Está en la página 1de 18

“Contra el fútbol del capital”.

Mercantilización, Sociedades Anónimas Deportivas y


acción colectiva. El caso del club Santiago Wanderers de Valparaíso y el movimiento
15 de Agosto

Carolina Cabello Escudero1

Carlos Vergara Constela2

Resumen

Mediante la contextualización del proceso de mercantilización del fútbol chileno y arribo de


las sociedades anónimas a la administración de clubes deportivos, mediante la etnografía y
la reconstrucción documental reconstruiremos la historia de cómo se produjo la concesión
del club Santiago Wanderers de Valparaíso e indagaremos en las formas de acción colectiva
que ha llevado a cabo el movimiento “15 de Agosto” adherido a este mismo club,
identificando objetivos, repertorios de acción y modificaciones de la estructura de
oportunidades políticas.

Palabras Clave: mercantilización, fútbol profesional, sociedades anónimas deportivas,


Santiago Wanderers

Abstract

Through the contextualization of the process of mercantilization of Chilean football and the
arrival of corporations to the administration of sports clubs, through ethnography and
documentary reconstruction we will reconstruct the history of how the Santiago Wanderers
club of Valparaíso was granted and we will investigate the forms Of collective action that
has been carried out by the "15 de Agosto" movement attached to this same club, identifying
objectives, repertoires of action and modifications of the structure of political opportunities.

Key Words: Merchandising, professional football, sports corporations, Santiago Wanderers

Introducción
¿Cómo los destinatarios finales de todas las decisiones que toman quienes administran los clubes
no votan? Pero dicen, las cuentas no las pagan ellos, y sí las pagan... Vi un documental de Colo
Colo y dice que cuando se fundió el club, la gente hizo una colecta, y el síndico cobró el 20% de la
plata de la gente, porque era legal. No es una acusación. ¿Quién paga la bancarrota de los clubes?
¿No es un buen ejemplo? Cuando no hay bancarrota, ¿quién sostiene el fútbol? Es fascista aquel
que no apoya democracia, pero un procedimiento que excluye a los destinatarios de los efectos de
las decisiones de quienes gobiernan, ¿no cuenta? ¿Y eso es democrático?”

1
Socióloga. Investigadora Centro de Estudios Socioculturales del Deporte (CESDE)
2
Sociólogo. Máster en Estudios Territoriales y de la Población. Investigador Centro de Estudios Socioculturales
del Deporte (CESDE)
Marcelo Bielsa

Hace más de una década se concretó una de las principales transformaciones del fútbol
profesional chileno. En 2005, la promulgación de la Ley 20.019 sobre sociedades anónimas
deportivas profesionales (SADP) permitió el ingreso de gerenciadoras privadas en la
administración del fútbol, antes caracterizado por la sola existencia de clubes deportivos
manejados por sus socios y socias.

La desposesión del club por parte de sus socios activó mínimas resistencias al modelo que en
un principio fueron infructuosas. Sin embargo, la irrupción de grupos conformados por
jóvenes ha posibilitado el desarrollo de movimientos que impugnan la administración de los
clubes por parte de empresas privadas, bajo el argumento que promueven valores como el
logro, el éxito y la competencia, cuestiones asociadas a los ejes principales de la ideología
del proyecto cultural del neoliberalismo (Vilches, 2016).

Mediante un abordaje etnográfico donde se privilegió la observación participante, entrevista


abierta a modo de conversación y la revisión documental, vamos a indagar en las formas de
acción colectiva del movimiento 15 de Agosto (adherido al club Santiago Wanderers) en el
marco de la administración del fútbol profesional chileno por sociedades anónimas
deportivas. Pero antes de ingresar en las características y accionar del movimiento,
revisaremos el proceso histórico de mercantilización del fútbol profesional chileno y luego
analizaremos cómo se produjeron las condiciones de posibilidad para el ingreso de las
sociedades anónimas deportivas en la administración del fútbol profesional, tomando el caso
del equipo porteño.

La mercantilización del fútbol profesional chileno

No resulta novedoso señalar que desde la asunción de Joao Havelange a la FIFA en 1974, el
fútbol ha sufrido progresivamente un proceso de mercantilización. Éste ha ido de la mano
con la expansión de la globalización cultural, lo cual propone modelos de referencia para la
administración del fútbol situados en Europa y más recientemente en Estados Unidos y
China, dos países sin tradición futbolística. Fundamentalmente se trata de un proceso donde
los clubes deportivos deben seguir modelos de gestión empresarial, lo cual se ha planteado
como base para el logro deportivo y el bienestar económico.

Chile, país vanguardista en la experimentación de modelos neoliberales en el mundo, durante


la dictadura militar (1973-1990) realizó una serie de ajustes a su economía y a su matriz
productiva con el fin abrirla a la inversión extranjera. El fútbol profesional no escapó a la
imposición de las lógicas del mercado, pero tampoco quedó sin administración estatal. En
1975 el General Humberto Gordon propuso una reestructuración económica del fútbol
chileno. Para aquello, mediante el Decreto Ley 1.298 del 23 de Diciembre se creó el sistema
de apuestas “Polla Gol” destinado a financiar la dimensión profesional de un deporte que
históricamente había tenido comportamientos económicos vinculados al
sobreendeudamiento y a ser “rescatado” por el Estado (Elsey, 2013). A esto, se sumaron
aportes basales desde la Dirección General de Deportes y Recreación (DIGEDER), el Banco
del Estado y la Televisión Nacional de Chile. Durante la dictadura, el Estado, mediante
diversos mecanismos y entes, traspasó dinero sistemáticamente a la Asociación Central de
Fútbol (actual ANFP), la cual, al contrario de lo que se pensaría, aumentó progresivamente
su deuda (Matamala, 2015).

Mediante la intervención a Colo Colo, el club con más adherentes en el país, se intentó
implementar el modelo de “fútbol-empresa”. Ese modelo estaba basado el ingreso de una
empresa externa para administrar la economía del club. Precisamente era un grupo de
ingenieros egresados de la Universidad Católica de Chile asociados a la empresa BHC la cual
adhería a la reestructuración económica del país liderada por los “Chicago Boys”3. Si bien la
concreción de este proyecto no se efectuó debido a la resistencia de un grupo de socios, sí
hubo una herencia inmediata de este ideario: por un lado, las dirigencias de los clubes
comenzaron a ver en la publicidad en la camiseta como una forma de financiarse y, por otro,
los futbolísticas vieron restringidos algunos derechos sindicales (Matamala, 2015).

