Está en la página 1de 9

DERECHOS INTELECTUALES

Los Derechos de la Propiedad industrial


Prof. Miriam S. Alcolcel

Este trabajo está dirigido a facilitar el reconocimiento de los derechos de


la propiedad industrial, por lo que comenzaremos diferenciando esos
derechos, de los derechos de autor y de los derechos conexos, si bien
todos ellos integran la categoría de derechos intelectuales.

Los derechos intelectuales son aquellos a los que el estado reconoce


como tales a través de sus leyes, siendo los que derivan de la labor
intelectual del hombre, del ejercicio de su inteligencia.

Estos derechos se ordenan en dos categorías, por un lado la de los


derechos autorales y los derechos conexos y por otro, la de los
derechos sobre la propiedad industrial.

El DERECHO DE AUTOR

El “derecho de autor” es el derecho subjetivo atribuido al creador


sobre las producciones resultantes de su actividad intelectual.
Los derechos de autor nacen junto con la obra, o sea en el acto mismo
de la creación. No requieren que un acto administrativo los atribuya o
reconozca a los creadores, lo que los diferencia de los derechos
industriales.

Es fundamental comprender que la “obra como objeto” (pinturas,


dibujos, escritos, esculturas), engendra a la “obra intelectual”; en
otras palabras: es la obra material o expresada la que da existencia a la
obra intelectual y esta última a los derechos intelectuales.

1
Los objetos producto de la creación humana, tienen una vida jurídica
independiente de los derechos intelectuales; en consecuencia el Estado
sanciona leyes que por un lado regulan la propiedad sobre las obras
como objeto (bien material y tangible), y por otro regula la propiedad
intelectual a través del reconocimiento y gestión de los derechos
intelectuales (bien intangible). Es decir que el derecho de propiedad y el
de propiedad intelectual, tienen autonomía legislativa.

El objeto “obra” es un bien agotable, durante su existencia forma parte


del patrimonio personal, sobre el que rigen las reglas del código civil; su
dominio puede pasar de una persona a otra indefinidamente, por medio
de actos de disposición como la venta o la cesión.

Sin embargo los derechos intelectuales no mueren si la obra material se


pierde o desaparece, pero la ley les asigna una duración limitada en el
tiempo. El art. 17 de la Constitución Nacional dice textualmente “…Todo
autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o
descubrimiento, por el término que le acuerde la ley…”.

LOS DERECHOS CONEXOS

Estos derechos, también son llamados afines, vecinos, emparentados o


análogos, tienen una conexión directa con el ejercicio de los derechos de
autor. Bajo esta denominación se abarca el derecho de los intérpretes
y ejecutantes, los productores de fonogramas y los organismos
de radiodifusión.

1. La naturaleza de las obras musicales, dramáticas o dramático-


musicales, requieren de una práctica especializada para llegar al público,
la de los intérpretes y ejecutantes, considerada como una prestación
personal de carácter individual sometida al régimen de la ley 11.723.

Si bien no puede negarse el valor creativo que tales prácticas conllevan,


su existencia está subordinada a una obra de autor, recibiendo una
protección legal independiente de la obra; por lo que al catalogarse esta
actividad en el marco de los derechos conexos se les niega su
tratamiento como un derecho de autor.

2. Es importante destacar el contenido económico de estos derechos, lo


que luce más claramente con la inclusión de los productores de
fonogramas y de los organismos de radiodifusión.

Un fonograma puede ser cualquier soporte material de una copia de una


obra musical. Estos no tienen el carácter de obra de autor, por lo que el

2
productor de fonogramas solo tiene un derecho de carácter patrimonial
y se limita a la facultad de autorizar la reproducción de los fonogramas a
cambio de una retribución económica o bien prohibirla, así como
permitir su importación.

3. Los organismos de radiodifusión son las empresas de radio o


televisión que transmiten programas al público por medios inalámbricos,
los contenidos que incluyen en sus transmisiones son en gran parte
obras autorales.

Estos organismos no cuentan hasta la fecha con una regulación


nacional, por lo que se rigen por el derecho común, como el código civil,
la ley 11.723 solo les reconoce los derechos conexos.

La convención de Roma de 1961 ratificada por la Ley Nacional Nº


23.921, es la norma internacional destinada a darle protección contra la
piratería a las emisiones televisivas, desde su redacción que no se
actualiza, o sea desde que la radiodifusión por cable estaba en sus
comienzos e internet no se había inventado.

