autoridad estatal romana. A partir de este referente militar, este
procedimiento, que hasta el momento tenía un carácter de práctica consuetudinaria, comenzó a utilizarse para llevar
a cabo cualquier venta civil realizada bajo la intervención de la autoridad pública, incluyendo a las ventas fiscales y a
las ventas forzosas patrimoniales. En esta evolución de la subasta en la época romana se pueden señalar tres etapas
que coinciden con las tres etapas que tradicionalmente se señalan en relación a la evolución del procedimiento civil
en el derecho romano. En una primera etapa, la subasta se reguló en las legis actiones, en la Ley de las XII Tablas,
por medio de la acción legis actio per pignoris captionem como un medio de enajenación forzosa de determinados
bienes del deudor mediante un acto de licitación pública. En el siglo II a. C (año 118 a. C) la subasta se contempla en
el derecho romano a partir del procedimiento formulario por medio de la institución de la bonorum
venditio. Finalmente, la evolución de la figura de la subasta en el Derecho Romano se desarrolla en el siglo III d. C.
en el ámbito del procedimiento extraordinario (cognitio extra ordinem). En el derecho romano la subasta, tanto la
pública como la realizada en la esfera privada, constaba de tres fases: anuncio, puja y adjudicación. El anuncio oral
o proscriptio hacía referencia a la publicación de un anuncio escrito y era utilizado tanto en las subastas públicas
como en las privadas. La proscriptio se llevaba a cabo mediante la publicación de un cartel escrito que se exponía en
el lugar donde tendría lugar la venta acompañada de una proclamación oral de praeco. La puja o licitatio tanto en las
subastas militares como en aquellas desarrolladas en ámbito privado tenían en común la coincidencia espacio
temporal de la licitatio entre los competidores. Por último, se llevaba a cabo la fase de la adjudicación, que se
efectuaba por el praeco a favor de la aceptación de la mejor oferta efectuada en la fase de la puja oral. En cuanto a
las formas de pago a partir del cual se adquiría la propiedad sobre el bien adjudicado, este se hacía efectivo
mediante la entrega de una cantidad generalmente prometida por el comprador y establecida en un contrato escrito
vinculante, el cual incluía las condiciones y los plazos de pago. Esta suma o cantidad además solía ser asegurada a
través de la entrega de una garantía o prenda. En este sentido, era muy frecuente en la práctica, la presentación de
garantías en las relaciones financieras y comerciales, incluida en la venta mediante subasta, donde la garantía
implicaba la aceptación de un pago a término o de un crédito por parte del vendedor. Con la caída del Imperio
Romano, los textos jurídicos más importantes que regulan la venta mediante subasta en esta época son el Breviario
de Alarico y en el Líber Iudiciorum. En ambos textos se contempla la subasta únicamente como procedimiento de
venta forzosa de los bienes del deudor incumplidor, llevada a cabo con la intervención de la autoridad pública y para
la consiguiente satisfacción del acreedor. Durante los siglos VIII a XIII de la Alta Edad Media la subasta fue regulada
en algunos fueros locales bajo la expresión de “almoneda”, aunque de forma fragmentaria, incompleta y solo
determinados aspectos muy concretos de la misma. La regulación más completa de la subasta en el derecho civil
romano fue posteriormente recogida en el Fuero Juzgo promulgado en el año 653, previa presentación al Concilio VIII
de Toledo; en el “Fuero Viejo de Castilla”, que fue una colección formada durante el reinado de Alfonso VIII y
posteriormente reformada y publicada por el rey Don Pedro en el año 1356. En el Fuero Juzgo se regula la subasta
como un procedimiento de venta forzosa, concretamente en la Ley III del título VI del Libro V, bajo la rúbrica “ Del
penno que es dado por debda”. Con posterioridad, la subasta se reguló en el Fuero Real, promulgado por el Rey
Alfonso X El Sabio en el año 1255, en el Libro tercero, título vigésimo, Ley primera, bajo la denominación de las
deudas y de las pagas, como medio de venta forzosa de los bienes del deudor incumplidor. Siguiendo los textos
precedentes señalados, la venta por medio de subasta también fue objeto de regulación en las Partidas como medio
de venta forzosa de los bienes del deudor y como sistema de reparto del botín de guerra. En el periodo histórico
posterior al derecho romano la figura de la subasta se reguló en la Nueva Recopilación de 1567 y la Novísima
Recopilación de 1805. En ambos textos se regula la subasta únicamente como medio de ejecución forzosa
patrimonial, caracterizado por la intervención del juez en el desarrollo del procedimiento. Asimismo, en ambos textos
se especificaba que la almoneda debía de ir precedida de los oportunos apercibimientos previos que eran necesarios
antes de proceder a la venta como medio de darle publicidad, pero sobre todo como medio de garantía del deudor
para su oposición a la misma. (Asensi Merás, 2013, pp. 31-34)

Clases de subasta
Julio Paz se graduó en el año 2010 en la Universidad Siglo 21 de Martillero, Corredor Público y Corredor Inmobiliario.
Su pasión siempre fue bajar el martillo, por lo que decidió dedicarse a las subastas.
Julio Paz está matriculado en el Colegio Profesional de Martilleros Corredores Públicos de la provincia de Córdoba.
Su matrícula profesional es la N.º 5432 y ha fijado domicilio legal en calle General Paz N.º 123 de la ciudad de
Córdoba.
En sus inicios profesionales, el martillero Paz participó en diversas subastas privadas, generalmente de
antigüedades. En este rubro conoció a los martilleros Pedro Romero y Tomás Flores. Este último ayudó a Julio en
sus comienzos, orientándolo y dándole todo tipo de consejos, ya que Flores tenía muchos años de experiencia en las
subastas. Tomás siempre le inculcó a Julio que debía actuar con honestidad y seriedad en la profesión. El martillero
Flores, hasta la actualidad, se dedica a las subastas tradicionales. También está matriculado en el Colegio
Profesional de Martilleros Corredores Públicos de la provincia de Córdoba. Sus años bajando el martillo hacen que él
no salga del modelo de las típicas subastas físicas o presenciales. Flores recibe permanentemente a personas que
desean vender todo tipo de antigüedades como lámparas, alfombras, pinturas, arañas, porcelanas, platería y
cristalería.
El día fijado y a la hora señalada comienza la subasta, se produce la puja entre los presentes y el martillero adjudica
al mejor postor los bienes que se subastan en esa oportunidad. El martillero Flores sabe que debe realizar diversos
actos previos y posteriores a la subasta.
El martillero Pedro Romero también realiza subastas de antigüedades pero él se aggiornó a los avances tecnológicos
y hoy tiene una plataforma donde realiza subastas de manera electrónica. Romero estima el valor de los bienes
dados para la venta tasándolos para determinar el precio de base. Los remates los realiza una vez al mes. Romero
pacta con cada vendedor la comisión de venta y un porcentaje que está gravado por IVA. Toda persona que ingresa
al portal para comprar una antigüedad, luego de haber aceptado los términos y condiciones, tiene la posibilidad de
ver el objeto mientras está exhibido con el fin de participar, posteriormente, en la subasta electrónica. El
procedimiento termina con la adjudicación al mejor postor del bien subastado. Sobre el precio de adquisición, el
comprador deberá abonar la comisión más el IVA.
Hace unos años, el martillero Paz se inscribió para actuar en sede judicial como martillero judicial y así poder
participar en subastas judiciales cuando sale sorteado para ello.
En esta historia podemos ver distintas clases de subastas, a saber: las subastas privadas de antigüedades realizadas
de manera tradicional por el martillero Tomás Flores; las subastas que el martillero Pedro Romero realiza de manera
electrónica y que también son de naturaleza privada; y las subastas judiciales en las que el martillero Julio Paz se
inscribe, que son de naturaleza pública.
Es posible afirmar que en los distintos ordenamientos jurídicos de los países existe un conjunto de normas que
regulan la enajenación de cosas a través de la subasta. A nivel internacional y nacional, se observa dispersión
normativa y, por ello, encontramos regulaciones para esta modalidad de venta en códigos de procedimiento y en las
leyes que establecen las normas para ejercer como martillero.
De esta multiplicidad de normas que refieren a las subastas, se hace necesario, para una mejor comprensión,
clasificar y distinguir las categorías que pueden establecerse en relación a los medios de venta por subasta.
Siguiendo como criterio el órgano encargado de su organización y desarrollo, podemos distinguir en una primera
aproximación dos tipos de subastas.