En los últimos años de la dictadura militar, se reorganizó la Federación de Fútbol de Chile,


creándose la actual Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). A su vez, se
restringieron los aportes estatales, y la reorganización administrativa del fútbol dejó al fútbol
profesional endeudado ante el Banco del Estado (Herrera, 2015). Sin embargo, el ideario y
el discurso del “fútbol-empresa” no decayeron. Al contrario, el lenguaje de la
“mercadotecnia” se instaló en los dirigentes del fútbol profesional. Y los medios de
comunicación dominantes, siguieron fortaleciendo el discurso de las ventajas del
pensamiento empresarial. Por ejemplo, el periódico “El Mercurio”, de marcada tendencia
liberal en lo económico y conservador en lo moral, destacaba del Colo Colo campeón de
Copa Libertadores en 1991 que el club había obtenido tan importante logro debido a que
había sido administrado con una mentalidad empresarial por parte de sus dirigentes (Santa
Cruz, 2003).

A mediados de la década de 1990, los clubes profesionales con mayor poder de convocatoria
lideraron la moción por vender sus derechos de televisación, lo cual se apreció como un
mecanismo económico con el cual financiar el fútbol profesional. A esta forma se le sumó
un aumento de la publicidad en camisetas y en la venta de merchandising. Sin embargo, el
nivel de endeudamiento de los clubes continuó aumentando. El ultimátum a esta vorágine se
produjo mediante una “jugada política” que permitió la quiebra de Colo Colo.

De esta manera, la mercantilización del fútbol implicó nuevas formas de articulación entre
éste y otras dimensiones de lo social. Y es que las transformaciones en la organización y

3
Los “Chicago Boys” fue la denominación que recibió un grupo de ingenieros propulsores de las ideas de
Milton Friedman y Friedrich von Hayek. Durante la dictadura tuvieron la labor diseñar el “modelo” económico
chileno.
administración del fútbol profesional chileno responden a una configuración política y
económica a través de la cual se buscó modificar todo tipo de organización social. De acuerdo
a Santa Cruz (2014), el fútbol fue el último bastión del proyecto privatizador de Chile. Esto
se aprecia en la modificación de la concepción de los clubes como organizaciones sociales
políticas y de la sociedad civil, quienes terminaron cediendo su independencia institucional
a los modelos y las leyes del mercado. Como señala Villena (2000) “el espectáculo futbolero
es cada vez menos un ritual político o una performance comunitaria y se convierte, por el
contrario, en un producto de la industria cultural a cuyo ávido consumo somos incitados sin
tregua por las sirenas de los medios de comunicación” (p.260).

Una de las transformaciones de mayor impacto en el fútbol nacional corresponde a la


modificación del modelo de propiedad y administración de los clubes. Efectivamente, el
modelo del club social y deportivo sin fines de lucro, que se constituía como un espacio de
sociabilidad elemental en la vida política y comunitaria local, fue siendo paulatinamente
desplazado por el modelo de fútbol-empresa tipo sociedad anónima promovido tanto desde
el Estado chileno como por los modelos de gestión y éxito deportivo de la FIFA. De esta
manera, los fundamentos socioculturales de los clubes son puestos en segundo plano y se
privilegian los resultados deportivos como reflejo de las ganancias económicas.
Administrativamente, el modelo gerencial pavimenta el nuevo camino fomentando la
racionalización de los recursos y los gastos, promoviendo una estructura dirigencial formada
por profesionales competentes y la consecuente pérdida del control de los clubes por parte
del socio y de los hinchas. La toma de decisiones queda en mano de los accionistas (Villena,
2003).

A pesar de que el impulso y la promoción del modelo empresarial en el fútbol ocurrió durante
la dictadura y se prolongó con el advenimiento de la democracia en los años noventa, lo cierto
es que los clubes profesionales siempre se encontraron vinculados a empresarios (Elsey,
2013). Generalmente, estos eran los socios que poseían un mayor capital económico;
aportaban “desinteresadamente” a las arcas del club y se erigían como dirigentes. Pero que
los clubes hayan surgido y se hayan desarrollado como Corporaciones, implicaba que la
administración y el poder de decisión recaían sobre los socios reunidos en la Asamblea,
máxima autoridad de la institución. En la práctica esto fue así durante varias décadas, pero
lo cierto es que ello se transformó en una falacia muchos años antes del arribo de las
Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales. Sin ir más lejos, en Santiago Wanderers
entre los años 1996 y 2005, época en que el Decano era manejado por el gremio autobusero,
no existió una sola Asamblea de Socios y hubo una alteración sustantiva del padrón de socios,
por cuanto los empresarios microbuseros convertían a sus choferes en socios del Club
mediante el descuento obligatorio por planilla. Así las cosas, lo cierto es que el control de la
institución se encontraba radicado en un grupo de personas, empresarios del transporte en
este caso, que “hacían y deshacían” a voluntad. Esta estructura, con diversos matices por
supuesto, se replicaba en los distintos cuadros del fútbol nacional, permitiendo así la
proliferación de dirigencias corruptas terminaron vaciarlos socialmente y por saquearlos y
llevarlos a profundas crisis. En este sentido, las intervenciones sobre los clubes durante
dictadura cobraron fuerza recién en los noventa.

La llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas

No es de extrañar que con la llegada de la democracia al país, el modelo empresarial impuesto


en el fútbol por la dictadura militar se haya profundizado. Quienes administran el modelo
chileno, caracterizado por la acumulación de riqueza de grandes grupos económicos
mediante la desposesión de derechos sociales (Mayol y Ahumada, 2015) no obviaron al
fútbol como espacio posible de rentabilización económica. A su vez, la predominancia del
relato individualista y la desarticulación de movimientos sociales (Lechner, 1992) provocó
que no existieran mayores resistencias a las políticas neoliberales. Se trata de una crisis del
sujeto colectivo, el cual ya no se encuentra garantizado por “contenedores” exteriores y es
absolutamente dependiente de sus decisiones (Melucci, 1995). Con la individualización, la
persona se vuelve un centro autónomo de decisión, se desliga de la tutela social, de
solidaridades estamentales, de normas y costumbres tradicionales, se redescubre a sí mismo
y conquista su autonomía (PNUD, 2000). Durante los años noventa los antiguos socios e
hinchas, actores políticos claves de los clubes deportivos se fueron desprendiendo de sus
responsabilidades sociales cediendo terreno ante actores económicos, quienes con el apoyo
del financiamiento de la industria televisiva conllevó a que el capital privado se interesase en
capitalizar en el deporte.

