Está en la página 1de 3

La Reconstrucción Nacional

Entre 1884 y 1899, el Estado y la sociedad peruana se abocaron a la reconstrucción del país.

FUENTE A El segundo militarismo


Tras el fin de la guerra, los caudillos militares pese a haber sido derrotados fueron los únicos con el poder suficiente para
asumir el control del Estado. Por ello, el historiador Jorge Basadre denominó a esta etapa como el segundo militarismo.

FUENTE B El gobierno de Miguel Iglesias (1884-1885)


Luego de que el Tratado de Ancón entrara en vigor, la Asamblea Constituyente
reunida en Lima en marzo de 1884 ratificó a Miguel Iglesias como presidente
provisorio. Durante su mandato se reabrió la Universidad de San Marcos, se
dispuso la reconstrucción de la Biblioteca Nacional, la edificación del muelle y
dársena del Callao, la instalación del alumbrado eléctrico en Lima y otras obras
destinadas a la reconstrucción del país. Sin embargo, en 1885 el Gobierno
enfrentó en Huaraz una gran rebelión indígena liderada por Pedro Pablo
Atusparia, que fue duramente reprimida Doc. 10. Desde un inicio, el gobierno
de Iglesias fue muy impopular, pues cargaba con la responsabilidad de la paz
con Chile. En 1885, Cáceres, quien acusaba a Iglesias de entreguista, se sublevó y lo derrocó. Luego se
convocó a elecciones, en las que Cáceres se presentó como candidato del nuevo Partido Constitucional.
Debido a su popularidad como héroe de la resistencia, el triunfo de Cáceres fue abrumador.

FUENTE C El primer gobierno de Cáceres (1886-1890)


Cáceres inició su gobierno en junio de 1886 imponiendo una política de
austeridad pública. Asimismo, anuló el billete fiscal –que se emitió para
compensar la falta de moneda fiscal al final de la guerra– porque carecía de
valor real. Además, como el país estaba descapitalizado, promovió la
inversión de capitales extranjeros. Para resolver el problema de la deuda
externa y poder acceder al crédito internacional, Cáceres decidió firmar un
contrato con Michael A. Grace, representante de los tenedores de bonos de
la deuda externa peruana. El contrato, aprobado en 1889, establecía la
constitución de una compañía que agrupara a los acreedores de la deuda: la
Peruvian Corporation. El acuerdo fijaba el compromiso de la compañía de
cancelar íntegramente la deuda externa peruana que ascendía a 51 millones
de libras esterlinas y culminar la construcción de los ferrocarriles del centro y
del sur. A cambio, obtenía la administración de esos ferrocarriles durante 66
años, el derecho a la libre navegación en el lago Titicaca, una remesa anual de tres millones de
toneladas de guano y el pago de 33 anualidades de 80 000 libras esterlinas. Algunos consideraron
excesivos los beneficios otorgados a la Peruvian Corporation. Sin embargo, la mayoría consideró que el
Contrato Grace permitiría la rápida recomposición de la economía peruana Doc. 11.

FUENTE D LA CRISIS DEL SEGUNDO MILITARISMO

Cáceres culminó su gobierno con éxito y logró que el candidato oficialista, Remigio Morales Bermúdez,
fuera elegido presidente. Durante este gobierno (1890- 1894), la Peruvian Corporation terminó los
tramos de los ferrocarriles según los acuerdos a los que se había comprometido. Poco antes de que
culminara su gobierno, Morales Bermúdez falleció, por lo que fue sustituido por su vicepresidente,
quien convocó a nuevas elecciones que dieron como ganador a Cáceres. El proceso electoral fue
ampliamente cuestionado, pues se sospechaba que había ocurrido un fraude para favorecerlo
FUENTE E La revolución de 1895

Después de que Cáceres asumiera el poder por segunda vez en 1894, las protestas contra el Gobierno se
multiplicaron. Se formó entonces la Coalición Nacional, integrada por el Partido Demócrata –liderado por Nicolás
de Piérola y la Unión Cívica constituida por algunos civilistas, que manifestó su rechazo al militarismo. En marzo de
1895, Piérola ingresó a Lima y se produjo un sangriento combate que dejó más de mil muertos Doc. 12. Ante esta
situación, los diplomáticos extranjeros lograron que se firmara una tregua. Poco después, Cáceres salió al exilio.
Tras organizarse rápidamente nuevas elecciones, Piérola resultó elegido presidente con apoyo de los civilistas.