De naturaleza pública
Dentro de esta categoría están las subastas ordenadas judicialmente y las subastas administrativas (subasta
inversa). Se caracterizan porque el subastador es una autoridad pública o está investido de autoridad pública. En las
subastas administrativas, que están regidas por las normas de procedimiento administrativo, se utiliza este medio tan
particular en los procesos de licitación, en donde por ejemplo, la administración pública concederá la ejecución de
una obra pública a quien proponga el precio menor.
Las subastas judiciales son ordenadas y dirigidas por un juez competente, proceden para satisfacer con el precio
obtenido de la adjudicación de un bien los créditos del deudor o cuando el dueño del bien necesita enajenarlo a
través de este medio y se lo solicita al juez. Dentro de este tipo de subastas existe una subclasificación:

Forzosas: se regulan por las normas del derecho procesal civil y surgen cuando existe una deuda por un crédito
incumplido, por tanto, con el dinero obtenido por la adjudicación en subasta de un bien mueble o inmueble, se
satisface dicho crédito.
Voluntarias: dada en casos en que el propietario del bien promueve ante el juez competente la enajenación por
subasta. Este tipo de subastas es el que corresponde cuando se pretende la división de bienes hereditarios.
De naturaleza privada
Siguiendo a la autora Altea Asensi Merás (2013):
Las subastas de naturaleza privada son aquellas en las cuales la figura del subastador u órgano encargado de su
ejecución es una persona física o jurídica privada, es decir, que carece de potestad o autoridad administrativa. De
esta forma, las subastas de naturaleza privada serán las que se organizan por los particulares, los cuales, serán
principalmente empresarios, persona física o jurídica, que se dedican profesionalmente al ejercicio de esta actividad.
Conforme se ha establecido anteriormente, las subastas de naturaleza privada, en orden a su jurisdicción, solo cabe
que sean voluntarias en cuanto que siempre tienen lugar a iniciativa voluntaria del propietario del bien o vendedor y
no se efectúan para satisfacer de manera forzosa deuda alguna.
En función del tipo de mercado donde se lleve a cabo su realización, cabe señalar dos modalidades de subastas de
naturaleza privada que se refieren a las organizadas por comerciantes o empresarios mayoristas y las organizadas
por comerciantes o empresarios minoristas. Las subastas realizadas por comerciantes mayoristas son aquellas
ventas voluntarias realizadas mediante una subasta pública, siendo el objeto de dicha venta bienes ofertados al por
mayor.
En concreto, las subastas que se realizan por comerciantes mayoristas, tienen como características principales,
además de su naturaleza privada, puesto que se organizan por empresarios que realizan una actividad de comercio
al por mayor, y por lo tanto su carácter es voluntario, que su objeto suele ser la venta principalmente de un tipo
particular de bienes, tales como son los bienes perecederos. El más claro tipo de este tipo de ventas lo constituyen
las denominadas subastas de pescado. Las subastas de pescado son aquellas subastas en las cuales se oferta
públicamente la venta de pescado, a favor de quien ofrezca, mediante un sistema de pujas, normalmente a la baja, y
dentro de un plazo concedido al efecto, el mejor precio en el curso de un mismo acto. El otro tipo de subastas de
naturaleza privada y de carácter voluntario son las realizadas por comerciantes minoristas. Este tipo de subastas
se caracterizan por el objeto de la venta, ya que tienen por objeto, por lo general, bienes individualizados,
determinados y de naturaleza no perecedera, los cuales son adquiridos por el comprador al detalle. Por otra parte, los
elementos personales del contrato son el vendedor empresario, que puede ser o no el subastador privado, y el
comprador, que puede ser un particular o no. El ámbito más característico de las subastas realizadas por
comerciantes minoristas tiene lugar en el mercado de venta de subastas de obras de arte y de otros objetos de valor.
A pesar de que tradicionalmente las ventas de naturaleza privada celebradas en el ámbito del comercio minorista se
han celebrado siguiendo los usos y costumbres del sector, la progresiva demanda del procedimiento de subasta
como mecanismo de adquisición de los objetos en el comercio minorista, sobre todo a partir del desarrollo del
mercado del arte, propició que el legislador prestara una mayor atención a esta modalidad de subastas procediendo a
su regulación jurídica en el ámbito del Derecho de la contratación mercantil (pp. 41-43).

Naturaleza jurídica de los distintos tipos de subasta


LECCIÓN 2 de 4
Distintas posturas doctrinarias han manifestado posiciones respecto a la naturaleza jurídica de la enajenación de
bienes a través de subasta. Las distintas opiniones, a su vez, se basan en la clasificación de las subastas que
abordamos previamente.
Es importante determinar la naturaleza jurídica de la venta por medio de subasta no solo con fines doctrinarios y de
aplicación legal, ya que la finalidad práctica de esta caracterización es trascendental. Así, si la naturaleza es
contractual, por ejemplo, podremos aplicar supletoriamente las reglas que rigen en la compraventa cuando existen
situaciones no contempladas por la ley específica.

SUBASTAS FORZOSAS
Las subastas forzosas tienen, para la mayoría de la doctrina, una naturaleza jurisdiccional. Los autores que
mantienen esta teoría sostienen, como argumento principal, que las subastas forzosas se caracterizan por la
ausencia de voluntad de las partes en relación a la celebración de dicha venta. A este argumento se añaden otros
dos: que en las subastas forzosas el incumplimiento por el adjudicatario de la obligación de pago del precio del
remate no determina la facultad del vendedor de resolver el contrato o de exigir su celebración, sino que conlleva a la
denominada situación “subasta en quiebra”; y por otro lado, que el desarrollo del procedimiento de enajenación de las
subastas forzosas está sujeto a normas indisponibles por las partes. No obstante, la naturaleza jurídica jurisdiccional
de las subastas forzosas no excluye absolutamente la aplicación de las reglas de la compraventa ordinaria o al
menos todos sus efectos, como sucede en el caso de las prohibiciones de comprar o el régimen de saneamiento.

SUBASTAS VOLUNTARIAS
Las subastas voluntarias, a diferencia de las subastas forzosas, tienen naturaleza contractual debido a que dan lugar
a determinadas relaciones jurídicas contractuales que se rigen por el principio de voluntad de las partes, esto con
independencia de que se trate de subastas voluntarias de naturaleza pública o de naturaleza privada. Con respecto a
las primeras, se incluyen dentro de esta categoría las subastas judiciales voluntarias y las subastas notariales
voluntarias, en las cuales la intervención del juez o del notario se reduce a observar y hacer observar las reglas de
enajenación fijadas por el propietario del bien en el pliego de condiciones. Su utilización como técnica de contratación
es frecuente en nuestros días. Con respecto a la naturaleza jurídica de las subastas voluntarias de naturaleza
privada, la doctrina ha señalado que el procedimiento que se lleva a cabo para la realización de las mismas, supone
un mecanismo autónomo de contratación, que se caracteriza por ser un procedimiento complejo, con lo que no es
posible llevar a cabo una asimilación entre el procedimiento de subasta con el procedimiento que se sigue para la
formación de un contrato por la concurrencia de una oferta y de una aceptación. De esta forma, las subastas
voluntarias se identifican con un mecanismo de contratación al que recurre quien desea colocar un bien en el
mercado cuando decide que el contrato se concluirá con quien presente la mejor postura dentro de una licitación
practicada con todos los interesados en contratar (Asensi Merás, 2013, pp. 54-55).