Esta debilidad y resquebrajamiento del entramado social que existía en cada Club los hizo
permeables a la penetración de las Sociedades Anónimas. No obstante, dicho debilitamiento
fue también propiciado y acelerado externamente a través de un despliegue comunicacional
que legitimaba su ingreso. Y por el Estado que operó como catalizador para la creación de
un nuevo marco regulatorio.

En el tiempo cuando se comenzó a discutir la Ley 20.019, la mayoría de los clubes del fútbol
chileno arrastraban deudas tributarias. Sin ir más lejos, ya el 2002, el SII le había cobrabado
a Colo Colo una deuda de casi $6.000 millones4. Ante la acumulación histórica de la deuda,
los ejes discursivos que promovían la llegada de las sociedades anónimas se articularon en
torno a ejes como la transparencia, la solvencia y la modernización de la gestión, buscando
encontrar puntos de vista valorados por los grupos interpelados (Moreira, 2013). El proyecto
de ley presentado por el Gobierno de Ricardo Lagos otorgaba a aquellos clubes que optaran
por transformarse a S.A.D.P. los beneficios establecidos por la ley 19.768 sobre franquicias
tributarias para inversiones en mercados emergentes (quedó materializado en el artículo 23
del texto definitivo), en tanto que exigía a aquellos que permanecieran como Corporaciones

4
El Mercurio, 22 de Enero de 2002
o Fundaciones, el encontrarse al día en materia tributaria, previsional y laboral, bajo pena de
cancelársele los derechos federativos, es decir, ser expulsados de la asociación.

Esta disparidad fue advertida por René Orozco (ex presidente de la Universidad de Chile)
quien concurrió como invitado a la Comisión de Constitución del Senado, agregando en tal
instancia que “al obligar a transformarse en S.A.D.P. a todas las corporaciones y
fundaciones implicaría desnaturalizarlas y enfrentarlas al riesgo cierto de transformarse en
instrumentos al servicio de grupos económicos, ideológicos o de distinto carácter, pero
alejados del auténtico espíritu deportivo”5.

Por otra parte, una indicación presentada por los Senadores Alberto Espina, Jorge Pizarro y
Eduardo Frei derivó en que no existiera limitación alguna a la propiedad de los clubes por
parte de los inversionistas. Si bien el proyecto original contemplaba que éstos no pudieran
adquirir más del 49% de la institución, quedando el 51% como mínimo en control de los
socios (tal como opera en el “modelo alemán”), lo cierto es que finalmente la única limitación
que se impuso fue que un mismo accionista, o alguno de sus familiares directos, no pudiese
ser dueño de más de un 5% de la propiedad en otro club. Además se eliminó parte del artículo
1 transitorio conforme al cual los socios debidamente inscritos de los actuales clubes
profesionales tendrían derecho preferente de compra respecto de las acciones de primera
emisión que se ofrezcan a la venta, con lo cual se cortó de cuajo cualquier participación de
los socios en el nuevo modelo administrativo, ajustándola aún más para facilitar su salida al
mercado como producto barato y potencialmente rentable.

La “doctrina del shock” forma como el periodista Juan Cristóbal Guarello llama a la
persuasión mediática para la conversión hacia el modelo de sociedades anónimas
deportivasm utilizó “el fantasma de la desaparición” como argumento principal para la
privatización de los Clubes6,

A lo anterior deben se debe sumar la implementación de la Red de Estadios Bicentenario


durante los gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, lo que significó a estas
empresas ahorrarse la inversión en mejoramiento de estos recintos con el fin de cumplir con
estándares FIFA.

Con el arribo de las sociedades anónimas deportivas, la ANFP se ha transformado en un ente


de representación de los grandes capitales del fútbol profesional chileno. Por ejemplo, el
artículo 4 de los actuales estatutos del órgano rector del fútbol chileno determina la
prohibición de afiliación a cualquier institución que no sea una Sociedad Anónima, a menos
que se trate de una Corporación afiliada con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley
20.019. Esto deriva en que todo Club que ascienda desde la tercera división A (categoría

5
Historia de la Ley 20.019 Regula las sociedades anónimas deportivas profesionales. Biblioteca del Congreso
Nacional de Chile, p. 206
6
Juan Cristóbal Guarello. Doctrina de Shock. Publimetro, 20 de Octubre de 2014
ANFA) a la segunda división profesional (categoría más baja de la ANFP) deba
transformarse necesariamente en S.A.D.P., exigencia que no estableció la propia ley 20.019,
la cual permite la existencia de cualquier organización deportiva profesional, sea
Corporación, Fundación o S.A.D.P. Es más, a cada club que asciende a la segunda división
profesional se le exige la friolera de $50 millones, cifra infranqueable para algunos Clubes
como Arturo Fernández Vial o Deportes Linares, que han visto como el ascenso ganado en
justa lid en cancha ha quedado trabado por estas barreras económicas.

Actualmente existen 3 tipos de Clubes: aquellos que permanecieron como Corporaciones:


Curicó Unido, Universidad de Concepción, Cobresal y Deportes Puerto Montt; aquellos que
optaron por la Concesión por un período de tiempo, como ocurre por ejemplo con clubes
como Wanderers, Colo Colo, Ñublense, Deportes Iquique, entre otros; y aquellos que se
transformaron directamente en S.A.D.P.: es el caso de O’Higgins, Palestino, Audax Italiano,
Unión Española, Unión San Felipe y Unión La Calera, por ejemplo.

Breve historia de una quiebra: el caso de Santiago Wanderers.

El 2005 es el año en que la crisis económica y deportiva termina de golpear a Santiago


Wanderers. A los nulos resultados deportivos, se le suman las críticas a la dirigencia caturra
encabezada por Luis Sánchez, la venta del estadio de Valparaíso a Chiledeportes (actual
Ministerio del Deporte) por parte del municipio porteño (lo que conllevó a que el club debiera
comenzar a pagar mensualidad en los arriendos), las deudas previsionales que se arrastraban
con numerosos jugadores desde décadas anteriores, y el no pago de sueldo de los jugadores.
Estos y otros factores conllevaron a que el club no tuviera respaldo ni sustento económico.
Esto es evidente cuando en febrero del 2005, Claudio Viacava, tesorero de la directiva que
presidía Luis Sánchez Cruz, señalaba que: “el club es un caos económicamente, el equipo
juega mal, la gente no va al estadio y por ende no crecen las arcas económicas del club” 7.
Esto se ratifica con declaraciones posteriores, en el mes de marzo, por el mismo tesorero que
señala que: “el gasto de 40 millones de pesos mensuales, los 2 millones por concepto de venta
de entradas no alcanzan, y los dineros que ingresan por conceptos televisivos aún no han
llegado”8. En esos momentos, solo las cuotas sociales se constituían como un ingreso para el
club. Este escenario implicó la pérdida de gobernabilidad del club y una seguidilla de malos
resultados deportivos (Bazán, 2015).