Actualmente el robo de señales codificadas es un grave problema que


perjudica a las inversiones y la competitividad de las empresas, con
retransmisiones o grabaciones no autorizadas, sin embargo los estados
no se han puesto de acuerdo en cómo regular esta actividad.

Si bien la ley 11.723 dedica algunas normas a los derechos conexos, lo


hace en función de la necesidad de reconocimiento de los derechos que
corresponden a los autores.

LOS DERECHOS SOBRE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL

La protección del aprovechamiento industrial de las obras intelectuales,


es lo que conocemos como derechos sobre la propiedad industrial.

Se trata de un derecho que la ley reconoce a los autores de aquellas


invenciones, descubrimientos o creaciones que tengan aplicación
industrial, otorgando a su titular la explotación exclusiva del derecho por
un tiempo limitado.

Se atribuyen a una persona física o jurídica y si bien comparten muchas


similitudes con el derecho de autor, se diferencian fundamentalmente
por los modos en que se adquieren estos derechos. Así, los derechos de
propiedad industrial los adquiere el que cumple primero con el acto
administrativo exigido para su otorgamiento.

3
La INDUSTRIA requiere de un conjunto de procesos y actividades que
tienen que ver con la transformación de materias primas en productos
elaborados de forma masiva. Esos procesos o actividades, son
originados, modificados y perfeccionados por la actividad intelectual, la
que recibe el reconocimiento y protección desde el ámbito de los
derechos intelectuales.

I.- Entre los derechos industriales se ubican las PATENTES DE


INVENCIÓN. Se trata de un derecho exclusivo que protege al nuevo
producto o nuevo procedimiento de aplicación industrial, que comprende
una nueva manera de hacer algo o una solución técnica para resolver
algún problema. El titular adquiere esta protección por un periodo
limitado de tiempo, que en nuestro sistema legal es de 20 años, siendo
el mismo renovable.

La Ley de Patentes de Invención y Modelos de Utilidad lleva el Nº


24.481, regula lo que se puede o no patentar, de la siguiente manera:
ARTICULO 4º— Serán patentables las invenciones de productos o de
procedimientos, siempre que sean nuevas, entrañen una actividad inventiva y sean
susceptibles de aplicación industrial.

a) A los efectos de esta ley se considerará invención a toda creación humana que
permita transformar materia o energía para su aprovechamiento por el hombre.

b) Asimismo será considerada novedosa toda invención que no esté comprendida


en el estado de la técnica.

c) Por estado de la técnica deberá entenderse el conjunto de conocimientos


técnicos que se han hechos públicos antes de la fecha de presentación de la
solicitud de patente o, en su caso, de la prioridad reconocida, mediante una
descripción oral o escrita, por la explotación o por cualquier otro medio de difusión
o información, en el país o en el extranjero.

d) Habrá actividad inventiva cuando el proceso creativo o sus resultados no se


deduzcan del estado de la técnica en forma evidente para una persona
normalmente versada en la materia técnica correspondiente.

e) Habrá aplicación industrial cuando el objeto de la invención conduzca a la


obtención de un resultado o de un producto industrial, entendiendo al término
industria como comprensivo de la agricultura, la industria forestal, la ganadería, la
pesca, la minería, las industrias de transformación propiamente dichas y los
servicios.

ARTICULO 6º — No se considerarán invenciones para los efectos de esta ley:

a) Los descubrimientos, las teorías científicas y los métodos matemáticos;

b) Las obras literarias o artísticas o cualquier otra creación estética, así como las
obras científicas;

c) Los planes, reglas y métodos para el ejercicio de actividades intelectuales, para


juegos o para actividades económico-comerciales, así como los programas de
computación;

4
d) Las formas de presentación de información;

e) Los métodos de tratamiento quirúrgico, terapéutico o de diagnóstico, aplicables


al cuerpo humano y los relativos a animales;

f) La yuxtaposición de invenciones conocidas o mezclas de productos conocidos, su


variación de forma, de dimensiones o de materiales, salvo que se trate de su
combinación o fusión de tal manera que no puedan funcionar separadamente o que
las cualidades o funciones características de las mismas sean modificadas para
obtener un resultado industrial no obvio para un técnico en la materia;

g) Toda clase de materia viva y sustancias preexistentes en la naturaleza.

Este último artículo, deja fuera de la órbita de los derechos de propiedad


industrial no solo los descubrimientos, en tanto que no devienen de la
inteligencia humana sino que ya tenían existencia previa; los métodos
científicos que benefician a la humanidad; así como toda producción
cuya protección corresponda a la ley de propiedad intelectual o de
derechos de autor.