Fuente F El gobierno de Nicolás de Piérola (1895-1899)

Piérola consolidó la alianza demócrata civilista, que puso las bases de un proceso de modernización
del Estado Doc. 13. Para ello, aplicó reformas orientadas a profesionalizar la administración pública
y concentrar en el Gobierno central las responsabilidades dispersas de instituciones en todo el país.

 La centralización administrativa. La abolición de la contribución personal dejó sin recursos a las


juntas departamentales, que pasaron a depender del presupuesto asignado por el Gobierno central.
 La reforma tributaria. Se creó la Compañía Recaudadora de Impuestos, que reemplazó el sistema de
“recaudadores privados”, y se abolió la contribución personal. También se creó el Estanco Nacional
de la Sal, cuyos ingresos serían utilizados para la recuperación de las provincias cautivas en Chile.
Además, se estableció como nueva unidad monetaria la libra de oro.
 La reforma militar. Se contrató una misión militar francesa a cargo del coronel Paul Clement para
modernizar el ejército. Gracias a ella, se creó la Escuela Militar de Chorrillos, el Código de Justicia
Militar y la Ley de Servicio Militar Obligatorio.
 La reforma electoral. Se redujo drásticamente el número de votantes (apenas al 2 % de la
población) al excluir a los analfabetos del derecho de sufragio.
 La política internacional. Piérola presionó a Chile para que cumpliera los acuerdos del Tratado de
Ancón. Para ello, se firmó el Protocolo Billinghurst La Torre (1898), el cual establecía una junta para
organizar el plebiscito sobre la situación de Tacna y Arica. Sin embargo, Chile incumplió el acuerdo e
inició una política de chilenización de aquellas provincias.

FUENTE G La reactivación económica


En este periodo se inició un proceso de recuperación económica. Por un lado, se produjo un boom
en la explotación del caucho, insumo de creciente demanda para la fabricación de llantas. Por otro
lado, la producción de algodón y azúcar se recuperó rápidamente gracias al crédito internacional y a
la elevada cotización de estos productos en el extranjero, lo que permitió modernizar los sistemas
de cultivo. Esta modernización, sin embargo, no fue orientada a la industrialización de los cultivos;
por eso, el Perú siguió siendo exportador de materias primas. Si bien estas actividades aseguraron
considerables ingresos al Estado, quienes salieron más beneficiados fueron los poderosos
empresarios agroexportadores de la costa.
El debate sobre el Contrato Grace

Para los pierolistas, la firma del Contrato Grace significaba –como antes fuera el sistema de
consignación de la venta del guano la entrega de los recursos nacionales al capital extranjero y
una intromisión en la soberanía nacional. [...] En este sentido, la nueva batalla de los pierolistas
significaba retomar la lucha emprendida veinte años atrás por la facción señorial contra los
intereses de la burguesía comercial, que había controlado la explotación del guano. [...] En ese
sentido, al igual que en otras partes de América, la facción terrateniente resultaba
“nacionalista” [...] en tanto era anticapitalista. En cambio, la burguesía limeña se presentaba
“extranjerizante”, en cuanto perseguía incorporarse plenamente al circuito capitalista
internacional. El apoyo de la mayoría de los civilistas a la firma del Contrato Grace se ceñía a
consideraciones pragmáticas. Para ellos, la suscripción del contrato significaba que el país, y los
exportadores en particular, podrían recuperar su perdido crédito internacional. Además, el
arreglo con los tenedores de bonos venía a levantar la dura carga del servicio de la deuda
externa, dando al Gobierno la capacidad de dedicar sus exiguos ingresos a asegurar la paz
social, la integración territorial del país y la inserción en el mercado internacional. Por último,
el arreglo de la deuda externa debía asegurar el reingreso de capitales extranjeros en apoyo de
la recuperación económica del país. (Cotler, 1992, p. 131)

También podría gustarte