Esta situación derivó en que desde el año 2005 comenzara una campaña en Valparaíso por
transformar al “decano del fútbol chileno” en una Sociedad Anónima Deportiva siguiendo el
modelo de fútbol negocio que estaba comenzando a implementarse. Luis Sánchez, presidente
del club, declaraba por entonces que llamaría a una asamblea extraordinaria de socios para

7
Claudio Viacava. Nota de Juan Carlos Moreno El Mercurio de Valparaíso. (2005). Nº 61.057 Año 178. Página
20.
8
Claudio Viacava. Nota de Juan Carlos Moreno El Mercurio de Valparaíso. (2005). Nº 61.071 Año 178. Página
25.
presentar el Santiago Wanderers Sociedad Anónima: “Ojalá los socios reaccionen porque
finalmente ellos son los dueños del club (…) El camino es ser Sociedad Anónima y seguir los
pasos de Colo – Colo, eso vamos a plantear y espero que los socios lo acepten”9.
Advirtiendo, además, que si los socios no aceptan esta propuesta, él definitivamente, daría
un paso al costado (Bazán, 2015). Por su parte, Carlos Soto, presidente del Sindicato de
Futbolistas Profesionales (SIFUP) indicaba que “Santiago Wanderers debe ser una Sociedad
Anónima, para que sea controlada por la SVS (Superintendencia de Valores y Seguros) (…)
A partir del año 2006, si los clubes no se rigen por la nueva ley de sociedad anónimas
deportivas, y no están saneados, no pueden continuar en el fútbol profesional”10.

La directiva decidió en ese entonces suspender la Asamblea de Socios del año 2005 hasta
nuevo aviso. Situación que tensó aún más la relación entre los hinchas que querían decidir el
destino de su club y la directiva, provocando que “cerca de 100 barristas de “Los Panzers”
llegaron a manifestarse con cantos y folletos para Luis Sánchez, que profesaban la frase
‘Sánchez, entiende, Wanderers no se vende’. En alusión al interés que el presidente muestra
por el proyecto Santiago Wanderers Sociedad Anónima”11. Solucionado los inconvenientes,
el directorio finalmente fija asamblea ordinaria para el 25 de julio en donde se tomaría la
decisión definitiva. Sin embargo, y por segunda vez consecutiva, la asamblea debió
suspenderse, esta vez por falta de quorum, debiendo realizar un nuevo llamado a una
asamblea extraordinaria. El martes 9 de agosto del 2005, después de 9 años, se realizó la
anhelada asamblea de socios, las conclusiones fueron un voto de censura a la rendición de
cuentas y la transparencia de la deuda tributaria que en ese entonces alcanzaba los
$550.000.000 y la deuda previsional que llegaba a los $225.000.000. Sobre la posibilidad de
convertir a Santiago Wanderers en una Sociedad Anónima, quedó estipulado que se
conformaría una comisión que debía estudiar la posibilidad. “El Wanderers no se vendía”.

Una año después, en Julio del 2006, la oposición al gremio autobusero que fue liderada por
Carlos Bombal y Osvaldo León se formalizó y creó el Movimiento de Restauración Verde,
el cual convocó a más de 500 hinchas, socios y simpatizantes de Santiago Wanderers con el
objetivo de organizarse para acabar con la dirigencia de “los Sánchez”. El día martes 26 de
septiembre del año 2006 quedó fijada la asamblea de socios del club en el recinto deportivo
conocido como Fortín Prat. En la oportunidad, los socios debían definir la posibilidad de que
la institución se transformara en Fundación, Sociedad Anónima Deportiva Profesional o
continuase siendo una Corporación. Sin embargo, por problemas con el padrón de socios,
que presentaba registros atrasados, esa tarde de septiembre no todos los socios pudieron

9
Luis Sánchez Cruz. Nota de Juan Carlos Moreno El Mercurio de Valparaíso. (2005). Nº 61.179. Año 178.
Página 28.
10
Carlos Soto. Nota de Juan Carlos Moreno El Mercurio de Valparaíso. (2005). Nº 61.179. Año 178. Página
29. Los equipos deberán regirse a partir de la ley de sociedades anónimas deportivas. Correspondientes a la Ley
20.019.
11
Nota de Juan Carlos Moreno. El Mercurio de Valparaíso. (2005). Nº 61.191. Año 178. Página 28.
acceder a la instancia definitiva, formándose un caos que terminó con agresiones por parte
de socios a los todavía directivos. Este hito es conocido popularmente como “El fortinazo” y
marcaría la lucha de los socios por mantener su poder de decisión sobre el futuro del club.

La solución fue citar asamblea nuevamente para el 29 de septiembre. En la instancia


participaron 457 socios quienes lograron el acuerdo de mantener al club como Corporación,
desechando la posibilidad de transformarse en una Sociedad Anónima Deportiva
Profesional12.

Junio del año 2007. El sábado 02 a las 16:00 horas en el Club Alemán de Valparaíso se llevó
a cabo una nueva asamblea de socios del club Santiago Wanderers de Valparaíso, en donde
se escogieron nuevos directivos, saliendo electos los líderes del Movimiento de Restauración
Verde (MRV). En la instancia se decide la expulsión de Reinaldo Sánchez de manera
unánime. Con esto se produce un desligamiento total de la familia Sánchez y el gremio
autobusero del club, poniendo fin a más de tres décadas ligados a la institución porteña
(Bazán, 2015). El Santiago Wanderers continuaba resistiéndose a la capitalización.

Con el MRV al mando se logró estabilidad institucional pero no deportiva, ni económica. La


política de acercamiento del empresariado local no dio abasto, las promesas del Municipio
de apoyar al centenario club tampoco y los socios que se manifestaron en contra del gremio
autobusero también cedieron espacio en la toma de decisiones. En lo económico, la deuda
previsional ascendía a los 700 millones de pesos13, sumándose a una deuda de 403 millones
que tenía el club con la Tesorería general de República. En lo deportivo, el fantasma del
descenso se hacía nuevamente presente, problemas en el camarín con jugadores eran claves
para una situación que se escapa de las manos.

Esta situación de crisis conllevó a que los directores del club el año 2007 comenzaran
discusiones con empresarios para de una vez transformar al club en S.A.D.P.