Relaciones jurídicas que nacen de la subasta


LECCIÓN 1 de 4
Si nos enfocamos en las subastas de naturaleza privada, podemos observar diferentes relaciones jurídicas, vínculos
que unen al propietario de la cosa que se subasta, a quien realiza el acto y a quien, en definitiva, adquiere.
Podríamos afirmar que la operación en cuestión tiene las características de un acto de comercio, y a través de un
procedimiento, es decir, una serie de actos, se busca lograr la formación de consentimiento.
Antes de la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación, que unifica las disposiciones de ambas ramas del
derecho procurando sistematizar el derecho privado, regía el Código de Comercio. En este, específicamente, se
regulaba al remate como acto de comercio. Sin embargo, este Código fue expresamente derogado y el régimen legal
de las subastas se encuentra en los Códigos de Procedimiento Civil y Comercial. También resulta oportuno acotar
que rigen las normas referentes a los derechos y obligaciones de los martilleros (antes denominados agentes
auxiliares de comercio, en el Código de Comercio), quienes intermedian en la subasta.
En este procedimiento es posible identificar una actividad que despliega el rematador con la finalidad de celebrar un
contrato. ¿Qué tipo de contrato se celebra? Una compraventa.
La persona interesada en vender un bien de su propiedad solicita la intervención de un sujeto especial, el subastador,
quien preside el acto.
Uno de los actos que se realizan en este procedimiento es el de poner en conocimiento del público la cosa a
subastar. El precio, uno de los elementos esenciales de la compraventa, no se encuentra determinado, sin
embargo, el rematador formula una propuesta que se identifica con una oferta pública hecha a personas
indeterminadas.

La oferta dirigida a personas indeterminadas es considerada como invitación para que hagan ofertas, excepto que de
sus términos o de las circunstancias de su emisión resulte la intención de contratar del oferente. En este caso, se la
entiende emitida por el tiempo y en las condiciones admitidas por los usos.
El Código Civil y Comercial adopta expresamente la solución de la Convención de Viena, estableciendo que la oferta
a persona indeterminada es considerada como una mera invitación a hacer ofertas. Era por lo demás el criterio
absolutamente predominante en la doctrina y jurisprudencia nacionales (Rivera, 2014, p. 2265).

Cuando se trata de relaciones de consumo, es decir, cuando quien adquiere el bien lo hace para su consumo final, la
oferta a persona indeterminada es vinculante.
La figura de la “venta en subasta” se utiliza en sentido amplio y comprende todo el procedimiento que se sigue desde
que se produce el encargo del objeto de la subasta por parte del propietario del mismo, hasta que se produce la
ejecución del contrato de compraventa o la devolución del objeto a su propietario que ha quedado sin adjudicar. No
obstante, la figura de la venta en subasta no puede reconducirse a una sola relación jurídica. De esta forma, es
necesario referirse a la estructura negocial que se sigue para comprender el proceso de formación de la venta en
subasta y que se desarrolla por medio de estas tres relaciones jurídicas de naturaleza contractual (Asensi Merás,
2013, p. 81).

Del procedimiento de remate surgen diferentes relaciones jurídicas y cobra importancia la figura del rematador, quien
ofrece el bien a varias personas de manera simultánea. Los posibles adquirentes efectúan pujas o posturas. En
algunas modalidades clásicas, estas posturas, que son verdaderas ofertas, van aumentando hasta que, en definitiva,
se delimita quién es el mejor postor.
Si el objeto de la subasta es una cosa mueble, el contrato se perfecciona con la aceptación de la mejor oferta por el
rematador, y deberá, con posterioridad, cumplirse con las obligaciones propias de la compraventa, el pago del precio
a cambio de la entrega de la propiedad de la cosa.
A continuación, te invito a leer la historia del martillero Pedro Romero. Este profesional organiza subastas
electrónicas de antigüedades.
Julio Paz se graduó en el año 2010 en la Universidad Siglo 21 de Martillero, Corredor Público y Corredor Inmobiliario.
Su pasión siempre fue bajar el martillo, por lo que decidió dedicarse a las subastas.
Julio Paz está matriculado en el Colegio Profesional de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Córdoba.
Su matrícula profesional es 5432 y ha fijado domicilio legal en calle General Paz 123 de la Ciudad de Córdoba.
En sus inicios profesionales, el martillero Julio Paz participó en diversas subastas privadas, generalmente, de
antigüedades. En ese rubro conoció a los martilleros Pedro Romero y Tomás Flores. Este último le ayudó en sus
comienzos orientándole y dándole todo tipo de consejos, ya que tenía muchos años de experiencia en las subastas;
siempre le inculcó a Paz que debía actuar con honestidad y seriedad en la profesión.
El martillero Flores, hasta la actualidad, se dedica a las subastas tradicionales. También está matriculado en el
Colegio Profesional de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Córdoba. Sus años bajando el martillo
hacen que él no salga del modelo de las típicas subastas físicas o presenciales. Permanentemente recibe a personas
que desean vender todo tipo de antigüedades como lámparas, alfombras, pinturas, arañas, porcelanas, platería y
cristalería. El día fijado y a la hora señalada comienza la subasta, se produce la puja entre los presentes y el
martillero adjudica al mejor postor los bienes que se subastan en esa oportunidad. El martillero Flores conoce que,
luego de finalizar la subasta, debe realizar diversos actos, desde la publicación de esta hasta otros posteriores.
El martillero Pedro Romero también realiza subastas de antigüedades, pero él se aggiornó y hoy tiene una plataforma
donde las realiza de manera electrónica. Romero estima el valor de los bienes dados para la venta tasándolos para
determinar el precio de base. Los remates los realiza una vez al mes. Con cada vendedor, Romero pacta la comisión
de venta y un porcentaje que está gravado por IVA; mientras que todo aquel que ingresa al portal, luego de haber
aceptado los términos y condiciones para comprar una antigüedad de las ofrecidas en su plataforma, puede verlas
mientras están exhibidas para luego participar en la puja de ofertas durante los días en que se realiza la subasta
electrónica. Termina con la adjudicación al mejor postor del bien subastado. Sobre el precio de adquisición, el
comprador deberá abonar la comisión más el IVA.

Las relaciones jurídicas entre el propietario de la cosa y quien realiza la subasta


LECCIÓN 2 de 4
Es momento de abordar las diferentes relaciones jurídicas que surgen de este procedimiento especial que
denominamos subasta. Es importante destacar que nos enfocaremos en el análisis de relaciones jurídicas que
emergen de las subastas de carácter privado o de naturaleza privada. Por tanto, no estudiaremos en este apartado
las relaciones jurídicas propias de las subastas de naturaleza pública como, por ejemplo, las subastas electrónicas
judiciales.
En nuestro país, no encontramos una regulación específica de contrato de subasta, tal como puede verse en
legislaciones propias de otros países, por ejemplo, España. Sin embargo, cabe destacar que existen especiales
vínculos entre quien es dueño de un bien y pretende venderlo a través del procedimiento de subasta y el subastador.