II.- La misma ley regula también los MODELOS DE UTILIDAD de la


siguiente manera:
ARTICULO 53.— Toda disposición o forma nueva obtenida o introducida en
herramientas, instrumentos de trabajo, utensilios, dispositivos u objetos conocidos
que se presten a un trabajo práctico, en cuanto importen una mejor utilización en
la función a que estén destinados, conferirán a su creador el derecho exclusivo de
explotación, que se justificará por títulos denominados certificados de modelos de
utilidad.

Este derecho se concederá solamente a la nueva forma o disposición tal como se la


define, pero no podrá concederse un certificado de modelo de utilidad dentro del
campo de protección de una patente de invención vigente.

Se reconocen de esta manera los modelos de utilidad por el


término de 10 años improrrogables, siempre que resulten
novedosos y sean susceptibles de aplicación industrial.

III.- MARCAS O NOMBRES COMERCIALES: Queda claro, en lo que


refiere a nombres comerciales, que no es lo esencial en el ámbito del
derecho de propiedad industrial tutelar el acto de creación. No obstante
hay una aplicación de ideas en la forma de expresión que adoptará el
nombre comercial. Sin embargo no sucede lo mismo con la marca, que
por resultar plenamente una creación intelectual, puede también
obtener protección a través de la ley de derechos de autor.

Las marcas son un signo distintivo creado para indicar o identificar quien
es el responsable de los productos o servicios frente a los consumidores
y en consecuencia orientar su elección. Tienen una duración limitada a

5
10 años, renovables indefinidamente siempre que la marca se continúe
utilizando.

La Ley de Marcas y Designaciones, lleva el Nº 22.362 del año 1980


ARTICULO 1º— Pueden registrarse como marcas para distinguir productos y
servicios: una o más palabras con o sin contenido conceptual; los dibujos; los
emblemas; los monogramas; los grabados; los estampados; los sellos; las
imágenes; las bandas; las combinaciones de colores aplicadas en un lugar
determinado de los productos o de los envases; los envoltorios; los envases; las
combinaciones de letras y de números; las letras y números por su dibujo especial;
las frases publicitarias; los relieves con capacidad distintiva y todo otro signo con
tal capacidad.

ARTICULO 2º — No se consideran marcas y no son registrables:

a) los nombres, palabras y signos que constituyen la designación necesaria o


habitual del producto o servicio a distinguir, o que sean descriptivos de su
naturaleza, función, cualidades u otras características;

b) los nombres, palabras, signos y frases publicitarias que hayan pasado al uso
general antes de su solicitud de registro;

c) la forma que se dé a los productos;

d) el color natural o intrínseco de los productos o un solo color aplicado sobre los
mismos.

ARTICULO 3º — No pueden ser registrados:

a) una marca idéntica a una registrada o solicitada con anterioridad para distinguir
los mismos productos o servicios;

b) las marcas similares a otras ya registradas o solicitadas para distinguir los


mismos productos o servicios;

c) las denominaciones de origen nacional o extranjeras. Se entiende por


denominación de origen el nombre de un país de una región, de un lugar o área
geográfica determinado que sirve para designar un producto originario de ellos y
cuyas cualidades y características se deben exclusivamente al medio geográfico.
También se considera denominación de origen la que se refiere a un área
geográfica determinada para los fines de ciertos productos.

d) las marcas que sean susceptibles de inducir a error respecto de la naturaleza,


propiedades, mérito, calidad, técnicas de elaboración, función, origen de precio u
otras características de los productos o servicios a distinguir;

e) las palabras, dibujos y demás signos contrarios a la moral y a las buenas


costumbres;

f) las letras, palabras, nombres, distintivos, símbolos, que usen o deban usar la
Nación, las provincias, las municipalidades, las organizaciones religiosas y
sanitarias;

6
g) las letras, palabras, nombres o distintivos que usen las naciones extranjeras y
los organismos internacionales reconocidos por el gobierno argentino;

h) el nombre, seudónimo o retrato de una persona, sin su consentimiento o el de


sus herederos hasta el cuarto grado inclusive;

i) las designaciones de actividades, incluyendo nombres y razones sociales,


descriptivas de una actividad, para distinguir productos. Sin embargo, las siglas,
palabras y demás signos, con capacidad distintiva, que formen parte de aquéllas,
podrán ser registrados para distinguir productos o servicios;

j) las frases publicitarias que carezcan de originalidad.