Desde la llegada de las sociedades anónimas, los grandes grupos económicos, íntimamente
vinculados al poder político, se han apoderado de la administración de los clubes
profesionales. En el caso de Santiago Wanderers, la sociedad anónima estaba compuesta por
un grupo político-empresarial vinculado a la Unión Demócrata Independiente14, liderados
por el entonces candidato a senador por Valparaíso costa Joaquín Lavín.

12
En la ocasión, fue tanto el apoyo que recibió la continuidad de la corporación por sobre la sociedad anónima,
que no se necesitaron siquiera urnas para votar pues el acuerdo fue pleno.
13
Se estima que 2/3 de la deuda corresponden solamente a concepto de interés de la misma.
14
La Unión Demócrata Independiente (UDI) es un partido de ultra derecha, caracterizado por su proclividad
hacia el conservadurismo en temáticas morales y un fuerte sentido neoliberal en materias económicas (Muñoz,
2016).
Los nombres que acompañaron a Lavín en este negocio eran los empresarios, también ligados
a la UDI: Julio Dittborn, ex presidente del partido, Miguel Bejide, ex gerente del diario La
Nación durante dictadura, Mario Valcarce, presidente de ENDESA, Roberto Carrasco,
ejecutivo del grupo PENTA, gerente controlador de BANMÉDICA y hombre clave de los
forwards de PENTA, a través de su sociedad Siglo Outsourcing, (quien posteriormente se
encontraría con arresto domiciliario como medida cautelar mientras duró la investigación de
la fiscalía, donde ha sido declarado como imputado), y el hasta ese entonces director de
Ripley y aún actual presidente de la S.A Jorge Lafrentz. El vicepresidente de Wanderers en
ese momento, Osvaldo León, señala en un diario local que los inversionistas: “vienen por
encargo del grupo Penta, al que está ligado Joaquín Lavín”. También pasan por la propiedad
de Wanderers SADP, el fundador de la UDI Ignacio Fernández y el ex ejecutivo de PENTA
Pablo Wagner, quien años después debió renunciar al gremialismo tras ser formalizado y
detenido por aceptar pagos de PENTA, vía boletas falsas cuando ejercía como subsecretaría
de Minería (Matamala, 2015).

Por otra parte, el empresario Nicolás Ibáñez, ex dueño de Supermercados Líder, es la última
persona que completa la lista de inversionistas. No es militante de la UDI, pero mantiene
afinidades ideológicas: fue creador de Fundación para el Progreso y Fundación Futuro de
Valparaíso y declarado admirador de Augusto Pinochet. Para el 2017 y tras la caída en
desgracia de PENTA, Ibáñez controla un 77,25% del club a través de su Fundación Futuro
Valparaíso, siendo signado como el responsable de la actual crisis deportiva y administrativa
por la cual atraviesa Santiago Wanderers.

Finalmente el 7 de enero del 2008 los socios de Santiago Wanderers en asamblea


extraordinaria aprobaron la entrega en concesión del club a Joya del Pacífico SADP por 30
años15, quienes, en palabras de Nicolás Ibáñez, buscaban “inyectar capitales frescos a la
institución por unos 2 mil millones de pesos, apostando por un plan de negocios, el
mejoramiento del trabajo en las series inferiores, un equipo médico, cuerpo técnico e
infraestructura”16. También se barajaba como posibilidad en la propuesta de Larraín Vial, el
construir una ciudad deportiva y un nuevo estadio propio para Santiago Wanderers (Bazán,
2015). Posteriormente se consolidaría todo el proceso con la firma del Contrato de
Concesión, en donde la Concesionaría debió pagar la suma total de $1.120.000.000, cifra que
correspondía al total de las deudas la Corporación a la fecha. Hoy Santiago Wanderers, de
acuerdo a su último balance del año 2016 alcanza una deuda con Fundación Futuro de
$1.700.000.000, producto de préstamos que el controlador y mayor accionista de Wanderers

15
De la totalidad de los 440 votos emitidos, 376 socios apoyaron la iniciativa, 34 estuvieron en desacuerdo, 26
fueron los votos nulos y 4 los blancos.
16
Nicolás Ibáñez. Nota de Juan Carlos Moreno. El Mercurio de Valparaíso. (2007). Nº 62.058. Año 181. Página
27.
S.A.D.P., Nicolás Ibáñez realiza entre sus mismas empresas. Deuda que tiene un valor mayor
al precio del contrato de concesión17.

El Contrato de Concesión implicó entregar la administración de la rama de fútbol profesional


de Santiago Wanderers a un tercero por un tiempo determinado (30 años), gozando éste del
uso, goce y explotación del mismo, pero no de la propiedad. La concesión también incluyó
los bienes (muebles e inmuebles), activos y derechos ligados a la rama fútbol profesional de
Santiago Wanderers. Esto incluye, entre otras cosas: los derechos federativos (en virtud de
los cuales se participa en competencias ANFP), los pases de los jugadores, los derechos
formativos de aquellos futbolistas salidos de las divisiones menores de Wanderers, la marca,
la insignia, logos, patentes, derechos de propiedad intelectual, los créditos que se pudieren
tener, y los frutos y productos de esos bienes18. Durante el actual periodo de concesión, la
Corporación Santiago Wanderers ha seguido funcionando de forma paralela a la
administración de Wanderers S.A.D.P., cuenta con dos representantes en su directorio y uno
de ellos integra la Comisión Fútbol.

La irrupción del “15 de Agosto”

El origen del movimiento “15 de Agosto” se remonta al año 2013. Este nace a partir de la
agrupación hinchas wanderinos que convergieron en un diagnóstico común sobre la situación
del club y la necesidad de organizarse políticamente. El motivo específico que detonó y
estableció la necesidad para comenzar a trabajar colectivamente tiene relación con una
reforma estatutaria por parte de los directores de la Corporación Santiago Wanderers, Carlos
Bombal y Osvaldo León, quienes buscaban restringir la participación de socios y socias.

“Nos comenzamos a juntar para organizarnos y a trabajar todas las semanas.


Hicimos una declaración de principios que costó mucho, porque recién estábamos
articulándonos. Cada palabra fue un parto, pero lo logramos porque empezamos a
conocernos mejor. Ahí decidimos que en un partido con Calera, en Calera, teníamos
que hacernos públicos. Nos paramos en la entrada a la galería repartiendo un volante
donde estaba nuestra declaración de principios y haciendo una invitación abierta.
Ahí empezamos a sumar a cabros de la “Munich”, del “Interior”, a gente de los piños
con los que íbamos a la cancha, etc. Con algunos piños nos fue bien y con otros no
tanto” (Integrante Movimiento 15 de Agosto).