El remate es un acto de intermediación por el cual el martillero o rematador adjudica determinados bienes o derechos
al mejor postor mediante un procedimiento denominado “subasta”. El martillero es designado por la parte oferente de
los bienes y servicios y tiene derecho al reintegro de los gastos y a una comisión que, generalmente, se coloca en
cabeza del adquirente. El que realiza remates en forma habitual y profesional está sujeto al estatuto especial
establecido por la Ley 20.266, modificada por Ley 25.028, que exige título universitario, matriculación, libros
especiales y los somete a una serie de deberes, responsabilidades y sanciones estableciendo un verdadero poder de
policía sobre la matrícula, que es local. El martillero actúa por cuenta y orden del oferente y, si este no está presente,
obra como su comisionista (art. 10 Ley 20.266) con lo cual asume personalmente las responsabilidades
consiguientes. Tratándose de una ley especial no derogada, rige la obligación contable del art. 15 de la Ley 20.266.
Respecto de otros agentes auxiliares, continúan rigiendo las obligaciones contables que resulten de normas
especiales no derogadas directamente por el código (Favier Dubois, 2015, https://bit.ly/322qK95).

Mucho se ha discutido sobre la naturaleza jurídica de la contratación que se efectúa entre el dueño o propietario del
bien y quien se va a encargar de la subasta. En nuestro país, el contrato que se adecua a este vínculo es el mandato.
Independientemente del entorno en el que se realice la operación, un lugar físico o una página web, el contrato entre
el subastador y el propietario de la cosa que se va a subastar genera obligaciones recíprocas.

Hay contrato de mandato cuando una parte se obliga a realizar uno o más actos jurídicos en interés de otra.
El mandato puede ser conferido y aceptado expresa o tácitamente. Si una persona sabe que alguien está haciendo
algo en su interés, y no lo impide, pudiendo hacerlo, se entiende que ha conferido tácitamente mandato. La ejecución
del mandato implica su aceptación aun sin mediar declaración expresa sobre ella.1

En el contrato de mandato observamos con claridad dos partes. Por un lado, el mandante. Este polo de la relación
jurídica está ocupado por el dueño de la cosa que se va a subastar. Por otro lado, encontramos el mandatario, quien
es la empresa o persona que realizará la operación.
El artículo 1324 del Código Civil y Comercial de la Nación establece cuáles son las obligaciones principales del
mandatario. Nos remitimos a estas disposiciones para comprender hasta dónde alcanzan las atribuciones de la parte
encargada de subastar.

Obligaciones principales del mandatario


CUMPLIR ACTOS COMPRENDIDOS EN EL MANDATO: Cumplir los actos comprendidos en el mandato, conforme a
las instrucciones dadas por el mandante y a la naturaleza del negocio que constituye su objeto, con el cuidado que
pondría en los asuntos propios o, en su caso, el exigido por las reglas de su profesión, o por los usos del lugar de
ejecución.

DAR AVISO INMEDIATO DE CIRCUNSTANCIA SOBREVINIENTE: “Dar aviso inmediato al mandante de cualquier
circunstancia sobreviniente que razonablemente aconseje apartarse de las instrucciones recibidas, requiriendo
nuevas instrucciones o ratificación de las anteriores, y adoptar las medidas indispensables y urgentes”.

INFORMAR AL MANDANTE CONFLICTO DE INTERESES: “Informar sin demora al mandante de todo conflicto de
intereses y de toda otra circunstancia que pueda motivar la modificación o la revocación del mandato”.
MANTENER RESERVA DE INFORMACION: “Mantener en reserva toda información que adquiera con motivo del
mandato que, por su naturaleza o circunstancias, no está destinada a ser divulgada”

PONER A DISPOSICION TODO VALOR RECIBIDO: “Dar aviso al mandante de todo valor que haya recibido en
razón del mandato, y ponerlo a disposición de aquel”

RENDIR CUENTAS DE SU GESTION: “Rendir cuenta de su gestión en las oportunidades convenidas o a la extinción
del mandato”

ENTREGA DE GANANCIAS: “Entregar al mandante las ganancias derivadas del negocio, con los intereses
moratorios, de las sumas de dinero que haya utilizado en provecho propio”.

INFORMAR SOBRE EJECUCION DEL MANDATO: “Informar en cualquier momento, a requerimiento del mandante,
sobre la ejecución del mandato”

EXHIBIR INFORMACION: Exhibir al mandante toda la documentación relacionada con la gestión encomendada, y
entregarle la que corresponde según las circunstancias.
Si el negocio encargado al mandatario fuese de los que, por su oficio o su modo de vivir, acepta él regularmente, aun
cuando se excuse del encargo, debe tomar las providencias conservatorias urgentes que requiera el negocio que se
le encomienda.
Para analizar en concreto el objeto del contrato establecido entre quien es dueño de la cosa que se va a subastar y
quien va a realizar la subasta, podemos seguir los lineamientos de la autora Altea Asensi Merás (2013). Esta explica
con detalle el objeto del contrato de subasta que se encuentra regulado en España en una ley especial:
El encargo de subasta se concreta, por tanto, en el encargo que el propietario del bien objeto de la subasta efectúa a
la empresa de subastas con el propósito de que se celebre el correspondiente acto de licitación. Este proceso de
licitación o sesión de subasta se desarrolla a partir de la formulación de sucesivas pujas que se efectúan por parte de
los interesados en la adquisición del bien ofertado por este procedimiento. El encargo o mandato en que consiste el
objeto del contrato de subasta puede venir referido a un bien o a varios bienes considerados o no unitariamente, a
instancia del subastador. Estos bienes que se ofrecen en dicho acto de subasta o licitación, ya sea unitariamente, ya
sea formando un conjunto, se denominan conforme a los usos del sector “lotes” y se enumeran correlativamente a
efectos de su identificación. Lo interesante es resaltar que este acto de subasta o licitación tiene por finalidad la
determinación del precio de venta de los bienes o “lotes” cuya venta se pretende por este medio. Cada lote se oferta
a la venta en el acto de licitación a partir de un “precio de salida” que se corresponde con la cuantía mínima de la
primera puja. El precio de salida se determinará en relación al precio de estimación, cuando este se aproxime al valor
que dichos bienes tienen en el mercado, al tiempo de formularse la oferta de venta. La concreción de este precio de
estimación se realiza conforme a criterios objetivos a partir de un proceso de tasación por expertos independientes
que establecen al respecto el correspondiente dictamen. No obstante, en la práctica existe un uso muy consolidado
que consiste en fijar como precio de salida del acto de licitación de un determinado bien a la mitad de su precio de
estimación. Por otro lado, el precio de reserva es aquel que, mantenido en secreto respecto de los licitadores,
consiste en una cifra mínima señalada por el vendedor que debe de alcanzar un bien en la licitación a efectos de su
adjudicación. La existencia de dicho precio de reserva se pondrá en conocimiento de los licitadores al inicio de la
correspondiente sesión de subasta, pero sin revelar su cuantía. No obstante, la incertidumbre en relación a la cuantía
que implica el precio de reserva no suele afectar a la intención de participación de los licitadores en dicho acto de
subasta, ya que la adjudicación al autor de la mejor puja implicará que esta supera dicho precio de reserva, cuya
cuantía se conocerá al final del acto de subasta. En las subastas no es infrecuente que el precio de salida del bien
que se subasta sea inferior al precio mínimo de venta. En este caso se afirma que la subasta se celebra con un
precio de reserva y concurren dos circunstancias: este precio constituye un mínimo por debajo del cual el bien o
bienes objeto de la subasta no se adjudicará a ningún postor y que este se fija de común acuerdo entre los
vendedores-propietarios de los bienes a subastar y las empresas subastadoras, manteniéndose su cuantía oculta
para los licitadores. Su utilización pretende evitar que el propietario del bien subastado se vea obligado a
desprenderse de él a cualquier precio, en caso de que la subasta no despierte verdadero interés entre los licitadores.