IV.- INDICACIONES GEOGRAFICAS O DENOMINACIONES DE


ORIGEN: Se corresponden con un signo o denominación utilizada para
productos agrícolas y alimentarios, que tienen una procedencia u origen
geográfico concreto y poseen cualidades derivadas específicamente del
mismo.

Las mismas pueden ser solicitadas por las personas físicas o individuales
que se dediquen a la extracción, producción o fabricación de los
productos referidos en una zona específica. Ellas no pueden utilizarse
como marca y solo puede impedirse su uso a quienes designan un
producto que no provenga de la zona geográfica correspondiente.

Se encuentran reguladas por la Ley 25.380, del año 2001:


ARTICULO 1° — Las indicaciones geográficas y denominaciones de origen utilizadas
para la comercialización de productos de origen agrícola y alimentarios, en estado
natural, acondicionados o procesados se regirán por la presente ley. Se excluyen a
los vinos y a las bebidas espirituosas de origen vínico, las que se regirán por la Ley
N° 25.163 y sus normas complementarias y modificatorias.

ARTICULO 2° — A los efectos de esta ley se entiende por:


a) Indicación geográfica: aquella que identifica un producto como originario, del
territorio de un país, o de una región o localidad de ese territorio, cuando
determinada calidad u otras características del producto sean atribuibles
fundamentalmente a su origen geográfico.

b) Denominación de Origen: El nombre de una región, provincia, departamento,


distrito, localidad o de un área del territorio nacional debidamente registrada que
sirve para designar un producto originario de ellos y cuyas cualidades o
características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico,
comprendidos los factores naturales y los factores humanos.

ARTICULO 4° — A los efectos del artículo 2°, inciso b) se considerará producto


agrícola y/o alimentario amparable por una denominación de origen, a aquellos
originarios de una región, provincia, departamento, localidad, área o zona, de
reconocida tipicidad y originalidad que, producido en un entorno geográfico
determinado, desarrolla cualidades particulares que le confieren un carácter distinto
al resto de los productos del mismo origen, aun en condiciones ecológicas y con
tecnologías similares, por la influencia del medio natural y del trabajo del hombre.

7
V.- DIBUJOS Y MODELOS INDUSTRIALES: Así se denominan a las
formas o a los aspectos ornamentales o estéticos, novedosos y
originales, incorporados o aplicados a un producto industrial, sea un
producto bidimensional o tridimensional. Por sus características también
admiten protección desde el derecho de autor.

Los aspectos ornamentales refieren solo a la forma o aspecto estético


del producto, si esos aspectos operan sobre la funcionalidad del mismo
no puede registrarse bajo esta categoría.

La ley les otorga protección por el término de 5 años que puede ser
prorrogada por dos períodos consecutivos de la misma duración a
solicitud del titular.

Los Modelos y Diseños Industriales están regulados por el Decreto Ley


Nº 6673 del 9/8/63, ratificado por la Ley 16.478 del año 1964.

ARTICULO 1º- El autor de un modelo o diseño industrial y sus sucesores legítimos


tienen sobre él un derecho de propiedad y el derecho exclusivo de explotarlo,
transferirlo y registrarlo, por el tiempo y bajo las condiciones establecidas por este
decreto…

ARTICULO 3º- A los efectos de este decreto se considera modelo o diseño industrial
las formas o el aspecto incorporados o aplicados a un producto industrial que le
confieren carácter ornamental.

BIBLIOGRAFIA

EMERY, Miguel Angel – “PROPIEDAD INTELECTUAL, Ley 11.723


comentada, anotada y concordada con los tratados
internacionales”, Editorial Astrea, 3ª reimpresión, Buenos Aires,
2005.-

CHALOUPKA, Pedro – “LA INSOPORTABLE DESIGUALDAD DE LOS


IGUALES”, Derechos Intelectuales, Tomo 6, pag. 68/78, Editorial
Astrea, Buenos Aires, 1994.

VILLALBA Carlos A. – LIPSZYC Delia. “EL DERECHO DE AUTOR EN


LA ARGENTINA, Ley 11.723 complementarias y reglamentarias,
concordadas con los tratados internacionales, comentadas y

8
anotadas con la jurisprudencia”, Fondo Editorial de Derecho y
Economía, Buenos Aires, 2001.

VITTONE, Carlos G. – “LAS DENOMINACIONES DE ORIGEN”,


Derechos Intelectuales, Tomo 4, pag. 109/112, Editorial Astrea,
Buenos Aires, 1989.

También podría gustarte