Svampa (2009) ha planteado que los movimientos sociales hay que pensarlos fuera de toda
linealidad o expresión purista, puesto que impide comprenderlos como actores plurales,
dinámicos, partícipes de espacios de diferentes niveles donde inscriben su acción, y en
constante interacción dentro campos donde participan personas que tienen otras pertenencias.

17
Memoria Anual 2016 Santiago Wanderers SADP. Disponible en Superintendencia de Valores y Seguros
(SVS)
18
Contrato de Concesión Corporación Club de Deportes Santiago Wanderers a Joya del Pacífico S.A.
Repertorio Nro. 1.209/2008
Aquello implica que, a diferencia de las imágenes románticas e idílicas que reducen la
amplitud de los movimientos, estos se fundamentan en una articulación compleja que se aleja
de toda linealidad y constancia, ya que hay momentos en que reflejan tendencias más
particularistas y en otros desarrollan la articulación con demandas macro sociales.

De esta manera, un movimiento es un espacio donde existen discusiones, puntos de vista y


toma de decisiones acerca de los diagnósticos y las acciones colectivas a seguir. No obstante,
la base de la agrupación está basada en un sustrato cultural. Melucci (1999) ha señalado que
la afirmación identitaria de sí mismo y la lógica de oposición son fundamentales a la hora de
establecer un sentido de unidad.

Identificación, oposición y acciones colectivas

El “15 de Agosto” ha articulado su identificación en al mito de origen del club Santiago


Wanderers y a posiciones políticas de izquierda. El grupo que fundó el movimiento se
encontraba cursando carreras humanistas y jurídicas en espacios universitarios y ya contaba
con experiencia de militancia y/o participación en espacios políticos que adhieren a idearios
feministas, anarquistas, libertarios y trostkistas. Convergen en afirmar que ser de izquierda
significa “entender la sociedad desde el materialismo dialéctico, a la vez que luchar por
subvertir el orden neoliberal de Chile”. Quienes integran el movimiento también han
pertenecido a piños de la barra Los Panzers (“Puertoxicos”, “la 108”, “Viña Verde”, entre
otros) y a medios de comunicación centrados en la actualidad wanderina (WanderersFM).
Afirman tener un fuerte sentido de pertenencia por la ciudad y por el club y al mismo tiempo
señalan estar identificados “con el espíritu originario bajo el cual nace el club”.

“El mito fundacional del club es la base de nuestra conformación política. La


mayoría de los que crearon “el quince” estaban en medio de un proceso de
identificación política, donde existían diferentes militancias. Pero agruparnos en
torno a Wanderers nacía de la “guata”, porque somos profundamente porteños.
Vimos de manera injusta las transformaciones del fútbol chileno. El 2008 nos
quitaron la pelota. No podíamos decidir nosotros. Nos vimos en asamblea sin poder
de decisión. Nos vimos en la misma situación que “los choros del puerto” que
fundaron el club. Los ingleses aristócratas de la época no los querían dejar jugar, y
ahora el empresariado neoliberal no nos permite decidir”. (Integrante Movimiento
15 de Agosto).

De acuerdo a lo anterior, las posiciones opuestas están representadas por el empresariado que
creó una sociedad anónima para hacerse de la concesión del club. La vertiente político
ideológica del “15 de Agosto” sugiere que quienes portan y desarrollan el pensamiento liberal
y neoliberal están en la vereda opuesta. La reivindicación del mito fundante del club tiende
a homologar el actual estado económico político de Wanderers (con una base social débil,
administrado por grupos empresarios y políticos vinculados a la derecha neoliberal) con las
reconstrucciones mitificantes sobre la opresión que vivía el “criollo”, choro del puerto, ante
el inglés dominante que “no prestaba la pelota” (Valenzuela, Ponce y Vergara, 2016).

“Reconstruir nuestro club como una institución social, deportiva y con el


protagonismo de sus socios/as e hinchas, agrupándonos bajo la premisa de que las
Sociedades Anónimas sólo buscan obtener lucro de los clubes de fútbol sin importar
sus logros deportivos, estabilidad económica, rendimiento futbolístico, siempre de
espaldas a los wanderinos y wanderinas y a los hinchas del fútbol en general. Por
ende rechazamos el modelo de Sociedades Anónimas como forma de administración
y gestión del fútbol en Santiago Wanderers y en cualquier club chileno”
(Declaración de Principios. Movimiento 15 de Agosto).

Ante la irrupción del modelo de administración basado en sociedades anónimas, el objetivo


que da sentido y consistencia a las acciones colectivas (Tarrow, 1997) que ha seguido el “15
de Agosto” guarda relación con la necesidad de volver a dotar a Wanderers de las condiciones
para ser considerado como un club social y deportivo administrado por sus propios socios/as.

Tal como ha mencionado Tilly (2002) “los movimientos, caracterizados por desplegar un
repertorio de acciones colectivas, dan cuenta de rutinas aprendidas, compartidas y
desarrolladas mediante la deliberación colectiva. Estos, se aprehenden con conocimiento
práctico a propósito de la participación sostenida dentro del movimiento. En este sentido, en
el contexto de la protesta la gente aprende a escenificar marchas públicas, mantener reuniones
formales, organizar asociaciones de intereses” (31-32). El “15 de Agosto” ha desarrollado un
repertorio de acciones que se basa en la realización de asambleas generales, espacio destinado
para la discusión y la toma de decisiones; creación y funcionamiento de comisiones, las
cuales son concebidas como espacios de trabajo destinado para la creación de diagnósticos y
propuestas; creación de medios de comunicación virtuales para informar sistemáticamente
sobre la realidad wanderina, del fútbol chileno y global. Por otro lado, han construido una
orgánica donde se han erigido procedimientos de ingreso a la agrupación, los cuales se basan
en un criterio de confianza entre quienes integran al espacio y la adscripción a la declaración
de principios y los ejes programáticos, por parte de las nuevas personas.