Mercados o modelos de negocios


LECCIÓN 1 de 5
Te invito a leer la siguiente historia donde veremos cómo el martillero Romero desarrolla subastas de antigüedades
de manera electrónica:
Julio Paz se graduó en el año 2010 en la Universidad Siglo 21 de martillero, corredor público y corredor inmobiliario.
Su pasión siempre fue bajar el martillo, por lo que decidió dedicarse a las subastas.
Julio está matriculado en el Colegio Profesional de Martilleros Corredores Públicos de la Provincia de Córdoba. Su
matrícula profesional es 5432 y ha fijado domicilio legal en calle General Paz 123 de la ciudad de Córdoba.
En sus inicios profesionales, Julio participó en diversas subastas privadas, generalmente de antigüedades. En ese
rubro conoció a los martilleros Pedro Romero y Tomás Flores. Este último le ayudó en sus comienzos orientándole y
dándole todo tipo de consejos, ya que tenía muchos años de experiencia en las subastas. Siempre le inculcó a Paz
que debía actuar con honestidad y seriedad en la profesión. Flores se dedica todavía en la actualidad a las subastas
tradicionales y también está matriculado en el Colegio Profesional de Martilleros Corredores Públicos de la Provincia
de Córdoba. Sus años bajando el martillo hacen que él no salga del modelo de las típicas subastas físicas o
presenciales. Permanentemente recibe a personas que desean vender todo tipo de antigüedades, como lámparas,
alfombras, pinturas, arañas, porcelanas y elementos de platería y cristalería. En el día fijado y a la hora señalada
comienza la subasta, se produce la puja entre los presentes y el martillero adjudica al mejor postor los bienes que se
subastan en esa oportunidad. El martillero Flores sabe que debe realizar diversos actos desde que se publica la
subasta hasta después de que esta finaliza.
El martillero Pedro Romero también realiza subastas de antigüedades, pero él se aggiornó a los avances
tecnológicos y hoy tiene una plataforma desde donde lleva a cabo las subastas de manera electrónica. Romero
estima el valor de los bienes dados para la venta tasándolos; de esta forma determina el precio de base. Lleva
adelante los remates una vez al mes. Con cada vendedor, pacta la comisión de venta y un porcentaje que está
gravado por IVA. Por otro lado, todo aquel que ingresa al portal luego de haber aceptado los términos y condiciones
para comprar una antigüedad de las ofrecidas en su plataforma puede verla mientras está exhibida para luego
participar en la puja de ofertas durante los días que se realiza la subasta electrónica. Termina con la adjudicación al
mejor postor del bien subastado. Sobre el precio de adquisición, el comprador deberá abonar la comisión más el IVA.
Habrás observado que el martillero Romero realiza actos previos con los vendedores, relacionados con el valor de los
bienes dados para la venta, comisión e impuestos y con los usuarios que quieren ingresar a su portal para participar
en la puja de ofertas. Esto se vincula con el contrato que regula los términos y condiciones que normativizan el
acceso a los mercados electrónicos.

¿Qué características tienen los mercados electrónicos?


El desarrollo de Internet y la difusión en este medio de la contratación en un entorno abierto han tenido lugar en
paralelo con el desarrollo de los mercados electrónicos cerrados, en los que sólo participan quienes pueden acceder
a los mismos tras haber aceptado contractualmente los términos y condiciones que regulan el acceso al mercado
cerrado y su funcionamiento. Esa es su característica primordial.
Otro de los elementos más característicos de los mercados electrónicos es su multilateralidad subjetiva, es decir, la
capacidad de reunir, poner en contacto y permitir la realización de transacciones entre una multitud de operadores
económicos. La multitud de los usuarios que participan de forma simultánea en los mercados electrónicos,
formulando sus ofertas de compra y de venta, requiere que el funcionamiento de los mismos se lleve a cabo por
medio de una gestión centralizada en la figura de un sujeto intermediario prestador de este servicio (ente gestor), que
realiza las tres operaciones propias de todo mercado electrónico: gestión, regulación y supervisión de las
transacciones que se celebran entre los miembros del mercado, situados en ambas posiciones de la transacción. Los
mercados de subastas electrónicas se configuran como uno de los mercados o modelos de negocios o mercados
electrónicos cerrados más rentables en el ámbito de la sociedad de la información, ya que permiten a los
destinatarios celebrar negocios jurídicos en el ámbito del comercio electrónico utilizando la infraestructura de Internet.
En este modelo de negocio electrónico se crea un mercado temporal para un determinado tipo de mercancía o el
acceso a un determinado servicio, en el que la formación del precio se obtiene a partir de un procedimiento regido por
la oferta del vendedor que, dado que se encuentra en una posición de monopolio frente a una demanda en
competencia, puede por este medio obtener un precio más favorable que el resultante si utilizase otro modelo de
determinación de precios. (Asensi Merás, 2013, pp. 156-158)
Cuando nos encontramos con subastas a través de medios electrónicos que no son de naturaleza pública, es decir,
con subastas realizadas voluntariamente, que hemos denominado “subastas de naturaleza privada”, estamos en el
ámbito del derecho de consumo y en una relación de consumo que se establece cuando quien opera lo hace con la
finalidad de adquirir bienes para consumo final propio o de su grupo familiar, y no incorporándolos a la cadena de
producción.
La persona que desee adquirir bienes a través de una subasta privada electrónica deberá celebrar un contrato de
acceso con la oferente a los fines de realizar la transacción.
Cabe destacar que las relaciones jurídicas que surgen en las subastas electrónicas tienen carácter oneroso y,
normalmente, al celebrar el contrato de acceso, el futuro adquirente conoce las reglas, tarifas y retribuciones en las
condiciones generales.

El contrato de acceso al mercado de subastas electrónicas permite que se lleven a cabo relaciones de intermediación
entre los operadores económicos que intervienen en el mismo. Los destinatarios de esta modalidad de servicios de la
sociedad de la información alojan sus datos en la plataforma de subastas electrónicas para que la transacción se
realice a través de un sistema competitivo de ofertas, de conformidad con un conjunto de reglas conocidas por los
participantes de dicho mercado. De esta forma, cuando el prestador de servicios que gestiona los mercados de
electrónica realice una actividad que consiste en poner a disposición de los usuarios de este servicio un espacio
virtual, un sitio web en Internet, que permite la contratación entre ellos por este medio, los prestadores de este
servicio realizan una actividad propia de un prestador de servicios de intermediación de contenidos o servidor de
hosting (servicio para alojar datos de una página web). (Asensi Merás, 2013, p. 161)

Clases y modelos de subastas electrónicas


LECCIÓN 2 de 5
Si abordamos el concepto de subastas a través de Internet, no podemos referirnos a un único negocio jurídico. Existe
variedad de modelos de subastas que pueden celebrarse, y, por ello, es posible realizar una clasificación y una breve
caracterización de estos modelos. Siguiendo a la autora Altea Asensi Merás, podemos mencionar los siguientes
criterios de clasificación:
Tabla 1. Criterios de clasificación
Criterios de clasificación Modelos de subastas
Subastas en las que el vendedor fija el precio de salida. Los
postores pujan de uno en uno hasta que expira el tiempo
establecido.
En virtud del papel que asumen los compradores y vendedores Subastas en las que encontramos a un vendedor frente a una
con el número de participantes que se sitúan en cada polo de multiplicidad de compradores o una multiplicidad de
la relación jurídica, tenemos las siguientes subastas: vendedores frente a un comprador. Cuando en una subasta
hay multiplicidad de compradores y multiplicidad de
vendedores, se la llama a esta “subasta inversa” o “subasta de
adquisición”.
Subasta inglesa. En esta modalidad el vendedor establece un
precio de salida y se abre el espacio para las pujas. Finaliza
con la adjudicación al mejor postor luego del pago del precio.
Subasta holandesa. Esta modalidad opera de manera contraria
a la subasta inglesa, ya que el vendedor establece el precio
más alto, que va decreciendo en una cuantía fija hasta que el
comprador acepta.
En virtud del procedimiento que se sigue para adjudicar el bien, Subasta en sobre sellado. En esta modalidad los compradores
distinguimos cuatro modalidades de subastas: ofrecen un precio en sobre cerrado sin tener la oportunidad de
observar las posturas de otros compradores. Los sobres se
abren todos al mismo tiempo y el bien se adjudica al que
ofreció mejor precio.
Subasta doble. Esta modalidad implica ofertas y demandas
cruzadas de compradores y vendedores que, cuando
coinciden, desencadenan la transacción. La operatoria es muy
parecida al funcionamiento del mercado de valores.
Subasta llevada a cabo por un prestador de servicios que
proporciona una ubicación virtual. Aquí no observamos la
En virtud del papel que asume la empresa que organiza el figura del martillero, sino que los vendedores y los adquirentes
mercado de subastas electrónicas, surge la siguiente contratan entre sí sin la intervención o participación del
clasificación, que es la más importante a nivel jurídico prestador en la adjudicación de los bienes o servicios que son
internacional: objeto de la subasta.
Subastas en las que la figura del martillero cobra importancia y
se equipara a aquella de las subastas tradicionales.
Fuente: elaboración propia en base a Asensi Merás (2013).

El acceso a los mercados de subastas electrónicas


Acceder al mercado de subastas electrónicas, si bien es una enorme posibilidad para quien desee consultar,
informarse sobre las ofertas y operar adquiriendo bienes de una página web implican algunos procedimientos
previos. Es normal que los interesados que quieran participar en el mercado electrónico se registren en las
plataformas utilizando un usuario y una contraseña y, a su vez, en este acto, celebren un contrato de acceso o de uso
con el prestador para poder operar y adquirir los bienes.
Resulta interesante destacar que este tipo de contratos es de adhesión a cláusulas predispuestas, ya que el
vendedor establece las condiciones generales y el futuro comprador o adquirente no está en igualdad de condiciones
para discutir estas disposiciones: simplemente, acepta o no acepta.
Se ha denominado doctrinariamente de diferentes maneras a este tipo de contrato, aunque la más correcta es
“contrato de acceso”, pues es una terminología propia de la sociedad de la información, y queda claro, con esta
denominación, que estamos frente a un paso previo a concretar la operación o transacción en la subasta. “Contrato
de uso” o “contrato de participación” no son los términos más adecuados porque generan confusión.

Esta modalidad contractual se puede definir como el contrato por medio del cual la empresa que organiza y gestiona
la subasta electrónica en la web se obliga en el ejercicio de su actividad económica a prestar un servicio cuya
infraestructura técnica permite poner en contacto a compradores y vendedores interesados en celebrar la
compraventa de bienes o la prestación de servicios por este medio electrónico. El contrato de acceso a los mercados
de subastas electrónicas se celebra, por tanto, entre el prestador de servicios que organiza una subasta electrónica
en una página web y los destinatarios de este servicio, ya sean empresarios o consumidores, que participarán en
dicho mercado para vender o adquirir un bien o u servicio por este medio. El contrato de acceso a los mercados de
subastas electrónicas se efectúa, por tanto, en el ámbito del comercio electrónico directo, ya que el objeto del mismo
es la puesta a disposición por el prestador del servicio a los destinatarios del mismo, vendedores y licitadores, un
entorno de contratación en la página web que permita la contratación entre ellos. El objeto de esta modalidad
contractual, es por tanto, la prestación de este servicio de la sociedad de la información en línea que consiste en la
gestión y en la organización del mercado de subastas electrónicas por este medio. Por su parte, los destinatarios que
participen en esta modalidad de contratos asumirán una serie de deberes accesorios como son el pago del precio del
servicio y respetar las instrucciones técnicas dadas por el proveedor y mantener actualizados los datos relativos al
contenido de las ofertas para ejecutar la relación contractual. (Asensi Merás, 2013, pp. 172-173)
Caracterizaremos a este contrato incorporándolo a las clasificaciones tradicionales de contratos en general para
orientarnos sobre su marco jurídico:
ES
UN CONTRATO CONSENSUAL: Esto quiere decir que se perfecciona con el mero consentimiento de las partes.
Por lo tanto, en el momento en que las partes manifiestan su voluntad de obligarse, el contrato nace, y junto a él
nacen todos sus efectos propios.

ES UN CONTRATO POR MEDIOS ELECTRONICOS: Es por esto que su regulación específica encuadra en las
estipulaciones del Código Civil y Comercial de la Nación para este tipo de figuras.

ES UN CONTRATO DE ADHESION: A diferencia de los contratos paritarios, no supone una igualdad de condiciones
a la hora de negociar las cláusulas, y por ello, una de las partes es la que dispone y la otra decide adherir o no
adherir.

ES UN CONTRATO BILATERAL: Esto es así porque supone obligaciones recíprocas para ambas partes.

ES UN CONTRATO GENERALMENTE ONEROSO: Esto es así porque se dispone el pago de ciertas comisiones.

ES UN CONTRATO DE TRACTO SUCESIVO: Está destinado a durar en el tiempo, ya que el prestador se obliga a la
organización de la subasta durante toda la vida del contrato.

Las subastas judiciales electrónicas. Definición


LECCIÓN 1 de 5
Te invito a leer la siguiente historia, que te mostrará las etapas de una subasta judicial electrónica y donde el
martillero judicial tiene una importante actuación:
Julio Paz se graduó en el año 2010 en la Universidad Siglo 21 de martillero, corredor público y corredor inmobiliario.
Su pasión siempre fue bajar el martillo, por lo que decidió dedicarse a las subastas.
Julio está matriculado en el Colegio Profesional de Martilleros Corredores Públicos de la Provincia de Córdoba. Su
matrícula profesional es 5432 y ha fijado domicilio legal en calle General Paz 123 de la ciudad de Córdoba.
En sus inicios profesionales, Julio participó de diversas subastas privadas, generalmente de antigüedades. Hace
unos años, realizó distintos seminarios en el Colegio Profesional, donde se capacitó sobre los aspectos teóricos y
prácticos de la subasta judicial. En el último año tomó un curso sobre el expediente electrónico en el Poder Judicial y
la tramitación de los auxiliares de la Justicia. Julio sabe que en esta profesión, como en muchas otras, debe ir
actualizándose porque el avance de la tecnología ha llegado para quedarse.
Hace unos años, Julio se inscribió para actuar en sede judicial como martillero judicial y así poder participar en
subastas judiciales cuando sale sorteado para ello.
En Córdoba, desde el año 2014 se llevan a cabo subastas judiciales electrónicas. Si bien comenzaron solo para
bienes muebles no registrables, hoy se extendieron a muebles registrables y a inmuebles.
Mario Pérez compró el 10 de julio de 2019 un vehículo Renault Sandero año 2019 a través de un crédito prendario.
Pagó diez cuotas del crédito, pero, debido a la crisis económica, lamentablemente Mario perdió su empleo y no tiene
cómo pagar las 38 cuotas restantes; de hecho, ya está atrasado en varias de ellas. Quien tramita la causa por el
incumplimiento de Mario es el Juzgado de 27. a Nominación en lo Civil y Comercial de sede capital de la Provincia de
Córdoba. La causa está caratulada como “Plan ahorro S. A. c/Mario Pérez – Ejec. Prend.” Expediente n. ° 123456. Se
ordenó el secuestro del vehículo para que quede a disposición del martillero. El Juzgado dicta el decreto de subasta,
por lo que se deberá proceder a subastar el vehículo para satisfacer el crédito incumplido con el dinero producido.
El martillero Paz ha sido designado el 13 de junio de 2020 para intervenir en la venta del vehículo secuestrado y
decomisado que se describe como “Renault, modelo Sandero, motor 1.6, color blanco, año 2019, chasis n. °
5BXXXXXXXXXXXX, motor n. ° 10XXXXXXXXX en el estado en que se encuentra”. Deberá aceptar el cargo
designado y adherirse al programa de tramitación electrónica del Poder Judicial de la provincia de Córdoba.