Las acciones colectivas desarrolladas permiten ver tanto tendencias particularistas como
capacidad de articulación en torno a demandas que interpelan a una sociedad completa
(Svampa, 2009). Por ejemplo, la efectuación de marchas para exhibir la problemática
wanderina a la comunidad porteña, la participación en foros y seminarios con el fin de
discutir problemáticas del fútbol chileno con otros actores del campo, o la realización de
eventos para homenajear a jugadores representativos del club, dejan ver acciones más
vinculadas al orden propio de Santiago Wanderers. Pero también, el “15 de Agosto” ha tejido
confianzas con otros movimientos políticos que impugnan las actuales características del
modelo de sociedad chileno. La participación en protestas ha servido para plegarse a la
“agenda de los movimientos sociales”, y, a la vez, instalar la “privatización de los clubes de
fútbol” como parte de los conflictos sociales actuales. La presencia en convocatorias
nacionales lideradas por diferentes entes (por ejemplo, la coordinadora NO + AFP,
Movimiento Estudiantil, Organizaciones de trabajadores como la CUT o la ANEF, o
Coordinadoras Feministas vinculadas a la campaña #niunamenos) los ha hecho parte del
proceso político de impugnación al “modelo y a la elite (Mayol, 2014).

Modificando la estructura de oportunidades

Las acciones colectivas realizadas por un movimiento pueden extender y abrir las
dimensiones formales e informales de la estructura de oportunidades políticas (Tarrow,
1997). En este caso, la “sintonía” entre el descontento sobre la gestión de la sociedad anónima
y de la corporación, en manos de personas ideológicamente cercanas al grupo empresarial,
fue capitalizada por el discurso político del movimiento. Un integrante recuerda que la
participación de una asamblea durante el año 2013 “agrietó” el discurso de los directores de
la corporación de ese momento, incentivando la participación de otros socios.

El éxito en el desarrollo de la estrategia de reconstrucción del club ha implicado un ascenso


que ha permitido asirse con la Corporación Santiago Wanderers, no sin antes sufrir derrotas
en el campo político del club. La interacción con los oponentes comenzó durante 2013
mediante la irrupción en una asamblea del club donde quienes presidieron la instancia (Carlos
Bombal y Osvaldo León) presentaron una propuesta de modificación de estatutos que
restringía las condiciones de participación y deliberación. La discusión de la asamblea
decantó en la creación de una comisión de reforma de estatutos en la cual participaron
miembros del movimiento.

“En Diciembre del 2013 la comisión presentó nuevos estatutos que fueron
aprobados pero que finalmente no fueron tramitados, en una jugada de Bombal y
León quienes suspendieron a última hora la asamblea donde debían asumir
responsabilidades. La asamblea la realizamos igual y los acusamos por falta a
obligaciones pidiendo su expulsión como socios. Ahí se creó un directorio de
transición que posteriormente aprobó los estatutos y abrió un nuevo proceso
eleccionario, pero en 2014 Bombal y León nos pusieron una demanda en el Tribunal
Electoral y la perdimos. Ahí retrocedimos pero fue para mejor. Para el 2015
armamos una coalición que se llamó “Comunidad Wanderina Unida”, donde
invitamos a más gente y ganamos las elecciones. Eso nos permitió crear una nueva
comisión de estatutos y en Diciembre del 2016 logramos aprobarlos. En 2016, más
encima fuimos elegidos como directores dos miembros actuales de ‘el quince’ y dos
miembros que participaron antes. Le dimos estructura a la corporación, abrimos una
rama deportiva totalmente gratuita, creamos nuevos estatutos y tenemos ingresos
que nos permiten tener solvencia económica”. (Integrante Movimiento 15 de
Agosto).
El aprovechamiento del aumento de la vida política del club mediante procesos eleccionarios
permitió un triunfo de la lista “Comunidad Wanderina Unida”, lo cual dio paso a que el
movimiento sumara más adherentes que han participado sistemáticamente de los espacios,
cuestión que ha producido reestructuraciones de sus ejes programáticos.

La lectura política del actual escenario del fútbol profesional y de la sociedad chilena es
pensada en términos favorables por parte de quienes integran el movimiento. Por ejemplo,
los casos de corrupción en los que se vieron involucrados los clubes afiliados a la ANFP le
han restado prestigio a la gestión empresarial. Pero también, los grupos de pertenencia
empresarial y política de los controladores de la Sociedad Anónima que dirige a Wanderers
(grupo PENTA y el partido Unión Demócrata Independiente, respectivamente) han sido los
símbolos del destape de casos de corrupción en los cuales se han visto involucrados políticos
y empresarios del país. Esto ha permitido desplegar una estrategia de concientización donde
se vincula a estos grupos políticos y empresariales con Santiago Wanderers, promoviendo la
pérdida de prestigio de éstos. La asociación de los controladores a procesos sociales donde
se develó el abuso económico y la confirmación de delitos de estafa han mermado la
credibilidad de su discurso. Mayol (2014) ha indicado que esto corresponde a un escenario
de impugnación que se ha agudizado. Por su parte, Gaudichaud (2015), menos optimista, ha
indicado que esto es apenas una fisura del modelo chileno. No obstante, esto ha permitido
dotar de mayor legitimidad las propuestas de recuperación del fútbol profesional chileno por
parte de sus socios/as, aunque es una demanda que aún ocupa posiciones periféricas en la
“agenda de los movimientos sociales”.

Aún así, la participación en foros, seminarios u otros espacios ha permitido desarrollar


acciones de concientización que impugnan la legitimidad del proceso de apropiación de los
clubes deportivos por parte de las sociedades anónimas deportivas, instando a la participación
para logar recuperación total de los clubes. Al mismo tiempo, estas instancias han
posibilitado establecer vínculos con organizaciones de otros clubes que se encuentran luchas
similares. La congregación de estas organizaciones viabilizó la institución de la Asociación
Nacional de Corporaciones y Agrupaciones de Hinchas (ANCOH), la cual reúne a más de
quince organizaciones a nivel nacional.

A pesar de los notorios avances según los objetivos planteados, quienes participan del “15 de
Agosto” identifican barreras que aún no se han logrado superar. Por ejemplo, la apreciación
del marco cultural actual es negativa en tanto se identifica la fortaleza de discursos que
desvinculan al hincha del plano político, ubicándolo en una zona restringida al despliegue de
la pasión mediante el consumo; a lo sumo, a la validación del reclamo como consumidor.
Dicho de otra manera, la predominancia de una sociedad mayoritariamente despolitizada no
permite una mayor congregación de hinchas, ni de agitación social (Gaudichaud, 2015). Así
también, la lógica de oposiciones con las que operan las construcciones identitarias, donde
se pone al rival deportivo como un enemigo (Guerrero, 2009; Míguez y Garriga Zucal, 2014;
Valenzuela, Ponce y Vergara, 2016) es signada como una barrera, en tanto se mira con
sospecha la asociación con grupos de hinchas que son vistos como alteridades que
representan “todo lo que no se quiere ser”. Aún así, quienes integran el movimiento señalan
que “existe absoluta convicción en la necesidad de juntarse con otros clubes, puesto que se
entiende que la recuperación del fútbol chileno necesita una lucha colectiva”.

A modo de cierre

El 2018 se cumplirán diez años de la firma del contrato de concesión entre la Corporación
Club de Deportes Santiago Wanderers y Wanderers S.A.D.P. Durante este periodo se ha
gestado una crisis institucional basada en el endeudamiento y en los malos resultados
deportivos.

En términos generales podemos establecer que las Sociedades Anónimas Deportivas en Chile
se encuentran atravesando una crisis económica, deportiva y administrativa que evidencian
el fracaso del modelo de negocios en el fútbol. Las promesas de transparencia, solvencia
económica y modernización de la gestión han sucumbido ante delitos, sobreendeudamiento
y fracasos deportivos. Esto ha hecho inviable el cumplimiento de las promesas que
respaldaron su llegada y es visible en las constantes muestras de falta de probidad, cohecho
y corrupción que en los últimos años ha incurrido a su órgano rector. La ANFP representa
hoy los intereses de los grandes grupos económicos que manejan el fútbol chileno bajo una
lógica de segregación económica amparada en la ley y los reglamentos vigentes. Con tasas
altísimas de inscripción y segregando a los clubes que aún se resisten al modelo del fútbol
negocio de las sociedades anónimas, diseñan una cancha que no es justa, pero expresa la
dominación del campo por parte de estos actores.

Para el caso de Santiago Wanderers, el movimiento “15 de Agosto” se ha erigido como un


actor capaz de impugnar el actual modelo de transformación y construir una fuerza política.
La proceso de descomposición de la elite política chilena, la pérdida de legitimidad del
empresariado chileno, la “recuperación” de la corporación y la creación de la ANCOH
conforman así una estructura de oportunidades propicia para la consolidación de un actor
social, que se hace visible en el deporte bajo la consigna de recuperación de los clubes
deportivos profesionales para sus socios e hinchas. El “15 de Agosto” apuesta a la lucha por
combatir el neoliberalismo desde todas las trincheras y la apuesta por construir una sociedad
más justa, libre, solidaria, en donde la propiedad de los clubes sea de carácter social y el
poder de decisión lo vuelvan a tener los actores y los protagonistas de estos procesos, dejando
atrás la predominancia del mercado.

Bibliografía

Bazán, Sebastián. 2015. Proceso histórico de transformación de Corporación a Sociedad


Anónima en el Club Santiago Wanderers de Valparaíso. Valparaíso: Universidad de Playa
Ancha.
Elsey, Brenda. 2013. Citizen and Sportmen Fútbol and Politics in 20th Century Chile. Austin:
University of Texas Press.
Gaudichaud, Franck. 2015. Las fisuras del neoliberalismo chileno. Trabajo, crisis de la
<<democracia tutelada>> y conflicto de clases. Santiago: Quimantú

Guerrero, Bernardo. 2009. “Acerca de llamos y maricones. Identidades y conflictos entre


Arica e Iquique”. Universum 24 (1): 110-126.

Herrera, Francisco. 2015. Sociedades anónimas deportivas profesionales en Chile. El mito


del desarrollo organizacional en torno al fútbol profesional. Santiago: Universidad Alberto
Hurtado

Lechner, Norbert. 1992. El debate sobre Estado y mercado. Nueva Sociedad 121.

Matamala, Daniel, 2015. Goles y autogoles. Historia política del fútbol chileno. Santiago:
Viral.

Mayol, Alberto. 2014. La Nueva Mayoría y el fantasma de la Concertación. Santiago: Ceibo

Mayol, Alberto y José Ahumada. 2015. Economía política del fracaso. La falsa
modernización del modelo neoliberal. Santiago. El Desconcierto Ediciones

Melucci, Alberto. 1995. Individualización y globalización. Perspectivas teóricas. Estudios


Sociológicos 14(41): 291-310

Melucci, Alberto. 1999. Acción colectiva, vida cotidiana y democracia. México DF: El
Colegio México.

Míguez, Daniel y José Garriga Zucal. 2014. “Fútbol y territorio: identidades fragmentadas
en la ciudad de Buenos Aires”. En Luchas urbanas alrededor del fútbol, 401-424. Quito: 5ta
Avenida Editores

Moreira, Verónica. 2013. Participación, poder y política en el fútbol argentino. Nueva


Sociedad 248: 52-63

Muñoz, Víctor. 2016. Historia de la UDI. Generaciones y cultura política. Santiago:


Universidad Alberto Hurtado.

PNUD. 2000. Desarrollo humano en Chile. Más sociedad para gobernar el futuro. Santiago:
Naciones Unidas.
Santa Cruz, Eduardo. 1991. Crónica de un encuentro. Fútbol y cultura popular. Santiago:
Ediciones Instituto ARCOS

Santa Cruz, Eduardo. 2003. “Fútbol y nacionalismo de mercado en el Chile actual”. En


Futbologías, 199-224. Buenos Aires: CLACSO

Santa Cruz, Eduardo. 2014. “Fútbol mediatizado y globalización: de expresión sociocultural


a marca registrada”. En Todo es cancha: análisis y perspectivas socioculturales del fútbol
latinoamericano, 103-118. Santiago: Cuarto Propio

Svampa, Maristella. 2009. Protesta, movimientos sociales y dimensiones de la acción


colectiva en América Latina. Jornadas de homenaje a Charles Tilly. Universidad
Complutense de Madrid. http://maristellasvampa.net/archivos/ensayo57.pdf

Tarrow, Sidney. 1997. El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción


colectiva y la política. Madrid: Alianza Editorial

Tilly, Charles. 2002. “Repertorios de acción contestataria en Gran Bretaña 1758-1834”. En


Protesta social: repertorios y ciclos de la acción colectiva, 17-48. Barcelona: Hacer

Valenzuela, Eric, Sebastián Ponce y Carlos Vergara. 2016. Orgullo del Puerto. Las tramas
invisibles y el sentido vertical de los imaginarios urbanos de Valparaíso a través de Santiago
Wanderers. Quinta Normal: Victorino Lainez.

Vilches, Diego. 2016. “Del Chile de los triunfos morales al ‘Chile, país ganador’. La
identidad nacional y la selección chilena de fútbol durante la Dictadura Militar (1973-1989)”.
Historia Crítica: 61: 127-147.

Villena, Sergio. 2003. “Gol-balización, identidades nacionales y fútbol”. En Futbologías,


257-271. Buenos Aires, CLACSO

También podría gustarte