El Tribunal, en el plazo de veinticuatro horas de encontrarse firme el decreto de subasta, deberá registrar en su Panel
de Control del Portal los datos a su cargo para la realización de la subasta electrónica y habilitar al Martillero
designado a los fines de que cumplimente con sus responsabilidades emergentes del presente Reglamento.1

En las subastas electrónicas judiciales, como esta, los usuarios registrados y admitidos en el Registro General de
Postores podrán acceder a los datos del expediente a través de un panel de control. Los usuarios acceden a la
información relevante en torno al bien, detalles y condiciones de cada cosa que se subasta, que normalmente se
agrupa por categorías como “Agro, rural y campo”, “Autos y otros”, “Fotografía”, “Inmuebles” y “Herramientas”. A
través de la solapa correspondiente, los usuarios pueden conocer cuáles son las subastas vigentes y cuáles están
por vencer, y cada persona interesada en pujar debe necesariamente registrarse y ser parte del sistema con un
usuario y contraseña. El usuario podrá conocer todos los datos necesarios para tomar contacto con el martillero,
quien estará dispuesto a contestar todas las preguntas que se le efectúen y también observará con claridad los datos
del expediente vinculado a la subasta.
La subasta judicial electrónica se publicará
en el Portal de Subastas Judiciales Electrónicas, durante un plazo mínimo de 7 días corridos, donde se ofrecerá
información de los bienes en subasta al público en general, así como del proveído que la ordena, y cualquier otra
información adicional que el tribunal considere pertinente.2

El martillero deberá cargar las fotos y videos del bien en el término de 24 horas de habilitado su panel con las
prevenciones del art. 13 inciso g. y concordantes de la Ley 71913. Como parte de la publicación, se deberá informar,
además de los datos establecidos en el decreto que ordena la subasta, la descripción del vehículo, lo más detallada
posible, el acta de secuestro y los datos profesionales y de contacto del martillero designado, Julio Paz. Previo al
dictado del decreto de subasta, el martillero deberá informar al Tribunal el valor comercial estimado que el bien posee
en el mercado. Se determina como precio BASE pesos cinco cincuenta y seis mil ($156 600) al mejor postor. Se
establece un monto incremental de pesos veinte mil ($20 000); el comprador debe abonar el veinte por ciento del
precio de venta efectivo y el saldo al aprobarse la subasta, más la comisión de ley del Martillero y el 4 % para integrar
el fondo para la previsión de violencia familiar, según lo dispuesto por la Ley 9505, dentro del plazo de 24 horas.

“El Acto de Subasta tendrá una duración de cinco (5) días hábiles judiciales, sin interrupción entre la hora de inicio y
finalización; salvo que el Tribunal considere necesario un plazo distinto” 4. Para referencia de todas las partes
involucradas, la hora oficial será la que informe el Portal de Subastas. Es por ello que este solicita sincronizar la hora
de la PC con la que el usuario va a formular las ofertas.

El Acto de Subasta se iniciará automáticamente al cumplirse la hora y día fijados por el tribunal para su comienzo,
momento a partir del cual los usuarios registrados y habilitados podrán efectuar sus posturas en el Portal de
Subastas. En el horario fijado para su finalización, el Portal verificará si se realizaron ofertas en el último minuto, en
cuyo caso se prorrogará por un minuto adicional, y así sucesivamente hasta que no se realicen nuevas ofertas
durante un minuto. El bien se adjudicará a quien hubiere realizado la mejor oferta. Atento su modalidad virtual, no se
admitirán compras en comisión.5
La puja podrá ser continua, alternativa y permanente entre usuarios registrados en el Portal de Subastas. Es un
procedimiento público y abierto, en cuanto permite observar en tiempo real la evolución de las últimas ofertas
efectuadas por los usuarios participantes, así como día y hora de su efectivización.6

Concluido el acto de subasta y determinado el ganador, éste será notificado en su Panel de Usuario del Portal, y
supletoriamente a la dirección de correo electrónico que hubiere denunciado al momento de su inscripción. Asimismo,
automáticamente se comunicará al tribunal, al Martillero y a la Oficina de Subastas que el remate ha concluido, [así
como también] los datos personales y de contacto del adjudicatario para el bien en subasta y del segundo y tercero
mejores postores.8

El adjudicatario “deberá efectivizar el pago de la totalidad o del porcentual establecido por el Tribunal dentro del plazo
de veinticuatro (24) horas, a través de las modalidades autorizadas en el Portal de Subastas” 9, que, en este caso, en
función del precio, es tarjeta de crédito, débito o transferencia bancaria. Se inicia un circuito que parte con el pago del
adquirente por subasta y donde interviene una institución bancaria a través de la que se efectúan depósitos por orden
del tribunal que dispuso el acto de subasta electrónica a las cuentas del expediente, del martillero y, en su caso, del
acreedor del crédito y el saldo al deudor cuando fuera solicitado en el expediente.

En el caso de remate de bienes registrables, el tribunal agregará al expediente la constancia –como acta provisoria
de subasta– del resultado del remate, debiendo el adjudicatario ratificar su compra y constituir domicilio
compareciendo personalmente, mediante escrito firmado conjuntamente con su letrado patrocinante, o por vía de
apoderado con facultad de representación en un plazo de CINCO (5) días hábiles de concluida la subasta. Todo ello
será asentado en el acta definitiva de subasta, la cual se pondrá a la oficina por el plazo y a los efectos de ley. En el
oficio de comunicación de subasta dirigido al Registro pertinente deberá informarse el resultado del remate,
incluyendo los datos de los tres mejores postores.10

En la historia anterior mostramos escuetamente los pasos que se dan en una subasta judicial electrónica, pero ¿qué
son exactamente las subastas judiciales? Esta es la definición que Asensi Merás (2013) propone:

Las subastas judiciales se definen como aquellas que son dirigidas por la autoridad judicial competente. Las subastas
judiciales pueden ser forzosas o voluntarias en función de que se proceda a su realización de manera ejecutiva y sin
consentimiento del propietario del bien que se pretende subastar, o bien, de manera voluntaria y a instancia de éste
último. Las subastas judiciales forzosas, tienen por objeto la venta de bienes del deudor incumplidor para satisfacer
con el precio obtenido en la adjudicación la deuda del acreedor o acreedores correspondientes. (p. 38).

Asensi Merás se refiere, además, a las subastas desde el punto de vista económico:

Desde el punto de vista económico, la subasta se considera un conjunto explícito de reglas que determina, en base a
las ofertas, pujas de los licitantes a quién se vende, o a quién se compra lo que se está subastando y a qué precio se
efectúa esa compraventa. La forma en que se resuelve una subasta depende de las reglas aplicables a dicha subasta
y de las pujas de los licitadores, pero no depende de ninguna característica específica que tenga que tener el objeto
de la subasta. Así, las subastas pueden utilizarse para comprar o para vender todo tipo de bienes o servicios. Esta
característica explica por qué la utilización de las subastas está tan extendida en la actualidad. (Asensi Merás, 2013,
p. 58).

A través del procedimiento de ejecución, se puede ordenar la subasta de bienes muebles y también inmuebles. Las
normas que definen y regulan la subasta se encuentran en los diferentes Códigos de Procedimiento Civil y Comercial
de cada provincia. Asimismo, en el Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Nación encontramos el marco
jurídico de este acto a nivel nacional.
Las nuevas tecnologías traen aparejada la necesidad de adecuar y encuadrar determinados procedimientos a nuevos
ámbitos. La provincia de Córdoba es una de las pioneras en el desarrollo de estas subastas, que, en un comienzo,
fueron para bienes muebles no registrables y ahora se extendieron a todo tipo de bienes. Es por todo lo anterior que
podemos realizar una subclasificación de las subastas de naturaleza pública, en relación con las subastas judiciales,
que gracias a las novedades tecnológicas, podrán ser presenciales o electrónicas.

Actos de las subastas judiciales


Una subasta implica la realización de distintos actos que pueden clasificarse según se produzcan antes de la
subasta, como actos previos, durante la subasta o luego de finalizada y adjudicada la cosa al adquirente.
La figura del martillero, designado por el juez, cobra mucha importancia, ya que se constituye como verdadero
protagonista del procedimiento.
En la búsqueda por mejorar la gestión en la administración del servicio de justicia, una de las políticas del Estado, a
través del poder judicial, es propiciar y optimizar la utilización de la tecnología para todos los procesos. Las subastas
judiciales no escapan a esta decisión en muchas circunscripciones judiciales. Los objetivos de dotar a las subastas
judiciales de un régimen jurídico radican en la eficacia y eficiencia de este procedimiento cuando se realiza mediante
Internet. También es importante destacar que la puesta en práctica de las subastas judiciales electrónicas permite la
participación de una mayor cantidad de interesados en acceder a los bienes. Se garantiza, además, un proceso
transparente, mediante el cual se aseguran ciertas igualdades para todos los postores, y se brinda, así, seguridad
jurídica.
El uso de Internet genera una apertura que favorece a la puja de ofertas. En algunas jurisdicciones se propugna
combinar las subastas electrónicas judiciales con las subastas tradicionales para que ambos actos se desarrollen
simultáneamente.
Para analizar el régimen jurídico de las subastas judiciales electrónicas, podemos tomar como referencia la
legislación de la provincia de Córdoba. No desconocemos, sin embargo, que otras provincias han establecido
normativas en torno a esta temática de manera particular, pues recordemos que, por la forma de Estado federal que
adopta la Argentina, cada provincia se ha reservado la potestad de legislar en materia de procedimiento.
Es importante destacar que la aplicación del sistema de subastas judiciales electrónicas en Córdoba se ha dado de
manera progresiva, y como punto de partida se ha comenzado con los remates de cosas muebles no registrables, a
través de la página web del Poder Judicial. Esta posibilidad se ve contemplada en el artículo 577 del Código de
Procedimiento Civil y Comercial de la provincia de Córdoba:
El Tribunal Superior de Justicia podrá establecer otros medios de publicidad que sustituyan a los efectos o los
complementen. También podrá crear un sistema de subasta propio, u organizarlo a través de entidades oficiales
pignoraticias, sin publicidad particularizada, para bienes muebles no registrables de escaso valor.11

A continuación, te invito ingresar a la página de Subastas Judiciales del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba,
https://subasta.justiciacordoba.gob.ar/ En ella encontrarás cuestiones referidas a los medios de pago, el reglamento,
contacto, tutoriales y preguntas frecuentes así como también el botón de inicio de sesión y la opción de registrarse. Si
ingresas, por ejemplo, a una subasta de auto, podrás ver en las solapas los datos relacionados a la subasta, tales
como información relacionada al expediente, la ubicación de la exhibición del auto, fotos del auto, video, descripción,
precio, comisión, así como también preguntas realizadas al martillero, los datos del martillero, entre otros datos.
El martillero deberá, en el marco de las subastas judiciales electrónicas, realizar diferentes actividades que no
guardan mucha distancia respecto de las subastas tradicionales. La descripción de los actos procesales previos, en
el transcurso de la subasta y con posterioridad a ella, se encuentra en cada código de procedimiento. Podemos, en
virtud de lo pautado por estas normas, clasificar los actos procesales y agruparlos en las diferentes categorías:

Actos previos a la subasta y durante la subasta


Cuando se trate de bienes muebles, se necesitará cursar una intimación al propietario del bien para que manifieste si
se encuentra sujeto a prenda o embargo, y, de esta manera, se proporcionarán los datos esenciales al respecto.
Entre esos datos se encuentra el domicilio del acreedor, el monto del crédito y todos los datos relevantes de la causa,
entre los que se destacan el tribunal, secretaría y carátula del expediente. Se ordenará el secuestro de los bienes
para que queden a disposición del martillero. En las subastas electrónicas judiciales, los usuarios registrados en la
web podrán acceder a los datos del expediente a través de un panel de control. Los usuarios acceden a la
información relevante en torno al bien, detalles y condiciones de cada cosa que se subasta, que normalmente se
agrupa por categorías. Aquí es fundamental el rol del martillero, quien escoge y publica las fotografías o videos de las
cosas que se subastan. Es importante pensar que la publicidad en las subastas electrónicas se realiza en el mismo
portal; es por esto que hay mayor alcance, pues se busca, a través de estos medios, que exista una mayor cantidad
de personas interesadas en comprar. A través de la solapa correspondiente, los usuarios pueden conocer cuáles son
las subastas vigentes y cuáles están por vencer, y tal como mencionáramos oportunamente, cada persona
interesada en pujar debe necesariamente registrarse y ser parte del sistema con usuario y contraseña.
El usuario podrá conocer todos los datos necesarios para tomar contacto con el martillero, quien estará dispuesto a
contestar todas las preguntas que se le efectúen y también observará con claridad los datos del expediente vinculado
a la subasta. Este dato es muy importante, ya que se debe dar un marco de formalidad al proceso, por lo que es
habitual que se transcriba el decreto del juez que ordena la subasta.
La transparencia a la que apunta este sistema implica que todos los interesados en pujar tengan acceso a las
preguntas que se le formulan al martillero.
El martillero indicará y publicará el precio base y lo que disponga el tribunal para el bien específico, para que los
postores realicen las pujas. Una vez finalizada la subasta, el mejor postor deberá abonar el precio del bien, más las
comisiones del martillero, los impuestos y gastos.

Actos posteriores a la subasta


En una subasta tradicional, uno de los actos más relevantes es la notificación a los compradores de que abonen el
saldo del precio y la posterior toma de posesión del adquirente. En las subastas judiciales electrónicas, el sistema
envía al mejor postor una comunicación donde se indican los datos del martillero, los datos del bien y el plazo dentro
del que deberá procederse al pago, que también se realiza por medios electrónicos, generalmente, mediante tarjeta
de crédito. Se inicia un circuito que parte con el pago del adquirente por subasta y donde interviene una institución
bancaria a través de la que se efectúan depósitos por orden del tribunal que dispuso el acto de subasta electrónica a
las cuentas del expediente, del martillero y, en su caso, del acreedor del crédito y el saldo al deudor cuando fuera
solicitado en el expediente.

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